La educación inca fue un pilar fundamental en la organización del Tahuantinsuyo, dividiéndose
en dos tipos principales: la educación noble y la educación popular. Mientras que los hijos de la
nobleza recibían una formación rigurosa en conocimientos políticos, religiosos y militares, la
clase popular se enfocaba en una enseñanza práctica adaptada a sus labores cotidianas.
El Yachayhuasi: La Casa del Saber
El Yachayhuasi, o “Casa del Saber”, fue el centro educativo destinado exclusivamente a los
jóvenes de la realeza inca. Su establecimiento se atribuye al Inca Roca, quien fundó estas
escuelas en el Cusco con el fin de preparar a los futuros gobernantes.
En el Yachayhuasi, los alumnos recibían una educación integral que abarcaba conocimientos en
historia, religión, administración y estrategia militar. Además, se fomentaba el desarrollo físico
y la resistencia, aspectos esenciales para la formación de los nobles incas. Al culminar sus
estudios, los jóvenes participaban en la ceremonia del Huarachico, un rito que marcaba su
transición a la adultez y los habilitaba para asumir funciones gubernamentales.
El sistema educativo del Yachayhuasi también incluía disciplina estricta. Los estudiantes que
demostraban desinterés o negligencia en el aprendizaje eran castigados con azotes diarios,
aunque con límites establecidos. De igual manera, los amautas (maestros) que excedían en los
castigos también podían ser sancionados.
El Acllahuasi: La Casa de las Escogidas
El Acllahuasi, o “Casa de las Acllas”, era una institución donde se educaba a mujeres
seleccionadas por su talento y belleza. El Acllahuasi principal estaba ubicado en Cusco, en el
lugar donde actualmente se encuentra el Convento de Santa Catalina.
Las acllas eran organizadas en tres categorías:
1. Las destinadas al servicio directo del Inca, quienes confeccionaban su vestimenta y
preparaban sus alimentos.
2. Las entregadas como esposas a nobles y guerreros distinguidos como reconocimiento a
sus logros.
3. Las dedicadas al culto religioso, sirviendo en los templos del Imperio.
En el Acllahuasi, las jóvenes recibían formación en tejido, cocina, ceremonias religiosas y canto,
siendo instruidas por mamacunas, mujeres mayores de gran experiencia.
Características de la Educación Inca
La educación inca se destacaba por su estructura organizada y su carácter funcional. Algunas
de sus principales características eran:
Sistema unificado y estructurado en todo el imperio.
Presencia de docentes especializados como los amautas, encargados de la formación
intelectual de los nobles.
Enfoque en la formación de ciudadanos con roles específicos dentro de la sociedad.
Inclusión de disciplina y valores como la obediencia, el respeto y el trabajo
comunitario.
Uso de la oralidad y la repetición como métodos de enseñanza.
La Educación Popular en el Tahuantinsuyo
A diferencia de la nobleza, el pueblo inca recibía una educación práctica orientada a sus
actividades diarias. La transmisión del conocimiento se daba dentro del hogar y en el trabajo,
donde los jóvenes aprendían oficios como la agricultura, la alfarería, la construcción y la
minería.
Desde temprana edad, los niños eran instruidos en las tareas que desempeñarían a lo largo de
su vida, formando una sociedad basada en el esfuerzo colectivo y el cumplimiento de los
deberes asignados por el gobierno incaico. La obediencia y el respeto a la jerarquía eran
principios fundamentales inculcados desde la infancia.
La educación inca fue un sistema altamente estructurado que aseguró la transmisión del
conocimiento de generación en generación. Mientras que la nobleza recibió una educación
formal en el Yachayhuasi, la población general fue formada a través de la práctica y la
experiencia diaria. Este modelo educativo garantizó la estabilidad del imperio y la preparación
de sus ciudadanos para cumplir con sus roles dentro de la sociedad incaica.