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Toda La Secta Está Actuando de Manera Extraña

El documento presenta una narrativa sobre Pei Yunshu, quien, tras un renacimiento, observa cómo su secta actúa de manera extraña mientras lidia con su propia transformación y la rivalidad con un hermano menor. A lo largo de los capítulos, se describe su relación con otros miembros de la secta, su lucha interna y su evolución personal. La historia explora temas de aceptación, competencia y el impacto de las relaciones interpersonales en un entorno sectario.

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Toda La Secta Está Actuando de Manera Extraña

El documento presenta una narrativa sobre Pei Yunshu, quien, tras un renacimiento, observa cómo su secta actúa de manera extraña mientras lidia con su propia transformación y la rivalidad con un hermano menor. A lo largo de los capítulos, se describe su relación con otros miembros de la secta, su lucha interna y su evolución personal. La historia explora temas de aceptación, competencia y el impacto de las relaciones interpersonales en un entorno sectario.

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Tabla de contenido

Informació n

Cap. 1 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 1

Cap. 2 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 2

Cap. 3 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 3

Cap. 4 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 4

Cap. 5 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 5

Cap. 6 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 6

Cap. 7 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 7

Cap. 8 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 8

Cap. 9 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 9

Cap. 10 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 10

Cap. 11 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 11

Cap. 12 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 12

Cap. 13 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 13

Cap. 14 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 14

Cap. 15 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 15

Cap. 16 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 16


Cap. 17 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 17

Cap. 18 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 18

Cap. 19 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 19

Cap. 20 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 20

Cap. 21 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 21

Cap. 22 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 22

Cap. 23 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 23

Cap. 24 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 24

Cap. 25 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 25

Cap. 26 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 26

Cap. 27 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 27

Cap. 28 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 28

Cap. 29 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 29

Cap. 30 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 30

Cap. 31 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 31

Cap. 32 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 32

Cap. 33 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 33

Cap. 34 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 34

Cap. 35 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 35

Cap. 36 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 36

Cap. 37 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 37


Cap. 38 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 38

Cap. 39 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 39

Cap. 40 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 40

Cap. 41 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 41

Cap. 42 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 42

Cap. 43 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 43

Cap. 44 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 44

Cap. 45 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 45

Cap. 46 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 46

Cap. 47 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 47

Cap. 48 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 48

Cap. 49 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 49

Cap. 50 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 50

Cap. 51 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 51

Cap. 52 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 52

Cap. 53 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 53

Cap. 54 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 54

Cap. 55 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 55

Cap. 56 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 56

Cap. 57 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 57

Cap. 58 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 58


Cap. 59 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 59

Cap. 60 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 60

Cap. 61 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 61

Cap. 62 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 62

Cap. 63 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 63

Cap. 64 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 64

Cap. 65 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 65

Cap. 66 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 66

Cap. 67 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 67

Cap. 68 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 68

Cap. 69 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 69

Cap. 70 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 70

Cap. 71 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 71

Cap. 72 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 72

Cap. 73 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 73

Cap. 74 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 74

Cap. 75 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 75

Cap. 76 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 76

Cap. 77 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 77

Cap. 78 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 78

Cap. 79 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 79


Cap. 80 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 80

Cap. 81 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 81

Cap. 82 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 82

Cap. 83 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 83

Cap. 84 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 84

Cap. 85 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 85

Cap. 86 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 86

Cap. 87 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 87

Cap. 88 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 88

Cap. 89 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 89

Cap. 90 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 90

Cap. 91 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 91

Cap. 92 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 92

Cap. 93 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 93

Cap. 94 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 94

Cap. 95 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 95

Cap. 96 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 96

Cap. 97 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 97

Cap. 98 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 98

Cap. 99 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 99

Cap. 100 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 100
Cap. 101 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 101

Cap. 102 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 102

Cap. 103 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 103

Cap. 104 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 104

Cap. 105 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 105

Cap. 106 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 106

Cap. 107 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 107

Cap. 108 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 108

Cap. 109 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 109

Cap. 110 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 110

Cap. 111 Toda la secta está actuando de manera extrañ a Capítulo 111
Información

Índice URL: https://lazygirltranslations.com/series/the-whole-sect-is-acting-


strange/

Si el desperdicio renaciera, ¿podría ser completamente nuevo?


Pei Yunshu aú n se considera inú til; solo se ha vuelto más inteligente y ya no busca lo
inalcanzable. Observa con calma có mo su maestro elige a un hermano menor que
recibirá el amor de toda la secta, y espera pacientemente a que todos se vuelvan
locos por él.
Ya no desea competir con él ni anhela ser el más favorecido de la secta. Cuando su
maestro y sus hermanos mayores lo tratan con amabilidad, les corresponde uno por
uno, para evitar ser como él, quien era criticado y menospreciado con cada palabra y
frase.
En el pasado, había un aura mundana abrumadora, pero ahora, con un renacimiento,
incluso un atisbo de ese aroma mundano casi ha desaparecido.
Los hermanos mayores y el recién llegado hermano menor estaban preocupados por
Pei Yunshu. Finalmente, un día, lo obligaron a bajar de la montañ a para beber.
Tras dos copas de licor fuerte, los ojos de Pei Yunshu estaban ligeramente rojos, su
rostro enrojecido, y una lágrima clara y redonda resbaló , cayendo en la copa de vino.
Derramando lágrimas en silencio, era verdaderamente de una belleza inagotable.
Desde ese día, toda la secta actú a de forma extrañ a.
Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 1

Capítulo 1

< Índice de contenidos >>

La puerta se abrió con un crujido y el cabello largo de Pei Yunshu estaba despeinado
mientras miraba distraídamente el paisaje del patio.

El hermano mayor Yunjing entró desde afuera y se sorprendió mucho cuando lo vio:
"Hermano menor Yunshu, ¿por qué estás despierto?"

Se apresuró a ayudar a Pei Yunshu, pero este levantó la mano para evitar su toque. La
amplia manga de su tú nica se deslizó por su brazo, revelando un antebrazo rubio, de
color jade.

"Hermano mayor", la voz de Pei Yunshu era ronca, aú n con la debilidad de la


enfermedad, "¿Ha regresado el Maestro de la montañ a?"

Yunjing habló con dulzura: «Hermano menor, cuando el sol se ponga hoy, el Maestro
regresará. Por favor, recuéstate y descansa. Si tu condició n empeora, el Maestro
seguramente se preocupará».

Una leve y pálida sonrisa tiró de la comisura de la boca de Pei Yunshu.

Su maestro, rebosante de alegría por el regreso de su amado discípulo, no se


preocuparía demasiado. Probablemente, tras verlo, le diría: «No te acerques
demasiado, podrías contagiarle tu enfermedad a nuestro hermano menor».

Una suave brisa le alborotó el cabello despeinado, y los mechones brillaron como el
oro a la luz del sol. La tez pálida y la mirada cansada de Pei Yunshu eran evidentes.
Rechazó la propuesta de Yunjing, se irguió y se dirigió a la mesa de piedra del patio.

É l sabía dó nde colocar cada flor y planta en el patio.

La mesa de piedra estaba bajo las frondosas ramas de un árbol. La mano de Pei
Yunshu rozó las tallas de la mesa; la textura irregular le resultaba familiar.

Su mirada se volvió distante.

En su vida anterior, debido a la rivalidad con su hermano menor, su amo lo había


confinado en esta pequeñ a parte del mundo. Aunque el patio no era grande, se
convirtió en su mundo durante la siguiente década. Cuando aú n tenía las piernas
intactas, podía salir a admirar las flores. A medida que su condició n empeoraba y
solo podía permanecer en cama, incluso contemplar una sola brizna de hierba se
convirtió en un lujo para él.

Pasaron los días sin ver la luz del sol, una vida desperdiciada como humano.

Pero ahora podía caminar de nuevo y podía tocar esa mesa de piedra una vez más.

Yunjing no pudo contenerse y dio un paso al frente. Se quitó la prenda exterior y la


cubrió con ella a Pei Yunshu, diciendo: «Hermano menor Yunshu, deberías volver a tu
habitació n a descansar».

Sin embargo, quien escuchaba sus palabras permaneció inmó vil. Yunjing dio un paso
decisivo y abrazó a Pei Yunshu por los hombros, obligándolo a regresar a la
habitació n.

Justo cuando estaban a punto de cruzar el umbral, Pei Yunshu volvió a la realidad.
Empezó a forcejear, intentando liberarse del agarre de Yunjing, lo que provocó que la
prenda exterior se le cayera, dejando su ropa desordenada.

El agarre de Yunjing era firme como el hierro, impidiéndole escaparse siquiera.


Finalmente, dijo con voz grave: «Hermano menor, perdó name por mi intrusió n».

Con un fuerte empujó n, Yunjing levantó a Pei Yunshu horizontalmente, cruzó el


umbral y lo colocó en la cama.
Yunjing no pudo evitar sorprenderse de lo liviano que era su hermano menor.

Al principio desconfiado de la lucha de Pei Yunshu, Yunjing se quedó ató nito en


cuanto Pei Yunshu tocó la cama. Era como si su espíritu se hubiera evaporado por
completo, dejándolo tan exhausto que ni siquiera podía mover un dedo. Se quedó
tendido en la cama, completamente agotado.

Yunjing exhaló un suspiro de alivio y finalmente encontró la oportunidad de


preguntar: "Hermano menor, ¿qué te pasó ?"

Pei Yunshu apoyó la cabeza en la almohada, mirando directamente las vigas del
techo.

Ante sus palabras, una sonrisa sardó nica se dibujó en las comisuras de los labios de
Pei Yunshu. Su larga cabellera negra se extendía sobre la cama y colgaba a un lado. Su
tez no era buena, pero esa sonrisa resaltaba una gracia delicada, como un sauce
mecido por la brisa.

Yunjing se reprendió a sí mismo. «Delicada gracia» era un término usado para


describir a una mujer, no apropiado para describir a su propio hermano menor.

Apartó el largo cabello de Yunshu, colocándolo al otro lado de la cama, y extendió la


mano para sentir el calor de su mejilla. Preocupado, dijo: «Hermano menor, la
pró xima vez, no salgas tan ligero».

—Salgan —dijo de repente Pei Yunshu.

Su elegante y esbelto cuello se giró , evitando la mirada de Yunjing. Su cabello se


deslizó hacia un lado, dejando al descubierto la elegante curva de su cuello, marcada
contra su piel pálida.

Yunjing se sintió desconcertado. "Hermano menor, ¿estás enojado conmigo?"

Pei Yunshu cerró los ojos.

Al principio, Pei Yunshu solo quería que Yunjing se fuera, pero terminó dormitando
aturdido. Las escenas de su sueñ o cambiaban constantemente, repitiendo recuerdos
dolorosos una y otra vez, haciéndole gotear sudor frío en la frente. Pei Yunshu se
mordió el labio con fuerza y creyó oír a alguien hablar.

Hermano mayor: “Hermano menor Yuncheng, ¿qué le pasa al hermano menor


Yunshu?”

Una voz suave respondió : «Parece que está teniendo una pesadilla. Hermano mayor,
¿podrías traerme un vaso de agua tibia?».

Pei Yunshu se estremeció de repente.

Unas manos le limpiaron suavemente el sudor de la cara, y alguien se acercó ,


emanando una fragancia de sándalo. Le levantaron la cabeza con suavidad.

El toque de la persona separó los labios de Pei Yunshu, liberando un trozo roto. Se
levantó una taza de porcelana y se le ofreció agua tibia.

"¿Quieres usar un hechizo calmante?"

"Sí, por favor."

Después de estas dos frases, Pei Yunshu descendió a la oscuridad, la pesadilla se alejó
y cayó en un sueñ o tranquilo.

Cuando el Maestro regresó a la secta con su recién aceptado hermano menor


montado en sus espadas, sus discípulos estaban esperando en el saló n principal.

Mirando a su alrededor, los tres discípulos bajaron la cabeza en señ al de respeto. El


maestro espiritual daoísta Ling Qing preguntó : "¿Dó nde está Yunshu?".

Yunjing respondió : «Maestro, el hermano menor está enfermo. Se quedó dormido».

El maestro espiritual daoísta Ling Qing frunció el ceñ o, pero no dijo nada más, pues
no quería retrasar la iniciació n del discípulo menor. Tomó asiento en la posició n
principal e indicó : «Yunwang, comienza».

Los varios discípulos mayores dirigieron su mirada hacia el joven en el saló n.


Yunwang realizó el ritual de iniciació n meticulosamente. Era relativamente bajo, de
unos catorce o quince añ os, con rasgos delicados y atractivos. Aú n conservaba las
mejillas regordetas de su infancia, pero sus ojos carecían de vitalidad, como si el
alma lo hubiera abandonado.

Vestía el atuendo de un campesino, con la ropa manchada de barro y remendada. Los


discípulos mayores no pudieron evitar sentir compasió n por él.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing le indicó a Yunwang que se acercara. Con la
punta de su dedo, trazó algunos trazos en la frente de Yunwang; una luz dorada brilló
y el emblema de la secta se imprimió en su frente, para luego desaparecer en un
instante.

Yunwang permitió las acciones del Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing. Pareció
despertar una parte de su consciencia, y un destello regresó a sus ojos. La figura, que
parecía una marioneta, cobró vida de repente.

Satisfecho, el Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing asintió y miró a los tres
discípulos a su lado. "Vengan a conocer a su hermano menor".

Yunwang y yo tenemos un vínculo predestinado de maestro-discípulo. É l también es


mi ú ltimo discípulo. Es joven, y espero que lo cuides.

Los tres discípulos mayores dijeron al unísono: “Sí”.

“Hermano menor, soy tu hermano mayor Yunjing”, Yunjing señ aló al cercano
Yuncheng, “Este es tu segundo hermano mayor Yuncheng, y el de allá es tu tercer
hermano mayor Yunman”.

Yunwang saludó a cada uno de ellos: “Hola, hermano mayor, hola, segundo hermano
mayor, hola, tercer hermano mayor”.

Estos discípulos del Pico Wuzhi tenían una apariencia excepcional, cada uno con
cualidades ú nicas. Al observarlos, Yunwang sintió como si hubiera entrado en un
reino de inmortales, una realidad extrañ amente irreal.
El segundo hermano mayor, Yuncheng, le sonrió con cariñ o y sacó una flauta de jade
de su manga. "Como el hermano menor llegó inesperadamente hoy, no tenía nada
preparado. Aquí tienes una flauta de jade. Puedes tocarla cuando estés inactivo o
usarla para bloquear ataques cuando sea necesario".

Yunwang aceptó la flauta y dijo: "Gracias, segundo hermano mayor".

—Además de nosotros tres —continuó Yuncheng—, también tienes un cuarto


hermano mayor.

¿Cuarto hermano mayor?

Yunwang miró al Maestro con confusió n, preguntándose si este era el mismo


Hermano Mayor Yunshu que el Maestro había mencionado antes.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing finalmente recordó que Yunshu seguía
enfermo. Preguntó con tono severo: "¿Qué enfermedad es? ¿No puede Yuncheng
curarla?".

“Ya está tratado, Maestro.”

Se escuchó una voz distante y fría, y Pei Yunshu apareció con tú nicas blancas,
montado en una espada justo afuera del saló n principal.

Inconscientemente, Yunwang comenzó a caminar hacia la entrada del saló n, y vio a


Pei Yunshu descender elegantemente de su espada.

La tez de Pei Yunshu seguía pálida, pero sus labios estaban rojos, como si sangraran.
Su cabello estaba bien peinado, pero algunos mechones se habían desprendido,
probablemente debido al tormento de su enfermedad, que le había enrojecido los
ojos.

Aunque dijo que había recibido tratamiento, todavía parecía un paciente.

Su tú nica blanca barrió el suelo mientras Pei Yunshu miraba a Yunwang en la puerta.
Luego pasó junto a Yunwang y entró en el saló n principal.
Un aroma flotaba en el aire, y Yunwang levantó su mano inexplicablemente, mientras
algunos mechones de cabello negro rozaban sus dedos.

—Maestro —Pei Yunshu alzó la vista para mirar al maestro espiritual daoísta Ling
Qing. Sus emociones se arremolinaron por un instante, pero las reprimió con fuerza
—. El discípulo está bien.

A medida que se acercaba, el Maestro y sus discípulos notaron que sus labios estaban
inusualmente rojos, probablemente debido a que él mismo los había mordido, lo que
los hacía sangrar.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing frunció el ceñ o y suspiró . "¿Qué clase de
enfermedad te ha llevado a este estado?"

Los hermanos mayores intercambiaron miradas có mplices, esperando que Yunshu se


quejara con el Maestro sobre su condició n.

Dentro de la secta, Yunshu y el Maestro compartían un vínculo particularmente


estrecho. Ya fuera que lo acosaran o que experimentara algo agradable, Yunshu
siempre acudía al Maestro y conversaba sobre ello. Aunque el Maestro se mostraba
impaciente, siempre lo consentía.

Estaban preparados para el largo discurso de Yunshu, pero para su sorpresa, Pei
Yunshu separó los labios ligeramente y solo dijo dos palabras: "No hay problema".

El maestro espiritual daoísta Ling Qing lo encontró extrañ o, pero no le dio demasiada
importancia. Asintió levemente e hizo un gesto a Yunwang para que se acercara.
«Este es tu cuarto hermano mayor, Yunshu».

Yunwang saludó a Pei Yunshu con una reverencia, sus ojos brillaban como si
estuviera genuinamente complacido, y dijo: "Cuarto hermano mayor".

Pei Yunshu bajó la mirada para mirarlo.

Lo mismo ocurrió en su vida anterior.

Parecía que le gustaba, pero en el fondo lo odiaba.


Pei Yunshu ni siquiera sabía cuándo se había enredado con Yunwang. Durante la
ceremonia de iniciació n en su vida pasada, observó el trato diferente que su maestro
le daba al nuevo discípulo menor. Si bien esto le inquietaba, también sentía lástima
por Yunwang por las dificultades que había soportado en el reino mortal.

Pero Yunwang no lo vio de esa manera.

Cada vez que Pei Yunshu se acercaba al Maestro, Yunwang se aseguraba de que solo
él lo notara. Si Pei Yunshu se relacionaba con sus hermanos mayores, Yunwang se
esforzaba por que todos le guardaran rencor.

É l arrebataría a quien quisiera Pei Yunshu.

Esta vez, Pei Yunshu estaba cansado. Ya no quería competir con su hermano menor.
Simplemente quería salir de su habitació n, de su patio, y explorar los hermosos
paisajes del mundo, para enfrentar los desafíos y las dificultades que lo esperaban.

Pei Yunshu se quitó un colgante de jade de la cintura y se lo entregó a Yunwang.


«Hermano menor, el cuarto hermano mayor no tiene nada valioso que ofrecerte. Este
colgante de jade me lo dio el maestro. Por favor, acéptalo, y espero que no lo
consideres indigno».

Este particular colgante de jade era la posesió n más preciada de Pei Yunshu, tan
precioso que no solo no lo regalaba, sino que otros ni siquiera podían tocarlo sin
dificultad.

Fue un regalo del Maestro cuando aceptó a Pei Yunshu como discípulo durante la
ceremonia de iniciació n. Incluso cuando el Maestro lo confinó posteriormente en el
pequeñ o patio, Pei Yunshu lo atesoró con cariñ o.

Sin embargo, Yunwang, por alguna razó n, se enteró . Ese día, irrumpió en el patio de
Pei Yunshu con una expresió n sombría y el rostro contraído mientras le arrebataba
el colgante de jade. Lo regañ ó : "¡El Maestro te detesta tanto, có mo pudiste conservar
su colgante de jade!".

Desde entonces, Yunwang incluso le arrebató su ú ltima posesió n más preciada.


Cuando Pei Yunshu entregó el colgante de jade, sintió que debía despedirse por
completo del pasado.

Yunwang tomó el colgante de jade de su mano. Al sentir el calor del jade, su mente se
aclaró un poco. Su alegría era evidente cuando preguntó : «Cuarto Hermano Mayor,
¿de verdad me estás dando esto?».

El hermano mayor no pudo evitar exclamar: "¡Hermano menor Yunshu!"

Todos sus hermanos mayores sabían perfectamente cuánto Yunshu apreciaba este
colgante de jade. ¿Quién regalaría un regalo tan significativo, especialmente su
propio regalo de iniciació n, a un discípulo menor?

Yuncheng también intervino con una sonrisa: "Hermano menor, no hay necesidad de
esto. Si no hay nada que dar, el hermano mayor aú n tiene algunas cosas".

Incluso el Tercer Hermano Mayor, normalmente juguetó n, se quedó ató nito. "Yo
también tengo algo".

La expresió n de Yunwang denotaba reticencia. Miró a Pei Yunshu con una expresió n
delicada y adorable que evocaba un cariñ o infinito.

—No es necesario —dijo Pei Yunshu—. Dáselo al hermano menor.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing observó a Pei Yunshu un rato. Al principio,
quiso sugerirle que eligiera otro objeto, consciente del apego del Cuarto Hermano
Mayor al colgante de jade. Sin embargo, al ver la alegría en el rostro de Yunwang,
cambió de opinió n y dijo: «Entonces, tó malo».

Si fuera necesario, él, como Maestro, podría proporcionarle en privado a Pei Yunshu
otro colgante de jade en el futuro.

< Índice de contenidos >>


Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 2

Capítulo 2

<< Índice de contenidos >>

Tras la ceremonia de iniciació n, Yunwang recibió diversos tesoros: la preciosa espada


del Hermano Mayor, la flauta verde del Segundo Hermano Mayor, el vino centenario
del Tercer Hermano Mayor y el jade cálido del Cuarto Hermano Mayor.

Después de la ceremonia, el maestro espiritual taoísta Ling Qing le pidió a Yunwang


que se quedara, mientras Pei Yunshu abandonaba el saló n principal con sus tres
hermanos mayores.

“Hermano menor”, dijo el tercer hermano mayor, “¿tienes fiebre otra vez?”

El rostro de Pei Yunshu tenía un rubor anormal, y su cabello negro le caía a ambos
lados de la cara. "No es nada".

Se levantó para irse, pero el Segundo Hermano Mayor lo sujetó firmemente por la
muñ eca. Yuncheng ejerció un poco de fuerza, jaló a Pei Yunshu frente a él y extendió
la mano para tocarle la mejilla.

La piel de Pei Yunshu ardía. Yuncheng frunció el ceñ o. «Tienes fiebre otra vez».

El cuerpo de Pei Yunshu se tensó . No se atrevió a mirar a Yuncheng, e incluso dudó


en apartarse de su contacto. Pero sentía una fuerte aversió n en su corazó n. Esta
aversió n provenía de lo más profundo, y cada parte de su cuerpo rechazaba la
cercanía de Yuncheng. Su mano temblaba dentro de la manga, y sus largas pestañ as
revoloteaban mientras bajaba la mirada. «Está bien, hermano mayor».
El tercer hermano mayor los miró y de repente abrió su abanico plegable: "Con un
rostro como un hibisco, la enfermedad del hermano menor le agrega un toque de
encanto".

El hermano mayor reprendió : "Yunman".

Yunman recuperó el abanico plegable y sonrió en silencio.

“Hay una fuente termal en las montañ as de atrás”, Yuncheng miró a Pei Yunshu con
ternura. “El agua de esa fuente ha cambiado recientemente. Aunque no tiene efectos
significativos, al menos fortalece el cuerpo. Yunshu, cuando volvamos a nuestras
habitaciones más tarde, trae ropa limpia y ven a sumergirte en las aguas termales
con nosotros”.

Pei Yunshu se sintió mareado. Resistió la incomodidad y comprendió que no podía


permitir que su condició n empeorara. Asintió : «Está bien, hermano mayor».

La fuente termal que Yuncheng mencionó era originalmente un manantial profundo


en el bosque de las montañ as traseras. Solía ser un manantial comú n y corriente sin
cualidades particulares. Sin embargo, con el tiempo, experimentó cambios, y el agua,
por lo demás comú n, se impregnó de energía espiritual. La energía del agua también
beneficiaba a los cultivadores, promoviendo la salud física.

Pei Yunshu recordó que, en su vida anterior, se resfrió por esperar a su Maestro toda
la noche en la cima de la montañ a, sin saber la hora exacta de su regreso. Aunque los
cultivadores tenían cuerpos resistentes, la fría noche le provocó una leve
enfermedad.

Pero esa enfermedad de entonces no era tan grave como ahora. El calor abrasador en
su rostro hizo sospechar a Pei Yunshu que podría estar relacionada con su
renacimiento.

Quizás, en el fondo, esta enfermedad se debía a su tormento interno. Una enfermedad


del corazó n que ninguna medicina podía curar. A pesar de las extraordinarias
habilidades médicas de Yuncheng, era incapaz de combatirla.
A la orilla, Pei Yunshu se dio cuenta de que se trataba de un manantial con vida. Un
lado se extendía en la distancia, aparentemente infinito, y el vapor caliente emanaba
de la poza. No estaba claro por qué esta parte del manantial había sufrido cambios.

Los tres Hermanos Mayores se estaban desvistiendo. Al ver la vacilació n de Pei


Yunshu, le recordaron: «Hermano menor Yunshu».

Pei Yunshu volvió a la realidad y comenzó a quitarse la tú nica exterior.

El Tercer Hermano Mayor se mostró bastante despreocupado y se quitó la tú nica


interior. Pero los demás, incluido Pei Yunshu, solo se quitaron las tú nicas exteriores y
las dejaron a un lado.

Pei Yunshu estaba a punto de meterse al agua cuando el Tercer Hermano Mayor, que
ya estaba en la piscina, preguntó con curiosidad: "Hermano menor, ¿por qué no te has
quitado los zapatos y los calcetines?"

Pei Yunshu se quedó ató nito: "Lo olvidé".

Había estado tanto tiempo sin poder usar sus piernas que se olvidó de que llevaba
calcetines y zapatos.

Incluso se olvidó de traer calcetines nuevos mientras se cambiaba de ropa.

Pei Yunshu se quitó los zapatos y los calcetines, y el Tercer Hermano Mayor bajo el
agua observó sus movimientos, luego, después de un rato, elogió : "Hermano menor,
tienes unos pies excepcionalmente hermosos".

Con piel blanca como la nieve y una suave curva desde el tobillo hasta el pie, cada
centímetro era exquisito.

La cara de Pei Yunshu se sonrojó y lo regañ ó en voz baja: "¡Hermano mayor!"

El Tercer Hermano Mayor se cubrió la boca, con una sonrisa de impotencia en las
comisuras de sus ojos y cejas. "El Hermano Menor conoce el temperamento del
Hermano Mayor; suelo hablar sin pensar. Si no, Hermano Menor, ¿por qué no le pegas
un par de veces?"
Estaba bromeando, y era imposible que Pei Yunshu lo golpeara. Procedió a entrar al
agua y lo ignoró .

El agua tibia envolvió su cuerpo. En cuanto se sumergió , el calor antinatural en el


rostro de Pei Yunshu disminuyó . Su mente se sintió más clara, e incluso las
emociones contenidas parecieron calmarse un poco. Estaba sorprendido.

Yuncheng notó su expresió n y sonrió : "Yunshu, ¿te sientes mejor?"

—Mucho mejor —Pei Yunshu sintió las suaves olas del agua y percibió claramente
los cambios en su cuerpo—. Esta piscina es realmente milagrosa.

"No es precisamente milagroso", explicó Yuncheng. "Porque uno lleva una


enfermedad, la encuentra increíblemente beneficiosa. En cuanto a nosotros,
simplemente nos sentimos renovados".

El hermano mayor asintió en señ al de acuerdo: "En efecto".

Pei Yunshu frunció el ceñ o levemente. En su vida anterior, su enfermedad ya había


mejorado. Desconocía la existencia de estas aguas termales hasta ahora. "Hermano
mayor, ¿sabes por qué?"

—Frutos inmortales y manantiales espirituales, bestias y espíritus divinos —


intervino el Tercer Hermano Mayor—. Hay muchas cosas en las montañ as de atrás.
En resumen, todo se reduce a estas pocas cosas.

Pei Yunshu estuvo de acuerdo, asintiendo con la cabeza.

Hoy, su mente y su cuerpo estaban agotados. Sumergirse en este manantial espiritual


fue sumamente reconfortante, y no pudo evitar acercarse al borde de la piscina,
apoyar la mano bajo la cabeza y cerrar los ojos para echarse una breve siesta.

Las voces de sus Hermanos Mayores resonaban con las ondas del agua, a veces
lejanas, a veces cercanas. El vapor que emanaba de las aguas termales envolvía el
pecho de Pei Yunshu. Su cabello negro flotaba en la superficie del agua, contrastando
con la blancura nívea de su cuello.
La respiració n de Pei Yunshu se hizo más lenta, y estaba a punto de quedarse
dormido cuando sintió algo frío rozarle el tobillo. Al principio, pensó que era solo
una piedra en el agua y no le prestó atenció n. Sin embargo, al instante siguiente, lo
que estuviera bajo el agua empezó a enrollarse alrededor de su tobillo y subir por su
pantorrilla.

“…” El rostro de Pei Yunshu palideció , con sudor frío acumulándose en su frente. “S-
Sénior… Hermano Mayor…”

La cosa en su pierna se tensó aú n más, subiéndole la ropa hasta las rodillas. Las
escamas heladas hicieron contacto directo con su piel, e incluso sintió algo delgado y
alargado deslizándose bajo su ropa interior, arrastrándose hacia su muslo.

Su piel sensible había estado remojando en agua caliente, por lo que la repentina
sensació n de frío hizo que el cuero cabelludo de Pei Yunshu hormigueara.

Instintivamente, intentó usar una técnica, pero su ataque pareció impactar en el


espacio vacío, sin tener efecto alguno.

El Hermano Mayor escuchó su llamado y se levantó rápidamente, dando grandes


zancadas hacia Pei Yunshu. El chapoteo del agua acompañ ó su acercamiento.
«Hermano Menor Yunshu, ¿qué ocurre?»

—Algo se me ha enredado en la pierna —dijo Pei Yunshu con los ojos llenos de
lágrimas y miró a Yunjing en busca de ayuda—. Hermano mayor, por favor, sálvame.

Tenía miedo de las serpientes.

Tras romperse las piernas, una delgada serpiente con dibujos morados se arrastró
hasta su cama en aquella habitació n estrecha. Incapaz de mover las piernas, no pudo
escapar, y la serpiente se arrastró sobre él. Se mordió el labio y lloró , con lágrimas
corriendo de miedo.

Lloró hasta el cansancio e incluso soñ ó con serpientes. Pero al despertar, la serpiente
no estaba por ningú n lado.
La expresió n de Yunjing se tornó seria al instante. Respiró hondo y se zambulló en el
agua.

La cosa parecía no tener miedo y ya había pasado las rodillas de Pei Yunshu.

La fría y resbaladiza sensació n del sinuoso movimiento de la serpiente era


aterradora. Antes de que las lágrimas escaparan de los ojos de Pei Yunshu, el
Hermano Mayor irrumpió en la superficie del agua: «Hermano Menor, no hay nada...».

Al ver la apariencia de Pei Yunshu, se quedó ató nito. No pudo pronunciar el resto de
la frase. El Hermano Mayor se acercó , lo abrazó y lo jaló para que se sentara en la
orilla.

Sus piernas emergieron parcialmente y el escalofrío finalmente desapareció . Pei


Yunshu bajó la mirada, mientras las lágrimas caían una a una.

Yuncheng y Yunman también se acercaron y lo vieron llorar mientras se sentían


impotentes.

Sus lágrimas silenciosas revelaban lo asustado que estaba. Su cuerpo temblaba


levemente. Yuncheng frunció el ceñ o, pisó el agua mientras caminaba hacia Pei
Yunshu y sacó la pierna.

La pierna derecha estaba ilesa, pero la ropa de la izquierda le había subido hasta las
rodillas. El agua caliente había enrojecido ligeramente su hermosa pantorrilla.
Yuncheng la sostuvo, sintiendo como si estuviera sosteniendo un trozo de jade tibio.

Yuncheng permaneció concentrado, sin notar nada extrañ o. "Hermano menor, ¿dó nde
te sientes incó modo?"

Pei Yunshu lo miró con los ojos llenos de lágrimas. Señ aló su pierna izquierda: «Esa
cosa... Se metió debajo de la ropa...».

No pudo atreverse a decir el resto.

Yunman extendió la mano para tocar sus prendas interiores: "¿Se metió dentro?"
El segundo hermano mayor se dio un fuerte golpe en la mano que sobresaltó a varios
pájaros del bosque.

Yunman hizo una mueca y retiró la mano tímidamente.

Yuncheng bajó la pierna de Pei Yunshu y comenzó a alisarle la ropa. Una vez que todo
estuvo en orden, le habló con tono tranquilizador: «Yunshu, cuando vuelvas a tu
habitació n más tarde, comprueba si hay algo raro. Si te sientes incó modo en algú n
lugar, debes decírselo al Hermano Mayor».

Pei Yunshu se había recuperado un poco. Volteó la cara, avergonzado. "Lo haré,
hermano mayor".

Pei Yunshu no tenía ganas de seguir sumergiéndose en las aguas termales. En cuanto
recuperó la fuerza en las piernas, se levantó apresuradamente. Ni siquiera se molestó
en cambiarse de ropa; en su lugar, usó un hechizo para secarse y se puso la tú nica
exterior.

No quería sumergirse más, y los otros tres tampoco tenían intenció n de quedarse.
Uno tras otro, fueron llegando a la orilla. Sin embargo, Yunjing vislumbró algo
extrañ o donde su hermano menor había estado sentado. Se sumergió de nuevo y, al
cabo de un momento, emergió del agua sosteniendo un objeto oscuro.

"¿Qué es esto?", exclamó Yuncheng, sorprendido. "¿Piel de serpiente?"

En efecto, Yunjing sostenía una piel de serpiente en la mano. Era de un negro


azabache, como si pudiera absorber toda la luz circundante. Los intrincados y
oscuros patrones no se parecían a nada comú n.

"¿De verdad existe una serpiente?" El Tercer Hermano Mayor estaba igualmente
asombrado. Tomó una rama del suelo, la infundió con energía espiritual, la convirtió
en una espada y apuñ aló la piel de la serpiente. Inesperadamente, la piel de la
serpiente salió ilesa, mientras que la rama se quebró con un crujido.

El grupo se quedó en silencio y volvió su mirada hacia el Tercer Hermano Mayor,


quien inocentemente se defendió : "Mi poder espiritual está perfectamente bien".
Pei Yunshu se quedó de pie a un lado, apretando fuertemente los labios, intentando lo
mejor que podía parecer imperturbable.

Yunjing lo miró y, por alguna razó n, desdobló la piel de serpiente justo frente a Pei
Yunshu, quien tenía miedo a las serpientes.

Un grito lastimero resonó desde las profundidades de las montañ as. Los animales a
su alrededor huyeron frenéticos; los gritos de pájaros y monos eran lastimeros. Era
como si todas las criaturas hubieran enloquecido en un instante. El sonido de la
vegetació n pisoteada llegó a sus oídos, y en cuestió n de segundos, las criaturas de los
alrededores desaparecieron sin dejar rastro.

Los Hermanos Mayores quedaron ató nitos ante este inusual suceso. Yuncheng
contuvo la respiració n, como si hubiera comprendido algo. Rápidamente se giró y se
acuclilló al borde del manantial, metiendo la mano en el agua, con una repentina
iluminació n.

El efecto medicinal del manantial había desaparecido.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 3

Capítulo 3

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—Hermano menor —Yunjing le entregó la piel de serpiente a Pei Yunshu—. ¿Quieres


tocarla? Comprueba si la sensació n es similar a la que sentiste cuando te envolvió
antes.

Los labios de Pei Yunshu se pusieron pálidos y se resistió , dando un paso atrás.

Al desplegarse el bulto de piel de serpiente, medía casi un zhang (3,3 metros) de


largo. La cola se extendía entre la hierba. Pei Yunshu retrocedió un paso, y Yunjing
dio un paso adelante. El Hermano Mayor, habitualmente silencioso y confiable, ahora
parecía un demonio, avanzando hacia Pei Yunshu.

Hasta que Pei Yunshu no tuvo más espacio para retirarse, con la espalda contra un
árbol, Yunjing continuó acercándose.

"Hermano menor", dijo, con sus ojos oscuros aparentemente desconcertados, "Es
solo piel de serpiente".

Es solo piel de serpiente.

Pei Yunshu cerró los ojos por un momento, luego de un rato extendió su mano
temblorosa con gran esfuerzo.

Aunque era piel de serpiente, jamás podría olvidar la sensació n de una serpiente
arrastrándose por su cuerpo: esa sensació n resbaladiza, fría y sinuosa que fácilmente
evocaba pensamientos desagradables. Pei Yunshu usó todas sus fuerzas; todos lo
observaban, y para no parecer débil, finalmente reunió el coraje para tocarla.

Las yemas de los dedos de Pei Yunshu eran finas y delicadas. Al rozar ligeramente la
piel de serpiente, el color negro azabache le daba a su mano un aspecto aú n más jade.
Hizo solo un ligero contacto antes de retirar la mano rápidamente. «Es eso».

Yunman, que había estado observando todo el tiempo, rió entre dientes: «Hermano
menor, lo tocaste muy rápido. ¿Y si te equivocaste? Tó calo de nuevo como es debido».

El segundo hermano mayor sonrió con gracia y asintió , de acuerdo con las palabras
de Yunman en silencio.

Todos se reían de él.

“…” Pei Yunshu apretó los dientes y extendió la mano hacia la piel de serpiente de
nuevo. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de tocarla, Yunjing la apartó .

“Se está haciendo tarde”, Yunjing envolvió la piel de serpiente y los condujo hacia la
salida, diciendo: “Mostrémosle esta piel de serpiente al Maestro mientras aú n
tenemos tiempo”.

La mano de Pei Yunshu seguía suspendida en el aire. Dudó un instante antes de


bajarla.

***

Cuando llevaron sus espadas a la morada del Maestro, vieron a Yunwang sentado bajo
un árbol de flor de durazno.

Yunwang ya se había puesto la tú nica taoísta de la secta, con la flauta verde y el


colgante de jade colgando de su cintura. Sostenía un libro en la mano, la técnica de
cultivo del Pico Wuzhi de la Secta Shanshui.

Ni siquiera la ropa remendada podía ocultar su belleza, y mucho menos la tú nica


taoísta que irradiaba un aire etéreo, como flores de durazno bajo la lluvia.
Cuando aterrizaron, los ojos de Yunwang se iluminaron y corrió con una sonrisa:
"¡Hermano mayor!"

Pei Yunshu se quedó atrás, mezclándose con sus hermanos mayores, y gritó :
"Hermano menor".

“Hermanito menor”, dijo el hermano mayor, “¿está el Maestro adentro?”

El hermoso rostro de Yunwang estaba lleno de sonrisas: "El Maestro está aquí.
¿Tienen los Hermanos Mayores algo que discutir con el Maestro?"

El hermano mayor condujo a sus hermanos menores adentro mientras decía:


“Encontramos algo y queríamos que el Maestro le echara un vistazo”.

La habitació n del maestro espiritual daoísta Ling Qing estaba decorada con sencillez.
Al entrar, Pei Yunshu sintió una profunda familiaridad.

Normalmente, si no tenía nada que hacer, Pei Yunshu siempre venía a molestar al
Maestro. Entre todos los discípulos del Pico Wuzhi, quizás nadie conocía mejor este
lugar que él. Ahora que lo pensaba, se dio cuenta de que había sido una gran molestia.

—Hermano mayor Yunshu —susurró Yunwang junto a Pei Yunshu, acompañ ado de
una sonrisa alegre—. A Yunwang le gusta mucho el colgante de jade que le diste.

Pei Yunshu respondió casualmente: "Me alegra que le guste al hermano menor".

Dentro de la habitació n, el maestro espiritual daoísta Ling Qing ya estaba esperando:


"¿Qué te trae por aquí?"

Yunjing le presentó la piel de serpiente negra pura: "Maestro, mire esto".

El maestro espiritual daoísta Ling Qing la observó con sorpresa. Tomó la piel de
serpiente y la examinó en su mano por un momento antes de decir: «La piel mudada
de una serpiente que se transforma en un dragó n de inundació n. Esta es la piel
mudada de un dragó n de inundació n».

Una serpiente transformada en dragó n de inundació n mudaba de piel varias veces.


Cada muda producía un preciado tesoro. ¿Quién habría pensado que recogería un
objeto tan valioso con tanta naturalidad?

Al ver el asombro en los rostros de sus discípulos, el Maestro Espiritual Daoísta Ling
Qing explicó : «Transformarse de serpiente a dragó n de inundació n es increíblemente
arduo, y convertirse en un verdadero dragó n de inundació n es aú n más difícil. La piel
que muda un dragó n de inundació n se considera tu oportunidad. Ya sea para refinar
tesoros o elaborar píldoras, es un material raro y valioso».

“¿Quién encontró esto?”

El hermano mayor estaba a punto de hablar, pero el maestro espiritual taoísta Ling
Qing continuó : "No importa, pueden distribuirlo entre ustedes".

“Yunshu”, el Maestro se volvió hacia el cuarto discípulo, “ven aquí”.

Pei Yunshu dio un paso adelante.

Antes, si el Maestro le hubiera pedido que se acercara, habría corrido con gusto sin
dudarlo. Pero ahora, al ser llamado, se entretuvo y dudó . ¿Será que aú n no soportaba
desprenderse del colgante de jade que le había regalado?

El maestro espiritual taoísta Ling Qing pensó esto y casualmente se quitó el colgante
de jade de la cintura y se lo arrojó a Pei Yunshu, diciendo: "Este colgante de jade es
una compensació n para ti".

Cada colgante de jade que lucía el maestro espiritual taoísta Ling Qing era un tesoro
invaluable. El que le lanzó a Pei Yunshu era completamente verde esmeralda, liso y
redondo, y emanaba una vitalidad vibrante. No era menos valioso que el jade cálido
que le había regalado a Yunwang anteriormente.

Yunwang, de pie detrás de sus hermanos mayores, gradualmente dejó de sonreír.

Sostuvo el colgante de jade en su cintura y se dio cuenta de que si perdía uno, podría
conseguir otro para complementarlo.

—Maestro —susurró Pei Yunshu suavemente—, Yunshu no lo necesita.


La expresió n del maestro espiritual daoísta Ling Qing se ensombreció . Agitó la
manga, y una ráfaga de viento arrastró a todos los presentes. Tras salir, la puerta de
madera se cerró herméticamente.

El tercer hermano mayor agitó su abanico plegable de arriba a abajo: "Oh, querido
hermano menor, parece que el Maestro está enojado".

Pei Yunshu miró el jade esmeralda que tenía en la mano y, tras un rato, actuó segú n
sus pensamientos. Lo colocó frente a la puerta de madera y dijo: «Maestro, darle un
objeto tan valioso a Yunshu es un desperdicio».

En su vida anterior, el Maestro había enumerado sus pecados palabra por palabra
cuando lo encerró en el patio.

La mente de Pei Yunshu también estaba aturdida. Solo entonces se dio cuenta de que
había estado usando tantos tesoros preciosos de la secta, y cada objeto que usaba era
muy valioso. Sin embargo, había malgastado imprudentemente tantos objetos
preciosos, convirtiéndolos en un completo desperdicio.

No podía olvidar ni una sola palabra de lo que decía el Maestro, ni aunque lo


intentara. Pei Yunshu sentía de verdad que un colgante de jade tan bueno era inú til en
sus manos. No se atrevía a aceptarlo, ni lo quería.

Pero tan pronto como colocó el colgante de jade en el suelo frente a la puerta, el
excelente jade inmediatamente se hizo pedazos, perdiendo su vitalidad.

Pei Yunshu quedó ató nito.

Sus hermanos mayores también quedaron desconcertados y observaban desde un


lado.

La puerta de madera se abrió levemente y otro jade rojo sangre cálido voló a la mano
de Pei Yunshu. El maestro espiritual daoísta Ling Qing no dijo nada, solo sus acciones
transmitieron su mensaje: si no lo quieres, será destruido; si la pró xima vez sigues
sin quererlo, seguiré destrozándolos hasta que aceptes.
Pei Yunshu sostuvo con fuerza el jade rojo sangre mientras observaba los pedazos de
jade rotos frente a la puerta.

Dejó escapar una sonrisa amarga.

No lo quería, pero el Maestro insistía en dárselo. Si no lo aceptaba, ¿no volvería a ser


un ingrato?

Los colgantes de jade eran seres sensibles, más aú n los que usaba el maestro
espiritual taoísta Ling Qing.

Después de un rato, Pei Yunshu ató el colgante de jade a su cinturó n. El flujo de agua
dentro del jade rojo sangre lo hacía girar suavemente. Murmuró : «Gracias, Maestro».

Finalmente, no hubo más disturbios en la habitació n del maestro espiritual taoísta


Ling Qing.

Pei Yunshu se agachó y recogió el jade esmeralda roto. Yunwang también se acercó y
empezó a recoger los fragmentos.

"Hermano mayor", la voz de Yunwang tenía una sonrisa, "Este jade de sangre te
queda muy bien".

Pei Yunshu, vestido de blanco, tenía la piel blanca y blanca. El jade rojo no
contrastaba con el polvo, sino que le daba un aspecto aú n más etéreo, como un
inmortal rodeado de fragantes flores y árboles de jade.

Yunwang continuó : “A Yunwang también le gusta este colgante de jade”.

Pei Yunshu frunció los labios, terminó de recoger los trozos de jade roto y luego dijo:
"Al hermano mayor también le gusta".

No es que le gustara el jade, ni que le disgustara, sobre todo el que tenía en la mano.
Pero al oír las palabras de su hermano menor, no quiso seguirles la corriente y le dio
también este colgante de jade.

En esta vida, no se enfrentaría a su hermano menor, ni quería quedarse en el Pico


Wuzhi para siempre. Incluso si no accedía a su petició n, no terminaría odiándolo
inexplicablemente como en su vida anterior.

A él no le agradaba su hermano menor y tampoco podía estar siempre de acuerdo


con él como lo hacían sus hermanos mayores en su vida pasada.

Yunman, que había estado escuchando la conversació n, dijo: «Hermano menor, si te


gusta el colgante de jade, pídele uno al Maestro. El buen jade que tiene el Maestro es
sin duda ú nico. Podrás usarlo hasta el Establecimiento de la Fundació n».

Yunwang añ adió : "¿Para qué molestar al Maestro? Aunque me gusta el jade, con uno
me basta. El jade cálido que me regaló el Cuarto Hermano Mayor ya me gusta".

El tercer hermano mayor se rió entre dientes: "Buen hermano menor, entiendes que
tener uno es suficiente".

Yunwang se quedó con el maestro espiritual daoísta Ling Qing. Al marcharse, Pei
Yunshu giró la cabeza y vio a Yunwang aú n de pie, observándolos alejarse
gradualmente. Su rostro permanecía inexpresivo, pero al ver a Pei Yunshu regresar,
reveló una sonrisa tan brillante como una delicada flor.

Pei Yunshu apartó la mirada.

Al llegar a su patio, se despidió rápidamente de sus hermanos mayores y entró en la


casa de bañ os con un conjunto de ropa limpia que había preparado anteriormente.

La serpiente le había tocado la pierna, subiendo lentamente desde el pie. Pei Yunshu
aguantó hasta entonces, deseando solo lavarse la sensació n con agua.

Su casa de bañ os tenía una piscina que no era ni muy grande ni muy pequeñ a. Una vez
llena de agua caliente, Pei Yunshu se desnudó y se metió en el agua.

Su ropa estaba tendida sobre un biombo y su cabello oscuro se le pegaba hú medo a


los hombros.

Tras relajarse un rato, Pei Yunshu inspeccionó cuidadosamente su cuerpo en busca


de algo inusual. Ni siquiera se perdonó las zonas más íntimas de los muslos. Por
suerte, no había nada allí. Ya fuera un dragó n de inundació n o una serpiente, debía
saber que no debía meterse con él y había huido.

Pei Yunshu respiró aliviado y comenzó a lavarse.

Al salir del agua, oyó de repente un leve ruido cerca del biombo. Tras el sonido, Pei
Yunshu vio su tú nica flotar hasta el suelo.

¿De dó nde viene el viento?

Pei Yunshu se vistió , recogió su tú nica y la colocó nuevamente sobre el biombo.

Tras un largo día, estaba exhausto. Se tumbó en la cama, contemplando las conocidas
vigas del techo. Justo cuando estaba a punto de cerrar los ojos y dormir, Pei Yunshu
sintió un calor repentino en el muslo.

Era un calor sutil y agradable, no doloroso, pero imposible de ignorar.

Pei Yunshu se dio la vuelta y se quitó la prenda interior. Observó la zona afectada y
vio una marca con forma de serpiente, del tamañ o de la palma de la mano, en su piel,
hasta entonces intacta.

La serpiente era completamente negra, como si pudiera absorber la luz de una vela.
Sus ojos brillaban rojos y tenía dos pequeñ as protuberancias indistintas en la cabeza
que le daban un aspecto realista.

¡Pei Yunshu se quedó sin aliento, casi creyendo que tenía una serpiente viva
enrollada alrededor de su pierna!

Un sudor frío se formó en su frente, y tembloroso, extendió la mano para tocar la


marca. La luz de la vela parpadeó un instante y luego recuperó su brillo al instante
siguiente. Sin embargo, el dibujo de la serpiente en su pierna había desaparecido.

Nota del autor: El proceso de una serpiente que se transforma en un dragó n de


inundació n y luego en un dragó n de inundació n es mi propia creació n, y hay
desviaciones del mito original.
Pei Yunshu (con confianza): ¡La serpiente se dio cuenta de que no podía meterse
conmigo y huyó !

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 4

Capítulo 4

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Pei Yunshu había estado meditando toda la noche, y solo se detuvo cuando la luz del
sol entró a raudales en la habitació n al día siguiente.

En su vida anterior, su cultivo fue sellado y le rompieron las piernas. Se había


acostumbrado a dormir de noche y a permanecer despierto durante el día, como
cualquier persona comú n. Había olvidado que era un cultivador y que la meditació n
podía disipar la fatiga.

Sin embargo, esta noche su meditació n había sido particularmente inquieta.

Había colocado varias barreras protectoras y talismanes y tesoros defensivos a su


alrededor. La sensació n de calor y el patró n en su muslo de la noche anterior
parecían un sueñ o. Durante toda la noche, salvo ese instante, todo había sido normal.

Después de descansar un rato, Pei Yunshu salió al patio.

Los jó venes sirvientes habían ordenado el patio y había algunas hierbas espirituales
y árboles creciendo a lo largo de la pared.

Se sentó en una mesa de piedra y la imagen del patró n que había visto la noche
anterior apareció nuevamente en su mente.

El patró n de serpiente negra del tamañ o de la palma de la mano estaba


exquisitamente detallado, realista, como si quisiera cobrar vida.
Pero ¿có mo podía explicarles esto a su amo y a sus hermanos mayores? ¿Debería
quitarse los pantalones para mostrarles el patró n?

Además, debido al incidente con el jade de sangre, Pei Yunshu no quería ir a buscar al
maestro espiritual taoísta Ling Qing ahora.

Un joven sirviente se le acercó con cautela. «Hermano mayor, ¿debería lavar la ropa
del biombo?»

—En —Pei Yunshu recuperó el sentido y preguntó —: ¿Qué pasa?

El joven sirviente dudó y luego dijo: "Hermano mayor Yunshu, deberías venir a echar
un vistazo".

Pei Yunshu siguió al joven sirviente a los bañ os. Su ropa, que había estado colgada en
el biombo la noche anterior, seguía pulcramente colocada allí. Sintió perplejidad y se
acercó para inspeccionarla. Solo al examinarla con más atenció n, notó que algo
andaba mal en el biombo.

Gotas de agua pegajosas se deslizaron por la ropa y aterrizaron en la pantalla. La gota


cayó justo en el centro de una peonía en la vibrante pantalla.

Pei Yunshu extendió la mano para tocar la ropa. La tú nica exterior estaba seca, al
igual que el cinturó n, pero la prenda interior que llevaba en contacto con la piel,
oculta al fondo del montó n, se sentía hú meda y pegajosa.

Pei Yunshu retiró la mano, observando la sustancia transparente que tenía en la


mano. Se giró para preguntarle al joven sirviente cuándo notaron que algo andaba
mal.

Pero cuando giró la cabeza, vio un destello de luz roja en los ojos del joven sirviente.

La sombra de la pared oscurecía el rostro. La voz del joven sirviente era suave y
perpleja: «Hermano mayor, ¿sucede algo?»

Pei Yunshu dijo: "No es nada".


Sacó un pañ uelo y limpió la sustancia pegajosa. Al recuperarlo, encontró una espada
que emitía una tenue luz azul en su mano. Sin dudarlo, la espada se dirigió hacia el
joven sirviente, y la hoja emitió una resonancia melodiosa.

“Hermano mayor…” El joven sirviente comenzó a hablar, “¿Qué estás haciendo?”

Pero el movimiento de la espada no se detuvo. Sin embargo, en el instante en que la


punta tocó al joven sirviente, fue como si una flor hubiera caído en un charco de
agua, creando ondas. Cuando Pei Yunshu recuperó el sentido, se encontró sentado a la
mesa de piedra del patio.

Una ráfaga de viento agitó su cabello mientras una hoja verde giraba frente a él.

El joven sirviente encargado de limpiar el patio salió de los bañ os con la ropa que Pei
Yunshu se había quitado el día anterior. Pei Yunshu parpadeó , llamó al joven sirviente
y la observó con más atenció n. Luego recuperó su ropa interior y la encontró intacta,
limpia y seca.

“¡Hermano menor!”

La voz del Tercer Hermano Mayor los alcanzó incluso antes que él. Pei Yunshu dejó
la ropa y le dijo al joven sirviente: «Puedes irte».

El joven sirviente estaba a punto de irse cuando los hermanos mayores entraron. Al
ver al joven sirviente llevando la ropa, supieron que era la que Pei Yunshu se había
quitado.

El Tercer Hermano Mayor abrió su abanico plegable y lo agitó un par de veces. Con
una sonrisa pícara, lo usó para levantar la ropa, que aú n no le llegaba a la nariz, y dijo
juguetonamente: «Qué bien huele».

El hermano mayor le quitó el abanico y le dio un ligero golpecito en la cabeza. El


joven sirviente bajó la cabeza y se marchó rápidamente.

“Hermano menor Yunshu”, el hermano mayor sostuvo el paquete de piel de serpiente,


yendo directo al grano, “discutamos có mo usar este trozo de piel de serpiente”.
—Dejemos la piel de serpiente a un lado por ahora —dijo Yuncheng con una sonrisa
lú cida, sentándose tranquilamente y mirando a Pei Yunshu con preocupació n—.
Hermano menor, ¿te revisaste a fondo para ver si tenías alguna anomalía después de
anoche?

Pei Yunshu frunció los labios, sus largas pestañ as protegieron sus ojos, proyectando
una sombra sobre ellos.

Yuncheng observó su expresió n y dijo lentamente: "¿Hay alguna anomalía que hayas
notado, pero que no quieras contárselo a tus hermanos mayores?"

Los otros dos intercambiaron miradas có mplices.

“…No”, respondió Pei Yunshu, “Estoy bien”.

—Me alegra que estés bien —dijo Yuncheng cambiando de tema—. Hermano menor,
¿qué planeas hacer con esta piel de serpiente?

Pei Yunshu se sintió un poco perplejo.

En su vida anterior, todos los tesoros que llegaban a su poder lo hacían intactos.
Ahora que tenía este trozo de piel de dragó n de inundació n, no sabía qué hacer con
él.

Sin embargo, había oído que la piel del dragó n de la inundació n era inmune a las
espadas y no le afectaban el agua ni el fuego, lo que la convertía en un material
excelente para crear tesoros defensivos.

En esta vida, ya había tomado una decisió n. Si su maestro o sus Hermanos Mayores le
ofrecían tesoros, los rechazaría si podía. Si no podía, como con el jade de sangre,
encontraría la manera de compensarlo con algo bueno.

Si otros estaban dispuestos a dar, era asunto suyo. Si él aceptaba, se sentiría


incó modo.

Así que, aunque no le gustaban las serpientes, no se negó esta vez. Tras considerarlo
detenidamente, dijo: «Hermano mayor, por favor, ú salo para hacer un cinturó n».
Yunjing negó con la cabeza. «Hermano menor, eres un gran colaborador. El material
para un cinturó n es insuficiente».

La expresió n “gran contribuyente” sonaba un tanto embarazosa.

"¿Qué tal si primero usamos toda la piel de serpiente para hacer una prenda exterior
para el Hermano Menor Yunshu? Si sobra, podemos considerar hacer algo también
para el Hermano Menor", sugirió el Tercer Hermano Mayor con pereza. "A los tres no
nos faltan tesoros defensivos".

Yuncheng asintió suavemente. "¿Qué opinas, hermano mayor?"

—Entonces, hagámoslo —el Hermano Mayor no esperó a que Pei Yunshu se negara.
Hizo que Pei Yunshu se levantara y sacó una regla flexible de su manga—. Hermano
Menor, déjame medir tus dimensiones.

"Hermano mayor, encontraste esto, ¿có mo puedes ponerme primero?" Todo el


comportamiento de Pei Yunshu estaba lleno de resistencia, cada movimiento y
palabra transmitía su renuencia.

Yunjing permaneció en silencio, simplemente observándolo. Su carácter,


normalmente gentil y servicial, era como el de una vaca vieja, pero cuando se volvía
terco, era como un toro capaz de embestir contra la pared.

El Tercer Hermano Mayor rió entre dientes junto a ellos. "Hermano Mayor, ya
tenemos las medidas del Hermano Menor Yunshu. ¿Por qué necesitas tomarlas de
nuevo?"

Pei Yunshu insistió : "No necesito esto".

Sin embargo, ninguno de los tres Hermanos Mayores prestó atenció n a sus palabras.
Quizás lo oyeron, pero no quisieron seguir sus deseos.

Sin importar los pensamientos de Pei Yunshu, hicieron lo que quisieron, sin prestar
atenció n a sus objeciones.
Pei Yunshu apretó el puñ o y sus uñ as formaron una marca en forma de media luna en
su dedo.

Cuando los Hermanos Mayores comenzaron a discutir sobre el estilo de la prenda


exterior, él levantó la voz: "¡No la quiero!"

Los hermanos mayores detuvieron inmediatamente su conversació n y se giraron


para mirarlo.

El pecho de Pei Yunshu subía y bajaba ligeramente mientras mantenía contacto


visual con cada uno. Declaró : «No lo necesito».

La atmó sfera se congeló por un instante. De repente, Yuncheng estalló en carcajadas.

Se puso de pie, su alta figura proyectando una sombra sobre Pei Yunshu. Con sus
anchas mangas, cubrió la mitad de la mesa de piedra y dijo con cariñ o: «Hermano
menor, déjanos darte esto. ¿Qué tal si te hacemos una prenda exterior? ¿No es mejor
que un cinturó n?»

Pei Yunshu giró la cabeza y se negó a mirarlo.

Yuncheng solo podía ver su oreja de jade y los finos mechones de cabello negro tras
ella. Parecía que el Hermano Menor Yunshu seguía enojado. Su respiració n era
ligeramente más rápida, impregnando una tenue fragancia que llegó a los sentidos de
Yuncheng.

—Cuarto Hermano Menor —la voz de Yuncheng se suavizó aú n más—. Los


Hermanos Mayores se preocupan por sus intereses. No rechacen nuestra buena
voluntad, ¿de acuerdo? Si no, el Hermano Mayor podría enojarse.

***

Después de que todos abandonaron el patio, Pei Yunshu se sentó solo en la mesa de
piedra.

Después de un rato, sacó un pañ uelo de su manga y comenzó a limpiar las manchas
de agua en la mesa.
Era una taza de té que el Hermano Mayor le había servido. Sin embargo, cuando
Yuncheng se acercó , la tiró accidentalmente.

Su manga también se había mojado, pero nadie lo había notado.

Pei Yunshu se estabilizó la mano, que aú n temblaba. Mientras miraba, sintió de


repente un cosquilleo en la nariz.

Entre todos los miembros de la secta, la persona a la que Pei Yunshu más temía era
Yuncheng.

El día que Yuncheng se rompió las piernas, sonrió y dijo: "Hermano menor, no tengas
miedo. El hermano mayor te rompió las piernas por tu propio bien. Así no molestarás
al pequeñ o hermano menor ni harás enfadar al hermano mayor, ¿verdad?".

Si Yuncheng fuera descrito en términos mortales, sería un joven maestro refinado y


noble. Pei Yunshu solo se dio cuenta mucho después de que una persona como él,
cuando se enojaba, podía ser bastante aterradora.

La frase "hermano mayor enojado" hizo que Pei Yunshu recordara vívidamente la
escena cuando le rompieron las piernas.

Salió arrastrándose, cubierto de polvo y dolorido. Le rogó a Yuncheng que lo


perdonara. Le prometió que no volvería a acercarse al pequeñ o Hermano Menor, que
no volvería a enfadar al Hermano Mayor, que abandonaría la secta y que jamás
volvería a presentarse ante ellos.

Pero Yuncheng seguía enojado. Levantó su espada envainada y la dejó caer con fuerza
sobre las rodillas de Pei Yunshu.

Cuando el sol se puso y el resplandor del crepú sculo bañ ó sus hombros, Pei Yunshu
finalmente despertó de sus recuerdos y voló con su espada hacia la oficina de
asuntos de la secta.

La Secta Shanshui tenía más de una cima, pero las relaciones entre ellas eran bastante
distantes. Rara vez interactuaban entre sí. Sin embargo, la Secta Shanshui era una
secta importante en el mundo, y cada añ o se unían a ella innumerables personas que
anhelaban la longevidad y la eterna juventud.

Pei Yunshu quería asumir una tarea. Ya no quería quedarse en el Pico Wuzhi. Quería
salir y explorar el mundo, aunque solo fuera por unos días. Necesitaba recuperar el
aliento.

Cuando llegó a la oficina de asuntos, Pei Yunshu preguntó a los ancianos que estaban
dentro sobre las tareas disponibles.

Pei Yunshu estaba a punto de alcanzar la etapa del Nú cleo Dorado, así que las tareas
allí eran inferiores a las suyas. Tras considerarlo un momento, con una expresió n
amarga, dijo: «Sería mejor que fueras a buscar a tu maestro y le pidieras que te
asignara una tarea beneficiosa».

Pei Yunshu negó con la cabeza con seriedad. «Anciano, por favor, asígneme una tarea,
preferiblemente una que requiera viajar».

É l só lo quería irse ahora mismo, alejarse lo más pronto posible.

El anciano intentó a regañ adientes encontrarle una tarea adecuada, pero seguía
pensando que era un desperdicio. Así que envió en privado un talismán de
transmisió n de voz, transmitiendo la solicitud de Pei Yunshu al maestro espiritual
daoísta Ling Qing.

«Solo espera», pensó el anciano. No había ninguna tarea adecuada para Pei Yunshu
allí, y no podía haberla ni siquiera en casa del maestro espiritual daoísta Ling Qing.

Después de un momento, una bestia que cabalgaba sobre las nubes apareció de
repente en el horizonte, cargando amenazadoramente hacia la oficina de asuntos.

Al oír las exclamaciones de asombro de sus compañ eros de secta, Pei Yunshu se giró
y vio a la bestia a menos de cien metros de distancia. En un abrir y cerrar de ojos, lo
cargó sobre su lomo y se elevó de nuevo hacia el cielo.

Un viento frío le rozó el rostro. Al recobrar el sentido, Pei Yunshu estuvo a punto de
saltar, pero la bestia giró la cabeza y lo clavó con sus pupilas verticales doradas, sin
disminuir su ferocidad. Su enorme boca se abrió de par en par, revelando unos
dientes blancos y relucientes, y emitió un rugido.

Esta era la bestia celestial desbordante de su amo, que recientemente había


aniquilado un nido de demonios que causaban problemas en la montañ a. Su nivel de
cultivo era superior al de Pei Yunshu.

Pei Yunshu apretó con más fuerza el pelaje de la bestia y lanzó una barrera
protectora a su alrededor, permaneciendo obedientemente quieto.

La mirada desdeñ osa de la bestia lo recorrió . Cargando a este frágil humano, aceleró
de nuevo. En un abrir y cerrar de ojos, había llevado a Pei Yunshu a la residencia del
maestro espiritual daoísta Ling Qing.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 5

Capítulo 5

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En el viaje de ida y vuelta, Pei Yunshu aú n no había visto a su maestro, y la luz del día
ya se había desvanecido.

Se bajó de la bestia celestial desbordante, agradeció a la enorme y formidable


criatura, y luego se dirigió a la puerta. Respetuosamente, gritó : «Maestro».

Se oyó un sonido sordo dentro de la habitació n. Poco después, resonó la voz profunda
del maestro espiritual daoísta Ling Qing: "¿Qué quieres hacer yendo a la oficina de
asuntos?".

Pei Yunshu permaneció en silencio.

Tanto dentro como fuera de la habitació n se sumieron en el silencio por un instante.


Sin embargo, al cabo de un rato, la bestia celestial desbordante se acercó
repentinamente y su enorme cabeza empujó la cintura de Pei Yunshu, empujándolo
hacia la habitació n del maestro espiritual daoísta Ling Qing.

Al entrar Pei Yunshu, la puerta se cerró con una ráfaga de viento. La tenue luz del
exterior desapareció , y la habitació n quedó en completa oscuridad, sumiéndose en la
oscuridad.

Después de un rato, una vez que sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, Pei Yunshu
vio una figura sentada erguida en el centro de la habitació n.
La voz del maestro espiritual daoísta Ling Qing emergió de la oscuridad y repitió :
"¿Qué deseas lograr?"

Pei Yunshu mantuvo la cabeza baja y respondió suavemente: "El discípulo se ha


topado con un cuello de botella en su cultivo y desea abandonar la montañ a para
entrenar".

—Las tareas de la oficina de asuntos no te sirven de nada —dijo el maestro espiritual


daoísta Ling Qing con irritació n—. Lo que necesitas ahora es meditació n y
cultivació n. Salir de la montañ a para entrenar es una pérdida de tiempo.

“Aú n no has alcanzado la etapa del Nú cleo Dorado, así que ¿có mo puedes abandonar
la montañ a?”

“Maestro, yo…”

“Chao Yan”, lo interrumpió el maestro espiritual taoísta Ling Qing con voz fría,
“escoltalo de regreso”.

Había estado inscribiendo talismanes para la pintura de Yunwang, con el objetivo de


maximizar el efecto de los símbolos. Necesitaba completarlos de una sola vez,
mientras la energía espiritual estaba en su apogeo. El maestro espiritual daoísta Ling
Qing no estaba del todo satisfecho con cada talismán, pero recibió un talismán de
transmisió n de voz del anciano de la oficina de asuntos durante ese tiempo.

Las tareas en la oficina de asuntos estaban diseñ adas para discípulos externos. Con
Pei Yunshu a punto de alcanzar la etapa del Nú cleo Dorado, su avance era solo
cuestió n de tiempo dada su aptitud. Sería una pérdida de tiempo que se marchara a
entrenar antes de cultivarse adecuadamente. La expresió n del maestro espiritual
daoísta Ling Qing se enfrió ; no aceptaría semejante esfuerzo inú til.

La bestia llamada Chao Yan dejó escapar un rugido y Pei Yunshu cerró los ojos y se
retiró de la habitació n de su amo.

El atardecer en la Secta Shanshui era excepcionalmente hermoso, especialmente


desde el Pico Wuzhi. Mientras Pei Yunshu contemplaba las distantes nubes de
colores, se quedó sin palabras. La enorme bestia celestial desbordante se extendía
perezosamente a su lado, sin mostrar intenció n de abalanzarse sobre él.

El cabello negro de Pei Yunshu había adquirido un hermoso tono rojizo. Cuando
Yunwang salió de una habitació n lateral, vio la imagen del rostro de Pei Yunshu
teñ ida con los colores del atardecer.

"Hermano mayor", la voz de Yunwang era muy suave, como si temiera asustar a Pei
Yunshu, "¿Por qué has venido aquí?"

Bajó la mirada y observó la cintura de Pei Yunshu. Estaba limpia y vacía; el hermano
mayor no había traído el jade rojo que su maestro le había dado.

La voz de Yunwang se volvió aú n más suave y tierna. "¿Se encuentra mal el hermano
mayor?"

Las brillantes pupilas verticales de la bestia del cielo desbordante cambiaron su


mirada entre Yunwang y Pei Yunshu.

Pei Yunshu negó con la cabeza y desenvainó la Espada Qingyue. Su resplandor azul se
expandió a medida que la hoja se hacía más grande. Se subió al filo de la espada, pero
de repente Yunwang habló : «Hermano mayor, en el puesto del Maestro faltan muchas
cosas. Wu Wang no tiene nada propio. ¿Podría el hermano mayor cederle algunas
cosas?»

Pei Yunshu preguntó : "¿Qué quieres?"

“Pañ uelos”, el rostro de Yunwang se tornó rosado, y su apariencia etérea tenía un


toque de encanto, como la luna de mediados de otoñ o, radiante y cautivadora como
flores en el amanecer de la primavera, “El hermano menor se está quedando sin
pañ uelos”.

No fue nada difícil. Pei Yunshu sacó con naturalidad unos pañ uelos de seda de su
bolsa y se los entregó a Wu Wang. Luego dijo: «Hermano menor, el hermano mayor
tiene otros asuntos que atender y necesita irse».

Yunwang asintió obedientemente. "Está bien, hermano mayor".


En cuanto Pei Yunshu partió con su espada voladora, la bestia celestial desbordante
saltó y lo siguió . En un abrir y cerrar de ojos, el dú o desapareció de la vista.

Yunwang retiró la mirada, miró los pañ uelos que tenía en la mano y, después de un
rato, los dobló cuidadosamente y los guardó en su bolsillo.

***

Al regresar al patio, Pei Yunshu descubrió que la bestia celestial desbordante no se


había ido. Sus luminosas pupilas verticales, que brillaban como los ojos de una fiera
en la noche, permanecían fijas en él. Parecía que iba a abalanzarse sobre él y
devorarlo en un instante.

La bestia del Maestro era conocida por su naturaleza indomable. Tras entrar Pei
Yunshu en su habitació n y cerrar las puertas y ventanas, oyó un gruñ ido sordo de la
bestia celestial desbordante. Saltó por los aires y se marchó .

Pei Yunshu encendió una vela dentro de la habitació n y se dirigió al área de bañ o con
su ropa.

Aunque conocía la Técnica de Purificació n, tras experimentarla una vez, se enamoró


de la sensació n de sumergirse en agua caliente. El agua del Pico Wuzhi provenía de
los manantiales cristalinos de la montañ a trasera. Tras someterse a encantamientos
de fuego, incluso sumergiéndose una hora al día, el agua seguía estando
agradablemente tibia.

Pei Yunshu se metió en el agua y se tumbó al borde de la piscina. Tenía la cara


enrojecida por el vapor caliente que emanaba del agua. Cerró los ojos y pensó en las
palabras de su maestro de ese mismo día.

Su deseo de abandonar la secta no se debía ú nicamente a alcanzar el Nú cleo Dorado.


Más bien, quería liberarse de este mundo limitado. Por muy vasta que fuera la Secta
Shanshui y por muy espléndido que pareciera el Pico Wuzhi, para él, estas vistas no
eran diferentes del pequeñ o patio que lo había confinado durante una década.

Claramente, a varios hermanos mayores se les permitió abandonar la montañ a para


entrenar a voluntad, entonces ¿por qué se le negó a él la misma oportunidad?
Mientras sus pensamientos daban vueltas, el sonido del agua goteando lo
acompañ aba. De repente, se oyeron algunos ruidos desde la ventana. Pei Yunshu giró
bruscamente la cabeza para mirar, pero solo vio tranquilidad.

É l dijo: "¿Quién está ahí?"

Pei Yunshu permaneció inmó vil, y la habitació n quedó en silencio. La superficie del
agua estaba tranquila, y la niebla que se elevaba del agua humeante lo difuminaba
todo. Extendió la mano, y la Espada Qingyue, junto al estanque, tembló varias veces
antes de caer en su mano.

Sin embargo, cuando lo agarró , se dio cuenta de que estaba resbaladizo y grasoso.

Inconscientemente, Pei Yunshu miró lo que sostenía. Lo que había volado hacia su
mano no era una espada, sino una serpiente negra de longitud similar a la Espada
Qingyue. El cuerpo de la serpiente era blando y sus ojos eran rojo sangre. Se deslizó
por su muñ eca.

Las escamas frías tocaron el brazo de Pei Yunshu, provocándole un escalofrío.

Su mano tembló e instintivamente arrojó la serpiente negra.

Con un “plop”, la serpiente negra con forma de espada cayó al agua.

Pei Yunshu se levantó apresuradamente, a punto de pisar el borde de la piscina, pero


antes de que pudiera dar un paso, la serpiente en el agua había crecido varias veces.
Su cola se enredó en sus pies, haciendo inú tiles sus intentos de lanzar numerosos
hechizos de ataque.

La cola de la serpiente lo arrastró hacia el agua, sumergiéndole la nariz y la boca. Los


ojos de Pei Yunshu se tiñ eron de rojo, y la serpiente lo rodeaba por todas partes:
sobre su cuerpo y a su lado.

Aunque aú n tenía las piernas, no podía moverse. Estaba completamente indefenso.

Pero al momento siguiente, una fuerza lo empujó hasta el borde de la piscina.


El sonido del agua llenaba el aire mientras el agua caliente chapoteaba,
derramándose por la turbulencia y humedeciendo el suelo seco.

Unas manos fuertes lo presionaron contra la superficie del agua. Un cabello negro,
que no era suyo, colgaba desde arriba, rozándole fríamente el cuello.

El aire fresco entró una vez más en sus pulmones, y una lágrima rodó
inconscientemente por la esquina del ojo de Pei Yunshu.

La lengua bermelló n de la serpiente lamió la lágrima, y el párpado de Pei Yunshu se


contrajo. Abrió los ojos y se encontró con un par de ojos rojo sangre, tan oscuros que
casi parecían negros.

El dueñ o de esos ojos rojo sangre poseía un rostro exquisitamente atractivo. Sus
cejas parecían pinceladas de tinta, y su mirada era profunda como una luna de otoñ o.
Marcas siniestras se extendían desde su rostro hasta su cuello, emitiendo una
autoridad aterradora. Aquellos ojos que miraban directamente a Pei Yunshu eran tan
feroces y fríos como una bestia salvaje.

Las gotas caían de su rostro al agua y la superficie de la piscina se ondulaba.

Pei Yunshu contuvo la respiració n por unos instantes antes de preguntar


temblorosamente: "¿Quién eres?"

El demonio serpiente bajó la cabeza, acercándose al hombro de Pei Yunshu. Olió la


fragancia en su cabello, como un tigre feroz oliendo una rosa, exhibiendo la cautela
típica de las bestias salvajes.

“…” dijo Pei Yunshu, “Aléjate”.

Apretó los dientes, apretó fuertemente las manos y el carmesí infinito en el rabillo
del ojo estaba al borde del colapso.

En el siguiente instante, el demonio serpiente que lo había presionado contra el


borde de la piscina desapareció y el reino ilusorio realmente se disipó .
La superficie del agua permaneció tranquila, y Pei Yunshu observó su entorno.
Finalmente, observó la Espada Qingyue que sostenía. Mientras la observaba, la
espada tembló levemente y emitió un suave zumbido.

La serpiente con dos pequeñ os bultos en la cabeza había desaparecido.

***

El canto de los pájaros llenó el aire mientras los primeros rayos de sol iluminaban la
habitació n. Pei Yunshu se recostó có modamente en la suave ropa de cama, abriendo
lentamente los ojos.

Este sueñ o fue inexplicablemente profundo. Se incorporó , a punto de levantarse de la


cama y vestirse, pero de repente sintió que algo andaba mal.

Frunció el ceñ o y levantó la manta. Pei Yunshu se quedó paralizado al ver un huevo
negro azabache sobre las sábanas blancas inmaculadas que tenía delante.

El huevo era del tamañ o de la palma de la mano de un hombre adulto y brillaba sobre
la cama. Pei Yunshu controló sus emociones, contemplándolo fijamente un buen rato
antes de extender la mano, vacilante, para tocarlo.

El calor bajo las yemas de sus dedos le provocó un hormigueo en la mano. El huevo
se balanceó ligeramente antes de recuperar el equilibrio. Pei Yunshu retiró la mano,
quemado por la sensació n. Su mirada permaneció fija en la lisa superficie del huevo.
Observó que, aunque la cáscara era negra como el azabache, carecía de la oscuridad
que absorbía la luz de la gran serpiente con la que se topó la noche anterior.

No tenía ni idea de dó nde venía este huevo ni qué representaba. Tras dudarlo mucho,
Pei Yunshu se levantó de la cama, se vistió y lo recogió , con la intenció n de pedirle
consejo a su sabio tercer hermano mayor.

Al tercer hermano mayor le encantaba viajar y había estado en muchos lugares,


encontrándose con infinidad de cosas inusuales. Si ni siquiera él conocía el origen de
este huevo, entonces... Los ojos de Pei Yunshu brillaron con determinació n. Decidió
comprobar si el huevo era venenoso, y si no, lo cocinaría y se lo comería.
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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 6

Capítulo 6

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Sin embargo, cuando Pei Yunshu llegó a la ubicació n de su tercer hermano mayor, su
sirviente le informó que Yunman había llevado a Yunwang a la montañ a para
comprar cosas.

Al oír esto, Pei Yunshu frunció el ceñ o. El sirviente preguntó : "¿Hay algo urgente,
hermano mayor?".

El huevo fue guardado en su bolsa, invisible para los demás. Pei Yunshu negó con la
cabeza y respondió : «No, nada».

Una vez que estuvo en el aire sobre su espada, Qingyue Sword, comprendiendo sus
intenciones, disminuyó la velocidad y lo llevó sin rumbo por el cielo.

Pei Yunshu sacó el huevo de su bolsa. Al sostenerlo, sintió su calor, presentiendo


claramente que estaba vivo.

Para cocinarlo y comerlo, suspiró , desanimado. La Espada Qingyue bajo sus pies
cambió de rumbo y aceleró , dirigiéndose hacia la montañ a trasera.

El huevo había estado escondido debajo de él toda la noche. En las fosas nasales de
las bestias, su cuerpo ahora llevaba el olor de este huevo. Esperaba que la criatura
relacionada con este huevo negro apareciera, guiada por el aroma. También quería
saber có mo había acabado este huevo en su cama.
Al llegar a la montañ a trasera, Pei Yunshu guardó su espada y llevó el huevo del
tamañ o de la palma de la mano a pie, vagando por el bosque.

El Pico Wuzhi abarcaba una vasta extensió n de cimas montañ osas circundantes. Rica
en energía espiritual, esta zona albergaba numerosas bestias, algunas de las cuales ya
habían desarrollado sensibilidad.

Tras una hora de caminata, Pei Yunshu oyó de repente el sonido del agua fluyendo
más adelante. Recordó el reino ilusorio del bañ o de la noche anterior, dudó un
momento y luego continuó avanzando.

Pasando a través de las capas de árboles, un arroyo poco profundo y claro apareció
ante sus ojos.

Este cuerpo de agua poco profundo no podía contener a la enorme serpiente. Pei
Yunshu frunció el ceñ o y estaba a punto de irse cuando el huevo que sostenía en la
mano se balanceó repentinamente hacia el río. Sorprendido por su movimiento, el
huevo se le escapó de las manos.

El huevo cayó pesadamente al suelo, pero no se rompió . En cambio, rodó con


urgencia hacia el arroyo, aterrizando en el agua con un "plop".

Pei Yunshu lo siguió y llegó a la orilla del arroyo. El agua sumergió el huevo negro, y
este pareció finalmente asentarse có modamente en el agua, permaneciendo inmó vil.

El agua fluía con rapidez. A Pei Yunshu se le conmovió el corazó n y metió la mano en
el agua, sintiendo su agradable frescura.

Después de caminar tanto tiempo y con un entorno tan pintoresco, colocó una
barrera protectora, caminó río abajo desde el huevo y estaba a punto de quitarse los
zapatos y los calcetines cuando de repente la barrera tembló .

Un águila enorme se estrelló contra la barrera desde arriba, con sus garras afiladas y
la mirada codiciosa fija en Pei Yunshu. Tras un breve intercambio de miradas, se
emocionó aú n más y comenzó a atacar la barrera.
Pei Yunshu frunció el ceñ o y lanzó un hechizo, lo que provocó que el águila dejara
escapar un grito antes de transformarse en forma humana.

Un hombre vestido con tú nicas negras cayó al suelo y fue atado por el artefacto
mágico de Pei Yunshu. Solo pudo levantar su rostro pálido y suplicar: "¡Inmortal,
perdó name!".

Pei Yunshu, vestido con un atuendo blanco como la nieve, lo observó en silencio.
"¿Por qué me atacaste?"

Una sonrisa iró nica se dibujó en los labios del hombre pálido al responder: «No pude
resistirme cuando vi al Inmortal poniendo un huevo. Al pasar volando, pensé en
bajar y pedirle al Inmortal que me ayudara a poner un huevo también».

La espada Qingyue voló rápidamente hacia el cuello de la bestia, temblando en su


vaina.

El pecho de Pei Yunshu se agitó levemente de ira. Sacudió la manga, generando una
ráfaga de viento que lo impulsó hacia arriba.

—¡Inmortal! —La voz del águila se hizo distante mientras gritaba—: ¿Por qué no
haces un pacto conmigo...?

La espada Qingyue regresó al lado de su amo, su empuñ adura fría rozó la mejilla de
Pei Yunshu.

Agarrando la espada, Pei Yunshu se giró para recuperar el huevo del arroyo. Sin
embargo, al girarse, se encontró con unos ojos rojo sangre.

El dragó n del diluvio que ocupaba todo el arroyo lo miró , bajó la cabeza y mordió el
huevo, colocándolo en la orilla del río.

El agua fluyó desde la cabeza de la serpiente, y Pei Yunshu de repente se dio cuenta
de que en algú n momento, había habido un silencio absoluto a su alrededor.

Dio dos pasos hacia atrás, con el sudor formándose en su nariz, y miró fijamente a
esa serpiente que aparecía de repente.
Aunque era un dragó n de inundació n, parecía una serpiente, y aun así era una
serpiente terriblemente grande.

Apretó los dientes y sintió que le escocían los labios, pero eso le ayudó a mantener la
compostura.

No se imaginaba que, en cuanto el aroma sangriento emanó de sus labios, la cabeza


de la serpiente alzó la vista y se fijó en Pei Yunshu. La gota de sangre que acababa de
brotar de su labio se concentró y voló hacia el frente del dragó n de inundació n. Una
lengua de serpiente roja y brillante se extendió , capturando la gota de sangre en el
aire.

Después de probar el sabor, esos ojos de color rojo sangre volvieron a mirar el rostro
de Pei Yunshu.

Pei Yunshu se lamió apresuradamente la mancha de sangre del labio inferior,


sujetándose el labio herido. Su mirada era atenta, temeroso de que le quitara más
sangre.

La lengua de serpiente del dragó n de la inundació n se extendió una vez más, y una
corriente de agua se elevó desde el agua, rodeando los pies descalzos de Pei Yunshu a
través de su ropa.

Todavía tenía puestos los zapatos y los calcetines, pero el agua empapaba su ropa y
subía lentamente desde sus tobillos.

Pei Yunshu tomó la espada Qingyue para cortarlo, pero el agua solo se dividió en
varias corrientes más pequeñ as, acercándose a su piel desde todas las direcciones.

El frío hizo que Pei Yunshu se estremeciera, y arrojó un arma mágica y un talismán
tras otro, pero no pudo detener el agua que subía lentamente.

Lo acosaron hasta el punto de que se le enrojecieron las comisuras de los ojos, pero
aguantó sin decir palabra. Sin embargo, al cabo de un tiempo, el aguacero cesó .

Solo quedaba uno, que se acurrucó en el cuello de Pei Yunshu, trepó por su perfil,
llegó a la esquina de su ojo y el toque frío cubrió sus ojos, como si tratara de
consolarlo.

Se sentía extremadamente có modo, pero contuvo todos los agravios en su corazó n, su


mano que sostenía la espada temblaba ligeramente.

Habiendo alcanzado la etapa del Nú cleo Dorado, estaba siendo humillado por un
monstruo a plena luz del día.

El enrojecimiento en las comisuras de sus ojos se intensificó , y el ú ltimo chorro de


agua también se disipó . El dragó n negro de la inundació n, apretado en el estrecho
arroyo, ladeó la cabeza confundido, y una voz ronca emanó de su boca.

"¿Incó modo?"

La mano de Pei Yunshu que sostenía la espada tembló , pero permaneció en silencio.

El dragó n de la inundació n lo miró fijamente por un rato, luego empujó el huevo


negro junto a Pei Yunshu, tratando de complacerlo.

***

El huevo negro fue tragado entero una vez más por el dragó n del diluvio negro.

Para demostrarle có mo comerlo, el dragó n de la inundació n se tragó el huevo


lentamente. Pei Yunshu finalmente comprendió quién lo había traído, pues después
de tragarse el primero, el dragó n negro de la inundació n consiguió otro de algú n
lugar y lo colocó frente a él.

El significado en sus ojos rojo sangre era claro: quería que Pei Yunshu comiera
también.

Pei Yunshu miró el huevo negro a sus pies. Sin suficiente fuerza, lo recogió , pero no
sabía por dó nde empezar.

A regañ adientes, solo pudo pedir ayuda a la Espada Qingyue, usando la punta para
crear una pequeñ a grieta. Llevándose el huevo a los labios, dudó .
Anticipando un sabor fuerte y desagradable, se sorprendió al descubrir que el líquido
dentro del huevo era cálido y dulce. Al entrar en su boca, una corriente cálida
recorrió su cuerpo.

La mirada de Pei Yunshu se volvió cada vez más nublada, su rostro enrojecido. Para
cuando terminó el huevo entero, parecía casi ebrio. Sus ló bulos de las orejas se
tiñ eron de rojo, hinchados de sangre, y se tambaleó como si estuviera a punto de
desplomarse en el suelo.

El agua bajo él formaba un lecho suave, y se acostó en él, acurrucándose de lado. Su


cabello negro le cubría el rostro, que estaba sonrosado. Se sumió en un dulce sueñ o.

La cama de agua lo llevó lentamente hacia el dragó n negro de la inundació n. La


Espada Qingyue estaba encerrada en una barrera protectora, y sus intentos de
liberarse fueron inú tiles.

El dragó n negro de la inundació n comenzó a agitar la cola sobre la superficie del


agua dentro del estrecho arroyo. Al acercarse Pei Yunshu, su cola serpenteó
ansiosamente hacia él.

Su torso se transformó en humano, rodeando a la bella durmiente. El apuesto


demonio serpiente extendió su aú n aterradora lengua roja como la sangre y lamió el
enrojecimiento del rostro de Pei Yunshu.

***

Cuando Pei Yunshu despertó , se sintió sumamente a gusto. Contemplando la luna y


las estrellas, permaneció algo aturdido.

La Espada Qingyue saltó por los aires, rozándolo a su costado. La fría vaina de la
espada lo hizo sentir real, sacándolo finalmente de su placentero sueñ o.

Entonces se dio cuenta de que yacía sobre un árbol gigante, cuyas robustas ramas
formaban un lecho natural y seguro. Las hojas crujían ligeramente a su lado. Pei
Yunshu se levantó , dejando que su prenda exterior se deslizara por su cuerpo.
Una suave brisa soplaba y la noche era serena. Aunque la oscuridad lo rodeaba, su
mente se sentía inusualmente clara. Pei Yunshu levantó los labios y saltó del árbol.

No había rastro de la serpiente cerca. Pei Yunshu pensó en el huevo y los arroyos, y
una vaga comprensió n de las intenciones de la serpiente surgió en su mente.

La serpiente podría haber querido compartir el mismo consuelo que sentía con Pei
Yunshu rodeándolo con agua, o tal vez intentó mostrar su buena voluntad
ofreciéndole el huevo.

Pei Yunshu sacudió la cabeza, dejando de lado esos pensamientos absurdos.

Aú n no tenía idea de qué era el huevo negro. Hasta ese momento, Pei Yunshu sentía
como si su cuerpo estuviera sumergido en agua tibia, revitalizado y relajado. La
velocidad de su circulació n de energía espiritual también había aumentado
notablemente.

Un ruido frenético se escuchó cerca cuando varias gallinas salvajes de la montañ a


trasera, con las alas rotas, fueron arrojadas frente a Pei Yunshu. Levantó la cabeza y
vio a un hombre desnudo emerger del arroyo.

La luz de la luna iluminaba las marcas demoníacas en su rostro, mientras un aura de


malevolencia emanaba de debajo de sus ojos rojo sangre.

Pei Yunshu giró rápidamente la cabeza, sacó un conjunto de ropa de su bolsa y se la


arrojó al demonio serpiente. «Ponte esto».

El demonio serpiente se puso la ropa mojada. Su cabello, más oscuro que la noche
misma, colgaba tras él, y caminó descalzo hacia Pei Yunshu.

Inconscientemente, Pei Yunshu retrocedió hasta quedar contra un árbol.

La ropa le quedaba un poco pequeñ a al demonio serpiente, dejando al descubierto


sus muñ ecas. A pesar de ser una tú nica daoísta, no logró suavizar su aura en lo más
mínimo.
Mientras se acercaba, Pei Yunshu extendió su mano para empujar al demonio
serpiente, pero el demonio le atrapó las manos y lo presionó contra un grueso tronco
de árbol.

De repente, Pei Yunshu recordó algo que había leído en ciertos pergaminos hacía
mucho tiempo.

De serpiente a dragó n de inundació n, y luego a dragó n, pueden cambiar de forma,


pero ya sea serpiente, dragó n de inundació n o dragó n, su naturaleza inherente
permanece inalterada. La lujuria es algo instintivo y desvergonzado.

Un leve rubor se extendió por su rostro. Forcejeó , pero no pudo soltarse. "¿Qué
quieres?"

Bajando la cabeza, el demonio serpiente presionó ligeramente sus labios contra la


comisura de la boca de Pei Yunshu. La fresca humedad se sentía como las escamas de
alguna criatura. Tenía pequeñ as protuberancias a ambos lados de la frente, que eran
cuernos de dragó n de inundació n sin desarrollar.

Este suave beso cambió la expresió n de Pei Yunshu, pero antes de que pudiera
reaccionar, el dragó n negro de inundació n ya se había apartado. Incluso después de
retirarse, parecía observarlo con curiosidad, su aliento frío acercándose de nuevo.

Pei Yunshu se cubrió los labios y rápidamente se alejó de él.

El pollo con el ala rota, incapaz ya de gritar, picoteó obedientemente sus propias
plumas, soportando el dolor mientras se limpiaba.

Sentado junto a la fogata, Pei Yunshu aferraba su Espada Qingyue con una mano y se
cubría los labios con fuerza con la otra. Su mirada furtiva se movía a su alrededor
mientras contemplaba la posibilidad de marcharse, pero no estaba seguro de si el
demonio serpiente le permitiría irse.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 7

Capítulo 7

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A pesar del dolor, las gallinas salvajes se arrancaron las plumas y luego saltaron al
arroyo para limpiarse.

Al observar a estos resistentes pollos, Pei Yunshu sintió que, comparado con ellos, el
breve incidente de ser besado por el demonio serpiente no parecía gran cosa.

Tras limpiarse, un chorro de agua pasó por el cuello de las gallinas, drenándoles la
sangre. Luego las llevaron ante Pei Yunshu y el demonio serpiente.

Al ver que el demonio serpiente parecía dispuesto a comer así, Pei Yunshu no se
atrevió a comer el pollo crudo, como había hecho con el huevo. Le susurró al
demonio: «No tengo hambre».

El demonio serpiente lo miró , frunciendo el ceñ o, como si fueran tinta. Arrancó el


trozo más tierno de pollo y se lo entregó a Pei Yunshu.

Aunque la carne fría y pálida había sido limpiada de sangre, todavía estaba cruda.

Pei Yunshu miró fijamente el trozo de carne que le entregaban, con un tic en el
párpado. Solo pudo preguntar: "¿Puedo asarlo antes de comerlo?".

El demonio serpiente inclinó la cabeza y asintió lentamente.

Pei Yunshu encontró una ramita limpia, ensartó la carne de pollo y la asó al fuego.
Cuando el aroma de la carne empezó a extenderse, recordó que podría haber
condimentos en su bolsa. Tras rebuscar, efectivamente encontró algunas especias.

Desde que empezó a ayunar, rara vez usaba estas cosas.

Los pollos salvajes criados en la zona de abundante energía espiritual de la montañ a


trasera eran muy diferentes de los comunes. Con solo una pizca de sal gruesa, el
aroma fue suficiente para tentar al demonio serpiente a acercarse a Pei Yunshu,
agachándose junto a él y observando atentamente el pollo asado.

Con su cabello negro suelto y la mirada baja, las marcas en su rostro lucían
excepcionalmente intrincadas. Aunque Pei Yunshu sabía que era una serpiente
convertida en dragó n de inundació n, ya no sentía el mismo miedo que sentía al
enfrentarse a una serpiente.

Cuando el pollo estaba casi cocido, Pei Yunshu arrancó un trozo de carne y lo probó
para asegurarse de que estuviera listo. Satisfecho, se lo entregó al demonio serpiente,
quien lo miraba fijamente con ojos de bestia. "Ya puedes comer".

Sin embargo, en lugar de tomar el pollo asado, el demonio serpiente extendió su


lengua y lamió los labios de Pei Yunshu, aparentemente queriendo probar el
delicioso pollo asado que Pei Yunshu tenía en su boca.

Pei Yunshu se quedó paralizado, se tapó la boca y retrocedió apresuradamente.


"¿Có mo puedes…?"

Al ver su expresió n de alarma, el demonio serpiente se acercó de nuevo. Esta vez, su


lengua se transformó en una larga extensió n serpenteante, deslizándose por el
sonrojado ló bulo de la oreja de Pei Yunshu.

La sensació n de frío rozó brevemente su oreja, y Pei Yunshu giró la cabeza


apresuradamente. Levantó una barrera y no supo có mo regañ ar a la descarada
serpiente. Al final, fue Pei Yunshu quien se puso nervioso. Colocó la Espada Qingyue
frente a él, retrocediendo varios pasos. "¡No tienes permitido... lamerme!"

El demonio serpiente parecía desconcertado, parado donde estaba. "¿Por qué no?"
Su pregunta era inocente y parecía completamente natural para él querer lamer a Pei
Yunshu.

—… —La cara de Pei Yunshu se sonrojó levemente—. Solo recuerda que no puedes.

Frunciendo el ceñ o, el demonio serpiente perdió el interés en el delicioso pollo


asado. De repente, Pei Yunshu sintió que sus pies no podían moverse. El agua se
condensó en una fuerza de empuje detrás de él, impulsándolo hacia el demonio
serpiente.

El demonio serpiente lo empujó a un espacio reducido. Este desvergonzado demonio


serpiente persistió obstinadamente, preguntando: "¿Por qué no puedo?".

Pei Yunshu apretó los labios con fuerza y decidió no responder.

Después de un rato, susurró : "No puedes hacerlo de ninguna manera".

Antes de que pudiera terminar de hablar, un coro de gritos agonizantes estalló a su


alrededor. Los lamentables gemidos de las bestias llenaron el aire, y el agua junto a
ellos se agitó violentamente, como si estuviera hirviendo. A lo lejos, otras criaturas
acuáticas también se unieron al triste coro.

Está claro que la bestia actual no estaba satisfecha con esta respuesta.

En medio de los gritos interminables, el entorno se convirtió en un reino de


desesperació n, y el hedor a sangre se extendió desde el exterior, eclipsando
momentáneamente el aroma del pollo asado.

Temblando, Pei Yunshu agarró con fuerza la ropa del demonio serpiente y, al levantar
la vista, lo encontró observándolo. Sus ojos rojo sangre reflejaban el rostro de Pei
Yunshu.

La cálida luz dorada del fuego no logró infundir calor en sus ojos, que solo reflejaban
inocente descontento y confusió n. Los gritos cesaron, pero la mirada permaneció .

“Para familiarizarse, se requiere un deseo mutuo”, la voz de Pei Yunshu tembló


mientras hablaba, “entonces… entonces puedes lamerme”.
El demonio serpiente frunció el ceñ o con expresió n de desconcierto y bajó la mirada.
Al cabo de un rato, su mano fría y delgada rozó el rostro de Pei Yunshu.

"Me llamo Zhuyou."

Los aullidos desesperados que los rodeaban cesaron de repente.

***

El hermano mayor llegó a la residencia del cuarto hermano menor durante el


mediodía, trayendo una tú nica de piel de serpiente recién hecha.

Sin embargo, el hermano menor Yunshu no estaba allí, y Yunjing no tenía nada que
hacer. Así que se sentó a esperar en la mesa de piedra del patio a que regresara.

Con el paso del tiempo acabó en la rama del árbol.

La noche envolvía la cima de la montañ a, y un niñ o pequeñ o se le acercó . «Hermano


mayor, si necesitas algo, dímelo primero y se lo pasaré al hermano menor Yunshu
cuando regrese».

Yunjing miró al cielo y declinó : "Volveré mañ ana".

Salió del pequeñ o patio de Pei Yunshu y contempló la oscuridad de la noche. Se


preguntó qué habría detenido al hermano menor Yunshu para que no hubiera
regresado en todo el día.

Yunjing suspiró y dejó su espada.

Una hora después, Pei Yunshu regresó a su vivienda, fatigado.

Después de cerrar la puerta y colocar una barrera tras otra, se apoyó en la puerta del
patio, deslizándose hasta el suelo.

Su mirada se volvió vacía mientras miraba a la distancia, rodeado de una flora


vibrante.

Era completamente diferente de lo que había visto en el camino.


Al irse, Zhuyou estaba junto a la hoguera, pero ahora no lo iluminaba el cielo ni la
luna. Al alejarse, Pei Yunshu giró la cabeza y vio un par de ojos carmesí brillantes
junto a la hoguera.

El enrojecimiento parecía latir con sangre fluyendo, y un fuerte olor a sangre flotaba
en el aire.

No era una ilusió n. Mientras Pei Yunshu volaba con su espada, observando el bosque,
cuanto más se acercaba a Zhuyou, más devastadoras eran las bajas y más intenso el
hedor a sangre.

Normalmente, la secta debería haber notado la situació n, pero la sangre de las


criaturas asesinadas se había unido en pequeñ os arroyos que fluían obedientemente
hacia el arroyo. Los gritos de las bestias moribundas se habían convertido en un
secreto que se desvanecía silenciosamente en las profundidades de la noche.

Al recordar las escenas que acababa de presenciar, la frente de Pei Yunshu estaba
cubierta de sudor frío. Se sentó en el suelo, con la mano apoyada a un lado, y el rocío
de la hierba le humedecía las yemas de los dedos.

Después de un rato, Pei Yunshu se levantó y entró en la habitació n. Lo primero que


hizo fue limpiarse el olor a sangre del cuerpo.

No fue hasta que estuvo sumergido en agua caliente que sus nervios tensos
finalmente se relajaron.

Fue también en ese momento cuando se dio cuenta de que algo andaba mal.

Hoy, sintiéndose agotado, había echado muchas hierbas espirituales al agua del bañ o.
El agua, originalmente verdosa, contaminada por la energía espiritual, ahora se había
vuelto tan clara que podía ver el fondo.

Pei Yunshu sacó entonces algunas piedras espirituales de su bolsa y las colocó en el
agua. Tras un instante, estas piedras también perdieron su energía espiritual, y la
velocidad de absorció n pareció ser tres veces más rápida que antes.
Pei Yunshu inhaló profundamente, recordando el huevo negro que Zhuyou le había
dado para comer.

Tomando una respiració n profunda para suprimir las imágenes en su mente, Pei
Yunshu comenzó a hacer circular su energía, aprovechando esta oportunidad para
avanzar en su cultivo dando un circuito completo en el agua del bañ o.

La cercana Espada Qingyue se estremeció repentinamente, su hoja hurgando en el


agua del estanque. Al instante siguiente, la espada se sumergió por completo, con la
empuñ adura apoyada contra el borde del estanque, emitiendo un suave y melodioso
zumbido.

Al abrir los ojos, Pei Yunshu vio que su preciada arma espiritual se comportaba tan
có modamente, lo que lo hizo sonreír involuntariamente.

Con muchas piedras espirituales y hierbas en el estanque, había usado la Espada


Qingyue para abrir una grieta en el huevo negro, provocando que el líquido del huevo
entrara en contacto con la espada. Quizás su espada también cumplió una funció n
importante.

“Practica más”, dijo Pei Yunshu con una sonrisa a la Espada Qingyue: “Hasta alcanzar
la etapa del nú cleo dorado…”

Luego podría discutir con su maestro la posibilidad de abandonar la secta para seguir
cultivando.

Una vez que se alejó de la secta, esa serpiente…

Cuando hubiera pagado el favor con un tesoro, no tendría nada de qué arrepentirse.

La Espada Qingyue tembló levemente, como si respondiera a sus palabras.

Se dio un bañ o refrescante y, animado, regresó a su habitació n. Esa noche, en sus


sueñ os, Pei Yunshu se vio vagando libremente por los paisajes del mundo mortal
entre nubes y montañ as. La escena cambió , y se encontró sentado con las piernas
cruzadas en la cima nevada de una montañ a. Su cabello oscuro estaba atado con una
cinta que le caía a un lado de la mejilla. Vio el brillo en sus propios ojos, un
resplandor que nunca antes había visto.

Una sonrisa se curvó en los labios de Pei Yunshu mientras se hundía en un sueñ o
profundo.

***

Al día siguiente, Pei Yunshu se despertó . Después de vestirse y abrir la puerta, vio a
un niñ o pequeñ o regando las plantas. Al darse cuenta de que estaba despierto, corrió
hacia él y le dijo: «Hermano mayor, el hermano mayor vino ayer».

Pei Yunshu: "¿A qué vino el hermano mayor?"

El niñ o no lo sabía, así que contó có mo el hermano mayor Yunjing lo había esperado
en el patio todo el día. Pei Yunshu frunció el ceñ o.

Si había algo que discutir, ¿no podrían haber hablado sin necesidad de tenerlo en
persona?

Yunjing había mencionado que volvería hoy, así que Pei Yunshu esperó en el patio.
Por suerte, no tuvo que esperar mucho antes de que Yunjing llegara.

No estaba solo; el Tercer Hermano Mayor y el Hermano Menor estaban con él. Pei
Yunshu los vio, y la alegría del sueñ o de la noche anterior se desvaneció , como si un
golpe fuerte lo hubiera devuelto a la realidad. La sonrisa en la comisura de sus labios
se desvaneció , reemplazada por un sutil indicio de preocupació n en su expresió n.

Yunwang corrió con una sonrisa y se sentó rápidamente al lado de Pei Yunshu. Con
un rostro delicado y radiante, saludó : «Hermano mayor».

Pei Yunshu asintió débilmente: "Hermano menor".

Hoy todavía vestía de blanco, con solo una cinta azul pálido atada alrededor de su
cabello, agregando un toque de vitalidad a su apariencia.

Su encanto etéreo y su belleza no disminuyeron, ni siquiera con la cinta azul.


Los ojos de Yunwang brillaron: "Hermano mayor, te ves bien hoy".

Yunjing y Yunman, que lo seguían, observaron atentamente el rostro de Pei Yunshu.


De hecho, como dijo Yunwang, el hermano menor Yunshu se veía muy animado hoy, y
era realmente bueno verlo.

El tercer hermano mayor abrió su abanico plegable, lo agitó con gracia y bromeó :
"¿Podría ser que el hermano menor sepa que el hermano mayor te ha traído un
tesoro, de ahí la apariencia radiante?"

La curiosidad de Yunwang se despertó : "¿Qué tesoro?"

El ambiente se sumió en el silencio por un instante. Yunman cerró torpemente su


abanico plegable y entonces recordó la distribució n de la piel de serpiente. Habían
destinado la mayor parte a Pei Yunshu para que confeccionara ropa, y la pequeñ a
porció n restante, segú n la idea del hermano menor de Yunshu, pretendían convertirla
en un cinturó n como regalo.

¿Pero có mo pudieron plantear esta situació n?

Yunman murmuró vagamente: "Es un tesoro espiritual de tipo defensivo".

Yunjing suspiró y habló directamente: «Es una tú nica hecha para el Cuarto Hermano
Menor, capaz de resistir espadas, filos, fuego y agua. El Hermano Menor también
tendrá una; te la entregaremos mañ ana».

Los ojos de Yunwang se iluminaron: "¿Un tesoro espiritual como el del hermano
mayor Yunshu?"

El tercer hermano mayor murmuró suavemente: "Es un cinturó n".

Ninguno de ellos había pensado en lo que sucedería si su hermano menor tenía otras
ideas cuando hicieron la propuesta anterior.

Pero descubrir esta piel de serpiente fue principalmente gracias a los esfuerzos del
hermano menor Yunshu, y conseguir un cinturó n para él ya era un deleite inesperado.
"Un cinturó n también es maravilloso", agradeció Yunwang a sus hermanos mayores
con una sonrisa. "Que todos ustedes me hayan considerado ya alegra el corazó n de
Yunwang".

Pei Yunshu les permitió charlar mientras observaba distraídamente los patrones
sobre la mesa. De repente, Yunwang se volvió hacia él con una sonrisa radiante: «Me
pregunto si el hermano mayor podría mostrarnos la ropa del tesoro espiritual».

El Hermano Mayor sacó la tú nica de su bolsa. Estaba hecha de piel de serpiente y


tenía una apariencia translú cida y vaporosa con intrincados patrones. Cuando una
brisa levantó el dobladillo de la tú nica, pareció que un poco más de esfuerzo podría
desgarrar la delicada tela.

Después de un rato, el tercer hermano mayor comentó : “Nunca hubiera imaginado


que una piel de serpiente negra pura pudiera transformarse en una prenda tan
elegante y grácil”.

"Esta cosa es impenetrable, y fabricarla para esta tú nica les causó un gran dolor de
cabeza a los hermanos mayores del Pico Wuqi", explicó Yunjing. Luego miró a Pei
Yunshu y dijo: "Hermano menor, deberías probártela".

Los ojos de Yunwang brillaron de emoció n: "Hermano mayor, quítate la tú nica


exterior rápidamente".

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 8

Capítulo 8

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Desconocían el proceso de transformació n de una serpiente en dragó n de inundació n


y cuántas veces muda de piel, pero la capa que encontraron era extraordinaria. Los
discípulos del Pico Wuqi, expertos en la creació n de tesoros, quedaron especialmente
fascinados con ella.

Pei Yunshu aú n vestía su tú nica exterior, el atuendo taoísta estándar del Pico Wuzhi.
Ni en su vida anterior ni después de su renacimiento, Pei Yunshu nunca había usado
telas transparentes ni ropa de ese color.

Y ésta era la piel que perdió aquel dragó n del diluvio…

Dudó un momento, pero el Tercer Hermano Mayor pensó que se resistía y rió entre
dientes al acercarse. Con un movimiento de abanico, desató hábilmente el cinturó n
de Pei Yunshu.

El movimiento de Pei Yunshu para retroceder se retrasó ligeramente, lo que provocó


que su cinturó n blanco resbalara inesperadamente y cayera al suelo. Su tú nica
exterior se aflojó , revelando la impecable y limpia prenda interior que llevaba
debajo.

—Tercer Hermano Mayor —Pei Yunshu frunció el ceñ o, con una expresió n de
disgusto—. Esto no debería sentar precedente.

Yunman sonrió rápidamente para complacerlo varias veces y recogió el cinturó n del
suelo, colocándolo sobre la mesa de piedra. "Hermano menor, no te enfades. El
hermano mayor solo intentaba bromear contigo".

Pei Yunshu frunció los labios, evitando el contacto visual, y tiró de su manga para
quitarse la tú nica exterior.

Yunwang, con naturalidad, tomó la tú nica y la dobló cuidadosamente sobre su regazo.


Tras acomodarla, una ligera fragancia le llegó a la nariz.

La fragancia de la saponaria y de las plantas espirituales, junto con un toque de


aroma ú nico a sándalo del pico Wuzhi.

Pei Yunshu tomó la tú nica. Aunque parecía tela transparente, se sentía fresca al tacto.
Era como si las manos que le habían agarrado la muñ eca con fuerza la noche anterior
y los labios que le habían rozado el rostro con delicadeza estuvieran ahora
encapsulados en ella.

Su mano tembló levemente. Giró la cabeza bruscamente, observando a su alrededor.


El susurro del viento en la hierba, todo parecía normal. La sensació n de ser
observado que acababa de surgir era probablemente solo su imaginació n.

El Hermano Mayor siguió su mirada, mirando a su alrededor, pero sin encontrar nada
inusual. "Hermano Menor, ¿sucede algo?"

Pei Yunshu dudó y sacudió la cabeza.

Al ver que seguía absorto en sus pensamientos, Yunjing suspiró y dio un paso
adelante. Tomó la tú nica de la mano de Pei Yunshu, la deslizó sobre un brazo y se la
echó encima.

La tela negra transparente cubría el cuerpo de Pei Yunshu. Los bordes de la tú nica
ondeaban, realzando su piel clara, como el jade. En lugar de disminuir la sensació n de
hada de otro mundo, la tela parecía añ adir un toque de solemnidad.

Yunwang miró fijamente la mano que el Hermano Mayor usó para cubrir a Pei
Yunshu con la tú nica, y de repente rió . "El Hermano Mayor es muy bueno con el
Cuarto Hermano Mayor".
Yunman, que estaba cerca, se unió : "El hermano mayor y el hermano menor siempre
han tenido una buena relació n".

Con la tú nica puesta, que le quedaba perfecta, Pei Yunshu se la quitó . Era la piel de
Zhuyou. La sensació n de llevarla era, cuanto menos, extrañ a.

"Es raro ver al Hermano Menor con un color diferente", elogió el Tercer Hermano
Mayor. "Las tiendas al pie de la montañ a venden todo tipo de colores. Parece que
cualquier color le quedaría excepcionalmente bien al Hermano Menor".

Era bastante hablador. Al principio, Pei Yunshu había intentado ignorarlo porque se
había desatado el cinturó n, pero al oír la frase "al pie de la montañ a", no pudo
resistirse a preguntar: "¿Qué hay al pie de la montañ a?".

—Hay muchas cosas —dijo el tercer hermano mayor agitando su abanico y dándole
una palmadita juguetona en el hombro a Yunwang—. Hermanito menor, cuéntale a tu
hermano mayor Yunshu sobre las cosas buenas que te trajo al pie de la montañ a.

Pei Yunshu centró su atenció n en Yunwang. Estaba concentrado, con su mirada


intensa fija en él. Yunwang sonrió y sacó una caja de colorete de su bolsa.

La caja de colorete era excepcionalmente delicada, intrincadamente tallada con


patrones huecos de flores, plantas y ríos. Yunwang la empujó hacia Pei Yunshu:
«Hermano mayor, ¿adivina qué es esto?».

Tras haber pasado muchos añ os en el Pico Wuzhi, incluso en su vida anterior, Pei
Yunshu rara vez había visitado los mercados mundanos de la montañ a. Tomó la
exquisita cajita, que se podía abrir. Inseguro, miró dentro, y al ver el polvo rojo
finamente molido, se preguntó : "¿Es colorete?".

Yunwang asintió y dijo suavemente: "Ya que el Hermano Mayor lo hizo bien, te daré
este rubor".

Pei Yunshu preguntó : "¿Qué puedo hacer con esto?"

El colorete estaba finamente molido y tenía un color brillante. Al sostenerlo entre


sus pálidos dedos, un contraste entre blanco y rojo irrumpió en su vista, dándole una
intensidad sorprendente.

—Hermano mayor —Yunwang juntó las yemas de los dedos y colocó la mano sobre
la mesa de piedra. Su rubio dedo índice estaba manchado con un poco de rubor, y
trazó una línea roja en el dorso de la mano de Pei Yunshu—. ¿Te queda bien este
color?

Pei Yunshu retiró la mano y sacó un pañ uelo para secársela. «Hermanito menor, se ve
bien, pero no me sirve».

Empujó el rubor hacia Yunwang, quien bajó la vista hacia la caja de madera. Miró de
reojo a Pei Yunshu con una mirada cariñ osa y una amplia sonrisa. "Hermano mayor,
¿de verdad no te interesa?"

Pei Yunshu negó con la cabeza.

Yunwang dejó a un lado el rubor y comenzó a hablar de otras cosas desde el pie de la
montañ a.

Habiendo crecido en el reino mortal, Yunwang había experimentado numerosos


asuntos mundanos y desarrollado una amplia gama de intereses. Incluso el Hermano
Mayor y el Tercer Hermano Mayor, quienes al principio escuchaban con indiferencia,
se absorbieron cada vez más en la conversació n.

Sin mencionar a Pei Yunshu.

A medida que el sol comenzó a ponerse y los rugidos de la bestia del cielo
desbordante se impacientaban afuera de la puerta, el grupo se despertó gradualmente
de su conversació n.

—Has trabajado duro, hermanito menor —Yunjing sirvió un vaso de agua y se lo


entregó a Yunwang.

Yunwang le sonrió radiante y parpadeó juguetonamente. "Siempre y cuando al


Hermano Mayor le guste escuchar".
Criado en el Pico Wuzhi, el Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing valoraba
especialmente a Yunwang. Como Yunwang aú n no podía cultivarse sin comer, le
servían comidas especiales a diario. En los ú ltimos días, su tez se había vuelto aú n
más radiante.

El Hermano Mayor se rió : "Deberías regresar. Seguro que el Maestro empieza a


preocuparse".

Yunwang asintió . Justo cuando estaba a punto de irse, bajó la cabeza de repente y
preguntó con cautela: "Hermano mayor, sobre esa piel de serpiente, ¿de verdad hay
una porció n para Yunwang?"

—Por supuesto —asintió Yunjing.

Luego, Yunwang sacó una borla de su bolsa de almacenamiento y se la entregó


alegremente al hermano mayor.

Los rugidos de la bestia de los cielos desbordantes desde afuera de la puerta se


volvían cada vez más impacientes.

Yunwang caminó hacia la entrada del patio. Antes de irse, se giró para mirar a Pei
Yunshu.

La mirada de Pei Yunshu permaneció imperturbable ante su atenció n, como si,


aunque el Hermano Mayor y los demás se preocuparan tanto por el nuevo Hermano
Menor, esto no le dejara un gran impacto. Incluso si este nuevo Hermano Menor se
los arrebatara, aú n podía apartar la mirada como si nada hubiera pasado.

El rubor que se había aplicado en la mano ya había sido limpiado, su tú nica daoísta
permanecía sin mancha de polvo y la ropa que Yunwang acababa de sostener para él,
incluso si la hubiera sostenido por más tiempo, no habría negado el efecto de un
Hechizo de Limpieza.

Yunwang se dio la vuelta.

Estaba profundamente arraigado en el mundo secular, mientras que el hermano


mayor Yunshu parecía como si estuviera a punto de trascender a la inmortalidad.
É l despreciaba a esa clase de personas, como si hubieran visto a través del mundo
mundano, pero nunca lo hubieran experimentado verdaderamente.

Los Hermanos Mayores se preocupaban tanto por el Hermano Mayor Yunshu que
cuando el Hermano Mayor ayudó al Hermano Mayor Yunshu a ponerse la tú nica, esa
mano parecía estar realmente molestando a Yunwang.

Quizás detestaba a Pei Yunshu hasta el extremo. Por eso pensó en arrebatarle el
cariñ o a quienes lo rodeaban. Sería mejor que nadie lo tocara ni lo ayudara a vestirse.

La bestia celestial desbordante expuso sus afilados dientes, observando


perezosamente a Yunwang antes de fijar sus doradas pupilas verticales en los
presentes. En cuanto Yunwang se montó en su lomo, saltó por los aires y se fue
volando.

***

Después de que todos se marcharon, Pei Yunshu tomó la ropa impenetrable e


invulnerable y entró en su habitació n. No sabía dó nde guardarla.

Dejarlo a la vista le resultaba incó modo, pero ocultarlo parecía un desperdicio.

Después de un largo rato, suspiró y colocó la tela transparente sobre el escritorio,


cubriéndola con una gruesa capa de tela blanca.

Ahora nadie podía verlo.

Pei Yunshu se vistió y fue a bañ arse. Al regresar a su habitació n, notó que la tela
blanca que cubría la tela transparente del escritorio se había deslizado hasta la
mitad, dejando la ropa completamente negra expuesta en la penumbra, el punto más
oscuro de la habitació n.

Como aú n era temprano, Pei Yunshu no tenía sueñ o. Tomó un libro, una lámpara y se
sentó en el escritorio. Tras volver a cubrirse la ropa con la tela blanca, dejó a un lado
lo que sostenía y comenzó a leer.
Sin embargo, después de leer só lo unas pocas líneas, de repente oyó un suave llanto
fuera de la ventana.

Pei Yunshu se vistió y salió a echar un vistazo. Encontró a un niñ o pequeñ o del patio,
escondido en un rincó n, secándose las lágrimas a escondidas. Al ver a Pei Yunshu, el
niñ o se levantó rápidamente y se secó las lágrimas, palideciendo.

"¿Qué pasó ?" Pei Yunshu preguntó suavemente.

El niñ o no pudo contener las lágrimas y respondió con franqueza: «Hermano mayor,
cada añ o por estas fechas se celebra el festival de los faroles en mi pueblo. No pude
evitar llorar de la nostalgia que siento por mi hogar».

Pei Yunshu consoló al niñ o y regresó a su asiento en el escritorio. Sin embargo, ya no


podía concentrarse en la lectura.

Podía volar con su espada y llegar a la aldea de abajo en el tiempo que le tomaba
terminar una taza de té. El pueblo natal del niñ o estaba justo en la aldea, al pie de la
montañ a. Como el niñ o no podía abandonar la montañ a, no debería ser un problema
para un discípulo de la secta bajar.

Tras debatir un rato con sus pensamientos, Pei Yunshu finalmente tomó una decisió n.
Apretó los dientes, se cambió de ropa y, como todas sus ropas eran tú nicas taoístas,
se puso la tela negra pura y transparente. Sosteniendo la Espada Qingyue, salió de su
habitació n en silencio.

Bajo la luz de la luna, Pei Yunshu pasó por alto las residencias de sus hermanos
mayores y su maestro. Bajó su espada hacia la aldea.

La brisa le alborotó el pelo. Pei Yunshu se tocó la oreja y se dio cuenta de que había
olvidado atársela.

Con una sonrisa iró nica, sacó una cinta para el pelo de su manga y la sostuvo entre
sus labios. Con ambas manos, se ató cuidadosamente el pelo largo mientras flotaba
en el aire.
—¡Anciano Inmortal! —una voz familiar llegó desde arriba. A Pei Yunshu le dio un
vuelco el corazó n al levantar la vista.

Vio un águila gigante volando fuera de su barrera. Sus profundos ojos verdes estaban
llenos de alegría y una codicia amenazante.

Tan pronto como Pei Yunshu lo notó , las garras del águila atravesaron la barrera y, al
mismo tiempo, una poderosa ráfaga de viento interrumpió el vuelo de la Espada
Qingyue.

Pei Yunshu aterrizó en el suelo y la Espada Qingyue recuperó su tamañ o normal en


su mano. La espada emitió una luz azul deslumbrante. Pei Yunshu contempló al
águila gigante que se dirigía hacia él en el cielo, con una intenció n asesina en sus ojos.

Sin embargo, antes de que pudiera atacar, un chorro de agua atravesó el corazó n del
águila desde poca distancia.

La sangre llovió del cielo, con un ligero olor a sangre. Antes de que las gotas pudieran
caer sobre Pei Yunshu, este fue empujado repentinamente hacia un lado, aterrizando
bajo un enorme árbol.

El dragó n negro del diluvio se transformó en humano y se apretó contra el cuerpo de


Pei Yunshu. Con la cabeza hundida en el hueco de su cuello, inhaló su aroma.

El aroma le sentaba de maravilla. La cola de serpiente emergió sin poder evitarlo,


enroscándose firmemente alrededor de la parte inferior del cuerpo de Pei Yunshu.

Nota del autor: Yunwang: A quien sea bueno con Pei Yunshu, lo arrebataré.

Zhuyou lo mira sin expresió n.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 9

Capítulo 9

<< Índice de contenidos >>

Las escamas frías le pincharon la piel a través de la ropa.

A diferencia de las serpientes comunes, las escamas del dragó n de inundació n eran
más pronunciadas al tacto. Al deslizarse por sus piernas, Pei Yunshu sintió
escalofríos en la espalda.

Pei Yunshu sintió un hormigueo en el cuero cabelludo y todas las sensaciones de su


cuerpo se volvieron increíblemente sensibles. Apretó los dientes, intentando con
todas sus fuerzas ignorar la cola que ascendía lentamente desde sus pies.

Esto no era una serpiente; era un dragó n del diluvio.

Su mente le recordaba repetidamente este hecho. La voz de Pei Yunshu tembló al


decir: «Tú , deberías alejarte un poco de mí».

La cola de Zhuyou ya se había enrollado alrededor de su muslo. Al escuchar la


petició n de Pei Yunshu, apretó con reticencia su agarre por un instante antes de que
la cola de serpiente se retirara lentamente, retornando a su forma humana.

No estaba completamente desnudo; aú n vestía la ropa que Pei Yunshu le había dado.
Sin embargo, su tú nica interior había desaparecido, dejándolo con la tú nica exterior
de forma despreocupada y desaliñ ada, con el cinturó n atado al azar.

Su cabello era más oscuro que la noche, pero su rostro era sorprendentemente
atractivo. Zhuyou bajó la cabeza y miró a Pei Yunshu. "¿Adó nde vas?"
Una ráfaga de aire frío sopló , y Pei Yunshu no se atrevió a mirar los pálidos labios de
Zhuyou, temiendo que una lengua de serpiente bífida pudiera emerger. Sin embargo,
mirar fijamente los ojos carmesí de Zhuyou se sintió como un enfrentamiento con
una bestia salvaje. Pei Yunshu susurró : «Voy a ver el festival de los faroles al pie de la
montañ a».

Acababa de recogerse el pelo desordenadamente. El viento alborotaba los mechones,


haciéndolos ondear. La mirada de Zhuyou se fijó en el cabello ondulante, y luego
desvió su atenció n al rostro de Pei Yunshu. "Yo también iré".

Quizás debido a que había hablado más ú ltimamente, la voz de Zhuyou seguía siendo
ronca, pero mucho más suave. Las pequeñ as imperfecciones en su voz ya no podían
eclipsar su atractivo.

Pei Yunshu no sabía có mo negarse, y el tiempo apremiaba. Si se demoraban más,


¿quién sabía si el festival de los faroles seguiría en pie?

Invocó la Espada Qingyue y dio un paso sobre ella, instando a Zhuyou: "Sube".

De pie detrás de Pei Yunshu, la tú nica exterior de Zhuyou casi se la lleva el viento al
elevarse hacia el cielo. Este atuendo "casual y despreocupado" seguramente habría
provocado diversas reacciones entre la gente comú n.

—Prepara un conjunto —sugirió Pei Yunshu—. La ropa que tengo en mi bolsa son
todas tú nicas taoístas, lo cual no te quedaría bien.

Zhuyou frunció el ceñ o y examinó su ropa desaliñ ada de adentro hacia afuera. La
transformó en un conjunto impecable, cuidando cada detalle, incluso sus ojos rojo
sangre, que se habían vuelto negros. Los estampados de serpiente fueron eliminados
y el pequeñ o bulto en su frente fue cubierto.

En esta apariencia, parecía un humano.

Pei Yunshu suspiró aliviado, y ahora se dio cuenta de que la tela transparente que
llevaba puesta era en realidad la piel que Zhuyou había mudado.
Su rostro se sonrojó levemente y se sintió incó modo, pero Zhuyou no lo mencionó .
Pei Yunshu no tuvo más remedio que fingir que no le importaba.

La Espada Qingyue fue rápida y, en un abrir y cerrar de ojos, vieron la bulliciosa


escena de linternas debajo de la montañ a.

Cuando aterrizaron en un callejó n poco iluminado, Pei Yunshu dudó en dar un paso
adelante, a pesar de su estado de ánimo alegre.

Varias linternas emitían un cálido resplandor amarillo, iluminando las sonrisas de la


gente. Pei Yunshu se quedó observando un rato antes de volver a la realidad y
continuar hacia la entrada del callejó n.

Zhuyou lo siguió , con una mirada fría y sin rastro de emoció n ante la animada escena
que los rodeaba. Miró a su alrededor con indiferencia antes de volver a fijar la mirada
en Pei Yunshu.

La expresió n de Pei Yunshu permaneció inalterada, pero sus ojos, centrados en las
encantadoras linternas y la multitud bulliciosa que pasaba a su lado, se iluminaron
gradualmente con una suave sonrisa.

Aparte de las linternas, había vendedores que vendían todo tipo de artículos, cada
uno gritando en voz alta, haciendo que pareciera que no había tiempo suficiente para
verlo todo.

Cuando se acercaron a un puesto, Zhuyou de repente extendió la mano y agarró la


muñ eca de Pei Yunshu.

Pei Yunshu apartó la mirada de las linternas y su sonrisa se desvaneció levemente.


Mirando a Zhuyou, preguntó : "¿Qué ocurre?".

El vendedor del puesto los saludó calurosamente: “Caballeros, ¿tienen algo en


mente?”

Zhuyou tomó una diadema blanca del puesto. El vendedor explicó rápidamente: «Este
es un producto elaborado por la mundialmente famosa Secta Luna Azul. Aunque es
una pieza fallida, la diadema refleja un hermoso brillo, lo que la hace
excepcionalmente atractiva. Si los caballeros están interesados, solo denme esta
cantidad».

Con un solo movimiento, la banda para el cabello desapareció de la mano de Zhuyou,


dejando al vendedor con los ojos muy abiertos: "Tú —–"

Zhuyou lo miró con indiferencia.

En el mundo mortal, se requería plata o piedras espirituales para las transacciones. Si


el vendedor poseía energía espiritual, pagaba con piedras espirituales; si era un
simple humano, usaba plata. Este enfoque ayudaba a evitar problemas innecesarios.

A juzgar por la reacció n de Zhuyou, Pei Yunshu supuso que probablemente no sabía
que debían pagar por las cosas allí. Así que sacó un poco de plata de su bolsa y se la
entregó al vendedor.

Zhuyou observó pensativo las acciones de Pei Yunshu. Después de que se marcharon,
preguntó : "¿Qué es eso?".

—Plata —explicó Pei Yunshu con seriedad—. Cuando le compras algo a alguien, usas
esto para pagar.

El Hermano Menor le había mencionado esto el otro día. Comparada con otros
lugares concurridos, la zona al pie de la montañ a quizá no fuera gran cosa, pero Pei
Yunshu sintió que ya era bastante espectacular. Todo lo que vio, tanto personas como
objetos, era algo que nunca antes había visto.

Mientras caminaban entre las linternas y llegaban a un pequeñ o puente junto a un


arroyo, los ojos de Pei Yunshu continuaban brillando intensamente.

El río también estaba adornado con numerosas linternas de loto. Cada linterna roja
flotaba con la corriente, pasando una a una junto a Pei Yunshu.

Pei Yunshu contemplaba el río y las linternas, absorto en sus pensamientos. De


repente, sintió que le levantaban la muñ eca. Giró la cabeza y vio a Zhuyou
sosteniendo la misma diadema en la otra mano, envolviéndola con cuidado alrededor
de la muñ eca derecha de Pei Yunshu.
Pei Yunshu forcejeó , pero no pudo moverse ni un centímetro. Zhuyou alzó la vista
para observarlo. Sus ojos se habían tornado rojos como la sangre en algú n momento;
la luz de la luna se había oscurecido, dejando solo el resplandor de las linternas. Sus
ojos parecían emitir una luz tenue.

"¿Qué estás haciendo?" preguntó Pei Yunshu.

Zhuyou respondió : "Te doy esto".

Mientras hablaba, enrolló la cinta blanca alrededor de la muñ eca de Pei Yunshu. La
fina tira de tela parecía una serpiente, envolviéndose alrededor de los elegantes
huesos de la muñ eca de Pei Yunshu.

Al recordar lo que dijo el vendedor sobre que se trataba de una diadema fallida, Pei
Yunshu reprimió su inquietud. "Zhuyou, esto es una diadema".

Zhuyou lo miró con los ojos bajos.

La inquietud en el corazó n de Pei Yunshu se acentuó . Ejerció una fuerza considerable


para liberar su mano, pero fue inú til.

Una gota de agua cayó de la yema del dedo de Zhuyou, y su sangre cayó sobre la
diadema. Al instante siguiente, la diadema comú n pareció cobrar vida, enroscándose
y arrastrándose alrededor del brazo de Pei Yunshu. Tras unos segundos, desapareció
de repente.

Su presentimiento se hizo realidad. El brazo de Pei Yunshu tembló levemente, y


Zhuyou extendió la punta del dedo, empujando suavemente su ropa.

Las largas pestañ as de Pei Yunshu temblaron y miró su brazo.

La tú nica blanca interior y la tela negra transparente se levantaron, revelando su


hermoso brazo en la oscuridad. La piel era suave y tenía un tenue brillo. Las frías
yemas de los dedos recorrieron la prenda hasta que llegó a su muñ eca, sin dejar
rastro.

"¿A dó nde se fue?" La voz de Zhuyou tenía un dejo de genuina confusió n.


El corazó n de Pei Yunshu dio un vuelco y preguntó con ansiedad: "¿Qué le pasa a esa
cinta para el pelo?"

Antes de que Zhuyou pudiera responder, Pei Yunshu de repente sintió una sensació n
de ardor en el interior de su muslo izquierdo.

Fue como si el patró n desaparecido hubiera reaparecido en su pierna.

Los párpados de Pei Yunshu se crisparon y miró a Zhuyou con incredulidad.

Zhuyou tomó la mano de Pei Yunshu y lo acercó . "Dando un regalo, nos estamos
conociendo".

Pei Yunshu había mencionado que una vez que se conocieran, Zhuyou podría lamerlo.

Con la otra mano, Pei Yunshu se tapó la boca, sorprendido, solo para que la lengua
roja de la serpiente le rozara la mano. Su voz tembló al decir: «Todavía no nos
conocemos, no nos conocemos».

Sus ojos se abrieron de par en par, llenos de miedo. Se cubrió los labios con fuerza y
miró a Zhuyou alarmado, negando repetidamente con la cabeza.

Su cabello oscuro estaba despeinado, con mechones que le caían sobre los hombros.
Zhuyou lo miró , con las pupilas fijas en su presa como una fiera. El tiempo
transcurría lentamente.

“¿No nos conocemos?” preguntó la voz ronca.

La voz de Zhuyou estaba llena de confusió n.

Los ojos de Pei Yunshu estaban enrojecidos, con un brillo lloroso. La lengua de
serpiente le había asustado, pero contuvo las lágrimas. Solo sabía negar con la
cabeza, negando repetidamente: «Todavía no nos conocemos».

Zhuyou bajó la mirada y la punta de su dedo frío rozó el rabillo del ojo de Pei Yunshu.
"Llorando."
Las pestañ as de Pei Yunshu temblaron y no pudo ocultar el llanto. "No uses la lengua
de serpiente".

Zhuyou inclinó la cabeza y los dibujos en su rostro emergieron lentamente. "¿Por qué
no usar la lengua de serpiente?"

—No uses la lengua de serpiente —Pei Yunshu no respondió directamente, con la voz
temblorosa. Siguió llorando y negando con la cabeza—. No uses la lengua de
serpiente.

***

No fue hasta que estuvieron cerca del pico Wuzhi que Pei Yunshu logró controlar el
colapso repentino.

Tenía los párpados calientes, la piel alrededor de los ojos enrojecida e hinchada por
el llanto. Su nariz también estaba roja, y el rubor se extendía desde las comisuras de
los ojos hasta las orejas. El llanto le hacía temblar la voz al hablar.

Zhuyou lo sostuvo en sus brazos y solo lo soltó ligeramente después de que llegaron
al pequeñ o patio de Pei Yunshu.

Ya era muy entrada la noche y los pájaros y los insectos estaban sumidos en el sueñ o,
dejando un silencio inquietante por todas partes.

Pei Yunshu estaba exhausto de tanto llorar, y estaba a punto de quedarse dormido.
Sin embargo, Zhuyou no se fue, con la mirada fija en Pei Yunshu. Preguntó con
terquedad una vez más: "¿Por qué no quieres la lengua de serpiente?".

“Tengo miedo de las serpientes”, dijo Pei Yunshu. “No quiero serpientes”.

Zhuyou frunció el ceñ o.

Pei Yunshu estaba demasiado cansado para moverse y estuvo a punto de quedarse
dormido de pie. Su cuerpo se balanceaba de un lado a otro y, con un movimiento
descuidado, terminó en los brazos de Zhuyou.
Zhuyou tomó su mano, contempló por un momento y luego guió la mano de Pei
Yunshu para tocar los dos cuernos casi rotos en su propia cabeza.

Las pequeñ as protuberancias estaban bien disimuladas y resultaban extrañ as al tacto.


La mirada somnolienta de Pei Yunshu recuperó la concentració n. Miró a Zhuyou con
expresió n aturdida.

Zhuyou dijo: “Las serpientes son lindas”.

"Miedo a las serpientes, no quiero serpientes", repitió Pei Yunshu inconscientemente.


Sus ojos ligeramente hinchados eran tan encantadores que incluso una bestia salvaje
podría conmoverlos.

Los ojos rojo sangre de Zhuyou se fijaron en él por un instante antes de llevarse la
mano de Pei Yunshu a su mejilla. "¿No quieres la lengua de serpiente?"

Pei Yunshu asintió rápidamente, visiblemente asustado por la lengua de serpiente.


Esta vez, su respuesta vino acompañ ada de un leve temblor: «No quiero la lengua de
serpiente».

"Soy un dragó n de inundació n", dijo Zhuyou, "no una serpiente".

Pei Yunshu murmuró : "¿Eh?"

Estaba tan agotado que apenas podía entender las palabras.

Nota del autor: El llanto de Yunshu esta vez fue bastante catártico.

[Mini Escena]

En el pequeñ o puesto que vendía cintas para el pelo, Zhuyou tomó una y la guardó en
su bolsa de almacenamiento.

El vendedor se quedó mirando con los ojos muy abiertos: "Tú , tú , tú ..."

Zhuyou se mantuvo de pie con confianza, sus ojos de dragó n de inundació n se


encontraron con la mirada del vendedor.
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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 10

Capítulo 10

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El exhausto Pei Yunshu ya no podía comprender las explicaciones de Zhuyou. Le


costaba mantener los ojos abiertos, observando la figura frente a él.

Zhuyou: “Duerme.”

Pei Yunshu, como si finalmente hubiera recibido un regalo de néctar, cerró los ojos
voluntariamente.

Zhuyou lo levantó y lo llevó a la cama. Sin embargo, algo le pasó y recordó que, al
dormir, la gente solía desnudarse.

Pero cuando miró a Pei Yunshu, que todavía llevaba su propio velo de piel de
serpiente, Zhuyou dudó en desvestirlo.

Los ojos de Pei Yunshu estaban rojos por haber llorado antes, y aunque estaban
cerrados, la hinchazó n era evidente.

Zhuyou se quedó allí, observando un rato. Colocó suavemente las yemas de sus dedos
fríos sobre los ojos de Pei Yunshu, aliviando la incomodidad.

***

Cuando Pei Yunshu se despertó , tenía los párpados pesados y no quería abrirlos.

Había dormido profundamente la noche anterior, sintiéndose relajado y sin sueñ os.
Era como si su llanto hubiera liberado todas sus quejas y miedos, dejándolo ligero y
despreocupado.

Después de un rato, por fin se levantó de la cama. Se sentía un poco incó modo, y al
mirar hacia abajo, se dio cuenta de que ni siquiera se había quitado la ropa.

Rápidamente cogió algo de ropa limpia y entró al bañ o.

Pei Yunshu colocó el velo y la tú nica interior sobre un biombo. Se echó agua sobre la
cabeza varias veces, pero luego se detuvo inconscientemente.

Había llorado tan intensamente frente a ese demonio serpiente, liberando toda su
frustració n y miedo en un solo ataque e incluso había dicho: "No quiero la lengua de
serpiente".

Al pensarlo, Pei Yunshu inconscientemente agarró su cabello con fuerza, sintiéndose


increíblemente avergonzado y culpable.

Era la primera vez que lloraba tan intensamente desde su renacimiento, y para
colmo, lo había hecho apoyado en los brazos de una bestia. Toda la frustració n que
había acumulado antes estalló en un torrente de lágrimas hacia Zhuyou.

Curiosamente, a pesar de haber llorado tanto, sus ojos no se sentían incó modos. Pei
Yunshu se tocó las comisuras de los ojos y de repente recordó la diadema de la noche
anterior.

Rápidamente miró su pierna, esperando ver el vívido patró n de la serpiente, pero


para su sorpresa, no había nada allí.

Pei Yunshu quedó desconcertado por un momento. Volvió a examinarse la pierna con
atenció n, pero no encontró rastro de la serpiente negra del tamañ o de la palma de la
mano.

¿Dó nde se había metido la serpiente? ¿Qué había pasado con el ardor de la noche
anterior?

Sintiéndose renovado tras una ducha rápida, Pei Yunshu salió de su habitació n, aú n
reflexionando sobre estas preguntas. Fue en ese momento que un talismán
transmisor de voz voló frente a él. La fría voz del maestro espiritual daoísta Ling
Qing sonó : «Yunshu, ven a verme en quince minutos».

***

Los pueblos circundantes estaban bajo la protecció n de la Secta Shanshui.


Ú ltimamente, algunos cultivadores demoníacos se habían reunido en algunos pueblos
cercanos, y el Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing les encargó que investigaran la
situació n.

Como el cultivo de Yunwang era insuficiente, el maestro espiritual taoísta Ling Qing
lo hizo quedarse en el pico Wuzhi.

Los discípulos respondieron respetuosamente: “Sí”.

Pei Yunshu bajó la cabeza, con el cabello cayendo en cascada sobre su cintura. La
mirada del maestro espiritual daoísta Ling Qing lo recorrió , y de repente se dio
cuenta de que su cuarto discípulo, que solía estar tan apegado a él, no había acudido
a él voluntariamente en mucho tiempo.

Parecía que desde que Yunwang fue llevado a la montañ a, Yunshu se había
distanciado de él.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing frunció el ceñ o. De ser así, ¿su cuarto
discípulo estaba usando este método para expresar su insatisfacció n?

Su tono se volvió severo: “Yunshu, quédate”.

Los demás discípulos salieron uno a uno, incluyendo a Yunwang. La puerta estaba
cerrada y la tenue luz del sol se reflejaba en el suelo a través de una pequeñ a ventana.

Pei Yunshu permaneció inmó vil, todavía realizando un saludo respetuoso a su


maestro.

El rostro del maestro espiritual daoísta Ling Qing se oscureció por las sombras
mientras su voz se hacía más profunda: "¿Có mo es tu relació n con tu hermano
menor?"
Pei Yunshu dudó brevemente antes de responder en voz baja: "Maestro, es aceptable".

La leve vacilació n hizo que el maestro espiritual taoísta Ling Qing emitiera un
zumbido frío.

“Los cultivadores no deben tener celos”, continuó el Maestro Espiritual Daoísta Ling
Qing con voz gélida. “Aunque eres mi discípulo, no eres el ú nico. Yunwang es joven, y
es natural que le muestre más cariñ o. Incluso si no fuera Yunwang, trataría a
cualquier discípulo que favoreciera de la misma manera. No tienes voz ni voto en el
asunto”.

Pei Yunshu dio un paso al frente inconscientemente, con el rostro alzado con prisa.
«Maestro, yo...»

Pero cuando vio la expresió n de su amo, sus palabras se apagaron.

El Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing observó su silencio, y su expresió n


finalmente se reveló en los ojos de Pei Yunshu. Era como si mostrara una indiferencia
desprovista de toda emoció n: «Yunshu, tu corazó n Dao es inestable».

Esta frase pareció un veredicto, impidiéndole a Pei Yunshu dar un paso más. Tras una
larga pausa, retrocedió lentamente y bajó la cabeza, haciendo una profunda
reverencia. «El maestro tiene razó n».

El maestro espiritual daoísta Ling Qing finalmente pareció algo satisfecho. También
sintió que sus palabras anteriores habían sido demasiado duras, pero las pronunció y
no podía retractarse. Solo pudo decir con indiferencia: «Esta vez, cuando bajes de la
montañ a, aprende más de tu hermano mayor».

Pei Yunshu: “Sí.”

Maestro y discípulo guardaron silencio por un rato.

—Si el Maestro no tiene nada más que decir —comenzó Pei Yunshu—, me despido.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing guardó silencio. Pei Yunshu esperó un
momento antes de retirarse por su cuenta.
La residencia de su amo estaba en la cima del Pico Wuzhi, el más alto de todos. El
Tercer Hermano Mayor sugirió en broma que debería tener su propio nombre:
«Lugar del Frío Invierno».

En ese momento realmente parecía un frío invierno.

Afuera, el Hermano Mayor esperaba bajo el duraznero. Pei Yunshu se acercó


lentamente y el Hermano Mayor preguntó : «Hermano menor, ¿qué quería el Maestro
contigo?».

Pei Yunshu parecía indiferente mientras le respondía a su hermano mayor: "Nada".

"El Maestro adora mucho al Hermano Mayor", sonrió Yunwang con picardía.
"Siempre que el Hermano Mayor viene, el Maestro lo invita a charlar".

Pei Yunshu frunció sus pálidos labios y suspiró suavemente: "Hace mucho frío aquí".

El tercer hermano mayor agregó : “En efecto”.

Un abanico plegable se abrió con un aplauso, y luego una voz suave bromeó :
"Hermano menor, mira, tu cara está pálida por el frío. ¿Necesitas que tu hermano
mayor te ayude a quitarte la ropa?"

Yuncheng rió con picardía. Lo miró y le dijo con ternura: «Por favor, no digas esas
cosas delante del Hermano Menor».

El viento frío hizo volar el cabello de Pei Yunshu hacia un lado, y él giró ligeramente
la cabeza, mirando al viento mientras miraba a lo lejos.

El sol colgaba en el cielo y las flores de durazno flotaban suavemente en el aire.

Sintió mucho frío.

Pero después de acostumbrarme a esa frialdad, no me pareció tan insoportable.

***

Varios pueblos aledañ os a la secta fueron infiltrados por cultivadores demoníacos. El


asunto podía ser importante o trivial, pero mientras no planearan causar problemas
en el territorio de la Secta Shanshui, la secta no interferiría.

El hermano mayor preguntó : "Hermano menor Yunshu, ¿con quién quieres formar
equipo?"

Tuvieron que separarse para esta tarea. Como Pei Yunshu no había salido de la
montañ a antes, sus hermanos mayores lo cuidaban.

Al escuchar la pregunta, el segundo y tercer hermano mayor también dirigieron su


mirada hacia Pei Yunshu.

Pei Yunshu no elegiría aliarse con el Segundo Hermano Mayor. Entre las opciones que
le quedaban, el Hermano Mayor era confiable y digno de confianza, mientras que el
Tercer Hermano Mayor era más despreocupado. Pero por alguna razó n, Pei Yunshu
no quería elegir al confiable Hermano Mayor.

"Iré con el tercer hermano mayor", afirmó finalmente.

El Tercer Hermano Mayor sonrió de inmediato. «El Hermano Menor hizo una buena
elecció n. Viajando juntos, es natural elegir a alguien cercano».

Esta vez, no só lo el Segundo Hermano Mayor sino incluso el Hermano Mayor


fruncieron el ceñ o.

El tercer hermano mayor siempre hablaba sin restricciones, pero ú ltimamente se


había vuelto aú n más excesivo.

A Pei Yunshu claramente no le gustó , entonces ¿por qué eligió formar equipo con el
Tercer Hermano Mayor?

Una vez tomada la decisió n, el Hermano Mayor solo pudo aconsejarle a Yunman:
“Cuida al Hermano Menor Yunshu y no dejes que tu lengua suelta te domine”.

La sonrisa del Tercer Hermano Mayor se desvaneció levemente. "Hermano Mayor, no


hace falta decir más".

Los hermanos mayores se separaron. Pei Yunshu y su hermano mayor abandonaron


la secta, armados con sus espadas. Al cruzar el Pico Wuzhi, Pei Yunshu miró hacia
abajo.

Los picos se erguían altos entre las nubes flotantes.

El tercer hermano mayor lo llamó desde atrás: "Hermano menor, ¿trajiste la ropa que
el hermano mayor te hizo?"

Pei Yunshu asintió levemente, pensando en Zhuyou.

Ayer perdió la compostura frente a Zhuyou. Hoy, al salir del Pico Wuzhi, se sintió
aliviado de no verlo por un tiempo.

Mientras no se conocieran, no recordaría aquella escena tan embarazosa.

El tercer hermano mayor instruyó : «Después de llegar al pueblo, hermano menor,


ponte ese velo fino. También tengo un sombrero de velo aquí, que también deberías
usar».

Pei Yunshu estaba desconcertado. "Hermano mayor, ¿por qué debería usar un
sombrero con velo?"

Yunman rió misteriosamente. «Hermano menor, si llamas la atenció n de una chica


mortal y te exige que asumas la responsabilidad, ¿có mo lo manejarás?»

A Pei Yunshu le parecieron enigmáticas las palabras de Yunman, pero comprendió


que tenía buenas intenciones. Asintió : «De acuerdo, hermano mayor».

Media hora después, ya estaban fuera del pueblo. Yunman sacó un sombrero de velo
de su bolsa. Era largo hasta los tobillos, hecho de gasa blanca en capas. La persona
dentro podía ver el camino con claridad, mientras que los de afuera no podían
distinguir su apariencia.

Yunman también se había quitado su tú nica taoísta. Vestido con ropas azules, parecía
un noble elegante. Abriendo su abanico plegable, entró en la ciudad con Pei Yunshu.

La ciudad de Qinghe era aú n más bulliciosa y pró spera que las aldeas al pie de la
montañ a. Pei Yunshu vio a varios hombres con sombreros de velo en grupos de tres o
cuatro en la calle. Tranquilizado, comenzó a observar el entorno desconocido.
Yunman le presentaba las cosas, a veces incluso con explicaciones bien
fundamentadas. Sus descripciones, animadas e interesantes, hacían que todo lo que
contaba cobrara vida.

Al caminar por las calles, encontraron una posada. Durante el viaje, Pei Yunshu había
recogido bastantes bocadillos locales. El posadero los acompañ ó con cariñ o al
interior y los condujo a una mesa vacía en un rincó n.

“Señ or, ¿qué le gustaría comer?”

Yunman, hábilmente, pidió vino y exquisiteces. Su actitud era relajada, como si este
descenso de la montañ a no se tratara de lidiar con cultivadores demoníacos, sino
simplemente de una aventura relajante. Tanto él como Pei Yunshu se sentían
inusualmente tranquilos. Después de todo, sabían que estos pocos cultivadores
demoníacos menores no representarían una amenaza significativa.

Tras la partida del posadero, el Tercer Hermano Mayor se giró y le sonrió a Pei
Yunshu. "Hermano menor Yunshu, ¿qué te parece bajar de la montañ a hoy?"

Pei Yunshu sonrió con dulzura, su expresió n algo oscurecida por el velo blanco.
"Hermano mayor, es muy agradable".

—Hace añ os, cuando llegué aquí, enterré varios barriles de vino junto al lago —dijo
el Tercer Hermano Mayor riendo—. Después de nuestra deliciosa comida, ¿qué tal si
tú y yo probamos un buen vino?

Pei Yunshu asintió con naturalidad. "Claro."

Les trajeron una mesa llena de deliciosos platillos. Pei Yunshu y Yunman aú n no
habían empezado a comer cuando un grupo de personas vestidas de negro entró en la
posada.

Cada uno de ellos tenía una peonía bordada en su ropa con hilo dorado, un símbolo
que combinaba perfectamente con el atuendo de la Secta Brocado de Flores, un grupo
de cultivadores demoníacos.

Incluso Yunman quedó un poco sorprendido por esta visió n.


Entre las diversas sectas de cultivadores demoníacos, la Secta del Brocado de Flores
era una de las más singulares.

Aunque catalogados como cultivadores demoníacos, la Secta del Brocado de Flores


se asemejaba a una combinació n del cultivo demoníaco y la Secta Hehuan. Sus
miembros detestaban las restricciones, se dejaban llevar por las pasiones y el cultivo
dual era comú n. Sin importar su género, estaban profundamente enredados en sus
deseos, considerando la belleza como su principal bú squeda. Sin embargo, en
comparació n con la Secta Hehuan, la Secta del Brocado de Flores era más enérgica, a
menudo raptando los objetos de sus deseos. Poseían un estilo demoníaco distintivo.

No importaba qué secta demoníaca visitara, parecerían mucho más formales que la
Secta del Brocado de Flores.

El Tercer Hermano Mayor encontró esto bastante inusual, y Pei Yunshu sintió lo
mismo. Estaban en un rincó n, protegidos por una barrera oculta, así que no temían
ser descubiertos mientras observaban abiertamente a este grupo de cultivadores
demoníacos.

Nota del autor: El tercer hermano mayor proporciona un sombrero de velo:


"Hermano menor, para evitar que las mujeres se aferren a ti". [Bajo las flores de
peonía, uno muere; incluso como un fantasma, uno sigue siendo frívolo] El cuarto
hermano mayor usa el sombrero de velo, ocultando a medias su rostro, lo que le
sienta bien.

Pei Yunshu: Oh.

Secta Brocado de Flores, un grupo de cultivadores rebeldes.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 11

Capítulo 11

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Entre este grupo de cultivadores demoníacos de la Secta Brocado de Flores, el que


estaba al frente era un joven con rasgos afilados.

Sus hermosas cejas y ojos estaban teñ idos de melancolía y una arrogante
indiferencia. Sus ojos profundos tenían un toque de encanto exó tico mientras
observaba con indiferencia el panorama de la posada.

El posadero los saludó personalmente: “Por favor, tomen asiento, huéspedes”.

Como este pueblo estaba cerca de la Secta Shanshui, entre los transeú ntes se
encontraban cultivadores y gente comú n. Tenían una vista aguda y el posadero,
cálido y entusiasta, los guió rápidamente hacia unas mesas vacías y bien iluminadas.

Después de escanear la posada, el grupo de cultivadores demoníacos liderado por el


joven tomó una mesa central, mientras que los demás se dispersaron en diferentes
mesas, formando un círculo protector.

Pei Yunshu susurró : "Hermano mayor, parece que estos no son miembros comunes de
la Secta del Brocado de Flores".

El Tercer Hermano Mayor frunció el ceñ o y luego reforzó discretamente la barrera


que había levantado con unas piedras espirituales de su manga. Sin embargo, su
preocupació n no coincidía con la de Pei Yunshu. "La Secta del Brocado de Flores no
es conocida por su sensatez. Yunshu, quédate cerca del Hermano Mayor. Nosotros,
dos hombres apuestos, no debemos caer en sus maquinaciones".
Pei Yunshu le recordó : “Todos son cultivadores varones”.

La Secta del Brocado de Flores enfatizaba la unió n del yin y el yang, por lo que el
verdadero peligro solo sería para las mujeres jó venes y bonitas al ver a este grupo de
cultivadores masculinos.

El Tercer Hermano Mayor finalmente se dio cuenta y se frotó la barbilla. "Ah, cierto".

Los mortales comunes en la posada y las cultivadoras que reconocieron la Secta del
Brocado de Flores habían abandonado la posada en silencio, dejando solo a unos
pocos cultivadores masculinos capaces todavía comiendo.

Uno de los cultivadores de la Secta del Brocado de Flores dijo: "No hemos visto
ninguna belleza en todo nuestro viaje".

Otro intervino: "¿No hay un Pabelló n Brisa de Primavera en la ciudad? Dicen que
todas las bellezas de la ciudad de Qinghe se reú nen allí. Maestro del Saló n, ¿vamos a
echarle un vistazo esta noche?"

El Maestro del Saló n, sentado solo en una mesa, entrecerró los ojos y sirvió una taza
de agua de una tetera. "Entonces, vamos a echarle un vistazo".

Lo que siguió fue una conversació n llena de comentarios groseros, ajenos a la


presencia de los demás. Pei Yunshu frunció el ceñ o y levantó la vista. Al otro lado,
Yunman también escuchaba con gran interés. Incluso sacó su abanico plegable y se
abanicó con gracia, como si quisiera unirse a la conversació n.

Pei Yunshu movió los dedos, y al instante siguiente, la barrera silenció las palabras
indecentes y vulgares. El Tercer Hermano Mayor lo miró con timidez, como si recién
ahora recordara su presencia, con el arrepentimiento reflejado en su rostro.

El hermano menor Yunshu está descendiendo la montañ a por primera vez, escuchar
tales cosas puede que no le siente bien.

Pei Yunshu tomó sus palillos, bajó la cabeza y empezó a comer. Parecía
imperturbable, pero Yunman observó atentamente su expresió n. Sin embargo,
mientras seguía observando, parecía sumido en sus pensamientos.
Abanico de plumas, pestañ as largas y cabello negro brillante. Las yemas de sus dedos
eran como jade.

Anteriormente, Yunman no había notado lo atractivo que era el Cuarto Hermano


Mayor.

***

Después de que terminaron su comida, los miembros de la Secta Brocado de Flores


ya habían abandonado la posada.

El grupo de cultivadores demoníacos se comportaba con ostentació n, como si


temieran que otros no los notaran. Su extravagancia dejó a Pei Yunshu perplejo sobre
sus intenciones. Ser tan llamativos le dificultaba comprender qué tramaban.

En el segundo piso de la posada, había dormitorios. Yunman usó un talismán de


transmisió n de sonido para informar al Hermano Mayor y al Segundo Hermano
Mayor sobre la presencia de cultivadores de la Secta del Brocado de Flores en la
ciudad de Qinghe. Luego, se volvió hacia Pei Yunshu y le preguntó : «Hermano menor,
¿te gustaría ir al Pabelló n Brisa de Primavera esta noche para ampliar tus
horizontes?».

Pei Yunshu no sabía qué era el Pabelló n Brisa de Primavera, pero podía adivinarlo
aproximadamente por las conversaciones de esos cultivadores.

Dado que el maestro espiritual daoísta Ling Qing les había instruido a comprender el
propó sito de estos cultivadores demoníacos, era natural vigilarlos. Pei Yunshu
asintió : «Claro, iré».

El Tercer Hermano Mayor vio su rápida aceptació n y sonrió con picardía, sentándose
tranquilamente a la mesa. "Hermano Menor, ¿sabes qué es el Pabelló n Brisa de
Primavera?"

Pei Yunshu dudó por un momento, sus orejas se pusieron ligeramente rojas y se
quedó en silencio.
El tercer hermano mayor se echó a reír y continuó bromeando: "Hermano menor,
además de beber, ese lugar también es un paraíso de delicias terrenales".

Su tono era juguetó n y Pei Yunshu frunció el ceñ o ligeramente: "Hermano mayor, por
favor detente".

Sin la presencia del hermano mayor y del segundo hermano mayor, Yunman se relajó .
Escuchó la respuesta de Pei Yunshu, arqueó una ceja con una sonrisa, se levantó y
volvió a sacar su abanico plegable. Hizo un gesto juguetó n como si quisiera
levantarle la barbilla: «Hermano menor, la vida es corta y las noches fugaces. ¿No lo
entiendes?».

Sus palabras eran ligeras y claras, con un toque de alcohol. Pei Yunshu agarró la parte
delantera del abanico plegable: «Tercer hermano mayor, por favor, absténgase de
hacer comentarios inapropiados».

Yunman retrajo el abanico plegable, lo miró profundamente, de repente sonrió y


luego se giró para salir de la habitació n.

La risa resonó desde la habitació n hasta el exterior. A pesar de las diferencias en los
métodos de cultivo y las sectas, se parecía más a esos cultivadores demoníacos de la
Secta Brocado de Flores.

***

Con Yunman decidido a dejar que Pei Yunshu experimentara el mundo, partieron
hacia el Pabelló n Brisa de Primavera cuando el cielo comenzó a oscurecerse.

El Pabelló n Brisa de Primavera se construyó junto al río, con sauces meciéndose al


viento, y el paisaje era tan vibrante como la luz del día. Las calles del mercado
estaban iluminadas, mucho más animadas que el pueblo al pie de la montañ a.

Pei Yunshu aú n llevaba el velo, pero no lo protegía del ruido. En menos de un cuarto
de hora, llegaron al lugar más animado junto al río. Abajo, elegantes mujeres se
apoyaban en la barandilla, abanicándose, desprendiendo un aire de gracia y encanto.
Pei Yunshu y el Tercer Hermano Mayor fueron conducidos al interior. Al entrar,
vieron a un grupo de cultivadores de la Secta del Brocado de Flores sentados junto a
un biombo tallado, cada uno con una jarra de vino en la mano.

El conocido como el "Maestro del Saló n" era aú n más audaz. Tenía una belleza de
aspecto coqueto, apoyada en el biombo, susurrando palabras dulces con un aire
provocador.

Las mejillas de la bella estaban sonrojadas y sus fragantes hombros estaban


parcialmente expuestos.

Al presenciar esta escena, la sonrisa de Yunman se desvaneció al instante. Dio un


paso adelante, bloqueando la vista de Pei Yunshu, y dijo con frialdad: «Indecencias,
hermano menor, no mires».

Inesperadamente, en cuanto pronunció estas palabras, el Maestro del Saló n de la


Secta del Brocado de Flores levantó la cabeza del hombro de la belleza. Sus cejas
angulosas reflejaban una mirada sombría y miró de reojo a Yunman con una media
sonrisa. "¿De quién hablas?"

