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Modulo 2 - Evolución Histórica Del Pensamiento y C - 250206 - 214017

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Módulo 2 - Evolución histórica del pensamiento y concepciones sobre el procesos


salud-enfermedad-atención. Psicología, desarrollo humano y calidad de vida.

Paradigmas

El paradigma individual-reduccionista se sustenta en el pensamiento médico que se


organiza alrededor de la enfermedad y en la clínica. La reflexión y la búsqueda queda
enfocada a un hombre yacente, descontextuado y tomado en cuenta sólo como reservorio
de la enfermedad, en una perspectiva eminentemente biologicista. Se busca una única
causa, por lo tanto en este pensamiento predomina la unicausalidad de la enfermedad, lo
que se busca es justamente el agente patógeno (el germen), de modo tal que se pueda
generar una relación unívoca entre una causa, un efecto y un tratamiento.

El paradigma social-expansivo se sustenta en las ideas de que las concepciones y


prácticas en salud deben ubicar al hombre en su contexto social y de la responsabilidad del
Estado en el cuidado de la salud de la población.

Las concepciones acerca de la salud y la enfermedad - de Lellis


Los conceptos de salud y enfermedad han presentado múltiples variaciones a lo largo de la
historia en dependencia de los distintos factores que han determinado las condiciones de
vida de los colectivos sociales: las estructuras de producción y consumo, los avances
científico-tecnológicos, las creencias sociales que pautan como debe protegerse, cuidarse o
restablecerse la salud una vez alterada o dañada. En otras palabras, la concepción de salud
es una construcción sociocultural.

Concepto clásico de salud: en la Edad Antigua existían dos perspectivas antagónicas en


relación a la salud y a la enfermedad. En la era pre-hipocrática había una concepción
mágico-religiosa, siendo la salud una bendición de los dioses y la enfermedad un castigo
por desviarse de las pautas que regulaban los comportamientos relacionados con la salud,
Platón representaba está corriente. Con Hipócrates se da una perspectiva materialista de la
salud. La salud pasa a ser un estado natural y el más preciado de los bienes, mientras que
la enfermedad es concebida como un desequilibrio y/o una desviación de las normas
vinculadas con la dieta, el consumo de agua, las relaciones con el medio ambiente. Las
patologías eran pensadas como las manifestaciones de cambios internos del organismo que
obedecían a factores externos, mientras que la curación se relacionaba con el retorno a un
estado natural que suponía la readaptación al entorno.

La salud y la enfermedad en la Edad Media: la creciente influencia de la iglesia católica


en Europa explica que las enfermedades fueran asociadas directamente a la intervención
de lo sagrado. La ciencia, o más propiamente el saber de la época, estaba bajo la
dominacion de la Iglesia Católica y la enseñanza escolástica, lo que hizo prevalecer la
interpretación mística de las causas de las enfermedades como asociadas a la ira de Dios o
a la acción de los demonios.

Concepciones sobre la salud en la modernidad: En el siglo XVII el dualismo cartesiano


será un hito muy importante tanto para la investigación científica como para los abordajes
en salud, marcando un antes y un después, planteando una disociación entre mente y
cuerpo, planteo fundamental de la diferenciación entre salud mental y salud física.

A su vez, la conceptualización de la salud como ausencia de enfermedad e invalidez


comienza a cobrar relevancia en este momento histórico(modernidad). Difundida a partir de
la hegemonía del discurso biomédico desde principios del siglo XIX, lo sano se fue
invisibilizado y la salud era considerada como tal sólo cuando se perdía.
2

Paralelamente a está perspectiva médico-reduccionista, surgieron otras visiones que


defendieron la idea de que la salud y la enfermedad rebasaban los límites del cuerpo físico.
La subjetividad, el comportamiento individual, las relaciones sociales y la influencia de los
ámbitos culturales comenzaron a ser visualizados como determinantes de los procesos
salutogénicos y también del malestar. Ernest Sigerist (1941) fue uno de los representantes
más importantes de este enfoque, para el cual un individuo sano es aquel que manifiesta un
adecuado equilibrio entre su cuerpo y su mente, hallándose ajustado a su entorno físico y
social, y contribuyendo al bienestar de su sociedad. Plantea que la salud no es simplemente
la ausencia de enfermedad sino que es algo positivo, “una actitud gozosa y una
aceptación alegre de las responsabilidades que la vida le impone al individuo”.

Concepción actual sobre la salud-enfermedad: la OMS define la salud por primera vez
como “El estado de completo bienestar físico, mental y social y no solo ausencia de
enfermedades”.

A partir de está definición surge un interrogante central: ¿acaso los individuos “sanos”, de
diversos entornos culturales y políticos, presentan siempre un completo y continuo estado
de bienestar físico, mental y social?. En respuesta, Milton Terris (1975) plantea que “La
salud es un estado de bienestar físico, mental y social, con capacidad de funcionamiento, y
no únicamente ausencia de malestar o dolencia”.

Está concepcion ya no incluye el término “completo”, pues la salud no puede ser entendida
en términos ideales o absolutos, sino que debe ser comprendida como una cuestión relativa
a cada contexto social y momento histórico que implica aspectos subjetivos (la sensación de
cada uno de sentirse bien) y aspectos objetivos (ligados a la realización de las actividades
diarias y al funcionamiento en lo social). Es fundamental en este punto destacar la
diferencia entre la salud pensada como un estado ideal a alcanzar y el proceso de salud
concebido como capacidad para tomar decisiones, afrontar responsabilidades y vivir con
autonomía en el ámbito concreto de la vida cotidiana. El término proceso refiere a una
situación dinámica, que se modifica continuamente en función de las circunstancias vitales
de los seres humanos, opuesto al concepto de estado, concebido como un escenario de
bienestar continuo que se mantiene inalterable a lo largo del tiempo y de los distintos
contextos socio-históricos.

A estas nociones es necesario adicionarles otras, ya que la conceptualización de la salud


requiere considerar que en algunas fases precoces o subclínicas de ciertas enfermedades
-como las distimias, los tumores, las úlceras en etapas precoces, algunas crisis epilépticas
parciales-, las personas pueden seguir manteniendo tanto la sensación de bienestar como
la capacidad de realizar sus tareas cotidianas-

Recapitulando:
- Las concepciones varían en cada contexto histórico-social, por lo cual la salud es
caracterizada como una construcción social relativa.
- La salud es un proceso, que depende de los factores sociales y ambientales
asociados al bienestar logrado en un determinado momento histórico-social, y que
asume como premisa la mutua transformación que se produce a través de la
interacción permanente entre las personas y sus entornos.
- Existe cierto grado de incertidumbre en la aplicación de categorías para diferenciar
la salud de la enfermedad. No es posible distinguir con absoluta certeza si un
organismo atraviesa un proceso cuyas manifestaciones se asocian con lo saludable,
o con lo patológico, ya que la vida se expresa, al mismo tiempo, en múltiples
situaciones que reflejan aspectos positivos y negativos
3
- La salud debe ser considerada como un conjunto de cualidades sistémicas
complejas y en un fenómeno multidimensional. La inexistencia de daño morfológico,
la ausencia de limitaciones funcionales, un grado alto de bienestar subjetivo, el
desarrollo de las potencialidades de la personalidad, la calidad del ambiente físico,
un contexto familiar continente, son algunas de las variables cuyas interrelaciones
deben ser entendidas, siempre en conjunto, para comprender integralmente al
concepto.

Considerando lo anterior, se plantea la definición de la Cátedra:


Salud es la situación de relativo bienestar físico, psíquico, social y ambiental -el
máximo posible en cada momento histórico y circunstancia sociocultural
determinada-, considerando que dicha situación es producto de la interacción
permanente y recíprocamente transformadora entre las personas y sus ambientes
humanos, teniendo en cuenta que estos componentes integran a su vez el complejo
sistema de la trama de la vida (Cátedra 1 de Salud Pública y Salud Mental, pág 5)

Concepciones de salud

Concepción Características Ubicación histórica

Somático-fisiológica Salud: ausencia de Desde los orígenes al


enfermedad. Objetivismo presente

Psíquica Incorpora la subjetividad, lo Inicios en S. XVIII y


anímico desarrollo en S. XX

Sanitaria Salud como estado positivo. Medidas profilácticas desde


Incidencia social en el la antigüedad, perspectiva
enfermar. Prevención científica S XIX

Político-legal Salud como obligación o Politicas de proteccion


derecho social, S XIX y XX

Económica Salud y productividad. Siglo XX


Costos de la salud y la
enfermedad

Social Relatividad cultural. Segunda mitad del siglo XX


Participación

Ideal Salud como estado ideal Desde la antigüedad


4
El campo de la salud pública: surgimiento histórico y nociones básicas

Con el desarrollo tecnológico acaecido a partir de mediados del siglo XVIII (revolución
industrial) comenzaron a desplegarse una serie de transformaciones que impactaron sobre
las condiciones de salud-enfermedad, de vida y de muerte de los seres humanos. Grandes
migraciones del campo a las grandes ciudades posibilitaron condiciones de vida
paupérrimas: vivir bajo situaciones de constante explotación laboral, en circunstancias
precarias y sin normas de higiene o salubridad.

Está situación fue objeto de múltiples denuncias por parte de quienes encarnaron ideales de
reforma y/o revolución social. Es a partir de los escritos de Marx y Engels que comenzó a
perfilarse lo que se dio en llamar “la cuestión social”, poniéndose de relieve las pésimas
condiciones de vida de la clase obrera y su impacto diferencial sobre la salud.

