Hoy se cumplen cincuenta y siete años de terremoto de Caracas como recordatorio de este magno evento se
presenta un resumen obtenido del libro EL TERREMOTO DE CARACAS 50 AÑOS DESPUES, recopilado por los
Ingenieros: Carlos Genatios, Marianela Lafuente, Alfredo Cilento y José Grases
Hace cincuenta años, el sábado 29 de julio de 1967, a las ocho y cinco de la noche, la tierra tembló en
Caracas. Los que vivimos esos treinta y cinco largos segundos nunca lo olvidaremos. Se escucha un
fuerte bramido. La gente, despavorida, salió a las calles. Árboles y edificios se bamboleaban. Multitudes
de personas hicieron campamentos en las calles y aceras para pasar la noche. Fueron unas horas de pánico.
y confusión. Más tarde se sintieron dos réplicas menores. El Ministro de Relaciones Interiores de la época,
Reinaldo Leandro Mora, dio una “cadena” de radio y televisión pidiendo calma. Hubo víctimas producto
del pánico, con síncopes cardíacos, ataques de angustia, desmayos. Las clínicas y hospitales se vieron
abarrotados. En total, se estima que alrededor de 250 personas murieron en el evento. Al recuerdo de las
Víctimas del terremoto ya sus familiares, dedicamos este libro que hoy presentamos.
El desastre dejó unos dos mil heridos y alrededor de ochenta mil personas sin viviendas. Las pérdidas se
estimaron en más de 10 millones de dólares americanos (43 millones de bolívares de la época). es
Caracas cuatro edificios se derrumbaron: el Palace Corvin, Neverí, Mijagual y San José, en las zonas de
Altamira y Los Palos Grandes. En la Guaira, los últimos cinco pisos de la Mansión Charaima resultaron
destruidos, al igual que otros dos edificios en parcelas identificadas como 21 y 22. El sismo se sintió
también en Maracay, donde hubo cinco fallecidos y unos cien heridos, al igual que en Valencia y otros
ciudades del interior, donde se reportaron daños en estructuras. Se estima que, en total, 180 edificios
sufrieron graves deterioros, principalmente en Caracas y La Guaira.
En la zona del casco central y norte de la ciudad, se desplomaron algunas casas antiguas, de paredes de
mampostería. Resultaron afectadas en total unas quinientas viviendas en las zonas de El Manicomio,
Lídice, La Pastora y San José. En el sur de la ciudad también hubo numerosas viviendas con daños,
principalmente en Antímano, La Vega y el Valle. Se reportaron en esas zonas, graduales y derrumbes.
en taludes. No se encuentra mucha información sobre los daños en las casas en los barrios, que en esa
época no tenían más de uno o dos pisos. No se sabe con certeza cuántas de ellas colapsaron, aunque hay
testimonios que hacen referencia a “millas de viviendas” con graves daños en esas zonas. En algunos
sectores de la ciudad fallaron los servicios de electricidad y teléfonos, y también se producen incendios y
explosiones, causadas principalmente por cortocircuitos y estallidos de bombas de gas.
En la Catedral de Caracas, el terremoto interrumpió el oficio de una misa. Los vitrales explotan y la
centenaria Cruz Pontificia se desplomó desde lo alto de la fachada, mientras los feligreses huían
despavoridos hacia la Plaza Bolívar. Al caer, la forma de la cruz quedó grabada en el piso, “como una
quemadura de hierro”, y el terremoto cesó. La gente, por muchos días, habló del suceso como de un
milagro, y la huella de la cruz fue venerada por los fieles, hasta que las autoridades removieron los restos.
de concreto.
El terremoto de 1967 fue de intensidad moderada (estimada de 6,4 a 6,6 MW). En el Observatorio Cajigal
no se pudo registrar con precisión el terremoto, porque el sismógrafo pendular presentó problemas (se
rompieron los flejes de las agujas y los equipos de células fotoeléctricas). Sólo se obtuvieron registros
parciales. El director del observatorio, Capitán de Navío Ramiro Pérez Luciani, estimó erradamente,
enseguida después del sismo, que el epicentro se encontró en la falla de Humocaro en el estado Lara, a unos
350 kilómetros de Caracas. Al día siguiente corrigió su apreciación, y ubicó el epicentro en el Mar Caribe.
a 70 km frente a las costas del Litoral Central. Se recurrió a la ayuda de institutos extranjeros para
determinar con exactitud los datos del sismo, y las coordenadas del foco. Este se ubicó a unos 16km de
profundidad, bajo el fondo marino, en el sistema de fallas de San Sebastián.
Después del terremoto, el ejecutivo nacional, por disposición del entonces presidente Raúl Leoni, en
resolución Número 10 del Ministerio de Obras Públicas, de fecha 3 de agosto de 1967, publicada en
Gaceta Oficial Número 28.395 de la misma fecha, nombró una comisión con la finalidad de investigar las
causas que provocaron fallas en las edificaciones del Área Metropolitana de Caracas y el Litoral Central.
El ministro de Obras Públicas era en ese momento, Leopoldo Sucre Figarella.
La comisión desarrolló el trabajo en dos fases. En la primera fase se estudiaron los edificios dañados.
donde hubo pérdidas humanas. En la segunda fase se realizó el estudio integral de los efectos del sismo.