El líder de aquellos cultivadores demoníacos dejó sus jarras de vino y se acercó ,


fijando su mirada depredadora en Pei Yunshu y Yunman.

Eran numerosos y poderosos, así que Pei Yunshu tomó la mano del Tercer Hermano
Mayor, aconsejándole que no actuara precipitadamente. Cortésmente, dijo: «El
Hermano Mayor ha hablado demasiado. Señ or, por favor, continú e como desee».

Dando un paso al frente, el velo que le llegaba hasta los tobillos de Pei Yunshu se
balanceó , ocultándolo por completo. Uno de los cultivadores demoníacos frente a
ellos se burló : "¿De dó nde salió esta cosa tan fea? ¿Incluso se atreve a venir al
Pabelló n Brisa de Primavera para mujeres?".

Las mujeres usaban velos para ocultar su apariencia, mientras que los hombres los
usaban para ocultar su verdadera identidad.

Pei Yunshu permaneció en silencio, simplemente sacando su Espada Qingyue, que se


elevó cerca de sus oídos con un agradable zumbido, haciendo que el delgado velo se
ondulara como el agua.

Con su espada apuntando a los cultivadores, estos se quedaron en silencio y su


atenció n se centró en su líder.

El Maestro del Saló n de la Secta del Brocado de Flores se desenredó de los hombros
medio descubiertos de la mujer. Miró fugazmente a Pei Yunshu, levantando
juguetonamente la barbilla de la seductora belleza a su lado. "Pequeñ a belleza,
¿deberíamos empezar una pelea con ellos?"

La atractiva mujer con poca ropa miró a Pei Yunshu y Yunman, riendo: "Incluso si
peleamos, no debería ser en nuestro Pabelló n Brisa de Primavera".

El Maestro del Saló n de la Secta Brocado de Flores rió un par de veces y luego se
recostó en el hombro de la mujer. Aparentemente desinteresados, los cultivadores
volvieron a tomar su vino. Sin embargo, algunas miradas se posaron sutilmente en
Pei Yunshu y Yunman.

Yunman los miró fríamente. La mujer que los había guiado intervino
apresuradamente, diciendo: «Por aquí, caballeros, por favor».

En la sala privada, varias bellezas habían preparado vino. Pei Yunshu se sentó a una
mesa y, distraídamente, se quitó el velo.

El velo blanco cayó a un lado. El Tercer Hermano Mayor recuperó el sentido y


exclamó conmocionado: «Hermano menor, ¿por qué te quitaste el velo?».

Pei Yunshu frunció el ceñ o y respondió : "Hermano mayor, ¿por qué no debería?"

La expresió n de Yunman cambió de forma impredecible. Incapaz de encontrar una


respuesta, su rostro se oscureció como la tinta.

Los dos se sentaron a la mesa. Las mujeres del Pabelló n Brisa de Primavera dudaron
al principio, pero al cabo de un momento, una mujer elegantemente vestida se
acercó , con una figura esbelta, y se sentó junto a Pei Yunshu.
Levantó suavemente una copa de vino, la llevó a los labios de Pei Yunshu y dijo
coquetamente: “Señ or, tome una bebida”.

Pei Yunshu ladeó la cabeza para evitarlo, apartando la mano de la mujer. Al girarse,
se topó casualmente con la mirada de la puerta intrincadamente tallada.

Los tallados en las puertas y ventanas del Pabelló n Brisa de Primavera presentaban
un exquisito detalle, representando montañ as, aguas fluyentes y flores en flor. Las
pequeñ as perforaciones dejaban entrar la luz interior, creando una escena hermosa y
evocadora.

Sin embargo, a través de esas perforaciones, Pei Yunshu vio un par de ojos fijos
directamente en él.

Esos ojos profundos y exó ticos resultaron bastante intimidantes al aparecer de


repente. Pei Yunshu sudó frío. Solo entonces se dio cuenta de que eran los ojos del
Maestro del Saló n de la Secta del Brocado de Flores.

Al instante siguiente, la puerta de la habitació n privada se abrió de golpe. El ruidoso


grupo de cultivadores demoníacos entró pavoneándose, provocando que las mujeres
gritaran y se tambalearan a un lado.

El Maestro del Saló n de la Secta del Brocado de Flores entró ú ltimo, con la mirada
fija en Pei Yunshu. Sonrió con picardía: «No eres mujer, pero llevas un velo delante de
nosotros. ¿Será que eres tan guapo que temes que te secuestremos y te llevemos de
vuelta a nuestra secta?».

Los cultivadores demoníacos rieron en acuerdo: "A las pequeñ as hechiceras de


nuestra secta les encanta este tipo de apariencia".

Un abanico plegable pasó rozándolos. La risa burlona de los cultivadores demoníacos


cesó abruptamente. Yunman tenía el rostro inexpresivo. Extendió la mano, revelando
afiladas pú as de hueso en las varillas del abanico. Al retirarlo, la pú a rozó el brazo de
un cultivador que había estado hablando con arrogancia.

Un rastro de olor a sangre flotaba en el aire. Pei Yunshu sabía que la maniobra de
Yunman era solo para intimidarlos y no para hacerles dañ o.
Sus oponentes parecían saberlo también.

“Maestro del Saló n”, uno de los cultivadores se dirigió con cautela a su líder, como si
quisiera protegerlo, “Vámonos”.

Mientras el grupo de cultivadores se disponía a salir de la habitació n, la expresió n del


Tercer Hermano Mayor se relajó un poco. Pei Yunshu los observó y notó que el
Maestro del Saló n, que ya había salido, se dio la vuelta. Su mirada se cruzó con la de
Pei Yunshu, y una sonrisa juguetona curvó sus labios.

A Pei Yunshu se le encogió el corazó n. Instintivamente, retrocedió , y un instante


después, una Cuerda Celestial dorada salió disparada hacia su asiento anterior. La
cuerda cortó el aire, rompiendo la silla en pedazos.

Los cultivadores, que se preparaban para partir, al instante tomaron sus armas y
atacaron. Separaron a Yunman y Pei Yunshu, y la Cuerda Celestial Voló de nuevo,
apuntando a Pei Yunshu una vez más.

La delgada cuerda dorada era ágil y fuerte. La Espada Qingyue intentó interceptarla,
pero la cuerda la atrapó , lo que provocó que la espada forcejeara, y Pei Yunshu
frunció el ceñ o con preocupació n.

El Maestro del Saló n de la Secta del Brocado de Flores observaba, riendo entre
dientes: «Hemos buscado durante tanto tiempo sin encontrar una belleza que le
guste a la bestia. ¿Quién iba a pensar que sería tan fácil? Hoy, mi Secta del Brocado de
Flores va a capturar por la fuerza a Su Excelencia». «Con esas miradas, creo que esa
bestia debe de tenerle mucho cariñ o. Incluso esta Cuerda Celestial Atadora parece
más impaciente que yo».

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 12

Capítulo 12

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Los cultivadores demoníacos de la Secta del Brocado de Flores eran desvergonzados


por naturaleza. La mayoría de los que secuestraron para regresar a su secta
terminaron como juguetes en sus camas.

La simple implicació n despectiva de la frase «apoderarse por la fuerza» enfureció al


Tercer Hermano Mayor. Su mano izquierda se deslizó sobre el abanico plegable,
transformándolo en una reluciente espada de plata.

Sin embargo, los subordinados de los cultivadores demoníacos lo rodearon,


bloqueando su camino para apoyar a Pei Yunshu.

El Maestro del Saló n de la Secta del Brocado de Flores parecía completamente


despreocupado. Con la Cuerda de Atadura Celestial aú n sujetando la Espada Qingyue,
Pei Yunshu extrajo varios tesoros mágicos, con rostro frío mientras atacaba a los
cultivadores demoníacos.

Todos sus ataques fueron desviados. Los oponentes, confiando en su cultivo superior
y sus mú ltiples tesoros mágicos, jugaron con Pei Yunshu como un gato jugando con
un rató n. Al final, uno de ellos incluso extendió la mano y recogió el velo de la mesa,
aprovechando el momento en que Pei Yunshu lanzaba un talismán de papel. El velo
fue lanzado directamente a la cabeza de Pei Yunshu.

Eludiendo el hechizo del talismán entre risas, el cultivador demoníaco dio un paso
atrás, con las manos entrelazadas tras la espalda mientras observaba a Pei Yunshu al
otro lado de la habitació n.

Al desplegarse el velo, su apariencia era etérea y seductora. Al posarse sobre Pei


Yunshu, quedó suspendido en la esquina de la mesa, ocultándole parcialmente el
rostro. Esta visió n tan tentadora lo hizo aú n más tentador de retirar la gasa blanca
que lo obstruía.

“Después de conocer a tu Distinguido Ser durante tanto tiempo, tu Distinguido Ser


aú n no sabe mi nombre”, sonrió con sorna el apuesto Maestro de Saló n de la Secta
Brocado de Flores, con los labios curvados hacia arriba. Sus profundas cejas y ojos
reflejaban una melancolía, pero rápidamente recuperó su actitud despreocupada.
“Hermosa, me llamo Zouyu”.

El rostro de Pei Yunshu permaneció inexpresivo, mientras su conexió n con la Espada


Qingyue se intensificaba. Ejerció más fuerza para liberarla del agarre de la Cuerda
Celestial. La espada chocó contra la cuerda dorada, produciendo un sonido estridente
similar al del hierro al rechinar contra el hierro.

Las palabras del cultivador demoníaco se volvieron cada vez más coquetas, y los
ataques de Pei Yunshu se volvieron más feroces. Sin embargo, su falta de experiencia
en combate y la influencia de su ira le crearon vulnerabilidades, que Zouyu
aprovechó con una sonrisa burlona.

Mientras los dedos de Zouyu rozaban suavemente la cintura de Pei Yunshu, una
punzada repentina recorrió el muslo de Pei Yunshu. Una cinta blanca para el pelo
emergió abruptamente de su pantaló n, enredándose en la mano de Zouyu y
alejándolo con fuerza del lado de Pei Yunshu.

La diadema arrojó a Zouyu hacia sus subordinados. Atraparon a su Maestro de Saló n,


y Zouyu frunció el ceñ o mientras intentaba lanzar un hechizo sobre la diadema. Sin
embargo, el ataque pareció disiparse en la nada, enfureciendo a la inesperada
diadema que había aparecido. En un abrir y cerrar de ojos, se estiró y expandió ,
¡transformándose en una serpiente completamente negra!

La cabeza de la serpiente era enorme, y sus fauces abiertas revelaban una lengua
bífida de color carmesí que se movía con lentitud. Sus ojos, rojos como la sangre,
como dos profundos charcos escarlata, estaban fijos en el grupo que tenía delante.

Enroscada en el aire, la sinuosa forma de la serpiente poseía una belleza peculiar. Pei
Yunshu, quien se había protegido tras ella, la contempló con asombro y murmuró :
«Zhuyou...».

Las escamas negras como el azabache adornaban su cuerpo, y las dos pequeñ as
protuberancias en forma de cuerno, aú n sin desarrollar, en su cabeza indicaban su
naturaleza extraordinaria. ¿Quién más podría ser sino Zhuyou?

La tira de tela realmente había estado oculta en él, y en realidad podía transformarse
en Zhuyou.

La mente de Pei Yunshu era un caos. Inconscientemente, dio un paso adelante. Sin
embargo, justo cuando estaba a punto de acercarse, apareció un destello de tela roja.
La mujer que le había ofrecido vino antes lo agarró y lo metió en una cámara secreta
abierta.

La puerta de la cámara secreta se cerró con un clic, envolviéndolos en la oscuridad.


Pei Yunshu sacó una daga de su bolsa y la sostuvo contra el cuello de la mujer
mientras ella lo arrastraba hacia el interior de la cámara. "¿Quién eres?"

Su voz era gélida y se percibía un extrañ o matiz.

El agarre de la mujer en su muñ eca era inesperadamente fuerte, como si su mano


fuera más grande que la suya.

Suspiró suavemente y, imperturbable, apartó la daga de su cuello. Cuando volvió a


hablar, su voz era inesperadamente masculina. «¡Hermosa, debes tener más cuidado!
Solo me quedan tres colas intactas. Ni siquiera sé si estas tres colas podrán salir
sanas y salvas de este reino secreto. ¡Ay, Dios mío, qué problemático es! ¿Por qué ese
grupo de cultivadores demoníacos no deja de perseguirme? Saben que adoro a las
mujeres hermosas, pero vinieron específicamente al Pabelló n Brisa de Primavera
para capturarme. Por suerte, soy astuta; ¿có mo pudieron esos idiotas comunes y
corrientes desenmascararme?...»
Esta persona divagaba sin parar, sin que Pei Yunshu pudiera seguirlo. Tras escuchar
un rato, la daga de Pei Yunshu casi tembló . "¿Eres la bestia que menciona la Secta del
Brocado de Flores?"

“¡Sí, sí, soy yo!” La persona asintió con energía, creando una brisa refrescante en la
oscuridad. “Oh, mi belleza, si no fuera por ti, podría haber engañ ado fácilmente a esos
cultivadores demoníacos y haber pasado completamente desapercibido. Los
mortales hablan con sabiduría. Hay un dicho: “¿Có mo dice eso? Al morir bajo las
peonías, los albaricoques rojos también brotan de la pared*. ¡Es un dicho muy sabio!”.
* Sugiere que las relaciones apasionadas y clandestinas pueden surgir incluso en
lugares aparentemente inocentes o inesperados.

“…Pei Yunshu se giró y preguntó : “¿Qué clase de demonio eres?”

La persona respondió : «Belleza, ¿por qué no lo adivinas? A ver si puedes adivinar que
soy un zorro».

Pei Yunshu suspiró por dentro y dijo: "De hecho, eres un zorro".

Con tanta afinidad por la belleza y poseyendo tres colas, este no podría ser un zorro
comú n y corriente.

El extraordinario zorro asintió con más fuerza y exclamó : «De verdad, eres increíble,
mi belleza. Adivinaste quién soy enseguida».

Pei Yunshu guardó silencio. Después de un rato, cuando el zorro los atrajo hacia el
interior de la cámara, finalmente preguntó : «¿Adó nde me llevas?».

El zorro dejó escapar un profundo suspiro y dijo: «Cuando apareció esa gran
serpiente, me asusté tanto que me quedé en blanco. Solo quería llevarte, mi belleza,
lo antes posible. Después de todo, ¿quién hubiera pensado que te grabarías tan
profundamente en mi corazó n por tu apariencia? En cuanto eché a correr, me di
cuenta de que me habían descubierto. Bueno, ya que estoy descubierto, que así sea. El
Reino Secreto del Demonio Zorro está a punto de abrirse, y no podemos permitir que
esos cultivadores demoníacos entren primero. Después de pensarlo mucho, belleza,
¿qué tal si me acompañ as a explorar el Reino Secreto del Demonio Zorro?».
La anticipació n en esta frase era casi desbordante. Sin embargo, el corazó n de Pei
Yunshu se sentía cada vez más pesado. «¿El Reino Secreto del Demonio Zorro?»

Un nuevo reino secreto aú n sin abrir: ¿có mo podrían un joven cultivador como él,
que ni siquiera había alcanzado la etapa del nú cleo dorado, y un demonio zorro
aventurarse en él solos?

Ante tan gran oportunidad, Pei Yunshu mantuvo la calma. «Soy consciente de que mi
fuerza es insuficiente. Sería mejor que te unieras a alguien más poderoso. En cuanto a
mí, ni siquiera he alcanzado la etapa del nú cleo dorado».

El zorro discrepó y dijo: «Hermosa, ¿por qué te subestimas tanto? En mi opinió n,


nadie es más poderoso que tú . El Reino Secreto del Demonio Zorro es nuestro
territorio ancestral. Nuestro clan de demonios zorro siempre ha sido amante de la
belleza. Esos cultivadores demoníacos no te alcanzan. Incluso si entraras con los ojos
cerrados, saldrías ilesa».

Pei Yunshu sonrió , encontrando las palabras del zorro un poco caprichosas.

Tras quién sabe cuánto tiempo de caminata, un tenue destello finalmente apareció al
final del tú nel. El zorro aceleró el paso, pero antes de que pudieran salir, todo el
pasaje tembló violentamente, y el polvo y los escombros llenaron el aire. Parecía que
el pasaje se derrumbaría en cualquier momento.

El zorro gritó de asombro, y Pei Yunshu lo sujetó rápidamente. Canalizando su


energía espiritual hacia sus pies, logró salir junto con el zorro del tú nel que se
derrumbaba justo a tiempo.

Tras usar las Artes de la Limpieza para limpiarse, Pei Yunshu levantó la vista y notó
que el zorro había recuperado su forma original. Su ropa roja yacía vacía en el suelo,
y el zorro, tembloroso, con un cuerpo que no le llegaba ni a la rodilla, se estremecía
como si hubiera estado muy asustado. Se estremeció y tartamudeó : «Bea-belleza,
¿qué era exactamente esa serpiente que salió de ti?».

“Ese rugido que emitió fue tan aterrador”, repitió el zorro, “tan aterrador”.

Pei Yunshu hizo una pausa. "No oí ningú n rugido".


El zorro se quedó ató nito. "¿Có mo puede ser tan injusta esta gran serpiente? ¿Por
qué solo yo la oí? Será porque es aú n más lasciva que yo, y cuando te vio, mi belleza,
te encontró más atractiva que yo. Por eso nos trató diferente".

Pei Yunshu no pudo evitar girar la cabeza y mirar el tú nel ahora derrumbado.

“¿Es lujuriosa la serpiente?”, murmuró para sí mismo.

El zorro oyó esto y exclamó en voz alta: «¡Las serpientes son las criaturas más
lujuriosas! No tienen vergü enza alguna. Aunque a los zorros nos guste la belleza,
conocemos nuestros límites. Pero el clan de las serpientes es insaciable. Cuando
están en la cama, incluso...»

Un pañ uelo de seda le cubría la boca, y Pei Yunshu lo miró fijamente. Sin darse
cuenta, las puntas de sus hermosas orejas habían adquirido un bonito tono rosa,
como el rubor de una flor recién florecida.

El zorro se miró las orejas, embelesado, y solo después de un rato escupió el pañ uelo.
El miedo que sentía momentos antes quedó eclipsado por completo por su
fascinació n por la belleza. Se acercó sigilosamente a la belleza.

Pei Yunshu no se dio cuenta de sus intenciones y mantuvo una apariencia indiferente,
preguntando casualmente: "¿Qué pasa con el dragó n de la inundació n?"

El zorro se quedó paralizado como una estatua. "¿Qué?"

El encantador tono rojo en los ló bulos de las orejas de Pei Yunshu se intensificó
ligeramente. Se aclaró la garganta y volvió a preguntar: "¿Es un dragó n de
inundació n... lujurioso?".

Al fin y al cabo, un libro es solo un libro. ¿Acaso quien lo escribió vio dragones del
diluvio, serpientes?

¿Son inherentemente lujuriosos? ¿Hay alguna evidencia que respalde esta


afirmació n?
La imagen de Zhuyou mirándolo con confusió n, las palabras "¿Por qué no puedo
lamer?" seguían repitiéndose en su mente.

Pei Yunshu comenzó a sentirse ansioso.

Esperaba que el zorro le diera una respuesta negativa y que el comportamiento de


Zhuyou fuera só lo un capricho momentáneo.

Mientras supiera que Zhuyou no estaba actuando por lujuria, significaría que esas
acciones íntimas eran simplemente el resultado de su falta de comprensió n sobre el
mundo.

El zorro se había convertido en una estatua, paralizado, con el pelaje erizado. Su voz
era muy suave, como si temiera perturbar algo: "¡Dragó n de la Inundació n!".

Entonces, ese rugido aterrador de antes, ¿era el rugido de un dragó n de inundació n?

Oh cielos míos.

El zorro estaba a punto de desmayarse.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 13

Capítulo 13

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Al final, el zorro no le reveló a Pei Yunshu la respuesta sobre si los dragones de la


inundació n son inherentemente lujuriosos o no.

Porque el zorro parecía estar extremadamente asustado. Su pelaje leonado se erizó y


se aferró con fuerza a los brazos sobre el pecho mientras su boca seguía parloteando
sin parar. «Te lo dije, esa presencia imponente que todo lo domina no es algo que un
demonio comú n pueda irradiar. Señ or, realmente hace honor a su reputació n. Incluso
en su forma original, irradia tanta elegancia y grandeza. Lo ú nico con lo que podría
compararme con usted sería mi capacidad para apreciar la belleza».

Siguió parloteando mientras caminaban; cuanto más asustado estaba, más necesitaba
hablar. Pei Yunshu simplemente lo ignoró , sin hacerle caso. Había estado intentando
invocar la Espada Qingyue. El Tercer Hermano Mayor tenía un alto nivel de cultivo y
mucha experiencia en sus viajes, así que en esta situació n, Pei Yunshu consideró su
presencia una carga. Sin embargo, la Espada Qingyue había sido atada por la cuerda
mágica usada por el cultivador demoníaco; Pei Yunshu no estaba seguro de poder
liberarse.

Y luego estaba la banda para el cabello, la que había sido empapada con la sangre de
Zhuyou como marca de propiedad. ¿Por qué apareció de repente en su cuerpo?

Sus pensamientos eran un torbellino. El zorro siguió hablando, saliendo finalmente


de su estupor inducido por el miedo. Con una mirada seductora y coqueta, usó sus
ojos astutos para evaluar a Pei Yunshu, con una voz tan ligera como el aire. "Belleza,
¿por qué preguntaste si los dragones de inundació n son lujuriosos?"

Pei Yunshu se puso nervioso de repente, pero rápidamente reprimió su inquietud.


Fingió indiferencia y se concentró en la flora que los rodeaba. «Solo curiosidad».

El zorro entrecerró los ojos y luego se transformó de nuevo, transformándose en un


hombre de una belleza impresionante. Probablemente esta era su verdadera
apariencia, muy distinta a la delicada apariencia de la dama vestida de rojo que
habían visto en el Pabelló n Brisa de Primavera.

Al ver la mirada de Pei Yunshu, el zorro levantó sus finos labios y, con un dedo fino,
levantó un mechó n de cabello negro de su hombro, enrollándolo en la punta de su
dedo pálido de una manera casi embriagadora. "Belleza, ¿qué te parece? ¿Soy también
una belleza excepcional?"

La belleza del zorro era impactante, una exquisita combinació n de encanto y


extrañ eza. Sus cejas arqueadas y sus atractivos ojos de zorro irradiaban una
sensació n de encanto con un toque de agresividad. Sin duda, hacía honor a la palabra
"belleza".

Pei Yunshu asintió con la cabeza y dijo con sinceridad: "De hecho, eres hermosa".

El zorro estaba rebosante de alegría, como si recibir la aprobació n de Pei Yunshu


fuera lo más importante del mundo. "¡Una belleza es una belleza, tus gustos son tan
excepcionales como los míos!"

Pei Yunshu sonrió , y el zorro, que lo observaba disimuladamente, se sonrojó y miró a


su alrededor con timidez. «Cultivadores del camino recto, ¿acaso irradian un encanto
tan etéreo al sonreír?»

Pei Yunshu no había captado bien lo que decía. Cuando le pidió al zorro que repitiera
lo que decía, este se mostró sorprendentemente reacio. En cambio, empezó a hablar
de sus propios asuntos, grandes y pequeñ os, narrándolos con gran detalle. Incluso
habló de su familia y de có mo el grupo de cultivadores demoníacos de la Secta del
Brocado de Flores había descubierto el reino secreto del clan del zorro.
El nombre del zorro era Huayue, que significa “elegante como las flores y brillante
como la luna”.

El pasadizo secreto del Pabelló n Brisa de Primavera conducía fuera de la ciudad, a la


naturaleza salvaje. Pei Yunshu no conocía el camino, así que no tuvo más remedio
que seguir al zorro a través de la espesura del follaje.

En su vida pasada, había sido bastante insensato. Finalmente tuvo la oportunidad de


abandonar la montañ a para una misió n, pero en ese momento, su Hermano Menor, al
igual que en la situació n actual, tampoco pudo abandonar la montañ a y tuvo que
quedarse al lado del maestro. Así que él también se quedó , acompañ ando a su
maestro y a su Hermano Menor.

Mirando hacia atrás ahora, fue bastante có mico.

De repente, un estallido só nico resonó a sus espaldas. Pei Yunshu se sobresaltó , pero
se dio la vuelta rápidamente. Justo cuando estaba a punto de extender la mano, la
Espada Qingyue voló hacia él, y su aura afilada llenó el aire.

Los ojos de Pei Yunshu se curvaron en un extrañ o instante de felicidad. Pocas veces
se había sentido tan despreocupado. Sosteniendo la empuñ adura de la espada, la
desenvainó . Pero en cuanto la sacó , notó la banda de pelo entrelazada alrededor de la
hoja de la Espada Qingyue.

La horquilla lo vio y, emocionada, voló por los aires, escupiendo una cuerda dorada.
Era la cuerda celestial que ataba la Espada Qingyue. Antes de que Pei Yunshu pudiera
reaccionar, le tocó la muñ eca y, con un silbido, desapareció bajo su ropa, escondida
en algú n lugar.

Pei Yunshu se sintió algo desconcertado. Mientras Huayue lo observaba, con la


mirada fija en la banda de pelo blanco que desaparecía bajo su manga, su expresió n
curiosa parecía preguntar dó nde podría estar escondida.

—Bella Yunshu, ¿eso es algo en lo que se transformó el Señ or? No creo que el aura
sea del todo correcta.

"¿Por qué el Señ or Dragó n del Diluvio terminó debajo de tu ropa?"


No se dio cuenta de que estaba allí cuando llevaba la banda de pelo, pero ahora que
lo sabía, todo se sentía extrañ o.

Pei Yunshu solo pudo hacer lo posible por ignorar la presencia de la banda para el
cabello. Le preguntó a Huayue: "¿Cuánto falta para llegar al Reino Secreto del Clan
Zorro?".

Huayue respondió : “¡Ya casi llegamos!”

Al salir del pasadizo secreto, Huayue guió a Pei Yunshu a través de las curvas de este
terreno montañ oso y agreste. Sus pasos eran extrañ os y misteriosos, y Pei Yunshu los
siguió de cerca, dándose cuenta de que había entrado en una formació n.

Cada paso dentro de la formació n requería la máxima precaució n; un paso en falso


podía tener consecuencias irreversibles.

Tras un tiempo considerable, el paisaje que se extendía ante ellos cambió


repentinamente. El bosque retrocedió , revelando un claro desolado. Un monumento
de piedra, de más de tres zhang de altura, se alzaba profundamente erguido ante ellos.
Grabados en el monumento estaban cuatro caracteres imponentes: «Reino Secreto
del Clan Zorro».

Pei Yunshu contempló esos cuatro personajes. El monumento de piedra


probablemente había resistido el paso de incontables añ os, pero su energía espiritual
seguía siendo particularmente feroz, penetrando con fuerza los ojos de cualquier
intruso.

El zorro también se quedó ató nito. «El antepasado de mi clan de zorros tenía una
gran habilidad para la caligrafía».

Tras un momento de contemplació n, el zorro levantó la mano e hizo un gesto en el


aire. Un espejo de agua apareció de la nada, reflejando la escena fuera de la
formació n.

En el espejo, Pei Yunshu vio al Tercer Hermano Mayor. Tenía una expresió n sombría,
la mirada fija al frente. Apretó un talismán de transmisió n de sonido entre los dedos
y lo lanzó al aire. No muy lejos de él estaban Zouyu, con los ojos entrecerrados, y los
miembros de la Secta del Brocado de Flores.

Sin pensarlo mucho, Pei Yunshu supo a quién le había enviado el talismán de
transmisió n de sonido el Tercer Hermano Mayor.

Lo más probable es que fuera al lugar del Hermano Mayor Mayor, y otro al del
Maestro.

De repente, una sensació n de ansiedad se apoderó de Pei Yunshu. Era como si hubiera
llegado a este reino secreto demasiado tarde. Al instante siguiente, el maestro
espiritual daoísta Ling Qing descendería sobre él con la bestia celestial desbordante,
con expresió n severa mientras enviaba a Pei Yunshu de vuelta a la secta.

Pei Yunshu susurró : "Entremos".

El zorro preguntó : “¿Qué?”

Pei Yunshu se giró para mirarlo. Su cabello negro caía en cascada sobre sus hombros,
y sus ojos cálidos y serenos irradiaban dulzura. Sus palabras eran suaves y pesadas a
la vez, como una suave brisa cargada de un peso inmenso.

Sus ojos parecían brillar.

"Entremos primero al reino", dijo Pei Yunshu, "antes de que lleguen".

***

En la cima del pico Wuzhi.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing abrió los ojos y salió . La bestia celestial
desbordante yacía perezosamente bajo el duraznero y le rugió .

Yunwang, que estaba junto a ellos, cerró el libro. «Maestro».

El maestro espiritual daoísta Ling Qing asintió levemente y extendió la mano para
atrapar un talismán de transmisió n de sonido. Lo aplastó , y la voz de Yunman resonó
en él.
“Maestro, un zorro ha llevado al Cuarto Hermano Menor al Reino Secreto del Clan
Zorro”.

La voz del Tercer Hermano Mayor fue ahogada, ocultando su ira latente.

La expresió n del maestro espiritual taoísta Ling Qing se oscureció levemente,


mientras Yunwang se congeló en su lugar.

¿Qué había dicho el tercer hermano mayor?

¿Qué le pasó al hermano mayor Yunshu?

El maestro espiritual daoísta Ling Qing respondió con un talismán de transmisió n de


sonido antes de darse la vuelta y regresar a su habitació n. Yunwang, sin embargo, se
aferró a su tú nica.

"Maestro", Yunwang bajó la cabeza, incapaz de discernir la expresió n del rostro de su


maestro. Pero la fuerza con la que agarraba la tú nica del Maestro Espiritual Daoísta
Ling Qing le había debilitado los puñ os. "¿No vas a bajar de la montañ a a salvar al
Hermano Mayor Yunshu?"

—Por ahora, no bajaré de la montañ a —dijo el maestro espiritual daoísta Ling Qing
con una expresió n fría—. Tus hermanos mayores protegerán a Yunshu. No hay de qué
preocuparse.

Yunwang se quedó en silencio.

Desde que sus hermanos mayores dejaron la montañ a, Yunwang pensaba a menudo
en Pei Yunshu. Los jó venes discípulos de la secta decían que el hermano mayor
Yunshu era quien más se apegaba a su maestro, pero Yunwang era quien permanecía a
su lado. A pesar de esto, Pei Yunshu no había mostrado ninguna reacció n.

Cuando los hermanos mayores descendían juntos de la montañ a, Yunwang a menudo


pensaba: qué hermano mayor hablaría con Pei Yunshu hoy y cuál tendría contacto
físico con él mañ ana.
Só lo pensar así le hacía sentir como si una oleada de resentimiento estuviera a punto
de estallar.

Detestaba profundamente a Pei Yunshu. Envidiaba có mo lo cuidaban los Hermanos


Mayores. Mientras descendían de la montañ a, Yunwang reflexionaba sobre có mo
lograr que los Hermanos Mayores detestaran a Pei Yunshu, có mo impedir que alguien
lo tocara o le hablara. Idealmente, quería confinar a Pei Yunshu en el patio, donde
nadie pudiera verlo.

Pero después de que los Hermanos Mayores perdieron a Pei Yunshu, el resentimiento
reprimido y la intenció n asesina de Yunwang se agudizaron aú n más, lo que provocó
que la mano que agarraba la tú nica del Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing
temblara suavemente.

¿Por qué fue así?

Yunwang se preguntó .

En esencia, odiaba demasiado a Pei Yunshu. Quizás algunos superficiales que solo se
fijaban en las apariencias se dejarían engañ ar por la apariencia del Hermano Mayor
Yunshu. Así que, pasara lo que pasara, tenía que encontrarlo.

Necesitaba que el Hermano Mayor Yunshu presenciara có mo se llevaba a su Maestro


y a sus Hermanos Mayores. Solo entonces, algú n aroma mundano se le contagiaría.

—Maestro —Yunwang reprimió la feroz oleada de instinto asesino que lo embargaba.


Su rostro palideció levemente, mientras sus labios se tiñ eron de un intenso carmesí.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing lo miró , y Yunwang dudó un momento. Luego,
esbozó una sonrisa serena como un loto en agua cristalina. "Quiero bajar de la
montañ a".

***

Pei Yunshu y Huayue se acercaron al monumento de piedra, preparándose para


adentrarse en el reino secreto. Sin embargo, una barrera los bloqueó .
El zorro se dio cuenta de repente y se mordió el dedo, dibujando símbolos en el
monumento de piedra con su sangre. Murmuró : «Se me fue la mente; casi olvido usar
sangre de zorro para abrir la puerta. Por suerte, no dejé que esos cultivadores de la
Secta del Brocado de Flores me atraparan. ¡Si no, la belleza del zorro podría haberse
convertido en un cadáver seco!».

El espejo que había conjurado aú n flotaba en el aire. La mirada de Pei Yunshu


permaneció fija en él. Mientras el zorro dibujaba símbolos, vio dos destellos de luz
blanca en el cielo. Al instante siguiente, el hermano mayor y el segundo hermano
mayor estaban junto al tercero.

Pei Yunshu se giró para mirar. Los lugares donde sus hermanos mayores se reflejaban
en el espejo no eran más que un claro desolado dentro del reino secreto.

Aunque solo se había establecido una formació n, en realidad, la distancia entre él y


sus tres Hermanos Mayores era de menos de cien metros. Pei Yunshu continuó
observando el espejo y vio docenas de espadas increíblemente delgadas flotando
alrededor del segundo Hermano Mayor. El rostro de Yuncheng aú n lucía una cálida
sonrisa primaveral, mientras que solo sus ojos permanecían helados.

Pei Yunshu suspiró y dijo suavemente: "Huayue, tienes que darte prisa".

—Un cuarto de hora más —Huayue lo miró desconcertada—. ¿Por qué la belleza
tiene tanta prisa?

Al ver que Pei Yunshu todavía estaba concentrado en el espejo en el cielo, el zorro
siguió su mirada.

Pei Yunshu levantó su mano y, mientras su manga se deslizaba hacia abajo, una
pequeñ a secció n de su dedo, tan blanco como el jade, se extendió , apuntando a
Yuncheng.

—Ese es mi hermano mayor —dijo—. Es muy hábil con las formaciones.

El zorro vitoreó : "¡Genial! ¡Cuando entre tu hermano mayor, exploremos juntos el


reino secreto!"
Pei Yunshu apartó la mirada del espejo; su cabello negro bailaba en la arena. Tras un
largo rato, esbozó una leve sonrisa pálida y habló con una voz tan suave que una
ráfaga de viento podría disiparla: «Huayue, si entra, te matará».

El autor tiene algo que decir: Pregunta: Entre los cuatro hermanos mayores, ¿quién
cree usted que es el más formidable y con el que no se puede jugar?

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 14

Capítulo 14

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La persona que Pei Yunshu señ alaba en el espejo era alta y esbelta, erguida como un
árbol de jade contra el viento. Su ropa pálida ondeaba con la brisa, sus finos labios se
curvaban en una sonrisa y sus cejas eran claras y brillantes. Aunque docenas de
peculiares espadas delgadas volaban a su alrededor, no había rastro de miedo en su
comportamiento.

Pero el tono de Pei Yunshu parecía indicar un hecho innegable. Su voz era suave, pero
le provocó un escalofrío en la espalda a Huayue, haciéndole brotar un sudor frío.

El zorro miró a Pei Yunshu a los ojos durante unos segundos, apretó los dientes y
luego mordió otro dedo, acelerando el proceso de apertura del reino secreto del Clan
Zorro.

Pei Yunshu frunció los labios y volvió a mirarse al espejo.

Yuncheng poseía un alto nivel de cultivo y habilidades médicas. También poseía un


profundo conocimiento de formaciones y talismanes. Tanto en el pasado como en el
presente, Pei Yunshu sentía que no había prácticamente nada que Yuncheng no
pudiera hacer.

Mientras tanto, Yuncheng, que estaba fuera de la formació n, comenzó a moverse.

Yuncheng caminaba tranquilamente por la zona montañ osa. A cada paso, las espadas
voladoras a su alrededor seguían su orden, clavándose profundamente en el suelo.
Yunman observaba sus movimientos con expresió n seria. "¿Dó nde crees que está
ahora el Cuarto Hermano Menor?"

A su lado, el hermano mayor dijo: «No ha habido cambios, así que el reino secreto no
se ha activado. Como hay una formació n aquí, el hermano menor Yunshu debe estar
dentro».

No molestaron al cultivador demoníaco cercano, que se mantenía a un lado. Cada uno


se ocupa de sus propios asuntos. La Secta del Brocado de Flores le había
proporcionado a Yunman informació n sobre el reino secreto del Clan Zorro, y
Yunman y su grupo les permitieron esperar a que Yuncheng rompiera la formació n.

Aunque sabían que el hermano menor Yunshu aú n no había entrado al reino secreto,
la expresió n de Yunman permaneció disgustada.

El Segundo Hermano Mayor acababa de completar una vuelta y regresó a su lado.


Miró a Yunman y dijo: «Espero que no le haya pasado nada al Cuarto Hermano
Menor».

—A ese zorro siempre le ha gustado la belleza —intervino el Maestro del Saló n de la


Secta del Brocado de Flores con las manos a la espalda y una sonrisa significativa—.
No te preocupes, tu Hermano Menor está a salvo.

El trío de la Secta Shanshui pareció ignorarlos. Yunman se volvió hacia Yuncheng.


"¿Cuánto falta?"

Yuncheng miró el suelo vacío donde se habían incrustado más de una docena de
espadas delgadas. Sonrió levemente. «Menos de un cuarto de hora».

El espejo só lo mostraba imágenes; no transmitía sonido.

Sin embargo, mientras Pei Yunshu observaba al Segundo Hermano Mayor dando
vueltas, una sensació n ominosa lo invadió . Frunció el ceñ o y repitió : «Huayue».

El zorro estaba ocupado y mareado, y sus símbolos dibujados en el monumento de


piedra empezaban a aparecer tenues. Esto era señ al de un éxito inminente.
Eufó rico, se volvió hacia Pei Yunshu. "¡Belleza, está funcionando!"

La tensió n de Pei Yunshu se alivió ligeramente al observar la barrera. De hecho, esta


se desvanecía gradualmente y se volvía invisible.

En ese momento, un fuerte ruido repentino se escuchó desde atrás. La sonrisa que
acababa de dibujarse en los labios de Pei Yunshu se congeló . Estaba a punto de darse
la vuelta cuando una oleada de agua los arrastró a él y al zorro. Atravesaron una
brecha en la barrera y desaparecieron de la vista, adentrándose en el reino secreto.

Una espada larga y delgada golpeó el monumento de piedra con fuerza. La hoja no
logró perforarlo y resbaló , pero de no ser por la oleada de agua, Huayue, quien había
estado allí hacía un momento, habría sido alcanzada por la espada.

Yuncheng arqueó una ceja. Se secó las manos con un pañ uelo que sacó de la manga y
se giró hacia sus compañ eros Hermanos Mayores que estaban detrás de él. «Llegamos
un paso tarde».

***

La inesperada oleada de agua arrastró a Pei Yunshu y Huayue hasta que llegaron a un
lago, donde finalmente se detuvo.

El paisaje dentro del reino secreto contrastaba por completo con el paisaje desértico
que habían visto antes. Al retirarse el agua de Pei Yunshu, este se encontró ileso,
salvo que la punta de su cabello había quedado atrapada accidentalmente en la
corriente. Ahora el agua goteaba de su cabello.

Unas manos le tocaron el cabello y ejercieron fuerza en las puntas. El agua de su


cabello fluyó por las yemas de los dedos y goteó al suelo.

Pei Yunshu hizo una pausa en sus movimientos y contuvo la respiració n mientras
sentía que la persona detrás de él se movía.

Después de escurrirle el cabello, la persona detrás de él tomó las yemas de sus dedos
fríos y helados y tocó suavemente la mejilla de Pei Yunshu.
Justo cuando el zorro empapado estaba a punto de levantar la cabeza, casi se
desmaya en el acto. "¡Señ or Dragó n de la Inundació n!"

Zhuyou lo miró con expresió n débil antes de volver su atenció n a Pei Yunshu. Su
mirada parecía iluminarse con diversió n, y, juguetonamente, le tocó repetidamente la
mejilla con un dedo frío y helado.

Cada empujó n dejaba un hoyuelo superficial y Zhuyou estaba completamente


absorto en su pequeñ o juego.

El rostro de Pei Yunshu se enrojeció aú n más debido a su piel delgada. Giró la cabeza
para evitar el toque de Zhuyou. Pero Zhuyou simplemente siguió su movimiento y,
con la otra mano, tocó suavemente la mejilla opuesta de Pei Yunshu.

"Zhuyou", murmuró Pei Yunshu suavemente, "déjalo ir".

Zhuyou lo miró , retirando la mano. Bajó la mirada y observó las yemas de los dedos
que acababan de tocar a Pei Yunshu.

El zorro estaba demasiado asustado para hablar, pero después de un rato, se recuperó
y se observó su propio reflejo en el agua. No toleraba nada menos que atractivo, pues
contemplaba su apariencia, que no tenía ningú n rastro de fealdad. A toda prisa, sacó
un pañ uelo y un peine de su manga y comenzó a arreglarse.

El área alrededor del lago era amplia y todo estaba en silencio. Pei Yunshu observaba
su entorno. De repente, en un día despejado, comenzó a caer una fina lluvia.

La lluvia fue inesperada, y cuando las gotas tocaron el cuerpo de Pei Yunshu, la
escena que se extendía ante él cambió . El lago y el bosque desaparecieron,
reemplazados por un velo rojo que caía, y el suelo bajo sus pies pareció oscilar como
si estuviera sentado en un carruaje nupcial.

***

El sedán nupcial se balanceaba suavemente y el velo ondeaba sobre su cabeza.


Pei Yunshu se quitó el velo rojo de la cabeza y miró a un lado. Huayue también
estaba cubierta con un velo rojo, durmiendo plácidamente a su lado.

Seguían vistiendo la misma ropa, solo que ahora tenían una capa adicional de rojo: el
sedán nupcial y los velos. Pei Yunshu despertó suavemente a Huayue, quien parpadeó
somnolienta antes de abrir los ojos de par en par, alarmada.

Pei Yunshu dijo: «Es tan ruidoso y bullicioso como una boda en el reino de los
mortales. Pero no estoy seguro de si es una ilusió n».

El zorro preocupado respondió : «Belleza, esto no es una ilusió n. Es una boda de


zorros».

“Estamos los dos aquí, quién sabe qué zorro se va a casar con nosotros”.

Pei Yunshu frunció el ceñ o.

El pequeñ o sedán los acomodó a él y a Huayue con comodidad, con espacio de sobra.
Las ventanas estaban cubiertas de papel, lo que apenas dejaba entrever figuras
bailando afuera. La mú sica que sonaba no era del todo alegre ni triste, creando una
atmó sfera extrañ a.

Pei Yunshu extendió la mano, pero la Espada Qingyue no apareció como se esperaba.
El zorro explicó : «Hasta que tú y el zorro se casen formalmente, no podrán usar
ninguna energía espiritual».

Pei Yunshu se giró para mirarlo. "¿Te pasa lo mismo?"

El zorro parecía estar a punto de perder la paciencia. «Apenas puedo mantener mi


forma humana».

Este era un verdadero dilema. Pei Yunshu nunca imaginó que le sucedería algo tan
ridículo. No sabía qué le aguardaba, pero si de verdad lo obligaban a casarse con una
zorra, ¿có mo era posible?

Después de reflexionar durante un rato, y mientras el zorro miraba fijamente sus


pestañ as plumosas durante el mismo tiempo, Pei Yunshu se levantó de repente y se
llevó las yemas de los dedos a los labios.

El zorro se sonrojó al instante. Se aferró con fuerza al cinturó n y tartamudeó : "¿Q-


qué estás haciendo?".

Los ojos de Pei Yunshu reflejaban una ligera confusió n al extender las yemas de los
dedos. Los dedos translú cidos se apartaron de sus labios, dejando al zorro mirándolo
desconcertado. Pei Yunshu se giró y perforó la ventana de papel del sedán. Explicó :
«Quiero ver si las figuras de afuera son humanos o zorros».

Con la punta hú meda del dedo, fue fácil hacer un pequeñ o agujero en el papel.
Huayue lo observaba con el rostro cubierto, las mejillas sonrojadas y una mirada de
deleite en los ojos.

Pei Yunshu se inclinó y miró a través del pequeñ o agujero, conteniendo la respiració n
mientras miraba hacia afuera.

Vio figuras borrosas bailando junto a la ventana. Al observarlas más de cerca, se dio
cuenta de que eran cuatro zorros apilados uno encima del otro en parejas. El zorro
de arriba sostenía un tambor y una flauta, y la mú sica emanaba de ellos.

Una densa niebla blanca y goteante envolvía el aire. Aunque había mucha actividad,
el ambiente era inquietantemente silencioso.

Justo cuando Pei Yunshu estaba a punto de hacer el agujero más grande, el zorro más
cercano a la ventana de repente giró la cabeza y lo miró fijamente.

Sus ojos eran amarillentos, con pupilas oscuras y sin vida que parecían huecas, como
una cáscara vacía.

A Pei Yunshu se le cortó la respiració n. El zorro sonrió de repente y tocó una flauta
con un agudo sonido.

Toda la mú sica se detuvo y só lo el sonido de esa flauta continuó sonando.

Los zorros que iban delante y detrás hablaban al unísono y sus voces parecían
humanas.
Despeja el camino, es la boda de un zorro. Cejas como nubes oscuras y distantes,
belleza que supera al loto.

Las manos y los pies de Pei Yunshu se enfriaron, y volvió a sentarse. Huayue se
acercó y usó un pañ uelo para cubrirle las orejas.

El pañ uelo fragante no pudo amortiguar el sonido, y Pei Yunshu lo miró .

Con labios pálidos y gotas de sudor frío en la frente, sus ojos color agua otoñ al
denotaban lástima. En este sedán nupcial estrecho y misterioso, Huayue encontró a
Pei Yunshu aú n más agradable con la luz roja reflejándose en él.

Tímidamente, el zorro retiró la mano, tirando del pañ uelo con expresió n coqueta y
cariñ osa. Con aire tímido, preguntó : «Belleza, ¿estás bien?».

Pei Yunshu negó con la cabeza. "Estoy bien".

El rubor de Huayue se intensificó , realzando su apariencia como el "más hermoso


bajo la luna". Sus ojos astutos, con un brillo juguetó n, recorrieron a Pei Yunshu. De
repente, recordó algo y le susurró al oído: "Belleza, en el reino secreto de nuestro
clan de los zorros, debes tener cuidado con algo".

"¿Vida?"

El zorro rió entre dientes y retrocedió un poco. Su sonrisa adquirió un matiz más
misterioso y entreabrió ligeramente sus labios rojos. «Para nosotros, los zorros
demonios, la vida es invaluable».

“¡Lo más valioso, por supuesto, es el 'yuan yang'!”

***

Dentro del sedán nupcial, Huayue le explicó a Pei Yunshu la importancia del “yuan
yang”.

“El 'yuan yang' de nuestro demonio también beneficia a los cultivadores”, Huayue
miró a su alrededor y compartió un secreto: “Bella, con un 'yuan yang' como el del
Señ or Dragó n de la Inundació n, podrías superar directamente la etapa del Nú cleo
Dorado y formar un Alma Naciente. Y si el Señ or Dragó n de la Inundació n se
transforma completamente en dragó n, para entonces, su 'yuan yang' será aú n más
valioso que todos los tesoros bajo los cielos juntos. Si, Bella, tú ...

Las orejas de Pei Yunshu se pusieron rojas. "¡Alto!"

Esta suave reprimenda y la forma en que Huayue jugueteaba con su cabello, con los
ojos brillantes mientras miraba a su alrededor, parecían indicar que si el Señ or
Dragó n de la Inundació n estaba dispuesto a entregar su vitalidad a la belleza, él
también lo estaba, y podía ser discreto, sin competir con el Señ or Dragó n de la
Inundació n.

Pei Yunshu no sabía qué estaba pensando, pero esta charla juguetona alivió sus
preocupaciones. No estaba claro qué tan lejos había llegado el sedán de flores, pero
finalmente, entre una serie de tambores, todo se detuvo.

Las sombras de los zorros de ambos lados desaparecieron y alguien se acercó


lentamente al sedán de flores.

Sin poder espiritual en su cuerpo y sin ningú n arma en su mano, Pei Yunshu colocó
su mano en su cintura.

Su tú nica exterior seguía siendo la fina piel de serpiente, y la piel de Zhouyu parecía
inatravesable. Sin posibilidad de retirada, planeó quitársela para darse a sí mismo y a
Huayue una oportunidad de luchar.

El teló n se levantó con una espada, y al abrirse paso la luz del sol, un rostro apacible
como el jade apareció fuera del sedán de flores. La mejilla de Yuncheng estaba
manchada de sangre, pero parecía ajeno a todo, sonriendo cálidamente y extendiendo
la mano hacia Pei Yunshu dentro del sedán.

—Hermano menor —sus ojos negros desprendían una calidez reconfortante bajo la
luz del sol—. Ven con tu hermano mayor.

La espada que levantó la cortina carmesí tenía sangre fresca goteando de su punta.
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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 15

Capítulo 15

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"Hermano menor", Yuncheng sonrió con gracia, extendiendo su mano inmaculada un


poco más hacia adelante, "No tengas miedo".

La espada que levantó la cortina, manchada de sangre de origen desconocido, ahora


goteaba gota a gota, cada gota se deslizaba por la hoja y caía al suelo.

Pei Yunshu sintió que todo su cuerpo temblaba. Apretó los dientes, con los dedos
bajo la manga agarrando la tabla de madera sobre la que estaba sentado. Tenía los
pies pegados al suelo, y todos sus ó rganos parecían resistirse a acercarse a Yuncheng.

La luz entrante era tan brillante que, sin embargo, sintió un frío escalofriante en todo
el cuerpo.

Era como si el tiempo retrocediera. Ese día, en el patio, Pei Yunshu se había caído de
la cama hecho un lío, arrastrándose hacia el patio. Había sentido el mismo frío
escalofriante.

En aquel entonces, Yuncheng lucía la misma sonrisa amable. Sostenía la vaina de una
espada y dijo en voz baja: «Hermano menor, no tengas miedo».

Mucho más tarde, Pei Yunshu comprendió que cuanto más suave era la sonrisa de
Yuncheng, mayor era su furia interior.

Tal como ahora.


La expresió n de Yuncheng tenía un rastro de impotencia y dejó escapar un suave
suspiro antes de llamarlo nuevamente: "Yunshu".

Pei Yunshu respondió lentamente: "Hermano mayor, ¿qué estás haciendo aquí?"

Yuncheng sonrió sin responder. En cambio, desvió la mirada hacia la figura


acurrucada de Huayue en la esquina.

Huayue finalmente comprendió por qué Pei Yunshu había dicho lo que dijo. Al mirar
a los ojos a este cultivador aparentemente íntegro, sintió como si lo consideraran un
objeto inanimado.

En un instante, el zorro se estremeció y volvió a su verdadera forma, sumergiéndose


en los brazos de Pei Yunshu.

Instintivamente, Pei Yunshu abrazó a Huayue. El vivaz zorro, que antes estaba lleno
de energía, ahora temblaba incontrolablemente en su abrazo. Pei Yunshu acarició la
cabeza de Huayue y luego miró a Yuncheng con una sú plica en sus ojos. «Hermano
mayor».

Yuncheng lo miró fijamente, su expresió n estaba cargada de palabras no dichas.

Pei Yunshu se clavó las uñ as en las palmas mientras luchaba por controlar sus
emociones. Tras una larga pausa, levantó la mano de la amplia manga y, vacilante, se
la entregó a Yuncheng.

—Hermano mayor —Pei Yunshu lo miró con los dedos rígidos—, ¿podemos
prescindir de él?

Sin rastro de energía espiritual y con los dedos fríos como la nieve, Yuncheng
finalmente sonrió . Negando con la cabeza, sujetó los dedos de Pei Yunshu y lo sacó
del sedán nupcial. "Si el hermano menor le suplica así al hermano mayor, ¿có mo
podría el hermano mayor decidir matarlo?"

La palma de Yuncheng estaba cálida, impregnada de energía espiritual. La usó para


calentar los dedos fríos de Pei Yunshu.
El zorro abrazado por Pei Yunshu parecía haberse convertido en madera,
completamente inmó vil. Sus ojos ámbar brillaban con lágrimas contenidas, que
fueron absorbidas por la tela de la ropa de Pei Yunshu antes de que cayeran.

Al ver que Pei Yunshu había caído en desgracia por su culpa, Huayue se sintió
atormentado. Con solo tres colas restantes, de no haber sido por la intercesió n de Pei
Yunshu, temió que el santurró n incluso las hubiera cortado.

Una vez que logró calentar las manos rígidas de Pei Yunshu, Yuncheng lo liberó .

Pei Yunshu metió la mano en la manga, frotando repetidamente la tela con los dedos.
Tras un momento, preguntó : «Segundo hermano mayor, ¿dó nde están el mayor y el
tercer hermano mayor?».

Yuncheng respondió : “Están explorando más adelante”.

Pei Yunshu miró la espada ensangrentada en la mano de Yuncheng, y Yuncheng captó


esa mirada. Dijo débilmente: «Maté al zorro que quería casarse».

Huayue se puso rígido, con el pelaje casi erizado. Soltó un sollozo y deseó poder
transformarse de inmediato en un adorno de jade que colgaba del cuerpo de Pei
Yunshu, pues ya no quería conservar su forma de zorro.

Pei Yunshu guardó silencio un momento y luego se giró para observar los
alrededores. Los zorros que antes habían estado bailando y tocando instrumentos a
su alrededor habían desaparecido. El camino estaba cubierto por una densa niebla, y
más allá, apenas visible, se alzaba un alto pabelló n.

En medio de un tramo de bosque, la aparició n de este pabelló n parecía


particularmente peculiar.

Mientras los dos hermanos mayores avanzaban en busca de sus otros hermanos
mayores, en cuanto Pei Yunshu se adentró en la densa niebla, cientos de zorros de
pelaje amarillo aparecieron de repente. Charlando y piando, se abalanzaron sobre Pei
Yunshu.
Hombres, mujeres, ancianos y niñ os: una variedad de voces unían la misma frase: "¡El
novio ha muerto! ¡La novia tiene que lanzar la pelota bordada!".

La expresió n de Yuncheng se endureció mientras protegía a Pei Yunshu tras él y


desenvainaba su espada para atacar. Sin embargo, cuando la espada impactó a los
zorros, fue como si se topara con el aire. Por muchos golpes que intentara, no podía
hacerles dañ o en lo más mínimo.

En cambio, los zorros lo apartaron y rodearon a Pei Yunshu. Lo levantaron y


comenzaron a llevarlo hacia el pabelló n, tras la densa niebla.

Las manos y los pies de Pei Yunshu estaban firmemente sujetos, impidiéndole
escapar. Las garras de Huayue se aferraban con fuerza a su ropa. Juntos, fueron
alzados a la alta torre por la multitud de zorros. Entre los animados zorros, se sentía
como si una celebració n estuviera a punto de comenzar.

Huayue intentó comunicarse con los zorros con algunas llamadas, pero ellos lo
ignoraron.

Una vez que llegaron al piso superior, los zorros los bajaron y le entregaron una
hermosa y delicada bola bordada en rojo a Pei Yunshu.

Los zorros parlanchines comenzaron a exclamar: "¡Tíralo!"

“¡Elige un nuevo novio!”

“¡Vayamos a la cámara nupcial con el nuevo novio!”

La habitació n estaba llena de zorros, y Pei Yunshu se encontró atrapado en el pasillo.


Intentó conversar con ellos, pero solo repetían esas tres frases. Sus ojos estaban
inertes, como marionetas.

Pei Yunshu no tuvo más remedio que tomar la pelota bordada y dar unos pasos hacia
adelante, apoyándose en la barandilla para mirar hacia abajo.

El alto pabelló n tenía tres niveles. Al asomarse, Pei Yunshu vio numerosos zorros
abajo.
Además de los zorros, sus tres hermanos mayores también estaban entre ellos. El
hermano mayor tenía una expresió n tranquila y serena. Había estado mirando a Pei
Yunshu todo el tiempo. Cuando Pei Yunshu bajó la vista, sus miradas se cruzaron. El
hermano mayor asintió levemente, indicando que Pei Yunshu no tenía por qué estar
nervioso.

Pei Yunshu bajó la mirada, agarrando firmemente la bola bordada en su mano.

Si los zorros atrapaban la pelota, no tenía ni idea de qué pasaría. Pero recordaba
vívidamente la escena en la que Yuncheng los había atravesado con su espada.
Sospechaba que, incluso si sus hermanos mayores atacaban, no podrían hacerles
dañ o.

Dado el miedo de Huayue a Zhuyou, ¿la presencia de Zhuyou marcaría alguna


diferencia aquí?

¿A dó nde se había ido Zhuyou?

De repente, una carcajada resonó desde abajo. El sonido atrajo la atenció n de Pei
Yunshu y vio al grupo de cultivadores demoníacos de la Secta Brocado de Flores
entrar tranquilamente entre los zorros.

Zouyu, el líder, alzó la vista para encontrarse con la de Pei Yunshu. Tras un instante
de contacto visual, estalló en carcajadas. Su mirada seductora y profunda se fijó en
Pei Yunshu, y dijo: «Qué coincidencia encontrarme de nuevo con Su Excelencia en
este reino secreto».

De pie abajo, Yunman tenía una expresió n serena, con el ceñ o fruncido en señ al de
disgusto, mientras miraba fijamente a los cultivadores demoníacos. "¿Qué hacen
aquí?"

"Si es una propuesta de matrimonio con una bola bordada, ¿por qué no puedo estar
aquí?", replicó Zouyu.

"¿Con estos trucos absurdos de estas bestias, el Maestro del Saló n aú n puede llamarlo
una propuesta de matrimonio?", preguntó Yunman con desdén. "¿Qué ocurre? ¿Acaso
ustedes, cultivadores demoníacos, también quieren pelear por la bola bordada?"
La sonrisa de Zouyu parecía enigmática. «Tiene toda la razó n, Su Excelencia».

El abanico plegable de Yunman reveló repentinamente pú as de hueso, pero el


Segundo Hermano Mayor lo bloqueó . Yuncheng miró al grupo de cultivadores
demoníacos con indiferencia. "Entonces, pueden hacer lo mejor que puedan".

Esta alta torre era realmente extrañ a. Justo cuando Yunjing intentaba volar hacia
arriba con su espada, descubrió que no podía ascender muy alto. Apenas logró volar
por encima de los zorros, que eran aú n más peculiares. Eran inmunes al dañ o, y tener
más gente presente podría ser mejor que tener menos.

De lo contrario, si la bola bordada cayera en manos de los zorros, ¿qué pasaría con el
Cuarto Hermano Menor?

Una sombra de descontento se asomó a los ojos de Yunman. Agitó su abanico, pero se
abstuvo de decir nada más.

Ambos grupos estaban parados en lados opuestos, con la mirada fija en Pei Yunshu.
Al observar esta escena, Pei Yunshu no pudo evitar encontrarla iró nicamente có mica.

Allí estaba él, un hombre, obligado por los zorros a lanzar una pelota bordada, y las
personas que esperaban para atraparla eran zorros o un grupo de hombres.

La bola bordada pesaba mil libras, una profunda humillació n. Pei Yunshu se aferró a
ella, dudando en soltarla.

Sorprendentemente, nadie de abajo lo animó . Incluso los zorros, antes alborotados,


guardaron silencio, y de repente, no se oyó ni un sonido.

—Hermano menor —dijo Yuncheng de repente—, no te preocupes. Lánzaselo al


hermano mayor.

Todas las miradas se volvieron hacia Yuncheng.

Una leve sonrisa curvó los labios de Yuncheng mientras permanecía de pie con aire
elegante. "Como el Hermano Menor lo necesita, el Hermano Mayor cooperará
plenamente. Incluso si hay una cámara nupcial más tarde, el Hermano Mayor velará
por tu bienestar".

Además, esta absurda propuesta de matrimonio es solo una farsa. El hermano mayor
no la tomará en serio.

Estas palabras parecieron relajar ligeramente la expresió n de Pei Yunshu.

Si tuviera que arrojar la bola bordada, ya sea a los zorros o a los cultivadores
demoníacos, incluso aunque todos supieran que era falsa, la sola idea lo hacía sentir
repelido.

Tras reflexionar, por supuesto, sus hermanos mayores serían la mejor opció n para
atrapar el baló n. Sin embargo, la sensació n de repulsió n permaneció inalterada.

De pie en lo alto de la torre de tres pisos, el cabello de Pei Yunshu ondeaba con el
viento frío. Bajo la densa niebla, la visió n de quienes tenían cultivo no se veía
afectada. Era una sensació n hermosa e indescriptible ver a través de la niebla.

Los ojos del Tercer Hermano Mayor se iluminaron y golpeó su abanico plegable en la
palma de su mano. Con voz enérgica, declaró : «Hermano Menor, puedes lanzar con
valentía. Después de todo, todos tus hermanos mayores están aquí para hacer todo lo
posible por atrapar tu pelota roja bordada».

Huayue dijo con cautela: "Yunshu, ¿no quieres tirar?"

Pei Yunshu permaneció en silencio.

Una vez que el zorro se case, podrás recuperar tu cultivo. Antes, me preocupaba que
la belleza del novio zorro te sedujera y te hiciera renunciar a tu Yuan Yang. Si tu
hermano mayor se casa, estarás mucho más segura.

Pei Yunshu sonrió levemente. Al instante siguiente, arrojó la bola roja bordada de su
mano.

Para sobrevivir, incluso soportó esto. Realmente le tenía miedo a la muerte.


Los zorros de abajo estallaron en emoció n, mientras Yuncheng y sus hermanos
mayores volaron por los aires.

Zouyu, arrogante, levantó la barbilla hacia sus subordinados. Con pereza, comentó :
«Adelante. Si no recuperan esa bola bordada, no esperen seguirme fuera de este reino
secreto».

Nota del autor: Yunshu (burlándose): Realmente tengo miedo a la muerte.

No, no, no. No es miedo a la muerte; siento lástima por él.

Resumamos los nombres de los personajes para mayor claridad:

Hermano mayor mayor: Yunjing Segundo hermano mayor: Yuncheng Tercer hermano
mayor: Yunman Hermano menor menor: Yunwang Maestro: Maestro espiritual
taoísta Ling Qing

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 16

Capítulo 16

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La bola bordada cayó y fue atrapada por un cultivador demoníaco.

El cultivador demoníaco sostenía la bola bordada y voló hacia Zouyu. Sin embargo,
antes de que llegara a la mano del Maestro del Saló n, el abanico plegable de Yunman
se abalanzó sobre él, y sus aspas le cortaron la muñ eca.

Haciendo una mueca de dolor, el cultivador demoníaco arrojó la bola bordada hacia
el Maestro del Saló n.

Con un movimiento rápido, el hermano mayor interceptó el baló n antes de que


Zouyu pudiera atraparlo.

En ese pequeñ o espacio, aunque las acciones no eran grandiosas, cambiaron


rápidamente en un instante. Pei Yunshu, en lo alto de la torre, no podía distinguir con
claridad sus movimientos a través de la espesa niebla. Su corazó n seguía las
fluctuaciones de la bola roja, y en un abrir y cerrar de ojos, la bola roja bordada
había pasado por las manos de cuatro o cinco personas.

El viento gélido en la alta torre hizo que el rostro de Pei Yunshu palideciera como el
hielo. Poco a poco, empezó a sentirse mareado mientras observaba la escena.

El zorro en sus brazos fue el primero en notar que algo andaba mal, pero no sabía
qué decir, por lo que solo pudo acariciar la mano de Pei Yunshu, ofreciéndole un
consuelo silencioso.
La Belleza no pertenecía a su clan demoníaco, y aunque lo fuera, eran modestos. Que
sus hermanos mayores y cultivadores demoníacos se pelearan por la bola bordada no
parecía un simple intento de salvar a alguien.

Si só lo les preocupaba el zorro y la belleza en la cámara nupcial, cualquier persona


podría haber atrapado la pelota, ¿verdad?

Pei Yunshu acarició la cabeza de Huayue y se giró para mirar hacia atrás. Los zorros
que lo habían subido permanecieron inexpresivos, aparentemente indiferentes a
quién había atrapado la pelota bordada.

—Si fuera otra persona, se sentiría avergonzada y furiosa —murmuró Pei Yunshu a
Huayue—. Pero valoro mucho mi vida.

Para decirlo sin rodeos, esto era tener miedo a la muerte.

La lucha por la bola bordada se intensificaba. Los participantes se volvían cada vez
más despiadados, y los discípulos del Pico Wuzhi eran realmente extraordinarios,
logrando mantener su posició n frente a los miembros de la Secta del Brocado de
Flores.

Al final, Yunjing le lanzó la pelota bordada a Yuncheng.

Yuncheng sonrió levemente y extendió la mano para atrapar la pelota bordada justo
cuando estaba a punto de caerle en la mano. Sin embargo, la pelota rebotó
repentinamente en el costado de su mano y cayó directamente al suelo.

Los zorros vitorearon y se abalanzaron sobre el baló n. Yuncheng frunció el ceñ o y


extendió la mano para alcanzarlo. Sin embargo, parecía que el baló n bordado tenía
voluntad propia. Rebotó lejos de Yuncheng y evitó su agarre.

Los zorros vitorearon: “Mataste al novio, ¿có mo puedes volver a ser el novio?”

La mirada de Yuncheng se oscureció . Atravesó a los zorros con su espada y arrojó la


bola bordada hacia sus hermanos mayores.
Desafortunadamente, la pelota bordada arrojada por el hermano menor Yunshu no
pudo ser tocada porque había matado a un zorro.

Mientras la bola bordada surcaba el aire, Zouyu, que había estado observando,
finalmente hizo su movimiento. Sacó un látigo y atrapó la bola en el aire. Cuando la
tuvo en la mano, sus dedos, claramente articulados, la hicieron girar, y sonrió
enigmáticamente: «Se hace tarde. Si tu hermano menor tiene hambre o frío allá
arriba, esos zorros probablemente no le traerán comida ni ropa. Sugiero que me
encargue de ello y vaya a ver a tu hermano menor».

El rostro de Yunman se oscureció por completo. Su expresió n, usualmente elegante y


afable, ahora estaba eclipsada por una intenció n asesina. "¿Qué hace aquí el Maestro
del Saló n de la Secta del Brocado de Flores, sumándose a la conmoció n? Es un insulto
para mi hermano menor si subes."

Zouyu entrecerró sus ojos exó ticos y, tras un instante, colocó la bola bordada frente a
él. Bajó la cabeza ligeramente, la besó suavemente y dijo con una sonrisa juguetona:
«Como Su Excelencia lo dice así, está decidido. Subiré».

Tras hablar, caminó hacia la alta torre. Los zorros le abrieron paso, con sus ojos
negros como la brea fijos en Zouyu y la bola roja bordada que sostenía. Los
subordinados de los cultivadores demoníacos rodearon a Yunjing y a sus hermanos
mayores, impidiéndoles acercarse a su líder. Zouyu parecía completamente tranquilo.
Con una mano a la espalda y una leve sonrisa de tranquilidad, ascendió a la torre.

***

Al ver al cultivador demoníaco atrapar la bola bordada, Pei Yunshu frunció el ceñ o.

Huayue exclamó en estado de shock: "¿Por qué será ese viejo libertino?"

Los miembros de la Secta del Brocado de Flores eran completamente


desvergonzados. Secuestraban a las personas que les interesaban y las llevaban de
vuelta a su secta, donde las obligaban a entablar relaciones. Entre estos hombres y
mujeres de extraordinario talento, muchos habían terminado como esclavos de la
lujuria en sus camas. Sin mencionar a su líder del Saló n, Zouyu. Durante su viaje
hasta aquí, Huayue lo había aprendido bien: Zouyu había arruinado la vida de
innumerables jó venes y mujeres hermosas con su rostro encantador.

Si él quería hacerle algo a Pei Yunshu, ¿có mo podría la bella Yunshu resistirse?

Huayue estaba tan ansioso que Pei Yunshu se volvió aú n más cauteloso. Miró
fijamente la escalera de arriba, algo desconcertado. "¿Acaso la Secta del Brocado de
Flores no siempre ha enfatizado la unió n del Yin y el Yang?"

—Si no le interesas, ¿traería a sus subordinados a luchar por el baile bordado? —El
tono del zorro era firme—. Estos cultivadores demoníacos no se molestarían en una
tarea tan ingrata. Belleza, no te creas esas palabras tan fácilmente. Si bien es cierto
que la Secta del Brocado de Flores enfatiza la unió n del Yin y el Yang, si Zouyu de
verdad te desea, ¿quién podría detenerlo?

Tras hablar, el zorro se transformó repentinamente en humano. Con cabello negro


azabache, labios rosados y un encanto cautivador, su actitud coqueta y zorruna
resaltaba aú n más entre los zorros rígidos que lo rodeaban.

Huayue suspiró suavemente, sin miedo ni desanimarse. «Belleza, no te preocupes. Si


ese cultivador demoníaco viene con malas intenciones, me sacrificaré por ti. Usaré
mi encanto para seducirlo».

Pei Yunshu frunció el ceñ o. "Eso es inaceptable".

—No te preocupes, belleza —dijo Huayue con una sonrisa segura—. Usar hechizos
con los demás es poca cosa para nosotros, los zorros. Si ese cultivador demoníaco
sigue sin ceder, haré todo lo posible por distraerlo. Lo dejaré con las rodillas
debilitadas y demasiado tímido para tocarte un solo pelo.

—Pero... —El zorro se sonrojó de repente, mirando tímidamente a Pei Yunshu por el
rabillo del ojo. Su rostro se había puesto rojo—. Bella, antes de someter a ese
cultivador demoníaco, ¿podrías darme un beso?

Pei Yunshu creyó haber oído mal. "¿Qué?"


Antes de que Huayue pudiera repetirlo, una voz burlona resonó tras ellos: «Este
zorro es muy atrevido».

Zouyu se quedó en el saló n interior, mirándolos con una expresió n divertida.

De repente, la Cuerda Celestial Dorada salió disparada de la bolsa de almacenamiento


de Pei Yunshu y voló a la mano de Zouyu. Zouyu arqueó una ceja y la cuerda voló por
los aires, dirigiéndose directamente hacia el zorro que había estado presumiendo
antes. En un instante, el zorro fue atado y arrastrado a un lado.

Los zorros que estaban cerca se dispersaron repentinamente, cantando «¡Cámara


nupcial, cámara nupcial!». En un abrir y cerrar de ojos, bajaron corriendo de la alta
torre, aparentemente con destino a alguna tarea.

En este pequeñ o corredor só lo quedaban Pei Yunshu y Zouyu.

Para empeorar las cosas, el poder espiritual de Pei Yunshu estaba sellado y ni
siquiera podía invocar su Espada Qingyue.

Zouyu lo miró fijamente, con los ojos llenos de una sensació n de inevitabilidad. Dio
un paso adelante, acercándose lentamente a Pei Yunshu. Puso la bola roja bordada
frente a Pei Yunshu y se burló : «Entonces, ¿esta es la bola bordada que lanzó Su
Excelencia?».

Pei Yunshu retrocedió un paso, con la mirada cautelosa. "El Maestro del Saló n trajo a
esos cultivadores demoníacos y están a punto de morir, ¿no piensas salvarlos?"

Zouyu miró hacia abajo, justo cuando Pei Yunshu había descrito que sus
subordinados habían sido gravemente heridos por Yunjing y los demás. La razó n por
la que el grupo de Yunjing no había subido aú n era porque los zorros bloqueaban la
entrada.

Zouyu suspiró con aparente arrepentimiento. "Como son inú tiles, no tengo por qué
gastar energía salvándolas".

Esta persona era verdaderamente despiadada. Un escalofrío recorrió la espalda de


Pei Yunshu, quien sutilmente intentó distanciarse de Zouyu.
Sin embargo, justo cuando retrocedía un paso, Zouyu apareció repentinamente detrás
de él. Se acercó desde el hombro de Pei Yunshu, con una sonrisa en su voz. «Es hora
de la cámara nupcial. ¿Por qué me evitas?»

La respiració n de Pei Yunshu se volvió errática y se apresuró a dar dos pasos para
escapar, pero Zouyu lo agarró de la muñ eca y lo abrazó con más fuerza. Zouyu desató
hábilmente el cinturó n de Pei Yunshu y, riendo entre dientes, dijo: «Ya que ese zorro
lo dijo, si no hago algo, podría dañ ar mi reputació n».

Huayue, quien estaba siendo arrastrado por la Cuerda Celestial, abrió los ojos con
incredulidad. Nunca imaginó que este cultivador demoníaco maldito seguiría sus
palabras e intimidaría a Pei Yunshu.

La cintura se desató y la tú nica exterior se abrió . Pei Yunshu la sujetó y forcejeó para
liberarse de la atadura de Zouyu.

Zouyu se presionó contra su hombro y olió profundamente su cabello, diciendo


seductoramente: "Realmente hueles delicioso".

Finalmente, Pei Yunshu logró liberarse con todas sus fuerzas. Zouyu pareció
sorprendido, y Pei Yunshu logró escapar de su abrazo. Justo cuando estaba a punto de
dar un paso adelante para recuperar su belleza, un destello blanco pasó y, con un
fuerte crujido, la cintura de Pei Yunshu golpeó el rostro de Zouyu.

El zorro inhaló profundamente.

Un fuerte sonido resonó , y este latigazo silenció a todos. El rostro de Zouyu se


transformó por el golpe, y una marca roja de látigo apareció gradualmente en su
atractivo perfil.

El tiempo pasó lentamente, y después de un largo rato, Zouyu tocó su mejilla y giró
su cabeza lentamente.

Pei Yunshu lo miró fijamente, la ira ardía en sus ojos como flores tejidas.

El fino velo negro exterior se abrió , revelando un bonito color debajo. Sin embargo, la
camisa interior, cuidadosamente atada, resultaba un poco distrayente.
No había conocido antes ese lado intenso de él, y aunque la resistencia podía tomarse
como una forma de diversió n, la resistencia excesiva llegaba a resultar desagradable.

Zouyu tocó ligeramente la marca del látigo, retiró la mano y caminó hacia Pei
Yunshu.

Pei Yunshu sostenía un cinturó n en su mano y lo blandió hacia él nuevamente, pero


esta vez, Zouyu agarró firmemente el extremo del cinturó n, incluso lo frotó un par de
veces y sonrió , "Si quieres pelear, hagámoslo en la cama".

Náusea, asco: cada palabra de Zouyu llenaba a Pei Yunshu de un profundo odio. Su
rostro se tornó desagradable, soltó el cinturó n y retrocedió un paso.

Zouyu arrojó el cinturó n de Pei Yunshu a un lado, y con un movimiento de su dedo


hacia Pei Yunshu, la delgada prenda exterior negra se deslizó desde un hombro.

Pei Yunshu agarró la prenda exterior que se le resbalaba, con los cinco dedos
fuertemente apretados, las yemas blancas. Se mordió el labio y sus ojos se
enrojecieron.

Una prenda hecha con la piel mudada de Zhuyou, ¿qué podría hacer?

Zhuyou…

A Zouyu esto pareció resultarle especialmente divertido. Sus dedos volvieron a


rozarse ligeramente, y el otro lado de la prenda suelta fue retirado con fuerza por su
magia. En un instante, la prenda de Pei Yunshu desapareció por completo.

No importaba dó nde intentara agarrarse, las otras partes no podían resistir la magia
de Zouyu.

Sosteniendo la prenda en la mano, Pei Yunshu la aferró con fuerza. No le quedaba


adó nde retirarse, apretándose contra la barandilla de madera.

Tenía los labios cortados, la boca llena de un sabor a sangre. Su cabello negro estaba
desordenado, y solo le quedaba la diadema suelta.
Con un pensamiento, Zouyu convocó una ráfaga de viento que hizo volar la cinta del
pelo de Pei Yunshu.

Cuando la diadema desapareció , su cabello negro ondeó con el viento.

Vestido con una camisa interior blanca impecable, con cabello negro suelto, se
encontraba en lo alto del edificio, envuelto en una densa niebla.

Realmente hermoso.

Pei Yunshu bajó la cabeza, mirando la ropa que tenía en la mano. Gritó suavemente:
«Zhuyou».

¿La banda de pelo blanca que podía transformarse en la apariencia de Zhuyou todavía
estaba allí?

¿Podría salir?

Zhuyou había desaparecido después de entrar al sedán nupcial, entonces ¿la diadema
también desapareció ?

Pei Yunshu intentó sentir la sensació n de ardor en sus piernas, pero no pudo sentir
nada.

Su camisa interior ya no aguantaba más, y las tiras firmemente atadas comenzaron a


soltarse lentamente. Zouyu estaba lejos de Pei Yunshu, pero sonreía y observaba con
calma có mo la tela se deshacía lentamente.

Como ver florecer las flores.

Al borde del colapso, las lágrimas finalmente cayeron de los ojos de Pei Yunshu. Sin
saber por qué, gritó de nuevo: «Zhuyou...».

Cada sonido llevaba consigo una sú plica llorando.

Una sensació n abrasadora surgió , y la banda de pelo blanca emergió repentinamente


de dentro de la ropa de Pei Yunshu, formando un feroz dragó n de inundació n gigante
frente a él.
Un dragó n de inundació n a medio mudar su piel, débil y vulnerable, que debería estar
escondido.

Nota del autor: Zorro: ¡Ahhh, ven a tocarme! ¡Ven a tocarme!

Zhuyou: ¡Voy a matar a alguien!

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 17

Capítulo 17

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La cola del gigantesco dragó n de inundació n flotaba en el aire, protegiendo por


completo a Pei Yunshu. La cabeza, cubierta de escamas, se enfrentó a Zouyu, y su
boca llena de sangre emitió un rugido amenazador, un sonido que parecía tener el
poder de intimidar a todo.

Los ojos carmesí se clavaron en Zouyu, observándolo como si fuera un objeto


inanimado. El instinto de Zouyu lo obligó a retirarse al otro extremo al instante.

Pero al segundo siguiente de dar un paso atrás, Zouyu se arrepintió .

El dragó n de inundació n estaba sin duda mudando de piel, con la mitad colgando
desde el centro. El pequeñ o bulto en su cabeza, donde aú n no había surgido el cuerno,
goteaba sangre carmesí. A pesar de sus feroces ojos rojo sangre, no podían ocultar su
debilidad.

Cuando una serpiente muda su piel, cae en un estado de debilidad atroz. Además, este
era un dragó n de inundació n en camino a la dragona, y cada muda de piel era cien
veces más dolorosa. La rareza de los dragones de inundació n en el mundo se debía a
su incapacidad para soportar la agonía de la muda, muriendo a menudo a mitad de
camino.

Si el dragó n de inundació n que tenía ante sí no representara una amenaza, Zouyu


jamás lo habría provocado tan insensatamente. Pero en ese momento, con el
momento, el entorno y las condiciones adecuados, ¿por qué debería huir?
Esta bestia aú n tendría sus miras en la belleza que tenía ante sí. Cada centímetro de
ella era un tesoro natural. Si matara a esta criatura, los beneficios probablemente
superarían a todo el reino secreto. Además, con la demostració n actual de Pei
Yunshu, si matara a esta bestia, ¿no terminaría Pei Yunshu llorando y suplicándole?

Con este pensamiento, una fría sonrisa se dibujó en el rostro de Zouyu. Pisó el suelo
con fuerza, y una ráfaga de viento se abalanzó sobre el dragó n de inundació n. El
dragó n rugió , y su sonido resonó por los cielos y la tierra. Se giró para proteger a Pei
Yunshu, y el ataque de Zouyu impactó la mitad superior de su piel recién mudada.

Pei Yunshu miró hacia arriba y se encontró con los ojos carmesí.

La cabeza del dragó n de la inundació n, cubierta de escamas, estaba justo frente a él.
Cada escama estaba cubierta de barro y polvo, y las dos pequeñ as protuberancias en
la parte superior de la cabeza parecían haber crecido, quizá por las abrasiones
causadas por el roce con las piedras. Pequeñ os rastros de sangre fluían bajo las
escamas, goteando, deslizándose ante los ojos rojo sangre del dragó n, fijos en él.

Pei Yunshu sintió una punzada en la nariz.

La lengua de la serpiente bermelló n se deslizó por su rostro y el dragó n de la


inundació n dejó escapar un gruñ ido bajo.

Tras lamer las lágrimas del rostro de Pei Yunshu, una frialdad brilló en los ojos del
dragó n de inundació n, quien se giró para atacar a Zouyu. Su cuerpo se movió a la
velocidad del rayo y sus afilados dientes se hundieron en la carne de Zouyu,
arrancando un trozo de carne y piel.

El grupo de zorros, que había desaparecido previamente, reapareció repentinamente,


corriendo hacia Zouyu. La magia de Zouyu no les hizo efecto. En un instante, vio a Pei
Yunshu sentado en el lomo del dragó n de inundació n, y de un salto, este se elevó
hacia el cielo, atravesando la espesa niebla y perdiéndose en la distancia.

Pei Yunshu, vestido de blanco inmaculado y con el cabello negro despeinado,


permaneció envuelto en la niebla. No lograron escapar, pero el dragó n sí.

El zorro no le tenía miedo a él, sino al dragó n del diluvio.


Zouyu sacó una pastilla de su bolsa, se la tragó y se agarró el brazo, que sangraba
profusamente. Un dolor intenso lo recorrió . La mordedura del dragó n de la
inundació n casi le había cercenado el brazo.

—Pei Yunshu —observó có mo el dú o se distanciaba y su mirada se tornaba cada vez


más despiadada—. Tarde o temprano, despellejaré a esta bestia y observaré
atentamente su desempeñ o en la cama.

***

Volando a través del bosque, Zhuyou llevó a Pei Yunshu.

Una brisa fría los rozó y la densa niebla se disipó gradualmente. Sin embargo, Pei
Yunshu no prestó atenció n al cambio de entorno. Su atenció n estaba centrada en las
cálidas escamas bajo su mano.

Las serpientes eran criaturas de sangre fría, y las yemas de los dedos de Zhuyou
siempre estaban heladas. Pero ahora, las escamas de su cuerpo se habían calentado.

El movimiento de la cola de la serpiente se volvió rígido, y el cuerpo de Zhuyou se


tensó , pero su velocidad aumentó . Semejante anormalidad no podía ignorarse.

"Zhuyou..." Pei Yunshu usó su mano para calmarlo, pero no fue suficiente. Se inclinó
sobre el cuerpo de Zhuyou, presionando su mejilla fría contra las escamas calientes.

Sin embargo, tan pronto como su rostro tocó las escamas del dragó n de la
inundació n, la serpiente se estremeció , transformándose nuevamente en una tira de
tela blanca.

La tira de tela blanca envolvió a Pei Yunshu, deslizándose por su manga y


desapareciendo entre su ropa. Pei Yunshu se desplomó del cielo, con el cabello
cubriendo sus ojos. La ingravidez y la caída se extendieron desde sus extremidades
hasta el centro de su ser. La vasta extensió n del cielo parecía estar separada de él por
una capa de gasa.

Abrió los brazos, atesorando su propia vida. Sin embargo, a pesar de cultivar durante
tantos añ os, no podía hacer nada para salvarla en ese momento. Quería aferrarse a
algo, pero no podía aferrarse a nada. Una simple caída libre desde una gran altura
podría fácilmente acabar con su vida.

Desde el borde del acantilado, un dragó n de inundació n negro azabache emergió .


Arrastraba su piel a medio mudar, corriendo hacia Pei Yunshu. Lo sujetó firmemente
sobre su lomo y voló hacia el fondo del acantilado.

El viento helado era cortante, y bajo el abismo insondable se extendía un estanque


gélido. Zhuyou colocó a Pei Yunshu en la orilla de una cueva de la montañ a y se
sumergió de inmediato en el agua fría.

Dentro de la cueva, había un ligero olor a sangre. Pei Yunshu tocó la pared de la
montañ a al levantarse, con las yemas de los dedos pálidas. Paso a paso, se dirigió
hacia el exterior.

Sus ojos estaban llenos de ansiedad. Ni siquiera tuvo tiempo de ponerse la ropa que
sostenía en la mano. Solo llevaba una tú nica interior cubierta de polvo, y se dirigió
hacia la fría piscina exterior.

Zhuyou lo había salvado tantas veces. ¿Có mo no iba a estar ansioso por devolverle el
favor?

El viento frío aullaba desde abajo del acantilado. A medida que Pei Yunshu se
acercaba a la poza fría, la sensació n de frío se intensificaba. Aú n no había llegado,
pero vio el agua agitarse y la cola de una serpiente agitándose constantemente en la
superficie. Las rocas de la orilla se rompieron, el agua salpicó y el suelo tembló . La
escena era realmente aterradora.

Pei Yunshu observó la cola de serpiente, que prácticamente podía engullirlo por
completo. Frunció sus pálidos labios, dio un paso adelante y entró en la fría piscina.

—Zhuyou —sacó su bolsa—. Tengo muchos elixires en ella. Usa tu poder espiritual
para abrirla; te serán beneficiosos.

El dragó n de la inundació n, agitado en el agua, seguía agitándose con violencia,


aparentemente sin escuchar sus palabras. Al cabo de un rato, diminutas motas de
sangre mancharon la superficie del agua.
La agitació n del agua aumentó .

A Pei Yunshu le dio un vuelco el corazó n. Con un acantilado de miles de metros de


altura y solo él y Zhuyou abajo, el peligro de morir por un dragó n de inundació n era
más peligroso de lo que se describe en los libros. Zhuyou soportaba tal dolor, que
incluso se arrastró a través de él para salvarlo.

La bolsa de almacenamiento de Pei Yunshu contenía muchos elixires que Yuncheng le


había dado al separarse, así como algunas valiosas plantas espirituales. Usaría
cualquier cosa que pudiera ayudar a Zhuyou.

Sin embargo, no podía utilizar su energía interior y Zhuyou se encontraba


actualmente en un estado precario.

Pei Yunshu miró fijamente la piscina fría que tenía delante, apretó los dientes, cerró
los ojos, respiró hondo y se sumergió .

Un frío penetrante lo golpeó al entrar al agua. La poza era extremadamente profunda


y la oscuridad lo envolvió . En el momento en que se sumergió , vio un par de pupilas
verticales carmesí brillar. Su cabeza chocaba sin cesar contra las rocas submarinas.

Golpeó sin descanso, estrellando sus rígidas escamas contra las rocas y abriendo
heridas.

Zhuyou parecía haber perdido el control, golpeándose la cabeza contra las rocas. El
pequeñ o chichó n, donde debería haber surgido un cuerno, sangraba. Pei Yunshu
observaba, sintiendo el dolor en los huesos. Su miedo a las serpientes se volvió
insignificante en ese momento. Aunque esta escena podría estremecer incluso a
alguien que no les teme, nadó sin miedo hacia adelante, llegando a la cabeza del
dragó n de la inundació n. Levantó la bolsa de almacenamiento ante los ojos rojos
como la sangre de Zhuyou, instándolo a abrirla con urgencia.

Zhuyou abrió su boca llena de sangre, con dientes afilados que amenazaban a Pei
Yunshu con retroceder. Pei Yunshu creyó no entender, así que nadó más cerca y
levantó la bolsa justo delante de los ojos de Zhuyou.
Llevada a la locura por el dolor, la enorme serpiente se abalanzó sobre Pei Yunshu,
acercándose con sus afilados dientes. Pei Yunshu cerró los ojos con miedo.

El agua onduló , pero el dolor no llegó . Las pestañ as de Pei Yunshu temblaron y abrió
los ojos. Zhuyou había girado la cabeza y se había estrellado contra las rocas del otro
lado.

El impacto creó ondas y la herida en la cabeza de Zhuyou se agrandó . La sangre


carmesí tiñ ó el agua circundante. Ansioso, Pei Yunshu lo siguió .

Se estaba quedando sin aliento. Esta vez, decidió arriesgarse. En el agua, nadó más
cerca y abrazó toda la cabeza de la serpiente.

Las escamas aú n ardían en el agua fría. Pei Yunshu apretó el rostro y la mano contra
el cuerpo de Zhuyou, agarrando con fuerza la bolsa de almacenamiento, decidido a
obligarlo a abrirla.

Zhuyou tembló levemente. La cola de la serpiente se movió aú n más rápido. Se


precipitó en el agua. Pei Yunshu, sin embargo, se sentía cada vez más sin aliento.

Resultó que sin energía interior, los cultivadores no podían elevarse hacia el cielo ni
sumergirse en el mar, volviéndose iguales a los mortales comunes.

Pei Yunshu se aferró a las escamas resbaladizas y abrasadoras de Zhuyou, con la


mirada cada vez más apagada. La bolsa en su mano se volvió más pesada, como si
pesara mil libras.

Justo cuando estaba a punto de perder el conocimiento por falta de aire, la cabeza de
la serpiente giró hacia él. Su lengua escarlata entró en su boca, tocándola y
proporcionándole aire.

Con los ojos cerrados y los labios entreabiertos, Pei Yunshu abrazó la cabeza de la
serpiente y aspiró con avidez el aire de su lengua.

La delgada lengua se enroscó alrededor de la lengua de Pei Yunshu varias veces antes
de profundizar más.
***

Cuando Pei Yunshu se despertó de nuevo, ya estaba acostado en la orilla de la piscina


fría.

No tenía idea de cuánto tiempo había pasado; el cielo se había oscurecido. Al


levantarse del suelo, vio a Zhuyou, mitad humano y mitad serpiente, tumbado al
borde del estanque.

La parte superior del cuerpo de Zhuyou estaba tendida en la orilla, su cabello negro
cubría su espalda, mientras su cola de serpiente colgaba en el agua, aparentemente
sin vida.

La niebla envolvió el área, y en el instante en que Pei Yunshu puso sus ojos en
Zhuyou, casi pensó que Zhuyou había dejado de respirar.

Afortunadamente, en el momento siguiente, vio que los dedos de Zhuyou se contraían


ligeramente.

Pei Yunshu se acercó a Zhuyou con cautela, se arrodilló y le apartó el cabello


despeinado. Sus movimientos eran suaves, temerosos de causarle dolor. Cuando
apartó el cabello negro y dejó al descubierto sus hombros, Pei Yunshu contuvo la
respiració n.

Las dos pequeñ as protuberancias en la cabeza de Zhuyou se habían convertido en


cuernos. Eran rectos y cortos. Con solo mirarlos, una sensació n de sumisió n surgió de
lo más profundo del corazó n de Pei Yunshu. La herida anterior había sanado, y si
antes Zhuyou era mitad serpiente y mitad dragó n de la inundació n, ahora se había
convertido en un auténtico dragó n de la inundació n.

Poseedor de una fuerza suprema, era el rey de todas las bestias.

Pei Yunshu recuperó el sentido y no pudo evitar sonreír. Naturalmente, siguió la cola
de Zhuyou con la mirada, curioso por saber có mo eran las garras de un dragó n.

Sin embargo, cuando miró al agua, vio que la cola de Zhuyou aú n no había perdido
completamente su piel.
La piel negra del dragó n se aferraba a la cola, mientras que la piel mudada flotaba en
el charco frío. A simple vista, era difícil distinguir entre la cola y la piel desechada.

—Zhuyou —Pei Yunshu miró la piel de su cola y la empujó —. Zhuyou, despierta. Aú n


no has mudado toda la piel, solo un poco más, Zhuyou.

Zhuyou permaneció inmó vil, con las marcas en su rostro aú n más oscuras. Dormía
plácidamente, sin ningú n sonido de criaturas a su alrededor.

Pei Yunshu intentó abrir su bolsa de almacenamiento, pero seguía sin abrirse. Usó la
mano de Zhuyou para intentar abrirla, pero Zhuyou, aú n inconsciente, no pudo usar
su poder espiritual.

"Zhuyou, Zhuyou..." Los gritos resonaban en sus oídos. Pei Yunshu no podía
despertarlo, y no sabía si detener la muda prematuramente era bueno o malo. En un
ú ltimo intento, le tapó la nariz y la boca a Zhuyou.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 18

Capítulo 18

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Pei Yunshu cubrió la boca y la nariz de Zhuyou, notando el barro en el dorso de su


mano, lo que provocó que un rubor momentáneo tiñ era su rostro.

Sin dudarlo, miró fijamente a Zhuyou, temiendo que este método no funcionara en
una bestia como él.

Tras un instante, las largas pestañ as de Zhuyou se agitaron y abrió lentamente los
ojos. En ese instante, incluso sus pupilas, rojas como la sangre, experimentaron una
transformació n. Ya no eran del brillante carmesí de la sangre, sino de una
profundidad extrema, casi tan negras como la obsidiana.

Sus pupilas negras y verticales se clavaron en Pei Yunshu, quien soltó las manos y se
limpió torpemente el barro del dorso con la ropa. "Zhuyou, aú n no has terminado de
mudar tu piel".

La cola de Zhuyou se movió bruscamente, salpicándolos de agua. Pei Yunshu cerró


los ojos rápidamente mientras el agua caía sobre su cabeza, mojando la mitad de su
cabello negro.

Cuando el sonido del agua se apagó , abrió los ojos. Gotas brillantes resbalaban por
sus mejillas. Sin tiempo para discutir, Pei Yunshu le entregó la bolsa de
almacenamiento a Zhuyou. «Zhuyou, usa tu energía espiritual para extraer las
píldoras y las plantas espirituales de su interior».
Zhuyou lo observó en silencio un rato. Luego, apoyándose en las manos, se incorporó
a medias y se acercó a Pei Yunshu. Extendiendo la lengua, lamió una brillante gota de
agua que colgaba de sus labios.

Pei Yunshu lo miró con expresió n perpleja, pero ese gesto le trajo recuerdos de su
tiempo en el agua. Abrazó con fuerza al dragó n de la inundació n, sus labios y lenguas
entrelazados. Estos recuerdos eran demasiado encantadores y hermosos. Apartó la
mirada apresuradamente, evitando la proximidad de Zhuyou.

Su rostro, antes pálido, ahora tenía un tinte rojo, y Pei Yunshu apartó la mirada.
Zhuyou lo siguió , persiguiéndolo, acercándole el rostro. Pei Yunshu solo pudo
apartarse de nuevo. Tras varios intentos, empezó a sentir una mezcla de vergü enza y
rabia.

—Deja de hacer tonterías —lo regañ ó Pei Yunshu, mirándolo fijamente. Tomó la
mano de Zhuyou y la colocó sobre la bolsa de almacenamiento—. Saca lo que
necesito de dentro.

Zhuyou, desconocido para las costumbres humanas, mientras que Pei Yunshu era
experto en ética. Antes, sus acciones podían atribuirse a la necesidad, pero ahora que
ambos habían despertado, ¿có mo podían seguir actuando con tanta… desfachatez?

Zhuyou metió la mano en la bolsa, con sus pupilas verticales aú n fijas en Pei Yunshu.
Con voz ronca, preguntó : "¿Qué necesitas?".

—Todas las píldoras y plantas espirituales —Pei Yunshu miró su ropa interior y
rápidamente añ adió —: Y la ropa, incluyendo tú nicas y calzado.

Zhuyou recuperó cada objeto uno por uno. Aparte de las tú nicas, solo estaba la tú nica
taoísta de la secta Shanshui. Además de estas prendas, Zhuyou sacó inesperadamente
jabó n de saponaria.

Al ver el jabó n, Pei Yunshu sintió picazó n en todo el cuerpo. Tenía la ropa cubierta de
barro, e incluso el pelo sucio. Estaba deseando bañ arse.

Tras dudar un poco, el deseo de bañ arse finalmente triunfó . Pei Yunshu recogió ropa
limpia, tomó el jabó n de la mano de Zhuyou y se tragó una pastilla para recuperar su
poder espiritual. Se levantó , identificó un lugar apartado y encontró una gran roca
que le impedía ver. Mientras no se asomara intencionadamente, sería imposible ver
nada. Volviendo la cabeza, le dijo a Zhuyou: «Me bañ aré allí. No tienes permiso... no
tienes permiso para asomarte».

Zhuyou movió su cola y asintió débilmente.

Al ver su acuerdo, Pei Yunshu se sintió aliviado. Tomó algunas piedras espirituales de
fuego y caminó hacia el lugar elegido.

El agua tras la roca era inusualmente clara, y como Zhuyou estaba presente, no había
necesidad de preocuparse por otras criaturas acechando bajo el agua. Pei Yunshu
arrojó las piedras espirituales de fuego, y en un instante, el agua previamente clara de
la piscina se convirtió en una fuente termal natural.

Con expresió n tranquila, se quitó la ropa sucia y entró con cuidado en el agua.

La temperatura del agua era ligeramente cálida, un completo contraste con la fría
piscina de antes. Pei Yunshu la encontró excepcionalmente có moda. Se remojó un
rato antes de empezar a lavarse el pelo.

Poco a poco, la suciedad y el olor a sangre desaparecieron de su cabello. Después de


una buena media hora, Pei Yunshu emergió del agua.

Vestido con ropa limpia y con el cabello seco, comenzó a caminar de regreso. Sin
embargo, notó que Zhuyou, quien lo había estado esperando, ya no estaba. Pei Yunshu
miró a su alrededor y finalmente encontró a Zhuyou sumergido en la piscina fría.
Agachado al borde del agua, observó con confusió n al dragó n de inundació n
parcialmente sumergido. "¿Zhuyou?"

Zhuyou se había enterrado aú n más profundo y se estaba formando niebla en la


superficie de la piscina fría, como si algo abrasador estuviera haciendo que el agua
emitiera vapor.

Al ver que Zhuyou no respondía, Pei Yunshu supuso que aú n estaba mudando de piel.
Encontró un lugar para sentarse y cerró los ojos para meditar, intentando usar los
efectos de la píldora consumida para recuperar parte de su poder espiritual.
Tan pronto como cerró los ojos, Zhuyou sacó la cabeza del agua y, con un
movimiento de su dedo, la humedad en el cabello de Pei Yunshu desapareció .

Los ojos negros de Zhuyou permanecieron fijos en Pei Yunshu, mientras su cola se
balanceaba excitadamente bajo el agua, sus marcas faciales aparecían con un tono
carmesí inusualmente profundo.

En el siguiente instante en que aparecieron las marcas faciales, un deseo sutil y


encantador permaneció en sus pupilas verticales.

***

Pei Yunshu había pensado que las píldoras podrían ser efectivas, pero cuando
terminó de meditar, todavía no pudo invocar ni un rastro de poder espiritual.

Suspiró . Si fuera cierto, como decían los zorros, que necesitaba casarse con otra
persona para recuperar su poder espiritual, ¿có mo podría volver para casarse con
Zou Yu?

Con Hua Yue también ausente, el reino secreto de este clan de zorros era
verdaderamente enigmático, y no había forma de saber cuándo podrían irse.

La voz de Zhuyou provenía de la superficie del agua. "¿En qué estás pensando?"

"Estoy pensando en el reino secreto de este clan de zorros", dijo Pei Yunshu
frunciendo el ceñ o ligeramente. "Hua Yue dijo que no debemos preocuparnos por
nuestras vidas aquí, pero debemos proteger a nuestros..."

Se detuvo en seco y sus orejas se pusieron rojas al darse cuenta de lo que casi había
dicho.

Zhuyou presionó aú n más y preguntó : "¿Proteger qué?"

—Nada —Pei Yunshu fingió indiferencia, se levantó y caminó hacia los árboles
cercanos—. Tengo un poco de hambre. Buscaré algunas frutas para comer.

Zhuyou contempló su figura que se alejaba, con las pupilas verticales inmó viles.
Continuó observando hasta que vio a Pei Yunshu estremecerse por la acidez de una
fruta. Una leve sonrisa se dibujó en sus ojos. Guió unas corrientes de agua para cazar
unos pollos salvajes, los limpió y se los presentó a Pei Yunshu.

Al ver los pollos salvajes, Pei Yunshu se detuvo por un momento y luego estalló en
carcajadas.

Había llegado a comprender que Zhuyou tenía una extraordinaria afició n por el pollo.

Mientras crepitaba el fuego, Pei Yunshu apartó los condimentos. Recordó las frutas
ácidas que había encontrado antes y pensó que también podrían servir como
condimento. Arrancó dos, las lavó y exprimió su jugo sobre el pollo. Al caer sobre la
carne, el jugo crepitó y desprendió un aroma tentador. Tanto Pei Yunshu como
Zhuyou, con medio cuerpo aú n sumergido en el agua, fijaron la mirada en el pollo
color miel.

Sin nada urgente que atender, Pei Yunshu decidió hacer el plato aú n más delicioso. Le
pidió a Zhuyou una daga y separó con cuidado las capas de carne antes de
espolvorear una capa de sal. «Zhuyou, ¿puedes traerme un poco de miel?»

Zhuyou miró fijamente al pollo y asintió . Al cabo de un momento, un panal llegó


junto al agua. Incluso preguntó voluntariamente: "¿Necesitas algo más?".

Pei Yunshu observó el entusiasmo de Zhuyou y se emocionó también. Inclinó la


cabeza, reflexionó un momento, pero no recordaba ninguna exquisitez del reino
mortal. Así que negó con la cabeza con pesar y dijo: «No, eso es todo».

Zhuyou se quedó en silencio y continuó mirando, sin parpadear, el pollo asado.

La reluciente miel se derramó sobre el suculento pollo asado, combinándose con el


aroma agridulce de las frutas para crear un aroma intrigante. Cuando estaba casi
listo, Pei Yunshu arrancó un trozo de carne y estaba a punto de comprobar si estaba
cocido cuando vio la intensa mirada de Zhuyou.

Inmediatamente giró la cabeza y se metió el pollo en la boca. Después de tragarlo, se


giró , tapándose la boca con la mano, y murmuró : «Está cocido, puedes comerlo».
Zhuyou siguió mirando fijamente los labios de Pei Yunshu por unos instantes. Pei
Yunshu lo observaba con recelo, pero finalmente Zhuyou bajó la mirada, tomó el
pollo asado y comenzó a comer.

Pei Yunshu dejó escapar un suspiro de alivio.

Nota del autor: Yunshu (serio): El beso, aunque no completamente consciente, fue
algo de una sola vez, y eso es todo.

Zhuyou: …ojos de dragó n de inundació n muertos

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 19

Capítulo 19

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Pasaron dos días así bajo el acantilado. Despojar la piel de la cola de la serpiente de
Zhuyou resultó inesperadamente difícil, pero no mostró el mismo dolor insoportable
ni la misma locura que antes. Esto llevó a Pei Yunshu a creer que cuando el dragó n de
la inundació n finalmente se despojó de la piel de su cola, casi no sintió dolor.

Sin embargo, en la tercera noche, Pei Yunshu se despertó mientras dormía y escuchó
un gruñ ido bajo y reprimido proveniente del exterior.

Este gruñ ido lo despertó , y mientras salía de la cueva, vio la cola de la serpiente
agitándose en la superficie del agua incluso antes de acercarse a la piscina fría.

También había un ligero olor a sangre.

Pei Yunshu respiró hondo y sus dedos, aferrados a la pared de piedra, palidecieron. Al
acercarse, descubrió que los elixires y las plantas espirituales junto al estanque frío
habían desaparecido. Muchas plantas espirituales habían caído en el estanque frío, y
sus propiedades medicinales habían sido absorbidas por él.

Bajo la superficie del agua, el dragó n de la inundació n continuó rodando.

Pei Yunshu dio un paso al frente, pero de repente sintió que algo andaba mal bajo sus
pies. Miró hacia abajo y vio una escama completamente negra.

Las escamas flotaban en la superficie del agua, y algunas fueron arrastradas por las
olas. Estas escamas, que crecían en la carne del dragó n de la inundació n, ahora
parecían tan comunes como la hierba, visibles por todas partes.

Pei Yunshu se agachó , recogió una de las escamas y la encontró suave y pesada al
tacto. Se sentó allí, con la mirada perdida, acompañ ando a Zhuyou en el agua durante
toda la noche.

¿Por qué no se había dado cuenta antes de la capacidad curativa del dragó n de la
inundació n?

No fue hasta el amanecer que el dragó n de la inundació n se calmó gradualmente bajo


el agua, y la superficie del agua volvió gradualmente a su estado anterior.

Pei Yunshu se levantó , empapado en rocío, y regresó a la cueva, fingiendo que nada
había sucedido.

Como era un reino secreto, debía haber muchas plantas espirituales preciosas. Pei
Yunshu decidió buscar algunas durante el día para ayudar a Zhuyou con su
desprendimiento. Si el dolor continuaba así día tras día, ¿no sería una tortura?

***

Zhuyou flotaba en la superficie del agua, apoyándose perezosamente contra las rocas.

Su cabello negro se extendía sobre su ropa mojada, con un cuerpo humano y una cola
de serpiente. En la espesura del desierto, si quienes escribieron leyendas lo vieran,
probablemente se morirían de miedo.

Si Pei Yunshu no hubiera presenciado la escena de anoche, podría haber pensado que
Zhuyou estaba bien. No sabía si el dolor de Zhuyou realmente había disminuido
durante el día o si se estaba obligando a soportarlo. Sea cual sea el motivo, Pei
Yunshu se sentía algo enojado.

Zhuyou lo había salvado más de una vez, y no era un desagradecido. Incluso estando
incapacitado, aú n podía encontrar algunas plantas espirituales que le serían
beneficiosas. ¿Por qué Zhuyou no se lo dijo?
Pei Yunshu caminó directamente hacia Zhuyou, y cuando Zhuyou lo vio, su cola
comenzó a mecerse en el agua, creando ondas plateadas. Sus pupilas verticales
negras, con un toque rojo, lo miraron fijamente sin pestañ ear.

Ante esa mirada, Pei Yunshu no encontraba las palabras. Intentó contener su ira y
habló con calma: «Voy a buscar plantas espirituales en el bosque».

Zhuyou: “No.”

Pei Yunshu actuó como si no hubiera escuchado y se dio la vuelta para irse.

De repente, Zhuyou nadó hasta la orilla, lo agarró por la muñ eca y lo jaló al agua.
Medio cuerpo quedó sumergido en un instante, y Pei Yunshu, sorprendido, se aferró
con fuerza a su cuello.

Su cola de serpiente se mecía con entusiasmo en el agua. Zhuyou abrazó a Pei Yunshu
y lo miró . "No."

El cabello mojado de Pei Yunshu se le pegaba a la cara y al cuello, y sus ojos eran
como llamas. Su pecho se agitaba de ira, pero intentó mantener la calma y dijo: "¿Por
qué no?".

Zhuyou lo sujetó con más fuerza, y su ropa formó una delicada curva en la cintura.
Parecía disgustado. «Peligroso».

Con Zhuyou agarrándolo por la cintura, Pei Yunshu se dio cuenta de lo cerca que
estaban. Rápidamente soltó su cuello e intentó apartarlo, pero Zhuyou no se movió .
Pei Yunshu solo pudo recostarse y usar las manos para empujar el pecho de Zhuyou.
"Suéltalo."

Los ojos de Zhuyou parpadearon un instante, y Pei Yunshu sintió que su piel se
calentaba de repente, no solo por Zhuyou, sino por toda la zona. El frío de la piscina
se disipó rápidamente y el vapor se elevó del agua.

A través de la niebla, Pei Yunshu vio un destello rojo en los ojos de Zhuyou.
Sus instintos le gritaban que algo andaba mal. Pei Yunshu luchó con todas sus fuerzas,
y en cuanto Zhuyou lo soltó , nadó hacia la orilla.

Tocó la orilla con las manos, pero antes de que pudiera recuperar el aliento, el agua
tibia le envolvió las manos y los pies, tirándolo de nuevo al agua.

El agua era territorio de Zhuyou, y la corriente empujó a Pei Yunshu hacia su lado.
Estaba completamente empapado, y la niebla de la corriente caliente lo envolvió . En
la inmensidad del lago, parecían una vívida pintura de tinta.

Zhuyou lo observó en silencio, y un rojo intenso emergió de las profundidades de sus


ojos, haciendo que sus encantadoras marcas faciales fueran aú n más aterradoras.
Bastaba con mirarlas para infundir miedo.

Pero Pei Yunshu solo echó un vistazo a sus marcas faciales una vez, y sintió que todo
su cuerpo ardía. Su consciencia comenzó a nublarse, similar a la sensació n que tuvo
después de consumir el huevo negro ese día, solo que esta vez no era somnolencia,
sino un calor que aumentaba gradualmente en su piel.

Sabía que algo andaba mal e intentó nadar de vuelta a la orilla con la ú ltima lucidez
que le quedaba. Sin embargo, sentía las extremidades débiles y solo podía flotar en la
superficie del agua aferrándose a Zhuyou.

"Zhuyou..." murmuró , pero ya ni siquiera sabía lo que decía. "No..."

Zhuyou abrió su bolsa de almacenamiento, seleccionó con cuidado un pañ uelo de


seda blanca y, con sus dedos pálidos, se cubrió los ojos, rodeándolo desde la frente
hasta la nuca. La persona que yacía en el agua ya no podía ver nada.

La oscuridad lo envolvió , pero sus otros sentidos se agudizaron. El agua tibia fluyó
por su cuerpo, y Pei Yunshu sintió una sensació n de confusió n. Después de un rato,
recordó por qué la piscina fría se había calentado.

El dragó n del diluvio habló en voz baja junto a su oído, con un tono lastimero.
«Incó modo».

Por supuesto que sería incó modo.


Pei Yunshu pensó con tristeza: “Te quitaste las escamas, ¿có mo podría no doler?”

Bien, también necesito encontrar algunas plantas espirituales curativas mientras


todavía es de día.

Los dedos de Pei Yunshu se movieron ligeramente mientras el pañ uelo de seda le
cubría los ojos, pero no pudo ocultar su expresió n de desconcierto. Zhuyou le sujetó
el rostro entre las manos y su cola de serpiente rodeó la pierna de Pei Yunshu.

Su respiració n se volvió cada vez más superficial, rociando los labios de Pei Yunshu,
que brillaban de humedad y parecían más tentadores que la miel en un pollo asado.
Zhuyou habló en voz baja mientras insistía: «Dame un lametó n».

Inclinó la cabeza, pensando: "Una lamida hará que sea menos incó modo".

***

Pei Yunshu estaba furioso.

Era la primera vez que se enfadaba tanto. Tras salir del agua, a pesar de estar
empapado, corrió hacia el bosque sin dudarlo.

Numerosos arroyos lo rodeaban, despejando ramas y espinas a su paso. Dondequiera


que caminara, estos arroyos le allanaban el camino. Pei Yunshu podía verlos
dondequiera que mirara. Finalmente, agachó la cabeza, frustrado, y se precipitó hacia
adelante sin prestar atenció n.

Los arroyos no se atrevieron a detenerlo en su estado de ira. Solo pudieron


absorberle el agua y escoltarlo.

Tras un tiempo indeterminado, Pei Yunshu recuperó la cordura. Se quedó quieto un


momento, ignorando los arroyos, y decidió buscar primero algunas plantas
espirituales ú tiles.

En el patio del Pico Wuzhi, había plantado numerosas hierbas y árboles espirituales.
Durante los añ os que pasó allí preso, recordaba con gran claridad la apariencia y las
características de cada planta espiritual.
Sin embargo, algunas plantas espirituales cercanas con buenas propiedades
medicinales ya habían sido devoradas por los monstruos que residían aquí. Pei
Yunshu caminó por los alrededores y solo logró reunir tres o cuatro hierbas
espirituales que podrían fortalecer su poder espiritual.

Cuando llegó al final del acantilado, miró a su alrededor y de repente vio una gran
flor blanca floreciendo a mitad de la ladera de la montañ a.

La flor era tan grande como una palangana, con pétalos rosa pálido en la parte
delantera y una base blanca pura. Se mecía con elegancia en el viento frío, como si
estuviera tallada en hielo y nieve, brillante y translú cida.

Esta flor tenía un nombre particularmente romántico: Flor de cresta blanca.

Pei Yunshu estaba rebosante de alegría. Se acercó con cuidado, pisando grandes rocas
para alcanzar la rara Flor de la Cresta Blanca.

Los arroyos querían recogerlo para él, pero Pei Yunshu negó con la cabeza y declinó
su ayuda. Miró a los arroyos con seriedad y les dijo: «El agua no puede tocarlo».

Los arroyos se retiraron a regañ adientes.

La flor florecía en lo alto, pero estaba al alcance. Cuando Pei Yunshu llegó lo
suficientemente alto, se quitó la prenda exterior, se envolvió la mano en la tela y
recogió con cuidado la delicada flor.

Por suerte, las raíces de la flor no estaban demasiado arraigadas. Pei Yunshu la
arrancó con suavidad y la flor entera se desprendió junto con su tallo. Una fragancia
suave y deliciosa emanó de ella, llegando a su nariz y refrescándole la mente.

Pei Yunshu sujetó la flor con cuidado y descendió de la montañ a. En cuanto sus pies
tocaron el suelo, comprobó rápidamente que la Flor de la Cresta Blanca seguía
intacta.

"Hermano mayor."

Una voz ronca vino desde atrás.


Pei Yunshu se sobresaltó . Se giró rápidamente y vio a Yunwang sentado a lomos de
una bestia celestial desbordante, volando en el aire y observándolo desde arriba.

El rostro de Yunwang, antes flor de durazno, ahora lucía curtido. Tenía los ojos
inyectados en sangre y los labios resecos y agrietados. Su tú nica blanca, que debería
haber estado impecable, había acumulado bastante polvo, lo que le daba un aspecto
aú n más desaliñ ado que el de Pei Yunshu.

Yunwang miró a Pei Yunshu por un largo tiempo, luego instó a la bestia de los cielos
desbordantes a descender y desmontó .

"Hermano mayor", la voz de Yunwang era baja, "¿A dó nde fuiste?"

Pei Yunshu apretó con más fuerza la prenda exterior que llevaba en los brazos y
asintió levemente. «Hermanito menor».

Pero evitó dar una respuesta directa.

Los ojos de Yunwang se oscurecieron y se acercó a Pei Yunshu paso a paso. Una
sonrisa se dibujó en sus labios, pero al verlo con claridad, la sonrisa se congeló y su
mirada se fijó en los labios de Pei Yunshu, hinchados y partidos.

“Hermano mayor, ¿qué le pasó a tus labios?”

Pei Yunshu frunció el ceñ o y levantó una mano para tocarse los labios hinchados y
agrietados. Un dolor agudo lo recorrió y dejó escapar un suave siseo.

"..." Yunwang apretó los puñ os. Después de un rato, forzó una sonrisa de nuevo, con el
rostro tan hermoso como siempre y los ojos llenos de un encanto juguetó n. "Así que,
hermano mayor, incluso bajo el acantilado, puedes tener un esposo que te acompañ e."

Aunque su sonrisa era hermosa, sus palabras eran chirriantes.

Pei Yunshu dijo fríamente: "Hermano menor, ten cuidado con tus palabras".

Se giró para irse, pero Yunwang le bloqueó el paso con una expresió n sombría. Las
corrientes que intentaron atacarlo fueron detenidas por la bestia celestial
desbordante. La bestia emitió un rugido resonante, con sus pupilas verticales doradas
rebosantes de emoció n.

"Hermano menor", dijo Pei Yunshu, "¿Qué quieres?"

Pei Yunshu no tenía ni idea de qué le había pasado a Yunwang. Quizás eran los ú nicos
que estaban allí, y Yunwang ya no quería fingir que le gustaba.

Pei Yunshu vestía ú nicamente una tú nica interior blanca, no muy diferente de su
apariencia en el Pico Wuzhi, a excepció n de sus labios rojos brillantes, que emitían
una vibra inquietante.

De repente, Yunwang rió suavemente, con un destello de travesura en sus ojos. Sus
ojos brillaban de alegría. "Hermano mayor, ¿el dragó n de la inundació n que te llevó te
hizo esto en los labios? Yunwang tiene mucha curiosidad. ¿Qué tal si el hermano
mayor lleva a Yunwang a conocer a este legendario dragó n de la inundació n?"

Pei Yunshu lo miró en silencio.

Bajo la luz de la luna y la brisa fresca bajo el acantilado, había pasado tres días con
Zhuyou. Aunque no podían usar sus poderes espirituales, se sentía
extraordinariamente relajado. Salvo por los momentos ocasionales con Zhuyou...

Se sintió libre, incluso en medio de todas las dificultades.

Sin embargo, al volver a ver a Yunwang, solo sintió una profunda sensació n de
agotamiento.

Pei Yunshu dijo suavemente: "Hermano menor".

La bestia celestial desbordante y los arroyos lucharon entre sí, pero los arroyos no
podían compararse con Zhuyou. Finalmente, se convirtieron en niebla bajo los pies
de la bestia.

Un destello de pánico cruzó los ojos de Yunwang.

Pei Yunshu continuó : "Ya que no te gusto, no hay necesidad de fingir esto".
El rostro de Yunwang mostró un atisbo de pánico. "Hermano mayor, ¿có mo podría
desagradarme?"

Pei Yunshu sonrió con sorna y decidió no decir nada más. Estaba a punto de regresar
por donde había venido, pero Yunwang se abalanzó sobre él por detrás y lo agarró
por la cintura. Aunque Yunwang era más bajo que Pei Yunshu, era sorprendentemente
fuerte. «Hermano mayor, regresa a la secta conmigo. Yunwang te lo explicará todo».

Antes de que Pei Yunshu pudiera responder, Yunwang sacó una pastilla de su bolsa y
se la metió en la boca. La pastilla se disolvió al instante, dejándolo sin tiempo para
resistirse.

Sus extremidades se debilitaron y poco a poco perdió la fuerza para mantenerse en


pie. Apretando los dientes, Pei Yunshu usó sus ú ltimas fuerzas para arrojar su ropa al
agua. "¡Rápido, no dejes que el agua toque los pétalos!"

Zhuyou aú n no había terminado de mudar su piel, y la Flor de Cresta Blanca tenía


efectos extraordinarios tanto en humanos como en demonios.

Los arroyos asumieron la mayor responsabilidad, agarrando las esquinas de la prenda


y precipitándose a través de las ramas y las hojas.

Yunwang sostuvo a Pei Yunshu, con los ojos fijos en la direcció n de los arroyos y una
expresió n poco clara.

Tras caer en un profundo sueñ o, Pei Yunshu, Yunwang, lo trasladó a lomos de la


bestia celestial desbordante. Esta miró fijamente las profundidades del bosque y
rugió con fuerza.

De repente, un rugido escalofriante resonó en el bosque y una ola de agua se


precipitó por el acantilado.

Yunwang se giró de inmediato sobre la espalda de la bestia celestial desbordante.


"¡Corre!"

La bestia del cielo desbordante saltó en el aire y voló hacia el acantilado.


***

Dentro de la cueva, los tres hermanos mayores estaban ausentes, y solo un zorro de
color marró n amarillento se acurrucaba en una esquina.

Yunwang levantó al hermano mayor Yunshu del lomo de la bestia celestial


desbordante y lo colocó con cuidado en la cama de piedra. Se quedó de pie junto a la
cama, observando a Yunshu, quien dormía profundamente.

Segú n sus hermanos mayores, quien se llevó al hermano mayor Yunshu era un dragó n
de inundació n, y la persona que los había perseguido con agua era, sin duda, ese
dragó n de inundació n.

Yunwang extendió la mano, apartó el cabello negro de Yunshu y le pellizcó la


barbilla. Los labios hinchados de Yunshu se hicieron aú n más prominentes. Yunwang
murmuró para sí mismo: «Una cereza de marzo, tan fresca como recién cogida».

Después de decir esto, su tez se oscureció .

Sacó una medicina de su bolsa, con la mirada fija en el rostro de Yunshu. Se la aplicó
generosamente en los labios. Su toque fue tan fuerte que los labios, ya besados hasta
la madurez, no soportaron la presió n. Pequeñ as gotas de sangre fresca se filtraron de
las heridas, manchando parcialmente el ungü ento incoloro.

Yunwang observó la sangre y su mano tembló . Poco a poco, fue suavizando su tacto
mientras aplicaba el ungü ento. El ungü ento blanco lechoso se volvió transparente.
Tras aplicarlo a Yunshu, las yemas de los dedos de Yunwang también impregnaron el
aroma del ungü ento y la sangre.

Yunwang colocó esta mano detrás de él, con los ojos fijos en Yunshu.

A pesar de que se había quedado dormido, las cejas del hermano mayor Yunshu
todavía estaban fruncidas, como si tuviera algo en mente y ni siquiera pudiera
dormir en paz.

Yunwang lo observó y, como hechizado, se agachó , acercándose a Yunshu. El aroma


de la medicina emanaba de sus labios, permaneciendo en su nariz sin disiparse.
El ungü ento transparente hizo que la cereza de marzo pareciera como si hubiera sido
pelada por su delicada pulpa.

De repente, el zorro en la esquina soltó un grito agudo, sacando a Yunwang de su


trance. Yunwang se levantó bruscamente, con expresió n de pánico, mientras miraba
fijamente al dormido Yunshu.

¿Qué había estado a punto de hacer hace un momento?

Yunwang se dio la vuelta y salió corriendo de la cueva, tropezando como si una


bestia salvaje lo persiguiera por detrás.

La bestia del cielo desbordante abrió los ojos, miró a Yunwang mientras salía
corriendo y lo siguió .

Cuando ya no quedaba nadie en la cueva, el zorro del rincó n se acercó a la cama.

—Belleza —el zorro se acercó a la cama y llamó suavemente a Pei Yunshu,


empujándolo con la pata—. Despierta, belleza.

La respiració n de Pei Yunshu era superficial y no respondía a los llamados del zorro.
Con la energía demoníaca que le quedaba, metió la mano en su bolsa de
almacenamiento y sacó una píldora blanca translú cida, colocándola con cuidado en
los labios de Pei Yunshu.

Este es el extraordinario Nú cleo Interno del Á rbol de Nieve, capaz de desintoxicar y


sanar. El zorro parloteaba sin cesar: «Belleza, cuando despiertes, por favor,
devuélvemelo. Un nú cleo interno de espíritu de árbol de tres mil añ os no es fácil de
conseguir».

Por supuesto, si la Bella y el Señ or Dragó n de la Inundació n están dispuestos a


dejarme quedarme a tu lado como concubina, con gusto te daré el Nú cleo Interno del
Á rbol de Nieve. No sé cuándo despertarás, pero debemos escapar rápido. Tus
hermanos mayores son bastante aterradores.

El zorro seguía parloteando, sin sentirse solo en absoluto. Parecía que había estado
encerrado estos ú ltimos días.
Mientras el zorro hablaba, bajó repentinamente el cuerpo y olfateó a Pei Yunshu por
todas partes. Luego exclamó en voz baja: "¡Es el aroma del Señ or Dragó n de la
Inundació n!".

El zorro siguió el rastro, asintiendo con aprobació n. Parecía que Bella había
recordado su consejo y comprendía la importancia de proteger su yuan yang en el
reino secreto del clan de los zorros.

El Señ or Dragó n de la Inundació n era realmente extraordinario. Incluso en presencia


de la Belleza, logró proteger su propio yuan yang. Semejante valentía era
incomparable con la de este pequeñ o demonio.

Huayue sintió genuina admiració n.

***

El zorro se quedó con Pei Yunshu hasta la puesta del sol. Yunshu seguía dormido, y
cuando los hermanos mayores de Bella estaban a punto de regresar, el zorro no tuvo
más remedio que esconderse. Asomó la cabeza cerca de la oreja de Pei Yunshu y
susurró : «Bella, recuerda, cuando despiertes, no abras los ojos».

Repitió esto varias veces hasta que oyó el sonido de una espada acercándose.
Entonces, se movió del borde de la cama a la esquina.

Al instante siguiente, alguien entró volando en la cueva. El hermano mayor se quitó


la espada y se quedó paralizado.

“¿Hermano menor…?”

La persona en la cama de piedra fingió no haber oído, y el hermano mayor se acercó


con cautela. Solo al llegar a la cama creyó de verdad que el hermano menor Yunshu
había regresado.

Incluso Yunjing, quien solía ser reservado y callado, no pudo evitar conmoverse en
ese momento. Observó a Pei Yunshu un rato, luego contuvo sus emociones y sacó una
manta fina de su bolsa, cubriéndolo con cuidado.
Tras cubrir a su hermano menor con la manta, Yunjing se sentó a su lado y retiró las
hojas secas de la cama. Al terminar, dijo en voz baja: «Qué bueno que mi hermano
menor haya regresado».

Pei Yunshu tenía los ojos cerrados y no podía escuchar sus palabras.

Yunjing no se sintió triste. Concentró su atenció n en imaginar la apariencia de su


hermano menor y acarició suavemente el cabello negro de Yunshu.

El cabello negro esparcido debajo de él, contrastaba con el rostro pálido de su


hermano menor, donde solo los labios eran tan rojos como pétalos de cereza.

El hermano mayor lo vio todo, se levantó y dijo: «Al hermano menor le gusta estar
limpio y ordenado. Iré a la piscina a traerle agua para que se refresque. No está lejos
de la entrada de la cueva, así que, hermano menor, por favor, espera un poco».

En la esquina, Huayue no pudo evitar murmurar para sí misma. No se había dado


cuenta de que el hermano mayor de Yunshu, al igual que ella, era alguien que podía
hablar consigo mismo.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 20

Capítulo 20

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El hermano mayor recogió un poco de agua limpia y mojó nuevamente el pañ uelo
antes de regresar a la cueva.

Pei Yunshu no sabía si era por el calor, pero se le formaban gotas de sudor en la cara.
Mechones de cabello mojado se le pegaban a las sienes, lo que le daba un aspecto
especialmente angustiado.

Yunjing sostuvo el pañ uelo frío y hú medo y limpió el sudor de la cara de Yunshu.
Justo cuando terminó , Yunwang entró .

Yunwang parecía recién nadado. Tenía el pelo y la ropa empapados, y el agua goteaba
al entrar en la cueva. Al observarlo más de cerca, las venas inyectadas en sangre de
sus ojos parecían aú n más graves.

“Hermanito menor”, el hermano mayor frunció el ceñ o y caminó hacia él, “¿Qué
pasó ?”

Yunwang negó lentamente con la cabeza, miró a Pei Yunshu, que yacía en la cama de
piedra, y sus delicadas y largas pestañ as temblaron levemente. Bajó la mirada y dijo:
«Hermano mayor...».

Era todavía muy joven y ahora parecía desaliñ ado, como un gatito sin hogar,
evocando tanto compasió n como simpatía.
El Hermano Mayor se secó la humedad del cuerpo, sacó una gruesa capa de su bolsa
y la puso sobre los hombros de su Hermano Menor. Luego volvió a preguntar:
«Hermano Menor, ¿qué ha pasado?».

—Hermano mayor —Yunwang frunció los labios, con los ojos llenos de lágrimas al
mirar a su superior—. Justo ahora, Yunwang salió a recoger frutas, pero se topó
inesperadamente con una serpiente de colores. Parecía muy venenosa.

La expresió n del Hermano Mayor se ensombreció . Preguntó con preocupació n: "¿Te


mordió ?".

"No", respondió Yunwang con miedo persistente, "Afortunadamente, la bestia del


desbordamiento de los cielos estaba cerca y mató a la serpiente, pero me sobresalté
y caí accidentalmente en la piscina".

Yunjing, temiendo que estuviera traumatizado, lo consoló suavemente.

Yunwang parecía dó cil, escuchando las palabras de su hermano mayor. Miró el lugar
de la cama de piedra donde acababa de sentarse el hermano mayor y bajó la mirada,
ocultando sus emociones.

En una palangana con agua limpia que había junto a la cama, el pañ uelo se hundió
lentamente hasta el fondo.

Nadie se acercó a Pei Yunshu en la cama.

***

Tras recibir un mensaje, Yuncheng y Yunman regresaron a la cueva a toda prisa. Sin
embargo, al aterrizar, sintieron que algo andaba mal en su interior.

—El hermano menor Yunshu ha estado durmiendo hasta ahora y está sudando
profusamente —el rostro del hermano mayor se ensombreció al mirar a Yuncheng—.
También tiene fiebre.

El zorro que estaba a un lado estaba frenético. En teoría, entre todas las
innumerables criaturas, el nú cleo interno del espíritu del árbol ya era bastante dó cil,
sin mencionar que el Á rbol de Nieve de Cuatro Meses estaba forjado con la esencia
del cielo y la tierra. Su nú cleo interno era un objeto sagrado para la curació n. ¿Có mo
podría un tesoro así tener efectos adversos al ser usado por una belleza?

Yuncheng suspiró : "No te amontones alrededor del Hermano Menor".

El hermano mayor hizo un gesto a sus hermanos menores para que le dejaran paso.

Yuncheng usó un hechizo de purificació n para limpiarse la suciedad y el polvo antes


de sentarse junto a la cama. Tomó la mano de Pei Yunshu y colocó las yemas de los
dedos en su muñ eca para tomarle el pulso.

La piel expuesta del hermano menor Yunshu había adquirido un tenue tono rosado, e
incluso las yemas de sus dedos parecían tener un delicado rubor. Yunman observó
con preocupació n y dio un paso adelante, levantando la fina manta, desabrochando la
tú nica interior de Yunshu y aflojándola para que entrara el aire fresco del exterior.

La brisa fresca rozó el rostro de Yunshu, alisando su cabello negro, empapado de


sudor. Su cabello ondeaba suavemente en el aire, y sus cejas fruncidas se relajaron
gradualmente.

Sin embargo, el ceñ o de Yuncheng se frunció cada vez más.

Su expresió n era inquietante y el hermano mayor preguntó : "Yuncheng, ¿qué pasa?"

Yuncheng negó con la cabeza, soltó la muñ eca de Yunshu y usó el dorso de la mano
para palpar su rostro. Estaba ardiendo, como si tuviera fiebre.

Yuncheng no se detuvo allí; continuó tomando la temperatura del cuello y la


clavícula de Yunshu. Cuando estaba a punto de bajar más, Yunwang habló de repente
desde atrás: «Segundo Hermano Mayor, ¿qué estás haciendo?».

Su tono estaba lleno de confusió n, como si no entendiera por qué su hermano mayor
estaba hurgando bajo la ropa del paciente.

Yuncheng no se detuvo, y levantó con cuidado una esquina de la ropa de Yunshu por
la cintura. Dijo en voz baja: «Hermanito menor, naturalmente estoy invitando a tu
cuarto hermano mayor».

Sus dedos se deslizaron suavemente bajo la ropa, y con solo un ligero toque, todos
pudieron ver que Yunshu tembló involuntariamente ante la sensació n de frío.

Esta acció n fue como encender un interruptor, y la atmó sfera en la cueva se tensó
momentáneamente. Yuncheng arqueó una ceja levemente y sus dedos fríos rozaron
suavemente la cintura de Yunshu.

La persona bajo su tacto se estremeció de nuevo, muy sensible al frío.

El Segundo Hermano Mayor retiró la mano y sonrió , pero antes de que pudiera decir
nada, algo cayó del cuerpo de Yunshu. Yuncheng miró hacia abajo y resultó ser una
escama negra azabache.

Entrecerró los ojos y arrojó la balanza al suelo con indiferencia.

En ese momento, la energía espiritual en la cueva surgió de repente.

La energía espiritual circundante comenzó a surgir locamente hacia Pei Yunshu,


formando un vó rtice de energía espiritual a su alrededor.

Fuera de la cueva, un poder espiritual aú n mayor se apoderó de ella, condensándose


en una densa niebla que casi goteaba agua. Los hermanos mayores y discípulos se
sobresaltaron, y el Hermano Mayor Mayor comprendió la situació n. Dijo con
expresió n solemne: «El Hermano Menor Yunshu está a punto de formar su nú cleo».

Formar el nú cleo fue sin duda una ocasió n de alegría, pero el Hermano Menor Yunshu
lo estaba haciendo dentro del reino secreto del Clan Zorro, del cual tenían un
conocimiento limitado. El tiempo necesario para formar un nú cleo podía variar
considerablemente, y si se alteraba durante el proceso, podía causar problemas.

Yunjing pensó un momento y luego se dirigió a sus hermanos menores: «Segundo


Hermano Menor, ustedes y yo protegeremos al Cuarto Hermano Menor. Tercer
Hermano Menor, cuida del Pequeñ o Hermano Menor. Aú n no ha construido sus
cimientos y no puede soportar una afluencia tan fuerte de energía espiritual».
Protegerían a Pei Yunshu, pero no se quedarían en la estrecha cueva. El grupo salió
rápidamente de la cueva, en guardia ante cualquier posible amenaza.

***

Cuando todos se fueron, Huayue recogió rápidamente la escama del dragó n de


inundació n negro del suelo y se apresuró a ir al costado del lecho de roca.

Nadie estaba más ansioso que Huayue. No esperaba que Pei Yunshu estuviera
formando su nú cleo, y ahora, con el nú cleo interno del espíritu del árbol dentro del
cuerpo de Yunshu, existía la posibilidad de que el proceso de formació n del nú cleo lo
fusionara inadvertidamente con él.

El espíritu zorro tenía una expresió n preocupada mientras paseaba alrededor de la


cama de piedra, con el corazó n dolido por el nú cleo interno de tres mil añ os del
Á rbol de Nieve de Cuatro Meses. También le preocupaba que algo pudiera salir mal
con Yunshu. Justo cuando levantó la cabeza, se encontró con los ojos abiertos de
Yunshu.

Pei Yunshu se incorporó de la cama. Su mirada era clara, pero su tez estaba pálida.
Tras intercambiar una mirada con Huayue, no pudo contener el impulso y salió
corriendo de la cama, tropezando hasta un rincó n, donde se apoyó contra la pared y
vomitó .

Su cabello negro colgaba a un lado de su rostro, y Pei Yunshu tenía náuseas, pero su
estó mago estaba vacío y no podía vomitar nada.

Huayue, desconcertado, se acercó con cautela. Con preocupació n en sus ojos ámbar,
preguntó : «Belleza, ¿qué te pasa?».

Alrededor de sus ojos, el pelaje marró n amarillento se humedecía formando un


círculo, y su apariencia actual era innegablemente lamentable y adorable. Pei Yunshu
levantó los labios, se agachó frente a Huayue y usó su manga para enjugarse las
lágrimas. "¿Por qué lloras?"

El zorro siempre había sentido un gran afecto por la belleza. Si fuera en cualquier
otro momento, que la belleza le secara las lágrimas sin duda lo haría feliz. Sin
embargo, ahora tenía lágrimas como judías doradas, cayendo pesadamente. «Ver a la
Belleza en apuros también me entristece».

Incluso cuando lloraba, no se olvidaba de expresar su cariñ o.

"Si sigues llorando, dejarás de ser hermosa", dijo Pei Yunshu. "Se te hincharán los
ojos, y si te ven así, dejarás de parecer una belleza incomparable".

Las lágrimas del zorro se detuvieron al instante ante este recordatorio. De repente,
recordó algo, extendió la pata y le entregó la escama negra a Pei Yunshu.

Pei Yunshu miró la escama negra pura en su mano y sonrió .

Los ojos de Huayue brillaron de cariñ o al mirar a Yunshu. Levantó la pata para
cubrirse la cara.

***

Para Pei Yunshu, formar el nú cleo tenía un significado diferente.

Una vez formado el nú cleo, pudo abandonar la montañ a y explorar el vasto mundo,
observar el mar y experimentar las altas montañ as. Sin embargo, no había previsto
que formaría el nú cleo sin poder usar energía espiritual.

La energía espiritual circundante era densa y fluía continuamente hacia el cuerpo de


Pei Yunshu. Sin embargo, no podía controlar esta energía espiritual desbordante, y
parecía que su cuerpo iba a estallar si esto continuaba.

¿Esta situació n no iba a conducirlo a la muerte?

Huayue levantó la pata y bajó la voz mientras decía: “Belleza, la razó n por la que te
desperté es porque encontré una manera de restaurar tu energía espiritual”.

El zorro pronunció estas palabras y corrió rápidamente hacia la esquina de la pared.


Se mordió el dedo y exprimió una gota de sangre de zorro sobre la pared.

El muro de piedra oscura ondulaba como el agua, y Huayue le sonrió a Pei Yunshu.
Fue el primero en pisar la pared ondulante. Pei Yunshu lo siguió .
Tras el muro de piedra había un pequeñ o espacio, y en el centro se alzaba la
escultura de piedra de un zorro. Su exquisito tallado detallaba cada pelo, y aunque se
parecía a un zorro, poseía una extraordinaria elegancia.

Huayue dijo: «Belleza, tus hermanos mayores no son muy considerados. No me


dejaron correr ni descansar bien. Solo pude acurrucarme en un rincó n para
sobrevivir. Pero la buena suerte suele acompañ ar a la gente hermosa. Un día, sin
querer, me limpié la sangre en la pared. Mira lo que descubrí».

Señ aló la escultura de piedra del zorro. «Hay un zorro. Podemos tratarlo como el
novio. Después de inclinarte ante este "novio" de piedra, podrás recuperar tu energía
espiritual y proceder a formar tu nú cleo dorado».

Pei Yunshu se sorprendió y preguntó : "¿No tiene que atrapar la pelota bordada?"

“Las personas y los zorros son diferentes”, respondió Huayue. “Si fuera con una
persona, tendrías que elegir a ese poderoso cultivador como tu novio. Pero este es el
reino secreto del Clan del Zorro, y creo que nuestros ancestros preferirían a los de su
especie. Si es con un zorro, debería bastar con elegir a cualquier zorro”.

Pei Yunshu lo escuchó y luego miró la escultura de piedra del zorro.

Esta escultura de zorro no representaba a ningú n zorro en particular, pero su aura


era extraordinaria. Los ojos de flor de durazno tallados en piedra eran especialmente
realistas, dando la impresió n de que había cobrado vida.

Si tuviera que casarse con un zorro para restaurar la energía espiritual, entonces
casarse con un trozo de piedra como pareja podría ser la mejor opció n.

El tiempo era esencial: la formació n del nú cleo no podía esperar.

Pei Yunshu suspiró quedamente. Asintió y dijo: «Muy bien, hagámoslo así».

Se pararon a ambos lados de la escultura de piedra del zorro sin preparació n alguna.
Solo Huayue tenía algo de experiencia. Dijo: «Primero, inclínense ante el cielo y la
tierra».
Pei Yunshu y Huayue se inclinaron hacia adelante. La escultura de piedra del zorro en
el centro permaneció inmó vil.

Huayue continuó : “Segunda reverencia a nuestros antepasados”.

Sin antepasados ante los cuales inclinarse, rápidamente dijo: “Marido y mujer,
inclínense el uno ante el otro”.

Pei Yunshu se sentía nervioso, e incluso Huayue estaba ansioso. Parecía ridículo usar
un trozo de piedra como compañ ero de matrimonio.

Pei Yunshu caminó frente a la escultura del zorro de piedra y miró sus ojos tallados
en piedra. Se disculpó en silencio antes de hacer una profunda reverencia.

Cuando se enderezó , ya podía sentir la presencia de su energía espiritual y su fuerza


física.

Extendió la mano con cautela, y una chispa carmesí se encendió en su palma. La luz
del fuego iluminó la mitad de su rostro. ¡Esta absurda ceremonia de matrimonio con
una compañ era de piedra le había devuelto la energía espiritual!

Pei Yunshu estaba asombrado. Miró a Huayue, quien ya había recuperado su forma
humana. Huayue sacó un espejo y se peinó con cuidado.

La creciente energía espiritual circuló por el cuerpo de Pei Yunshu. Además de la


intensa energía espiritual, también vio un nú cleo interior blanco puro envuelto por
ella.

La energía espiritual creciente estaba siendo absorbida por este nú cleo interno. Sin
esto, Pei Yunshu podría haber explotado.

Pei Yunshu evaluó rápidamente su condició n y le dijo a Huayue: "Huayue, necesito


irme para formar mi nú cleo dorado".

Dentro del muro de piedra no había energía espiritual, por lo que no podía
permanecer allí por mucho tiempo.
Huayue asintió rápidamente. Guardó el pañ uelo y el espejo, y tras expresar su
gratitud a la escultura del zorro de piedra, ambos salieron del muro de piedra.

Antes de abandonar el muro de piedra, Pei Yunshu miró hacia atrás.

La escultura del zorro de piedra había sido devuelta a su posició n original, y sus ojos
tallados en piedra parecían encontrarse con la mirada de Pei Yunshu. A primera vista,
parecía que el zorro de piedra lo observaba.

Pei Yunshu reprimió ese pensamiento caprichoso y, al momento siguiente, salió del
muro de piedra.

El autor tiene algo que decir:

Zhuyou: ¿???

Pequeñ a pregunta, ¿tienes muchos amigos? ¡No es mentira! ¡No hay velo rojo, ni traje
de novia, y tu pareja es una piedra! ¡No cuenta! Para protegerse, no es una ceremonia
de boda real. Aunque tu pareja sea increíblemente guapo, no importa. Jiao Jiao*, ¡no te
sientas vacío!
*dragó n de la inundació n

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 21

Capítulo 21

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Los dos solo se habían ido por un breve momento, pero cuando regresaron, la energía
espiritual dentro de la cueva se había vuelto tan densa que casi se sentía como gotas
de agua.

El zorro respiró hondo varias veces y, en un instante, su encantador rostro reveló una
expresió n increíblemente encantadora. Sus mejillas se sonrojaron y dijo con dulzura:
«Belleza, la energía espiritual aquí es tan reconfortante».

Pei Yunshu se sentó con las piernas cruzadas en el suelo, sintiendo todo lo contrario.
A diferencia de Huayue, toda la energía espiritual fluía hacia su cuerpo, y la densa y
pura energía espiritual del reino místico le presentaba muchas dificultades.

Cerró los ojos y se concentró , concentrando la energía espiritual en su dantian. El


brillante nú cleo blanco dentro de él se movió gradualmente hacia la energía
espiritual entrante. Pei Yunshu ni siquiera había logrado separarlo cuando la energía
espiritual comenzó a presionar con más fuerza, y el nú cleo blanco interno se
dispersó repentinamente en medio de la energía espiritual.

Pei Yunshu jadeó sorprendido, pero no hubo tiempo para separarse.

Más poder espiritual inundó su cuerpo desde el exterior. Si tan solo pretendiera
formar un nú cleo dorado, estos poderes espirituales serían más que suficientes. Sin
embargo, este nú cleo no nativo también podía absorber, y al absorber, más energía
espiritual entró en su cuerpo, formándose así el nú cleo dorado.
En el momento en que se formó el nú cleo dorado, la energía espiritual en el aire se
estancó . En ese breve instante, ¡el nú cleo blanco translú cido y el nú cleo dorado se
fusionaron!

***

En su vida pasada, Pei Yunshu también había formado naturalmente un nú cleo


dorado, pero comparado con la situació n actual, había una diferencia abismal. Quizás
se debía a la energía espiritual pura del reino místico, o quizás a ese nú cleo interior
en su interior.

Cuando Huayue le inyectó el nú cleo interno del Á rbol de Nieve de Cuatro Meses, Pei
Yunshu recuperó la consciencia gracias a su efecto. Sin embargo, en ese momento no
podía mover las extremidades. Ahora, no podía devolverle el nú cleo interno del
Espíritu del Á rbol de tres mil añ os a Huayue, y se sentía muy culpable.

Huayue, por otro lado, era bastante abierto. Sus ojos vivaces miraron a su alrededor
y, de repente, se cubrió el rostro y se escondió . "Belleza..."

Dudó un momento, y sus ojos seductores, llenos de timidez, se volvieron hacia Pei
Yunshu. "¿Te gustaría formar un vínculo conmigo?"

Pei Yunshu se sorprendió por un momento, y luego aconsejó : "¿No es mejor ser libre?
¿Para qué formar un vínculo con un cultivador?"

Tras pensarlo un momento, Huayue asintió . "Belleza, tienes razó n. Te amo tanto, por
supuesto, que quiero ver todas las bellezas del mundo. Al igual que tu hermanito
menor, es un joven apuesto, con labios rosados y dientes blancos, que realmente atrae
a este zorro".

Cada vez que pensaba en el hermano menor de Pei Yunshu, recordaba la vez que
intentó robarle un beso a la Bella Yunshu. Huayue miró a Pei Yunshu en secreto y
decidió no contárselo.

Si le contaba a Bella sobre la admiració n de su hermano menor, entonces ni él ni el


señ or dragó n de la inundació n tendrían una oportunidad.
El Señ or Dragó n de la Inundació n se encontraba relativamente mejor. Al menos ya
había probado la fruta prohibida. Pero él, el zorro, ni siquiera había tocado la mano
de Pei Yunshu unas cuantas veces.

La energía espiritual de la cueva se disipó gradualmente. Pei Yunshu hizo una pausa.
«Mi hermanito es realmente hermoso».

Tras decir esto, caminó hacia la cama de piedra. Estaba a punto de guardar la toalla y
el agua que acababa de usar cuando de repente recordó que Zhuyou aú n tenía su
bolsa de almacenamiento.

Como no pudo usar el poder espiritual antes, colocó la Espada Qingyue en la bolsa de
almacenamiento.

Pei Yunshu estaba a punto de irse, pero se dio cuenta de que no tenía espada para
defenderse. Miró a Huayue. «Huayue, ¿puedes llevarme a buscar a Zhuyou?»

El zorro se enderezó y levantó la cabeza con orgullo. "Belleza, ten la seguridad de


que adondequiera que vayas, te seguiré. Aunque el Señ or Dragó n de la Inundació n
esté en el decimoctavo piso del infierno, lo encontraré contigo. Pero ¿có mo podría el
Señ or Dragó n de la Inundació n ir al decimoctavo piso del infierno? Es tan
majestuoso, con un cultivo profundo. Después de recorrer este reino místico, ¿quién
tendría la mayor dignidad? Ese debe ser el Señ or Dragó n de la Inundació n".

Sacó un pequeñ o bote del tamañ o de la palma de su mano de su bolsa de


almacenamiento, lo infundió con energía espiritual y el bote de repente se expandió ,
acomodándolos có modamente a los dos.

Pei Yunshu subió al bote. Este pequeñ o y delicado bote acababa de salir de la cueva
cuando se topó con sus hermanos mayores, que volaban sobre sus espadas.

"¿A dó nde va el hermano menor?" preguntó el hermano mayor.

Pei Yunshu salió de su estado de ansiedad y, con serenidad, hizo una reverencia a sus
hermanos mayores. Dijo: «Gracias, hermanos mayores, por proteger a Yunshu».
El cabello negro de su espalda se deslizó por su cintura con el movimiento, y el tinte
rosado que previamente había teñ ido su piel se desvaneció . Hizo una larga
reverencia, expresando su gratitud a cada hermano mayor por turno, antes de
enderezarse lentamente.

—No hace falta que seas tan educado, hermano menor —dijo Yuncheng con una
sonrisa—. Pero, cuarto hermano menor, aú n no nos has dicho adó nde piensas ir.

Pei Yunshu respondió : «Hermano mayor, perdí mi Espada Qingyue en este reino
secreto. Ahora iré con Huayue a buscarla».

El tercer hermano mayor sacudió su abanico, sorprendido. "¿Perdiste la Espada


Qingyue?"

La Espada Qingyue era su tesoro mágico, pero lo había perdido. En cuanto pronunció
esas palabras, Pei Yunshu se sonrojó aú n más.

É l permaneció en silencio.

El tercer hermano mayor se rió con ganas y Yuncheng se unió a él. Habló : "¿Puede el
hermano menor manejarlo solo?"

Pei Yunshu asintió repetidamente: "Puedo manejarlo solo".

Aunque nadie más podía verlo, solo Huayue, a su lado, percibía que la apariencia
tranquila de Pei Yunshu era solo una actuació n. Su mano, oculta bajo la manga,
apretaba con fuerza el puñ o.

Al escuchar su respuesta, Yuncheng se volvió hacia el Hermano Mayor y le dijo:


«Como el Cuarto Hermano Menor desea ir solo, que lo haga. El Hermano Menor ya ha
formado su nú cleo, y en este reino secreto puede templarse aú n más y refinar su
cultivo».

El hermano mayor levantó levemente sus ojos oscuros y dijo: “Entonces será como
dices”.
Yuncheng se dio la vuelta y, montado en su espada, se acercó al pequeñ o bote. Al
instante siguiente, apareció junto a Pei Yunshu y le aconsejó : «Hermano menor,
aunque hayas alcanzado la etapa del Nú cleo Dorado, debes ser muy cauteloso».

Pei Yunshu respondió : "Sí, hermano mayor".

Yuncheng metió la mano en su manga y sacó una delicada pulsera de plata.

El brazalete estaba exquisitamente elaborado, con una luz plateada que fluía sobre su
superficie y patrones intrincados. También tenía una pequeñ a campanilla dorada
colgando, tan diminuta, como un grano de arroz, que no emitía ningú n sonido cuando
Yuncheng lo sostenía en la mano.

—Hermano menor —dijo Yuncheng con dulzura—, este es un brazalete que he


creado. Puede resistir un ataque con toda su potencia de un cultivador en etapa de
alma naciente en caso de peligro. Ú salo y sigue tu camino, y tus hermanos mayores
pueden estar tranquilos.

Pei Yunshu bajó la mirada y dijo: "Gracias, segundo hermano mayor".

Yuncheng apartó su mano del alcance de Pei Yunshu, y en su lugar la rodeó hasta la
muñ eca de Pei Yunshu y le ajustó personalmente el brazalete de plata.

"Intentaré encontrar la salida de este reino místico en los pró ximos días", dijo
Yuncheng, ajustando el brazalete con cuidado para asegurarse de que estuviera bien
atado. "Antes de eso, hermano menor, asegú rate de volver".

Con eso, dio un paso atrás y Huayue lo miró con cautela antes de impulsar el
pequeñ o bote hacia adelante.

Mientras Pei Yunshu estaba sentado en el bote, miró el brazalete que llevaba en la
muñ eca. Intentó quitárselo con la otra mano, pero ni siquiera con el uso de energía
espiritual, el brazalete se movió .

Al final dejó caer la mano, ocultando el brazalete bajo su tú nica.


Mientras Huayue reflexionaba sobre qué zona tenía el mayor poder, el pequeñ o bote
voló a través de más de la mitad del reino místico y finalmente llegó a un acantilado
familiar.

Pei Yunshu volvió a la realidad al ver el acantilado familiar. Dio un paso adelante y el
pequeñ o bote siguió el acantilado. Justo cuando entraban en el bosque, oyeron el
ensordecedor canto de los pájaros a lo lejos.

Pei Yunshu solo llevaba un par de días desaparecido desde que Yunwang se lo llevó ,
pero durante esos dos días, había formado un nú cleo dorado. Se preguntó si Zhuyou
había tomado la Flor de la Cresta Blanca correctamente y completado su
transformació n.

—Huayue —dijo Pei Yunshu con un dejo de preocupació n—, Zhuyou debería estar
cerca del Estanque Frío.

El bote aceleró hacia el Estanque Frío. Sin embargo, cuando Pei Yunshu y Huayue
desembarcaron, descubrieron que el Señ or Dragó n de la Inundació n ya no estaba en
el estanque.

Estaba vacío, como si los tres días que Pei Yunshu y Zhuyou habían pasado allí no
hubieran sido más que una ilusió n.

“¿Zhuyou?” Pei Yunshu gritó .

Caminó hacia la orilla del Estanque Frío, y su reflejo en el agua era lo ú nico que veía.
La superficie estaba limpia, sin rastros de ramas ni hojas caídas.

Pei Yunshu estaba seguro de que Zhuyou no estaba en el agua. A su lado, Huayue
preguntó nerviosamente: "Belleza, ¿por qué la majestuosidad del Señ or Dragó n de la
Inundació n parece haber aumentado aú n más?"

Como Huayue lo dijo así, Zhuyou debería estar cerca. Pei Yunshu se levantó , dio un
paso rápido hacia la cueva y entró . «Zhuyou ha mudado de piel».

Cuando una serpiente se transformaba en dragó n de inundació n, nadie sabía cuántas


veces mudaba su piel. Sin embargo, independientemente de cuántas veces, cada muda
indicaba un mayor nivel de cultivo. Al final, se transformó en dragó n.

Huayue exclamó : “¡Realmente es un ser magnífico!”

Al acercarse a la entrada de la cueva, un intenso olor a sangre los recibió . El aroma


emanaba el aura imponente de un dragó n de inundació n. Sin embargo, Huayue no se
atrevió a acercarse y se cubrió la nariz con un pañ uelo perfumado antes de empujar
suavemente a Pei Yunshu al interior de la cueva.

A medida que la luz se atenuaba dentro de la cueva, Pei Yunshu percibió con mayor
intensidad el penetrante aroma a sangre. También oyó una respiració n agitada.

Un gran dragó n de agua con cuernos yacía en el suelo, y de su cuerpo emanaba un


olor a sangre. En la penumbra de la cueva, era difícil ver con claridad, pero Pei
Yunshu pudo distinguir que la piel del dragó n se había desprendido por completo.

Pei Yunshu se acercó rápidamente y lanzó un hechizo. La luz del fuego iluminó el
área a su alrededor, revelando la cabeza del dragó n de inundació n presionada contra
su propio cuerpo, con los ojos fuertemente cerrados.

Esta vez, Pei Yunshu finalmente vio la garra del dragó n que había crecido en su
cuerpo. En ella, había una bolsa de almacenamiento y un pétalo marchito de una Flor
de Cresta Blanca.

Las uñ as largas y afiladas estaban manchadas de sangre, y un trozo de piel de dragó n,


también manchada de sangre, había sido tirado a un lado. Este trozo de piel, que
debería haberse desprendido naturalmente, parecía haber sido arrancado a la fuerza
por Zhuyou.

A Pei Yunshu se le cortó la respiració n. Recuperó apresuradamente su bolsa de


almacenamiento, pero estaba vacía, pues ya había agotado todas las píldoras y
hierbas que había preparado. La respiració n agitada y trabajosa de Zhuyou sonaba a
su lado. Tiró la bolsa y usó su energía espiritual para alimentar a Zhuyou con la Flor
de la Cresta Blanca. Murmuraba: «No te marchites, no te marchites, recupérate
pronto».
En su estado de ansiedad, una energía espiritual blanca y lechosa emergió de su
palma, mezclada con su poder espiritual. Al acercarse a la Flor de la Cresta Blanca,
esta energía blanca fue absorbida al instante. Tras la absorció n, el pétalo marchito de
la Flor de la Cresta Blanca recuperó su pureza y claridad cristalinas.

Pei Yunshu sintió una oleada de alivio. Se concentró en manipular esta energía
espiritual blanca y lechosa. Cuando la Flor de la Cresta Blanca se recuperó por
completo, le abrió la boca a Zhuyou y le metió la flor entera en la boca al dragó n de
la inundació n.

Pei Yunshu, después de completar la tarea anterior, se movió hacia la espalda de


Zhuyou para inspeccionar su cola.

Lo que vio fue realmente impactante, y a Pei Yunshu se le encogió el corazó n. Se


agachó en silencio, mordiéndose el labio para seguir trabajando. Recogió las escamas
rotas del suelo, trajo una palangana con agua del Estanque Frío y usó un suave
pañ uelo de seda para limpiar la sangre de aquella espantosa masa de carne.

Incluso si la piel se hubiera mudado de forma natural antes, el proceso seguiría


siendo doloroso. Zhuyou había arrancado esta capa de piel con fuerza, y mientras Pei
Yunshu se limpiaba, sus ojos se enrojecieron.

Tras limpiar las manchas de sangre, colocó la mano sobre las heridas, intentando
curar las de Zhuyou, tal como lo había hecho con la Flor de la Cresta Blanca. Sin
embargo, transcurrió media hora, y Pei Yunshu había consumido la mayor parte de
su energía espiritual. No había señ ales de mejoría en las horribles heridas de Zhuyou.

Las escamas negras ya no parecían tan afiladas ni formidables como antes. Justo
después de formar su nú cleo, ahora con la energía espiritual agotada, el dolor
punzante se extendió desde adentro hacia afuera. Gotas de sudor se formaron en la
frente de Pei Yunshu, y en ese momento, solo pudo perseverar.

Incluso se preguntó si la Flor de la Cresta Blanca, que era tan preciosa para los
cultivadores humanos, tendría algú n efecto sobre un dragó n de inundació n tan
grande.
Con su energía espiritual al borde del agotamiento, Pei Yunshu salió corriendo de la
cueva, sin importarle en absoluto su vergü enza. "Huayue, ¿te quedan pastillas
curativas o hierbas espirituales?"

Huayue estaba bastante lejos y respondió : "Belleza, ¡ya he usado todos los valiosos
elementos curativos de tu cuerpo!"

“…” Pei Yunshu frunció los labios y, volviéndose hacia la cueva, hizo un gesto
decidido; su tú nica formó un arco en el aire. Su determinació n se percibía incluso
desde atrás.

Zhuyou aú n no había abierto los ojos, y Pei Yunshu se acercó con cautela a la cabeza
del dragó n. El cuerpo del dragó n estaba cubierto de escamas, y su lengua, que antes
era larga y bifurcada como la de una serpiente, ahora estaba oculta en su interior. Pei
Yunshu tragó saliva con nerviosismo y observó el pequeñ o cuerno en la parte
superior de la cabeza de Zhuyou, diciéndose a sí mismo que era un dragó n, no una
serpiente. Con renovado coraje, se inclinó hacia adelante y presionó sus labios contra
los del dragó n.

El frío roce de los labios de Zhuyou le provocó escalofríos en la espalda a Pei Yunshu.
Resistió el impulso de apartarse y separó lentamente los labios.