Las manifestaciones incipientes de la salud pública, tal como las conocemos actualmente,
se remontan al comienzo del siglo XIX en Francia gracias a los estudios de Villermé (1826),
quien realizó estudios en fábricas textiles a partir de los cuales se logró demostrar la
relación entre el aumento de la mortalidad y las situaciones que atravesaban los
trabajadores.
Más adelante en Gran Bretaña Thackrah y Chadwick abogan por una intervención de los
poderes públicos en el saneamiento de las ciudades.

El escenario de profunda vulnerabilidad y explotación social, consecuencia del


industrialismo, explica, en parte, las grandes convulsiones sociales y políticas acaecidas
durante aquella época. A través de la Declaración de los Derechos Humanos, la libertad e
igualdad de los individuos y la soberanía de la Nación se da sustento institucional a los
Estados Modernos. Estos principios se trasladaron rápidamente al área sanitaria mediante
la ampliación de los derechos específicos, y han permitido establecer los cimientos del
sistema de salud francés.

Es en está fase de la salud pública que comienzan a desarrollarse los primeros trabajos
enmarcados en la denominada medicina social, cuyos epígonos plantearon que los factores
sociales y la posición que el individuo ocupa en la estructura social determina la situación de
salud. Frank (1790) afirmaba que “el rico y el pobre tienen padecimientos peculiares (...)
debido a que cada clase social sufre las enfermedades determinadas por su diferente modo
de vivir”.

En este contexto, Rudolf Virchow plantea que “La medicina es una ciencia social y la política
no es más que medicina en una escala más amplia”.

Una de las corrientes que surgen a partir de la medicina social son los estudios e
intervenciones vinculados con el concepto de higiene, destinados a la protección y
mejoramiento del medio ambiente. Para Bequerel (1875), la higiene es conceptualizada
como una ciencia que versa sobre la salud con el doble objetivo de conservarla y
perfeccionarla, diferenciando en:
a) higiene privada, como aquella que trata de la salud individual
b) higiene pública, como aquella que trata sobre la salud colectiva

Con la invención del microscopio, el área de la microbiología recibió un gran impulso,


posibilitando la investigación e identificación de los agentes causantes de las patologías
(bacterias, microbios, virus). Estos descubrimientos promovieron que investigadores sienten
las bases para los tratamientos con antibióticos y la prevención de las enfermedades
infecciosas.
5

Y si bien estas medidas curativas y preventivas ligadas al modelo médico fueron relevantes,
diversos historiadores de la salud pública han demostrado que las grandes conquistas en la
mejora de la salud se han obtenido gracias a cambios en las condiciones de vida de las
poblaciones humanas, por ejemplo:
- el incremento del nivel educacional
- la mayor disponibilidad y seguridad de los alimentos
- la reducción en el tamaño de las familias
- la accesibilidad al agua potable
- etc

Concomitantemente a estas transformaciones emergieron procesos demográficos y


epidemiológicos que representaron nuevos desafíos para la salud pública. Entre ellos:
- el aumento de la esperanza de vida
- reducción de la natalidad
- disminución de las enfermedades transmisibles y no transmisibles (o crónicas)

Es necesario consignar que los modos de protección social han estado siempre presentes,
aunque en un primer momento fueron vinculados a las redes de apoyo de carácter informal.
Es recién a finales del siglo XIX que el Estado interviene de forma más directa en la
configuración de los modos de aseguramiento destinados a dar cobertura y protección.

Durante el siglo XX, se comenzaron a crear en Europa redes de dispensarios para


asistencia integral de la tuberculosis, las enfermedades venéreas y las materno-infantiles,
incorporando la figura de la visitadora social y los fichajes familiares. Durante el año 1920,
Inglaterra concibió y promovió los centros ambulatorios de salud, con equipos
multidisciplinarios y enfoques preventivos, antecedente muy relevante de las recientes
formulaciones en torno a la Atención Primaria de la Salud.

La profunda crisis social y económica, que sobrevino a las dos guerras mundiales, planteó
la necesidad de fortalecer estrategias orientadas a garantizar los derechos básicos de los
ciudadanos:
- En Inglaterra en 1948 se crea el National Health Service (Servicio Nacional de
Salud), primer sistema de salud basado en los preceptos de universalidad,
solidaridad y equidad.
- Creación de la ONU y dentro de está la OMS, está última se especializa en proponer
políticas de salud a nivel mundial, y formular iniciativas altamente importantes como
por ejemplo: la Atención Primaria de la Salud, que ha sido la principal estrategia
rectora de la organización de los sistemas de salud desde hace 4 décadas.
6
En 1974, Lalonde, ministro de Salud de Canadá, publica un informe en el cual se enfatiza
que una importante proporción de las muertes prematuras, y de las incapacidades que
sufrían los canadienses eran prevenibles a través de medidas que trascendían la acción de
los servicios médicos. Debido a esto se propone, para valorar el grado de salud de las
poblaciones, el modelo de campo de salud compuesto por 4 componentes:
1) Biología humana: incluye todos los hechos relacionados con la salud, tanto física
como mental.
2) Medio ambiente: se define como todos aquellos factores que son externos al
cuerpo humano y sobre los cuales la persona tiene poco o ningún control, por
ejemplo: la contaminación ambiental o la inocuidad y pureza de los alimentos o del
agua, así como también los factores sociales como el desempleo o la pobreza.
3) Estilo de vida: históricamente implicaba al conjunto de decisiones que adoptaba el
individuo con respecto a su salud y sobre las cuales ejercia cierto grado de control.
Más adelante ciertos autores destacaron que es inapropiado trasladar la
responsabilidad de la salud a la persona en forma exclusiva. Los patrones de
conducta estan relacionados con factores cognitivos y emocionales, los cuales se
generan y manifiestan en contextos que recogen experiencias pasadas, situaciones
culturales, políticas, económicas y del ambiente de una sociedad en particular.
4) Organización de la atención de salud: consiste en la cantidad, calidad, orden,
índole y relaciones entre las personas y los recursos en la prestación de la atención
de salud. Incluye la práctica de la medicina, la enfermería, psicología y odontología,
la atención dispensada en los hospitales, hogares de ancianos, centros de atención
primaria de la salud, proveedores de fármacos, y más.

Los esfuerzos encaminados a mejorar la salud, y la mayor parte de los gastos directos en
materia de atención, se habían concentrado, a lo largo de las épocas, en la organización de
la atención sanitaria. Sin embargo, cuando se identifican las causas principales de
enfermedad y muerte actuales, se llega a la conclusión de que los determinantes más
relevantes se hallan comprendidos en los otros 3 componentes del concepto, es decir, la
biología humana, el medio ambiente y el estilo de vida. Por consiguiente, resultaba evidente
que se gastaban grandes sumas de dinero en tratar enfermedades que, desde un principio,
podrían haberse evitado.

Las intensas discusiones y propuestas que desató el documento de Lalonde consolidaron


un movimiento que se denomina “La nueva Salud Pública” que -en contraste con la salud
pública tradicional, que actuaba sobre los aspectos biológicos del individuo y del medio
ambiente-, se ocupa de la promoción de la salud y de la prevención de enfermedades.

A finales de la década de los 70, la Atención Primaria de la Salud comienza a ser adoptada
como la principal estrategia para lograr la equidad y la reducción de las desigualdades en
cuanto al acceso a la salud de las poblaciones.

En la década de los 90 se manifiesta, en forma aguda, una crisis en los sistemas de salud y
en el campo de la seguridad social que no ha dejado de profundizarse aun más en los
últimos años. Al ser cada vez mayores las brechas distributivas entre los sectores más
acomodados y aquellos que captan menores recursos, el acceso equitativo a la salud para
todos se obstaculiza, colocando permanentemente sobre el tapete la discusión acerca del
rol del Estado como su principal garante.
7
El campo de la salud pública

La salud pública, en tanto responsabilidad colectiva, busca garantizar el derecho a la salud


como una necesidad humana básica, tal como se expresa en el artículo 25 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos.

La salud pública es un compromiso del Estado y de la sociedad civil, que requiere de una
respuesta institucional organizada. Mediante la autoridad sanitaria se debe lograr el
compromiso y la participación de la sociedad en general, y, en particular, de los agentes
sociales más específicamente concernidos en el cumplimiento de las Funciones Esenciales
en Salud Pública, definidas como:

El conjunto imprescindible de medidas, bajo la responsabilidad exclusiva del


Estado, que resultan fundamentales para alcanzar la meta de la salud pública de
mejorar, promover, proteger y recuperar la salud de la población mediante una
acción colectiva.

Milton Terris (1992) la define como:

La salud pública es la ciencia y el arte de prevenir las dolencias y las


discapacidades, prolongar la vida y fomentar la salud y la eficacia física y mental,
mediante esfuerzos organizados de la comunidad para sanear el medio ambiente,
controlar las enfermedades infecciosas y no infecciosas, así como las lesiones;
educar al individuo en los principios de la higiene personal, organizar los servicios
para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades y para rehabilitación, así
como desarrollar la estructura social que le asegure a cada miembro de la
comunidad un nivel de vida adecuado para el mantenimiento de la salud.

Promoción de la salud (PS)

Gracias a la reunión celebrada en Ottawa en 1986, la Promoción de la Salud comenzó a


cobrar relevancia internacional. Es a partir del documento final de este encuentro que se
comienza a visualizar la importancia de proporcionar a los pueblos los medios necesarios
para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma.