El informe abarcó la evaluación de los proyectos y las prácticas de construcción, análisis estructural de
edificaciones dañadas y no dañadas, así como estudios de mecánica de suelos, geofísicos y sismológicos.
para determinar la influencia del subsuelo en la respuesta de los diferentes tipos de edificios (Fuente:
Informe presidencial).
La Comisión distribuyó el trabajo en tres subcomisiones: asuntos municipales, mecánica de suelos y
estructuras. Se contó con apoyo de la cooperación internacional, particularmente con la asesoría de los
los profesores Nathan M. Newmark, Harry B. Seed y Robert V. Whitman de las Universidades de Illinois,
California (Berkeley) y MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), respectivamente. los miembros
de la comisión fueron los ingenieros: José Sanabria, Edgar Pardo Stolk, Alberto E. Olivares, Pedro Pablo
Azpurua. Blas Lamberti, Hugo Pérez La Salvia. Andrés Suere E., Félix Briceño E., Silvestre Castellano
E., Paul Lustgarten y Manuel A. Planchart. En los trabajos se contó con la colaboración del Colegio de
Ingenieros de Venezuela y sus sociedades técnicas, el Instituto de Materiales y Modelos Estructurales de
la UCV (IMME), la Ingeniería Municipal del Distrito Federal, la Ingeniería Municipal del Distrito Sucre
del Estado Miranda, el laboratorio del Ministerio de Obras Públicas (MOP), entre otras instituciones
venezolanas.
Además de la Comisión de personas nombradas por el MOP, se creó una Comisión nombrada por el
Ministerio de Minas e Hidrocarburos, por resolución número 1182 del 4 de agosto de 1967, integrada por
siete miembros, geólogos, geofísicos y sismólogos para determinar causas, características y consecuencias
del sismo.
El primer informe de tres volúmenes fue presentado al ministro de Obras Públicas el 28 de marzo de 1968.
El segundo informe tomó casi nueve años. Los estudios de la segunda fase comenzaron a mediados de
1968. Después de renunciar al doctor Pardo Stolk y se incorporó al ingeniero León Arocha Carvajal. En 1969,
Félix Briceño E. asumió el papel de secretario ejecutivo. Los trabajos para llevar adelante el informe
fueron accidentados y hubo problemas de financiamiento.
Uno de los frutos de estos trabajos, fue la propuesta al Poder Ejecutivo para la creación de un instituto que
se encargara del estudio e investigación de los sismos en Venezuela. Durante la primera presidencia de
Rafael Caldera, finalmente se creó (mediante el decreto N° 1053, del día 27 de julio de 1972) la
Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (FUNVISIS).
En junio de 1972 también se creó la Comisión de Defensa Civil, bajo los auspicios de Fundación Fondo.
de Solidaridad Social (FUNDASOCIAL). Ésta había sido creada en 1968 para coordinar recursos a fin de
prevenir y reparar daños causados por desastres naturales.
Las Universidades venezolanas a raíz de este fenómeno natural cambiaron los estudios estructurales de edificios y
puentes, etc, de teorías clásicas a teorías de Estados Limites.
El sismo de 1967 encontró una Caracas moderna, en pleno crecimiento, que celebraba el año.
cuatricentenario de su fundación. En los barrios marginales de la Caracas de entonces, se estimaba que
Existían unos 100.000 ranchos, con una población global que no alcanzaba las 500.000 personas (la
La población de Caracas era de unas 1.800.000 personas, por lo que la población en los barrios constituía
(menos de un 30% del total).
La densificación de los barrios se aceleraba progresivamente, y en esa época
la mayoría de los ranchos tenían de uno a dos pisos.
Cincuenta años después, en 2017, el panorama ha cambiado mucho. Actualmente se estima que más de la
la mitad de la población caraqueña habita en viviendas informales, en ranchos que exhiben hasta seis y siete
pisos de altura. Los barrios ocupan aproximadamente una cuarta parte de la huella urbana, más de
cuarenta kilómetros cuadrados. Se estima que en ellos, la densidad de viviendas es hasta tres y cuatro.
veces mayor que en las zonas de la ciudad formal, y que albergan más de cuatrocientos habitantes por
hectárea, sumando una población superior al millón y medio de personas.
Los efectos de un terremoto
como el de 1967 en los barrios de hoy podrían ser gravísimos. Sin necesidad de un terremoto, muchos de
los barrios se ubican de por sí en terrenos inestables, muy cercanos a quebradas, en zonas muy
vulnerables. En épocas de lluvias, se pone de aliviar esta situación, que anualmente deja numerosos
víctimas y damnificados. Es prioritario reubicar a la población que ocupa las zonas de mayor riesgo en los
asentamientos informales.
También la ciudad formal ha crecido. A raíz del terremoto de 1967 se actualizaron algunas normativas de
diseño estructural y se profundizó el estudio de la amenaza sísmica en el país. Sin embargo, existen
edificaciones, en especial las que se construyeron en los años 70 y décadas anteriores, que no cumplen con
las normativas sísmicas vigentes actualmente. La tarea de evaluar la vulnerabilidad de edificaciones.
existente y de emprender proyectos de readecuación sísmica en los casos que lo ameriten, es una tarea
todavía pendiente. En especial, es prioritario evaluar escuelas, hospitales, edificios públicos, estructuras de
servicios eléctricos, hidráulicos, de comunicaciones, vialidad, puentes, entre otras, y garantizar su
seguridad ante la eventualidad de sismos de probable ocurrencia en Caracas.