El nú cleo interno del Á rbol de Nieve de Cuatro Meses dentro de su cuerpo sintió la
presencia de otra bestia formidable y, el nú cleo interno de Zhuyou como si estuviera
consciente de que contenía los medios para salvarlo, emergió y se detuvo en el punto
donde sus labios se encontraron.

Este nú cleo interno era demasiado grande, y aunque Pei Yunshu solo había tomado la
mitad, tuvo que estirar los labios al máximo. Esta posició n fue bastante desafiante, y
al poco rato, empezó a dolerle la mandíbula.

El Á rbol de Nieve de Cuatro Meses dentro del cuerpo de Pei Yunshu sintió la
presencia del nú cleo de Zhuyou y espontáneamente liberó una brizna de energía
espiritual de color blanco lechoso, que fluyó hacia la comisura de los labios de Pei
Yunshu.
El efecto de esta aura fue muy superior a la energía espiritual que Pei Yunshu había
usado anteriormente. El Á rbol de Nieve de Tres Mil Añ os y Cuatro Meses, un tesoro
supremo del cielo y la tierra, alimentó su energía espiritual casi agotada mientras
fluía en su interior.

Pei Yunshu, con gran esfuerzo, continuó sosteniendo la mitad del nú cleo interno de
Zhuyou, usando su conciencia para examinar la cola de Zhuyou.

Quizás debido a los efectos combinados de los dos objetos sagrados, después de un
tiempo, las heridas finalmente mostraron signos de curació n. Pei Yunshu suspiró
aliviado al verlo. Sin embargo, al recuperar el sentido, sintió una molestia en la boca
y tuvo que mirar a su alrededor sin rumbo para distraerse de la molestia.

Su mirada vagó hasta posarse en Zhuyou.

Pei Yunshu nunca había visto un dragó n de inundació n antes, y ahora que tenía la
oportunidad, no pudo evitar sentir curiosidad y examinar a Zhuyou de cerca.

La apariencia actual de Zhuyou era bastante diferente a la de una serpiente. El


pequeñ o cuerno en su cabeza era del tamañ o de la articulació n de un dedo, corto y
recto. Pei Yunshu había oído que los cuernos de los dragones de inundació n eran
largos y bifurcados, así que, comparado con el cuerno de un dragó n, Zhuyou parecía
una cría de dragó n recién nacida.

Al pensar en esto, Pei Yunshu no pudo evitar reírse entre dientes y miró a Zhuyou. El
gran dragó n de la inundació n seguía dormido, completamente ajeno a lo que pensaba.

Pei Yunshu se animó aú n más. Extendió la mano para tocar los ojos de Zhuyou y, al
mover los dedos, notó que, sorprendentemente, el dragó n de la inundació n no tenía
pestañ as. Sin embargo, su aliento era increíblemente caliente, y cuando
accidentalmente roció su muñ eca, sintió como si agua caliente corriera por su piel.

Las serpientes solían ser frías, pero comparadas con ellas, los dragones de inundació n
parecían tener calor. Pei Yunshu se preguntó si, como dragó n, Zhuyou se volvería aú n
más caliente.
Se entregó a estos pensamientos aleatorios por un tiempo hasta que la energía
espiritual de color blanco lechoso en el nú cleo interno del Á rbol de Nieve de Cuatro
Meses dentro de su cuerpo se detuvo, y Pei Yunshu se dio cuenta de que había
terminado.

Usó cuidadosamente su lengua para empujar hacia afuera la mitad del nú cleo interno
de Zhuyou, y el nú cleo, lejos de tenerle miedo, en realidad giró dos veces como para
mostrar su tamañ o, como si quisiera mostrar cuán enorme era.

La mayoría de los nú cleos de monstruos no eran particularmente atractivos, a


menudo con una apariencia opaca para camuflarse mejor y mantenerse a salvo. Sin
embargo, el Á rbol de Nieve de Cuatro Meses era diferente, al igual que el nú cleo de
Zhuyou. Brillaba con un resplandor dorado, libre de impurezas. Su vistosidad lo hacía
aú n más deslumbrante.

Pei Yunshu rió entre dientes y Zhuyou recuperó la compostura. Se puso de pie, con
las piernas un poco entumecidas por haber estado agachado tanto tiempo. Tras
descansar un rato, se acercó lentamente a la cola de Zhuyou.

Las heridas en la cola de Zhuyou también habían sanado, y las escamas habían
comenzado a crecer de nuevo. Pei Yunshu finalmente se sintió aliviado. Miró a su
alrededor, encontró un lugar y se sentó en el suelo. Con un gesto de la mano, su bolsa
de almacenamiento voló a su mano. La abrió y sacó la Espada Qingyue.

Había estado demasiado ansioso antes, rebuscando hierbas en su bolsa y olvidando


soltar la Espada Qingyue. La sostenía con una sonrisa en el rostro. «Hace tiempo que
no te veo».

La Espada Qingyue respondió con un zumbido melodioso y vibró levemente, como si


frotara su mano.

Con un arma en la mano, Pei Yunshu recuperó la seguridad que nadie podía brindarle.
Sacó un pañ uelo y limpió con suavidad la vaina de su espada Qingyue.

Las espadas tenían espíritu, y las vainas no eran la excepció n. Aunque no podían
moverse, estaban conectadas a la consciencia de la espada.
Después de limpiar su preciado tesoro hasta que brilló con una luz azul, Pei Yunshu
dejó la Espada Qingyue y comenzó a buscar manuales de cultivo dentro de la secta.

Tenía muy pocos libros en su bolsa de almacenamiento, en su mayoría libros raros de


secta que había estado leyendo desde que era un niñ o, así como algunas novelas raras
que los jó venes asistentes de su patio le habían comprado en secreto.

Pei Yunshu había memorizado el contenido de esos libros de historias y como no


tenía nada que hacer en ese momento, decidió buscar algunas técnicas de cultivo del
corazó n.

Tras un esfuerzo, por fin encontró un libro y organizó cuidadosamente el resto. Justo
cuando estaba a punto de guardarlos, notó una fina hoja de papel que sobresalía entre
las capas de cajas de madera.

¿Que fue esto?

La curiosidad despertó a Pei Yunshu, quien levantó las cajas de madera y recuperó el
delgado folleto.

Recorriendo las páginas con los dedos, pensó profundamente, incapaz de recordar
por qué este libro estaría en su bolsa. Una cosa era segura: ni en su vida pasada ni en
la presente, nunca lo había visto.

Pei Yunshu frunció el ceñ o, pensativo. Tenía la sensació n de que había tomado
prestado este libro de la biblioteca de la secta y simplemente se había olvidado de
devolverlo.

Abrió las páginas amarillentas y comenzó a leer.

El folleto, que consta de só lo unas pocas páginas incluidas las cubiertas, contaba la
historia de vida de una gran figura.

Esta gran figura tuvo una vida tumultuosa, soportando innumerables dificultades y
tribulaciones. A través de la adversidad, alcanzó la iluminació n y, tras alcanzar el
Dao, fundó la Secta Shanshui, que ahora era la secta más importante del mundo.
Esta gran figura siguió el Dao de la Crueldad, alcanzando un profundo cultivo y
destacando como cultivador de espadas. Su fuerza era incomparable en su
generació n, sin nadie capaz de igualarlo. Sin embargo, durante su período de
tribulació n, esta gran figura no logró resistir la Tribulació n del Trueno Celestial. Su
cuerpo físico fue destruido y su alma divina sufrió dañ os.

Originalmente, para los maestros del dao de la Crueldad, era necesario abrazar las
emociones y luego volver a la crueldad para alcanzar la iluminació n. Para lograrlo,
reencarnó su alma divina para comenzar de nuevo su bú squeda de la iluminació n.

Al terminar de leer esta página, Pei Yunshu no pudo evitar sentir asombro.
Comprendió que el fundador de su secta había pasado por tales experiencias.
Considerando que el maestro espiritual daoísta Ling Qing era discípulo del fundador
de su secta, se preguntó có mo se sentirían su maestro y los ancianos de las diversas
cumbres cuando el cuerpo físico de su fundador pereció .

Solo quedaba una página en este delgado libro. Pei Yunshu pasó a la ú ltima página y
vio un retrato.

La persona del retrato tenía una expresió n fría e indiferente, pero su belleza
intrínseca era indisimulada. Era alta y elegante, con ojos que reflejaban la intenció n
de la espada y una profunda indiferencia.

Debajo del retrato, con fuertes pinceladas se escribió una línea: “Fundador de la secta
Shanshui, Venerable Wuwang”.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 22

Capítulo 22

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La pintura, con só lo unos pocos trazos, representó vívidamente la apariencia de la


gran figura que había alcanzado el Dao de la crueldad, casi como si estuviera a punto
de cobrar vida.

La mano de Pei Yunshu tembló y el delgado folleto cayó al suelo, levantando una
nube de polvo.

Yunwang, Wuwang.

Una diferencia de carácter, pero sus apariencias eran sorprendentemente similares.

Pei Yunshu tocó la pared de piedra de la cueva al levantarse, aturdido, y salió


corriendo. Pasó junto al dormido Zhuyou, pasó corriendo junto al ató nito Huayue en
la entrada de la cueva y siguió corriendo hasta llegar al borde del estanque frío antes
de saltar a él.

El agua helada llenó sus fosas nasales, mojando su ropa, y todo su cuerpo quedó
rodeado de un frío cortante.

Pei Yunshu mantuvo los ojos abiertos, mirando la superficie del lago mientras
descendía al agua.

Para otros, Yunwang podría simplemente tener cierto parecido con el fundador de la
secta Shanshui, considerando la inmensidad del mundo donde no era raro encontrar
personas de aspecto similar.
Además, sus auras eran muy diferentes, y esto por sí solo los diferenciaba fácilmente.

La gran figura que había trascendido la Tribulació n Celestial, el Venerable Wuwang,


fue el fundador de la Secta Shanshui, ¿sería solo un pequeñ o discípulo del Pico
Wuzhi?

Pero Pei Yunshu sabía qué aspecto tenía Yunwang diez añ os después.

Se hundía cada vez más, la luz se desvanecía y sentía como si solo estuviera él en el
mundo.

Tenía la boca y la nariz tapadas, la respiració n entrecortada, y sus ojos no podían ver
las ondas del agua ni a la gente en la orilla. Era un lugar desolado y solitario, sumido
en la oscuridad.

Diez añ os después, Yunwang parecía exactamente igual al retrato del libro.

Su belleza seguía siendo deslumbrante, pero su apariencia madura, combinada con un


aire de indiferencia, atenuaba la excesiva elegancia, dándole una mezcla de madurez
y frialdad. Sus cejas eran como montañ as lejanas, su rostro como flores de durazno, y
su agudeza era penetrante.

Se parecía exactamente al Venerable Wuwang.

Su cuerpo físico había desaparecido, su alma divina estaba dañ ada y su


reencarnació n sirvió para comprender el dao de la crueldad.

Pei Yunshu no pudo evitar encontrarlo ridículo que él, un humilde discípulo de la
Secta Shanshui, alguna vez hubiera albergado la ilusió n de competir con la
reencarnació n del fundador de su secta.

No era de extrañ ar, no era de extrañ ar que su Maestro tuviera a Yunwang en tan alta
estima.

El agua bajo la fría poza estaba helada, tan fría como las profundidades de una cueva
de hielo en diciembre. Huayue, en la orilla, gritó : "¡Hermosa Yunshu! ¡Sube rápido!".

Su voz estaba llena de ansiedad, pero ¿có mo podría penetrar las aguas profundas?
Se sabía que los zorros tenían miedo al agua, no podían bucear bajo el agua.

Por suerte, después de un rato, Pei Yunshu emergió del agua. Su rostro estaba pálido,
y las gotas de agua resbalaban constantemente por sus mejillas y cabello, creando
ondas en la superficie.

Huayue dudó y preguntó : "¿Belleza?"

Pei Yunshu flotaba en la superficie del agua, con los ojos mirando a la distancia,
donde el cielo estaba teñ ido de tonos rosados.

¿Había llegado Yunwang, contaminado por el mundo secular, al Pico Wuzhi? ¿Había
roto realmente el Dao de la Crueldad?

Y si así fuera, ¿por qué albergaba tanta aversió n hacia él? ¿Por qué alguien que
practicaba el Dao de la Crueldad desperdiciaría sus emociones en él?

—Belleza —el zorro usó sus poderes demoníacos para agrandar una hoja, parándose
cautelosamente sobre ella mientras flotaba hacia Pei Yunshu. La preocupació n era
evidente en su hermoso rostro—. ¿Te intimidó el señ or Zhuyou?

Pei Yunshu sonrió con cierta autocrítica. «Acabo de comprender algunas cosas».

Extendió su mano, provocando ondas en el agua, y una hoja amarilla marchita flotó
en su mano.

En este vasto mundo, estaba confinado en un pequeñ o rincó n del patio. A pesar de las
bromas de su vida pasada, ya tenía sus metas para esta vida: viajar por el mundo y
hacer de los cuatro mares su hogar.

Independientemente de quién fuera Yunwang o quién fuera su fundador, no pudieron


influir en su determinació n.

Mientras exploraba el Camino de la Crueldad, Pei Yunshu siguió su propio camino. Al


no presentarse ante su hermano menor, mostró el máximo respeto al fundador de su
secta.
Pei Yunshu recogió la hoja marchita y sus dedos irradiaron energía espiritual,
nutriéndola. Poco a poco, cobró vida, transformándose en un verde vibrante, en
armonía con la naturaleza.

Sostuvo la hoja verde en la mano y miró a Huayue con una sonrisa amable. "Huayue,
gracias por estos días. ¿Qué tal si hoy preparamos algo de comer, tomamos algo de
alcohol y descansamos los dos?"

"¡Genial!", respondió Huayue con una sonrisa emocionada. Detrás de él, tres colas de
zorro emergieron de su tú nica, ondeando al viento. "Hermosa, espérame. ¡Iré a cazar
gallinas salvajes!"

Pei Yunshu se sorprendió un momento, pero entonces notó que Huayue ya había
salido corriendo, emocionada. Recuperó el sentido y no pudo evitar sonreír.

Ya fuera Zhuyou o Huayue, los pollos salvajes en el reino secreto estaban destinados
a encontrar su destino y ser devorados.

Pei Yunshu salió del agua, se secó la ropa y regresó a la cueva. Contempló en silencio
el libro tirado en el suelo por un momento, luego chasqueó los dedos, creando un
pequeñ o fuego que lo consumió rápidamente.

Para cuando solo quedaban cenizas, Pei Yunshu ya había salido de la cueva. Una
ráfaga de viento sopló y esparció las cenizas.

***

Debido a las limitadas habilidades culinarias de Pei Yunshu, tuvo que recurrir a
condimentos. Afortunadamente, Huayue tenía mucha más experiencia cazando pollos
que él, así que Pei Yunshu los asó junto al fuego, mientras que Huayue se ofreció a
recoger hongos para preparar sopa para Pei Yunshu.

A medida que continuaba la cocció n, el aroma se intensificaba. Afortunadamente,


Zhuyou seguía presente, manteniendo a raya a los demás monstruos. Gracias a esto,
tanto Pei Yunshu como Huayue estaban de buen humor.
Cuando la sopa de Huayue estuvo lista, Pei Yunshu sacó una cuchara de plata de su
bolsa de almacenamiento, se ató el cabello y bajó la cabeza para probarla.

La sopa blanca como la leche rozó sus labios, y el caldo caliente los escaldó hasta
dejarlos con un encantador tono rojo. La expresió n de Pei Yunshu era seria, y Huayue,
nerviosa, la instó : «Hermosa, ¿está deliciosa?».

"Está bastante bueno", elogió Pei Yunshu. "Delicioso".

Tomó otra cucharada de la sopa de color blanco lechoso, pero antes de que pudiera
llevársela a la boca, sonó una voz: "¿Qué es bueno?"

La voz era tranquila y la persona no dudó en dar un paso adelante, abriendo la boca
para beber la sopa de la cuchara que sostenía Pei Yunshu.

Pei Yunshu se sobresaltó y su mano tembló , lo que provocó que la cuchara se vaciara
antes de llegar a la persona. De lo contrario, la sopa caliente podría haberle caído
encima.

Quería girarse y regañ ar a Zhuyou, pero cuando se giró , sus labios rozaron
accidentalmente la mejilla de Zhuyou.

Pei Yunshu se cubrió los labios en estado de shock.

El perfil de Zhuyou era gélido, y el breve contacto fue como tocar el fresco rocío de
la mañ ana. Era limpio y puro, pero por muy limpio que estuviera, seguía siendo el
rostro de un hombre.

A plena luz del día, frente a todos, Pei Yunshu se sonrojó . Sus largas pestañ as
temblaron mientras intentaba mantener una apariencia de indiferencia.

Zhuyou, quien nunca se había sentido avergonzado estando inconsciente, ahora


sentía como si él mismo hubiera iniciado el contacto, lo que hacía que esta
coincidencia fuera increíblemente incó moda. No soltó a Pei Yunshu, giró la cabeza
para mirarlo y dijo con calma: «Me besaste».
Su tono era plano, pero contenía un matiz de reproche, como si estuviera acusando a
Pei Yunshu de aprovecharse de él.

“Tú …” Pei Yunshu no pudo encontrar las palabras para responder.

Algo no estaba bien, pero no podía identificar qué era.

Só lo pudo abrir y cerrar los labios unas cuantas veces, diciendo torpemente: "Lo
siento".

Zhuyou ladeó la cabeza, con sus negras pupilas verticales fijas en Pei Yunshu, como si
meditara en algo. Tras un instante, se acercó a él y sacó la punta de la lengua de sus
pálidos labios. Su lengua roja estaba a punto de tocar a Pei Yunshu cuando este
levantó rápidamente la mano para bloquearla. Pareció sorprendido y retrocedió unos
pasos. "¿Qué haces?"

Zhuyou retiró la lengua y repitió con voz ronca: "Me besaste a escondidas".

La palabra "besado" enrojeció aú n más el rostro de Pei Yunshu. Se apresuró a


explicar: "Fue accidental, no un beso robado".

—Yo tampoco quise hacerlo —respondió Zhuyou con indiferencia.

“….”

Zhuyou, al ver que Pei Yunshu se había quedado callado, se acercó lentamente de
nuevo. Sin embargo, Pei Yunshu seguía empujándolo.

Zhuyou bajó la cabeza, cubriendo con la mano la de Pei Yunshu que lo bloqueaba. El
calor abrasador hizo temblar el brazo de Pei Yunshu, y se le puso la piel de gallina.
Rápidamente retiró la mano, y Zhuyou hizo lo mismo. Sin embargo, sus ojos rojos,
casi negros, seguían mirando a Pei Yunshu.

“Te fuiste”, dijo, “sin decirme nada”.

Pei Yunshu se quedó completamente sin palabras.


La sopa burbujeaba cerca. El zorro, que respiraba con dificultad desde la aparició n de
Zhuyou, finalmente se armó de valor para hablar. Temblando, dijo: «Señ or Zhuyou,
Belleza Yunshu, por favor, coman mientras esté caliente».

Zhuyou le dirigió una mirada fugaz, y el zorro nervioso dio un golpe al recuperar su
forma original. Su pelaje marró n amarillento se erizó y sus patas temblaron como si
estuviera a punto de escapar en cualquier momento.

Pei Yunshu, aprovechando las palabras de Huayue, se sentó rápidamente junto al


fuego, fingiendo concentrarse en el pollo asado.

No supo có mo responder a las palabras de Zhuyou. Cuando Zhuyou se transformó en


humano, los cuernos del dragó n de inundació n en su cabeza lo hicieron parecer aú n
más formidable. Las palabras que Zhuyou acababa de pronunciar hicieron que Pei
Yunshu sintiera que realmente se había aprovechado de él.

Cuando Yunwang se lo llevó , ¿có mo pudo decírselo?

Sentado junto a Pei Yunshu, Zhuyou contempló el pollo asado un rato. De repente, Pei
Yunshu sintió una sensació n de frío en el tobillo. Bajó la mirada y descubrió que un
trozo de cola de serpiente le había corrido los pantalones y se le había enrollado en
el tobillo.

Las articulaciones de su tobillo sobresalían ligeramente, de un tono claro como el


jade cremoso. A la cola de serpiente parecía gustarle mucho, e incluso intentó
ascender desde la pernera del pantaló n. Sin embargo, la cola de serpiente era más
gruesa que antes, más del doble de grande, y se atascó al intentar alcanzar la parte
superior de su pierna.

"... ¡Zhuyou!" Exclamó Pei Yunshu.

La cola de serpiente dudó un instante, y de repente se volvió pegajosa. Sus muslos


también sintieron una repentina sensació n de ardor, y Pei Yunshu sintió como si el
trozo de tela se hubiera convertido en una gruesa serpiente, retorciéndose dentro de
sus pantalones.
Estaba tan asustado que se levantó de golpe, mirando a Zhuyou con enojo. Había un
atisbo de miedo en sus ojos. "¡Conviértelo de nuevo en un trozo de tela!"

La sensació n de la serpiente deslizándose era realmente aterradora. Cuando curaba


las heridas de Zhuyou, aú n podía engañ arse a sí mismo pensando que era un dragó n
de inundació n y no una serpiente. Pero ahora, ese trozo de tela claramente se había
convertido en una serpiente.

Parecía genuinamente lastimero. Zhuyou parpadeó , y al instante siguiente, Pei


Yunshu se encontró sentado obedientemente junto al fuego, con las piernas limpias y
sin serpientes ni la cola de Zhuyou. Resultó que todo el incidente había sido una
ilusió n.

Aunque era una ilusió n, Pei Yunshu permaneció en silencio. Atizó el fuego con un
palo, y con cada golpe, las llamas danzaron.

Zhuyou usó con cautela las yemas de sus dedos para tocar la mejilla de Pei Yunshu,
pero Pei Yunshu giró la cabeza y se negó a mirarlo.

Zhuyou frunció el ceñ o y luego sostuvo el rostro de Pei Yunshu, girándolo hacia él.

Su disgusto creció rápidamente y preguntó : "¿Por qué no me miras?"

Pei Yunshu luchó por liberarse de su agarre y mantuvo la mirada baja, sin decir una
palabra.

La fragancia flotaba en el aire y el zorro observó atentamente có mo Pei Yunshu, con


un ligero movimiento de dedo, giraba el pollo en la parrilla desde la distancia.

Gotas de aceite chisporrotearon y cayeron sobre el fuego, provocando que se


encendiera brevemente antes de volver a su estado de calma.

La mirada de Zhuyou transmitía confusió n e irritació n mientras se acercaba y lamía


la esquina del ojo de Pei Yunshu.

La sensació n de una criatura salvaje acercándose podía causar en cualquiera una


profunda sensació n de peligro. Las largas pestañ as de Pei Yunshu, como abanicos,
temblaron levemente, y frunció los labios en silencio.

Incapaz de girar la cabeza, se negó obstinadamente a mostrar cualquier debilidad.

Había una fragancia suave y agradable a su alrededor, mezclada con el aroma a


sándalo que emanaba de su ropa. No era ni fuerte ni débil, en su punto justo, y a
Zhuyou le gustó .

Zhuyou lamió la esquina del ojo de Pei Yunshu y estaba a punto de continuar cuando
un pañ uelo de seda le bloqueó el paso.

Pei Yunshu sacó el pañ uelo y usó su poder espiritual para sostenerlo. Aunque sabía
que no detendría a Zhuyou, lo hizo.

—Mírame —dijo Zhuyou, sus ojos rojo sangre cada vez más impacientes.

La piscina profunda explotó de repente y el agua brotó del cielo, empapando el área
en un aguacero repentino.

El zorro lanzó un grito agudo y rápidamente erigió una barrera protectora, evitando
por poco quedar empapado. Estas aguas atacarían al zorro más débil, pero ante
alguien tan formidable como el Señ or Zhuyou, ni el agua ni el viento se atrevían a
soplar en su direcció n.

—No me gusta —dijo Pei Yunshu finalmente después de un largo rato. Levantó la
vista—. No me gustan las serpientes, y no me gusta que me engañ es con ilusiones y
las uses para engañ arme.

Mientras hablaba de lo que no le gustaba, sintió que no estaba hablando só lo con


Zhuyou.

Zhuyou frunció el ceñ o obstinadamente: "Las serpientes no son lindas, pero los
dragones de inundació n sí lo son".

Ahora que se había transformado completamente en un dragó n de inundació n,


también comenzó a odiar a las serpientes.
“…”, la ira de Pei Yunshu se disipó de repente. Le pareció bastante divertido. Zhuyou
no entendía nada, así que ¿qué sentido tenía discutir con él?

É l apartó la mano de Zhuyou, y cuando Zhuyou vio que finalmente lo reconocía,


también soltó sus manos que sostenían el rostro de Pei Yunshu.

El pollo estaba casi cocido, y cuando Huayue vio que la situació n se había calmado,
conjuró una mesa y colocó el guiso. Luego sacó varias botellas de porcelana blanca
del tamañ o de la palma de la mano, les quitó los tapones y un fuerte aroma a alcohol
se desprendía. Una vez listo todo, Huayue preguntó con vacilació n: «Señ or Zhuyou,
Bella Yunshu, ¿les gustaría tomar algo juntos?».

Pei Yunshu cortó el pollo asado en trozos pequeñ os con una daga y lo colocó sobre la
mesa. Huayue recuperó su forma humana, sus largas mangas ondeando en el aire
mientras servía con maestría tres copas de alcohol.

Este alcohol no es solo mi fanfarronería. Se elabora con aguas del Lejano Oriente y
solo le hemos añ adido los ingredientes más preciados. Ni hablar de una taza; una sola
gota puede hacer que alguien se sienta en el paraíso. Quienes lo han probado solo
tienen elogios.

Cuando el zorro se ponía nervioso, solía hablar más. Pei Yunshu siempre lo ignoraba
cuando no podía parar de hablar, pero al oír esto, despertó su curiosidad. Bebió una
copita de alcohol de un trago, pero solo percibió el aroma, sin ningú n efecto
extraordinario.

El zorro añ adió : “Pero ten cuidado; el alcohol es bastante fuerte y no deberías beber
demasiado”.

Tras decir esto, Zhuyou se giró para mirar a Pei Yunshu. Las comisuras de sus ojos
estaban rojas y sus labios, sonrosados. Tenía la mirada nublada, mostrando signos de
estar afectado por el alcohol.

Zhuyou lo observó y pareció que vio algo que realmente le gustó , sus ojos se
iluminaron en un instante.
Bajó la mirada hacia el alcohol que tenía en la mano y se lo entregó a Pei Yunshu.
"Bebe."

Pei Yunshu lo miró aturdido, con las mejillas ya sonrojadas. Con un movimiento
lento e inseguro, tomó la copa de la mano de Zhuyou. Justo cuando estaba a punto de
llevársela a los labios, se mareó y, sin querer, derramó el alcohol sobre su ropa.

El intenso aroma a alcohol emanaba de él, y no se sabía si provenía de su ropa o del


perfume de sus labios. Zhuyou extendió la mano y tocó una gota de alcohol
transparente que le había salpicado la mejilla, y la fragancia también se le pegó en las
yemas de los dedos.

Pei Yunshu se levantó de repente, tambaleándose hacia el borde de la piscina fría,


frunciendo el ceñ o. "Necesito un bañ o".

Zhuyou lo siguió y, tras unos pasos, se giró de repente para mirar a Huayue. Movió
ligeramente los dedos, y una fina barrera envolvió los dos pollos asados que Pei
Yunshu había preparado.

Nadie más podía tocarlos excepto él.

***

Pei Yunshu caminó tras una gran roca. No se dio cuenta de que Zhuyou lo seguía. Con
un movimiento de muñ eca, su tú nica se deslizó .

Sin la protecció n de su amplia tú nica, Zhuyou finalmente notó el fino brazalete de


plata en su muñ eca. Este se deslizaba con gracia sobre los huesos de su muñ eca,
brillando con un delicado brillo plateado, excepcionalmente hermoso.

Zhuyou olió el aroma de otra persona en la pulsera, frunció el ceñ o y dio un paso
adelante para tomar la mano de Pei Yunshu.

Pei Yunshu se apartó repentinamente y se giró para mirar a Zhuyou, aunque tardó un
poco en reaccionar. Preguntó confundido: «Voy a darme un bañ o. ¿Por qué me
seguiste?».
Zhuyou jugueteó con el brazalete en su muñ eca y preguntó : "¿Qué es esto?"

Pei Yunshu miró su mano bajo la mirada de Zhuyou, imitando su postura mientras
ladeaba la cabeza con perplejidad. "No lo sé".

É l dijo suavemente: "No me gusta".

Incluso lo odiaba.

Pero en su estado de ebriedad, Pei Yunshu no estaba nada lú cido. Negó con la cabeza
y miró fijamente el brazalete, y Zhuyou deslizó un dedo bajo él, sus uñ as
transformándose en garras de dragó n cubiertas de escamas. Se sintió encantado: «Te
lo arrancaré».

Pei Yunshu estuvo a punto de asentir, pero entonces sintió que no estaba bien.
Rápidamente retiró la mano de Zhuyou y cubrió el brazalete. "Ahora no".

Se le escapó un hipo.

Pero finalmente se lo arrancó , y Zhuyou asintió y le dijo a Pei Yunshu: "Ve a bañ arte".

Pei Yunshu respondió obedientemente con un “Oh”, pero ni siquiera se había quitado
la tú nica interior antes de entrar al agua.

Su cabello negro flotaba en la superficie del agua, y Zhuyou había calentado el área a
su alrededor, llenándola de vapor. Se quedó quieto y observó ; los patrones
demoníacos en su rostro se extendían de nuevo. Sin embargo, a pesar de observar, no
podía evitar la sensació n de que algo andaba mal.

¿Acaso el apareamiento no consistía simplemente en enrollar la cola alrededor de la


pata de Pei Yunshu? ¿Por qué se sintió aú n más incó modo la ú ltima vez que lo hizo?

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 23

Capítulo 23

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Después de sumergirse en agua tibia durante apenas un cuarto de hora, Pei Yunshu se
quedó dormido bajo la influencia del alcohol.

Durmió toda la noche y só lo se despertó cuando el sol estaba alto en el cielo al día
siguiente.

Dentro de la cueva reinaba el silencio y la quietud. Pei Yunshu se frotó la frente y


estaba a punto de incorporarse cuando de repente notó algo en su mano. Bajó la
cabeza y vio que era una llave muy desgastada.

Debajo de la llave, también había un trozo de papel. Pei Yunshu lo desdobló y unos
caracteres elegantes y audaces llamaron su atenció n.

Señ ora, como acaba de entrar en mi reino secreto, no tengo mucho que ofrecerle.
Después de pensarlo un poco, decidí obsequiarle este reino secreto. Es una pequeñ a
muestra de afecto, y espero que no sea modesta.

Cada palabra era cortés, contrastando con la extravagante letra.

Pei Yunshu frunció el ceñ o.

¿Por qué reconocía cada palabra y, sin embargo, no podía entender estas frases?

Señ ora, reino secreto, llave.


Se levantó y salió . Al salir de la cueva, vio a Zhuyou y Huayue de pie bajo la sombra
de un árbol. El zorro, con sigilo, sacaba un libro de su manga y se lo entregaba a
Zhuyou, con aire de culpa.

¿Qué estaban haciendo?

Mientras Pei Yunshu caminaba hacia ellos, Huayue lo vio de reojo. Con un
movimiento de muñ eca, el libro cayó al suelo antes de que Zhuyou lo alcanzara.

Zhuyou miró a Pei Yunshu y tomó el libro en su mano, sin inmutarse.

—Belleza, por fin has despertado —Huayue volvió la mirada hacia Pei Yunshu,
examinándolo de pies a cabeza con una sonrisa—. ¿Qué tan fuerte fue el efecto del
alcohol? Por suerte, no bebiste demasiado; de lo contrario, ¡quizás no te habrías
despertado en todo el día!

Pei Yunshu sonrió y luego preguntó : "¿Han encontrado a alguien cerca desde que me
quedé dormido?"

Huayue negó con la cabeza. "No."

Si nadie había entrado, entonces ¿qué pasó con la llave y la nota?

Pei Yunshu frunció el ceñ o y les mostró lo que había encontrado. El zorro parpadeó
con curiosidad, con sus amorosos ojos de flor de durazno, y estuvo a punto de tocar
la nota, pero antes de que pudiera hacerlo, esta flotó repentinamente y se desintegró
en el aire.

En la mano de Pei Yunshu solo quedaba una llave antigua y muy desgastada, como si
hubiera sufrido muchos añ os de uso y desgaste.

Zhuyou miró la llave con disgusto. "¿Qué decía la nota?"

“….”

“Señ ora”, esta palabra era inexplicablemente difícil de pronunciar.


Pei Yunshu pasó por alto esta palabra y dijo: "La persona dijo que quería darme este
reino secreto".

De repente, una idea cruzó por su mente y se volvió hacia Huayue. «Huayue,
¿recibiste algo?»

Las yemas de los dedos de Huayue se enroscaron en un mechó n de cabello negro a su


lado, con una mirada confusa en sus ojos. "No, no lo hice."

Otra menció n de un reino secreto, otra referencia a una madama. Pei Yunshu solo
podía pensar en la ridícula ceremonia en el muro de piedra con el zorro de piedra.
Pero si Huayue no había recibido estas cosas, ¿por qué las tenía solo él?

Reflexionó profundamente, y Zhuyou ya le había quitado la llave. A juzgar por su


expresió n, si Pei Yunshu no hubiera estado presente, podría haberla hecho polvo con
una sola mano.

Zhuyou preguntó : "¿Quieres este reino secreto?"

Pei Yunshu negó con la cabeza. "No lo quiero".

Las palabras de la nota, junto con este enorme reino secreto, no eran algo que
pudiera tomarse a la ligera.

Los ojos y labios de Zhuyou se curvaron con satisfacció n. Levantó la mano y con
indiferencia le lanzó la llave a Huayue, quien la atrapó con incredulidad. "¿Para mí?"

"¿No lo quieres?"

Huayue se quedó ató nito ante la repentina mirada de Zhuyou. Se tragó rápidamente
sus palabras educadas, aferró la llave y pareció encantado. Un rubor rosado se
extendió por su rostro y dijo: «En ese caso, lo aceptaré con gusto y lo consideraré un
regalo de tu parte, Bella, a cambio del nú cleo interno del Á rbol de Nieve de Cuatro
Meses. Sin embargo, este regalo es bastante sustancial. Bella Yunshu, espera un
momento. Después de que haya encontrado todas las cosas buenas en el reino
secreto, te daré la mitad».
Pei Yunshu estaba a punto de negarse, pero Huayue rápidamente agregó : "Si Yunshu
no lo quiere, entonces yo tampoco lo tomaré".

Pei Yunshu no sabía qué decir.

Al ver que no respondía, Huayue sonrió con picardía y se alejó para explorar la llave
más a fondo.

***

A Huayue le llevó un día entero recuperar los artículos que casi llenaban la bolsa de
almacenamiento de Pei Yunshu.

Al adquirir de repente tantos objetos valiosos, Pei Yunshu se sintió como si flotara en
el aire. Al recobrar el sentido, le quitó la bolsa a Huayue, impidiéndole llenarla con
más objetos.

Al anochecer, Pei Yunshu se sentó junto al estanque frío, absorto en sus pensamientos
mientras contemplaba el cielo. Empezó a examinar uno por uno los objetos que había
tomado del reino secreto. Estos objetos servirían como regalos para su maestro y sus
hermanos mayores.

No tenía intenció n de regresar al pico Wuzhi.

No sabía cuándo regresaría y, de ser posible, no quería volver jamás. Quería


distanciarse un poco más de su secta, de sus compañ eros discípulos y de Yunwang.

Pei Yunshu organizó los objetos seleccionados y planeó enviarlos una vez que
abandonaran el reino secreto. Quizás sería suficiente para devolver lo que su secta le
había dado. Si pudiera hacerlo, ya no tendría apegos.

Además de estas invaluables plantas espirituales, Pei Yunshu también sacó


materiales de escritura para escribir una carta a su maestro.

Les pidió a su maestro y a sus hermanos mayores que no fueran a buscarlo. Así, sería
improbable que alguien lo trajera de vuelta a la montañ a.
Terminó sus tareas y luego le preguntó a Huayue: "¿Cuándo podremos abandonar el
reino secreto?"

—Cuando quieras —respondió Huayue, sentada en un exuberante lecho de frutas


verdes—. Si Bella quiere irse, podemos irnos mañ ana por la mañ ana.

Pei Yunshu dudó por un momento y luego asintió .

—Belleza, ¿vas a buscar a tus hermanos mayores?

Pei Yunshu negó con la cabeza. "Después de irnos, les enviaré un mensaje diciéndoles
dó nde está la salida".

Miró la cadena de plata que tenía en la mano.

La Espada Qingyue no pudo cortar esta cadena, así que mañ ana tendría que confiar
en Zhuyou. Si Zhuyou tampoco podía cortarla, parecía que nadie en el mundo podría.

Pensando en Zhuyou, Pei Yunshu miró en su direcció n.

El dragó n de la inundació n estaba escondido en la piscina fría, manteniéndose


alejado de la orilla y absorto en un libro que Huayue le había dado, como si temiera
ser observado en secreto por otros.

Parecía que también tenía épocas en que le gustaba leer.

Pei Yunshu no pudo evitar sentir curiosidad. Le preguntó a Huayue: "¿Qué libro está
leyendo Zhuyou?".

La mirada de Huayue se movió incó modamente y evitó mirar a Pei Yunshu


directamente mientras respondía vagamente: "Es un libro sobre historias rurales,
algo que a Bella no le gustaría leer".

¿Historias rurales? Pei Yunshu parecía desconcertado. Nunca había oído hablar de un
libro así. ¿Era sobre agricultura?

***
No fue hasta la puesta del sol que Zhuyou emergió del estanque frío, aferrado al libro.
El vapor lo envolvía, y los patrones demoníacos de su rostro se extendían desde las
mejillas hasta el cuello.

Estaba tan caliente que los demás podían sentir el calor abrasador.

Esa noche, Zhuyou no se sumergió en la piscina fría, sino que entró en la cueva y
durmió en la misma ropa de cama que Pei Yunshu.

Pei Yunshu estaba extremadamente cansado y tenía los ojos pesados. No quería
discutir con Zhuyou, así que accedió a que se metiera bajo las sábanas y durmieran
juntos.

Después de un momento, Pei Yunshu ya estaba medio dormido cuando sintió que
Zhuyou se movía inquieto detrás de él.

Pei Yunshu se giró para instarlo a que se durmiera, pero antes de que pudiera decir
una palabra, no pudo resistir la abrumadora somnolencia y cayó en un sueñ o
profundo.

***

Temprano a la mañ ana siguiente, Pei Yunshu se despertó sintiendo sus labios
hinchados y doloridos.

Intentó tocarse los labios, pero al levantar el brazo, se dio cuenta de que la zona
alrededor del pecho también estaba hinchada y le dolía. Perplejo, se abrió la camisa
con cuidado y vio que también se había hinchado durante la noche.

Todo su cuerpo parecía hinchado y dolorido, y no se atrevía a mover los labios.


¿Habría ingerido algo tó xico o le habría mordido alguna criatura?

Pero, ¿por qué estaba en esa zona en particular? Era realmente extrañ o.

Incapaz de descubrir la causa, Pei Yunshu frunció el ceñ o, se levantó y se alejó de la


entrada de la cueva. Mientras se cambiaba de ropa, intentó usar con cautela la
energía espiritual blanca y lechosa para reducir la hinchazó n de sus labios y pecho.
Sin embargo, después de un rato, la energía espiritual pareció no tener ningú n efecto.

No tuvo más remedio que ponerse la ropa y salir a buscar a Huayue y Zhuyou.

***

Al principio, Pei Yunshu se sintió cohibido porque sus labios hinchados le daban
miedo. Sin embargo, Huayue y Zhuyou permanecieron imperturbables, igual que el
día anterior, sin mostrar signos de cambio.

Al ver sus reacciones despreocupadas, Pei Yunshu comenzó a dudar de sí mismo.

Volaron desde el acantilado, y Huayue abrió la entrada al reino secreto en ese lugar.
De repente, apareció una grieta en el cielo, y el paisaje más allá de ella era el mismo
que el sendero oculto fuera del Pabelló n Brisa de Primavera.

Pei Yunshu, junto con los otros dos, voló hacia la salida con su espada. Cuando
estaban a punto de abandonar el reino secreto, detuvo su Espada Qingyue.

Los dos demonios a su lado también se detuvieron, observándolo mientras enviaba


rápidamente un talismán de transmisió n y, ya preparado, usó un límite para envolver
las valiosas plantas espirituales. Con el talismán de transmisió n, las plantas salieron
volando juntas.

Pei Yunshu observó có mo se hacían cada vez más pequeñ os en la distancia. Levantó
la mano derecha y se echó hacia atrás la manga, dejando al descubierto la cadena de
plata en su muñ eca. Bajo la luz del sol, brillaba con fuerza.

—Zhuyou —Pei Yunshu extendió su mano frente a él—. ¿Puedes romper esto?

Zhuyou respondió : "Beso".

Pei Yunshu lo miró en silencio. Zhuyou le devolvió la mirada sin alterar su expresió n,
pero extendió sus afiladas garras y tiró suavemente. El brazalete, creado por el
Segundo Hermano Mayor, cayó del cielo y aterrizó en la jungla.
En cuanto se rompió el brazalete, a Pei Yunshu le picó la muñ eca. Observó la
diminuta herida, del tamañ o de una aguja. Bajo la influencia del Á rbol de Nieve del
Cuarto Mes, la herida comenzó a sanar lentamente. En un abrir y cerrar de ojos, la
herida, similar a una aguja, desapareció por completo.

Pei Yunshu retiró la mano, bajó la cabeza y observó el brazalete desaparecido. De


repente, sonrió con la mirada despejada. Miró hacia la salida y, sin dudarlo, salió
volando del reino secreto.

***

Yuncheng, quien meditaba con los ojos cerrados, abrió los ojos de repente. Sacó una
exquisita caja de madera de su manga, y al abrirla, el brazalete finamente tallado que
contenía se había convertido en polvo blanco.

La mirada de Yuncheng se ensombreció . "Cuarto Hermano Menor..."

A su lado, el Tercer Hermano Mayor abrió los ojos. "¿Qué le pasó al Cuarto Hermano
Menor?"

Yuncheng no respondió . Usó la punta del dedo para raspar el borde afilado de la caja
de madera, causándose un corte. Sujetándose el dedo herido, dejó caer la gota
carmesí sobre el polvo.

El brazalete aplastado absorbió su sangre. Desde abajo, el brazalete empolvado


empezó a moverse y a contorsionarse. Finalmente, un pequeñ o insecto de color
cristal, no más grande que un grano de arroz, salió arrastrándose. Olfateó la sangre de
Yuncheng y luego se hundió en su herida.

El rostro del Tercer Hermano Mayor se ensombreció . «Insectos Gu. Yuncheng, ¿por
qué llevas insectos Gu en tu brazalete? ¿Los usaste con el Cuarto Hermano Menor?»

—Solo son unas criaturitas muy beneficiosas para el cuerpo —dijo Yuncheng,
limpiándose las manchas de sangre de los dedos con un pañ uelo y sonriendo—.
Aunque tienen otros efectos menores, desde luego no le harán dañ o al Cuarto
Hermano Menor.
La expresió n de Yunman no era agradable, pero creyó a regañ adientes la explicació n
de Yuncheng. Sin embargo, antes de que pudiera preguntar más, un talismán con
mensaje entró volando en la cueva.

Después del talismán con mensaje había numerosas plantas espirituales, todas las
cuales parecían ser tesoros valiosos.

Mientras Yunwang observaba estos objetos, una repentina inquietud lo invadió . Se


levantó , casi tropezando, y aplastó el talismán del mensaje.

La voz de Pei Yunshu llegó a través de ella.

“Hermano mayor”, hubo una pausa en la voz antes de continuar, “Hermano menor”.

Yunshu ha encontrado la salida del reino secreto. Ahora puedes seguir la guía para
venir.

El Tercer Hermano Mayor estrelló su abanico plegable contra su mano y exclamó :


«En efecto, Cuarto Hermano Menor, te mereces tu reputació n. Encontraste la salida
de este reino secreto antes que nosotros cuatro».

Yuncheng levantó la vista del brazalete empolvado y miró hacia las diversas plantas
espirituales que había en el aire.

La voz de Pei Yunshu continuó durante la transmisió n: «Salí primero del reino
secreto y he formado mi nú cleo con éxito. Planeo abandonar la montañ a para
emprender algunos viajes».

"No te preocupes."

La cueva quedó en silencio. La expresió n alegre en el rostro del Tercer Hermano


Mayor se congeló , como si no hubiera escuchado las ú ltimas palabras del talismán de
transmisió n.

"Hermano mayor, ¿escuchaste claramente lo que dijo el hermano menor Yunshu?" Se


giró para preguntarle al hermano mayor.
El hermano mayor asintió : "El hermano menor Yunshu dijo que quiere dejar la
montañ a para vivir algunas aventuras".

Por un instante, la cueva volvió a quedar en silencio. Yunwang soltó el talismán y


miró los fragmentos rotos en su mano.

Se desató el cálido colgante de jade de la cintura y lo sujetó con fuerza. El suave jade
blanco le presionaba los huesos, causándole molestias. Una frialdad gélida llenó sus
ojos deslumbrantes.

Ni siquiera había tenido la oportunidad de explicarle a su hermano mayor, pero ya


estaban planeando irse de su lado.

Apretando firmemente el colgante de jade blanco, Yunwang se giró y miró a sus


hermanos mayores con una dulce sonrisa. Sin embargo, las emociones que lo
arremolinaban eran como una marea turbulenta, ensombreciendo su expresió n.
«Hermanos mayores».

Sonrió con dulzura: «Yunwang ha crecido y nunca ha estado en otros lugares. Ahora
que oigo que el Cuarto Hermano Mayor quiere ir de aventura, no puedo evitar sentir
un poco de envidia».

"Yunwang sabe que su cultivo no le basta para abandonar la montañ a en busca de


aventuras", rió entre dientes, "pero los Hermanos Mayores pueden acompañ ar a
Yunwang y viajar juntos por el mundo. Quizás incluso nos encontremos con el
Hermano Menor Yunshu. Si lo hacemos, podremos regresar juntos a nuestra secta".

“Creo que el Maestro estaría de acuerdo”.

***

En el pico Wuzhi.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing abrió los ojos y encontró una bolsa llena de
tesoros. Junto con ella venía una carta delgada.
El maestro espiritual daoísta Ling Qing revisó la carta de Pei Yunshu. Tras leer las
palabras «No te preocupes», agitó la manga y envió la bolsa a la habitació n de
Yunwang.

Dejó la carta a un lado y cerró los ojos para meditar. Después de un rato, no pudo
concentrarse.

Ling Qing volvió a abrir los ojos y miró alrededor de la habitació n.

Cuando trajo al joven Yunshu a la montañ a hacía tantos añ os, Yunshu se había
encariñ ado mucho con él. Visitaba su habitació n con frecuencia, dejando rastros de
Yunshu por todas partes.

El maestro espiritual taoísta Ling Qing se levantó , caminó hacia la mesa y tomó una
taza de porcelana.

Habían pasado más de veinte añ os, y la taza de porcelana ya tenía algunas grietas. El
maestro espiritual taoísta Ling Qing sintió un repentino mareo. Intentó concentrarse,
pero al cabo de un rato, dejó la taza.

***

A ambos lados del bullicioso mercado callejero, multitudes de personas fluían como
un río y los gritos de los vendedores eran interminables.

Pei Yunshu caminaba tranquilamente entre la multitud. No era que no quisiera


caminar más rápido, pero si lo hacía, esa zona le rozaría la ropa y le causaría dolor.

Zhuyou caminaba a su lado. Si Pei Yunshu se movía despacio, él también lo hacía, con
sus ojos negros fijos en él, como si no pudiera apartar la vista de él.

Si no fuera por la mirada fija de Zhuyou, Pei Yunshu podría haberse aflojado un poco
la cintura. Llevaba ropa recién comprada y había elegido los mejores materiales de la
tienda de ropa confeccionada. Sin embargo, aú n no se comparaba con la comodidad y
la holgura de las tú nicas taoístas. A cada paso, la incomodidad aumentaba.
Huayue iba delante de ellos y les hizo señ as para que se acercaran. Cuando ambos lo
alcanzaron, señ aló una piedra color ámbar en el puesto de un vendedor, sin poder
ocultar su asombro. «Dicen que esto se llama Incienso de Saliva de Dragó n».

Los tres individuos desinformados miraron la piedra.

Saliva de dragó n\?

El vendedor dijo con cariñ o: «Exactamente, es incienso de saliva de dragó n. Es un


objeto sumamente valioso. Si los estimados invitados están interesados, este es el
precio».

Extendió la palma de la mano, pero al ver que los tres no reaccionaban, sonrió
misteriosamente y se cubrió la boca con una mano, susurrando: «Este incienso de
saliva de dragó n no solo mejora la salud y la resistencia, sino que también tiene
efectos afrodisíacos. Si lo enciendes en tu habitació n por la noche, su fragante aroma
te traerá delicias nocturnas. ¿Verdad que es tentador?».

Pei Yunshu lo entendió . Se aclaró la garganta y apartó la mirada del Incienso de


Saliva de Dragó n. Pensó que los dragones eran bastante... Incluso su saliva tenía esos
efectos.

Huayue parecía envidioso. Elogió a Zhuyou, que estaba a su lado, e hizo una profunda
reverencia. «Mi señ or, es usted verdaderamente extraordinario. Incluso su saliva
tiene efectos tan extraordinarios. No hay otra criatura en el mundo que se le
compare».

Zhuyou, al escuchar esto, asintió en acuerdo con las palabras de Huayue.

El vendedor, que había estado hablando enigmáticamente, estaba desconcertado.


Entonces, extendió una mano y cerró el pulgar: «Si los tres estimados invitados están
realmente interesados, puedo ofrecerles un precio especial, pero no puede ser más
bajo».

De repente, Zhuyou extendió la mano y tomó la piedra ámbar del puesto del
vendedor. En un abrir y cerrar de ojos, la piedra desapareció de su mano.
El vendedor se quedó mirando con los ojos muy abiertos: "Tú ..."

Zhuyou lo miró inexpresivamente y luego se volvió hacia Pei Yunshu. Al darse cuenta
de lo que había olvidado, sacó una fruta espiritual de su manga y se la arrojó al
vendedor con indiferencia.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 24

Capítulo 24

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Después de encontrar una posada, los tres descansaron allí durante un día.

Un camarero sirvió té, y Huayue tomó un sorbo para humedecerse la garganta antes
de continuar: «Todavía faltan tres días para el Mercado de Fantasmas Demoniacos.
Mañ ana pasaremos por un lugar llamado el Templo de la Conexió n del Destino. Dicen
que es famoso por sus acertadas predicciones de emparejamiento. ¡Además, los
jó venes monjes de allí son excepcionalmente guapos!».

Pei Yunshu tomó un sorbo de té y sonrió ante sus palabras.

Tras abandonar el reino secreto y enfrentarse a la repentina inmensidad del mundo,


Pei Yunshu se sintió un poco abrumado. Huayue había sugerido que visitaran el
Mercado de Demonios Fantasmales, que se celebraba cada cien añ os y estaba a punto
de celebrarse.

A medida que viajaban, conocían a otros viajeros y veían cosas que nunca habían
visto antes, la sonrisa de Pei Yunshu se hizo gradualmente más frecuente.

Ya no vestía tú nicas blancas, y su cabello recogido era excepcionalmente sencillo.


Pero cuando sonreía, sus rasgos eran claros y radiantes, como una flor fragante que
iluminaba el mundo.

Zhuyou se inclinó hacia un lado, mirándolo perezosamente. Al verlo sonreír, extendió


la mano para tocar la comisura de los labios de Pei Yunshu. Durante todo el viaje,
Zhuyou había sido así. Si Pei Yunshu evitaba su contacto, él insistía en tocarlo. Sin
embargo, si Pei Yunshu se lo permitía, se conformaba y lo dejaba ir.

Pei Yunshu no se movió y, como era de esperar, tras tocarle los labios, Zhuyou le soltó
la mano. Pero este dragó n de la inundació n no tenía vergü enza; tras soltar a Pei
Yunshu, tomó el mismo dedo que había tocado sus labios y se lo llevó a la nariz,
oliendo la fragancia del té que aú n persistía.

Las orejas de Pei Yunshu se pusieron ligeramente rojas y susurró : "¡Zhuyou!"

Zhuyou lo miró , con su mirada fija en el ló bulo de la oreja de Pei Yunshu, luego bajó
los ojos, ocultando las oscuras y complejas emociones dentro de ellos.

***

En cuanto al Templo de la Conexió n del Destino que mencionó Huayue, de hecho lo


encontraron al día siguiente.

El templo estaba situado en una ladera, rodeado de melocotoneros. Con la suave


brisa, pétalos rosados de melocotó n flotaban en el aire, haciendo que el templo
pareciera el lugar donde residía Yuelao*, lleno de belleza sin vulgaridad.
* Dios del matrimonio y el amor.

Pei Yunshu se sacudió los pétalos que caían y no pudo evitar reír cuando miró a
Zhuyou.

A Zhuyou también le cayeron encima unos pétalos atrevidos. Dos de ellos aterrizaron
cerca de su cuerno de dragó n de inundació n, y si no lo hubiera cubierto, podrían
haber aterrizado en su afilada punta. Con sus ojos fríos y misteriosos, cuando los
pétalos le cubrían la cabeza, se veía realmente adorable.

Pei Yunshu extendió la mano para deshojar su cabello negro azabache. Zhuyou lo
miró , luego extendió la mano para arrancar una flor de durazno y la sostuvo, como si
quisiera clavársela en el cabello de Pei Yunshu.

Pei Yunshu dio un paso atrás rápidamente. "¿Dó nde aprendiste todo esto?"
Los ojos de Zhuyou comenzaron a parpadear. No dijo nada, solo hizo señ as con los
dedos. Pei Yunshu fue repentinamente empujado hacia él por una ráfaga de viento, y
justo cuando estaba a punto de caer en sus brazos, la fuerza que lo impulsaba
desapareció .

Justo cuando se mantenía firme, una mano fría le tocó la oreja. Zhuyou insertó la flor
de durazno cerca de la oreja de Pei Yunshu. Parecía que lo hizo a propó sito, pues la
flor ya estaba colocada, pero su mano aú n rozó el ló bulo de Pei Yunshu.

La suave carne se amasó un rato y empezó a calentarse. Pei Yunshu ladeó la cabeza
para evitar la mano de Zhuyou. Antes de que pudiera decir nada, sintió que el ló bulo
de su oreja se humedecía: Zhuyou se lo había llevado a la boca.

“…”

El desvergonzado dragó n de la inundació n envolvió sus labios alrededor del ló bulo


de la oreja, y sus dientes rozaron suavemente la carne, emitiendo un sonido de
deglució n salvaje y satisfactorio.

Pei Yunshu quedó completamente desprevenido. Cuando por fin reaccionó , Zhuyou
ya le había dado varios besos detrás de la oreja. A toda prisa, Pei Yunshu lo apartó ,
provocando que Zhuyou chocara contra el tronco de un árbol. Las ligeras y fragantes
flores de durazno cayeron al instante como una lluvia fragante.

A través de la lluvia de pétalos, Pei Yunshu notó que las marcas demoníacas en el
rostro de Zhuyou ya habían aflorado. Estas marcas se extendían por su cuello y
continuaban bajo su ropa.

Pei Yunshu bajó la mirada inconscientemente y su rostro cambió de color.


Sonrojándose y palideciendo, se sacudió rápidamente las mangas y se distanció .

Zhuyou, que se quedó atrás, miró hacia abajo confundido.

Só lo había una persona en la foto.

É l tenía dos.
¿No te gustó ?

***

Huayue había llegado a la montañ a antes que ellos. Para cuando Pei Yunshu y los
demás llegaron al templo, el zorro de habla fácil ya se había hecho amigo de todos.

El abad del templo también era un cultivador, un anciano cuya sonrisa recordaba a la
del Buda Maitreya, cálida y amigable. En cuanto vio a Pei Yunshu, exclamó
sorprendido: «Benefactor, ¿puedo tomarle el pulso?».

Pei Yunshu reprimió su irritació n, se arremangó y extendió su muñ eca hacia el viejo
monje.

Zhuyou lo vio en cuanto llegó y adoptó una expresió n hostil. Sus marcas demoníacas
carmesí emergieron, y en un instante, apartó a Pei Yunshu del viejo monje, gruñ endo
suavemente.

Sobresaltado, el abad rápidamente tranquilizó a Zhuyou: “No hay necesidad de


preocuparse, solo quiero examinar el pulso del joven amigo”.

El aura imponente de Zhuyou era aterradora; su brazo, que rodeaba la cintura de Pei
Yunshu, se llenó de escamas y emergió su cuerno de dragó n de inundació n. Sus ojos
bestiales estaban llenos de furia, y su apariencia era temible.

Pei Yunshu, en sus brazos, fue abrazado con fuerza por él. Era el más cercano a
Zhuyou y el más consciente de su transformació n.

Una luz roja brilló en sus pupilas verticales y negras, recordando el momento en que
perdió la razó n en la piscina helada. A Pei Yunshu le dio un vuelco el corazó n y
susurró : «Zhuyou, no hay problema, aquí no hay peligro».

Zhuyou escuchó sus palabras y bajó la cabeza para mirarlo.

Con ojos desprovistos de emoció n, la mirada de Zhuyou se fijó en Pei Yunshu. Pei
Yunshu apretó los dientes, rodeó el cuello de Zhuyou con los dedos y cerró los ojos.
Se inclinó rápidamente.
Depositó un beso preciso en los labios de Zhuyou y luego se retiró rápidamente, sin
atreverse ya a mirar al abad y a Huayue a su lado.

Zhuyou permitió que Pei Yunshu se apartara de su abrazo, manteniendo la postura


anterior, y se tocó la comisura de los labios. Cuando volvió a mirar a Pei Yunshu, este
estaba de pie a un lado, fingiendo que nada había pasado. Sin embargo, sus mejillas
sonrojadas delataban que él había iniciado el beso.

Las marcas demoníacas retrocedieron como una marea y Zhuyou bajó la mirada,
luciendo algo aturdido.

Huayue, quien se había escondido detrás del anciano monje, vio que Zhuyou se había
calmado y ambos respiraron aliviados. El abad se acercó un paso más a Pei Yunshu, y
Zhuyou seguía tocándose los labios, sin mostrar señ ales de otro arrebato.

“Benefactor”, expresó el abad agradeciendo a Pei Yunshu, “me salvaste la vida”.

Pei Yunshu se sintió avergonzado; no tenía nada que ver con el abad. No necesitaba
expresar gratitud.

—No es nada, abad.

El abad sonrió , acariciándose la barba, y luego se puso serio. "¿Puedo tomarle el


pulso?"

Pei Yunshu extendió su mano frente a él, y el abad, mirando cautelosamente a


Zhuyou, colocó su mano sobre el pulso de Pei Yunshu.

Tras un momento, examinó cuidadosamente la tez de Pei Yunshu y reveló una


expresió n de confirmació n. Dijo: «Joven amigo, ¿sabes que tienes un insecto Gu
dentro del cuerpo?».

Pei Yunshu se quedó ató nito. "¿Qué?"

El abad vio su reacció n y se dio cuenta de que no se había dado cuenta. Suspiró y
retiró la mano. «Alguien te ha implantado un insecto gu. Dentro de tu cuerpo hay un
insecto Gu infantil, y si no me equivoco, alguien lo ha despertado».
Huayue jadeó en estado de shock y Pei Yunshu se puso aú n más pálido.

Al ver el cambio de expresió n en sus rostros, el abad explicó apresuradamente: «Este


insecto Gu se llama el 'Gu Vinculado a las Emociones'. Es una criatura beneficiosa sin
inconvenientes. No hay de qué preocuparse. Sin embargo, una vez que la madre Gu se
ha alimentado de la sangre de su dueñ a, el hijo Gu, en este caso, también despertará.
La madre y el hijo Gu son una pareja, y cuanto más separados estén, más fuerte será
su afecto mutuo. Para atraer a la lejana madre Gu, el hijo Gu adulto emitirá una
fragancia ú nica como señ al».

El abad se aclaró la garganta y dijo: “Es solo esta fragancia, no solo la madre gu puede
olerla”.

“…”, Pei Yunshu apretó el puñ o y se le encogió el corazó n. “Abad, si hay algo más, por
favor dígamelo”.

Zhuyou vio la expresió n en el rostro de Pei Yunshu y su mirada hacia el abad se


volvió feroz nuevamente.

Bajo la mirada de Zhuyou, el abad tembló levemente y dijo con una sonrisa iró nica:
«Como este gu se llama 'Gu Vinculado a las Emociones', debe estar relacionado con
las emociones. Si el gu niñ o no despierta, no hay de qué preocuparse. Sin embargo, si
despierta, al madurar, experimentará dos fluctuaciones emocionales».

Pei Yunshu cerró los ojos un momento, intentando calmar su respiració n. "¿Serán
graves estas fluctuaciones emocionales?"

Si no hubiera venido a este Templo de Conexió n del Destino hoy, si no hubiera


conocido a este abad, ¿solo se habría dado cuenta de que había un gusano gu
escondido dentro de él cuando sucedió algo anormal?

—Puedes estar tranquilo —dijo el abad con tono firme, y finalmente dijo algo
tranquilizador—. Como el gu niñ o está lejos del gu madre, incluso si despierta, las
fluctuaciones emocionales no serán demasiado graves. Simplemente recita el Mantra
del Corazó n Limpio unas cuantas veces para resistirlas.
Pei Yunshu respiró aliviado, pero luego sonrió con ironía. Bajó la mirada al suelo un
instante antes de volver a mirar al anciano abad.

“¿Qué pasaría si tomara una medicina central curativa?”

¿Podría el nú cleo interno del Á rbol de Nieve de Cuatro Meses en su cuerpo expulsar
a este insecto gu?

El abad rió entre dientes: «Este es un gu benéfico. ¿Có mo podría expulsarse


eficazmente?».

Pei Yunshu frunció los labios y continuó : "Abad... ¿hay alguna manera de eliminar este
Gu Atado a las Emociones de mi cuerpo?"

El viejo monje se acarició la barba y respondió con una pregunta: “¿A dó nde te
diriges?”

Huayue intervino: "Vamos al Mercado del Fantasma Demonio, Viejo Monje. ¿Hay
alguna manera de deshacerse de este gu para mi Bella Yunshu?"

“Si vas al Mercado de Demonios y Fantasmas, hay una manera”, dijo el anciano abad.
“En el mercado, hay un reconocido médico fantasma con una comprensió n
extraordinaria de estos temas. Si te ayuda, sin duda podrá extraerte este gu. Sin
embargo, este Gu Vinculado a las Emociones es un objeto muy valioso. Joven amigo,
¿de verdad estás dispuesto a desprenderte de él?”

Pei Yunshu respondió con firmeza: "Lo soy".

***

Era mediodía, la hora perfecta para comer. Tras terminar su almuerzo vegetariano,
Pei Yunshu salió de su habitació n y vio un enorme y viejo duraznero en el patio.

Pei Yunshu sintió un ligero cariñ o por este melocotonero. Se acercó y posó
suavemente la mano sobre el tronco.

Una voz infantil emanó del árbol de flor de durazno: “Señ or, ¿es usted un demonio del
árbol?”
Pei Yunshu sonrió y respondió con un tono amable: "No, no lo soy".

La joven voz respondió con un «Oh», y luego declaró con orgullo: «Soy el primer
espíritu del árbol en despertar en toda la montañ a. Cuando alcance un nivel superior
de cultivo, me convertiré en un demonio del árbol».

Pei Yunshu elogió al joven espíritu del árbol con una sonrisa.

El pequeñ o espíritu del árbol continuó alegremente: «Señ or, dicen que pedir deseos
de amor delante de mí es muy efectivo. ¿Le gustaría pedir un deseo también?»

Pei Yunshu se quedó ató nito por un momento y miró hacia arriba para ver bolsitas
rojas colgando de las ramas del árbol de durazno.

Zhuyou se acercó por detrás, y en cuanto dio un paso adelante, un sobre cayó
directamente en los brazos de Pei Yunshu. Pei Yunshu lo atrapó instintivamente, pero
no supo qué hacer con él.

Zhuyou echó un vistazo rápido al sobre en la mano de Pei Yunshu y luego lo miró .
Levantó la mano con cautela e intentó tocarle el labio, pero justo cuando estaba a
punto de tocarlo, Pei Yunshu sintió que algo andaba mal.

Su nariz detectó el aroma de las especias e instintivamente abrió la boca, dejando


entrar el objeto. Entonces se dio cuenta de que era un fragante trozo de cecina.

Comer carne dentro del templo era ciertamente tabú . Pei Yunshu miró discretamente
a su alrededor, se aclaró la garganta y le preguntó a Zhuyou en voz baja: "¿De dó nde
salió esto?".

Zhuyou no respondió ; en cambio, preguntó : "¿Quieres más?"

Pei Yunshu dudó por un momento, miró nuevamente a su alrededor para asegurarse
de que no hubiera monjes cerca y luego asintió .

Desde que entró en la ermita, Pei Yunshu solo había comido pollo asado que él y
Zhuyou habían preparado juntos. Casi había olvidado el sabor de la comida mundana.
Al principio pensó que el estofado de Huayue era la cumbre de las delicias culinarias,
pero ú ltimamente había descubierto que existían innumerables platos deliciosos en
el mundo, y estos bocadillos eran solo una pequeñ a muestra.

Zhuyou arqueó una ceja y se tocó suavemente los labios pálidos con la mano. Bajó la
cabeza, con sus ojos negros fijos en Pei Yunshu, sin pestañ ear. «Beso».

“…” Pei Yunshu hizo una pausa y luego dijo lentamente: “En ese caso, no comeré”.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 25

Capítulo 25

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Zhuyou parecía haber aprendido todo tipo de cosas extrañ as de algú n lugar, y aunque
Pei Yunshu tenía buen temperamento, las acciones de Zhuyou estaban poniendo a
prueba su carácter.

Ese carácter, por supuesto, se manifestaba en forma de ira.

Por la tarde, los tres se despidieron del anciano monje y descendieron de la montañ a.
Al atravesar el bosque de duraznos, Huayue convocó una ráfaga de viento que hizo
que los pétalos de durazno cayeran como lluvia.

Pei Yunshu dejó de lado sus pensamientos sobre el "Gu Atado a las Emociones" y
voló a través del bosque de duraznos con su espada. Zhuyou estaba detrás de él, con
un brazo suelto alrededor de Pei Yunshu y el otro jugueteando con su cabello negro.

Al anochecer, se detuvieron en un pequeñ o pueblo. Solo había una posada y solo


quedaban dos habitaciones. Pei Yunshu sugirió : «Huayue y yo tomaremos una
habitació n».

Tan pronto como dijo esto, la atmó sfera de repente se volvió fría.

Zhuyou permaneció inexpresivo y el posadero, asustado por su presencia, se encogió


detrás del mostrador.

Al final, Pei Yunshu y Zhuyou compartieron una habitació n.


Por suerte, la habitació n tenía dos camas, una dentro y otra fuera. Pei Yunshu colocó
los bocadillos que habían comprado por el camino sobre la mesa y señ aló la cama en
la habitació n exterior. Dijo: «Duerme ahí».

Zhuyou asintió con indiferencia y comenzó a picotear los bocadillos que había en la
mesa, agarrando un trozo de carne seca y llevándoselo a la boca.

Pei Yunshu vio a Zhuyou absorto en la comida y se dirigió con cautela a la habitació n
interior. Ni siquiera tuvo tiempo de quitarse los zapatos cuando se arrodilló a medias
sobre la cama, dejando que las cortinas cayeran a su alrededor. Una vez seguro de que
el grosor de las cortinas impediría que Zhuyou, desde afuera, lo viera, Pei Yunshu, con
expresió n de dolor, comenzó a desabrocharse la ropa.

No toda la ropa era de la misma calidad, y aunque la que llevaba Pei Yunshu se
consideraba buena, aú n le rozaba la piel de forma incó moda. Llevaba un tiempo
deseando ponerse ungü ento.

Bajó la mirada y notó que el ungü ento que se había aplicado esa mañ ana se había
manchado la ropa. No solo no había funcionado, sino que parecía haber empeorado
su condició n.

No es de extrañ ar que cada vez fuera más doloroso.

Pei Yunshu frunció el ceñ o y, después de echar una rápida mirada a Zhuyou para
asegurarse de que no pudiera ser visto desde afuera, sacó un pequeñ o frasco de
ungü ento y aplicó una pequeñ a cantidad en su piel.

Bajando la cabeza, trabajó meticulosamente, sin darse cuenta de que se había abierto
un pequeñ o espacio en las cortinas detrás de él.

***

Temiendo que el ungü ento se manchara en su ropa, Pei Yunshu no se atrevió a


abrocharse el cinturó n hasta que sintió que el ungü ento había sido absorbido.

Entonces recordó que había pasado bastante tiempo en la habitació n interior, y sin
embargo, Zhuyou no había venido a apurarlo. Desconcertado, fue a la habitació n
exterior y notó que Zhuyou no estaba en la mesa. En cambio, se oía el sonido del agua
que salía de detrás de la mampara donde se encontraba el bañ o.

Era muy temprano por la mañ ana. ¿Zhuyou ya se había bañ ado?

Había una leve niebla saliendo detrás de la pantalla.

—Zhuyou —preguntó Pei Yunshu—, ¿usaste agua muy caliente? El vapor se desplaza
hacia aquí, y si usas agua caliente demasiado tiempo, podría resultar incó modo.

Mientras hablaba, un fuerte ruido se escuchó detrás de la pantalla. Sorprendido, Pei


Yunshu instintivamente rodeó la pantalla para echar un vistazo y se quedó ató nito.

El cuerpo de Zhuyou emanaba vapor y no llevaba ropa. Pei Yunshu no estaba seguro
de lo que acababa de ocurrir, pero en ese momento, Zhuyou había logrado perforar
dos pequeñ os agujeros en el bañ o con sus cuernos. Esos dos agujeros ahora estaban
pegados a sus cuernos de dragó n, dejándolo inmó vil.

Después de su sorpresa inicial, Pei Yunshu no pudo evitar reprimir una risa.

Zhuyou lo vio entrar, y las marcas en su rostro se tornaron aú n más rojas. Apretó los
labios, mostrando disgusto en su expresió n. Zhuyou estaba a punto de arrancarle a la
fuerza los cuernos de dragó n de la cabeza cuando Pei Yunshu lo detuvo rápidamente.
«Espera un momento».

Pei Yunshu hizo todo lo posible por no mirar a Zhuyou, completamente desnudo, en
la bañ era. En cambio, se acercó al frente y se agachó para inspeccionar los dos
pequeñ os cuernos que sobresalían ligeramente de la bañ era de madera. Intentó
moverlos, y efectivamente, estaban encajados con bastante fuerza.

Luego Pei Yunshu miró a Zhuyou y preguntó confundido: "¿No puedes retraer los
cuernos?"

Desde ese ángulo, Pei Yunshu no podía ver la expresió n de Zhuyou, solo su cabello
negro. Tras un vistazo rápido, Pei Yunshu volvió a fijarse en los cuernos clavados en
la tina de madera. Zhuyou respondió : «No puedo retraerlos».
"¿Por qué?" Pei Yunshu tenía curiosidad.

Zhuyou dijo: "Quiero aparearme".

Cuando los dragones de inundació n desean aparearse, naturalmente deben mostrar


su lado más hermoso. Ya sean los patrones o el cuerno del dragó n de inundació n, este
nunca desaparecerá mientras la lujuria perdure.

Inesperadamente, Pei Yunshu escuchó la respuesta, y Zhuyou, al ser tan directo, fue él
quien se sintió avergonzado. Tosió varias veces seguidas, con la cara ligeramente
roja, y luego concentró toda su atenció n en intentar apartar la bocina de Zhuyou,
evitando seguir conversando.

El cuerno era mucho más duro que la tina de madera, y en un pueblo pequeñ o como
este, no había tinas de repuesto. Si esta se rompía, quizá no podrían comprar una
nueva en varios días.

Pei Yunshu probó varios métodos y finalmente logró colocar el cuerno de dragó n de
Zhuyou en su lugar con gran esfuerzo. En cuanto Zhuyou pudo moverse de nuevo, se
levantó de repente de la bañ era, extendió la mano y agarró la muñ eca de Pei Yunshu,
con sus ojos oscuros llenos de deseo.

Pei Yunshu siendo jalado por él: "¿Qué pasa?"

Zhuyou respondió en voz baja: "Quiero aparearme".

El agua caliente fluía del cuerpo de Zhuyou a la bañ era, creando un ambiente ruidoso
e inquieto. El agarre de Zhuyou en la muñ eca de Pei Yunshu era tan caliente que daba
ganas de retroceder.

Pei Yunshu intentó liberar su mano, pero sintió que algo andaba mal. Su piel empezó
a arder, sus extremidades se debilitaron y una extrañ a fragancia flotaba en el aire.
Tras olerla varias veces, sintió aú n más calor en todo el cuerpo.

"Quiero beber agua", dijo, pellizcándose la mano, sin saber qué le pasaba. "Zhuyou,
necesito salir a buscar agua".
De repente, Zhuyou frunció el ceñ o y olió el aire. "Huele bien".

Se inclinó hacia el aroma que emanaba del cuerpo de Pei Yunshu. A Pei Yunshu le
costaba cada vez más respirar, así que se soltó de Zhuyou, quien lo soltó . Zhuyou
cerró los ojos y saboreó la fragancia que emanaba de su cuerpo.

Pei Yunshu salió corriendo de detrás del biombo, bebió dos vasos de agua fría e
intentó calmar su respiració n. La extrañ a fragancia en el aire finalmente comenzó a
disiparse.

Una vez que se calmó , Pei Yunshu recordó el insecto gu dentro de él.

¿Có mo pudo liberar su fragancia tan rápidamente?

¿Podría ser que la excitació n de Zhuyou haya provocado que el “Gu Atado a las
Emociones” también reaccionara?

Por mucho que Pei Yunshu lo pensara, esta posibilidad parecía la más probable.
Rápidamente empacó sus cosas y se dirigió a la habitació n contigua donde se alojaba
Huayue. Dada la situació n actual, no podía compartir la habitació n con Zhuyou.

Huayue le abrió la puerta, con cara de sorpresa. "Hermosa, ¿por qué has venido?"

Pei Yunshu evitó la pregunta y simplemente dijo: "Meditaré en tu habitació n esta


noche".

***

Aunque dijo que meditaría toda la noche, Pei Yunshu se quedó dormido a
medianoche.

El zorro leía un libro sobre eruditos y demonios zorro junto a la lámpara. Al ver a
Pei Yunshu durmiendo, quiso levantarlo y acostarlo. Sin embargo, antes de que
pudiera acercarse, una tira de tela blanca salió disparada y le golpeó la mano con
fuerza.

El zorro jadeó de dolor y sus delicadas manos se hincharon por el golpe.


Al instante siguiente, Zhuyou apareció de repente junto a Pei Yunshu, se inclinó y lo
besó suavemente en los labios. Su expresió n era fría al mirar a Huayue. Luego se llevó
a Pei Yunshu.

Después de colocar a Pei Yunshu en la cama, Zhuyou se inclinó y lo besó suavemente


en la comisura de los labios.

La hinchazó n de sus labios había disminuido considerablemente. Zhuyou lo besaba


suavemente, subiendo y bajando con suavidad sus labios. No era nada comparado con
la aspereza de la vez anterior, y si continuaba así, sus labios no deberían volver a
hincharse.

***

El Mercado de los Demonios Fantasmas aú n estaba a cuatro días de distancia. Si


seguían volando con sus espadas, podrían llegar al mercado en menos de un día. Con
tiempo de sobra, se tomaron su tiempo, disfrutando de las vistas a lo largo del
camino, convirtiéndolo en un viaje tranquilo.

A medida que se acercaban al Mercado de Fantasmas Demoniacos, se toparon con


cada vez más criaturas sobrenaturales. Pei Yunshu quedó fascinado por la diversidad,
sintiendo como si estuviera viendo un mundo completamente nuevo más allá de los
humanos.

Sin embargo, justo antes de llegar al Mercado Demonio Fantasma, se encontraron con
miembros de la Secta Brocado de Flores.

Se escondieron entre la multitud de demonios a ambos lados del camino, observando


có mo los cultivadores demoníacos de la Secta Brocado de Flores, cargando dos
palanquines negros, los superaban en el aire. Al pasar, Pei Yunshu ladeó levemente la
cabeza.

La majestuosidad de su procesió n fue realmente asombrosa, dejando a Pei Yunshu un


poco desconcertado. Huayue se burló : "¡Esos malditos cultivadores demoníacos
también están aquí!"

Pei Yunshu simplemente reconoció esto y apretó fuertemente su Espada Qingyue.


El deseo de venganza ardía en su corazó n. Nunca olvidaría la humillació n sufrida en
el reino secreto del Clan Zorro.

Mientras apretaba con fuerza la Espada Qingyue, otras manos le abrían la mano. Pei
Yunshu giró la cabeza y vio a Zhuyou, quien lo observó brevemente antes de lanzar
una mirada feroz hacia los distantes cultivadores de la Secta del Brocado de Flores.
En sus ojos, Pei Yunshu percibió una profunda y cruel intenció n asesina.

"Señ or Zhuyou", Huayue, a su lado, también sintió la escalofriante intenció n asesina y


dijo con urgencia: "No podemos matar a nadie una vez que comience el Mercado de
los Demonios Fantasmales. Es la regla del mercado. Si queremos lidiar con la Secta
del Brocado de Flores, tendremos que hacerlo antes o después del mercado".

Pero la Secta del Brocado de Flores tenía muchos cultivadores poderosos, y tratar
con ellos antes del mercado podría no ser factible.

Zhuyou estaba disgustado. "¿Tenemos que esperar para matar gente?"

Huayue consideró la situació n y habló con cautela: "Sí, espera".

Su discusió n no era sobre si debían enfrentarse a la Secta del Brocado de Flores, sino
sobre cuándo hacerlo. Ambos irradiaban una fuerte intenció n asesina, y después de
que Pei Yunshu se calmara, sonrió .

"Entonces esperemos hasta después del Mercado de Fantasmas Demonios".

Este viaje al mercado fue principalmente para encontrar al médico fantasma, no para
lidiar con Zouyu.

Huayue expresó repentinamente su preocupació n. "Bella Yunshu, ¿qué pasaría si ese


gran cultivador demoníaco Zouyu te reconociera?"

Recordó vívidamente las palabras amenazantes que Zouyu pronunció aquel día
cuando el Señ or Zhuyou se llevó a la Bella Yunshu. El odio en esas palabras le
provocó escalofríos.
La Secta del Brocado de Flores es, sin duda, una secta demoníaca desvergonzada,
conocida por sus métodos turbios. De no haber sido por el rescate del Señ or Zhuyou,
quién sabe en qué abismos de depravació n habría caído ese cultivador demoníaco.
¡Desvergonzado!

Pei Yunshu también frunció el ceñ o pensativo.

El velo, nunca lo volvería a usar. Además, en esta reunió n de diversos seres


sobrenaturales, ninguno ocultaba su apariencia con velos. Si usara uno, solo
destacaría aú n más.

Después de pensarlo un momento, dijo: "¿Hay algú n lugar en el Mercado de


Fantasmas Demoniacos donde pueda comprar máscaras?"

Los ojos de Huayue se iluminaron. "¡Claro! Hay máscaras de varios seres


sobrenaturales, y si usas una al pasar por la Secta del Brocado de Flores, ¡no te
reconocerán!"

—Entonces consigamos máscaras —decidió Pei Yunshu con firmeza.

Zhuyou frunció el ceñ o y, mientras lo hacía, el grupo entró en la posada.

Una vez cerrada la puerta, levantó la mirada hacia Pei Yunshu. "¿Por qué no matar?"

Pei Yunshu sirvió dos tazas de té y las colocó frente a Zhuyou. «Si los matamos,
retrasaremos el Mercado de Fantasmas Demoniacos».

"Incluso si lo retrasamos, si alguien no está contento, podemos simplemente


matarlo", dijo Zhuyou con calma, pero había un brillo rojo sangre en sus ojos,
mostrando su genuina intenció n de lidiar con la Secta del Brocado de Flores.

“Si matas a alguien en el Mercado de Fantasmas Demoniacos, miles de seres


sobrenaturales nos perseguirán. Aunque no puedan hacerte dañ o, no podremos
descansar estos días. Sin el mercado, no encontraremos al médico fantasma, y todo el
tiempo habrá sido en vano”, explicó Pei Yunshu con cautela.

Zhuyou frunció el ceñ o nuevamente, aparentemente sumido en sus pensamientos.


Pei Yunshu vio que parecía comprender y sintió una gran satisfacció n por explicar
las cosas con tanta claridad. Miró a Zhuyou con una sonrisa, notando su cabello
ligeramente despeinado, y levantó la mano para arreglársela.

Inesperadamente, Zhuyou agarró su mano, cerró los ojos e inhaló el aroma en su


muñ eca, diciendo suavemente: "Hueles tan bien".

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 26

Capítulo 26

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Dijo: "Hueles muy bien", pero Pei Yunshu no podía percibir ninguna fragancia en sí
mismo.

Zhuyou entrecerró los ojos, como si estuviera absorto en algo. Levantó la manga de
Pei Yunshu y empezó a olerle el brazo.

El leve aroma penetró profundamente en sus sentidos, y Pei Yunshu observó con
asombro có mo los cuernos del dragó n de la inundació n y las runas en el rostro de
Zhuyou reaparecían.

Zhuyou había mencionado que estas cosas aparecían cuando él estaba


emocionalmente conmovido.

Pei Yunshu sacó su mano del agarre de Zhuyou y corrió hacia la ventana, logrando
solo abrirla una rendija antes de que Zhuyou lo abrazara por detrás.

Zhuyou lo abrazó con fuerza, hundiendo la cabeza en la nuca de Pei Yunshu. "Huele
tan bien".

—No huele mal —Pei Yunshu agarró el marco de la ventana, intentando abrirla—.
Zhuyou, no huelo nada. Debes estar equivocado.

Zhuyou no habló , pero apretó los brazos. "Hueles bien".


Finalmente, se abrió la ventana y entró una suave brisa. Pei Yunshu suspiró aliviado e
intentó apartar las manos de Zhuyou. "Ahora ya no huele, ¿verdad?"

Pei Yunshu realmente no podía oler nada. Incluso cuando el 'Gu Vinculado a las
Emociones' se activó al ser incitado por Zhuyou la ú ltima vez, solo percibió un ligero
aroma a limpio. Ahora era diferente, y no entendía por qué.

Zhuyou se negó a soltarlo, y cuando Pei Yunshu logró aflojar su agarre, lo sujetó aú n
más fuerte, enterrando su rostro en su cuello y dejando que los cuernos del dragó n de
la inundació n rozaran suavemente la piel de Pei Yunshu.

Los cuernos del dragó n de inundació n eran afilados, y el más leve movimiento podría
perforarle el cuello. Pei Yunshu no se atrevió a resistir más. Ignoró a Zhuyou y miró
por la ventana.

Su habitació n daba a una calle, y gente de todo tipo entraba y salía. A lo lejos,
destacaba una posada de tres pisos, la mejor de la zona. Allí se alojaban los
cultivadores de la Secta del Brocado de Flores.

Pei Yunshu apartó la mirada del alto edificio y vio a gente vendiendo pastillas abajo.
Tuvo una idea y sacó con sigilo una Píldora del Corazó n Puro de su bolsa. "¿Zhuyou?"

Zhuyou levantó la cabeza del cuello de Pei Yunshu. Al instante siguiente, le metieron
la píldora en la boca.

La píldora se disolvió al instante, pero el rostro de Zhuyou no perdió los rastros de


las runas. Al contrario, parecieron profundizarse gradualmente y sus ojos se
oscurecieron.

Con un repentino estallido de energía, la ventana se cerró , y todas las puertas y


ventanas quedaron bloqueadas. Zhuyou abrazó a Pei Yunshu y, a pesar de su forcejeo,
lo empujó con fuerza sobre la cama.

Pei Yunshu estaba furioso, con los ojos enrojecidos. "¡Zhuyou! ¡Suéltame!"

Golpeó la espalda de Zhuyou y le pateó las piernas. Cada golpe era muy fuerte, pero
Zhuyou parecía impasible. Sujetó firmemente a Pei Yunshu en la cama.
Zhuyou bloqueaba la cama, y Pei Yunshu no tenía escapatoria. Estaba furioso y le
lanzó hechizos uno tras otro, pero Zhuyou los aguantó , mirándolo desde la cama.

En medio de la lucha, sus ropas se aflojaron y sus ojos se llenaron de ira.

La nuez de Adán de Zhuyou se balanceó .

La cama de madera, intrincadamente tallada, tenía espacio justo para dos personas.
Pei Yunshu parecía creer que Zhuyou había desatado algo que no debía. Sostuvo la
Espada Qingyue frente a él, irradiando ira mientras lo miraba fijamente. Si Zhuyou se
atrevía a actuar imprudentemente, no se contendría.

En el dormitorio de la posada había dos capas de cortinas, una fina y otra gruesa.

Zhuyou desató las delgadas cortinas de la cama y, después de desatar las cuerdas, las
cortinas de gasa de doble capa de color blanco puro se separaron, creando una
barrera entre Pei Yunshu y Zhuyou.

Pei Yunshu en la cama se sorprendió .

Zhuyou, de pie fuera de las cortinas de la cama, dijo: "Pon el ungü ento para que lo
vea".

Pei Yunshu sintió que había oído mal. Miró a Zhuyou, que estaba de pie junto a la
cama, a través de las cortinas de gasa, sin poder creerlo. "¿Qué dijiste?"

“Mírame”, repitió Zhuyou, “ponte el ungü ento para que lo vea”.

***

Pei Yunshu blandió su espada, cortando la delgada cortina por la mitad.

La Espada Qingyue rebosaba ira mientras se movía hacia Zhuyou, pero antes de que
pudiera acercarse, una oleada de agua la envolvió , dejándola inmó vil.

Zhuyou frunció el ceñ o al ver la cortina cortada por la mitad. Extendió la mano,
arrancó el resto y dejó caer la cortina más gruesa.
La fina cortina apenas separaba, pero la gruesa era diferente. Podía bloquear la mayor
parte de la vista, revelando solo sombras vagas. Sus figuras estaban oscurecidas, lo
que dificultaba distinguir los detalles.

Zhuyou se mantuvo terco. "Quiero ver".

Pei Yunshu no podía luchar contra él, y si Zhuyou realmente quería hacer algo, Pei
Yunshu no podría detenerlo. Apretó los dientes, mirando la gruesa cortina que tenía
delante, con una sensació n de desgarramiento.

Después de un momento, habló : «Quédate ahí. No te acerques más».

Zhuyou respondió con un zumbido bajo.

Desde detrás de la gruesa cortina, Pei Yunshu apartó la mirada, abrumado por la
vergü enza. Sacó un ungü ento, temblando, se desabrochó el cinturó n y comenzó a
desvestirse.

Temeroso de mirar a la persona junto a la cama, se concentró en aplicar el ungü ento,


pero evitó la zona herida. Oró fervientemente en su corazó n y deseó que la cortina se
hiciera más densa.

***

Zhuyou salió de la habitació n de Pei Yunshu, con el cuerpo aú n ardiendo de calor.


Encontró el estanque helado más cercano y se adentró .

El agua helada lo rodeaba y cada vez que se acercaba demasiado, salía vapor de su
cuerpo debido a la diferencia de temperatura.

Tenía una expresió n que recordaba a alguien ebrio, y toda su apariencia reflejaba las
consecuencias de haber consumido alcohol. Dondequiera que mirara, solo veía la
escena anterior.

Un paisaje nevado de un blanco puro, con la fragancia de las flores del ciruelo.

Las runas en su rostro se volvieron aú n más rojas, y el color sangre en sus ojos surgió
como olas.
***

Antes de la apertura del Mercado de Fantasmas Demoniacos, Huayue había


conseguido una máscara de fantasma para Pei Yunshu. Era negra con líneas blancas, y
representaba una figura indistinta que no parecía aterradora, pero sí increíblemente
fea.

"Belleza", dijo Huayue con entusiasmo, entregándosela a Pei Yunshu. "Esta noche,
cuando abra el Mercado de Fantasmas Demoniacos, ponte esta máscara. Tuve que
revolucionar una tienda entera para encontrar una tan fea. ¡Cuando la uses, aunque
ese gran cultivador demoníaco tenga un montó n de ojos, no te reconocerá!"

Su entusiasmo se intensificaba a medida que hablaba. «Después de divertirnos en el


Mercado de Fantasmas Demoniacos esta noche, iremos a buscarlos y ajustaremos
cuentas. Deja que el Señ or Zhuyou les muestre de primera mano lo que significa que
las cosas cambien».

Pei Yunshu se puso la máscara y Huayue sacó un espejo de bronce para que se
mirara. Al verse en el espejo, finalmente comprendió por qué Huayue había dicho
que usar solo una máscara haría imposible que Zouyu lo reconociera.

Era porque ahora lucía completamente diferente. En el espejo de bronce se reflejaba


una figura grotesca, completamente cubierta de blanco y negro, que parecía un
fantasma espantoso.

Pei Yunshu quedó asombrado. Se quitó la máscara de nuevo y se miró en el espejo. El


reflejo ahora mostraba su apariencia habitual.

Huayue tenía una sonrisa orgullosa, e incluso su cola se alzaba con satisfacció n.
"Belleza, ¿qué te parece?"

Luego se puso la máscara de zorro rojo que tenía en la mano. En un abrir y cerrar de
ojos, la encantadora belleza del zorro se transformó en un siniestro y viejo zorro.

Pei Yunshu parpadeó y se acercó para tocar las orejas de pelo rojo en la cabeza del
zorro, encontrándolas increíblemente suaves, como las reales.
“Es realmente asombroso”, exclamó .

Huayue se miró al espejo, muy complacido. «Esta apariencia parece muy valiente».

Continuó mirando cuidadosamente a su alrededor y se cubrió la boca mientras


susurraba: "Belleza, con mi apariencia actual, ¿me parezco al Señ or Dragó n de la
Inundació n en algú n punto?"

Pei Yunshu resopló con frialdad. «Eres muy superior a él con tu apariencia actual».

Al oír esto, Huayue dejó escapar un suave suspiro, se quitó la máscara y fingió
secarse las lágrimas con un pañ uelo. «El señ or Zhuyou es incomparable en belleza y
talento, mientras que Huayue es como un grano de arroz en comparació n, incapaz de
competir con el señ or Zhuyou».

Pei Yunshu no pudo evitar reírse de sus payasadas.

Al verlo sonreír, Huayue se sonrojó y no pudo evitar acercarse a Pei Yunshu. Cerró
los ojos y olió suavemente. "Hermosa, hueles tan bien".

Pei Yunshu percibió que algo andaba mal con el comportamiento de Huayue. Sacó
una Píldora del Corazó n Puro y se la puso en la boca. Tras un instante, Huayue
parpadeó , con expresió n confundida mientras miraba a Pei Yunshu. "Hermosa, ¿qué
me acabas de dar?"

Pei Yunshu se distanció un poco y preguntó con cautela: "¿Sentiste algú n olor
fragante hace un momento?"

Huayue se olfateó la nariz y respondió de forma extrañ a: "Parecía que lo había hecho
hace un momento, pero ahora ya no está".

Pei Yunshu frunció el ceñ o.

Esta vez, no había percibido ningú n aroma, pero Huayue lo detectó brevemente. Sin
embargo, la Píldora del Corazó n Puro no tuvo efecto en Zhuyou, pero pareció surtir
efecto en Huayue.
Por suerte, tenía suficientes Píldoras de Corazó n Puro en su bolsa. Pei Yunshu miró la
máscara de fantasma sobre la mesa y, con el ceñ o fruncido, supo que el tiempo
apremiaba. Necesitaba encontrar al médico fantasma en el Mercado de Fantasmas
Demoniacos cuanto antes.

***

Esa noche, cuando el Mercado de Fantasmas Demonios estaba a punto de abrir, las
calles estaban llenas de gente y criaturas esperando ansiosamente.

Durante los ú ltimos días, Pei Yunshu había estado evitando a Zhuyou, pero ahora, por
fin, Zhuyou lo había visto. En cuanto apareció Pei Yunshu, Zhuyou fijó su mirada en
él. Sus ojos negros permanecieron inmó viles, y sus runas faciales se iluminaron
lentamente con espléndidos colores.

Pei Yunshu, al verlo así, inmediatamente apartó la mirada.

Quería actuar como si nada hubiera pasado, pero no pudo lograrlo.

Zhuyou, ajeno a todo, se acercó y extendió la mano para tocar la mejilla de Pei
Yunshu con la punta del dedo. Pei Yunshu esquivó el toque, y una idea cruzó por su
mente. Rápidamente se puso la máscara de fantasma que sostenía en la mano.

Al ver el cambio repentino en la persona frente a él, Zhuyou frunció el ceñ o y detuvo
sus acciones, mirándolo con una mirada profunda e ilegible en sus ojos oscuros.

Pei Yunshu sintió una sensació n de satisfacció n, como si hubiera logrado vengarse. Se
alejó de Zhuyou y empezó a bajar las escaleras. Sin embargo, Zhuyou lo siguió de
cerca, extendiendo la mano para sujetarlo por la muñ eca y luego sujetándolo
mientras bajaban.

Con una sensació n de triunfo, Pei Yunshu se dio la vuelta y se alejó de Zhuyou,
fingiendo que no había pasado nada. Sin embargo, aú n no había llegado al piso
inferior cuando Zhuyou lo siguió , agarrándole la muñ eca, deslizando los dedos hacia
abajo y sujetando la mano de Pei Yunshu.
Pei Yunshu forcejeó dos veces, pero no pudo soltarse. Se negó a rendirse y siguió
intentando zafarse del agarre de Zhuyou. Incluso rodeados por una multitud de
criaturas, siguió forcejeando, y su mano probablemente ya estaba roja.

Zhuyou lo miró y luego sujetó la mano de Pei Yunshu con la suya. Frunció el ceñ o
ligeramente mientras decía: «No montes un escándalo».

Pei Yunshu: “….”

¿De qué está hablando?

Rodeado de varias criaturas y con solo un pequeñ o nú mero de cultivadores


mezclados entre ellos, Pei Yunshu frunció los labios, sin querer confrontarlo aquí.

Justo cuando se habían acomodado, escucharon a alguien desde atrás decir: "¿Quién
se atreve a bloquear el camino del líder de la secta de la Secta del Brocado de
Flores?"

Pei Yunshu miró hacia atrás y vio a un grupo de cultivadores demoníacos de la Secta
Brocado de Flores acercándose desde atrás, con su líder de secta, Zouyu y otros en el
centro.

La mirada de Pei Yunshu se fijó en Zouyu.

Bajo el disfraz de un fantasma feo, la Espada Qingyue que colgaba de la cintura de Pei
Yunshu emitió un zumbido bajo y amenazante.

Zouyu permanecía de pie con las manos a la espalda. Aunque estaba detrás del líder
de la secta, no se inclinó ni pareció servil. Sus ojos profundos miraban a su alrededor
con indiferencia, como si percibiera algo, y de repente miró en direcció n a Pei
Yunshu.

Sin embargo, allí solo había un grupo de demonios modestos, nada fuera de lo comú n.

Zouyu levantó una ceja y desvió la mirada.


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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 27

Capítulo 27

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Pei Yunshu apartó la mirada con calma de Zouyu, esperando que se abriera el
Mercado Demonio Fantasma.

Fue só lo después de la apertura del mercado que Pei Yunshu comprendió por qué
Huayue lo tenía en tan alta estima.

Mientras se movía entre la multitud, sentía que tenía muy pocos pares de ojos. Al
mirar a la izquierda, no podía ver la derecha, y con todas las vistas inusuales que lo
rodeaban, no podía ver el cielo mientras miraba al suelo.

No tuvo tiempo de prestar atenció n al camino, pero afortunadamente, Zhuyou


sostenía su mano y Pei Yunshu se concentró en todo lo que lo rodeaba mientras
seguía a Zhuyou hacia adelante.

En el Mercado de Fantasmas Demoniacos, el alojamiento se pagaba, como era de


esperar, con piedras espirituales. Todas las posadas estaban abarrotadas, y tras
buscar, encontraron una posada con solo dos habitaciones disponibles.

En su corazó n, Pei Yunshu se disculpó con Huayue, por haber tomado una habitació n
solo para él.

Su situació n actual no era la adecuada para compartir habitació n con otras personas.

Tras entrar en la habitació n, Pei Yunshu cerró herméticamente las puertas y


ventanas e instaló una barrera protectora. Una vez que todo estuvo en orden, se quitó
la máscara y se sentó a la mesa a descansar.

Después de beber una taza de té, la llevó a su nariz para olerla suavemente, aliviado
al descubrir que no había ningú n olor.

El Mercado de Fantasmas Demoniacos era enorme, y las posadas eran


excepcionalmente grandes. Pei Yunshu inspeccionó la sala y descubrió una pequeñ a
fuente termal tras un biombo.

Las aguas termales aú n emanaban vapor, y al observarlas, no pudo evitar querer


darse un bañ o. Invocó la Espada Qingyue a un lado, se quitó la ropa y la colocó sobre
la pantalla. Luego, con gran precaució n, se adentró en las aguas termales.

Después de caminar un rato, finalmente en un lugar tan có modo, la temperatura del


agua de la piscina era perfecta. Pei Yunshu se recostó sobre sus manos y se durmió
junto a la piscina.

***

Cuando despertó , incluso antes de abrir los ojos, fue recibido por una fuerte
fragancia.

Este aroma pareció penetrarle los huesos, provocándole una sed terrible con solo
una olfateada. Con dificultad para abrir los ojos, Pei Yunshu vio la habitació n llena de
niebla, y él yacía sobre sus brazos. El aroma parecía haber impregnado su piel.

La habitació n se llenó de la rica fragancia. Pei Yunshu respiró hondo, agradecido de


haber cerrado bien las puertas y ventanas y de haber colocado mú ltiples barreras
para contener el aroma.

Sin embargo, esto lo hizo sentir aú n más incó modo.

Pei Yunshu intentó levantarse, pero sus extremidades estaban inertes. Una sensació n
febril y embriagadora se extendió por sus ó rganos, haciendo que su aliento fuera
abrasador.

“…” Pei Yunshu agarró la Espada Qingyue, y esta lo sacó del estanque. “Tos…”
Qué calor.

La fragancia indescriptible llenó toda la habitació n, atrapada en este espacio por las
barreras que había colocado. El suelo estaba frío, y mientras se vestía, ya podía sentir
su respiració n entrecortada.

El viejo abad había dicho una vez que debido a que el niñ o gu estaba lejos de la
madre gu, incluso si surgían emociones, podían ser suprimidas con solo unos pocos
Mantras del Corazó n Claro.

Pei Yunshu había tomado varias Píldoras del Corazó n Puro y recitaba en silencio el
Mantra del Corazó n Puro. Sin embargo, justo cuando empezaba a sentirse más sobrio,
una sensació n de calor aú n más intensa lo invadió .

No pudo completar el mantra.

Se pellizcó la mano y el dolor le provocó un momento de vacío en la mente.

¿Có mo podrían suprimirse emociones tan intensas con tan solo unos pocos mantras
de Corazó n Claro? ¿Significaba esto que el dueñ o de la madre gu se acercaba cada vez
más a él?

Mordiéndose el labio hasta sangrar y provocando heridas en la palma de su mano, Pei


Yunshu sintió que el aire se hacía más fino y era reemplazado por la fragancia casi
sofocante que impregnaba sus pulmones.

Estaba empapado en sudor, sin saber si era por el esfuerzo o por el agua de la piscina.
Jadeaba, pero la sensació n abrasadora parecía quemarlo por dentro.

Al verlo en un estado tan desesperado, la Espada Qingyue corrió hacia la ventana,


tratando de abrirla.

“No…” exclamó Pei Yunshu.

La espada se detuvo, pero ya era demasiado tarde. La ventana se había abierto una
pequeñ a rendija. Era tan pequeñ a que no entraba el aire, pero la rica fragancia de la
habitació n se desbordó por la abertura como un torrente.
El sudor goteaba de la frente de Pei Yunshu, y miraba desesperadamente hacia la
ventana, pero su visió n se estaba desvaneciendo gradualmente.

Oh, no…

***

Zhuyou olfateó el aire y las marcas en su rostro aparecieron de repente. Al instante


siguiente, desapareció .

Al verlo reaccionar así, Huayue, que hojeaba con cautela las pinturas eró ticas, arqueó
una ceja. "¿Maestro Zhuyou?"

Pero no mucho después, su nariz captó una fragancia tenue y delicada.

Incapaz de resistirse, Huayue cerró los ojos y se concentró por completo en captar el
aroma que parecía estar a punto de desvanecerse. Siguió el aroma fuera de la
habitació n, y muchas otras criaturas con un olfato agudo también habían salido al
pasillo.

No fue hasta que chocó con una criatura con cuernos en la cabeza que Huayue salió
de su trance.

Su expresió n era de horror.

¿No era este, no era este el aroma que había en el cuerpo de la Bella Yunshu?

***

Qué incó modo.

Qué calor.

Una mano lo tocó , y Pei Yunshu la apartó débilmente. Murmuró : «No».

Un viento frío sopló contra sus mejillas, dispersando la densa fragancia y haciendo
que la sensació n abrasadora fuera aú n más pronunciada.
La luz de la luna era tenue bajo las ramas de los árboles. Se oyó un chapoteo cuando
alguien cayó en un charco de agua fría.

Mantra del Corazó n Limpio, Pei Yunshu intentó recitarlo vagamente, pero tan pronto
como abrió la boca, el agua fría entró corriendo.

La lengua de la serpiente siguió el agua, quitándole a Pei Yunshu la capacidad de


hablar y adormeciendo su lengua.

“…”

Pei Yunshu agarró el cuello de la persona en el agua, con el rostro contorsionado por
el dolor. Aturdido, abrió los ojos.

Vio las encantadoras marcas tan vívidas como la sangre y un par de pupilas
verticales.

***

En medio de la noche, en el desierto.

Pei Yunshu usó un hechizo para eliminar la humedad de su cuerpo. Tras curarse, se
giró para observar a la persona que aú n se remojaba en el agua.

La cola de Zhuyou se balanceaba en el agua y había una pequeñ a herida en sus labios,
que Pei Yunshu había mordido.

Pei Yunshu ya no sabía qué decir. Murmuró : «...Volvamos».

Encontrar al médico fantasma era urgente. Esta vez, la situació n se había agravado
aú n más. ¿Significaba esto que Yuncheng se acercaba a él?

Afortunadamente, el agua fría tuvo algú n efecto.

Pei Yunshu estaba perdido en sus pensamientos, tratando de olvidar lo que acababa
de hacer con Zhuyou en el agua.

Zhuyou se levantó del agua y Pei Yunshu rápidamente se dio la vuelta, aguantando un
momento antes de preguntar: "¿Dó nde está tu ropa?"
El dragó n del diluvio arqueó una ceja y metió la mano en el agua. Al cabo de un rato,
la ropa hecha jirones, hecha pedazos, voló a su mano.

En su excitació n, Zhuyou se había desgarrado la ropa con su cola.

Pei Yunshu sacó un conjunto de ropa de su bolsa y se la entregó . Después de que


Zhuyou se la pusiera, Pei Yunshu se puso la máscara de fantasma y lo acompañ ó de
regreso a la posada.

Afuera de la posada, Huayue, que los estaba esperando, los vio acercarse. Sus ojos se
iluminaron y se apresuró a examinar cuidadosamente al enmascarado Pei Yunshu.
Susurró : «Belleza, ¿estás bien?».

El feo demonio con marcas blancas y negras negó con la cabeza. "Estoy bien".

El olfato de Huayue era particularmente sensible en tales asuntos, sobre todo para
este zorro, quien había olido los aromas de innumerables personas hermosas. Con
solo un olfateo, supo que la Bella y el Señ or Zhuyou no habían hecho lo que él
imaginaba.

Huayue sintió una repentina liviandad en el corazó n y dio unos pasos de puntillas,
luego giró alegremente en círculo. Sonrió , sus ojos brillaban como flores de durazno
en flor. "Hermosa, yo también percibí un toque de fragancia hace un momento, por
suerte era tenue, y muchos otros también la percibieron, pero el aroma desapareció a
mitad de camino, y no saben de dó nde vino".

Pei Yunshu asintió y expresó su preocupació n: "Mi habitació n todavía está llena de
esa fragancia".

No tenía idea de cuándo se disiparía.

Huayue pensó un momento. "No te preocupes, Bella, intentaré encontrar la manera


de sellar el aroma de esa habitació n en el Reino Secreto del Demonio Zorro".

Los tres entraron en la posada. La posada estaba bien iluminada, a pesar de ser de
noche, y había bastante gente despierta. Pei Yunshu pasó junto al grupo de demonios
con la cabeza gacha, aliviado al ver que no reaccionaban.
El agua del estanque había borrado la fragancia de su cuerpo, y ya no podía olerla en
ese momento. Estos demonios tampoco deberían haberla olido.

Hoy, Pei Yunshu podía oler la fragancia, pero ese día cuando Zhuyou y Huayue
olieron la fragancia en él, claramente no había olido nada.

¿Podría ser que cuanto más cerca estuvieran o cuanto más tiempo pasaran con él,
más olerían ese aroma?

Pei Yunshu estaba absorto en sus pensamientos, y mientras subía las escaleras, vio
que Huayue, frente a él, se detenía de repente. Levantó la vista y vio a un grupo de
cultivadores demoníacos bajando las escaleras.

Vestían ropas negras con una peonía dorada bordada en el pecho. El que iba al frente
era nada menos que Zouyu.

Zouyu parecía frío, con un látigo enrollado en la cintura y sus cejas reflejaban un
toque del estilo de las Regiones Occidentales. No parecía estar de buen humor.

Huayue só lo se detuvo brevemente antes de continuar subiendo las escaleras.

La expresió n de Pei Yunshu permaneció inalterada. Cualquier turbulencia que


pudiera haber, estaba completamente oculta por su disfraz. Simplemente extendió la
mano hacia atrás y tomó la de Zhuyou, guiándolo más allá del grupo de cultivadores
demoníacos.

Mientras un grupo bajaba y otro subía, se cruzaron sin incidentes. Sin embargo, uno
de los subordinados de Zouyu se giró repentinamente y le preguntó a Huayue: "Ya
que están en este piso, ¿saben algo sobre la fragancia que acabamos de percibir?".

Huayue respondió : "Aú n no hemos llegado a nuestra habitació n. ¿Có mo vamos a


saber de alguna fragancia?"

Zouyu alzó la mirada y los observó . Tras escuchar la respuesta de Huayue, entrecerró
los ojos, señ aló a Pei Yunshu y preguntó : "¿Y ustedes? ¿Dó nde estaban ahora?".
El horrible fantasma blanco y negro no llamó la atenció n de los cultivadores
demoníacos. Pei Yunshu bajó la voz y respondió con voz ronca: «El Mercado de
Fantasmas Demoniacos brilla como el día por la noche, y nos mareamos con tantas
cosas».

Los cultivadores demoníacos estallaron en carcajadas. Zouyu se dio la vuelta con sus
subordinados y comenzó a bajar las escaleras. Sin embargo, antes de que pudiera dar
unos pasos, una cuerda dorada salió disparada de su cuerpo. La cuerda celestial
dorada se dirigió automáticamente hacia Pei Yunshu. Pei Yunshu la esquivó
rápidamente, y la cuerda golpeó el pilar de madera detrás de él con un fuerte golpe.

Zouyu, que ya había bajado las escaleras, se detuvo en seco. Se giró y observó su
cuerda celestial, luego miró a Pei Yunshu con una mirada penetrante y ardiente.

"¿Quién eres?", preguntó . "No te había visto antes. Pero mi traviesa cuerda celestial
parece reconocerte".

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 28

Capítulo 28

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Cuando Zouyu terminó de hablar, de repente frunció el ceñ o.

Parecía que alguien le había transmitido un mensaje. Zouyu escuchó un momento, y


lo que oyó ensombreció su expresió n. Su hermoso rostro adquirió una expresió n
sombría, e incluso la peonía bordada en su pecho parecía exudar savia carmesí.

Zouyu alzó la vista y dirigió una mirada significativa al feo y poco atractivo demonio
antes de retirar su cuerda celestial. Sin decir palabra, se dio la vuelta para marcharse.

Sin embargo, antes de que pudiera dar unos pasos, su expresió n cambió bruscamente.
Retrocedió rápidamente. En un instante, sus subordinados, que no habían
reaccionado a tiempo, lanzaron gritos de agonía, agarrándose las heridas mientras la
sangre fluía a raudales, manchando el suelo.

Los ojos de Zouyu se llenaron de fiereza y resentimiento. Miró a la gente del piso
superior.

Desde arriba, Zhuyou lo observó . Aunque había ocultado sus cuernos de dragó n de
inundació n y sus marcas demoníacas, sus ojos negros se habían convertido en
pupilas verticales, y su mirada era como la de alguien que observa objetos
inanimados.

Zouyu sintió de repente una familiar sensació n de peligro en lo más profundo de su


ser. Frunció el ceñ o con furia y dijo: «Vamos».
En menos de un momento, los miembros de los cultivadores demoníacos de la Secta
Brocado de Flores habían escapado limpiamente.

Se marcharon a toda prisa, dejando un olor a sangre cada vez más denso en el aire.
Huayue murmuró : «Qué suerte tuvieron de correr tan rápido».

¡Ah!

¿Por qué el señ or Zhuyou no le dijo nada antes de actuar? ¡El zorro estaba casi
muerto de miedo!

En los ú ltimos días, Pei Yunshu casi había olvidado que Zhuyou era un dragó n de
inundació n poco comú n entre las criaturas. Fue solo ahora que de repente se dio
cuenta de que Zhuyou era, en efecto, una criatura formidable con un cultivo
avanzado.

Giró la cabeza para mirar a Zhuyou; la expresió n del dragó n de inundació n era fría e
indiferente. Su cautivador perfil, teñ ido de un toque de encanto, incluso sin las
marcas demoníacas, exudaba un aura siniestra.

Mantuvo la calma e impasible, como si matar a estos cultivadores demoníacos fuera


cosa de segundos. Le pareció sencillo, y reprimió su impulso asesino, permitiendo
que los cultivadores demoníacos se fueran.

A los ojos de los poderosos, ¿Zou Yu también era insignificante?

Pei Yunshu sintió de repente una ligera palpitació n, como si un fuerte deseo hubiera
brotado de su corazó n, pero se vio reprimido al instante. Resolvió su respiració n,
apretando la mano con fuerza dentro de la manga, y con gran esfuerzo dijo en voz
baja: «Vamos».

***

La noche transcurrió en caos, y cuando terminaron de resolver la fragante situació n


en su habitació n, el anochecer ya había caído en el horizonte.
Dentro del Mercado de Fantasmas Demoniacos, no había día, solo crepú sculo y la
noche negra, iluminada por la luna roja. Pei Yunshu y sus compañ eros abandonaron
la posada, listos para encontrar al médico fantasma mencionado por el anciano abad
en el vasto Mercado de Fantasmas Demoniacos.

No tenían conocimiento de la apariencia ni del nombre del doctor, pero si el doctor


fantasma era tan famoso, esperaban que no fuera demasiado difícil encontrarlo.

Nadie esperaba que Zhuyou obtuviera informació n ú til, así que el zorro y Pei Yunshu
se separaron, mientras que Zhuyou permaneció cerca de Pei Yunshu. Sin embargo, en
el camino, cada vez que se acercaban a un grupo de personas, se dispersaban
asustadas al ver a Zhuyou. Por no hablar de preguntar por direcciones, ni siquiera se
atrevían a acercarse.

Pei Yunshu no tuvo más remedio que preguntarle a Zhuyou en voz baja: "Zhuyou,
¿tienes alguna manera de hacer que esta gente no te tema tanto?"

Zhuyou lo miró y de repente le tocó la herida del labio, pero Pei Yunshu no supo si
estaba fingiendo o no. "Duele".

Pei Yunshu lo miró en silencio, la grotesca máscara ocultaba sus rasgos. Zhuyou,
imperturbable, le devolvió la mirada. Tras un instante, levantó la mano de Pei Yunshu
y se transformó en un pequeñ o aro con forma de serpiente, del tamañ o aproximado
de una pulsera, que reposaba sobre la mano de Pei Yunshu. Cuando no se movía,
parecía una auténtica pulsera con forma de serpiente.

Por suerte, este brazalete no tenía la sensació n resbaladiza y fría de una serpiente
real. Pei Yunshu respiró aliviado y continuó preguntando. Zhuyou no estaba a su lado,
así que logró reunir informació n. Mientras hacía preguntas, llegó sin darse cuenta a
un lugar apartado y desolado, con poca gente alrededor.

El musgo cubría el suelo y el rocío cubría la vegetació n. Pei Yunshu caminó con
cuidado sobre la resbaladiza superficie de piedra del callejó n en penumbra. De
repente, sintió un escalofrío en el cuello al caer una gota de agua.
Estos aleros bloqueaban el resplandor del crepú sculo, haciendo que este pequeñ o y
hú medo callejó n pareciera aterrador e inquietante, como si perteneciera al reino de
los fantasmas. Pei Yunshu prestó atenció n a los alrededores y no pudo evitar
recordar las historias que había escuchado.

Se decía que a los fantasmas y monstruos les gustaba esconderse detrás o en rincones
oscuros y a veces tomaban la forma de hermosas mujeres para engañ ar a los viajeros.

Con este pensamiento, Pei Yunshu aceleró el paso. No pudo evitar sentir que alguien
lo observaba desde atrás, y un escalofrío le recorrió la espalda.

Al llegar al final del callejó n, vio una pequeñ a puerta bajo el musgo. Pei Yunshu
levantó la mano y llamó a la puerta. "¿Hay alguien?"

La puerta se abrió con un crujido, y Pei Yunshu dudó un momento antes de retirar la
mano. Habló : «Espero no molestarte».

En el interior, un intenso aroma medicinal impregnaba el aire. Varias habitaciones


pequeñ as, de diferentes alturas, estaban distribuidas desordenadamente. Pei Yunshu
se dirigió a la habitació n con una luz parpadeante y percibió un amargo aroma
medicinal. En la puerta, colgaba una cortina, y pudo distinguir vagamente una figura
junto a la estufa.

"¿Eres el médico fantasma?" preguntó Pei Yunshu.

La persona dentro de la habitació n tosió levemente, se giró para mirar a Pei Yunshu y
con voz ronca preguntó : "¿Qué quieres?"

Este médico fantasma tenía la tez pálida y una apariencia comú n y corriente.
Observó atentamente a Pei Yunshu, pero su mirada permaneció impasible, como si el
horrible fantasma blanco y negro frente a él no fuera diferente de los demás.

Pei Yunshu respondió en voz baja: “Tengo un gu dentro de mi cuerpo y me


preguntaba si podrías ayudarme a eliminarlo”.

El médico fantasma se detuvo por un momento y miró deliberadamente a Pei Yunshu


antes de decir: "Adelante".
Pei Yunshu levantó la cortina de la puerta y entró . Sintió un frío glacial bajo sus pies.
No había luz en la habitació n, salvo por una estufa donde se preparaban
medicamentos. Una mesa sencilla era el ú nico mueble aparte.

El médico fantasma le indicó que se sentara, y Pei Yunshu obedeció . Mientras


esperaba pacientemente, percibió el persistente aroma de las hierbas.
Inconscientemente, tocó el pequeñ o brazalete del dragó n de la inundació n en su
muñ eca, y la punta de su dedo rozó los dos pequeñ os cuernos en la cabeza de Zhuyou.
Calmó sus pensamientos.

El médico fantasma continuó preparando la medicina hasta que casi oscureció . Pei
Yunshu se incorporó y no lo apresuró . Solo cuando el médico terminó de preparar la
medicina, se acercó a la mesa y le dijo: «Dame la mano».

Pei Yunshu extendió la mano y el médico fantasma le tocó el pulso con las yemas de
los dedos, teñ idas de azul. Tras un instante, dijo: «Puedo tratar esto».

La expresió n de Pei Yunshu se iluminó .

El médico fantasma le soltó la mano y se levantó lentamente, tosiendo varias veces


en voz baja. Luego continuó : «Ven mañ ana por la noche. Primero necesito preparar
algunos ingredientes medicinales».

Pei Yunshu le agradeció sinceramente y le preguntó : "¿Hay algo que pueda hacer
mientras tanto?".

El médico fantasma lo miró de reojo y dijo: «El precio será tuyo. ¿Estás dispuesto?».

Pei Yunshu respondió : "En primer lugar, nunca lo necesité".

El médico fantasma esbozó una extrañ a sonrisa y señ aló con un dedo huesudo hacia
la puerta. «Váyase».

Pei Yunshu tenía más preguntas, pero el médico fantasma no dijo nada más. No tuvo
más remedio que despedirse y salir de la habitació n. Al salir, miró hacia atrás y vio al
médico fantasma preparando otra olla de medicina junto a la estufa.
Al final, sin saber el nombre del médico ni qué método se necesitaba para extraer el
Gu Atado a las Emociones, Pei Yunshu suspiró , poniendo su esperanza en el mañ ana.
Esperaba que las palabras del médico sobre poder tratarlo se hicieran realidad, y
entonces podría liberarse de sus preocupaciones.

Cuando llegó ese momento, pudo vagar libremente, ya que el mar es vasto y el cielo
ilimitado.

Ya no habría más preocupaciones.

***

Tras la marcha de Pei Yunshu, el médico fantasma continuó preparando una taza tras
otra. Cuando las llamas del horno se extinguieron, finalmente cesó su trabajo. Tomó
un talismán y murmuró : «Mencionaste que tu hermano menor era excepcionalmente
guapo. ¿Por qué solo veo a los más feos entre los feos?».

El talismán mensajero brilló brevemente antes de desaparecer. Al poco rato, otro


talismán regresó volando hacia el médico. Lo aplastó y escuchó una voz desde
dentro.

Mi hermano menor es de una belleza impresionante. No debes confundirlo.

El médico fantasma preguntó : "¿No es el Gu Atado a las Emociones tu posesió n?"

La respuesta llegó tras un momento de reflexió n: «Llegaré al Mercado de Fantasmas


Demoniacos mañ ana. Si mi hermano menor está allí, por favor, cuídalo bien».

En cuanto al Gu Emocionalmente Atado, sabes que me pertenece. No te metas con


mis cosas.

***

Anoche abrió sus puertas el Mercado de Fantasmas Demoniacos, así que no era su
primera noche allí. Fue solo esta tarde, al caer la noche, que realmente vivieron su
primera noche en el Mercado de Fantasmas Demoniacos.
Parecía que Zhuyou le había cogido cariñ o al brazalete de la tranquilidad en la
muñ eca de Pei Yunshu. Permaneció en su forma de serpiente tras abandonar la casa
del médico fantasma. Pei Yunshu no lo presionó para que cambiara, y cuando se
comunicaron por transmisió n de voz con Huayue, este le contó en persona los
detalles de la visita del médico fantasma.

Este viaje transcurrió sorprendentemente bien. Al principio, Pei Yunshu pensó que
Huayue sería quien primero encontraría al médico fantasma o que necesitarían unos
días más de bú squeda. Al final, fue él quien lo encontró primero.

El rostro de Huayue se iluminó de alegría y sus ojos ámbar brillaron. "Entonces,


Belleza Yunshu, ¿eso significa que podrás deshacerte de ese gu mañ ana?"

Pei Yunshu sonrió y asintió .

Huayue no pudo contener su emoció n y se quedó quieto un rato. De repente, tomó la


mano de Pei Yunshu y lo condujo al centro del mercado. La imagen de un imponente
zorro viejo arrastrando a un feo demonio por las calles era bastante có mica, y Pei
Yunshu no pudo evitar reírse.

No eran solo ellos los que se dirigían al centro del mercado. Gente de todas las calles
convergía en la misma direcció n. Para cuando llegaron, el espacio abierto estaba
abarrotado de gente. Pei Yunshu sintió que casi todo el mercado se había reunido allí.

Aunque desconocía adó nde había ido el Señ or Dragó n de la Inundació n, y por muy
raro que estuviera ausente, Huayue echó un vistazo a Pei Yunshu. Su corazó n lascivo
se conmovió , y le susurró al oído: «Belleza, la primera noche del Mercado de
Demonios Fantasmales es cuando los demonios y fantasmas celebran su fiesta. Más
tarde, aparecerán muchos demonios poderosos. Debes quedarte a mi lado para que
otros demonios no te intimiden».

El rostro imponente del zorro de repente mostró una expresió n tímida, y Huayue
agregó : "¿Qué tal si me dejas tomar tu mano?"

Pei Yunshu se rió entre dientes y preguntó : "¿De verdad puedes soportar có mo me
veo ahora?"
Huayue hizo una pausa y lo miró fijamente sin comprender.

El feo fantasma era completamente feo, con rasgos blancos y negros, cejas que eran
solo dos líneas curvas y una boca que también era una línea curva. No tenía belleza
alguna. Entonces, ¿có mo podía seguir considerándose una belleza?

A primera vista, la gente no tiene interés en volver a mirarlo.

El zorro susurró : "Pero ésta no es tu apariencia".

Pei Yunshu, sin embargo, se frotó las orejas peludas y señ aló a unas cuantas personas
hermosas no muy lejos que charlaban y reían. "Huayue, ¿crees que esas personas son
hermosas?"

Entre aquellos hermosos individuos se encontraban hombres y mujeres, fragantes y


encantadores, de cabellos brillantes y rostros exquisitos. Sus sonrisas hacían palpitar
el corazó n.

Ese era el tipo de belleza que le gustaba al zorro.

Los ojos de Huayue se enrojecieron al instante, pero no sabía por qué se sentía tan
incó modo. Solo pudo mirar a Pei Yunshu con lágrimas en los ojos y dijo: «Belleza, me
siento muy incó modo».

Si hubiera tenido su apariencia original, debería haber sido lastimoso y adorable al


llorar, con lágrimas en sus ojos color flor de pera. Sin embargo, ahora, con una
máscara, el alto e imponente zorro de pelaje rojo lucía gracioso y conmovedor al
llorar.

Pei Yunshu preguntó : "¿Por qué te sientes incó modo?"

Huayue simplemente negó con la cabeza, sintiéndose agraviado en su corazó n, pero


no sabía por qué se sentía así.

El zorro sollozó y agarró la manga de Pei Yunshu para secarse las lágrimas. Sin
embargo, al levantarla, vio un pequeñ o dragó n negro de inundació n enroscado en su
interior. Los ojos del dragó n brillaban con una luz profunda, y sus ojos afilados y
venenosos lo miraban fijamente.

La mano que le levantó la manga se detuvo de golpe. Huayue sonrió torpemente y


tiró de la manga de Pei Yunshu, sin saber si debía bajarla para continuar secándose
las lágrimas o dejarla así. «Señ or Zhuyou, no esperaba encontrarlo aquí».

El pequeñ o dragó n de la inundació n escupió una señ al similar a una serpiente desde
su boca, enroscándose alrededor de la muñ eca de Pei Yunshu y moviéndose
lentamente hacia el borde de la manga.

Huayue sintió de repente como si una boca abierta y sedienta de sangre se


precipitara hacia él. Soltó la manga rápidamente y retrocedió unos pasos, casi
tropezando. Tras recuperar el equilibrio, se agarró el corazó n y las lágrimas brotaron
de sus ojos de miedo.

Pei Yunshu estaba desconcertado. Levantó la manga y miró dentro, solo para ver a
Zhuyou con dos pequeñ os cuernos enrollados en la muñ eca, profundamente dormido.
Las pequeñ as garras parecían sujetar algunos hilos de la manga, como si temieran
caerse.

Resultó que Zhuyou se había quedado dormido en su manga.

Pei Yunshu se bajó la manga y sonrió : "Huayue, Zhuyou está dormido. ¿Por qué tienes
miedo de que haga algo?"

El rostro de Huayue palideció , pero elogió : «Las escamas del Señ or Zhuyou son
verdaderamente brillantes. Incluso en su forma original, el Señ or Zhuyou es el más
majestuoso entre todos los demonios. Ver su rostro dormido me avergü enza
profundamente. Aunque me consideren hermoso, no puedo compararme con su
belleza. Hay tantos demonios poderosos en el mundo, pero incluso si todos vinieran
aquí, no podrían igualar la garra del Señ or Zhuyou. ¿Có mo podría tener miedo? Es
solo un corazó n lleno de admiració n por el Señ or Zhuyou».

La cola del dragó n del diluvio se balanceaba en el puñ o de la manga.


Huayue, con lágrimas en los ojos, lo vio e inmediatamente cambió sus palabras:
"Ninguno puede igualar a un Señ or Zhuyou en una escala tan pequeñ a".

Apenas había terminado de hablar cuando de repente vio varias figuras volando
hacia ellos desde la distancia. Probablemente eran los grandes demonios que Huayue
había mencionado antes.

Los grandes demonios aterrizaron en una posició n alta, y tan pronto como comenzó
la mú sica, los elegantes demonios femeninos llevaron alcohol y carne al centro del
espacio abierto.

Las llamas rugieron y los tambores dorados resonaron, tiñ endo de rojo la mitad del
cielo.

Las palabras de admiració n de Huayue hacia Zhuyou se interrumpieron al mirar


hacia el escenario. Tras verlo con claridad, no pudo evitar quedarse ató nito.

“¡En el medio hay un zorro!”

Pei Yunshu también miró hacia la figura central.

Varios demonios gigantes se alzaban del suelo donde estaban sentados. Los
acompañ aban demonios más pequeñ os, y les servían alcohol.

Sentado en el centro, un gran demonio vestía una armadura plateada y llevaba el pelo
largo recogido en lo alto de la cabeza. Tenía una apariencia atractiva y vigorosa.

No poseía la misma belleza deslumbrante que Huayue. En cambio, tenía cejas


afiladas y ojos pequeñ os, que irradiaban un aura de confianza y encanto. Con solo una
mirada, era evidente que esta persona era bastante ostentosa.

Pei Yunshu estaba a punto de centrar su atenció n en los otros demonios sentados
junto al gran demonio cuando escuchó el pequeñ o "hmm" de Huayue.

Siguió la mirada de Huayue y vio que este había sacado la llave que colgaba de su
cuello. La llave, de forma sencilla, en su mano comenzó a temblar suavemente.
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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 29

Capítulo 29

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En el momento en que la llave se movió en la mano de Huayue, Pei Yunshu sintió que
alguien lo miraba desde atrás.

Siguiendo su intuició n, se giró para mirar hacia atrás y se encontró con unos ojos
brillantes como el sol. El dueñ o de esos ojos tenía el cabello ligeramente despeinado
en las sienes, una leve sonrisa en sus finos labios y una expresió n de agradable
sorpresa combinada con cortesía.

Estaba vestido con una armadura pero parecía un erudito.

Antes de que Huayue pudiera reaccionar, se quedó mirando ató nito la llave
temblorosa en su mano. Pei Yunshu extendió la mano y la sujetó con firmeza para
detenerla. De espaldas al zorro en el escenario, le susurró a Huayue: «Date la vuelta».

Huayue lo miró con una expresió n confusa en sus ojos. "¿Belleza?"

Pei Yunshu dijo: "Huayue, escú chame".

El corazó n del zorro dio un vuelco y, obedientemente, se dio la vuelta. Pei Yunshu
sujetó la llave con una mano y la muñ eca de Huayue con la otra, ayudándolo a salir
silenciosamente del rincó n.

Una vez que se alejaron del espacio abierto, Pei Yunshu liberó a Huayue y abrió la
mano. La llave, efectivamente, había dejado de temblar.
Huayue exclamó en voz baja, y Pei Yunshu creyó haberlo entendido. Sin embargo,
Huayue tomó la llave con indiferencia y miró la palma de Pei Yunshu con
preocupació n. "La llave dejó una marca profunda. ¿Te duele, belleza?"

La mano de Pei Yunshu ya no era la misma de antes. Ya no era blanca y delgada como
antes. En cambio, sus uñ as estaban teñ idas de azul, y un aura oscura y misteriosa
envolvía su brazo. No solo le pareció así a Huayue, sino que incluso cuando Pei
Yunshu la miró a través de la máscara, parecía inerte.

Mientras Huayue cuidaba con ternura la huella en su mano, Pei Yunshu encontró la
escena un tanto extrañ a, pero no desestimó la preocupació n de Huayue. En cambio,
asintió suavemente y dijo: «Estoy bien».

Justo cuando Huayue estaba a punto de borrar la huella, recordó de repente al Señ or
Zhuyou, quien estaba en la manga de Pei Yunshu. De inmediato, dejó de ser tan
cariñ oso con Pei Yunshu y preguntó confundido: "Belleza, ¿por qué nos fuimos si la
fiesta en el Mercado de los Fantasmas Demonios ni siquiera ha comenzado?"

“El pequeñ o zorro tiene razó n”, una voz alegre y clara vino de repente detrás de ellos,
“Esposa, ¿por qué te fuiste al verme?”

El pelaje del zorro se erizó . "¿A quién llamas zorrito y a quién llamas mi esposa?"

El demonio zorro, con armadura plateada, salió de la esquina. Se acercó a Pei Yunshu
con una sonrisa, ignorando por completo a Huayue. Hizo una reverencia cortés ante
Pei Yunshu y dijo: «Hoy tengo la fortuna de conocer a mi esposa. Es un gran honor».

Pei Yunshu retrocedió para esquivar su reverencia. "Tú ..."

Sintiéndose culpable, Pei Yunshu se dio cuenta de que si esta persona era el zorro de
piedra del reino secreto de la montañ a, él y Huayue de hecho se habían aprovechado
de él.

Primero, sin su consentimiento, lo habían tratado como su salvador. Luego, les habían
dado el reino secreto. Si a alguien más le debían, sin duda era a esta persona.
Pero antes de que Pei Yunshu pudiera terminar sus palabras, Zhuyou apareció de su
manga.

Aunque era pequeñ o, tenía todas las características de un dragó n de agua con
cuernos y garras. El demonio zorro, que observaba al pequeñ o dragó n de agua que
emergía de la manga de Pei Yunshu, se sorprendió . Levantó la vista para mirar a Pei
Yunshu, y sus ojos reflejaban asombro e incredulidad. "Esposa mía, ¿poseías un poder
tan grande desde siempre? Desde el día en que nos casamos, ¿has dado a luz a un
pequeñ o dragó n de agua como este para mí?"

Pei Yunshu: “…”

É l no sabía qué decir.

El dragó n de la inundació n salió de la manga de Pei Yunshu y se transformó en un


instante en forma humana. El alto y apuesto dragó n se acercó al feo fantasma y,
inclinándose sobre él con sus pálidos labios, pareció a punto de besarlo.

Pei Yunshu lo esquivó , no queriendo lidiar con el constante deseo de afecto del
dragó n de la inundació n.

El demonio zorro observó la escena con gran interés y finalmente comprendió :


«Entonces, este no es el hijo de mi esposa, sino el adú ltero».

Con su alta figura, cubierta de armadura plateada y un aire de confianza, hablaba con
elocuencia, sin dejar lugar a réplicas.

Fue solo entonces que Huayue reaccionó . Su rostro cambió y corrió hacia Pei Yunshu
para confrontar al zorro. "¿Có mo dijiste que te llamabas?"

Los ojos de Bai Lige brillaron al mirar al joven demonio zorro. Esbozó una leve
sonrisa y, ataviado con su armadura de batalla, tenía el espíritu de un guerrero. "Soy
Bai Lige".

***
Cuando Yuncheng llegó solo, el Mercado Demonio Fantasma ya había entrado en las
horas del crepú sculo.

Se desmontó de su espada y entró por la puerta de la residencia del Médico


Fantasma. Tras entrar, miró a su alrededor y preguntó : "¿Dó nde está mi hermano
menor?".

El Médico Fantasma seguía preparando medicinas, agarrando hierbas medicinales


con una mano verdosa. Respondió lentamente: "¿Por qué tanta prisa? Le dije a tu
hermano menor que viniera al anochecer ayer. Debería llegar pronto".

Yuncheng se arregló la manga. Hoy vestía una tú nica azul, tan refrescante como el
viento y la luna. Tras acomodarse, se sentó con una sonrisa. "Hace tiempo que no veo
a mi hermano menor. Ahora que lo pienso, me siento un poco nervioso".

El Médico Fantasma dijo: «Espera a que llegue ese horrible fantasma y veremos si
sigues nervioso. O está ocultando su apariencia, o estás ciego».

Yuncheng sonrió , pero no respondió . Después de un rato, dijo: "¿Mi hermano menor
trae un dragó n de inundació n?".

"¿Un dragó n de inundació n?" Los ojos del Médico Fantasma se iluminaron al volverse
hacia Yuncheng, deteniendo finalmente la preparació n de la medicina. "¿Te refieres a
un dragó n de inundació n?"

—En efecto. —La mirada de Yuncheng se oscureció —. Es un dragó n de inundació n


repleto de tesoros.

Yuncheng esperaba en la mesa, pero no fue hasta que el anochecer se convirtió en


noche que Pei Yunshu todavía no había llegado a la casa del Médico Fantasma.

Su sonrisa se desvaneció gradualmente y su actitud se volvió fría como el hielo. Se


sentó erguido, con el pelo largo suelto, y todo su cuerpo irradiaba frío. Solo cuando la
noche los cubrió por completo, susurró : «Mi hermano menor debía venir hoy, pero
¿dó nde está?».
El Médico Fantasma frunció el ceñ o, con una extrañ a expresió n de sorpresa en su
delgado rostro. Sacó una palangana de agua del armario y le añ adió algunas cosas.
Luego, metió un mechó n de pelo largo en el agua, y la superficie se onduló , revelando
una imagen.

Ese mechó n de cabello había sido tomado de Pei Yunshu.

Yuncheng levantó la mirada y miró la superficie del agua.

***

El nombre del antiguo antepasado en el reino secreto del Clan Zorro era Bai Lige.

El grupo de Pei Yunshu siguió a Bai Lige hasta su residencia. Durante el camino, el
zorro permaneció aturdido. Ni siquiera había convencido al señ or Zhuyou para que
lo concubinara. ¿Ahora, la bella Yunshu se ha convertido en la esposa de Bai Lige?

¿Se ha convertido en el nieto de la Bella Yunshu?

"Señ or Zhuyou", pensó Huayue por un momento, pero prefería ser concubina que
nieto de la Bella Yunshu. Se acercó con cautela al señ or Zhuyou y le preguntó : "¿No te
enoja que el antepasado llamara 'esposa' a la Bella Yunshu?".

El señ or Zhuyou frunció el ceñ o. "¿Qué es una 'esposa'?"

Huayue lo entendió . Miró a las dos personas a su lado, bajó la voz y le explicó al
señ or Zhuyou: «Una "esposa" es alguien con quien te acuestas. Los zorros somos muy
lujuriosos. La primera vez que el viejo antepasado conoció a la Bella Yunshu, la llamó
"esposa", y seguramente quería acostarse con ella. Es como esas escenas de
primavera que viste antes. Sin duda, quiere tener una relació n íntima con la Bella
Yunshu».

Antes de que Huayue terminara de hablar, la expresió n de Zhuyou se volvió fría.

El aire se llenó de tensió n, y Pei Yunshu y Bai Lige, que habían estado charlando y
riendo, se detuvieron y ambos lo miraron.
Dentro, el zorro animaba a Zhuyou, esperando que le diera un puñ etazo y mandara a
volar a este viejo antepasado. En medio de su romance, ¿qué sentido tenía hablar de
lazos ancestrales? Este viejo zorro quería aprovecharse de su Belleza Yunshu, a pesar
de su edad.

—Zhuyou —Pei Yunshu miró al dragó n del diluvio con confusió n—. ¿Qué te pasa?

Zhuyou lo miró fijamente, con los ojos llenos de emociones tumultuosas. El viento
arreció , y la furia del dragó n de inundació n era tan intensa que Bai Lige retrocedió
repentinamente unos pasos de Pei Yunshu. Incrédulo, le preguntó a Zhuyou: «Tú , un
adú ltero, no has sido considerado responsable de tus fechorías, ¿pero ahora quieres
atacar primero y matarme?».

"¿Adú ltero?", resopló el señ or Zhuyou con frialdad, con la sed de sangre reflejada en
sus ojos. "Soy la esposa".

Bai Lige estaba ató nito y no podía creer lo que oía. Miró a Pei Yunshu y Zhuyou
varias veces, aceptando a regañ adientes la revelació n. "Tú ... tú , de verdad..."

Con expresió n seria, Bai Lige se inclinó de repente ante Pei Yunshu. «No me atrevo a
llamarte 'esposa'. Incluso podrías domar a un dragó n de inundació n como tu esposa;
fue un descuido mío no haberlo notado antes».

Mientras Bai Lige continuaba, un leve rubor tiñ ó su rostro. «Si el dragó n del diluvio
solo puede ser tu esposa, entonces no soy digno de ser tu esposo. Sin embargo... nunca
he sido la esposa de nadie. Quizás no pueda adaptarme».

—Si no me acostumbro —el gran demonio se sonrojó , sus orejas puntiagudas se


pusieron rojas—, por favor, no me lo tomes en serio. Trátame como a un hermano.

En medio de su asombro, Pei Yunshu recobró el sentido y, después de escuchar esas


palabras, también se sonrojó .

É l entendió el significado detrás de las palabras de Bai Lige.

Como Bai Lige sabía có mo curar el gu, invitó a Pei Yunshu y a sus compañ eros a su
mansió n para extraerlo. Bai Lige mencionó que el médico fantasma, aunque hábil,
carecía de ética médica, y que la efectividad de su tratamiento dependía de su estado
de ánimo. Sugirió que Bai Lige lo examinara primero, y si no podía curarlo, podrían
buscar la ayuda del médico fantasma juntos.

Pei Yunshu estuvo de acuerdo después de pensarlo un momento.

Sin embargo, no esperaba que la situació n tomara este giro.

Al llegar a la mansió n de Bai Lige, Pei Yunshu se quitó la horrible máscara de


fantasma. Su rostro se puso ligeramente rojo, algo que no pasó desapercibido para los
demás.

Originalmente, Zhuyou se estaba preparando para concentrar su intenció n asesina en


Bai Lige, pero cuando vio su sonrojo, se acercó y trató de lamer las comisuras de los
ojos y los labios de Pei Yunshu.

Pei Yunshu forcejeó para evitar su lengua, pero antes de que pudiera escapar por
mucho tiempo, Zhuyou lo abrazó por la cintura, atrapándolo entre sus brazos. Le dio
un beso rápido en la mejilla, como una libélula rozando la superficie del agua.

Bai Lige finalmente recuperó la compostura y ajustó su actitud. No se atrevió a


llamarlo "esposo". Simplemente fingió no haber visto la audaz escena causada por el
dragó n de la inundació n.

Pei Yunshu se soltó del abrazo de Zhuyou. Antes de que pudiera enojarse, Zhuyou
bajó la cabeza y se tocó los labios.

Tenía una pequeñ a herida en sus pálidos labios, la marca de la mordedura de Pei
Yunshu bajo el agua aquel día. Zhuyou se tocó la herida sin decir palabra, con una
expresió n de abandono.

Pei Yunshu sintió una extrañ a sensació n de culpa. Susurró : «Le estaba explicando la
ceremonia de la boda a Bai Lige».

Zhuyou permaneció en silencio.


No estaba claro si lo entendía, así que Pei Yunshu continuó : «No deberías decir
"esposa" a la ligera. É l también debería abstenerse de hacerlo».

Zhuyou respondió : "Me he apareado contigo".

El rubor en el rostro de Pei Yunshu se intensificó , extendiéndose hasta su cuello, y


casi lo sintió arder. "¿Cuándo nos apareamos? No lo recuerdo."

—Muchas veces —Zhuyou frunció el ceñ o, con el desagrado reflejado en sus ojos, lo
que sumió el ambiente en un silencio inquietante. Repitió —: Muchas veces.

Incluso la mirada de Bai Lige ahora tenía un matiz de reproche mientras miraba a Pei
Yunshu.

Pei Yunshu no pudo continuar esta conversació n delante de todos. Realmente no


había tenido ese tipo de cosas con Zhuyou. Susurró : «Estás diciendo tonterías».

Zhuyou se acercó . "¿Qué?"

Pei Yunshu lo miró de perfil, con la piel enrojecida y la visió n borrosa. Volvió a
susurrar: «Estás diciendo tonterías».

De repente, Zhuyou percibió un olor extrañ o en el aire.

La fragancia le llegó suavemente a la nariz. Al bajar la cabeza para mirar a Pei


Yunshu, Zhuyou vio que tenía los ojos enrojecidos y la mente nublada.

La segunda vez que sus emociones estallaron, hizo que perdiera la compostura por
completo.

El dueñ o de la madre gu ahora estaba peligrosamente cerca de él.

Demasiado cerca, como si estuviera justo a su lado.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 30

Capítulo 30

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La apariencia de Pei Yunshu, abrumada por las emociones, reflejó las ondas en la
cuenca de agua.

Zhuyou lo sostenía obedientemente, con su cabello negro azabache cayendo sobre


sus hombros. Tenía la mitad del rostro al descubierto, y sus ojos estaban cubiertos de
un rubor que se intensificaba gradualmente, pero parecía perdido en el aturdimiento.

La segunda oleada de emociones inducida por el 'Gu Emocional Vinculado' fue aú n


más tentadora que la primera. Se decía que una fragancia persistente acompañ aba
estas emociones, y cuanto más intensas eran, más seductor era el aroma.

Era como si el aroma de las flores recién florecidas pudiera fluir a través de las gotas
de agua para llegar a la nariz.

En ese momento, el Doctor Fantasma finalmente se dio cuenta de que no era


Yuncheng el que era ciego, sino que su Cuarto Hermano Menor realmente poseía una
apariencia excepcionalmente hermosa.

Su voz era ronca, llena de burla mientras decía: "Le diste el 'Gu vinculado a las
emociones', me pregunto quién se benefició de ello".

Yuncheng bajó la mirada y observó la superficie del agua.

En el reflejo del agua, su Cuarto Hermano Menor ya estaba siendo abrazado por la
bestia demoníaca.
La respiració n de Pei Yunshu se volvió más pesada. Empezó a sentir un ardor en todo
el cuerpo. Zhuyou le hizo un gesto para que levantara la mano, y él obedeció ,
deslizando la manga por su antebrazo y enganchándose en su cuello.

En el Pico Wuzhi, Yuncheng nunca había visto a Pei Yunshu de esa manera. Su rostro
parecía el de una flor floreciente, con indicios del encanto del mundo mortal. Parecía
exudar una fragancia que embriagaba ligeramente.

El hombre, transformado del dragó n del diluvio, depositó un beso en la mejilla de Pei
Yunshu.

De repente, se oyó un fuerte estruendo y el agua salpicó por todas partes. La


palangana de bronce se sacudió violentamente, con un eco ensordecedor antes de
detenerse por completo.

Yuncheng permaneció seco y sacó un pañ uelo de la manga para limpiarse las manos.
Su cabello negro le caía a un lado de la cara mientras sonreía: «Sin querer, tiré tu
palangana en el calor del momento. Espero que me perdones».

El Doctor Fantasma resopló .

—En este mundo traicionero, la ingenuidad del Hermano Menor es la culpable —


continuó Yuncheng. Desenvainó su espada mientras caminaba hacia la salida, bañ ado
por la luz de la luna roja. Habló en voz baja: —El castigo está a la orden.

“Aquellos que corrompieron a mi Cuarto Hermano Menor merecen un castigo aú n


más severo”.

***

La razó n por la que Yuncheng había llegado antes era que su hermano menor,
Yunwang, llegó inesperadamente a la etapa de Establecimiento de Fundació n en el
camino.

El Establecimiento de la Fundació n marcó el inicio de su camino de cultivació n, y el


talento de Yunwang era notable. Aunque no había pasado mucho tiempo en la secta
ni se había esforzado mucho, logró alcanzar esta etapa.
Es más, su Fundació n Establecida era bastante poderosa, casi casi asombrosa.

Yuncheng estaba preocupado por la posibilidad de que el "Gu Vinculado a las


Emociones" provocara fuertes emociones, por lo que había acudido al Mercado de
Fantasmas Demoniacos con anticipació n. No sabía que ya era demasiado tarde.

La fragancia que emanaba de Pei Yunshu era transportada por el viento y se


arremolinaba en el espacio.

Debido a su falta de autocontrol, Bai Lige había convertido a Huayue en una piedra y
lo había arrojado a un lado. Sin embargo, Bai Lige se quedó perplejo ante Zhuyou,
quien se aferraba a Pei Yunshu y se negaba a soltarlo.

El general zorro demonio con su armadura no tuvo más remedio que hablar con
calma: «Hay un estanque natural en el patio trasero. Acompáñ ame mientras retienes
a Yunshu».

Zhuyou alzó la vista para mirarlo; su rostro estaba cubierto de patrones demoníacos.
Sus ojos estaban llenos de un tumultuoso deseo de posesió n, haciendo temblar la
tierra y las montañ as. Era como si cualquiera que se atreviera a tocar su tesoro
encontraría la muerte en medio de este terremoto.

Como el dragó n de la inundació n era el señ or de todas las criaturas, Bai Lige se rió y
dio dos pasos hacia atrás antes de liderar el camino hacia la piscina.

El aliento abrasador de Pei Yunshu roció el cuello de Zhuyou, con voz débil. "Es
incó modo..."

Zhuyou frunció los labios, levantó a Pei Yunshu en sus brazos antes de seguir a Bai
Lige.

No había nadie alrededor de la piscina detrás de la residencia. Bai Lige había


colocado una barrera en esa zona y había ido a buscar las hierbas necesarias para
atraer al insecto Gu fuera de Pei Yunshu.

La piscina exudaba un aura fría, y en cuanto Pei Yunshu tocó el agua, tembló
incontrolablemente. Salió brevemente de su aturdimiento y notó que Zhuyou
también se había quitado la ropa y entrado al agua.

¿Por qué se quitaba la ropa?

Los pensamientos de Pei Yunshu eran vagos. Intentó tocar su cinturó n,


preguntándose por qué aú n llevaba ropa.

El agua fría se precipitó hacia sus extremidades, extinguiendo el calor, para luego
aumentar aú n más al momento siguiente.

Agachándose, Pei Yunshu se sumergió en el agua, pero todavía sentía un calor


incó modo por dentro.

Justo cuando recuperó la razó n, sus ojos negros volvieron a perder el foco al
acercarse Zhuyou. Apenas entró en su espacio, Pei Yunshu lo miró confundido. Sin
embargo, al acercarse un paso, Zhuyou se puso nervioso y retrocedió un paso,
temblando.

"¿Tienes miedo de mí?" Zhuyou frunció el ceñ o.

Pei Yunshu continuó retrocediendo, a pesar del calor abrasador que lo invadía y la
fragancia persistente en el aire. Sus ojos ya no reconocían a Zhuyou, pero su instinto
lo obligaba a alejarse de cualquiera que se acercara.

—No tengas miedo —Zhuyou no se acercó , sino que dejó que el agua empujara
suavemente a Pei Yunshu. Cuando estuvieron cara a cara, Zhuyou le cubrió los ojos a
Pei Yunshu y bajó la cabeza para darle un ligero beso en los labios—. No se aparean.

Las pestañ as de Pei Yunshu rozaron la palma de Zhuyou, causándole una ligera
picazó n. No entendió sus palabras, pero extendió las manos para sujetar su brazo,
buscando consuelo mientras le permitía seguir cubriéndose los ojos.

Tras presenciar la escena un rato, Bai Lige se acercó . «Para extraer el Gu


Emocionalmente Atado, necesitamos el nú cleo interno de un gran demonio para
atraerlo. Si no estás dispuesto, puedo hacerlo. Puedes observar, y si el Gu escapa,
puedes usar esto para capturarlo».
Colocó una pequeñ a caja de madera junto a la orilla. Zhuyou la miró y luego volvió a
mirar a Bai Lige. "Lo haré yo".

Bai Lige arqueó una ceja. "¿No temes que aproveche la oportunidad para apoderarme
de tu esencia?"

Si bien es bien sabido que los dragones no pueden ser asesinados, los dragones de
inundació n sí pueden serlo, pues todo su cuerpo es un tesoro.

Zhuyou se burló . Bai Lige no bromeó más. Juró por Dios que no les haría dañ o a
Zhuyou ni a Pei Yunshu durante este proceso. Tras completar todos los preparativos,
Bai Lige le ordenó a Zhuyou que le diera una pastilla a Pei Yunshu, con expresió n
severa. "Comencemos".

Zhuyou se transformó en su forma de dragó n de inundació n, y al emerger, el agua


desbordante brotó del estanque. Pei Yunshu, ya sin vendas, tenía la piel sonrosada y
miraba fijamente al majestuoso dragó n negro de inundació n.

El dragó n de la inundació n bajó la cabeza y un nú cleo interior dorado brillante


emergió de su boca, moviéndose directamente frente a Pei Yunshu.

La mirada de Pei Yunshu se fijó al instante en este nú cleo, y sintió un fuerte deseo de
tragarlo. Sin pensarlo, abrió la boca para tomarlo.

El agua le cortó la yema del dedo, y el nú cleo se balanceó frente a sus labios antes de
dirigirse hacia la herida. A medida que Pei Yunshu se desesperaba más, otro nú cleo
perlado emergió de sus labios, con sus zarcillos verdes extendiéndose, intentando
alcanzar el nú cleo dorado volador.

Sin mucha sorpresa, Bai Lige vio que el Gu Atado a las Emociones había sido extraído
por el nú cleo dorado. Inmediatamente tomó una caja de madera y capturó a la
pequeñ a criatura dentro.

Cuando miró hacia atrás, quedó asombrado.

El nú cleo interior blanco, usando sus zarcillos, se apoderó del brillante nú cleo
dorado del dragó n de inundació n, y los dos nú cleos interiores, uno blanco y otro
dorado, se acercaron cada vez más, emitiendo destellos de luz blanca y dorada. ¡Al
final, se fusionaron!

A medida que Pei Yunshu recobraba gradualmente el sentido, en ese breve instante
de lucidez, los dos nú cleos internos fusionados se separaron, y el nú cleo interior
dorado del Á rbol de Nieve de las Cuatro Estaciones regresó con satisfacció n a su
cuerpo. Cuando el nú cleo interior del demonio árbol regresó a su lugar, Pei Yunshu se
sintió repentinamente débil y se desplomó en los brazos de Zhuyou, quien había
recuperado su forma humana.

***

Huayue observó aterrorizada có mo Yuncheng entraba en la residencia.

Este cultivador humano portaba una espada, seguido por docenas de espadas
delgadas y afiladas que volaban tras él. Debió de usar algú n tipo de formació n, ya que
Huayue no había podido verlo hacía unos momentos, pero de repente, el hombre
apareció ante él.

Huayue había sido petrificado por Bai Lige, incapaz de resistirse. No entendía por
qué el hermano mayor de la Bella Yunshu, un cultivador humano, había aparecido
ante él, pero no pudo evitar sentirse incó modo.

Yuncheng, percibiendo el aroma persistente del Gu Emocional Vinculado en el aire, le


sonrió con dulzura a Huayue. No pronunció palabra, pero su espada, imbuida de
energía espiritual, atravesó el corazó n de Huayue.

Huayue se quedó mirando con los ojos muy abiertos mientras su forma de piedra
humanoide caía pesadamente al suelo.

"Si te hubiera matado fuera del reino secreto del Clan Zorro ese día", Yuncheng miró
al espíritu del zorro, "supongo que ninguno de estos eventos se habría desarrollado".

Tras pronunciar estas palabras, siguió el rastro del aroma y desapareció . Su conjunto
de espadas finas cambió de formació n, y esta vez, nadie pudo verlo.
Sin embargo, a mitad de camino, Yuncheng se detuvo de repente. Al instante
siguiente, la sangre le manchó los labios.

Sus ó rganos internos sufrieron una reacció n violenta y la madre Gu del Gu Atado a
las Emociones murió .

Yuncheng tosió sangre. Apretó la espada con fuerza, su aura rebosaba de instinto
asesino. Sin embargo, su mano temblaba. En su estado actual, no podía matar al
malvado dragó n de inundació n que había corrompido a su hermano menor.

Sacó una tablilla de madera de su tú nica y la infundió con energía espiritual,


suprimiendo el sabor a sangre. Envió un mensaje: «Discípulo está en apuros. Maestro,
por favor, venga pronto».

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 31

Capítulo 31

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Pei Yunshu se sentía completamente impotente. Tenía la mente clara, pero solo podía
yacer inerte en los brazos de Zhuyou.

Bai Lige dejó a un lado la caja de madera que contenía el cadáver de Gu y de repente
frunció el ceñ o, sintiendo que alguien había entrado en la mansió n.

"Qué raro", exclamó Bai Lige. "En cien añ os, esta es la primera vez que alguien se
atreve a entrar en mi mansió n".

Pei Yunshu preguntó con esfuerzo: "¿Quién es?"

"Solo un pequeñ o cultivador", dijo Bai Lige, su expresió n repentinamente se volvió


fría, "¡Esto es malo, Pequeñ o Nieto Zorro!"

En un instante, voló hacia afuera, y al oír esto, Pei Yunshu sintió un presentimiento.
Se puso la ropa de Zhuyou y dijo: «Zhuyou... vamos tras él...».

Zhuyou lo cargó y voló tras Bai Lige.

El viento gélido les rozó el rostro, haciéndoles temblar. Se les enfriaron las manos y
los pies, y una sensació n de desánimo se apoderó de sus corazones.

Zhuyou bloqueó la visió n de Pei Yunshu, y la oscuridad no era tan reconfortante


como antes; en cambio, los llenó de aprensió n sobre lo que podría salir mal.
Pero cuando Pei Yunshu vio a Huayue tendido en el suelo con un trozo faltante en el
pecho, sintió como si estuviera cayendo a un abismo.

Miró fijamente a Huayue, deseando acercarse, pero Zhuyou lo apartó de repente. El


agua se dividió en corrientes que atacaron el lugar donde acababan de estar. Se
escuchó el sonido nítido de una espada al desenvainarse, y una figura apareció en ese
lugar.

Docenas de espadas afiladas se dispersaron por el agua tras Yuncheng, pero él no les
prestó atenció n. Simplemente se giró para observar la formació n de espadas y luego
continuó concentrándose en Pei Yunshu.

—Hermano menor —dijo, erguido y con una mano en la espalda, mirando la luna que
se desvanecía, y sonrió —, ha pasado mucho tiempo.

Un escalofrío le recorrió el corazó n a Pei Yunshu. Miró a Yuncheng con las manos
temblando incontrolablemente. «Mataste a Huayue».

Temblaba incontrolablemente, con la mirada perdida, mostrando un sinfín de


emociones. Sus ojos se enrojecieron, y en ese estado, parecía aú n más hermoso que
cuando estaba conmovido emocionalmente.

Yuncheng levantó una ceja y, antes de que pudiera decir algo, la delgada espada
detrás de él bloqueó el ataque de Bai Lige, protegiéndolo del golpe.

Bai Lige aferró su larga lanza y, con un sonido agudo y silencioso, su mirada era
aguda y fría. Su armadura plateada irradiaba una presencia imponente. Cuando
Yuncheng bloqueó su primer golpe, no perdió tiempo y lanzó otro ataque.

Sin embargo, este golpe fue interceptado por un puñ o, y una espada verde
contraatacó . La espada se acercó al pecho de Bai Lige, con la punta llena de runas, y
casi lo alcanzó antes de que lograra esquivarla.

"¿Por qué has herido a mi discípulo?", intervino con calma el maestro espiritual
daoísta Ling Qing. "Explica tus razones".
El maestro espiritual taoísta Ling Qing se encontraba en lo alto, y el ataque con la
poderosa espada fue solo un medio para salvar la vida de Yuncheng.

Su tú nica ondeaba, sus cejas eran frías pero indiferentes, y su mirada recorrió a los
que estaban abajo, uno por uno. Solo al ver a su Cuarto Discípulo en brazos de una
bestia demoníaca, frunció levemente el ceñ o.

“Yunshu”, dijo disgustado, “Levántate”.

Pei Yunshu apartó a Zhuyou instintivamente y se puso de pie con piernas


temblorosas. Pero una vez de pie, su reacció n lo dejó ató nito.

"¿Por qué mataría a tu discípulo? Fue tu discípulo quien mató a mi Nieto Zorrito en
mi mansió n", Bai Lige clavó su larga lanza en el suelo, haciendo que la tierra
temblara, las plantas cayeran y el suelo rugiera como un dragó n. Su rostro mostraba
varias cicatrices, cada una profundamente hundida en su carne, pero Bai Lige parecía
ajeno al dolor. Parecía atractivo, pero aterrador. "Vida por vida. Tú , pequeñ o daoísta,
deberías irte ya".

La armadura plateada crujió con el viento y la intenció n de batalla encendida por la


larga lanza resonó en el aire.

Zhuyou protegió a Pei Yunshu y gruñ ó en voz baja, sus ojos parpadeaban con
inquietud.

El débil rugido del dragó n de la inundació n intensificó el temblor de las montañ as y


la tierra. Bai Lige rió con ganas y finalmente dejó atrás la ú ltima incomodidad de su
corazó n: «Gracias, adú ltero de mi esposo, por unirte a la lucha. Ge va a dar un paso al
frente».

El Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing frunció el ceñ o. En lugar de desenvainar su


espada, dibujó símbolos en el aire. Al dar el golpe final, la larga lanza ya se dirigía
hacia él. Sin embargo, cuando el símbolo brilló con una luz dorada, se dirigió hacia
Bai Lige.