Definiciones de PS:
La PS es concebida, cada vez en mayor grado, como la suma de las acciones de
la población, los servicios de salud, las autoridades sanitarias y otros sectores
sociales y productivos, encaminados al desarrollo de mejores condiciones de
salud individual y colectiva (OMS, 1990).
Es el proceso mediante el cual los individuos y las comunidades estan en
condiciones de ejercer un mayor control sobre los determinantes de la salud y, de
ese modo, mejorar su estado de salud. Se ha convertido en un concepto
unificador para todos aquellos que admiten que, para poder fomentar la salud, es
necesario cambiar tanto las condiciones de vida como la forma de vivir (Nutbeam,
1986).

Estas conceptualizaciones coinciden y se complementan en varios puntos, principalmente


en que la PS se dirige a modificar los determinantes de la salud. La estrategia ofrece la
posibilidad de asumir el cambio desde una política centrada en el consumo de servicios de
atención médica, hacía una política promotora de factores que permitan el acceso a la salud
positiva, como un derecho básico universal.
8
La PS se sustenta principalmente en un paradigma holístico de la salud, que integra todas
las características del bienestar humano, conciliando dos aspectos fundamentales: la
satisfacción de las llamadas necesidades básicas y el derecho a otras aspiraciones del ser
humano.

La práctica de la salud pública debe estar comprometida con la satisfacción de tales


necesidades y anhelos. Es en este sentido, que se han contemplado 5 ejes estratégicos
principales para la PS:

- Construir políticas públicas saludables


- Crear los entornos favorables (ambientes físicos, sociales, económicos, políticos,
culturales)
- Fortalecer la acción comunitaria
- Desarrollar aptitudes personales y/o estilos de vida saludables
- Reorientar los servicios de salud
-
El último gran encuentro sobre PS fue celebrado en Finlandia en el año 2013, centrándose
en el enfoque Salud en Todas las Políticas. El mismo se basa en la idea de que la salud se
halla determinada en gran medida por factores externos al ámbito sanitario, por lo cual, una
política sanitaria eficaz debe articularse con las políticas sociales, las fiscales, aquellas
relacionadas con el medio ambiente, con la educación y con la investigación.

Resumiendo, la PS se debe concebir desde estas cuestiones centrales:


- Debe ser interdisciplinaria para lograr sus objetivos. Lo primordial es que se
conjuguen elementos de todas ellas, creando un campo teórico con identidad propia
y con técnicas y metodologías adecuadas para contribuir al logro de una sociedad
más justa y equitativa.
- Las intervenciones deben desarrollarse en dos niveles:
1) Uno que abarque el ámbito “estructural”: en el cual se plantean las acciones
para modificar los ambientes (físicos, sociales, culturales y políticos)
2) Otro cuyas actividades estén dirigidas a lograr cambios en los “estilos de
vida”
9
Prevención de la enfermedad

La prevención de la enfermedad abarca las medidas destinadas no solamente a evitar su


aparición, mediante la reducción y/o eliminación de los factores de riesgo, sino también a
proteger a los grupos más susceptibles y/o desarrollar actividades orientadas a mitigar las
consecuencias de las patologías una vez desencadenadas. Se basa en el principio de que
cuanto más temprana se efectúe a fin de evitar y/o actuar contra el curso de los trastornos,
más eficientes y eficaces resultarán las medidas adoptadas.

De acuerdo al momento de la intervención suele clasificarse en:


● Prevención primaria: alude a las acciones adoptadas sobre ciertos grupos
poblacionales, con la finalidad de suprimir los factores de riesgo y/o brindar medidas
de protección específica ante enfermedades reconocidas. Por ejemplo, las
actividades desarrolladas con el fin de prevenir el VIH y otras enfermedades de
transmisión sexual, mediante el uso de preservativos; los programas educativos para
enseñar cómo se transmite y cómo se previene el dengue.
● Prevención secundaria: se refiere a aquellas acciones orientadas a lograr el
diagnóstico temprano, la captación oportuna y el tratamiento adecuado para el
control de la/s enfermedad/es. El objetivo es evitar su aparición o retardar su
progreso y la ocurrencia de secuelas discapacitantes. Por ejemplo, el tratamiento de
la hipertensión arterial en sus estadios iniciales realizando un control epriodico y el
seguimiento del paciente.
● Prevención terciaria: tiene como objetivo mitigar o disminuir las secuelas
discapacitantes asociadas con las enfermedades y/o lesiones una vez producidas, o
bien reducir y/o evitar las recaídas o complicaciones mediante medidas de
rehabilitación e inclusión, que permitan al sujeto recuperar sus capacidades físicas,
psíquicas y/o sociales. En la prevención terciaria son fundamentales el control y el
seguimiento, para lograr una efectiva adhesión al tratamiento y a las medidas de
rehabilitación oportunamente adoptadas. Por ejemplo, la realización de fisioterapia
luego de retirar un yeso por fractura o luego de una cirugía reparadora sobre
lesiones en la rodilla de un deportista.
10
Modelos de causalidad: hacía los determinantes sociales de la salud

1) Modelo de causa simple/efecto simple

A fines del siglo XIX y principios del XX, el modelo biomédico impone la creencia de que un
virus o una bacteria eran causa suficiente para ocasionar una enfermedad. Está teoría,
también llamada del germen o de la diada agente-huésped, afirmaba que existe una sola
causa para cada efecto y que ambos eventos se relacionaban de forma lineal.

Se ha demostrado que este modelo presenta grandes limitaciones y es absolutamente


insuficiente para explicar las causas de las enfermedades.

2) Modelo de causa múltiple/efecto simple

Universalmente, los profesionales y científicos adhirieron al modelo de “causa


múltiple-efecto simple” o “Modelo de triada Ecológica” donde se sugiere que más de una
causa actúa, por sumatoria, para producir una enfermedad. Así, no solo un agente afecta a
un huésped, sino que el ambiente también actúa en la causación de las enfermedades.

A pesar del progreso que implicó está forma de pensar el origen de las patologías, la misma
no termina de desprenderse de la linealidad simplista de la unicausalidad.

Este tipo de causalidad responde a lo que se define como modelo de la caja negra,
metáfora útil para representar un fenómeno cuyos mecanismos internos permanecen
ocultos al observador.

3) Modelo de causa múltiple/efecto múltiple

Es elaborado en la década de 1980. Es homologable al concepto de campo de salud.


Considerando que las relaciones establecidas entre las condiciones participantes en el
proceso causal son muy complejas, y forman una unidad imposible de conocer de manera
exhaustiva, estos cuatro componentes no dan cuenta de la mayoría de los determinantes
que actúan dentro de la compleja “trama de la vida”.
11
Según McDowell, la adopción mecánica de la multicausalidad ha falseado el carácter social
de la enfermedad y de la salud, ya que concede el mismo peso a factores que son de
naturaleza y jerarquía distinta.

Susser y Susser (1996) desarrollaron una conceptualización, a través de explicaciones


multinivel, que agrupa desde las vías causales a nivel social hasta la patogénesis a nivel
molecular. La enfermedad es concebida como un evento poblacional que tiene lugar en
múltiples niveles sistémicos, interconectados y jerarquizados. Las manifestaciones de salud
tienen lugar de manera similar a un conjunto de cajas chinas, de modo que un sistema
contiene a otro subordinado, y los cambios en un nivel influyen sobre el subsistema
correspondiente, pero no necesariamente sobre la totalidad del sistema. Asimismo, las
relaciones en cada nivel (del molecular al social), son válidas únicamente para explicar
estructuras de complejidad y jerarquía similares, que no pueden ser generalizadas a otros
niveles.

Determinantes Sociales de la Salud (DSS)

El concepto de DSS comienza a cobrar gran auge en la década de los 90, debido a las
limitaciones presentadas por los modelos de causalidad anteriores.

La OMS considera que los DSS son las condiciones en que las personas nacen, crecen,
viven, trabajan y envejecen; siendo que estas circunstancias estan configuradas por un
conjunto más amplio de fuerzas económicas, sociales y políticas que operan en diversos
niveles: global, nacional, regional, local.

Está perspectiva de los DSS centra su eje en la necesidad de esclarecer cómo las
desigualdades en la distribución de los bienes sociales, del ingreso económico, de la
riqueza, del empleo, de la alimentación, del acceso a los servicios básicos (agua potable y
saneamiento, educación, recreación y de los hábitos de vida saludable se manifiestan,
generando diferencias indignas entre los grupos.

Diferentes propuestas facilitan la explicación y el análisis sobre cómo estas desigualdades


son el resultado de las interacciones entre diferentes niveles de condiciones causales
individuales, comunitarias y macrocontextuales.

Modelos sobre los DSS: los determinantes sociales de la salud permiten la construcción
de diversos marcos explicativos para analizar las relaciones entre las formas como se
constituyen y se desarrollan las sociedades y su influencia sobre la situación de salud de las
poblaciones.
12
Modelo de Dahlgren y Whitehead (1992): las capas de la influencia en la
determinación de la salud

Para estos autores, las interacciones entre distintos niveles de condiciones causales,
ubicadas en los individuos, grupos comunitarios y las circunstancias sociopolíticas son las
que permiten explicar cómo se determinan los procesos de salud-enfermedad de las
poblaciones.

