Alberto Bonilla-Giovanetti
“Welcoming each another—Romans 15:1–7”
Dr. Keener
Dándonos la bienvenida unos a otros—Romanos 15:1–7
Unidad, agradándonos unos a otros, amándonos unos a otros, Romanos 15
En Romanos 14:1–23 Pablo llama a los creyentes a respetarse unos a otros a pesar de sus
diferencias en asuntos secundarios al evangelio que nos unifica. A la luz del lenguaje de Pablo
ahí y el contexto mas amplio de Romanos, Pablo está llamando especialmente a creyentes judíos
y gentiles a darse la bienvenida unos a otros (mire especialmente 15:7–12). Esta bienvenida
trasciende la barrera que Dios mismo estableció en la historia, así que de seguro nos llama a
sobrellevar los prejuicios de origen meramente humano: prejuicios contra diferencias étnicas,
culturales, y otras similares.
En 15:1–13 Pablo nos llama aún más a no solamente tolerar diferencias secundarias, sino
también a servir los intereses unos de los otros (a “complacer” uno a los otros, 15:1–3). Así
como se esperaría que quienes son fuertes físicamente ayuden a los familiares mas débiles, Pablo
les recuerda a quienes son aptos a criticar a los “débiles” que ellos deberían estar ayudándolos en
vez de estar criticándolos (15:1). Haciendo eco al contexto anterior, los “débiles” se refieren a
quienes tienen la fe débil y se abstienen de ciertas comidas para no lastimar sus relaciones con
Dios (14:1–2). Aquí Pablo se incluye entre los “fuertes,” y pronto se ofrecerá como ejemplo de
servidor a los santos pobres en Jerusalén (15:25–27). “Construye” en 15:2 invoca 14:19–20,
donde los creyentes deben construir (con el fruto del Espíritu) en vez de destruirse unos a otros
por la comida.
“Complacer” a otros en vez de uno mismo (15:1–3) no se refiere a entretener cualquier antojo de
los demás (e.g., si se molestan por tu estilo de música, e.g., rap cristiano), sino a ser considerado
de que podría hacerles caer de la fe. Aunque Pablo consideraba circuncidar a los gentiles como
demasiado para pedir, el que los gentiles se acomoden a los gustos alimenticios de los judíos en
compañía mixta era un sacrificio mínimo con el objetivo de la unidad del cuerpo de Cristo.
Cristo mismo ofreció el ejemplo de su disposición de estar listo para abandonar su propia
comodidad; en 15:3, Pablo cita el Salmo 69:9, de un salmo de un justo que sufre, aplicado par
exellence a Jesús (cf. Juan 2:17 para una parte diferente del mismo versículo; Mateo 27:34 para
Salmo 69:21). Aquí Jesús sufre en lugar de Dios, ofreciendo un modelo para dejar de lado los
deseos de uno mismo para servir a los demás.
Según Jesús es el ejemplo para no buscar los intereses de uno mismo (15:3), él también es el
ejemplo para buscar esta unidad: deberíamos tener la misma mente “conforme al ejemplo de
Cristo Jesús” (NVI 15:5; cf. Filipenses 2:1–11, especialmente 2:2–5). Los creyentes pueden, con
voces unificadas, glorificar al Padre (15:6) igual que Jesús oró al Padre en 15:3 (y establece la
alabanza de los gentiles en 15:9–12). Los creyentes deberían seguir el ejemplo de Jesús otra vez
al aceptarse unos a otros como él nos acepto a nosotros (15:7). (Considera una de las líneas de
Jesús en un episodio de la serie reciente de TV de Dallas Jenkins, “The Chosen”. Cuando Pedro
se opuso a que Jesús llamara a un recolector de impuestos, Jesús le recuerda a Pedro que él no se
opuso cuando Jesús llamo a Pedro. “Eso es diferente!” Pedro insiste. “Acostúmbrate a lo
diferente,” Jesús le contesta.)
Esta expectativa hace clímax la sección que abre en exhortación para aceptarse unos a otros
(14:1) por la aceptación de Dios (14:3). Que Cristo haya aceptado a creyentes para la “gloria” del
Padre (15:7) encaja la exhortación a glorificar a Dios juntos (15:6), un modelo relevante para
creyentes gentiles (15:9).
(Este post es adaptado de Craig S. Keener, Romanos [New Covenant Commentary; Eugene, OR:
Cascade, 2009], 170–72.)