Este símbolo parecía pesar mil libras, y Bai Lige fue empujado con fuerza al suelo. El
suelo se derrumbó , y el símbolo continuó presionándolo.
"¿Has olvidado que eres un fantasma demoníaco?", dijo el maestro espiritual daoísta
Ling Qing. "Bien, si es como dices, que mi discípulo hirió a tu nieto zorro, no tengo
intenció n de dañ ar tu vida. Con tu profundo cultivo, fuiste un gran general entre los
demonios. Si eliges el camino recto, puedes transformarte de fantasma en demonio
en cien añ os. A cambio de tu nieto zorro, puedo concederte el método de
transformació n demoníaca".

Bai Lige se burló , intentando ejercer fuerza, pero su cuerpo de fantasma demoníaco
estaba severamente constreñ ido. Presentaba numerosas heridas, y esas cicatrices
parecían marcas de tortura, lo que explicaba por qué no se había derramado ni una
gota de sangre. Resultó que Bai Lige se había convertido en un fantasma demoníaco.

Zhuyou se transformó en un dragó n de inundació n, rugió hacia el cielo y, con un


movimiento de cola, destrozó el símbolo que oprimió a Bai Lige. La luz dorada se
disipó en el aire y desapareció en un instante.

Bai Lige dijo en voz alta: "Gracias, hermanito".

El Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing frunció aú n más el ceñ o. De repente, miró
hacia la puerta principal de la mansió n, agitó las mangas en el aire y los dos
hermanos mayores y el hermano menor de Pei Yunshu aparecieron allí.

Pei Yunshu miró a su maestro, luego a sus hermanos mayores y menor. Se retiró
lentamente, volviendo al lado de Huayue.

El cuerpo de Huayue se ablandó gradualmente, pasando de piedra a carne. Sus ojos


ámbar se abrieron de par en par con miedo y lágrimas brillantes.

Cuando no había llorado, Huayue lloró por él; ahora que Huayue no podía llorar, Pei
Yunshu derramó lágrimas por él.

Lloró en silencio, y las lágrimas cayeron sobre el cuerpo de Huayue. Pero sus
lágrimas eran inusualmente difíciles, como si un grito reprimido ocultara una bestia
salvaje, requiriendo una espalda encorvada, la cintura encorvada y los puñ os
fuertemente apretados para contenerlo.
Yuncheng lo observó , y sus hermanos mayores que habían sido arrastrados a la
mansió n por el viento también lo observaron.

"¿Por qué llora el Cuarto Hermano Menor?" preguntó el Tercer Hermano Mayor.

Yuncheng miró al zorro que yacía en el suelo y susurró : "Está llorando porque maté a
ese zorro".

Los hermanos mayores y el hermano menor guardaron silencio.

Yunwang acababa de establecer su fundació n y contaba con la protecció n de su


hermano mayor. Observaba en silencio a Pei Yunshu, que estaba frente a él.

Desde el cabello hasta los puñ os apretados, pasando por la espalda encorvada y los
pies en punta, el hermano mayor Yunshu estaba tan desconsolado que todo su cuerpo
temblaba. Su cabello negro le cubría el rostro, impidiendo ver su expresió n con
claridad, pero gotas de lágrimas caían sobre el zorro que yacía muerto en el suelo.

Gota a gota, se los fue dando todos a aquel zorro.

"Segundo hermano mayor", dijo Yunwang, "no deberías haber matado a ese zorro".

Su voz pareció disiparse con el viento. «Lo mataste, y ahora el hermano mayor
Yunshu recordará a ese zorro para siempre».

Ahora, los recuerdos de su hermano mayor por ese zorro quedaron grabados en el
tiempo.

Yuncheng frunció el ceñ o al escuchar esto.

Cuando Pei Yunshu gritó , la ira de Zhuyou se apoderó de él. Voló en círculos en el
aire, con su feroz forma de dragó n de inundació n, sus pupilas verticales de color
negro azabache brillaban intensamente, y su intenció n asesina era tan afilada como
una espada, penetrante.

El viento lo envolvía por completo, y el poder del dragó n de inundació n era


aterrador. Por suerte, había una barrera en la mansió n que los separaba; de lo
contrario, todo el mercado de demonios fantasmas habría sido destrozado por este
dragó n de inundació n.

Los árboles y las plantas cayeron al suelo, la tierra giró y el agua del estanque se
elevó en el aire, creando olas gigantescas como un mar.

La luna roja estaba oscurecida por nubes negras, y el maestro espiritual taoísta Ling
Qing lanzó una barrera protectora para sus discípulos, luego miró hacia el dragó n de
la inundació n y el fantasma demoníaco detrás de él, y finalmente a Pei Yunshu.

“Yunshu”, ordenó , “Ve con tus hermanos mayores”.

Pei Yunshu se arrodilló junto a Huayue, con el cabello negro cubriéndole el rostro.
Parecía como si no hubiera escuchado las palabras del maestro espiritual taoísta
Ling Qing.

Bai Lige dijo: «Esposo, quédate aquí y observa. Observa có mo yo y el adú ltero de mi
esposo expulsamos a este taoísta aparentemente justo».

La cola de Zhuyou se movió con fuerza, y Bai Lige la esquivó con una sonrisa amarga.
"Está bien, está bien, tú eres la esposa, y yo soy el adú ltero".

La voz del maestro espiritual daoísta Ling Qing se volvió más fría y comenzó a reunir
su verdadero qi. "Yunshu".

El hermano mayor y los demás quedaron atrapados dentro de la barrera de su amo,


sin poder atacar desde afuera ni salir.

Yunwang miró fijamente a Pei Yunshu, sintiendo que su corazó n latía violentamente,
sus sienes palpitaban, lo que le hacía doler la cabeza.

Fijó su mirada en su hermano mayor a lo lejos, sintiendo que algo andaba mal, y su
respiració n se volvió tensa.

La escena se sumió en el silencio. Zhuyou y Bai Lige se pararon frente a Pei Yunshu y
Huayue, mientras el maestro espiritual taoísta Ling Qing pasaba junto a ellos para
observar a su cuarto discípulo.
Su cuarto discípulo parecía no haber escuchado sus palabras. El maestro espiritual
taoísta Ling Qing frunció aú n más el ceñ o y finalmente exclamó : «Yunshu».

Su mano estaba levantada, y si Pei Yunshu no se movía, agitaba su manga para enviar
una ráfaga de viento que lo moviera hacia la barrera detrás de él.

Solía ser tan obediente y de buen comportamiento, ¿por qué actú a así?

Parecía que la experiencia de bajar la montañ a lo había corrompido, haciéndole


esconderse detrás de demonios mientras la secta estaba allí, incapaz de distinguir el
bien del mal.

El maestro espiritual taoísta Ling Qing aú n no había hecho ningú n movimiento, pero
Pei Yunshu finalmente reaccionó .

Se levantó lentamente de junto a Huayue, con movimientos lentos. Al mirar a su


secta, sus ojos ya contenían las lágrimas.

Só lo las esquinas carmesí de sus ojos revelaban que efectivamente había llorado.

Pei Yunshu permaneció en su lugar, mirando a la gente frente a él.

Maestro, hermano mayor, hermano menor.

É l miró a cada uno de ellos.

En esta vida y en la anterior, solo conocía a estas pocas personas que tenía frente a él.

Los recuerdos del dolor y la alegría siempre estuvieron asociados a ellos.

El Maestro lo había encerrado en un pequeñ o patio en el Pico Wuzhi, acusándolo de


ser codicioso.

Cada planta y cada roca de ese patio, cada mesa y cada piedra, Pei Yunshu aú n
recordaba estar sentado en la mesa de piedra y acostado en el césped, mirando el
cielo familiar.

Las nubes en el cielo eran las más interesantes porque estaban fuera de la barrera y
cada nube era ú nica.
Una sola mirada podría ocupar todo su día.

El Maestro dijo que era un lobo despiadado, y así era. Cuando el Maestro lo encerró
en el pequeñ o patio, Pei Yunshu pasó sus días angustiado.

Ese día, cuando se despertó , Yuncheng estaba de pie junto a la cama, sosteniendo la
vaina de la espada Qingyue en su mano.

La Espada Qingyue estaba sellada en la tierra, y ya no parecía una espada. Las


espadas tenían espíritu, y aunque la vaina no, seguía conectada a la voluntad de la
Espada Qingyue.

Ese día, Pei Yunshu se cayó de la cama y su cultivo quedó sellado. Aterrorizado por
Yuncheng, se arrastró hacia la puerta, alejándose del Segundo Hermano Mayor.

Yuncheng sostenía la vaina de la Espada Qingyue. Esta resistió y emitió un grito


lastimero desde la Espada Qingyue sellada.

La ropa de Pei Yunshu estaba cubierta de polvo, su cabello cayó al suelo y salió
arrastrándose, derramando lágrimas en el camino.

Pero no importaba cuánto suplicara, Yuncheng seguía sonriendo y usó la vaina de la


Espada Qingyue para romperle ambas piernas.

Desde ese día ya no pudo ver ninguna de las plantas ni las nubes del patio.

La mirada de Pei Yunshu los recorrió a todos, y sus ojos se llenaron de emociones
indescriptibles. Al mirarlos, sintió como si una mano le apretara el corazó n de
repente.

“Cuarto Hermano Menor…” gritó inconscientemente.

¿Odio?

Por supuesto, era imposible no sentir odio.

Pero Pei Yunshu no se atrevió a provocarlos. Cuanto más profundos eran los
recuerdos de la ú ltima etapa de su vida, más se le pudrían como gusanos en un hueso.
Quería mantener la calma y la indiferencia. Si a la secta no le importaba él, su
pequeñ o discípulo, sería mejor.

El mar podía ser vasto, pero había peces que no podían cruzarlo. El cielo podía ser
amplio, pero había aves que no podían volar hasta él.

Pei Yunshu sacó una placa de madera de su bolsillo. Su nombre, "Yunshu", estaba
escrito en ella.

Esta era una placa de madera de un discípulo de la secta. Cada discípulo de la Secta
Shanshui tenía una. Innumerables cultivadores del mundo habían conspirado para
obtenerla, y muchos aspiraban a unirse a la Secta Shanshui solo para formar parte de
ella.

—Yunshu se disculpa con el Maestro —Pei Yunshu forzó una sonrisa—. Me siento
culpable por la bondad que el Maestro ha demostrado al cuidarme.

Aplastó la placa de madera, y las palabras «Yunshu» se iluminaron de repente. Luego,


al caer los pedazos, se atenuaron.

Los trozos de madera se hicieron añ icos, levantados por el viento de la mano de Pei
Yunshu, y se dispersaron como humo.

“A partir de ahora, ya no soy un discípulo de la Secta Shanshui”.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 32

Capítulo 32

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Al observar con impotencia có mo Pei Yunshu aplastaba la placa de madera, Yunwang


sintió como si algo le hubiera traspasado la mente. Su mente se revolvió , causándole
un dolor intenso que le hizo desear poder rodar por el suelo.

Fue como si le hubieran abierto la cabeza con fuerza, y la placa de madera de la Secta
Shanshui se desintegró en la mano de Pei Yunshu, disipándose como humo. Yunwang
soportó el dolor insoportable, con sus extremidades retorciéndose sin control y sus
ojos enrojecidos. Miró fijamente a Pei Yunshu, y cuanto más lo miraba, más sentía
una oleada de energía que se precipitaba hacia su mar mental.

Sin embargo, Pei Yunshu no le prestó atenció n. No solo lo ignoró , sino que tampoco
reconoció a ninguno de sus hermanos mayores ni menores. Simplemente se inclinó
profundamente hacia el Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing y se levantó ,
preparándose para recoger a Huayue.

La forma física de Huayue ahora parecía la de una persona comú n, con un rostro
hermoso como si no hubiera muerto en absoluto.

Siempre decía que tenía tres colas, pero Pei Yunshu tenía miedo. Temía que Huayue
se hubiera equivocado al contarlas, o que quizás esas colas no fueran una señ al de su
destino. Sin embargo, antes de que Pei Yunshu pudiera acercarse a Huayue, una
espada se clavó en el suelo frente a él, justo delante de los dedos de sus pies.
"Yunshu", la ira del maestro espiritual daoísta Ling Qing ya no pudo contenerse. Su
voz era profunda como un abismo: "¿Sabes siquiera lo que haces?"

¡Solo era un zorro! ¡Solo un zorro!

El maestro espiritual daoísta Ling Qing estaba tan furioso que incluso le temblaban
los dedos bajo la manga. El aura abrumadora que lo rodeaba parecía congelar el aire,
conteniendo la furia de una tormenta.

Pei Yunshu observó la estocada frente a su zapato con expresió n tranquila. La rodeó
y se acercó a Huayue. Con suavidad, le cerró los ojos y lo levantó .

—Cuarto Hermano Menor —dijo Yuncheng—, ¿acaso solo porque maté a un zorro
quieres abandonar la secta?

Pei Yunshu alzó la mirada hacia Yuncheng. Sus ojos estaban tan tranquilos, y el ligero
rubor en las comisuras de sus ojos, lejos de suavizar su indiferencia, lo hacía parecer
aú n más frío y distante. «Una vez me hiciste una promesa, pero no la cumpliste».

Yuncheng apretó el puñ o con indiferencia, y sus heridas internas aú n no habían


sanado del todo. Ahora, era como si le hubieran dado un golpe profundo en el pecho,
y su boca se llenó de un sabor metálico a sangre. Sus ojos eran oscuros y aterradores.

Una poderosa ráfaga de viento se alzó repentinamente bajo los pies de Pei Yunshu.
Este viento liberó a Huayue de su abrazo y lo arrastró hacia el Maestro Espiritual
Daoísta Ling Qing. Este blandió su manga, desatando una furia abrumadora contra el
dragó n de la inundació n y el demonio.

Las corrientes de agua rompieron el viento que el Maestro Espiritual Daoísta Ling
Qing había invocado. Pei Yunshu se liberó y corrió a alcanzar a Huayue. Tras
dispersar el huracán que rodeaba a Huayue, Zhuyou y Bai Lige ya habían atacado al
Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing.

Los tres eran muy hábiles, y su batalla derrumbó montañ as y destrozó la tierra. Pei
Yunshu sujetó a Huayue, evitando la caída de rocas y árboles arrancados. En menos
de un instante, la mansió n quedó en ruinas y devastada.
El maestro espiritual daoísta Ling Qing, con su profunda cultivació n, comenzó a
sentir la tensió n incluso al enfrentarse al ataque combinado del dragó n de
inundació n y el fantasma demoníaco. Abrazando a Huayue, Pei Yunshu no pudo
evitar ejercer fuerza con sus manos. Dijo: «Maestro, por favor, regrese; que esta sea
nuestra despedida».

¡Ilusiones! La tú nica del maestro espiritual daoísta Ling Qing ondeó , y su ira
aumentó . Aunque blandía su espada cada vez más rápido, enredándose con la larga
lanza de Bai Lige, no pudo detener las afiladas garras de Zhuyou.

Las garras de Zhuyou estaban a punto de atravesar el pecho del Maestro Espiritual
Daoísta Ling Qing. Pei Yunshu contuvo la respiració n y su corazó n pareció detenerse
de repente. Justo en ese momento, una luz blanca brilló ante sus ojos. Un fuerte golpe
lo golpeó en la nuca, dejándolo inconsciente.

Una enorme hoja verde se extendió por el suelo, atrapando a Pei Yunshu mientras
caía hacia atrás.

Al descender la luna roja, el cielo se tiñ ó de crepú sculo. Solo en el Mercado de los
Fantasmas Demoniacos, iluminado por el sol poniente y la noche que se acercaba,
resonó repentinamente un rugido ensordecedor.

Un rayo atravesó el cielo, y las nubes se unieron formando una enorme espada en el
firmamento. Esta descendió con una fuerza increíble, abalanzándose sobre el dragó n
de la inundació n y el fantasma demoníaco.

Zhuyou y Bai Lige quedaron atrapados bajo las densas nubes. El maestro espiritual
daoísta Ling Qing se puso serio y se arrodilló en el suelo. «Maestro».

Cuando la luz rosada irrumpió repentinamente, tiñ endo el cielo de tonos rosados,
Yunjing y los demás sintieron una tenue pero pegajosa sensació n de majestuosidad
que invadía el lugar. Esta presió n no era abrumadora, pero les dificultaba la
respiració n. Siguieron la mirada del maestro espiritual daoísta Ling Qing mientras
este se giraba y se quedaron paralizados.
Yunwang había experimentado una transformació n drástica en poco tiempo. Parecía
haber envejecido varios siglos, con un porte frío, una estatura más alta y una mirada
oblicua, tan fría como la escarcha de una montañ a nevada. Todo su ser exudaba un
aura de intensa intenció n de espada, y su apariencia, antes juvenil, había perdido
cualquier rastro de inocencia.

—Sí —respondió el Venerable Wuwang con indiferencia. Con un ligero toque de la


yema de su dedo, una Torre Selladora de Demonios apareció ante ellos. Su mirada se
dirigió al dragó n de inundació n que se encontraba abajo, y en medio de la niebla
arremolinada, Zhuyou y Bai Lige, quienes habían estado forcejeando, fueron
absorbidos por la torre.

La niebla se disipó y él flotó suavemente en el aire.

Una hoja verde trajo a Pei Yunshu a su lado. El Venerable Wuwang contempló a Pei
Yunshu, que dormía plácidamente, y sus largas pestañ as revolotearon como alas de
mariposa.

Finalmente se contuvo y permaneció inmó vil, observando a Pei Yunshu un rato.


Luego, se giró para observar al maestro espiritual taoísta Ling Qing.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing dijo: “Yunjing, trae a tus hermanos menores
para presentar sus respetos al Gran Maestro”.

El hermano mayor reprimió su asombro y los tres se inclinaron sinceramente ante el


Venerable Wuwang.

No sabían que existía un Gran Maestro en la Secta Shanshui, y mucho menos que este
había sido su hermano menor. Sin embargo, tuvieron que aceptar la realidad, por
increíble que fuera.

Justo cuando terminaron de inclinarse, la Torre del Sellado de Demonios tembló


violentamente. El Venerable Wuwang alzó la vista, reflexionó un instante, y la Torre
del Sellado de Demonios se desvaneció en el aire.

Mantenía una distancia emocional en cada gesto. Incluso frente a sus antiguos
discípulos, parecía un extrañ o.
Sin embargo, Yuncheng habló : “Maestro, ¿qué debemos hacer con el hermano menor
Yunshu?”

El maestro espiritual daoísta Ling Qing respondió con expresió n severa: “Coló quenlo
en confinamiento en la montañ a trasera”.

Las largas pestañ as del Venerable Wuwang temblaron levemente al contemplar la luz
rosada a lo lejos. Su rostro parecía etéreo en el cálido resplandor, como un ser
trascendental. Permaneció en silencio.

El tercer hermano mayor permaneció en silencio por un largo tiempo antes de


finalmente hablar: "¿Qué pasa si el cuarto hermano menor todavía quiere irse cuando
despierte?"

Cuando se planteó esta pregunta la atmó sfera quedó en silencio.

Todos habían visto la determinació n en los ojos de Pei Yunshu al romper la placa de
madera de la secta. Antes había sido obediente y dó cil, pero ahora la había roto y
estaba decidido a abandonar la secta. ¿Acaso encerrarlo en la montañ a trasera
disiparía sus deseos de marcharse?

El maestro espiritual daoísta Ling Qing observó al líder que llevaba a Pei Yunshu. Sin
embargo, de repente pareció distraerse por un instante, y la imagen de Pei Yunshu,
con los ojos enrojecidos, aplastando la placa de madera apareció ante sus ojos.

Yunshu había crecido desde niñ o cuando llegó a la montañ a. Hoy, por primera vez,
desafió las ó rdenes del maestro espiritual taoísta Ling Qing.

Había sido pegajoso en el pasado, lo cual era bastante molesto, pero ahora que quería
irse, después de haber aplastado la placa de madera de la secta, el maestro espiritual
taoísta Ling Qing sintió una miríada de emociones y una oleada de ira.

Después de un momento, pareció cansado y dijo: «Déjalo. ¿No desea adquirir


experiencia fuera de la montañ a? Cuando despierte, que emprenda su viaje».

El hermano mayor permaneció en silencio a su lado. Tras escuchar la decisió n del


Maestro, finalmente habló : «Maestro, conociendo el temperamento del Hermano
Menor Yunshu, no se rendirá fácilmente».

Maestro espiritual daoísta Ling Qing: "Entonces, ¿qué sugieres?"

Su tono se hizo más frío.

Esta vez, Yunjing permaneció en silencio aú n más tiempo. No fue hasta que una rama
seca cayó de su cuerpo, rozando un árbol antiguo, que susurró : «Sella los recuerdos
del hermano menor».

***

El Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing estaba a punto de entrar en la consciencia de


Pei Yunshu, pero el Venerable Wuwang lo detuvo. Su rostro permaneció frío mientras
decía: «Yo me encargaré».

Sacó un trozo de seda de su manga y lo colocó sobre la frente de Pei Yunshu. Una
mano que sostenía una espada se extendía sobre la tela. El rostro de Pei Yunshu
estaba cubierto de escombros de los muros derrumbados. Sus ojos estaban
ligeramente rojos y sus cejas, como tinta, se fruncieron, mostrando signos de
profunda inquietud.

El Venerable Wuwang lo miró brevemente, y la punta de su dedo tembló levemente.


Cerró los ojos, renuente a seguir observando. La energía espiritual fluyó de su palma
a la consciencia de Pei Yunshu.

Miles de recuerdos pasaron ante sus ojos, uno tras otro. No estaba claro qué veía,
pero la mano del Venerable Wuwang, colocada sobre la frente de Pei Yunshu, tembló
violentamente de repente, casi resbalándose.

La tez de Pei Yunshu se tornó cada vez más afligida, y pequeñ as gotas de sudor se
formaron en sus sienes. Se encogió y, sin darse cuenta, su mano agarró la ropa de
quien estaba a su lado.

Sin embargo, este agarre hizo que el Venerable Wuwang mostrara signos de dolor.
Extendió la otra mano para soltar la muñ eca de Pei Yunshu, y las yemas de sus dedos
estaban a punto de tocar la piel de Pei Yunshu cuando se detuvo de repente.
Era como si para él Pei Yunshu fuera una bestia aterradora que, una vez tocada, lo
arrastraría a un abismo sin dejar rastro.

***

Antes de que Pei Yunshu pudiera despertar, escuchó el sonido nítido del canto de los
pájaros en sus oídos.

Abrió lentamente los ojos y escuchó una voz joven afuera: «Hermano mayor,
despierta rápido. Nuestro Gran Maestro sale hoy de su reclusió n y quiere ver a sus
discípulos».

Pei Yunshu quedó ató nito por un momento. Se vistió rápidamente, abrió la puerta y
encontró a un joven discípulo esperándolo. Sintió que aú n no había despertado del
todo. Preguntó : "¿Quién dices que está saliendo de su reclusió n?".

—Nuestro Gran Maestro, por supuesto —dijo el joven discípulo con naturalidad—.
Venerable Wuwang. Ayer alcanzó la etapa de Divinidad Naciente. Hoy, muchas sectas
vienen a felicitarlo. Hermano Mayor, date prisa y prepárate para ir al saló n principal.

Pei Yunshu cerró la puerta detrás de él y se quedó allí, luciendo aturdido.

¿Había realmente un Gran Maestro en la secta?

Sintió como si estuviera soñ ando, así que se pellizcó el brazo con fuerza. El brazo se
le enrojeció por el pellizco, y el dolor confirmó que no era un sueñ o.

Se giró y vio ropa ordenada junto a la cama. Se miró , y la ropa que vestía no se
diferenciaba de la que usaban los discípulos de la Secta Shanshui.

Pei Yunshu miró la ropa y decidió no cambiarse. Se acercó a la mesa y se sentó .

Había agua en una jarra, y Pei Yunshu se sirvió un vaso. El agua llevaba un rato allí y
había perdido su calor, sintiéndose fría al tacto.

Tomó un sorbo y el agua fresca le resbaló por la garganta. La luz del sol que entraba
por la ventana brillaba sobre la mesa, creando una atmó sfera limpia y prístina. Pei
Yunshu parpadeó y sintió como si acabara de morder una fruta agria. Todo su cuerpo
parecía estar lleno de una acidez profunda.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 33

Capítulo 33

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Aunque Pei Yunshu no sabía de dó nde había venido este Gran Maestro, voló hacia el
saló n principal con su espada.

Sin embargo, mientras sobrevolaba la cima del Pico Wuzhi, un escalofrío inexplicable
lo recorrió . Pei Yunshu, involuntariamente, alejó su espada de la cima. Una vez que se
distanció , no pudo entender por qué lo había hecho.

Parecía estar en un sueñ o, pero todo a su alrededor era real. Pei Yunshu lo pensó y
frunció los labios.

El joven discípulo había dicho que el Gran Maestro había alcanzado la etapa de la
Divinidad Naciente, y que el siguiente paso era la Unidad. Como Gran Maestro, su
cultivo ya era considerado el mejor de la Secta Shanshui. Sin embargo, Pei Yunshu no
pudo evitar sentir que algo no cuadraba.

Me pareció que era demasiado bajo…

A medida que se acercaba al saló n principal, había más gente volando con espadas en
el cielo. Pei Yunshu no quería hablar con nadie, así que aceleró y pronto aterrizó
fuera del saló n.

Dentro del saló n, muchos discípulos de diversas sectas ya esperaban, charlando en


voz baja en grupos. Pei Yunshu pasó junto a ellos y, a lo lejos, pudo ver al maestro
espiritual daoísta Ling Qing y a varios ancianos de la cima sentados.
Mientras pasaba, un discípulo del pico Wuqi se le acercó y le preguntó : "Hermano
menor, ¿por qué no avanzas?"

Pei Yunshu se detuvo un momento, luego se dio la vuelta y se alejó del saló n
principal. "Acabo de recordar algo que olvidé traer. Hermano mayor, por favor, dile al
Maestro que vendré más tarde".

Salió del saló n principal, sosteniendo su espada Qingyue, pero antes de que pudiera
llegar lejos, alguien lo persiguió , gritando: "¡Hermano menor!".

Pei Yunshu se dio la vuelta y vio que era el hermano mayor Yunjing.

Yunjing había llegado corriendo, y como el discípulo mayor del Maestro Espiritual
Daoísta Ling Qing del Pico Wuzhi, siempre había mantenido la compostura. Sin
embargo, su comportamiento actual era muy diferente de lo habitual.

El Hermano Mayor miró a Pei Yunshu con una mirada penetrante. "Hermano Menor,
¿por qué no entras?"

Pero en cuanto terminó de hablar, Pei Yunshu se alejó dos pasos del Hermano Mayor,
poniendo distancia entre ellos. Respondió con calma: «Olvidé algo».

El hermano mayor guardó silencio un rato antes de sonreír. "Bueno, entonces, vuelve
pronto".

Pei Yunshu se giró para irse, pero oyó pasos a sus espaldas. Su corazó n latió con
fuerza, y una profunda sensació n de rechazo surgió de lo más profundo de su ser,
subiéndole a la cabeza. Desenvainó su Espada Qingyue, y la afilada hoja dejó un corte
sangriento en la mano de su Hermano Mayor. Pei Yunshu frunció el ceñ o, con la
mirada fría, y habló con indiferencia: «Hermano Mayor, ¿qué quieres hacer?».

Con un corte en la palma de la mano, la sangre manaba lentamente de la herida. El


Hermano Mayor se miró la mano y la retiró , colocándola tras la espalda. «Hermano
Menor, parece que tu horquilla está suelta».

Pei Yunshu frunció el ceñ o ligeramente. Envainó su espada y le lanzó un frasco de


pastillas a Yunjing. «Hermano mayor, si tienes algo que decir, dilo sin rodeos».
Hizo una pausa. «No me gusta que se me acerquen extrañ os».

—Forasteros —murmuró el Hermano Mayor en voz baja, mirando al Hermano


Menor con ojos negros. Una leve sonrisa amarga se dibujó en sus ojos—. Bueno,
Hermano Menor, vete rápido.

***

Pei Yunshu ciertamente no había olvidado nada.

Pero al entrar en el gran saló n, se sintió tan sofocado que no podía respirar. Así que
simplemente se alejó . Voló alrededor de la Secta Shanshui, pero no sabía adó nde ir.

Era extrañ o, ni siquiera quería volver a su propio patio.

Al final, Pei Yunshu dejó que su Espada Qingyue eligiera un lugar para él. "Vamos a
dar un paseo".

La espada Qingyue llevó a Pei Yunshu a la parte trasera de la montañ a.

La montañ a estaba excepcionalmente silenciosa, solo el lejano canto de los pájaros


rompía el silencio. Pei Yunshu ató una cuerda entre dos árboles centenarios y se
sentó en ella, dejando que su Espada Qingyue lo balanceara de un lado a otro.

Desde niñ o, siempre había disfrutado jugando así. Al llegar a la Secta Shanshui, era
tímido en todo. Pero a medida que se acostumbraba, se volvió intrépido, capaz de
recorrer el cielo y la tierra.

Ante su Maestro y sus hermanos mayores, parecía un hermano menor obediente.


Pero a los ojos del Lao Tong que lo había criado, era como un pequeñ o demonio
travieso.

Sin embargo, este pequeñ o demonio solía fingir buen comportamiento. Con su
apariencia etérea, parecía un niñ o bajo el trono de Guanyin. Pocas personas conocían
la verdadera naturaleza de Pei Yunshu.

Sin embargo, Lao Tong era, en ú ltima instancia, una persona comú n y corriente, y a
pesar de vivir en el Pico Wuzhi desde su infancia hasta la vejez, nunca alcanzó la
iluminació n en el Gran Dao. Al final, experimentó el ciclo del nacimiento, la vejez, la
enfermedad y la muerte.

Tras la muerte de Lao Tong, Pei Yunshu sufrió pesadillas durante varios días.
Finalmente, tuvo que buscar consuelo en el maestro espiritual taoísta Ling Qing para
poder dormir.

Después de esa experiencia, no se portó tan mal como antes.

Tras la muerte del discípulo mayor, Pei Yunshu sufrió pesadillas durante varios días.
Al final, no tuvo más remedio que insistirle al maestro espiritual taoísta Ling Qing
para que se atreviera a dormir.

Después de eso, dejó de ser tan travieso.

La cuerda se balanceó hacia arriba y luego cayó con fuerza. Pei Yunshu cerró los ojos
mientras el viento soplaba a su lado, aflojando la banda para el cabello que ya había
soltado. El cabello negro suelto voló sin control, y Pei Yunshu estaba a punto de
recuperar la banda cuando la vio caer en la mano de alguien.

La persona permanecía cerca, rodeada de lo que parecía ser niebla y nubes, lo que
impedía ver su rostro con claridad. Sin embargo, había una profunda sensació n de
espada en su interior.

"¿Por qué no vas al saló n principal?" Su voz era melodiosa, ligera y suave, como el
agua que fluye en una palangana de jade.

Pei Yunshu no sabía quién era y preguntó : "¿Quién eres tú ?"

Ya sea debido a la niebla y las nubes que rodeaban a la persona o porque su visió n
estaba obstruida por su cabello, Pei Yunshu no podía ver a esta persona con claridad,
y parecía tan esquiva como un espejismo.

La persona no respondió , só lo dijo: “Ten cuidado de no caerte”.

Fue bastante extrañ o. Pei Yunshu decidió no molestarse con ellos y sacó otra banda
blanca de su manga. Sin embargo, al verla, se quedó ató nito.
No agarró la cuerda con ambas manos, sino que permaneció sentado con firmeza. Sin
embargo, a ojos de los demás, la cuerda se balanceaba con tanta fuerza que resultaba
aterradora. De repente, ramas blandas de árboles cercanos treparon por la cuerda y
crearon un respaldo detrás de Pei Yunshu.

Cuando Pei Yunshu recuperó el sentido, miró el respaldo. Se recogió el cabello con
indiferencia y volvió a observar a la persona. Solo entonces confirmó que su rostro
estaba oculto por las nubes y la niebla, como si no quisiera ser visto.

—Aú n tienes mi diadema en la mano —dijo Pei Yunshu.

La mano de la persona tembló repentinamente, como si la diadema de Pei Yunshu


contuviera un veneno mortal. Intentaron soltarla apresuradamente, pero una ráfaga
de fuego surgió , reduciendo la diadema a cenizas antes de que pudiera caer.

La persona pareció sorprendida y mantuvo la postura de sostener la banda para el


cabello por un rato antes de decir finalmente: "Lo siento".

Pei Yunshu no le prestó mucha atenció n. Era solo una diadema. Escuchó un rato y
luego caminó hacia una fuente de agua.

“¿No vas al saló n principal?” volvió a preguntar la persona con la cara oculta.

Pei Yunshu respondió : "No voy".

No quería seguir hablando con un extrañ o, por lo que decidió volar con su espada.

La persona que permaneció en su lugar dio un paso más y no pudo evitar mirar la
cuerda enrollada en el árbol. Sin embargo, su expresió n cambió y se dio la vuelta,
avergonzada.

***

Pei Yunshu llegó al saló n principal só lo cuando la gente que estaba dentro estaba a
punto de dispersarse.

Entró desde una esquina y se quedó allí, observando casualmente a todos en el saló n
principal.
Todas estas personas eran respetuosas, comportándose como si el gran maestro de la
Secta Shanshui, quien ocupaba un lugar destacado, fuera el fundador de su propia
secta. Era una muestra de reverencia que nunca antes había presenciado.

Pei Yunshu no tenía ninguna curiosidad sobre este gran maestro, e incluso el mero
pensamiento de la palabra "gran maestro" pesaba mucho en su corazó n, como si algo
pesado estuviera presionando su pecho, haciéndole reacio incluso a mirar hacia
arriba.

Cuando los miembros de las otras sectas se marcharon, el actual líder de la Secta
Shanshui, el Maestro Espiritual Daoísta Ling Ye, instruyó a los discípulos principales
y de la secta interna a presentarse para presentar sus respetos. Pei Yunshu se mezcló
entre los discípulos de la secta interna, de pie en la parte de atrás, sin querer
observar de cerca el aspecto de este fundador.

Pero cuando los discípulos de la secta interna se marcharon, dejando solo una
docena de discípulos principales, ya no pudo evitarlo más.

“Ven aquí”, dijo el gran maestro.

La voz era extremadamente agradable, tranquila e indiferente como la de un


inmortal. Pei Yunshu alzó la vista y vio al gran maestro, de hermosa apariencia
indiferente, observándolos con serenidad.

Pei Yunshu tenía la mirada perdida, su tez palideciendo gradualmente. Mientras los
demás discípulos le presentaban sus respetos, él permaneció inmó vil, con la mirada
fija al frente.

Pei Yunshu lo miró con la mirada perdida, su rostro palideciendo cada vez más.
Mientras los demás discípulos se inclinaban en señ al de respeto, él era el ú nico que
seguía mirándolo fijamente.

El gran maestro lo miró , y sus ojos eran profundos y misteriosos como un abismo sin
fondo. Sin embargo, tras una breve mirada, sus largas pestañ as temblaron levemente
y apartó la mirada.
“Yunshu”, dijo el maestro espiritual taoísta Ling Qing, que estaba junto a ellos,
“Inclínate”.

La mente de Pei Yunshu estaba en blanco, pero finalmente se inclinó junto con sus
compañ eros discípulos.

El gran maestro les indicó que se acercaran uno por uno e intercambió saludos con
cada uno. Cuando llegó el turno de Pei Yunshu, parecía como si se hubiera quedado
paralizado, reacio a acercarse al gran maestro.

Los discípulos que lo esperaban se impacientaron. Uno de ellos, con gran fuerza,
empujó a Pei Yunshu hacia adelante, enviándolo hacia el gran maestro. «Hermano
menor, no te quedes ahí parado como un tonto. Si no aprovechas las oportunidades
cuando se presentan, ¡eres un simple!».

Pei Yunshu fue tomado por sorpresa. El gran maestro se levantó bruscamente, se
acercó rápidamente y lo sostuvo. Pero en cuanto tocó a Pei Yunshu, la expresió n del
Venerable Wuwang cambió bruscamente, y pareció sentir un dolor inmenso.

Agarró los dedos de Pei Yunshu y tembló . Cuando Pei Yunshu se estabilizó , el
Venerable Wuwang retrocedió de inmediato, colocando su mano, aú n temblorosa,
tras su espalda.

No se atrevió a mirar a Pei Yunshu a los ojos, só lo dijo: "Más despacio".

Pei Yunshu también retrocedió dos pasos. «He sido irrespetuoso. Por favor,
perdó neme, Gran Maestro».

El venerable Wuwang respondió con un simple reconocimiento.

Los dos permanecieron alejados, mucho más que los otros discípulos que se habían
acercado antes. Había una notable distancia y distanciamiento entre ellos.

El Gran Maestro sacó un tesoro de su manga, un tesoro de ataque de alta calidad que
podía transformarse en diversas armas. Parecía una cuerda.
Pei Yunshu lo recibió y lo sostuvo en su mano. El Gran Maestro miró su mano, y su
dedo meñ ique tembló . Entonces envió el tesoro a Pei Yunshu de la nada.

De todos los tesoros que recibieron los discípulos, este era el más preciado. Sin
embargo, Pei Yunshu no mostró mucho entusiasmo. Guardó la cuerda en su bolsa y se
paró detrás de su Maestro.

El segundo hermano mayor, que estaba de pie detrás de él, preguntó : “Hermano
menor, ¿dormiste bien esta mañ ana?”

Pei Yunshu bajó la mirada al suelo en el saló n principal y asintió levemente, pero no
habló .

El segundo hermano mayor sonrió levemente. "En unos días, la secta empezará a
aceptar discípulos, y después, será la competencia de cultivació n. Esta vez, la
organiza nuestra Secta Shanshui. Hermano menor, todos participaremos, así que
prepárate bien".

Pei Yunshu no pareció registrar sus palabras. Simplemente miró fijamente al suelo.

El Gran Maestro, sentado arriba, notó esto y frunció los labios. «Ling Qing».

El maestro espiritual daoísta Ling Qing se adelantó respetuosamente. «Maestro, ¿qué


puedo hacer por usted?»

—Que Yunshu suba a mi cima —dijo, apretando con más fuerza su mano—. Aléjalo
de mí, a media ladera.

La residencia del Gran Maestro se encontraba en el punto más alejado de la Secta


Shanshui, en una cima llamada el Pico de los Tres Días. Sin su permiso, nadie podía
entrar. Si Pei Yunshu se mudaba a su cima, estaría más lejos de sus compañ eros
discípulos.

Sin embargo, el Venerable Wuwang le apretó la mano con tanta fuerza que le dolió ,
pero ese dolor no era nada comparado con el dolor interior.

Pero Pei Yunshu estaba demasiado cerca de él.


Incluso a mitad de camino de la ladera de la montañ a todavía estaba demasiado
cerca.

El maestro espiritual taoísta Ling Qing dudó por un momento antes de aceptar.

El Gran Maestro añ adió : “No es necesario que suba a la montañ a a buscarme”.

Su visió n periférica instintivamente quería mirar hacia un lado, pero se detuvo


bruscamente y volvió la mirada.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 34

Capítulo 34

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Tras la dispersió n de la gente en el saló n principal, Pei Yunshu no regresó a su patio.


En cambio, recibió un mensaje del joven discípulo informándole de que lo habían
trasladado al Pico de los Tres Días, donde residía el Gran Maestro.

El Pico de los Tres Días se encontraba en el límite de la Secta Shanshui. Aunque no


era tan alto como el Pico Wuzhi, era notablemente vasto y lejano, con una energía
espiritual extremadamente pura y abundante.

El joven discípulo le informó que su residencia estaba a media altura del Pico de los
Tres Días, bastante lejos del Gran Maestro. Tras mudarse allí, Pei Yunshu no tendría
que presentarle sus respetos. Aunque Pei Yunshu no estaba satisfecho con la
situació n, comparado con su pequeñ o patio anterior, el Pico de los Tres Días estaba
realmente tranquilo y mucho más silencioso.

Así que, al regresar a su patio, empezó a empacar sus cosas. No tenía muchas
pertenencias: solo ropa, libros y algunas cosas pequeñ as.

Sin embargo, mientras estaba empacando, Pei Yunshu encontró un trozo de jade rojo
cálido.

Este jade parecía estar empapado en sangre y emitía una luz roja. Era puro e
impecable, y al tocarlo, sintió calor. Al ver este jade, Pei Yunshu se llevó la mano
instintivamente a la cintura, pero no encontró nada.
Miró su yo vacío, luego el jade rojo colocado en la habitació n, frunciendo
ligeramente el ceñ o.

Tras terminar de empacar, salió y vio al joven discípulo desenterrando plantas


espirituales. Pei Yunshu le preguntó : "¿Por qué estás desenterrando estas plantas?".

El joven discípulo respondió : «Hermano mayor, siempre disfrutas contemplando


estas plantas espirituales. Ya que te mudas, pensé en llevártelas también. Si alguna
vez quieres verlas, no tendrás que volver».

Pei Yunshu contempló las exuberantes plantas espirituales que cubrían el patio. Se
acercó y se sentó a una mesa de piedra, acariciando suavemente las tallas, y su
mirada se desvió lentamente hacia abajo.

Alguien entró desde afuera, y cuando Pei Yunshu miró hacia arriba, vio a tres
hermanos mayores.

El segundo hermano mayor se sentó a su lado, y en cuanto lo hizo, Pei Yunshu se


levantó . Miró a su segundo hermano mayor con calma y dijo: "¿Necesitan algo,
hermanos mayores?".

El segundo hermano mayor no habló , simplemente lo miró fijamente.

Sus ojos oscuros, superficiales, reflejaban la calidez de la luz del sol. Vestía una tú nica
blanca y limpia, y exudaba la fragancia de sándalo del Pico Wuzhi. Si lo colocaran en
un escenario o en una historia, sería el noble apuesto y encantador que todos
adorarían.

"Hermano menor", dijo Yuncheng con una sonrisa, "antes estabas enfermo, así que
vine a tomarte el pulso".

Pei Yunshu se apartó de la mano que le tendía el segundo hermano mayor y mantuvo
la calma. Dijo: «Si no hay nada importante, me voy».

Desde lo más profundo de su corazó n, un sentimiento de aversió n surgió hacia la


persona que tenía frente a él.
Esta aversió n era intensa, y aun así, no encontraba la razó n. En su memoria, el
segundo hermano mayor era noble y gentil, y no tenían conflictos. Sin embargo, Pei
Yunshu siguió sus sentimientos, sin querer ocultar su distanciamiento en la
superficie.

El joven discípulo ya había terminado de empacar, por lo que Pei Yunshu lo recogió y
voló con su espada, dejando a los tres hermanos mayores atrás en su patio.

No sentía ni apego ni cercanía.

Yuncheng observó su mano, que estaba limpia sin rastro de sangre, y sus dedos largos
y delgados con articulaciones bien definidas. No encontró ninguna señ al de que
hubiera empuñ ado una espada y matado al zorro.

Se había olvidado de todo, pero aú n así ¿no quería estar cerca de él?

Yuncheng bajó la mirada, ocultando la sonrisa en la comisura de sus labios.

***

El Pico de los Tres Días tenía un terreno especialmente peculiar, llamado así por sus
tres tramos empinados. Donde el terreno era empinado, había zonas planas aptas
para viviendas. La residencia de Pei Yunshu era la más alejada de la cima.

Al entrar en su habitació n, vio que la mesa estaba repleta de cintas para el pelo. Al
observarlas más de cerca, vio que había cintas hechas de telas de varios colores,
incluyendo seda delicada.

Pei Yunshu miró al joven discípulo que esperaba en la puerta.

El joven discípulo tampoco lo sabía. «No había ninguna cinta para el pelo en la
habitació n cuando la limpié antes».

Pei Yunshu hizo un gesto con la mano y el mantel de la mesa fue entregado al joven
discípulo que tenía delante. "Entonces, tíralo".

El joven discípulo dudó . «Hermano mayor, hay muchas diademas valiosas entre estos
materiales. Mira esta; está tejida por los tritones del Mar del Este. Ni siquiera se
quema al exponerse al fuego».

“En ese caso, son tuyos”, dijo Pei Yunshu, “sal”.

El joven discípulo obedeció de mala gana y cerró la puerta.

Sostenía las cintas para el pelo en sus brazos y sentía que su hermano mayor actuaba
de forma extrañ a hoy. Era como si toda su actitud se hubiera vuelto fría.

El sol se ponía en el cielo, proyectando una tenue luz en la habitació n. Pei Yunshu
organizó meticulosamente los objetos en su bolsa. Al desatar la cinta del pelo, volvió
a sumirse en sus pensamientos. Finalmente, caminó tras un biombo, se desató la
tú nica y se quitó la ropa interior. Sin embargo, al bajar la cabeza y mirar, su piel
estaba blanca e inmaculada, sin rastro alguno.

Se quedó allí un rato, luego se volvió a poner la ropa y salió de detrás del biombo.

Pei Yunshu se sirvió una taza de té frío y se la bebió . Tras terminarlo, se sentó a la
mesa aturdido, como si una parte de él se hubiera vaciado y no le quedara nada por
hacer.

Las hojas de té en la taza flotaron y volvieron a hundirse. Pei Yunshu bajó la mirada y
observó las fluctuaciones de las hojas.

***

En el espejo de agua se reflejaba el rostro de Pei Yunshu.

Llevaba el cabello suelto, cayendo sobre los hombros, lo que acentuaba su rostro,
blanco como el jade. Sus largas pestañ as colgaban, y parecía como si su mirada
también estuviera mirando a alguien a través del espejo de agua.

Estaba excepcionalmente concentrado, como si estuviera completamente absorto.

El Venerable Wuwang contempló el espejo de agua con el corazó n agitado. El espejo


tembló junto con sus emociones y luego desapareció .
El venerable Wuwang permaneció en silencio por un momento, cerró los ojos y
recitó el mantra del corazó n claro.

Recitó el mantra durante una hora entera, sintiendo que su Corazó n Dao se había
estabilizado. Luego recuperó la compostura, agitó la manga e invocó el espejo de
agua.

Su Corazó n Dao ahora estaba estable y no debería haber más perturbaciones.

Pero tan pronto como apareció el espejo de agua, mostró una escena de Pei Yunshu
desvistiéndose para bañ arse.

Esta vez, el espejo de agua tembló violentamente y desapareció antes de que pudiera
retraerlo. Se convirtió en agua corriente y salpicó con fuerza el suelo.

El venerable Wuwang cerró los ojos, sus orejas se enrojecieron y arqueó la espalda
con dolor.

***

Pei Yunshu dijo: "¿Quién está ahí?"

La espada Qingyue saltó desde el borde del estanque, medio desenvainada y lista para
la acció n.

La espada brillaba con una luz verde, pero todo a su alrededor estaba en silencio.

Pei Yunshu caminó sobre la superficie del agua y se acercó al borde del estanque.
Para su sorpresa, una serpiente tan gruesa como un dedo cayó de la rama de un árbol.

Pei Yunshu contuvo la respiració n e instintivamente retrocedió decenas de pasos


hasta que su espalda se apoyó contra la puerta. Tardó un instante en darse cuenta de
que solo era una serpiente.

Pero no debería tener miedo a las serpientes.

Y ahora…
Levantó la mano y se miró la palma en silencio. Hacía un momento, sintió un dolor
agudo, probablemente porque se había clavado las uñ as por el nerviosismo.

Sin embargo, al observar la palma bañ ada por la luz de la vela, vio una fina brizna de
energía espiritual blanca como la leche envolviéndola. Al instante siguiente, la
pequeñ a herida desapareció .

Pei Yunshu se quedó mirando la palma de la mano, aturdido, durante un buen rato.
Apretó la mano y su expresió n se ensombreció .

Movió suavemente la yema del dedo y la luz de la vela se apagó al instante. Solo
quedaba la luz de la luna que se derramaba en el patio, proyectando un tenue
resplandor.

Pei Yunshu sacó una daga de su bolsa, la lanzó al aire y, al instante siguiente, se
escuchó un sonido afilado que atravesaba la carne. La pequeñ a serpiente quedó
clavada al suelo, retorciéndose varias veces antes de morir por completo.

Después de un rato, Pei Yunshu se acercó y tocó la serpiente.

Sostuvo la serpiente en su mano, se obligó a recogerla y cuando se movió , el cuerpo


largo y delgado de la serpiente se estremeció como si aú n estuviera viva.

Lisa y fría, la cabeza de la serpiente parecía que podría girar en cualquier momento y
morderle la muñ eca sin piedad.

Pei Yunshu observó en silencio a la pequeñ a serpiente. Cuando su mano dejó de


temblar, la arrojó a un lado y regresó a la habitació n.

***

Temprano a la mañ ana siguiente, el joven discípulo descubrió la serpiente muerta en


el patio.

Tiró la serpiente y esperó un rato frente a la puerta de Pei Yunshu. Tras gritar un
momento sin obtener respuesta desde adentro, se dio cuenta de que su hermano
mayor ya se había ido.

Pei Yunshu voló lentamente con su espada, buscando serpientes en la jungla del Pico
de los Tres Días. Encontró serpientes grandes y pequeñ as, pero no las mató . En
cambio, las inmovilizó y las tocó .

Desde el momento en que oscureció levemente hasta que salió el sol, sus labios se
volvieron más pálidos, pero su conciencia se volvió más clara.

Cuando finalmente emergió de la jungla, de repente se dio cuenta de que había estado
subiendo todo el tiempo y había llegado a la residencia del gran maestro.

Estaba a punto de irse cuando Qingyue, su espada, pareció notar algo y lo elevó aú n
más. Corrió con avidez y entró en una habitació n.

Esta habitació n parecía una morada celestial, con nubes y niebla al otro lado de la
ventana que daba a la cima de la montañ a. La niebla parecía haber entrado por la
ventana. También había varios cuadros elegantes colgados en la pared, lo que la hacía
parecer la morada de un inmortal.

Sin embargo, Pei Yunshu no notó nada de esto. Solo vio una pequeñ a torre negra y
dorada sobre la mesa frente a él.

Aunque la torre era pequeñ a, se veía majestuosa sobre la mesa. Sintió como si algo en
su interior hubiera dado un salto. Pei Yunshu, aturdido, recorrió su mente y
descubrió que un nú cleo blanco translú cido, envuelto en luz dorada, había emergido
de su interior y ahora saltaba en su interior.

Pei Yunshu debería haber examinado este nú cleo blanco para determinar su
naturaleza, pero en ese momento, no pudo concentrar su mente. Sus ojos estaban
fijos en la torre negra y dorada que tenía frente a él. Extendió la punta de un dedo y la
tocó .

Tan pronto como la tocó , la torre se movió de repente.


Pei Yunshu parpadeó , se inclinó hacia la puerta herméticamente sellada de la torre y
preguntó en voz baja: "¿Hay alguien dentro?"

Después de decir estas palabras, Pei Yunshu apretó su mano.

El espacio vacío en su pecho que se había despejado antes ahora se sentía diferente.

Sin embargo, no recibió respuesta desde el interior de la torre. En cambio, esta


desapareció abruptamente.

Pei Yunshu se dio la vuelta lentamente y vio al gran maestro parado en la puerta,
vestido de blanco y con expresió n indiferente.

“Gran maestro”, dijo, “¿qué es esa torre?”

El Gran Maestro bajó la mirada, evitando la mirada de Pei Yunshu, y habló en un tono
frío: "No deberías estar aquí".

A Pei Yunshu solo le preocupaba el paradero de la torre. Se acercó al Gran Maestro,


pero al acercarse un paso más, el Venerable Wuwang retrocedió paso a paso.

Los dos salieron de la habitació n. Este lugar era la cima, envuelto en niebla. Más allá
había un acantilado escarpado.

El venerable Wuwang continuó retrocediendo hasta que estuvieron en el patio y


luego cerca del borde de un acantilado de diez mil pies.

Pei Yunshu finalmente se detuvo. Miró inquisitivamente al Gran Maestro y su voz,


como arrastrada por el viento, tembló : «Gran Maestro, ¿me tiene miedo?».

La expresió n del Gran Maestro permaneció inalterada, y su tono era tan frío como el
hielo. «Tonterías».

—Entonces, ¿por qué no me miras, Gran Maestro? —preguntó Pei Yunshu.

Los ojos del Venerable Wuwang mostraron brevemente signos de lucha. Finalmente,
alzó la vista para mirar a Pei Yunshu.
La luz del sol afuera era perfecta, proyectando un brillo dorado sobre el cabello de
Pei Yunshu. Sus rasgos eran nítidos, sus labios rojos, sus dientes blancos. Sus ojos
brillantes estaban fijos en el Venerable Wuwang.

Un dolor intenso comenzó a surgir en su mar de consciencia. Su cultivo en la etapa


de Divinidad Naciente se había convertido en un tormento.

El venerable Wuwang cerró los ojos con dolor, recitando continuamente el Mantra de
la Mente Clara.

En el despiadado camino del Dao, si uno tocara las emociones, sería un abismo
insondable.

Pei Yunshu era como un veneno para él. Un solo toque y no habría retorno, el
Corazó n de Dao se hizo añ icos. Una sola mirada, y sería como si mil hormigas le
royeran el corazó n.

No se podía tocar, no se podía contaminar.

¿Pero có mo podría resistirse?

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 35

Capítulo 35

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El Gran Maestro se encontraba al borde del acantilado, con los ojos cerrados, como si
preferiría caerse del acantilado antes que mirar a Pei Yunshu.

Parecía tan encantador como las flores de durazno, pero su actitud era tan fría como
la de un antiguo Buda. Era absurdo ver a un ser celestial como él mostrarle
semejante expresió n a Pei Yunshu. Continuó recitando el Mantra del Corazó n Limpio,
y Pei Yunshu lo encontró particularmente surrealista.

La mirada de Pei Yunshu pasó del Gran Maestro al acantilado detrás de él.

Un acantilado de diez mil pies podría no ser mucho para los cultivadores,
especialmente para un maestro de la etapa de Divinidad Naciente como el Gran
Maestro.

—Gran maestro —bajó la mirada, proyectando una sombra sobre sus párpados
inferiores—, quiero saber qué es esa torre.

El venerable Wuwang continuó recitando el Mantra del Corazó n Claro.

Su voz era gélida y su expresió n, fría como la nieve. Era como si su voz, junto con la
de Pei Yunshu, hubiera sido aislada por el Mantra del Corazó n Limpio.

Al final, Pei Yunshu se fue.


Tras marcharse, el Venerable Wuwang se atrevió a abrir los ojos. Miró el lugar donde
había estado Pei Yunshu, pero tras una sola mirada, no se atrevió a mirarla dos veces.

***

Pei Yunshu fue a la biblioteca con su espada.

La biblioteca de la Secta Shanshui poseía una vasta colecció n de libros, que incluía
diversos métodos de cultivo y técnicas Dao. Cuanto más alto era el piso, más escasos
se volvían los libros y más difícil era acceder a ellos. Pero esta vez, Pei Yunshu fue a
la secció n de libros varios, que era mucho más sencilla.

Buscó en los libros, uno por uno, una explicació n de la torre negra y dorada. Hojeó
incontables libros hasta que se puso el sol. Finalmente, encontró una explicació n de
la torre en uno de ellos.

Resultó ser una Torre de Sellado de Demonios.

Las yemas de los dedos de Pei Yunshu se deslizaron sobre estas tres palabras, y
mientras las miraba, sus ojos se sintieron secos, como si hubiera leído demasiado.

Un compañ ero discípulo pasó a su lado, y Pei Yunshu cerró el libro, llevándolo
consigo al salir de la biblioteca. Afuera, el cielo estaba cubierto por un mar de nubes,
y Pei Yunshu se quedó con la mirada perdida durante un largo rato hasta que un
anciano que pasaba lo despertó . Entonces, volvió a la realidad y voló de vuelta al
Pico de los Tres Días.

Pero fue extrañ o.

Pei Yunshu colocó su mano sobre su centro.

¿Cuál era la conexió n entre esa torre y él? ¿Por qué su Espada natal tenía tanta prisa,
y por qué ese nú cleo blanco translú cido también?

Aunque desconocía el origen del nú cleo blanco, tras examinarlo, descubrió que no
tenía inconvenientes, sino solo beneficios. Además, si hubiera tenido malas
intenciones, habría destruido su nú cleo dorado hace mucho tiempo, así que ¿por qué
lo curaría?

Innumerables cosas, ya fueran acontecimientos u objetos, en sus recuerdos parecían


una cadena con eslabones rotos, a la que siempre le faltaba una pieza aquí y otra allá.

Ese día, su segundo hermano mayor había venido a tomarle el pulso. ¿Enfermo? No
recordaba haber estado enfermo.

Pensó despacio y voló a Pico de los Tres Días. Regresó a su habitació n y encendió
una lámpara. Continuó leyendo el libro.

Sin embargo, no importa cuántas veces lo hojeó , el libro solo mencionaba que la
torre era una Torre de Sellado de Demonios, pero no explicaba có mo usarla ni có mo
desbloquearla.

Pei Yunshu cerró el libro y salió de la habitació n, mirando hacia el lejano pico de la
montañ a que no podía ver.

Quería volver a ver esa torre.

¿Qué debería hacer para volver a ver la torre?

***

A la mañ ana siguiente, mientras el rocío frío brillaba, Pei Yunshu se encontraba
frente a la puerta del gran maestro.

Gotas de rocío adornaban su cabello y se aferraban a sus largas pestañ as. Aunque el
cielo había cambiado de noche a día, aú n no había señ ales de que alguien saliera de la
habitació n.

Pei Yunshu esperó pacientemente, pero incluso cuando el sol alcanzó su cenit, no
hubo movimiento dentro de la habitació n.

Se acercó a la puerta y gritó suavemente: "Gran maestro".


No hubo respuesta desde el interior de la habitació n. Pei Yunshu empujó la puerta y
la encontró vacía. No había nadie dentro, e incluso la Torre de Sellado de Demonios
que había estado sobre la mesa había desaparecido.

***

Durante los siguientes tres días, Pei Yunshu no vio al Gran Maestro en la cima de la
montañ a.

Si el Gran Maestro no quería verlo, simplemente podía colocar una barrera. ¿Podría
un simple cultivador de la etapa del nú cleo dorado como Pei Yunshu romper su
barrera?

Sin embargo, era evidente que no había ningú n obstáculo. El Venerable Wuwang
simplemente no estaba en la Cumbre de los Tres Días. Incluso el pequeñ o discípulo
había desaparecido. Pei Yunshu esperó noche tras noche y seguía sin verlo.

Cuando regresó con las manos vacías una vez más, Pei Yunshu atrapó una serpiente
colorida en el camino hacia abajo de la montañ a.

La serpiente parecía llamativa, con una longitud que no superaba el tamañ o de una
mesa. La encerró en una burbuja de agua y la llevó a su residencia.

Tras sentarse en el patio, Pei Yunshu contempló la colorida serpiente, con una
expresió n que cambiaba constantemente. Bebió taza tras taza de té frío y luego llamó
al pequeñ o discípulo. "¿Sabes si esta serpiente es venenosa?"

El joven discípulo examinó la serpiente de cerca y dijo: “Hermano mayor, esta


serpiente es venenosa”.

Pei Yunshu preguntó : "¿Qué tipo de veneno?"

El joven discípulo dudó y tartamudeó : “Veneno de amor”.

Pei Yunshu se quedó en silencio por un momento y luego despidió al joven discípulo.

Su mirada permaneció fija en la colorida serpiente, y cuando el día se convirtió en


noche, cerró los ojos y entró en la burbuja de agua, temblando mientras insertaba la
yema de su dedo en ella.

La serpiente colorida se abalanzó ansiosamente sobre su dedo, y el dolor se extendió


desde la punta del dedo hasta el corazó n.

Las pestañ as de Pei Yunshu temblaron, pero su expresió n se volvió más fría.

***

Tras su meditació n, el Venerable Wuwang abrió los ojos y miró la habitació n vacía.
Tras un momento de contemplació n, decidió cerrar los ojos y continuar meditando.

Sin embargo, no pudo calmarse. Finalmente, suspiró profundamente, hizo un gesto


con la mano y conjuró un espejo de agua para ver si Pei Yunshu seguía esperando
afuera de su puerta.

Sabía que mirar el espejo de agua conmovería su propio corazó n Dao, pero no podía
evitarlo. El aire frío era tan denso en la noche, y en la cima del Pico de los Tres Días,
Pei Yunshu se ponía muy terco. Si algo le sucediera, no sería... no sería fácil
explicárselo a Ling Qing.

Pero tan pronto como apareció el espejo de agua, la respiració n del Venerable
Wuwang se entrecortó .

Pei Yunshu yacía en la cama, y las cortinas de gasa se mecían suavemente. La ropa de
cama estaba desordenada, con capas y capas de arrugas.

Su rostro estaba enrojecido, sus ojos brillaban en las comisuras y su cabello negro se
extendía por la cama. Las sábanas eran de un blanco inmaculado, pero no había rastro
del rojo intenso en sus ojos. Se frotaba contra la cama con expresió n de dolor, y de
vez en cuando abría los ojos, llenos de una luz insoportable.

¿Vendría?

Pei Yunshu cerró los ojos, con una expresió n cada vez más agonizante. Se mordió el
labio con fuerza, temblando, mientras resistía el impulso de emitir un sonido
ahogado.
Su respiració n se hizo más pesada, su piel más caliente y, sin embargo, su conciencia
se volvió más clara.

Finalmente, se oyó un fuerte ruido y la puerta se abrió a la fuerza. Alguien recogió a


Pei Yunshu y salió volando con él.

El viento gélido disipó la sensació n de ardor en su piel. Los árboles de la arboleda


cedieron el paso a quien cargaba a Pei Yunshu. Pei Yunshu luchó por abrir los ojos,
solo para ver el rostro helado del Venerable Wuwang.

Pero la mano que lo sostenía temblaba tanto que no podía ignorarla.

Pei Yunshu cerró los ojos.

El estanque frío estaba justo frente a él, brillando a la luz de la luna. Tras ver el
destello del agua, el Venerable Wuwang finalmente dejó escapar un suspiro de alivio.
Sin detenerse, cargó a Pei Yunshu y se sumergió en el agua.

Una vez en el agua, empujó a Pei Yunshu lejos, lanzó un hechizo para asegurarse de
que no se hundiera en el agua y luego comenzó a recitar con urgencia el Mantra del
Corazó n Claro.

El estanque estaba extremadamente frío, con hielo formándose en la superficie, pero


cuanto más cantaba el Venerable Wuwang el Mantra del Corazó n Limpio, más sentía
que lo asaban en el fuego. Su mar de consciencia se agitaba, y la mano que acababa de
sujetar a Pei Yunshu aú n conservaba el calor residual de su cuerpo.

Cuanto más intentaba no pensar, más le costaba olvidar.

La mano en su manga temblaba cada vez más violentamente, y su boca recitaba el


Mantra del Corazó n Claro tan rápido que era casi ininteligible.

El dolor era insoportable, como si alguien le hubiera raspado hasta el hueso, como si
le hubieran cortado con un cuchillo.

Las píldoras para aclarar la mente fueron tragadas una tras otra, y la calma que se
había construido con tanto esfuerzo fue destrozada por el gemido ahogado de Pei
Yunshu.

El cabello negro de Pei Yunshu flotaba en la superficie del agua mientras se retorcía
de dolor, con el rostro lleno de sufrimiento. El agua fluía desde su frente hasta la
barbilla, cayendo gota a gota al estanque.

Sus labios sangraban, tiñ éndolos de un rojo intenso.

Las lágrimas brotaron de sus ojos, más brillantes que las ondas en la superficie del
agua. Su ropa estaba desaliñ ada, pero su cuello era largo y delgado.

La palma del venerable Wuwang ya estaba manchada de sangre.

—Gran maestro —dijo Pei Yunshu, pero no lo dejó escapar. Su expresió n era de
angustia, pero le gritó al Venerable Wuwang: —Me siento muy incó modo.

Palabras tan ligeras como el viento, pero tan pesadas como una montañ a.

La mente del Venerable Wuwang se quedó en blanco y nadó hacia Pei Yunshu,
temblando mientras agarraba la muñ eca de Pei Yunshu.

El sonido del agua goteando, cada sonido tenía un encanto y una profundidad ocultos.

El calor, era como si un fuego le quemara los ó rganos, el dolor como si le estuvieran
raspando los huesos para limpiarlos.

La superficie del agua comenzó a ondularse violentamente, una ola empujó a otra y
las dos fueron empujadas hasta la orilla.

Pei Yunshu se apoyó contra la orilla, con su ropa mojada adherida a él y sus ojos fijos
en el Gran Maestro frente a él, observando el profundo dolor y el colapso inminente
en su rostro.

Su corazó n era tan frío que sorprendió incluso al propio Pei Yunshu.

Ver a su alto y poderoso Gran Maestro en un estado tan lamentable debería haber
despertado alguna emoció n en Pei Yunshu, pero su corazó n permaneció indiferente,
como si no tuviera corazó n en absoluto.
Vacío y desprovisto de cualquier sentimiento, todo lo que quería era esa torre.

Cuando el Gran Maestro tocó la mano de Pei Yunshu, su mente se sacudió


violentamente, sintiendo como si estuviera siendo devorado por mil hormigas, un
dolor más allá de lo soportable.

É l quiso alejarse, pero Pei Yunshu le devolvió el apretó n de manos.

Ese toque era suave y justo, pero se sentía como un abismo perverso. Las sienes del
Venerable Wuwang palpitaban e intentó liberarse del agarre de Pei Yunshu, pero Pei
Yunshu lo agarró por el cuello con ambas manos.

Con un fuerte estruendo, las montañ as se derrumbaron.

Los labios del Gran Maestro temblaban sin cesar, su rostro pálido y cubierto de sudor
frío. Miró a Pei Yunshu.

El rostro de Pei Yunshu estaba hú medo, sus mejillas sonrojadas y su cabello negro se
le pegaba al cuello, lo que lo hacía parecer un demonio en aguas sucias, como un
monstruo del abismo.

Había arrastrado a Wuwang al abismo, provocando que perdiera por completo su


corazó n Dao.

El Gran Maestro extendió la mano y tocó lentamente el rostro de Pei Yunshu.


Ondulaciones se extendieron por la superficie del agua mientras se acercaba a Pei
Yunshu en el agua fría.

El Dao era despiadado, y él había cultivado el camino despiadado del Dao. Estaba a
un paso de la iluminació n, pero había caído en la trampa de las emociones.

Había pensado que nunca sería atrapado por las emociones, pero inesperadamente,
se había vuelto tan obstinado.

Ahora que tenía sentimientos y también deseos, el despiadado Dao que había
cultivado aú n estaba muy lejos.
Tal vez fue el apego implacable nacido de soportar demasiado, o tal vez fue la
profunda oscuridad de la noche y la abrumadora tentació n de la otra persona.

Si el deseo hubiera nacido, si Pei Yunshu estuviera dispuesto, entonces estaría listo
para dejar ir este sufrimiento.

Si se convertían en compañ eros de Dao, él estaba dispuesto a viajar por el mundo con
él, y después de mil cien añ os, cuando sus cuerpos mortales perecieran, finalmente
podrían librarse de las siete emociones y los seis deseos.

Un corazó n frío se quebró , y un calor abrasador se filtró por la grieta.

El Gran Maestro estaba a punto de abrazar a Pei Yunshu, pero escuchó su suave voz
en el oído. Era tan melodiosa como el fluir de los arroyos de montañ a, tan pura que
podía romper el corazó n.

“Gran maestro, ¿puede decirle a su discípulo qué está sellado dentro de esa torre?”

“¿Puedes darle esa torre a tu discípulo?”

El aliento ardiente salpicó la punta de su nariz, pero las palabras eran tan
despiadadas como las de una entidad demoníaca.

El cuerpo del venerable Wuwang se enfrió y su corazó n se desplomó en el abismo


helado.

El fragmento del corazó n de Dao que acababa de romperse por completo cayó al
abismo.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 36

Capítulo 36

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“Gran maestro”, las gotas de agua de Pei Yunshu cayeron sobre el rostro del Venerable
Wuwang, “¿Está bien dármelo?”

El Venerable Wuwang sintió que todo su cuerpo se helaba, como si un viento gélido
aullara desde su interior. Sus dedos estaban tan rígidos por el frío que estaban casi
inmó viles. Se tambaleaba al borde de la muerte, como si hubiera pasado de la vida a
la muerte, solo para volver a la vida.

Poco a poco, recuperando la consciencia y la claridad mental, su mirada permaneció


indiferente. Sin embargo, aú n había un rastro de dolor oculto bajo la superficie.

—Esa torre contiene muchos demonios —dijo el Venerable Wuwang—. Hace poco,
un dragó n de inundació n y un zorro fueron sellados en su interior.

La mano que Pei Yunshu había agarrado al cuello del Venerable Wuwang tembló
levemente. Quiso decir algo más, pero el Gran Maestro lo levantó de repente y lo
depositó en la orilla. El Gran Maestro emergió del agua, con su cabello negro
despeinado y pegado al cuerpo. Su rostro, sin embargo, permanecía frío como el
hielo, exudando un aura sobrenatural.

El agua caía en cascada de su cuerpo, y el agua de su cabello era absorbida por su


ropa. A pesar del frío intenso del bosque, el rostro de Pei Yunshu lucía un rubor
inusual.
Con cada parte de su hermosa piel expuesta, incluso el más leve rubor se extendía
desde sus mejillas hasta las comisuras de sus ojos, tiñ endo también sus pálidos
ló bulos de las orejas.

Mientras el Gran Maestro permanecía en el agua helada, mirándolo, un hilo de sangre


fresca fluyó repentinamente de la comisura de sus labios.

Cerró los ojos y le susurró a Pei Yunshu: “Si quieres esa torre, tráeme algo a cambio”.

Pei Yunshu limpió la sangre de la barbilla del Gran Maestro con un pañ uelo hú medo
que sacó de su manga. Cada movimiento estaba lleno de infinito cuidado y ternura.
"¿Qué quiere el Gran Maestro?"

Los labios helados del Gran Maestro temblaron un par de veces y miró
profundamente a los ojos de Pei Yunshu, pero simplemente dijo: "Depende de ti".

***

El venerable Wuwang llevó a Pei Yunshu de regreso a su habitació n.

La sensació n abrasadora se había disipado y las manchas de humedad en su ropa


habían desaparecido. El Venerable Wuwang lo recostó suavemente en la cama y, al
irse, tomó la mano de Pei Yunshu, que antes temblaba. Ahora, era firme como un
puñ o de hierro.

Una vez que el Gran Maestro se fue, la habitació n volvió al silencio y Pei Yunshu se
levantó de la cama para ir al bañ o.

El agua del bañ o era mucho más agradable que la de la piscina fría. Pei Yunshu ni
siquiera se había quitado la ropa cuando se sumergió por completo en el agua. Cerró
los ojos, absorto en sus pensamientos.

Cuando Qingyue Sword no pudo resistirse a empujarlo al agua, finalmente salió de su


ensoñ ació n y salió del agua.

¿Qué quería el Gran Maestro?


Ese día recibieron diversos tesoros y objetos mágicos, lo cual deleitó a todos los
discípulos internos. ¿Qué más podría necesitar el Gran Maestro en cuanto a
materiales raros?

La Espada Qingyue lo instó en silencio a dormirse mientras lo empujaba hacia la


cama. Los pensamientos de Pei Yunshu se interrumpieron. Sonrió , se metió en la
cama, pero en lugar de dormir, se sentó con las piernas cruzadas.

Sin embargo, después de una noche, se despertó de sus sueñ os al segundo día.

É l ya estaba acostado en la cama, acurrucado y cubierto con una fina manta.

Parte de su cabello negro ya había caído al suelo. Pei Yunshu se levantó y la manta se
deslizó hacia abajo.

¿Cuándo se volvió tan amante del sueñ o?

Pero tras una buena noche de descanso, se sintió renovado. El sol de la mañ ana había
salido afuera, y un discípulo joven regaba las plantas espirituales en el patio. Pei
Yunshu se quedó en silencio un momento, luego se acercó , tomó el cubo de agua y
dijo: «Estas flores no necesitan mucha agua».

El hermano menor exclamó : “Ups, mis disculpas, hermano mayor”.

"No pasa nada. Me encargo." Pei Yunshu tomó un cucharó n de agua y regó con
cuidado las plantas espirituales. Estas flores y plantas estaban muy animadas; tras la
caída de las gotas de agua, se estiraron con gracia, luciendo más vibrantes.

Tras regar estas plantas espirituales, Pei Yunshu levantó la vista y vio un talismán
mensajero volando hacia él. Extendió la mano y lo atrapó , y este emitió la voz de su
hermano mayor. «Hermano menor, baja un momento de la montañ a. Tengo algo que
darte».

***

Pei Yunshu voló montañ a abajo con su espada y vio a su segundo hermano mayor
esperando en la base de la montañ a.
Había una jaula dorada a su lado. Pei Yunshu aterrizó y lo saludó : «Hermano mayor».

El segundo hermano mayor levantó la vista, y sus ojos negros se llenaron de una
sonrisa. "Hermano menor".

Al acercarse, Pei Yunshu pudo ver lo que había en la jaula a los pies de su segundo
hermano mayor: un zorro marró n claro. Sin embargo, este zorro en particular no
parecía muy astuto. Desde que lo vio, sus ojos ámbar lo habían mirado con una
expresió n ausente, con una expresió n completamente ridícula.

Al ver la mirada de Pei Yunshu fija en el zorro enjaulado, la sonrisa de su segundo


hermano mayor se profundizó . Habló con cariñ o: «Temía que te sintieras demasiado
solo en el Pico de los Tres Días, así que atrapé un zorro para que te hiciera
compañ ía».

Este zorro se parecía mucho al que había matado antes. Pensó que a Pei Yunshu le
podría gustar.

Pei Yunshu se acercó y se agachó frente a la jaula. Extendió la mano para acariciar la
oreja del zorro, pero este seguía mirándolo con ojos vacíos y sin pestañ ear. Pei
Yunshu sonrió y dijo: «No parece muy vivaz, pero es bastante lindo».

Miró a su segundo hermano mayor y dijo: "Gracias, segundo hermano mayor".

En los ú ltimos días, era la primera vez que le sonreía a su segundo hermano mayor. El
corazó n de Yuncheng se estremeció levemente y su mirada se suavizó . Extendió la
mano para acariciar suavemente el cabello de Pei Yunshu.

El cabello negro de Pei Yunshu era suave y liso, y no se movió mientras miraba al
zorro en la jaula.

El zorro, por otro lado, mostró sorpresa. Esta repentina muestra de emoció n humana
lo distinguió de inmediato de los demás zorros.

Pei Yunshu extendió la mano y cubrió los ojos limpios del zorro.
Finalmente, retiró la mano y preguntó en voz baja: “Hermano mayor, ¿sabes qué le
gusta a nuestro Gran Maestro?”

Su segundo hermano mayor se quedó ató nito. "¿Gran maestro?"

"Vivo con el Gran Maestro y me cuida muy bien", explicó Pei Yunshu. "Incluso me dio
un tesoro mágico de primera calidad la ú ltima vez. Me siento incó modo y quiero
devolverle algo al Gran Maestro".

Yuncheng frunció el ceñ o mientras reflexionaba.

El Gran Maestro practicaba el Camino de la Crueldad, y su trato especial con Yunshu


probablemente se debía a su antigua relació n fraternal. Yuncheng no sabía qué le
gustaba al Gran Maestro, pero sí sabía que Yunwang disfrutaba de las posesiones
materiales.

Fue realmente divertido. A Yunwang le gustaba el mundo mortal y estaba sumido en


los deseos mundanos, mientras que el Gran Maestro permanecía tan puro como un
loto blanco, aparentemente desprovisto de las Siete Emociones y los Seis Deseos.

—El Gran Maestro tiene una amplia gama de experiencias —sugirió Yuncheng—.
¿Por qué no vamos al mundo mortal a echar un vistazo? Si encontramos algo
novedoso, podría gustarle al Gran Maestro.

“Si el Hermano Menor quiere bajar de la montañ a, te acompañ aré”.

Pei Yunshu se levantó y colocó la jaula sobre su Espada Qingyue, dejándola flotar de
vuelta a la montañ a. Luego, le hizo un gesto a su segundo hermano mayor: «Bajemos
juntos, hermano mayor. ¿Tienes tiempo hoy?».

El zorro empezó a aullar mientras se lo llevaban, sus gritos se hicieron más agudos y
penetrantes.

Yuncheng frunció el ceñ o y miró en direcció n al zorro.

Antes de que pudiera pensar más, Pei Yunshu se tapó los oídos.
Este suave toque no pudo acallar ningú n sonido, pero sí interrumpió sus
pensamientos. Su mirada pasó del zorro a Pei Yunshu.

La expresió n de Pei Yunshu permaneció tranquila, como si estuviera haciendo algo


normal, pero la mano que cubría su rostro estaba cálida y tenía una leve fragancia.

“Hermano mayor”, dijo en voz baja, “no dejes que el zorro te moleste”.

Con tan poca distancia entre ellos, el hermano menor Yunshu nunca se había
acercado tanto voluntariamente a él. Yuncheng levantó la mano, sujetó la de Yunshu
que le cubría los oídos, y con un leve movimiento de garganta dijo en voz baja: «Lo
que diga el hermano menor».

Pei Yunshu sonrió y retiró la mano. La Espada Qingyue regresó a él, y él se subió a
ella, descendiendo la montañ a.

Yuncheng lo siguió , y sus ojos negros se volvieron cada vez más brillantes mientras
observaba la figura de Pei Yunshu, sus ojos se detuvieron por un momento.

Pei Yunshu permaneció de pie un rato, aparentemente cansado, y luego se sentó con
las piernas cruzadas sobre la espada.

Su espalda estaba recta, pero la palidez invisible en su rostro era extrema.

Su mano temblorosa, apoyada en su pierna, se estremeció dentro de su manga. La


miró y no pudo evitar reírse. Resultó que no solo estaba incó modo; tenía miedo, no
solo de las serpientes, sino también de su hermano mayor.

Al principio pensó que era simplemente aversió n, pero ahora se dio cuenta de que
era miedo.

Pei Yunshu sacó un pañ uelo de la manga y se limpió las manos repetidamente.
Cuando sus palmas se enrojecieron, dobló el pañ uelo. Al llegar al pie de la montañ a,
sus palmas habían vuelto a su estado normal.

Caminando por las bulliciosas calles del mercado, Pei Yunshu y su segundo hermano
mayor estaban rodeados por un mar de gente. Sin embargo, Pei Yunshu no podía
evitar preguntarse qué podría intercambiar por la Torre del Sellado Demoniaco de su
Gran Maestro.

***

Cuando el sol se puso sobre las montañ as occidentales, Pei Yunshu regresó al Pico de
los Tres Días.

Un joven discípulo tomó las cosas de su mano y dijo: «Hermano mayor, el zorro que
envió la Espada Qingyue ha sido colocado en tu habitació n. Pero no come ni bebe; ha
estado llorando sin parar. ¿Qué debemos hacer?»

Los movimientos de Pei Yunshu se detuvieron. "¿Está en mi habitació n?"

Al ver que el joven discípulo asentía, Pei Yunshu tomó un pollo asado envuelto en
hojas de loto y se lo entregó . "Có melo tú ".

Luego cogió otra porció n y entró en su habitació n.

Tan pronto como entró , el zorro que había estado encerrado en la jaula se agarró a
los barrotes y lo miró con seriedad.

Parecía haber llorado antes, pues el pelaje alrededor de sus ojos ámbar estaba
hú medo y aú n tenía lágrimas en los ojos. Era un zorro al que le encantaba llorar.

Pei Yunshu se acercó a la jaula y se sentó en el suelo. Se levantó el dobladillo de la


tú nica, colocó el pollo asado a su lado y abrió la jaula dorada.

En cuanto se abrió la jaula, el zorro saltó . Pei Yunshu pensó al principio que
intentaba escapar, pero para su sorpresa, saltó a sus brazos y volvió a sollozar.

Pei Yunshu se sorprendió al principio, pero luego no pudo evitar reírse. "¿Por qué
lloras tan bien?"

Acarició suavemente el pelaje del zorro. Parecía que su tacto le resultaba


reconfortante, pues respondió con un ronroneo de satisfacció n. Cuando le tocó la
cola, esta se partió en dos.
Pei Yunshu tocó las dos colas del zorro con cierta sorpresa y sonrió . «No eres un
zorro cualquiera, ¿verdad?»

El zorro, al observar su rostro sonriente, volvió a tener una expresió n vacía en sus
ojos dorados. Al cabo de un rato, levantó la pata para cubrirse la cara, mientras sus
dos colas flexibles se enroscaban suavemente alrededor de la muñ eca de Pei Yunshu.

Pei Yunshu abrazó al zorro, retiró las hojas de loto del pollo asado y el aroma de la
carne llenó el aire. Con la fragancia, el zorro devoró la comida con avidez. Pei Yunshu
se apoyó en el borde de la cama, cerró los ojos y pareció relajado.

Una vez que el zorro terminó de comer el pollo y usó su pata para tirar de la ropa de
Pei Yunshu, abrió los ojos.

Parpadeó para disipar el cansancio, mojó un pañ o con agua y le limpió las manos y la
boca al zorro. Una vez limpio, le tocó las orejas y dijo: «Ya que te quedas aquí, vamos
a ponerte un nombre».

El zorro lo miró aturdido y parecía algo triste.

Pei Yunshu pensó que quizá se había equivocado y recogió al zorro. El cielo afuera
oscurecía, pero la luna brillante ya había salido.

Se le ocurrió una idea: "¿Qué tal si te llamo Chongyue?"

El zorro meneó la cabeza.

Pei Yunshu reflexionó un momento y luego sonrió . "Cuando la luna está oscura y el
viento sopla fuerte, ¿qué tal si te llamo Fenggao?"

Al decir esto, él también estalló en risas.

De repente, el zorro saltó de sus brazos, señ aló una flor y se giró ansioso.

Pei Yunshu miró al zorro y luego a la flor.

Una sensació n de tristeza le inundó el pecho y sus ojos se tornaron amargos. Por un
instante, se le llenaron los ojos de lágrimas, pero las reprimió con fuerza.
“Está bien”, dijo, “entonces te llamaré Hua Yue”.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 37

Capítulo 37

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La luz de la luna era brillante, y el zorro se sintió particularmente encantado al


escuchar el nombre "Hua Yue". Se abalanzó sobre Pei Yunshu.

Pei Yunshu lo recogió , y la pequeñ a y esponjosa criatura se sintió có moda en sus


brazos. Reprimió las inexplicables emociones en su corazó n. Justo cuando estaba a
punto de hablar, sintió una cálida sensació n en la mejilla.

Bajó la cabeza sorprendido y vio al zorro tímidamente enterrarse en su abrazo. Tras


besarlo, incluso el zorro de pelaje amarillo pareció sonrojarse, pasando de un zorro
amarillo a uno rojo.

Pei Yunshu no pudo evitar encontrarlo divertido. Parecía que el zorro se comportaba
como un niñ o mimado. Miró al cielo; ya era tarde. Llevó a Hua Yue a la habitació n y
le buscó una camita. «Deberías descansar, Hua Yue».

Se giró para irse, pero Hua Yue lo agarró de la ropa, luciendo ansiosa, como si
quisiera saber a dó nde iba Pei Yunshu.

Pei Yunshu se quedó ató nito por un momento, luego rozó suavemente la oreja de Hua
Yue y soltó su ropa. Dicho esto, continuó su camino con la Espada Qingyue.

Anteriormente, él y el Segundo Hermano Mayor habían ido al reino mortal y


comprado algunas cosas, sin importar si le gustarían a su Gran Maestro. Pei Yunshu
quería probar.
Aunque ya se estaba haciendo tarde, no quería perder el tiempo.

***

Cuando Pei Yunshu llegó a la cima de la montañ a, el Venerable Wuwang seguía


meditando. La cámara de meditació n estaba cubierta de capas de escarcha blanca,
semejantes a un reino helado.

El Gran Maestro vestía con poca ropa y tenía el cuerpo cubierto de escarcha. Su
presencia era tenue, como si no respirara.

Era guapo, pero la intenció n de su espada era gélida. Pei Yunshu ladeó la cabeza y lo
observó un rato. Su cabello negro se deslizó sobre sus hombros y, después de un rato,
ya no soportó el frío de la habitació n. Gritó : «¡Gran maestro!».

El Gran Maestro abrió los ojos, y al principio no había reflejo en ellos. Sin embargo, al
mirar a Pei Yunshu, un destello apareció en sus ojos, y el frío gélido de la habitació n
pareció disiparse, como si la primavera hubiera regresado a la tierra.

Se levantó y caminó hacia Pei Yunshu. Pei Yunshu dio un paso atrás, y ambos salieron
de la sala de meditació n y entraron en la habitació n exterior.

La noche en el Pico de los Tres Días era aú n más oscura, con un denso rocío. Gotas de
rocío se adherían al cabello de Pei Yunshu, y al verlas, el Gran Maestro levantó la
mano para tocarlas.

Pei Yunshu parpadeó sorprendido. "¿Gran maestro?"

En su mente, una oleada de emociones lo invadió , como si miles de finas agujas le


atravesaran la carne. El Venerable Wuwang ocultó el olor a sangre en sus labios y
limpió con suavidad las gotas de rocío del cabello de Pei Yunshu, saludándolo en voz
baja.

Pei Yunshu giró la cabeza y, tras un instante, sonrió de repente con dulzura. «Gran
maestro, encontré algo para usted en el reino mortal».
La voz del Gran Maestro permaneció fría, pero se paró frente a Pei Yunshu. Sin
embargo, no retrocedió . "¿Qué sucede?"

El desorden del día anterior parecía haberse desvanecido por completo. Sus rasgos
eran intensos y su expresió n, fría como el hielo y la nieve. Si bien Pei Yunshu lo había
llevado al borde del colapso ayer, hoy parecía haber erigido una barrera
impenetrable, aparentemente inquebrantable.

Pei Yunshu bajó la mirada y sacó una exquisita caja de madera de su manga.

La caja de madera estaba tallada con la imagen de una dama abanicándose. La dama
tenía una figura elegante, y el Gran Maestro solo la miró brevemente antes de que su
mirada se detuviera.

Pei Yunshu abrió la caja, revelando un rojo brillante en su interior, como si fuera jugo
de flor recién extraído, con una fragancia sutil.

Las largas pestañ as del Gran Maestro, como plumas, temblaron un instante. "¿Qué es
esto?"

"Esto es colorete", dijo Pei Yunshu en voz baja, mojando un dedo en el colorete y
dibujando una línea roja en el dorso de su mano. La miró y preguntó : "Gran maestro,
¿le gusta?".

Preguntó a la ligera, pero sus palabras resonaron en los oídos del Venerable Wuwang.

El Gran Maestro extendió la mano hacia Pei Yunshu y, al sujetarla, sus uñ as se


clavaron en su palma, haciéndole sangrar. Luego, limpió con cuidado el rubor.

Naturalmente él sabía lo que era.

Cuando aú n era Yunwang, vio este rubor en un puesto del reino mortal. En aquel
entonces, pensó que si el hermano mayor Yunshu se ponía un toque de rojo en los
labios, luciría excepcionalmente encantador.

Sin embargo, a Pei Yunshu no le gustó .


El Venerable Wuwang tenía una memoria excelente, e incluso ahora recordaba la
cantidad de productos de rubor que se exhibían ese día. Había elegido el que tenía
una talla de imponentes montañ as y aguas fluyentes, pero lo que realmente notó fue
otra caja que era audazmente...

El rostro del Gran Maestro se sonrojó levemente y, de repente, soltó la mano de Pei
Yunshu como si se la hubiera quemado. Retrocedió unos pasos.

Pei Yunshu dejó la caja de rubor a un lado y escondió la mano tras la espalda. Miró
fijamente al Venerable Wuwang y frunció los labios, diciendo: «Gran maestro, si le
parece bien, ¿cumplirá la promesa que me hizo aquel día?».

El rostro del Venerable Wuwang estaba rojo, y de repente sintió frío de nuevo. Cerró
los ojos y le entregó la Torre del Sellado Demoniaco a Pei Yunshu.

***

Tras la partida de Pei Yunshu, el Venerable Wuwang permaneció solo en la habitació n


un buen rato. De repente, sacó de su mano un colgante de jade blanco. El colgante
estaba caliente al tacto, y al rozarlo con las yemas de sus dedos helados, sintió un
ligero escozor.

El venerable Wuwang miró el colgante de jade, sosteniéndolo firmemente en su


mano.

Un corazó n tranquilo mantiene alejados a los demonios.

Recitó el Mantra del Corazó n Limpio varias veces más, pero su mirada cayó sobre el
rojo sobre la mesa y su corazó n tembló .

***

Pei Yunshu llevaba la Torre de Sellado de Demonios y fue arrojado montañ a abajo
por la Espada Qingyue.

A mitad de la montañ a, saltó de la espada y entró solo al estudio.


Al encenderse las luces, la Torre Selladora de Demonios, negra y dorada, fue colocada
sobre la mesa. Pei Yunshu la examinó detenidamente, sin perder detalle alguno.
Intentó empujar la puerta negra, pero no se movió .

La torre no parecía nada atractiva. Pei Yunshu se apoyó en la mesa y miró fijamente
la puerta, susurrando: "¿Hay alguien ahí?".

La torre permaneció en silencio, pero Pei Yunshu no se desanimó . Se acercó , con su


tú nica colgando a los lados de la mesa. "¿Hay alguien dentro?"

Antes de que sus palabras cayeran, la punta de la torre tembló ligeramente.

Era como si algo dentro de mí intentara liberarse.

Pei Yunshu observaba atentamente. Dentro de la torre había varios demonios, e


incluso podría haber algunos monstruos extremadamente malvados y poderosos.
¿Quién sabía si lo que empujaba contra la torre era bueno o malo? Pero no tenía
miedo; de hecho, sentía una gran emoció n en su interior.

Recordó lo que el Gran Maestro había dicho junto a la piscina ese día. Se levantó , se
acercó a la punta de la torre y preguntó en voz baja, como si estuviera hablando en
un sueñ o de borrachera.

“¿Dragó n de la Inundació n?”

La torre se quedó en silencio por un instante, y luego empezó a temblar


violentamente. Se oyó un leve crujido, y Pei Yunshu se sobresaltó . Siguió el sonido y
lo buscó hasta que, al cabo de un rato, finalmente encontró una pequeñ a grieta casi
invisible en la punta de la torre.

La grieta era tan pequeñ a que apenas se veía a simple vista. Pei Yunshu puso la mano
sobre ella y sus ojos se iluminaron. Por alguna razó n, se echó a reír.

***

Temprano a la mañ ana siguiente, Pei Yunshu guardó la Torre de Sellado de Demonios
en su bolsa de almacenamiento y fue a la biblioteca.
Pasó todo el día en la biblioteca, pero no encontró informació n sobre có mo sellar o
liberar demonios con la torre. Se reveló que esta era una técnica que solo conocía el
Gran Maestro y que no estaba documentada en ninguna parte.

Tras revisar todos los manuales y pergaminos de la biblioteca, Pei Yunshu se sentó
entre los libros, sintiendo una tremenda frustració n que brotaba de lo más profundo
de su ser. Sus ojos se enrojecieron al instante. Se escondió detrás de los libros,
apretando los dientes para contener las lágrimas.

Bajo la agitació n emocional, el nú cleo interior blanco translú cido de su cuerpo se


agitó de repente.

Pei Yunshu levantó la cabeza de las rodillas. Se secó los ojos, reprimiendo el
repentino colapso, y su expresió n se volvió más fría. Salió de la biblioteca.

Una caja de rubor a cambio de la Torre Selladora de Demonios.

¿Qué más podría intercambiar por el método de liberar demonios?

Regresó a los Picos de los Tres Días y se dirigió directamente al estudio. Al entrar,
vio a Hua Yue acostado en la mesa. Al verlo, Hua Yue meneó las colas alegremente,
pero también gritó con preocupació n y ansiedad.

Hua Yue debió de estar gravemente herido. Ya ni siquiera podía transformarse, y su


energía espiritual siempre era insuficiente. Hoy, Pei Yunshu le había dado una
medicina, y ahora parecía estar un poco mejor que antes.

Pei Yunshu dijo suavemente: "Estoy bien".

Colocó la Torre Selladora de Demonios sobre la mesa y examinó la punta. La grieta


que había notado la noche anterior seguía allí. Extendió la mano para tocarla, pero
una sensació n de impotencia lo invadió .

Si fuera más fuerte, si fuera más fuerte…

De repente, tosió mientras se apoyaba en la torre. Cuando el ataque de tos remitió , su


cabello estaba revuelto. Hua Yue tiró de su ropa, y sus ojos ámbar parecían
preocupados. Pei Yunshu se inclinó y tardó un rato en enderezarse.

Agarró la punta de la torre y las yemas de sus dedos se volvieron ligeramente blancas
mientras presionaba hacia abajo.

Pero de repente, el nú cleo interior blanco translú cido, envuelto en una capa de luz
dorada, comenzó a agitarse. Pei Yunshu sintió una brizna de energía espiritual blanca
y lechosa que se desbordaba de su palma. En el instante en que esta energía espiritual
blanca se desbordó , percibió una tenue aura demoníaca.

Pei Yunshu pareció sorprendido y al momento siguiente se arrastró hasta la grieta en


la punta de la torre y desapareció del estudio.

Hua Yue se sobresaltó y comenzó a aullar fuerte.

***

El venerable Wuwang, que meditaba, abrió repentinamente los ojos. Su mirada


profunda e insondable se llenó de emociones intensas. En un instante, había
ascendido desde la cima de la montañ a hasta la mitad.

En el estudio, solo había un zorro que acariciaba constantemente la Torre del Sellado
de Demonios con sus patas. La expresió n del Venerable Wuwang cambió , pero sin
dudarlo, se transformó en una nube de humo y entró en la Torre del Sellado de
Demonios.

Hua Yue observó con asombro có mo alguien desaparecía en el interior de la torre. Se


le erizó el pelaje y le enseñ ó sus afilados dientes a la Torre Selladora de Demonios.
Rugió un par de veces, pero solo pudo caminar con ansiedad afuera.

***

La Torre de Sellado de Demonios estaba destinada a sellar demonios, y los humanos


naturalmente no podían entrar en ella.

El Venerable Wuwang nunca esperó que Pei Yunshu entrara en la Torre del Sellado de
Demonios.
La Torre del Sellado de Demonios tenía nueve niveles, y el primero era la Ilusió n del
Demonio del Corazó n. Con prisa, se abalanzó sobre el primer nivel, pero una vez
dentro, no encontró rastro de Pei Yunshu.

El venerable Wuwang dio unos pasos, y el paisaje frente a él cambió de repente. El


sonido del agua fluyendo resonó , y una cálida niebla se elevó lentamente,
condensándose en su cabello.

Durante cientos de añ os, el Venerable Wuwang había ingresado a la Torre del Sellado
de Demonios innumerables veces, pero esta fue la primera vez que se encontró con
una ilusió n.

Sus largas pestañ as temblaron y levantó la mirada hacia el sonido del agua.

Una figura apareció en la niebla. Vestía un fino velo y se lavaba el largo cabello, que
caía como una cascada en el agua caliente. El agua corriente enjuagaba suavemente
su cabello negro, y se elevaba vapor, como si también emanara un toque de aroma a
jaboncillo.

Parecía que la persona había notado al Venerable Wuwang. Se giró , sonrió y su voz
rebosaba risa. Sus cejas parecían pintadas con tinta, y sus labios parecían pintados
con rubor. «Gran Maestro».

Esto era una ilusió n, un demonio del corazó n.

El Venerable Wuwang se dio cuenta de que no podía mover los pies. Cerró los ojos y
recitó repetidamente el Mantra del Corazó n Limpio.

La figura caminó lentamente hacia el Venerable Wuwang, quien estaba decidido a que
si esta ilusió n daba un paso más, la mataría.

Pero la figura se detuvo en seco.

La cálida niebla se disipó de repente y la fragancia cambió . Un aroma a sándalo


mezclado con aroma a flores provenía de un costado.
El venerable Wuwang abrió los ojos y vio la figura sentada a una mesa de piedra en el
patio de Pei Yunshu. El viento susurraba suavemente y las hojas se mecían. Giró la
cabeza y vio a Yunman, el tercer discípulo de Ling Qing, desatando frívolamente el
cinturó n de Pei Yunshu y arrojando su tú nica taoísta blanca y pura sobre Yunwang.

La fragancia se extendió por el aire y Wuwang contuvo la respiració n. Recogió la


tú nica en silencio y estaba a punto de levantarse para disipar la ilusió n, pero Pei
Yunshu, vestido solo con su ropa interior, lo detuvo. «Hermanito menor».

El venerable Wuwang no pudo evitar girar la cabeza.

Los ojos de Pei Yunshu estaban rojos de la burla. Miró al Venerable Wuwang, como si
ocultara un sinfín de quejas y expectativas. "Hermanito menor".

El venerable Wuwang guardó silencio durante un largo rato, apretó con fuerza su
tú nica en la mano y luego dijo con voz ronca: "Cuarto hermano mayor".

***

Pei Yunshu fue absorbido por la grieta de la torre. Cayó pesadamente e intentó
controlar su espada, pero descubrió que, aunque tenía suficiente energía espiritual en
su cuerpo, no podía volar.

La sensació n de caer desde una gran altura era aterradora. ¿Será que solo los
demonios podían volar dentro de esta Torre de Sellado de Demonios?

Pei Yunshu sacó un talismán, pero antes de que pudiera usarlo, algo voló hacia él. En
un instante, lo abrazó con fuerza.

Sintió una repentina opresió n alrededor de sus piernas, y cuando miró hacia abajo,
¡vio que una cola de serpiente se había enrollado alrededor de sus piernas!

Las escamas eran negras como el azabache y extremadamente resistentes. Pei Yunshu
no tuvo tiempo de reaccionar antes de que una mano le levantara la barbilla y un
rostro de extraordinaria belleza, que se acercaba cada vez más, apareciera ante él. Al
instante siguiente, unos labios fríos se apretaron contra los suyos.
¡¿De dó nde… de dó nde ha salido este rufián?!

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 38

Capítulo 38

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Este bribó n le sujetó la cara a Pei Yunshu, y su lengua siguió esquivándola, pero
finalmente fue atrapado. Le succionó la lengua, causándole una sensació n de
hormigueo y entumecimiento. Pei Yunshu nunca antes había experimentado algo así,
y sintió que sus extremidades se debilitaban. Atemorizado por esta sensació n,
mordió con fuerza la lengua de aquel hombre.

Sorprendido, fue mordido, y la sangre de su dragó n de inundació n fluyó hacia la boca


de Pei Yunshu. Lo miró con desconcierto en sus ojos oscuros; sus marcas demoníacas
exudaban un aura maligna, pero había confusió n en sus ojos. «Me mordiste».

Era como si pudiera tener intimidad con Pei Yunshu, pero Pei Yunshu no podía
morderlo a cambio.

Pei Yunshu: “Tú —”

Empezó a decir algo, pero lo interrumpió cuando alguien volvió a meterse la lengua
en la boca. No solo eso, sino que una brizna de energía espiritual fluyó
obedientemente del nú cleo blanco de Pei Yunshu, sanando las heridas de este bribó n
rebelde.

El dragó n del diluvio seguía sujetándolo, y solo al tocar el suelo su cola se


transformó en piernas. Sin embargo, no soltó a Pei Yunshu, y sus brazos vagaban
inquietos por su espalda, haciendo que la ropa se arrugara.
Pei Yunshu lo apartó , con el rostro serio pero teñ ido de rubor. Miró a su alrededor y
notó no solo a este demonio, sino más de una docena de ojos brillando en la
oscuridad, todos fijos en Pei Yunshu.

Sintiendo un escalofrío en la columna, Pei Yunshu retrocedió dos pasos con cautela,
pero terminó retirándose al abrazo del bribó n rebelde.

El sinvergü enza enterró su cabeza en el cuello de Pei Yunshu y respiró


profundamente, luego lo llamó : "Esposa".

La expresió n de Pei Yunshu se congeló por un momento y el deseo brotó dentro de él.

¿Có mo lo llamaba?

—Esposa —la criatura dragó n del diluvio levantó de nuevo la barbilla de Pei Yunshu,
extendiendo su seductora lengua carmesí, e intentó descaradamente deslizarla entre
sus labios, mientras hablaba con gran virtud—. Puedes morder.

“Zhuyou, ¿có mo puedes dirigirte a tu marido como 'esposa'?”

Una voz clara y desaprobadora se escuchó desde un costado, y alguien se acercó con
paso pausado. «Eres la esposa de mi esposo, así que, por supuesto, deberías ser su
esposo».

El que acababa de llegar de la oscuridad era un apuesto guerrero demonio con


armadura. Se inclinó con gracia y sonrió con cortesía. «Ge saluda a su esposo. Debe
estar preocupado, pero no hay necesidad de apresurarse. Ni Ge ni su esposa han
resultado heridos».

Envuelto a su alrededor debe estar el dragó n del diluvio, y esta persona debe ser el
zorro.

Pei Yunshu no encontraba las palabras para responder. Sentía que el mundo le daba
vueltas, que su mente estaba aturdida.

No reconoció al dragó n ni al zorro del diluvio, pero recordó las complejas emociones
que había sentido antes. ¿Acaso su ansia por obtener la Torre del Sellado Demoniaco
se debía a que se había casado con dos esposas demoníacas?

¿Có mo pudo… có mo pudo ser tan imprudente?

El rostro de Pei Yunshu cambiaba constantemente mientras Zhuyou lo abrazaba y le


besaba el cuello. Al oír las palabras de Bai Lige, pareció disgustado y lo miró . "Mi
esposa".

Sin embargo, Bai Lige no tuvo miedo y siguió en desacuerdo. "¿Intentas que Yunshu
te llame 'esposo'?"

Mientras discutían, los diez demonios que observaban intervinieron: "General Bai Li,
el Señ or Zhuyou dijo que esta persona es su esposa. ¿Por qué intenta robarle la
esposa al Señ or Rey Demonio?"

Bai Lige dudó un momento. "¿Hablan en serio?"

Tras quedar encerrados en la torre, Zhuyou y Bai Lige se abrieron paso hasta el piso
superior. Muchos demonios perversos perecieron bajo la lanza de Bai Lige, y los
poderosos demonios restantes los siguieron hasta la cima.

Sin embargo, al llegar al ú ltimo piso, no encontraron salida. El grupo de demonios,


con la mente confusa debido a su largo encarcelamiento, comenzó a discutir entre
ellos. Decidieron que quien pudiera forzar la Torre del Sellado Demoniaco sería
reconocido como su rey.

Al principio Bai Lige pensó que estaban bromeando, pero ahora parecía que hablaban
en serio.

Tras recuperar algo la compostura, Pei Yunshu se apartó del abrazo de Zhuyou.
Rodeado por la mirada de esos diez pares de ojos, tuvo que mantener una fachada de
indiferencia. «Aunque no recuerdo quién eres, te aseguro que jamás haría algo como
casarme con dos mujeres».

Bai Lige se quedó ató nito. "¿No nos reconoces?"


Pei Yunshu asintió , pero su mirada involuntariamente se volvió hacia el dragó n de la
inundació n que acababa de besarlo a la fuerza.

El dragó n de la inundació n no pareció afectado por sus palabras. Su expresió n


permaneció inalterada, con sus ojos negros fijos en Pei Yunshu. Al notar que Pei
Yunshu lo miraba, el dragó n de la inundació n le dijo con calma: «No te preocupes».

Pei Yunshu se quedó perplejo por un momento y luego giró la cabeza.

Zhuyou dio un paso adelante y lo abrazó , rozando suavemente su suave mejilla con la
yema del dedo. "No llores".

Pei Yunshu no había estado llorando, pero cuando escuchó las palabras dichas
casualmente por Zhuyou, sus ojos de repente se llenaron de lágrimas.

Reprimió ese momento de vulnerabilidad. "¿Cuándo lloré?"

Zhuyou bajó la cabeza y besó suavemente los ojos de Pei Yunshu, rodeándolo con su
mano. "Esposa."

Una sensació n familiar se apoderó de Pei Yunshu. Sus largas pestañ as temblaron
levemente mientras observaba disimuladamente al dragó n de la inundació n.

El dragó n de la inundació n era innegablemente atractivo, con audaces patrones


demoníacos. Sus cuernos eran cortos, y parecía el tipo de demonio que seduciría a las
mujeres casadas. Parecía cualquier cosa menos confiable.

De hecho, no era muy confiable. Pei Yunshu apartó la mirada y tiró de la mano del
dragó n. "No recuerdo ciertas cosas, así que no puedes venir a besarme así como así".

—Está bien —coincidió el dragó n del diluvio y luego se inclinó para darle otro beso
a Pei Yunshu, sus labios fríos y limpios, como pétalos de flores flotando suavemente.

—Tú … —Pei Yunshu no pudo evitar sentirse divertido y exasperado. Se alejó del
dragó n de inundació n y creó cierta distancia entre ellos.

Un grupo de demonios que llevaban siglos encarcelados en la torre observaba con


gran interés. «Señ or Zhuyou, nunca pensamos que sería tan descarado».
Bai Lige suspiró y miró a Pei Yunshu. "Yunshu, ¿puedo tomarte el pulso?"

Pei Yunshu levantó la mano y Bai Lige presionó suavemente las yemas de los dedos
contra su muñ eca, reflexionando un momento. "No veo ninguna anomalía".

Miró a Pei Yunshu para tranquilizarlo. «No te preocupes, Yunshu. Si confías en mí,
después de que nos vayamos de aquí, podré echar un vistazo a tu mar de consciencia.
Si hay algú n problema ahí, no será un asunto trivial».

Pei Yunshu pensó por un momento y asintió levemente.

Dentro de la torre, la oscuridad era total, y la grieta superior no dejaba entrar la luz.
Si Pei Yunshu no hubiera caído desde arriba, estos demonios no habrían creído que
Zhuyou realmente había logrado abrir una abertura en la torre.

Ahora que había una oportunidad, ¿por qué deberían tener miedo de no poder salir?

Zhuyou protegió a Pei Yunshu dentro de una barrera, volvió a su forma original y se
elevó por los aires, estrellándose violentamente hacia la cima de la torre.

Con cada colisió n, la torre se sacudía violentamente. Los demás demonios ansiosos
también siguieron el ejemplo y corrieron hacia la grieta, pero ninguno pudo igualar
el poder de Zhuyou.

Bai Lige estaba abajo, acompañ ando a Pei Yunshu. Se rió entre dientes. «Si no fuera
por tu comentario sobre el 'dragó n de inundació n', probablemente no habría podido
atravesar esa abertura».

Pei Yunshu sintió una oleada de calor en su rostro y no pudo evitar preguntar:
"¿Pudiste escuchar lo que dije afuera?"

“Solo podemos oír una o dos frases. ¿Será que Yunshu le dijo algo cariñ oso a la
torre?” Bai Lige arqueó una ceja, y su sonrisa se desvaneció de repente. Agarró una
lanza de plata y miró al suelo. “Mmm, alguien ha roto la barrera que puse en uno de
los niveles”.

***
Wu Wang quiso cerrar los ojos, quiso aislarse, pero la voz de Yunshu, con un toque de
lágrimas, lo venció . «Hermanito menor».

—Hermanito menor —dijo Pei Yunshu mientras conducía a Wuwang a una


habitació n. Se sentó junto al tocador, miró a Wuwang con los ojos llenos de lágrimas
—. ¿Por qué siempre me intimidan?

Wuwang apretó con fuerza la tela de su tú nica. "Son solo..."

¿Qué exactamente?

La escena ante él cambió de repente, y Wuwang se encontró sentado en una


habitació n en penumbra. Frente a él, había un espejo de agua, y el reflejo en él era Pei
Yunshu, quien estaba sentado solo en el patio.

Pei Yunshu se sentó allí aturdido, pero después de un rato, sacó un brillante colgante
de jade blanco de su manga y lo acarició con gran cuidado.

Mientras Wuwang observaba esta escena, sintió una inexplicable oleada de ira que lo
invadía. Esta emoció n surgió de la nada, pero se sintió increíblemente real.

É l recordó .

Había visto esta escena en el mar de consciencia de Pei Yunshu antes. El Venerable
Wuwang bajó la mirada, incapaz de seguir mirando el espejo de agua.

“É l” corría al patio de Pei Yunshu, le arrebataba el colgante de jade que sostenía y le


decía con dureza: “El Maestro te detesta tanto, ¿por qué te dejaría tener su colgante
de jade?”

¿Yunwang realmente despreciaba a Pei Yunshu?

El Venerable Wuwang se levantó y salió al patio de Pei Yunshu. Dudó un momento


antes de abrir la puerta del pequeñ o patio.

Pei Yunshu, sentado a la mesa de piedra, lo miró con una mezcla de miedo y asombro.
Presa del pánico, retrocedió un paso, con las manos en la espalda. «Hermanito
menor».
El corazó n del venerable Wuwang dolía.

Este dolor era como un hilo, densamente tejido, más atormentador que el agitado
mar de la conciencia.

Reprimió el dolor y caminó lentamente hacia Pei Yunshu. Pei Yunshu, que parecía
desconcertado, nunca había visto a su hermano menor con una expresió n tan amable.
También estaba un poco aturdido.

El venerable Wuwang tomó la mano de Pei Yunshu y lo hizo sentar en la mesa de


piedra.

Estas manos aú n eran hermosas, pero ya no eran suaves. Su cultivo había quedado
sellado, atrapado en este pequeñ o mundo. Había hecho todo lo que los mortales
debían hacer, y las palmas, antes tiernas, se habían endurecido por la experiencia.

El venerable Wuwang tomó estas manos y habló con amargura.

Pei Yunshu se sentó inquieto, susurrando: «Nunca salí de aquí. Solo me quedé en el
patio. Hermanito menor, nunca fui a verte».

—Lo sé —susurró el Venerable Wuwang—. No tengas miedo.

Tomó el colgante de jade blanco que Pei Yunshu sostenía en su mano y eliminó la
capa superficial de ira hirviente. Con su intenció n, aplastó el jade blanco.

El jade se convirtió en cenizas y se le escapó de entre los dedos. Pei Yunshu lo miró
con incredulidad, con los dedos temblorosos y lágrimas cayendo de sus ojos.

“No llores.”

El Venerable Wuwang sacó otro colgante de jade de su manga y lo colocó con


cuidado en la mano de Pei Yunshu. «Este es para ti».

Pei Yunshu miró el jade blanco en su mano, con el rostro aú n brillante por las
lágrimas translú cidas. Su expresió n era desconcertada y miró al Venerable Wuwang.
El venerable Wuwang lo miró fijamente, como hechizado. Levantó la barbilla de Pei
Yunshu con la mano.

Sus labios se acercaron cada vez más y la sorpresa en los ojos de Pei Yunshu se
reflejó profundamente en sus ojos.

No fue hasta que sus narices se tocaron ligeramente que el Venerable Wuwang se
detuvo.

Debajo de la ira abrumadora, enterrada en lo más profundo, estaban los celos.

Agitó la mano y disipó la ilusió n.

El primer nivel vacío reapareció ante sus ojos.

El suelo tembló y alguien se disponía a salir de la torre.

El venerable Wuwang suspiró profundamente y caminó lentamente hacia el nivel


superior.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 39

Capítulo 39

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Solo el Venerable Wuwang aú n no había llegado al segundo piso. De repente, se


escuchó un fuerte ruido, y la energía demoníaca dentro de la Torre Selladora de
Demonios se disparó y rugió . Un rayo de luz se precipitó directamente hacia la torre
desde lo alto, y parecía que estaba a punto de derrumbarse.

Pei Yunshu miró atentamente a Zhuyou, observando có mo el feroz dragó n de la


inundació n golpeaba repetidamente la parte superior de la torre, creando una gran
grieta.

Después de observar por un rato, no pudo evitar preguntarse: "Si es posible dañ ar la
Torre de Sellado de Demonios, ¿por qué no lo hiciste antes?"

Bai Lige también se sorprendió y observó el impulso de Zhuyou. Recuperó la


compostura y bromeó : «Antes de que Yunshu entrara en la torre, parecía no tener
ninguna fuerza. ¿Quién hubiera pensado que, en cuanto Yunshu entró , parecía haber
tomado un elixir milagroso, y esta fuerza es bastante intimidante?».

Pei Yunshu escuchó como si entendiera: "¿Por qué?"

“…” Bai Lige negó con la cabeza y sonrió . “Eso es algo que Yunshu tendrá que explorar
por su cuenta”.

La grieta en la cima de la torre se hacía cada vez más grande, y los ataques de Zhuyou
se volvían más feroces. A veces, el cuerpo del dragó n de inundació n oscurecía la luz
en la cima de la torre. Cuando la abertura fue lo suficientemente grande como para
escapar, se dio la vuelta y voló directamente hacia Pei Yunshu.

En la boca del agujero, una docena de demonios seguían volando, observando con
avidez la luz del exterior de la torre, pero ninguno se aventuró a salir primero. Pei
Yunshu observó có mo el dragó n negro del diluvio se acercaba cada vez más. Sus
pasos permanecieron en el mismo lugar, reprimiendo con fuerza el deseo de
retroceder.

Se levantó un viento helado que le alborotó el pelo.

Pei Yunshu saltó ligeramente y se encontró sentado en la espalda del dragó n de la


inundació n.

Las escamas parecían heladas, pero el tacto era sorprendentemente cálido. El dragó n
de la inundació n, que lo llevaba, giró la cabeza y se dirigió hacia la abertura superior.

Montar un dragó n de inundació n fue una experiencia increíblemente mágica. Pei


Yunshu se agachó y preguntó en voz baja: "¿Puedo sujetar tu cuerno?".

Zhuyou dejó escapar un rugido ligero y aireado.

Creyendo que había recibido permiso, Pei Yunshu tomó con cuidado los dos cuernos
del dragó n de la inundació n.

Sin embargo, los cuernos eran bastante pequeñ os, y a Pei Yunshu se le escapaba el
agarre tras varios intentos. Así que tuvo que retraer la mano y crear una barrera.

Bai Lige, que observaba, rió suavemente. Pei Yunshu comprendió de qué se reía y no
pudo evitar sonreír, feliz.

Zhuyou no se dio cuenta de que ambos bromeaban sobre sus pequeñ os cuernos.
Aceleró su velocidad y, como una ráfaga de viento, se acercó rápidamente a la
abertura y saltó por ella.

La luz los envolvió , y el aroma a flores y hierba los siguió . El cuerpo del dragó n de
inundació n se expandió al instante, pero Zhuyou no disminuyó la velocidad; en
cambio, aceleró , llevando a Pei Yunshu hacia las capas de nubes.

El viento silbaba en sus oídos mientras Pei Yunshu se aferraba al cuerpo del dragó n
de la inundació n. Después de un rato, lo soltó y se incorporó , con los ojos cada vez
más brillantes.

Después de volar en las nubes por un tiempo, Zhuyou descendió a un río.

El agua fría los sumergió por completo y cuando Pei Yunshu emergió del agua, se
secó el agua de la cara y rió suavemente.

Una figura emergió del agua junto a él. Esta persona observó el rostro sonriente de
Pei Yunshu y curvó los labios en respuesta.

Las brillantes y transparentes gotas de agua resbalaban por su rostro. Zhuyou le


acarició el cabello detrás de la oreja, le sujetó las manos con las suyas, bajó los labios
y buscó su boca.

Pei Yunshu giró ligeramente la cabeza para evitarlo, y el beso aterrizó en la comisura
de su boca, enviando un aliento cálido que le hizo cosquillas.

Sintió como si un mechó n de cabello se le hubiera pegado a la mejilla. Pei Yunshu no


se atrevió a hablar en voz alta, temiendo que si se movía demasiado, sus labios
rozaran el rostro del dragó n de la inundació n.

“…¿Puedes quedarte un poco más lejos?”

Si se tratara de otra persona, Pei Yunshu ya lo habría apartado con frialdad. Pero en
ese momento, era alguien de quien no tenía ningú n recuerdo, y se sintió impotente y
molesto. Sus manos estaban sujetas con fuerza, y cuando intentó soltarse, la otra
persona lo apretó aú n más.

Giró la cabeza, exponiendo el ló bulo de su oreja a Zhuyou, quien lo tomó en su boca y


lo mordió suavemente, saboreándolo como una baya dulce, su lengua chupándolo con
deleite.

“…”
El agua se abalanzó sobre Zhuyou y un chorro le salpicó la cabeza. Pei Yunshu se
cubrió el ló bulo de la oreja, se dio la vuelta y nadó hacia la orilla.

Su ropa ya estaba mojada y Zhuyou observaba cada uno de sus movimientos en el


agua, sus ojos brillaban de emoció n.

Pei Yunshu acababa de comenzar a lanzar un hechizo de purificació n sobre sí mismo


cuando una luz blanca brilló en el cielo. Su expresió n cambió , se dio la vuelta y saltó
de nuevo al agua sin explicarle nada a Zhuyou. Inmediatamente, lo presionó bajo el
agua y lo protegió por completo.

Justo cuando terminó de hacer todo esto, una figura vestida de blanco aterrizó en la
orilla. Al ver a Pei Yunshu en el agua, se le quedó el rostro paralizado y se dio la
vuelta rápidamente.

“Gran maestro”, la voz de Pei Yunshu sonaba desconcertada, “¿Necesita algo de su


discípulo?”

El venerable Wuwang se quedó en la orilla, con voz fría: "¿Acabas de entrar a la Torre
del Sellado de Demonios?"

—Lo hice —respondió Pei Yunshu—. Pero tan pronto como los demonios escaparon,
los seguí.

El sonido del agua ondulándose suavemente era el ú nico sonido presente, y resonaba
en las mentes de los presentes, junto con la imagen de Pei Yunshu en el agua.

El Venerable Wuwang recordó involuntariamente la ilusió n dentro de la Torre del


Sellado Demoniaco. Dudó un momento y dijo con voz ronca: «Entonces, ¿por qué
seguí la energía demoníaca hasta aquí y te encontré a ti?».

Los sonidos sutiles en ese momento se sintieron como truenos.

Mientras Pei Yunshu se movía, el agua emitía un sonido. Todo a su alrededor estaba
extrañ amente silencioso, sin cantos de pájaros ni gorjeos de insectos. Zhuyou estaba
allí, y la energía demoníaca también, y Pei Yunshu lo sujetó , impidiéndole aparecer.
Entonces preguntó : «Gran maestro, si captura a estos demonios, ¿qué hará con
ellos?».

La voz del venerable Wuwang no tenía ninguna emoció n cuando respondió : "Si
merecen ser asesinados, entonces mátenlos".

¿Y qué pasa con aquellos que no deberían ser asesinados?

¿Qué significa “merecía ser asesinado”?

Pei Yunshu frunció los labios y dijo: "El gran maestro siguió la energía demoníaca
hasta aquí, tal vez porque su discípulo también absorbió parte de la energía
demoníaca de las criaturas dentro de la torre".

El venerable Wuwang frunció el ceñ o y estaba a punto de darse la vuelta para


mirarlo, pero Pei Yunshu dijo: "Ya me he quitado la ropa, Gran Maestro, por favor no
se dé la vuelta para mirar".

El cuerpo semi-girado del Venerable Wuwang se quedó paralizado. Su hermoso


rostro se sonrojó , y el enrojecimiento se extendió rápidamente a su cuello y ló bulos
de las orejas. Se transformó en una luz blanca y abandonó el lugar apresuradamente.

Tras la partida del Venerable Wuwang, Pei Yunshu respiró aliviado. Se sumergió en el
agua y fue a buscar al dragó n de la inundació n que había aprisionado bajo el agua.

Zhuyou permaneció obedientemente en el agua. Al ver acercarse a Pei Yunshu, nadó


hacia él, lo sacó del agua y lo llevó a la orilla.

Aunque el cultivo del Venerable Wuwang apenas se encontraba en la etapa de


Divinidad Naciente, Pei Yunshu siempre sintió que era insondable. Una sola Torre
Selladora de Demonios había atrapado a un dragó n de inundació n en su interior, y si
él actuaba, el dragó n de inundació n probablemente tendría pocas posibilidades de
sobrevivir.

Mientras contemplaba esto, Pei Yunshu se dio cuenta de que Zhuyou ya lo había
cargado en sus brazos y estaba caminando por la jungla.
Pei Yunshu frunció el ceñ o y saltó del abrazo de Zhuyou. Miró al dragó n de la
inundació n y sintió algo inusual en él. Cuando estaba con Zhuyou, parecía que toda su
guardia había desaparecido misteriosamente.

Zhuyou lo miró abiertamente, y Pei Yunshu sostuvo su mirada sin retroceder. Se


miraron fijamente durante un largo rato.

Cuando sus ojos se cansaron, Pei Yunshu parpadeó y dijo: "¿Có mo te llamas?"

El dragó n del diluvio respondió : "Zhuyou".

***

Pei Yunshu no sabía si el Gran Maestro había renunciado a buscar a Zhuyou, pero
cuando los dos llegaron al pie del Pico de los Tres Días, Zhuyou se transformó en un
brazalete y lo usó a mitad de la montañ a.

De vuelta en la habitació n, Hua Yue se escabulló de debajo de la cama. Cuando Pei


Yunshu cerró la puerta y colocó una barrera, de repente apareció una persona extra
en la habitació n.

Bai Lige flotaba en el aire, suspirando: «Esa persona es realmente formidable. Si me


hubiera puesto la mira, me temo que habría perecido».

Pei Yunshu se quedó ató nito. "¿El Gran Maestro te vio?"

Bai Lige asintió levemente y rió entre dientes: "Parece que el encanto de Ge es
realmente excepcional. Ese gran ser no podría soportar quitarle la vida".

Se elogió sin parar y luego se volvió hacia Hua Yue. "Gracias a ti, pequeñ o zorro... Oh,
¿no es este el nieto del pequeñ o zorro?"

Hua Yue puso los ojos en blanco y saltó con gracia a los brazos de Pei Yunshu.

Bai Lige pareció sorprendido. Aterrizó en el suelo desde el aire y se acercó a Pei
Yunshu para inspeccionar de cerca a Hua Yue. Sonrió y dijo: "De verdad es el Pequeñ o
Zorro Nieto. No esperaba que el Pequeñ o Zorro Nieto tuviera tales habilidades. Me
pregunto cuántas colas te quedan. ¿Te has convertido en un demonio formidable por
derecho propio?"

Hua Yue enterró su cabeza en los brazos de Pei Yunshu, encontrando las palabras del
viejo antepasado realmente molestas.

Pei Yunshu rozó el pelaje de Hua Yue con la mano y luego se giró para mirar a
Zhuyou. Si el Venerable Wuwang había visto a Bai Lige y no le había hecho dañ o, ¿por
qué persiguió específicamente la energía demoníaca de Zhuyou?

—Zhuyou, si el Gran Maestro te está buscando, deberías irte rápido.

Zhuyou se aferró al costado de Pei Yunshu, deseando que le saliera una cola y lo
envolviera por completo. Se hundió en el hueco de su hombro. "Contigo."

Un sentimiento cálido inundó el corazó n de Pei Yunshu. Pero si Zhuyou se quedaba


con él, no podría seguir escondido en la Secta Shanshui.

De repente pensó en la ceremonia de reclutamiento de grandes discípulos que se


avecinaba unos días después. Tuvo una ligera idea.

Cada cima aceptaría discípulos, y el Gran Maestro jamás intervino en tales asuntos.
Incluso si no estuviera dispuesto, no volvería a matar a Zhuyou durante ese evento.

Con esto en mente, apartó suavemente la cabeza de Zhuyou y lo miró con seriedad.
"¿Y tú qué...?"

Zhuyou inclinó la cabeza y lo miró .

Con esto en mente, apartó la cabeza de Zhuyou y lo miró con seriedad. "Entonces,
¿qué tal si te conviertes en mi hermano menor?"

Al decir esto, los ojos de Zhuyou se iluminaron de entusiasmo. Pei Yunshu le sonrió y
bromeó : «El hermano mayor te cuidará bien, hermanito menor».

Zhuyou hizo una pausa por un momento, luego empujó a Hua Yue, que estaba en los
brazos de Pei Yunshu, hacia un lado y presionó a su esposa contra el suelo, sellando
su acuerdo con un beso apasionado.
Su voz era baja y ronca, teñ ida de una excitació n oculta.

“El hermano menor besa al hermano mayor”.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 40

Capítulo 40

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Zhuyou permaneció en la montañ a durante tanto tiempo, y los labios de Pei Yunshu
estuvieron hinchados durante el mismo tiempo.

Zhuyou personalmente instaló la barrera a media montañ a, y el Gran Maestro no fue


a buscarlo. Era como si no hubiera detectado la energía demoníaca en esa zona. Pei
Yunshu admiraba en secreto el nivel de cultivo de Zhuyou, pero no podía evitar
sentirse impotente ante su cercanía.

Durante esos días, incluso hablar le causaba dolor. A Zhuyou parecía gustarle có mo
se le hinchaban los labios. Si volvían a la normalidad, lo besaba hasta que se le
hinchaban de nuevo mientras dormía. Pero incluso cuando estaban hinchados,
Zhuyou no se contuvo. Pei Yunshu sentía que sus labios ya no le pertenecían.

Lo había evitado, se había enojado, pero Zhuyou seguía igual. Pei Yunshu no tuvo más
remedio que aceptarlo.

Al acercarse la víspera de la ceremonia de reclutamiento de discípulos, Pei Yunshu se


alejó cuando Zhuyou intentó besarlo de nuevo. Con expresió n seria, dijo: «No más
besos».

Zhuyou asintió y respondió : "Está bien".

Pero Pei Yunshu no se dejó engañ ar por ese simple asentimiento. Continuó : «Mañ ana
participarás en la ceremonia de reclutamiento de discípulos, y yo también estaré allí,
siguiendo al Gran Maestro. Así que, hoy, ya no puedes besarme».
Zhuyou observó sus labios hinchados, que ahora llamaban la atenció n como fruta
madura que se podía morder y saborear su jugosa dulzura. Se los quedó mirando, con
ganas de acercarse, besarlos y morderlos, pero nunca se cansaba. Pero la expresió n
de Pei Yunshu era seria. Tras pensarlo un rato, Zhuyou asintió con reticencia.

Pei Yunshu finalmente respiró aliviado.

Entonces empezó a preocuparse: “Si te transformas en humano, ¿esos maestros


daoístas te reconocerán?”

Si Zhuyou hubiera entrado en la Secta Shanshui, no podría hacerlo con su apariencia


actual. Como solo quería estar al lado de Pei Yunshu y era un formidable dragó n de
inundació n, la Secta Shanshui no podía contenerlo. Pei Yunshu tampoco quería que se
viera limitado allí, así que tuvo que usar una identidad falsa para mantenerlo a su
lado.

Si alguna vez quisiera irse, podría hacerlo libremente.

Zhuyou respondió casualmente: "Sus niveles de cultivo no son lo suficientemente


altos".

Su tono era arrogante, pero Pei Yunshu sintió que decía la verdad. Así que sonrió y
preguntó : «Entonces, de toda la Secta Shanshui, ¿solo el Gran Maestro puede detectar
la energía demoníaca en ti?».

Zhuyou asintió y respondió con una expresió n insatisfecha: "Sí".

A Pei Yunshu le hizo gracia su expresió n de enfado. Tomó su mano y se aplicó una
medicina en los labios hinchados. «Los Hermanos Mayores del Pico Wuqi no son
inferiores a la Secta Luna Azul. Debería haber algo que pueda ocultar tu energía
demoníaca. Iré a buscarlo».

Tras aplicar la medicina, los labios de Pei Yunshu lucían aú n más tristes y tiernos,
como una fruta tentadora esperando ser saboreada. Zhuyou sintió la tentació n de
acercarse, pero se contuvo, cumpliendo su promesa. Sin embargo, la mirada en sus
ojos al observar los labios hinchados de Pei Yunshu era inquietantemente ambigua.
El corazó n de Pei Yunshu dio un vuelco y rápidamente aplicó la medicina antes de
darse la vuelta para irse.

Zhuyou se transformó de nuevo en un brazalete y lo llevaba en la hermosa muñ eca de


Pei Yunshu. Insistió en acompañ arlo mientras cabalgaban sobre la Espada Qingyue y
volaban hacia el Pico Wuqi.

En el estudio, Bai Lige, que leía un libro, los vio partir. Tras reflexionar un momento,
se volvió hacia Hua Yue, que estaba a su lado, y le preguntó : "¿Se han olvidado de
nosotros?".

Hua Yue se cubrió los ojos con su cola, ocultando los ojos llorosos llenos de agravios.

***

En el Pico Wuqi, Pei Yunshu encontró a un hermano mayor que conocía. Este lo llevó
al almacén. «Hermano menor, has venido al lugar indicado. Aquí hay muchísimas
cosas, y te garantizo que encontrarás lo que necesites».

Pei Yunshu le dio las gracias y lo condujo al almacén. El Hermano Mayor le dijo que
eligiera lo que quisiera y que solo debía informarle antes de irse. Dejó a Pei Yunshu
solo en la habitació n.

Dentro, vio una serie de deslumbrantes tesoros mágicos. Apartó la mirada de la luz
dorada que los atravesaba y se bajó las mangas de la tú nica. Se giró hacia Zhuyou y le
preguntó : «Zhuyou, ¿sientes algo que pueda ocultar tu energía demoníaca?».

Zhuyou voló desde su muñ eca y se sumergió instantáneamente en un grupo de


tesoros mágicos.

Mientras buscaba, Pei Yunshu no tenía nada que hacer más que mirar a su alrededor
uno por uno.

El almacén estaba lleno de numerosos armarios, y en el centro había mesas y sillas.


Al acercarse, vio un montó n de polvo rojo sobre la mesa. Este polvo rojo parecía
carmín, de un color excepcionalmente hermoso. No pudo resistirse a mojar el dedo y
olfatearlo suavemente.
Una fragancia se elevó , penetrando profundamente en su mente. Era rica y fragante,
dulce pero no abrumadora, como una fragancia oculta y seductora.

Pei Yunshu no pudo evitar olerlo otra vez. De repente, sintió un ligero toque en el
hombro. Se giró y vio a Zhuyou con una expresió n distante.

Zhuyou bajó la mirada y lo miró , diciendo: "Lo encontré".

La cara de Pei Yunshu de repente se puso roja.

Miró a Zhuyou con la mirada perdida, sintiendo el corazó n latirle con fuerza. Su piel
expuesta parecía sonrojarse. Miró a Zhuyou a los ojos, que reflejaban una mezcla de
timidez y pasió n ardiente, como si estuviera mirando a su amado. No podía apartar
la vista de él.

A medida que la pasió n aumentaba y el deseo crecía en su corazó n, Pei Yunshu se dio
cuenta de que estaba mirando a Zhuyou con un rostro tan atractivo. No pudo evitar
sentirse abrumado, y su corazó n latía con fuerza como si estuviera enfermo.

Zhuyou percibió que algo andaba mal con la reacció n de Pei Yunshu y frunció el ceñ o.
"¿Esposa?"

Los ojos de Pei Yunshu parpadearon y bajó la mirada al suelo, susurrando


suavemente: "Sí".

Su brazo tembló y el rubor en su rostro se hizo más profundo.

É l realmente había respondido a esa “Esposa”.

La mirada de Zhuyou se oscureció y se acercó a Pei Yunshu. Pero antes de que


pudiera besarlo, Pei Yunshu cerró los ojos y levantó la barbilla, separando
ligeramente los labios, con una mirada ansiosa pero expectante, invitándolo a
besarlo.

Los patrones demoníacos en el rostro de Zhuyou aparecieron al instante. Sus ojos se


tiñ eron de rojo carmesí y reprimió el impulso de tragar saliva. La energía espiritual a
su alrededor formó pequeñ os remolinos debido a su represió n, creando silbidos
sordos. Los ojos rojo sangre de Zhuyou ya no pudieron contenerse, y el objeto mágico
a su lado tembló levemente bajo su intensa presencia.

Miró a Pei Yunshu como si quisiera devorarlo entero.

El alboroto en el almacén atrajo la atenció n del Hermano Mayor. "¿Hermano


Menor?"

Cuando la voz se acercó , Zhuyou ocultó sus ojos carmesí, plantó suavemente un beso
en los párpados temblorosos de Pei Yunshu y se transformó nuevamente en una
pulsera, volando hacia la muñ eca de Pei Yunshu.

El corazó n de Pei Yunshu latía con más fuerza. Sus ló bulos se habían vuelto rojos
como el jade. Se cubrió el brazalete, de pie, confundido.

Los tesoros mágicos dejaron de temblar, y cuando el Hermano Mayor del Pico Wuqi
entró en la habitació n, vio a Pei Yunshu allí de pie, aturdido. Desconcertado,
preguntó : «Hermano Menor, ¿qué ha pasado?».

Pei Yunshu negó rápidamente con la cabeza y vio el polvo rojo sobre la mesa. Lo
señ aló y preguntó : «Hermano mayor, ¿qué es esto?».

—Oh —el Hermano Mayor se rascó la cabeza—. Casi se me olvida decírtelo.


Hermano Menor, este es el polvo que estoy haciendo para unas hermanas mayores. Se
usará para crear un saquito para compañ eras dao, permitiéndoles estar tan unidas
como un par de tortolitos. Hermano Menor, no lo has tocado, ¿verdad? Es mi culpa
por olvidarte decírtelo.

Las mangas de Pei Yunshu temblaron levemente y respondió en voz baja: "No lo
toqué".

—Qué bien —dijo el Hermano Mayor con indiferencia—. Pero aunque lo tocaras, no
importaría. Esta cosa solo dura unos doce días, así que es inofensiva.

Al decir esto, Pei Yunshu debería haberse sentido aliviado y feliz. Se sentía aliviado,
pero más que eso, sentía una sensació n de pérdida y desgana.
Pei Yunshu rápidamente reprimió estas emociones y se alejó del polvo rojo, que le
parecía aterrador.

Como Zhuyou ya había encontrado lo que necesitaba, Pei Yunshu no se atrevió a


demorarse más. Tras despedirse del Hermano Mayor, regresó apresuradamente al
Pico de los Tres Días.

En el estudio, los dos zorros estaban tratando de averiguar có mo cazar algunos


pollos salvajes cuando Pei Yunshu irrumpió en la habitació n en estado de pánico.

La expresió n de Bai Lige se tornó seria. Estaba a punto de preguntar qué había
sucedido cuando Zhuyou salió volando de la manga de Pei Yunshu y se transformó
instantáneamente en humano.

A Pei Yunshu ya no le quedaba resistencia. La alegría abrumadora le había nublado el


juicio. Susurró suavemente: "¿Encontraste algo para ocultar la energía demoníaca?"

Su voz temblaba y hasta hablar era un desafío.

—Sí —Zhuyou lo miró fijamente, con la mirada fija por un instante—. Lo encontré.

Pei Yunshu sintió que su mirada y el calor en su rostro se intensificaban. Dijo:


«Cambia tu apariencia para ver».

“No me sigas mirando.”

Zhuyou respondió con un leve murmullo, pero siguió observando a Pei Yunshu. Su
mirada se apartó lentamente del rostro de Pei Yunshu. Con una rápida
transformació n, adoptó una apariencia diferente.

Sus rasgos seguían siendo excepcionalmente atractivos, pero ahora con forma
humana. Tenía cejas frías y distantes, un puente nasal alto, y sus ojos, al mirar a Pei
Yunshu, seguían tan ardientes como siempre.

Pei Yunshu lo miró dos veces antes de contenerse y apartar la mirada. Luego se dio la
vuelta y caminó hacia el dormitorio. «Esta apariencia es perfecta. No tienes que
preocuparte más. Estoy un poco cansado, así que tomaré una siesta. Mañ ana, no
olvides ir a la Secta Shanshui para la evaluació n de calificaciones de los nuevos
discípulos. Acompáñ alos cuando suban a la montañ a».

Su figura parecía transmitir una sensació n de huida apresurada.

Zhuyou no lo detuvo, simplemente observó su espalda mientras se retiraba, y


después de un momento, no pudo evitar curvar sus labios.

***

Temprano a la mañ ana siguiente, Pei Yunshu esperó frente al maestro espiritual
taoísta Ling Qing.

Los melocotoneros estaban en plena floració n, pero su mente estaba en otra parte.

"Hermano menor", preguntó el hermano mayor que estaba a su lado, "¿Hay algo que
te preocupa?"

Pei Yunshu volvió a la realidad, negando con la cabeza. «Nada».

Al despertar esta mañ ana, la hinchazó n de sus labios había disminuido. Ya no le


preocupaba que alguien notara algo inusual. Sin embargo, tras dejar a Zhuyou por la
mañ ana, empezó a preocuparse. Temía que Zhuyou, al no estar familiarizado con el
mundo mortal, causara problemas.

Esta constante preocupació n por otra persona era realmente aterradora. Pei Yunshu
tuvo que esforzarse mucho para reprimir estos pensamientos.

Pero como toda su atenció n estaba centrada en estas preocupaciones, su expresió n


parecía distante e indiferente.

Tan frío como la escarcha de febrero, tan profundo como la nieve de medianoche,
atravesó directamente el corazó n.

El hermano mayor guardó silencio, observando a Pei Yunshu. Sin embargo, el


hermano menor Yunshu parecía estar en su propio mundo, sin prestar atenció n a los
forasteros.
Después de sellar los recuerdos del hermano menor Yunshu y la reciente
conversació n con él, Yunjing solo había intercambiado unas pocas frases con él.

Aunque eran discípulos suyos, parecían más distantes que extrañ os.

Yunjing suspiró y, de repente, agarró la mano de Pei Yunshu y lo jaló hacia atrás.
«Hermano menor, hay una serpiente en el duraznero. No te acerques demasiado».

Pei Yunshu lo escuchó y siguió su mirada hacia el árbol de flor de durazno.

Efectivamente, había una serpiente delgada enroscada en las ramas. La serpiente


miraba fijamente al frente y, a simple vista, parecía una rama sinuosa, lo que
dificultaba su localizació n.

El rostro de Pei Yunshu se ensombreció y sus pensamientos sobre Zhuyou se


acallaron por un momento. Sin embargo, no parecía asustado. En cambio, retiró la
mano, manteniendo la calma. «Gracias, hermano mayor».

El hermano mayor se sorprendió por un momento, luego se giró para mirar a Pei
Yunshu.

El hermano menor Yunshu, por otro lado, parecía imperturbable ante la presencia de
la serpiente.

El hermano mayor retiró la mirada y sonrió , sin decir nada más.

Mientras seguían a su Maestro fuera del Pico Wuzhi, el Segundo Hermano Mayor se
acercó al Hermano Mayor y le dijo con un tono significativo: "Hermano Mayor, la
aparició n de esa serpiente fue bastante conveniente".

El hermano mayor asintió . "En efecto."

Yuncheng arqueó una ceja y volvió a mirar el duraznero. No había rastro de


serpiente; solo una rama serpenteante que parecía una.

***

Cuando llegaron al saló n principal con su Maestro, ya estaba lleno de gente.


Los discípulos enviados por los cultivadores errantes estaban parados al frente,
mientras que aquellos reclutados al pie de la montañ a estaban parados en la parte de
atrás.

Pei Yunshu siguió al Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing, y después de que su
Maestro tomó asiento, se paró detrás de él y comenzó a escanear a la multitud.

Esta mañ ana era la ú ltima vez que se aceptaban nuevos discípulos. Incluso si alguno
era seleccionado, se le asignaría al final. Pero Pei Yunshu confiaba en la fuerza de
Zhuyou. Creía que Zhuyou no se quedaría atrás.

Efectivamente, entre los discípulos que estaban en la primera fila después de los
enviados por los cultivadores errantes, había una figura que se parecía a Zhuyou.

Zhuyou notó la mirada de Pei Yunshu y lo miró desde lejos. Al verlo, una sonrisa se
dibujó en sus labios.

Pei Yunshu de repente bajó la cabeza, su rostro enrojeció de vergü enza.

El Tercer Hermano Mayor, que estaba a un lado, lo notó bajar la cabeza de repente y
también se inclinó juguetonamente, burlándose de Pei Yunshu por su expresió n.
"Hermano menor, ¿te sientes tímido frente a nuestros nuevos hermanos menores?"

Pero tan pronto como se agachó , vio la expresió n de Pei Yunshu y no pudo evitar
quedarse paralizado.

Pei Yunshu respiró hondo varias veces, reprimiendo con fuerza el latido de su
corazó n. Levantó la cara, manteniendo la calma, pero el rubor en su rostro
permaneció , revelando un radiante rubor de emoció n.

No notó al ató nito Tercer Hermano Mayor. En cambio, dio un paso al frente y le
susurró a su Maestro: «Maestro, ¿aceptará nuevos discípulos hoy?».

Estaba muy cerca del Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing, y su actitud era la misma
que antes. El Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing no le había hablado así en mucho
tiempo, y su expresió n se suavizó un poco. Respondió : «Ya veremos».
El día que trajo a Yunwang del mundo mortal a la Secta Shanshui, el maestro
espiritual taoísta Ling Qing había dicho que Yunwang sería su ú ltimo discípulo.

Sin embargo, Yunwang se había convertido en el Venerable Wuwang, y Pei Yunshu no


lo recordaba. El Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing sabía en su corazó n que esta
vez no aceptaría nuevos discípulos, pero no podía decírselo abiertamente a su Cuarto
Discípulo.

Al oír esto, Pei Yunshu sintió una creciente expectació n. Retrocedió un paso, con una
sonrisa en la comisura de sus labios, revelando una mirada de emoció n.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 41

Capítulo 41

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Tras el inicio de la ceremonia de reclutamiento de discípulos, Pei Yunshu prestó poca


atenció n a quienes tenía delante. Su visió n periférica se posaba ocasionalmente en
Zhuyou antes de contenerse, y cuando miraba a los demás, simplemente pasaba de
largo sin mucho interés.

No fue hasta que uno de los discípulos cultivadores errantes preguntó en voz alta:
"Me pregunto si el maestro espiritual daoísta Ling Qing todavía acepta discípulos".

Pei Yunshu volvió a la realidad y miró en direcció n a quien hablaba.

El hombre no destacaba en apariencia, salvo por sus ojos hundidos, que denotaban
cierta ambigü edad. Miraba directamente al Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing, y
su comportamiento lo distinguía fácilmente de los demás discípulos.

Pei Yunshu estaba parado detrás del maestro espiritual daoísta Ling Qing y no pudo
evitar sentir que esta persona frente a ellos no estaba mirando a su maestro.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing preguntó : "¿Deseas convertirte en mi


discípulo?"

El hombre se inclinó respetuosamente ante el maestro espiritual taoísta Ling Qing y


respondió : "Sí".

El corazó n de Pei Yunshu se apretó .


El maestro espiritual daoísta Ling Qing examinó al joven por un momento y luego
dijo: "Tu aptitud es decente, pero no estás destinado a ser mi discípulo".

A pesar del rechazo, el hombre no parecía molesto, solo un poco decepcionado.


Suspiró y regresó a su lugar con respeto.

Pei Yunshu también respiró aliviado. Miró a Zhuyou y sus miradas se cruzaron.
Parecía que Zhuyou lo había estado observando todo el tiempo y nunca apartó la
mirada.

El corazó n de Pei Yunshu volvió a latir con fuerza. Suspiró para sus adentros,
apreciando el poder de aquel polvo. Le costaba apartar la vista de Zhuyou.

Aunque el Tercer Hermano Mayor a su lado comentó : “Esta persona es bastante


audaz y merece algo de atenció n”, Pei Yunshu respondió distraídamente, con la
mirada fija.

El Tercer Hermano Mayor siguió su mirada, pero solo vio a un grupo de nuevos
discípulos. Como Pei Yunshu no reconocía a nadie entre ellos, ¿a quién estaría
mirando?

No fue hasta un cuarto de hora después que Zhuyou dio un paso adelante.

Al salir, los líderes de las diversas sectas asintieron en señ al de reconocimiento. Su


nivel de cultivo no se comparaba con el de Zhuyou, y Zhuyou, como un auténtico
dragó n de inundació n, emitía un aura difícil de distinguir. Ya contenía un atisbo del
poder del dragó n de inundació n, agudo e imparable.

Pei Yunshu se puso de pie y dio un paso hacia adelante.

Su expresió n se concentró y sus ojos negros se fijaron en Zhuyou. La preocupació n y


el nerviosismo lo invadieron, haciendo que todo su rostro cobrara vida.

Zhuyou se acercó al maestro espiritual daoísta Ling Qing. Tenía la mirada baja, una
expresió n fría e indiferente, y no mostraba ninguna actitud de respeto. "Quiero ser tu
discípulo".
El maestro espiritual daoísta Ling Qing estaba sentado en una posició n elevada, con
un porte etéreo y una expresió n fría. Estaba a punto de negarse cuando Pei Yunshu lo
llamó desde atrás: «Maestro».

El maestro espiritual daoísta Ling Qing hizo una pausa, y Pei Yunshu ya había dado
un paso al frente y llegó a su lado. Bajó la cabeza y dijo: «Maestro, este hermano
menor parece tener excelentes aptitudes».

El maestro espiritual taoísta Ling Qing respondió con un leve asentimiento.

De hecho, su aptitud era impresionante. Al ver que el líder de la secta Ling Ye no le


quitaba ojo, era evidente que, sin duda, se convertiría en discípulo directo de la secta
Shanshui en el futuro.

—…Pei Yunshu frunció los labios—. Maestro, siento que compartimos un fuerte
vínculo fraternal.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing dudó un momento, se concentró en el joven


frente a él y sintió un destello de rubor en sus ojos. Recuperó la consciencia y
asintió : «Ya que tienen un vínculo de hermanos, también es un vínculo conmigo,
entonces lo aceptaré».

Pei Yunshu no esperaba que fuera tan fácil. La sorpresa se dibujó brevemente en su
rostro, seguida de una sonrisa incontrolable.

Los tres Hermanos Mayores que estaban cerca aú n tenían el asombro escrito en sus
rostros. "¿Maestro?"

Sin embargo, el maestro espiritual taoísta Ling Qing se volvió hacia Zhuyou y le
preguntó : "¿Cuál es tu nombre?"

Zhuyou pensó por un momento y respondió : "Jiao*".


*dragó n de la inundació n

El maestro espiritual daoísta Ling Qing asintió levemente, pensando que ese era su
nombre, y dijo: "Entonces te llamarás Yunjiao de ahora en adelante".
La sonrisa de Pei Yunshu no se desvaneció , pero la reprimió , consciente de que debía
aparentar serenidad. Cuando Zhuyou y el Maestro terminaron de hablar, observó
có mo Zhuyou se acercaba. Cada paso de Zhuyou aceleraba el corazó n de Pei Yunshu,
y para cuando Zhuyou estuvo frente a él, Pei Yunshu solo pudo mantener una
apariencia tranquila.

Zhuyou extendió la mano para tomar su mano y lo llamó suavemente: "Hermano


mayor".

La mano de Pei Yunshu se movió ligeramente, pero no evitó el contacto. Respondió


en voz baja: «Mm».

Sin embargo, antes de que Zhuyou pudiera tocar la mano de Pei Yunshu, el Segundo
Hermano Mayor se adelantó y lo jaló tras él. Le sonrió a Zhuyou como si acabara de
disfrutar de la brisa primaveral. "Hermano menor Yunjiao, soy tu Segundo Hermano
Mayor".

Señ aló a Yunjing y continuó : "Ese es tu hermano mayor".

La expresió n de Zhuyou permaneció fría mientras respondía con un simple "Mm".

Al Segundo Hermano Mayor no pareció importarle y siguió sonriendo amablemente.


Sacó un tesoro mágico de su manga y dijo: «Aunque no esperaba que el Maestro
aceptara discípulos, preparé algo. Así, el Hermano Menor no se sentirá injustamente
tratado».

Zhuyou lo miró pero no hizo ningú n movimiento para aceptarlo.

Pei Yunshu estaba detrás del Segundo Hermano Mayor y quiso acercarse, pero sintió
una mano en su hombro. El Tercer Hermano Mayor sonrió y dijo: «Hermano Menor,
conoceremos a los nuevos Hermanos Menores uno por uno. Aú n no es tu turno. Ten
paciencia».

¿No había dicho el Maestro que no aceptaría más discípulos después del Hermano
Menor Yunwang?
Los pocos que estaban lo suficientemente cerca pudieron escuchar con claridad las
palabras de Pei Yunshu al maestro espiritual daoísta Ling Qing. La menció n del "lazo
fraternal" les dejó un sabor amargo en la boca.

El tercer hermano mayor tenía una sonrisa en su rostro, pero había una oscuridad
oculta en sus ojos mientras miraba profundamente a Zhuyou, ocultando una sutil
sensació n de hostilidad.

Pei Yunshu soltó la mano del Tercer Hermano Mayor. Al ver que Zhuyou y el Segundo
Hermano Mayor estaban en un punto muerto, dijo: «Hermano menor, el hermano
mayor te ha preparado un regalo de bienvenida. Deberías aceptarlo».

Tan pronto como habló , Zhuyou extendió su mano y aceptó el tesoro mágico del
Segundo Hermano Mayor.

Aunque su rostro permaneció inexpresivo, parecía comprender las palabras de Pei


Yunshu. Pei Yunshu respiró aliviado. Sin embargo, Yunjing, quien miraba
directamente a Zhuyou, tenía el rostro ensombrecido.

Aunque aú n sonreía, ya no era tan cálida como antes. Zhuyou lo miró brevemente
antes de mirar a Pei Yunshu.

“Hermanito menor”, dijo de repente el hermano mayor, “¿por casualidad ya conoces a


mi hermano menor Yunshu?”

Pei Yunshu se quedó ató nito y miró fijamente a Zhuyou. Temía que Zhuyou revelara
algo sin querer.

Zhuyou lo miró , y aunque su rostro había estado frío todo el tiempo, de repente
sonrió . Bajó la voz y dijo: «No lo conocía».

Sin embargo, sus ojos permanecieron fijos en Pei Yunshu, con una expresió n seria y
un poco tonta a la vez. "Lo he visto en mis sueñ os".

Pei Yunshu se sonrojó e intentó mantener una apariencia indiferente. Sin embargo, le
costaba mantener el contacto visual con Zhuyou.
—Hermano mayor —Zhuyou se acercó y bajó la cabeza. Sus finos dedos apartaron un
mechó n de pelo de la oreja de Pei Yunshu y lo olieron suavemente cerca de su nariz
—. Huele bien.

“Tú …” Pei Yunshu reprendió en voz baja, “No digas tonterías”.

El polvo era realmente aterrador. Zhuyou solo había dicho esa frase, y Pei Yunshu ya
sentía una oleada de calor que se extendía desde sus ó rganos internos hasta sus
extremidades. Era como si hubiera enfermado, dividido entre el deseo de tener a
Zhuyou cerca y la sensació n de que todo era demasiado frívolo.

Lo regañ ó verbalmente, pero su rostro tenía un ligero rubor. Este rubor suavizó sus
rasgos, transformando la frialdad anterior en oleadas de cariñ o.

Sin embargo, todas estas ondas fueron causadas por un nuevo Hermano Menor.

Yunman siempre había disfrutado bromear con la gente guapa y era conocido por su
facilidad de palabra. Solía ser despreocupado y frívolo. Este nuevo hermano menor
era guapo, no inferior a ninguno de ellos, pero al ver el rubor en el rostro del
hermano menor Yunshu, Yunman se disgustó mucho.

Con rostro serio, al ver a Zhuyou acercarse al hermano menor Yunshu, tomó su
abanico plegable y lo usó para bloquear la mano de este nuevo hermano menor. Tenía
una sonrisa que parecía un tanto falsa. «Hermano menor, las palabras son solo
palabras. No hay necesidad de contacto físico».

Zhuyou tenía una marca roja en la mano, y no era leve. Se la miró de reojo, pero ni
siquiera miró a Yunman. Simplemente extendió la mano frente a Pei Yunshu.
"Hermano mayor, me duele".

Estas palabras le resultaron familiares a Pei Yunshu. Parpadeó un instante y luego


sacó un ungü ento de su manga. Aplicó un poco en la marca roja de la mano de
Zhuyou con las delicadas yemas de sus dedos.

El rostro del Tercer Hermano Mayor cambiaba constantemente. Miró a sus hermanos
mayores, quienes estaban a un lado, observando có mo Yunshu aplicaba el ungü ento al
nuevo Hermano Menor. Yun Shu tenía las yemas de los dedos claras y sus
movimientos eran suaves. Yunman no podía percibir las emociones en sus ojos.

Pero no podía ser felicidad.

La sala permaneció en silencio y las conversaciones se silenciaron. Tras el silencio


del grupo de discípulos en esta zona, el ambiente se volvió aú n más silencioso, con
solo las voces de los diversos maestros daoístas y las preguntas de los nuevos
discípulos.

Pei Yunshu aplicó el ungü ento con cuidado, pero antes de que pudiera terminar, la
marca roja en el dorso de la mano de Zhuyou ya había desaparecido.

Zhuyou frunció el ceñ o y volvió a pellizcar el mismo lugar.

Su movimiento fue inesperado, y Pei Yunshu no tuvo tiempo de detenerlo. El pellizco


de Zhuyou fue fuerte y rápido, causando no solo enrojecimiento, sino también
hematomas. Parecía particularmente grave.

El tercer hermano mayor se dio cuenta y no pudo evitar burlarse: "Hermano menor,
parece que eres bastante delicado".

Con solo un ligero toque, podía provocar esa reacció n. Aunque era guapo, parecía
demasiado frágil. Era exasperante ver al hermano menor Yunshu sonrojarse por
alguien así.

Realmente despertó una ira oculta en la gente.

El Segundo Hermano Mayor se acercó y se paró junto a Pei Yunshu. Examinó


cuidadosamente el dorso de la mano de Zhuyou y sonrió . "Es solo una herida
superficial en la piel, nada grave".

Sacó un frasco de porcelana blanca de su manga. «Esta medicina es bastante efectiva


para heridas externas. Ninguno de los hermanos mayores la necesita, así que es
perfecta para el hermano menor. Deberías tomarla».
Estaba cerca de Pei Yunshu, y con solo unas palabras, la fragancia que emanaba de su
cabello llegó a su nariz. Este aroma era diferente al que había percibido cuando el
Hermano Menor levantó la mano; era aú n más puro y duradero.

Sin embargo, esta fragancia tenía algo ú nico: tenía un ligero aroma medicinal.
Yuncheng sonrió y se volvió hacia Pei Yunshu. «Hermano menor, hace unos días,
mientras bajábamos de la montañ a, oímos a un vendedor ambulante mencionar los
beneficios de visitar la base de la montañ a por la noche. ¿Qué tal si bajamos esta
noche para comprobarlo? También puede ser una celebració n de la aceptació n del
Hermano menor en el Pico Wuzhi».

Pei Yunshu aú n no había dicho nada, pero su hermano mayor intervino: "Suena bien".

Ambos miraron a Pei Yunshu, quien asintió . Al verlo asentir, Zhuyou extendió la
mano para tomar la de Pei Yunshu y asintió también.

Nadie esperaba que fuera tan descarado. Hacía apenas unos momentos, el abanico
plegable del Tercer Hermano Mayor le había dado en la mano. Ahora, tocaba a Pei
Yunshu como si nada hubiera pasado. Ninguno de los hermanos mayores, incluido el
propio Pei Yunshu, lo previó . Sorprendido, Zhuyou ya había agarrado firmemente la
mano de Pei Yunshu.

Pei Yunshu se quedó ató nito por un momento e intentó retirar la mano, pero el
agarre de Zhuyou era inesperadamente fuerte. Cuanto más intentaba retirarla, más
fuerte la apretaba Zhuyou.

"¿Qué haces sosteniendo mi mano?" Pei Yunshu tuvo que razonar con él: "Hermano
menor, si no me sueltas, me enojaré".

Deliberadamente enfatizó “Hermano Menor” para recordarle que no debía


sobrepasar sus límites.

Zhuyou extendió la mano con cautela para tocar la mejilla de Pei Yunshu y dijo: "Se
está poniendo roja".

Pei Yunshu: “…”


—Hermano menor —la voz de Yuncheng se volvió fría de repente. Extendió la mano,
agarró la muñ eca de Pei Yunshu y fijó su mirada profunda e indescifrable en Zhuyou
—. ¿Qué intentas hacer?

Cuando Zhuyou le tomó la mano, Pei Yunshu se sintió mayormente impotente y con
una leve sensació n de placer. Sin embargo, cuando el Segundo Hermano Mayor le
agarró la muñ eca, el rostro de Pei Yunshu palideció y sintió una profunda resistencia
y repugnancia.

Bajó la mirada, ocultando sus sentimientos. "Hermano mayor, creo que el hermano
menor no quiso decir nada con eso".

—Hermano menor —dijo Yuncheng con los labios curvados, y aunque sonreía, no
parecía sincera—. ¿Tomarte la mano también es involuntario?

"Si esto es involuntario", Yuncheng extendió la otra mano, rozando suavemente un


mechó n de cabello cerca de la oreja de Pei Yunshu, rozando deliberadamente la
suave superficie de su oreja, como jade blanco. Rió suavemente: "Entonces, las
acciones del Hermano Mayor también son involuntarias".

Los dedos de Pei Yunshu temblaron levemente, y al instante siguiente, Zhuyou lo


atrajo hacia sí. Los ojos de Zhuyou brillaron con destellos rojos al mirar a Yuncheng.
Utilizó su manga para limpiarle la oreja.

Pei Yunshu tomó la mano de Zhuyou y susurró en voz baja, sin reprimirlo, pero
manteniéndolo en secreto. «No actú es impulsivamente».

Aunque Yuncheng era su hermano mayor y alguien con quien debía ser cercano, Pei
Yunshu no quería estar cerca de él.

¿Por qué fue eso?

Pei Yunshu tuvo que recuperar todos estos recuerdos perdidos uno por uno.