El diagrama de los DSS está representado a modos de anillos concéntricos donde las
personas se sitúan en el centro, representando, a nivel individual, las condiciones relativas a
la edad, el sexo y los factores genéticos que condicionan el potencial final de las
manifestaciones de salud. Sin embargo, este estatus de lo biológico no puede ni debe ser
considerado aislado de las inercias sociales, ni la explicación de la biología puede ser
extrapolada de las relacionadas humanas. Por ello, la capa que recubre a la anterior
representa las conductas personales y los estilos de vida, que dependen, a su vez, de las
influencias sociales y comunitarias que se presentan en el próximo nivel. Es decir que las
redes, los sistemas de apoyo y las presiones de los pares medían las condiciones de vida y
de trabajo, el acceso a los alimentos, la vivienda y los servicios esenciales, entre otros, que
afectan a los demás anillos. Por sobre estas capas el modelo considera e incluye las
condiciones socioeconómicas, culturales y ambientales que abarcan todos los
determinantes y se convierten en los elementos estructurantes de las condiciones de vida y
de salud de los sujetos.
13
Modelo de los Determinantes Sociales de la Salud desde la conceptualización de
Pedro Castellanos (1998)

Castellanos desde una perspectiva dialéctica intenta esclarecer las relaciones entre
distintos niveles y factores de determinación de la salud.

Para este autor, cuando se analiza el perfil de salud de un grupo de población se pueden
identificar procesos generales del modo de vida de la sociedad como un todo, procesos
particulares inherentes a las condiciones de vida del grupo en cuestión y sus interacciones
con otros grupos, y procesos singulares inherentes al estilo de vida personal o de los pares
y/o grupos trazados sobre los vínculos más próximos de pertenencia.

Es decir que en cada sociedad se manifiestan modos de vida que son producto de los
procesos generales que dependen de las características del medio donde se asienta, de su
organización económica y política, cultura, historia, y de otros procesos generales que
conforman su identidad como sociedad.

El modo de vida es, a su vez, una unidad conformada por las diversas condiciones de vida
de los diferentes grupos de población que la integran y por las relaciones que se establecen
entre ellos.

Asimismo, cada individuo o pequeño grupo de ellos, como puede ser la familia, tiene un
estilo de vida singular, relacionado con sus propias características biológicas, mi medio
residencial y laboral, habits, normas o valores, así como su nivel educativo.

La relación entre el modo, las condiciones y los estilos de vida como determinantes
de la situación de salud puede ser entendida como un sistema complejo, jerárquico y
abierto. Es decir, cada nivel superior contiene a los otros, pero cada uno constituye un
nivel de organización en sí mismo, en el que emergen procesos y cualidades específicas
que no son la suma de los componentes del nivel inferior ni la consecuencia mecánica de
los procesos del nivel superior.
14
En los niveles generales las relaciones de determinación se expresan en periodos más
prolongados, aunque más estables y permanentes. En los niveles singulares, las
relaciones de determinación tienden a expresarse en periodos más cortos e intensos. Esto
significa que las variaciones y diferencias a corto plazo estan más vinculadas a cambios
individuales y de estilo de vida; las variaciones de plazo intermedio a las diferentes
condiciones de vida de los grupos de población, y las de largo plazo con las variaciones en
el modo de vida del conjunto de la sociedad.

Los cambios que puedan introducirse en los procesos del nivel más general tendrán unos
efectos sobre la situación de salud más lentos pero más estables y prolongados;
mientras que aquellos correspondientes a niveles inferiores tendrán un efecto más rápido
pero menos duradero.

Procesos mediadores implicados en la determinación de la salud

Castellanos describe una serie de procesos sociales mediadores que determinan y


condicionan la salud-enfermedad de las poblaciones, y los clasifica en:
a) Biológicos: la sustentabilidad de las sociedades requiere de la reproducción de los
procesos biológicos de la especie humana. La reproducción biológica de los seres
vivos en general constituye una réplica genética del conjunto de los procesos que
hicieron posible la existencia de su especie: concepción, gestación, nacimiento,
crecimiento y desarrollo. Su salud y sus posibilidades de supervivencia como
individuos, y como especie, estan determinados por la suma de estos procesos
genéticos y el medio ambiente donde han de vivir. Está interacción se concreta en la
participación en sistemas (procesos) b) ecológicos en un determinado territorio y,
más específicamente, en el medio ambiente residencial y laboral.
c) Psicológicos y culturales: las relaciones del hombre con la naturaleza estan
mediadas por su conciencia, por su capacidad de percibir el mundo que lo rodea, de
desarrollar concepciones, valores y hábitos, de organizarse y de expresar sus
sentimientos. La reproducción de las formas de conciencia y de conducta constituye
así otro de los procesos esenciales de la reproducción social.
d) Económicos: la reproducción de los procesos predominantemente económicos
constituye otro de los procesos de la reproducción social. La subsistencia de los
hombres exige, mediante formas específicas de organización, la producción,
distribución y consumo de bienes y servicios del trabajo.

Cada uno de estos 4 procesos contiene aspectos favorables o desfavorables a la existencia


que se expresan en distintas manifestaciones de salud.

La situación de salud que resulta de dichos procesos puede ser mejorada o perjudicada, en
la medida en que se modifiquen las diferentes dimensiones de la reproducción social. Para
trabajar sobre cada perfil de problemas de salud, se deben identificar primero los procesos
vinculados a su determinación y, posteriormente, decidir cuales han de ser las estrategias
de intervención con mayor impacto para mejorar dicha situación.
15
Las intervenciones en salud pública, acciones sobre los procesos mediadores de la
salud

Desde está perspectiva, la situación de salud está estrechamente vinculada con la vida
cotidiana de los individuos y las poblaciones, siendo este el espacio privilegiado de
intervención de la salud pública. Es así como intervienen sobre los procesos
predominantemente biológicos, por ejemplo, elevando la resistencia inmunológica mediante
vacunas, reduciendo la susceptibilidad frente a las enfermedades, etc.

Las políticas de salud y medio ambiente también intervienen en los procesos ecológicos,
con políticas y acciones de control de la contaminación y degradación del ambiente, así
como del micro ambiente residencial y laboral, con medidas de saneamiento básico y de
control de riesgos ambientales en viviendas y puestos de trabajos insalubres. También se
trabaja sobre las formas de conciencia y de conducta mediante la educación sanitaria y las
actividades de promoción de valores, hábitos y conductas favorables a la salud, tanto en el
plano individual como colectivo.

En cuanto a los procesos económicos, por ejemplo, los servicios de atención médica
constituyen una forma de redistribución social mediante la seguridad social, que en algunos
países representa una parte significativa del salario social; distribución de alimentos y
medicamentos; al igual que algunas acciones de salud laboral.

Desde está perspectiva, todo fenómeno de salud en poblaciones humanas está biológica y
socialmente determinado. Está determinación acontece en los procesos de reproducción
social de las sociedades (generales), de los grupos (particulares) y de los individuos
(singulares) y se muestra en el espacio de la vida cotidiana en los múltiples “procesos
mediadores” en los que discurre la vida cotidiana de los sujetos.

Para diferenciar lo saludable y lo patológico, es necesario reconocer cierto grado de


incertidumbre. La expectativa de encontrar un límite o frontera precisa, delimitada y para
siempre parece frustrarse permanentemente y lo que se encuentra, en realidad, es una
zona de incertidumbre que cada sociedad define diferente y que a lo largo del tiempo se va
modificando.

La salud es entonces un conjunto de cualidades complejas y un fenómeno multidimensional,


que supone ausencia de daño y de limitaciones funcionales, sensaciones de bienestar,
calidad ambiental y pertenencia familiar y social.
16
Introducción a la psicología de la salud - Calatayud

La salud engloba aspectos subjetivos (bienestar mental y social), aspectos objetivos


(capacidad para la función) y aspectos sociales (adaptación y trabajo productivo).

Una contextualización ecológica facilita la idea de que existe un continuo desde la salud a la
enfermedad en el que pueden reconocerse muchos puntos intermedios en la medida en que
podamos tener la capacidad de identificar la situación del sujeto en el marco de sus
realizaciones. Esto posibilita poder identificar el riesgo que está presente en la vida de un
individuo concreto en un momento particular de su vida, para el desarrollo de una
determinada enfermedad o un grupo de ellas, siempre y cuando podamos tener suficiente
información sobre dicho sujeto y sobre sus circunstancias, y siempre que dispongamos del
conocimiento suficiente acerca del modo en que dicha enfermedad se asocia con algunas o
todas esas circunstancias.

Esto puede favorecer notablemente la prevención de las enfermedades. En lo que hace a la


psicología y a las posibilidades de sus aporte en el campo de la salud, está noción resulta
de gran utilidad para entender cuál es el papel del comportamiento tanto en el
mantenimiento de un determinado estado de salud como en el surgimiento de las
enfermedades y en la evolución de las mismas.

Una de las formulaciones más conocidas en materia de causalidad es la debida a los


epidemiólogos norteamericanos Leavel y Clark, que publicaron un libro dedicado al estudio
de la historia natural de las enfermedades. Contribuyeron a que se entendiera mucho mejor
el problema de la multicausalidad, no obstante su enfoque original estuvo muy apegado al
problema de las enfermedades producidas por agentes biológicos y físicos, y su
consideración sobre el papel del huésped no alcanza a revelar adecuadamente su
naturaleza activa.

El modelo de Leavel y Clark permite una cierta operativización de la organización de las


medidas que se deben poner en práctica para brindar servicios de salud. En la proyección
del psicólogo en el ámbito de la salud puede resultar de utilidad.
17
Modelo de Leavel y Clark

Establecieron dos momentos o periodos en el proceso de la enfermedad:


1) el primero se realiza en el medio ambiente, antes de ser afectado el ser humano, y
comprende el periodo prepatogenico
2) El segundo, una vez que ha sido afectado, que es el periodo patogénico o curso
natural de la enfermedad.

Ambos periodos constituyen la historia natural de la enfermedad.