Entonces no podía actuar impulsivamente.


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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 42

Capítulo 42

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Al escuchar el mensaje de Pei Yunshu, Zhuyou lo miró con una mirada sin emociones.

Sus ojos negros permanecieron tranquilos y firmes. Pei Yunshu se apartó de él, pero
la mirada de Zhuyou le hizo sentir que lo había intimidado de alguna manera. Pei
Yunshu no pudo evitar levantar la mano y tocarle suavemente la frente. "Pó rtate
bien".

Con un toque suave, la frialdad se extendió y se desvaneció mientras la mirada de


Zhuyou se fijaba en los labios de Pei Yunshu. Tras un momento de silencio, murmuró
suavemente: «Mmm».

Juntos, parecían ser compatibles. En los ú ltimos días, incluso el habitualmente


tranquilo Cuarto Hermano Mayor no pudo evitar sonreír.

Ese día, cuando Yunjing lo siguió fuera del saló n principal, ni siquiera había tocado el
hombro de Pei Yunshu antes de que la Espada Qingyue dejara una marca en su palma.

Yunjing miró a Pei Yunshu y luego al nuevo hermano menor, bajando la mirada.

El hermano menor había dicho que no le gustaba que otros lo tocaran, pero en este
momento, la mano de este nuevo hermano menor estaba colgando alrededor de su
cintura.

¿Le desagradaba que otros lo tocaran, o le desagradaba específicamente que lo


tocaran?
***

Después de la ceremonia de reclutamiento de discípulos, Pei Yunshu siguió a sus


hermanos mayores por la montañ a con Zhuyou.

El Tercer Hermano Mayor fue a la ciudad de Qinghe y trajo varias jarras de vino de
un sauce junto al lago. Al ver a Pei Yunshu, sonrió y dijo: «En aquel entonces, quería
desenterrar un poco de vino para ti, pero quién lo hubiera pensado...».

Se detuvo a mitad de la frase, se quedó en silencio por un momento y luego se volvió


para buscar unas copas de vino.

Estaban en el patio trasero de una taberna, y le habían dado al posadero suficiente


dinero para que les proporcionara comidas limpias y rápidas. Al oír esa frase, Pei
Yunshu la reflexionó en silencio sin hacer más preguntas. Tomó sus palillos y le
sirvió un trozo de pollo a Zhuyou.

Zhuyou se sentó tranquilamente, fingiendo estar al margen de los asuntos mundanos.


Pei Yunshu lo había instado a comer antes de que finalmente moviera los palillos,
aunque sus movimientos eran algo torpes.

El tercer hermano mayor trajo los cuencos de vino, y el segundo hermano mayor
vertió el vino de la jarra en los cuencos, uno por uno.

El vino parecía haber sido elaborado por el Tercer Hermano Mayor, claro y
transparente. En cuanto se sirvió , un rico aroma llenó todo el patio.

Pei Yunshu no solía beber mucho, pero cuando tomó la copa de vino, probó un sorbo
y lo encontró bastante bueno, así que tomó un gran trago.

El Tercer Hermano Mayor no pudo detenerlo a tiempo y suspiró : «Hermano menor, el


vino que preparé es muy potente. No bebas demasiado».

Zhuyou dejó los palillos y dejó de comer carne. Observó a Pei Yunshu con un leve
brillo en los ojos, como si esperara algo.
De hecho, no mucho después, Pei Yunshu miró fijamente su cuenco de vino, y sus ojos
parecieron perder el foco.

Bajó la cabeza y pareció contemplar algo bueno dentro del cuenco de vino. Incluso
cuando otros lo llamaban, parecía que no los oía. El cabello negro de su rostro
incluso se hundía en el cuenco de vino.

El hermano mayor fue el primero en notar que algo andaba mal. Se acercó con la
intenció n de ayudar a Pei Yunshu, pero este giró la cabeza y lo miró .

Tenía los ojos rojos, el rostro enrojecido y la mirada perdida. Al ver a la persona
frente a él, instintivamente retrocedió y se escondió en los brazos de Zhuyou.

El hermano mayor lo miró en silencio, lo observó esquivar y luego bajó la mirada


hacia sus propias manos extendidas.

Zhuyou rodeó a Pei Yunshu y le arregló el cabello oscuro. Olió el alcohol en sus
labios, pero no lo besó delante de su grupo de hermanos mayores.

"Hermano menor", dijo el hermano mayor, "¿estás borracho?"

Pei Yunshu no respondió . Miró a su alrededor y, al ver al Tercer Hermano Mayor, se


quedó paralizado. Pero al ver al Segundo Hermano Mayor, se estremeció por
completo. Agarró la manga de Zhuyou e intentó esconderse tras ella, con aspecto
desesperado.

El segundo hermano mayor se levantó instintivamente. "¿Yunshu?"

Pei Yunshu se puso rígido, mirándolo con la mirada perdida. Al ver a Yuncheng,
Yuncheng sintió algo extrañ o. Dijo: «Hermano mayor, ¿por qué me rompiste la
pierna?».

Yuncheng quedó ató nito.

“¿Cuándo… cuándo te rompí la pierna?”

Pei Yunshu, al escuchar esas palabras, se quedó en silencio.


No recordaba nada en absoluto, pero esta pregunta parecía surgir instintivamente,
como si llevara décadas queriendo formularla. Aunque no recordaba nada, esta
pregunta no requería que la recordara. Era como si la hubiera estado preguntando
mil veces, como si llevara décadas queriendo formularla.

Y una vez dicho esto, las lágrimas comenzaron a caer, inexplicablemente.

Sus lágrimas callaron. Zhuyou lo abrazó con fuerza, y su abrazo parecía adaptarse
perfectamente a la figura de Pei Yunshu. Usó su manga para secar las lágrimas de su
rostro. Pei Yunshu lo miró , luego se giró y hundió su rostro en el pecho de Zhuyou,
rodeándolo con sus brazos.

"Jiao Jiao", sus lágrimas corrían por su cuello, cargando con un profundo sentimiento
de agravio y desesperació n que brotaba de lo más profundo de su corazó n en su
momento de colapso. "Jiao Jiao".

Zhuyou lo abrazó con fuerza y le puso la mano en la nuca. "Mmm."

Yuncheng observó la escena con una mezcla de absurdo y pánico. Apretó los puñ os e
intentó desestimar las palabras de Pei Yunshu como divagaciones de borracho. Forzó
su habitual sonrisa y caminó hacia Zhuyou, intentando arrebatarle a Pei Yunshu de
sus brazos. «Hermano menor, ven con el hermano mayor. No asustes al nuevo
hermano menor que acaba de llegar».

Zhuyou se apartó de su mano.

Pei Yunshu levantó la cabeza del hombro del dragó n y, mientras miraba a Yuncheng,
una sonrisa se formó lentamente en su rostro.

Con una mezcla de coquetería y miedo, y un toque de alcohol en sus palabras, habló
con el tono más suave, diciendo palabras que podían encantar y torturar a una
persona: "Hermano mayor, una pierna rota duele mucho".

“Yunshu te lo ruega, por favor no me rompas más las piernas, ¿de acuerdo?”

A Yuncheng se le quedó la respiració n atrapada en la garganta.


***

El viento nocturno soplaba y la luna brillante colgaba en el cielo.

—Jiao Jiao —Pei Yunshu le dio un codazo a Zhuyou en la cara, sintiéndose


inexplicablemente feliz cada vez que lo miraba—. Llámame tu esposo.

Zhuyou inclinó la cabeza y lo miró , siguiéndole el juego: "Esposo".

Pei Yunshu sonrió al instante. Tomó el rostro de Zhuyou y le dio un gran beso en los
labios. "Buen chico, Zhuyou".

Zhuyou mantuvo la calma, pero sus marcas demoníacas aparecieron al instante.


Saboreó el sabor del vino en sus labios y dijo: «Más».

Ya había dejado atrás a sus hermanos mayores. En el cielo, solo estaban él y Pei
Yunshu. Era mucho más fácil hablar con Pei Yunshu cuando estaba borracho. Como
su esposa había dicho esas palabras, sostuvo la cabeza de Zhuyou y lo besó hasta la
mitad del camino en la ladera del Pico de los Tres Días.

La velocidad de Zhuyou seguía aumentando, e incluso atravesó el patio donde dos


zorros admiraban la luna. Con Pei Yunshu en brazos, entraron en el dormitorio.

Hua Yue, cubierto de pelo, tenía los pelos de punta. Después de un rato, recuperó el
sentido y se dio cuenta de lo que acababa de pasar: Zhuyou y Yunshu acababan de
disfrutar de un encuentro romántico. Dejó caer la pierna de pollo a medio comer y
corrió hacia la puerta del dormitorio. Usó sus garras para arañ ar la puerta y aulló sin
parar.

¡No! ¡Protejamos el yuan yang!

El aroma de las emociones del dragó n de la inundació n era demasiado intenso;


asustó al zorro. ¿Có mo podría soportarlo la Bella Yunshu?

Bai Lige, con gracia, terminó de comer la pierna de pollo y luego devoró las restantes.
Se limpió la boca con elegancia y se dirigió a la puerta del dormitorio.
—Zhuyou —le aconsejó amablemente—, ahora que eres la esposa de Yunshu,
concéntrate en ser su esposa. No pienses también en hacer el trabajo de esposo. Si
descubro que estás intimidando a Yunshu, podría liderar una rebelió n con los demás
demonios.

La habitació n se llenó del ruido de la porcelana cayendo una tras otra.

Bai Lige reflexionó un momento. "¿Recuerdas lo que dijo el viejo toro en la Torre del
Sellado de Demonios?"

En cuanto se planteó esta pregunta, la habitació n quedó en silencio. Dentro, Zhuyou


se apartó de la cama, desató las cortinas y cubrió a Pei Yunshu, quien estaba medio
desnudo.

Pei Yunshu preguntó : "¿Jiao Jiao?"

Con la tez enrojecida, Zhuyou se sentó y respondió pesadamente.

Pei Yunshu sintió que le dolía el cuello por las mordeduras, pero sus párpados cada
vez le pesaban más. Finalmente, cerró los ojos con suavidad y se durmió envuelto en
la manta.

Zhuyou se miró a sí mismo, sus cuernos de dragó n erizados, su sangre casi hirviendo.

Fuera de la puerta del dormitorio, Hua Yue observaba a Bai Lige y seguía aullando.

Bai Lige suspiró profundamente. «Esta es una situació n realmente desgarradora».

Hua Yue aulló una vez más.

Bai Lige negó con la cabeza. «En la Torre del Sellado Demoníaco, hay un demonio
toro que tenía un amante. Un día, en el ardor de la pasió n, perdió el control y adoptó
su verdadera forma... Su verdadera forma era extraordinariamente talentosa, y su
amante perdió la vida durante el acto sexual».

Por no hablar de los clanes Serpiente, Dragó n de Inundació n y Dragó n; cuando se


trata de talento innato, probablemente no haya nadie que pueda compararse con
ellos.
Pero si…

Bai Li Ge reflexionó y no pudo evitar temblar.

Ese día, después de que el viejo toro contara esta historia, Zhuyou se acurrucó solo
en un rincó n. Ahora, al mencionarlo, se detuvo. Parecía que Zhuyou lo recordaba con
mucha claridad.

Sin embargo, los dragones, por naturaleza, son desenfrenados. Pueden resistir un
tiempo, pero no toda la vida. Sin una solució n, no está claro si el sufrimiento recaerá
sobre Yunshu o Zhuyou.

—Los zorros tienen mucha suerte —suspiró Bai Lige—. No son ni demasiado grandes
ni demasiado pequeñ os, justo lo que buscan.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 43

Capítulo 43

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Yuncheng tuvo un sueñ o muy inquieto esa noche.

No podía recordar qué había soñ ado, pero cuando despertó , la luz de la luna aú n
brillaba y se encontró cubierto de sudor frío.

Casi nunca dormía, y hoy solo había bebido un poco de alcohol y se había despertado
de repente. Había olvidado el contenido del sueñ o.

Lo ú nico que recordaba eran un par de ojos en el sueñ o. Estaban llorosos, con las
comisuras rojas, increíblemente conmovedores, compasivos y tiernos a la vez.

Yuncheng salió caminando, mirando la luna, con los labios fuertemente apretados.

La imagen de aquellos ojos de su sueñ o apareció nuevamente en su mente.

Le recordó có mo su Hermano Menor había llorado y le había rogado que no se


rompiera las piernas ese día. Los ojos eran exactamente así.

Sus manos se movieron involuntariamente tras la espalda, y no pudo evitar recordar


la imagen de su hermano menor llorando. Era realmente hermoso.

***

Cuando Pei Yunshu se despertó por la mañ ana, recordó lo que había sucedido cuando
se emborrachó la noche anterior.
Pasó un cuarto de hora en la cama, ordenando sus sentimientos, antes de levantarse,
fingiendo que nada había pasado. Al salir de la habitació n, no vio a Zhuyou ni a Hua
Yue; en cambio, Bai Lige estaba leyendo un libro.

"¿Dó nde están?" preguntó Pei Yunshu.

—Zhuyou necesita refrescarse en el estanque frío —Bai Lige dejó el libro y sonrió
sugestivamente—. Hua Yue lo llevó al reino secreto del Clan Zorro.

¿Por qué necesitaba refrescarse en el estanque frío?

Esa pregunta casi se le escapó de la boca a Pei Yunshu, pero fue tragada con fuerza.

Su rostro se puso ligeramente rojo y se aclaró la garganta, reprimiendo su malestar.

Tras sentarse a la mesa, Bai Lige suspiró suavemente. «En aquellos tiempos,
celebramos nuestra boda en el reino secreto del Clan Zorro. ¿Quién hubiera pensado
que un dragó n de inundació n entrometido se entrometería y se interpondría entre
nosotros?»

Pei Yunshu se quedó ató nito. "¿Celebramos nuestra boda?"

Bai Lige reflexionó por un momento y luego dijo: "Ese es mi error. Olvidé que ya no
lo recuerdas".

—Antes, estabas ocupado con el asunto del discípulo de Zhuyou, y aú n no había


echado un vistazo a tu mar de consciencia —dijo—. ¿Qué te parece si lo hacemos
ahora, mientras ese problemático dragó n de inundació n y el pequeñ o zorro no están
cerca? Yunshu, ¿me dejarías echar un vistazo a tu mar de consciencia?

El mar de la conciencia es de suma importancia, y dejar que alguien inspeccione tu


propio mar de conciencia es equivalente a confiar tu vida a otra persona.

Bai Lige fue increíblemente considerado. Incluso antes de que Yunshu pudiera
responder, ya había hecho un juramento de demonio del corazó n: «Si aprovecho esta
oportunidad para actuar sin escrú pulos, que no renazca jamás».

"No hay necesidad de eso", Pei Yunshu frunció el ceñ o, "Es demasiado severo".
Bai Lige sonrió y dijo: «Soy directo y abierto. Aunque el juramento sea duro, ¿qué
tengo que temer? Además, una belleza como tú , Yunshu, merece ser apreciada y
tratada con cariñ o por nosotros, los zorros».

Pei Yunshu sonrió y negó con la cabeza. Se incorporó , cerró los ojos y dijo:
«Adelante».

Bai Lige colocó varias capas de barreras y luego colocó con cuidado su mano sobre la
frente de Pei Yunshu. Canalizó su energía espiritual para penetrar en su mente.

Sin embargo, en cuanto entró , alguien rompió sus barreras desde afuera y se
precipitó desde arriba. Bai Lige recibió un golpe de palma que lo lanzó por los aires,
agarrándose el pecho mientras transformaba una larga lanza y la clavaba en el suelo.

Levantó la vista y vio al Venerable Wuwang abrazando a Pei Yunshu. Una mano
descansaba sobre la frente de Yunshu, y una mirada gélida se alzaba, fija en Bai Lige.

Pei Yunshu tenía los ojos fuertemente cerrados, aparentemente inconsciente de la


situació n.

¡Había entrado en la mente de Yunshu!

Con solo una mirada, el rostro de Bai Lige se ensombreció . Reprimió el repentino
dolor en el pecho y su larga lanza vibró al viento mientras la apuntaba al Venerable
Wuwang. "¿Sellaste los recuerdos de Yunshu?"

El Venerable Wuwang dibujó un símbolo espiritual en el aire con sus manos


desnudas, y este se precipitó hacia Bai Lige. Bai Lige lo esquivó , pero el símbolo lo
siguió .

Tras actuar, el Venerable Wuwang desvió la mirada hacia el rostro de Yunshu. Su


poder espiritual había penetrado en su conciencia y fue testigo de los
acontecimientos del día anterior.

Vio a Yunshu sujetando el cuello del nuevo hermano menor, derramando lágrimas en
sus brazos. Escuchó el tono cariñ oso y el suave susurro de «Hermanito menor».
El venerable Wuwang bajó la mirada y, aunque su mano temblaba ligeramente contra
la frente de Yunshu, su expresió n se volvió cada vez más fría.

Fue sometido a tal tormento, pero otros pudieron sostenerlo en sus brazos.

Incluso siendo Yunwang, nunca había escuchado a Pei Yunshu usar ese tono para
dirigirse a él.

El Venerable Wuwang levantó a Pei Yunshu y se acercó a Bai Lige. Le dijo al demonio
zorro: «No te mataré».

Bai Lige forcejeó para mantenerse bajo el símbolo espiritual, con los ojos llenos de
ira contenida. «Tú , como venerable, ¿qué cosas despreciables has hecho?»

El venerable Wuwang permaneció impasible. Miró fijamente a Bai Lige, luego levantó
a Pei Yunshu y se fue volando.

***

Volaron hasta el Acantilado de la Penitencia, donde se confinaban los discípulos


disciplinarios. El Venerable Wuwang colocó a Pei Yunshu en un manantial frío en las
montañ as. Las gotas de agua de la cascada cercana salpicaron sus ropas.

Retiró la mano y, después de un rato, los ojos de Pei Yunshu comenzaron a temblar y
los abrió lentamente.

Su ropa y cabello oscuro se le pegaban al cuerpo, la tú nica blanca aú n intacta, y su


rostro, blanco como la nieve. El Venerable Wuwang lo observaba, y su energía
espiritual fluía en su interior, haciéndole sentir como si estuviera sufriendo una
tortura. Pero incluso cuando no lo veía, sufría el mismo tormento.

El amor era un asunto muy difícil.

—Sellaré tus recuerdos —dijo el Venerable Wuwang—. ¿Quieres saber qué


contenían?

El manantial estaba helado, y los labios de Pei Yunshu se pusieron azules. Miró al
Venerable Wuwang y asintió levemente. «Este discípulo desea saber».
—Pero si lo sabes, estos recuerdos solo avivarán tus demonios internos y se
convertirán en una carga para tu cultivació n —el Venerable Wuwang extendió la
mano para secarse el agua del cabello y disimuló su dolor interior—. Quizás sea
mejor para mí eliminar tus raíces emocionales.

Al eliminar tu sufrimiento, puedo dejarte ir también.

Las pupilas de Pei Yunshu se contrajeron, pero antes de que pudiera hablar, el
Venerable Wuwang se cubrió repentinamente los ojos. Cayó en un sueñ o profundo.

La mano del venerable Wuwang se movió suavemente sobre el rostro de Pei Yunshu,
con movimientos lentos y deliberados.

En el mundo de la cultivació n, los débiles eran presa de los fuertes. Ya fuera él, Ling
Qing, el otro discípulo, el zorro o el dragó n de la inundació n, si tomaban por la fuerza
lo que querían, Pei Yunshu no podía resistirse.

El Dao despiadado torturaba a la gente. Si uno no cultivaba el Dao despiadado, la raíz


de una emoció n no afectaría a Pei Yunshu.

Se había vuelto impasible y ahora el dolor lo soportarían otros.

El venerable Wuwang golpeó lentamente la frente de Pei Yunshu, con movimientos


deliberados mientras cantaba un encantamiento.

Sus acciones fueron lentas y deliberadas, y mientras el hilo de emociones se extendía,


el Venerable Wuwang observaba el hilo de color blanco lechoso con un dolor sordo
en su corazó n.

A partir de ese día, Pei Yunshu ya no estaría influenciado por esos recuerdos, ni
tendría ningú n apego emocional con nadie de la secta.

Ya fuera el Venerable Wuwang, el nuevo discípulo o cualquier otra persona, no fueron


más que experiencias fugaces para Pei Yunshu.

Al desaparecer el dolor, pudo concentrarse en su cultivació n. A medida que avanzaba


en su práctica, alcanzaría la verdadera libertad.
¿No era esto lo que Pei Yunshu quería?

En el futuro, incluso el odio hacia él ya no existiría.

Con un temblor repentino en la mano, el Venerable Wuwang rompió


inesperadamente la mitad del hilo emocional. La otra mitad desapareció en el mar de
consciencia de Pei Yunshu, dejando solo la mitad en la mano del Venerable Wuwang
antes de disolverse en el aire.

El venerable Wuwang miró su palma con desconcierto y luego fijó su mirada en Pei
Yunshu.

El hilo de la emoció n solo podía cortarse una vez. ¿Era esto… el destino?

***

El agua fluía desde arriba y salpicaba, y no se oía ningú n canto de pájaros en el


acantilado Penitence.

Pei Yunshu abrió lentamente los ojos. Su energía espiritual circulaba


constantemente, y el nú cleo interno del árbol de nieve de cuatro meses contenía el
aura de un dragó n de inundació n, lo que incrementó significativamente su velocidad
de cultivo.

Levantó la vista y vio a su Gran Maestro de pie junto a la orilla. No pudo evitar una
ligera sorpresa. «Gran Maestro, ¿qué hace aquí?»

No mostró ninguna señ al de emociones inusuales. El Venerable Wuwang, por alguna


razó n desconocida, solo le había devuelto los recuerdos de esta vida.

Había ocultado todo el sufrimiento de su vida pasada, así como el incidente en el que
Pei Yunshu aplastó la placa de madera de la secta. Temía que, si perdía todo apego a
la secta, abandonaría la secta por completo.

—Estoy aquí para proteger tu cultivo —dijo el Venerable Wuwang—. ¿Có mo está?

Pei Yunshu se levantó del agua. Pisó la superficie y caminó lentamente hacia la orilla.
«El Acantilado de la Penitencia es tranquilo; es apto para el cultivo».
Al llegar a la orilla, su ropa ya se había secado. El Venerable Wuwang observaba cada
uno de sus movimientos y dio unos pasos hacia adelante. "¿Sientes algo extrañ o?"

Pei Yunshu respondió con calma: "No".

Abrió la mano y la Espada Qingyue voló a su palma. Subiéndose a la espada, se


inclinó ante su Gran Maestro. «Gran Maestro, regresaré antes que usted».

Pei Yunshu no mostró ninguna emoció n, y su actitud permaneció fría como el hielo.
El Venerable Wuwang observó su figura alejarse, con un rastro de sangre escurriendo
de sus labios. Miró fijamente a Pei Yunshu mientras desaparecía de la vista.

La mitad cortada de la cadena de emociones en realidad lo incluía a él.

Su pecho comenzó a latir con fuerza. El Venerable Wuwang ocultó el sabor metálico
que le subía por la garganta y contempló el vasto Acantilado de la Penitencia, con
una sonrisa amarga formándose en su rostro.

Estaba empezando a… arrepentirse.

***

En la Espada Qingyue, Pei Yunshu ocultó sus emociones mientras contemplaba los
recuerdos restaurados.

Después de un rato, susurró al nú cleo interior del árbol de nieve de cuatro meses:
"Gracias".

El árbol de nieve de cuatro meses giraba alrededor del nú cleo dorado. Si no hubiera
separado una hebra de energía espiritual que se hacía pasar por la cuerda emocional,
Pei Yunshu ni siquiera sabría en qué se habría convertido.

En sus recuerdos, la secta parecía inalterada. Pero si todo era como parecía, ¿por qué
sellarían sus recuerdos e intentarían extraerle su cadena emocional?

Pei Yunshu ocultó sus emociones y, al regresar al Pico de los Tres Días, vio un dragó n
de inundació n elevándose hacia el cielo. Exudaba un aura feroz y se dirigía hacia el
horizonte.
Acelerando el ataque con la Espada Qingyue, gritó : "¡Yunjiao!"

El dragó n de inundació n se giró para mirarlo, transformándose al instante en humano


y corriendo hacia Pei Yunshu. En un abrir y cerrar de ojos, lo abrazó .

Abrazándolo con fuerza, Pei Yunshu sonrió un instante, pero luego lo disimuló .
Regresó con Zhuyou a su residencia. Al llegar, vio a Bai Lige y Hua Yue esperando
ansiosamente.

Bai Lige estaba herido y meditaba para recuperarse. Al ver el regreso de Pei Yunshu,
su expresió n se relajó . "Yunshu, ¿estás bien?"

Pei Yunshu asintió suavemente.

Bai Lige frunció el ceñ o, observándolo con atenció n antes de volverse hacia Yunjiao.
"Tú , Rey Demonio, deberías poner una barrera rápidamente contra nosotros".

Zhuyou agitó la mano y al instante se levantó una barrera. Pei Yunshu se sentó a un
lado y de repente estalló en carcajadas.

Centrémonos en nuestra cultivació n estos días. Cuando llegue el Gran Evento de


Cultivo, podremos abandonar la montañ a juntos.

Los demás quedaron ató nitos por un momento y todos lo miraron.

Pei Yunshu sostuvo a Hua Yue en su regazo, le acarició la oreja y luego se volvió
hacia Yunjiao y le preguntó : "Si te conviertes en dragó n, ¿cuántas veces necesitas
mudar de piel?"

Zhuyou respondió : "Tres veces".

Pei Yunshu reflexionó y Zhuyou dijo inesperadamente: "Se volverá más pequeñ o".

Pei Yunshu se sorprendió y lo miró .

Zhuyou también lo miraba. Sus ojos negros reflejaban el rostro de Pei Yunshu, y dijo
con calma, como si hablara de un asunto trivial: «Me haré más pequeñ o».
—…Pei Yunshu levantó la mano y se inclinó , besando la punta del cuerno del dragó n.
—¿Qué tan pequeñ o?

El dragó n del diluvio le permitió besarlo, y las comisuras de sus pálidos labios se
curvaron sutilmente. «Es así de pequeñ o».

Señ aló la mesa que tenían delante, indicando que era aproximadamente del tamañ o
de una serpiente pequeñ a.

Pei Yunshu, perdido en sus pensamientos, preguntó : "¿Es completamente negro?"

Si fuera una serpiente tan pequeñ a y completamente negra, sería bastante llamativa.

"Puede cambiar", dijo Zhuyou, mirando a Ba Lige y Hua Yue, quienes escuchaban
atentamente a su lado. De repente, no quiso continuar. "Solo te lo mostraré a ti".

Pei Yunshu se quedó ató nito y no pudo evitar estallar en carcajadas.

Si fuera Zhuyou, incluso como serpiente, no tendría miedo.

Pei Yunshu no estaba seguro de si este estado de ánimo también estaba influenciado
por el polvo, pero en este momento, estaba innegablemente encantado.

Al verlo sonreír, Hua Yue extendió la pata para tocar la mano de Pei Yunshu y gritó
varias veces. Pei Yunshu no entendía lo que decía, así que desbordó su poder
espiritual e intentó curar a Hua Yue.

Fue só lo después de recuperar sus recuerdos que se dio cuenta de que podía usar su
nú cleo interior de esta manera.

Hua Yue disfrutó del tratamiento, recostado có modamente sobre su pierna. Sacó una
fruta espiritual del reino secreto del clan del zorro y comenzó a mordisquearla,
luciendo más relajado que nadie.

—No hace falta que hagas nada inú til —dijo Bai Lige riendo entre dientes y lo detuvo
—. El zorro solo perdió una cola. Se recuperará en unos días. Si dijeras que bajáramos
de la montañ a para el pró ximo evento de cultivo en unos días, ese pequeñ o zorro no
causaría ningú n problema en este estado.
Mientras decía esto, Bai Li Ge preguntó con curiosidad: "¿Por qué esas ganas
repentinas de bajar de la montañ a? ¿Has recordado algo?".

Pei Yunshu asintió suavemente, luego negó con la cabeza y sonrió . "En parte".

—En ese caso, seguro que recuerdas cuando dejaste la secta —dijo Bai Lige—. Hay
tantos paisajes y gente hermosos en el mundo. ¿Por qué limitarte a esta pequeñ a
montañ a?

Pei Yunshu se quedó en silencio por un momento y luego dijo: "¿Realmente dejé la
secta?"

Bai Lige se sorprendió y miró a Hua Yue y Zhuyou. "¿No le dijeron esto a Yunshu?"

El dragó n del diluvio y el zorro menearon la cabeza.

Bai Lige suspiró . "…Los sobreestimé."

Pei Yunshu sonrió .

Si realmente había abandonado la secta y no había ninguna menció n de ello en sus


recuerdos, entonces su Gran Maestro debió haberle impedido intencionalmente
recordarlo.

En ese caso, dejemos que el Maestro crea que el hilo cortado de la emoció n es real.

Hizo lo que quiso, tomándolo cuando le plació , cortándolo cuando quiso y sellando
sus recuerdos a su antojo. Ya que quería cortar sus lazos emocionales, que se
considerara cortado. La parte cortada fue esta secta.

De repente, Zhuyou agitó la manga y un chorro de agua se elevó por los aires,
dispersando al observador oculto. Su voz se volvió fría al decir: «Alguien te estaba
espiando».

Pei Yunshu frunció el ceñ o y centró su mirada en la direcció n que indicó Zhuyou.

Una vibrante peonía apareció de repente en esa direcció n, tan grande como una
palangana, con frescas gotas de rocío en sus pétalos. Voló hacia Pei Yunshu desde el
aire y se transformó en una belleza ante él.

La belleza tenía mejillas sonrosadas, vestía ropa transparente y su apariencia tenía


un sorprendente parecido con Pei Yunshu.

La mirada de Pei Yunshu se volvió fría, y la Espada Qingyue atravesó el aire con
rapidez. La belleza se transformó de nuevo en una peonía, y sus pétalos cayeron al
suelo.

Junto con la peonía, también cayó al suelo una pequeñ a caja de madera.

Pei Yunshu convocó la caja de madera a su lado, la abrió y encontró un libro delgado
dentro.

Frunció el ceñ o levemente, sacó el libro y lo puso sobre la mesa. La gente a su


alrededor tenía curiosidad por ver qué contenía.

Pei Yunshu, tapándose la nariz con un pañ uelo, abrió la primera página del libro.

El libro contenía pinturas eró ticas coloridas, con una cama cubierta con velos rojos,
una persona vestida con ropa transparente y otra persona desvistiéndose junto a la
cama.

Al mirar más de cerca, había dos hombres envueltos en un romance sobre la cama. El
hombre de abajo sonreía, con el rostro sonrojado y los labios curvados en una
sonrisa seductora, muy similar a los rasgos de Pei Yunshu.

Todo el libro estaba lleno de pinturas explícitas de Pei Yunshu y Zouyu.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 44

Capítulo 44

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Había fotos de gente vestida, pero había más de gente desnuda, y algunas estaban
semicubiertas, veladas con telas transparentes. Mires la que mires, te pones colorado
con solo mirarlas.

¡Esta persona es realmente desvergonzada!

Pei Yunshu solo hojeó rápidamente dos páginas y, al comprender lo que representaba
este libro, su rostro cambió . Inmediatamente lo redujo a cenizas.

El artista que dibujó estas ilustraciones era sin duda muy hábil, utilizando colores
intensos y vivos. Con solo unos trazos, pudo ver que la persona retratada era, sin
duda, Zouyu. Incluso las expresiones de los rostros eran vívidas y realistas.

Las ilustraciones estaban llenas de escenas seductoras y poses seductoras.

El rostro de Pei Yunshu se tornó feo, y la Espada Qingyue resonó con un aura hostil.
En un abrir y cerrar de ojos, el libro sobre la mesa se convirtió en cenizas.

Bai Lige estaba furioso: "¿Quién es esta persona? Es un descarado. Lo observé con
atenció n, y no solo no capturó ni una pizca de la belleza de mi esposo, sino que
además debió haber amenazado al artista para exagerar ciertos aspectos. Esta
persona tiene una piel increíblemente dura".

Mientras hablaba, Pei Yunshu y Hua Yue se giraron para mirarlo con expresiones
indescriptibles.
Bai Lige los miró a los ojos y dijo sorprendido: "¿No me digas que no te diste cuenta?
Por desgracia, Yunshu ya quemó la pintura, o podría habértela enseñ ado. Habrías
visto fácilmente que la pintura estaba exagerada hasta el absurdo. Es simplemente
ridículo".

“….” Pei Yunshu suspiró .

Incluso la ira más grande se había transformado en impotencia. Se dio la vuelta y


quemó la caja de madera que contenía las pinturas eró ticas junto con la atractiva
peonía, reduciéndola a cenizas en el suelo.

Zhuyou levantó las cenizas y las dirigió hacia el mismo punto en el aire, donde
desaparecieron como si nunca hubieran existido. Lo que surgió de allí regresó al
mismo lugar.

Tras ocuparse de estos asuntos, Pei Yunshu regresó a su habitació n a meditar. La


energía espiritual apenas comenzaba a fluir cuando de repente sintió un cambio. Se
encontró en un mercado bullicioso.

El mercado estaba lleno de gente yendo y viniendo, y los niñ os corrían con comida
en la mano. Los altos edificios a ambos lados de la calle transmitían un canto suave y
seductor, cada palabra llena de amor.

Pei Yunshu observó la animada escena por un momento, se levantó la tú nica, se sentó
en el suelo en medio de la calle llena de gente y comenzó a meditar.

La gente que pasaba lo miraba con curiosidad, pero Pei Yunshu cerró los ojos y los
dejó afuera.

En su interior, un nú cleo dorado y un nú cleo demoníaco coexistían en armonía, y su


cultivo era sumamente eficiente. Pei Yunshu concentró su mente, sumergiéndose en
su cultivo.

No sabía cuánto tiempo había pasado, pero cuando abrió los ojos, se encontró en un
gran barco con vigas talladas y vigas pintadas.
La gente estaba reunida alrededor de una plataforma elevada al frente. Pei Yunshu
frunció el ceñ o e intentó mirar, pero una neblina parecía oscurecer la vista, haciendo
que todo fuera confuso. Se acercó al frente, solo para descubrir que se estaba
representando una obra de teatro en el escenario.

Se oían tambores y mú sica, y se cantaba y bailaba. Sin embargo, el rostro de Pei


Yunshu se ensombreció .

En el escenario, se representaba una propuesta de matrimonio con bolas bordadas.


Sin embargo, quien lanzaba la bola bordada era un hombre, y quien la atrapaba
también. El hombre que atrapó la bola bordada sostenía una bola roja bordada y se
acercó al otro. Ambos entraron en una cama adornada con cortinas rojas, y
comenzaron sus encuentros íntimos.

Suaves gemidos se mezclaban con suspiros forzados, haciendo que la cama de


madera se sacudiera suavemente. Una muñ eca pálida se extendía entre las cortinas
rojas, descansando débilmente junto a la cama.

Pei Yunshu se dio la vuelta para irse, pero se encontró con la mirada sonriente de un
cultivador demoníaco con aires de tranquilidad. El cultivador demoníaco, vestido de
negro, estaba justo detrás de Pei Yunshu, observándolo. Rió suavemente y dijo: «Dije
que quería probar tus habilidades en la cama ese día. ¿Lo olvidaste, Yunshu?».

Su espada, Qingyue, atravesó el pecho del cultivador demoníaco. Zouyu bajó la


mirada hacia la espada que le hundía en el pecho y luego volvió a mirar a Pei Yunshu,
quien la sostenía con determinació n. La sonrisa en el rostro de Zouyu se profundizó .
«En el mercado de demonios, ese horrible demonio siempre me resultaba familiar.
Con razó n he sentido que algo andaba mal estos ú ltimos días. Resulta que Yunshu
intentaba quitarme la vida».

Pei Yunshu respondió fríamente: "Es una pena que esto sea solo una ilusió n".

El cultivador demoníaco también suspiró , agarrando la Espada Qingyue con la mano


desnuda. Sacó la punta de su pecho, y esta tembló , dejándole una profunda cicatriz en
la mano.
Si esto no fuera una ilusió n, su mano probablemente estaría rota por la mitad.

“También siento un gran arrepentimiento”, dijo Zouyu. “Lamento que ese día, cuando
le quité la tú nica a Yunshu, solo lo vi siguiendo al dragó n de la inundació n. Aú n
recuerdo vívidamente el látigo que Yunshu me dio en la cara. Pero no tardaré en
encontrarme con Yunshu. Nos tomaremos nuestro tiempo para compensar lo que no
logramos en el reino secreto del Clan Zorro. Cuando llegue ese momento, incluso si
Yunshu usa ese látigo para jugar conmigo, encontraré alegría en mi corazó n”.

En cuanto pronunció estas palabras, el entorno comenzó a disiparse, y Pei Yunshu


abrió los ojos de repente. El mundo exterior ya se estaba iluminando.

Cerró los ojos, sintiendo una profunda pesadez en el corazó n.

Sin fuerza, solo soportaría todo tipo de humillaciones y ni siquiera podría contar con
sus propios recuerdos.

Incluso cuando se encontró con ese cultivador demoníaco, ¿cuánta confianza tenía
en poder derrotar al cultivador demoníaco con su espada?

***

Antes del gran evento de cultivació n, Pei Yunshu se encontraba cultivando en su


habitació n. Cuando el niñ o le informó que debía ir al Pico Wuzhi, Pei Yunshu se
sintió un poco aturdido.

—El hermano mayor Yunjiao espera afuera —dijo el niñ o—. Hermano mayor, date
prisa, por favor.

Al oír el nombre de Zhuyou, Pei Yunshu sintió un vuelco en el corazó n. Habían


pasado tantos días, y el efecto de ese polvo aú n no se había disipado.

Su Gran Maestro le había extraído la "cuerda emocional", y ahora debía mantener una
fachada fría e inexpresiva para evitar sospechas. Sin embargo, el solo hecho de oír el
nombre de Zhuyou le dio un vuelco el corazó n. Si realmente lo conocía, ¿có mo podría
mantener esa actitud fría?
Pei Yunshu respiró hondo y salió de la habitació n con rostro inexpresivo.

Zhuyou lo esperaba afuera y lo miró al salir. Estaba a punto de acercarse a Pei


Yunshu, pero este dio un paso atrás.

Zhuyou frunció el ceñ o.

En cuanto lo hizo, Pei Yunshu sintió un ligero dolor punzante en el pecho. Carraspeó ,
desenvainó la Espada Qingyue, se subió a ella y extendió la mano hacia Zhuyou.
Aunque su rostro no mostraba ninguna emoció n, su tono se suavizó
imperceptiblemente: «Yunjiao, ven».

Zhuyou se paró detrás de él, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Pei
Yunshu.

Mientras volaban hacia el cielo, sin nadie alrededor, Zhuyou colocó suavemente un
beso en la oreja de Pei Yunshu.

Pei Yunshu no podía ni quería escapar. Le dio un ligero golpecito en la mano a


Zhuyou y le susurró : «No hagas tonterías».

—Cuando nos encontremos con otras personas, debes mantenerte alejado de mí. Mi
Gran Maestro ha cortado mis lazos emocionales, y si te acercas demasiado —Pei
Yunshu se aclaró la garganta—, mi corazó n late demasiado rápido.

Un destello travieso apareció en los ojos de Zhuyou. "Beso."

Pei Yunshu observó los alrededores y, al no ver a nadie, erigió una barrera. Aun así,
no se sentía del todo tranquilo. «Por favor, coloquen otra barrera».

Mientras decía esto, tuvo la sensació n de que estaban haciendo algo malo.

Una vez que Zhuyou también colocó la barrera, la Espada Qingyue voló por los aires.
Pei Yunshu se sonrojó levemente, giró la cabeza y miró el rostro de Zhuyou. Luego se
acercó y le besó suavemente en los labios.

Los labios de Zhuyou estaban pálidos, con un tacto frío y limpio. Después de que Pei
Yunshu lo besara, Zhuyou permaneció inmó vil, solo bajando la mirada hacia él con un
silencioso impulso.

Pei Yunshu se inclinó de nuevo, imitando la forma habitual de besarlo de Zhuyou.


Extendió la lengua con cuidado y lamió los labios de Zhuyou.

Con este beso, Pei Yunshu sintió que no era suficiente. Intentó deslizar la lengua
entre los labios de Zhuyou, pero enseguida se dio cuenta de lo que hacía. Se apartó
rápidamente de sus labios.

La velocidad de la Espada Qingyue había disminuido considerablemente durante este


tiempo, y solo habían sobrepasado los Picos de Tres Días en ese lapso. Pei Yunshu se
aclaró la garganta y se giró para tranquilizarse.

Zhuyou se aferró a él por detrás, respirando con impaciencia. Pei Yunshu se


sorprendió y preguntó : "¿Zhuyou?".

Zhuyou enterró la cara en el cabello de Pei Yunshu y murmuró : "Ignó ralo. Se te


pasará en un momento".

Pei Yunshu se sorprendió por un momento, pero luego no pudo evitar reír.

A pesar de su naturaleza intrínsecamente rebelde, Zhuyou era puro en su


incomprensió n. Aunque su naturaleza persistiera, era más limpio en ciertos aspectos
que muchas personas.

Pei Yunshu se rió , pero antes de que pudiera pensar más, Zhuyou habló . Su voz era
baja y ronca, y Pei Yunshu no entendió bien lo que dijo. "Bai Lige mencionó algo
llamado 'Imagen del Palacio de Primavera'".

—¡Hagas lo que hagas, no mires! —Pei Yunshu no dudó ni por un instante que Bai
Lige, con su personalidad poco convencional, podría haberle mostrado algo
inapropiado a Zhuyou. Si el dragó n del diluvio entendía lo que veía, no sería fácil
lidiar con él. Pei Yunshu enfatizó repetidamente: —Si Bai Lige te lo da, no mires.

Los ojos de Zhuyou parpadearon y ladeó la cabeza, con expresió n confundida. "¿Por
qué?"
“…” Pei Yunshu se esforzó por explicar, “Bueno… esto…”.

"¿Por qué no puedo verlo?", preguntó Zhuyou. "¿Qué hay dentro?"

Pei Yunshu guardó silencio y, tras un rato, decidió hablar. Se obligó a decir: «Solo son
unas pinturas aburridas».

Zhuyou presionó : "¿Qué tipo de pinturas?"

Pei Yunshu permaneció en silencio. Había decidido no hablar. Mantuvo la mirada fija
al frente y aceleró disimuladamente la velocidad de la Espada Qingyue.

Sin embargo, Zouyu no lo dejó pasar. "La persona de esos cuadros ese día eres tú ,
¿verdad?"

La voz de Pei Yunshu se volvió fría, y su instinto asesino hacia el cultivador


demoníaco se intensificó . "Solo son pinturas en manos ajenas, nada más".

Zhuyou dijo: "Pero quiero recrear lo que hay en esas pinturas contigo".

La Espada Qing Yue se tambaleó repentinamente, y la afilada hoja dio varias vueltas
entre los picos. El viento silbante atravesó la barrera, y Pei Yunshu se irguió , pero su
corazó n latía con fuerza.

Estaban a punto de llegar al Pico Wuzhi. É l permaneció en silencio, pero las palabras
de Zhuyou resonaban en su mente una y otra vez.

Una oleada de impulso brotó dentro de él, y hasta pensó en decir: “Hagámoslo”.

Pero su mente racional estaba clara; este impulso era simplemente resultado de los
efectos del extrañ o polvo. Cuando la influencia del polvo se desvaneciera, como
antes, no debería sentir lo mismo por Zhuyou.

La forma en que se enfrentó a Hua Yue y Bai Lige sería la misma que la que
enfrentaría a Zhuyou. Con el tiempo, Zhuyou probablemente comprendería y
encontraría a alguien adecuado para él.
Con estos pensamientos, Pei Yunshu no pudo evitar sentir una sensació n de
melancolía.

¿É l y Zhuyou finalmente tomarían caminos separados?

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 45

Capítulo 45

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La Gran Competencia de Cultivo estaba programada para comenzar después del


amanecer. Los participantes eran jó venes talentos del mundo del cultivo, futuras
estrellas de diversas sectas, con gran expectativa de brillar. Pei Yunshu, junto con sus
hermanos mayores, excluyendo a Zhuyou, quien se había unido recientemente a su
secta, participarían naturalmente en la competencia.

Al llegar al Pico Wuzhi, los demás Hermanos Mayores ya los esperaban. El Maestro
Espiritual Daoísta Ling Qing los condujo al lugar de la competencia.

La Secta Shanshui había reservado una cima exclusivamente para la competencia. Era
una secta renombrada con grandes figuras en la cima, y con la presencia de figuras de
alto rango, los discípulos que esperaban abajo no se atrevieron a hacer ningú n
movimiento precipitado. Se mantuvieron erguidos, con rostros solemnes.

Pei Yunshu y sus hermanos mayores se encontraban entre los discípulos de la Secta
Shanshui. Zhuyou no estaba a la vista, y se sentía más indiferente que nunca.

Vestido de blanco, emanaba un aura gélida y distante, como una montañ a nevada.
Cuando el Tercer Hermano Mayor lo vio hoy, sintió que algo andaba mal. No pudo
evitar preguntar: «Hermano menor, ¿estás de mal humor?».

Pei Yunshu había sido amable y amigable mientras estaba borracho hace unos días,
pero hoy, parecía tan frío como una espada desenvainada.
El tercer hermano mayor fijó su mirada en el rostro de Pei Yunshu, pero Pei Yunshu
permaneció inexpresivo y su voz fue fría mientras respondía: "El hermano menor
está bien".

El Tercer Hermano Mayor se quedó ató nito y dejó de abanicarse. Sintió que algo no
le cuadraba a Pei Yunshu. Se acercó un paso y susurró : «Hermano menor Yunshu, si
no te sientes bien, habla con el Hermano Mayor. Si quieres ahogar tus penas en
alcohol, el Hermano Mayor tiene mucho vino».

Finalmente, Pei Yunshu lo miró , pero antes de que Yunman pudiera siquiera sonreír,
se encontró con los ojos negros e inexpresivos de Pei Yunshu. Pei Yunshu dijo:
«Tercer hermano mayor, estoy bien».

Yunman frunció el ceñ o, observándolo de pies a cabeza. No pudo evitar presentir que
algo andaba mal. Extendió la mano hacia la muñ eca de Pei Yunshu, intentando
tomarle el pulso, y preguntó : «Hermano menor, ¿te encuentras mal?».

Pei Yunshu esquivó rápidamente su toque y alzó la vista. Observó a sus hermanos
mayores.

—Estoy bien —respondió Pei Yunshu—. Es solo que hace unos días, el Gran Maestro
le quitó el hilo emocional al Hermano Menor.

El Hermano Mayor, que había permanecido en silencio, apretó de repente el puñ o,


con las pupilas contrayéndose. No pudo evitar dar un paso al frente, con la voz tensa:
"¿Qué dijiste...?"

La mirada de Pei Yunshu recorrió la mano temblorosa del Hermano Mayor. Como si
su cordura emocional se hubiera roto, no sintió alegría ni tristeza. Bajó la mirada; la
calidez de la primavera de mayo se transformó en el frío de febrero. «Hermano
Menor, ha perdido su cordura emocional».

El Tercer Hermano Mayor apretó los dientes y sintió el sabor a sangre en la boca. En
ese momento, ni siquiera pudo sonreír. Su rostro se tensó y sintió como si un gran
agujero le atravesara el pecho, con el viento aullante recorriéndole todo el cuerpo.
"Hermano menor, por favor, no bromees con tus hermanos mayores".
Perder su cuerda emocional significaba la ausencia de las siete emociones y los seis
deseos. ¿Por qué su Gran Maestro le arrebataría su cuerda emocional?

Esta broma no tenía ninguna gracia y le provocó escalofríos en la espalda.

Después de pronunciar estas palabras, el Tercer Hermano Mayor vio los


desapasionados ojos negros de Pei Yunshu y le dirigió una mirada débil.

Su Gran Maestro practicaba el Dao Desolado, pero ni siquiera los practicantes del
Dao Desolado eliminaron sus propias raíces emocionales. ¿Por qué su Gran Maestro
eliminaría las raíces emocionales del Cuarto Hermano Menor?

Yunman se giró rápidamente para mirar a Yuncheng, con los ojos abiertos. "Segundo
Hermano Mayor, ¿hay alguna manera de restaurar las cuerdas emocionales...?"

"Ya no puedo más", respondió Yuncheng con el rostro impasible. Tenía las manos a la
espalda y parecía completamente tranquilo. Sin embargo, su mirada era profunda e
intensa, como una tormenta a punto de azotar. "Cuarto Hermano Menor, ¿de verdad
ya no sientes nada por tus hermanos mayores...?"

Pei Yunshu permaneció en silencio por un momento, luego asintió lentamente.

Cuando los recuerdos faltaban, el cuerpo aú n recordaba muchas cosas por él. Al ver a
su Hermano Mayor, sintió miedo, y al ver a su Gran Maestro, sintió tristeza.

No sabía qué había olvidado, pero las palabras que había pronunciado su Gran
Maestro, los recuerdos que había olvidado, debieron haber sido terriblemente
dolorosos.

Cuando estaba borracho, le rogó a su hermano mayor que no le rompiera las piernas.
Al mirarse a sí mismo en ese momento, Pei Yunshu lo encontró extrañ o y absurdo.

¿Qué tipo de experiencias tuvo que atravesar para llegar a ser así?

Ciertamente no pudo haber sido nada bueno.

Aunque el Gran Maestro temía que esto afectara su corazó n Dao, su Maestro también
le había dicho una vez con frialdad: "Yunshu, tu corazó n Dao es inestable".
Resultaba bastante iró nico que su maestro expresara estas preocupaciones por
Yunwang, su hermano menor. Su hermano menor se convirtió en Gran Maestro, pero
a este le preocupaba que su corazó n dao fuera inestable.

¿Qué podría quebrantar más su determinació n que las frías palabras de su amo?

Los tres hermanos mayores miraron fijamente a Pei Yunshu, con expresiones tensas,
como si las palabras que pronunciaba fueran similares a encantamientos de vida o
muerte.

En cuanto a Pei Yunshu, sintió como si estuviera cayendo a un abismo.

Todo su cuerpo estaba frío y se quedó sin aliento.

Yuncheng, con las manos detrás de la espalda, tenía sangre saliendo de su palma.

Los ojos rojos de sus sueñ os lo habían perseguido durante muchos días. Ese día, el
Hermano Menor aú n podía llorar con los ojos rojos cuando estaba borracho. Sin
embargo, tan solo unos días después, había perdido la sensibilidad emocional.

Empujó a Yunman, que estaba frente a él, a un lado. Ni siquiera prestó atenció n a
Yunjing, quien estaba estupefacto cerca, y caminó directamente hacia Pei Yunshu.

Los demás discípulos de las diferentes cumbres a su alrededor también percibieron


que algo andaba mal y se giraron para mirarlos. Alguien alzó la voz y preguntó :
«Hermano menor, ¿sucede algo?».

Yuncheng los ignoró .

Mientras se acercaba a Pei Yunshu, Pei Yunshu lo miró levemente.

Esta mirada era extremadamente sencilla, como si Yuncheng fuera solo una persona
comú n dentro de la secta.

Era incluso menos que la forma en que su hermano menor lo había mirado cuando
mató a ese zorro ese día.
Yuncheng se levantó un mechó n de cabello junto a la oreja y lo acarició con la
comisura de los labios, sonriendo. "Hermano menor, aunque el hermano mayor haga
esto, ¿de verdad no sientes nada en el corazó n?"

Una gota de sangre de su palma recorrió el rostro del Cuarto Hermano Menor,
dejando una marca carmesí.

Pei Yunshu simplemente lo miró fijamente, sin decir una palabra.

Los hermanos mayores de otras cumbres ya se acercaban con el ceñ o fruncido.


Susurraron en voz baja: "¡Yuncheng!".

La mirada de Yuncheng se profundizó aú n más, y su aspecto se tornó profundamente


misterioso. Como si no hubiera oído las voces de quienes lo reprendían, se envolvió a
sí mismo y a Pei Yunshu en una barrera. En medio de la mirada pú blica, pareció
aturdido por un instante, bajó la cabeza y se acercó .

Pero antes de que sus labios pudieran tocar los labios de su hermano menor, se quedó
paralizado en su lugar.

Yuncheng bajó la cabeza, la espada Qinyue estaba envainada y presionó fríamente


contra su pecho.

Al instante siguiente, sus Hermanos Mayores rompieron su barrera con un esfuerzo


conjunto. Apartaron a Yuncheng y usaron hojas para protegerlos de las miradas
curiosas de los discípulos de otras sectas.

Yuncheng fue llevado en silencio, sus ojos negros fijos en Pei Yunshu, negándose a
apartar la mirada.

Sin embargo, la expresió n del Hermano Menor permaneció inalterada. Ni siquiera


miró a Yuncheng. Tras limpiarse la sangre del rostro con un pañ uelo, apartó la
mirada con calma.

—Yuncheng, ¿te has vuelto loco? —gritó con severidad un Hermano Mayor bajo el
mando del líder de la secta—. ¿Qué intentas hacerle a Yunshu durante el Gran Evento
de Cultivo?
“¡Ese es tu hermano menor!”

¿Qué estás intentando hacer?

Lo que intentaba hacer era despertar sus emociones. Incluso ese día, cuando el
Hermano Menor rompió la placa de madera de la secta y decidió abandonarla, seguía
siendo mejor que su estado actual.

Yuncheng soltó una risita lenta y leve. Estaba a punto de hablar cuando un destello
de luz blanca atravesó el cielo. Su Gran Maestro, insensible y desinteresado, vestido
con tú nicas blancas, descendió a la plataforma.

La risa de Yuncheng se detuvo y una sombra cayó sobre su rostro mientras miraba
hacia su Gran Maestro.

Los líderes y ancianos de diversas sectas en la plataforma se pusieron de pie


rápidamente y saludaron al Venerable Wuwang. Este asintió levemente en respuesta.
Sentado en el centro, observó a los jó venes talentos de diversas sectas que se
encontraban abajo y pronto divisó a Pei Yunshu entre la multitud.

Pei Yunshu parecía etéreo, con un semblante gélido. No había sonrisa en su rostro, y
sus ojos no revelaban alegría ni ira.

Muchos discípulos lo observaban con interés, esperando su reacció n, pero Pei Yunshu
parecía completamente ajeno a la llegada del Venerable Wuwang. Ni siquiera levantó
la cabeza para mirarlo.

Las largas pestañ as del venerable Wuwang temblaron levemente mientras bajaba la
mirada.

Después de un momento, no pudo resistirse a mirar nuevamente en direcció n a Pei


Yunshu.

Aunque las expresiones de sus hermanos mayores cambiaron drásticamente, Pei


Yunshu permaneció impasible. Permaneció inmó vil, cerró los ojos y dejó que su
energía espiritual circulara por todo su cuerpo.
Fue como si realmente se hubiera convertido en la imagen que el Venerable Wuwang
tenía en mente.

El venerable Wuwang lo observó durante un largo rato y luego, como si recordara


algo, se giró para mirar detrás del maestro espiritual taoísta Ling Qing.

El recién aceptado Hermano Menor estaba de pie detrás del Maestro Espiritual
Daoísta Ling Qing. Tenía una figura esbelta y un rostro atractivo, con una expresió n
serena mientras miraba hacia abajo.

La imagen de Pei Yunshu, sonrojado, con sus brazos alrededor de su cuello,


enterrando su rostro en su pecho y gritando “Hermano Menor” suavemente, apareció
en la mente del Venerable Wuwang.

Los dedos del Venerable Wuwang temblaron.

No pudo evitar imaginar involuntariamente có mo sería si la persona en el abrazo de


Pei Yunshu fuera él, acurrucado en sus brazos, su risa llevando el aroma del vino, él
gritando: "Hermanito menor".

Su rostro se sonrojó y sus rasgos se relajaron.

Sería realmente lo más hermoso.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 46

Capítulo 46

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Cerrando sus cinco sentidos y calmando su mente, Pei Yunshu escuchó en silencio
mientras la voz del líder de la secta Lingye resonaba por todo el pico, sin mirar a las
personas que lo rodeaban.

Al principio pensó que sería un desafío, pero ahora que lo estaba haciendo, se dio
cuenta de que era más sencillo de lo que había imaginado.

No hacían falta palabras ni acercarse a los demás. Pei Yunshu incluso encontraba
cierto consuelo en ese estado.

Tras apartar a Yuncheng y asegurarse de que los demás Hermanos Menores lo


vigilaran, el Hermano Mayor del Líder de Secta se acercó a Pei Yunshu. Lo miró con
ojos brillantes y claros, disculpándose: «Yunshu, después del Gran Evento de Cultivo,
hablaré en tu nombre».

El Gran Evento de Cultivo duraría siete días, y durante estos siete días, lidiar con la
situació n de Yuncheng sería todo un desafío.

Pei Yunshu asintió en respuesta y dijo: "Está bien".

Tras el Gran Evento de Cultivo, el Hermano Mayor del Líder de Secta ya no tendría
que hablar en su nombre. Ya había acordado con Bai Lige y los demás que partirían el
séptimo día de la competencia, cuando todos estuvieran ocupados.
El Gran Maestro no quería que recordara la escena en la que aplastó la placa de
madera de la secta, ni que la abandonara. Eso implicaba ser extremadamente
cuidadoso y no revelar nada extrañ o antes de su partida.

El Hermano Mayor, Líder de Secta, respiró aliviado al verlo asentir. Miró a Yuncheng
y a sus compañ eros discípulos, que lo rodeaban, con la mirada fija en Yunxhu. En esos
ojos oscuros, las emociones se arremolinaban como una tempestad, lo que
dificultaba discernir.

Frunció el ceñ o, se volvió hacia Pei Yunshu y le dijo: «Hermano menor, ¿qué tal si te
quedas a mi lado los pró ximos días? Si alguien se atreve a acosarte de nuevo, déjame
encargarme».

Hizo un movimiento para llevarse a Pei Yunshu con él, pero Yunjing de repente
habló : "Líder de secta, hermano mayor, ¿no estás olvidando que todavía estoy aquí?"

Yunjing siempre había actuado con serenidad y responsabilidad. Su Hermano Mayor,


el Líder de Secta, rió con ganas y dijo: «Si no hubieras hablado, me habría olvidado de
ti. Cuando Yuncheng se puso furioso, ¿por qué no intentaste detenerlo?».

El Hermano Mayor bajó la mirada y, tras un rato, forzó una sonrisa amarga. «El
Hermano Menor estaba ató nito, y no se dio cuenta de lo que estaba sucediendo hasta
que se llevaron a Yuncheng».

El líder de su secta, el hermano mayor, reflexionó un momento y luego se volvió


hacia Pei Yunshu. "Dejemos que el hermano menor Yunshu tome la decisió n. Llevo
bastante tiempo fuera de la secta, así que puede que el hermano menor Yunshu no me
conozca. Estar conmigo podría incomodarlo. Si el hermano menor Yunshu quiere
quedarse, Yunjing podrá prestarle más atenció n. Si el hermano menor quiere estar
conmigo, puedo compartir algunas anécdotas interesantes de mi ausencia. El
hermano menor debería estar planeando dejar la secta para cultivar pronto, ¿no?"

Antes de que Pei Yunshu pudiera responder, la voz de Yunjing se tornó seria de
repente. "Debería quedarse conmigo".

El hermano mayor líder de la secta quedó desconcertado.


Una repentina resistencia surgió de lo más profundo del corazó n de Pei Yunshu.
Antes se había mostrado distante, como si realmente no le importara. Pero en ese
momento, una inexplicable sensació n de asco lo invadió . Ni siquiera había tomado
una decisió n, pero parecía que otros ya estaban decidiendo por él.

Su Espada Qingyue tembló levemente en su mano, recordándole que no se alterara.


Pei Yunshu reprimió sus emociones y respondió : «Ya que el Hermano Mayor Líder de
Secta lo ha dicho, estaré contigo».

La mano de Yunjing tembló violentamente.

Los recuerdos del Hermano Menor habían sido sellados, pero solo en lo referente a su
intenció n de abandonar la secta. ¿Qué hay de los más de veinte añ os de recuerdos que
había acumulado durante ese tiempo? Tras la eliminació n del hilo emocional, ¿acaso
el Hermano Menor ni siquiera confiaba en su Hermano Mayor?

Su mente era un torbellino y le palpitaban las sienes. Las venas del dorso de su mano
apretada se hinchaban terriblemente.

—Hermano menor —pensó que su voz debería ser firme y segura en ese momento,
pero solo después de pronunciarla se dio cuenta de que su tono era lastimero, como
el de un mendigo—. Hermano menor, quédate al lado de tu hermano mayor.

Al oír esto, Pei Yunshu finalmente se giró para mirarlo.

El Hermano Mayor, Líder de Secta, también se giró para mirar y, horrorizado,


exclamó : «Yunjing, tú ...».

Los ojos de Yunjing estaban inyectados en sangre, y parecía no haber oído la


exclamació n. Su mirada permaneció fija en Pei Yunshu, con expresió n suplicante.

¡Parecía que estaba exhibiendo sutilmente signos de caer en un estado demoníaco!

El rostro del Hermano Mayor, Líder de Secta, palideció . No le importaba que otras
sectas lo notaran; agarró a Yunjing e intentó levantarlo sobre la espada, con la
intenció n de llevarlo a la plataforma alta para encontrar a su maestro. Sin embargo,
Yunjing se zafó de su mano y miró obstinadamente a Pei Yunshu. «Hermano Menor».
Los discípulos de la Secta Shanshui habían oído hablar desde hacía tiempo de la
terquedad de Yunjing en el Pico Infinito. El dicho en broma entre ellos era que era
como un buey, que no daba marcha atrás hasta chocar contra un muro.

El líder de la secta, el hermano mayor, y todos los demás se giraron para mirarlo, y el
hermano mayor se horrorizó . "Yunjing, tú ..."

Los ojos negros de Yunjing estaban inyectados en sangre. Parecía ajeno a la


exclamació n; sus ojos estaban fijos en Pei Yunshu, llenos de una mirada suplicante.

¡Parecía como si estuviera entrando en un estado demoníaco!

El rostro del Hermano Mayor palideció . Sin importarle si otras sectas lo notarían,
agarró a Yunjing y montó su espada, con la intenció n de correr a la plataforma alta
para encontrar a su Gran Maestro. Sin embargo, Yunjing se soltó , mirando fijamente a
Pei Yunshu. «Hermano Menor».

El Hermano Mayor y los Hermanos Menores de la Secta Shanshui conocían desde


hacía tiempo la obstinació n de Yunjing. A menudo bromeaban diciendo que era como
un buey: terco hasta que se topaba con un muro.

Siempre habían creído que ese tipo de disposició n le permitiría lograr grandes cosas
en el cultivo debido a su determinació n inquebrantable y su talento excepcional.

Sin embargo, el Hermano Mayor, Líder de Secta, estaba profundamente alarmado.


Comprendió que cuanto más terco era uno, más fácil era cultivar apegos.

Pei Yunshu también quedó desconcertado. Sin dudarlo, se subió a la espada voladora
del Hermano Mayor y dijo: «Hermano Mayor, vámonos».

En el momento en que Pei Yunshu abordó la espada, Yunjing sonrió y sus ojos
inyectados en sangre se desvanecieron como una marea, recuperando una expresió n
serena. En un instante, todos los signos del estado demoníaco se desvanecieron.

El hermano menor todavía estaba preocupado por él.


Parecía normal ahora, como cualquier otro día. Sin embargo, la expresió n del
Hermano Mayor, Líder de la Secta, se tornó más seria, y su espada voladora se dirigió
velozmente hacia la plataforma elevada.

El Tercer Hermano Mayor permaneció en su lugar. Tras recobrar el sentido, lanzó su


abanico plegable al aire, se subió a él y siguió a los demás.

Al ver a su Discípulo Mayor liderando al grupo de Hermanos Menores, el Líder de


Secta Lingye, quien se encontraba en la plataforma alta, frunció el ceñ o y presentía
que algo andaba mal. Cuando el grupo llegó , preguntó : "¿Qué ha pasado?".

El líder de la secta, el hermano mayor, dio un paso adelante y le habló en voz baja a
su maestro, con el rostro serio.

Usó magia de insonorizació n, por lo que Pei Yunshu no pudo oír lo que decía, pero
comprendió la esencia. Se unió a su hermano mayor y al tercer hermano mayor
detrás del maestro espiritual daoísta Ling Qing, haciendo una reverencia respetuosa
ante su gran maestro y otras figuras importantes.

Dado que su Gran Maestro estaba justo frente a él, Pei Yunshu estaba completamente
concentrado en fingir que sus emociones se habían disipado. Sostuvo la mirada de
Zhuyou, pero mantuvo una expresió n neutral.

Su mirada era tranquila y sin emociones, dirigida al suelo.

Su intuició n le decía que no debía ser descubierto por el Gran Maestro.

Si lo descubrieran, no sabía qué haría el Gran Maestro.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing también frunció el ceñ o. Miró a Yunjing y
preguntó : "¿Qué ha pasado?".

Yunjing tenía una mirada de vergü enza en su rostro y, mientras el Tercer Hermano
Mayor daba un paso adelante, le susurró al Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing: "El
hermano mayor acaba de... exhibir signos de posesió n demoníaca".

La expresió n del maestro espiritual taoísta Ling Qing se congeló .


No muy lejos, el rostro del líder de la secta Lingye también se oscureció .

Lo que decían no podía escapar a los oídos del Venerable Wuwang.

La expresió n del Venerable Wuwang se volvió más fría, y Pei Yunshu sintió una fuerza
suave que lo rodeaba, empujándolo detrás del Venerable Wuwang.

Después de asegurar a Pei Yunshu detrás de él, el Venerable Wuwang se giró y


preguntó : "¿Estás bien?"

Mientras los otros discípulos acababan de experimentar la posesió n demoníaca, él


preguntó si Pei Yunshu estaba bien.

El Tercer Hermano Mayor se burló con frialdad. El Gran Maestro había entrado en el
«Dao de la Crueldad», pero temía que hubiera algo más que inmundicia en su
corazó n.

¿Por qué solo le habían arrebatado el hilo emocional a Pei Yunshu? ¿Y por qué el
Gran Maestro se preocupaba tanto por él? ¿Será que, por seguir el Dao de la Crueldad,
no pudo ganarse el afecto de Pei Yunshu, y por eso quería impedir que otros lo
hicieran también?

La malevolencia crecía en su corazó n, aun sabiendo que este era su Gran Maestro.
Pero en ese momento, no pudo contener esos pensamientos maliciosos.

Protegió a su hermano menor y, como hombres, un simple acto reveló su intenció n


posesiva hacia su hermano menor, lo cual era bastante molesto.

Pei Yunshu negó con la cabeza con calma cuando le preguntaron si estaba bien.

El Venerable Wuwang, con expresió n contenida, desvió la mirada. Con un gesto de la


manga, se encontraron repentinamente en otra dimensió n.

Aunque todavía estaban en la plataforma de observació n, el aire circundante se


onduló como agua, aislando al líder de la secta Lingye junto con el maestro espiritual
taoísta Ling Qing y sus discípulos.
El rostro del maestro espiritual daoísta Ling Qing se ensombreció . "¡Yunjing, qué
pasa!"

En este mundo silencioso, nadie del exterior podía espiar ni oír sus voces. Reinaba un
silencio absoluto. Las palabras del maestro espiritual daoísta Ling Qing, llenas de ira
e incredulidad, eran clarísimas para todos.

Zhuyou, de pie junto a ellos, permaneció inexpresivo pero tenía sus ojos fijos en Pei
Yunshu.

Sin embargo, al cabo de un rato, apartó la mirada. Recordó la advertencia de Pei


Yunshu: no mirara fijamente, o su corazó n latiría demasiado rápido.

A Zhuyou no le interesaban estas personas. Estaba pensando en có mo conseguir el


polvo rojo.

También quería que Pei Yunshu viera có mo se le aceleraba el corazó n cuando


estaban juntos, pero no quería que pensara que era por el polvo. Eso lo molestaría
mucho.

Sin darse cuenta de los pensamientos de Zhuyou, Pei Yunshu mantuvo la cabeza
gacha y permaneció de pie en silencio detrás del Venerable Wuwang.

Yunjing escuchó la pregunta de su Maestro, inclinó la cabeza para mostrar respeto,


luego se volvió hacia el Venerable Wuwang y preguntó en un tono tranquilo y
respetuoso: "Gran maestro, ¿realmente eliminó todas las emociones de Pei Yunshu?"

El maestro espiritual taoísta Ling Qing quedó desconcertado.

Las largas pestañ as del venerable Wuwang revolotearon y dijo en voz baja: "Yo
personalmente le quité su hilo de emoció n".

La mitad de una serie de emociones.

Pero esta media cadena de emociones había cortado sus conexiones.

Quizás el fragmento restante de conexió n emocional fuera solo un sentimiento


compasivo sin relació n con el amor, similar al que uno sentiría por las plantas y los
árboles. Para Pei Yunshu, cualquiera, incluida Ling Qing, probablemente se
convertiría en un simple extrañ o.

Sin contar a este nuevo hermano menor, y mucho menos a él mismo.

Pei Yunshu ya no volvería a rodear con sus brazos el cuello de nadie, gritando
suavemente con el rostro sonrojado.

Una profunda sensació n de desolació n lo invadió . El Venerable Wuwang se tragó la


tristeza y cerró los ojos, recitando en silencio un mantra de la claridad del corazó n.

Su expresió n permaneció tan fría como la nieve, y sus palabras fueron igualmente
despiadadas.

"Yunshu se ha vuelto insensible." El Hermano Mayor sonrió con sorna. "Maestro, ¿por
qué le quitaste el hilo emocional al Hermano Menor?"

El rostro del Gran Maestro se enfrió aú n más. "Es para su cultivo".

El Hermano Mayor volvió a mirar a Pei Yunshu. Dijeran lo que dijeran, el Hermano
Menor no reaccionaba. Parecía que su expresió n no cambiaba, hicieran lo que dijeran.

Su hermoso rostro estaba congelado, como si estuviera cubierto de hielo y nieve.

—Hermano menor —gritó —. ¡Hermano menor Yunshu!

Pei Yunshu levantó la mirada para mirarlo.

"¿Es cierto", repitió la pregunta de Yuncheng, con la voz temblorosa y un rastro de


olor a sangre en la boca, "que ni siquiera sientes el más mínimo sentimiento por mí?"

Al escuchar estas palabras, la mente de Pei Yunshu apareció con una imagen.

Estaba en un pequeñ o patio, mirando a su hermano mayor volar sobre su espada.

—¡Hermano mayor! —exclamó con alegría, gritando a todo pulmó n—. ¡Hermano
mayor!
Su hermano mayor, que parecía un ser celestial en el cielo, lo miró y lo vio
claramente, pero su hermano mayor respondió : "¿Quién me llama?"

Apretó la mano en la manga. Sosteniendo la mirada de Yunjing, dijo con calma: «El
hermano menor estaba distraído. ¿Me llamabas hermano mayor?».

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 47

Capítulo 47

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El rostro del Hermano Mayor palideció un instante, pero enseguida volvió a su


estado original. Intentó forzar una sonrisa, pero carecía de calidez genuina.
"Hermano Menor, pero entiendo lo que quieres decir".

La sonrisa se desvaneció y Yunjing miró fijamente a Pei Yunshu. Luego, se volvió


hacia su Gran Maestro y dijo: «El Hermano Menor Yunshu posee un talento y una
belleza excepcionales, incluso entre los discípulos de nuestra secta. Pero me temo
que tal vez nunca volvamos a ver la sonrisa del Hermano Menor».

Su Gran Maestro permaneció distante.

—No es solo la sonrisa —dijo Yunjing—. Me temo que, en el corazó n del Hermano
Menor, tanto el Maestro como yo nos hemos convertido en extrañ os.

Finalmente, el Venerable Wuwang lo miró y, con un movimiento de su manga blanca,


envolvió a Yunjing y voló hacia la distancia.

—Su demonio interior ha despertado —dijo el Gran Maestro—. Lo he enviado al


Acantilado del Arrepentimiento. Lingye, encarga que alguien lo ayude a superar su
demonio interior.

El líder de la secta Lingye respondió con un solemne “sí”.

Los cultivadores eran los que más temían a los demonios internos. Yunjing poseía un
talento excepcional y era considerado uno de los más prometedores entre la
generació n más joven. La Secta Shanshui lo valoraba enormemente. Si no podían
ayudarlo a superar su demonio interno, su cultivo futuro sería increíblemente difícil.

¿Por qué surgió el demonio interior en primer lugar? El líder de la secta Lingye miró
a Pei Yunshu y suspiró para sus adentros.

Después de dar estas instrucciones, el Venerable Wuwang dijo: “Puedes retirarte”.

Luego, el hermano mayor líder de la secta llevó a Pei Yunshu y Yunman de regreso a
los niveles inferiores.

El venerable Wuwang no los miró .

En su mesa había un vaso de licor fino. El licor tenía un color hermoso y una
fragancia delicada.

Observó el alcohol en silencio durante un rato, luego cogió el vaso y lo agitó


suavemente.

El líquido en el interior se onduló y al instante siguiente apareció una escena dentro


del vaso.

El rostro de Pei Yunshu apareció en el espejo de agua. El cristal solo cabía una
persona, y solo lo reflejaba a él.

El venerable Wuwang agitó el vaso suavemente y los rasgos de Pei Yunshu se


agrandaron de repente.

Aquellos ojos, todavía claros, de pestañ as largas y densas, bajaron suavemente,


proyectando una sombra.

Las esquinas exteriores de los ojos, pálidas y oscuras, limpias y profundas.

Con otro movimiento del vaso, la imagen cambió , mostrando un par de labios suaves.

Ya sea que haya sido un truco de la imaginació n del Venerable Wuwang o no, esos
labios parecían haberse hinchado levemente, como si hubieran sido frotados
repetidamente con las yemas de los dedos, llenos y perfectamente formados.
El Venerable Wuwang bajó la mirada un buen rato y luego se llevó el vaso a los
labios. Sus labios rozaron ligeramente el alcohol y bebió un sorbo, vaciando el
contenido del vaso.

***

De repente, Pei Yunshu tuvo la sensació n de que lo estaban observando.

Miró a su alrededor, pero no encontró nada sospechoso. Usó su poder espiritual para
explorar los alrededores, pero no encontró nada.

Frunciendo el ceñ o, continuó estando alerta ante cualquier cambio que ocurriera a
su alrededor.

El evento ya había comenzado, con jó venes talentos participando en emocionantes


batallas en diversas plataformas. Pei Yunshu observaba atentamente y sentía que
había aprendido mucho observando sus técnicas.

Cuando él y Zhuyou regresaron juntos al Pico de los Tres Días esa noche, Pei Yunshu
seguía sumido en sus pensamientos, considerando las estrategias empleadas en las
batallas de sus hermanos mayores. Viendo su concentració n, Zhuyou no avanzó y
llegaron sanos y salvos a la mitad de la montañ a.

Hua Yue esperaba en el patio. Al verlos regresar, corrió a los pies de Pei Yunshu,
aferrándose a su esbelta pierna con las patas, y exclamó : "¡Belleza Yunshu, mi belleza
Yunshu!".

Pei Yunshu salió de sus pensamientos con un sobresalto y miró con asombro a Hua
Yue a sus pies. Emocionado, exclamó : «Hua Yue, ¿puedes hablar?».

Pei Yunshu estaba asombrado y encantado. "Hua Yue, ¿puedes hablar?"

Hua Yue meneó las colas con orgullo. "Después de todo, soy una belleza zorra. Las
bellezas siempre tienen buena suerte".

Los ojos de Pei Yunshu se iluminaron con una sonrisa. Se giró para mirar a Zhuyou y
se dio cuenta de que este estaba colocando una barrera, lo cual era un gesto
considerado de su parte.

Bai Lige salió de la casa con dos jarras de alcohol. Con un ligero toque, dos fogatas se
encendieron en el patio, y la mesa de piedra se llenó de exquisiteces terrenales.

La cálida luz amarilla proyectaba su resplandor sobre las plantas verdes. Aunque no
se oía el canto de los pájaros ni el trino de los insectos, se respiraba una sensació n
ú nica de bienestar en el aire.

Pei Yunshu se sentó con Hua Yue en sus brazos y dijo con una sonrisa: "¿Es esto una
celebració n porque Hua Yue ahora puede hablar?"

Bai Lige negó con la cabeza solemnemente. "Nos iremos en unos días. ¿Có mo
podemos perder el tiempo sin pensar antes de irnos? Hoy bajé a nuestro nieto zorro
de la montañ a, así que, como era de esperar, tuvimos que traer buen alcohol y
exquisiteces para disfrutar juntos".

Metió la mano en su tú nica, y Pei Yunshu notó su gesto, curioso. "¿Qué más trajiste?"

Hua Yue enterró su cabeza en el pecho de Pei Yunshu, luciendo avergonzada.

Bai Lige sacó dos álbumes de pinturas eró ticas y dijo con seriedad: «El otro día,
parecía que no me creías. Así que busqué específicamente dos álbumes de pinturas
eró ticas auténticas dibujadas por artistas al pie de la montañ a. Quiero que
compruebes por ti mismo si lo que dije era cierto o falso».

Pei Yunshu estaba tomando té y se atragantó al oír esto. Se dio la vuelta y Zhuyou le
dio una palmadita en la espalda; en sus ojos había un dejo de reproche.

Bai Lige estaba desconcertado. "¿Qué hice mal?"

Zhuyou frunció el ceñ o y dijo: "¿Por qué los sacaste mientras estaba tomando té?"

—Bien —Bai Lige guardó las pinturas eró ticas, comprendiendo la ló gica del sabio rey
demonio—. Esperemos hasta después de cenar, y Yunshu podrá llevárselas a su
habitació n para echarles un vistazo.
Pei Yunshu acababa de dejar de toser cuando le dieron un par de palillos. Antes de
que pudiera negarse, Zhuyou le dio un trozo de carne. Luego le siguió otro.

Los ojos de Zhuyou brillaron al observar a Pei Yunshu. Pei Yunshu se tragó el trozo
de carne y rápidamente apareció otro palillo.

“…No tienes que alimentarme”, dijo con un toque de impotencia, comiendo la comida
nuevamente.

Los palillos de Zhuyou, aú n con un trozo de carne en la mano, flotaban en el aire. Tras
escuchar las palabras de Pei Yunshu, bajó la mirada. "¿No te gusta?"

Al ver un atisbo de tristeza, Pei Yunshu se dio cuenta de que probablemente lo había
imaginado él mismo. Después de todo, el rostro de Zhuyou no mostraba ninguna
expresió n, pero solo pensarlo le ablandó el corazó n. Solo pudo abrir la boca y aceptar
otro trozo de carne.

Se compartieron dos jarras de alcohol entre los tres demonios y el humano, pero Pei
Yunshu no toleraba el alcohol, así que simplemente probó el líquido. La cálida luz del
fuego creó un ambiente acogedor, y no pudo evitar sonreír durante toda la comida.

Después de haberse saciado, Hua Yue ya se había quedado dormido en una jarra de
alcohol.

Bai Lige y Zhuyou competían en silencio bebiendo, sacando jarra tras jarra de sus
bolsas. Sus rostros permanecían inmó viles mientras bebían una taza tras otra.

Pei Yunshu levantó a Hua Yue y le limpió el alcohol y el aceite de la cara antes de
colocarla en la pequeñ a cama. Hua Yue abrió los ojos aturdida y, de repente, se aferró
al brazo de Pei Yunshu y gimió : «Belleza Yunshu, ¿de verdad te gusta el señ or
Zhuyou?».

Pei Yunshu quedó desconcertado.

Pero Hua Yue soltó su pata y cayó hacia atrás sobre la cama.

Pei Yunshu se quedó quieto por un largo tiempo antes de regresar a su habitació n.
Ya había preparado un charco de agua tibia. Su ropa y cabello estaban empapados de
olor a alcohol.

Sabía que estos sentimientos eran simplemente resultado de los efectos del polvo
rojo. Pei Yunshu nunca había sentido verdadera atracció n por nadie, ni por una
persona ni por un demonio. Sin querer, experimentó una fascinació n por Zhuyou
debido a las extrañ as circunstancias, pero cuando el polvo perdió su efecto, debería
volver a la normalidad.

Pei Yunshu se quitó la tú nica y se sumergió en el agua; el vapor se elevó y llenó la


habitació n con una niebla brumosa.

De repente, la puerta se abrió con un crujido y Pei Yunshu se giró para mirar.

“¿Quién es?” En medio de la niebla hú meda, una figura entró lentamente.

Una figura entró gradualmente en la habitació n entre la niebla hú meda. Se acercaba


cada vez más, y su cabello se humedeció con la humedad de la habitació n. Los
llamativos rasgos faciales de Zhuyou en su forma humana eran ahora claramente
visibles.

Pei Yunshu preguntó : "¿Có mo entraste?"

Al ver que era Zhuyou, se relajó un poco. Sin embargo, enseguida se dio cuenta de que
algo andaba mal. En ese momento, frente a Zhuyou, ya no sentía ese latido en el
corazó n.

Su pulso era firme, su respiració n tranquila y no había rastro de vergü enza. Parecía
que, frente a Zhuyou en ese momento, sentía lo mismo que con los demás.

¿El polvo había perdido su efecto?

De repente, Pei Yunshu sintió un poco de decepció n.

La mirada de Zhuyou permaneció fija en él, y Pei Yunshu no supo qué estaba
pensando. En esta forma, Zhuyou no mostraba su apariencia original. Solo sus
profundos ojos negros se deslizaban lentamente desde su rostro hasta su cuello.
Sintiéndose incó modo bajo su mirada, Pei Yunshu se hundió en el agua y, tras tocar la
superficie con la barbilla, le dijo en voz baja a Zhuyou: «Me estoy bañ ando ahora
mismo. Si tienes algo que decir, espera a que termine».

Su piel clara, su cabello negro flotando y el agua brumosa y cálida.

Bajo la niebla, las gotas de agua se deslizaban suavemente, cálidas y suaves, y su


rostro ahora tenía una calidez que no había conocido durante el día.

A pesar de su vigilancia, parecía radiante como una flor.

Zhuyou curvó una leve sonrisa y gritó suavemente: "Hermano mayor Yun Shu, ¿te
parece bien que tu hermano menor te lave la espalda?"

Pei Yunshu se quedó desconcertado por un momento. "¿Có mo me llamaste?"

Zhuyou arqueó una ceja y sus labios se abrieron ligeramente con una sonrisa
juguetona. "Hermano mayor Yun Shu".

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 48

Capítulo 48

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Las cejas de Pei Yunshu se fruncieron involuntariamente.

Zhuyou se acercó a él, y la niebla que rodeaba la piscina se mecía con sus
movimientos. Pei Yunshu estaba casi sumergido en el agua, pero al ver que Zhuyou se
acercaba, extendió la mano y creó una barrera alrededor de toda la piscina.

—No hace falta que hagas esto —dijo la espada Qingyue, bloqueando a Zhuyou—.
Deberías irte por ahora.

Ondas azules se extendieron por la barrera, y Zhuyou quedó bloqueado afuera.


Frunció sus elegantes cejas y dijo: «Hermano mayor Yunshu, el hermano menor solo
quería lavarte la espalda».

Extendió la yema de un dedo y tocó suavemente la barrera. Esta onduló como el agua
por un instante y luego se disipó en el aire.

Pero en el momento siguiente, la espada Qingyue saltó de su vaina y corrió hacia


Zhuyou.

Zhuyou, que estaba atrapado, lo esquivó ligeramente y estaba a punto de mirar hacia
la piscina, pero de repente, el agua se convirtió en cuatro paredes, atrapándolo en un
pequeñ o espacio.

Pei Yunshu se abrochó el cinturó n y miró fijamente a Zhuyou. Sostuvo la espada


Qingyue, que había volado hacia él, y se acercó a Zhuyou, quien estaba atrapado en su
interior.

Aunque estaba atrapado, la persona dentro no parecía tener prisa. Lo miró con avidez
con sus ojos negros, como si no lo hubiera visto en mucho tiempo y ansiara saciarse.

Con gotas de agua aú n adheridas a su cabello y la espalda empapada, Pei Yunshu no


se atrevió a bajar la guardia. Miró a Zhuyou, quien estaba atrapado, y preguntó :
"¿Hermano menor Yunjiao?".

Yunjiao miró las paredes de agua que lo rodeaban y suspiró . "Hermano mayor, ¿qué
significa esto?"

¿Estaba simplemente jugando con él o era otra persona completamente distinta?

La mirada de Pei Yunshu recorrió a Zhuyou y se dio cuenta de que sin la aprobació n
de su Gran Maestro, nadie podía entrar. Zhuyou, Bai Lige y Hua Yue fueron criados
por él personalmente, así que no debería haber problema. Pero si se trataba de otros,
sin la guía de la gente de la montañ a, no deberían poder entrar al Pico de los Tres
Días.

Pero si no fue Zhuyou, entonces ¿quién podría ser?

¿Bai Lige? ¿Gran Maestro?

Pero no parecía Bai Lige, y ciertamente no parecía su Gran Maestro.

Cuanto más miraba Pei Yunshu, más confundido se sentía. Guardó la espada Qingyue,
pero no bajó la guardia. "Es tarde en la noche. ¿Por qué viene mi hermano menor a
mi habitació n?"

Aú n le quedaban gotas de agua en el pelo, algunas absorbidas por la ropa, mientras


que otras caían al suelo. Zhuyou lo miró con una fugaz mirada en sus ojos, que se
disipó enseguida.

—Hermano mayor —dijo, y su tono de repente sonó algo triste—, lo primero que
hizo el hermano menor cuando despertó fue venir a buscarte.
Pei Yunshu frunció el ceñ o. Emergió de la niebla, con la espada apuntando al pecho
de la persona, y dijo con severidad: "¿Quién eres?".

La expresió n de Zhuyou permaneció inalterada y miró a Pei Yunshu con confusió n.


Sin embargo, su mirada ahora guardaba cierto parecido con la de Zhuyou.

Una cascada de agua rodeó a Zhuyou, y Pei Yunshu quedó desprevenido. Solo pudo
crear una barrera para detener el agua que le caía encima. El agua se derramó por
todo el suelo, y Zhuyou quedó de pie en medio del torrente, empapado de pies a
cabeza.

Zhuyou parecía imperturbable, con los ojos entornados. En un abrir y cerrar de ojos,
atrapó a Pei Yunshu contra la puerta de madera, intrincadamente tallada.

La puerta resonó con un golpe fuerte.

—Hermano mayor, hermano mayor… hermano mayor Yunshu.

Con la espalda contra la puerta de madera, no tenía necesidad de fingir. Pei Yunshu se
había vuelto completamente frío.

Uno a uno, lanzó hechizos contra la persona frente a él, quien insistía en llamarlo.
Esta persona recibió todos los golpes, pero carecía de las habilidades defensivas de
Zhuyou. Su cuerpo estaba cubierto de heridas, y solo la mano que agarraba la muñ eca
de Pei Yunshu exhibía una fuerza monstruosa.

Esta persona seguía llamando a Pei Yunshu, con una voz que pasaba de la calma al
dolor, para luego volver lentamente a la calma. Pei Yunshu recitaba en silencio
encantamientos de espada, y la espada Qingyue ya había empezado a flotar
lentamente tras él.

Un aliento cálido le roció el cuello y de repente esa persona habló : "Hermano mayor,
¿estás tratando de matarme?"

La velocidad de la espada Qingyue no disminuyó . La afilada hoja atravesó el cuerpo


del hombre, atravesándole el hombro. La mitad de la sangre carmesí salpicó a Pei
Yunshu.
El hombre emitió un gemido ahogado, alzó la mirada para encontrarse con la de Pei
Yunshu, y sus ojos brillaron con una infinidad de emociones. Finalmente, extendió la
lengua y lamió una gota de sangre que había salpicado el rostro de Pei Yunshu.

“Hermano mayor, la pró xima vez me despertaré más rápido y vendré a verte antes”.

Su tono sonaba agraviado. "Prométele a tu hermano menor que no te acercarás


demasiado a los demás, ¿de acuerdo?"

Pei Yunshu lo observó en silencio. La espada Qingyue estaba desenvainada, lista para
atacar de nuevo, pero la persona frente a él ya había desaparecido.

No había señ ales de fluctuaciones de energía espiritual alrededor, solo un desastre y


manchas de sangre en el suelo. Pei Yunshu agarró su espada y salió rápidamente de la
habitació n.

Afuera, Bai Lige y Zhuyou sostenían un libro cada uno, absortos en la lectura.
Parecían eruditos experimentados que habían estudiado durante cien añ os en el
mundo mortal.

Pei Yunshu se acercó rápidamente y, sin esperar a explicarle a Zhuyou, comenzó a


rasgarle la ropa.

Su hombro izquierdo quedó expuesto, sin signos de lesió n.

Zhuyou alzó la vista para observar a Pei Yunshu, luego bajó la vista hacia las pinturas
eró ticas que tenía en las manos, con los ojos brillantes. Se quitó el cinturó n y su
prenda cayó al suelo al instante. Estaba a punto de seguir desvistiéndose cuando Pei
Yunshu lo detuvo apresuradamente. "¡No hace falta que te desnudes!"

Só lo ahora Pei Yunshu se dio cuenta de que quitarle la ropa a alguien por la fuerza
era similar a las acciones de un mató n o un ladró n.

La ropa de Zhuyou le colgaba suelta, dejando un hombro medio al descubierto. Al oír


las palabras de Pei Yunshu, lo miró como si comprendiera a medias que lo habían
engañ ado, como a un joven inocente.
Pei Yunshu se sintió profundamente avergonzado, y Zhuyou le tomó la mano,
sentándolo en su regazo. Acarició suavemente su cabello, que se había secado
rápidamente.

"Qué fragante", dijo Zhuyou mientras olfateaba suavemente el cabello de Pei Yunshu.
Sus dedos recorrieron las manchas de sangre en el cuerpo de Pei Yunshu y recogieron
un poco de rojo. Lo olió con cuidado. "Fragante".

Pei Yunshu estaba a punto de bajarse, pero al oír esto, también se limpió un poco de
rojo y se inclinó para olerlo suavemente. Su expresió n se congeló de repente.
«Fragancia floral».

Bai Lige sintió curiosidad y se acercó . Estaba a punto de olfatearlo, pero Pei Yunshu
miró su hombro izquierdo. Bai Lige arqueó una ceja y preguntó : "¿Mi esposo también
está interesado en ver el cuerpo de Ge?".

Las orejas de Pei Yunshu se pusieron rojas. "No es lo que crees".

—No hace falta que me expliques, esposo —dijo Bai Lige con firmeza—. Si mi esposo
quiere ver, puedo acompañ arlo cuando quiera.

Tras decir eso, Bai Lige comenzó a desabrocharse la ropa. Antes de que Pei Yunshu
pudiera detenerlo, una mano le cubrió los ojos. Pei Yunshu sabía que Zhuyou se los
había protegido. No se atrevió a moverse, temiendo ver algo que no debía.

Después de un momento, Zhuyou lo soltó . "No hay heridos".

Pei Yunshu se sintió culpable y dijo: "No dudé de ustedes, muchachos".

Incluso si fueran ellos, Pei Yunshu solo habría pensado que estaban jugando con él.

Zhuyou le dio un suave beso en el rabillo del ojo, y su ropa seguía despeinada. Pei
Yunshu se levantó la ropa del hombro con cuidado, pero no pudo evitar el ligero beso
de Zhuyou.

Bai Lige se acercó y se llevó la ropa manchada de rojo a la nariz, oliéndola antes de
reír entre dientes. "¿Alguien machacó flores de durazno para hacer jugo y te lo
salpicó ?"

"Resulta ser aroma a flores de durazno", comprendió de repente Pei Yunshu. Levantó
la espada Qingyue y limpió las manchas de sangre con su pañ uelo. Al olerlo, notó que
efectivamente olía a flores de durazno. "Con razó n no pude oler sangre".

¿Podría ser que la persona de ahora fuera una ilusió n?

Pero el desorden en el suelo y el jugo de flor de durazno sobre él eran


innegablemente reales.

Mientras escuchaba lo que acababa de suceder, Zhuyou se llenó de un aura asesina


que inundó todo el patio. Marcas siniestras aparecieron en su rostro, desprendiendo
una presencia amenazante. "¿Alguien se hizo pasar por mí?"

—Qué raro —dijo Bai Lige frunciendo el ceñ o—. Zhuyou y yo estuvimos aquí todo el
tiempo y no vimos a nadie romper la barrera.

De repente, Zhuyou levantó a Pei Yunshu y, con un movimiento rápido, lo llevó al


dormitorio. Lo colocó en la cama y lo cubrió con una manta fina antes de bajar las
cortinas.

De guardia a su lado, Zhuyou dijo: "Duerme".

Zhuyou estaba de pie junto a la cama, y desde dentro, apenas se veía su silueta. Al
principio, Pei Yunshu se sentía despierto, pero ahora, la somnolencia lo invadía.

Con Zhuyou allí, se sentía increíblemente seguro. Pei Yunshu apenas había cerrado
los ojos cuando los volvió a abrir al cabo de un rato.

Después de pensarlo, finalmente levantó las cortinas de la cama y reveló su rostro


para mirar a Zhuyou afuera.

Se aclaró la garganta. "¿Quieres entrar a dormir?"

***

Una gasa blanca flotaba ligeramente.


Zhuyou abrazó a Pei Yunshu como si sostuviera un tesoro. El calor emanaba de los
puntos de contacto entre sus cuerpos, incomodando a Pei Yunshu. "Me haré a un
lado".

Antes de que pudiera moverse, la piel de Zhuyou se enfrió de repente y se aferró al


cuerpo de Pei Yunshu, sin soltarlo. "No está caliente".

“…” Pei Yunshu frunció los labios y susurró : “Está bien…”

Se sentía extremadamente incó modo. Cada vez que la otra persona se movía, se
sobresaltaba, temeroso de que algo pudiera pasar durante la noche.

Poco a poco, Pei Yunshu no pudo resistir la somnolencia. Su respiració n se estabilizó


y cayó en un sueñ o profundo.

Zhuyou lo observó y, de repente, recuperó su forma original, encogiéndose hasta


convertirse en un pequeñ o dragó n de inundació n. Su cabeza de dragó n de inundació n
reposó junto a la de Pei Yunshu, y lo observó un rato. Entonces, sus pupilas verticales
se cerraron lentamente.

***

Temprano a la mañ ana siguiente, Pei Yunshu se despertó con una cola fría, parecida a
una serpiente, envuelta a su alrededor.

Lo que tenía en sus brazos le resultaba increíblemente có modo. Bajó la vista y vio
una cola cubierta de escamas negras brillantes que sostenía en sus brazos. Pei
Yunshu levantó lentamente la cabeza y se encontró con un par de pupilas verticales
negras.

"¡!" La expresió n de Pei Yunshu cambió de repente. Saltó de la cama antes de que la
cola pudiera soltarlo. Sin embargo, esta se enroscó alrededor de su cintura, tirándolo
de vuelta a la cama.

Zhuyou recuperó lentamente su forma humana y se envolvió sobre el cuerpo de Pei


Yunshu. Su voz era perezosa. "¿Por qué huyes?"
Pei Yunshu se dio cuenta entonces de que era un dragó n de inundació n. Era la
verdadera forma de Zhuyou.

Sintiéndose más tranquilo, miró afuera y vio que ya era tarde. «Deberíamos
levantarnos».

Durante el Gran Evento de Cultivo, salvo el primer día, cuando se requería la


presencia de todos los discípulos, los días siguientes solo se requería que los
participantes llegaran puntualmente. Pei Yunshu había presenciado los encuentros
durante todo el día de ayer y aprendió mucho de ellos. Hoy también quería observar
có mo los discípulos de diferentes sectas derrotaban a sus oponentes.

Su nivel de cultivo no era bajo, y su nú cleo dorado era mucho más grande que el de la
mayoría. También albergaba un nú cleo demoníaco en su interior. Sin embargo,
carecía de experiencia en combate real. Si se enfrentara a alguien con el mismo nivel
de cultivo pero con mayor experiencia en combate, podría tener que depender de
agotar su poder espiritual para ganar.

Esta táctica podría dañ ar al enemigo pero también agotarlo.

Tras acicalarse junto a Zhuyou, Pei Yunshu salió de la habitació n. Sin embargo, se
quedó ató nito por un momento al ver algo.

En todo el patio, los árboles de durazno estaban en plena floració n y, con una suave
brisa, los suaves pétalos rosados bailaban con gracia en el cielo, su fragancia flotando
en todas direcciones, creando una atmó sfera encantadora.

En el transcurso de una noche, todas las flores del durazno habían florecido.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 49

Capítulo 49

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Pei Yunshu había estado viviendo allí durante bastante tiempo, pero nunca había
sabido de la abundancia de flores de durazno en el Pico de Tres Días.

El suelo estaba ligeramente cubierto de pétalos rosados, y todo el patio se llenó de la


fragancia de las flores de durazno. Sin embargo, a pesar de los numerosos durazneros
que habían florecido durante la noche, Pei Yunshu no percibió ningú n aura
demoníaca entre ellos.

Mientras se preparaba para partir, ocurrieron dos sucesos inesperados. Varias


personas tenían expresiones serias. Mientras Pei Yunshu se dirigía a ver la
competencia, Zhuyou no tenía intenció n de acompañ arlo. En cambio, él y Bai Lige
habían decidido investigar a fondo lo que sucedía en el Pico de los Tres Días.

Hua Yue aú n no había podido transformarse, y ninguno de los dos grandes demonios
estaba a su lado, por lo que Pei Yunshu trajo a Hua Yue con él.

Cuando llegaron al lugar señ alado, el pequeñ o zorro se emocionó .

—¡Bella Yunshu, mira hacia allá! —exclamó el zorro—. ¡Esa belleza tiene ojos
cautivadores y labios rosados! ¡Es justo el tipo de persona que los zorros adoran!

Y esa persona en el escenario con ropa morada es guapísima. ¿Quién hubiera pensado
que alguien usaría una tú nica como arma? ¡Qué atrevido!
Siempre abundaban jó venes talentosos y atractivos de diversas sectas. El pequeñ o
zorro hacía mucho que no veía tanta gente, y sus ojos no dejaban de mirar a su
alrededor.

Pei Yunshu lo llevó al área debajo de la arena. El hombre de pú rpura ya había


derrotado a su oponente en el escenario con facilidad.

“Belleza, ¿sabes a qué secta pertenece esta persona?”

Pei Yunshu negó con la cabeza: "No tengo idea".

Un daoísta algo rechoncho que estaba cerca se giró , rió entre dientes y sacó un libro
del tamañ o de la palma de su tú nica. Dijo con entusiasmo: «Amigo, este libro
contiene informació n sobre los participantes de varias sectas en la competició n. Por
solo cinco piedras espirituales de grado medio, puedes aprender todo lo que quieras
saber».

El daoísta regordete hablaba sin parar, señ alando al hombre de pú rpura en el


escenario y diciendo: «Esta persona aparece en la página 108 del libro. Es el hijo del
líder de la secta Xuan Yi, y su fuerza y temperamento son igualmente formidables.
Aunque aparece en la página 108, nuestro joven maestro de palacio dijo que es muy
probable que entre los diez mejores de la competencia».

Mientras hablaba, pasó a la página 108 del librito. Sorprendentemente, el libro


también incluía ilustraciones. Sin embargo, las ilustraciones eran bastante
rudimentarias, y el apuesto hombre de pú rpura en el escenario aparecía como un
hombre feo de ojos pequeñ os y boca grande.

El pequeñ o zorro mostró desinterés, pero Pei Yunshu no pudo resistir el entusiasmo
del daoísta. Sacó cinco piedras espirituales de grado medio de su manga y compró el
libro.

El regordete daoísta sonrió ampliamente y le entregó el libro a Pei Yunshu. Pei


Yunshu lo abrió y la primera página mostraba la ilustració n de un apuesto hombre
vestido de rojo. La obra de arte era exquisita, con intrincados patrones en la ropa, en
marcado contraste con el estilo tosco de los demás dibujos.
Pei Yunshu hojeó rápidamente el libro. Salvo la primera página, todas las demás
ilustraciones parecían dibujadas por un niñ o de tres añ os. Distorsionaban los rasgos
faciales, dándoles a todos un aspecto grotesco.

Regresó a la primera página y la comparó con los dibujos posteriores. El hombre de


la primera ilustració n, que ya tenía un 8 sobre 10 en cuanto a atractivo, parecía un 10
perfecto comparado con los demás. Pei Yunshu bajó la cabeza para leer el texto
debajo de la ilustració n, que decía: «Wu Jiu, Joven Maestro del Palacio Yuan Ling, es
casi seguro que ganará la competencia de cultivo de este añ o».

El daoísta regordete se inclinó para echar un vistazo y dijo con deleite: "Ese es
nuestro Joven Maestro de Palacio".

“¿Tu Joven Maestro de Palacio creó este libro?”

El regordete daoísta asintió con orgullo: "Por supuesto, solo nuestro Joven Maestro
de Palacio podría idear una forma tan inteligente de ganar dinero".

Al escribir el libro, venderlo y afirmar con confianza que su Joven Maestro de Palacio
superaría a la competencia, Pei Yunshu quedó genuinamente impresionado por la
audacia de esta persona.

Pasó a la página siguiente y vio una imagen seguida de una descripció n. Señ aló el
dibujo en el libro y preguntó : "¿También hiciste este dibujo?".

El daoísta regordete lo miró y dijo: «Oh, ese es Pei Yunshu de la Secta Shanshui.
Hicimos este dibujo. Supimos que alcanzó la etapa del Nú cleo Dorado hace poco. No
hay que subestimar a los discípulos de la Secta Shanshui. Nuestro Joven Maestro de
Palacio dijo que, como esta persona nunca ha tenido contacto con el reino mortal, si
echa suertes con él, planea transformarse en una hermosa mujer para distraer a su
oponente y derrotarlo de un solo golpe».

Pei Yunshu se quedó en silencio.

El regordete daoísta continuó hablando con entusiasmo, enumerando uno tras otro
los métodos "ingeniosos y de primera categoría" de su Joven Maestro de Palacio. Tras
hablar largo y tendido, finalmente se detuvo, con la boca seca. Miró a Pei Yunshu con
gratitud. "Amigo, eres la primera persona que conozco en la competencia de
cultivació n dispuesta a escucharme hablar tanto. ¿Puedo preguntar tu nombre? Me
gustaría invitarte a frutas espirituales".

Pei Yunshu recordó el retrato de sí mismo en el libro.

Su expresió n se congeló por un momento y dijo lentamente: "Soy Pei Yunshu, un


discípulo de la secta Shanshui".

El taoísta regordete: “…”

***

Después de que Pei Yunshu reveló su nombre, el regordete daoísta se alejó con una
sonrisa avergonzada.

Pei Yunshu y Hua Yue vieron los partidos toda la mañ ana y, al mediodía, Pei Yunshu
llevó a Hua Yue a echar suertes para elegir a los oponentes del día siguiente.

Había una larga fila en la cabina del sorteo, y Pei Yunshu terminó al fondo. Sostuvo a
Hua Yue, sin aburrirse en absoluto, pero tuvo que mantener un rostro inexpresivo, lo
que lo hacía parecer algo inaccesible.

—Hermosa Yunshu —Hua Yue hojeó el pequeñ o libro con sus patas mientras le
transmitía sus pensamientos a Pei Yunshu—. He notado que cuanto más guapa es una
persona, más probable es que el Joven Maestro de Palacio la dibuje fea. Al igual que
tú , tu dibujo es aú n más feo que el de esa hermosa persona de pú rpura.

Hua Yue estaba indignada: "Esta persona es realmente malvada. Es el ú nico guapo. Si
alguien que no los haya visto a todos se lo cree, ¡pensaría que solo hay un cultivador
guapo llamado Wu Jiu en todo el mundo de la cultivació n!"

A Pei Yunshu le pareció divertido y no se lo tomó a pecho. «Probablemente solo sea


una broma».

Hua Yue hojeó las páginas del libro, pero sus patas resbalaron y el librito cayó ,
aterrizando sobre las botas moradas de la persona que estaba detrás de ellos en la
cola.

La persona detrás de ellos miró el libro, se inclinó para recogerlo y cuando lo hizo, se
quedó congelado mientras leía el contenido.

Pei Yunshu se giró para agradecerle y estaba a punto de hablar, pero al ver su rostro,
también se quedó ató nito. ¿No era este el hijo del líder de la secta Xuan Yi, quien
acababa de luchar contra alguien?

Esta persona vestía de pú rpura y tenía una apariencia llamativa. Apartó la mirada del
pequeñ o libro y la dirigió a Pei Yunshu. "¿De dó nde salió este libro?"

Pei Yunshu respondió con sinceridad: "Se lo compré a un compañ ero cultivador".

“¿Cuánto gastaste?” preguntó la persona.

“Cinco piedras espirituales de grado medio”.

"Me lo llevo", dijo la persona sacando una bolsa de piedras espirituales. "Hay treinta
piedras espirituales de grado medio. ¿Me las vendes?"

“Si lo quieres, es tuyo”, dijo Pei Yunshu. “Ya terminé de leer lo que hay dentro, así que
no necesitas darme piedras espirituales para ello”.

La persona miró a Pei Yunshu con sorpresa, sin esperar que la persona
aparentemente distante fuera tan fácil de tratar. Tras examinarlo detenidamente de
arriba abajo, sonrió y levantó la barbilla: «Soy Bian Rong, de la secta Xuan Yi.
Compañ ero daoísta, ¿le gustaría conocernos?».

Pei Yunshu intercambió nombres con él. Tras oír su nombre, Bian Rong hojeó el
librito y encontró el retrato de Pei Yunshu. Al ver el contenido, su enfado inicial se
transformó en una sonrisa. «Tú también te ves muy feo. No soy el ú nico».

Pei Yunshu quiso sonreír, pero esta vez la reprimió . Solo pudo asentir suavemente.

Los dos conversaron brevemente, y cuando le tocó el turno a Pei Yunshu para echar
suertes, no dijo gran cosa. Sin embargo, Hua Yue y Bian Rong ya habían empezado a
criticar conjuntamente al Joven Maestro del Palacio Yuan Ling, Wu Jiu.
El discípulo encargado de sacar suertes era de la Secta Shanshui, y al ver a Pei
Yunshu, sonrió y dijo: «Hermano menor, saca una buena suerte. Justo ahora, el
hermano mayor Yuncheng me preguntó si ya habías sacado suertes. Solo ha pasado
media hora. Si sacas una buena suerte, el hermano mayor Yuncheng y los demás no
tendrán que preocuparse».

Pei Yunshu frunció el ceñ o levemente y respondió con un "mm" bajo antes de dibujar
un fino palo de madera. Había pequeñ os caracteres escritos en el palo, y cuando Pei
Yunshu los observó , vio las palabras "Palacio Yuan Ling, Wu Jiu" escritas en la parte
superior.

Al instante recordó las palabras del regordete daoísta.

¿Este joven maestro de palacio estaba planeando transformarse en una cultivadora


femenina y usar la técnica seductora en él?

***

Por la tarde, cuando Pei Yunshu y Hua Yue regresaron, Zhuyou y Bai Lige ya estaban
esperando en el patio.

Las flores de durazno estaban en plena floració n, y había pasado un día. El sol ya se
había puesto, pero las flores de durazno no mostraban señ ales de marchitarse.

Pei Yunshu se sentó y se frotó la cara con las manos. "¿Descubriste algo?"

—Nada —dijo Bai Lige riendo entre dientes—. Pero hay buenas noticias. Tu Gran
Maestro se ha recluido para cultivar, y no debería salir por un corto tiempo.

Pei Yunshu se quedó un poco ató nito, y una sonrisa se dibujó en sus labios. "¿En
serio?"

Bai Lige sonrió y miró a Zhuyou. Pei Yunshu también lo miró expectante. Zhuyou
asintió y dijo concisamente: «En reclusió n».

El Evento de Cultivo no requería la presencia de un Gran Maestro, y si el Gran


Maestro de Pei Yunshu estaba en reclusió n, entonces no habría nadie en la Secta
Shanshui con un nivel de cultivo más alto que Zhuyou, al menos por un corto
período.

Su salida de la Secta Shanshui se hizo mucho más fácil.

Hua Yue vitoreó : "¡Genial!"

Bai Lige dijo con una sonrisa: «No tienes que preocuparte por los pró ximos días. Sin
embargo, Yunshu, tendrás que mantener tu imagen unos días más mientras estamos
afuera. Cuando salgamos de la montañ a, podrás reír y actuar como quieras. Para
entonces, sabré cuántos reinos secretos sin dueñ o quedan. Cuando estemos afuera,
reclamaré estos reinos secretos uno por uno, y cada uno tomará uno».

Pei Yunshu abrió mucho los ojos. "¿No es demasiado extravagante?"

Bai Lige movió ligeramente el dedo. «Tengo más de una docena o veinte reinos
secretos en mis manos, y el reino secreto del Clan Zorro es solo uno de los más
pequeñ os. Si te gusta, podemos conseguir todos los que quieras».

Pei Yunshu y Hua Yue, que nunca habían visto tal extravagancia, se quedaron
boquiabiertos de sorpresa.

Zhuyou miró a Bai Lige y frunció el ceñ o sutilmente. Metió la mano en su manga con
cuidado.

Pero no tenía ni un solo reino secreto consigo.

Reprimió sus emociones y mantuvo su rostro inexpresivo.

Bajo la mirada de Pei Yunshu y Hua Yue, Bai Lige disfrutó muchísimo de sus
reacciones. Se rió con ganas, y Hua Yue preguntó : «Entonces, ¿dó nde están esas
docenas o incluso veinte reinos secretos que mencionaste?».

La risa de Bai Lige se detuvo y pareció algo avergonzado. "Obtuve algunos y regalé
otros, así que ni siquiera sé dó nde acabaron algunos de estos reinos secretos. Es
posible que muchos ya sean propiedad de alguien más".

Zhuyou no pudo evitar burlarse.


Tras burlarse de Bai Lige, se acercó a Pei Yunshu para sentarse. Su mirada negra era
seria al decir: «Recogeré muchos reinos secretos».

Pei Yunshu lo miró confundido.

Zhuyou pensó por un momento y dijo: "Recogeré entre treinta y cuarenta reinos
secretos".

En todo el mundo de la cultivació n, probablemente solo había unos pocos cientos de


reinos secretos. Pei Yunshu sonrió y no lo detuvo. "Cuando llegue ese día, me temo
que Zhuyou no podrá gastar todas las piedras espirituales".

É l bromeó : “En ese momento, tendré que confiar en Zhuyou para que me cuide”.

Los labios de Zhuyou se curvaron y rozó con los dedos el cabello negro de Pei
Yunshu. "Sí."

Sin duda cuidaría bien de Pei Yunshu. Incluso si llegara el momento de consumar su
relació n, se aseguraría de dominar las técnicas, permitiéndole a Pei Yunshu mostrar
la misma expresió n alegre que la del cuadro.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 50

Capítulo 50

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El encuentro entre Pei Yunshu y Wu Jiu tuvo lugar la tarde del día siguiente. A la
mañ ana siguiente, Pei Yunshu llegó temprano al lugar del torneo de cultivo.

El Joven Maestro de Palacio había predicho diez talentos que podrían llegar al top
ten, y la mitad de ellos eran discípulos de la Secta Shanshui. Pei Yunshu no encontró
su nombre en la lista, pero no se sintió decepcionado. Simplemente sentía curiosidad
por la fuerza de quien, con tanta arrogancia, había alcanzado el primer puesto.

En cuanto a la "técnica de seducció n" mencionada por el regordete daoísta, parecía a


medias cierta y a medias falsa. ¿Acaso alguien capaz de escribir: "Conseguiría el
primer puesto en el Torneo de Cultivo" recurriría a tales métodos?

Al mediodía, llegó la hora del recreo.

Los combates estaban programados para la tarde, así que Pei Yunshu decidió no
regresar al Pico de los Tres Días por ahora. Usó su espada voladora para llegar a la
parte trasera de la montañ a, encontró un lugar apartado y se tumbó en un árbol a
descansar un momento.

Las hojas susurraban suavemente y la luz del sol se filtraba, creando formas
danzantes. Justo cuando Pei Yunshu estaba a punto de cerrar los ojos, de repente oyó
el grito de auxilio de una mujer a lo lejos.

Despertó al instante, escuchando atentamente para determinar el origen del sonido.


Saltó del árbol y corrió hacia donde gritaba el grito de auxilio.
No muy lejos, vio varios tigres feroces rodeando la base de un árbol gigantesco. Estos
tigres eran inusualmente grandes, con las fauces abiertas, mirando fijamente a la
persona que se escondía en el árbol.

Pei Yunshu no podía ver a la persona en el árbol, pero debía de estar aterrorizada.
Solo colgaba un jiró n de tela roja, meciéndose suavemente con la brisa.

Aunque solo eran tigres, Pei Yunshu, con su cultivo de Nú cleo Dorado, era más que
capaz de lidiar con ellos. Tras ahuyentar a los tigres, se acercó al árbol y miró a la
persona. «Compañ ero cultivador, los tigres se han ido. Si no estás herido, me
despido».

—¡Espera! —exclamó de repente la persona en el árbol, con una voz nítida y


melodiosa, teñ ida de pánico y miedo—. Compañ ero cultivador, ¿puedes ayudarme a
bajar del árbol?

Parecía tímida. "¡Caramba, tengo las piernas débiles!"

Los cultivadores no deberían tener miedo de las bestias salvajes que aú n no han
obtenido sabiduría espiritual, pero Pei Yunshu pensó en su propio miedo a las
serpientes y simpatizó por un momento.

Saltó al árbol, dirigiéndose hacia la chica. Pisó con cuidado las ramas y, al pasar junto
a la ropa roja de la chica, el velo rojo que colgaba sobre el rostro de Pei Yunshu fue
arrastrado por el viento.

Una tenue fragancia se extendió y se disipó rápidamente. La chica de arriba bajó la


cabeza; su voz era suave y gentil, verdaderamente agradable al oído. «Muchas gracias
a este compañ ero cultivador por su ayuda. ¿Puedo preguntarle su nombre?»

Pei Yunshu giró ligeramente el rostro para evitar el velo rojo ondeante y miró a la
chica. Su mirada era tranquilizadora. «Soy Pei Yunshu de la Secta Shanshui.
Compañ ero cultivador, no hay necesidad de apresurarse. Te haré descender».

Fue solo entonces que pudo ver claramente la apariencia de la chica. Tenía rasgos
hermosos, ojos cautivadores y parecía un ser celestial a la luz de la luna. Una tímida
sonrisa se dibujó en sus labios y miró a Pei Yunshu con cariñ o.
Sin embargo, cuando la niñ a vio claramente el rostro de Pei Yunshu, no pudo evitar
quedarse ató nita por un momento.

Vestía de rojo, y Pei Yunshu no pudo determinar a qué secta pertenecía. Miró a su
alrededor y notó que sostenía una rama larga en las manos, aparentemente preparada
de antemano para que él la derribara. Para mantener la cortesía entre hombres y
mujeres, no tendría que tocarlo directamente.

Pei Yunshu extendió la mano hacia la rama. «Compañ ero cultivador, déjame sujetar
este extremo».

Sin embargo, antes de que su mano tocara la rama, una ráfaga de viento maligno
surgió repentinamente, llevándola y lanzándola hacia las profundidades del bosque.
Pei Yunshu, sorprendido, estaba a punto de invocar el viento, pero antes de que
pudiera reaccionar, su visió n se vio oscurecida por el velo rojo.

—Compañ ero cultivador —suspiró la muchacha suavemente—, si no queda ninguna


rama, tendré que aferrarme a ti.

Pei Yunshu se quedó ató nito. Aú n no había dicho nada cuando la chica lo rodeó con
las manos por la cintura y lo abrazó con fuerza.

Ella usó una fuerza extraordinaria, sujetándolo con fuerza, y su tú nica blanca se
adhirió a su cintura, formando una línea esbelta. "Tienes una cintura tan delgada",
comentó . "Puedo rodearla con una sola mano".

—... —Pei Yunshu apartó suavemente sus manos—. Compañ era cultivadora, no
necesitas sujetarla con tanta fuerza.

Los ojos de la mujer parpadearon y su agarre se aflojó ligeramente. Inicialmente, Pei


Yunshu había pensado dejar que la Espada Qingyue la bajara. Pero al ver que se
aferraba a él, decidió no decir nada más y bajó volando del árbol con ella.

Mientras el velo rojo ondeaba levemente, un mechó n también se aferró a Pei Yunshu.
Cuando finalmente aterrizó en el suelo, Pei Yunshu se apartó rápidamente, poniendo
distancia entre ellos.
É l dijo cortésmente: "¿Recuerdas el camino de regreso?"

—No —respondió la mujer con un ligero rubor. Sin la protecció n de las hojas, al estar
bajo el árbol, parecía aú n más hermosa—. Si no le importa, ¿podría ayudarme a salir
de esta montañ a?

Pei Yunshu asintió , y la Espada Qingyue se agrandó al instante. La montó y se giró


para encarar a la mujer. «Compañ era cultivadora, sígueme, por favor».

“…” La mujer levantó una ceja y dijo: “¿No vas a llevarme contigo?”

Con una ceja levantada, perdió algo de su ternura, pero recuperó el orgullo. Pei
Yunshu pensó que era una suerte que Hua Yue no estuviera presente. Le pareció
extrañ o y dijo: "¿No tienes ningú n tesoro mágico para montar?".

“Sí”, respondió la mujer frunciendo el ceñ o levemente, “pero tengo las piernas débiles
y temo no poder controlarlo”.

En ese caso, no había otra opció n. Pei Yunshu suspiró suavemente y detuvo la espada
voladora junto a la mujer.

La mujer lo miró con una sonrisa aparentemente divertida y su voz melodiosa se


volvió suave y seductora cuando preguntó : "Compañ ero cultivador, ¿podría ser que
no quiera sacarme de la montañ a?"

—Es solo que los hombres y las mujeres no deberían tener demasiada intimidad —
explicó Pei Yunshu—. Compañ ero cultivador, aunque cabalgaras sobre la espada, por
favor, no...

Se sonrojó ligeramente.

La mujer observó el ligero rubor en su rostro, con una expresió n algo aturdida. Tras
un instante, montó la espada sin decir palabra. Su mirada recorrió a Pei Yunshu
varias veces, y no fue hasta que la espada se elevó en el aire que volvió a hablar: "¿De
verdad eres Pei Yunshu de la Secta Shanshui?".

Pei Yunshu, manteniéndose alejado de ella, asintió y dijo: "En efecto".


La mirada de la mujer se detuvo un instante y, con un ligero gesto del dedo, dijo: "¡Oh,
compañ ero cultivador, parece que se me ha caído la cinta del pelo!".

Pei Yunshu se giró para mirar y, efectivamente, su cabello se había soltado,


desprendiendo un aroma fragante al viento. Pei Yunshu miró hacia atrás, pero la
diadema no estaba a la vista.

Frunciendo el ceñ o, sacó una horquilla azul de su manga. "Compañ ero cultivador, no
tengo una cinta roja para el pelo".

—No tiene por qué ser rojo —respondió la mujer con una sonrisa encantadora—.
Gracias, compañ ero cultivador.

Un momento después, Pei Yunshu aterrizó sano y salvo y señ aló hacia una direcció n
no muy lejana. «Compañ ero cultivador, solo ve por ahí y llegarás a un lugar con más
gente».

La mujer miró en la direcció n que él le indicó y sonrió amablemente. «Muchas


gracias, compañ ero cultivador».

Pei Yunshu meneó la cabeza y se giró para volar con su espada.

***

Después de que Pei Yunshu se fue, la mujer de rojo, que permaneció en el mismo
lugar, miró la banda para el cabello que tenía en la mano y luego levantó la mirada
hacia el cielo.

De repente, un daoísta regordete apareció a su lado. Se acercó rápidamente y le habló


con tono adulador: «Joven Maestro de Palacio, ya debe estar completamente
cautivado».

El joven maestro de palacio permaneció en silencio.

El taoísta regordete estaba desconcertado, así que gritó varias veces: "¿Joven
Maestro de Palacio? ¿Joven Maestro de Palacio?"
La mujer de rojo respondió : «Tu Joven Maestro de Palacio actuó personalmente.
¿Có mo podría fallar?»

—El joven maestro de palacio tiene razó n —dijo el taoísta rechoncho—. En el


partido de la tarde, esta persona seguramente estará desorientada, probablemente ya
bajo la influencia de alguna técnica de seducció n.

La mujer de rojo asintió y dijo: "Bien dicho".

Estaba a punto de darse la vuelta e irse, pero levantó la mano para mirar la diadema
azul que llevaba en la mano. No tenía la mente clara y se quedó allí un momento.
Finalmente, guardó la diadema en su bolsa antes de alejarse con expresió n aturdida.

***

Por la tarde, Pei Yunshu estaba en el escenario, mientras Zhuyou y los otros dos
esperaban abajo.

Vestía tú nicas blancas y tenía una expresió n fría. El Segundo Hermano Mayor y el
Tercer Hermano Mayor, que estaban al otro lado, lo miraron y sintieron como si su
hermano menor se hubiera convertido en una persona completamente diferente. Por
un instante, les pareció un extrañ o.

Pei Yunshu sabía que estaban a su lado, pero no los miró . Centró su atenció n en la
llegada del Joven Maestro del Palacio Yuan Ling. Permaneció en silencio y no bajó la
vista ni una sola vez. Cuando el oponente subió al escenario, finalmente miró hacia
adelante.

Wu Jiu vestía de rojo y deslumbraba al otro lado. Sus cejas afiladas se extendían hasta
las sienes, su mirada era penetrante y su porte denotaba arrogancia. Se había
declarado capaz de alcanzar el primer puesto en la competició n, y su fuerza era
indudablemente formidable.

Pei Yunshu concentró su mente mientras él y Wu Jiu intercambiaban un saludo antes


de desenvainar su Espada Qingyue. La primera batalla del Gran Torneo de Cultivo
había comenzado.
Wu Jiu permaneció inmó vil, así que Pei Yunshu decidió tomar la iniciativa. Saltó
hacia Wu Jiu. Ansiaba comprobar la respuesta de su oponente y estaba preparado
para esquivar cualquier contraataque.

Sin embargo, al acercarse, Wu Jiu, quien al principio parecía indiferente, de repente


se concentró . Pei Yunshu esperaba que este simple golpe fuera fácilmente esquivado
por su oponente, pero para su sorpresa, impactó directamente en el cuerpo de Wu Jiu
y lo envió volando fuera del escenario en un instante.

El pú blico abajo y Pei Yunshu en el escenario quedaron en shock.

Solo había golpeado suavemente, pero ¿có mo es que Wu Jiu ni siquiera intentó
evadirlo?

“¡Joven Maestro de Palacio!” se escuchó un grito de angustia.

Solo después de ser derribado del escenario, Wu Jiu reaccionó . Su rostro cambió de
color rápidamente y miró a Pei Yunshu, quien estaba de pie en el escenario con una
tú nica blanca ondeante. Apretó los dientes y dijo: "¡De hecho, me manipuló con su
técnica de seducció n!".

El taoísta regordete que lo ayudó a levantarse estaba confundido. "¿Eh?"

Pei Yunshu acababa de llegar al borde del escenario y no escuchó las palabras de Wu
Jiu. Simplemente extendió la mano hacia él. "El combate anterior no cuenta. Hagamos
la revancha".

Parecía preocupado y sus dedos largos y rubios eran tan blancos como el jade.

Algunos mechones de su cabello negro flotaban suavemente en el aire, llevando una


leve fragancia a sándalo.

Wu Jiu apartó al regordete daoísta, se irguió con las manos en la espalda y levantó
ligeramente la barbilla. "Has ganado".

“Subestimé tu capacidad para derribarme del escenario de un solo golpe”, dijo el


Joven Maestro de Palacio. “Sin embargo, mi fuerza no es la que parecía. Si bien perdí
contra ti, fue porque mi mente se nubló momentáneamente. No soy solo un
cultivador que habla con grandeza”.

Pei Yunshu no entendió muy bien si eso era correcto, pero asintió con la cabeza.

Wu Jiu dijo casualmente: "En ese caso, tengamos una revancha privada esta noche".

—Está bien —coincidió Pei Yunshu.

—Hagámoslo esta noche, y no hace falta que te vistas demasiado elegante —añ adió
de inmediato el Joven Maestro de Palacio—. Que sea informal.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 51

Capítulo 51

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"¿Disfrazarse?"

Pei Yunshu observó su tú nica, la vestimenta típica de los discípulos de la Secta


Shanshui, que carecía de cualquier distinció n. Lo ú nico que llamaba la atenció n era la
Espada Qingyue, que brillaba con una luz cian.

¿Có mo podría compararse con el Joven Maestro del Palacio que tenía delante,
vestido con extravagantes tú nicas rojas con adornos de oro y plata?

¿En qué más había que invertir esfuerzo?

Miró al Joven Maestro del Palacio un par de veces, y el Joven Maestro del Palacio
dijo: "¿Por qué me miras así?"

Pei Yunshu negó con la cabeza. Justo entonces, Zhuyou se acercó y Pei Yunshu saltó
del escenario, preguntándole a Wu Jiu: "¿Ajustamos cuentas esta noche?".

"¿Aquí?" El Joven Maestro de Palacio frunció el ceñ o y miró a su alrededor con


reticencia. Dijo: "De acuerdo, te espero aquí esta noche cuando salga la luna".

Pei Yunshu asintió en señ al de acuerdo.

Los labios del Joven Maestro de Palacio se curvaron en una sonrisa misteriosa y, de
repente, dijo: «Me gusta bastante tu atuendo actual. Pareces comprender bien mis
preferencias».
¿Qué quiso decir con eso?

Con una sonrisa significativa, el joven maestro del palacio agitó su manga y se fue
con su regordete daoísta, que parecía bastante complacido consigo mismo.

“Joven Maestro del Palacio”, preguntó el taoísta regordete, “¿qué quieres decir con
dejarte seducir por él?”

"No subestimes a esta persona", dijo el Joven Maestro de Palacio mientras caminaba
apresuradamente. "De alguna manera, se enteró de mi plan de seducirlo y me dio la
vuelta con una contrainvenció n. Por suerte, tu Joven Maestro de Palacio conoce bien
las costumbres del mundo y ha conocido gente más hermosa de la que jamás podría
imaginar, y no se dejó seducir por él en absoluto".

El daoísta regordete, que una vez le había revelado a Pei Yunshu que el Joven Maestro
del Palacio planeaba usar una técnica de seducció n, dijo nerviosamente: "Joven
Maestro del Palacio, usted es verdaderamente sabio".

"Sin embargo, Joven Maestro del Palacio, ¿a dó nde vas con tanta prisa?" preguntó el
taoísta regordete.

—Voy a ponerme mi tú nica de seda de jade hielo y unos hermosos accesorios de jade
—respondió el Joven Maestro de Palacio—. ¿Tengo bolsitas perfumadas? Busca
también mi corona de jade... ¡Ah, qué tal van las ventas de esos libritos!

El taoísta regordete se quedó ató nito. «Se ha vendido bastante bien. Desde ayer,
hemos vendido más de cincuenta ejemplares».

Wu Jiu dijo: "Recupéralos todos para mí".

Se aclaró la garganta y continuó : «Las predicciones que hice arriba fueron


incorrectas. Necesito hacer algunos ajustes. Cuando termine, puedes empezar a
venderlas de nuevo».

—Pero, Joven Maestro de Palacio, ¿qué necesitas cambiar?


"Para poder ejecutar una técnica de seducció n tan poderosa y hacerme parecer que
he perdido la compostura", gruñ ó Wu Jiu, "esta persona debe tener una reputació n
impresionante. Si yo llego al primer puesto, haré que él sea el segundo".

Añ adió : «Y asegú rate de que su retrato sea lo más feo posible. Es mejor que todos en
el mundo de la cultivació n crean que se ve exactamente así».

El Joven Maestro de Palacio era verdaderamente despiadado. ¿No se estaba


asegurando de que esa persona no pudiera encontrar una chica*?
*Como en pareja

El taoísta regordete no pudo evitar sentir simpatía por Pei Yunshu.

***

El encuentro terminó de forma desconcertante. A Pei Yunshu le inquietaron las


palabras del Joven Maestro de Palacio, pero antes de que pudiera ahondar en el
asunto, Zhuyou se acercó a él y observó la figura de Wu Jiu que se alejaba.

La temperatura a su alrededor bajó de repente y sintió un escalofrío recorriendo su


cuerpo.

Pei Yunshu dijo: “Gané, ¿por qué no estás feliz?”

Justo cuando estaba a punto de relajar su ceñ o fruncido, sus hermanos mayores se
acercaron. Pei Yunshu se encontró con la mirada sombría del Segundo Hermano
Mayor, quien lucía una sonrisa radiante. É l y Yunman se acercaron, y Yuncheng gritó
suavemente: «Cuarto Hermano Menor».

Un escalofrío de miedo recorrió el cuero cabelludo de Pei Yunshu.

Pei Yunshu se detuvo un momento, y sus dedos temblaron involuntariamente.


Respondió débilmente: «Hermano mayor».

"¿Te asustó el Hermano Mayor la ú ltima vez?" Yuncheng bajó la mirada y continuó :
"Ese día, actué irracionalmente y temí haber asustado al Hermano Menor. Así que,
como disculpa, preparé una bolsita aromática para conciliar el sueñ o. Si el Hermano
Menor está dispuesto, puedes quedártela".

Sacó una bolsita sencilla de su manga. Estaba bordada con un delicado patró n de
agua fluyendo y flores, con una costura intrincada y exquisita.

Pei Yunshu miró el sobre por un momento y estaba a punto de extender la mano para
tomarlo cuando Zhuyou lo tomó primero y dijo suavemente: "Lo guardaré para el
hermano mayor".

Tras hablar Zhuyou, abrazó a Pei Yunshu, lo guió alrededor de los dos hermanos
mayores, y la Espada Qingyue, con una aguda perspicacia, se fue volando con ellos.
No hizo falta que Zhuyou lo dijera; la Espada Qingyue ya se los había llevado.

No fue hasta que estuvieron en lo alto del cielo que Pei Yunshu dejó escapar un
suspiro de alivio.

Se recompuso y preguntó : "¿Dó nde están Hua Yue y Bai Li?"

En el aire, Bai Lige estaba sentado con las piernas cruzadas, sosteniendo a Hua Yue en
sus brazos. Volaban junto a la Espada Qingyue.

Zhuyou le lanzó el sobre a Bai Lige, quien lo abrió , se echó unas hierbas aromáticas
en la mano y las olió suavemente. "Solo son hierbas para dormir".

—¡Pero no debería usarse! —Hua Yue negó con la cabeza vigorosamente—. Bella,
Bella, escucha lo que dice la bella zorrita. Tu hermano mayor es realmente astuto y
mañ oso. Debe haber algo mal con este sobre.

Pei Yunshu dijo: "Una vez usó un Gu Vinculado a las Emociones en mí, ¿verdad?"

El Gu Vinculado a las Emociones podía fortalecer el cuerpo. A largo plazo, el cuerpo


de un cultivador podía convertirse en una defensa confiable, especialmente ante las
tribulaciones.

Si no lo hubieran despertado, sin duda sería bueno. Pero su hermano mayor había
usado un Gu Vinculado a las Emociones en él y despertó al Gu Niñ o. El significado
oculto de esto hizo estremecer a Pei Yunshu.

Si Zhuyou no hubiera estado a su lado, si Bai Lige no hubiera atraído a Gu hacia él, y
si hubiera permitido que sus emociones tomaran el control, ¿no tendría que rogarle a
su hermano mayor que lo desintoxicara?

El rostro de Pei Yunshu se puso pálido y los demás se dieron cuenta de que una vez
más había recordado algo desagradable, por lo que rápidamente cambiaron de tema.

"¿Tendrás otro partido mañ ana, Yunshu?" preguntó Bai Lige.

Pei Yunshu volvió a la realidad y negó con la cabeza. "No, tendré un partido pasado
mañ ana".

“En ese caso, si mañ ana tenemos tiempo libre, bajemos la montañ a”, dijo Hua Yue con
entusiasmo. “La ú ltima vez que el Viejo Ancestro y yo bajamos, vimos un nuevo
establecimiento al pie de la montañ a. Es similar al Pabelló n Brisa de Primavera, y
está lleno de muchísima gente hermosa. Dicen que un momento de primavera vale
más que mil monedas de oro, así que, aunque conserves tu yuan yang, está bien tocar
y abrazar un poco”.

"¿A quién vas a tocar y abrazar?", preguntó Pei Yunshu. "¿Vas a abrazar a las bellezas
de ese establecimiento?"

"Estoy tan hermosa ahora, y mi pelaje es tan suave. Esas bellezas seguro me amarán",
dijo Hua Yue, inflando el pecho.

Pei Yunshu no pudo evitar reírse.

Su risa siempre era contagiosa, e incluso Zhuyou, tocándose las comisuras de los
labios, no pudo resistirse a sonreír. Pei Yunshu sintió de repente una travesura y, sin
emitir sonido alguno, esperó a que la mano de Zhuyou se moviera de la comisura a
los labios antes de abrir la boca y morderse la yema del dedo.

"..." Bai Lige le lanzó varias miradas significativas a Zhuyou, con los ojos casi
crispados. Zhuyou finalmente emitió un sonido: "¡Ay, eso duele!".
Pei Yunshu se rió y luego soltó su dedo.

La hermosa yema de su dedo, como una obra de arte, ya tenía marcas de mordidas.
Pei Yunshu se miró el dedo un instante, y aunque sintió una punzada de culpa, visible
a simple vista, las marcas de mordeduras desaparecieron al instante.

Zhuyou miró de reojo a Bai Lige. Esta vez, no necesitó instrucciones. Metió el dedo en
el espacio entre los labios de Pei Yunshu y levantó los dientes. «Muerde».

Pei Yunshu apartó la punta del dedo, tosió levemente y fingió no inmutarse.
"¿Intentas obligarme a comer garras de dragó n de inundació n?"

Zhuyou pensó un momento, y su grácil mano se transformó en una enorme y feroz


garra de dragó n de inundació n. Un dedo podría llenar la boca entera de Pei Yunshu.

La garra cubierta de escamas endurecidas tocó suavemente los labios de Pei Yunshu.

Sin decir palabra, le pareció un poco extrañ o. Zhuyou pensó en las palabras que había
visto en los libros y dijo con consideració n: «No te rompas los dientes».

Bai Lige se cubrió los ojos con agonía, mientras Hua Yue suspiraba: «Este estú pido
dragó n de la inundació n no tiene salvació n». Con ojos traviesos, tiró
disimuladamente de la ropa del Patriarca y le susurró al oído: «Patriarca, ¿qué tal si
nos unimos para echar a este estú pido dragó n de la inundació n de Yunshu? Para
entonces, tú puedes hacerte el grande y yo el pequeñ o*».
*Refiriéndose a la esposa principal contra la amante.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 52

Capítulo 52

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Este zorro es bastante atrevido.

Bai Lige se sentó derecho, fingiendo no entender e ignoró las miradas peligrosas
detrás de él.

Zhuyou tenía un oído muy agudo. Si no fuera por la familiaridad que se tenían, quizá
ya estaría abrazando a un pequeñ o zorro muerto.

Pero ni siquiera un pequeñ o zorro que pudiera caber entre los dientes de un dragó n
de inundació n era suficiente. Era bueno soñ ar, pero incluso si desempeñ ara un papel
pequeñ o, Bai Lige estaría al frente. Este pequeñ o zorro no tenía cabida en él.

Después de regresar al Pico de Tres Días, Pei Yunshu dudó por un momento antes de
pedirle a Bai Lige que entrenara con él.

Bai Lige accedió de inmediato e invocó su larga lanza plateada. "Ge solo llegará hasta
cierto punto, Yunshu, no te preocupes, acércate".

Usar la fuerza bruta para ir contra el cielo y la tierra como Zhuyou era algo que no
podía replicar. Se sentó a un lado, observando sus tesoros espirituales. Pensó
profundamente.

Pei Yunshu usaba una espada, y la esgrima del Pico Wuzhi era simple pero profunda.
Bai Lige solo tuvo que provocarlo, guiando a Pei Yunshu en la ejecució n de sus
técnicas de espada, complementadas con energía espiritual y hechizos. Cuándo ser
rápido y cuándo lento, la Espada Qingyue era muy inteligente, sorprendiéndolos a
veces con resultados inesperados cuando se dejaba atacar sola.

Pei Yunshu fue guiado así por primera vez. Al principio se sintió nervioso y
desorganizado, pero poco a poco encontró su ritmo. Entre cada choque de la Espada
Qingyue y la lanza larga, fue adquiriendo mayor conocimiento. Bai Lige estaba
complacido, y sus ataques se volvieron más feroces y rápidos.

Al final, Pei Yunshu no pudo seguir el ritmo, y antes de que pudiera caer al suelo, Bai
Lige lo ayudó a levantarse.

"Yunshu, tu comprensió n es muy buena", Bai Lige soltó la mano de Pei Yunshu y
reflexionó : "Con tan buena comprensió n, no la desperdicies. De ahora en adelante,
practiquemos juntos una hora todos los días".

Pei Yunshu asintió . Le dolía la muñ eca, pues los golpes de lanza de Bai Lige eran
fuertes. Necesitaba esforzarse para detenerlos. Después de la práctica, aú n le
temblaban un poco las manos, pero se sentía especialmente complacido. «Gracias, Bai
Li».

Gotas de sudor se formaron en su frente, y aferró con fuerza la Espada Qingyue, con
aspecto desaliñ ado. Bai Lige lo miró con una sonrisa. «Yunshu, en este estado, tu
espíritu de lucha parece mucho más fuerte que antes».

Pei Yunshu aceptó el pañ uelo que le entregó Bai Lige y le devolvió la sonrisa.

***

Esa noche, colocó el sobre que le había dado el Segundo Hermano Mayor en un
almacén sin uso.

Esa noche, cuando la luna ya estaba en lo alto, se dirigió a la arena. Para entonces, el
Joven Maestro del Palacio Yuan Ling ya lo esperaba allí.

El Joven Maestro de Palacio vestía una seda que reflejaba la luz de la luna, hecha de
seda de gusano de seda de jade, adornada con varios hermosos adornos de jade. Pei
Yunshu sintió que el Joven Maestro de Palacio parecía brillar.
Era tan digno que Pei Yunshu comenzó a dudar si era demasiado casual.

—Llegaste bastante temprano —el Joven Maestro de Palacio lo notó y arqueó una
ceja, con una sonrisa en la voz—. Te dije que me gustaba verte de blanco durante el
día, ¿y esta noche llevas el mismo atuendo para recibirme?

Pei Yunshu respondió : “Esta es la tú nica de un discípulo de la Secta Shanshui”.

Los ojos de Wu Jiu se abrieron, su cuerpo se puso rígido y se encontró incapaz de


hablar.

Fue incó modo. Pei Yunshu sostuvo su espada y preguntó : "¿Empezamos ya?".

El Joven Maestro de Palacio sacó una espada sin decir palabra, y tras intercambiar
algunos movimientos, dijo de repente: «Te enseñ aré un método para convertir la
energía espiritual en un arma. A cambio, te pondrás el atuendo que me gusta, ¿qué te
parece? Es así de simple, ¿vale la pena?».

Pei Yunshu se detuvo y lo miró con el ceñ o fruncido.

El Joven Maestro de Palacio mantuvo la espada tras él, observando su expresió n. Al


ver la reacció n de Pei Yunshu, insistió : «No te hagas ideas equivocadas. Me encanta la
ropa elegante, pero hay una prenda que no me queda bien. Es una lástima. Si te la
pones, te enseñ aré a aprovechar la energía espiritual y también te daré el atuendo».

He conocido a mucha gente guapa, y solo te doy un conjunto de ropa. No hay ninguna
intenció n oculta. Ni se te ocurra sacarme ningú n beneficio...

Pei Yunshu lo interrumpió con expresió n fría. «Si el Joven Maestro de Palacio no
tiene intenció n de competir conmigo, me iré».

—Tú … —Wu Jiu observó có mo Pei Yunshu salía volando con su espada. Su expresió n
cambió varias veces. Tiró la espada al suelo—. Bien, vete. ¡Me da igual!

Después de un rato, recogió la espada del suelo, sosteniéndola cerca de su pecho. Se


sentó solo en la plataforma, su sombra proyectada en la soledad.

“Este pequeñ o maestro no sabe hacer trucos…”


***

Pei Yunshu, sentado con las piernas cruzadas sobre la Espada Qingyue, pensaba cada
vez más que este Joven Maestro de Palacio solo quería burlarse de él. Probablemente
no tenía intenció n de competir con él y menospreciaba su escasa fuerza.

Estaba casi en el Pico de los Tres Días, pero tan pronto como entró en la cima, el
paisaje ante sus ojos cambió y se encontró en una tierra de flores de durazno.

Por todas partes había frondosos melocotoneros, y la Espada Qingyue serpenteaba


entre ellos. Las flores de melocotonero cubrían el suelo como una alfombra. Sin
embargo, al llegar a la mitad de la montañ a, no había rastro de Zhuyou ni de los
demás que se suponía que estaban allí.

Pei Yunshu descendió de la Espada Qingyue, atrapando un pétalo de flor de durazno


rosa que caía. Con un pellizco en la punta de los dedos, el jugo de la flor de durazno le
tiñ ó los dedos de rojo.

La Espada Qingyue emitió un zumbido y Pei Yunshu dijo: "Es como una ilusió n de
nuevo, o quizás una formació n de flor de durazno".

Una formació n de flor de durazno requería un Demonio de Flor de Durazno como ojo
de la formació n, pero mientras Pei Yunshu se movía entre los árboles de durazno, no
sintió ninguna aura demoníaca.

Permaneció alerta y caminó con cautela entre la espesura. Al cabo de un rato, se topó
de repente con un lago resplandeciente rodeado de flores de durazno.

Pei Yunshu se detuvo a poca distancia, contemplando el lago. De repente, aparecieron


ondas en el agua y alguien emergió del lago.

Con el cabello negro y mojado, un rostro brillante con gotas de agua se giró hacia Pei
Yunshu y gritó : "Hermano mayor".

Esta persona tenía labios rosados y dientes blancos, y cuando vio a Pei Yunshu
quieto, sonrió levemente y gritó nuevamente: "Hermano mayor Yunshu".
Pei Yunshu cerró fuertemente los ojos, se dio la vuelta y voló con su espada.

No se trataba de una formació n de flor de durazno; era una ilusió n que parecía
engañ osamente real.

Debe ser una ilusió n; de lo contrario, ¿có mo podría haber visto al hermano menor de
su pequeñ o Gran Maestro aparecer aquí?

Y su Gran Maestro se había dirigido a él como “Hermano Mayor”.

La Espada Qingyue se movía con rapidez, pero el bosque de duraznos circundante


permanecía inmó vil. De repente, unas manos pálidas aparecieron alrededor de su
cintura, y alguien se aferró a Pei Yunshu. Su cabello mojado colgaba sobre el hombro
de Pei Yunshu, y gotas de agua empapaban su ropa.

—Hermano mayor, ¿por qué corres? —preguntó la persona detrás de él con voz
suave y melodiosa—. ¿No quieres verme?

"Bueno, mi hermano mayor tiene un nuevo hermano menor", murmuró para sí


mismo, adoptando la apariencia de Yunjiao. "Mi hermano mayor prefiere esta cara a
la mía, ¿verdad?"

Pei Yunshu no se dio la vuelta. Cerró los ojos y se precipitó hacia adelante.

Gotas de agua, con aroma a flores de durazno, resbalaban por el rostro de Yunwang
mientras miraba de reojo al hermano mayor Yunshu. Vio sus largas pestañ as y luego
su cuello.

—El hermano menor aú n no le ha explicado nada al hermano mayor —el tono de


Yunwang se tornó melancó lico—. Ese día, el hermano mayor dijo que debía
detestarlo, así que ¿por qué hablas y te ríes con él? El hermano menor lo pensó
mucho mientras dormía. ¿Qué significa detestar?

El rostro de Pei Yunshu se volvió frío y el fuerte viento aullaba en sus oídos.

El cabello mojado de Yunwang se alborotó , y el frío le hizo palidecer el rostro. Su piel


palideció como un fantasma, y su aspecto era inhumano.
Se aferró a su hermano mayor como un demonio, pero su hermano mayor no quería
verlo.

Yunwang levantó sus labios teñ idos de azul. «Asco es cuando mi Hermano Mayor
cierra sus cinco sentidos, negándose a decirle una palabra a Yunwang. Es cuando, el
día de nuestra iniciació n en el gran saló n, mi Hermano Mayor pasó junto a Yunwang,
que esperaba en la puerta, sin mirarlo».

Mi hermano mayor es realmente astuto. Es evidente que desprecia a Yunwang, pero


aquel día en el acantilado afirmó que no le gustaba.

Yunwang jugaba con mechones de cabello de Pei Yunshu. El cabello junto a su oreja,
suelto, ondeaba salvajemente con el fuerte viento.

El largo y hermoso cuello de Pei Yunshu estaba expuesto, pero él miraba hacia
adelante, sellando sus sentidos, eligiendo no ver, escuchar ni hablar.

Yunwang besó el costado del cuello de Pei Yunshu mientras se aferraba a él.

Una lágrima brotó del rabillo del ojo de Pei Yunshu, y una lágrima helada cayó sobre
su ropa.

En el mundo mortal, había aprendido a ser bueno mendigando y complaciendo a los


demás, soportando diversas dificultades y tormentos a una edad temprana.

É l adulaba, sonreía, hablaba apropiadamente delante de los demás y decía lo que


fuera necesario para salir adelante.

Ese día, en el saló n, los hermanos y hermanas mayores eran seres extraordinarios, y
al verlo, le entregaron diversos objetos. Yunwang los aceptó con la conciencia
tranquila, sabiendo que eran mutuamente conscientes. Lo que se le podía dar a un
hermano menor desconocido, sin duda, era de poca importancia para estos seres
celestiales.

Cuando el Hermano Mayor entró , vestido de blanco con una apariencia celestial,
nunca había visto a una persona tan atractiva. Extendió la mano como un tonto y vio
có mo el cabello del Hermano Mayor se le escapaba entre los dedos.
Cabello negro, suave y frío como la nieve, de la cabeza a los pies, inmaculado y
diferente a cualquier otro.

La fragancia era fugaz, pero la recordaba claramente.

Las lágrimas de sus ojos se hundieron en el cuello de Pei Yunshu. Yunwang levantó la
cabeza y le dio otro suave beso en la barbilla.

É l lo abrazó con más fuerza desde atrás.

Cuando Wuwang desarrolló un demonio del corazó n, pensó que era obra suya y
decidió separarlo.

Pero incluso después de la separació n, no pudo controlar sus emociones. Wuwang era
bastante ingenuo, creyendo que lo estaba influenciando.

Originalmente eran uno, y el concepto del Dao despiadado no era tan simple como
separarlos. El Corazó n del Dao ya se había roto, pero Wuwang se negaba a creerlo. Se
engañ ó a sí mismo creyendo que podía destruir todo lo que le pertenecía, haciéndolo
sufrir aú n más y volviéndose despiadado.

No estaba claro si realmente era tonto o pretendía serlo.

Cuando finalmente despertó , queriendo encontrar a su hermano mayor, Wuwang


quería matarlo por completo.

Apoyado en la espalda de su hermano mayor, la voz de Yunwang era tan suave que
parecía dispersada por el viento. "Hermano mayor".

Ese día, con los melocotoneros en plena floració n, estaba sentado bajo un árbol,
leyendo un libro. El Hermano Mayor salió de la habitació n del Maestro, bañ ado por el
cálido resplandor del sol poniente.

La miríada de rayos era deslumbrante y espléndida.

“Yunwang se enamoró del hermano mayor a primera vista”.


En el instante siguiente, fue arrojado al bosque de flores de durazno. Yunwang alzó la
vista mientras las flores se marchitaban, y el Hermano Mayor, con una espada afilada,
salió corriendo del bosque.

Pero el hermano mayor aú n no lo había escuchado decir esas palabras.

***

Pei Yunshu salió corriendo del bosque de flores de durazno y se dio cuenta de que
había llegado a la cima del Pico de Tres Días.

Los pétalos rosados se habían marchitado, y el resto del paisaje seguía igual. Pei
Yunshu miró la puerta de su Gran Maestro, que seguía apagada. No sabía có mo había
abandonado el bosque de duraznos en flor.

No quería pensar en ello y giró la punta de su espada, dirigiéndose nuevamente hacia


el centro de la montañ a.

Su hermano menor se había convertido en su Gran Maestro, y este se encontraba en


reclusió n. Entonces, ¿quién era ese recién llegado?

¿Era una persona o un demonio?

Abrió sus cinco sentidos y sopló el frío viento de la montañ a. Solo entonces Pei
Yunshu sintió el frío en el cuello.

Extendió la mano para tocarse el cuello y sintió humedad.

Debió ser el agua de esa cosa rozándolo. Pei Yunshu sacó un pañ uelo de la manga, se
limpió el cuello y luego lo encendió . El pañ uelo con las manchas de agua desapareció
al instante, dejando solo humo y polvo esparcidos por el viento.

***

Esa noche, incluso sus sueñ os se llenaron de pesadillas. Pei Yunshu se despertó en
mitad de la noche, tomó una taza de té frío y no pudo volver a dormirse. Decidió
sentarse y practicar meditació n.
Mientras meditaba, su mente de repente se llenó de imágenes que nunca había visto
antes.

En un instante, era un pequeñ o cielo azul, y al siguiente, un techo inmutable. Arañ as


tejían telarañ as y serpientes de flores se deslizaban.

Medio muerto y sin vida.

“Hermano mayor, siempre te pegas al Maestro, perturbando su paz”.

—Hermano mayor, varios hermanos mayores quieren refinar un arma mágica ligada
a la vida conmigo. ¿Aú n conservas algunos de los tesoros celestiales y terrenales que
recibiste antes, hermano mayor?

"Hermano menor..."

“Yunshu, tú …”

"Eres desagradecido."

“¿Có mo crié a un discípulo tan ingrato?”

Un sudor frío manaba de la frente de Pei Yunshu. Al percibir movimiento afuera,


abrió los ojos y descubrió que ya había luz.

Llamaron a la puerta y se escuchó la voz asustada de un niñ o pequeñ o: "Hermano


mayor, las flores de durazno están sangrando".

Pei Yunshu frunció el ceñ o, se levantó de la cama, se puso la ropa y salió a echar un
vistazo.

Todo el patio estaba todavía en plena floració n de flores de durazno, como si todavía
fuera el tercer mes en el mundo mortal, y la fragancia era tan intensa que se sentía
como estar en las nubes.

Los troncos de cada melocotonero estaban cubiertos de innumerables heridas,


pequeñ as y grandes. De estas heridas manaba sangre roja. Pei Yunshu se acercó , mojó
las yemas de los dedos en el jugo de melocotó n, rojo como la sangre, y lo olió . No era
sangre, sino jugo de flor de melocotó n con una fragancia especial.

Zhuyou y los demás también salieron de sus habitaciones. Como había un niñ o
pequeñ o allí, Zhuyou adoptó la apariencia de Yunjiao.

Al ver a Pei Yunshu de pie entre los pétalos que caían, Zhuyou los pisó y se acercó a
él. Le levantó la mano y se limpió el jugo rojo de las yemas de los dedos con la
manga.

Una vez que las yemas de los dedos estuvieron limpias, Zhuyou levantó los ojos y
miró ligeramente las ramas sangrantes.

Pei Yunshu observó el jugo de melocotó n que caía al suelo. El agua carmesí
empapaba los pétalos, y los troncos de los árboles parecían inertes. Sin embargo, las
flores de los melocotoneros estaban en plena floració n, como si estuvieran
desperdiciando su vida para abrir sus ú ltimas flores.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 53

Capítulo 53

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El jugo carmesí fluyó sobre los pétalos y estaba a punto de llegar a los pies de Pei
Yunshu cuando Zhuyou lo levantó y saltó hacia la puerta.

Al observar la caó tica escena en el patio, el niñ o pequeñ o tenía una expresió n
preocupada y dijo: "Hermano mayor, ¿qué debemos hacer?"

“Cortenlos”, dijo Bai Lige desde un costado. “Hmm, parece que hay algo en medio de
los troncos de los árboles”.

Zhuyou dijo, "Ve y có rtalos".

Bai Lige avanzó obedientemente y, con una fuerte ráfaga de viento, taló todos los
melocotoneros del patio. Solo los troncos semienterrados tenían algo inusual: un
árbol dentro de otro árbol, tan grueso como un brazo.

—Madera de durazno dentro de madera de durazno —dijo Bai Lige, levantando una
ceja y volviéndose hacia ellos—. ¿No bajamos hoy de la montañ a? Con solo vender
una, podemos pasarlo bien.

Los ojos de Hua Yue se iluminaron y meneó la cola sin parar. "¡Vende, vende, vende!"

Bai Lige excavó estos árboles de durazno, y mientras él sacaba uno, Zhuyou lo siguió
y recogió otro. Finalmente, cuando Bai Lige descubrió có mo desenterrarlos, Zhuyou
no esperó su reacció n y lo hizo él mismo. En un instante, había recogido todos los
objetos valiosos.
Este rey demonio era verdaderamente ahorrativo.

Pei Yunshu los observó mientras talaban los árboles. Le dolía la cabeza y se frotó las
sienes un momento. El dolor remitió poco a poco.

"Si el Hermano Mayor va a bajar de la montañ a hoy, necesitarás cambiarte de ropa",


dijo el niñ o, "Pero el Hermano Mayor solo tiene tú nicas daoístas".

Pei Yunshu parpadeó . "Todavía tengo otra ropa".

Si no recordaba mal, debería tener un traje de gasa negra hecho por Zhuyou. Sin
embargo, tras rebuscar en su bolsa de almacenamiento, no pudo encontrar ese trozo
de gasa negra.

Aparte de esa gasa, aú n conservaba las ropas mortales que había comprado al dejar
la secta. No le faltaban.

Estaba a punto de elegir un atuendo blanco, pero recordó lo que dijo el Joven
Maestro de Palacio. Frunció el ceñ o, apartó la mano de la ropa blanca y eligió un
conjunto azul.

Tras cambiarse de ropa y salir, los demás ya habían recogido sus cosas. Pei Yunshu
abrazó a la emocionada Hua Yue y dijo: «Vámonos».

"Ha pasado mucho tiempo desde que vi a Yunshu usar ropa de un color diferente",
reflexionó Bai Lige, "Parece que desde que conocí a Yunshu, no ha usado ropa
colorida".

Pei Yunshu negó con la cabeza. "Esos colores no me sientan bien".

Bai Lige sonrió y se giró para mirar a Zhuyou, vislumbrando una expresió n
emocionada en los ojos del dragó n de la inundació n.

La ropa sencilla tenía su propia belleza, y los atuendos elaborados su propio encanto.
Si Yunshu se quitara la ropa sencilla, sin duda tendría una gracia diferente.

En un pequeñ o pueblo al pie de la montañ a de la Secta Shanshui, había más gente


entrando y saliendo de lo habitual debido al evento de cultivo. Sin embargo, como
acababan de descender de la montañ a y aú n no habían entrado en la aldea, fueron
detenidos por un demonio toro.

“Gran Rey”, el demonio toro derramó lágrimas al ver a Zhuyou, “¡Finalmente esperé a
que el Gran Rey descendiera de la montañ a!”

En cuanto Zhuyou vio al demonio toro, miró inconscientemente a Pei Yunshu, como
si hubiera recordado algo. Su expresió n cambió ligeramente, y la mano que había
estado detrás de Pei Yunshu también se retiró .

Al ver su reacció n, el demonio toro miró a Pei Yunshu y de repente se dio cuenta de
algo. Sacó una larga caja de madera de su pecho. «Gran Rey, por suerte, dañ aste
accidentalmente la Torre Selladora de Demonios. Así es como logré escapar. No tengo
mucho, pero esto... al Gran Rey y a su esposa seguro que les encantará».

“Este es un tesoro hecho por mi viejo amigo”, el demonio toro volvió a derramar
lágrimas, “Es el más adecuado para una pareja enamorada”.

Zhuyou extendió la mano y lo tomó . Curioso, Pei Yunshu se acercó para echar un
vistazo y vio un pincel empapado en tinta dentro de la larga caja de madera.

El demonio toro dijo: “Escribe tu nombre con tu sangre en el corazó n de tu amado y


tendrá un efecto profundo y misterioso”.

Zhuyou sacó el pincel y lo miró , luego, al instante siguiente, tanto él como Pei Yunshu
desaparecieron en el lugar.

Pei Yunshu estaba firmemente presionado contra un árbol.

El tronco del árbol se sacudió y las hojas secas cayeron repentinamente. Pei Yunshu
miró a Zhuyou, pero notó que sus ojos estaban ligeramente teñ idos de un color
sangriento.

Instintivamente, presentía que algo andaba mal, y Pei Yunshu forcejeó con más
fuerza, pero Zhuyou no se movió ni un ápice. En cambio, se acercó más, lamiendo un
lado de la cara de Pei Yunshu con la lengua.
El cuero cabelludo de Pei Yunshu hormigueó . "¡Zhuyou!"

Zhuyou asintió suavemente, mirando fijamente a Pei Yunshu, y sus pupilas verticales
mostraron una excitació n inexplicable.

“Escribe el nombre.”

El pincel que el demonio toro le había ofrecido flotaba entre ambos. Pei Yunshu se
sentía como si estuviera borracho de tanto mirarlo, y sus fuerzas se debilitaron.
Tenía la mente confusa y murmuró : "¿Escribirlo en el pecho?".

Zhuyou asintió , bajó la mirada y rozó el pecho de Pei Yunshu, y la sensació n de color
rojo sangre surgió nuevamente.

Lo tocó suavemente con la punta del dedo, y su nuez de Adán se movió . "Quiero
comer".

Pei Yunshu bajó la cabeza, siguiendo la punta del dedo de Zhuyou. Negó con la
cabeza. "No tengo nada para comer".

Zhuyou le desabrochó el cinturó n a Pei Yunshu, y Pei Yunshu se lo permitió . Parecía


curioso mientras su ropa se deslizaba una a una, y luego hojas verdes lo cubrieron,
creando un mundo completamente nuevo.

No tenía nada que comer. ¿Qué podría querer comer Zhuyou?

Cuando Zhuyou partió , esa zona ya no era visible.

Zhuyou sacó un pincel y expulsó una gota de sangre carmesí de la punta de su dedo.
Tras absorber la sangre, la rozó suavemente con el cuerpo de Pei Yunshu.
Inconscientemente, Pei Yunshu, con los ojos teñ idos de carmesí, se estremeció .

La suave punta del cepillo se deslizó sobre esa zona varias veces, dejando marcas
rojas intensas en su piel blanca. Pei Yunshu dejó escapar un sonido ahogado,
sintiéndose ofendido. «Me pica».

Zhuyou tragó saliva con dificultad, y su rostro se volvió aú n más hermoso con sus
patrones demoníacos. Extendió la mano para darle a Pei Yunshu un suave masaje.
Pero en cuanto lo tocó , Pei Yunshu gimió : «Duele».

Lo estaban provocando sin piedad, y el aroma de la excitació n del dragó n de la


inundació n afectó sus sentidos, confundiéndolo. Su mente se convirtió en papilla, y
sintió dolor e incomodidad. Incluso usar un poco de fuerza era insoportable.

Zhuyou se acercó y lo examinó varias veces. Aunque no le rompió la piel, con solo
mirarlo se veía lastimero. Parpadeó , sacó un ungü ento y se lo aplicó suavemente a
Pei Yunshu.

Sus movimientos eran suaves y lentos.

Tras escribir finalmente los dos caracteres "Zhuyou" en el pecho de Pei Yunshu,
Zhuyou le mordió la yema del dedo y, tras obligarlo a sangrar, le entregó el pincel. Pei
Yunshu lo miró con ojos soñ olientos y, aturdido, escribió su propio nombre.

En cuanto dio el ú ltimo trazo, una oleada de calor le inundó el pecho. Este calor
desapareció al instante, y cuando volvió a mirarse el pecho, la escritura ya había
desaparecido.

Zhuyou parecía satisfecho, y sus emociones se fueron calmando poco a poco. Cuando
las hojas a su alrededor perdieron su vitalidad y cayeron al suelo, Pei Yunshu se
había sumido en un profundo sueñ o, acurrucado en los brazos de Zhuyou.

Zhuyou lo sujetó con cuidado y, siguiendo el rastro de Bai Lige y Hua Yue, llegó a una
posada. Ignorando las preguntas de los posaderos, acompañ ó a Pei Yunshu a su
habitació n.

Pei Yunshu estaba profundamente dormido y Zhuyou lo observó en silencio, bajando


el dosel sobre la cama.

A medida que el cansancio disminuía, su mente se aclaró y los pensamientos


confusos desaparecieron. Pei Yunshu solo había dormido menos de una hora cuando
despertó .

Se quedó mirando el dosel de la cama por un momento, pero cuando su mente


regresó por completo, recordó lo que había sucedido antes y sintió que su ira
estallaba.

Pei Yunshu estaba a punto de sentarse, pero cuando su mano se movió ,


accidentalmente tocó el área herida, lo que le provocó un gemido de dolor.

¡No había sido maltratado tan severamente ni siquiera durante su visita al mercado
de demonios!

Al pensar en lo que acababa de pasar, su rostro cambió de color. Estaba furioso y


avergonzado. Quería darle una buena lecció n a Zhuyou, pero al mismo tiempo, no
quería verlo en ese momento.

Tras un momento, Pei Yunshu bajó la cortina de la cama y se dio la vuelta. Se secó la
humedad disimuladamente con una toalla y luego secó suavemente la zona herida.
No se atrevió a presionar demasiado; cada suave pasada le costaba evitar mirarla. Sin
embargo, aú n tenía que mirar al aplicar la medicina. Al hacerlo, su cuello, incluyendo
las puntas de las orejas, se tiñ ó de rojo.

En ese momento, realmente ya no quería ver a Zhuyou.

Abajo, en la posada, Zhuyou levantó de repente la mirada hacia el piso superior. «Está
enojado».

—Señ or Zhuyou —comentó el zorro con tono burló n—. ¿Qué le hizo a la Bella
Yunshu?

Los ojos de Zhuyou brillaron brevemente. Permaneció en silencio, pero se levantó y


se dirigió a las escaleras que conducían al piso superior.

Pei Yunshu acababa de abrocharse el cinturó n cuando alguien llamó a su puerta.


"¿Quién es?"

La persona que estaba afuera no respondió , pero Pei Yunshu tuvo una inexplicable
corazonada de que era Zhuyou quien estaba en la puerta.

Pensando que podría ser él, decidió no abrir la puerta.


Sin embargo, Pei Yunshu de repente se dio cuenta de que estaba pensando en Zhuyou
en ese momento sin estar influenciado por el polvo.

Los extrañ os efectos del polvo que había inhalado en el Pico Wuzhi aparentemente
habían desaparecido.

Mientras pensaba en Zhuyou afuera, esta vez, sus emociones ya no eran las mismas.
No sentía ansiedad, solo una inexplicable y compleja mezcla de emociones.

Zhuyou llamó desde afuera de la puerta: "Yunshu".

Pei Yunshu miró hacia arriba.

El dragó n del diluvio dijo: "No te enojes conmigo".

Pei Yunshu permaneció en silencio.

Afuera, Zhuyou ladeó la cabeza pensativo y sacó un cuadernillo en blanco de su


manga. Hojeó las páginas una a una hasta llegar a la mitad, donde se detuvo.

Imitando có mo hablaban las personas del libro, reemplazó el nombre por el suyo y
dijo: "Yunshu, tu marido no se cansa de ti".

Su voz era suave, pero sus palabras eran altas y claras.

La Espada Qingyue irrumpió por la puerta y Zhuyou retrocedió . La espada golpeó el


suelo con fuerza.

Zhuyou frunció el ceñ o, con la confusió n reflejada en su hermoso rostro. No entendía


por qué Pei Yunshu seguía molesto. Hua Yue, que el dialecto popular del libro era
algo que la gente comú n adoraba, ¿por qué seguía enojado? Tras reflexionar un rato,
finalmente comprendió que quizá se debía a que lo había llamado por el nombre
equivocado.

Zhuyou se acercó a la puerta una vez más, observando lentamente a través de la


abertura creada por la Espada Qingyue. Vio directamente la mitad inferior del rostro
de Pei Yunshu, con los labios firmemente cerrados.
Pei Yunshu tenía un cuello largo y hermoso con una marca roja en él.

Eso fue creado por Zhuyou. Cuanto más lo sostenía, parecía un trozo de jade
sangriento mezclado con jade blanco. Con solo mirarlo, era tan hermoso que no
podías apartar la mirada.

Sus cuernos de dragó n y sus patrones místicos resurgieron, y sintió que todo su
cuerpo se calentaba. Sus ojos se transformaron en pupilas verticales.

La respiració n de Zhuyou se agitó y, dentro de la habitació n, Pei Yunshu de repente se


sintió reseco.

Corrió a la mesa, se sirvió un par de vasos de agua y bebió unos sorbos. Fue entonces
cuando oyó una voz desde afuera: «Yunshu, tu esposa te ama con locura».

Pei Yunshu se sorprendió y comenzó a toser incontrolablemente.

¡No podía creer lo desvergonzado que era este dragó n de la inundació n!

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 54

Capítulo 54

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Zhuyou era en ú ltima instancia un demonio, o más bien, un ignorante, con una lujuria
más grande que la de la gente comú n y la audacia para igualarla, desvergonzado y
falto de modales.

Pei Yunshu bebió media jarra de agua fría y se calmó por completo. Si cada vez que
Zhuyou se excitaba, también le afectaba, la pró xima vez simplemente evitaría ver, oír
o sentir nada, pero dudaba que eso funcionara...

De repente, la Espada Qingyue emitió un zumbido agudo. Un rayo de luz verde brilló ,
y la punta afilada de la espada apuntó amenazadoramente a la parte inferior del
cuerpo de Zhuyou.

Zhuyou miró hacia abajo, a lo largo de la punta de la espada. "..."

¿Era necesario cortar algo que no le gustaba?

La Espada Qingyue se acercó ansiosamente.

Zhuyou cerró el libro, miró tranquilamente a Qingyue Sword a los ojos por un
momento, luego se dio la vuelta y bajó las escaleras.

Pei Yunshu vio que había ahuyentado a Zhuyou y su rostro se relajó . Debería hacerle
saber al dragó n de la inundació n que no era tan fácil de intimidar. Puede que Zhuyou
no lo entendiera, pero él sí. Algunas cosas solo se podían hacer entre compañ eros de
dao, y la escena donde Zhuyou hundió la cara en el pecho era simplemente absurda.
Lo había dicho muchas veces; si hubiera una pró xima vez, cortaría a Zhuyou.

De repente, se oyó un alboroto fuera de la ventana. Pei Yunshu volvió a la realidad, se


levantó y caminó hacia la ventana, mirando el mercado callejero.

Las calles a ambos lados ya estaban llenas de gente, y la carretera central estaba
despejada, con vacas y ovejas como sendero. Detrás, había gente tocando tambores y
gongs, y más atrás, una silla de manos hecha de gasa roja.

A medida que los portadores daban un paso, las capas de gasa roja se balanceaban
con ellos.

Pero a pesar de la gasa ondulante, los extrañ os no podían ver el rostro de la persona
en la silla de manos porque la mitad de su rostro estaba cubierto por una máscara, y
solo un par de ojos asomaban.

Pei Yunshu miró hacia atrás y vio a un niñ o sosteniendo un cartel que decía: "Joven
maestro Qingfeng del pabelló n Nanfeng, sale esta noche".

Había leído sobre esos hombres y mujeres en libros, que aparentemente habitaban en
las profundidades del mundo mortal, y a menudo eran comprados y vendidos para su
primer encuentro.

Pei Yunshu suspiró . Estaba a punto de apartar la mirada cuando notó que el joven
maestro Qingfeng, sentado en la silla de manos, lo miraba. Se quitó la mitad de la
máscara y movió los labios varias veces.

Esta persona parecía decir: “Sálvame”.

Su expresió n se tensó y volvió a observar la procesió n de principio a fin. Ninguno


poseía poder espiritual, y esto estaba bajo la jurisdicció n de la Secta Shanshui. Los
habitantes al pie de la montañ a respetaban profundamente a la Secta Shanshui y
jamás se atreverían a hacer nada malo frente a los cultivadores inmortales.

Pei Yunshu sacó un trozo de papel y lo dobló formando una grulla. Le infundió
energía espiritual y la dejó volar por la ventana, lanzándose hacia la silla de manos
del joven maestro Qingfeng.
Después de un rato, la grulla de papel regresó intacta. Voló hacia Pei Yunshu y le dijo:
«Quisiera molestar al Inmortal Mayor para salvar mi vida».

Pei Yunshu esperó pacientemente la siguiente oració n, pero después de que pasó un
momento, él y la grulla de papel se miraron fijamente, y la siguiente oració n nunca
llegó .

¿Acaso escatimó en pedir ayuda con solo una frase?

Pei Yunshu agarró la grulla de papel y bajó las escaleras. Los huéspedes de la posada
ya se habían apresurado a la orilla del camino para presenciar el espectáculo. Solo
Bai Lige y sus dos acompañ antes permanecieron en la mesa, disfrutando de la comida
y el alcohol.

Al ver bajar a Pei Yunshu, lo saludaron con una sonrisa. "¿Ya despertó Yunshu?"

Pei Yunshu miró a Zhuyou. El dragó n de la inundació n estaba erguido, con una
mirada dó cil, y no se atrevió a mirar a Pei Yunshu.

Eso fue más acertado.

La posada bullía de actividad afuera, pero reinaba el silencio en la mesa. Pei Yunshu
tomó asiento y luego le preguntó a Hua Yue: "Dijiste que hay un nuevo burdel esta
noche, ¿es el que menciona el cartel de afuera, el Pabelló n Nanfeng?".

Hua Yue respondió : «Sí, es ese. Hay muchas bellezas dentro. He estado en
muchísimos burdeles y zonas de ocio, y el Pabelló n Nanfeng es igual de bueno, si no
mejor».

Pei Yunshu les compartió el mensaje que llevaba la grulla de papel. Entonces, cuando
volvió a mirar por la ventana, la procesió n ya había pasado por la posada. El sonido
de tambores y gongs se fue desvaneciendo poco a poco en la distancia.

El Pabelló n Nanfeng se encontraba al final de la calle del mercado. Normalmente, no


había gente, pero este desfile había atraído a los peatones. Algunos cultivadores
audaces y lujuriosos incluso se unieron a la procesió n, sintiéndose desenfrenados.
"Estaba planeando ir al Pabelló n Nanfeng esta noche para ver qué estaba pasando",
dijo Bai Lige, "así que es una buena oportunidad para ver de qué se trata este joven
maestro Qingfeng".

"Con semejante espectáculo, el joven maestro Qingfeng debe ser extraordinariamente


hermoso", preguntó Hua Yue con curiosidad. "Belleza, ¿el joven maestro Qingfeng te
reveló su apariencia cuando te pidió ayuda?"

Pei Yunshu dudó un momento. Tras reflexionar, no recordaba la apariencia del joven
maestro Qingfeng. Estaba cubierto por muchas capas de gasa, y Pei Yunshu solo
recordaba sus ojos.

Frío y penetrante, completamente tranquilo, sin ningú n rubor, a diferencia de las


debutantes en los distritos de entretenimiento.

—No, no lo he visto —respondió —. Lo sabré cuando lo vea esta noche.

Dentro del Pabelló n Nanfeng, la gente entraba y salía, y la multitud abajo estaba
enloquecida. Pei Yunshu y su grupo no se sentaron, sino que permanecieron fuera,
observando las actuaciones en el escenario.

La fragancia emanaba de todas partes, con un sutil toque afrodisíaco. Hombres


apuestos recorrían el escenario, y el aire se impregnaba del aroma a alcohol y
seducció n.

Pei Yunshu ya había sellado su nariz y boca con energía espiritual e incluso le
entregó una bolsa de píldoras Clear Heart a Zhuyou, diciéndole que tomara una si era
necesario.

Las píldoras Clear Heart eran dulces, y Zhuyou las tragó una por una, sin expresió n,
como si estuviera comiendo un caramelo.

El efecto afrodisíaco era solo para fines de entretenimiento, pero Zhuyou no conocía
el mantra del Corazó n Claro, así que esto fue lo mejor que Pei Yunshu pudo hacer.

La encantadora mú sica continuó un rato, y luego los bailarines abandonaron el


escenario. El joven maestro Qingfeng, con media máscara cubriéndole el rostro, dio
un paso al frente.

Hua Yue estaba emocionada. "¡Ya llegó , ya llegó ! El joven maestro Qingfeng debe ser
una belleza innegable. La actuació n promete ser intensa".

Otros compartían la misma opinió n, y los invitados sentados comenzaron a hacer


ruido. Pei Yunshu incluso oyó a alguien presumir con seguridad de haber traído
mucha plata.

Pei Yunshu miró hacia el escenario y el joven maestro Qingfeng acababa de quitarse
la mitad de la máscara.

Pero para sorpresa de todos, aunque el joven maestro Qingfeng era naturalmente
guapo, había una cicatriz profunda en un costado de su rostro, que revelaba dó nde la
máscara no cubría.

La cicatriz atravesaba la mitad de su rostro, y a pesar de su aspecto excepcional, lo


hacía parecer repulsivo.

La multitud estaba alborotada y algunas personas empezaron a maldecir en voz alta.

La expresió n del joven maestro Qingfeng permaneció inalterada. Observó a la


multitud y, escoltado por un sirviente, se retiró del escenario.

Pei Yunshu dijo: "Vamos a echar un vistazo".

Ocultó su presencia y siguió al joven maestro Qingfeng. Aunque el Pabelló n Nanfeng


parecía simple a simple vista, Pei Yunshu lo siguió mientras daba varias vueltas,
como si deambulara por un laberinto.

No fue hasta que las personas que estaban frente a él ingresaron a una habitació n que
Pei Yunshu se dio cuenta de que todo se había vuelto anormalmente silencioso a su
alrededor.

Miró hacia atrás y vio un pasillo largo y oscuro. Sus compañ eros, incluido Zhuyou,
habían desaparecido, y no sabía cuándo.
La expresió n de Pei Yunshu se tornó seria. Observó el pasillo, pero no pudo ver
cuánto se extendía. Desenvainó la Espada Qingyue y la arrojó al pasillo. La espada
voló hacia el final, y el sonido de su corte en el aire se desvaneció gradualmente.

Las orejas de Pei Yunshu se crisparon y rápidamente se dio la vuelta, atrapando la


Espada Qingyue que voló hacia él desde atrás.

La Espada Qingyue había volado desde atrás, pero venía de frente. Pei Yunshu se dio
cuenta de que, sin darse cuenta, se había metido en una formació n. No tenía ni idea
de si Zhuyou y los demás también estaban atrapados en ella.

Agarrando firmemente la espada Qingyue, Pei Yunshu se concentró y procedió con


calma hacia la habitació n en la que había entrado el joven maestro Qingfeng.

El pasillo estaba oscuro, pero la habitació n del joven maestro Qingfeng estaba cálida
y bien iluminada. Al entrar Pei Yunshu, miró hacia la cama de madera tras la cortina.

El joven maestro Qingfeng se sentó en silencio en la cama y levantó los ojos para
mirar a Pei Yunshu.

La fina cortina de gasa no revelaba emoció n alguna en sus ojos. Pei Yunshu usó la
Espada Qingyue para levantarla, y al hacerlo, todo se aclaró .

El joven maestro Qingfeng dijo: "Entonces, el inmortal realmente ha llegado".

Pei Yunshu apretó su agarre en la espada y permaneció en silencio mientras miraba


al joven maestro Qingfeng.

Los ojos del joven maestro Qingfeng estaban tranquilos y su rostro mostraba poca
expresió n, pero miró por encima del hombro de Pei Yunshu y dijo: "¿No vas a salir?"

Las cejas de Pei Yunshu se fruncieron y se hizo a un lado. El viento movió


repentinamente su posició n, pero antes de que pudiera distinguir a la persona que
estaba detrás de él, lo abrazaron con fuerza.

El cabello negro le rozaba la oreja, sus brazos estaban fuertemente apretados, y el


cálido aliento de alguien le acariciaba la oreja, acompañ ado de una voz burlona. «Le
di a Yunshu un cuadro del Palacio de la Primavera, ¿por qué me lo devuelve hecho
pedazos?»

Zouyu abrazó a Pei Yunshu y, con una risita baja, continuó : "Gracias a la amabilidad
de Yunshu, de lo contrario, habría tenido que esforzarme más para capturarte".

Olfateó suavemente la fragancia en el cabello de Pei Yunshu, sus ojos profundos


estaban ligeramente intoxicados.

Junto a la cama, el joven maestro Qingfeng se levantó . Su atuendo cambió y ahora


vestía de negro, con una peonía dorada bordada en el pecho. Miró a Zouyu y le dijo:
«Ten cuidado, no sea que te contraataque».

Zouyu rió entre dientes y, al instante siguiente, se hizo a un lado. Una fuerte ráfaga de
viento le cortó el hombro y la sangre manchó el borde de su ropa.

Si no se hubiera movido lo suficientemente rápido, su cuello podría haber sido


cortado por ese golpe mortal.

Zouyu suspiró profundamente. «La belleza es verdaderamente feroz».

Los ojos de Pei Yunshu ardían de determinació n. Se liberó del agarre de Zouyu y le
apuntó con la espada.

Sus habilidades de cultivo y combate habían mejorado significativamente desde el


incidente en el Pabelló n Brisa de Primavera. Sin embargo, en tan solo unos pocos
intercambios, Zouyu esquivó con soltura sus ataques, su largo látigo alrededor de su
cintura permaneció inmó vil y cada movimiento se volvió más coqueto.

La expresió n de Pei Yunshu se volvió fría. Estaba decidido a lastimar a Zouyu incluso
a costa de autolesionarse. Zouyu notó su intenció n y usó la cortina para atar a Pei
Yunshu. Luego sacó una bolsita de su manga.

Pei Yunshu miró el sobre con un sobresalto. ¿Qué era esto?

"Este objeto es muy valioso", dijo Zouyu con una sonrisa burlona. Usó un cuchillo
pequeñ o para extraer el polvo rojo del sobre.
Pei Yunshu estaba muy familiarizado con esta sustancia; era el mismo polvo que
había encontrado en el Pico Wuzhi.

¿Có mo Zouyu consiguió esto?

Zouyu se acercó a Pei Yunshu, con la mano cubierta de energía espiritual y


sosteniendo el polvo rojo. «Si Yunshu inhala este polvo y la primera persona que ve
después soy yo, podremos continuar lo que dejamos inconcluso en el reino secreto
del Clan Zorro».

Se acercó más y, en un abrir y cerrar de ojos, estaba frente a Pei Yunshu. Pei Yunshu
miró el polvo en su mano, luego sus labios se curvaron en una sonrisa y gritó :
"¡Zhuyou!".

Zouyu arqueó una ceja y miró hacia la puerta. Sin embargo, solo oyó un desgarro
junto a su oído. Pei Yunshu se liberó de la cortina de gasa que lo cubría, agarró la
mano de Zouyu y le apuntó con el polvo a la cara.

El polvo rojo danzaba en el aire como un demonio. Pei Yunshu retrocedió


apresuradamente, a punto de atravesar la puerta, pero el joven maestro Qingfeng lo
detuvo frente a ella.

El joven maestro Qingfeng lo miró con indiferencia. Pei Yunshu retrocedió paso a
paso. Miró a Zouyu, apretó los dientes y luego regresó a él, levantándole la barbilla y
abriéndole los ojos con fuerza.

El par de iris, teñ idos de un azul exó tico, se encogieron de repente al ver a Pei
Yunshu.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 55

Capítulo 55

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Los efectos del polvo rojo fueron bien comprendidos por todos en la sala.

El joven maestro Qingfeng frunció el ceñ o. Avanzó rápidamente, con la intenció n de


apartar a Pei Yunshu de la vista de Zouyu sujetándolo por la muñ eca. Zouyu, sin
embargo, extendió la mano y sujetó la otra de Pei Yunshu, mirando al joven maestro
Qingfeng con los ojos entrecerrados y una expresió n de incertidumbre. "¿Adó nde lo
llevas?"

La mirada del joven maestro Qingfeng se desvió ligeramente hacia Pei Yunshu. «Te
han envenenado».

Después de decir esto, suspiró suavemente: “Una carga”.

Pei Yunshu escuchó esas dos palabras alto y claro. Giró la cabeza para mirar al joven
maestro Qingfeng, y sus miradas se cruzaron. El joven maestro Qingfeng lo notó y le
devolvió la mirada. De repente, Pei Yunshu parpadeó y le dedicó una sonrisa.

Las cejas del joven maestro Qingfeng se fruncieron y soltó la muñ eca de Pei Yunshu,
dando un paso atrás.

La expresió n de Zouyu se tornó feroz y miró fijamente al joven maestro Qingfeng.


Avanzó para atacar.

Mientras luchaban, Zouyu usó técnicas letales, y después de algunos intercambios, la


ira del joven maestro Qingfeng estalló y ya no se contuvo, respondiendo con furia.
"Zouyu, cálmate", advirtió el joven maestro Qingfeng con enojo oculto, "¡Caíste en su
trampa!"

Pero Zouyu no podía calmarse.

Su mente se llenó con la imagen de Pei Yunshu sonriéndole al joven maestro Qingfeng
hace un momento, con sus labios curvándose hacia él.

Su pecho se llenó de celos ardientes, y su intenció n asesina aumentó .

Sus ataques se volvieron cada vez más feroces. La vajilla y la porcelana se hicieron
añ icos por todo el suelo. Pei Yunshu mantuvo una mano tras la espalda y formó un
sello con la otra.

Sin embargo, en solo un momento, el joven maestro Qingfeng fue atado por la Cuerda
Celestial de Zouyu.

Zouyu reprimió su intenció n asesina y advirtió al joven maestro Qingfeng con una
mirada antes de volverse hacia Pei Yunshu.

Su cabello estaba ligeramente despeinado, envuelto en un aura sangrienta mientras


se acercaba. De repente, Pei Yunshu extendió la mano y el látigo de Zouyu, atado a su
cintura, voló a sus manos.

Pei Yunshu lanzó un rápido látigo, golpeando con sañ a la zona herida de Zouyu. El
látigo dejó una roncha roja al instante en el rostro del cultivador demoníaco.

"Date la vuelta", ordenó fríamente Pei Yunshu.

Zouyu se tocó la roncha que tenía en la cara y sus ojos, mientras miraba a Pei Yunshu,
se volvieron ominosamente oscuros.

Otro látigo le abrió un corte en el pecho a Zouyu. Pei Yunshu repitió su orden: «Date
la vuelta».

Zouyu permaneció en silencio y miró a Pei Yunshu desde su posició n más alta.
Con la mano formando sellos tras su espalda, los movimientos de Pei Yunshu se
agilizaron aú n más. Miró a Zouyu y, con un movimiento de muñ eca, el látigo crujió el
aire antes de asestar otro golpe.

Zouyu finalmente se dio la vuelta, riendo entre dientes: "Dos golpes de Yunshu, y
logré provocar una reacció n".

La expresió n de Pei Yunshu se oscureció y otro latigazo despiadado golpeó la espalda


de Zouyu.

Zouyu ya había reaccionado allá abajo. Al impactar el látigo, sintió un dolor


persistente, pero quien lo blandía era Pei Yunshu. La imagen del rostro frío de Pei
Yunshu mientras lo atacaba, junto con la inexplicable excitació n, lo invadió .

Después de que logró soportar el dolor, no pudo evitar girarse para mirar a Pei
Yunshu.

Pero un talismán dorado y brillante ya se había acercado a él, y en un instante, estaba


justo frente a él, presionándolo bajo su hechizo.

Las sienes de Pei Yunshu sudaban. El talismán que usó era uno que había visto en la
explicació n de los artefactos mágicos mientras buscaba la Torre del Sellado de
Demonios. Su Gran Maestro lo había grabado en la Torre. Confiaba en su memoria
para replicarlo, pero no podía garantizar que funcionara en Zouyu.

¡Afortunadamente el talismán funcionó !

Sin embargo, el talismán estaba destinado a someter demonios, y Zouyu era un


cultivador demoníaco. Pei Yunshu no tenía idea de cuánto duraría el talismán.
Sostenía la Espada Qingyue y estaba a punto de salir corriendo de la habitació n. Al
pasar junto al joven maestro Qingfeng, quien estaba atado a la puerta, se le ocurrió
una idea. Lo agarró por el cuello y lo sacó al pasillo.

El pasillo que daba a la puerta seguía completamente oscuro, y Pei Yunshu apuntaba
con su espada al cuello del joven maestro Qingfeng. "Sácame".
El joven maestro Qingfeng lo guió en silencio a través de la oscuridad. Pei Yunshu no
estaba seguro de si debía confiar en él, pero debido a la formació n, no tenía otra
opció n. Bajó la voz y amenazó : «Será mejor que no me hagas ninguna broma. Si no
salgo, te mataré».

"No me matarás", dijo el joven maestro Qingfeng. "Tienes un corazó n bondadoso,


pero la bondad solo trae desgracias. Recuerda, para la pró xima vez, no seas tan
benévolo con todos".

Pei Yunshu frunció los labios. Acercó la espada al cuello del joven maestro Qingfeng
y dijo: "¿De verdad crees que no te mataré?".

El joven maestro Qingfeng caminó con calma, sin mostrar miedo y no respondió a las
palabras de Pei Yunshu.

Este hombre era realmente extrañ o. Pei Yunshu frunció el ceñ o y permaneció alerta,
atento a cualquier sonido proveniente de todas direcciones y atento a cualquier señ al
de movimiento.

El joven maestro Qingfeng, vestido de negro, casi se confundía con la oscuridad. En


todo el pasillo, solo el latido de su corazó n permanecía constante.

A cada paso que daba, Pei Yunshu lo seguía, pisando donde el joven maestro Qingfeng
acababa de pisar. A diferencia de antes, donde el pasillo parecía interminable, esta
vez llegaron rápidamente al final.

Se escuchó un ruido repentino desde atrás.

Pei Yunshu se giró para mirar, y la habitació n de la que acababan de salir temblaba
violentamente. Parecía que Zouyu estaba a punto de liberarse del talismán que
reprimía a los demonios.

"Date prisa", instó Pei Yunshu.

El joven maestro Qingfeng frunció el ceñ o. "¿Crees que apurándome me darás seis
piernas?"
Aú n quedaban muchas habitaciones a lo largo del pasillo. Las puertas de madera
cerradas inquietaron a Pei Yunshu. No pudo esperar más y agarró al joven maestro
Qingfeng, abrió la puerta más cercana y lo jaló hacia adentro antes de cerrarla tras
ellos.

En ese instante se oyó un fuerte estruendo desde atrás.

El joven maestro Qingfeng dijo: "¿No tienes miedo de que abrir puertas al azar pueda
llevarte a un callejó n sin salida?"

Sonaba desaprobador, claramente descontento con el comportamiento imprudente


de Pei Yunshu y por haberlo arrastrado a ello.

"Si es un callejó n sin salida, con el mismo destino que tú , entonces no sería injusto",
Pei Yunshu levantó una ceja y no pudo evitar reír, "Además, todavía no hemos llegado
a un callejó n sin salida, ¿verdad?"

Todavía podía reír en un momento como este.

Su sonrisa era aú n más brillante que la que le había mostrado deliberadamente antes.
Sin embargo, el joven maestro Qingfeng solo respondió con un resoplido frío.

Pei Yunshu: “Por cierto, necesito sellarte la boca para que no busques ayuda de ese
cultivador demoníaco”.

Tras inmovilizar al joven maestro Qingfeng, Pei Yunshu también selló la Cuerda
Celestial de Atadura dentro de la barrera. Esta Cuerda Celestial de Atadura era tan
astuta y engañ osa como su dueñ o, y debía ser restringida.

Después de completar estas tareas, Pei Yunshu finalmente tuvo la oportunidad de


mirar alrededor de la habitació n.

La habitació n estaba en silencio, pero Pei Yunshu podía oír ruidos débiles.

Contuvo la respiració n, siguió los sonidos y, para su sorpresa, vio a Hua Yue
tropezando en el suelo con los ojos cerrados, como si intentara romper una
formació n.
Pei Yunshu estaba a la vez sorprendido y encantado. No se atrevió a tocar a Hua Yue
sin permiso, así que se sentó cerca y observó có mo Hua Yue intentaba romper la
formació n.

Si Hua Yue estaba aquí en estas habitaciones a lo largo del pasillo, era probable que
Zhuyou y Bai Lige también estuvieran aquí.

Pensándolo bien, cuando siguió al joven maestro Qingfeng por el pasillo laberíntico,
ya había entrado en la formació n. El Pabelló n Nanfeng no era tan pequeñ o como
parecía desde fuera.

Se oyó movimiento fuera de la habitació n, con pasos suaves y lentos. El tono de


Zouyu era prolongado y sugerente: "¿Dó nde está mi belleza?".

Sin embargo, su tono contenía una hostilidad escalofriante y oculta.

Pei Yunshu no pudo evitar mirar al joven maestro Qingfeng.

Para su sorpresa, el joven maestro Qingfeng también lo observaba. En la habitació n


en penumbra, era difícil ver con claridad la cicatriz en un lado de su rostro.

Con un rostro atractivo, se parecía a Pan An, y sin la cicatriz, el joven maestro
Qingfeng parecía una persona completamente diferente del cultivador demoníaco
lascivo y depravado de la Secta del Brocado de Flores.

Desgraciadamente, no era una buena persona.

El joven maestro Qingfeng se encontraba en una posició n incó moda, con las manos
levantadas como si estuviera a punto de levantar o bajar algo, pero su rostro se
mantuvo sereno. Sus acciones eran inusualmente có micas.

Pei Yunshu intentó contener la risa, pero ya no pudo resistir más. Entrecerró los ojos
y una risita silenciosa escapó de sus labios.

Los ojos del joven maestro Qingfeng brillaron mientras escuchaba los pasos afuera de
la puerta. Pensó : «La belleza realmente extravía a la gente».

Sin embargo, permaneció quieto y no hizo ningú n movimiento.


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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 56

Capítulo 56

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El Pabelló n Nanfeng estaba repleto de fragancias por todos lados, ricas y seductoras,
realzadas con hierbas afrodisíacas. Pei Yunshu conocía las consecuencias si Zouyu lo
encontraba allí.

El joven maestro Qingfeng quedó inmovilizado por la puerta y la Cuerda Celestial


quedó atrapada dentro de la barrera, mientras Hua Yue intentaba romper la
formació n. Pei Yunshu, el ú nico que aú n estaba despierto y capaz de moverse, se secó
el sudor de las manos y se preparó para lo mejor y lo peor.

No podía esperar eternamente que alguien lo rescatara, ni tampoco podía esperar


que alguien le mostrara misericordia.

La punta del dedo de Pei Yunshu rozó la afilada espada. Sostuvo la Espada Qingyue
horizontalmente en su mano, esperando en silencio cualquier movimiento fuera de la
puerta.

***

Los latigazos que Pei Yunshu le había dado dejaron marcas sangrientas en la piel de
Zouyu, rasgando su ropa y dejando salir sangre de las heridas. El látigo también le
había dejado una marca roja en la mitad del rostro, que, combinada con sus
cautivadores ojos profundos, revelaba un indicio de inminente ferocidad.

A pesar de su apariencia desaliñ ada, el corazó n de Zouyu ardía de intenso deseo por
Pei Yunshu.
—Maestro del Saló n Ling —puso las manos tras la espalda con indiferencia,
ignorando las manchas de sangre en su ropa—. ¿Puedo preguntar dó nde están usted y
mi belleza?

Sin embargo, en la oscuridad del pasillo, no hubo respuesta.

Dentro de la habitació n, Pei Yunshu observaba al joven maestro Qingfeng. Este


mantuvo su ridícula postura hasta que los pasos del exterior se alejaron, pero no
logró romper el hechizo de Pei Yunshu.

Pei Yunshu esperó pacientemente un rato hasta asegurarse de que Zouyu no


regresara. Luego, caminó hacia la habitació n interior.

Hua Yue había estado tropezando por un rato, y Pei Yunshu se sentó , contemplando
las palabras que Zhuyou había escrito en su pecho.

¿El efecto de lo profundo y misterioso?

Colocó su mano sobre su corazó n, cerró los ojos y trató de sentir cualquier efecto de
lo “profundo y misterioso”.

No podría ser que las emociones de Zhuyou desencadenaran automáticamente un


efecto tan extrañ o e inú til, ¿verdad?

Perdido en sus pensamientos, pensó en dar un consejo.

“Recuerda tomar la píldora para un corazó n limpio”.

"Me lo estoy comiendo ahora."

Pei Yunshu de repente abrió los ojos y miró a su alrededor, pero no pudo ver la
sombra del tonto dragó n de la inundació n.

¿De dó nde había salido esa voz?

Colocó su mano sobre su pecho y, en su mente, pensó : “¿Zhuyou?”

Allí, algo pareció romperse y dijo: “Te encontré”.


Justo cuando estaba a punto de preguntar dó nde estaba, oyó el rugido sordo de un
dragó n de inundació n desde fuera de la habitació n, seguido de una serie de
estruendos atronadores mientras la casa se derrumbaba. Una figura oscura apareció
como un rayo y corrió hacia la habitació n donde se alojaba Pei Yunshu.

Las puertas y ventanas se hicieron añ icos, y el poderoso dragó n negro irrumpió en la


habitació n. Al instante siguiente, se transformó en una figura humana, limpiándose la
sangre del cuerpo. Se quedó de pie tranquilamente frente a Pei Yunshu.

En su mano sostenía una tira de tela que le entregó a Pei Yunshu. Su mirada negra
permaneció firme mientras decía: «Ya terminé de comer».

Pei Yunshu recibió la tira de tela aturdido y, aú n aturdido, metió en ella las Píldoras
del Corazó n Puro que quedaban en su bolsa. Le entregó la bolsa a Zhuyou.

Si una persona comú n consumiera una Píldora del Corazó n Puro, permanecería libre
de pensamientos impuros durante al menos medio mes. Incluso los cultivadores
podrían verse afectados durante dos o tres días con una sola píldora.

Considerando cuántas píldoras Clear Heart Pills había consumido Zhuyou, Pei
Yunshu no pudo evitar preguntarse si las píldoras que tenía eran en realidad algunos
frijoles cubiertos de azú car al azar que le había dado un discípulo.

Zhuyou agarró con indiferencia dos frijoles más y se los comió . Luego, se giró para
mirar al joven maestro Qingfeng. Entrecerró los ojos y, en la oscuridad, sus pupilas
bestiales brillaron con una luz maligna. Extendió sus cinco dedos, y el joven maestro
Qingfeng cayó al suelo, con Zhuyou agarrándole el cuello con fuerza.

Finalmente, el joven maestro Qingfeng reaccionó . Sujetó la mano de Zhuyou sin


forcejear y dijo con sabiduría: «Conozco un reino secreto del dragó n divino».

Zhuyou hizo una pausa por un momento, aflojando ligeramente su agarre.

El joven maestro Qingfeng se mantuvo increíblemente tranquilo. Habló con rapidez:


«En los ú ltimos añ os, la Secta del Brocado de Flores ha buscado en secreto muchos
reinos secretos. Zouyu y yo vinimos aquí para explorar un reino secreto menor en la
Secta Shanshui y el gran reino secreto del dragó n divino a lo largo de la costa del Mar
del Este».

Zhuyou soltó su agarre y el joven maestro Qingfeng cayó al suelo, agarrándose la


garganta y tosiendo.

Pei Yunshu frunció el ceñ o. Cuando se encontró con Hua Yue, la Secta del Brocado de
Flores intentó usarlo para atraerlo. En aquella ocasió n, buscaban el reino secreto del
Clan Zorro, pero al parecer también habían estado explorando muchos otros reinos
secretos.

"¿Por qué necesitas tantos reinos secretos?"

El joven maestro Qingfeng dejó de toser, levantó la cabeza para mirarlo y sus ojos
brillaron. «Al líder de la secta le gustan».

Pei Yunshu estaba a punto de hacer otra pregunta, pero se oyó un fuerte ruido a sus
espaldas. Hua Yue, que había estado rompiendo la formació n, finalmente salió de ella.
Exclamó conmocionado, corrió y agarró las piernas de Pei Yunshu, intentando
arrastrarlo. "¡Belleza Yunshu, aléjate de él! ¡Hay algo extrañ o en el Pabelló n
Nanfeng!"

Era un pequeñ o zorro, y no pudo arrastrar a Pei Yunshu muy lejos. En cambio, logró
subirle los pantalones, dejando al descubierto una pequeñ a parte de sus hermosos
tobillos que parecían jade cremoso.

Pei Yunshu no se dio cuenta. Levantó a Hua Yue y le dijo: «Hua Yue, no te preocupes.
Ya lo hemos dominado».

Hua Yue estaba abrazado a Pei Yunshu y permanecía alerta mientras observaba al
joven maestro Qingfeng. Resopló : «Como era de esperar».

Sin embargo, después de un tiempo, quedó completamente absorto en su mundo de


amor. Toda su sensació n de peligro se desvaneció y se acurrucó contra Pei Yunshu.
"Belleza Yunshu, si pudiera adoptar forma humana, ¿me abrazarías así?"

Pei Yunshu rió entre dientes. "Para entonces, me temo que ya no podré abrazarte".
Hua Yue, con ojos de zorro, reflexionó sobre esto. Para entonces, podría sostener a
Yunshu en su lugar.

Mientras tanto, el joven maestro Qingfeng observaba a Pei Yunshu moverse. Siempre
parecía vislumbrar su atractivo tobillo. Incapaz de resistirse más, usó en secreto su
energía espiritual para bajarle los pantalones. Cuando los tobillos quedaron ocultos,
el joven maestro Qingfeng finalmente se relajó .

Pei Yunshu era realmente peligroso y necesitaba mantener la distancia.

Ciertamente no le gustaba una belleza que só lo causaba problemas.

***

Zouyu fue gravemente herido por Zhuyou, pero logró encontrar una oportunidad
para escapar de las garras de Zhuyou.

Sin embargo, Zhuyou casi se quita la vida. Incluso si hubiera escapado, considerando
la gran cantidad de cultivadores y demonios que había afuera, sus posibilidades de
sobrevivir eran escasas.

Después de que Bai Lige rompiera la formació n, todos emergieron de ella, y Bai Lige
expresó su frustració n. "Pensé que la formació n era extraordinaria y perdí tiempo
memorizándola. No esperaba que todos ustedes salieran antes que yo".

Luego miró al joven maestro Qingfeng y exclamó : "¿Eh?". Preguntó : "Esposo, ¿ya lo
rescataste?".

"Es un cultivador demoníaco", explicó Pei Yunshu. "Bai Li, hablaremos más sobre ello
después de irnos".

La formació n fue prácticamente destruida por la furia de Zhuyou, y salieron por la


puerta trasera del Pabelló n Nanfeng, encontrando poca resistencia en el camino. El
joven maestro Qingfeng caminaba junto a Pei Yunshu con las manos atadas y de
repente dijo: «Tres corazones y dos mentes*».
*A medias tintas.
Pei Yunshu se giró para mirarlo. "¿A quién te refieres?"

Pero el cultivador demoníaco se quedó en silencio.

Una vez que abandonaron el Pabelló n Nanfeng y estaban lejos de las bulliciosas
calles de la ciudad, muchas personas se asustaron por el ataque de Zhuyou y los
juerguistas desaparecieron.

Excluyendo el día de hoy, aú n quedaban cuatro días del Evento de Cultivo. Pei Yunshu
había ganado el encuentro contra Wu Jiu, y aú n quedaban al menos cinco o seis
encuentros más. Sin embargo, los dos Maestros de Saló n de la Secta Brocado de
Flores habían sido derrotados. Pei Yunshu se preguntaba si su Maestro de Secta
enviaría a alguien más a buscar el Reino Secreto del Dragó n Divino.

Pei Yunshu no lo pensó mucho. «Nos vamos hoy. Zhuyou y yo iremos a la montañ a a
recoger nuestras cosas. Bai Li y Hua Yue, espérennos en un lugar lejano».

"Por fin me voy", suspiró Bai Li aliviado. "Me he sentido muy incó modo en esa
montañ a. Siempre me siento como si fuera el Jiao escondido por Yunshu en una casa
dorada. Soy yo quien está siendo escondido".

Zhuyou frunció el ceñ o. "Soy el dragó n de la inundació n*."


*Suena como jiao

Pei Yunshu no pudo evitar reír.

Desde esta perspectiva, parecía como si estuviera escondiendo un “jiao” en una casa
dorada.

***

Bai Li y Hua Yue no podían olvidarse de las gallinas salvajes del reino secreto de la
Secta Shanshui. Incluso trajeron una bolsa de almacenamiento vacía y capturaron
docenas o incluso cientos de ellas.

Pei Yunshu empacó las cosas de la habitació n y luego llevó a Zhuyou a otras cumbres.
Intercambiaron diversos tesoros por herramientas mágicas y elixires, especialmente
Píldoras del Corazó n Puro. Consiguieron cientos de frascos. Cuando se fue, el
hermano mayor, creador de píldoras, seguía mirando a Pei Yunshu con expresió n
complicada.

Fueron de nuevo a la montañ a trasera a cazar más pollos. Pei Yunshu observó có mo
los pollos salvajes se alineaban para entrar en la bolsa de almacenamiento uno a uno,
sintiéndose un poco culpable.

Desde que Zhuyou y los tres entraron en la Secta Shanshui, no solo escasearon los
pollos salvajes en las montañ as traseras de varios picos, sino que los tres tenían un
apetito enorme y les encantaba comer pollo. Con esta ú ltima captura antes de partir,
casi habían agotado la població n de pollos salvajes en la Secta Shanshui.

Una vez que hubo suficientes pollos en la bolsa, Pei Yunshu le indicó a Zhuyou que se
detuviera. Ambos montaron sus espadas y volaron montañ a abajo al anochecer.

Mientras descendían la mitad de la montañ a, se encontraron con un rostro familiar:


Wu Jiu, el joven maestro del Palacio Yuan Ling.

Wu Jiu iba acompañ ado de varios cultivadores. Pei Yunshu fingió no verlos e intentó
pasar volando por un lado, pero Wu Jiu gritó : «Pei Yunshu».

Pei Yunshu detuvo su espada y se giró para mirar hacia atrás.

La expresió n de Wu Jiu era feroz. Sacó un conjunto de ropa de su manga y un librito


familiar. Furioso, los arrojó a los brazos de Pei Yunshu y, sin esperar su respuesta,
voló velozmente como un rayo de luz, seguido de cerca por los demás cultivadores.
En un instante, desaparecieron.

El tiempo se agotaba, y Pei Yunshu seguía bajando la montañ a. Miró lo que sostenía
en sus brazos y decidió guardarlo en su bolsa de almacenamiento.

Por suerte, el resto del viaje transcurrió sin más incidentes. Cuando ambos grupos
convergieron, finalmente respiraron aliviados.

Hua Yue sacó su pequeñ o y delicado bote, que instantáneamente se expandió para
acomodar có modamente a cinco personas.
Instalaron una barrera de ocultació n para ocultar su presencia en el barco y luego se
dirigieron hacia el Mar del Sur.

Pei Yunshu observó có mo la Secta Shanshui se alejaba, perdido en sus pensamientos.

Gran maestro.

Había recuperado sus recuerdos, pero le pareció extrañ o que inexplicablemente


rechazara la secta, sintiera un miedo injustificado hacia su hermano mayor y tuviera
el deseo de escapar de su hermano menor.

Incluso hacia su amo, de repente perdió el sentido de cercanía, dejando tras de sí só lo


dolor.

Tenía la persistente sensació n de que aú n había muchas cosas que recordar.

En ese momento, debería haber escrito una carta para informar a su maestro,
explicándole que había abandonado la montañ a y que ya no podía participar en el
evento de cultivo, y debería haberle mencionado su destino. Sin embargo, se sentía
agotado mentalmente, y la idea de escribir algo le hacía sentir la mano demasiado
pesada para levantar la pluma.

Bai Li había dicho que ya no era discípulo de la Secta Shanshui. Sin embargo, su
repentina partida significaba que al menos debía dar una explicació n a la Secta
Shanshui, si no por la secta, al menos por el evento de cultivació n.

De repente, algo se le pegó a los labios, y Pei Yunshu instintivamente abrió la boca y
probó la sustancia. Era una Píldora para el Corazó n Puro.

Zhuyou lo observó y preguntó : "¿Está sabroso?"

Sus pensamientos caó ticos se calmaron instantáneamente y Pei Yunshu sonrió y dijo:
"Solo uno es suficiente para mí".

Zhuyou retiró la mano con la que le había ofrecido la pastilla y se la metió en la boca.
"No te preocupes", dijo.

Pei Yunshu se rió entre dientes.


Estaban en la cubierta, disfrutando del cielo pú rpura del crepú sculo. Pei Yunshu
metió la mano en su tú nica y sacó lo que Wu Jiu le había metido en los brazos antes.

Abrió el librito por arriba. El contenido le resultaba familiar. Hojeó las páginas y
encontró un sobre delgado dentro.

Pei Yunshu abrió la carta y contenía un método para convertir la energía espiritual
en un arma afilada.

Sorprendido, terminó de leer la carta y luego guardó el librito y la ropa en su tú nica.


Tenía una vaga idea de lo que pasaba.

Levantó la capa de tela gris que cubría la ropa para revelar el atuendo vibrante y
llamativo que había debajo. Era un traje de colores brillantes.

Hua Yue comentó : "Qué bonito atuendo".

Pei Yunshu guardó silencio un momento. "¿Por qué haría esto?"

Wu Jiu no pudo responderle. Tras guardar los artículos en su bolsa, Hua Yue
preguntó : «Hermosa Yunshu, ¿por qué no te pones ese atuendo?».

Pei Yunshu negó con la cabeza.

É l mantendría estos artículos seguros y los devolvería en el momento adecuado.

El joven maestro Qingfeng, atado a un poste, miró a Bai Lige, que estaba arrancando
plumas de un pollo salvaje cercano, y dijo: "Lo llamas tu esposo, pero ¿ni siquiera te
importa que otros le envíen ropa?"

Bai Lige fingió reflexionar un momento y respondió : «Tienes razó n. Como esposa
legítima, debo mantener la dignidad de esposa. Aunque ese dragó n de la inundació n
sea más capaz que yo, aun así debo afirmar mi autoridad como esposa».

El joven maestro Qingfeng resopló y replicó : "Tu marido no está haciendo un gran
trabajo; es bastante coqueto".

Bai Lige frunció el ceñ o y dijo: "A Ge no le gusta oír esas palabras que dices".
Se giró para seguir desplumando pollos e ignoró al joven maestro Qingfeng. Zhuyou
se hizo a un lado, sin hacer ningú n movimiento visible, y una palangana de agua clara
se elevó en el aire, desplumando cuidadosamente todas las plumas de pollo.

Bai Lige, que al principio solo estaba jugando, se puso de pie y preguntó : "¿Có mo
deberíamos cocinarlo, Yun Shu?"

Pei Yunshu miró a Hua Yue, quien levantó su pata de zorro y dijo: «No sé cocinarlo,
pero puedo enseñ arte. La bella Yunshu solo sabe asar un pollo; y el señ or Zhuyou no
te dejará comerlo después de cocinarlo».

Bai Lige miró a Zhuyou y chasqueó la lengua: "¿Por qué eres tan autoritario?"

Zhuyou lo miró con indiferencia. "Esposo mío."

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 57

Capítulo 57

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Para su comida final, fue el joven maestro Qingfeng quien la preparó .

El joven maestro Qingfeng, vigilado de cerca por los tres demonios, preparó la
comida en silencio. Su rostro y ropa estaban manchados de ceniza, lo que hacía que
esta persona, normalmente tranquila e inteligente, luciera extremadamente
desaliñ ada. Sin embargo, con su vida en manos de otros, no tuvo más remedio que
soportar esta humillació n. Tras completar la comida bajo las ó rdenes del zorro, fue
atado de nuevo al pilar.

Hua Yue tenía una expresió n severa en su rostro de zorro mientras partía una pata de
pollo y le daba un mordisco. Después de masticar, asintió : «Tiene el punto justo de
sal, las especias no son muy fuertes y está bien cocinado. Podemos comerlo».

Só lo después de que él habló , Zhuyou y Bai Lige dieron sus primeros bocados.

Pei Yunshu, siendo aú n mortal en cuanto a necesidades físicas, no estaba


particularmente interesado en los pollos salvajes de la Secta Shanshui. Tras probar
algunos bocados, sacó un libro y comenzó a leerlo por separado.

Una vez que terminaron de comer, Bai Lige desató personalmente al joven maestro
Qingfeng. Sonrió con calidez: «Es mejor ser cocinero que prisionero. Incluso
podemos concederte el poder de matar pollos. ¿Qué te parece, joven maestro
Qingfeng?».
El joven maestro Qingfeng se tragó el sarcasmo que le había llegado a la garganta y
respondió sin expresió n: "Estoy de acuerdo".

El Mar del Este estaba realmente lejos, y con la velocidad de navegació n actual,
tardarían al menos cinco días en llegar. Durante esos cinco días, el joven maestro
Qingfeng no se atrevió a pensar en lo que le esperaba.

Cuando finalmente lo desató , Pei Yunshu señ aló los platos sobre la mesa: "¿Todavía
necesitas esto?"

El joven maestro Qingfeng se acercó en silencio y comenzó a comer la comida que él


mismo había preparado.

Pei Yunshu, con tono serio, dijo: «Comer carne todo el tiempo puede ser un poco
abrumador. Me pregunto si el joven maestro Qingfeng podría preparar platos
vegetarianos».

Hua Yue levantó la pata y dijo: "Si Yunshu quiere comer platos vegetarianos, puedo
enseñ arle".

—Entonces, gracias, Hua Yue —dijo Pei Yunshu con aprecio—. Y gracias, joven
maestro Qingfeng.

El joven maestro Qingfeng respondió en un tono plano: "Estás haciendo esto a


propó sito".

Sorprendentemente, Pei Yunshu asintió con la cabeza.

Tras una comida abundante y un poco de alcohol, Zhuyou se sentó tranquilamente a


la mesa, observando a Pei Yunshu. Al cabo de un rato, se acercó a su oído y le
susurró : «Voy a darme un bañ o».

Pei Yunshu respondió casualmente: "Adelante".

Los labios de Zhuyou se curvaron con una mirada significativa: "No se permite
mirar".

Dicho esto, se levantó con aire de satisfacció n y se dirigió a la habitació n.


Su tú nica ondeaba, exudando un aire de dominio. A Pei Yunshu ni se le ocurriría
espiar a Zhuyou mientras se bañ aba, pero el hecho de que Zhuyou le recordara que no
lo hiciera significaba que había aprendido algo de decoro y modestia. Esto hizo que
Pei Yunshu se sintiera sumamente aliviado y, de buen humor, sacó papel y pluma para
escribir una carta al Maestro de Secta Lingye.

Tras terminar la carta, invocó a un pájaro del cielo, le sujetó la carta sellada a una
pata y acarició sus plumas blancas. «Por favor, entrega esto».

El pájaro emitió un agudo canto y voló de nuevo hacia el cielo.

Pei Yunshu lo vio desaparecer en la distancia. Luego sacó la placa de madera de su


secta.

Este ya era su segundo emblema de madera de la secta. Se rió con autodesprecio y


aplastó la placa.

**

El barco de Hua Yue era sin duda un tesoro mágico. Podía cambiar de tamañ o y
contaba con todas las comodidades necesarias a bordo.

Permanecer cinco días en él no resultó nada tedioso. Cuando finalmente llegaron al


borde del Mar del Este, todos sintieron cierta reticencia a abandonar el barco.

El Mar del Este estaba turbulento, con olas que se extendían hasta donde alcanzaba la
vista. No había nada en la orilla, y mucho menos un reino secreto.

El joven maestro Qingfeng dijo: “La Secta del Brocado de Flores solo sabe que el
reino secreto está en algú n lugar a lo largo del Mar del Este, pero no conocen la
ubicació n exacta”.

—En ese caso, acampemos aquí por ahora —sugirió Bai Lige, contemplando el vasto
Mar del Este—. Esta zona es tan grande, que debería haber formaciones protectoras
alrededor.
Conocido como el dragó n divino, a la gente del mundo se le prohibía matar dragones,
y estos, además, gobernaban a todas las bestias. Esperar el reino secreto de un dragó n
era una oportunidad ú nica. Después de todo, un reino secreto no reclamado solo
estaría disponible tras la muerte de un dragó n.

El grupo descansó en este lugar mientras el joven maestro Qingfeng encendía una
fogata y preparaba la comida. Bai Lige selló su cultivo y guió a los demás hacia la
orilla.

“En el Mar del Este hay tritones que derraman lágrimas que se convierten en perlas,
y cuando la seda de dragó n entra al agua, no se moja”.

El interés de Hua Yue se despertó . "¿Son hermosos los tritones?"

Bai Lige reflexionó un momento y respondió : "Nunca he estado en el paseo marítimo,


así que no lo sé".

Pei Yunshu añ adió : «Los tritones son conocidos por su pasió n por el tejido. Se dice
que son hermosos y cantan con destreza. Si tenemos la oportunidad, también me
gustaría verlos».

—A los tritones les gusta la ropa exquisita —los ojos ámbar de Hua Yue brillaron de
emoció n—. Yunshu, tienes un atuendo precioso en tu bolsa.

—Esa prenda es del Señ or Wu Jiu —dijo Pei Yunshu negando con la cabeza—. Tendré
que devolverla más adelante. No es mía.

Caminó hasta la orilla del mar, y cuando el agua llegó a sus pies, se detuvo y miró la
superficie del agua.

Las olas eran turbulentas y el agua era cristalina allí donde llegaba a sus pies, pero al
mirar más lejos, se convertía en un azul profundo que casi resultaba intimidante.

Detrás de él, el joven maestro Qingfeng había terminado de preparar la comida y


gritó : "¡Está lista!"

Pei Yunshu se dio la vuelta y siguió a los demás.


Aunque ninguno necesitaba comer, habían estado comiendo con regularidad durante
los ú ltimos días y disfrutaban burlándose del joven maestro Qingfeng. Un cultivador
demoníaco, antes misterioso e insondable, ahora cocinaba más rápido y sin rastro de
grasa. Fue un progreso realmente notable que hizo que la experiencia fuera
placentera.

Después de la comida, Hua Yue insistió en persuadir a Pei Yunshu para que se pusiera
el hermoso atuendo y atrajera a los tritones a la orilla. Pei Yunshu le permitió ser
coqueto, pero no cedió .

Finalmente, el joven maestro Qingfeng dijo inesperadamente: "Tengo un atuendo


hecho de seda de dragó n".

La seda de dragó n era similar a la seda de sirena, una tela extremadamente ligera que
apenas ocupaba espacio.

Pei Yunshu observó có mo el joven maestro Qingfeng recuperaba la prenda. Parecía


hecha de flores rojas trituradas y tan ligera que parecía que el viento la iba a llevar,
una prenda verdaderamente ú nica en el mundo mortal.

"Si es del joven maestro Qingfeng, que lo use", sugirió Pei Yunshu. "Solo necesita
cubrirse el rostro con un velo y podrá atraer a los tritones a la orilla".

La mano del joven maestro Qingfeng se tensó al sostener el hermoso atuendo. Al oír
esto, las pupilas verticales de Zhuyou se abrieron y dijo con una leve sonrisa: «Joven
maestro Qingfeng, debería seguir su sugerencia y hacer lo que dice».

Bai Lige se rió entre dientes y dijo: "Yunshu es realmente malvado y me gusta".

Al hacer ese comentario, Zhuyou, con sus pupilas verticales, lo miró , pero a Bai Lige
no le importó . De hecho, sonrió con suficiencia y preguntó : «Zhuyou, ¿por qué me
miras?».

Zhuyou dijo: “Los eruditos de este libro a menudo tienen más de tres esposas y
cuatro concubinas, e incluso se juntan con monstruos”.

Bai Lige preguntó : "¿Eh?"


Zhuyou se giró para mirar a Pei Yunshu y preguntó lentamente: "Yunshu, ¿también
quieres tres esposas y cuatro concubinas?"

Sus palabras fueron pronunciadas con calma, como si fuera una pregunta casual. Pero
Bai Lige sintió que si Pei Yunshu hubiera accedido, Zhuyou podría haber matado a
esas tres esposas y cuatro concubinas.

Pei Yunshu respondió : "¿Has visto alguna vez a un cultivador con tres esposas y
cuatro concubinas? No te quedes con estas cosas a la ligera".

Zhuyou lo miró y de repente dijo: "Me perteneces".

Pei Yunshu fue tomado por sorpresa y miró fijamente a los ojos de Zhuyou.

Los ojos de Zhuyou eran profundos e insondables. Aunque solo era un dragó n de
inundació n ignorante, en ese momento, pareció atraer a Pei Yunshu hacia su mirada.
Las ambiciones ocultas de Pei Yunshu se revelaron de repente, y junto con ellas,
había un fuerte deseo.

Su mirada parecía decir que si Pei Yunshu cayera en sus manos, sería completamente
devorado.

“…” Los ojos de Pei Yunshu temblaron y desvió la mirada.

***

Después de que el joven maestro Qingfeng se cambió de ropa y ocultó la cicatriz en


su rostro, caminó sin expresió n hacia la orilla del mar.

¿Por qué tuvo que decir esa frase extra?

El mar estaba relativamente tranquilo en ese momento, y los espectadores lo


seguían. Para darle prestigio al joven maestro Qingfeng, al menos se abstuvieron de
reír.

Sin embargo, después de permanecer quieto por un momento sin ninguna actividad,
Hua Yue sugirió : "Joven maestro Qingfeng, ¿por qué no canta una canció n?"
"No soy un verdadero gigoló ", respondió el joven maestro Qingfeng con un tono algo
burló n.

Suspirando, Hua Yue se ofreció : "¡Puedo hacerlo! Déjame intentarlo".

Se metió en el agua, pero en cuanto lo hizo, vio una figura oscura nadando hacia ellos
desde abajo. La figura era extremadamente rápida y, en un instante, estaba justo
frente a ellos.

Hua Yue se asustó y se le erizó el pelo. Instintivamente, saltó sobre alguien, pero sus
afiladas garras rasgaron accidentalmente la seda de sirena que vestía el joven
maestro Qingfeng.

Los ojos de Pei Yunshu estaban cubiertos por un par de manos cuando alguien lo
abrazó por detrás y lo sostuvo en sus brazos.

“¿Qué pasa?” preguntó .

La voz de Zhuyou era tranquila cuando respondió : "Los tritones están aquí".

Al oír esto, Pei Yunshu intentó apartar la mano de Zhuyou que le cubría los ojos, pero
Zhuyou no lo soltó . Habló con fastidio: «Son feos; no mires».

Justo cuando decía eso, se oyeron varios gritos débiles de niñ os, tristes y
conmovedores. El sonido del agua se volvió turbulento por un instante antes de que
todo volviera a la calma.

Pei Yunshu siguió tirando de la mano de Zhuyou, pero la presió n en su tobillo se


intensificó . Al instante siguiente, todo dio un giro y se sumergieron en el Mar del
Este.

Rápidamente erigió una barrera, abrió los ojos y miró a un lado. Todos, excepto
Zhuyou, habían caído al mar.

Este lugar estaba claramente en lo profundo del océano, pero ellos habían estado
justo en la orilla unos momentos antes.
Bai Lige y los demás estaban igualmente asombrados. Intercambiaron miradas y
nadaron hacia la superficie.

Cuando atravesaron el agua, se encontraron rodeados por una vasta extensió n de


terreno helado, interminables extensiones de hielo y nieve, con icebergs flotando y
copos de nieve cayendo.

Los labios de Pei Yunshu se tornaron azules, el hielo se le pegó al cabello y se le


formó escarcha en las pestañ as. Canalizó su energía espiritual para calentarse, pero
en cuanto sintió algo de calor, un escalofrío aú n más intenso lo envolvió .

—Hace mucho frío —dijo Hua Yue temblando mientras se abrazaba, y se le formaba
hielo en la nariz—. Este zorro está helado.

“Rápido, llega a la orilla”, dijo Bai Lige con voz profunda.

Pei Yunshu se paró sobre la Espada Qingyue, deteniendo sus dientes temblorosos
para decir: "Date prisa".

La Espada Qingyue se elevó hacia el cielo y voló hacia la costa. Pei Yunshu usó su
energía espiritual para disipar la humedad y extrajo algunos talismanes de fuego. Con
la infusió n de energía espiritual, un fuego abrasador estalló en el aire.

Las llamas doradas los envolvieron, brindándoles calor, pero después de encender los
amuletos de fuego, la Espada Qingyue de repente saltó hacia arriba para evitar el
ataque de un monstruo marino.

El monstruo marino tenía dos bocas en la cara, con dientes afilados que cubrían la
mitad de su cuerpo. Parecían muy sensibles a la luz del fuego, y tras encenderse los
talismanes de fuego, la Espada Qingyue se elevaba continuamente. Monstruos
marinos de tamañ o creciente saltaban del agua, intentando desesperadamente
atacarlos.

En só lo la mitad de la distancia hasta la costa, volaron cada vez más alto, y los
monstruos marinos que saltaban fuera del agua se hicieron más grandes y más
amenazantes.
El joven maestro Qingfeng extinguió decisivamente los encantos de fuego.

El calor desapareció al instante, pero la superficie del agua volvió a la calma. Los
monstruos marinos se hundieron, con solo un par de ojos hostiles mirándolos
fijamente.

"¿Dó nde estamos exactamente?" Hua Yue no se atrevió a llorar, temiendo que sus
lágrimas se congelaran si lo hacía. Sollozó : "¿Por qué no está el Señ or Zhuyou? Si el
Señ or Zhuyou estuviera aquí, estas cosas no se atreverían a acercarse".

El rostro de Pei Yunshu palideció mientras rebuscaba entre sus pertenencias y


finalmente encontró varias prendas gruesas. Dijo: «Pó nganse estas primero; al menos
les protegerán del frío».

Bai Lige suspiró : “Nunca pensé que llegaría el día en que necesitaríamos ropa para
protegernos del frío”.

Sin embargo, incluso después de ponerse la ropa, fue solo una gota en el océano.

El frío glacial los penetraba hasta el fondo, y Pei Yunshu tuvo que controlar la espada.
Sintió que sus ojos estaban a punto de congelarse, y su energía espiritual circulaba
constantemente. Si hubiera gente comú n allí, probablemente se congelaría en
cadáveres de hielo en cuestió n de segundos.

Finalmente llegaron a la orilla, pero la zona seguía siendo una vasta extensió n de
hielo y nieve. La escarcha era tan intensa que costaba creer que fuera una ilusió n o
una formació n.

Pei Yunshu giró la punta de su espada y voló rápidamente hacia la montañ a más alta
cubierta de nieve.

Al llegar a la cima de la montañ a nevada, miraron hacia abajo y se sorprendieron al


ver que, al otro lado, un pedazo de tierra se había derrumbado. Un enorme agujero
negro se extendía por toda la zona, y parecía no tener fin.

"Guau…"
Cuando miraron hacia abajo, se sintieron increíblemente pequeñ os y la vista era
aterradora.

Pei Yunshu vio una línea de deslumbrantes caracteres dorados al lado del agujero
negro.

A los demás les dijo: “Agárrense fuerte”.

Y luego se precipitaron hacia el agujero negro.

Muchas manos lo agarraron a la vez, pero la velocidad de Pei Yunshu seguía


aumentando. Su cabello negro azabache fue arrastrado por el viento, y su rostro
quedó completamente expuesto.

Su mirada estaba fija, lo que le hacía parecer particularmente severo.

Al principio el zorro tenía miedo, pero al observar el perfil de Pei Yunshu,


sorprendentemente sintió una oleada de calidez en medio del desierto helado.

Este zorro, que se había atrevido a decir que podía hacer que incluso a ese
sinvergü enza de Zouyu le flaquearan las rodillas, ahora él mismo sentía algo de
debilidad en las piernas.

Incluso pensó en ser abrazado y desvestido por alguien como Yunshu. Sintió
vergü enza, su velo rojo se deslizó ligeramente, revelando un hombro fragante
parcialmente expuesto.

El rostro de Yunshu estaba igualmente sonrojado, pero mantuvo la cabeza gacha. Con
manos largas y elegantes, le quitó la delicada tú nica al zorro y le besó suavemente el
cuerpo.

Una vez más, se recostó sobre él, saboreando la esencia de zorro de su pecho y
elogiando lo hermoso que era.

El ensueñ o de Hua Yue se interrumpió bruscamente cuando recibió un golpe en la


nuca. Levantó la vista, con aspecto aturdido.
Junto al agujero negro, notó cuatro caracteres siniestros que decían: "Reino Secreto
del Dragó n Divino".

“Los dragones son sensuales por naturaleza, conocidos como los señ ores de todas las
criaturas, y su presencia ejerce una inmensa presió n”, advirtió Bai Lige al joven zorro.
“Tú y yo somos zorros, inclinados a apreciar la belleza, y una simple mirada a estos
personajes puede llenar tus sueñ os de pensamientos amorosos. Si no posees una gran
fuerza de voluntad, es posible que ni siquiera consigas entrar en el reino secreto,
muriendo en fantasías diurnas”.

Pei Yunshu frunció el ceñ o, incapaz de acercarse con su espada. Miró a Hua Yue con
preocupació n. «Hua Yue, no dejes que tu mente divague».

El rostro de Hua Yue se sonrojó aú n más. Se cubrió los ojos con las patas,
asegurándose de no mirar a Pei Yunshu.

¿En qué estaba pensando hace un momento?

El hermoso Yunshu era tan hermoso que merecía ser apreciado. Sin embargo, no
pudo evitarlo y pensó ...

Era un auténtico dragó n, capaz de encantar con un simple sorbo de saliva. Las
imágenes que acababan de pasar por su mente eran demasiado para que un zorro las
pudiera manejar.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 58

Capítulo 58

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La espada Qingyue se detuvo entre las montañ as nevadas. Pei Yunshu miró hacia el
agujero negro y sacó un frasco de porcelana de su bolsa que contenía Píldoras del
Corazó n Puro. "Hua Yue, si alguna vez tienes pensamientos impuros, tó mate una
Píldora del Corazó n Puro inmediatamente".

Hua Yue asintió : "Entiendo".

"En este desierto helado, incluso los pensamientos impuros pueden surgir", el joven
maestro Qingfeng no pudo resistirse a burlarse, "Aquí no hay zorros congelados, solo
zorros con pensamientos impuros".

Pei Yunshu miró al joven maestro Qingfeng y suspiró . Era cierto que las apariencias
engañ aban. El joven maestro Qingfeng parecía una persona tranquila, pero sus
palabras fueron bastante agudas y directas.

Tras tomar Hua Yue la Píldora del Corazó n Puro, Pei Yunshu continuó descendiendo
hacia el agujero negro. En un instante, se encontraron al borde del oscuro abismo.

Al estar al borde del agujero negro, el frío extremo no era tan severo como antes y
finalmente sintieron algo de calor.

Los grandes caracteres dorados junto al agujero negro eran feroces e intimidantes. La
palabra "dragó n divino" era especialmente compleja, serpenteando y enroscándose
como un dragó n dormido. Mirarla fijamente durante demasiado tiempo mareaba,
como si un dragó n de verdad estuviera a punto de emerger de ella.
Pei Yunshu mantuvo la calma, apartando la mirada de los personajes, pero le llevó un
tiempo volver a concentrarse.

Junto al agujero negro, que parecía no tener fin, Bai Lige dejó caer una piedra, y las
orejas de zorro de Hua Yue se alzaron de su cabeza. Escuchó atentamente el sonido
de la piedra al caer al suelo y, tras un rato, se volvió hacia Pei Yunshu con una sonrisa
iró nica. «Mis orejas de zorro pueden oír una flor florecer a cien millas de distancia,
pero no pude oír el sonido de esa piedra al caer».

Pei Yunshu se acercó al agujero negro y miró dentro. La entrada estaba


completamente oscura, y lo desconocido siempre infundía miedo. ¿Habría un dragó n
dentro? ¿Sería tan grande como esta entrada?

“¿Aú n podemos entrar?” preguntó suavemente.

—Claro que tenemos que entrar —Bai Lige, ataviado con su armadura plateada,
agarró su arma y miró hacia el agujero negro con expectació n—. He estado en
muchos reinos secretos, pero nunca he entrado en el reino secreto de un dragó n.

Pei Yunshu sonrió . "Pensaba lo mismo".

"¿Estamos seguros de entrar?" Hua Yue recordó las vívidas imágenes que habían
pasado por su mente antes y preguntó con ansiedad: "¿Y si entramos y volvemos a
soñ ar despiertos?"

—Me dijiste antes que no perdiera mi yuan yang —susurró Pei Yunshu—. Has visto a
tanta gente hermosa, y mientras mantengas tu determinació n, entrar en un reino
secreto no te resultará muy difícil.

Bai Lige rió disimuladamente y luego se puso serio al mirar al joven maestro
Qingfeng. «Sé que tu fuerza supera lo que has demostrado. El Reino Secreto del
dragó n está lleno de peligros. Espero que no te dejes llevar por asuntos triviales.
Necesitamos trabajar juntos para salir sanos y salvos de este reino».

El joven maestro Qingfeng estaba a punto de hablar cuando Bai Lige sugirió
casualmente: "¿Por qué no hacer un voto de demonio del corazó n?"
“….”

La ceja del joven maestro Qingfeng se movió varias veces, pero de mala gana levantó
la mano e hizo un voto de demonio del corazó n.

Después de hacer los preparativos necesarios, Pei Yunshu agarró con fuerza la
Espada Qingyue y saltó al agujero negro.

La oscuridad los envolvió , y el viento silbó en sus oídos. Pei Yunshu sintió una oleada
de poder espiritual, pero no pudo controlar su descenso. No podía ver nada, y la
oscuridad era tan profunda que le provocó escalofríos.

“¡Ah!”

Hua Yue exclamó sorprendido pero rápidamente se tapó la boca, temeroso de


perturbar algo dentro del agujero negro.

Pei Yunshu contó en silencio el tiempo que llevaban cayendo. Tras lo que pareció
media hora, sintieron de repente una ligereza en el cuerpo y recuperaron su energía
espiritual.

Venir.

La Espada Qingyue se expandió al instante y voló bajo los pies de Pei Yunshu.
Encendió una llama en su mano, iluminando el entorno.

Era un espacio vacío con paredes de barro irregulares. Un sendero se extendía desde
la izquierda hacia la distancia. La zona distante parecía tranquila, pero se desconocía
qué les esperaba.

Pei Yunshu ajustó su enfoque y se apartó de la espada voladora.

El suelo estaba hú medo y había barro adherido a sus zapatos mientras Pei Yunshu
daba unos pasos tentativos, pero no sucedió nada inusual.

En lugar de disiparse, la tensió n en el aire pareció intensificarse, lo que provocó que


Pei Yunshu se sintiera aú n más ansioso. Respiró hondo y miró a los demás.
Bai Lige caminó a su lado, observando atentamente el camino. "Yunshu, quédate
detrás de mí. Yo te guiaré".

Pei Yunshu, quien nunca había discutido con él, permaneció en silencio detrás de Bai
Lige. Hua Yue se abrazó a Pei Yunshu: «Hermosa Yunshu, Hua Yue también puede
protegerte».

—Déjame protegerte —dijo Pei Yunshu con una sonrisa. Luego se volvió hacia el
joven maestro Qingfeng y dijo con seriedad: —Si no quieres ocuparte de la
retaguardia, déjame encargarme.

El joven maestro Qingfeng lo miró sin expresió n y se colocó detrás.

Mientras el grupo avanzaba, no ocurrió nada. El reino secreto permaneció en un


silencio inquietante, con solo el sonido de sus respiraciones mientras avanzaban
juntos. Después de un tiempo indeterminado, Pei Yunshu comenzó a sentir cada vez
más calor.

El sudor comenzó a correr, empapando sus ropas. La ropa de invierno se había


convertido en una carga, así que se quitaron la gruesa ropa. Sin embargo, a medida
que se adentraban en el reino secreto, el calor se hacía cada vez más agobiante.

Su cabello negro estaba hú medo y se les pegaba a la cara. Bai Lige, con su actitud
relajada, ya se había quitado la armadura y casi toda la ropa, quedando solo con la
ropa interior.

Pei Yunshu, sintiendo el calor, hizo lo mismo. Se quitó la ropa exterior y la guardó en
su mochila, sintiéndose al instante mucho más ligero.

El calor creciente los abrumaba lentamente, comenzando desde sus pies y creando
un aire de inquietud. Curiosamente, incluso empezaron a extrañ ar los paisajes
gélidos que habían visto afuera.

Finalmente, Bai Lige se quitó la camiseta, dejando al descubierto su musculoso torso,


cubierto de sudor. Se giró para aconsejar a sus compañ eros: "¿Qué es más importante,
los principios y valores o su propia comodidad? Mírense con toda esa ropa. Hace
mucho calor. Sigan mi ejemplo y quítensela, no hay mujeres por aquí".
Hua Yue agregó : “Viejo Ancestro, ¿estás permitiendo que Yunshu haga lo mismo, que
vaya sin camisa?”

Bai Lige se giró para mirar a Pei Yunshu e intercambiaron una mirada. Bai Lige tenía
razó n; ¿por qué preocuparse por la etiqueta en esta situació n? Si el calor era
insoportable, deberían quitarse la ropa para refrescarse. Pei Yunshu se decidió , puso
la mano en el nudo abrochado de su ropa interior y estaba a punto de desatarlo
cuando el joven maestro Qingfeng lo detuvo.

"¿Qué haces?" El joven maestro Qingfeng frunció el ceñ o. "¿Crees que todos somos
santos sin deseos? ¿Crees que verte sin ropa no me afectará en absoluto?"

Pei Yunshu quedó desconcertado.

Los hombros descubiertos de Pei Yunshu tenían una piel blanca como el alabastro,
tersa y radiante. Sin embargo, su rostro parecía desconcertado, su cabello negro le
caía sobre los hombros, y su tez y labios estaban enrojecidos por el calor.

Bai Lige giró la cabeza para mirar el oscuro camino que tenía delante y se quedó en
silencio.

El joven maestro Qingfeng resopló y le puso la ropa a Pei Yunshu sobre los hombros.
"Tú y ese pequeñ o zorro son zorros. ¿Tengo que explicarles las características de los
zorros?"

Bai Lige murmuró : "No podía dejar de mirar".

El joven maestro Qingfeng replicó : "Si no tuviera ropa, ¿podrías resistirte a mirar?"

Bai Lige pensó que podía, pero cuando las palabras llegaron a sus labios, tosió .

"Aunque puedas resistirte a mirar", el joven maestro Qingfeng finalmente mostró


cierta impaciencia, "Estoy detrás de él. ¿Có mo podría no mirar?"

Pei Yunshu no entendía por qué que Bai Lige no llevara camisa no era un problema,
pero cuando hizo lo mismo, parecía que era similar a un emperador decadente en el
mundo mortal, como si quitarse la ropa por comodidad pudiera conducir a la caída
de un imperio.

Pei Yunshu suspiró y dijo: “No me lo quitaré; lo soportaré”.

Al oír esto, el rostro de Bai Lige mostró una pizca de vergü enza. Dijo: «No sé qué tan
caluroso estará ahí adelante... Yunshu, disculpa las molestias».

El joven maestro Qingfeng, aú n en silencio, sacó otro conjunto de ropa de su manga y


dijo: «Aunque no puedes desvestirte, puedes ponerte esta ropa. Es un conjunto de
seda de dragó n».

El joven maestro Qingfeng vestía la misma gasa roja que había usado para atraer a las
sirenas. Le entregó un conjunto de seda de dragó n negra a Pei Yunshu.

Al tomar la ropa, Pei Yunshu sintió un escalofrío en las manos. La tela era incluso
más suave que la seda y se deslizaba entre sus dedos como si se deslizara con el
viento. Sabía que usarla sería mucho más fresco que su atuendo actual.

Hua Yue agarró la ropa de Pei Yunshu y dijo: "Belleza Yunshu, te acompañ aré a
cambiarte".

Bai Lige le dio una palmada en la cabeza a Hua Yue y dijo: "¿Ahora ya no tienes
miedo?"

—Cámbiense; los cubriremos —dijo el joven maestro Qingfeng frunciendo el ceñ o—.
Aunque no hemos tenido problemas hasta ahora, no debemos bajar la guardia.

Pei Yunshu asintió . Se cambió de ropa rápidamente. Al fin y al cabo, todos eran
hombres; no había necesidad de ocultar nada.

No todas las personas aquí eran Zouyu, y no todos los demonios eran Zhuyou.

Bai Lige y el joven maestro Qingfeng levantaron simultáneamente sus ropas para
crear un espacio apartado para Pei Yunshu.

Debajo de su ropa interior, Pei Yunshu también llevaba calzoncillos. No comprendía


sus decisiones en semejante situació n, así que suspiró y se cambió rápidamente de
ropa.

En cuanto la seda de dragó n tocó su piel, sintió una sensació n refrescante. Fue como
si se hubiera sumergido en agua de mar, y el calor opresivo se disipó al instante. No
era de extrañ ar que él y Bai Lige hubieran estado sufriendo con el calor, mientras que
el joven maestro Qingfeng se sentía bien con solo el sudor de la frente.

El susurro de la ropa llenó el aire, y pronto, Pei Yunshu emergió de entre ellos. Ahora
vestía de negro, con su piel expuesta luciendo sorprendentemente blanca. Pei Yunshu
sonrió a los dos que sostenían sus ropas. «Ahora me siento mucho más có modo».

Hua Yue suspiró : "Incluso este zorro se siente tan caliente".

Pero no había nada que hacer. No podían afeitarle el pelaje al zorro.

Pei Yunshu acarició la cabeza de Hua Yue con dulzura, abrazándolo, y siguió
caminando. "El atuendo que llevas puesto, Bella Yunshu, es incluso más atractivo que
la tú nica transparente que se quitó el Señ or Zhuyou", comentó el zorro. "Ah, ¿adó nde
se ha ido el Señ or Zhuyou? Este es el reino secreto de un dragó n. Si el Señ or Zhuyou
estuviera aquí, sin duda lo tendríamos más fácil".

Pei Yunshu sacudió la cabeza, cubriéndose el corazó n, y gritó innumerables veces:


"¿Zhuyou?"

Reinó el silencio y no hubo respuesta.

Como desconocían cuándo podría acechar el peligro, no podían abalanzarse


imprudentemente con sus espadas. En cambio, se mantuvieron cautelosos, avanzando
despacio y con la guardia alta. No tenían ni idea de cuánto tiempo llevaban
caminando, pero sus cuerpos se sentían aliviados a pesar del agotamiento que se
había apoderado de sus ánimos.

Se detuvieron a descansar dos veces durante el camino, tomando sorbos de agua para
reponer fuerzas. Luego, continuaron caminando en la oscuridad aparentemente
interminable.
Hasta que Pei Yunshu no pudo recordar el tiempo transcurrido y se quedó en blanco.
En ese instante, sopló un viento feroz y, al final del camino, todo se aclaró de repente.

Al entrar por la ventosa abertura, caminaron y vieron un vasto espacio abierto frente
a ellos.

Estaba desolado.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 59

Capítulo 59

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Enormes huesos de dragó n yacían en el desolado páramo. Vientos salvajes los


rodeaban, y ni una sola brizna de hierba crecía.

Los restos del poder del dragó n aú n persistían en estos huesos, y el viento no se
atrevía a tocarlos, solo a girar a su alrededor.

Este era inesperadamente el cementerio de un dragó n. Respiraron hondo y


reprimieron su inmenso asombro para dar un paso adelante.

Cada uno de estos huesos era más grande que el cuerpo entero de Pei Yunshu. A
medida que se adentraban en la zona, no pudieron evitar maravillarse ante estos
colosales restos de dragó n. Al llegar al centro, encontraron el camino bloqueado por
estos huesos. Para continuar, tendrían que pisar los huesos del dragó n de inundació n
y atravesar los huecos entre ellos.

Esto le pareció una tremenda falta de respeto, e incluso Bai Lige, quien solía ser
bastante audaz, no pudo evitar adoptar una expresió n seria. Se puso su tú nica y se
inclinó solemnemente ante los huesos. «Hoy no tengo más remedio que pisotear los
huesos de nuestros estimados predecesores. Por favor, no me lo tomen en cuenta, ya
que solo soy un pequeñ o zorro».

Hua Yue también habló con elocuencia: «Dragó n Mayor, tus restos ó seos son
enormes; debiste ser poderoso y majestuoso en vida. Este pequeñ o zorro, con solo
mirarlo, está tan emocionado que casi se desmaya. Al ver los restos del Mayor esta
vez, está ansioso por acercarse y admirarlos con detalle. Dragó n Mayor, por favor, no
te preocupes. Si la emoció n del pequeñ o zorro te perturba momentáneamente, es
solo por un respeto incontenible...».

Siguió hablando sin parar, y Pei Yunshu no pudo evitar que sus palabras le resultaran
familiares. Tardó un instante en recordar que Hua Yue le había dicho algo parecido a
Zhuyou.

Hua Yue no dejaba de elogiarlo, y Bai Lige quedó realmente impresionado. "¡Zorrito,
no sabía que tuvieras tantas habilidades!"

"Así es", dijo Hua Yue con orgullo. "He usado esta técnica para escapar del Señ or
Zhuyou varias veces".

Bai Lige arqueó una ceja. «Como era de esperar, este Rey Demonio parece disfrutar
de los halagos».

Hua Yue argumentó : “El Señ or Zhuyou lo disfruta, y dado que el Señ or Zhuyou
también es un dragó n de inundació n, entonces los dragones de este reino secreto de
dragones también deben apreciarlo”.

Pei Yunshu reflexionó sobre estas palabras y las grabó en su memoria.

Con el joven maestro Qingfeng siguiéndolo, Pei Yunshu también se disculpó con los
huesos de dragó n. Solo entonces, pisaron con cuidado los imponentes huesos.

Pei Yunshu dio dos pasos y, sin querer, pisó un hueso que sobresalía, lo que le hizo
perder el equilibrio momentáneamente. Rápidamente se agarró a un espoló n ó seo
alto para estabilizarse.

Mientras se aferraba al espoló n ó seo, algo chocó repentinamente con él, y al instante
siguiente, salió despedido por los aires. Pei Yunshu bajó la mirada, desconcertado, y
se vio a sí mismo todavía aferrado al espoló n, aparentemente inmó vil. Era como si su
alma hubiera abandonado el cuerpo.

Las tres personas a su lado ignoraban su extrañ a condició n y seguían caminando. Pei
Yunshu sintió una urgencia y estaba a punto de regresar a su cuerpo cuando oyó el
rugido de un dragó n. Un enorme dragó n plateado cargaba hacia él, llevándolo sobre
su lomo, y se dirigía directamente al techo de la cueva.

El dragó n emitía un brillo fluorescente y era semitransparente, ¡claramente el


remanente espiritual de un dragó n fallecido!

Pei Yunshu se aferró con fuerza al dragó n de inundació n mientras volaba a una
velocidad increíble. El entorno se distorsionó y se volvió borroso debido a la
velocidad del dragó n. Justo cuando estaban a punto de estrellarse contra el techo de
la cueva, cerró los ojos.

En el momento siguiente, escuchó una serie de resonantes rugidos de dragó n.

Cuando Pei Yunshu abrió los ojos, quedó ató nito.

Innumerables dragones llenaban el cielo, volando caó ticamente y descansando en


cimas de montañ as y cuevas. Sus continuos rugidos resonaban por los cielos y la
tierra.

El dragó n del diluvio en el que viajaba se elevó alto hacia el cielo y luego descendió
rápidamente.

El mar, con colosales dragones de inundació n volando a su lado, cada uno de ellos
parecía una nube oscura, pesada y masiva.

Pei Yunshu estaba casi sin aliento, y el dragó n debajo de él dejó escapar un largo
aullido, colocándolo en una cueva en lo alto de la montañ a.

Esta cueva era enorme, y Pei Yunshu se sintió como una hoja a la deriva en el vasto
océano. Al mirar hacia abajo, un sudor frío le cubrió la frente.

No era ninguna exageració n: era como un acantilado de diez mil pies.

¿Por qué lo trajeron aquí? Si ya estaba fuera de su cuerpo, ¿có mo podría regresar?

Su corazó n se llenó de ansiedad. No muy lejos, resonó un rugido furioso.


Pei Yunshu siguió el origen del rugido del dragó n y vio más de una docena de
dragones ágiles y gráciles dando vueltas alrededor de un dragó n negro. El rugido
furioso provenía de una dragona cuya cola había sido brutalmente golpeada por el
dragó n negro.

Esa docena de dragones hembras rodeaban al dragó n negro, sus auras inquietas, sus
colas golpeando incesantemente el suelo, enviando polvo al aire y llenándolo con un
olor extrañ o y penetrante.

Pei Yunshu instintivamente pensó que estaban en celo.

El dragó n negro, rodeado de dragonas, estaba visiblemente perturbado por su


presencia. Su poderosa cola se movía sin parar, y cada golpe agrietaba las colinas y el
suelo.

Sin embargo, se negó a dejar que las dragonas se acercaran. Cualquiera que se
atreviera a acercarse se encontraría con la poderosa cola del dragó n negro, que se
balanceaba sin piedad. Incluso envió a un dragó n blanco de impresionante belleza al
suelo.

El polvo llenaba el aire, y la altitud era tan alta que Pei Yunshu solo podía adivinar lo
que sucedía. No podía ver a los dragones con claridad, pero sintió que el dragó n
negro era particularmente notable.

No pudo evitar mantener sus ojos fijos en él.

El dragó n negro, asediado por las dragonas, no pudo soportarlo más. Se irguió medio
cuerpo y rugió furioso hacia el cielo.

El rugido de su dragó n resonó por toda la cima, y el suelo pareció temblar. Pei
Yunshu se aferró con fuerza a las rocas que sobresalían de la pared de la montañ a y
quedó ató nito. Abrió los ojos de par en par, casi sin atreverse a creer lo que veía.
"¡Zhu... Zhuyou!"

¿Cuándo la forma original de Zhuyou se volvió tan colosal?

Pero ese rugido sin duda era de Zhuyou.


Dio unos pasos hacia adelante, y frente a él había un acantilado escarpado. Algunas
rocas se desprendieron del acantilado de trescientos metros. La distancia entre Pei
Yunshu y el dragó n negro parecía cercana, pero en realidad, aú n era muy lejana.

“Zhuyou—”

Aunque intentaba gritar, su voz era pequeñ a y apenas era transportada por el viento.

Pero el dragó n negro, rodeado de dragonas, pareció haberlo oído. Ascendió por los
aires, cubierto de escamas negras, y su cabeza de dragó n patrullaba las montañ as. Su
aura era inquieta, y sus ojos duales se volvieron hacia Pei Yunshu.

Sus ojos eran de color rojo sangre.

Inconscientemente, Pei Yunshu esquivó hacia la entrada de la cueva, contuvo la


respiració n, a pesar de que fue él quien llamó a Zhuyou, ahora no podía deshacerse de
la sensació n de inquietud.

Tenía miedo de que el dragó n negro se acercara.

El dragó n negro observó los alrededores, pero no vio nada. Voló por los aires, con la
emoció n oculta en sus ojos rojo sangre. Siguiendo el aroma que flotaba en el aire,
abandonó a todas las dragonas y se elevó hacia una montañ a cercana.

Las dragonas querían seguirlas, pero la rabia del dragó n negro las dejó aterradas.

Pei Yunshu se presionó contra la pared de la montañ a, conteniendo la respiració n por


un momento.

Incapaz de resistirse, miró hacia afuera y por casualidad sus ojos se encontraron con
un par de pupilas verticales de color carmesí.

El dragó n negro voló fuera de la cueva, con la cabeza penetrando en ella. Emitía
murmullos de emoció n, como si hubiera descubierto un tesoro excepcional. Al mirar
a Pei Yunshu, sus ojos estaban llenos de codicia y malicia.

La sensació n inquietante se hizo más profunda.


Pei Yunshu retrocedió dos pasos nervioso y preguntó : "¿Zhuyou?"

El dragó n negro emitió una serie de ruidos retumbantes desde su garganta. Aterrizó
en el suelo y, con los ojos carmesí fijos en Pei Yunshu, entró con todo su cuerpo en la
cueva.

Un intenso aroma a deseo inundó la nariz de Pei Yunshu. La brutalidad del dragó n
negro se reveló por completo, feroz y ansiosa, mientras cargaba contra él.

Las extremidades de Pei Yunshu se debilitaron. Se dio la vuelta y se adentró en la


cueva.

¿Pero había algú n lugar donde esconderse en lo profundo de la cueva?

El dragó n negro arrastró a Pei Yunshu bajo él, con el cuerpo temblando de emoció n.
Extendió sus afiladas garras, destrozando la ropa de Pei Yunshu.

—No, aléjate —Pei Yunshu empujó al dragó n negro con voz temblorosa de miedo—.
¡Aléjate!

El dragó n de la inundació n negra no podía oírlo; se había vuelto más pequeñ o por
instinto y estaba presionando completamente su tesoro.

***

"Puaj…"

El cabello negro estaba enturbiado y una voz temblorosa llenaba la cueva de manera
intermitente.

Estaba cubierto de polvo, y el sudor y las lágrimas se mezclaban con el barro. El


dragó n negro estaba fuera de lugar, y tenía las piernas raspadas.

Pei Yunshu se recostó sobre su brazo, y el aroma del dragó n negro lo impregnaba por
completo. El dolor que le producía era insoportable, y las lágrimas fluían sin cesar.

El dragó n negro no había entrado, solo había usado sus patas, pero aú n así era muy
doloroso.
Sus piernas temblaban de dolor y só lo podía llorar desconsoladamente.

En cuanto las lágrimas ardientes brotaron, el dragó n negro las lamió con avidez.
Todo su cuerpo ya había sido lamido por el dragó n negro, y cada parte de él llevaba
su aroma.

La lengua del dragó n negro invadió sus labios, y su lengua era demasiado grande,
llenando toda la boca de Pei Yunshu.

Pei Yunshu quería escapar pero só lo pudo emitir gemidos.

Era claramente un cuerpo espiritual…

***

Dentro de la tumba del dragó n, tres personas y un zorro se reunieron alrededor de


Pei Yunshu, gritando ansiosamente su nombre.

“Yunshu, despierta.”

Pei Yunshu cerró los ojos con fuerza, mientras las lágrimas resbalaban por sus
mejillas. Su expresió n era de dolor y un intenso enrojecimiento.

Hua Yue secó las lágrimas de las comisuras de los ojos de Pei Yunshu con un pañ uelo,
y sus ojos se pusieron rojos. "¿Anciano?"

Bai Lige sacudió la cabeza pesadamente, sus cejas se llenaron de preocupació n.

No sabían si esta experiencia extracorporal en el Reino Secreto de este dragó n era


una oportunidad o un peligro.

***

Pei Yunshu perdía y perdía la consciencia, los días pasaban como un rayo. No tenía ni
idea de cuántos habían pasado. La inquietante presencia del dragó n negro aú n lo
aferraba.

Parecía que otros dragones habían llegado afuera, pero cada uno de ellos fue asustado
por el enfurecido dragó n negro antes de que pudieran acercarse.
Pei Yunshu se sentía muy cansado.

Tenía los ojos hinchados, ya no podía llorar, pero siempre que lograba dormirse en
medio de la ansiedad, despertaba asfixiándose.

Al dragó n negro le gustaba meter la lengua en los labios de Pei Yunshu para
succionar el néctar que contenían. Sin embargo, siempre insistía en lamerlo por
completo antes de volver a besarlo, y Pei Yunshu no quería.

Pero no pudo negarse porque el dragó n negro no entendía sus palabras.

El cuerpo espiritual no parecía herido. Solo había sufrido rozaduras y raspaduras,


pero al instante siguiente se recuperó . Sin embargo, le dolía, le hormigueaba, y se
sentía dolorido, débil y con picazó n.

La presencia del dragó n negro parecía afectar a los dragones cercanos. Los rugidos
constantes del dragó n, día y noche, no cesaban, y también lo afectaban a él,
haciéndolo sentir febril, débil e impotente.

Pero el dragó n negro se encendía con furia. Creaba capas y capas de barreras,
bloqueando todos los rugidos del dragó n, dejando solo su propia voz para que Pei
Yunshu la oyera.

Si Pei Yunshu permanecía en silencio, el dragó n negro se impacientaba y actuaba con


más fuerza. Si Pei Yunshu emitía algú n sonido, se emocionaba aú n más.

Pei Yunshu no podía llamarlo “Zhuyou” porque cada vez que decía ese nombre, el
dragó n negro se emocionaba tanto que parecía que quería devorarlo.

Pei Yunshu no sabía si el dragó n negro aú n conservaba la cordura de Zhuyou, pues no


mostraba ninguna intenció n hacia él. Aunque su aroma impregnaba todo su cuerpo,
no irrumpió con fuerza.

Los días y las noches pasaron sin distinció n, y Pei Yunshu incluso se adaptó a
aprender a respirar cuando la lengua del dragó n negro era introducida en sus labios.
Un día, el dragó n negro lo rodeó , levantándolo sobre sus escamas negras. Las escamas
estaban frías, pero una sensació n cálida emanaba de debajo. Pei Yunshu estaba
demasiado exhausto; cerró los ojos y se durmió sobre el dragó n negro.

Nota del autor: No hay final feliz, si realmente se juntaron, no hay esperanza de un
final feliz.

Zhuyou (cara inocente): No tengo cordura; es obra del dragó n negro, no del dragó n de
la inundació n.

Entonces, ¿es el dragó n negro el que da toques cariñ osos?

Zhuyou: Sí, soy yo.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 60

Capítulo 60

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Después de que Pei Yunshu se quedó dormido, tuvo un sueñ o.

En el sueñ o, parecía haber llegado a un lugar completamente oscuro. No podía ver


con claridad los alrededores, pero atravesó un largo pasillo.

Siguió caminando por el pasillo, y el silencio del sueñ o se prolongó un buen rato.
Justo cuando estaba a punto de despertar, de repente oyó el sonido de gotas de agua
cayendo.

Con la boca seca, Pei Yunshu se despertó con el beso del Dragó n Negro y se apartó un
poco, con los labios ardiendo. «Tengo sed».

El Dragó n Negro gruñ ó suavemente y rápidamente salió volando de la cueva.

Pei Yunshu se apoyó en la pared, desnudo, pues la seda de dragó n que vestía había
sido destrozada por las garras del Dragó n Negro. Tras usar una técnica de
purificació n, se puso la ropa que encontró en la cueva y se dirigió hacia el borde.

Cuando entró en la luz, vio al dragó n plateado que lo había traído allí ese día.

El dragó n plateado había volado fuera de la barrera de la cueva en algú n momento.


Sus bigotes blancos revoloteaban, su mirada era severa, y su voz llegó a los oídos de
Pei Yunshu como mú sica etérea: «Si no regresas, tu cuerpo físico perecerá. Si deseas
sobrevivir, ven conmigo».
Pei Yunshu frunció los labios. "¿De verdad me aceptarás de vuelta, mayor?"

El dragó n plateado no respondió , pero extendió su garra hacia la barrera. A diferencia


de la de Zhuyou, no redujo su forma original, y su garra era increíblemente enorme.
Pei Yunshu se subió a su garra y luego saltó sobre el lomo del dragó n plateado.

No era rival para el poder del dragó n plateado, por lo que decidió obedecer.

El dragó n plateado giró con él y voló hacia la distancia. Pei Yunshu giró la cabeza
para observar la cueva donde había pasado incontables días, y sus ojos se llenaron de
complejas emociones.

Después de un aturdimiento que duró varios días, sintió que todo era un sueñ o.

El dragó n plateado que transportaba a Pei Yunshu llegó de repente a una llanura.

Colocó a Pei Yunshu en el suelo, y mientras contemplaba la vastedad del desierto,


frunció el ceñ o. Observó al dragó n plateado, deseando saber qué significaba.

El dragó n plateado yacía enroscado a un lado, como una pequeñ a montañ a. Todo su
cuerpo era plateado, con ojos brillantes como el oro. En contraste con el color negro
de Zhuyou, parecía el dragó n mítico de las leyendas.

“Niñ o”, dijo el dragó n plateado, “tengo algo que decirte”.

Golpeó el suelo con su garra, y el suelo frente a Pei Yunshu tembló de repente. Pei
Yunshu saltó hacia atrás, y un árbol enorme y amenazante brotó del suelo.

El árbol era increíblemente grande, pero los frutos que daba no eran más grandes que
un capullo de flor y eran intensamente rojos, como si estuvieran a punto de gotear
sangre.

El dragó n plateado dijo: “Esta Fruta del Dragó n puede añ adir cien añ os a tu cultivo”.

Esta declaració n fue tan grandiosa que a Pei Yunshu le costó creerla. Mantuvo la
calma y la serenidad. "¿Qué quiere decir, señ or?"
El dragó n plateado lo miró , y la autoridad en su voz hizo temblar ligeramente el
suelo. «Si logras convencer a ese Dragó n Negro de aparearse con nuestra gente y
producir un huevo de dragó n, todos los frutos de este árbol serán tuyos».

Estas Frutas del Dragó n pueden incluso compensar tu falta de aptitud y ayudarte a
alcanzar la etapa de Divinidad Naciente.

Pei Yunshu frunció el ceñ o y se tocó las marcas de moretones en el cuello, restos del
agarre del Dragó n Negro. Sus mangas se deslizaron, revelando marcas similares en su
antebrazo.

Estos moretones se desvanecerían, pero con solo mirarlos, estaba claro cuánto
deseaba el Dragó n Negro consumirlo.

"¿Qué quieres decir?", Su voz se hizo más baja, "¿convencer al Dragó n Negro de
aparearse con tu gente?"

El dragó n plateado suspiró profundamente y, sin esperar a que Pei Yunshu pensara, lo
agarró y ascendió al cielo.

Te doy dos días para pensarlo. Mientras convenzas a ese Dragó n Negro de aparearse
con nuestra gente, tú y tus amigos podrán salir sanos y salvos de mi reino de
dragones.

***

Sin embargo, cuando el dragó n plateado volaba hasta la mitad del cielo, una sombra
oscura se abalanzó repentinamente sobre él.

El dragó n plateado fue lanzado violentamente contra el suelo, y Pei Yunshu, que
estaba en su garra, ahora había terminado en las manos del Dragó n Negro.

Los ojos carmesí del Dragó n Negro rebosaban de rabia y sed de sangre. Rugió furioso
contra el dragó n plateado y atacó con fiereza, desgarrando su carne.

El dragó n plateado se sintió provocado y rugió en respuesta al Dragó n Negro.


Pei Yunshu, agarrado por el Dragó n Negro, se sintió abrumado por el olor a sangre de
dragó n. Los rugidos furiosos y los choques de los dos dragones en su sueñ o lo
hicieron gemir, y la sangre le manó por la comisura de la boca debido al impacto.

Con este gemido, el Dragó n Negro inmediatamente volvió su atenció n hacia él. Al ver
la sangre en la comisura de los labios de Pei Yunshu, entró en pánico y dejó escapar
un aullido bajo.

Olvidó por completo al dragó n plateado con el que había estado luchando. Este se
lanzó contra él, y el Dragó n Negro salió volando a cientos de metros de distancia,
dejando un rastro de caos en el suelo.

El Dragó n Negro protegió a Pei Yunshu e ignoró el ataque del dragó n plateado. Yacía
en el suelo, con la mirada fija en la persona que sostenía en su garra. Extendió la
lengua, lamiendo delicadamente la sangre de los labios de Pei Yunshu y aulló con
ansiedad.

El dragó n plateado cargó hacia ellos nuevamente, derribando al Dragó n Negro, que
cayó al suelo.

Sorprendentemente, el Dragó n Negro no intentó resistirse y solo se concentró en


proteger a Pei Yunshu.

El dragó n plateado alzó la voz: “¡Levántate!”

Pero el Dragó n Negro no le prestó atenció n.

El espíritu de lucha del dragó n plateado se enfrió por completo. Miró al Dragó n
Negro con enojo, y sus bigotes blancos temblaron. Finalmente, arrancó una Fruta del
Dragó n y la arrojó frente al Dragó n Negro.

El Dragó n Negro, actuando por instinto, tomó la Fruta del Dragó n y la olió un par de
veces antes de llevársela rápidamente a los labios de Pei Yunshu.

En cuanto la fruta tocó sus labios, se convirtió en un líquido fluido que entró en su
cuerpo. Pei Yunshu tosió dos veces, y la sensació n de calor en su cuerpo fue como si
lo hubieran sumergido en agua fría, seguida de una sensació n cálida y relajante que le
inundó los ó rganos. Cerró los ojos y se sumió en un sueñ o profundo.

Al ver que su respiració n se había estabilizado, el Dragó n Negro lo colocó


cuidadosamente en su garra. Sujetándolo con la garra, el Dragó n Negro se elevó hacia
el cielo y regresó a la cueva.

Un Dragó n Negro que había perdido la razó n y era propenso a la violencia y la ira
tenía un lado más tierno. El dragó n plateado siguió al Dragó n Negro con pesar.

***

De regreso a la cueva, el Dragó n Negro envolvió su cola alrededor de Pei Yunshu, lo


colocó sobre su cuerpo y dejó escapar un gruñ ido bajo hacia el dragó n plateado que
los había seguido afuera.

Los bigotes blancos del dragó n plateado flotaban suavemente mientras hablaba en
lenguaje humano: «Tú , niñ o, traje a la persona que querías ver, y has causado un gran
desastre. Es hora de que te aparees con mi gente».

Los ojos carmesí del Dragó n Negro permanecieron fijos en el dragó n plateado y
luego cargaron contra él.

El impacto hizo que el dragó n plateado diera varias vueltas por los aires. Al ver que
el otro dragó n macho había sido ahuyentado, el Dragó n Negro envolvió a Pei Yunshu
con su garra protectora, presionándola contra su cintura. Un ojo estaba fijo en el
preciado humano, y el otro vigilaba el exterior, donde se encontraba el dragó n
plateado.

Destrozaría a cualquiera que se atreviera a acercarse.

El dragó n plateado no se enojó por la embestida del Dragó n Negro, sino que se sintió
aliviado. Comparado con la forma en que los otros dragones se habían dejado
manipular, esta era una muestra más genuina del espíritu de un dragó n.

Los dragones en este mundo se habían extinguido hacía mucho tiempo, y si alguien
quería convertirse en un dragó n, tenía que cultivarse para convertirse en uno.
En el Reino de los Dragones, no quedaban dragones vivos. Las almas de los dragones,
como el dragó n plateado, habían esperado mucho tiempo para ver finalmente a un
dragó n de inundació n entrar en el reino.

Aunque no era un dragó n auténtico, no estaba lejos de serlo.

El dragó n plateado extrajo el alma del dragó n del diluvio y la nutrió hasta
convertirla en un Dragó n Negro puro. Luego, la llevó al lugar de reunió n de sus
parientes.

Quería utilizar el alma de dragó n de su pariente para concebir una cría de dragó n de
sangre pura.

Sin embargo, tras nutrir el alma del dragó n del diluvio, esta se volvió
extremadamente cruel e irracional. Si alguna de las hermosas dragonas del clan se
acercaba demasiado, podría morir fácilmente a manos del Dragó n Negro.

Nadie en el clan quería acercarse al Dragó n Negro, pero éste permaneció


obstinadamente con el humano durante cinco días.

Los colmillos del Dragó n Negro estaban en plena exhibició n mientras estaba a punto
de discutir más, pero de repente miró a Pei Yunshu.

El aura de Pei Yunshu aumentaba constantemente, y su respiració n se volvía cada vez


más intensa. ¡Parecía que estaba a punto de iniciar el proceso de formació n de un
alma naciente!

Este chico poseía una aptitud decente, y con cien añ os de cultivo, incluso si su
aptitud era bastante baja, aú n podía progresar. La formació n de un alma naciente no
era tan extraordinaria, pero lo verdaderamente notable era el surgimiento de un
atisbo de energía demoníaca en su cuerpo.

Tras una inspecció n más detallada, el dragó n plateado comprendió de repente la


razó n de la energía demoníaca. Resultó que dentro del cuerpo de Pei Yunshu se
encontraba el nú cleo interno de un espíritu arbó reo milenario. Cuando la Fruta del
Dragó n y el nú cleo demoníaco se fusionaron, pareció desencadenar una
transformació n en él.
El Dragó n Negro, sin embargo, no tenía ni idea de lo que le había sucedido a Pei
Yunshu. Estaba cada vez más nervioso y, mientras lo sujetaba, emitía rugidos de
ansiedad.

—El lugar del Alma de Dragó n carece de energía espiritual —el dragó n plateado se
giró y lo guió —. Debería irse de aquí.

El Dragó n Negro miró al dragó n plateado y luego lo siguió rápidamente.

Los dos dragones atravesaron los cielos y llegaron rápidamente al Lugar del Entierro
del Dragó n.

Bai Lige, quien tenía a Pei Yunshu protegido en el centro, sintió de repente un
hormigueo en el cuero cabelludo. Inmediatamente activó una barrera protectora, se
levantó y miró al cielo, pero no vio nada inusual.

Sin embargo, la sensació n de frío en su espalda se hacía cada vez más intensa, y
reaccionó con tal alarma que Hua Yue y el joven maestro Qingfeng también se
pusieron alerta. "¿Qué pasa?"

—No lo sé —dijo Bai Lige frunciendo el ceñ o—. Tengo el presentimiento de que algo
anda mal.

De repente, oyeron algo detrás de ellos. Los tres se giraron y vieron que Pei Yunshu,
quien llevaba cinco días inconsciente, estaba envuelto en una oleada de energía
espiritual. La energía espiritual del Cementerio del Dragó n fluía hacia él, creando
espirales de energía a su alrededor.

“…¿Será que dormir aquí durante cinco días le permitirá formar un alma naciente?”,
reflexionó el joven maestro Qingfeng.

"Esto...", asintió Bai Lige. "Es realmente el Reino del Dragó n. Deberíamos proteger a
Yunshu mientras forma un alma naciente, y luego, cada uno de nosotros debería
dormir aquí por turnos durante cinco días".

Pei Yunshu regresó a su cuerpo físico. Instintivamente, se incorporó , cruzó las


piernas y comenzó a meditar. La energía espiritual que lo rodeaba se volvió tan densa
que formó una niebla en el aire. Las personas a su alrededor también absorbieron
algo de energía espiritual, lo que ayudó a proteger a Pei Yunshu.

El Dragó n Negro, sin que nadie lo notara, había encogido su forma y se aferró a Pei
Yunshu de la cabeza a los pies.

El dragó n plateado dijo: “Si esta persona tiene el nú cleo interno de un espíritu de
árbol, también debería ser capaz de concebir un huevo de dragó n”.

El Dragó n Negro, al oír esto, miró hacia el dragó n plateado.

El dragó n plateado só lo pronunció esa frase y luego le dijo al Dragó n Negro: “Tú
también deberías regresar a tu cuerpo físico”.

El Dragó n Negro se aferró fuertemente a Pei Yunshu y se negó a moverse.

El dragó n plateado suspiró y se fue volando.

La energía espiritual circundante se concentró aú n más. Bai Lige circuló su poder


espiritual varias veces y luego abrió los ojos.

Miró a Pei Yunshu y dejó escapar un suave "hmm".

El cuello de Pei Yunshu parecía estar ligeramente abultado, como si algo lo estuviera
hurgando desde abajo. Sin embargo, por mucho que lo mirara, no veía nada.

A Bai Lige le extrañ ó y entrecerró los ojos, examinándolo con atenció n. Notó que la
ligera hinchazó n en el cuello de Pei Yunshu había desaparecido, pero ahora había
algo abultado en su pecho. Este objeto se movía de un lado a otro, y la forma, oculta
bajo su ropa, parecía una cola o incluso un brazo.

Fue muy peculiar.

Era como si hubiera algo que nadie más podía ver, algo que se aprovechaba
audazmente de él justo debajo de sus narices, justo en Pei Yunshu.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 61

Capítulo 61

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Bai Lige estaba a punto de mirar nuevamente, pero vio que Pei Yunshu abría los ojos.

Rápidamente cerró los ojos de nuevo, temeroso de que Yunshu lo confundiera con un
playboy desvergonzado.

Pei Yunshu no notó a Bai Lige. Bajó la cabeza para revisar su cuello, pero no encontró
nada inusual. Una brisa fresca soplaba desde el cuello, provocándole un escalofrío.

Parecía que el viento se había desprendido del collar. Sin pensarlo mucho, Pei Yunshu
se lo ajustó y volvió a cerrar los ojos.

É ste era un momento crítico para alcanzar la etapa de alma naciente, y no podía
permitirse el lujo de distraerse.

Sin embargo, al poco rato, otra ráfaga de viento le rozó el pelo y un mechó n le cayó
en los labios. El cosquilleo era insoportable, así que Pei Yunshu, a regañ adientes, sacó
la lengua para lamerlo.

Pero cuando su lengua hizo contacto con el cabello, sintió algo frío e inusual.

Frunciendo el ceñ o, Pei Yunshu extendió la lengua con cuidado. La extrañ a, pegajosa y
cálida sensació n persistió .

Retiró la lengua, pero la extrañ a sensació n persistió . Pei Yunshu se incorporó , con
expresió n perpleja en el rostro.
Después de cinco días de andar por ahí, ¿había desarrollado ilusiones tan extrañ as?

***

Alcanzar la etapa de alma naciente fue un logro significativo en el mundo de la


cultivació n. Muchas personas lucharon durante siglos para alcanzar la etapa del
Nú cleo Dorado, pero solo unas pocas lograron avanzar.

Incluso algunos ancianos de la Secta Shanshui apenas se encontraban en las ú ltimas


etapas del reino del alma naciente. El maestro de Pei Yunshu, el maestro espiritual
taoísta Ling Qing, apenas se encontraba en la etapa del alma naciente.

En la Secta Shanshui, alcanzar la etapa de alma naciente permitía poseer la cima de


su propia montañ a y la capacidad de aceptar discípulos si así lo deseaban. El Primer
Hermano Mayor, el Segundo Hermano Mayor y el Tercer Hermano Mayor, todos con
talentos excepcionales, ya habían alcanzado la etapa del nú cleo dorado, con la etapa
de alma naciente a su alcance.

Aunque la etapa del alma naciente parecía estar a só lo un paso, en realidad se


necesitaban miles de pasos para alcanzarla.

El talento de Pei Yunshu no era el más destacado entre sus hermanos mayores, ni su
cultivo el más profundo. Sin embargo, fue el primero en alcanzar la etapa de alma
naciente. Había obtenido cien añ os de cultivo gratis, lo que le permitió ponerse al día
en cuanto a cultivo. Sin embargo, sentía una fuerza inmensa, pero no sabía có mo
usarla, y su estado mental aú n se encontraba en la etapa de Nú cleo Dorado. Esta
desconexió n era inaceptable.

Estaban en las profundidades del subsuelo, donde los extrañ os fenó menos del viento,
la lluvia, los truenos y los relámpagos quedaban bloqueados fuera del reino secreto.
Cultivar hasta la etapa de alma naciente puede llevar desde unos pocos días hasta
varios meses o incluso añ os.

En definitiva, superar al demonio interior es un paso crucial en el proceso de


formació n del alma. Casi todo lo que uno teme y aterroriza se manifiesta en el
demonio interior. Enfrentar estas experiencias aterradoras es necesario, y si uno
logra superarlo, podrá alcanzar la formació n del alma. Si no se puede vencer al
demonio interior, se convertirá en un desastre permanente. Incluso si no se mata, el
cultivador sufrirá graves dañ os por la reacció n del demonio interior.

Bai Lige y los demás eran muy conscientes de los peligros del alma naciente. Cuando
hablaban de proteger la ley, se referían a no permitir que extrañ os perturbaran a Pei
Yunshu y a estar preparados con elixires. Si algo salía mal, usarían elixires de
inmediato para salvar a la persona.

Hua Yue comentó : «La bella Yunshu rara vez abandona la montañ a. Si se topa con un
demonio interior, ¿podría estar relacionado con el incidente en el que perdí la cola?».

Bai Lige respondió : "Te estás sobreestimando".

Hua Yue, sin más dilació n, sacó una almohada grande y una manta. «Solo soy un
pequeñ o zorro que aú n no ha alcanzado la forma humana, así que no puedo ayudar
mucho protegiendo a Yunshu. Encárguense ustedes. Yo también dormiré cinco días.
Cuando despierte, debería poder transformarme como Yunshu».

“Cuando Yunshu abra los ojos, verá mi impresionante belleza y, sin duda, estará de
muy buen humor”.

Con eso, Hua Yue se metió en la manta y rápidamente se durmió , después de haber
consumido una pastilla que indujo un sueñ o profundo.

Bai Lige, notando la mirada del joven maestro Qingfeng, se giró hacia él y le dijo con
seriedad: "Si tienes prisa, podemos turnarnos".

El joven maestro Qingfeng, después de un momento de silencio, respondió : "Pensé


que solo estaba bromeando".

Bai Lige abrió mucho los ojos, sorprendido. "¿Có mo puedes pensar eso? Siempre
hablo en serio".

El joven maestro Qingfeng volvió la mirada hacia Pei Yunshu. Con su abundante
energía espiritual y aura, parecía que Pei Yunshu había encontrado una gran
oportunidad con solo dormir cinco días.
…No importa có mo lo mires, todo parece un poco ridículo.

Pero bueno. Más vale prevenir que curar. Al fin y al cabo, solo son cinco días de
sueñ o.

***

Pei Yunshu tomó la mano de un niñ o mayor y subió paso a paso.

El niñ o mayor no pudo ayudarlo; todo lo que pudo hacer fue alentarlo, diciendo:
“Hermano menor, aunque el maestro espiritual taoísta Ling Qing es estricto, que
escales la montañ a por ti mismo también es beneficioso para tu corazó n Dao”.

Pei Yunshu, con expresió n determinada, respondió : "Yunshu entiende".

Subía con dificultad escaló n a escaló n, lo cual le dificultaba bastante sus cortas
piernas. Cuando se cansaba, usaba ambas manos y pies, y seguía subiendo poco a
poco.

Cuando finalmente llegó al pico Wuzhi, su piel expuesta estaba cubierta de cortes y
raspaduras de las rocas afiladas.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing se acercó , con el rostro inexpresivo, pero con
una pizca de satisfacció n en la mirada. «Aunque eres solo un niñ o, tu corazó n daoísta
es firme».

Pei Yunshu miró a su maestro, quien también lo observaba con una leve sonrisa en su
rostro. Se acercó a Pei Yunshu, le arrancó una hoja seca del pelo y le dijo: «Olvidé
darte la ceremonia formal de aprendizaje. Tu padre me confió tu nombre y me pidió
específicamente que conservara tu apellido».

Pei Yunshu asintió . "Entiendo."

De su manga, el maestro espiritual taoísta Ling Qing sacó un trozo de jade blanco
puro y cálido. En su mano, el jade emanaba un aire celestial y taoísta. «Este jade es tu
regalo de aprendizaje».
Pei Yunshu aceptó el jade blanco de su maestro. Sus manos eran demasiado pequeñ as,
así que necesitaba ambas para sostenerlo. Contempló el jade tibio un rato antes de
decir: «Gracias, maestro».

El maestro espiritual daoísta Ling Qing guió a Pei Yunshu a la montañ a. Desde
entonces, Pei Yunshu se mantuvo tranquilo y concentrado, concentrándose
exclusivamente en la cultivació n. Cuando no podía sostener la espada con firmeza,
practicaba esgrima mil veces cada mañ ana. Tras terminar su práctica, se concentraba
en perfeccionar sus técnicas mentales y artes daoístas. No perdía ni un solo
momento a diario. Era como si lo persiguiera una bestia feroz, y no podía dejar de
practicar.

Día a día, añ o tras añ o, Pei Yunshu construyó diligentemente su base y


silenciosamente logró la etapa del Nú cleo Dorado.

Aunque no era cercano a su maestro, el maestro espiritual daoísta Ling Qing, ni a sus
compañ eros discípulos, vivían en la misma cima de la montañ a. A veces se cruzaban,
pero cuando lo hacían, simplemente asentían y continuaban su camino.

Pasaron diez añ os, y Pei Yunshu había establecido silenciosamente su base y luego
formó con éxito el Nú cleo Dorado.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing fue a verlo personalmente. Sus ojos reflejaban
una mezcla de felicidad y preocupació n. "¿Por qué te esfuerzas tanto, Yunshu?"

Pei Yunshu frunció los labios y pensó un momento. «No puedo perder el tiempo».

No sabía por qué se sentía así, pero una sensació n de urgencia lo acompañ aba
constantemente. Continuó practicando sin descanso. Su esgrima ya era muy
avanzada, pero no era suficiente. Su cultivo no era suficiente.

Sin embargo, no sabía cuándo sería suficiente.

"Pero tu cultivo ya es muy alto", dijo Ling Ye, el líder de la secta. "Además del cultivo,
lo más importante es tu corazó n del Dao. Si tu estado mental no puede seguir el
ritmo, por muy alto que sea tu cultivo, no lograrás nada".
Pei Yunshu escuchó atentamente y asintió con seriedad.

El líder de la secta habló con él durante un día y al segundo día ordenó que nadie
molestara a Pei Yunshu y le envió los preciados materiales de la secta.

Pei Yunshu devolvió los materiales y dijo: «Anciano Tío de la Secta, necesito cerrar
por un tiempo. No necesitaré estos artículos».

Este aislamiento duró cinco añ os.

Cuando Pei Yunshu emergió de su reclusió n, había alcanzado las ú ltimas etapas del
reino del Nú cleo Dorado, con un nivel de cultivo estable y un comportamiento
tranquilo.

Con solo una mirada, era evidente que su corazó n Dao era firme.

Sus hermanos mayores lo esperaban afuera, y cada uno de ellos parecía diferente
ahora. Al ver tanta gente, Pei Yunshu no pudo identificar de inmediato quién era
quién.

—Hermano menor —uno de ellos dio un paso al frente y señ aló a un discípulo menor
que parecía un adolescente—. Este es tu discípulo menor, Yunwang. Hermano menor,
este es tu escurridizo Cuarto Hermano Mayor.

El Hermano Menor se acercó , observando atentamente a Pei Yunshu y luego


sonriendo dulcemente. "Cuarto Hermano Mayor".

Pei Yunshu asintió en respuesta, sacó un objeto mágico de su manga y dijo: "Me perdí
el regalo de aprendizaje formal, así que considera esto como una compensació n".

El hermano menor Yunwang aceptó el regalo con una sonrisa, y quienes lo


acompañ aban rieron, observando a Pei Yunshu con diversió n. Uno de ellos dijo: «Los
artículos del hermano menor son excelentes. Hermano menor, deberías atesorarlos».

Pei Yunshu sabía que era uno de sus tres hermanos mayores, pero no los había visto
mucho antes. Habían pasado cinco añ os y no podía identificar a cuál de ellos se
refería. Solo pudo sonreír y no decir nada.
Tras dejar su reclusió n, Pei Yunshu seguía reacio a la complacencia. Sin embargo, esta
vez era diferente. Durante su práctica matutina de espada, su hermano menor pasaba
a menudo por allí. No interrumpía a Pei Yunshu, sino que se sentaba a su lado,
observándolo practicar. Cuando Pei Yunshu terminaba, su hermano menor le
entregaba un pañ uelo y agua tibia, y luego le pedía que le enseñ ara a manejar la
espada.

Pei Yunshu era meticuloso en su enseñ anza, pero el hermano menor a menudo
soñ aba despierto y después de que Pei Yunshu le explicaba todo, no recordaba ni una
palabra.

A veces, algunos hermanos marciales mayores acompañ aban al hermano menor


cuando este llegaba. Pei Yunshu no era muy cercano a ellos, así que se sentaba en
silencio a un lado, escuchando sus risas mientras circulaba silenciosamente su
energía espiritual.

Un hermano mayor preguntó : «Hermano menor, nunca has bajado de la montañ a. ¿No
te interesa saber qué hay debajo?»

Pei Yunshu respondió : "Nunca".

Aunque tenía cierto interés en el mundo exterior, no tenía tiempo para ello. La
urgencia lo abrumaba; incluso esta conversació n con sus hermanos mayores le
parecía una pérdida de tiempo.

En tan solo unos días, cuando el hermano menor y los hermanos mayores fueron a
buscar a Pei Yunshu nuevamente, les dijeron que había entrado en reclusió n una vez
más.

Esta vez, el período de reclusió n fue mucho más corto que antes. Cuando Pei Yunshu
salió de su reclusió n, el maestro espiritual daoísta Ling Qing convocó a sus discípulos
y les ordenó descender de la montañ a para investigar la presencia de tantos
cultivadores rebeldes en la zona.

En cuanto llegó Pei Yunshu, la mirada del hermano menor se fijó en él. Tras terminar
de hablar el maestro espiritual daoísta Ling Qing, el hermano menor se volvió hacia
su maestro y le dijo: «Maestro, por favor, permita que su discípulo los acompañ e».

"Pero con tu bajo cultivo, ¿có mo puedes ir?", preguntó el maestro espiritual daoísta
Ling Qing.

El hermano menor señ aló a Pei Yunshu y dijo: «El cuarto hermano mayor acaba de
salir de su reclusió n. Puede irse con los discípulos. ¿No está preocupado el
Maestro?».

El maestro espiritual daoísta Ling Qing miró a Pei Yunshu y aceptó de mala gana,
diciendo: "Si ese es el caso, Yunshu, debes proteger bien a tu hermano menor".

Pei Yunshu asintió y dijo: "El discípulo entiende".

Su aura permaneció tranquila, inquebrantable, como un estanque de agua clara y


quieta, inalterada por influencias externas.

Al descender de la montañ a, los cinco hermanos mayores tuvieron que separarse: dos
se dirigieron al sur y tres al norte. Al pie de la montañ a, un hermano mayor preguntó :
«Hermano menor, ¿con quién vas?».

El hermano menor extendió la mano para tomar la mano de Pei Yunshu, pero Pei
Yunshu colocó su mano detrás de su espalda y lo miró de reojo.

—Voy con el Cuarto Hermano Mayor —dijo el hermano menor, bajando la mano con
aire desanimado—. Hermano Mayor, ¿no te gusta que te toquen?

Pei Yunshu asintió .

Un hermano mayor se rió entre dientes y le preguntó a Pei Yunshu: "Cuarto hermano
menor, ¿con quién vas?"

No importaba quién fuera, cualquier lugar estaba bien, pero debían irse cuanto antes.
Pei Yunshu respondió : «Cualquiera está bien».

Con estas palabras, las expresiones en los rostros de sus tres hermanos mayores
cambiaron sutilmente. Era una mezcla de decepció n y alivio, quizás acompañ ada de
otras emociones, pero Pei Yunshu no pudo discernirlas.
Después de eso, Pei Yunshu, junto con su hermano menor y el tercer hermano mayor
Yunman, se dirigieron a la ciudad de Qinghe. Yunman dijo que irían al lago a buscar
algo de beber, pero Pei Yunshu negó con la cabeza y dijo: «Primero investiguemos la
situació n de los cultivadores rebeldes».

Yunman sonrió y dijo: «En ese caso, nos saltamos la comida por ahora. Cuando lo
arreglemos, los llevaré a disfrutar de la deliciosa comida en la ciudad de Qinghe».

Ese día, investigaron el motivo de la reunió n de cultivadores rebeldes cerca de la


base de la Secta Shanshui. Sin embargo, a la mañ ana siguiente, todos los cultivadores
rebeldes habían abandonado el lugar.

Pei Yunshu y sus hermanos mayores regresaron a la montañ a para continuar su


dedicado cultivo. Después de un tiempo, un joven le informó : «Hermano mayor, los
cultivadores rebeldes de antes eran originarios de la Secta del Brocado de Flores».

Pei Yunshu miró hacia arriba y escuchó atentamente.

El joven continuó : «Estos cultivadores rebeldes han atraído la atenció n de un


poderoso demonio, que parece haber matado al zorro de tres colas y drenado su
sangre para descubrir una cámara oculta en un reino secreto. También mataron a los
espíritus zorro dentro del reino secreto, lo que enfureció al guardián del reino
secreto, quien vino a confrontarlos».

El niñ o continuó : «Hermano mayor, ¿puedes creer lo trágico que fue para el zorro de
tres colas? Ni siquiera perdonaron la vida a tres de su propia especie. Esta Secta del
Brocado de Flores es realmente despiadada».

Pei Yunshu permaneció en silencio por un momento, suspiró y dijo: "El que vino a
enfrentarlos, ¿era un poderoso demonio zorro?"

El niñ o respondió : “Se rumorea que es un formidable demonio fantasma”.

—Por muy formidable que sea, sigue siendo un demonio fantasma —Pei Yunshu negó
con la cabeza—. Todos conocen las debilidades de los demonios fantasma.

Concluyó y cerró los ojos para meditar en paz.


Unos días después, el niñ o regresó y le dijo: «Hermano mayor, tenías razó n. El
demonio fantasma ha sido reprimido por un cultivador budista y pronto se
convertirá en humo, desapareciendo de este mundo».

Pei Yunshu permaneció inmó vil. Cuando el niñ o creyó que no le interesaba, lo oyó
decir suavemente: «En».

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 62

Capítulo 62

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En el mundo del cultivo, el tiempo parecía inconmensurable. Las estaciones iban y


venían sin que nadie las contara, y Pei Yunshu llevaba muchos añ os atrapado en la
etapa final del Nú cleo Dorado.

Finalmente decidió seguir el consejo del líder de la secta Lingye y partió solo con su
espada Qingyue para explorar el mundo mortal, con la esperanza de superar lo que se
conocía como un cuello de botella.

Durante los ú ltimos veinte añ os, desde que se unió a la Secta Shanshui, sentía que no
había dejado de cultivar ni un instante. Se le formaron callos en las palmas de las
manos y entrenaba día y noche. Esto le dio la confianza para aventurarse en el
mundo por su cuenta.

Sin embargo, tan pronto como descendió de la montañ a, miró hacia el bosque que
tenía detrás y dijo: "¿Quién está ahí?"

Su hermano menor emergió del bosque. Después de varios añ os, se había vuelto más
joven y rubio, con una sonrisa amable. "Cuarto hermano mayor, ¿adó nde vas?"

Pei Yunshu lo reconoció como su hermano menor, pues su apariencia no había


cambiado mucho. Respondió con seriedad: «Voy a bajar de la montañ a para adquirir
experiencia práctica».

“¿Vas solo, hermano mayor?”


Pei Yunshu asintió .

El Hermano Menor sonrió y se acercó , diciendo: «Hermano Mayor, formé mi nú cleo


dorado hace poco y ahora puedo aventurarme. En ese caso, ¿por qué no te
acompañ o?».

Pei Yunshu no vio ningú n dañ o en ello y aceptó : "Claro, vayamos juntos".

A Pei Yunshu le encantaban los paisajes de montañ as y ríos, los vastos paisajes y las
magníficas montañ as nevadas. Al contemplar tales vistas, a menudo necesitaba un
largo tiempo para recuperar la compostura.

Pero a su hermano menor le encantaban los mercados animados y las calles


concurridas. Cuanto más bullicioso era el lugar, más lo disfrutaba. Le dijo a Pei
Yunshu: «Hermano mayor, ¿có mo puedes liberarte de los apegos mundanos si no los
experimentas?».

Pei Yunshu reflexionó un momento y pensó que lo que decía su hermano menor tenía
sentido. Así que se aventuró a explorar el bullicioso mundo con él.

Su hermano menor lo condujo a un lugar llamado Pabelló n del Viento del Sur.

Las velas titilaban y las cortinas ondeaban suavemente. Su hermano menor condujo a
Pei Yunshu a una cámara secreta, donde miraron a través de un pequeñ o agujero para
presenciar las actividades íntimas de las personas en una cama.

Pei Yunshu solo lo miró un instante antes de darse la vuelta, pero su hermano menor
le susurró : «Hermano mayor, este es el lugar más terrenal del reino mortal. ¿Có mo
puedes no mirar?».

Su hermano menor tomó la mano de Pei Yunshu y lo animó a mirar de nuevo por el
pequeñ o agujero. Los sonidos seductores continuaban de forma intermitente. Con
solo una delgada pared separándolos de la escena, ningú n sonido podía ser
bloqueado.

—Hermano mayor —la voz de su hermano menor se acaloró , ocultando una secreta
expectació n—. ¿Sientes algo?
Pei Yunshu negó con la cabeza y abandonó la cámara secreta. Salió del Pabelló n del
Viento del Sur.

Al girarse para mirar, vio que la sonrisa había desaparecido del rostro de su hermano
menor. Su mirada se había oscurecido mientras observaba a Pei Yunshu, sin tener
claras sus intenciones.

Unos días después, llegaron también sus hermanos mayores. Preguntaron: "¿Y qué
hay del hermano menor?".

“Borracho y dormido”, Pei Yunshu sintió una extrañ a sensació n de alivio, recogió sus
pertenencias y les dijo a sus hermanos mayores: “Dejo al hermano menor a su
cuidado”.

Sin esperar respuesta, montó su espada y se fue.

Sus hermanos mayores observaron su figura alejarse y, como si se resignara, uno de


ellos rió entre dientes y trajo una botella de alcohol.

“El hermano menor ha tenido un viaje difícil”.

Había personas que no podían ser contenidas por mucho que lo intentaran, y estas
personas ya tenían alas para volar libremente.

Nadie podía mantenerlos atados, dejando a otros impotentes para cambiar la


situació n.

Esta vez, el viaje de experiencias de Pei Yunshu duró un añ o entero. Cuando cayeron
los copos de nieve, la emoció n lo embargó . Esa noche, bajo la brillante luz de la luna,
ascendió a la cima de la montañ a nevada, esperando la salida del cálido sol.

Esperó toda la noche, y al salir el cálido sol, la nieve en su cuerpo se había


acumulado casi dos centímetros y medio. Contempló el amanecer, tiñ endo la mitad
del cielo de carmesí, y en ese instante, atravesó la etapa del nú cleo dorado.

El proceso de formació n del Alma Naciente desencadenó fenó menos extraordinarios


en los cielos y la tierra. Los ancianos de la secta acudieron a la montañ a nevada para
establecer formaciones protectoras alrededor de Pei Yunshu. Esta formació n del
Alma Naciente duró quince días, y después, Pei Yunshu abrió los ojos.

Se puso de pie, sacudiéndose la nieve que se había acumulado en su cuerpo y sonrió a


los miembros de su secta que lo habían estado custodiando.

Había formado su Alma Naciente.

Tras formar el Alma Naciente, la urgencia que lo había agobiado durante añ os se


alivió repentinamente. Sin embargo, Pei Yunshu no sabía qué hacer aparte de cultivar.

Continuó su cultivo diligentemente, practicando la esgrima, las técnicas y nutriendo


su corazó n del Dao. El tiempo parecía haberse vuelto lo menos valioso, y a veces,
cuando cerraba los ojos para meditar y los volvía a abrir, habían pasado varios días.

El joven que acompañ aba a Pei Yunshu había empezado a envejecer como el anciano
que había escalado el pico Wuzhi con él añ os atrás. Tarde o temprano llegaría al final
de su vida.

Pei Yunshu redujo su práctica de cultivo y encontró tiempo para regar las plantas
espirituales en el patio.

Un día, mientras estaba sentado en su cama a punto de meditar, de repente miró al


pie de la cama. Una pequeñ a serpiente de colores se había deslizado sobre ella.
Parecía sorprendida de que Pei Yunshu hubiera abierto los ojos, y sus ojos rojos se
encontraron con los suyos, mientras dudaba en su lugar.

Pei Yunshu dijo: “¿Có mo entraste a mi habitació n, pequeñ a serpiente?”

La serpiente movió su lengua y se arrastró lentamente hacia Pei Yunshu.

A pesar de parecer altamente venenosa, un cultivador del Alma Naciente no debería


temerle a una serpiente. Pei Yunshu extendió la mano, y la serpiente arcoíris se
arrastró hasta su palma. Enroscó su cola con fuerza alrededor de su muñ eca, como si
temiera que Pei Yunshu la tirara.
Las pupilas de la serpiente eran verticales, de un color carmesí deslumbrante, como
si goteara sangre fresca, incluso más deslumbrante que una gema.

Pei Yunshu recordó de repente los rumores que había escuchado durante sus
experiencias pasadas. Habló con calma: «Algunas serpientes pueden parecer
serpientes comunes, pero en tiempos difíciles, pueden transformarse en dragones».

Colocó la serpiente en el suelo, pero la colorida serpiente no se fue. Levantó la mitad


superior de su cuerpo, mirando fijamente a Pei Yunshu.

Pei Yunshu dijo: «Vamos, si de verdad puedes convertirte en dragó n, necesitarás la


ayuda de alguien cuando llegue el momento. Puedes venir a buscarme entonces».

La serpiente extendió su lengua bífida para tocar la punta del dedo de Pei Yunshu. Pei
Yunshu miró su dedo, ligeramente sorprendido, y luego sonrió .

Tras formar su Alma Naciente, Pei Yunshu encontró el método más adecuado para su
cultivació n. A veces, al meditar en la cima de la montañ a, sentía que su respiració n se
conectaba con el mundo entero, respirando en armonía con él.

Pero rara vez salía porque inexplicablemente cada vez que lo hacía se encontraba
con sus compañ eros de secta.

Pei Yunshu no sabía có mo conversar con ellos. Se sentía más có modo solo. Poco a
poco, cada vez que se aventuraba, huía lejos de la secta.

Cuando comenzó otra gran competencia de cultivo, Pei Yunshu solo la visitaba
ocasionalmente.

Ya había alcanzado la etapa de Alma Naciente, e incluso si cumplía con los requisitos
de edad, participar en la competencia no sería honorable. Ganar contra cultivadores
más jó venes sería una mera demostració n de fuerza, y no quería intimidarlos.

“Hermano mayor”, su hermano menor que acababa de ganar un partido en el


escenario bajó y sonrió radiantemente, “¿Viniste a verme?”
En el momento en que llamó a Pei Yunshu "Hermano Mayor", muchas personas a su
alrededor dirigieron su atenció n hacia Pei Yunshu.

¿Es este el hermano mayor Yunshu de la secta Shanshui? Parece incluso más joven
que yo.

Es muy joven, pero ya ha alcanzado la etapa de Alma Naciente. Mi maestro siempre


dice que es diligente, pero si a uno le falta talento, ninguna diligencia servirá.

Los susurros no pasaron desapercibidos para Pei Yunshu. Fingió no oír y miró a su
hermano menor, preguntándole: "¿Có mo estás hoy?".

—Ya he ganado dos partidos —perlas de sudor se formaron en la frente lisa de su


hermano menor. Sus ojos brillaban al continuar—: Tengo un partido más por la tarde.
Hermano mayor, ¿vendrás a vernos?

Pei Yunshu miró la hora al cielo y asintió : "Claro".

Sin embargo, durante el partido de la tarde, el oponente que estaba frente a su


hermano menor parecía estar distraído por Pei Yunshu, y fue rápidamente derrotado
por el golpe de su hermano menor.

En lugar de sentirse molesto, el oponente derrotado se tambaleó hacia Pei Yunshu,


con el rostro enrojecido por la vergü enza, y preguntó : "¿Có mo te llamas?"

Pei Yunshu respondió : "Yunshu".

En el escenario, su hermano menor, que observaba desde una posició n más alta, los
miró a ambos con una expresió n oscura en su hermoso rostro.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 63

Capítulo 63

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La persona que preguntó el nombre de Pei Yunshu desapareció sin dejar rastro al día
siguiente.

Pei Yunshu no tenía intenció n de volver al torneo de cultivació n. Se quedó en su


habitació n y continuó meditando. Solo cuando un nuevo discípulo se le acercó
apresuradamente, se dio cuenta de que algo había sucedido.

—Hermano mayor —dijo el niñ o—, alguien fue a buscar al anciano Lingye y le dijo
que quería ser tu compañ ero de Dao.

Pei Yunshu frunció el ceñ o y dijo: "Tonterías".

Continuó meditando, indiferente al asunto. Sin embargo, el joven discípulo estaba


muy preocupado y lo visitaba a diario, manteniéndolo al tanto de la situació n.

“Hermano mayor, algunos hermanos mayores expulsaron a esa persona de la Secta


Shanshui, pero esa persona regresó con otros”.

Hermano mayor, el hermano mayor Yunwang dijo que el agua fertilizada no se filtra a
los campos ajenos. Si necesitas un compañ ero Dao, él será tu compañ ero.

"Pero el hermano mayor dijo que estaba siendo ridículo, y el hermano menor fue
bloqueado por todos los hermanos mayores".
Para evitar ser molestado, Pei Yunshu había colocado barreras protectoras alrededor
de su residencia. Cuanto más le contaba el joven discípulo, más absurdo le parecía.

Un día, el joven discípulo entró en la habitació n, pero no dijo nada. Pei Yunshu dijo
rápidamente: «Me voy a recluir».

El joven se tragó las palabras con la punta de la lengua. Estaba a punto de mencionar
que varios hermanos mayores se pelearon inexplicablemente anoche, dejándolos a
todos maltrechos y magullados. ¿Sería posible que albergaran sentimientos por su
hermano menor y sintieran celos en secreto?

Pero si fueran celos, ¿por qué pelearían? ¿No deberían estar celosos?

“Hermano mayor, ¿cuándo vas a salir?” preguntó el joven.

Pei Yunshu respondió : "Ya no saldré más".

El joven pensó que bromeaba y no se lo tomó en serio. Esperó a que el hermano


mayor Yunshu regresara tras terminar su aislamiento. Sin embargo, cuando envejeció
tanto que ya no podía caminar, se dio cuenta de que el hermano mayor Yunshu
hablaba en serio sobre no salir.

Pasaron cien añ os, luego doscientos añ os.

El mundo exterior cambió drásticamente, y parecía que la Secta Shanshui había


perdido por completo a Pei Yunshu. Solo podían esperar la aparició n de señ ales
naturales para saber que había avanzado en su cultivo.

Aparte de la gente de la Secta Shanshui y el joven que lo esperaba, también había una
pequeñ a serpiente que se había colado en su habitació n, esperándolo.

Después de una cantidad de tiempo desconocida, un día soleado, una luz dorada
apareció de repente en el cielo sobre la Secta Shanshui.

Esta luz dorada brilló directamente sobre el lugar donde Pei Yunshu se encontraba
recluido. Quienes presenciaron este fenó meno quedaron ató nitos, casi incrédulos.

Pei Yunshu estaba a punto de ascender.


Ante la puerta de aislamiento, todos los miembros de la Secta Shanshui se reunieron.
Las formaciones protectoras de la secta se activaron, y el líder de la secta, junto con
varios ancianos, esperaban en la entrada.

Observaron có mo Pei Yunshu emergía de la luz dorada y ascendía a los cielos,


volando hacia el Noveno Cielo.

Alguien gritó : "¡Cuarto Hermano Menor! ¡Míranos! ¡Cuarto Hermano Menor!"

Pei Yunshu bajó la mirada y los observó . Dudó un momento y luego extrajo varios
tesoros preciosos de su cuerpo y los envió a la gente de la Secta Shanshui.

Estos tesoros otorgados por los inmortales, fueran ú tiles o no, podrían servir como
posesiones atesoradas de la secta.

El Hermano Menor miró fijamente a Pei Yunshu, con lágrimas de sangre corriendo
por su rostro. Muchos lloraron, con lágrimas que mezclaban tristeza y alegría. Pei
Yunshu dejó atrás el llanto mientras continuaba su ascenso. En medio de su viaje,
sintió una conexió n con el karma.

Siguió los hilos del karma y descubrió que estaba relacionado con su promesa
anterior a la pequeñ a serpiente.

En la otra parte del mundo creado por la técnica mágica de la Secta Shanshui, de
repente se desató una violenta tormenta, acompañ ada por el rugido de un dragó n.

La mitad del cielo estaba llena de luz dorada y la otra mitad estaba inundada por una
feroz tempestad.

La gente que lloraba se quedó en silencio y observó có mo un dragó n negro se elevaba


entre las nubes, acercándose a Pei Yunshu.

El gigantesco dragó n se detuvo al borde de la tempestad, mirando a Pei Yunshu y con


voz profunda, preguntó : "¿Hay dragones en este mundo?"
El Hermano Menor, en el suelo, forcejeó para liberarse del agarre de sus hermanos
mayores. Su hermoso rostro se contorsionó en una expresió n grotesca y gritó
histéricamente: "¡No hay dragones! ¡No hay dragones en este mundo!"

En respuesta a este grito de impotencia, Pei Yunshu respondió con un tono suave
pero firme: “Hay dragones”.

Con esas palabras, el karma se resolvió por completo y Pei Yunshu ascendió
lentamente en la luz dorada.

La otra mitad de la lluvia torrencial se volvió violenta por un instante antes de


amainar gradualmente. El dragó n negro miró a Pei Yunshu y luego alzó la vista al
cielo.

Pei Yunshu sonrió y dijo: “Tú y yo acompañ ándonos mutuamente; esto puede
considerarse una forma del destino”.

“Hermano mayor—”

Sus voces se fueron apagando poco a poco y Pei Yunshu oyó la voz de su maestro, que
llamó a alguien: "Maestro".

Pei Yunshu se dio la vuelta y vio que el hermano menor se había transformado en
una apariencia diferente.

Hizo un leve gesto con la cabeza hacia su antepasado mayor, que lo miraba fijamente,
y luego se dio la vuelta.

Las voces se fueron desvaneciendo poco a poco en la distancia, y la luz dorada se


expandió . Finalmente, Pei Yunshu llegó en la nube.

Pero no había nada por encima de la nube.

No hay otros inmortales, ni flores, ni plantas, ni árboles, ni sol, ni luna.

Pei Yunshu esperó aquí un mes, luego dos, pero lo ú nico que vio fue una vasta
extensió n blanca. Empezó a caminar, alejándose cada vez más, pero no se oía el
viento y no veía a nadie.
Fue entonces cuando Pei Yunshu se dio cuenta de que la soledad podía ser la
experiencia más angustiosa.

Intentó descender, pero no pudo. También intentó ascender más, pero fue imposible.

Pei Yunshu quedó atrapado encima de la nube.

Ni siquiera una nube flotante flotaba allí. Pei Yunshu intentó meditar y cultivar, pero
al abrir los ojos, solo vio blanco.

Ni siquiera pudo continuar su meditació n.

Pei Yunshu revisó toda su bolsa de almacenamiento, leyendo los libros una y otra
vez, contemplando los talismanes y hechizos repetidamente.

El hechizo de transmisió n de sonido también era inseparable de este lugar. Pei


Yunshu intentó todos los métodos, pero fue inú til.

La ú nica compañ ía que tenía era la espada Qingyue, pero la espada no podía hablar.

Pei Yunshu comenzó a preguntarse por qué había ascendido.

Tras un tiempo indeterminado, los pensamientos de Pei Yunshu comenzaron a


ralentizarse. Sus recuerdos se nublaron y se desvanecieron gradualmente de su
mente.

Sacó la espada Qingyue, con la intenció n de acabar con su propia vida.

Sin embargo, un rayo golpeó su mano, haciendo que la espada se le escapara del
agarre a Pei Yunshu.

¿No se supone que los inmortales están más allá de la muerte?

Las vastas montañ as y ríos ya no existían. Si Pei Yunshu permaneciera en silencio,


este lugar permanecería en silencio para siempre.

No hay viento, no hay sonido de flores floreciendo, ni tampoco el susurro de la hierba


marchita.
Soledad y desolació n, del tipo que puede llevar a una persona a la locura.

Las experiencias pasadas se convirtieron en hermosos sueñ os y el cultivo diligente se


convirtió en una broma.

Pei Yunshu quería morir, pero incluso la muerte lo eludió .

El tiempo en su percepció n comenzó a ralentizarse, torturándolo. Esperaba que otros


ascendieran a ese lugar, preguntándose dó nde se había metido la serpiente que
claramente se había transformado en dragó n.

Pero después de esperar y esperar, no llegó ni una sola persona.

Al final, Pei Yunshu tuvo que usar una cuchilla afilada para abrir una herida en su
propio cuerpo, confiando en el dolor para despertar su conciencia.

A veces, miraba fijamente la espada Qingyue durante un buen rato antes de recordar
su nombre. Incluso había veces en que olvidaba su propio apellido.

Se llamaba Yunshu pero ¿cuál era su apellido?

¿Chen, Chu, Wang o Li?

Pensó durante mucho tiempo, pensando vagamente que debería apellidarse "Pei".

Pei Yunshu sintió que había pasado un siglo. Los libros que hojeaba se volvían poco a
poco ilegibles.

En medio de una crisis nerviosa, se autolesionaba constantemente. Después de unos


días, empezó a recomponerse.

Pei Yunshu sacó tinta y un pincel, dándose cuenta de que podía dibujar en la vasta
extensió n de tierra blanca en el aire.

Dibujó flores y árboles en el suelo, nubes en el aire. El blanco y negro llenó


gradualmente el espacio. Pei Yunshu dibujó un pájaro, pensando en có mo convertir la
ilusió n en realidad.
Entre el canto de los pájaros y la fragancia de las flores, por fin pudo volver a
centrarse en el cultivo.

Al abrir los ojos esta vez, observó todo a su alrededor. Tocó suavemente la pequeñ a
hierba que había dibujado, y la hierba negra se enderezó lentamente y se convirtió en
realidad.

Pei Yunshu lo hizo todo real. El canto de los pájaros empezó a sonar, las nubes
empezaron a flotar y el murmullo de un arroyo resonó .

Pero todo era negro. Pei Yunshu sintió paz en su corazó n y volvió a cerrar los ojos.

Cuando volvió a abrir los ojos, descubrió que su cuerpo estaba cubierto de hierba
negra.

La hierba crecía lentamente, extendiéndose por todo lo que alcanzaba la vista. Pei
Yunshu observó los árboles que había dibujado antes, y se habían convertido en un
frondoso bosque.

Se levantó , pero de repente se quedó paralizado. Vio aparecer frente a él una


mariposa que nunca había dibujado y posarse en una flor.

Pei Yunshu tropezó y caminó hacia el arroyo. Los peces saltaban del agua y las
plantas acuáticas se mecían suavemente. Pequeñ os peces jugaban entre ellas.

Una brisa sopló , alborotando el cabello de Pei Yunshu.

Extendió la mano, con las yemas de los dedos temblorosos, y tocó suavemente el
arroyo. El agua negra se retiró gradualmente ante su tacto, y el río se volvió claro, las
plantas acuáticas se volvieron exuberantes y verdes, y las flores florecieron.

La oscuridad del cielo desapareció y reaparecieron el cielo azul y las nubes blancas.

Lo había logrado.

***
Bai Lige y el joven maestro Qingfeng protegieron a Pei Yunshu durante cinco días. Al
quinto día, el poder espiritual de Pei Yunshu se disparó , y con esta oleada de poder,
Hua Yue se transformó .

El zorro dejó escapar un suave zumbido y murmuró mientras dormía: "Yunshu... no..."

Íntimo y apasionado, con rostros enrojecidos, el zumbido aceleraba el corazó n. Con


solo mirarlo, se adivinaba con qué soñ aba el zorro.

Sin embargo, Bai Lige y el joven maestro Qingfeng estaban más preocupados por si
Hua Yue realmente se había transformado después de dormir durante cinco días.

Intercambiaron una mirada, sus expresiones llenas de incertidumbre.

El joven maestro Qingfeng dijo solemnemente: "En ese caso, cuando despierten, tú y
yo también tomaremos una siesta".

Bai Lige asintió con fuerza y se giró para mirar a Pei Yunshu. Vio que el aura de
Yunshu se espesaba y fluía hacia su cuerpo.

Después de un momento, Pei Yunshu de repente abrió los ojos.

Parpadeó un momento, miró a su alrededor y, al ver a Bai Lige, se le humedecieron


los ojos. Se levantó rápidamente, se acercó y lo abrazó con fuerza.

Después de la sorpresa inicial de Bai Lige, también abrazó a Pei Yunshu.

La fragancia era embriagadora, pero Bai Lige se mostró abierto y directo. Pasó los
dedos por el largo cabello de Pei Yunshu y preguntó : «Yunshu, ¿sientes algo
desagradable en tu demonio interior?».

Pei Yunshu asintió contra el cuello de Bai Lige y luego lo soltó para abrazar a Hua
Yue, todavía medio dormido, a su lado.

Hua Yue aú n no había despertado del todo y Pei Yunshu lo sostenía en sus brazos.
Creyó que seguía soñ ando, así que se subió al cuello de Pei Yunshu, quejándose:
«Todavía me duele el pelaje, ¿por qué siempre no eres lo suficientemente amable
conmigo?».
Se irguió y dijo con un puchero: «Aquí también está hinchado, no te importa nada. Te
dije que no…».

Pei Yunshu dijo: "¿Hua Yue?"

Hua Yue despertó de repente, se sonrojó profundamente y se alejó rápidamente de


Pei Yunshu. No podía creer lo que acababa de decir.

¿Por qué volvió a tener un sueñ o así?

¡Esto... esto era demasiado absurdo!

Se cubrió la cara y murmuró una explicació n: «Bella Yunshu, por favor, no pienses
demasiado. Acabo de tener un sueñ o. En el sueñ o, alguien me tocaba el pelaje
constantemente y lo hinchó por completo».

Pei Yunshu se rió y dijo: "Si eso es lo que dice Hua Yue, entonces lo creeré".

Hua Yue miró a Pei Yunshu a través de sus dedos, con un sentimiento de dulzura en
su corazó n. ¿Por qué la Bella Yunshu lo adoraba tanto?

El joven maestro Qingfeng, por otro lado, resopló : "Ustedes dos realmente se están
saliendo de control".

Pei Yunshu escuchó esto pero no pudo evitar reír.

Tras abrir los ojos, su aura se volvió increíblemente tranquila, y su cultivo parecía
estar oculto. A menos que se investigara específicamente, era imposible determinar
su nivel actual de cultivo.

Bai Lige suspiró aliviado y dijo: "Ni siquiera puedo imaginar las habilidades de
Yunshu ahora".

Pei Yunshu sonrió y preguntó : "¿Cuánto tiempo me tomó formar un alma naciente?"

“Só lo cinco días.”

“Cinco días”, dijo Pei Yunshu con un dejo de nostalgia, “pero en mi interior, sentía
como si hubiera vivido al menos quinientos añ os”.
Estos días no fueron solo un instante fugaz para él; los vivió día a día. En su demonio
interior, esos añ os que casi lo volvieron loco habían fortalecido excepcionalmente su
corazó n Dao.

Incluso si su maestro dijera “Yunshu, tu corazó n Dao es inestable” cien veces más, Pei
Yunshu no se conmovería.

"¿Quinientos añ os?", exclamó Bai Lige, ató nito. "¡Pasaste tanto tiempo en tu demonio
interior!"

El joven maestro Qingfeng quedó igualmente asombrado y corrigió : "Dijo al menos


quinientos añ os".

Pei Yunshu sonrió y se giró hacia Hua Yue, quien seguía tumbado bajo las sábanas.
"Hua Yue, vístete y continuemos nuestro viaje".

El cabello negro de Hua Yue caía en cascada sobre sus hombros, y él sostenía la
manta, mirando tímidamente a Pei Yunshu. "De acuerdo."

—Esperen —intervino Bai Lige—. Ni el joven maestro Qingfeng ni yo hemos


dormido aquí en cinco días.

Pei Yunshu se quedó ató nito y se giró para mirarlos. "¿Cinco días?"

Bai Lige asintió con seriedad. «Si pudiste formar un alma naciente en cinco días
durmiendo aquí, y el pequeñ o zorro se transformó tras cinco días durmiendo, debe
haber una gran oportunidad. No deberíamos irnos sin obtener alguna ventaja».

Pei Yunshu lo miró y luego al joven maestro Qingfeng. Aunque se sentía reacio,
explicó : «Tengo una explicació n para el alma naciente. Durante esos cinco días,
consumí una fruta del dragó n con mi alma».

“Una Fruta del Dragó n puede añ adir cien añ os a tu cultivo, por lo que recién comencé
a formar el alma naciente”.

En cuanto a Hua Yue —continuó Pei Yunshu—, probablemente estuvo a punto de


transformarse por sí solo. Mi aura era densa cuando formé el alma naciente, y la
energía espiritual era suficiente, así que empezó a transformarse.

Bai Lige reflexionó un momento. «Aunque la explicació n de Yunshu parece razonable,


aun así quiero intentarlo».

—En ese caso —dijo Pei Yunshu, sentándose en el suelo—, tú y el joven maestro
Qingfeng también pueden dormir aquí cinco días y descansar bien. Hua Yue y yo los
cuidaremos.

Bai Lige se acostó có modamente en la cama de Hua Yue y se quedó dormido.

Al verlo tan desvergonzado, el joven maestro Qingfeng también sacó una manta y se
acostó a descansar.

Si despertaran después de cinco días y no hubiera pasado nada, sería vergü enza del
demonio, no suya.

¿Quién le dijo al fantasma demonio que no escuchara a su marido?

Después de que se quedaron dormidos, Pei Yunshu llamó a Zhuyou en su mente, pero
no hubo respuesta.

¿El Dragó n Plateado obligaría al Dragó n Negro a aparearse con personas de su


especie, con la intenció n de hacerlo por la fuerza?

A juzgar por la apariencia del Dragó n Negro, parecía poco probable que lo obligaran.

¿Pero qué pasaría si realmente se apareara con otra dragona?

Pei Yunshu frunció el ceñ o y pensó en la promiscuidad inherente de los dragones.


Con tantas hermosas dragonas rodeándolo, ¿có mo podría resistirse?

Verdaderamente, un dragó n lujurioso.

Todo había cambiado, pero su naturaleza seguía siendo la misma.

—Bella Yunshu —murmuró Hua Yue—, me duele el pie, como si me lo hubiera


torcido.
Pei Yunshu volvió a la realidad y observó el pie de Hua Yue, que quedó expuesto al
levantarse la tú nica. Su esbelta y hermosa pierna era más hermosa que el jade, y la
ropa roja que la cubría la hacía aú n más exquisita.

Sonrojándose, Hua Yue apoyó la pierna sobre Pei Yunshu. "Me duele, Bella Yunshu,
¿puedes ayudar al pequeñ o zorro?"

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 64

Capítulo 64

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Como un demonio zorro, Hua Yue era hermoso de la cabeza a los pies, y la pierna que
colocó sobre Pei Yunshu era tan suave y delicada como si estuviera hecha de jade,
exquisita y hermosa, sin un solo defecto.

Pei Yunshu realmente creyó haberse torcido el pie y lo examinó con atenció n.
Preguntó : "¿Dó nde te duele?".

Hua Yue tartamudeó : "Siento que me duele todo el cuerpo".