En el periodo prepatogénico es cuando se puede producir una situación de riesgo debido a


la relación que adopten el agente, el huésped y el ambiente. Así, se puede decir que ocurre
en el medio ambiente, antes de ser afectado el hombre o una población, y se da como parte
del estado aparente de salud o de equilibrio ecológico. Este es anterior a que se presenten
las primeras manifestaciones subclínicas, donde por ende no hay síntomas o
manifestaciones de la enfermedad en las personas, pero si hay manifestaciones que son de
interes epidemiologico, ya que pueden ser realizadas observaciones que nos permitan
apreciar en una situación dada cómo es que se estan produciendo las interacciones entre
los posibles factores de riesgo para una determinada condición o grupo de condiciones.

● Primer periodo de la enfermedad

Los agentes que potencialmente causan enfermedades pueden ser:


- Físicos: radiaciones, calor, humedad, etc
- Químicos: ácidos, combustibles, etc
- Biológicos: parásitos animales y vegetales, bacterias, virus, etc
- Sociales y psicológicos.

En el huesped son relevantes los siguientes elementos: la herencia, el grupo etcnico al que
se pertenece, la edad y el sexo, la ocupacion habitual, los habitos y las costumbres y el
desarrollo de la personalidad. Estos dos últimos elementos del huésped humano son de
máximo interés para la psicología.

El ambiente ha sido operacionalizado en 3 dimensiones:


1) el ambiente inorgánico: incluye las condiciones físicas y geográficas
2) el ambiente orgánico o biológico: incluye la flora y la fauna y todas las
manifestaciones de vida que pueden tener influencia sobre el individuo y el grupo
3) el ambiente superorgánico: se refiere a la realidad socioeconómica y cultural en la
que el individuo se desenvuelve

Estos niveles del ambiente, si bien cualitativamente diferentes, no lo dividen ni lo separan.


En la realidad de cada sujeto individual, el ambiente está dado como una unidad en la cual
las condiciones físicas y geográficas tienen un impacto sobre el ambiente orgánico, y estos
a su vez, pueden ejercer una influencia sobre el superorgánico, pero al mismo tiempo la
realidad social y cultural ejerce un notable impacto sobre los dos primeros. Dicho de otra
manera, se reconocen cualidades diferentes en el ambiente, pero ante cada ser humano
concreto este se representa y se vive como una unidad que lo afecta de manera indivisible.
18
● Segundo periodo de la enfermedad

Se divide en dos en 2 etapas:


1) la subclínica: en está las manifestaciones de la enfermedad son mínimas y solo
pueden confirmarse mediante exámenes, el individuo no percibe su estado de
enfermedad.
2) la clínica: está corresponde al estado de enfermedad, se dice que en ese momento
ya se ha rebasado el “horizonte clínico”, es un estado que presenta un cuadro
reconocible que llama la atención del propio enfermo, sus familiares, y que puede
identificar el médico, ya sea por las manifestaciones objetivas corporales, como por
las emocionales y del comportamiento. En está etapa se presentan los signos y
síntomas de la enfermedad, la que puede evolucionar hacía la incapacidad temporal
o posterior recuperación, o hacía el establecimiento de un estado crónico o un
defecto permanente, o hacía la muerte, en dependencia del proceso en cuestión.

¿Cuál es la lectura que los psicólogos podemos hacer del complejo problema de la
causalidad de la salud y la enfermedad? Está se puede resumir delsiguiente modo:
1. tanto el buen estado de salud, como la enfermedad se pueden asociar a múltiples
causas, entre las que estan las de carácter social y las relativas al comportamiento
2. la producción o desarrollo de una determinada condición de enfermedad requiere la
presencia no solo de las causas necesarias, sino de que estas sean suficientes. El
comportamiento puede intervenir en la dinámica de las causas, tanto como causa
necesaria, como contribuyendo a que las necesarias de otro orden se conviertan en
suficientes.
3. el carácter activo del “huésped humano” obliga a que lo entendamos en su
dimensión psicológica, en tanto persona.
4. el ambiente social no es solo un “medio” en el cual se establece la relación entre el
“agente” y el “huésped”, es también un generador de causas que pueden afectar por
su carácter específico a un individuo o grupo de individuos.
5. el grado de susceptibilidad o resistencia de un individuo ante la acción de los
agentes externos no está determinado solamente por sus cualidades biológicas. Las
variables psicológicas juegan un importante papel en determinar ese grado de
susceptibilidad o resistencia.
6. La interpretación psicológica de las variables sociales del ambiente puede contribuir
a la modificación de su potencial agresivo sobre el individuo. Del mismo modo, se
puede contribuir a elevar la resistencia del sujeto tanto para no enfermar como para
favorecer la evolución de la enfermedad
7. Aunque todas las enfermedades tienen una determinación multicausal, las variables
del ambiente social y las psicológicas pueden ser más relevantes en el origen y
evolución de algunas más que de otras.
8. El papel de la psicología no puede limitarse a los problemas de salud mental.
9. Así como es necesario el estudio del papel del comportamiento en la producción y
evolución de la enfermedad, también es necesario e importante este estudio en
relación con la producción de la “salud positiva”.
19
La frecuencia de los problemas de salud

Hay un grupo de problemas de la salud que, vistos a escala poblacional, parecen tener una
relación menos evidente con el comportamiento individual, o al menos con aquellos
comportamientos que el individuo puede controlar. Existen ambientes peligrosos para la
salud ante los cuales pueden desplegarse comportamientos preventivos, pero en ciertas
circunstancias, esos comportamientos preventivos no son posibles, e incluso, algunos
comportamientos riesgosos e incluso dañinos para la salud son inevitables. Por eso el
psicólogo de la salud caería en una falacia si se le ocurre pensar que en todos los casos las
acciones sobre el comportamiento producirían cambios definitivos en el estado de la salud
de los individuos y los grupos.

Por ejemplo, no se puede establecer una relación simple entre ingresos y patrón de
mortalidad. Depende de cómo estan distribuidos los ingresos y de cómo se atiende la salud
de la población. Estas consideraciones para el psicólogo de la salud son muy importantes.
Este debe partir de una lectura o interpretación de la realidad en la que se está moviendo,
conocer cuales son en ese contexto los problemas de salud más frecuentes y cuales son
sus determinantes, y a partir de esos datos, establecer las prioridades para su trabajo. Aun
en aquellas situaciones en las que las condiciones económicas y sociales son muy
negativas, se puede trabajar en la dirección de modificar el comportamiento individual en el
sentido de hacerlo evolucionar hacía el desarrollo de conductas pertinentes para obtener el
mejor nivel de salud de las personas en ese ambiente.

La salud pública y sus tendencias actuales

Como la mayor parte de los problemas de salud actuales son “crónicos”, es decir, que una
vez que se han establecido pueden acompañar a la persona durante mucho tiempo,
empeorar su estado y conducir a la muerte paulatinamente, el comportamiento puede jugar
un papel muy importante en esa evolución. Podrán reducir las limitaciones que les impone
su enfermedad y alargar su vida aquellos que puedan adherirse adecuadamente a los
tratamientos y los regímenes de vida que cada una de estas enfermedades exige para su
buena evolución. En este sentido, no se trata ya solamente de que la salud pública tenga la
capacidad de desarrollar medidas para generar comportamientos saludables, sino de que la
atención de estos enfermos incluya la perspectiva psicológica para promover el
comportamiento pertinente en relación al estado de enfermedad.

En la actualidad se enfatiza que la salud pública debe priorizar la promoción de la salud y la


prevención, sin embargo esto no es suficiente, también es necesario el aumento del nivel de
vida y la participación de toda la sociedad en un enfoque multisectorial. No obstante ello, en
la práctica subsisten muchas deformaciones y en muchos países se sigue observando una
clara falta de correspondencia entre la estructura y funcionamiento de su salud pública y los
problemas de salud que afectan con mayor frecuencia a su población.

Por eso no es extraño encontrar que a nivel del discurso se ponga énfasis en la importancia
de la integración de las ciencias sociales y de la psicología al campo de la salud, aunque en
la realidad cotidiana los servicios siguen dominados por la medicina, concediéndole
eventualmente un mínimo espacio a la actividad de las profesiones que le dan salida al
saber social y psicológico. Para la psicología en particular, debe constituir una tarea de
primer orden asumir que uno de sus campos de acción aplicado más importante es el que
tiene que ver con los problemas de salud, comprender la naturaleza actual de la
problemática, y desarrollar los enfoques, la tecnología y los recursos humanos necesarios
que le permitan disponer de las herramientas propicias para aportar la contribuciones que
hoy resulta necesario hacer en este ámbito.
20
La categoría bienestar psicológico y su relación con otras categorías sociales -
Viniegras

El estudio del bienestar humano es un tema complejo y sobre el cual los científicos sociales
no logran un consenso. La falta de acuerdo de su delimitación conceptual se debe, entre
otras razones, a la complejidad de su estudio, determinada mucho por su carácter temporal,
su naturaleza plurideterminada, donde intervienen factores objetivos y subjetivos.

Uno de los componentes fundamentales del bienestar es la satisfacción personal con la


vida. Esa satisfacción surge a punto de partida de una transacción entre el individuo y su
entorno micro y macrosocial, con sus elementos actuales e históricos, donde se incluyen las
condiciones objetivas materiales y sociales, que brindan al hombre determinadas
oportunidades para la realización personal.

El bienestar subjetivo en tanto categoría se hace necesaria, junto con otras, para abordar
los factores psicológicos y sociales influyentes en el proceso salud-enfermedad.