El corazó n le latía con fuerza y estaba extremadamente nervioso. La tú nica roja que
llevaba en el hombro estaba a punto de caerse. Hua Yue sentía una mezcla de
emoció n y ansiedad. En sus anteriores burlas a Pei Yunshu, siempre había tenido el
control, pero ahora, después de ese extrañ o sueñ o, no podía evitar sentir que si la
Bella Yunshu... si la Bella Yunshu le devolviera las burlas, él estaría dispuesto a
obedecer.

"¿En todas partes?" Pei Yunshu frunció el ceñ o, le dio una pastilla a Hua Yue y luego
le aplicó más presió n en la pierna. "¿Qué tal este lugar?"

Hua Yue estaba a punto de hablar cuando una gota de sudor le resbaló por la cara. Se
la secó , sintiéndose extrañ o. Entonces, otra gota de sudor le resbaló por la mejilla.

Hua Yue miró hacia arriba, y una cabeza de dragó n apareció sobre él, su gran boca
estaba abierta y gotas de moco de sus afilados dientes cayeron sobre la cara de Hua
Yue.
El Dragó n Negro tenía ojos carmesí y se abalanzó sobre Hua Yue con furia.

Hua Yue se quedó sin aliento e instintivamente rodó hacia un lado. Al instante
siguiente, vio que el lugar donde había estado sentado se había convertido en un
profundo pozo.

Si hubiera sido un paso más lento, el demonio zorro se habría convertido en pulpa.

El rostro de Hua Yue palideció y tragó saliva con dificultad. "¿Señ or Zhuyou?"

Con un monstruo tan feroz, con sus escamas de color negro azabache, ¿quién más
podría ser sino el Señ or Zhuyou?

Pei Yunshu extendió la mano para palpar su entorno, pero no encontró nada. Usó su
sentido espiritual para investigar, pero seguía sin detectar a nadie cerca.

É l preguntó : "¿Zhuyou?"

Una ráfaga de viento sopló repentinamente y derribó a Pei Yunshu. Su ropa fue
arrancada brutalmente, y el Dragó n Negro, emocionado por la menció n de "Zhuyou",
instintivamente comenzó a frotarse contra Pei Yunshu.

Pei Yunshu gruñ ó y apretó los labios, impidiendo que la lengua del dragó n lujurioso
entrara. Se cubrió de energía espiritual y golpeó el suelo con fuerza. Se oyó un rugido
ensordecedor, y una fuerza invisible excavó un largo surco en el suelo.

Pei Yunshu se levantó , arregló su ropa desaliñ ada y miró a su alrededor con cautela,
incapaz de precisar la ubicació n actual del dragó n lujurioso.

Hua Yue se encogió junto a su antepasado y dijo: "Señ or Zhuyou, Hua Yue estuvo
momentáneamente confundido y no se atreverá a hacer esto otra vez".

"Es solo que la Belleza Yunshu es demasiado hermosa", su rostro ahora estaba
carmesí, y susurró : "Señ or Zhuyou, no sabe, en mi sueñ o, cuando Yunshu me
presionaba y me miraba, solo pensarlo me hizo sentir demasiado avergonzado para
levantar la cabeza".

“Hua Yue”, Pei Yunshu escuchó esto y preguntó : “¿Qué sueñ o?”
Hua Yue bajó la cabeza, cerró la boca y se quedó en silencio.

El entorno también estaba tranquilo, y parecía que el dragó n lujurioso se había


calmado. Tras esperar un rato y ver que no ocurría nada más, Pei Yunshu volvió a
sentarse.

“Si estás aquí, deja una huella delante de mí”.

El suelo frente a Pei Yunshu permaneció intacto, sin ningú n cambio, lo que le hizo
fruncir el ceñ o.

¿Este dragó n lujurioso estaba planeando algo malo en secreto?

***

Sin embargo, para sorpresa de Pei Yunshu, el Dragó n Negro se comportó bastante
bien durante mucho tiempo.

Pasaron dos días más, y el joven maestro Qingfeng ya no podía dormir. Se levantó con
el rostro sombrío, fingiendo no haber cometido jamás una estupidez semejante.

Bai Lige insistió en dormir los cinco días completos. Al cabo de los cinco días, abrió
los ojos de inmediato, se levantó y se revisó para ver si había algú n cambio. Tras un
momento, suspiró decepcionado: «Yunshu tenía razó n».

Pei Yunshu respondió : “El camino por delante aú n es largo y puede que encontremos
otras oportunidades mientras buscamos una salida”.

Bai Lige asintió : «Yunshu tiene razó n. Aunque perdimos cinco días, este descanso fue
bastante có modo». Se ajustó la tú nica y miró a Pei Yunshu. «¿Acaso me parezco a Pan
An con una cara como una corona a los ojos de Yunshu?».

Pei Yunshu asintió y sonrió .

El grupo atravesó la tumba del dragó n, y Pei Yunshu tuvo especial cuidado esta vez,
evitando tocar ningú n hueso de dragó n. Tras cruzar la zona desolada, se toparon con
tres entradas a la cueva.
Bai Lige frunció el ceñ o. "Esto es problemático".

Pei Yunshu sugirió : «Dividámonos en tres grupos. Ya llevamos mucho tiempo y no


sabemos dó nde está Zhuyou. Necesitamos encontrarlo rápido».

Hua Yue agregó : “El señ or Zhuyou está con Yunshu, pero nadie puede verlo”.

Bai Lige pareció sorprendido y se giró hacia Pei Yunshu. Pei Yunshu asintió y dijo:
«Debería seguir aquí».

Bai Lige decidió : «Bien. Ya que Zhuyou está contigo, Yunshu, tú y Zhuyou vayan a una
cueva, y yo me encargaré del pequeñ o zorro». Miró al joven maestro Qingfeng y dijo
con una sonrisa pícara: «El joven maestro Qingfeng tiene una fuerza enorme; no
debería tener miedo de ir solo».

Hua Yue se transformó en su verdadera forma y saltó a los brazos de Bai Lige. "Somos
muy amigos; el joven maestro Qingfeng debe estar encantado de tenernos".

El joven maestro Qingfeng respondió con un suave bufido: "No puedo decir que esté
emocionado".

Con esto entró solo en la cueva de la izquierda.

Pei Yunshu no pudo evitar sonreír y los siguió al interior de la cueva. Estaba
completamente oscuro, así que encendió una fogata para iluminar el camino.

Mientras caminaban por el centro de la cueva, Pei Yunshu aguzó el oído y oyó tenues
ruidos. Apagó el fuego que llevaba en la mano, se acercó con cautela a la pared y
avanzó en silencio.

De repente, sintió una sensació n cálida en el ló bulo de la oreja, como si le hubieran


metido algo en la boca. Le estaban manipulando para darle diversas formas.

Pei Yunshu lo reprendió suavemente, pero de repente su boca se llenó de una lengua
con la que estaba muy familiarizado.

La lengua del Dragó n Negro era bastante grande, y Pei Yunshu tenía los labios
tapados. No podía hablar, y la saliva le goteaba por la comisura de la boca.
La base de su lengua le hormigueaba y en poco tiempo parecía desaliñ ado.

Pei Yunshu intentó atacar al Dragó n Negro, pero esta vez, este parecía haber
encontrado un método para evadir sus ataques. Podía tocarlo, pero Pei Yunshu no
podía tocarlo.

Los débiles sonidos que oía a su alrededor se intensificaron. Pei Yunshu no quería
asustar a la serpiente en la hierba, así que pensó en usar el método misterioso para
intentar detener al Dragó n Negro.

"Basta."

La lengua en su boca continuó su asalto codicioso, saboreando el dulce néctar dentro


de la boca de Pei Yunshu.

Pei Yunshu gruñ ó , harto. "Si no paras, te cortaré el cuerpo".

Se sonrojó , pero en la oscuridad, nadie podía verlo. Mentalmente, añ adió : "¡Te cortaré
esas dos cosas!".

La lengua dentro de su boca se congeló y el Dragó n Negro se retiró rápidamente.

El corazó n de Pei Yunshu latía con fuerza, y era la primera vez que hablaba con tanta
franqueza. Sin embargo, al ver có mo había asustado al Dragó n Negro, sintió una
extrañ a satisfacció n.

Así era como debía amenazar; como las palabras amables y la persuasió n no surtían
efecto, era hora de tomar acció n y dar ejemplo.

Tras la retirada del Dragó n Negro, nada más perturbó a Pei Yunshu. Escuchó
atentamente, y la fuente del sonido se acercaba cada vez más. Invocó una ráfaga de
viento y usó su poder espiritual para disipar la oscuridad, aprovechando la
oportunidad para investigar.

En el breve instante en que la oscuridad se disipó , vio que la pared estaba cubierta de
hileras de huevos, cada uno con horribles manchas negras en la cáscara. Cada huevo
era del tamañ o de un cubo de agua.
Muchos huevos estaban eclosionando, y el líquido espeso y pegajoso goteaba. Las
criaturas que emergían de las cáscaras tenían dientes afilados por todo el cuerpo,
colas de pez e incluso un par de manos delgadas que usaban para arrastrarse por el
suelo.

La oscuridad desapareció en un instante, pero Pei Yunshu no pudo ver cuántos de


estos horripilantes huevos cubrían la pared. Se extendían hasta donde alcanzaba la
vista, y no se vislumbraba su fin.

Si estas criaturas fueran los huevos de un monstruo marino de las profundidades


marinas, podrían ser particularmente sensibles a la luz del fuego.

Pei Yunshu no estaba particularmente asustado, pero las paredes a ambos lados,
junto con las criaturas que se arrastraban por el suelo, le hacían sentir un hormigueo
en el cuero cabelludo.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 65

Capítulo 65

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Estas criaturas no podían dañ ar a Pei Yunshu, pero cuando se acercó a sus huevos,
pudo ver que estaban listos para eclosionar.

Su velocidad aumentó a medida que se acercaba, y finalmente, se elevó con el viento.


Sin embargo, los huevos a los lados de las paredes eran particularmente sensibles.
Cada vez que pasaba, inevitablemente se abrían. Antes de llegar al final de este
camino, el área detrás de él estaba cubierta por una multitud de criaturas con dientes
afilados, arrastrándose por todas partes.

"¿Có mo es posible que haya tantas cosas así?", murmuró Pei Yunshu para sí mismo.
"¿Acaso olieron el aroma de los humanos?"

El Dragó n Negro retumbó : “Rugido”.

“…”

No necesitaba que respondieras.

Pei Yunshu desenvainó su espada, y la esgrima que había practicado durante siglos en
el reino demoníaco interior quedó grabada en su corazó n. Con un solo golpe, podría
matar a un grupo de estas feroces criaturas. Los cuerpos de estas criaturas se
amontonaron, pero no pudieron detener a la implacable horda que los acechaba.

Pei Yunshu no quería perder más tiempo. Caminó y mató , y al llegar al final, vio un
monstruo enorme que bloqueaba la entrada de la cueva.
El monstruo era grande, pero no tan grande como los monstruos marinos de fuera del
Reino del Dragó n Místico. Aparte de eso, era casi idéntico a esas criaturas de las
profundidades marinas.

También tenía un par de brazos delgados y los ojos cerrados. Constantemente salían
huevos de su costado, y el hedor se intensificaba. Huevos rotos e intactos se
amontonaban a un lado, y no había espacio para pasar.

Un hermoso reino de dragones místicos se había convertido en el lugar ideal para


que esta criatura pusiera sus huevos.

Pei Yunshu blandió su espada para matar al monstruo gigante. Pero antes de que la
hoja cayera, el monstruo fue cortado en dos.

Un grito resonó por toda la cueva y la espada de Pei Yunshu cayó , silenciando los
gritos.

Este golpe probablemente fue asestado por Zhuyou, quien estaba matando a las
criaturas marinas que habían invadido el reino de los dragones y usando al Dragó n
Negro para ocupar los nidos. Esta vez, le había hecho un favor al reino.

El grupo de pequeñ as criaturas detrás de él oyó el grito, y resonaron los débiles


sonidos, parecidos a un llanto. Las voces eran débiles y agudas, provocando un
hormigueo en el cuero cabelludo.

Pei Yunshu atravesó el cuerpo de la criatura madre y se precipitó hacia adelante.


Estas criaturas marinas parecían infinitas. No supo cuánto tiempo había viajado con
el viento hasta que se detuvo de repente.

Frente a él, había un largo pasillo, y debajo de él, un profundo río subterráneo. En las
profundidades de esta cueva, había un pasillo simple y antiguo. Era simplemente
inconcebible.

***

Mientras tanto, el joven maestro Qingfeng había llegado al final de su camino sin
encontrar ningú n peligro. Sabía que había elegido el camino correcto y salió de la
cueva. Una vez fuera, se dirigió a la cueva donde se encontraban Bai Lige y Hua Yue.

No quería estar solo con Pei Yunshu, especialmente con la presencia de un dragó n
siniestro.

El joven maestro Qingfeng caminó hacia las profundidades de la cueva y percibió el


aroma a sangre que provenía de adelante. Su expresió n se tensó y miró hacia la
entrada de la cueva, dudando un momento antes de decidir seguir adelante.

Un momento después, Hua Yue y Bai Lige, ensangrentados, salieron tambaleándose,


con Hua Yue apoyando a Bai Lige.

El rostro de Hua Yue se iluminó cuando vio al joven maestro Qingfeng: "¡Joven
maestro Qingfeng, por favor salve a nuestro viejo antepasado!"

El joven maestro Qingfeng frunció el ceñ o profundamente. Dio un paso adelante,


cargando a Bai Lige a la espalda, e hizo que Hua Yue recuperara su forma original y se
sujetara de su brazo. Con prisa, se dirigió hacia la entrada de la cueva.

Se oían estruendosos sonidos de persecució n tras ellos, con rocas cayendo del techo
de la cueva y rugidos que parecían desgarrar los tímpanos.

"¿Qué está pasando?" preguntó el joven maestro Qingfeng.

Hua Yue explicó apresuradamente: «Las paredes de la cueva estaban talladas con
representaciones de dragones cazando. Cuando el Viejo Ancestro y yo pasamos por
allí, estos dragones emergieron de las paredes de la cueva y nos vieron como presas
de su cacería».

El corazó n del joven maestro Qingfeng se enfrió . "¿Qué nos persigue tan
implacablemente? ¿Un dragó n?"

Hua Yue sollozó : "Ni un solo dragó n".

La conversació n se interrumpió cuando el joven maestro Qingfeng aceleró el paso. La


cueva estaba bajo ataque constante, con rocas que ocasionalmente bloqueaban el
paso. Bai Lige, ya consciente de nuevo, habló con un toque de humor: «Supongo que
no se irán hasta que hayan capturado a su presa».

El brazo derecho herido de Bai Lige colgaba sobre la espalda del joven maestro
Qingfeng, ensangrentado y debilitado. No parecía su vigor habitual y yacía bañ ado en
sangre.

Aparte de su brazo derecho, Hua Yue desconocía qué otras lesiones había sufrido Bai
Lige. Sin embargo, debía de tener otras lesiones graves, ¿de lo contrario, por qué
estaría tan débil el Viejo Ancestro?

El joven maestro Qingfeng permaneció en silencio. Sabía que algo se acercaba cada
vez más. Lanzó una ráfaga de fuego tras ellos, que pareció enfurecer al dragó n. Rugió
con fuerza, su voz resonando en sus mentes. El joven maestro Qingfeng pensó que era
peligroso, así que saltó de la pared de la cueva y vio la cabeza del dragó n rechinando
en el lugar que acababa de abandonar.

La frente del joven maestro Qingfeng estaba cubierta de sudor frío, y no se atrevió a
detenerse. Usó todas sus fuerzas para avanzar.

La cueva era realmente profunda. A este paso, tarde o temprano serían devorados por
el dragó n que los perseguía.

***

Mientras tanto, Pei Yunshu se detuvo de repente y escuchó un leve crujido a sus
espaldas. Tuvo un mal presentimiento y se giró de inmediato y corrió hacia la
entrada de la cueva.

Los cadáveres de las enormes criaturas seguían bloqueando su paso, y los grupos de
pequeñ as criaturas se abalanzaron sobre él en cuanto lo vieron. Pei Yunshu blandió
su espada para matarlas, pero lo frenaron, y su ansiedad aumentó cada vez más.

—¡Zhuyou! —gritó con urgencia—. Eres un espíritu viviente. ¿Puedes atravesar la


cueva directamente y ver qué les pasa a Bai Lige y Hua Yue?
El Dragó n Negro no respondió . Había perdido el sentido comú n en ese momento y no
tenía idea de quiénes eran Bai Lige y Hua Yue.

Pei Yunshu sabía que el Dragó n Negro no entendía nada, pero apretó los dientes: "Si
vas a salvar a Bai Lige y Hua Yue, te dejaré hacer lo que quieras una vez".

El Dragó n Negro rugió de emoció n y golpeó con la cola la mejilla de Pei Yunshu. En
un instante, atravesó la pared de la cueva y entró en otro pasillo.

Pei Yunshu observó la partida del Dragó n Negro y se sintió algo aliviado. Lanzó un
hechizo de fuego al grupo de criaturas para distraerlas, creando así una oportunidad
para escapar por la cueva.

***

Mientras tanto, cuando llegó el Dragó n Negro, el joven maestro Qingfeng y los demás
se encontraron en un callejó n sin salida.

Dos dragones se acercaban, uno por delante y otro por detrás, con la saliva goteando
de sus afilados dientes. Parecía que podrían tragárselos a los tres de un bocado.

Bai Lige tosió un par de veces, reprimiendo el sabor a sangre en su garganta. "Nunca
pensé que encontraría mi fin aquí".

La voz de Hua Yue tembló : "Viejo antepasado, ¿cuántas colas te quedan?"

Bai Lige sonrió y respondió : «Agotará todas mis colas antes de morir. Con mi estado
actual de mitad demonio, mitad fantasma, ¿có mo puedo cultivar colas?».

Hua Yue parpadeó , luciendo desconcertado.

Bai Lige le dio una palmadita en el hombro al joven maestro Qingfeng y dijo: «Yo
atraeré a estos dos dragones. Saca a Pequeñ o Zorro de la cueva mientras buscan
nuevas presas. Que regresen a las paredes de la cueva cuando no encuentren más».

El joven maestro Qingfeng, a quien también le mordieron el brazo izquierdo, todavía


estaba decidido y respondió : "Cállate".
Bai Lige se rió entre dientes: "Tú , como cultivador demoníaco, ¿có mo es que sigues
siendo tan justo y cariñ oso?"

El joven maestro Qingfeng se burló : "Ni siquiera sabes có mo va a terminar".

De repente, uno de los dragones que estaba en el aire se estrelló contra la pared de la
cueva de la derecha.

El impacto fue tan fuerte que el dragó n dejó escapar un grito doloroso y tres
manchas de sangre frescas aparecieron en su cuerpo.

El otro dragó n se enfureció , pero en un abrir y cerrar de ojos, también fue arrojado al
suelo.

El Dragó n Negro, extremadamente excitado, atacó con ferocidad. Emitió un rugido


prolongado y atacó de nuevo.

El joven maestro Qingfeng y los demás no pudieron verlo, pero observaron con
asombro có mo ambos dragones acumulaban cada vez más heridas sangrientas. Los
ojos de Hua Yue brillaron con una luz etérea y exclamó : "¡¿Señ or Zhuyou?!"

Las fuerzas de Bai Lige estaban casi agotadas, y se desplomó en el suelo entre risas,
diciendo: «Zhuyou por fin ha llegado. El destino no me ha abandonado todavía».

El joven maestro Qingfeng respiró aliviado, pero notó que también estaba cubierto de
sangre.

Los tres observaron con asombro có mo los dos dragones malvados eran
completamente impotentes ante Zhuyou, quien los dominaba con facilidad. No
pudieron evitar vitorear.

—¡Bien! —gritó Bai Lige con todas sus fuerzas.

El Dragó n Negro estaba encantado y desgarró la carne de los dragones sin reservas.
Hua Yue vitoreaba, emocionada y saltando.

¡Muérdelos! ¡Muérdelos! ¡Señ or Zhuyou, muérdelos hasta la muerte! ¡Rompe sus


cuernos de dragó n!
El joven maestro Qingfeng se volvió hacia Bai Lige y le dijo con frialdad: "Realmente
estás a punto de morir y aú n no te callas".

Bai Lige se rió : "Si te preocupas por mí, solo dilo. Antes dijiste que no te caíamos
bien. Si no te caíamos bien, ¿por qué arriesgaste tu vida para salvarnos?"

El joven maestro Qingfeng guardó silencio un rato antes de resoplar: «Nosotros,


como cultivadores demoníacos, solo decimos la verdad tres veces de cada diez.
¿Có mo puedes creer todo lo que digo?».

"Eres tan tonto."

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 66

Capítulo 66

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El joven maestro Qingfeng no se anduvo con rodeos, y a Bai Lige no pareció


importarle. Pei Yunshu no tardó mucho en acercarse.

Los dos dragones yacían en el suelo, maltrechos y ensangrentados. Pei Yunshu los
observó brevemente antes de posar la mirada en Bai Lige, y sintió un nudo en el
corazó n. "¡Bai Li!"

Corrió al lado de Bai Lige, queriendo tocarlo, pero sus manos temblaban y no se
atrevió a moverlo.

Bai Lige tomó la mano de Pei Yunshu y la colocó sobre su pecho izquierdo,
diciéndole con cariñ o: «Yunshu, no te preocupes. Sigo vivo».

El latido bajo la mano de Pei Yunshu era lento y fuerte, y la mano de Bai Lige era
cálida. Pei Yunshu la sujetó con fuerza, tragándose la amargura de su corazó n.
"Salgamos de aquí primero".

Los sacó a los tres con su espada. Los dos dragones ya habían sido derrotados por el
Dragó n Negro y habían regresado a sus discretos murales en las paredes de la cueva.

Una vez fuera de la cueva, colocaron a Bai Lige en un espacio abierto y Pei Yunshu
comenzó a tratar sus heridas.

Una energía espiritual blanca y lechosa se movió con la mano de Pei Yunshu, sanando
visiblemente sus heridas menores. Pei Yunshu tocó suavemente el brazo derecho de
Bai Lige, rezando en silencio por su completa recuperació n.

La mano derecha de Bai Lige era la que usaba para sostener su lanza.

El joven maestro Qingfeng, aú n en silencio, caminó detrás de Pei Yunshu y dijo:


«Tengo un horno alquímico en mi bolsa de almacenamiento. Dame la bolsa y podré
refinar un elixir para sanar sus meridianos».

El rostro de Pei Yunshu se iluminó y se volvió hacia el joven maestro Qingfeng con
una expresió n esperanzada: "Joven maestro Qingfeng, ¿necesita algú n ingrediente
medicinal específico?"

La bolsa de almacenamiento del joven maestro Qingfeng estaba en manos de Bai Lige,
pero al encontrarla, se la entregó a Pei Yunshu. Con expresió n seria, dijo: «Joven
maestro Qingfeng, se lo imploro».

El joven maestro Qingfeng tomó su bolsa de almacenamiento, miró a Pei Yunshu y no


dijo nada. Encontró un lugar lejano y comenzó el proceso alquímico.

Parecía que al joven maestro Qingfeng no le agradaba.

Pei Yunshu suspiró y, con la ayuda de Hua Yue, limpió la mancha de sangre del cuerpo
de Bai Lige. Bai Lige intentó mover el brazo derecho y se sorprendió . «Yunshu, esa
técnica tuya es realmente milagrosa. Siento que ni siquiera necesito tomar un elixir».

—No te muevas demasiado —Pei Yunshu le sujetó el brazo rápidamente—. Es más


seguro esperar a que el joven maestro Qingfeng refine el elixir reparador de
meridianos.

Bai Lige sonrió , levantó una ceja y bromeó : "Si el Dragó n Negro te ve acercándote
tanto a mí, ¿no estará tan loco como para cavar tres pies bajo tierra?"

Hua Yue miró a Bai Lige con admiració n. En un momento como este, aú n tenía el
coraje de provocar al Señ or Zhuyou. Sin embargo, no pudo evitar pensar en la
aterradora cabeza de dragó n de cuando apareció el Señ or Zhuyou. No parecía un
inofensivo dragó n de inundació n; sus enormes cuernos eran intimidantes.
Pei Yunshu se sorprendió , miró a su alrededor y pensó : "¿Zhuyou?"

El rugido de un dragó n resonó en su mente. Pei Yunshu sabía que estaba cerca, pero
su docilidad actual lo inquietó . Recordó sus palabras precipitadas en la cueva y su
preocupació n aumentó .

Aú n así, durante los cinco días que su alma estuvo fuera de su cuerpo, el Dragó n
Negro no le hizo nada, por lo que después de sus acciones, debería haber sido todo
abrazos y besos.

En los ú ltimos días, Zhuyou había bajado gradualmente los límites de Pei Yunshu
hasta que ahora Pei Yunshu sentía que no había nada malo en solo abrazos y besos.

—Bai Li, descansa un poco —dijo Pei Yunshu—. Zhuyou sigue aquí, y con nosotros
cerca, podrás descansar en paz.

Bai Lige asintió , sin disimular su cansancio. Se sumió en un sueñ o profundo.

Pei Yunshu se sentó con las piernas cruzadas y circuló su energía espiritual por sus
meridianos. De repente, sintió un empujó n en la espalda y el corazó n le dio un
vuelco. En un abrir y cerrar de ojos, su alma abandonó su cuerpo.

Pei Yunshu miró a su alrededor con desconcierto. El joven maestro Qingfeng estaba
concentrado en la alquimia, y Hua Yue también practicaba. No veía al Dragó n Negro
por ninguna parte.

“¿Zhuyou?”

É sta debe ser la forma que tiene el Dragó n Negro de “tratar con él”.

Pei Yunshu apretó la mano con nerviosismo, intentando mantener la calma. "¿Qué
quieres hacer? Si quieres hacer algo, ven y hazlo. Cumplo mi palabra; no me
esconderé".

Tras esperar un buen rato y sin ver aú n la presencia del Dragó n Negro, Pei Yunshu
caminó un rato. Finalmente, divisó la marca de una garra en la entrada de la cueva a
la que acababa de entrar.
Era una marca de garra de dragó n del Dragó n Negro, similar a las de los dos dragones
malvados. Pei Yunshu echó un vistazo a la cueva y decidió entrar.

Ahora que él también era un alma errante, era como la oscuridad que se fusionaba
con la oscuridad, y nadie podía verlo.

A medida que caminaba más profundamente en la cueva, pasando a través de


numerosas bestias pequeñ as, las marcas de garras de dragó n en la pared lo guiaron,
diciéndole que el Dragó n Negro estaba más adelante.

Después de un tiempo, Pei Yunshu llegó al largo pasillo.

Había otra marca de garra en el pasillo. Siguiéndola, ascendió . El oscuro pasillo


ofrecía poca visibilidad, y solo el sonido de un río subterráneo resonaba en sus oídos.

El paisaje le parecía algo familiar y Pei Yunshu no pudo evitar pensar que había
soñ ado con él no hacía mucho tiempo.

Al cabo de un rato, el sonido del río se atenuó y el pasillo condujo a una puerta de
madera. Pei Yunshu la empujó , revelando una habitació n iluminada por la tenue luz
de una vela.

Bloqueó la luz repentina y se adaptó lentamente a la escena dentro de la habitació n.


Lo que vio lo dejó ató nito.

Tras la puerta de madera se encontraba una enorme habitació n, tan grande que un
dragó n gigante podía despatarrarse en su interior. La habitació n estaba repleta de
capas y capas de oro deslumbrante, gemas preciosas y artefactos mágicos.

Cada objeto emitía un resplandor cegador, y el suelo estaba cubierto de tesoros. La


tenue luz no provenía de velas, sino de las perlas luminosas esparcidas por todas
partes.

¡Esto… era un tesoro!

Pei Yunshu quedó cegado por el destello dorado. ¿Có mo lograron los dragones del
Santuario del Dios Dragó n acumular tantas riquezas?
Inclinó la cabeza para observar mejor esta "montañ a de oro", que estaba llena
principalmente de tesoros terrenales. Más allá de su estética, Pei Yunshu no se le
ocurría ninguna razó n por la que los dragones hubieran acumulado semejante
"montañ a de oro".

Había una gran caja de madera negra en la cima de la "montañ a dorada", y Pei
Yunshu vio las marcas de garras en ella. Subió a la "montañ a dorada", pisando oro,
plata y gemas a cada paso.

Era cauteloso con estas riquezas terrenales, incluso al caminar sobre ellas.
Afortunadamente, ahora era un alma errante y no podía dañ arlas.

Pei Yunshu finalmente llegó a la cima de la "montañ a dorada". La caja de madera


negra que se encontraba allí no estaba cerrada. Sintió curiosidad por la caja en lo
más alto y la abrió .

Dentro de la caja, un pequeñ o Dragó n Negro estaba enroscado. Sus ojos rojos se
clavaron en Pei Yunshu mientras balanceaba la cola, y gritó con seguridad:
«¡Rugido!».

Pei Yunshu se quedó ató nito al verlo, pero pronto sonrió divertido, dibujando una
media luna con sus labios, llenos de humor. "¿Te has convertido en el tesoro más
preciado de este tesoro?"

El Dragó n Negro extendió su cabeza desde la caja de madera, sus ojos como gemas se
fijaron en Pei Yunshu, y respondió con aprobació n con un “rugido” de satisfacció n.

La risa de Pei Yunshu se hizo más fuerte.

Al ver su expresió n de alegría, las emociones humanizadas del Dragó n Negro se


desvanecieron, revelando su profundo deseo animal. Saltó de la caja de madera negra,
cerró la tapa, empujó las piernas de Pei Yunshu y lo tiró sobre la caja negra.

Su cabello se esparció sobre el oro, y el hermoso joven, ahora aú n más radiante


contra la caja negra, con piel blanca como la nieve y belleza etérea, yacía listo,
luciendo tan fresco como el rocío de la mañ ana, permitiendo que el Dragó n Negro
hiciera lo que quisiera.
Unos colmillos afilados se deslizaron por su cuerpo, haciendo que su ropa se
deshiciera en jirones. Sus hermosos pies presionaron la caja de madera.

Fiel a su palabra, Pei Yunshu mantuvo los ojos cerrados y el corazó n le latía con
fuerza en el pecho.

Zhuyou probablemente tenía la intenció n de repetir los mismos besos suaves que
durante esos cinco días, ¿verdad?

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 67

Capítulo 67

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La caja de madera no soportó el peso y crujió ruidosamente.

Con sus pies descalzos entrelazados con la cola del dragó n, se tensaban como flores
de loto bajo un aguacero torrencial, en equilibrio sobre el borde de la caja de madera.
Su larga cabellera ondeaba sobre el oro, la plata y las joyas relucientes, atrayendo
aú n más la atenció n que los propios tesoros.

Las pupilas bestiales del Dragó n Negro brillaron con avaricia mientras dejaba,
descaradamente, una serie de marcas pú rpuras en la persona que se encontraba
debajo. A pesar de parecer extremadamente cauteloso, se sentía como una violenta
tormenta.

Pei Yunshu frunció el ceñ o y el sudor le perló la frente. Sus dedos se aferraban a la
caja de madera, con los nudillos tensos.

Después de respirar, jadeó : "¡Ya es suficiente!"

El Dragó n Negro respondió con un repentino estallido de fuerza. Emitió un gemido


ahogado y arqueó el cuello, formando una elegante curva.

El Dragó n Negro pensó que tener un par de manos sería maravilloso.

Gruñ ó con insatisfacció n.


Pei Yunshu se sintió más ofendido que él. ¿Quién habría pensado que esta vez, el
Dragó n Negro le abriría el cerebro? En lugar de buscar su propia satisfacció n,
siempre intentaba complacer a Pei Yunshu.

Pei Yunshu nunca había sido tratado así. Se dio cuenta de que tal intimidad podía
provocar una emoció n inesperada. Apretó los dientes, pero sentía las piernas débiles.
Era demasiado aterrador; la sensació n era tan intensa que empezó a perder la
compostura. Resistió la sensació n.

Pei Yunshu miró hacia arriba, con el sudor goteando de la frente. Reunió todas sus
fuerzas e intentó patear al Dragó n Negro.

Pero de repente una mano le agarró el tobillo.

El Dragó n Negro se transformó abruptamente en humano. Mostró una expresió n de


emoció n y entusiasmo en sus ojos rojo sangre. Sujetando el tobillo de Pei Yunshu,
comenzó a tragar con avidez el hueso prominente y acarició suavemente sus dedos.

Pei Yunshu observó al Dragó n Negro humanizado y de repente sintió una punzada en
el pecho. Antes de poder patearlo, el Dragó n Negro se agachó , levantó a Pei Yunshu y
lo colocó sobre las joyas de oro y plata.

Colores dorados llenaban su cabello negro azabache, creando una ilusió n donde era
difícil distinguir si estaba siendo presentado sobre un lecho de oro y plata o si el oro
y la plata servían como fondo.

"Zhuyou", gritó Pei Yunshu sin darse cuenta. "Ya es suficiente".

El Dragó n Negro, al escuchar su nombre, miró más profundamente a los ojos de Pei
Yunshu.

Pei Yunshu se dio cuenta de repente de su error. Quería irse de allí cuanto antes, pero
no podía simplemente huir tras incumplir su promesa como cultivador del Alma
Naciente. Sería muy vergonzoso.

Después de reflexionar un rato, finalmente logró decir: "Estoy cansado".


¡A partir de ahora, no pronunciaría esas palabras, ni siquiera ante el peligro!

A pesar de su aparente apariencia de “no entiendo nada de lo que dices”, lo había


escuchado claramente.

El dragó n negro bajó la cabeza, observando el rostro de Pei Yunshu. Su largo cabello
se esparció por su rostro, causándole picazó n. Sin embargo, Pei Yunshu no podía
moverse; sabía que el dragó n negro estaba comprobando si estaba realmente
cansado. Pei Yunshu se devanó los sesos, intentando aparentar sueñ o.

El dragó n negro rugió y se transformó nuevamente en dragó n, dejando una ú ltima


marca roja en el cuello de Pei Yunshu.

Pei Yunshu gruñ ó , con el cuerpo tenso como un arco tensado. No se atrevió a
moverse. Al cabo de un rato, el dragó n negro se deslizó debajo de él y lo levantó en el
aire.

Al salir del deslumbrante tesoro, Pei Yunshu suspiró aliviado. Fingió entrecerrar los
ojos mientras Zhuyou lo guiaba por el largo pasillo.

Sin embargo, a mitad de camino, un pequeñ o anillo salió volando repentinamente del
río oscuro. El anillo penetró directamente el dedo de Pei Yunshu, con un movimiento
tan veloz como una ráfaga de viento.

Sintiendo una sensació n fresca en su mano, Pei Yunshu miró hacia abajo y exclamó
con sorpresa.

En algú n momento, un anillo apareció en su dedo, adornado con una gema rojo
sangre. Dentro de la gema fluían tenues corrientes negras, dándole un aspecto
siniestro.

Intentó quitarse el anillo, pero éste estaba firmemente adherido a su dedo y resistió
todos sus esfuerzos.

Al acercarse a la salida de la cueva, Pei Yunshu decidió esperar a recuperar su cuerpo


físico para examinar el anillo con más detenimiento. El Dragó n Negro se había
mostrado muy cooperativo y obediente, y lo acompañ ó de vuelta a su forma física
antes de sentarse cerca para vigilarlo.

Pei Yunshu abrió los ojos, con la mente fija en el misterioso anillo. Incapaz de fingir
sueñ o por más tiempo, examinó el anillo en su dedo. De alguna manera, había
reaparecido en su mano.

"¿Qué es esto?"

El joven maestro Qingfeng, que lo observaba de vez en cuando, vio el anillo en la


mano de Pei Yunshu. Su rostro palideció y se acercó , apretando con fuerza la mano
de Pei Yunshu mientras observaba el anillo. Esta expresió n, inusual en él, parecía
insinuar algo siniestro.

Parecía reconocer lo que era el anillo y su reacció n indicó que no era algo bueno.

Pei Yunshu sintió una sensació n de inquietud. «No sé qué es. Apareció solo en mi
mano».

El rostro del joven maestro Qingfeng se contrajo levemente y apretó los dientes; sus
ojos oscuros casi exhalaban fuego. Intentó con fuerza quitarse el anillo con una
mano, pero este se aferró al dedo de Pei Yunshu con firmeza, negándose a moverse.

Pei Yunshu permaneció en silencio, aunque su mano se había hinchado, haciendo que
sus delgados y delicados dedos parecieran espantosos. La hinchazó n era dolorosa, y
el joven maestro Qingfeng comprendió la gravedad de la situació n. Soltó la mano de
Pei Yunshu y se apresuró a un horno alquímico cercano. Sacó un frasco de ungü ento
de su bolsa.

Se sentó en silencio y tomó la mano de Pei Yunshu. Sin embargo, Pei Yunshu la retiró ,
diciendo: «No es necesario que haga esto, joven maestro Qingfeng. Puedo aplicar el
ungü ento yo mismo».

Pei Yunshu sabía que al joven maestro Qingfeng no le agradaba y ambos se sentían en
conflicto por esta situació n.
La expresió n del joven maestro Qingfeng mostró un atisbo de disgusto. No dijo nada,
pero extendió la mano, decidido a continuar.

Pei Yunshu dijo: "¿Por qué no me da la medicina el joven maestro Qingfeng? Son solo
heridas leves y puedo curarlas yo mismo. El joven maestro Qingfeng aú n necesita
refinar las píldoras y no debería distraerse".

"Es solo una pequeñ a píldora de continuació n de pulso", dijo el joven maestro
Qingfeng, extendiendo la mano.

Pei Yunshu lo observó un rato, y solo al no notar reticencia alguna en él, extendió la
mano y la colocó en la del joven maestro Qingfeng. El dedo que acababa de hincharse
tenía ahora un tinte azul. El joven maestro Qingfeng pensó que esta persona era
realmente delicada. La manipuló con sumo cuidado, aplicando ungü ento con la parte
más suave de sus dedos.

Pei Yunshu era, sin duda, una persona misteriosa. Si se describiera su delicadeza, su
temperamento no se consideraría delicado. Sin embargo, su piel se volvía verde o
morada fácilmente con solo un poco de fuerza, y era tan delicada como el ala de una
cigarra, lo que requería mil precauciones.

Pei Yunshu preguntó : "Joven maestro Qingfeng, ¿sabe para qué es este anillo?"

El joven maestro Qingfeng terminó de aplicar el ungü ento, se limpió los residuos de
las yemas de los dedos con un pañ o y miró a Pei Yunshu. Respondió : «Ya mencioné
que visité varios reinos secretos como miembro de la Secta del Brocado de Flores».

Pei Yunshu asintió .

El joven maestro Qingfeng continuó : "Fui a estos reinos secretos para buscar cosas".

Pei Yunshu preguntó : "¿Qué tipo de cosas?"

"No puedo decirlo", negó con la cabeza el joven maestro Qingfeng. Luego, con
aparente naturalidad, añ adió : "Si lo supiera, explotaría. Aunque me quieras muerto,
¿de verdad quieres sacarme ese secreto de la boca?"
Pei Yunshu estaba desconcertado. "¿Por qué dices esto? Ya que no puedes decirlo, no
hace falta que me lo digas. No soy de los que persiguen algo sin descanso a costa de
los deseos de los demás".

Lo decía en serio, y el joven maestro Qingfeng asintió . Al ver el anillo en la mano de


Pei Yunshu, frunció el ceñ o.

"Recuerden, esto no es bueno", dijo lentamente el joven maestro Qingfeng. "Diga lo


que diga, no lo crean".

Pei Yunshu miró su mano y frunció el ceñ o, reconociendo la advertencia del joven
maestro Qingfeng.

***

Esa noche, Pei Yunshu entendió por qué el joven maestro Qingfeng le había advertido
que no escuchara el timbre.

En su sueñ o, una vez más se encontró frente al largo y oscuro pasillo.

Avanzó lentamente por el pasillo, pero se detuvo de repente. Unas manos pálidas, con
uñ as negras como la brea y un dorso azulado y siniestro, se materializaron alrededor
de su cintura.

Las manos se aferraron a su cintura, y Pei Yunshu sintió una fuerza misteriosa en su
mano derecha. Parecía haber adquirido la Espada Qingyue.

Las manos en su cintura soltaron una de sus manos y la usaron para agarrar la
Espada Qingyue, apuntándola a la figura que había aparecido repentinamente frente a
ellos.

Era su hermano mayor, con una expresió n sombría. Rojo sangre, con un matiz de
tristeza y un aura malévola, dijo: «Hermano menor Yunshu».

Una risa grave y siniestra, como envuelta en niebla, llena de malicia, resonó en los
oídos de Pei Yunshu. "¿Lo matamos?"
La mano teñ ida de azul aferró la de Pei Yunshu, levantando una espada afilada y
blandiéndola en el aire. El Hermano Mayor había sido cortado limpiamente por la
cintura, y la sangre brotó a borbotones, fluyendo hacia el arroyo subterráneo del
pasillo.

Alguien empujó a Pei Yunshu hacia adelante.

El siguiente en aparecer fue el Segundo Hermano Mayor. Sonrió con un rostro cálido,
sus profundos ojos negros, oscuros y confusos. Acercándose, como si quisiera apartar
el cabello suelto de las sienes de Pei Yunshu, dijo: «Hermano Menor, te marchaste tan
limpio; haga lo que haga, no encuentro rastro de ti».

Una voz cerca de su oído agregó : “É l te rompió la pierna; ¿qué tal si le rompemos la
suya también?”

Pei Yunshu se quedó ató nito, solo para ver có mo la espada que sostenía se convertía
en una vaina. Quien sostenía su mano la blandió , golpeando con fuerza la rodilla del
Segundo Hermano Mayor.

Pei Yunshu sintió como si todo su cuerpo se hubiera congelado, incapaz de moverse.
Era como si fuera un trozo de madera, solo capaz de seguir esas manos que
golpeaban la ró tula del Segundo Hermano Mayor una tras otra.

El Segundo Hermano Mayor cayó , y la mano que lo rodeaba por la cintura lo llevó
más allá. El siguiente paso fue el Tercer Hermano Mayor, quien agitaba un abanico
plegable.

El Tercer Hermano Mayor sonrió con encanto, con una mirada juguetona en sus
profundos ojos negros. Agitó suavemente el abanico plegable, y los mechones de
cabello en sus sienes revolotearon. «El amor traspasa montañ as y mares, montañ as y
mares, todo es conquistable».

É l sonrió levemente, levantó una ceja y dijo en tono burló n: "Hermano menor, ¿ha
estado pensando en su hermano mayor?"

"No me gusta", dijo la voz a su lado, "¿Deberíamos matarlo también?"


El tercer hermano mayor cayó al suelo y el rostro de Pei Yunshu quedó salpicado de
sangre.

Gotas de sangre se deslizaron por su rostro, y bajó la cabeza para ver que la Espada
Qingyue ya había consumido sangre, brillando con una luz fría.

¿Qué pasa? ¿Quién es esta persona?

"¿Quién sigue?", rió suavemente la voz. "Hay tanta gente que quieres matar; ir uno
por uno parece un poco lento".

Los dedos de Pei Yunshu se curvaron mientras observaba al Hermano Menor que
aparecía repentinamente frente a él.

“Pero no hay prisa”, dijo la entidad, “Tú y yo tenemos una noche libre; podemos
matarlos uno por uno”.

Finalmente, Pei Yunshu pudo hablar. Con voz ronca, preguntó : "¿Quién eres?".

La voz junto a su oído se rió : “Soy tu…”

Un aliento gélido, frío como los huesos, flotaba sobre sus oídos, seductor y
encantador. La voz en la oscuridad hablaba como malevolencia proveniente del
abismo.

“—Yo soy tu amo.”

El sonriente hermano menor también cayó bajo la espada en un instante.

El sonido de la sangre goteando llenó el aire, la sensació n de las cuchillas perforando


la carne era tangible.

Los cuerpos yacían esparcidos por el suelo. El siguiente en aparecer ante él fue el
maestro espiritual daoísta Ling Qing.

La respiració n de Pei Yunshu se volvió pesada.

“Parece que tiene un lugar en tu corazó n”, dijo la entidad, “Eso me hace infeliz”.
“Ahora que estoy infeliz, torturémoslo como es debido”.

“Hagámosle cien cortes cada uno, sellémosle la boca y la nariz, empujémoslo al río
oscuro y veamos si muere, ¿de acuerdo?”

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 68

Capítulo 68

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Un día como maestro, toda una vida como padre; el mundo de la cultivació n está
particularmente preocupado por tales principios.

Aunque Pei Yunshu se había vuelto indiferente a la relació n entre él y su maestro


durante los cientos de añ os en el demonio del corazó n, no significa que pudiera
lanzar cien cortes sobre el maestro espiritual taoísta Ling Qing.

Luchó por liberarse de la persona que estaba detrás de él. "¡Vete!"

Cuanto más se resistía, más crueles se volvían las manos fantasmales que lo
sujetaban. El maestro espiritual daoísta Ling Qing estaba cubierto de sangre, con la
piel desgarrada. Incluso tras recibir cien cortes, no murió . Miró a Pei Yunshu con una
mezcla de sorpresa e ira.

La respiració n de Pei Yunshu se aceleró por un momento, luego se calmó


nuevamente.

La persona detrás de él dijo: “¿Por qué estás tan tranquilo?”

Pei Yunshu no mostró ninguna respuesta a sus palabras.

La mano que rodeaba su cintura subió hasta su pecho, agarrando con fuerza la
barbilla de Pei Yunshu. «El maestro te habla, pero finges no oír».
El dolor en su barbilla era particularmente intenso. Pei Yunshu se burló : "¿Qué clase
de maestro eres?"

La risa resonó en sus oídos cuando la mano en su barbilla le pellizcó las mejillas. La
mano era grande, y las uñ as largas tocaron la comisura de los ojos de Pei Yunshu,
dejándole un largo rasguñ o. «Pequeñ ito, cuando salga, sabrás có mo comportarte».

Sintió un escozor y la sangre le manó de la herida en el rabillo del ojo. Pei Yunshu se
sentía como una marioneta de madera rígida; no podía controlarse. Su rostro se
había oscurecido por completo.

Las manos fantasmales llevaron a Pei Yunshu hacia el maestro espiritual taoísta Ling
Qing, que aú n no estaba muerto, y lo golpearon en el pasillo con una espada.

“Chapoteo”, se escuchó el sonido del agua, y Pei Yunshu dio un paso hacia adelante
mientras lo empujaban, solo para ver a su gran maestro meditando.

El gran maestro pareció sentir algo, abrió los ojos y su mirada fría, negra y sin
emociones recorrió todo el lugar antes de posarse en Pei Yunshu, mirándolo
profundamente.

"¿Dó nde estás?"

A Pei Yunshu se le hizo un nudo en la garganta y solo pudo mirar directamente a su


gran maestro con la mandíbula tensa.

El Venerable Wuwang desvió la mirada hacia atrás, detrás de Pei Yunshu, y


entreabrió ligeramente los labios. "¿Demonio?"

Pei Yunshu fue empujado, su mano controlada y una espada atravesó el pecho del
Venerable Wuwang.

El venerable Wuwang miró la herida, luego lo miró fijamente otra vez y preguntó :
"¿Dó nde estás?"

La persona detrás de él rió con malicia. «Este gran maestro debería ser digno y
concentrarse en cultivar su camino despiadado. Pero tiene malos pensamientos
sobre ti; la mitad de su corazó n Dao se ha vuelto negro».

Míralo, a simple vista parece puro, pero en realidad ha fantaseado contigo en la cama
innumerables veces. Cada vez que te ve, se le traba la lengua. Bajo su tú nica Dao,
quién sabe cuántas veces ha reaccionado. Selló tus recuerdos pasados, diciendo que
es por el bien de tu corazó n Dao, pero es puramente egoísta. Es solo para asegurarse
de que no lo odies. No selló nada de lo que tus hermanos mayores te hicieron en esta
vida. ¿Acaso no intenta que recuerdes solo su bondad, para poder monopolizarte?

El Venerable Wuwang agitó la manga y un pequeñ o cuchillo del tamañ o de una palma
salió volando. El cuchillo rozó la mejilla de Pei Yunshu y atacó ferozmente a la
persona que estaba detrás de él.

Pei Yunshu apretó los dientes. «Qué asco».

No estaba claro si se refería a la persona detrás de él o al Venerable Wuwang.

La persona detrás de él sujetó a Pei Yunshu, sosteniéndolo en sus brazos, y dijo con
calma: "Dime, ¿por qué te quitó el hilo emocional?"

La voz era suave, como un susurro. «É l no puede tenerte, así que no quiere que nadie
más te tenga».

—Qué villano —la malicia en la risa de esta persona era más fría que el río oscuro
bajo el pasillo—. Pero es una lástima. Tu amo aú n no sabe que las emociones que te
arrebató son falsas.

Los ojos del venerable Wuwang se tensaron y miró a Pei Yunshu con oleadas de
emoció n aumentando en su interior.

Sus ojos revelaban demasiada complejidad. A Pei Yunshu se le encogió el corazó n,


pero se tranquilizó rápidamente. «Esto es solo un sueñ o. ¿Qué quieres?»

“Solo quería decirle a tu maestro”, esta persona observó el desarrollo del drama, “que
actualmente estás en el Reino Secreto del Dragó n Divino del Mar del Este”.

***
En la Secta Shanshui, el Venerable Wuwang abrió abruptamente los ojos.

Se tocó el corazó n y la herida desapareció .

¿El Reino Secreto del Dragó n Divino del Mar del Este?

Sus largas pestañ as temblaron levemente, proyectando una sombra al levantarse. El


Venerable Wuwang sintió un frío glacial. Después de un rato, se levantó y salió .

***

En su sueñ o, Pei Yunshu había estado matando gente toda la noche, incluido el águila
que Zhuyou había matado, así como el comerciante que vendía esencia de sangre de
dragó n y con quien se había encontrado en el reino mortal.

Sus brazos se habían entumecido de tanto balancearse. Dejó pasar una noche, y
ninguna de las personas que conocía había entrado en el sueñ o.

Bai Lige se despertó gradualmente, miró a su lado y vio una niebla negra visible que
cubría la mano de Pei Yunshu.

Inhaló profundamente y se acercó rápidamente a Pei Yunshu. Examinó la siniestra


niebla negra y frunció el ceñ o: "¿Es energía demoníaca?".

Este nivel de energía demoníaca era tan intenso que podía percibirse a simple vista.
¿Qué clase de monstruo podría producir una energía demoníaca tan intensa?

Bai Lige intentó dispersar la niebla, pero descubrió que, mientras lo hacía, la niebla
negra envolvía lentamente todo el cuerpo de Pei Yunshu.

El joven maestro Qingfeng dijo cerca: "No desperdicies más tus esfuerzos".

Bai Lige arqueó las cejas. "¿Qué quieres decir?"

El joven maestro Qingfeng dijo: "Solo espera hasta que despierte".

***
Cuando el sueñ o estaba a punto de terminar, Pei Yunshu dejó de blandir la espada y
miró la Espada Qingyue ensangrentada que sostenía. Tenía los ojos pesados.

La persona detrás de él levantó la mano, y ese exquisito anillo en su fino dedo le


pareció particularmente atractivo. «Recuerda esto».

La persona detrás de él lo tentó : “Si puedes encontrar otro anillo como este, estas
personas que acabas de matar, realmente las mataré a todas por ti”.

Una neblina negra irradió de la mano de Pei Yunshu, envolviendo la fuerza vital en su
muñ eca.

“Sé obediente y desbloquearé los recuerdos sellados para ti”.

La garganta de Pei Yunshu se movió levemente, giró la cabeza, pero solo vio
oscuridad.

"¿Có mo encuentro el anillo?"

"Tú -"

La espada Qingyue atravesó el corazó n de Pei Yunshu y también atravesó a la


persona detrás de él.

La sangre fluía sin cesar de su boca mientras un intenso dolor le azotaba el corazó n.
A pesar de todo, Pei Yunshu sonrió , presionando la espada con más fuerza, y el sonido
de su respiració n se volvió repentinamente más pesado.

—Algo que se esconde de la gente y no se atreve a mostrarse —Pei Yunshu imitó la


forma en que los mortales se insultan, y su confianza se fortaleció —. ¿De dó nde sacas
la cara para que te llamen maestro?

Aunque fue crudo, me sentí liberado.

El olor a sangre a sus espaldas se hizo más intenso, y los párpados de Pei Yunshu
temblaron. Despertó de su letargo.

Se tocó el pecho y de repente estalló en carcajadas.


Cuando Bai Lige estaba a punto de preguntar qué había sucedido, el joven maestro
Qingfeng tropezó mientras se acercaba y se preguntó si estaba en un sueñ o.

"¿Yunshu?", preguntó Bai Lige vacilante.

Pei Yunshu sonrió mientras miraba a Bai Lige y preguntó alegremente: "Bai Lige,
¿có mo te sientes con tu herida?"

—Estoy bien —dijo Bai Lige, confundido—. Pero tienes energía demoníaca.

Volvió a mirar a Pei Yunshu y se sorprendió . «La energía demoníaca se ha ido».

El joven maestro Qingfeng se acercó y apartó a Bai Lige. Examinó con expresió n seria
los ojos de Pei Yunshu. Tomó un frasco, vertió una gota de agua y dibujó una runa en
la frente de Pei Yunshu.

Pei Yunshu parpadeó , cooperando sin moverse. "Joven Maestro Qingfeng, ¿qué está
haciendo?"

Bai Lige parecía nervioso. "¿Yunshu está bien? ¿Qué le pasa?"

“La energía demoníaca se ha ido. Me temo que ya lo ha poseído”, el joven maestro


Qingfeng frunció el ceñ o mientras miraba a Pei Yunshu. “Los cultivadores
demoníacos son diferentes de las entidades demoníacas comunes; pueden poseer al
anfitrió n. No tienes que fingir su expresió n; abandona su cuerpo rápidamente”.

Pei Yunshu estaba desconcertado: "Lo has entendido mal, joven maestro Qingfeng".

Levantó la mano y miró la gema del anillo, notando que el líquido negro que contenía
había disminuido ligeramente. El ataque que acababa de realizar debería haber sido
efectivo.

Pei Yunshu sonrió , ya sea que la persona lo hubiera subestimado o lo hubiera tomado
por sorpresa, ahora podía eliminarlo.

Una vez que el joven maestro Qingfeng terminó de dibujar la runa, Pei Yunshu se
levantó del suelo. Sonrió y dijo: «No te preocupes, estoy perfectamente».
No parecía tener ningú n problema, y el joven maestro Qingfeng volvió a examinarse
la frente. La runa que dibujó no se había iluminado. Sin embargo, su expresió n
permaneció neutral. "Mmm".

Cuando Hua Yue despertó de su meditació n, el grupo llegó a la entrada correcta de la


cueva y entraron juntos.

En ese momento, una neblina negra pareció brillar en los ojos de Pei Yunshu. La runa
en su frente se iluminó de repente. Se detuvo y extendió la mano para tocarse la
frente.

Al no encontrar nada inusual, la Espada Qingyue voló a su lado, temblando


ligeramente.

Pei Yunshu abrió el camino, y todos los que iban detrás también se detuvieron. Hua
Yue preguntó : "¿Qué pasa, Belleza Yunshu?".

—Nada —dijo Pei Yunshu, bajando la mano y frunciendo el ceñ o—. Sigamos
adelante.

***

Al final del tú nel, vislumbraron una tenue luz. Al salir, se encontraron sumergidos en
las profundidades del mar.

Hua Yue era un zorro de tierras secas y agitaba los brazos en pánico, pero reaccionó
rápidamente y lanzó una barrera protectora a su alrededor.

Nadaron hacia arriba durante un buen rato, pero no pudieron ver la superficie.
Frustrados, cambiaron de direcció n y se adentraron más en el mar.

En las profundidades del océano, descubrieron un enorme palacio parcialmente


destruido. Aterrizaron y se miraron. Luego nadaron hacia el palacio.

Pei Yunshu notó que el palacio estaba rodeado de plantas acuáticas y muchos peces
pequeñ os nadaban a su alrededor. Este lugar había estado abandonado durante
muchos añ os, y al atravesarlo, se hizo evidente su magnificencia.
Entraron en una de las habitaciones y el joven maestro Qingfeng disipó el agua de
mar del interior. Finalmente, pudieron pisar tierra firme.

¡Tos, tos, tos! Hua Yue tosió un buen rato. Incó modo, abrazó rápidamente a Pei
Yunshu. "Yunshu, es difícil para Hua Yue. ¿Puedes cargarme?"

Pei Yunshu lo sostuvo en sus brazos y miró a su alrededor.

Había grabados en las paredes, y al acercarse, se concentró en ellos. La pared


representaba escenas de dragones divinos en conflicto y reproduciéndose.

"Este lugar tiene una puerta oculta", Bai Lige golpeó las paredes, buscando un
mecanismo. Unas orejas de zorro le brotaron de la cabeza mientras se apoyaba en la
pared y escuchaba atentamente. "Hay un espacio vacío detrás de esta pared".

Pei Yunshu apartó la mirada del mural. "¿Encontraste el mecanismo?"

"Debería estar cerca." Bai Lige, con amplia experiencia, tanteó y localizó rápidamente
una piedra. Con un giro de la mano, una pequeñ a puerta se abrió de repente en la
pared, justo para que entrara una persona.

Dentro de la puerta, había una escalera que conducía hacia abajo, y el sonido del agua
corría por las escaleras, trayendo una atmó sfera hú meda.

Bai Lige se giró para mirar, tomó una piedra y la arrojó hacia la puerta. Varias flechas
podridas salieron disparadas de las paredes a ambos lados, partiéndose por la mitad
al impactar en la pared opuesta.

Los mecanismos, corroídos por el agua del mar durante un largo periodo, ya se
habían deteriorado.

Bai Lige estaba a punto de entrar por la puerta oculta cuando Pei Yunshu extendió la
mano y lo detuvo. Sin decir palabra, Pei Yunshu tomó la iniciativa y dio un paso
adelante.

Bai Lige, ahora protegido por Pei Yunshu, chasqueó la lengua. "¿Por qué Yunshu me
protege con tanta fuerza?"
El joven maestro Qingfeng se burló : "¿No eres la esposa oficial de Yunshu? Si él no te
protege, ¿a quién protegerá?".

—Ten cuidado con lo que dices —advirtió Bai Lige—. Ese estú pido dragó n podría
seguir acechando. Antes, cuando estaba herido, me atreví a provocarlo delante de
Yunshu. No se atrevería a hacerme dañ o delante de Yunshu. Ahora que me he
recuperado, ese estú pido dragó n podría atacarme en cualquier momento.

Mientras hablaba, Bai Lige de repente notó algo en el tobillo de Pei Yunshu, que había
revelado un parche de piel clara que no había visto antes.

Había aparecido una marca roja intensa, aparentemente clavada en su delicado


tobillo. La marca era tan vívida que era difícil de ignorar, contrastando
marcadamente con su piel clara.

El rostro del joven maestro Qingfeng se enrojeció inesperadamente y luego se


oscureció .

Sin embargo, Bai Lige reaccionó como una persona normal en la calle y silbó
mientras miraba la marca.

Los tobillos de Yunshu también eran excepcionalmente atractivos; esos pequeñ os


huesos probablemente serían bastante có modos de tener en la boca.

"Yunshu, ¿cuándo conseguiste esto?", preguntó rápidamente Bai Lige.

Pei Yunshu siguió su mirada y vio la marca roja. Se sorprendió . ¿Có mo había
aparecido en su cuerpo?

…Probablemente fue el dragó n negro, quien había hecho esto en silencio, otra vez.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 69

Capítulo 69

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Sorprendentemente, la primera habitació n debajo de la cámara sellada estaba llena


de barriles de alcohol sellados.

El aroma del alcohol era rico, denso y suave. El suelo estaba hú medo, con una capa
de agua acumulada, pero los vinos estaban bien sellados.

Bai Lige estaba de buen humor y abrió un barril de alcohol que había cerca. Lo probó
con un cucharó n y asintió con aprobació n, diciendo: "¡Excelente vino!".

El alcohol tenía un sabor intenso, mezclado con notas afrutadas, dulces y especiadas.
Con solo olerlo se hacía agua la boca, y su fragancia era embriagadora.

Pei Yunshu olió el aroma a alcohol y vio que Bai Lige y Hua Yue bebían alegremente.
Sacó dos botellas vacías de su bolsa y las llenó de vino. Como a Zhuyou también le
gustaba beber, era perfecto para que él también lo probara.

Después de llenar las botellas, Pei Yunshu miró a Bai Lige y Hua Yue, quienes eran
amantes del alcohol, ya se habían quedado dormidos en los barriles de alcohol.

“¿?” Pei Yunshu se volvió hacia el joven maestro Qingfeng y le preguntó : “¿Qué les
pasó ?”

El joven maestro Qingfeng se cubrió la nariz y la boca, y su rostro se había


enrojecido ligeramente por el vino. Se acercó a ver có mo estaban los dos zorros. «El
alcohol está demasiado fuerte; se han desmayado».
Al oír esto, Pei Yunshu se sintió un poco mareado. La sensació n le resultaba
demasiado familiar: era el mareo propio de la borrachera. Rápidamente tomó una
pastilla para la sobriedad y siguió el ejemplo del joven maestro Qingfeng,
cubriéndose la nariz y la boca, y luego ayudó a sacar a Hua Yue y Bai Lige de los
barriles de alcohol.

Hua Yue sonrió tontamente y dijo: "Belleza... jeje... Belleza..."

"La ú ltima vez, Bai Lige y Zhuyou se tomaron cien copas y el alcohol no les afectó en
absoluto", dijo Pei Yunshu con un toque de sorpresa. "Ahora, con solo un sorbo,
ambos se desmayan en los barriles de alcohol".

Se rió de nuevo y dijo: «Supongo que Zhuyou habría estado igual, y menos mal que no
está aquí. Si no, sería una noche muy ajetreada».

Al oír esto, el joven maestro Qingfeng se impacientó . Dijo con frialdad: «Cambiando
de lealtad tan rápido».

Pei Yunshu no supo có mo explicarse, así que guardó silencio. Junto con el joven
maestro Qingfeng, les dio a los dos zorros las pastillas aleccionadoras que disipaban
el alcohol. El Dragó n Negro yacía cerca, observando a Pei Yunshu ocupado. Cada vez
que oía el nombre Zhuyou de Pei Yunshu, entrecerraba los ojos con comodidad.

Su consciencia estaba actualmente confusa, solo conservaba su naturaleza feroz.


Toda su atenció n estaba centrada en las palabras de Pei Yunshu, agotando toda su
paciencia.

Cuando el Dragó n Plateado se acercó , vio al Dragó n Negro pegado al cultivador


humano, entrelazando a Pei Yunshu fuertemente y formando un círculo só lido a su
alrededor.

El Dragó n Negro percibió con agudeza la llegada de otro dragó n macho. Sus afilados
dientes quedaron expuestos al instante, emitiendo un gruñ ido amenazador.

Los intentos del Dragó n Plateado por persuadirlo de nuevo fueron en vano, lo que lo
hizo resoplar con frialdad. Ni siquiera las dragonas del Reino Secreto del Dragó n
Divino podían compararse con un cultivador humano. Aunque estaba molesto, podía
retroceder. Incluso si el Dragó n Negro y este cultivador humano produjeran huevos
de dragó n con sangre impura, lo aceptaría. Solo esperaba que la raza de los dragones
pudiera continuar. Sin embargo, después de tantos días, aú n no podía detectar el más
mínimo olor a huevos de dragó n en el cuerpo del cultivador humano.

¿No pudieron reproducirse o el Dragó n Negro no estaba haciendo lo mejor que


podía?

Todas las almas de dragó n dentro del Reino Secreto del Dios Dragó n estaban ansiosas
por que naciera una nueva vida.

Tenían prisa, e incluso ver un rayo de esperanza hacía que un solo día pareciera
insoportablemente largo.

—Vuelve a tu cuerpo —ordenó el Dragó n Plateado—. Los mantendré a ti y a este


humano sellados durante cuarenta y nueve días. Me niego a creer que ningú n huevo
de dragó n nazca en ese tiempo.

Tan pronto como el Dragó n Plateado terminó de hablar, el Dragó n Negro fue
repentinamente alejado por una fuerza poderosa.

La barba blanca del Dragó n Plateado ondeó mientras observaba a Pei Yunshu. Sus
garras se movieron ligeramente.

Las orejas de Pei Yunshu se crisparon y se giró para mirar hacia atrás. Vio que uno de
los barriles de alcohol había sido abierto. El aroma de este alcohol era mucho más
suave que el que Bai Lige había abierto antes, con un toque dulce. Pei Yunshu se
acercó y vio que el alcohol era tan claro y rojo como las uvas.

Incluso con un pañ uelo cubriéndose la nariz y la boca, aú n podía percibir el dulce
aroma del vino. Pei Yunshu, intrigado, decidió llenar sus botellas vacías con este vino.

El Dragó n Plateado asintió en señ al de aprobació n.

Cada uno de estos vinos era un hallazgo valioso, cada uno con sus usos ú nicos. Los
espíritus de los árboles podían tener descendencia, y era inevitable pensar que este
humano también podría poseer las habilidades de un espíritu de los árboles. Este
alcohol rojo podía aliviar la fatiga y aumentar la vitalidad. Tras cuarenta y nueve días
de relaciones íntimas con un dragó n, gracias a este vino, el humano también debería
poder soportarlo.

El Dragó n Plateado realmente había hecho un gran esfuerzo por el Dragó n Negro.

Tras llenar su cantimplora de vino, Pei Yunshu sintió curiosidad por los demás
barriles de alcohol de la habitació n. Sin embargo, los vinos eran tan fuertes que no se
atrevió a abrirlos a la ligera.

Pei Yunshu guardó el frasco en su bolsa de almacenamiento y, después de limpiarse


las manchas de alcohol de las manos, miró a su alrededor y notó que el entorno había
cambiado.

Estaba en un palacio, y las paredes estaban cubiertas de hierba acuática. Pei Yunshu
guardó el pañ uelo y retrocedió unos pasos. Sobre el palacio, había una enorme placa
con grandes letras: «Templo del Clan Dragó n».

Pei Yunshu reflexionó por un momento.

Todavía estaba en aguas profundas y no estaba seguro de si había activado algú n tipo
de dispositivo que lo había transportado repentinamente hasta allí.

Pei Yunshu empujó la puerta principal del templo y encontró a Zhuyou sentado
dentro.

Zhuyou tenía los ojos cerrados como si estuviera dormido. El encantador dibujo de
su rostro se extendía por su cuello, y permanecía allí inmó vil, con una apariencia tan
seductora como la de un espíritu del agua.

Zhuyou lucía exactamente igual que cuando estaban en la costa del Mar del Este, e
incluso su ropa no había cambiado. Hacía tiempo que Pei Yunshu no lo veía.

Se quedó mirando a Zhuyou un rato antes de recobrar la consciencia. Se le pusieron


las orejas rojas y se aclaró la garganta, fingiendo indiferencia mientras cerraba la
puerta del templo tras él.
"¿Eres tú , Zhuyou?" Se quedó junto a la puerta del templo, manteniendo una distancia
prudencial. "¿Ha vuelto tu alma a tu cuerpo?"

“Ha vuelto.”

Alguien susurró en el oído de Pei Yunshu.

—Su alma aú n se fusiona con su cuerpo. Un cuerpo con alma de dragó n... —la voz era
maliciosa y codiciosa—, es incluso más adecuado para mí que el cuerpo de tu gran
maestro.

“Pequeñ o, acércate y déjame ver bien este cuerpo”.

El símbolo del joven maestro Qingfeng en la frente de Pei Yunshu de repente brilló .

Una energía demoníaca surgió del anillo en el dedo de Pei Yunshu, rodeado por un
aura negra. É l permaneció ajeno a esto y estaba a punto de acercarse a Zhuyou.

La Espada Qingyue flotó y tembló frente a Pei Yunshu, produciendo un grito de


espada nítido y claro.

Pei Yunshu se detuvo en seco, frotándose la frente. "¿Qué me acaba de pasar...?"

Frunció el ceñ o y se fijó en el anillo que llevaba en la mano.

Después de meditarlo un poco, Pei Yunshu, a pesar de no querer admitir que la


energía demoníaca podía erosionar su cordura, se volvió cauteloso.

Sacó un poco de papel y tinta de su bolsa de almacenamiento, se mordió el dedo para


extraer sangre y comenzó a dibujar intrincados símbolos de protecció n para
suprimir la energía demoníaca.

La mayoría de los cultivadores sentían una profunda aversió n y temor hacia los
demonios internos. Pei Yunshu había experimentado siglos con sus propios demonios
internos, y salvo los añ os de locura al final, esto había contribuido a su crecimiento.

A medida que crecía, se volvía más sabio y los símbolos que dibujaba ahora eran
habilidades que había adquirido durante su experiencia con demonios internos.
La pincelada de Pei Yunshu era increíblemente precisa, y aunque los símbolos eran
complejos, sus movimientos eran fluidos. Permaneció sentado en silencio mientras
Zhuyou abría repentinamente los ojos. Sus ojos demoníacos emitían una luz fría y
penetrante, y al ver a Pei Yunshu, el escalofrío se disipó gradualmente.

El alma de dragó n inyectada a la fuerza en el cuerpo del dragó n de inundació n lo


fortalecía continuamente. El dolor insoportable comenzó detrás de la oreja, y Zhuyou
acababa de recuperar la consciencia, pero ahora tenía que mudar de piel de nuevo.

Después de este muda, se volvería muy pequeñ o, más pequeñ o con cada muda, hasta
que alcanzaría una edad parecida a la de un niñ o humano de tres añ os, solo entonces
se transformaría completamente en un dragó n.

Fue un proceso largo y doloroso.

Zhuyou cerró los ojos y fingió que todavía estaba dormido.

Si se hacía más pequeñ o, se aseguraría de que Pei Yunshu fuera suyo antes de
encogerse. Eliminaría a todos los rivales potenciales; incluso si tuviera que
convertirse en un niñ o, Pei Yunshu sería suyo.

Pei Yunshu estaba completamente concentrado en su trabajo y no se dio cuenta de


que Zhuyou había abierto los ojos. Estaba profundamente concentrado, usando una
gota de su propia sangre para inscribir el talismán sellador de demonios.

Un talismán sellador de demonios dibujado con la concentració n total de un


cultivador del Alma Naciente era increíblemente poderoso.

Pei Yunshu fijó el talismán al anillo, y este se adhirió automáticamente, cubriendo la


gema negra y roja con una fina capa de papel amarillo. El talismán de papel
desapareció .

Después de colocarle el talismán, Pei Yunshu se sintió mucho más lú cido.

Notó este cambio y se giró para mirar a Zhuyou, quien seguía dormido. No sabía qué
hacer, así que esperó a que despertara.
Poco a poco, Pei Yunshu comenzó a perder el foco.

Zhuyou, en silencio y sentado así, no era solo guapo. Era hipnó tico. Había algo
sobrenatural en él, aunque no del todo sobrenatural.

El agua del templo estaba bloqueada fuera de la puerta, creando una atmó sfera
tranquila y reconfortante en el saló n. Partículas de polvo flotaban en el aire,
proyectando una luz tenue.

La tensió n en su mente se disipó lentamente. Pei Yunshu recordó de repente que


había desaparecido repentinamente, y el joven maestro Qingfeng y los demás debían
estar muy preocupados. Por suerte, el joven maestro Qingfeng era inteligente y
astuto. Cuidaría bien de Bai Li y Hua Yue.

Después de un tiempo, Zhuyou todavía no se había despertado y Pei Yunshu


comenzaba a sentirse somnoliento.

Se obligó a abrir los ojos y caminó para mantenerse despierto. Las paredes del
palacio estaban adornadas con murales de docenas de ágiles y heroicos dragones,
aparentemente listos para saltar de las paredes en cualquier momento.

Mientras estudiaba los murales uno por uno, los ojos de Pei Yunshu se abrieron de
repente cuando se dio la vuelta.

Zhuyou, que estaba sentado detrás de él, había perdido la ropa. Permanecía con los
ojos cerrados, como si no reaccionara a nada.

Pei Yunshu echó un vistazo rápido pero inmediatamente giró la cabeza.

Zhuyou lo había visto desnudo, y Pei Yunshu también había visto su verdadera forma.
No había razó n para temer.

Pei Yunshu se tranquilizó . Fingió total indiferencia, abrió los ojos con calma y se dio
cuenta de que había pasado por donde estaba sentado Zhuyou.
Pei Yunshu se dio la vuelta, sin molestarse en cerrar los ojos. Vio la ropa caída y la
recogió rápidamente. La colocó sobre los hombros de Zhuyou.

Cuando estaba a punto de ayudarlo a vestirse, inesperadamente, en ese mismo


momento, Zhuyou abrió los ojos.

Zhuyou miró a Pei Yunshu con sus ojos demoníacos, y sus ojos se dirigieron hacia
donde Pei Yunshu sostenía su ropa.

Si alguien no familiarizado con la situació n viera esta escena, podría asumir que Pei
Yunshu se había quitado la ropa.

Pei Yunshu sabía que tenía que explicarlo. «No te quité la ropa. Estaba suelta y estaba
intentando ayudarte a ponértela».

Zhuyou volvió a mirar la mano de Pei Yunshu y luego asintió con un afable "Mm".

Sin embargo, a pesar de la aparente comprensió n, Zhuyou no le creyó del todo.

—En serio, no te quité la ropa —Pei Yunshu no pudo evitar explicar—. No intentaba
aprovecharme de ti mientras estabas inconsciente.

Zhuyou asintió con indiferencia nuevamente.

Pei Yunshu sintió como si acabara de golpearlo con un puñ o. Soltó a regañ adientes,
pero en cuanto lo soltó , la ropa de Zhuyou volvió a resbalarse.

Otro encuentro con la franqueza.

Pei Yunshu y Zhuyou se miraron fijamente por un instante. De repente, Zhuyou curvó
los labios, extendió la mano y abrazó a Pei Yunshu. El abrazo ya era pleno, como si
estuviera destinado a contener a Pei Yunshu.

Zhuyou olió la fragancia del cabello de Pei Yunshu. "Te extrañ é."

Sus declaraciones de “te extrañ o” se sucedieron una tras otra, murmurando en el oído
de Pei Yunshu, mordisqueando delicadamente el ló bulo de la oreja de Pei Yunshu,
saboreándolo como un delicioso regalo.
Palabra a palabra, abrió el corazó n de Pei Yunshu. Las manos de Pei Yunshu, que se
resistían, se relajaron gradualmente. Su mirada se llenó de confusió n mientras se
cubría el pecho, dejando que Zhuyou besara y lamiera constantemente su nuca.

¿De verdad… lo extrañ aba tanto?

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 70

Capítulo 70

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La voz del dragó n del diluvio era baja, pronunciando repetidamente el nombre de Pei
Yunshu.

Lenta y pausada, con afecto contenido en los murmullos, era particularmente


propicia para inducir el sueñ o.

Por alguna razó n, Pei Yunshu se sentía extremadamente cansado y agotado. Parecía
que la tensió n que había persistido en su cuerpo durante los ú ltimos días finalmente
se había aliviado. Ni siquiera el Dragó n Negro podía compararse con la persona
tangible y palpable que tenía frente a él.

Zhuyou lo abrazó , besándole suavemente la oreja y profundamente el cuello, dejando


marcas de flores de ciruelo. Las manos de Pei Yunshu estaban bien sujetas, y sus ojos
se entrecerraron gradualmente. Somnoliento, dijo: «Te traje un poco de vino».

“¿Qué tipo de vino?” preguntó Zhuyou.

Pei Yunshu sacó una jarra de vino de su bolsa y el aroma se extendió por el aire.
Había traído un licor fuerte que incluso podría embriagar a Bai Lige. Al olerlo, Pei
Yunshu sintió aú n más sueñ o.

Pei Yunshu cerró lentamente los ojos.

Zhuyou no tocó el vino, esperando a que Pei Yunshu se durmiera. Bajó la cabeza y
apoyó la frente contra la de Pei Yunshu.
Su conciencia se adentró en el mar de conciencia de Pei Yunshu.

Pei Yunshu no se cuidó de él, y Zhuyou entró con facilidad. En lo más profundo de su
conciencia, había un bebé de unos dos centímetros y medio, sentado con las piernas
cruzadas. Su piel era tan tierna como el jade, envuelta en pequeñ os círculos de hojas,
con un pequeñ o árbol de nieve de abril en la cabeza. El bebé tenía una expresió n
seria, y las hojas de su cuerpo subían y bajaban con su aliento, tan adorable como un
bebé espiritual de árbol.

É sta era el alma naciente de Pei Yunshu.

El alma naciente pareció sentir que alguien más entraba, abrió sus ojos llorosos e
hizo pucheros hacia Zhuyou: "¡No tienes permitido entrar!"

Zhuyou se retiró , besó a Pei Yunshu, "Has formado tu alma naciente".

Cuando su alma abandonó su cuerpo, supo naturalmente que Pei Yunshu había
formado su alma naciente. Sin embargo, en ese momento, no comprendía ni había
explorado qué era esa criatura nueva dentro del cuerpo de Pei Yunshu. Ahora, al
verla, admitió que era bastante adorable y que podía permanecer en el mar de
consciencia de Yunshu.

Zhuyou bajó la cabeza y, mientras Pei Yunshu dormía profundamente, lo besó en


secreto. Sus orejas se enrojecieron y sus patrones demoníacos se volvieron más
espléndidos. Tras besar a Pei Yunshu, miró a su alrededor con una expresió n algo
desdeñ osa.

No sabía cuánto tardaría en mudar su piel. La idea de tener momentos íntimos con
Pei Yunshu hacía que el proceso pareciera indoloro. El lugar donde él y Pei Yunshu
debían permanecer por un largo tiempo no debería estar tan deteriorado.

Zhuyou levantó a Pei Yunshu y, después de que sus orejas se movieran un par de
veces, abrió una cámara secreta en el saló n principal y descendió a ella.

Después de quién sabe cuánto tiempo, cuando Pei Yunshu se despertó


completamente renovado, Zhuyou todavía lo cargaba, caminando en la oscuridad.
Al verlo despierto, Zhuyou se sentó , sosteniéndolo como a un niñ o en sus brazos,
tomó su dedo y miró fijamente el anillo, disgustado, "¿Qué es esto?"

Pei Yunshu lo siguió y miró su mano, explicando: «No sé de dó nde salió este anillo.
Tiene energía demoníaca adherida, y no puedo quitármelo por mucho que lo
intente».

La expresió n de Zhuyou se relajó un poco. Extendió la mano hacia el anillo,


intentando quitárselo con indiferencia. Los ojos de Pei Yunshu estaban llenos de
expectació n, pero al instante siguiente, esa expectació n se convirtió en decepció n. El
anillo no se movió , y Zhuyou, inesperadamente, tampoco pudo quitárselo.

Zhuyou: “…”

Su expresió n permaneció relajada, pero ejerció más fuerza, y sus manos se


transformaron en garras de dragó n. El anillo pudo resistir tal fuerza, pero la mano de
Pei Yunshu se enrojeció al instante.

Zhuyou, frustrado, frunció el ceñ o y alivió la presió n.

Pei Yunshu no tenía miedo al dolor, pero cuando le pidió a Zhuyou que lo intentara de
nuevo, Zhuyou no estuvo dispuesto a intentarlo más.

Incluso parecía infeliz por el enrojecimiento en la mano de Pei Yunshu. Mientras


caminaban por el pasadizo secreto, Zhuyou sujetó la mano de Pei Yunshu con
suavidad, frunciendo el ceñ o y sin decir palabra.

El silencio invadió el pasadizo secreto, y Pei Yunshu no soportó la quietud. Se aclaró


la garganta para romper el silencio: «Zhuyou, ¿adó nde vamos?».

Zhuyou respondió : "A un lugar seguro".

Su mirada se posó en el anillo en el dedo de Pei Yunshu. La gema roja pareció brillar
en la demoníacidad, y los ojos negros de Zhuyou mostraron una fugaz desagrado.

Pei Yunshu llevaba algo ajeno. La ferocidad emanaba de su interior, pero fue
reprimida a la fuerza.
Hoy, Zhuyou iba a destruir este anillo.

***

Después de guiar a Pei Yunshu a su destino, perdieron la noció n del tiempo


transcurrido.

El lugar era una cámara secreta vacía con un arroyo cristalino fluyendo cerca.
Zhuyou le pidió a Pei Yunshu que esperara allí y se transformó en su forma original,
saliendo volando. Al poco rato, regresó con algunas presas recién cazadas, las arrojó
a un rincó n y luego salió de la cámara secreta.

Trajo una cama baja, encontró un colchó n mullido y trajo diversos alimentos y
pasteles. Tras entregárselos a Pei Yunshu, Zhuyou, sin decir palabra, salió de nuevo.

A los ojos de Zhuyou, el vasto Reino del Dios Dragó n parecía insignificante. Trajo
pasteles calientes que emanaban la fragancia del mundo mortal.

Pei Yunshu no necesitaba comer y no sabía qué tramaba Zhu You. Miró el pastel
blando que tenía en la mano y, aun así, se inclinó para darle un mordisco.

A medida que la habitació n secreta se llenaba de objetos, Pei Yunshu presentía que
algo andaba mal. Cuando Zhuyou volvió a dejar varias jarras de vino y ropa limpia,
Pei Yunshu lo detuvo: «Zhuyou, ¿qué haces?».

Su tono inquisitivo no pasó desapercibido para Zhuyou. Zhuyou lo miró con un


destello en sus ojos negros y dijo: «Vi a Bai Lige y a algunos más».

Un destello de alegría cruzó el rostro de Pei Yunshu. "¿Dó nde están ahora?"

Zhuyou respondió : "Fuera del Reino del Dios Dragó n".

Pei Yunshu quedó ató nito.

"Eso..." Una sensació n de inquietud lo invadió . Pei Yunshu observó a su alrededor y


preguntó con cautela: "Zhuyou, ¿cuándo nos vamos?"
Había una mirada ansiosa en sus ojos, pensando que la ocultaba bien, pero Zhuyou
vio a través de ella claramente.

Los olores dentro de la cueva estaban mezclados, pero Zhuyou podía olerlo
claramente.

Con cada bocanada, su corazó n se estremecía, el dolor desgarrador detrás de sus


orejas era ignorado, y solo le quedaba la emoció n de pronto reclamar a Pei Yunshu
como suyo.

Zhuyou miró a Pei Yunshu y dijo lentamente: "Voy a mudar mi piel".

Pei Yunshu quedó ató nito.

Aú n recordaba el dolor que Zhuyou sufrió durante la ú ltima muda. No pudo evitar
fruncir el ceñ o, con la preocupació n reflejada en sus ojos.

"¿Por qué estás mudando tu piel tan pronto?"

En términos de seguridad, no había lugar más adecuado para que Zhuyou se


deshiciera de su piel que el Reino del Dios Dragó n.

Durante la muda, Zhuyou perdía energía e inevitablemente tenía hambre, lo que


explicaba por qué traía tantas cosas.

Zhuyou bajó la mirada, parado solo frente a la puerta de la habitació n secreta. Pei
Yunshu no podía ver su expresió n con claridad, pero un atisbo de soledad lo envolvía.
"Si quieres irte, te llevaré".

Esta escena parecía lamentable. Mudando de piel, solo en una estrecha cámara
secreta, con solo un pequeñ o arroyo cerca. Si experimentaba un dolor extremo,
¿habría alguien que lo cuidara?

Tan pronto como Pei Yunshu pensó en esto, soltó : "Me quedaré aquí contigo".

Mientras las palabras caían, vio a Zhuyou sonreír, caminó a su lado y le plantó besos
fríos en la cara.
Pei Yunshu se aclaró la garganta y giró la cara, pero sus orejas de jade gradualmente
se volvieron rojas.

Apretó los puñ os bajo las mangas y el corazó n le latía con fuerza. Pei Yunshu sintió
que disfrutaba de los besos helados que Zhuyou le daba en el rostro.

El ú ltimo beso de Zhuyou aterrizó en la esquina de los labios de Pei Yunshu.

"¿Qué más quieres?" preguntó con voz ronca. "Lo que desees".

Pei Yunshu no supo qué decir. Después de un rato, habló intermitentemente: «Ese
pastel estaba delicioso».

—Bien —dijo Zhuyou—. ¿Qué más quieres?

Su actitud era indulgente mientras miraba los ló bulos de las orejas de Pei Yunshu por
un rato y luego desvió su mirada hacia el cuello de Pei Yunshu.

Con un toque de rubor, la pseudo-bondad en el rostro del dragó n parecía a punto de


romperse bajo el deseo.

Pei Yunshu negó con la cabeza y Zhuyou le besó la oreja antes de salir de la
habitació n secreta una vez más.

Pei Yunshu se quedó quieto por un momento, suspiró y luego caminó hacia la cama
baja y se sentó .

La ropa de cama de la cama baja ya estaba dispuesta, hundiéndose profundamente


tan pronto como se sentó , suave como si estuviera en una nube.

Inconscientemente, Pei Yunshu se acostó . La ropa de cama estaba limpia y fresca, y


tras revolcarse un par de veces, se sonrojó y se levantó , manteniendo la dignidad de
un cultivador del Alma Naciente.

Zhuyou había traído bastantes cosas, ocupando casi la mitad de la habitació n secreta.
Además de lo esencial, Pei Yunshu notó varios libros enterrados. Los desenterró uno
por uno, eligiendo al azar uno titulado "Aventuras de un Playboy de Tierras Salvajes".
Esto me pareció interesante. Wild Country y Playboy, ¿no eran dos cosas distintas?

Pei Yunshu se interesó y se sentó en la cama, comenzando a leer. Mientras leía, se


encontró acostado en la cama.

El playboy pertenecía originalmente a una familia adinerada, pero debido a una


conspiració n en su casa, fue enviado a una aldea rural en ruinas. No sabía que quienes
conspiraban contra él en su casa no estaban dispuestos a dejarlo ir. Enviaron en
secreto a alguien para asesinarlo, con la intenció n de matarlo a medias.

Pei Yunshu se asombró al descubrir la cantidad de chanchullos que existían entre


estas familias adineradas. Las intrigas y conspiraciones que descubría casualmente
eran alucinantes, lo que le hacía parecer que vivía en un mundo peligroso y
traicionero.

Tras maravillarse un rato, Pei Yunshu continuó leyendo. La escritura del autor era
excelente, cada giro se enlazaba a la perfecció n, cautivando al lector. Fue
emocionante y estimulante.

Mientras Pei Yunshu leía acerca del playboy que era presionado para ir a la aldea
rural, Zhuyou regresó una vez más.

Pei Yunshu quedó cautivado, recostado en la suave cama, sin rastro de la dignidad de
un cultivador del Alma Naciente. No se dio cuenta del regreso de Zhuyou hasta que
este se acercó a él, le tomó la mano y Pei Yunshu despertó sobresaltado.

Cerró el libro rápidamente, se incorporó , se alisó las arrugas de la ropa y fingió que
no pasaba nada. "¿Cuándo volviste?"

Zhuyou miró el libro que tenía en la mano y, a toda prisa, Pei Yunshu lo agarró y lo
escondió tras él. Reorientó el tema y preguntó : «Zhuyou, ¿qué tienes en la mano?».

En la mano de Zhuyou había una fina aguja que emitía una luz dorada. Su superficie
brillaba con un aroma ú nico a sándalo, propio de los objetos budistas. Al observarla
con más atenció n, incluso parecía desprender un fugaz aura budista.
Tras reconocer el aura budista en la aguja, Pei Yunshu se quedó ató nito. "¿Có mo
conseguiste esto?"

Cualquier cosa imbuida de un aura budista debía ser un preciado tesoro de una secta
budista. Tales cosas rara vez aparecían en el reino mortal. Infundir algo con un aura
budista requería cantos y meditació n constantes por parte de una figura poderosa de
la secta budista, un proceso que podía durar siglos.

En sus dos vidas, Pei Yunshu jamás había visto a nadie ni nada con aura budista.
Entonces, ¿có mo adquirió Zhuyou este objeto?

Sin decir palabra, Zhuyou sostuvo la mano de Pei Yunshu, y la luz dorada de la aguja
se deslizó arriba y abajo. Zhuyou enhebró con cuidado la aguja a través de la costura
entre el anillo y el dedo de Pei Yunshu.

La expresió n de Zhuyou era extremadamente concentrada, temiendo arañ arle la piel


a Pei Yunshu. Pei Yunshu comprendió lo que hacía, pero tuvo que reprimir sus
preguntas por el momento, observando las acciones de Zhuyou con la respiració n
contenida.

A medida que la aguja se acercaba al anillo, la luz dorada se intensificaba. Cuando


Zhuyou pasó la aguja por debajo del anillo, su mirada se cruzó con la de Pei Yunshu.
Con un movimiento rápido, el anillo de Pei Yunshu se partió por la mitad.

La gema roja y negra se hizo añ icos y cayó al suelo. Un líquido negro, espeso y
pegajoso rezumaba de ella. Zhuyou usó la aguja para dibujar un círculo alrededor del
líquido negro, y este no se atrevió a cruzar el límite.

Pei Yunshu se cubrió el dedo, mirando con asombro el líquido negro en el suelo.
Sintió que estaba en un sueñ o. Zhuyou, por otro lado, asintió con satisfacció n, rodeó
el líquido negro, metió la aguja en la bolsa de almacenamiento de Pei Yunshu y se
dispuso a marcharse.

Subconscientemente, Pei Yunshu preguntó : "¿A dó nde vas?"

"Para darles esto", dijo Zhuyou, "volveré pronto".


¿Cambiar el líquido negro por una aguja impregnada de aura budista?

Antes de que Pei Yunshu pudiera detener a Zhuyou, Zhuyou ya se había ido.

Pei Yunshu caminaba de un lado a otro por la habitació n, con la mente llena de
diversos pensamientos.

Al final, todo se convirtió en preocupació n. Las acciones de Zhuyou eran realmente


exasperantes. ¿No estaba provocando un ataque colectivo?

Mientras caminaba, vio en el suelo el anillo de plata que se había partido por la
mitad.

No pudo evitar pensar: ¿realmente era tan simple eliminar la sombra del anillo?

Pero esa sombra parecía estar unida a más de un anillo.

Tras mucha reflexió n, Pei Yunshu sintió que la cabeza le iba a estallar. Finalmente, en
medio de sus angustias, Zhuyou regresó ileso, tranquilizando la angustia de Pei
Yunshu. El dragó n de la inundació n volvió a salir corriendo.

Pei Yunshu no tuvo oportunidad de preguntar qué había pasado. Solo pudo sentarse
en la cama y esperar a que Zhuyou regresara. Mientras esperaba, decidió dejar el
asunto a un lado y tomó el libro "Aventuras de un Playboy de Tierras Salvajes" para
seguir leyendo.

La impotencia escapaba a su control. Era mejor esperar pacientemente a que Zhuyou


regresara, preguntar qué había sucedido y luego calmarse.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 71

Capítulo 71

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En comparació n con este libro, “Las aventuras de un playboy de un país salvaje”, Pei
Yunshu sintió que todo lo que había leído antes no era nada.

Tras un intento de asesinato, el encantador joven amo es salvado por un cazador


solitario que vive en el campo. El cazador es alto, fuerte, silencioso y reservado.
Aunque no le gusta hablar, lo trata excepcionalmente bien. Para recompensarlo, el
joven amo, en una noche tormentosa con truenos, se involucra en apasionadas
aventuras con el cazador durante toda la noche.

“…” La mano de Pei Yunshu, que sostenía la página del libro, tembló , revelando una
expresió n de incredulidad en su rostro.

El autor describió sus actividades con gran detalle, y al editor pareció no bastarle.
Debajo, incluso había una ilustració n de una cama con dosel que flotaba suavemente,
con las esbeltas y hermosas piernas del joven amo adinerado sobresaliendo de la
cama, y una mano fuerte agarrando el tobillo del joven amo.

Pei Yunshu pasó la página rápidamente, y la siguiente estaba llena de expresiones


como "Mmm". Cerró el libro, tratándolo como si fuera una papa caliente, y lo arrojó a
un rincó n de la habitació n.

Como eruditos, ¿có mo podrían atreverse a escribir tales cosas?

Pei Yunshu se incorporó lentamente, se tranquilizó y caminó hasta la orilla. Se echó


un poco de agua fría en la cara. Tras calmarse, no pudo evitar mirar el libro varias
veces.

Quería saber qué pasaría a continuació n en la historia.

En ese momento, Pei Yunshu miró de repente hacia la puerta. Zhuyou entró en la
habitació n secreta, con el cabello y los hombros ya mojados. Le goteaba agua de la
cara y un olor a humedad impregnaba el aire.

"¿Está lloviendo afuera?" Pei Yunshu no pudo evitar preguntar.

Zhuyou asintió , y su cabello negro se rizaba ligeramente bajo la lluvia. "Un aguacero
torrencial".

"¿Hay truenos?"

Zhuyou asintió nuevamente.

Debía de ser una tormenta bastante fuerte. Pei Yunshu estaba a punto de decirle que
no saliera, pero de un vistazo, notó el libro que había tirado en la esquina.

La historia del libro también ocurrió en una noche tormentosa con truenos y
relámpagos, donde el encantador joven maestro y el cazador se fueron a dormir.

Pei Yunshu se aclaró la garganta.

En un momento de distracció n, sus manos se calentaron. Zhuyou le sostenía la mano,


frunciendo el ceñ o y preguntando: "¿Por qué tienes las manos tan frías?".

Pei Yunshu observó inconscientemente sus manos unidas. Su piel era más pálida que
la de Zhuyou. A simple vista, las manos de Zhuyou eran mucho más grandes que las
suyas. En la tesorería, cuando el Dragó n Negro se transformó en humano, pudo
sujetar fácilmente el tobillo de Pei Yunshu con una mano.

Pei Yunshu retiró la mano sin mostrar ninguna emoció n. "¿Sigues saliendo?"

Zhuyou permaneció en silencio. Primero buscó una capa gruesa para que Pei Yunshu
se envolviera en ella. Luego dijo: «Necesito salir una ú ltima vez».
Tras prepararle la capa a Pei Yunshu, Zhuyou sintió que no le abrigaba lo suficiente.
Frunció el ceñ o un instante, luego la desató , lo levantó horizontalmente y abrió la
suave manta para acostarlo en la cama.

Pei Yunshu estaba confundido. Cuando estaba a punto de levantarse, Zhuyou le


presionó los hombros, instándolo a acostarse. Se inclinó y un beso hú medo cayó
sobre el rabillo del ojo de Pei Yunshu.

"Sé bueno", dijo Zhuyou, imitando la forma en que los padres mortales consuelan a
sus hijos, con calma pero con paciencia, "Volveré a dormir contigo".

Pei Yunshu hizo una pausa por un momento y luego, en silencio, enterró su rostro en
la manta.

Al no oír nada, echó un vistazo y descubrió que Zhuyou se había ido. Aú n quedaban
pasteles de azú car humeantes y carne seca fragante junto a la cama. Pei Yunshu
contempló la comida un rato, tomó un trozo de carne seca y se lo metió en la boca.

Delicioso.

Mientras disfrutaba de la comida, no pudo resistirse a recoger el libro descartado y


continuó leyendo la historia restante en esta acogedora habitació n secreta sin
interrupciones.

***

Cuando Zhuyou regresó al Mar del Este, las olas se levantaron violentamente y el
cielo se vistió de un clima tormentoso con un impulso aterrador.

Se sumergió en el agua, con la intenció n de dirigirse al Reino Secreto del Dios


Dragó n. Sin embargo, un destello de luz blanca apareció en la orilla, y una figura
blanca descendió sobre la costa del Mar del Este.

En medio de la feroz tormenta, esta figura blanca permaneció intacta ante una sola
gota de lluvia. Su tú nica ondeaba al viento y su rostro estaba helado.
Zhuyou lo miró brevemente, luego desvió la mirada con calma y continuó hacia las
profundidades del mar.

Las olas rugieron y el Venerable Wuwang, observando que las olas amenazaban con
arrasar la orilla, levantó sus pasos hasta la superficie del agua.

Tras dar dos pasos, un tritó n fue sacado de las profundidades del mar. Su rostro
reflejaba miedo y su tez palideció .

"¿Dó nde está el Reino Secreto del Dios Dragó n?", preguntó el Venerable Wuwang con
los ojos bajos.

El tritó n, aparentemente enloquecido, meneó la cabeza repetidamente.

El Venerable Wuwang guardó silencio por un instante. Una ola gigantesca se acercaba
y, antes de alcanzarlo, se cubrió de una capa de escarcha, congelándose justo frente a
él.

El tritó n lloró como un bebé asustado. El hombre de blanco volvió a preguntar: "¿Has
visto un dragó n negro?".

El tritó n continuó sacudiendo la cabeza.

El venerable Wuwang levantó la mirada y miró hacia el tumultuoso Mar del Este.

Después de un rato, bajó la cabeza y observó el mar azul profundo e insondable que
había debajo.

***

Como no sabía cuándo regresaría Zhuyou, Pei Yunshu aceleró su lectura.

A medida que avanzaba la historia, Pei Yunshu se asombraba cada vez más. Tras la
boda del encantador joven amo y el cazador, vivían como un matrimonio, llenos de
amor y dulzura cada día. Cuando el cazador preparaba la piel de los animales
cazados para enviarla a la casa del magistrado del condado, el encantador joven amo
lo acompañ aba. Sin embargo, el hijo menor del magistrado se encariñ ó con el
encantador joven amo, se lo llevó a la fuerza, hirió gravemente al cazador y lo envió
de vuelta al campo.

El encantador joven amo estaba desconsolado. Escapó de la casa del magistrado,


pero casualmente se topó con un general que pasaba por allí. Suplicando protecció n,
el general, conmovido por su lamentable estado, lo llevó a la capital.

Durante su viaje, se formó un vínculo profundo entre el encantador joven maestro y


el general.

Se abrazaron bajo la luz de la luna mientras cabalgaban de noche. Tras regresar a la


capital, el general, al enterarse de los desafortunados antecedentes del encantador
joven amo, tomó medidas drásticas contra su familia. Tras vengar al encantador
joven amo, los dos amantes estaban a punto de compartir sus sentimientos con una
copa cuando se enteraron de que el emperador pretendía casar a su hija con el
general.

Desconsolado, el encantador joven amo abandonó al general y regresó a su rol de


adinerado joven amo. Sin embargo, esta vez, nadie se atrevió a molestarlo.

Aunque el encantador joven amo era verdaderamente encantador, sentía una


profunda afició n tanto por el cazador como por el general. Era orgulloso y prefería
abandonar al general antes que tener relaciones privadas con él. Sus recurrentes
desilusiones amorosas eran verdaderamente angustiantes.

Pei Yunshu se secó la amargura de los ojos, maravillándose una vez más ante la
habilidad narrativa del autor. Pasó la página, contemplando la silueta del general
mientras veía partir al joven amo. Al pasar otra página, vio al encantador joven amo
regresar a casa. Un sirviente le trajo una palangana con agua tibia para que se lavara
los pies.

El sirviente levantó la cara, revelando la apariencia del cazador.

Resultó que, de principio a fin, fue un complot orquestado por el encantador joven
maestro. Había atacado al general desde el principio, con la intenció n de usar su
influencia para eliminar a sus enemigos. Este elaborado plan no era más que una
contraconspiració n.

Incluso la princesa entregada al general en matrimonio se enamoró de él bajo su


designio.

Pei Yunshu sintió como si le hubiera caído un rayo. Terminó las ú ltimas páginas
mecánicamente. Cuando Zhuyou entró , se encontró con la mirada inexpresiva de Pei
Yunshu.

Zhuyou estaba desconcertado. "¿Qué pasa?"

Pei Yunshu recobró el sentido y cerró el libro a regañ adientes. «Zhuyou, ¿dó nde
conseguiste estos libros?»

Zhuyou dijo: "Los compré".

Mirando a Pei Yunshu, agregó : "Pagué por ellos".

Pei Yunshu asintió distraídamente, mirando las docenas de libros restantes apilados.
Sus ojos estaban llenos de complejidad, y al final, sintió que no podía con ello.
Decidió dejarlos a un lado por ahora.

Zhuyou dijo: "Yunshu".

Pei Yunshu salió de sus pensamientos y se giró para mirar a Zhuyou. No vio nada
inusual en él, así que le preguntó : "¿Sigues saliendo?".

Zhuyou negó con la cabeza. Sus ojos demoníacos estaban fijos en Pei Yunshu. Tras
observarlo con extrañ eza, movió las manos y se quitó la prenda.

“Me duele”, frunció el ceñ o, “se me está cayendo la piel”.

Una punzada de preocupació n se apoderó del corazó n de Pei Yunshu.

Zhuyou se subió a la cama y su cálido aliento lo envolvió , impregnado del aroma de


Pei Yunshu por todas partes. Cerró los ojos con satisfacció n y abrazó a Pei Yunshu.
"No me duele cuando te abrazo".
Pei Yunshu dudó por un momento y luego se acostó , levantando su mano para
abrazar a Zhuyou, colocando ambas manos libremente sobre su espalda.

Le dio unas palmaditas suaves en la espalda, como si estuviera acostando a un niñ o.


"Zhuyou, no te dolerá dormir".

Los dos se abrazaron y el cuerpo frío de Zhuyou se derritió rápidamente.

Parecía un momento de paz.

Sin embargo, pronto Pei Yunshu sintió que algo andaba mal.

Levantó la cabeza con rigidez para mirar a Zhuyou, quien lo observaba en silencio.
Sus profundos ojos negros eran como piscinas sin fondo. De repente, se inclinó y
lamió la comisura de los labios de Pei Yunshu.

“Yunshu…” una voz llena de deseo y sú plica.

Pei Yunshu se dio la vuelta y se apoyó contra la pared, perdido en sus pensamientos.

La persona detrás de él se acercó más, explorando con las manos bajo la ropa. La voz
del dragó n era lastimera, y Pei Yunshu contuvo las manos.

"No te muevas", susurró , "Zhuyou, compó rtate".

Zhuyou realmente dejó de moverse.

Pero Pei Yunshu se sentía cada vez más incó modo. La persona detrás de él respiraba
con más dificultad a cada instante, y las zonas afectadas por sus insinuaciones se
calentaban cada vez más.

El lenguaje explícito del libro que acababa de leer resonó en su mente.

Junto con esos pocos trazos sugerentes en las ilustraciones que sin querer habían
llamado su atenció n.

¿Tiene una relació n con Zhuyou similar a la de las novelas para adultos?
Durante toda la noche, la mente de Pei Yunshu se llenó de innumerables
pensamientos, y finalmente se quedó dormido sin saber cuándo. En su sueñ o, se vio
repentinamente en la posada del Mercado de Fantasmas Demoniacos, con Zhuyou de
pie detrás de él. Al girarse, sus labios rozaron la mandíbula de Zhuyou.

Vio a Zhuyou sonreír, sus ojos de repente se iluminaron con una alegría brillante.

Pei Yunshu miró fijamente a Zhuyou, quien lo apreciaba y lo sostenía con cuidado en
sus brazos; sus movimientos eran torpes y restringían su fuerza.

“Mío”, acompañ ado de besos que caían uno tras otro, “como, mío”.

***

Cuando Pei Yunshu se despertó de nuevo, escuchó un gemido reprimido.

Abrió los ojos al instante y vio a Zhuyou, mitad humano, mitad demonio, tendido en
el estrecho arroyo. Tenía los ojos inyectados en sangre y los puñ os apretados
mientras golpeaba las paredes de piedra a ambos lados. Las escamas de su cola
golpeaban constantemente las rocas afiladas, dejándole pequeñ as heridas.

Parecía increíblemente doloroso.

Despojarse de su piel parecía causarle a Zhuyou una agonía insoportable.

Sentado en la cama, Pei Yunshu observó un rato, mientras sus emociones se calmaban
poco a poco. Sacó una botella de vino de su bolsa, echó la cabeza hacia atrás y bebió
un buen trago.

La fragancia del vino flotaba en el aire, y el líquido carmesí fluía por la comisura de
sus labios, humedeciendo su cuello. En el agua, Zhuyou percibió un ligero aroma.
Recuperó la consciencia y miró a Pei Yunshu; sus miradas se cruzaron.

Como si el dolor se desvaneciera momentáneamente, Pei Yunshu vio que la tensió n


en la palma de Zhuyou disminuía gradualmente.

Los ojos del dragó n en el agua estaban serios, tan serios que se olvidó del dolor.
Pei Yunshu dejó la botella de vino a un lado, se bajó de la cama y pisó descalzo el
suelo, desabrochando el cinturó n de su cintura.

Su ropa cayó al suelo una a una. A pesar del frío, el intenso vino le dio calor por todas
partes.

Cuando llegó al borde del agua, Pei Yunshu estaba completamente limpio.

Dejó escapar un pequeñ o hipo a causa del alcohol.

Aparentemente olvidando que todavía estaba perdiendo pelo, Zhuyou miró a Pei
Yunshu con una expresió n un tanto tonta.

Al entrar al agua, Pei Yunshu separó el agua fría, puso sus manos en el cuello de
Zhuyou y se sentó sobre el cuerpo medio demoníaco de Zhuyou.

Piel presionada contra piel, el calor se convirtió en un calor abrasador.

¿Qué quiere decir esto?

La voz de Zhuyou era ronca. Miró a Pei Yunshu sin pestañ ear, con todo el cuerpo
rígido como una piedra, temeroso de hacer cualquier movimiento.

Pei Yunshu hundió la cabeza en la nuca de Zhuyou, frotándose contra su cuello. Su


largo cabello se desparramó por su espalda, revelando una brillante espalda blanca.

¿Aú n te duele?

Preguntó , mezclado con la fragancia del vino.

La nuez de Adán de Zhuyou se movió , y estaba a punto de negar con la cabeza cuando
asintió levemente antes de tiempo.

Pei Yunshu frunció el ceñ o y se acercó a Zhuyou, besándolo. Al ver que Zhuyou lo
miraba fijamente, levantó la vista y le sonrió .

En un instante, Zhuyou lo llevó a la cama suave como las nubes.

"Yunshu, Yunshu, Yunshu..."


Bajo y ronco, cada palabra más seca que la anterior.

Pei Yunshu no respondió por un rato. Después de un largo rato, finalmente respondió .

La mirada de Zhuyou sobre él era como fuego, como una bestia hambrienta tras un
largo hambre, con la sangre subiéndole a la cabeza. Sentía que podía devorarle hasta
el ú ltimo hueso.

Una mirada así debería ser intimidante, pero en los ojos de Pei Yunshu, vio la
urgencia y la mirada lastimera en los ojos del dragó n.

É l asintió suavemente.

En ese momento, parecía que todo había quedado atrás. Afuera, rugía una tormenta,
pero aquí reinaba la calma y el calor. Este calor era tan tentador que podía hacer que
uno se resistiera a irse, y también podía enternecer el corazó n.

Podría ser una mezcla de impulso y no una decisió n bien pensada.

Pei Yunshu acercó la cabeza de Zhuyou y le besó ligeramente los labios.

Pero ahora lo ú nico que quería era evitar que sintiera dolor.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 72

Capítulo 72

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Dormir, despertar, despertar, dormir.

En medio de sus vagabundeos, Pei Yunshu aú n recordaba la advertencia del zorro. Al


principio pensó que incluso si Zhuyou entraba, podría soportarlo. ¿Podría soportar a
Zhuyou, quien mudaba su piel repetidamente, sin sucumbir al placer?

"Yuan..." Hablar le costaba mucho. El pecho abrasador le apretaba la espalda, unas


manos le rodeaban la cintura, atrayéndolo hacia sí, recordándole a Zhuyou que
cuidara su yuanyang. "Yuanyang..."

El dragó n onduló en su oído: “Todo por ti”.

Durante los siguientes cuarenta y cinco días, Zhuyou realmente cumplió con su
palabra, siendo generoso todos los días.

Agotado y con los ojos rojos, Pei Yunshu era abrazado por Zhuyou mientras se
quedaban dormidos. Al despertar, las acciones de Zhuyou siempre lo revitalizaban.
Incluso el vino preparado disipaba la fatiga de su cuerpo, igualando la energía de
Zhuyou.

Zhuyou no lo perdonó , adoptando un tono coqueto que parecía haber aprendido de


alguna parte. Cada vez que susurraba esas palabras vulgares al oído de Pei Yunshu,
este no podía evitar apretar la sábana con más fuerza, tensándose por completo,
poniéndose rojo como un camaró n.
La alegría de cada día y de cada noche: el dragó n había consentido plenamente al
hombre en sus brazos. Las sú plicas, en tono sollozante, solo alimentaron su emoció n,
y persuadió a Pei Yunshu repetidamente en el agua, el aire, la cama y el suelo. Lo
convenció de convertirse en un enredo mitad humano, mitad demonio. El dolor de
mudar de piel quedó olvidado para siempre.

Cuarenta y cinco días de placer, y Zhuyou apenas estaba satisfecho.

Pei Yunshu no sabía cuándo terminó ; sus pies no habían tocado el suelo durante
mucho tiempo, siempre envueltos en una manta.

Zhuyou lo miró y él se encogió en la manta, susurrando suavemente: "No más".

Su voz era ronca, y sus labios, maltratados durante muchos días, estaban hinchados
como bayas maduras. Un suave olfateo llenó la habitació n secreta de una dulce
fragancia.

Zhuyou agarró el tobillo de Pei Yunshu, sacándolo de la manta y colocándolo debajo


de él, consolándolo: "Mi esencia es beneficiosa para ti, sé bueno".

Pero por muy beneficioso que fuera, Pei Yunshu ya no lo quería.

Parecía que Zhuyou no estaba satisfecho; su energía era increíblemente vigorosa.


¿Era esta la naturaleza insaciable de los dragones, o solo Zhuyou tenía esa
apariencia?

Las palabras de Zhuyou parecían ser su horno. Pero ¿qué clase de horno insiste en
algo contra su voluntad? Zhuyou le agarró la mano, lo apretó contra su cuerpo y,
entre los gritos de Pei Yunshu, afirmó tratarlo bien, insistiendo en su obediencia.

Agotado hasta el punto en que sus dedos no podían moverse, Pei Yunshu recibió agua
de Zhuyou y lo convenció de comer algo antes de quedarse dormido en el abrazo de
Zhuyou.

Zhuyou calentó el agua, lavó meticulosamente todo el cuerpo de Pei Yunshu, y las
marcas de mordeduras y los moretones desaparecieron gradualmente. Una vez
limpio, Zhuyou levantó a Pei Yunshu y lo colocó con cuidado en la cama.
Debajo de su cintura, Zhuyou recuperó su forma original, y la piel mudada se reveló ,
llegando a la punta de su cola. Zhuyou, satisfecho, observó a Pei Yunshu sin moverse.
Los patrones demoníacos en su cuerpo rebosaban de placer, y estaba encantado.

Nunca antes mudar de piel había sido una experiencia tan placentera.

Zhuyou bajó la cabeza y lamió los labios de Pei Yunshu. Alejándolo mientras dormía,
Pei Yunshu, sensible y compasivo, murmuró : «No más...».

"Me gusta", Zhuyou le besó la frente y bromeó , "¿A Yunshu le gusta Zhuyou?"

Sin que le afectara la perturbació n, Pei Yunshu, medio dormido, murmuró vagamente:
"Como... como..."

Parecía lastimoso, temiendo sinceramente la vigorosa energía de Zhuyou. Necesitaba


descansar, pero durante cuarenta y cinco días, Zhuyou no le había quitado los ojos de
encima.

No ver lo suficiente, no besar lo suficiente, no es suficiente.

Zhuyou se sintió complacido con la respuesta de Pei Yunshu. Bajó la cabeza, tocó su
frente con la de él y recuperó la consciencia.

El pequeñ o bebé en su mente ahora tenía más hojas verdes, y cada vez más grandes,
en su cuerpo. Contempló las hojas crecer, y el árbol de nieve en su cabeza parecía
marchitarse. Sorprendido por la entrada de Zhuyou, el bebé hizo un puchero y
exclamó : "¡No entres!".

El bebé tenía la apariencia de Pei Yunshu, con ojos llorosos. "¡No te acerques, no, no,
no!"

Pálido y tierno, Zhuyou se detuvo en seco, rozando el árbol de nieve sobre la cabeza
del bebé. El árbol de nieve, aterrorizado, tembló y se escondió detrás del bebé.

Zhuyou vagaba libremente por la conciencia de Pei Yunshu, contemplando la


posibilidad de hacer llorar al bebé. Justo cuando estaba a punto de molestar al
pequeñ o elemental, se retiró lentamente.
En dos días más, Zhuyou completaría su muda.

Tras mudar su cuerpo, se reduciría, y su cuerpo físico sellaría temporalmente una


parte de su consciencia debido a la tensió n del alma de dragó n. En otras palabras, se
asemejaría a un niñ o de verdad. Después de aproximadamente un mes, su consciencia
se desbloquearía gradualmente.

Zhuyou tocó el muslo de Pei Yunshu, y emergió la tela blanca oculta. Esta tira de tela
albergaba la esencia de Zhuyou, pero solo podía usarse tres veces. Una vez agotadas
esas tres veces, el poder oculto en su interior desaparecería.

Zhuyou besó el pecho de Pei Yunshu y sacó dos hilos rojos. Uno estaba atado
alrededor de la mano derecha de Pei Yunshu y el otro alrededor del propio Zhuyou.

Después de completar estas acciones, Zhuyou miró profundamente a Pei Yunshu, le


plantó un beso en la frente y lentamente cerró los ojos.

***

Pei Yunshu durmió durante dos días y dos noches completos antes de despertar de su
sueñ o.

Su cuerpo se sentía relajado y su ánimo, excepcionalmente alto. Al incorporarse, vio


a un niñ o delicadamente tallado a su lado.

El niñ o no llevaba ropa, estaba cubierto por una esquina de la manta, con los puñ os
apretados contra el costado de la cara, durmiendo plácidamente.

Los ojos de Pei Yunshu se abrieron con asombro mientras miraba al niñ o,
preguntándose si todavía estaba soñ ando.

"¿Zhuyou?" Pei Yunshu se envolvió en la manta, observó el entorno, no vio rastro de


Zhuyou y finalmente fijó su mirada en el niñ o dormido. Respiró hondo con la voz
llena de asombro. "¿Zhuyou?"

Zhuyou había mencionado que se volvería más pequeñ o con el tiempo, pero ¿có mo
pudo suceder tan de repente? Estaban entrelazados en pasió n antes de que se
durmiera, y ahora, al despertar, encontró a un niñ o a su lado.

Sin despertar al niñ o, Pei Yunshu respiró hondo varias veces. Tras calmarse, se
inclinó junto a él y le quitó con cuidado un mechó n de cabello de la cara.

Un rostro increíblemente inocente, con un parecido de ocho puntos con Zhuyou.

Pei Yunshu retiró la mano, se frotó la frente, sintiendo una miríada de emociones
complejas.

Estaba dividido entre querer sacar a Zhuyou para regañ arlo bien, pero al verlo en ese
estado actual, Pei Yunshu sabía que no podía hacerlo.

Después de sufrir durante tanto tiempo, la ira que había reprimido, esperando
disciplinar a Zhuyou después de su caída, ahora se disipó por completo.

Pei Yunshu miraba de vez en cuando al niñ o. Tras un momento de contemplació n, lo


cubrió en silencio con la manta, calentando su brazo. Decidió esperar a que
despertara antes de ajustar cuentas.

Se levantó de la cama en silencio y, al ver el desastre junto al agua, se sonrojó y se


vistió a toda prisa. Luego trajo una palangana y una toalla, limpiando
meticulosamente la escena.

Después de ordenar los alrededores, Pei Yunshu de repente se dio cuenta de los
beneficios de la transformació n de Zhuyou en un niñ o.

Por mucho que lo hiciera, ya no podía dedicarse a esas actividades.

Había dicho "no" cientos de veces. Por mucho que suplicara, Zhuyou se volvía cada
vez más excesivo, afirmando una y otra vez que era por su propio bien. ¿De verdad
era por su bien?

Excusas grandiosas.

Pei Yunshu comió ligero, bebió un poco de agua y se sentó a esperar a que Zhuyou
despertara. Durante ese tiempo, necesitaba practicar la meditació n. No había hecho
nada durante esos más de cuarenta días, confiando ú nicamente en los "beneficios"
que Zhuyou le proporcionaba. Su cultivació n había alcanzado un nivel ligeramente
superior, pero le preocupaba avanzar demasiado rápido. Por lo tanto, lo reprimió por
su cuenta.

Una vez que la base de su cultivo se estabilizó , se pudo considerar avanzar al


siguiente nivel.

Tras una sesió n de meditació n concentrada, Pei Yunshu recordó las palabras del
zorro sobre la esencia del dragó n como un excelente suplemento. Si bien la forma
física de Zhuyou era la de un dragó n de inundació n, poseía el alma de un dragó n. Pei
Yunshu lo experimentó de primera mano y finalmente comprendió el alcance de este
potente suplemento.

Si lo deseaba, sentía que podía ascender al estado extracorporal, desafiando


directamente el reino de la separació n del espíritu y el alma.

Sin embargo, confiar en factores externos para cultivarse siempre fue superficial. No
quería seguir ese camino.

Después de que Pei Yunshu terminara de meditar, el niñ o en la cama seguía


profundamente dormido. Pei Yunshu refinó la esencia adquirida, pero la energía del
dragó n era particularmente vigorosa, lo que lo inquietaba. Decidió no seguir
cultivando en ese estado, pues no convenía a su mente pacífica y serena.

No era el momento adecuado para la cultivació n, así que Pei Yunshu dejó de meditar
y miró a su alrededor. Se acercó a la cama y le dio un codazo en la mejilla al niñ o.

En ese momento, Zhuyou parecía tener unos cinco o seis añ os, con un rostro tierno y
adorable. La suavidad de sus mejillas dejaba una pequeñ a impresió n al tocarla. A
pesar de su mirada inexpresiva, conmovía.

El corazó n de Pei Yunshu se ablandó , y una sonrisa se dibujó en la comisura de sus


labios mientras pellizcaba suavemente la mejilla del niñ o. El Zhuyou adulto poseía
una apariencia asombrosamente hermosa y sobrenatural, y Pei Yunshu no esperaba
que fuera tan lindo en su infancia.
El pequeñ o Zhuyou frunció el ceñ o, giró la cabeza con impaciencia y evadió la mano
que le pellizcaba la mejilla.

Pei Yunshu comentó : "Tienes un temperamento bastante fuerte".

Pei Yunshu se levantó y decidió no molestar más a Zhuyou, caminó hacia un lado y
sacó un libro para leer.

Esta vez, fue astuto. Primero hojeó la página hasta el final para ver có mo concluía la
historia antes de empezar desde el principio. El libro estaba escrito de forma
convencional. A mitad de lectura, Pei Yunshu descansó la vista, cerró el libro y se
acercó al agua corriente para lavarse la cara.

Mientras se agachaba junto al agua, vio su reflejo. Su tez era rosada, sus ojos brillaban
con una sonrisa primaveral. Pei Yunshu se quedó paralizado, lanzando un hechizo
para detener el flujo del agua. Al observarlo más de cerca, sintió que algo en él había
cambiado.

Sus labios parecían notablemente rosados, como si hubieran consumido pétalos de


flores, y su tez era excelente, insinuando un cierto encanto que se encuentra en los
cuentos románticos.

Pei Yunshu sonrió , y el reflejo en el agua también reflejó esa sonrisa.

Después de un rato, sin poder discernir ninguna peculiaridad, se lavó la cara y


regresó , continuando con la lectura del libro.

***

El pequeñ o Zhuyou dormía aú n mejor que Pei Yunshu. Dos días después, por fin abrió
los ojos.

Pei Yunshu, alertado por el movimiento, se acercó a la cama justo cuando el niñ o se
incorporaba. Listo para llamarlo Zhuyou, los ojos del niñ o se iluminaron al ver a Pei
Yunshu y exclamó alegremente: «Hermano».
“¿…?” Pei Yunshu se quedó paralizado, con el pie suspendido en el aire. “¿Có mo me
llamaste?”

El pequeñ o Zhuyou bajó de la cama, corrió hacia Pei Yunshu y se aferró a su muslo.
Mirándolo con ojos llenos de cariñ o, dijo: «Hermano».

Pei Yunshu lo miró fijamente, sin palabras. Después de un rato, se agachó , mirándolo
fijamente. "¿Zhuyou?"

Zhuyou hizo pucheros, alegremente plantó un beso en la mejilla de Pei Yunshu y


luego se acurrucó en los brazos de Pei Yunshu, envolviendo sus pequeñ as manos
alrededor de su cuello.

Pegajoso y cariñ oso, completamente diferente del Zhuyou habitual.

Pei Yunshu suspiró y lo levantó , observando atentamente su expresió n. De hecho,


ahora parecía tan inocente como un niñ o.

Al darse cuenta de que su intelecto había cambiado con su tamañ o, Pei Yunshu le dio
unas palmaditas suaves en la espalda a Zhuyou. Al cabo de un momento, sus ojos se
iluminaron y una sonrisa se dibujó en sus labios mientras acariciaba el suave cabello
negro del niñ o, diciendo: «No me llames hermano».

El niñ o parecía desconcertado y preguntó : “Entonces, ¿có mo debería llamarte?”

—Llámame papi —los ojos de Pei Yunshu brillaron divertidos—. Soy tu papi.

Zhuyou, tras separarse de su abrazo, contempló la sonrisa en el rostro de Pei Yunshu,


con sus ojos negros brillando. Obedientemente, cambió su direcció n: "¡Papá!".

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 73

Capítulo 73

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El pequeñ o Zhuyou no llevaba ropa. Al correr, sus pies recogieron polvo del suelo. Pei
Yunshu simplemente lo llevó al agua y lo bañ ó .

El pequeñ o Zhuyou se aferró con fuerza al cuello de Pei Yunshu. Cuando lo bajaron,
sus manos aú n agarraban la tú nica de Pei Yunshu. "Papá, ¿adó nde vas?"

Pei Yunshu se tocó la cabeza. «Papá te va a traer ropa limpia».

De mala gana, el pequeñ o Zhuyou soltó sus manos y observó a Pei Yunshu ir a buscar
cosas.

El agua corriente estaba fría y necesitaba calentarse con un símbolo de fuego. Pei
Yunshu no pudo encontrar ropa que el pequeñ o Zhuyou pudiera usar, así que buscó
una tú nica limpia y la dejó a un lado.

Probó la temperatura del agua y sintió que estaba bien, así que sostuvo al pequeñ o
Zhuyou y lo colocó en el agua.

Sin embargo, Zhuyou se aferró con fuerza a la cintura de Pei Yunshu, sin querer
soltarlo. Sus ojos negros reflejaban miedo: «Papá, tengo miedo».

Pei Yunshu lo miró con extrañ eza. Nunca imaginó que un dragó n de inundació n diría
que le tenía miedo al agua. "¿Miedo al agua?"
Zhuyou tiró de la ropa de Pei Yunshu, y este se agachó . El niñ o se arrojó a los brazos
de su papá, frunció la boca, besó a Pei Yunshu y, con ojos brillantes, dijo: "Bésame,
papi. ¿Puedes acompañ ar a Zhuyou a bañ arte?".

Una gran sonrisa se dibujó en el rostro de Pei Yunshu. Suavizando la voz, como si
realmente tuviera un niñ o pequeñ o, dijo: «Zhuyou ya es grande; puede bañ arse solo».

"Además, Zhuyou no tiene por qué tenerle miedo al agua", aconsejó Pei Yunshu en
tono jocoso. "No importa quién le tenga miedo al agua, tú no tendrás miedo".

Al oír esto, Zhuyou bajó la cabeza. Pellizcó el dobladillo de la ropa de Pei Yunshu, con
expresió n extremadamente molesta.

Un poco incó modo, Pei Yunshu levantó la carita de Zhuyou. Sus ojos negros ya tenían
una capa de brillo acuoso. El niñ o testarudo se mordió el labio, negándose a llorar.

¿Es este realmente Zhuyou?

Sintiéndose impotente, Pei Yunshu lo consoló : "Papá te acompañ ará, ¿de acuerdo? No
llores".

Zhuyou lo miró , "Pero... pero papá todavía se ríe de mí por ser tímido".

Pei Yunshu se quedó sin palabras: "¿Cuándo me burlé de ti por ser tímido?"

Zhuyou pareció no haber oído la frase y continuó con tono lastimero: "A papá
tampoco le gusto. Lo besé dos veces, pero no me devolvió el beso".

—Yo... —La frente de Pei Yunshu ya sudaba. Le costó explicar—: A papá no le


desagradas, y no se rió de Zhuyou por ser tímido.

Realmente no sabía qué hacer y solo pudo consolar a Zhuyou abrazándolo y dándole
dos suaves besos en la cara. "Papá te devolvió el beso".

Los besos fueron rápidos y ligeros, desapareciendo antes de que Zhuyou pudiera
responder.
Aprovechando el momento antes de que Zhuyou pudiera reaccionar, Pei Yunshu lo
llevó rápidamente al agua. "Papá acompañ ará a Zhuyou".

El brillo acuoso en los ojos de Zhuyou se desvaneció y le sonrió a Pei Yunshu,


acurrucado en los brazos de su papá.

La angustia anterior no resultó en una sola lágrima... Pei Yunshu suspiró por dentro y
torpemente comenzó a bañ arlo.

Era la primera vez que bañ aba a un niñ o y cometió errores. Sin embargo, a pesar de
los golpes, Zhuyou no emitió ningú n sonido. Sus ojos negros permanecieron fijos en
su papá, sin prestar atenció n a los moretones en su propio cuerpo.

Tras terminar de bañ arlo, Pei Yunshu lo envolvió en una bata, le secó el agua y miró
los moretones con profunda culpa. «Papá es muy torpe».

La piel de un niñ o es delicada, casi se le puede sacar el agua. Pei Yunshu no pudo
evitar sentir dolor al mirarla. Finalmente, bajó la cabeza y besó con cariñ o los codos
magullados del ligeramente hinchado Zhuyou. "¿Todavía te duele?"

Miró a Zhuyou, cuyos ojos negros eran claros y llorosos. Zhuyou se sonrojó mientras
bajaba la cabeza, se cubrió los ojos de repente y susurró : «No duele después de que
papi lo bese».

Pei Yunshu no pudo evitar reírse. Siguiendo el ejemplo de Zhuyou, besó cada
moretó n.

No tenía ropa que Zhuyou pudiera usar. Tras dejarlo en la cama, Pei Yunshu comenzó
a buscar entre las cosas que Zhuyou había traído. Sorpresivamente, encontró algunas
prendas pequeñ as.

Después de vestir a Zhuyou, Pei Yunshu preguntó : "¿Tienes hambre?"

Zhuyou se tocó el estó mago y asintió obedientemente: "Zhuyou tiene hambre".

La comida de la habitació n se había consumido durante los días anteriores. Pei


Yunshu aú n conservaba mucha carne seca que Zhuyou le había dado en su bolsa. La
sacó y se la dio al niñ o, pensando en qué hacer.

Pero de repente, sopló una ráfaga de viento. Pei Yunshu se giró , sosteniendo al
pequeñ o Zhuyou en sus brazos, mirando atentamente a su alrededor. "¿Quién?"

El rugido de un dragó n resonó en el aire cuando un dragó n plateado,


semitransparente, irrumpió en la habitació n secreta. Su barba blanca ondeó , sus ojos
se abrieron de par en par, mirando directamente a Pei Yunshu, quien sostenía al
pequeñ o Zhuyou.

Pei Yunshu usó su manga para proteger a Zhuyou, observando con cautela cada
movimiento del dragó n plateado. "¿Por qué ha venido el mayor?"

El dragó n plateado permaneció en silencio, fijado en el pequeñ o Zhuyou en los brazos


de Pei Yunshu, aparentemente fascinado.

El pequeñ o Zhuyou abrazó el cuello de Pei Yunshu, frotándose contra él. "Papá".

Pei Yunshu le dio unas palmaditas suaves en la espalda y le susurró : «No te


preocupes, papá está aquí. No tengas miedo».

El dragó n plateado escuchó la palabra "Papá" con claridad. De repente, estalló en


carcajadas, una carcajada sonora y sonora, mezclada con la represió n de siglos. Su
cuerpo de dragó n se tambaleó y giró , demasiado rápido para discernir su forma.

¡Bien! El dragó n plateado se elevó frente a Pei Yunshu, mirándolo con intensidad.
¡Buen chico!

Su voz resonó con fuerza, creando ecos en la habitació n secreta. Pei Yunshu frunció
el ceñ o y la miró con escepticismo.

Sin preocuparse por su mirada, el dragó n plateado centró su atenció n en el niñ o en


brazos de Pei Yunshu. El aura del dragó n en el niñ o era evidente, aunque aú n algo
caó tica. Una persona cultivando verdaderamente daba esperanza a la raza dragó n
para el futuro.
"Niñ o", la voz del dragó n plateado era majestuosa, pero su mirada hacia el pequeñ o
Zhuyou era increíblemente gentil, "mira hacia arriba y déjame ver".

El pequeñ o Zhuyou levantó la cara de la tú nica de Pei Yunshu, y el dragó n plateado


mostró satisfacció n. Exclamó tres veces "¡Bien!", y su entusiasmo se calmó
gradualmente. "Como lo imaginaba, se parece muchísimo a su padre dragó n".

La expresió n de Pei Yunshu de repente se volvió extrañ a.

El pequeñ o Zhuyou frunció el ceñ o. Sentado en los brazos de Pei Yunshu, le preguntó
sin rodeos al dragó n plateado: "¿Qué es un padre dragó n?".

Su voz era clara y poderosa, y no mostraba ningú n miedo al enorme dragó n plateado
que tenía delante.

La satisfacció n del dragó n plateado aumentó . Su tono se suavizó : «Naturalmente, un


padre dragó n es el compañ ero dao de tu papi».

“…” Pei Yunshu abrió la boca pero, después de mirar al niñ o en sus brazos, se abstuvo
de hablar.

¿Desde cuándo él y Zhuyou se convirtieron en compañ eros de Dao?

…Pero incluso habían completado las tareas de los compañ eros de Dao.

Tras escuchar las palabras del dragó n plateado, el rostro del pequeñ o Zhuyou se
ensombreció de repente. Su rostro, aú n tierno y lindo, se tornó sombrío. "¿Cuándo
consiguió papá una compañ era dao?"

El dragó n plateado se echó a reír, recordando entonces que Zhuyou no estaba


presente. Miró a Pei Yunshu y preguntó : "¿Adó nde se fue el Dragó n Negro?".

Efectivamente, después de cerrar las setenta y siete capas del cielo, ¡todos los huevos
de dragó n habían eclosionado!

Pei Yunshu estaba a punto de hablar, pero el pequeñ o Zhuyou lo abrazó con fuerza y
dijo ansiosamente: "Papá, no quiero quedarme aquí".
"¿Mmm?"

El pequeñ o Zhuyou no quería saber quién era el padre dragó n, ni que Pei Yunshu
esperara allí a que regresara. Su tono se volvió cada vez más urgente, acompañ ado de
un leve llanto: «Papá, llévame, llévame».

El dragó n plateado sintió una profunda angustia al oír esto. Acorraló a Pei Yunshu y
al pequeñ o Zhuyou y salió corriendo de la habitació n secreta.

Pei Yunshu, sorprendido, rápidamente levantó una barrera a su alrededor, temiendo


que el viento pudiera afectar al niñ o. "Mayor, ¿adó nde vamos?"

—Si no quiere quedarse aquí, te llevaré —dijo el dragó n plateado nadando


velozmente hacia las profundidades del mar—. El Mar del Este ha estado tormentoso
estos días. Te llevaré a la costa oeste, bulliciosa y animada, con gente sencilla. A
nuestros pequeñ os cachorros de dragó n les encanta jugar allí.

Al escuchar esto, los ojos del pequeñ o Zhuyou se iluminaron y exclamó : "Gracias,
Abuelo Dragó n".

El dragó n plateado estalló en risas una vez más.

Pei Yunshu sabía que era un malentendido pero, recordando la situació n en la que el
dragó n plateado obligó a Zhuyou a aparearse con esas dragonas, decidió permanecer
en silencio.

Zhuyou era demasiado joven para esos asuntos. Pei Yunshu encontró una excusa para
no hablar del tema.

Aú n debería haber una gran formació n bajo el agua. El dragó n plateado, a toda
velocidad, emitía ocasionalmente una tenue luz desde la formació n. Pei Yunshu bajó
la cabeza y le preguntó al niñ o en sus brazos: «Si te sientes incó modo, avísame con
tiempo».

El pequeñ o Zhuyou asintió obedientemente, luego miró a Pei Yunshu y dudó antes de
decir: "Papá, no quiero un padre dragó n".
Pei Yunshu arqueó una ceja, conteniendo una sonrisa. "¿Por qué no quieres un padre
dragó n?"

Pensando que Pei Yunshu seguía pensando en ese padre dragó n, el rostro del pequeñ o
Zhuyou se enfrió de inmediato. Hundió el rostro en el cuello de Pei Yunshu y guardó
silencio.

Pei Yunshu lo molestó un poco, pero al verlo seguir sin hablar, pensó que podría estar
cansado. Lo abrazó con fuerza, ajustándole la ropa para evitar que se resfriara.

La velocidad del dragó n plateado era asombrosa. Las olas seguían retrocediendo, y
aú n quedaba cierta distancia hasta la superficie. Sin embargo, Pei Yunshu podía sentir
el viento y la lluvia en la superficie del mar.

Pero poco después, la tormenta amainó gradualmente. El dragó n plateado se acercó a


la superficie del agua, y Pei Yunshu, sosteniendo al pequeñ o Zhuyou, emergió
gradualmente.

El cielo estaba despejado, con nubes blancas y un cielo azul. El dragó n plateado, bajo
la luz del sol, parecía casi transparente. Pei Yunshu miró a lo lejos y vio gente
bulliciosa en el puerto, con diversos olores provenientes de los puestos cercanos.

El pequeñ o Zhuyou levantó la cabeza, miró hacia la orilla y continuó descansando en


el hombro de papá sin interés.

"¿Te gusta?" Pei Yunshu le preguntó al pequeñ o Zhuyou en voz baja.

El pequeñ o Zhuyou sonrió al instante, asintiendo vigorosamente. Besó alegremente el


rostro de Pei Yunshu y dijo: "¡Me gusta!".

El dragó n plateado, observando al pequeñ o Zhuyou, lleno de alegría, aleteaba con su


cola, creando olas. La gente en la orilla las observaba, señ alando y hablando con
asombro.

La ola gigante cubrió a Pei Yunshu y Zhuyou. Una capa de luz plateada brilló en las
garras del dragó n plateado, revelando un brazalete de plata. El brazalete voló hacia el
pequeñ o Zhuyou y se posó en su muñ eca como si lo guiara su mano.
Justo cuando el pequeñ o Zhuyou estaba a punto de sonreírle al dragó n plateado, este
dijo: «Pueden bajar a tierra y divertirse. Si el Dragó n Negro regresa, haré que venga a
buscarlos».

La sonrisa desapareció del rostro del pequeñ o Zhuyou.

Su expresió n cambió y tiró de la ropa de Pei Yunshu. "Papá, tengo hambre".

Pei Yunshu caminó sobre la superficie del agua, despidiéndose del dragó n plateado, y
se dirigió hacia la orilla con el pequeñ o Zhuyou.

Su figura era como el viento. Antes de que la gente en la orilla pudiera verlos con
claridad, ya habían desembarcado.

El pequeñ o Zhuyou entrecerró los ojos hacia el mar detrás de él, sin expresió n, lleno
de malicia.

Lo mejor es que ese padre dragó n nunca aparezca y que papá nunca pueda ser
encontrado.

De esta manera, papá será só lo suyo.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 74

Capítulo 74

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En la costa oeste, se encuentra la ciudad Cuatro Océanos. Esta ciudad es animada y


bulliciosa, atrayendo a gente de todo el mundo y a cultivadores que disfrutan
viajando por el reino mortal.

Pei Yunshu, acompañ ado por el pequeñ o Zhuyou, llegó a una posada. Tras pedirle al
camarero que trajera algunos platos especiales, trajo agua y le dio un sorbo al
pequeñ o Zhuyou.

El pequeñ o Zhuyou tomó la mano de papá y bebió agua obedientemente. Sentado en


un taburete junto a Pei Yunshu, se incorporó , pero poco a poco se inclinó hacia él.

Su extraordinaria apariencia, uno grande y otro pequeñ o, atrajo las miradas de las
personas que los rodeaban, quienes luego se giraron para escuchar las
extraordinarias historias contadas por los cultivadores errantes.

En el centro había una mesa de jó venes cultivadores, siendo el cultivo más alto el de
Fundació n Establecida. Entre ellos, un joven con camisa azul narraba con entusiasmo
la reciente conclusió n de una competencia de cultivo.

"Escuché que entre los diez ú ltimos, ¿solo la Secta Shanshui tenía cuatro
discípulos?", preguntó alguien con curiosidad.

El hombre de azul asintió : «Sí. Pero por alguna razó n, Yuncheng, quien podría haber
alcanzado el primer puesto, cambió su actitud a mitad de camino y casi mata a un
compañ ero cultivador. Así que, los superiores lo redujeron a la mínima expresió n
como castigo, lo que le hizo perder el primer puesto».

Otros expresaron su pesar: "Es una lástima que se haya cometido semejante desliz".

“Solo él se arrepiente. La Secta Shanshui, no. Esta vez, el primer puesto sigue
perteneciendo a la Secta Shanshui. He oído que es discípulo del Maestro Lingye”,
suspiró otra persona. “En el mundo de la cultivació n actual, la Secta Shanshui es
verdaderamente dominante”.

El hombre de azul añ adió : «Además de la Secta Shanshui, también hay muchos


jó venes talentosos de otras sectas. El tercer puesto es para Wu Jiu, del Palacio
Yuanling, y el cuarto para Bian Rong, de la Secta Xuan Yi... Comparado con ellos, mis
habilidades están lejos de ser suficientes».

Pei Yunshu limpió las manos del pequeñ o Zhuyou y se sirvió una taza de té. Escuchó
la conversació n con la misma expresió n, disfrutando tranquilamente. Se alegró por
Wu Jiu y Bian Rong. Para él, era como escuchar la historia de otra persona.

—Papá —dijo el pequeñ o Zhuyou, acercándose finalmente a Pei Yunshu, con las
piernas pegadas a las de papá—. Papá, ¿adó nde vamos después de comer?

Levantó la cabecita y miró a Pei Yunshu. Sus ojos puros y oscuros, que evitaban la
luz, deberían haber sido espeluznantes, pero en su adorable carita, resultaban
bastante atractivos.

Imitando la postura de Zhuyou, Pei Yunshu inclinó la cabeza y preguntó : "¿A dó nde
quiere ir Zhuyou?"

Zhuyou pensó un momento. "Zhuyou y papá no quieren quedarse en Ciudad Cuatro


Océanos".

Tan joven, pero tan pensativo. Pei Yunshu sonrió , fingiendo dudar. "¿No le gusta a
Zhuyou estar aquí?"

Cualquier lugar estaba bien, só lo que había demasiada gente.


Zhuyou recordó lo que dijo el dragó n plateado. Haría que el padre dragó n viniera a
buscarlo a él y a su papá. ¿Có mo iba a permitir que encontraran a su papá de verdad?

El pequeñ o Zhuyou abrazó la mano de Pei Yunshu, frotándose la cara contra la palma
de Pei Yunshu. Obedientemente, dijo: «A Zhuyou no le gustan los lugares con mucha
gente».

—De acuerdo —dijo Pei Yunshu con voz suave mientras lo provocaban, acariciando
con sus cinco dedos el cabello negro de Zhuyou—. Zhuyou puede ir a donde quiera.

De repente, se desató una conmoció n entre los cultivadores, interrumpiendo su


conversació n. Los presentes en la posada miraron con curiosidad a los cultivadores,
quienes parecían emocionados.

"¿Es cierto lo que dices?"

¿De verdad viste una figura poderosa en el Mar del Este?

La cara del orador se puso roja y se puso de pie con una mano temblorosa
sosteniendo una taza de té.

La persona interrogada dijo: "¿Por qué iba a mentirte? Hace un mes, fui a
intercambiar una Seda de Dragó n con los Tritones, y de repente, esa poderosa figura
estaba sentada junto al Mar del Este. Solo pude verla de lejos. Hace unos días, volví al
Mar del Este, y esa poderosa figura seguía allí, tan clara como el agua. No podía
equivocarme".

"¿Eso no significa que se quedó en el Mar del Este durante más de un mes?"

Otros expresaron su pesar: "¿Por qué no nos lo dijiste antes? No, me voy al Mar del
Este ahora mismo. Aunque no pueda obtener la guía de esa poderosa figura, con solo
verlo una vez me bastará".

Una persona abandonó rápidamente la posada y los demás la siguieron


apresuradamente.
Tras escuchar su conversació n, Pei Yunshu frunció el ceñ o levemente. Antes de que el
pequeñ o Zhuyou lo mirara, su expresió n se relajó rápidamente.

El camarero trajo platos calientes por detrás, y Pei Yunshu lavó los palillos y se los
entregó al pequeñ o Zhuyou. Los dos disfrutaron tranquilamente de su comida. El
pequeñ o Zhuyou tenía las manos manchadas de aceite. Tomó un camaró n, lo puso en
el tazó n de Pei Yunshu y le sonrió a papá. "Papá está muy delgado, come más".

La muñ eca de Pei Yunshu quedó expuesta bajo su manga. Colocó su mano junto a la
de Zhuyou. "El brazo de papá es más grueso que el de Zhuyou".

Zhuyou extendió la mano, la limpió con un pañ uelo y luego sujetó con cuidado la
muñ eca de Pei Yunshu.

Su mano era realmente pequeñ a. En ese momento, ni siquiera podía sujetar una de las
muñ ecas de Pei Yunshu, pero se esforzó , evitando los huesos de la muñ eca de Pei
Yunshu para tocar sus propios deditos.

"Papá todavía está muy delgado", comparó . "Espera a que crezca un poco más y
podré sujetarle la muñ eca. Cuando Zhuyou crezca, sus manos serán aú n más grandes
que las de papá. Con un solo agarre, Zhuyou podrá esconder la mano de papá en la
palma".

Mientras decía esto, extendió la mano y agarró toda la mano de Pei Yunshu.

Pei Yunshu rió entre dientes. "Entonces, Zhuyou, crece poco a poco".

El pequeñ o Zhuyou lo miró y preguntó lentamente: "Papá, antes de que crezca, no


puedes dejar que otros te tomen la mano".

Esta pose afectada hizo que Pei Yunshu sintiera como si estuviera viendo al Zhuyou
adulto. Asintió inconscientemente: «Papá te lo promete».

Tan pronto como terminó de hablar, se dio cuenta de que algo no andaba bien.

Pero el pequeñ o Zhuyou, con una mirada encantada, le dirigió una sonrisa brillante y
él sacó ese asunto de su mente.
***

En el pueblo del sur llegó una nueva familia, que alquiló un patio el primer día.

La familia estaba compuesta por padre e hijo. El padre era guapo, y el hijo también
excepcionalmente guapo. En su primer día en el pueblo, los vecinos mayores que
pasaban no pudieron evitar mirarlos con curiosidad.

Pei Yunshu y el pequeñ o Zhuyou se mudaron ayer al pueblo del sur. Dormieron bien y
se despertaron solo cuando el sol ya estaba en lo alto.

Zhuyou ya está en la edad en que le encanta jugar, y Pei Yunshu lleva mucho tiempo
sin relajarse; está feliz de acompañ arlo en sus ratos libres. Después de despertarse y
comer algo, lo llevó al patio y se columpió .

Zhuyou nunca había hecho algo así. Se acuclilló en el suelo, de espaldas a Pei Yunshu,
sin expresió n alguna, mirando la madera y la cuerda en el suelo, sintiéndose
avergonzado delante de su padre.

“¿Zhuyou?” Pei Yunshu detrás de él dijo: "Dale a papá un trozo de cuerda".

Zhuyou tomó un trozo de cuerda y se lo entregó a Pei Yunshu. Pei Yunshu sonrió y lo
elogió : "¿Zhuyou nunca había visto esto?"

El niñ o meneó la cabeza y miró con lástima a Pei Yunshu.

Pei Yunshu dijo: «Esto es muy interesante. Después de que papá lo instale, le enseñ aré
a Zhuyou a tocarlo».

No usó ningú n hechizo, simplemente lo hizo poco a poco. Bajo este cálido sol, sin
preocuparse por nada más, tomarse el tiempo con calma fue algo excepcionalmente
hermoso.

Después de que Pei Yunshu instaló el columpio, Zhuyou ya se había quedado dormido
en una mesa de piedra cercana.

Pei Yunshu rió entre dientes, se agachó para recogerlo y regresó lentamente a la
habitació n por el pequeñ o sendero del patio. Justo cuando acostó a Zhuyou, Zhuyou
se frotó los ojos y despertó , diciendo suavemente: «Papá».

"Papá está aquí", Pei Yunshu se quitó los zapatos y se subió a la cama, durmiendo con
él. "Zhuyou, duerme un poco más".

Zhuyou yacía en los brazos de Pei Yunshu, haciendo pucheros, pidiendo un beso.
Luego, acurrucándose con Pei Yunshu, volvió a sumirse en sus sueñ os.

***

Pei Yunshu y Zhuyou se adaptaron bien a la vida en el pueblo del sur. Como el
nombre de Zhuyou era bastante extrañ o en el mundo mortal, Pei Yunshu le dio un
nuevo nombre: Pei Yunjiao.

Hoy fueron a pescar y mañ ana salieron de excursió n, jugando durante varios días
seguidos. Una tarde, mientras Pei Yunshu traía a Zhuyou de vuelta, vio a los
estudiantes que regresaban de la escuela privada por el camino.

Esos estudiantes también llevaban niñ os pequeñ os. Pei Yunshu los observó caminar
de la mano, sintiendo un ligero temblor en el corazó n.

Al día siguiente, también envió a Zhuyou a la escuela privada.

Zhuyou no entendía las costumbres del mundo, ni la etiqueta ni los principios.


Aprovechar esta oportunidad para que leyera un poco no solo le permitiría conocer a
sus compañ eros, sino también aprender algunos principios. Era una situació n en la
que todos salían ganando.

En su primer día en la escuela privada, Zhuyou observó la figura de Pei Yunshu que se
alejaba, con una mezcla de emociones en su rostro. Solo al perderlo de vista, se dio la
vuelta, adoptó una expresió n seria y siguió a los demás al interior de la escuela.

Como Pei Yunshu esperaba, Zhuyou rápidamente se hizo amigo de muchos niñ os de
su edad. Esos niñ os eran animados y audaces. A veces venían en grupos al patio de
Pei Yunshu para encontrar a Zhuyou y jugar juntos.
Zhuyou a veces está de acuerdo y a veces se niega, pero Pei Yunshu está muy aliviado
porque puede ver que Zhuyou tiene un excelente círculo social y esos niñ os tienen un
gran respeto por el pequeñ o Zhuyou.

Este tiempo de ocio transcurrió gradualmente durante más de medio mes. Un día,
Zhuyou parecía particularmente inquieto durante la cena.

Pei Yunshu no pudo evitar preguntar: "¿Qué pasa?"

Zhuyou lo miró con el rostro desconcertado. Después de un rato, por fin dejó el tazó n
y se acurrucó en los brazos de Pei Yunshu.

“Papá, la madre de Tigre me preguntó si mi mamá había fallecido”.

La voz sonó apagada y nada alegre.

La madre de Tigre era una casamentera muy conocida en la zona.

Pei Yunshu se quedó sin palabras. Después de un rato, supo có mo decirlo: «Zhuyou no
tiene mamá».

“…”

Estaba bastante avergonzado; realmente no podía decir las palabras "tienes un padre
dragó n" frente a Zhuyou.

El pequeñ o Zhuyou era simplemente Zhuyou frente a él. Decir algo así delante de él
podría resultar incó modo si Zhuyou se recuperaba en el futuro.

Pequeñ o Zhuyou: "Entonces, ¿es la madre del padre dragó n Zhuyou?"

Pei Yunshu dudó y pensó por un momento antes de asentir vacilante.

El pequeñ o Zhuyou apretó el dobladillo de la tú nica de papá.

Bajó la cabeza y su expresió n era ilegible.

—Entonces, papá… ¿Papá abandonará a Zhuyou?


Pei Yunshu lo abrazó rápidamente y lo consoló : "¿Có mo es posible? Zhuyou, no
pienses a la ligera. Soy tu papá, ¿có mo podría abandonarte?"

Había un rastro de sollozo en la voz de Zhuyou: "Entonces, papi, papi no dejará que
Zhuyou tenga otra mamá, ¿verdad?"

Pei Yunshu sonrió con ironía: "¿En qué estás pensando? ¿Cuándo planeaba casarse
papá?"

Lo persuadió con palabras amables, sin entender por qué Zhuyou había sacado ese
tema de repente. Sin embargo, dos días después, cuando la madre de Tiger vino de
visita y no paraba de hablar de las buenas chicas del pueblo, Pei Yunshu comprendió
las intenciones de Zhuyou.

Rechazó las buenas intenciones de la madre de Tiger y sonrió : "Tengo a Yunjiao, y


eso es suficiente".

"¿Có mo puede bastar con un solo hijo?", lo reprendió la madre de Tiger con
insatisfacció n: "Aú n eres joven y guapo. ¿Qué harás en el futuro si no te casas ahora?
Cuando tu Yunjiao crezca, estarás completamente solo. Es una lástima".

Señ orita Xu, del sur del pueblo, señ orita Zhao, del norte, mucha gente pregunta por
ustedes en secreto. Dígame, joven amo Pei, todas son buenas chicas de familias
respetables.

Pei Yunshu parecía impotente: “Todas son buenas chicas, pero yo no voy a ser su
marido”.

La madre de Tiger se angustió y lo persuadió durante un buen rato. Cuando llegó la


hora de irse, Pei Yunshu no se aflojó . Solo pudo suspirar y fingir enojo, diciendo:
«Espera, mañ ana vendré a molestarte».

En cuanto la madre de Tiger salió , antes incluso de llegar a casa, vio a Zhuyou
esperando al borde del camino. Zhuyou la miró en silencio, una pequeñ a figura en la
tenue puesta de sol, su apariencia aú n más extraordinaria.

La madre de Tiger dijo: "Yunjiao, ya es tarde. ¿Por qué no te has ido a casa?"
Zhuyou miró al cielo, luego a la madre de Tigre y dijo: "Mi papá no se casará con
nadie".

La madre de Tiger rió entre dientes, sin mucha preocupació n: «Aú n eres un niñ o y no
entiendes los beneficios de tener una mujer cerca. Cuando tengas la edad de tu papá,
sabrás lo amable que es la tía. La tía hace esto por tu bien. Sin una mujer en casa,
¿puedes siquiera comer bien?».

Zhuyou permaneció indiferente y repitió una vez más: "Tía, por favor, no busques
más a mi papá".

Sus ojos fluctuaron gradualmente, sus pupilas verticales aparecieron y


desaparecieron, y en su piel se hicieron visibles tenues y feroces escamas de dragó n.
El rugido de las olas se hizo más fuerte, y cuando la madre de Tigre miró temblorosa
en direcció n al sonido, vio agua fluyendo por las grietas perfectamente selladas de la
casa. La casa se abultó , como si fuera a estallar en cualquier momento.

Cuando volvió a girar la cabeza, Zhuyou había desaparecido sin dejar rastro. La
madre de Tiger, con las piernas débiles, entró en su casa. En cuanto entró , se asustó
muchísimo y se desplomó en el suelo.

Todo el patio estaba lleno de agua hasta la mitad de un pequeñ o ternero, y en el agua
había parejas de hombres y mujeres que una vez había conocido, sus rostros
sombríos, moviéndose hacia ella en el agua con sangre.

Tigre se quedó parado bajo el alero, gritando confundido: "¿Mamá?"

Con un escalofrío, la madre de Tigre, y con ese temblor, el agua de sangre en todo el
patio desapareció en un instante, como si la escena anterior fuera solo una ilusió n.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 75

Capítulo 75

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La madre de Tiger enfermó la noche después de dejar la casa de Pei Yunshu. Al


enterarse de la noticia, Pei Yunshu llevó hierbas medicinales para cuidarla.

Sin embargo, la madre de Tigre estaba aterrorizada y no podía dejar de gritar al ver a
Pei Yunshu. Sintiéndose incó moda, Tigre tuvo que sacar a Pei Yunshu de la casa.

—Maestro Pei —dijo respetuosamente el chico que había recibido clases de Pei
Yunshu durante su tiempo libre—. Mi papá dice que mi mamá está bajo una
influencia maligna. Estará bien en unos días; no necesitará la medicina del maestro.

Tigre se rascó la cabeza, luciendo avergonzado con una cara redonda, “Maestro,
devuelva la medicina”.

Pei Yunshu negó con la cabeza, le dio unas palmaditas en la cabeza a Tigre y
preguntó : "¿Tu madre se encontró con algo cuando regresó ayer?"

Tigre pensó por un momento, sacudiendo la cabeza: “No sé, pero cuando vi a mi
mamá, ella ya había caído al suelo”.

Pei Yunshu asintió , salió de la casa de Tiger y luego colocó un talismán calmante en
una esquina antes de regresar a casa.

Zhuyou esperaba afuera de la mansió n, sentado en los escalones con un rostro


inexpresivo, mirando a la distancia.
Pei Yunshu lo vio desde lejos, aceleró el paso y se acercó diciendo: "¿Yunjiao está
esperando a que papá regrese?"

Zhuyou asintió , se puso de pie y estaba a punto de abrir los brazos para correr al
abrazo de Pei Yunshu, pero de repente se congeló y frunció el ceñ o.

Pei Yunshu, dispuesto a abrazarlo, preguntó : "¿Qué pasa?"

Zhuyou agarró la mano de Pei Yunshu, la olió suavemente y su expresió n cambió


abruptamente: "¡Papá!"

Estaba furioso y ofendido: “¡Tocaste a otros niñ os!”

Pei Yunshu se quedó sin palabras; no pudo evitar reír: "Papá acaba de tocar las
cabezas de otros niñ os".

Los ojos de Zhuyou fluctuaban, llenos de profundas emociones. Papá tocaba a otros
niñ os, pero no creía que estuviera mal.

El niñ o junto al muslo de Pei Yunshu estaba rodeado de un aura poderosa. Pei Yunshu
ya se había acostumbrado a su apariencia, pero Zhuyou, que se suponía era tan
pequeñ o, ¿de dó nde provenía esa hostilidad?

Agachándose con curiosidad, Pei Yunshu tomó la mano de Zhuyou y lo miró a los
ojos, consolándolo: "Papá intentará no tocar a otros niñ os en el futuro, ¿de acuerdo?"

Mirando a Pei Yunshu, Zhuyou preguntó seriamente: "¿Papá cumple sus promesas?"

Con tanta seriedad, Pei Yunshu dudó un momento. Cuando la expresió n de Zhuyou
estaba a punto de volverse fría, finalmente asintió : «Papá cumple sus promesas».

La mirada de Zhuyou se suavizó y le dedicó una sonrisa radiante a Pei Yunshu,


abrazándolo. "Papá es muy bueno. Sería aú n mejor si me diera otro beso".

Pei Yunshu, enarcando una ceja, lo cargó , fingiendo no entender lo que quería decir:
«Con que papá sea así de bueno es suficiente. Ser demasiado bueno no es necesario».
Zhuyou suspiró , enterró su rostro en el cuello de Pei Yunshu y respiró
profundamente.

Pei Yunshu sintió cosquillas; lo esquivó y en tono de broma lo regañ ó : "No seas
travieso".

***

Después de medio mes, Zhuyou empezó a crecer rápidamente, cambiando de


apariencia casi a diario. En tan solo dos o tres días, había crecido hasta la cintura de
Pei Yunshu.

El pueblo de Nanxi es demasiado remoto, y los asuntos del mundo de la cultivació n


son como fantasmas y dioses para ellos. Con Zhuyou experimentando un cambio tan
significativo, algunos están cada vez más aterrorizados, pensando que se ha
convertido en un monstruo.

Pei Yunshu decidió vender el patio y mudarse a otro pueblo aú n más remoto con
Zhuyou.

Al marcharse, Zhuyou insistió en que Pei Yunshu se llevara el columpio y todos los
objetos usados del patio. Sorprendentemente, Zhuyou recordaba cada objeto que Pei
Yunshu tocaba, enumerándolos sin olvidar nada, y Pei Yunshu los guardó todos en su
bolso.

Contrariamente a las preocupaciones de Pei Yunshu sobre el rápido crecimiento de


Zhuyou, Zhuyou sentía una sutil emoció n y anticipació n. Si lograba crecer tan rápido,
podría proteger a papá. Cuando fuera más alto que papá en el futuro, podría
abrazarlo.

Si papá sufría acoso y lloraba, podía disciplinar a quienes lo acosaban y luego


abrazarlo y consolarlo. Después de que papá dejara de llorar, podía pedirle un beso.

Só lo pensarlo lo ponía extremadamente ansioso y emocionado.

Los dos encontraron rápidamente otro lugar apartado. Pei Yunshu no dudaba en
llevar a Zhuyou a pueblos más animados; solo que Zhuyou se encontraba en un
momento crítico tras mudar su piel, y Pei Yunshu no podía permitirse el lujo de
descuidarse.

Cuanto más remoto era el lugar, más difícil era para otros encontrarlo y más seguro
era.

La nueva aldea donde se asentaron se llamó Aldea de la Flor de Durazno, aunque no


había flores de durazno ni posadas. Mientras Zhuyou crecía, Pei Yunshu, quien tomó
las riendas, decidió practicar sus habilidades culinarias más allá del pollo asado.