El bienestar subjetivo es parte de la salud en su sentido más general y se manifiesta en


todas las esferas de la actividad humana. Un individuo que se siente bien es más
productivo, sociable, creativo, posee una proyección de futuro positiva, infunde felicidad y la
felicidad implica capacidad de amar, trabajar, relacionarse socialmente y controlar el medio.

La investigación del bienestar subjetivo ha sido abordada por los investigadores de manera
difusa y poco clara, manejandose indistintamente conceptos tales como bienestar subjetivo,
bienestar psicológico, salud mental y felicidad; tampoco está claramente definida su
vinculación con otras categorías de corte sociológico y sociopsicologico, tales como calidad
de vida, desarrollo económico y nivel de vida, condiciones de vida, modo de vida y estilo de
vida.

Desarrollo

Algunos autores defienden la medición del bienestar mediante sus diferentes componentes,
mientras que otros proponen una valoración global.

Otros autores han considerado el bienestar subjetivo como expresión de la afectividad. Para
Lawton, el bienestar es visto como una valoración cognitiva, como la evaluación de la
congruencia entre las metas deseadas y las obtenidas en la vida, mientras que Diener y
otros brindan una concepción más integradora del bienestar subjetivo considerándolo como
la evaluación que hacen las personas de su vida, que incluye tanto juicios cognitivos como
reacciones afectivas (estados de ánimo y emociones).

Existe una íntima relación de lo afectivo y lo cognitivo por lo que el bienestar es definido por
la mayoría de los autores como la valoración subjetiva que expresa la satisfacción de las
personas y su grado de complacencia con aspectos específicos globales de su vida, en los
que predominan los estados de ánimo positivos.

El bienestar subjetivo enfatiza un carácter vivencial en su sentido más amplio.

El término bienestar psicológico ha sido utilizado como sinónimo de bienestar subjetivo; y de


hecho ambos términos estan estrechamente relacionados. El bienestar psicológico puede
ser considerado como la parte del bienestar que compone el nivel psicológico, siendo el
bienestar general o bienestar subjetivo el que está compuesto por otras influencias, como
por ejemplo la satisfacción de necesidades fisiológicas.
21

El bienestar psicológico trasciende la reacción emocional inmediata, el estado de ánimo


como tal.

Hay una fuerte evidencia a favor de la existencia tanto de aspectos estables como de
aspectos transitorios del bienestar subjetivo, los aspectos estables parecen tener efectos
significativamente más fuertes que los aspectos transitorios.

El bienestar posee elementos reactivos, transitorios, vinculados a la esfera emocional, y


elementos estables que son expresión de lo cognitivo, de lo valorativo; ambos
estrechamente vinculados entre sí y muy influidos por la personalidad como sistema de
interacciones complejas, y por las circunstancias medioambientales, especialmente las más
estables.

Las diferencias sociodemográficas, no solo pueden producir diferentes niveles de bienestar


y de salud, sino también diferentes formas de encontrar el bienestar psicológico. Puede
esperarse que las causas del bienestar difieran según el ciclo vital, las condiciones de vida,
el nivel educacional, la ocupación o el grupo social.

El bienestar surge del balance entre las expectativas (proyecciones de futuro) y los logros
(valoracion del presente), lo que muchos autores llaman satisfaccion, en las areas de mayor
interes para el ser humano y que son el trabajo, la familia, la salud, las condiciones
materiales de vida, las relaciones interpersonales, y las relaciones sexuales y afectivas con
la pareja.

Las condiciones materiales de vida, por constituir las condiciones reales en que los hombres
producen y reproducen su existencia social e individual, aportan elementos decisivos al
bienestar humano, sin embargo, ellas constituyen sólo un aspecto en su naturaleza
plurideterminada. Las condiciones de vida no son más que aquellas condiciones materiales,
espirituales y de actividad en las que transcurre la vida de las personas. Entre las
condiciones de vida estan la disponibilidad de fuentes de trabajo, condiciones de vivienda,
servicios de atención médica, disponibilidad de alimentos, existencia de centros culturales y
deportivos, saneamiento ambiental, transporte, comunicaciones, etc.

Las condiciones de vida, como es obvio, tienen en su base el desarrollo económico


alcanzado por una sociedad en un tiempo y lugar determinados. Esto forma parte de los
componentes de la calidad de vida y el bienestar humano, pero no siempre el alto nivel de
vida y de desarrollo se traducen en iguales índices de calidad de vida, pues ella puede
verse deteriorada por el aumento de las desigualdades sociales, la producción ilimitada y el
consumismo, etc.

El nivel de vida es el grado en que se satisfacen las necesidades humanas expresadas a


través de un conjunto de indicadores cuantitativos. El desarrollo de los indicadores ha
evolucionado desde la vertiente de las condiciones de vida, hasta la experienciación
(percepción, interpretación, valoración) de estas situaciones y condiciones, desde los
indicadores materiales y objetivos hasta los indicadores de satisfacción a través de medidas
psicosociales subjetivas.

El modo de vida, es una categoría también estrechamente relacionada con la calidad de


vida y el bienestar. Este es ante todo un concepto sociológico que se conceptualiza como la
expresión integrada de la influencia socioeconómica en el conjunto de formas de la
actividad vital, en la vida cotidiana de los individuos, grupos y clases sociales. El sintetiza
en la actividad vital del hombre lo biológico y lo social.
22
Cada sociedad, en cada momento histórico, tiene un modo de vida correspondiente. Por
ello, el modo de vida se manifiesta de forma específica en cada pueblo o nación.

Es necesario tener en cuenta la actitud subjetiva del hombre hacía su modo de vida, porque
la satisfacción o la insatisfacción son los inspiradores más importantes de su modificación.

El modo de vida está también determinado por las cualidades biológicas, psicológicas y
sociales de cada persona en particular, las que determinan un estilo de vida específico para
cada individuo. Este estilo de vida refleja el comportamiento del sujeto. El comportamiento
tiene un carácter activo y está regulado por la personalidad, y representa el conjunto de
conductas del individuo en su medio social, cultural y económico.

El estilo de vida abarca los hábitos y la realización personal en todas las esferas de la vida
del hombre, el área laboral, la cultura material, higiene personal, cultura sanitaria, actividad
cultural y sociopolítica, así como las relaciones sociales y sexualidad.

Para ganar claridad en el análisis de estas categorías hay que partir de un presupuesto
teórico importante: el hecho de que todas ellas se encuentran determinadas por las formas
de organización socioeconómicas que caracterizan un sistema dado.

En los modelos planteados para la evaluación de la calidad de vida prevalecen 2 tendencias


fundamentales:
1) La primera está centrada en variables objetivas externas al sujeto,
correspondiendose con un enfoque sociológico y económico, que ha tratado de
medir la calidad de vida utilizando preferiblemente la metodología de los indicadores
de corte sociodemográfico. Entre los factores objetivos se encuentran entre los más
recurridos los relacionados con la salud, tales como esperanza de vida, mortalidad
infantil, nutrición, servicios de salud entre otros; los educacionales donde se toma en
consideración el índice de alfabetismo y el acceso a los servicios educacionales.
También en algunos de estos trabajos se destaca el valor de los ingresos per cápita,
el producto nacional bruto, el índice de delincuencia, etc.
2) La segunda considera a la calidad de vida como una dimensión subjetiva
determinada por la valoración que hace el sujeto de su propia vida. Según Garcia
Riaño, lo más importante en la calidad de vida es la percepción que el sujeto tiene
de su realidad exterior.

Ambos enfoques parcializados son negativos. La definición correcta de la calidad de vida


es:

El resultado de la compleja interacción entre factores objetivos y subjetivos; los


primeros constituyen las condiciones externas (económicas, sociopolíticas,
culturales, ambientales, etc), que facilitan o entorpecen el pleno desarrollo del
hombre, de su personalidad. Los factores subjetivos estan determinados en última
instancia por la valoración que el sujeto hace de su propia vida en función del
nivel de satisfacción que alcanza en las esferas o dominios más importantes de
su vida.

Existe una interacción entre lo social y lo psicológico, donde lo social influye en lo


psicológico a través del sentido que tenga para el sujeto, y lo psicológico influye en lo social
de acuerdo con la postura que el individuo asume. Esto es un presupuesto teórico básico
para la conceptualización, estudio y evaluación de la calidad de vida y su dimensión
subjetiva que identificamos con el bienestar.
23
Los niveles de satisfacción que las personas alcanzan, no solo dependen de las
condicionantes externas, sino también de las internas, es decir de su autovaloración y la
jerarquía motivacional. En la estructura de área subjetiva de la calidad de vida tenemos,
entonces, como núcleo central, una dimensión psicológica la cual expresa el nivel de
correspondencia entre las aspiraciones y expectativas trazadas por el sujeto y los logros
que ha alcanzado o puede alcanzar a corto o mediano plazo.

Concluyendo: en el abordaje de la calidad de vida, los indicadores de corte objetivo


resultan necesarios, pero requieren de un complemento indispensable: el distinguir cómo se
expresan estos valores sociales en el individuo y cuán importantes resultan para él.
24
Reflexiones para una nueva perspectiva - Max Neef

Desarrollo y necesidades humanas son componentes de una ecuación irreductible. De este


modo, una teoría de las necesidades humanas para el desarrollo, debe entenderse
justamente en esos términos: una teoría para el desarrollo.

Se trata en realidad de una cuestión de enfoque. El desafío consiste en que políticos,


planificadores, promotores y, sobre todo, los actores del desarrollo sean capaces de
manejar el enfoque de las necesidades humanas, para orientar sus acciones y aspiraciones.

Es decir, hacer entendible y operativa una teoría de las necesidades humanas para el
desarrollo, desde ninguna disciplina particular, sino en una transdisciplinariedad.

Las nuevas calamidades sociales se nos revelan cada día más, ya no como problemas
específicos, sino como problemáticas complejas que no pueden seguir atacandose
satisfactoriamente mediante la aplicación exclusiva de políticas reduccionistas.

Solo un enfoque transdisciplinario nos permite comprender, por ejemplo, de qué manera la
política, la economía y la salud han convergido hacía una encrucijada. Descubrimos, así,
que muchas veces la mala salud es el resultado de la mala política y la mala economía

Tres postulados y algunas proposiciones

El desarrollo se refiere a las personas y no a los objetos. Este es el postulado básico del
Desarrollo a Escala Humana.

Lo que quiere decir Max Neef es que no existe correlación entre el grado de desarrollo
económico de una ciudad y la felicidad de una persona, y que de hecho, el desarrollo
económico parece aumentar la soledad y la alienación en las sociedades consideradas
desarrolladas. Plantea que a partir de determinado punto del desarrollo económico, la
calidad de vida comienza a disminuir, y que por lo tanto, aconseja que todo crecimiento
cuantitativo debería derivar en un desarrollo cualitativo.

Max Neef entonces plantea el segundo postulado, que dice que el desarrollo a escala
humana se vincula directamente con la satisfacción de las necesidades humanas
fundamentales.

Y el tercer postulado plantea que el mejor proceso de desarrollo será aquel que permita
elevar la calidad de vida de las personas.

Pero ¿Qué determina la calidad de vida de las personas?

La calidad de vida dependerá de las posibilidades que tengan las personas de satisfacer
adecuadamente sus necesidades humanas fundamentales.
25
¿Cuáles son esas necesidades fundamentales?

Se ha creído, tradicionalmente, que las necesidades humanas tienden a ser infinitas,


cambiantes, que varían de una cultura a otra y de un periodo histórico a otro, tales
suposiciones son incorrectas debido a un error conceptual. El error es que no se
explicita la diferencia entre necesidades y satisfactores de esas necesidades.

La persona es un ser de necesidades múltiples e interdependientes. Por ello las


necesidades humanas deben entenderse como un sistema en que las mismas se
interrelacionan e interactúan. Simultaneidades, complementariedades y compensaciones
son características de la dinámica del procesos de satisfacción de las necesidades.

Las necesidades humanas pueden desagregarse conforme a múltiples criterios. Aquí se


combinan dos criterios posibles de desagregación:
1) según categorías existenciales
2) según categorías axiológicas

Está combinacion permite operar con una Por otra, las necesidades axiológicas:
clasificacion que incluye, por una parte, las - Subsistencia
necesidades existenciales: - Protección
- Ser - Afecto
- Tener - Entendimiento
- Hacer - Participación
- Estar - Ocio
- Creación
- Identidad
- Libertad

De la clasificación propuesta se desprende que, por ejemplo, alimentación y abrigo no


deben considerarse como necesidades, sino como satisfactores de la necesidad
fundamental de subsistencia.

No existe correspondencia biunívoca entre necesidades y satisfactores. Un satisfactor


puede contribuir simultáneamente a la satisfacción de diversas necesidades o, a la inversa,
una necesidad puede requerir de diversos satisfactores para ser satisfecha. Ni siquiera
estas relaciones son fijas. Pueden variar según tiempo, lugar y circunstancias. Por ejemplo:
cuando una madre le da el pecho a su bebe, a través de ese acto, contribuye a que la
criatura reciba satisfacción simultánea para sus necesidades de subsistencia, protección,
afecto e identidad, sin embargo, la situación sería muy distinta si el bebe es alimentado de
manera más mecánica.

Habiendo diferenciado los conceptos de necesidad y de satisfactor, es posible formular dos


postulados adicionales:
1) Las necesidades humanas fundamentales son finitas, pocas y clasificables.
2) Las necesidades humanas fundamentales son las mismas en todas las culturas y en
todos los periodos históricos. Lo que cambia a través del tiempo y de las culturas, es
la manera o los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades.

Lo que está culturalmente determinado no son las necesidades humanas fundamentales,


sino los satisfactores de esas necesidades. El cambio cultural es -entre otras cosas-
consecuencia de abandonar satisfactores tradicionales para reemplazarlos por otros nuevos
y diferentes.
26
Cada necesidad puede satisfacerse a niveles diferentes y con distintas intensidades;
además, se satisfacen en 3 contextos:
a) en relación con uno mismo (Eigenwelt)
b) en relación con el grupo social (Mitwelt)
c) en relación con el medio ambiente (Umwelt)

La calidad e intensidad tanto de los niveles como de los contextos dependerá de tiempo,
lugar y circunstancias.

La pobreza y las pobrezas

Sugerimos no hablar de pobreza (económica), sino de pobrezas. Cualquier necesidad


humana fundamental que no es adecuadamente satisfecha revela una pobreza humana.
- La pobreza de subsistencia: debido a alimentación y abrigo insuficientes;
- La pobreza de protección: debido a sistemas de salud ineficientes, a la violencia,
la carrera armamentista, etc;
- La pobreza de afecto: debido al autoritarismo, la opresión, las relaciones de
explotación con el medio ambiente natural, etc;
- La pobreza de entendimiento: debido a la deficiente calidad de la educación;
- La pobreza de participación: debido a la marginación y discriminacion de mujeres,
niños y minorías;
- La pobreza de identidad: debido a la imposición de valores extraños a culturas
locales y regionales, emigración forzada, exilio político, etc
- etc

Pero las pobrezas no son sólo pobrezas. Son mucho más que eso. Cada pobreza
genera patologías, toda vez que rebasa límites críticos de intensidad y duración.

Economía y patologías

● Desempleo: es sabido que un individuo que sufre una prolongada cesantía cae en
una especie de “montaña rusa” emocional, está cesantía prolongada perturba
totalmente el sistema de necesidades fundamentales de la persona. Debido a los
problemas de subsistencia, la persona se sentirá cada vez menos protegida; las
crisis familiares y los sentimientos de culpa pueden destruir las relaciones afectivas;
la falta de participación dará cabida a sentimientos de aislamiento y marginación y la
disminución de la autoestima puede fácilmente provocar crisis de identidad.

La cesantía prolongada produce patologías. Sin embargo, dadas las actuales


circunstancias de crisis económicas generalizadas, no podemos seguir pensando en
patologías individuales, es necesario reconocer la existencia de patologías
colectivas de la frustración. Como problemática, entonces, pertenece a una
transdisciplina que aún no se ha comprendido ni organizado. Esto representa el
primer desafío de está nueva perspectiva.
● Deuda externa: la deuda externa del tercer mundo también será responsable de
otros tipos de patologías colectivas. Determinar cuáles serán las que irán surgiendo
en los países pobres, como consecuencia de está aberrante situación, es el
segundo desafío.
● Hiperinflación: la experiencia latinoamericana demuestra que la hiperinflación
también trasciende la esfera económica y condiciona al conjunto de la vida social.
Los ciudadanos confían cada vez menos en la moneda de sus respectivos países, la
inflación sostenida erosiona la confianza de un pueblo y despierta una profunda
incertidumbre respecto del futuro. El temor por la “salud” de la moneda irradia
27
sentimientos colectivos de creciente pesimismo respecto del Estado y del futuro de
cada persona. En este sentido, la problemática de la hiperinflación no solo tiene
componentes económicos, sino también psicológicos y sociales.

Política y patologías

Nuestro “logro” más novedoso es la tendencia de los principales liderazgos políticos


actuales, de orientar sus acciones de acuerdo a generalizaciones tan increíblemente
esquizofrénicas acerca del “enemigo”.

● El miedo: dicha esquizofrenia política no se encuentra solo a nivel de


confrontaciones globales, también se dan casos similares en muchos niveles
nacionales. Todos son responsables de la generación de diversas patologías
colectivas del miedo. En calidad de ejemplo, hay 4 tipos de patologías colectivas del
meido, de acuerdo a su origen:
1) por confusión semántica originada en manipulaciones ideológicas
2) por violencia
3) por aislamiento, exilio y marginación
4) por frustración de proyectos de vida

● Los eufemismos: a lo que deberíamos llamar “aniquiladores” los llamamos “armas


nucleares”. Llamamos “mundo libre” a un mundo lleno de obscenas inequidades y
violaciones de los derechos humanos.
● Violencia, marginación y exilio: la violencia perturba directamente la necesidad de
protección y, de este modo, da paso a una profunda ansiedad. Por otra parte, el
aislamiento, la marginación y el exilio político destruyen la identidad de las personas
y causan rupturas familiares con destrucción de afectos, y generan sentimientos de
culpa, a menudo acompañados de fantasías o intentos reales de autoaniquilación.

El tercer desafío consiste entonces en reconocer y evaluar las patologías colectivas


que los diversos sistemas sociopolíticos son capaces de provocar - cada uno a su
manera y con su propia intensidad- como resultado del bloqueo sistemático de
necesidades tales como entendimiento, protección, identidad, afecto, creatividad y
libertad.

Resumiendo
- Cualquier necesidad humana fundamental no satisfecha de manera adecuada
produce una patología
- Hasta el momento, se han desarrollado tratamientos para combatir patologías
individuales o de pequeños grupos
- Hoy en día, nos vemos enfrentados a una cantidad de patologías colectivas que
aumentan de manera alarmante, para las cuales los tratamientos aplicados han
resultado ineficaces
- Para una mejor comprensión de estas patologías colectivas es preciso establecer las
necesarias transdisciplinariedades.

La posibilidad de desarrollar vínculos fecundos entre disciplinas pertinentes para la


adecuada interpretación de problemáticas como las mencionadas constituye el cuarto
desafío.

Cada disciplina, en la medida en que se ha hecho más reduccionista y tecnocrática, ha


creado su propio ámbito de deshumanización. Volver a humanizarnos desde dentro de cada
disciplina es el gran desafío final.
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La humanización y la transdisciplinariedad responsables son nuestra respuesta a las
problemáticas y son, quizás, nuestra única defensa.

Fundamentación de la nueva perspectiva propuesta

● Necesidades humanas: carencia y potencialidad

Una política de desarrollo orientada hacía la satisfacción de las necesidades humanas,


entendidas en el sentido amplio, trasciende la racionalidad económica convencional porque
compromete al ser humano en su totalidad. Las relaciones que se establecen entre
necesidades y sus satisfactores, hacen posible construir una filosofía y una política de
desarrollo auténticamente humanista.

Comprendidas en un amplio sentido, y no limitadas a la mera subsistencia, las necesidades


patentizan la tensión constante entre carencia y potencia tan propia de los seres humanos.

Concebir las necesidades tan sólo como carencia implica restringir su espectro a lo
puramente fisiológico, que es precisamente el ámbito en que una necesidad asume con
mayor fuerza y claridad la sensación de “falta de algo”. Sin embargo, en la medida en que
las necesidades comprometen, motivan y movilizan a las personas, son también
potencialidad.

Comprender las necesidades como carencia y potencia, y comprender al ser humano en


función de ellas así entendidas, previene contra toda reducción del ser humano a la
categoría de existencia cerrada.

Así entendidas las necesidades - como carencia y potencia - resulta impropio hablar de
necesidades que se “satisfacen” o que se “colman”. En cuanto revelan un proceso
dialéctico, constituyen un movimiento incesante. De allí que quizás sea más apropiado
hablar de vivir y realizar las necesidades, de vivirlas y realizarlas de manera continua
y renovada.

Necesidades humanas y sociedad: si queremos definir o evaluar un medio en función de


las necesidades humanas, es preciso examinar en qué medida el medio reprime, tolera o
estimula que las posibilidades disponibles o dominantes sean recreadas y ensanchadas por
los propios individuos o grupos que lo componen.

Son los satisfactores los que definen la modalidad dominante que una cultura o una
sociedad imprime a las necesidades. Pueden incluir, entre otras, formas de organización,
estructuras políticas, prácticas sociales, condiciones subjetivas, valores y normas, espacios,
contextos, comportamientos y actitudes; todas en una tensión permanente entre
consolidación y cambio.

El que un satisfactor pueda tener efectos distintos en diversos contextos depende no solo
del propio contexto, sino también en buena parte de los bienes que el medio genera, de
cómo los genera y de cómo organiza el consumo de los mismos.

Para una teoría crítica de la sociedad no basta especificar cuales son los satisfactores y
bienes económicos dominantes al interior de ella, sino presentarlos además como productos
históricamente constituidos y , por lo tanto susceptibles de ser modificados. Por
consiguiente es necesario rastrear el proceso de creación, mediación y condicionamiento
entre necesidades, satisfactores y bienes económicos.
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La reivindicación de lo subjetivo

Podemos comprender cómo se viven las necesidades en nosotros mismos y en nuestro


medio: grupo familiar, comunitario o social, sistema económico, modelo socio-político,
estrategias de vida, cultura o nación; y sobre esa base, pensar las formas viables de recrear
y reorganizar los satisfactores y bienes de manera que enriquezcan nuestras posibilidades
de realizar las necesidades y reduzcan nuestras posibilidades de frustrarlas.

Las formas en que vivimos nuestras necesidades son, en último término, subjetivas. La
forma en que se expresan las necesidades a través de los satisfactores varía a lo largo de
la historia, de acuerdo a culturas, referentes sociales, estrategias de vida, condiciones
económicas, relaciones con el medio ambiente. Estas formas de expresión tocan tanto lo
subjetivo como lo objetivo, pero estan permeadas por la situación histórica del vivir de las
personas. De ahí que los satisfactores son lo histórico de las necesidades y los bienes
económicos su materialización.

Necesidades, satisfactores y bienes económicos

Ha de entenderse que las necesidades no sólo son carencias sino también y


simultáneamente potencialidades humanas individuales y colectivas.

Los satisfactores, por otra parte, son formas de ser, tener, hacer y estar, de carácter
individual y colectivo, conducentes a la actualización de necesidades.

Bienes económicos, por último, son objetos y artefactos que permiten afectar la eficiencia
de un satisfactor, alterando así el umbral de actualización de una necesidad, ya sea en
sentido positivo o negativo.

La interrelación entre necesidades, satisfactores y bienes económicos es permanente y


dinámica. Entre ellos se desencadena una dialéctica histórica. Si por una parte, los bienes
económicos tienen la capacidad de afectar la eficiencia de los satisfactores, estos, por otra
parte, serán determinantes en la generación y creación de aquellos. A través de está
causación recíproca se convierten, a la vez, en parte y en definición de una cultura, y en
determinantes de los estilos de desarrollo.

Por ejemplo, si se escogen formas del hacer para satisfacer la necesidad de


entendimiento, se encuentran satisfactores como investigar, estudiar, experimentar,
educar, analizar, meditar e interpretar. Ellos dan origen a bienes económicos, según sea la
cultura y sus recursos, tales como libros, instrumentos de laboratorio, herramientas,
computadoras y otros artefactos. La función de estos es, ciertamente, la de potenciar el
hacer del entendimiento.

Satisfactores y sus atributos

Los satisfactores pueden tener diversas características, que permiten diferenciarlos en al


menos 5 tipos:
1) violadores o destructores: al ser aplicados con la intención de satisfacer una
determinada necesidad, no sólo aniquilan la posibilidad de su satisfacción en un
plazo mediato, sino que imposibilitan, por sus efectos colaterales, la satisfacción
adecuada de otras necesidades. Estan vinculados preferencialmente a la necesidad
de protección. Está necesidad puede provocar comportamientos humanos
aberrantes, en la medida en que su insatisfacción va acompañada del miedo. El
atributo especial de estos satisfactores es que siempre son impuestos.
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2) pseudo-satisfactores: son elementos que estimulan una falsa sensación de
satisfacción de una necesidad determinada. Su atributo especial es que
generalmente son inducidos a través de propaganda, publicidad u otros medios de
persuasión.
3) satisfactores inhibidores: son aquellos que por el modo en que satisfacen
(generalmente sobresatisfacen) una necesidad determinada, dificultan seriamente la
posibilidad de satisfacer otras necesidades. Su atributo es que, salvo excepciones,
se hallan ritualizados, en el sentido de que suelen emanar de hábitos arraigados.
4) satisfactores singulares: son aquellos que apuntan a la satisfacción de una sola
necesidad, siendo neutros respecto de la satisfacción de otras necesidades. Su
principal atributo es el de ser institucionalizados, ya que tanto en la organización del
Estado como en la organización civil, su generación suele estar vinculada a
instituciones, sean estas Ministerios, reparticiones públicas, o empresas de diverso
tipo.
5) satisfactores sinérgicos: son aquellos que, por la forma en que satisfacen una
necesidad determinada, estimulan y contribuyen a la satisfacción simultánea de
otras necesidades. Su principal atributo es el de ser contrahegemónicos en el
sentido de que revierten racionalidades dominantes tales como las de competencia y
coacción.

Los satisfactores correspondientes a las primeras cuatro categorías, por ser habitualmente
impuestos, inducidos, ritualizados o institucionalizados, son en alto grado exógenos a la
sociedad civil, entendida ésta en cuanto comunidad de personas libres capaces,
potencialmente o de hecho, de diseñar sus propios proyectos de vida en común. Son en
este sentido satisfactores que se han impulsado de arriba hacía abajo.

Los satisfactores sinérgicos en cambio, revelan el devenir de procesos liberadores que son
productos de actos volitivos que se impulsan por la comunidad desde abajo hacía arriba. Es
eso lo que los hace contrahegemónicos, aun cuando en ciertos casos también pueden ser
originados en procesos impulsados por el Estado.

Un desarrollo orientado hacía la satisfacción de las necesidades humanas no puede, por


definición, estructurarse desde arriba hacía abajo. No puede imponerse por ley ni por
decreto. Solo puede emanar directamente de las acciones, aspiraciones y conciencia
creativa y crítica de los propios actores sociales que, de ser tradicionalmente objetos de
desarrollo, pasan a asumir su rol protagónico de sujetos. El carácter contrahegemónico que
tiene el Desarrollo a Escala Humana no implica necesariamente agudizar el conflicto entre
Estado y Sociedad Civil. Por el contrario, intenta demostrar, a través del método propuesto,
que el Estado puede asumir un rol estimulador de procesos sinérgicos a partir de los
espacios locales, pero con capacidad de abarcar todo el ámbito nacional.

El Desarrollo a Escala Humana no excluye metas convencionales como crecimiento


económico para que todas las personas puedan tener un acceso digno a bienes y servicios.
Sin embargo, la diferencia respecto de los estilos dominantes radica en concentrar las
metas del desarrollo en el proceso mismo del desarrollo. En otras palabras, que las
necesidades humanas fundamentales puedan comenzar a realizarse desde el
comienzo y durante todo el proceso de desarrollo; o sea, que la realización de las
necesidades no sea la meta, sino el motor del desarrollo mismo. Ello se logra en la
medida en que la estrategia de desarrollo sea capaz de estimular permanentemente la
generación de satisfactores sinérgicos.

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