El primer día en la Aldea Flor de Melocotó n, Zhuyou fue enviado a la escuela privada
dirigida por el erudito del pueblo. Al regresar, su rostro tenía una expresió n severa
mientras seguía el aroma de Pei Yunshu hasta la cocina. Sus primeras palabras
fueron: «Papá, no quiero estudiar».

En el momento en que las palabras cayeron, Pei Yunshu miró hacia arriba.

Pei Yunshu, con harina en sus manos y algunas manchas en su rostro, parecía menos
compuesto de lo habitual, agregando un toque de ternura.

"¿Mmm?", Pei Yunshu amasó la masa un par de veces antes de comprender lo que
había dicho Zhuyou. Lo miró con expresió n expectante. "Dale una razó n a papá".

¿Se había cansado de estudiar después de só lo unos días?

Originalmente, Zhuyou quería decir que lo que enseñ aba el erudito era demasiado
anticuado y simple para él, pero cuando miró la harina en el rostro de Pei Yunshu,
soltó : "Porque Zhuyou extrañ a a papá, y me duele el corazó n cuando me siento en el
aula pensando en papá".

Pei Yunshu se echó a reír.

El rostro de Zhuyou se volvió extrañ o, mirando de reojo a Pei Yunshu. Aparentando


unos diez añ os, ya se había vuelto tímido, y un leve rubor apareció en su rostro.
Quería ver la expresió n de Pei Yunshu, pero no se atrevía a mirarlo directamente.
Reprimiendo su risa, Pei Yunshu fingió estar complacido: "¿Zhuyou extrañ a mucho a
papá?"

Zhuyou se retorció y se movió inquieto: "Mmm".

Pei Yunshu dejó la masa con una sonrisa indulgente: "Zhuyou es muy filial. Papá está
profundamente conmovido. Sin embargo, papá no puede ser un padre indulgente, así
que no puede aceptar lo que dijo Zhuyou".

A Zhuyou ya no le importaba lo que decía.

Al ver acercarse a Pei Yunshu, Zhuyou extendió la mano para limpiarle la harina de la
cara y la probó , diciendo: "Papá, la harina es dulce".

Pei Yunshu pensó que tenía hambre: "Espera un momento. Papá te preparará fideos
cocidos en una hora".

Diciendo esto, fue a amasar la masa con expresió n preocupada.

Zhuyou se quedó junto a la puerta, observándolo en silencio. Su mirada se suavizó , y


cuando Pei Yunshu terminó de amasar, también entró a ayudar.

Al día siguiente, después de que Zhuyou fuera a la escuela privada, Pei Yunshu salió al
estanque para pescar un pez.

Anoche, el vecino estaba preparando sopa de pescado y olía deliciosa. Pei Yunshu la
comparó con su escasa cena, que consistía principalmente en sopa aguada y fideos, lo
que la hacía extremadamente frugal.

La Aldea Flor de Durazno tenía una red de arroyos que se entrecruzaban, y


abundaban los peces. Pei Yunshu pescó un pez sin esfuerzo. Sin embargo, al regresar,
percibió un leve olor a sangre.

Frunció ligeramente el ceñ o mientras seguía el olor a sangre. Tras los árboles, un
rastro intermitente de sangre desaparecía entre la hierba y la selva.

Pei Yunshu suspiró para sus adentros, golpeó suavemente la cesta de pescado, que
regresó sola a casa. Siguió las manchas de sangre, apartando capas de su escondite, y
encontró a una persona gravemente herida bajo un árbol.

La persona, vestida con una tú nica oscura empapada en sangre, tenía el rostro pálido
y severo, y se encontraba inconsciente. Pei Yunshu detuvo la hemorragia, le dio una
pastilla y lo cubrió con una ligera capa de energía espiritual para salvarle la vida.

El hombre seguía inconsciente, y Pei Yunshu le dijo cortésmente: «Mi hijo en casa es
realmente impredecible. No te traeré de vuelta; por favor, perdó name».

De regreso, Pei Yunshu usó varias técnicas de purificació n. Esta vez, Zhuyou no notó
nada. Se acuclilló junto a Pei Yunshu, observándolo fijamente mientras asaba el
pescado. Al probarlo, su rostro se relajó y le dijo: «Papá, quiero comer pollo».

Pei Yunshu estaba cansado de asar pollo, pero parecía que Zhuyou nunca se cansaba.
Pei Yunshu asintió : «Lo haremos mañ ana».

Zhuyou no pudo evitar levantar las comisuras de los labios. Cuanto mayor se hacía,
más frío parecía, pero frente a Pei Yunshu, seguía siendo adorable y tierno en su
corazó n.

Después de cenar, Zhuyou siempre se abalanzaba sobre Pei Yunshu. Aunque había
crecido, Pei Yunshu aú n sentía que parecía un niñ o de cinco o seis añ os.

Después de lavar los platos, Zhuyou arrastró a Pei Yunshu para bañ arse con él.
Zhuyou estaba completamente desnudo, mientras que Pei Yunshu, aú n en camiseta, se
lavaba las manos enjabonadas en el agua.

De repente, Zhuyou dijo: “Papá, la señ ora de la escuela privada tuvo una niñ a”.

"¿En serio?" El rostro de Pei Yunshu se veía particularmente dulce bajo la tenue luz
amarilla. "Entonces, papá preparará mañ ana un regalo para que se lo lleves a la
maestra".

Zhuyou murmuró que estaba de acuerdo y continuó : “El erudito nos llevó a ver a su
pequeñ a hija y vimos a la señ ora alimentando al bebé”.

Pei Yunshu dijo: "Es de mala educació n mirar".


Zhuyou continuó con la ú ltima pregunta: "¿Todos los bebés necesitan tomar leche?"

“Por supuesto”, dijo Pei Yunshu, “los bebés aú n no tienen dientes, así que ¿qué más
deberían comer?”

Zhuyou dijo: "Nunca lo he probado".

Pei Yunshu lo miró extrañ ado.

Ya fuera por el vapor o por timidez, el rostro de Zhuyou se sonrojó levemente. Miró a
Pei Yunshu y, de repente, extendió la mano con valentía y le tocó el pecho.

“Papá, cuando era pequeñ o, ¿me dejabas beber leche?”

Pei Yunshu quedó ató nito por un momento, luego todo su rostro se puso rojo.

Se sentó bruscamente, regañ ó apresuradamente a Zhuyou con un “Tonterías”, tropezó


con un taburete de madera y salió corriendo de la casa de bañ os.

Zhuyou observó la figura de Pei Yunshu alejarse, sintiendo un cosquilleo en la


garganta. Se rascó y se dio cuenta de que había crecido un poco y que le había salido
la nuez.

Genial.

***

Pei Yunshu no se había recuperado de la pregunta de Zhuyou y terminó evitándolo.


Solo salió después de que Zhuyou fuera a la escuela privada, con la intenció n de cazar
un par de gallinas en la montañ a.

De regreso del pie de la montañ a, presentía que algo andaba mal en la Aldea Flor de
Durazno. Gente de todas las casas había salido, charlando con curiosidad.

Pei Yunshu se acercó a un campesino y le preguntó : “Hermano mayor, ¿pasó algo?”

El campesino respondió con curiosidad: «He oído que el general que pasa por aquí
está enviando gente a preguntar en cada casa. Parece que alguien de nuestra Aldea
Flor de Durazno salvó al general herido, y ahora el general busca a su salvador».
Tras agradecer al campesino, Pei Yunshu pasó por alto a los aldeanos que se habían
reunido en grupos y regresó rápidamente a casa.

Acababa de servirse un vaso de agua, sin haber bebido aú n un sorbo, cuando oyó que
llamaban a la puerta, acompañ ados de una fuerte llamada: “Abre la puerta de adentro,
tenemos algunas preguntas que hacerte”.

Pei Yunshu suspiró , terminó su agua y luego se lanzó una ilusió n antes de ir a abrir la
puerta.

Afuera estaban dos soldados, con el rostro cubierto de gotas de sudor. Abanicándose
con impaciencia, vieron que quien les abría la puerta era un anciano de barba blanca.
Sus expresiones se tornaron serias de inmediato, y uno de ellos preguntó en voz alta:
«Anciano, ¿tienen a algú n joven con experiencia en medicina en casa?».

Pei Yunshu bajó la voz: "No hay ningú n joven".

"¿Es usted la ú nica persona mayor?" El soldado miró hacia atrás y no pudo evitar
mostrar cierta compasió n. "¿Tiene algú n hijo en casa?"

Pei Yunshu respondió : “Só lo un nieto pequeñ o”.

Tras tomar nota de esta informació n, los dos soldados se marcharon. Pei Yunshu
regresó al patio y, al cabo de un rato, los soldados volvieron a llamar a la puerta.
Llevando una vara al hombro, cada uno sostenía dos cubos de agua limpia. Tras llenar
el tanque de agua de Pei Yunshu, finalmente se marcharon.

Pei Yunshu miró el tanque de agua casi desbordado y luego volvió a observar su
apariencia actual. Una sonrisa se dibujó en su rostro, animándolo.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 76

Capítulo 76

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En la Aldea Flor de Durazno, independientemente de si la gente hablaba mucho o


poco, durante los dos o tres días siguientes, estos soldados fueron de puerta en
puerta haciendo preguntas. Incluso Pei Yunshu fue interrogado dos veces.

Para no añ adir problemas, utilizó ilusiones al salir y un ligero hechizo aseguró que
nadie le prestara atenció n.

A medida que Zhuyou cambiaba día a día, afortunadamente, desde que se mudó a la
Aldea Flor de Durazno, aunque seguía creciendo, ya no era tan intimidante como
antes. Pei Yunshu recordó que Zhuyou había dicho que se volvería cada vez más
pequeñ o. Pei Yunshu no pudo evitar pensar que esta vez, Zhuyou podría haber
alcanzado su altura máxima e incluso parecer un hombre joven.

Un muchacho joven, lleno de vitalidad, quizás no tan alto como Pei Yunshu.

Al pensar de esta manera, Pei Yunshu se sintió un poco divertido.

Pasaron dos días más, y los soldados enviados a buscar al salvador cesaron en la
bú squeda. Pei Yunshu pensó que se habían dado por vencidos, pero al segundo día,
corrió el rumor de que habían encontrado al salvador del general. Era la familia
Wang, a la entrada del pueblo. Su hijo pequeñ o les contó a los soldados que él había
sido quien salvó al general.

Al pasar, Pei Yunshu no pudo evitar mirar hacia el orador.


Estaban trabajando tres o cuatro campesinos, y uno de ellos dijo con curiosidad: “Si
salvó al general, ¿por qué no lo dijo el primer día?”

El hijo pequeñ o de la familia Wang dijo que se asustó tanto al ver a esos soldados que
no se atrevió a hablar. ¿Quién admitiría haber salvado a un general con tanta
facilidad? —dijo otro hombre—. Si fuera yo, tampoco me atrevería a decirlo. ¿Quién
habría pensado que salvar a un general con un acto fortuito traería tanta suerte? Pero
este hijo de la familia Wang suele ser arrogante y menosprecia a los demás. Nunca
pensé que tuviera este as bajo la manga.

"¿No lo enviaron a la clínica del pueblo hace un tiempo?", dijo otra persona.
"Probablemente tenga alguna habilidad. Suele comer y dormir tranquilamente, pero
quién hubiera pensado que tendría esta suerte, convirtiéndose en el salvador del
general. El general incluso quiere llevarlo a la capital para devolverle el favor. ¡No
solo no tendrá que trabajar en el campo, sino que también disfrutará de las delicias
de las montañ as y el mar!"

Al escuchar estas dos frases, Pei Yunshu meneó la cabeza con una sonrisa iró nica.

Caminó tranquilamente por el desierto, pensando que aquella escena se parecía un


poco a las historias de “Las aventuras de un playboy de un país salvaje”.

Si se hubiera encontrado al “salvador”, el general probablemente se marcharía pronto.

Al pensar en esto, el rostro de Pei Yunshu se relajó .

***

Efectivamente, a la mañ ana siguiente, Pei Yunshu se enteró de que el general se había
marchado con su salvador. La familia Wang, a la entrada del pueblo, fue
recompensada con numerosos tesoros y sacrificaron muchos pollos, patos y peces.
Organizaron un festín a la entrada del pueblo, invitando a todos a unirse.

El erudito fue invitado personalmente por la familia Wang y llevó a sus estudiantes
al banquete. Invitó específicamente a Pei Yunshu, el ú nico miembro de la familia.
La gente siempre veneraba a quienes sabían leer. El comportamiento de Pei Yunshu
no era el de una persona comú n, y el erudito había conversado con él una vez y lo
tenía en alta estima.

Los adultos se sentaron en una mesa y los niñ os en otra.

Un adolescente regordete en la mesa dijo: «Pei Yunjiao, ¿por qué creciste de nuevo?
¿Qué te daba de comer tu familia? ¿Por qué te ves diferente cada día?».

Zhuyou miró a Pei Yunshu con ojos oscuros, su mirada se volvió más profunda y
oscura, sin mostrar respuesta a las preguntas de quienes lo rodeaban.

El adolescente regordete frunció el ceñ o y se acercó , tirando de su ropa. "¡Pei


Yunjiao!"

Zhuyou miró hacia atrás, y só lo una mirada asustó al niñ o regordete, haciéndolo
retroceder, casi cayéndose de la silla.

Los adolescentes que los rodeaban se miraron entre sí, y al ver a Zhuyou, un miedo
los invadió . Este miedo los calaba hasta los huesos, impidiéndoles incluso llorar.
Bajaron la cabeza, mirándose los dedos, y sus piernas temblaron de frío.

Zhuyou miró a Pei Yunshu y de repente dijo: "Cinco veces".

Su voz era ligeramente ronca, típica de la adolescencia. Comparada con antes, su voz
era más grave, lo que daba a la gente una sensació n de mayor inquietud.

Otros tartamudeaban, preguntando con cuidado: "¿Q-qué cinco veces?"

Zhuyou dijo: “Papá le sonrió cinco veces a la persona que estaba a su lado”.

Pei Yunshu aú n estaba a una distancia considerable de Zhuyou. Enfrentados en la


penumbra, parecían mundos aparte de los lugareñ os.

A los ojos de Zhuyou, todos a su alrededor se habían convertido en sombras, dejando


solo a su padre. En consecuencia, cada sonrisa, cada mechó n de cabello deslizándose
por su rostro, e incluso sus labios ligeramente borrosos, que parecían la llovizna de
marzo, eran claramente visibles.
"Esa persona parece comú n y corriente, habla con rudeza y tartamudea", dijo
Zhuyou. "Papá le sonrió cinco veces".

La gente a su alrededor no entendía qué pasaba. Siguieron la mirada de Zhuyou y no


pudieron evitar exclamar: «Ah», y luego dijeron: «Pei Yunjiao, tu papá se ve muy
guapo».

Jó venes y de piel clara, no podían expresar el sentimiento, pero sentían que el padre
de Pei Yunjiao era diferente al de ellos, como si fuera un ser celestial.

Pei Yunshu pareció haber oído sus palabras. Giró la cabeza, le sonrió a Zhuyou y,
quizá con un poco de vino en los labios, estos se volvieron translú cidos. Zhuyou
sintió un cosquilleo en la garganta, le devolvió la sonrisa obedientemente a su padre
y luego apartó la mirada, incorporándose como una montañ a.

El erudito que estaba junto a Pei Yunshu dijo: «Yunjiao es excepcionalmente


talentoso y verdaderamente inteligente. Pero observo que no parece preocuparse
mucho por la ética mundana, como si hubiera nacido sin comprender los asuntos
humanos».

Pei Yunshu suspiró : "Ha trabajado duro, señ or".

El erudito dijo: “Si el joven maestro Pei está dispuesto, puedo darle más tareas para
ayudarlo a comprender lo que realmente significan la propiedad, la rectitud, la
integridad y la vergü enza”.

Pei Yunshu asintió y usó té en lugar de vino, diciendo: "Señ or, siéntase libre de
enseñ arle".

A mitad del festín, la familia Wang estaba al frente, con el rostro enrojecido. Por lo
que decían, parecía que se mudarían al pueblo mañ ana.

Mucha gente los felicitó . Pei Yunshu probó algunos bocados, pero los dejó a un lado
por su textura grasosa. Al observar las expresiones de la gente, le pareció monó tono
después de verlo tantas veces.
Estaba a punto de abandonar el asiento cuando sus orejas se movieron, captando el
sonido distante de cascos al galope.

El estruendoso sonido de los cascos de los caballos se acercaba y, en un abrir y


cerrar de ojos, todos pudieron ver una ondulante arena amarilla elevándose desde la
entrada del pueblo.

El suelo pareció temblar levemente, las bebidas de la mesa se sacudieron de las


copas y el sonido rítmico de innumerables cascos de caballos se acercó , rodeando a
la gente en el banquete.

Alguien gritó : "¡General!"

Era el general quien había regresado.

El líder cabalgaba al frente, con el rostro severo como una montañ a y las cejas
afiladas fundiéndose con las sienes. A su lado, alguien desmontó y arrastró a alguien
por detrás. Gritó con fuerza: «¡Esta persona es realmente audaz! Se atreve a hacerse
pasar por el salvador de nuestro señ or. Semejante avaricia y audacia merecen un
castigo. ¿Qué crees que se debe hacer?».

La persona que tenía en sus manos fue empujada con fuerza al suelo, rindiéndose por
completo a los pies de la familia Wang. Los aldeanos, inexpertos en tales asuntos,
palidecieron, sus rostros palidecieron y sudaron profusamente.

Se produjo un alboroto entre la multitud sentada.

El hijo menor de la familia Wang ya no podía mantenerse en pie. Su rostro, antes


bello y delicado, ahora estaba cubierto de polvo y mugre. Se arrastró detrás de sus
padres, temblando, y suplicó clemencia con voz temblorosa.

"¡Qué descarada puede ser esta persona!", exclamó alguien en la misma mesa.
"¡Atribuirse el mérito de los actos ajenos y presumir de ello es realmente
despreciable!"

El erudito estaba furioso, con los dedos temblorosos. "¡Totalmente descarado!"


Los subordinados del general continuaron interrogando a la familia Wang. Una mujer
entre ellos, desesperada, se quebró la voz y dijo: «General, abra los ojos. ¡Fue nuestro
hijo quien lo salvó ! ¡En toda la Aldea Flor de Melocotó n, solo nuestro hijo ha
estudiado medicina!».

El general a caballo hizo un gesto, y su séquito cubrió la boca y la nariz de los


miembros de la familia Wang, arrastrándolos tras los caballos. Al ver los rostros
aterrorizados de la familia Wang, la multitud, inicialmente indignada, guardó
silencio.

La mirada del general recorrió a la multitud. Pei Yunshu usó un pequeñ o hechizo con
indiferencia, intentando discernir las intenciones del general.

La gente rodeada por estos soldados era casi toda la Aldea Flor de Durazno. Cada
rostro ansioso y preocupado, cada mano áspera y oscura, ninguno parecía ser la
persona que lo salvó ese día.

Después de que el general los inspeccionara, no parecía apresurado. En cambio,


susurró algunas palabras a quienes estaban a su lado. El ambiente se tornó solemne, y
con respeto sacó algo de atrás.

Inclinándose para recibirlo, el general se lo puso en la mano. Pei Yunshu echó un


vistazo rápido y descubrió que era un collar de cuentas con el aura de un dragó n
imperial; no el aura de dragó n divino como la de Zhuyou, sino el aura de dragó n de
un emperador.

En el momento siguiente, Pei Yunshu sintió una mirada fija en él.

Tras usar las cuentas, el general finalmente pudo ver a Pei Yunshu. Acercándose a
caballo, el caballo casi pisa la mesa, y cada paso parecía capaz de aplastar a alguien.

Los aldeanos de ambos lados temblaron de miedo al ver pasar la imponente figura.

El jinete se acercó a Pei Yunshu, le miró las manos y luego el rostro. Con voz
tranquila y firme, dijo: "¿Eres tú ?".

Pei Yunshu preguntó : "¿Quién soy yo?"


El general se bajó del caballo. Sentado junto a Pei Yunshu, dijo: «Ú ltimamente no te
he podido encontrar. Como era de esperar, solo apareces después de mi partida».

Pei Yunshu permaneció en silencio.

—Eres mi salvador —dijo el general, de aspecto misterioso e imponente, con un tono


imponente—. Este lugar tiene montañ as pobres y aguas turbias. Será mejor que
vengas conmigo a la capital.

Los soldados también miraron a Pei Yunshu con curiosidad, preguntándose có mo


logró evadir su bú squeda durante esos días.

Pei Yunshu negó con la cabeza y dijo cortésmente: «General, no hay necesidad. Lo
rescaté sin esperar nada a cambio».

El general asintió y sorprendentemente dijo: “Lo sé”.

"Si lo sabes, ¿por qué quieres que te acompañ e?" Pei Yunshu se rió entre dientes.

El general lo miró y suspiró .

Se puso de pie, proyectando una gran sombra sobre Pei Yunshu. El general lo miró
fijamente, juntó las manos y se inclinó ante Pei Yunshu.

—El Emperador está gravemente enfermo —dijo el general con tono solemne—. Le
pido al Inmortal que me acompañ e a la capital para salvarle la vida.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 77

Capítulo 77

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Durante el día, Pei Yunshu le dijo cortésmente al general que debía considerar el
asunto. Sin embargo, esa noche, tomó a Zhuyou y abandonó la Aldea Flor de
Melocotó n con la espada en la mano.

Zhuyou se paró detrás de Pei Yunshu, apoyando su rostro en su espalda. Frotándose


cariñ osamente contra él, Zhuyou dijo: «Papá, en el nuevo lugar, Zhuyou ya no quiere
estudiar».

Pei Yunshu le dio unas palmaditas en la mano, sintiendo su gélida frialdad. Antes de
responder a Zhuyou, preguntó : «Zhuyou, ¿tienes frío?».

Zhuyou respondió : "No hace frío. Las manos de papá están aú n más frías que las
mías".

Se giró y tomó la mano de Pei Yunshu, diciendo: "Papá, ¿estás abandonando al


general en la Villa Flor de Melocotó n?"

En los ú ltimos días, siempre que Pei Yunshu tenía tiempo libre, leía la mayoría de los
libros que Zhuyou le había traído. Cuanto más leía, más se sentía estú pido. Incluso el
hecho de que el general le pidiera salvar al emperador terrenal le parecía algo
sospechoso.

Aunque el mundo de la cultivació n interactuaba con el reino mortal, nadie intervenía


a la ligera. Cada uno tenía su propio destino, y parecía irrazonable intervenir con
tanta facilidad.
Además, tras leer estos libros, Pei Yunshu no pudo evitar asociar a estas nobles
figuras con diversas intrigas, como envenenamientos, incriminaciones y
conspiraciones. Le daba vueltas la cabeza.

Decidió mantener la distancia.

—No te preocupes, Zhuyou —dijo Pei Yunshu—. Concéntrate en tus estudios.

Al final, todavía necesitaba aprender sobre la llamada propiedad, justicia, integridad


y ética, así como las normas de la ética social.

Zhuyou apretó la cintura de Pei Yunshu. Justo cuando estaba a punto de decir unas
palabras más, pensó inexplicablemente: «¡Qué delgada es la cintura de papá!».

¿Puede ser aú n más delgado?

Ejerció fuerza con el brazo. Aunque era un joven con una fuerza considerable, Pei
Yunshu, sorprendido, sintió de repente un dolor en la cintura, como si la estuvieran
estrangulando.

Zhuyou exhaló suavemente y soltó rápidamente su mano. "¿Te dolió , papá?"

Zhuyou no sabía por qué tenía esos pensamientos. Su mente estaba inquieta,
sintiéndose genuinamente infiel. ¿Có mo pudo hacerle algo así a su padre? Sin
embargo, una parte de su mente, en secreto y con emoció n, pensó : «La cintura de
papá es realmente suave y delgada».

Me sentí especialmente bien cuando me sostenía en sus brazos.

Pei Yunshu le aseguró que estaba bien y dio un pequeñ o paso hacia adelante,
acelerando ligeramente su paso.

***

Pei Yunshu llegó a otro lugar con Zhuyou. En tan solo unos días, el general, tras viajar
día y noche, logró localizarlos, bloqueándolos en el patio.
No estaba claro qué método había utilizado para rastrear el paradero de Pei Yunshu.
Cuando el general lo interceptó , sus ojos estaban teñ idos de azul y su tez estaba
demacrada por el viaje continuo.

Respirando profundamente al ver a Pei Yunshu, se arrodilló pesadamente en el suelo


y dijo con voz profunda: "Por favor, Inmortal, salva la vida de mi Emperador".

Pei Yunshu respondió con severidad: “Si su destino ha llegado a su fin, ¿có mo puedo
salvarlo?”

El general miró a Pei Yunshu. Tras un momento de silencio, dijo: «Es precisamente
porque la enfermedad es tan extrañ a que quiero que el Inmortal intervenga».

Hizo una pausa y luego dijo en voz baja: «El Emperador parece haber sido víctima de
alguna arte siniestra. Solo en un templo, rodeado de cien monjes cantando escrituras,
puede encontrar un momento de paz».

Precisamente por esta peculiar situació n, el general recibió la misió n de buscar en


privado a individuos extraordinarios. Inesperadamente, la mayoría de los que
encontró buscaban fama y reputació n, carecían de verdaderas habilidades. Por no
hablar de artes divinas; ni siquiera podían resistir tres movimientos bajo su mando.

Por lo tanto, al ver a Pei Yunshu, se sorprendió aú n más.

Ese día, cuando lo curó , la mano suavemente colocada sobre su herida y la voz clara
y cálida que llegó a sus oídos eran ambas extraordinariamente acordes con la
apariencia imaginada de un inmortal.

No, eran incluso más conmovedores de lo que se había fantaseado.

El general permaneció arrodillado frente a la puerta de Pei Yunshu durante toda una
tarde. Su excelente corcel, que comprendía perfectamente la naturaleza humana, al
ver a su amo arrodillarse, también dobló las piernas y bajó el cuerpo hacia Pei
Yunshu.

Después de mucha vacilació n, Pei Yunshu finalmente aceptó : "Si tu emperador


mortal está realmente bajo la maldició n de otro, intentaré salvarlo si es posible".
El general levantó las cejas, se levantó , pero debido a días de agotamiento, se
tambaleó después de ponerse de pie y casi cayó sobre Pei Yunshu.

Pei Yunshu lo apoyó de inmediato. "¿Estás bien?"

El general se frotó la frente y se incorporó con la ayuda de Pei Yunshu. «No es nada
grave. He ofendido al Inmortal».

Zhuyou se acercó a la distancia, sosteniendo unos pasteles suaves que le gustaban a


su padre. Sus ojos negros estaban llenos de alegría, pero al darse la vuelta, presenció
esta escena.

Su expresió n facial cambió de repente, revelando una mirada asesina y feroz.

"¡Papá!"

Pei Yunshu escuchó este llamado, giró la cabeza para mirar hacia el camino y, al ver a
Zhuyou, sonrió : "¿Mi hijo ha vuelto?"

El general a su lado le lanzó una mirada fugaz, observando a Pei Yunshu un momento
antes de volverse hacia el hijo del Inmortal. Le dedicó a Zhuyou una sonrisa extrañ a
pero amistosa.

Zhuyou lo miró fríamente y se apoyó en los brazos de Pei Yunshu, abrazándolo con
fuerza. La furia aú n persistía en su mente mientras apretaba con fuerza su cintura.

—No te hagas la linda —Pei Yunshu se inclinó hacia adelante, con el cuerpo tenso—.
Yunjiao, no montes un escándalo. Espera a que papá lleve a Yunjiao a la capital. Para
entonces, papá la consentirá con todo tipo de placeres.

Zhuyou miró al general a su lado, quien se atrevió a mirar fijamente a papá. Su mente
se congeló , reprimiendo la ira al instante. Zhuyou soltó a Pei Yunshu y, en cambio,
tomó su mano, diciendo: «De acuerdo».

***

Al día siguiente, antes del mediodía, Pei Yunshu llevó a Zhuyou y al general a la
puerta del palacio con su espada.
El rostro del general palideció , pero mantuvo la calma. Calmando su mente
turbulenta, desmontó de su espada voladora. Mirando a su alrededor, vio a los
guardias de la puerta del palacio con los ojos abiertos, conmocionados por el
descenso de los tres "inmortales" del cielo.

El general dijo: "Traeré al inmortal al palacio".

Dentro del gran palacio, Pei Yunshu siguió al general. Atravesando un vasto jardín,
llegaron al palacio de descanso del emperador.

No había actividad en el palacio y, al preguntar, se enteraron de que el emperador ya


había ido a un templo fuera del palacio.

El general se disculpó con Pei Yunshu: «Inmortal, déjame informar primero al


emperador. Puedes descansar en mi residencia este día».

Pei Yunshu y Zhuyou fueron llevados a la residencia del general. Este les arregló un
lugar tranquilo para que se quedaran temporalmente. Había docenas de sirvientes en
el patio, y al ver a Pei Yunshu, se acercaron con la intenció n de ayudarlo a quitarse la
ropa exterior y darle masajes en los hombros.

Pei Yunshu se sorprendió por sus acciones y dijo torpemente: "No hay necesidad de
servir aquí, pueden irse".

Los sirvientes se miraron e intercambiaron miradas. Un sirviente líder se adelantó y


preguntó con cautela: «Inmortal, ¿hicimos algo que te disgustara?».

Pei Yunshu negó con la cabeza. "No estoy acostumbrado a estar rodeado de tanta
gente".

El sirviente comprendió , hizo una señ al a los que estaban detrás de él y decenas de
personas se retiraron, dejando atrás a dos individuos ágiles para realizar algunas
tareas difíciles.

Después de que todos se dispersaron, Pei Yunshu se recostó en el hermoso sofá del
patio, sintiéndose finalmente un poco más a gusto.
“Tener tanta gente sirviendo alrededor debe ser un caos, ¿verdad?”

Zhuyou tomó un melocotó n que le entregó un sirviente, le dio un mordisco para


comprobar su ternura y dulzura, y luego se lo ofreció a Pei Yunshu. "Papá, dale un
mordisco".

Pei Yunshu le dio un mordisco y exclamó : "Qué dulce".

No se molestó en levantarse, y Zhuyou continuó alimentándolo, con el jugo de


durazno deslizándose por sus labios. Zhuyou, rápido y ágil, usó sus dedos para tocar
suavemente el labio de Pei Yunshu.

Pei Yunshu lo miró confundido.

Zhuyou agarró un pañ uelo, limpió la comisura de los labios de Pei Yunshu y dijo: "El
jugo de papá ha corrido hacia mis manos".

"El jugo de melocotó n es naturalmente abundante", Pei Yunshu siempre sentía que
algo no cuadraba, pero no lograba descifrarlo. Tomó el pañ uelo de Zhuyou y se limpió
los labios de nuevo, diciendo: "¿Algo más?".

Zhuyou negó con la cabeza: "¿Papá todavía quiere comer?"

—No —Pei Yunshu miró al cielo y luego a los dos silenciosos asistentes que
esperaban cerca. Una idea cruzó por su mente: —¿Qué tal si papá te lleva a dar un
paseo por la capital?

Un destello de alegría se dibujó en los ojos de Zhuyou. "Claro, como papá quiera".

Ambos abandonaron la mansió n del general sin hacer mucho ruido y se adentraron
en la bulliciosa capital. Dos personas que nunca habían visto el mundo por fin
abrieron los ojos hoy, disfrutando al máximo.

Al anochecer, mientras descansaba en una casa de té, un cuentacuentos narraba un


cuento. Pei Yunshu contemplaba el paisaje por la ventana con los ojos entornados,
sintiéndose excepcionalmente relajado.

Zhuyou, sin embargo, estaba absorto escuchando la historia.


El narrador estaba narrando un escándalo histó rico, llegando a la parte en que un
príncipe mató a su padre, no só lo apoderándose de sus posesiones sino también
tomando por la fuerza a su madrastra recién casada.

El narrador suspiró : “¡Verdaderamente una persona inmoral y poco filial!”

Zhuyou pensó : Simplemente desprecio los principios mundanos.

El narrador continuó indignado: “La nueva madrastra tampoco es inocente. Llevaban


mucho tiempo conspirando entre sí, ¡son realmente iguales!”.

Zhuyou reflexionó ; parecía que los dos necesitaban estar sincronizados.

¿Papá estaría dispuesto a matar al Padre Dragó n junto con él?

Solo quería estar con papá para siempre, preferiblemente sin que nadie los molestara.
Sería filial con papá, y papá ni siquiera tendría que caminar por el suelo. Quedarse en
la cama o en sus brazos para siempre sería perfecto. Si papá se sentía solo, podría
viajar con él, haciendo todo lo que el Padre Dragó n podía hacer.

Al observar más de cerca, la pregunta era si realmente existía este Padre Dragó n.

Necesitaba idear un plan para hacer que Papá detestara al Padre Dragó n.

Mientras el narrador criticaba con vehemencia a este personaje, Zhuyou recordó el


nombre del hijo del noble. No solo no le pareció impactante, sino que también le
inspiraba una sutil admiració n.

Zhuyou miró a Pei Yunshu, y casualmente también captó su atenció n. Sus miradas se
cruzaron, y en las pupilas negras del otro, cada uno vio su propio reflejo.

Zhuyou sintió sed, tomó unos sorbos de agua y de repente preguntó por el Padre
Dragó n, que había desaparecido en algú n lugar desconocido durante mucho tiempo:
"Papá, ¿qué clase de persona es el Padre Dragó n?"

La expresió n de Pei Yunshu cambió sutilmente, se burló dos veces y dijo: "Una
persona desvergonzada y audaz".
Mientras hablaba, seguía mirando directamente a Zhuyou, quien sentía una sensació n
peculiar, como si él fuera el que estaba siendo regañ ado en ese momento.

Reprimiendo ese sutil sentimiento, Zhuyou elogió a papá en su corazó n por su buen
regañ o. Preguntó con indiferencia: "¿Es fuerte el Padre Dragó n?".

Ante esta pregunta, Pei Yunshu no pudo negarla con la conciencia tranquila. Asintió
afirmativamente: «Fuerte».

Al escuchar esto, Zhuyou asintió pesadamente.

Tras dos momentos, ambos salieron de la casa de té y regresaron a la mansió n del


general. En cuanto entraron, el mayordomo los esperaba ansiosamente en la puerta.
Al verlos, sus ojos se iluminaron: "¡Dos Inmortales! El Emperador ha regresado al
palacio. Inmortales, por favor, arreglense rápido. El Emperador los espera a ambos en
el Saló n del Sándalo Fragante".

Pei Yunshu y Zhuyou entraron al palacio, guiados por sus asistentes. Al acercarse a
las puertas, Pei Yunshu percibió de repente una extrañ a fragancia.

Al girar la cabeza, vio racimos de flores de osmanto en plena floració n alrededor del
palacio, envolviéndolo en un amarillo deslumbrante.

No es de extrañ ar que se llame el Saló n del Sándalo Fragante.

Cuando Pei Yunshu entró en el palacio, de repente pensó : ¿el mes de floració n del
osmanto coincide con el mes de maduració n de los melocotones?

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 78

Capítulo 78

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Tras entrar en el palacio, la fragancia del osmanto se vio eclipsada por la del sándalo,
y el incienso ú nico y distante que impregnaba el templo llenó el aire. Siguiendo al
sirviente, Pei Yunshu atravesó dos puertas de madera exquisitamente talladas y
finalmente vio al inexpresivo general de pie contra la pared.

La expresió n del general se suavizó al ver a Pei Yunshu, dando dos pasos hacia
adelante: "Maestro Inmortal".

Pei Yunshu miró a su alrededor: "¿Dó nde está?"

Zhuyou sostuvo una de sus manos, apoyándose perezosamente contra su padre, y


miró al general.

El general frunció el ceñ o y habló con voz profunda: «El Emperador ha vuelto a
enfermarse».

Parecía preocupado, y hasta ahora, Pei Yunshu solo sabía por él que el Emperador
tenía una extrañ a enfermedad, pero qué tipo de enfermedad era, el general lo
mantuvo en secreto.

La curiosidad de Pei Yunshu se despertó : "¿Qué tipo de enfermedad es la que tiene al


general tan preocupado?"

El general lo miró , y Pei Yunshu sintió que su mirada lo traspasaba todo. Tras un
cambio momentáneo de expresió n, el general se giró y condujo a Pei Yunshu al
interior de la habitació n, cerrando la puerta con firmeza tras la entrada de Pei
Yunshu y Zhuyou.

Dentro de la habitació n había una gran fuente termal.

Una persona estaba atada en el manantial, con cuerdas rojas por todas partes, con los
ojos inyectados en sangre y una expresió n feroz, forcejeando y chocando contra los
bordes de la piscina. Las cuerdas de su cuerpo estaban fuertemente atadas, dejando
marcas oscuras y aterradoras en su piel, pero lo más escalofriante era que cada vez
que chocaba contra el borde de la piscina, su expresió n facial cambiaba
repentinamente, como si experimentara un breve alivio del dolor, seguido de una
expresió n más feroz.

Parecía como si el dolor para él fuera un alivio desesperado.

“¡Emperador!” El general apretó los puñ os, incapaz de soportar mirar.

El aspecto del Emperador en ese momento era verdaderamente miserable.


Probablemente tenía un rostro atractivo, pero era imposible discernir si era bueno o
malo, salvo por la intensa locura autoinfligida.

—¡Fuera...! —El Emperador recuperó la cordura al oír la pregunta. Escupió la palabra


entre dientes—: ¡Fuera de aquí!

Se esforzó por controlarse, pues no quería cometer actos tan desagradables delante
de sus oficiales. Pero a los pocos segundos, volvió a forcejear, intentando chocar
contra la superficie de la piscina.

Pei Yunshu controló inconscientemente su movimiento.

"General", Pei Yunshu parecía tranquilo, ignorando los furiosos ojos inyectados en
sangre del Emperador fijados en él, "¿Es esta la parte extrañ a que mencionó ?"

El general asintió pesadamente.

Tras pensarlo un momento, Pei Yunshu giró la cabeza y le dijo: "¿Por qué no sale
usted primero, general? Quiero verlo más de cerca".
El general dudó un momento, luego se dio la vuelta y se fue, quedándose de pie junto
a la puerta, esperando atentamente.

Pei Yunshu lanzó una barrera y caminó hasta el borde de la piscina. Mirando al
lastimero Emperador, se quitó los zapatos y los calcetines, sentándose
tranquilamente junto a la piscina y remojándose los pies. Ignoró por completo la
mirada fulminante del Emperador.

No solo eso, sino que también llamó a Zhuyou para que se sentara a su lado. «Yunjiao,
ven a remojar tus pies también. El agua de manantial tiene hierbas añ adidas. Aunque
no nos beneficia, es muy reconfortante».

Zhuyou también se quitó los zapatos sin contemplaciones y se sentó junto a Pei
Yunshu. Al sumergir los pies en el agua, asintió : «Papá tiene razó n».

Junto al estanque se colocaron frutas frescas y bebidas cristalinas, exquisitas e


inofensivas. A Pei Yunshu le pareció divertido y rió sin reservas: «El Emperador está
atado y metido en el estanque, sin doncellas de palacio. ¿Están aquí para que
comamos?».

Zhuyou acercó el plato de fruta a su lado, miró hacia abajo por un momento, tomó
dos uvas regordetas y redondas y las compartió con Pei Yunshu.

Como si estuvieran en su propia casa, disfrutaron de las frutas frescas del Emperador,
tomaron el agua termal personal del Emperador como remojo de pies y comenzaron
a comer sin preocupaciones.

El Emperador, paralizado, los miró fijamente un buen rato hasta que le dolieron los
ojos, que no volvieron a mirarlo. Incapaz de soportarlo, cerró los ojos y reprimió su
ira, diciendo en voz baja: "¿Quiénes son ustedes?".

Aunque estaba furioso, su voz era extremadamente baja, como si temiera alarmar a
los demás.

Sosteniendo una fruta, Pei Yunshu lo miró y le dio un mordisco. Pensativo, dijo:
«Estas frutas son muy dulces. Emperador, ¿no quiere probar una?».
El Emperador, enojado por sus acciones, puso los ojos en blanco y miró a Pei Yunshu.

Dejando la fruta, Pei Yunshu aplaudió y preguntó confundido: "Ya que no estás bajo
una maldició n, ¿por qué finges estar loco?"

Desalentadamente desató las cuerdas y los hechizos que ataban al Emperador.

Al ver que la situació n se volvía en su contra, la expresió n del Emperador cambió por
un instante, pero se tranquilizó enseguida. Arrojó la cuerda roja que llevaba al agua,
observando a Pei Yunshu y Zhuyou. Pei Yunshu pensó en decir algo, pero el
Emperador permaneció en silencio, simplemente se acercó , tomó la ú ltima pieza de
fruta del plato y le dio un buen mordisco.

En la fruta quedó una clara señ al de dientes.

Pei Yunshu pensó que, tras descubrir que el Emperador no estaba ni maldito ni
enfermo, tendría la ventaja. Quería ver a los demás temblar de miedo y maravillarse
en secreto de su inteligencia. Inesperadamente, el Emperador permaneció en calma.
En la habitació n, solo se oía el sonido de los tres disfrutando de las frutas, y el
Emperador parecía imperturbable.

Pei Yunshu dio un mordisco, Zhuyou dio un mordisco y el Emperador dio un


mordisco.

Los tres se asomaron a la piscina y terminaron un cuenco entero de frutas. El


Emperador miró la espalda del general que estaba fuera de la puerta. Se limpió los
labios con elegancia con un puñ o mojado. Pei Yunshu balanceó las piernas y le
recordó amablemente: «Esta agua se ha usado para remojar los pies».

El brazo del Emperador se puso rígido y dijo: “Esta agua es fresca, tonto”.

La mirada helada de Zhuyou se movió desde detrás de Pei Yunshu hacia el


Emperador.

Ignorándolos, el Emperador salió del estanque. Tras un cambio de expresió n y una


tez pálida sin hostilidad, miró generosamente a Pei Yunshu y Zhuyou. "¿No se
levantan?"
Pei Yunshu no entendía lo que quería decir. Diversos contenidos del libro que estaba
leyendo pasaron por su mente, pero como sus pies ya estaban lo suficientemente
mojados, se levantó para ver qué quería hacer el Emperador.

Zhuyou a su lado dijo: "Papá, espera un momento".

Zhuyou se levantó del agua, se puso los zapatos y los calcetines, luego extendió la
mano, levantó la pierna de Pei Yunshu y secó las gotas de agua.

Como dijo, a medida que crecía, sus manos se hicieron más grandes y ahora podía
sostener fácilmente el tobillo de Pei Yunshu con una mano.

Pei Yunshu forcejeó un poco, y Zhuyou levantó la vista y dijo: "Papá, no te muevas. El
Maestro Erudito me pidió que te cuidara bien".

Pei Yunshu preguntó : "¿Maestro erudito?"

"Sí", respondió Zhuyou con naturalidad, completamente concentrado en sus manos.


Sintió la calidez y la ternura, como un fino y cálido jade. Sus dedos rozaron
"accidentalmente" el empeine de Pei Yunshu, haciéndole temblar. Reprimiendo una
sonrisa, dijo: "Zhuyou, si quieres cuidar de tu padre, debes hacerlo bien. ¿Có mo
puedes cometer un error?"

Después de decir eso, y a él le pareció divertido, le dio un golpecito juguetó n en el


pecho a Zhuyou y en broma lo pateó .

“Si no lo haces bien, papá tendrá que castigarte”.

Zhuyou sintió como si el lugar del pecho donde lo pisaron le hubiera tocado fuego. Su
corazó n latía con fuerza. Lamiéndose los labios, justo cuando estaba a punto de
pronunciar la palabra «papá», el Emperador, que había estado observando impasible,
dijo: «No quiero ver tu afecto paterno».

Fue como si le hubieran echado un balde de agua fría encima, dejándole a Zhuyou con
un escalofrío.
Cuando recobró el sentido, Pei Yunshu ya se había puesto los zapatos y los calcetines
y lo había levantado.

Al verlos a ambos de pie, el Emperador, sin decir palabra, se tumbó de nuevo en el


suelo y gritó débilmente: «Changque».

Zhuyou, que se sentía resentido, sonrió : "Aquí hay una barrera, ¿y ahora a quién llama
el Emperador?"

El Emperador, sin cambiar de expresió n, se levantó de nuevo, caminó hacia la puerta


y se acostó de nuevo, pateándola. Con el rostro pálido, dijo: «Chang Que».

Esta vez, el general que estaba afuera finalmente lo oyó . Entró apresuradamente en la
habitació n y vio al Emperador, quien ya había recuperado la compostura.

Se arrodilló , arrodillándose sobre una rodilla, ayudó al Emperador a levantarse y,


aliviado, dijo: "Su Majestad".

—Gracias a los dos inmortales —la mirada del Emperador se posó en Pei Yunshu—.
Los inmortales son poderosos y me han permitido un raro momento de claridad. Les
estoy profundamente agradecido.

Mientras hablaba, lágrimas de gratitud llenaron los ojos del Emperador.

"..." Pei Yunshu estaba estupefacto.

"Maestro Inmortal", el debilitado Emperador levantó la mano, agarrando el


dobladillo de Pei Yunshu, luciendo emocionado como si no pudiera devolverle el
favor, "Maestro Inmortal, con tales habilidades, por favor expulsa el mal demoníaco
en mi cuerpo y salva mi vida por completo!"

Pei Yunshu dijo: “Tú —”

En primer lugar, no había ningú n mal demoníaco en tu cuerpo.

El Emperador tosió violentamente de repente, con un sonido aterrador. Su pecho


subía y bajaba sin parar, y las cicatrices en su cuerpo eran aú n más impactantes.
Pei Yunshu cerró la boca en señ al de reconocimiento.

El general llamó a alguien para que le tomara el pulso al Emperador. Pei Yunshu y
Zhuyou esperaban fuera del saló n. El general hizo una profunda reverencia a Pei
Yunshu al salir, expresando su gratitud.

Pei Yunshu lo evitó y dijo: "No es necesario".

El general insistió . Tras finalizar la ceremonia, levantó la vista, con una expresió n de
alivio hacia Pei Yunshu, y dijo: «Ese día, cuando me hirieron, pensé que moriría, pero
inesperadamente, la buena fortuna vino del cielo».

Pei Yunshu: "Elogios exagerados".

El general quiso decir algo más, pero se encontró con la mirada de Zhuyou. Sus ojos
brillaron: «Tu hijo tiene un porte extraordinario. No esperaba que el Maestro
Inmortal, que parece tan joven, ya tuviera un hijo tan adulto».

Hasta ahora, Pei Yunshu no le había dicho al general su nombre, por lo que el general
solo podía dirigirse a él como Maestro Inmortal.

Una sonrisa apareció en la esquina de la boca de Pei Yunshu, genuinamente feliz de


ser elogiado por su hijo.

Pei Yunshu y el general intercambiaron algunas palabras más. Un sirviente del


palacio salió de la habitació n, diciendo que el Emperador quería ver al general.

El general entró en el palacio y Zhuyou, mirándolo de espaldas, le preguntó : "Papá,


¿qué opinas de este general?".

Pei Yunshu pensó por un momento y dijo: “Es un hombre leal y patriota que sabe
có mo devolver la bondad”.

Pero Zhuyou se dio cuenta.

Este general era claramente una persona despiadada, ignorante de la gratitud, e


incluso podía devolver la bondad con enemistad, sin mostrar piedad.
Si no fuera por su padre quien lo salvó , sino por alguien que no le interesaba,
definitivamente no perdería un momento en buscar al llamado “salvavidas”.

Buscando a su padre durante tanto tiempo, desperdiciando recursos militares e


incluso abandonando a sus subordinados, sin importarles la vida ni la muerte,
incansablemente vino a buscar a su padre día y noche.

Un lobo astuto, disfrazado de persona con afecto y rectitud, que se gana sin
vergü enza el favor de su padre.

Zhuyou no pensaba decírselo directamente a su padre. Quería que lo viera con sus
propios ojos.

Cuando su padre estaba en shock y horrorizado, era el momento de consolarlo en sus


brazos.

Entonces, le diría a su padre que, excepto Zhuyou, todos en el mundo usaban una
máscara de hipocresía. Su padre solo podía confiar en Zhuyou y solo sentir afecto por
él.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 79

Capítulo 79

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Tras un momento, el general salió del palacio. Se dirigió directamente a Pei Yunshu,
con una expresió n de impotencia en el rostro. «Maestro Inmortal, le ruego que me
perdone por no poder acompañ arlo de regreso a su residencia. Changque tiene
asuntos importantes que atender, y ya he enviado a alguien a esperar fuera del
palacio. El Maestro Inmortal puede acompañ arlos».

Pei Yunshu frunció el ceñ o ligeramente.

Simplemente frunció el ceñ o, y el general se ofreció : «Olvídalo, Maestro Inmortal,


vete. La noche se hace más oscura y el rocío es denso. Espero que el Maestro
Inmortal pueda regresar temprano a la residencia y descansar».

Con esa actitud humilde, los guardias a su lado también parecieron sorprendidos.
Rápidamente bajaron la cabeza, sin atreverse a revelar nada.

Pei Yunshu estaba a punto de hablar cuando otro sirviente del palacio salió del saló n,
invitando a Pei Yunshu y Zhuyou al palacio.

Al entrar al palacio, vieron al Emperador levantarse de la cama. El saló n estaba


vacío, y al verlos entrar, el Emperador abrió un mecanismo que reveló un pasadizo
secreto bajo la cama.

El Emperador susurró : “Por favor, síganme, dos Maestros Inmortales”.


Ahora parecía excepcionalmente cortés, como si no los hubiera regañ ado con la
palabra "tonto" en las aguas termales. Si no fuera el Emperador terrenal y si no fuera
Pei Yunshu quien estaba frente a él, podría haber sido asesinado por la ira.

Pei Yunshu y Zhuyou lo siguieron por el pasadizo secreto. Al final del pasadizo había
una habitació n secreta no muy grande. Sorprendentemente, había un monje sentado
dentro, cantando escrituras.

El monje le resultó particularmente familiar. Al oír pasos afuera, abrió los ojos,
mostrando sorpresa y alegría a la vez. "¡Resulta que son dos compañ eros daoístas!"

Esta persona era el abad del Templo Yinyuan, al que Pei Yunshu y otros se acercaron
cuando fueron al mercado de demonios fantasmas. Gracias a él, Pei Yunshu descubrió
la existencia del Gu Atado a las Emociones en su interior.

"Abad", reencontrarse con un viejo conocido fue sin duda una ocasió n feliz. Pei
Yunshu se acercó con una sonrisa: "Hace mucho tiempo que no veo al abad".

Ha pasado mucho tiempo. El cultivo del amigo daoísta también ha avanzado, lo que
ha hecho que este viejo monje ya no pueda ver con claridad. El monje sonrió y dijo:
«Con la ayuda del amigo daoísta, creo que Su Majestad puede estar tranquilo ahora».

Zhuyou frunció el ceñ o. Miró al monje con una expresió n hostil. Encontrarse con
alguien a quien su padre conocía, pero él no, lo disgustó muchísimo.

Bajo su mirada, el anciano abad tembló y forzó una sonrisa, diciendo: «Mi joven
amigo daoísta sigue siendo tan imponente como antes. No sé por qué te has vuelto
más pequeñ o. ¿Tuviste algú n problema que causara este cambio?»

"¿En aquel entonces?" Zhuyou entrecerró los ojos ligeramente, mirando a Pei Yunshu.
"Papá, ¿estás hablando del Padre Dragó n?"

"¿Padre Dragó n?" El anciano abad se quedó ató nito. "¿Así que el dragó n del diluvio se
transformó en dragó n? ¿El daoísta Pei tiene un hijo con él?"

Rápidamente abrió los ojos, examinando cuidadosamente a Zhuyou, cada vez más
sorprendido, "¡Este, este niñ o se parece mucho a su padre!"
“…” Pei Yunshu se quedó sin palabras. “Abad, por favor, no me malinterprete…”

Quería decir que no tenía ninguna relació n con ese dragó n y que no se conocían en
absoluto. También quería decir que no existían los "Hijo del Dragó n" ni los "Padre del
Dragó n", pero no pudo decir nada.

Todo lo que pudo hacer fue expresar su vergü enza y explicarlo torpemente.

El viejo abad había entendido mal y asintió con conocimiento de causa: "Amigo
taoísta Pei, ten la seguridad de que este viejo monje no es alguien que hable
demasiado".

Zhuyou estaba pensando profundamente a un lado.

Entonces, ¿es tan similar al Padre Dragó n?

Un pensamiento aterrador surgió de repente en su corazó n.

Tras terminar de hablar, el Emperador dio un paso al frente e hizo una profunda
reverencia a Pei Yunshu: «Acabo de ofender al Maestro Inmortal. Por favor, no te lo
tomes a pecho».

Pei Yunshu negó con la cabeza y preguntó : "¿Por qué actuaste tan insensatamente y
fingiste estar loco? ¿Cuál es la razó n?".

Los emperadores terrenales son conocidos por su sabiduría y reputació n, y son muy
apreciados por el pueblo. Aunque son emperadores humanos, el aura de un verdadero
dragó n en su interior es poderosa. Con un apoyo tan amplio, el "aura de dragó n" se
vuelve aú n más formidable, capaz de repeler incluso a las más insignificantes fuerzas
demoníacas. No debería haber necesidad de actuar con insensatez ni fingir locura.

El Emperador se irguió ; sus ojos profundos reflejaban la luz de las velas, revelando
una intenció n sombría y asesina. El rostro, que en primavera lucía extremadamente
feroz y angustiado, ahora exhibía una majestuosidad extraordinaria.

“Tuve que actuar como un tonto y fingir que estaba loco, participando en un
comportamiento tan horrible”.
El Emperador bajó la voz: “Siento que algo está espiando mi cuerpo”.

***

El Emperador quiso decir que sentía que alguien estaba intentando poseer su cuerpo.

“Hace dos añ os, ya presentía que algo andaba mal”, dijo el Emperador. “A menudo me
perdía en sueñ os, creyendo erró neamente que eran reales. Una vez, incluso dormí
quince días enteros en el sueñ o, causando el caos en el mundo”.

Después de eso, tuve dudas, así que investigué en privado muchos templos y
finalmente aprendí algo de la razó n gracias a este abad.

El anciano abad suspiró : «Traje monjes del templo para cantar las escrituras para Su
Majestad durante tres días y tres noches. Entonces, ¡inesperadamente, vi unas
cuantas hebras de energía demoníaca dentro del cuerpo de Su Majestad!».

¡Una densa y negra energía demoníaca como la niebla! El anciano abad aú n no lo


podía creer al hablar de ello. Si no fuera por la protecció n de la verdadera energía de
Su Majestad, ¡la energía demoníaca ya habría ocupado su cuerpo!

La expresió n de Pei Yunshu se volvió fría. Preguntó : "¿Es la energía demoníaca unida
a un anillo?"

No olvidó que, cuando vio a Zhuyou en el palacio submarino, el anillo intentaba


apoderarse de su cuerpo. La primera vez que se topó con esa sombra oscura, fue en el
sueñ o del Reino Secreto del Dragó n, y la energía demoníaca del sueñ o era
exactamente la misma que la de esa sombra oscura.

El Emperador se quedó ató nito, y de repente se dio cuenta, murmurando para sí


mismo: "¿Anillo?"

El anciano abad continuó : «No pude eliminar la energía demoníaca profundamente


arraigada en el cuerpo de Su Majestad. Solo pude suprimirla temporalmente y
eliminarla poco a poco. Su Majestad desconoce el origen de esta energía demoníaca,
pero siempre presiente que alguien lo espía en secreto. No se atreve a revelar la
verdad y solo puede actuar de forma insensata y errática. Esto no solo evita que
quien espía sospeche, sino que también espera que la criatura que pretende poseer el
cuerpo de Su Majestad sienta asco por él».

"Las criaturas demoníacas tienen estándares realmente altos", comentó Zhuyou.

Independientemente de otras cosas, el físico y la apariencia del emperador terrenal


eran realmente de primera categoría.

Sus estándares eran realmente exigentes. Pei Yunshu pensó : «Hasta tu cuerpo les ha
llamado la atenció n». Por sus palabras, parecía que también estaban interesados en el
Venerable Wuwang.

Uno era una figura poderosa en el mundo de la cultivació n, y el otro era el


Emperador del reino humano. Zhuyou estaba a punto de transformarse en dragó n. La
sombra oscura quería poseer a uno de ellos o incluso dividirse en tres partes. ¿Cuáles
eran exactamente sus intenciones?

Pei Yunshu exhaló , concentrándose, y preguntó : "¿El Emperador ha recordado si tuvo


contacto con un anillo?"

La expresió n del Emperador se tornó algo sutil. Levantó la mano bajo la luz de la
vela, mostrando sus manos limpias y sin ningú n accesorio.

“En un sueñ o…” dijo con incertidumbre, “parece que había un anillo en el sueñ o”.

El viejo abad preguntó : «Amigo Pei, ¿hay algo peculiar en ese anillo?»

“El anillo contiene energía demoníaca, negra como el agua viva”, dijo Pei Yunshu.
“Debido a que el Emperador tiene energía verdadera para proteger su cuerpo, el
anillo probablemente solo aparece en sueñ os”.

Tras reflexionar un rato, continuó : «El abad puede ver la energía demoníaca dentro
del cuerpo del Emperador. Eso debería significar que la energía demoníaca ya ha
penetrado en su alma».

Las expresiones del abad y del emperador se volvieron feas.


Pei Yunshu tocó su bolsa de almacenamiento. «Si logramos entrar en el sueñ o del
Emperador, existe la posibilidad de destruir el anillo. Después, eliminar la energía
demoníaca no será un problema».

La expresió n del Emperador de repente se iluminó , luego se atenuó nuevamente:


"Entrar en el sueñ o, ¿realmente puedes hacer eso?"

Pei Yunshu miró a Zhuyou. La ilusió n de Zhuyou era casi indistinguible de la realidad.
Si aú n recordaba có mo usar ilusiones, debería ser capaz de llevarlas a sus sueñ os. Sin
embargo, Zhuyou aú n no se había recuperado, y Pei Yunshu no estaba seguro de si
aú n podría.

Preguntó sin muchas esperanzas: "¿Puede Yunjiao hacerlo?"

Mirando los ojos esperanzados de Pei Yunshu, ¿có mo podría Zhuyou decir que no?

É l asintió : “Dame dos días”.

Instintivamente, creía que entrar en los sueñ os no era difícil para él, pero cuando se
trataba de su padre, necesitaba ser cauteloso.

***

El general llegó al restaurante como estaba previsto. Algunos niñ os de la clase


privilegiada se levantaron rápidamente y lo saludaron.

Sentado junto a la ventana, el general aceptó la bebida que le ofreció


respetuosamente la persona que estaba a su lado, mirando distraídamente el paisaje
exterior.

Los jó venes privilegiados que estaban frente a él intercambiaron miradas y, no


mucho después, entró una belleza de rasgos delicados y aspecto pulcro.

Esta belleza tenía el pecho plano, pero una apariencia femenina. Al darse cuenta de
que tanta gente lo observaba, sus mejillas se sonrojaron y sus hermosos ojos
tímidamente evitaron la mirada, como una delicada flor en las montañ as después de
una suave lluvia.
Alguien rápidamente empujó al joven junto al general y dijo con tono afable:
«General, este es el hijo del Ministerio de Personal. Es extremadamente hermoso e
incluso ha interpretado el papel de Guanyin muchas veces en las ferias del templo,
incluso más hermoso que los inmortales».

El general oyó esto y agarró la barbilla del joven, entrecerrando los ojos mientras lo
observaba.

El joven se sonrojó como una rosa, con los ojos llenos de timidez y cariñ o.
Temblando, dijo: «General…».

“¿Más bella que los inmortales?”

El general murmuró para sí, soltó al joven y bebió la bebida ofrecida de un trago.
«Tengo a un inmortal de verdad a mi lado. ¿De qué me sirve una falsa Guanyin?»

En las bebidas derramadas sobre la mesa se reflejaban ojos ambiciosos.

Poder tener un verdadero inmortal a su lado fue realmente algo grandioso para
celebrar.

***

Para Zhuyou, crear ilusiones era casi instintivo.

Naturalmente, podía dictar lo que aparecía en sus sueñ os.

A partir de esto, a Zhuyou se le ocurrió una idea audaz.

Dos días después, a la hora acordada para entrar en el sueñ o, el Emperador se acostó
en la cama, listo para entrar en el mundo de los sueñ os. El anciano abad lo protegió a
su lado, cantando sutras para suprimir la energía demoníaca que lo habitaba.

Pei Yunshu y Zhuyou no estuvieron presentes.

El rostro del Emperador estaba sereno. El anciano abad dejó de cantar y lo


tranquilizó : «Su Majestad, quédese tranquilo. Los dos amigos inmortales poseen una
profunda cultivació n y sin duda protegerán bien a Su Majestad».
El Emperador negó con la cabeza. “Solo estaba pensando, ¿mi Gran General participó
en este asunto?”

El anciano abad dijo: «La energía demoníaca pertenece a criaturas demoníacas, y el


Gran General es una persona viva. No puede usar esos métodos».

Al saber que los dos amigos inmortales siguen en la mansió n del Gran General, el
Emperador cambió de tema repentinamente. «De hecho, me olvidé de este asunto.
Debería haberlos invitado a quedarse en el palacio para poder dedicarme más a ello».

El anciano abad lo consoló : «Espere a que el cuerpo de Su Majestad se libere de la


energía demoníaca, entonces no será demasiado tarde para recompensar a los dos
amigos inmortales. En ese momento, Su Majestad no tendrá que actuar de forma
insensata y errática».

El Emperador asintió y cerró los ojos.

***

En el sueñ o, la oscuridad retrocedió y el brillo se volvió deslumbrante.

Cuando Pei Yunshu abrió los ojos, dos criadas le peinaban detrás. La figura en el
espejo de bronce estaba borrosa, y Pei Yunshu se quedó ató nito un instante antes de
recordar que estaba soñ ando.

¿Qué clase de sueñ o fue este?

Las criadas terminaron de peinarlo y dijeron: «Señ ora, por favor, váyase. El amo lleva
un rato esperando».

Pei Yunshu siguió a las sirvientas afuera y, después de un rato, llegó a un campo de
entrenamiento de artes marciales.

Había mucha gente sudando profusamente, practicando artes marciales, y muchos


incluso se habían quitado la ropa, dejando al descubierto la parte superior de sus
cuerpos y con vapor elevándose de sus cuerpos calientes.
Las criadas dejaron a Pei Yunshu en el campo de entrenamiento, y él miró a su
alrededor. En la sombra del lado este, vio a alguien sentado en una silla, supervisando
el entrenamiento. Al acercarse, se dio cuenta de que la persona en la silla tenía un
parecido sorprendente con Zhuyou.

“Señ ora”, la persona lo reconoció con un gesto serio, haciendo un gesto para que
alguien del campo de entrenamiento bajara, “ya que entró a la mansió n ayer y no ha
conocido a mi hijo, este es mi hijo”.

Alguien del campo de entrenamiento arrojó su arma, rápidamente se puso una


prenda exterior y se acercó gritando: “Padre”.

La persona en la silla asintió : "¿Aú n no le has presentado tus respetos a tu madre?"

Pei Yunshu miró a Zhuyou con un rostro inexpresivo.

Zhuyou miró insolentemente de arriba abajo a Pei Yunshu, hablando como con
sarcasmo: "Madrastra".

No se había atado la ropa, con el pecho al descubierto, y en el sueñ o parecía más alto
y musculoso que Pei Yunshu. Al acercarse a Pei Yunshu, lo miró con una mirada
feroz: «Papá tiene buen ojo; la madrastra es realmente hermosa».

La persona en la silla reprendió suavemente: “Muestra más respeto a tu madre”.

Después de eso, dijo: «Tengo asuntos que atender y necesito salir un mes. Te
encomiendo a la familia».

"Padre, ten la seguridad", Zhuyou levantó la comisura de la boca intencionalmente y


dijo: "Cuidaré bien de la madrastra".

La persona sentada en la silla se fue limpiamente.

Pei Yunshu dijo: "Zhuyou, estás actuando imprudentemente..."

Zhuyou se acercó y cubrió los labios de Pei Yunshu. Pei Yunshu parpadeó
sorprendido, incapaz de creer que su hijo, tan bien educado, se comportara de forma
tan rebelde en el sueñ o.
—Madrastra, llamándome por mi nombre —dijo Zhuyou con desagrado, frunciendo
el ceñ o. Agarró la muñ eca de Pei Yunshu y lo llevó al campo de entrenamiento—.
Quiero darle una lecció n a mi madrastra.

Pei Yunshu avanzaba a trompicones. Al llegar al campo de entrenamiento, quienes


practicaban habían dejado las armas, disfrutando del espectáculo entre risas.

“¿Có mo le enseñ ará el joven marqués a la nueva señ ora?”

“El rostro de la nueva señ ora podría palidecer, e incluso podría salir corriendo de la
residencia del marqués para buscar refugio en su casa de soltera”.

Zhuyou soltó a Pei Yunshu y le arrojó una espada.

Miró a Pei Yunshu de arriba abajo, riendo con desdén: "¿Puedes siquiera manejar una
espada?"

La risa resonó entre los espectadores.

Pei Yunshu estaba enojado, agarrando firmemente la espada en su mano, planeando


aprovechar la oportunidad para darle una lecció n a Zhuyou y hacerle entender lo que
significa respetar a los mayores y a los virtuosos.

"Después de que termine contigo, no llores", Pei Yunshu blandió la espada.

Zhuyou se burló , caminando hacia adelante solo, moviéndose lentamente, claramente


sin intenció n de pelear sino más bien de jugar con él.

Pei Yunshu lo golpeó con fuerza en la espalda con el plano de la espada, usando toda
su fuerza y sin mostrar piedad.

Para su sorpresa, Zhuyou resistió directamente el golpe, extendiendo la mano para


tocar la mano de Pei Yunshu, desde el hueso de la muñ eca hasta las yemas de los
dedos, diciendo burlonamente: "Las manos de la madrastra son tan agradables de
tocar".

En un instante, la distancia se desvaneció y, abruptamente, Zhuyou lo empujó hacia


un gran tambor rojo al costado del campo de entrenamiento, creando un sonido de
tambor sordo.

Zhuyou se acercó más, su aliento caliente y sudor abrasador se pegaron a Pei Yunshu,
mientras presionaba implacablemente contra él, empapando su ropa.

Zhuyou tenía las manos a ambos lados de la cabeza de Pei Yunshu, quien bajó la
cabeza para mirarlo. Pei Yunshu dijo: «Levántate».

"¿Todavía no te atreves a llamarme por mi nombre?" preguntó Zhuyou.

Pei Yunshu estaba furioso. No podía controlar el sueñ o; cada vez que intentaba
lanzar un hechizo, este desaparecía a mitad de camino.

Tuvo que razonar con Zhuyou: "¿Así es como tratas a tu padre?"

Los ojos de Zhuyou estaban llenos de desafío. Entrecerrando los ojos, dijo: "¿Có mo
puedes ser mi padre? Eres mi madrastra".

Bajó la cabeza, susurrando insultos al oído de Pei Yunshu con tono burló n: «La
madrastra que entró ayer en la residencia del marqués. Arrastré a mi padre al burdel
anoche, dejándote sola toda la noche. ¿Qué se siente estar sola por la noche? ¿Echas
de menos a algú n hombre?».

El rostro de Pei Yunshu se volvió oscuro como la tinta.

Zhuyou era extremadamente insolente. Llevaba practicando artes marciales quién


sabe cuánto tiempo, y aú n olía a sudor. El calor hizo que las sienes de Pei Yunshu
comenzaran a sudar.

"¿Qué hombre puede ser más varonil que yo? Justo ahora, al verme quitarme la ropa
para practicar artes marciales, ¿te fasciné?", dijo Zhuyou con una sonrisa burlona.

Pei Yunshu quería asesinar a su hijo.

"¿Oíste eso?", dijo Zhuyou. "Tu estatus en la mansió n es bajo. Ahora que mi padre ya
no está, solo puedes escucharme. Y la primera regla es no llamarme directamente por
mi nombre".
"¿Có mo debería llamarte entonces?", preguntó Pei Yunshu con sarcasmo. "¿Joven
Marqués?".

Sorprendentemente, Zhuyou asintió . Dijo: «A la madrastra sí se le puede enseñ ar».

Pei Yunshu no pudo soportarlo más. Justo cuando estaba a punto de despertar a su
hijo rebelde, Zhuyou le apretó la mano con más fuerza, frunciendo el ceñ o y
mirándolo con indiferencia.

"Seducir a mi padre no es suficiente, en realidad vienes a seducirme a mí", el rostro


de Zhuyou se puso serio. Usó su pierna para sujetar el pie de Pei Yunshu, dejándolo
inmó vil, e incluso chocó con él. "No te conformas con seducirme, también estás
seduciendo al joven marqués sobre mi cuerpo".

Algo abrasador rozó a Pei Yunshu. Al principio, no se dio cuenta de lo que era, pero al
recobrar el sentido, su rostro cambió , luciendo extremadamente feo. Respiró hondo
varias veces antes de apretar los dientes y decir: «Hijo rebelde».

Zhuyou rió distraídamente, mirando a Pei Yunshu. Sus ojos brillaron y bajó la cabeza,
casi besándolo.

"¿Grande?"

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 80

Capítulo 80

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Zhuyou no pudo resistirse a ser un poco más imprudente.

Hizo que su padre se acostara temprano a propó sito, una hora antes de la hora
acordada. Durante esa hora, podía cumplir dos días en el sueñ o.

Lidiar con el aura demoníaca del emperador solo requería un instante. El resto, por
supuesto, consistía en satisfacer sus malvados pensamientos.

Zhuyou ya había descubierto có mo explicar esto.

Era la primera vez que entraba en un sueñ o, aú n no tenía experiencia, por lo que
estaba inusualmente lú cido y no podía entenderlo.

Si su padre aú n no le perdonaba, entonces só lo podía recurrir a una rendició n fingida.

En cualquier caso, ahora se consideraba aquel joven marqués que mató a su padre y
se casó con su madre en los cuentos histó ricos.

La frente de Pei Yunshu se abultó : "¿Qué dijiste?"

Zhuyou rió con ganas y retrocedió un paso. Caminó hacia un lado, tomó una lanza
con indiferencia y demostró algunos movimientos con destreza.

—Madrastra —levantó la barbilla y su mirada se detuvo un rato en la cintura de Pei


Yunshu—. ¿Sigues comparándote?
¿Có mo podría competir con el amo del sueñ o?

Podía ganar o perder a su antojo. Pei Yunshu había agarrado la espada con firmeza,
pero en un abrir y cerrar de ojos, estaba en manos de Zhuyou.

Pei Yunshu decidió sabiamente: “No competir”.

Se dio la vuelta y se fue, abriéndose paso entre la multitud. Pei Yunshu tenía una
expresió n fría, y estas personas no se atrevían a hablar en voz alta, solo susurraban
en voz baja.

“La nueva dama se rindió ”.

¿Có mo no va a rendirse? Ahora toda la residencia del marqués está bajo el control
del joven marqués. Si quieres vivir bien, tienes que darle la cara al joven marqués.

Bueno, este hijo rebelde todavía se aprovechó de su poder en el sueñ o.

Pei Yunshu se enojó hasta las lágrimas.

Se giró y le lanzó a Zhuyou una mirada de advertencia. A los ojos de Zhuyou, esta
mirada lo obligó a dar un paso adelante, pero se detuvo enseguida.

Siguió con la mirada a Pei Yunshu hasta que su figura quedó oculta por las flores y
los árboles. Solo entonces rió disimuladamente.

***

Pei Yunshu siguió el ejemplo de un sirviente, salió de la residencia del marqués y se


dirigió hacia el palacio imperial.

Cuanto más se alejaba de la residencia del marqués, más podía escapar del control
del amo del sueñ o. Al llegar al palacio imperial, Pei Yunshu ya podía disimular su
figura y caminar con libertad.

Llegó al Saló n del Sándalo Fragante, donde había visto al emperador dos días antes.
Al entrar, no encontró a nadie. Tras buscar un rato, finalmente encontró al emperador
profundamente dormido en un palacio apartado.
Pei Yunshu entró para ver, y efectivamente, en el dedo índice derecho del emperador,
había un anillo con una gema roja incrustada.

El aura negra dentro de la gema roja circulaba como agua fluyente. La energía
demoníaca que la cubría ya era visible a simple vista, enredándose en las piernas del
emperador y ascendiendo lentamente.

La expresió n de Pei Yunshu se tornó seria. Inmediatamente, sacó la aguja de luz de


Buda de su bolsa, sujetó la mano derecha del emperador, la atravesó entre sus dedos
y cortó el anillo en dos.

El aura del Buda en esta fina aguja era tan efectiva como cortar mantequilla al lidiar
con seres demoníacos. Pei Yunshu envolvió el agua negra del anillo con un talismán y
la introdujo en un artefacto mágico con hechizos inscritos, suprimiéndola. Cuando
todo terminó , por fin pudo respirar aliviado.

Sin el anillo en el dedo, la respiració n del emperador se aligeró de repente. Sus


pestañ as temblaron, como si estuviera a punto de despertar del sueñ o.

Pei Yunshu lo dejó dormir, sujetándose la barbilla y observando la energía demoníaca


que aú n lo dominaba. Quería ayudarlo hasta el final, pero el emperador era, después
de todo, una persona comú n. La energía demoníaca podía ser entregada al abad, quien
la purificaba día a día mediante cánticos.

Tras decidir, Pei Yunshu no dudó . Tras salir del palacio imperial, buscó una posada
donde descansar. Se sentó en la habitació n, meditando, esperando a que el sueñ o
terminara.

Media hora después, de repente, se produjo una conmoció n afuera. Pei Yunshu abrió
los ojos, escuchó atentamente y oyó las voces de un grupo de jó venes. Al escuchar
con atenció n, incluso reconoció la voz de Zhuyou entre ellos.

Pequeñ o Marqués, ¿por qué tienes ganas de salir a jugar hoy? ¡Incluso nos trajiste a
una posada tan desconocida!

Zhuyou llevó a un grupo de personas a la habitació n donde Pei Yunshu descansaba.


Tras bloquearles el paso, no se molestó en llamar. Se apoyó en la puerta y gritó al
grupo de afuera: "Ayer, la nueva dama que llegó a la mansió n, mi padre se acaba de ir
hoy, y salió corriendo a coquetear por todas partes. ¿Qué hacemos?"

Dentro de la habitació n, Pei Yunshu intentó mantener la calma, cerrando los ojos
para meditar.

En un abrir y cerrar de ojos, vio su Alma Naciente. El Alma Naciente estaba tan
furioso que agarró las hojas sobre su cabeza, diciendo: "¡Golpéenlo! ¡Golpéenlo!"

Pei Yunshu dijo: “Yo también quiero golpearlo, pero él es el maestro del sueñ o”.

El Alma Naciente estaba tan enojada que arrancó una hoja del Á rbol de Nieve de
Abril.

"No te enojes", dijo Pei Yunshu con calma para sí mismo, "No estoy enojado en
absoluto".

Afuera, alguien le daba sugerencias a Zhuyou: «Joven Marqués, su señ orita es una
desobediente. Para evitar que tenga pensamientos inapropiados, debería darle una
lecció n».

Zhuyou estaba interesado en esto: "¿Có mo debería enseñ arle?"

"Golpéalo."

—Pero mi pequeñ a tiene la piel clara, tan tierna que podría sacarle agua —dijo
Zhuyou—. Si le pego, le dejaré marcas. ¿Y si piensa que soy guapo y quiere usar esas
marcas para acusarme falsamente de comportamiento inapropiado?

Pei Yunshu pensó : "¿Es esto algo que una persona debería decir?"

Pero sorprendentemente, el grupo de amigos de Zhuyou asintió en señ al de acuerdo y,


después de pensarlo un rato, dijeron: "El joven marqués tiene razó n".

Sí, nuestro joven marqués es guapo, elegante y encantador. Su apariencia es


inigualable. Es admirado por innumerables personas en la capital.
“Un joven marqués tan excelente aú n está soltero, y ni siquiera hay una concubina en
la mansió n”.

El joven marqués valora el afecto y la rectitud. Si le gusta alguien, sin duda lo tratará
bien.

“Es una gran fortuna ser querido por el joven marqués”.

La gente que estaba afuera hablaba sin parar, y Pei Yunshu se enfadó cada vez más. Al
final, se levantó de la cama y abrió la puerta a la fuerza.

Zhuyou, apoyado en la puerta, se apoyó rápidamente en el marco. Miró a Pei Yunshu,


quien salió inesperadamente sin previo aviso. Su rostro mostraba una sonrisa que
parecía una mueca de suficiencia: "Señ orita inesperadamente en la posada, ¿a quién
espera?".

El rostro inexpresivo de Pei Yunshu dijo: "Perturbante mi paz".

Los demás se quedaron sin palabras por un momento, luego se unieron a Zhuyou y
dijeron: "Joven Marqués, el temperamento de su pequeñ a dama no es pequeñ o".

Zhuyou asintió con aprobació n: "De hecho, el temperamento no es pequeñ o".

Pei Yunshu agarró las dos puertas con ambas manos, sin mirar al joven marqués.
Mientras seguían hablando sin parar, cerró la puerta.

En el momento antes de cerrarla, una mano presionó contra la puerta.

La fuerza de esta mano era inmensa, resistiendo con fuerza la puerta que se cerraba,
abriéndola cada vez más. Finalmente, una mano empujó la puerta y la otra agarró la
mano de Pei Yunshu por el hueco.

—Señ orita —atrajo a Pei Yunshu a sus brazos—, ¿está intentando dejarme fuera?

Pei Yunshu no pudo liberarse de él. Vio a los amigos zorros de Zhuyou mirándolo con
sorpresa, y la vergü enza lo inundó . Con los ojos bien cerrados, fingió desmayarse.
Sosteniendo a la pequeñ a dama fingiendo estar inconsciente, Zhuyou, con unas
cuantas zancadas, dejó atrás a sus amigos zorros. A toda prisa, regresó a la mansió n.

Al pasar junto a la gente de la mansió n, Zhuyou colocó a Pei Yunshu en la cama y, al


verlo fingir que se desmayaba, Zhuyou sintió un cosquilleo en la garganta.

Bajó la cabeza y sopló suavemente en el oído de Pei Yunshu: "¿Pequeñ a señ orita?"

Pei Yunshu, temeroso de volver a decir algo inapropiado, cerró los ojos con fuerza,
fingiendo no oír.

Zhuyou se rió entre dientes: "Me desmayé, ¿eh?"

Pei Yunshu pensó : «Me he desmayado. No quiero verte ni oírte. ¿Por qué no te vas?».

Zhuyou dijo: "Desmayarse es bueno".

Acarició el rostro de Pei Yunshu, levantó su cuerpo y le quitó la ropa exterior.

Luego levantó el dobladillo de la ropa interior y metió los dedos dentro.

Pei Yunshu le agarró la mano, se sobresaltó y se sentó directamente, mirando a


Zhuyou con ojos de fuego, "¿Qué estás haciendo?"

Los dedos de Zhuyou aú n estaban en su cintura, y Pei Yunshu los sujetó con fuerza,
intentando apartar su mano. Con todas sus fuerzas, Zhuyou permaneció firme como
una roca, sin moverse ni un centímetro.

Só lo en ese momento Pei Yunshu sintió que había crecido.

En poco más de medio mes, el otrora tierno Zhuyou, que solía recostarse en sus
brazos, abrazar su cuello y llamarlo juguetonamente "papá", realmente había crecido.

Un poco melancó lico, Pei Yunshu suavizó la voz: «Zhuyou, deja de hacer tonterías.
Papá ya se encargó de todo; disipemos el sueñ o».

Necesitaba sujetar ambas manos de Zhuyou para apenas resistir la travesura de una
mano, y Zhuyou levantó una ceja: "¿La señ orita se está portando mal de nuevo?"
Se subió a la cama, con todo su cuerpo presionando a Pei Yunshu, proyectando una
sombra sobre él desde abajo.

“Esta vez, castiga a la señ orita”, intensificó deliberadamente su respiració n nasal,


“castígala por tener sexo ilícito conmigo a espaldas de papá”.

"Si la señ orita no está de acuerdo, le diré al pú blico que me sedujiste. Si la señ orita
está dispuesta", sonrió , "mataremos a papá juntos y yo seré tu esposo, ¿de acuerdo?"

El rostro de Pei Yunshu era feo, y miró a Zhuyou con sorpresa y enojo.

Zhuyou lo miró un momento y, de repente, bajó de la cama. Tomó el abrigo de Pei


Yunshu y lo cubrió con él. Dijo con indiferencia: «Querido, por favor, no te tomes en
serio mis palabras. Solo estoy aquí para ver si cambias de opinió n. Mi pequeñ a se
portó bien. No se sintió tentada en absoluto por un rostro tan hermoso como el mío».

Al final de sus palabras, Pei Yunshu casi sintió como si estuviera rechinando los
dientes.

Zhuyou salió rápidamente por la puerta y le quitó la ropa a Pei Yunshu. Pei Yunshu se
quedó sentado en la cama, aturdido, un buen rato. Luego se levantó del suelo, miró a
su alrededor dos veces y gritó : "¡Que alguien venga!".

Una criada entró y Pei Yunshu preguntó : "¿Dó nde está esto?"

La criada dijo: “Señ ora, ésta es la habitació n del joven marqués”.

A Pei Yunshu el corazó n le dio un vuelco. Se apoyó en la pared y tuvo que pensar
más.

Le pidió a Zhuyou que estudiara y conociera a los niñ os del mundo, solo para
permitirle comprender algo de etiqueta, justicia e integridad.

Pero ahora, claramente Zhuyou no recuerda nada, claramente Zhuyou lo decía con
sinceridad cuando lo llamaba “papá”, pero ¿realmente tenía esos pensamientos sobre
su “papá”?
Pei Yunshu sabía que no eran padre e hijo, pero Zhuyou no. Para él, eran padre e hijo.
Incluso si lo fueran, ¿có mo podría hacerle algo así?

Cuanto más pensaba en ello más miedo tenía.

Pei Yunshu tragó saliva y sintió que no era adecuado quedarse allí por mucho tiempo,
así que le ordenó a la criada: "Por favor, tráeme algo de ropa".

Después de que la criada se fuera, Pei Yunshu pensó que también tenía ropa en su
bolsa, así que sacó una y se la puso. Después de arreglarse, decidió que era mejor
alejarse de Zhuyou cuanto antes.

Está bien enfrentar al recuperado Zhuyou, pero realmente no se atrevió a enfrentar al


pequeñ o Zhuyou que crió desde la infancia.

Era un niñ o tan bien portado, sonreía tan tiernamente y era tan obediente, ¿por qué
tenía esos pensamientos?

Pei Yunshu estaba desconcertado.

Pero esta vez, obviamente no pudo escapar.

Zhuyou y su gente bloquearon la entrada de la casa. Su rostro permanecía


inexpresivo y sus ojos, fijos en Pei Yunshu como una serpiente, estaban fijos en él.

“¿A dó nde quieres ir, señ orita?”

Pei Yunshu frunció el ceñ o. "¿Todavía no puedo salir?"

Zhuyou se burló dos veces y pidió a quienes estaban detrás de él que se acercaran.
Detrás de él había una docena de personas, cada una con una jarra de vino en sus
brazos. Zhuyou dijo: «Al principio quería fingir ser mi padre después de
emborracharme y convertir el arroz crudo en arroz cocido contigo, pero no esperaba
que quisieras escapar de mi lado. Eso es todo, no necesito beber, quiero estar sobrio,
así que tú recupérate y verás cuánto te quiere tu hijo».

Pei Yunshu estaba furioso: "¿Por qué eres tan descarado? ¡Nunca había visto a
alguien tan descarado!"
—Querida, aú n puedes usar veintiú n palabras para regañ arme. Eres muy enérgica. —
Los ojos oscuros de Zhuyou eran profundos y las comisuras de sus labios se elevaron.
Era obvio que sonreía, pero eso ponía los pelos de punta a todos—. Entonces,
señ orita, estarás en la cama conmigo. Pasemos veintiú n días juntos.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 81

Capítulo 82

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Zhuyou en realidad se sentía bastante incó modo.

Tras enterarse por su padre de la fuerza del Padre Dragó n, siempre tuvo la sensació n
de que Pei Yunshu sería arrebatado por él. Esta urgencia y ansiedad lo llevaron a
hacer y decir cosas que jamás había pensado hacer o decir.

No sabía có mo enfrentarse al Padre Dragó n, pero sabía que tenía que hacer algo.

Pei Yunshu no sabía en qué había fallado al educar adecuadamente a Zhuyou. El


dragó n, que solía ser obediente, se había vuelto bastante rebelde. Zhuyou, que antes
parecía inteligente, ahora había ocultado su lado astuto.

El rostro de Pei Yunshu se tornó bastante desagradable, indicando su creciente ira.


"Zhuyou, si no disipas el sueñ o pronto, saldré corriendo."

Zhuyou frunció el ceñ o. Tomó una jarra de vino de las manos de quienes estaban
detrás de él, pero antes de que pudiera darse la vuelta, Pei Yunshu le colocó un
talismán para dormir por detrás.

Tomado por sorpresa, Zhuyou relajó sus manos, sus ojos mostraron signos de
somnolencia y cayó pesadamente.

La jarra de vino hizo un ruido fuerte al caer al suelo, derramándose el líquido por
todas partes. Zhuyou cayó con fuerza, y Pei Yunshu se agachó a su lado, extendiendo
la mano para pellizcarle la cara.
La mejilla izquierda se puso roja y la mejilla derecha, en este rostro increíblemente
hermoso, ahora tenía dos marcas rojas.

—Los leopardos no pueden cambiar sus manchas —dijo Pei Yunshu con fiereza—.
Sobre todo cuando no te has transformado en dragó n. Un mocoso es tan audaz. Te
envié a muchas escuelas privadas, aprendí de muchos buenos maestros, ¿y aun así te
has vuelto peor? Antes eras un ignorante, y cualquiera podría elogiarte por ser lindo.
Ahora —dijo Pei Yunshu con desdén—, deja que papá te enseñ e los principios de ser
una persona.

Por suerte, Zhuyou no estaba preparado en absoluto. Aunque ya no podía usar magia,
los objetos de la bolsa seguían siendo muy efectivos.

Cuando el amo del sueñ o se duerme, parece que todo el mundo onírico también se
duerme. Los sirvientes que sostenían las jarras de vino también se durmieron
profundamente, y el viento estaba tan quieto que ni siquiera podía soplar.

Se pudo ver que Zhuyou tenía muchos defectos en su primer intento de ingresar al
sueñ o.

Pei Yunshu jaló la ropa de Zhuyou y, sosteniéndolo, caminó por el patio. Zhuyou era
insensible, y Pei Yunshu no sintió ninguna compasió n.

Cuando llegaron a una habitació n, Pei Yunshu arrojó a Zhuyou al suelo y se sentó a un
lado, pensando en có mo disciplinarlo.

Después de un rato, Pei Yunshu recordó algo de repente. Rebuscó en la bolsa de


almacenamiento y encontró un paquete de Cuerdas de Atadura Inmortales en un
rincó n.

Esta era la Cuerda de Atadura Inmortal de Zouyu, atrapada por la formació n de Pei
Yunshu en el Pabelló n del Viento del Sur. La había guardado en la bolsa de
almacenamiento, pero se había olvidado de ella hasta ahora.

Pei Yunshu sostuvo la Cuerda de Atadura Inmortal, y su consciencia divina entró en


ella, borrando la huella de Zouyu arriba, haciendo que la Cuerda de Atadura Inmortal
lo reconociera como su amo.
Su conciencia divina actual era mucho más alta que la de Zouyu, y este proceso no
tomó tiempo en absoluto.

Tras reconocerlo como su maestro, la Cuerda de Atadura Inmortal rozó con cariñ o
las yemas de los dedos de Pei Yunshu. Pei Yunshu la soltó y señ aló al inconsciente
Zhuyou con una sonrisa maliciosa: «Ve, ata a este insensato dragó n de la inundació n».

La Cuerda de Atadura Inmortal se extendió , atando firmemente a Zhuyou.

Pei Yunshu subió a Zhuyou a una silla, dio dos vueltas a su alrededor, y el alma
naciente en su mar espiritual saltó con entusiasmo: "¡Golpéalo! ¡Golpéalo!"

Pei Yunshu estaba ansioso por comenzar.

Después de disciplinar a Zhuyou, quien dormía profundamente, con poco efecto en su


duro exterior, Pei Yunshu estaba exhausto mientras que Zhuyou permaneció ileso.

Pei Yunshu sintió que esto no era lo suficientemente intimidante.

Tomó la espada Qingyue, pero dudó en usarla para tales fines. En cambio, sacó una
pequeñ a daga de la bolsa. Al rozar el mantel, la tela se partió , cortándolo como si
fuera mantequilla.

Pei Yunshu se acercó a Zhuyou y usó la daga para rasgarle la ropa.

Tenía intenció n de castrarlo.

***

El Amo del Sueñ o presentía una crisis que amenazaba su vida, incluso mientras
dormía. Todo el mundo onírico experimentó un cambio repentino, similar a una
profunda transformació n.

Justo cuando Pei Yunshu estaba a punto de hacer el corte, de repente sintió que el
mundo de los sueñ os se desmoronaba.

Arqueando una ceja, Pei Yunshu se sentó con las piernas cruzadas, liberó su
conciencia divina y decidió competir por el puesto de maestro de los sueñ os contra
Zhuyou.

Puede que Pei Yunshu no sea tan hábil manipulando sueñ os como Zhuyou, pero su
nivel de cultivo superó al de Zhuyou y su conciencia divina se acercó a la etapa de
Divinidad Naciente.

Chocó despiadadamente con la conciencia divina de Zhuyou, tomando el control de


todo el reino de los sueñ os. Aunque era un experimento, a Pei Yunshu le sorprendió
su simplicidad. Listo para salir del sueñ o, miró al inconsciente Zhuyou, sonrió con
sorna y, juguetonamente, le concedió un "sueñ o placentero".

***

Cuando Pei Yunshu despertó , salió de la habitació n y se dirigió a la habitació n lateral.


Zhuyou, acostado en la cama, se debatía en su sueñ o, mostrando signos de
incomodidad y empapado en sudor.

Zhuyou había crecido un poco más, pasando de ser un joven a un hombre joven. Tras
observarlo un rato, Pei Yunshu golpeó la cabeza de Zhuyou y lo despertó del sueñ o.

Zhuyou abrió los ojos lentamente y pareció muy afligido al ver a Pei Yunshu. "Papá,
Zhuyou tuvo una pesadilla".

"¿Una pesadilla?" Pei Yunshu frunció los labios, con una expresió n entre sonriente y
sarcástica. "Papá también tuvo una pesadilla".

La Cuerda de Atadura Inmortal voló y rodeó amenazadoramente a Zhuyou, quien se


encontraba junto a Pei Yunshu. Pei Yunshu blandía una daga reluciente, jugueteando
con ella, sin dejar de sonreírle a Zhuyou.

"¿Quieres escuchar de qué se trataba la pesadilla de papá, Zhuyou?"

Realmente había enojado a su padre.

Zhuyou se dio cuenta claramente de este hecho.

Abrió las piernas con valentía, exponiéndose a Pei Yunshu, e incluso se puso de pie
provocativamente y dijo: "¿Papá quiere cortármelas?"
Pero quieren tanto a papá, son adorables. ¿Có mo podría papá soportarlo?

Un destello frío brilló , y la daga rozó el muslo de Zhuyou, clavándose en la cama.


Inesperadamente, papá hablaba en serio. Zhuyou cerró los ojos y fingió desmayarse.

Sin embargo, aunque fingió estar inconsciente, la «raíz del mal» se mantuvo viva.
Bajo la severa mirada de Pei Yunshu, su excitació n aumentó .

Pei Yunshu, furioso, rió . En su furia, perdió la razó n. Retiró la daga, a punto de
ejecutar su amenaza, cuando una voz lo interrumpió : "¿Está aquí el Maestro
Inmortal?".

Pei Yunshu volvió a la realidad, apretando aú n más las ataduras de Zhuyou. Sintió un
poco de alivio.

Aunque Zhuyou era fácil de intimidar en ese momento, a Pei Yunshu le preocupaban
las consecuencias cuando se recuperara. ¿Volvería este dragó n insensato a atraparlo
en una cámara secreta tras recuperar sus fuerzas?

Además… Pei Yunshu sintió una punzada inesperada de arrepentimiento al pensar en


hacerle dañ o a Zhuyou.

Con pensamientos encontrados, Pei Yunshu guardó la daga y salió de la habitació n. La


luna brillaba con fuerza, y cualquiera sabría que no era apropiado visitarlo a esa
hora, pero aun así, el general había venido.

El general llevaba dos frascos de jade llenos de vino y, al ver a Pei Yunshu, sonrió con
ironía: «Estaba preocupado y, sin darme cuenta, vine hasta aquí. Después de gritar,
me arrepentí al instante. Debí haber perturbado el descanso del Maestro Inmortal».

—No hay problema —dijo Pei Yunshu con una sonrisa, sintiéndose bien con el
general—. ¿Por qué está bebiendo el general a estas horas?

El general suspiró , se sentó en una mesa de piedra en el patio y dijo: “Maestro


Inmortal, ¿quieres algo de beber?”

Después de reflexionar un rato, Pei Yunshu se sentó junto al general.


Era diferente de la gente comú n; su cuerpo estaba libre de la acumulació n de
diversos granos, puro y sin mancha. Su tez era tan blanca como el jade, brillando
incluso más que la luz de la luna en esa noche de luna.

El general percibió el aroma de la fragancia que emanaba gradualmente mientras Pei


Yunshu se acomodaba.

La delicada fragancia persistió , más etérea y distante que el incienso más preciado
del palacio imperial.

El general le entregó una jarra de vino a Pei Yunshu con aire melancó lico. «Maestro
Inmortal, ¿hay alguna manera de levantar la maldició n del emperador?»

Pei Yunshu jugó con la elegante jarra y, en respuesta, preguntó : "¿Crees que es fácil
eliminar la maldició n del emperador?"

El general miró la mano de Pei Yunshu, tomó un sorbo de vino y suspiró : «Para mí,
sin duda es difícil. Pero para el Maestro Inmortal, debería ser bastante fácil».

É l mostró una sonrisa, luego se levantó solemnemente e hizo una reverencia a Pei
Yunshu: "Por la gracia que me salvó la vida ese día, gracias, Maestro Inmortal".

Pei Yunshu respondió : "Ya has expresado tu gratitud".

El general meneó la cabeza: “No es suficiente”.

Su semblante era severo, pero al bajar la cabeza para mirar a Pei Yunshu, un atisbo de
dulzura apareció bajo la luz de la luna. «Maestro Inmortal, un favor que salva la vida,
nunca es suficiente».

Pei Yunshu sonrió : "Es suficiente para mí".

Mirando al cielo, continuó : «General, es tarde y beber es perjudicial para la salud.


Debería descansar».

—Maestro Inmortal... —El general detuvo a Pei Yunshu, envuelto en el color de la


noche, cuya tú nica oscura se fundía a la perfecció n con la noche. Era difícil discernir
su expresió n—. ¿Qué piensas de mí?
Pei Yunshu respondió : “El general es un buen general”.

El general preguntó : “¿Sabes por qué me convertí en general?”

Antes de que Pei Yunshu pudiera responder, el general continuó : “Porque parezco no
tener miedo a la muerte ni a matar”.

“Después de alcanzar una cima, siempre me espera otra”, dijo el general. “Pensé que
aquí terminaría. El mundo me parecía aburrido. Sin una cima que escalar, los deseos
de mi corazó n no tenían salida. Podía tener todo lo que quisiera, y para mí, ni
siquiera una pequeñ a onda parecía imposible”.

Pei Yunshu no esperaba que el general hablara así. Era muy diferente de la impresió n
que le había causado. También recordó las conspiraciones e intrigas de los libros que
había leído. Decidió mantener las distancias.

“General, si no hay nada más, iré a descansar.”

Las palabras de Pei Yunshu transmitieron claramente un sentimiento de despedida.

El general sonrió : “Hay una ú ltima cosa en la que necesito la guía del Maestro
Inmortal”.

Planeo construir un pequeñ o templo dedicado a los inmortales en la mansió n. El


ídolo entero será de jade. Después de fabricarlo, para evitar robos, ¿debería inscribir
mi nombre en el cuerpo de jade del inmortal?

"Debería ser aceptable", respondió Pei Yunshu. "No soy muy experto en esto;
deberías buscar consejo de otros".

El general expresó su gratitud, recogió los dos frascos de vino de la mesa y se fue
lentamente.

En la majestuosa Mansió n del General, incluso si usan jade finamente tallado para
crear una estatua inmortal, no debería temer ser robada, ¿verdad? Además, en los
ú ltimos días, el general no ha mostrado intenció n de hacer ofrendas a ningú n
inmortal.
Perplejo, Pei Yunshu se dio la vuelta y entró en la habitació n, con la intenció n de
seguir disciplinando a su hijo rebelde.

Sin embargo, cuando se acercó a la cama, vio que Zhuyou ya se había quedado
dormido, no fingiendo sino genuinamente dormido.

Mientras esperaba a un lado, Pei Yunshu no podía dormir. Decidió sentarse.

Cuando la luz del sol entró por la ventana, la persona en la cama aú n no se había
despertado.

Mientras esperaba pacientemente para disciplinarlo, Pei Yunshu no sabía que había
esperado dos días completos.

***

Zhuyou abrió lentamente los ojos. Antes de incorporarse, una voz clara sonó cerca de
su oído: «Hijo rebelde, ¿por fin has decidido despertar?».

Zhuyou dudó un momento, luego miró a Pei Yunshu con el rostro inexpresivo y la
mirada algo desconcertada. "¿Hijo rebelde?"

Pei Yunshu resopló y volvió a sacar la daga. "¿Te atreves a hablarle así a tu padre otra
vez? ¿Te atreves a hacerle esas cosas otra vez?"

Zhuyou miró a Pei Yunshu sin mostrar la menor emoció n. Parpadeó y, al cabo de un
rato, recordó lo que había hecho Pei Yunshu el mes pasado. Su expresió n cambiaba
constantemente, y la mirada que dirigía a Pei Yunshu se volvió cada vez más
compleja.

“Te traté como mi esposa, pero ¿quieres ser mi padre?”

"Esposa", dijo Zhuyou, "me siento profundamente herido".

De repente, se levantó de la cama, cargó a Pei Yunshu y lo aplastó contra ella. Sus
ojos negros lo miraron con seriedad, fingiendo una profunda ofensa. «Me
corrompiste».
Pei Yunshu fue sorprendido, agarrado por Zhuyou y lanzado al aire. Antes de que
pudiera recuperarse, escuchó las palabras de Zhuyou y estalló en carcajadas. "¿Tú ya
estabas corrompido, y dices que yo te corrompí?"

—Te extrañ o mucho —respondió Zhuyou sin darle importancia, besando


descaradamente a Pei Yunshu—. Quiero besarte.

Zhuyou no dudó en absoluto, abrió con fuerza los labios de Pei Yunshu y chupó su
lengua.

Sin ninguna habilidad, la fuerza fue dolorosa, y por un instante, Pei Yunshu fue
llevado de vuelta a la cámara sellada donde había estado atrapado durante cuarenta
y nueve días. Empujó a Zhuyou, temeroso y con ganas de retroceder.

Durante esos días, Pei Yunshu no sabía có mo había pasado el tiempo. Estaba aturdido
y su mente en blanco.

"Zhuyou..." Si Zhuyou no se hubiera recuperado, Pei Yunshu se habría quedado


ató nito. "¡No actú es imprudentemente!"

—Puedes hacerlo, esposa mía —Zhuyou se detuvo y volvió a besar a Pei Yunshu con
fuerza. Inclinando la cabeza, lo miró y lo animó —: Puedes hacerlo, esposa mía.

¿¿¿Qué puedo hacer???

Pei Yunshu estaba desconcertado. Apartando a Zhuyou, se esforzó por decir: "¡Aú n no
he saldado cuentas contigo!".

Zhuyou no se disculpó y dijo con cara seria: "Yo no hice eso".

Pei Yunshu, enojado y avergonzado, dijo: "¿Quién más podría ser? Eres el Alma del
Dragó n, eres Zhuyou, eres todo tú . ¿Qué más quieres decir?"

Pei Yunshu ya lo había descubierto; cada vez que Zhuyou hacía algo malo, actuaba
así. Claramente, no era inocente en absoluto. Era incluso más hábil para fingir que los
personajes de novelas, y aun así, siempre se las arreglaba para fingir la mayor
inocencia.
¡Las intrigas de este dragó n eran muy profundas!

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 82

Capítulo 82

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En la prueba del Demonio del Corazó n, Pei Yunshu sabía que Zhuyou eventualmente
se transformaría en una pequeñ a serpiente. Esta pequeñ a serpiente experimentaría
tormentas y tempestades antes de transformarse finalmente en un dragó n.

Sin embargo, todas estas eran fantasías del Demonio del Corazó n y no podían ser del
todo ciertas.

Pei Yunshu se vio obligado a tener un momento íntimo con Zhuyou, quien estaba
apretujado en la cama. Desde que Zhuyou despertó , inevitablemente, Pei Yunshu lo
encontró más apegado.

Un mes de convivencia con Pei Yunshu le brindó a Zhuyou una breve pero feliz
infancia. Sin embargo, esta infancia no le enseñ ó al dragó n del diluvio vergü enza ni
buenos modales. Al contrario, le inspiró a desear convertirse en la sombra de Pei
Yunshu.

Pei Yunshu se sintió como si estuviera criando a un niñ o de cientos de añ os.

Zhuyou enterró su cabeza en el abrazo de Pei Yunshu, diciendo coquetamente


repetidamente, "Te extrañ o", "Quiero aparearme", e incluso preguntando sobre los
sentimientos de Pei Yunshu durante su ú ltimo apareamiento.

Implícitamente, exhibió con orgullo sus logros, y no solo los consideraba buenos,
sino que quería que Pei Yunshu también los considerara así. Quería que Pei Yunshu lo
elogiara.
¿Qué más podría decir Pei Yunshu?

Claramente, Zhuyou era un dragó n de inundació n que no sabía nada, entonces,


¿cuándo aprendió en secreto tantas cosas inapropiadas?

Pei Yunshu reprendió severamente a Zhuyou. Zhuyou, intimidado por su expresió n


feroz, lo siguió obedientemente.

Los sirvientes de la residencia del general se sorprendieron al ver a Zhuyou. ¿Có mo


había crecido tanto este señ or en tan solo uno o dos días?

Al ver sus expresiones, Pei Yunshu los hizo retroceder, caminó hasta la sombra de un
árbol y se sentó . "Zhuyou, ¿dó nde pusiste a Huayue y a los demás?"

Zhuyou se sorprendió por la pregunta, parecía desconcertado, como si acabara de


recordar a ese grupo de personas.

Pei Yunshu suspiró : "No los olvidaste en algú n lugar, ¿verdad?"

Había pasado un mes entero desde que se separaron, y con la forma poco confiable
de hacer las cosas de Zhuyou, era posible que arrojara casualmente a Bai Lige y los
demás a algú n lugar desolado.

Zhuyou dijo lentamente: "No".

“¿Y entonces dó nde están?”

Después de pensarlo un momento, Zhuyou respondió : "En la costa oeste del Mar del
Este".

Con un tono algo incierto, Pei Yunshu simpatizó con Huayue, Bai Lige e incluso con el
inocente joven maestro Qingfeng.

Se frotó la frente y preguntó débilmente: "¿Estás seguro de que está en la costa oeste
del Mar del Este?"

Zhuyou pensó seriamente otra vez, asintió después de un rato, "Porque te gusta
comer cecina de la costa oeste".
No recordaba dó nde había dejado a Bai Lige y a los demás, pero recordaba dó nde
estaban las cosas favoritas de Pei Yunshu.

Bai Lige y los demás se quedaron donde a Pei Yunshu le gustaba la cecina.

Pei Yunshu se quedó ató nito, luego se aclaró la garganta y giró la cara: "¿Cuándo dije
que me gusta la cecina?"

Zhuyou insistió : "Sí".

Pei Yunshu no habló , pero su rostro se puso ligeramente rojo.

Por un instante, ninguno de los dos habló . Solo la suave brisa soplaba, alborotando el
cabello de Pei Yunshu. Zhuyou se levantó y caminó a su lado. Extendiendo con
cuidado las yemas de los dedos, enganchó el cabello de Pei Yunshu detrás de su oreja
y le dio un codazo en la mejilla.

Sus dedos se hundieron en la suavidad de la mejilla de Pei Yunshu como algodó n.

Después de pinchar una vez, Zhuyou siguió pinchando varias veces más,
disfrutándolo muchísimo.

Pei Yunshu no dijo si estaba bien o no, pero no movió los pies ni esquivó el gesto.
Aceptó tácitamente las pequeñ as acciones de Zhuyou.

Entonces, después de hurgar un rato, Zhuyou lo soltó , envolvió su brazo alrededor de


Pei Yunshu y cuidadosamente le picoteó la cara.

Pei Yunshu frunció los labios y Zhuyou le besó la comisura. Pei Yunshu apretó los
labios en silencio, pero su corazó n se aceleró .

El sonido sordo pareció audible para Zhuyou.

Su rostro se sonrojó , sintiéndose un poco avergonzado y en blanco.

Después de que Zhuyou terminó de besarlo, toda la cara de Pei Yunshu estaba roja,
como una persona de madera.
Zhuyou sostuvo a esta persona de madera en sus brazos, se sentó junto a la mesa de
piedra y levantó a Pei Yunshu para que sus pies no tocaran el suelo. La mente de Pei
Yunshu desapareció .

Después de un rato, finalmente habló : "Necesitamos encontrar a Hua Yue y los


demás".

Zhuyou asintió : "Encuentra".

Pei Yunshu se esforzó por pensar en algo más que decir: "También tenemos que
comprobar si realmente le han quitado el anillo al Emperador".

Zhuyou dijo: "Listo".

Pei Yunshu no tenía nada más que decir, pero el silencio le resultaba incó modo. Lo
pensó y de repente sintió que no debía ser así.

Originalmente pretendía ajustar cuentas con Zhuyou, pero ahora lo tenía en sus
brazos. ¿Qué estaba pasando?

Con este pensamiento, Pei Yunshu se despertó de repente.

Golpeó ferozmente a Zhuyou en el abdomen con el codo. Zhuyou hizo una mueca de
dolor, y Pei Yunshu aprovechó la oportunidad para zafarse de su abrazo, se ajustó la
ropa y miró a Zhuyou, quien se cubría el estó mago.

Cada movimiento revelaba la gracia de un cultivador del Alma Naciente. "Zhuyou,


dejando todo de lado, ¿puedes admitir que te equivocaste al entrar en el sueñ o?"

Zhuyou asintió en silencio.

Como se menciona en la novela, si la esposa está enojada, el marido debe calmarla.

Aunque no duela nada y el rasguñ o no sea lo suficientemente intenso, Zhuyou ya no


es el Zhuyou ignorante. Ahora es un dragó n de inundació n maduro. Así que, aunque
no sienta nada, aú n quiere honrar a su esposa y hacerla feliz.
El libro decía que cuando una mujer es feliz, el esposo se beneficia. Zhuyou esperaba
los beneficios tras hacer feliz a Pei Yunshu.

Zhuyou, con su buen comportamiento y admitiendo su error, complació bastante a


Pei Yunshu. Entrecerrando los ojos, Pei Yunshu lo miró y le preguntó : «Dime, ¿qué
error cometiste?».

Zhuyou frunció el ceñ o en secreto. ¿Qué error cometió ?

Incluso cuando se volvió pequeñ o y sus recuerdos volvieron a la infancia, todavía


estaba bastante satisfecho con su posesividad hacia Pei Yunshu.

No, no cometió ningú n error.

Pero al decirlo en voz alta, Zhuyou no pudo expresarlo así. Se disculpó sinceramente:
«Cometí muchos errores».

Pei Yunshu arqueó una ceja con cierta sorpresa. No esperaba que este dragó n de
inundació n aparentemente ingenuo tuviera una comprensió n tan clara del bien y del
mal. Examinó a Zhuyou de pies a cabeza, asintió con satisfacció n y dijo: «En efecto, al
menos sabes que has cometido errores de principio a fin».

Le dio una charla a Zhuyou durante unos quince minutos, y Zhuyou escuchó
atentamente. Parecía que hablaba en serio. Pei Yunshu, satisfecho con la rápida
comprensió n de Zhuyou, dijo: «Bueno, asegú rate de no volver a cometer los mismos
errores en el futuro».

Zhuyou respondió con seriedad: "Esposa, no volveré a cometer los mismos errores".

Pei Yunshu sonrió con sorna, con los ojos llenos de diversió n mientras miraba a
Zhuyou. "Muy bien, vámonos. Ahora, vayamos al palacio a ver có mo está el
Emperador".

Zhuyou asintió , y cuando Pei Yunshu se dio la vuelta para irse, se detuvo y lo miró .
Parecía algo incó modo. "¿Todavía te duele?"

Zhuyou dudó .
Dudó entre decir que no le dolía o que sí. Durante esta vacilació n, la expresió n de Pei
Yunshu se tornó hostil. Le advirtió a Zhuyou con una mirada severa y se marchó con
el rostro lleno de ira.

En la residencia del general, los presentes observaron có mo los dos inmortales se


marchaban uno tras otro. Ante sus ojos, Pei Yunshu, acompañ ado de Zhuyou, entró en
el palacio.

El Emperador estaba rodeado por una docena de monjes que recitaban escrituras. Su
rostro estaba sereno, acompañ ado por los melodiosos cantos budistas, y el humo
flotaba a su alrededor. Pei Yunshu miró a su alrededor y encontró al anciano abad
entre los monjes.

Las expresiones de los monjes eran solemnes, pero no tensas. Al ver esto, Pei Yunshu
supo que el Emperador estaba bien.

Salió del saló n con Zhuyou, y una vez afuera, Pei Yunshu preguntó : "Zhuyou, ¿qué era
esa aguja fina que usaste?"

—Lo cambié por una balanza —respondió Zhuyou—. Lo pagué.

Pei Yunshu estaba preocupado. «Usaste algo tan poderoso y comerciaste con
escamas. ¿Aceptó la otra persona?»

"Mis escamas también son poderosas", dijo Zhuyou.

Pei Yunshu se dio cuenta de que este problema no podía resolverse con conversació n.

Suspiró con cierta preocupació n y luego se animó . "No hablemos de esto. Ya que todo
está bien, Zhuyou, ¿qué tal si vamos a buscar a Hua Yue y a los demás?"

Naturalmente, Zhuyou siguió lo que Pei Yunshu sugirió .

Pei Yunshu obedeció . Al regresar a la residencia del general, descubrió que este no
estaba presente; estaba ocupado con asuntos oficiales. Pei Yunshu informó al
mayordomo de su partida.
El mayordomo se quedó ató nito. «Inmortal, ¿por qué no esperar a que el amo regrese
antes de despedirnos?»

Pei Yunshu sonrió . «Hace mucho que no veo a mis amigos. Ya no puedo esperar más».

Declinó cortésmente la insistencia del mayordomo, tomó a Zhuyou y abordó la


Espada Qingyue. La espada voladora ascendió al cielo y desapareció en un abrir y
cerrar de ojos.

Los guardias convocados por el mayordomo se acercaron corriendo, y este, mirando


al cielo, parecía aterrorizado. «Esto es terrible, esto es terrible».

¿Có mo podrían los mortales competir con los métodos de los inmortales?

Incluso si el General lo matara, no podrían quedarse con estos dos inmortales.

El mayordomo entró en pánico y pateó a uno de los guardias cercanos. "¡Rápido, ve a


buscar al amo!"

El guardia se levantó apresuradamente y, usando ambas manos y pies, corrió hacia


afuera.

***

En un abrir y cerrar de ojos, Pei Yunshu y Zhuyou volaron fuera de la capital.

Para no molestar a la gente comú n, volaron alto en el cielo y pronto llegaron a la


costa occidental del Mar del Este.

Al aterrizar en un lugar apartado, Pei Yunshu contempló el vasto mar. Al observarlo


más de cerca, parecía infinito.

Mucha gente vivía en la costa oriental del Mar del Este, pero pasaban toda su vida sin
ver el otro lado del mar.

Porque el Mar del Este era apenas un poco más grande que un lago para los
cultivadores.
Pei Yunshu disfrutó un rato de la brisa marina y luego se giró para mirar a Zhuyou,
repentinamente curioso. "Has vuelto a mudar de piel. ¿Tu cuerno de dragó n se ha
vuelto más grande?"

Zhuyou no percibió la burla en sus palabras. Observó el entorno y, al no ver a nadie,


adoptó su verdadera forma. Atravesando las piernas de Pei Yunshu, se elevó hacia el
cielo, cargándolo a la espalda.

Sin mencionar que los cuernos de dragó n de Zhuyou habían crecido más; eran casi
inexistentes.

Todo su cuerpo de dragó n se había encogido en un círculo completo, y sus garras de


dragó n seguían igual. El factor intimidante disminuyó significativamente al instante.
Si no prestabas atenció n, parecía una serpiente voladora.

Pei Yunshu miró a su alrededor con curiosidad, y finalmente vio los diminutos
cuernos de dragó n en la cabeza de Zhuyou. Una preocupació n paternal surgió en su
corazó n.

Tan pequeñ o que Bai Lige seguramente se burlaría cuando lo viera.

Pero no había nada que se pudiera hacer.

Al ver a Zhuyou así, Pei Yunshu no pudo evitar querer reír.

***

En la costa oeste del Mar del Este ya habían caído capas de nieve espesa.

De este lado, el invierno ha llegado y el Añ o Nuevo está a la vuelta de la esquina.


Todo está adornado con grandes faroles rojos y coplas primaverales rojas. En cuanto
Pei Yunshu y Zhuyou aterrizaron, ya se había acumulado una capa de nieve.

El aliento exhalado se convirtió en una neblina de calor, y cerca, alguien vendía


bollos humeantes. Pei Yunshu compró dos bollos grandes, uno para cada uno.
Comieron mientras observaban a su alrededor.
Las calles estaban llenas de gente, y los lugares donde se sacrificaban los cerdos
estaban rodeados por capas de gente. Todos los que entraban y salían lucían sonrisas
alegres, y la multitud aplacaba el viento frío.

Pei Yunshu y Zhuyou, con aspecto de forasteros adinerados, atrajeron a vendedores


entusiastas. No dejaban de llenarles las manos con artículos de sus puestos. Tras
pasar por la zona, ambos acabaron con un montó n de cosas en las manos.

A medida que la nieve caía cada vez más, más y más niñ os salían a jugar.

Zhuyou protegió a Pei Yunshu a su lado. Pei Yunshu lo miraba de vez en cuando, sin
poder contener la risa. «Zhuyou se ha convertido en un Zhuyou de nieve».

Zhuyou respondió : “La señ ora también es una dama hecha de nieve”.

"Llámame 'esposo'", los pensamientos de Pei Yunshu se desviaron, "Vamos,


obedientemente llámame esposo".

Zhuyou, como una esposa sumisa a regañ adientes, miró a Pei Yunshu. Después de un
largo rato, gritó de mala gana: «Esposo».

"Buen chico."

Pei Yunshu sonrió encantado, se puso de puntillas y le recompensó con un gran beso
en la frente.

A la entrada del callejó n, caían copos de nieve. Sin nadie alrededor, solo ellos dos
irradiaban calor.

Zhuyou bajó la mirada y miró a Pei Yunshu. Sin darse cuenta, lo besó suavemente en
los labios.

Tan ligero como los copos de nieve, pero portador de emociones que los copos de
nieve no podrían soportar.

Pei Yunshu susurró : “Una vez que los encontremos, vayamos y hagamos albó ndigas
juntos, cocinemos a fuego lento una abundante sopa de huesos y preparemos una
deliciosa salsa de carne”.
“Pollo asado”, dijo Zhuyou, “Descansa, yo haré pollo asado”.

Pei Yunshu asintió con un sonido suave y sus ojos se curvaron con alegría.

Amigos, ¿no saldréis rápidamente a darles la bienvenida?

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 83

Capítulo 83

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Zhuyou había olvidado hacía tiempo dó nde dejó a Bai Lige y los demás en la costa
oeste, pero había amenazado a Bai Lige, obligándolos a quedarse allí y no moverse.

Aunque Zhuyou solo era un rey demonio reconocido por una docena de demonios
mayores dentro de la Torre del Sellado Demoniaco, ¡siguió siendo un rey demonio!
¿Podría Bai Lige permitirse el lujo de no escucharlo?

Por lo tanto, Zhuyou se mostró bastante indiferente y bastante tranquilo: “Están aquí
mismo”.

Pei Yunshu asintió con seriedad.

La nieve se había acumulado en su cabeza y, a medida que los copos de nieve se


derretían, humedecían fácilmente su ropa y su cabello.

Zhuyou observó la nieve en su cabeza y le pareció muy agradable la apariencia de Pei


Yunshu. Así que, en secreto, usó el viento para envolver la nieve que aú n no había
caído, acumulando una mata de pelo blanco como la nieve.

Pei Yunshu paseaba alegremente por el callejó n con él. Al pasar por esta calle,
llegaron a otra, donde el ambiente festivo de Añ o Nuevo se respiraba por doquier. La
gente había encendido bambú , y los petardos resonaban y crepitaban de un extremo a
otro de la calle sin parar.
Pei Yunshu y Zhuyou disfrutaban de un día festivo así por primera vez. Zhuyou estaba
completamente despistado. Al ver a la gente ajetreada, le preguntó a Pei Yunshu:
"¿Qué están haciendo?".

Pei Yunshu también estaba medio enterado y parecía desconcertado.

En el mundo de la cultivació n, ¿dó nde está el concepto de añ os? Mucha gente incluso
olvida su propia edad poco a poco con el paso del tiempo.

Ya sea un aislamiento prolongado de varios añ os o uno breve de unos meses, el


tiempo fluye como un río, sin que valga la pena preocuparse por él día a día ni añ o
tras añ o. En semejante situació n, Zhuyou y Pei Yunshu desconocían su edad actual ni
cuántos añ os habían pasado.

Porque nunca antes habían vivido un “añ o” así.

Mientras caminaba por las calles, Pei Yunshu no olvidó mencionar a Hua Yue y Bai
Lige. Al cabo de un rato, Zhuyou lo agarró de la mano y lo llevó a otra parte de la
calle.

"Zhuyou, espera", Pei Yunshu se vio obligado a seguirlo. El paso de Zhuyou se aceleró ,
y Pei Yunshu tuvo que trotar para seguirle el paso. "¡Zhuyou, despacio!"

Había un inusual dejo de placer en la voz de Zhuyou. "Huelo el aroma del pollo".

Llevaron a Pei Yunshu al lugar donde estaban sacrificando pollos. Una mujer de
estatura mediana estaba allí, en cuclillas, mirando con deseo a los pollos en la jaula.
Agitando la mano con pompa, dijo: "¡Me llevo todos estos pollos y patos! Jefe, átelos.
¿Puedes llevármelos?".

Zhuyou frunció el ceñ o, dio un paso adelante y pateó a un lado, mirando a la mujer
agachada en el suelo. "Los patos son tuyos, mis gallinas".

La mujer levantó la vista, a punto de regañ ar, pero al ver a Zhuyou, se quedó
paralizada. Lo miró fijamente, completamente ató nita.

Girándose para mirar a Pei Yunshu, Zhuyou dijo: "Esposo, ella me está mirando".
Pei Yunshu dijo: "¿Y qué si mira? Que mire".

La mujer escuchó la voz de Pei Yunshu, giró la cabeza rígidamente y lo miró .


Parpadeó , se frotó los ojos para asegurarse de que no era un sueñ o, y luego no lo
podía creer. "Bella Yunshu..."

Pei Yunshu la miró sorprendido. “¿Hua Yue?”

Zhuyou observó sus expresiones emocionadas. Aunque no dijo nada, un aura fría
emanaba de él. Las gallinas y los patos en la jaula se asustaron con su aura, y ninguno
se atrevió a hacer ruido, acurrucados en un rincó n, temblando tanto que sus plumas
caían más rápido que copos de nieve.

El jefe intentó calmarlos, pero por mucho que lo intentó , no funcionó . Rascándose la
cabeza con ansiedad, Pei Yunshu también se dio cuenta de la situació n y rápidamente
apartó a Zhuyou del ganado.

Hua Yue miró con lágrimas a Pei Yunshu y Zhuyou. "Por fin vinieron a buscarnos.
Creí que la Bella Yunshu y el Señ or Zhuyou se habían olvidado de nosotros".

Pei Yunshu sonrió torpemente.

No lo había olvidado, pero Zhuyou era otra historia.

Hua Yue no paraba de hablar de todo lo ocurrido después de que Zhuyou los dejara.
Como Zhuyou les había ordenado que se quedaran, creyeron que los había eliminado
por grupos, primero sacándolos a los tres del Reino Secreto del Dios Dragó n y luego
trayendo a Pei Yunshu.

Pero inesperadamente, después de esperar dos meses completos, ¡todavía no había


señ ales de Zhuyou!

Bai Lige se enfureció en ese momento, golpeó la mesa y dijo que debía ser una
conspiració n de Zhuyou. ¡Zhuyou los separó y luego se fugó con Pei Yunshu!

¡Solo!

¡Quería hacer algo malo!


Sin embargo, tras una ira extrema, seguían indefensos. Solo podían quedarse en la
costa este, esperando a que Zhuyou trajera de vuelta a Pei Yunshu. Tras tanto esperar,
el ambiente festivo del exterior hizo que los dos demonios y un cultivador se dieran
cuenta de que ya casi era Añ o Nuevo.

“Para Añ o Nuevo, queremos comer pescado y carne de calidad”, dijo Hua Yue. “El
Patriarca me ordenó comprar carne. É l y el joven maestro Qingfeng comprarán vino,
y uno de ellos irá a escribir versos”.

Miró a Zhuyou, quien seguía de cerca a Pei Yunshu. Al pensar en que no había visto a
la Bella Yunshu en dos meses, se enojó y no pudo evitar añ adir con sarcasmo: «La
presió n del señ or Zhuyou es tan fuerte que esas gallinas y patos están tan asustados
que no se atreven a venir con nosotros. ¿Qué debemos hacer?».

Recuperándose, miró a Pei Yunshu con ojos color flor de durazno, parpadeando con
coquetería. Era el Hua Yue que se atrevía a todo por la belleza. El alma de dragó n de
Zhuyou lo aterraba en el Reino Secreto del Dios Dragó n, pero ahora que se había
recuperado, volvía a babear por el rostro de Pei Yunshu.

Pei Yunshu arqueó una ceja y palmeó su bolsa de almacenamiento con seguridad.
"¿Lo olvidaste? Al principio, Zhuyou y yo atrapamos una bolsa entera de pollos
salvajes de la Secta Shanshui. Esa bolsa todavía la tengo. Te alcanza para comer
ciento ochenta en un día".

Los ojos de Zhuyou se iluminaron y se acercó a Pei Yunshu. Este sacó otra bolsa de su
bolsa de almacenamiento y le dijo: «No puedes comer demasiado todos los días. Al
menos, tienes que mantenerte así durante al menos diez días».

Zhuyou asintió .

Los tres siguieron a la gente comú n. Lo que los demás compraban, ellos también.
Después de media hora, forcejeando con los brazos cargados de objetos, siguieron a
Hua Yue de vuelta al patio donde se alojaban.

Al ver a Pei Yunshu y Zhuyou, Bai Lige se llenó de alegría, mientras que el joven
maestro Qingfeng miró hacia arriba sin expresió n alguna y luego continuó
escribiendo versos.

Bai Lige llevaba una lanza, con la intenció n de luchar contra Zhuyou. "¡Necesito darte
una lecció n por haberme llevado a Yunshu durante tanto tiempo!"

Los dos empezaron a pelear en el patio, mientras Pei Yunshu y Hua Yue sostenían
agua caliente para escaldar las plumas de las gallinas. A mitad de la pelea, Zhuyou les
indicó a las gallinas que empezaran a desplumarse.

Junto al pozo había una tina llena de pescado, cada uno del tamañ o de un muslo. Hua
Yue fue a matarlo, y Pei Yunshu siguió el consejo de un cocinero que conocieron en el
camino: limpió las espinas que había comprado y las echó en una olla para preparar
una gran sopa de espinas.

Hoy era Nochevieja y mañ ana era Añ o Nuevo. Su celebració n del Añ o Nuevo era más
bien una imitació n, siguiendo a los vecinos en diversas actividades.

La sopa fresca coció a fuego lento todo el día, adquiriendo un aroma intenso al
anochecer. Pei Yunshu encontró las especias que había comprado, apartando las que
conocía y saboreando las desconocidas con los dedos.

Rodajas de jengibre, hojas fragantes, canela y más: el chef dijo que agregar estas
especias y dejarlas hervir a fuego lento durante un día después de retirar el sabor a
caza convertiría la sopa final en un color blanco lechoso, y un sorbo sería tan
fragante que podría morderte la lengua.

Cuando Pei Yunshu intentó mojar los condimentos, se sorprendió por el picante.
Después, se volvió más astuto, mojó otro juego de especias y detuvo a Zhuyou y Bai
Lige, pidiéndole que lo probara.

Cuando Zhuyou lo probó , después de unos segundos, frunció el ceñ o. "Amargo".

De repente, Pei Yunshu se dio cuenta: "Está bien, continú en".

Zhuyou ya no estaba interesado en jugar con Bai Lige. Lo dejó atrás y siguió a Pei
Yunshu, observando có mo este añ adía condimentos a la sopa.
Al otro lado, Hua Yue terminó de matar al pez, suspiró aliviado, se lavó las manos
junto al pozo y, al regresar, descubrió que el pescado de la tabla de cortar había
desaparecido. Se sorprendió y miró rápidamente a su alrededor. Solo vio la cola de un
gato salvaje asomando por encima del muro.

¡Hua Yue estaba furioso!

Señ aló a Bai Lige y lo regañ ó , luego señ aló a Zhuyou: "¡Están ociosos en el patio, y el
pez que tanto me costó matar se lo llevó un gato salvaje, y ni siquiera se dieron
cuenta! ¿Se hacen llamar grandes demonios? ¡¿Ni siquiera pueden cuidar sus propios
peces en casa?!"

Quejas interminables, sin repetir palabra. Comparados con los halagos, los dos meses
de vida en el mundo mortal parecían haber potenciado la capacidad de Hua Yue para
maldecir a la gente.

Pei Yunshu estaba echando leñ a al fuego, cubierto por una gruesa capa de nieve. La
leñ a ya estaba bastante hú meda, lo que dificultaba mucho su combustió n. Pei Yunshu
tenía la cara manchada de hollín, pero no se dio cuenta, mirando a Hua Yue. "¿Ha
desaparecido el pescado?"

Hua Yue, angustiada, dijo: "Bella Yunshu, míralos".

Pei Yunshu se giró para mirar a Zhuyou y Bai Lige.

Zhuyou le entregaba leñ a a Pei Yunshu con seriedad, con ojos inocentes. Pei Yunshu
volvió a mirar hacia atrás, y Bai Lige, con solemnidad, le indicaba al joven maestro
Qingfeng que pegara versos, señ alando a izquierda y derecha. El rostro del joven
maestro Qingfeng palideció .

Pei Yunshu parpadeó y se giró para mirar a Hua Yue, que ya tenía los ojos llorosos.

Indefenso, solo pudo dejar que Zhuyou quemara la leñ a y luego llamó a Bai Lige para
que matara el pescado para Hua Yue. É l y Hua Yue ayudaron al joven maestro
Qingfeng a pegar versos.
La escritura del joven maestro Qingfeng era pulcra y ordenada, trazo a trazo. Pei
Yunshu y Hua Yue eran mucho más fiables, sujetando la pasta de arroz y pegándola
con pulcritud.

Justo cuando la olla de aceite de cerdo finalmente se había evaporado, Bai Lige, a toda
prisa, dejó el pescado aú n vivo en la tabla de cortar, levantó ansiosamente la tapa de
la olla y de repente estaba cubierto de aceite, "¡Yunshu, sálvame!"

Pei Yunshu se apresuró y Zhuyou lo protegió desde atrás, temiendo que las gotas de
aceite le salpicaran.

Bai Lige tenía prisa: "¿Qué debemos hacer al respecto?"

Pei Yunshu, sin darse cuenta de la situació n, dijo: "¡Dale la vuelta al cerdo!"

Pero tan pronto como Bai Lige movió la espátula, una explosió n de llamas se
encendió repentinamente en la olla, feroces e intensas, dejando a Bai Lige
desconcertado.

Tras una serie de momentos frenéticos, finalmente vertieron el aceite de cerdo de la


olla. A la gente de la costa oeste le encantaban los panqueques, y Pei Yunshu había
visto a muchas familias preparándolos en la calle. Preparó todo, recogió la olla, les
pidió que se apartaran y esparció con cuidado el aceite sobre la superficie.
Extendieron la masa preparada en la olla y luego añ adieron huevos y especias
encima. Un panqueque fragante y aceitoso salió de la olla.

Al ser la primera vez, todavía había algo de torpeza y los lados del panqueque
estaban algo quemados, pero con muchos huevos y especias, no sabía amargo sino
más bien deliciosamente fragante.

Zhuyou y Bai Lige estaban a un lado, observando con entusiasmo. Hua Yue y el joven
maestro Qingfeng también se acercaron, oliendo la fragancia y sintiendo mucha
hambre.

Pei Yunshu, torpemente, tomó el panqueque y lo puso en un tazó n. Miró a su


alrededor: "¿Dó nde está la salsa de carne?".
Hua Yue tragó saliva, corrió a la casa, sacó la salsa de carne y Pei Yunshu tomó un
poco, la esparció sobre el panqueque, dándole un color de salsa tentador.

La salsa de carne se compraba a un precio muy alto en un restaurante, donde se decía


que era una receta secreta de hace cien añ os. Era muy popular en la costa oeste, y
hacían cola para comprar cinco o seis latas.

El panqueque estaba tibio, el huevo estaba fragante y Pei Yunshu tomó el panqueque,
se dio la vuelta y se encontró con las miradas de cuatro personas.

Pei Yunshu: “…”

¿No debería ser yo, el jefe de cocina, quien pruebe el primer bocado?

Entre estas cuatro personas, la que tenía menos vergü enza habló primero: “Esposo,
quiero comer”.

Zhuyou señ aló el panqueque enrollado en la mano de Pei Yunshu: "Tú dale un
mordisco, y yo dale un mordisco".

Satisfecho.

Pei Yunshu le entregó el panqueque directamente.

Las otras personas estaban demasiado avergonzadas para competir con Zhuyou,
principalmente porque no podían ganar. Solo podían observar con entusiasmo desde
un costado. Cuando Zhuyou probó un bocado, preguntaron con ansiedad: "¿Qué tal?".

"¿Está delicioso?"

“¿Es bueno o no?”

Zhuyou abrió la boca de par en par y, en dos o tres bocados, se tragó el panqueque
enrollado. El aroma fragante inundó todo el patio.

"Delicioso", repitió Zhuyou, con los ojos brillantes mientras miraba a Pei Yunshu.

Los demás se pusieron nerviosos. «Yunshu, ¿haz otro o me dejas hacerlo yo? Parece
bastante sencillo».
Como también tenía hambre, Pei Yunshu le cedió el puesto de chef a Hua Yue, quien
tenía algunas habilidades culinarias. Hua Yue rápidamente esparció el aceite y
comenzó a preparar panqueques.

Después de que Hua Yue se volvió experto, era mucho más rápido que Pei Yunshu.
Mientras preparaba los panqueques, otros los mojaban en salsa de carne y los
enrollaban, suaves y fragantes, saciando su hambre.

Se preparó una mesa pequeñ a y en otra estufa se cocinaba sopa de pescado a fuego
lento. Se encendió el fuego y todos se sentaron junto a él, observando la nevada,
disfrutando de los panqueques y bebiendo vino.

"¿Será la cena aú n más suntuosa esta noche?" Bai Lige la esperaba con ansias. "Desde
que Yunshu me dejó , no he comido el pollo salvaje de la Secta Shanshui en más de un
mes. Los pollos salvajes aquí en el reino mortal no se comparan con los criados en la
Montañ a Ling; no son tan masticables."

Pei Yunshu fingió darse cuenta de repente: "Entonces, Bai Lige, ¿solo estabas
pensando en pollos salvajes?"

"¿Có mo puedes decir eso?", dijo Bai Lige. "Mientras Yunshu esté a salvo a mi lado,
estoy dispuesto a dejar de comer pollo para siempre".

Zhuyou lo miró disgustado.

Bai Lige rió con ganas: "Quería preguntarte, ¿por qué Zhuyou se ve mucho más joven
en solo un mes? ¿Tomaste algú n elixir o algo así?"

En cuanto terminó de hablar, Pei Yunshu se levantó de repente y se dirigió a la estufa.


"¿Por qué se apagó el fuego de la sopa? Zhuyou, ¿estás holgazaneando?"

Zhuyou se levantó y siguió obedientemente a Pei Yunshu para reiniciar el fuego.

Bai Lige miró al joven maestro Qingfeng, reflexionando con una sonrisa, y mencionó
otro tema.
Cuanto más tiempo se cocina a fuego lento la sopa de huesos grandes, más fragante se
vuelve. Cuando está bien hecha, se espesa y adquiere un color blanco lechoso, lo que
la hace increíblemente deliciosa. Al anochecer, Pei Yunshu vio que la sopa había
adquirido ese color. La probó y asintió : «No está mal, no está mal».

Tras probar solo un poco, sus labios se llenaron de aroma y un calor se extendió por
su cuerpo, despertando el hambre en sus ó rganos. Pei Yunshu volvió a tapar la olla,
planeando cocinarla a fuego lento durante una hora más antes de ayudar a Hua Yue a
preparar otros platos.

Todos se pusieron manos a la obra, pues era la primera vez que disfrutaban de una
celebració n de Añ o Nuevo en el mundo mortal. Todos estuvieron muy ocupados,
cocinando la sopa de pescado a fuego lento desde el mediodía hasta entonces. El
delicioso aroma atrajo a los niñ os curiosos de las casas cercanas.

Con dinero, disfrutaron de un festín de comidas gratis. Fue una experiencia


verdaderamente alegre.

Pei Yunshu le dio a Zhuyou dos puñ ados de frutas dulces para distribuir entre los
niñ os que estaban afuera.

Cuando Zhuyou salió , regresó con las manos vacías, pero había una leve sonrisa de
orgullo en su rostro.

Caminó hacia Pei Yunshu: "No me tienen ningú n miedo. Elogiaron la comida que
preparaste y dijeron que debía estar deliciosa".

Pei Yunshu se sintió un poco avergonzado: "También es gracias a Hua Yue y al joven
maestro Qingfeng".

Zhuyou dijo: "Eres el mejor".

Su mirada se dirigió a la olla de sopa de hueso grande, y Pei Yunshu supo que el tonto
dragó n de la inundació n había vuelto a atacar. Le encantaba escuchar montones de
elogios.
Sin embargo, la gente de por aquí no estaba tan dispuesta a gastar dinero como antes.
Quizás solo disfrutaran de una comida un poco más festiva durante el Añ o Nuevo. En
ese sentido, estaban haciendo una buena obra. Pei Yunshu encontró unos cuantos
pares de tazones y palillos, los llenó con la sopa de hueso grande y les pidió a
Zhuyou, Bai Lige y al joven maestro Qingfeng que los entregaran a las casas vecinas.

Los tres se fueron obedientemente, y cuando regresaron, incluso el joven maestro


Qingfeng tenía una leve sonrisa en su rostro.

Poco después, la gente de las casas cercanas también llegó con regalos, que se
colocaron en la mesa del comedor. Al acercarse la hora, varias personas se reunieron
y juntos prepararon dumplings.

Charlando y burlándose de sus mal hechas albó ndigas, todos rieron. Pei Yunshu miró
la nieve caer por la ventana y, a pesar de la risa, sintió un calor abrasador en el
corazó n.

¿Qué maravilloso sería si siempre pudiera ser así?

Hua Yue habló por él: “Si hubiera tanta comida deliciosa todos los días y pudiéramos
estar con amigos, entonces la vida sería genial”.

El joven maestro Qingfeng no pudo contenerse y dijo abruptamente: "No soy tu


amigo".

"Lo sé, eres un prisionero", dijo Hua Yue con indiferencia, "Tampoco te considero un
amigo".

Las albó ndigas en la mano del joven maestro Qingfeng se deformaron debido a que
las encerró de esa manera.

Pei Yunshu rio entre dientes y luego estalló en carcajadas. Empezó a persuadirlo
abiertamente: «Joven Maestro Qingfeng, ¿por qué molestarse en jurar lealtad a la
Secta del Brocado de Flores? El camino recto y la cultivació n demoníaca no son
necesariamente relaciones de vida o muerte. Es solo que la Secta del Brocado de
Flores no es para usted».
La reputació n de la Secta Brocado de Flores era extremadamente mala incluso entre
los cultivadores demoníacos.

El joven maestro Qingfeng dijo: "¿Có mo podría traicionar a mi secta?"

Sus ojos estaban claros y mostraban claramente un conflicto entre su corazó n y sus
palabras.

Al oír esto, Pei Yunshu se quedó en silencio de repente. Contuvo la risa, tomó una
jarra de vino y salió de la habitació n.

Afuera de la ventana, nevaba con fuerza. Se quedó de pie bajo el alero, y los copos de
nieve le llegaban al frente con el viento.

El joven maestro Qingfeng abrió la boca, con una pizca de arrepentimiento en su


rostro.

Zhuyou le advirtió con una mirada y luego lo siguió afuera.

Pei Yunshu escuchó los pasos pero no se dio la vuelta.

Traicionando a la secta.

Incluso los cultivadores demoníacos sabían que no podían abandonar sus sectas
casualmente, pero Pei Yunshu simplemente se fue tan abiertamente y
despreocupadamente.

Cortó lazos sin pedir permiso, aplastó la placa de madera y envió una carta al líder
de la secta, considerándolo una ruptura total.

Incluso la tranquilidad que sintió en ese momento hizo que el propio Pei Yunshu
dudara de si era inherentemente indiferente y despiadado.

¿Fue un desagradecido?

¿Era un traidor?

La razó n para traicionar a la secta, esa razó n, no podía entenderla.


En aquel entonces, en la mansió n de Bai Lige, Bai Lige sacó el “Gu vinculado a las
emociones”. ¿Y luego?

¿Qué pasó después de eso?

El gran maestro recuperó la memoria, pero ¿por qué seguía incompleta? Bai Lige dijo
que ya había roto lazos con la secta, ¿por qué no la recordaba?

¿Lo sabía el maestro?

¿Lo sabían sus hermanos mayores?

¿Y por qué dijo: “Hermano mayor, no puedes romperme las piernas” después de
emborracharse con Yuncheng?

Pei Yunshu observó los copos de nieve caer al suelo, sintiendo un enorme vacío en su
corazó n.

Traicionó a la secta.

¿Pero el motivo de la traició n…?

¿Porque el gran maestro atrapó a Zhuyou y a los demás, porque el maestro quería
matar a Zhuyou, porque el gran maestro selló sus recuerdos, porque el gran maestro
quería extraer sus raíces emocionales, porque el gran maestro y los hermanos
mayores tenían malas intenciones hacia él?

¿Por esos repentinos destellos de imágenes en su mente?

Sintió como si miles de finas agujas le atravesaran el cerebro simultáneamente. El


intenso dolor hizo que Pei Yunshu se encorvara, intentando inconscientemente
contenerlo.

Dos manos lo sujetaron por los hombros y lo abrazaron por detrás. Zhuyou liberó
una mano y frotó la frente de Pei Yunshu.

“Después de esta noche, déjame echar un vistazo más de cerca a tu mar de


conciencia”, la voz de Zhuyou era baja, particularmente agradable, “Esposa, no tengas
prisa”.

Pei Yunshu respiró profundamente, sin pensar más, y el dolor se desvaneció


lentamente.

"Zhuyou", murmuró para sí mismo, "¿De verdad soy desagradecido con la secta?"

Zhuyou extendió su mano para abrazarlo, levantó su barbilla y dejó un beso en la


frente de Pei Yunshu.

“Tu felicidad es lo más importante”.

Pero Pei Yunshu no estaba contento con la secta.

Esa razó n por sí sola fue suficiente.

Le bastó con abandonar la secta.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 84

Capítulo 84

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Ciudad de Nanxi.

El padre de Tiger despidió a los dos inmortales temblando. "Dos Maestros


Inmortales, ¿de verdad mi esposa se topó con un demonio?"

Los dos inmortales, vestidos con tú nicas taoístas, ondeaban al viento. Parecían
jó venes, pero su aura era profunda, emanando una elegancia celestial que no se
encuentra en la gente comú n.

Uno de los inmortales sonrió levemente: «Segú n lo que dijo tu esposa, la persona con
la que se topó pudo hacerla ver una inundació n de cadáveres flotando. Si no es un
demonio, ¿qué otra cosa podría ser?».

El padre de Tiger expresó su gratitud con incontables palabras, y los dos inmortales
abandonaron su hogar. En otro rincó n, encontraron un talismán del Espíritu
Calmante pegado en la pared.

—Hermano mayor, mira esto —dijo uno de los inmortales, arrancó el talismán y lo
contempló un rato. Miró a lo lejos—. La mujer no sabe el nombre del padre de esa
pareja, pero sabe que el hijo se llama Yunjiao.

—Yunjiao, ¿eh?

“El cuarto hermano menor es realmente diferente de los más jó venes”.


El hermano mayor detrás de él permaneció inexpresivo, pero una sombra pasó por
sus ojos.

"Hermano mayor", Yuncheng se dio la vuelta, "¿te sientes particularmente celoso?"

—Sin fluctuaciones significativas —el hermano mayor cerró los ojos—. Recibí
enseñ anzas del Maestro y el Patriarca en el Acantilado Sigo durante varios días. El
corazó n de Yunjing está tan tranquilo como un lago en calma. Al enterarme de las
noticias de los dos hermanos menores, me siento particularmente complacido.

"Complacido", murmuró Yuncheng para sí mismo, y de repente sonrió . "Es normal


estar complacido. Pero ya seas tú o yo, o el Maestro y el Patriarca, me temo que
ninguno de nosotros esperaba que nuestro Hermano Menor Yunjiao tuviera tales
habilidades".

Mostró una expresió n juguetona: «Transformarse en un niñ o y poseer tales


habilidades. Cuando el Maestro lo tomó como discípulo, me pareció extrañ o. Ahora,
parece que el Hermano Menor tenía razó n. Nuestro Hermano Menor Yunjiao es un
auténtico monstruo».

"¿Un demonio dragó n de la inundació n?" dijo de repente el hermano mayor.

"Quién sabe", dijo Yuncheng casualmente mientras caminaban hacia el patio donde
una vez vivió Pei Yunshu, "Ya sea que el dragó n de la inundació n esté enredado
alrededor del Hermano Menor o no, Yunjiao es sin duda la razó n por la que el
Hermano Menor dejó la secta".

En el reino mortal, hay un dicho que dice: «Las palabras engañ osas engañ an al
pú blico». El demonio engañ ó a mi hermano menor, y aunque lo entiendo, sigo
disgustado en mi corazó n.

El hermano mayor guardó silencio hasta que llegaron al frente del patio. Entonces
habló en voz baja: «El hermano menor es joven; es comprensible».

Yuncheng dijo: "Eso es lo que pienso también".


Los dos nunca mencionaron los sentimientos que tuvieron cuando supieron que Pei
Yunshu había abandonado la Secta Shanshui.

Incluso si los recuerdos estaban sellados, ¿el Hermano Menor tenía que abandonar la
secta?

Ah, cierto, el Gran Maestro le quitó las cuerdas emocionales al Hermano Menor, lo
que provocó que perdiera sus sentimientos por la secta, por lo que se fue tan
fácilmente.

No fue culpa de Junior Yunshu; fue porque Junior Yunshu perdió sus raíces
emocionales.

Un Hermano Menor sin raíces emocionales naturalmente perdería la capacidad de


distinguir el bien del mal al ser hechizado por un demonio.

La puerta se abrió con un crujido. El patio ya no estaba habitado. Se adentraron más


en el patio y descubrieron que no quedaba gran cosa.

Las habitaciones estaban vacías, sin camas, colchones ni ollas ni sartenes que usaran
los residentes. Todo había desaparecido.

"Es demasiado tarde", dijo el hermano mayor con un suspiro.

"Es muy difícil de encontrar", suspiró Yuncheng, se sentó junto a una mesa de piedra
bajo un árbol y se frotó la frente. "Nos costó mucho rastrear sus huellas a partir de la
palabra 'Yunjiao'. Después de eso, no sabemos nada de adó nde irán ni qué harán".

El hermano mayor se quedó en silencio junto al árbol por un rato antes de hablar con
voz tranquila: "Hermano menor, ¿por qué crees que el hermano menor Yunshu
correría a un lugar tan remoto?"

“Hermano mayor, tu pregunta es divertida.”

Le quitó la piel que cubría el corazó n a Yunjing, revelando una herida sangrante. Jugó
con el filo sangrante y, cerrando su propio corazó n frío, dijo: «Claro, es para
evitarnos».
***

Había albó ndigas sobre una mesa, en su mayoría poco atractivas y con el relleno a la
vista. Cada persona tenía un tazó n de fragante sopa de huesos grandes a su lado. Al
mirar por encima de la mesa, todo era carne.

Aparte de la carne, só lo había carne.

Todos comieron felices. Después de comer unos bocados, Pei Yunshu se sintió un
poco abrumado. Sostuvo su sopa, bebiéndola sorbo a sorbo. Al final, se vio obligado a
beber unas copas más de vino.

Una vez que el vino entró en su estó mago, todo su cuerpo se calentó y su rostro
rápidamente se puso rojo.

Pei Yunshu, cuando estaba borracho, era muy obediente. Se atrevía a todo, pegándose
a los demás como una linda sombra.

Una linda sombra que Zhuyou deseaba mucho.

Así que Zhuyou no solo no lo detuvo, sino que también animó a Pei Yunshu a beber
unas copas más de vino. Cuando Pei Yunshu estaba borracho y confundido, Zhuyou
extendió los brazos, lo levantó y se dirigió a otro patio.

El joven maestro Qingfeng preguntó desde la mesa: "¿A dó nde lo llevas?"

Zhuyou no quería molestarlo, pero tras pensarlo un momento, se giró y encaró a las
tres personas en la mesa. Mirando a Pei Yunshu en sus brazos, dijo: «Bésame».

Pei Yunshu abrió los ojos obedientemente, rodeó el cuello de Zhuyou y besó su
barbilla.

Los dos demonios y el humano en la mesa observaban con atenció n. Vieron a Pei
Yunshu, siguiendo las palabras de Zhuyou, levantar la cabeza para besarlo. Vieron a
Zhuyou bajar la cabeza deliberadamente, intentando que el beso cayera en su
barbilla, pero terminó en sus labios.

Zhuyou animó : “No es suficiente, es más”.


Pei Yunshu luchó por morderse los labios.

Zhuyou dijo: "Buen chico".

Frotó la mejilla roja de Pei Yunshu, y Pei Yunshu también se frotó contra él. Zhuyou
lo abrazó con más fuerza, y Pei Yunshu se recostó sobre su hombro.

Parecían muy íntimos.

Zhu You miró con indiferencia a la persona que estaba junto a la mesa antes de darse
la vuelta y marcharse, todavía sosteniendo a Pei Yunshu.

Las tres personas que quedaban en la mesa aú n sostenían sus palillos. Bai Lige fue el
primero en decir: «Ya comieron hasta saciarse. ¿Están todos llenos también?».

Con calma tomó un trozo de carne con sus palillos, felizmente se lo puso en la boca y
tomó un sorbo de sopa, elogiando la sopa de huesos grandes sin cesar: "Con solo
escuchar unas pocas palabras, Yunshu puede hacer algo tan bueno.

Hua Yue, sintiéndose triste, también tomó un sorbo de la sopa de huesos grandes.

“La belleza Yunshu y el Señ or Zhuyou han perdido su yuan yang”.

Sus palabras fueron como un trueno en un día tranquilo. Bai Lige exclamó : "¿Qué
dijiste? ¿Ambos...?"

Hua Yue asintió en silencio, suspiró profundamente y luego se animó : "¡El señ or
Zhuyou es realmente astuto! Nos separó deliberadamente, estableciendo una relació n
de marido y mujer con la bella Yunshu. ¡Hmph! ¿Có mo pude yo, Hua Yue, rendirme
tan fácilmente? ¡Me niego a creer que con mi belleza no esté calificada para ser la
pareja de la bella Yunshu!"

Bai Lige se burló sin piedad: "Puede que estés calificado, pero ¿Zhuyou te permitirá
ser el socio de Yunshu?"

Hua Yue se atragantó .

Bai Lige continuó : "¿Yunshu quiere que seas su compañ ero?"


Hua Yue abrió la boca pero no pudo decir nada.

Bai Lige parecía sereno mientras se servía una copa de vino. «Si no puedes derrotar a
esa serpiente malvada, no, ya debería ser un dragó n malvado. Si no puedes derrotar a
ese dragó n malvado, entonces reprime tus pensamientos. No sueñ es despierto».

Tomó un sorbo de vino e hizo un sonido de sorpresa: "Qingfeng, ¿por qué no estás
comiendo?"

El joven maestro Qingfeng dejó los palillos y dijo con frialdad: «Si tienes algo que
decir, habla directamente. No hay necesidad de andar con rodeos».

Bai Lige se preguntó : "¿Cuándo anduve con rodeos?"

El joven maestro Qingfeng se burló : «Entonces seré directo. Nunca me ha gustado la


gente que causa problemas y crea caos. Si me estás advirtiendo, te equivocas. No le
tengo ningú n cariñ o a Pei Yunshu, y mucho menos le hago algo irracional. Es
imposible; ni siquiera necesitas pensarlo».

Su voz se alzó más fuerte y su expresió n se tornó más agitada. Incluso parecía querer
ponerse de pie, con las venas abultadas en el dorso de la mano.

Hua Yue lo había jalado muchas veces, pero siempre se lo quitaba de encima. Cuando
finalmente gritó la ú ltima frase, Bai Lige guardó silencio, indicándole que mirara
hacia atrás.

El joven maestro Qingfeng se puso rígido. Se giró lentamente para mirar atrás.

Pei Yunshu estaba de pie junto a la puerta, con expresió n imperceptible mientras
giraba su rostro, revelando solo la mitad de su perfil sin emociones.

Zhuyou estaba de pie junto a él con una amplia sonrisa. Cuando los tres lo miraron,
dijo cortésmente: «Sigan hablando».

Sigue hablando, de hecho.

Zhuyou no podía dejar de reír.


El joven maestro Qingfeng se quedó paralizado. Hua Yue no pudo soportarlo. Fue el
primero en hablar: "¿No se supone que debes llevar a la belleza Yunshu a la cama?"

“Tu esposa tiene sed”, Zhuyou se acercó y tomó una jarra de agua caliente.

Con el agua en la mano izquierda, al acercarse a la puerta, extendió la mano derecha


para tomar la de Pei Yunshu. Ambos se alejaron rápidamente.

Los pasos de Pei Yunshu eran inestables, ya sea por estar borracho o por las palabras
del joven maestro Qingfeng.

El joven maestro Qingfeng no se movió , como si estuviera congelado, mirando


fijamente hacia la puerta donde ya no había nadie, como un bloque de piedra.

Hua Yue dijo con optimismo: «Aunque Yunshu haya oído algo, no es para tanto.
Nunca te gustó Yunshu, así que a Yunshu tampoco le gustas. ¿No es perfecto?».

Bai Lige le dirigió una mirada extrañ a.

Hua Yue no vio la mirada del anciano antepasado y continuó con indiferencia:
«Además, también eres un prisionero. En cuanto Yunshu se entere de tus palabras, se
distanciará de ti. Para entonces, deberías estar más tranquilo, ¿verdad?».

El joven maestro Qingfeng tembló .

Se sentó rígidamente, mirando distraídamente los platos sobre la mesa.

***

Pei Yunshu, liderado por Zhuyou, un lado tiró y el otro siguió , pisó la nieve.

Estaba sombrío, con el rostro enrojecido, pero el aire frío de la nieve le tranquilizó
mucho. "Zhuyou, ¿soy muy molesto?"

Su discurso era confuso, lleno del olor a alcohol, tentando a alguien a abrazarlo y
besarlo.

Zhuyou asintió con seriedad: "Es muy molesto, solo a mí me gusta".


Pei Yunshu hizo pucheros, sintiéndose agraviado.

Zhuyou se arrepintió de nuevo. Rápidamente cambió sus palabras: "No es nada


molesto".

—Falso —dijo Pei Yunshu, ebrio por el alcohol, con una profunda sensació n de
agravio—. Soy muy molesto.

Zhuyou entró en pánico, con una expresió n seria. Sacó a Pei Yunshu de la nieve y
regresó rápidamente a la habitació n. Luego dijo: «Te mentí».

Pei Yunshu se sentó en la cama confundido. "¿Me mentiste?"

—Sí —Zhuyou lo miró así, indagando en un tema diferente—. ¿Quieres remojar tus
pies en agua caliente?

Pei Yunshu asintió obedientemente.

Zhuyou trajo un balde de agua caliente, abrazó a Pei Yunshu y ambos se remojaron
los pies juntos. Pei Yunshu bajó la vista hacia el balde, pisándole los pies a Zhuyou,
olvidándose por completo de lo que acababa de pasar.

Después de remojar sus pies, Zhuyou y Pei Yunshu se acostaron en la cama. Zhuyou
tocó la frente de Pei Yunshu: «Quiero echar un vistazo a tu mar de consciencia».

Pei Yunshu asintió y Zhuyou exploró su conciencia divina.

Esta vez, no pretendía molestar a esa pequeñ a alma naciente, sino revisar los
recuerdos de Pei Yunshu. Tanto su cultivo como su conciencia divina habían
mejorado mucho. Incluso tratándose del Maestro de Pei Yunshu, Zhuyou no lo
consideraba más débil.

Tras esta inspecció n, encontró algo inusual.

La consciencia divina que sellaba los recuerdos de Pei Yunshu era extremadamente
profunda. Zhuyou la investigó durante un tiempo, pero solo logró destruir una
pequeñ a parte.
Temiendo que Pei Yunshu no pudiera soportarlo, Zhuyou se retiró primero,
planeando liberar un poco del sello cada día. En unos días, debería estar
completamente desbloqueado.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 85

Capítulo 85

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Para Pei Yunshu, algunos recuerdos no eran ni buenos ni malos, pero la decisió n de
conservarlos o descartarlos só lo podía tomarla él.

La parte del recuerdo que Zhuyou desbloqueó resultó ser la parte que faltaba cuando
dejó la secta.

Tras recuperar estos recuerdos, Pei Yunshu se sumió en sus pensamientos por un
momento. Solo entonces se incorporó , sin prestar atenció n a có mo terminó
compartiendo cama con Zhuyou. Con expresió n seria, le dijo a Zhuyou: «Zhuyou, ¿se
han desvelado todos mis recuerdos?».

Zhuyou negó con la cabeza.

Pei Yunshu habló lentamente: "Debes desbloquearlos todos para mí".

Zhuyou se recostó de lado, jugando con su cabello y asintió .

Respirando hondo, Pei Yunshu empezó a estirar las manos. «Ya que he tomado esta
decisió n, no me dejaré influenciar».

"Soy fuerte", asintió para sí mismo, mirando expectante a Zhuyou, "Soy capaz,
¿verdad?"

Zhuyou asintió solemnemente.


—Entonces no hay de qué preocuparse —Pei Yunshu arqueó las cejas—. El pasado ya
pasó . No se me ocurre nada más excesivo que el Segundo Hermano... matar a Hua Yue.
Como he roto lazos con la secta y no he hecho nada en su contra, no tengo de qué
preocuparme, ¿verdad?

Zhuyou asintió , soltando su cabello y tirando de la ropa de Pei Yunshu.

Los suaves hombros de Pei Yunshu quedaron al descubierto. Sin embargo, en ese
momento, Pei Yunshu, lleno de confianza, ignoró las indirectas de Zhuyou. Lo miró
con desdén y saltó de la cama sin esfuerzo.

Afuera, la luz del sol brillaba e iluminaba el suelo nevado. Pei Yunshu se apoyó en la
ventana, respirando aire fresco. Se había sentido inquieto antes de que los recuerdos
se desataran, pero ahora se sentía aliviado.

Había superado sus demonios internos. ¿Qué importancia tenían esos recuerdos?

Pei Yunshu sonrió , pero vio al joven maestro Qingfeng, el caballero que barría la
nieve en el patio.

El joven maestro Qingfeng pareció notar su mirada. Se detuvo y miró en direcció n a


Pei Yunshu, pero solo vio una ventana vacía.

El joven maestro Qingfeng frunció los labios y se quedó mirando la ventana durante
un rato antes de reanudar su tarea de barrer la nieve.

Pei Yunshu suspiró tras la ventana. Pensó que sería mejor no encontrarse con el
joven maestro Qingfeng por ahora. La conversació n de la noche anterior lo había
herido.

***

Tal como había dicho Hua Yue, el joven maestro Qingfeng podía sentir claramente
que Pei Yunshu se estaba distanciando cada vez más.

Si era posible, se evitaban. Si era necesario, sus interacciones eran educadas y


distantes. Una relació n ya distante parecía haberse extendido aú n más.
Sentado a la mesa, Pei Yunshu conversaba con otros mientras tomaba té. Cuando el
joven maestro Qingfeng se acercó , Pei Yunshu levantó la vista brevemente, como si
no lo hubiera visto, y continuó con su frase inconclusa.

Una vez que el joven maestro Qingfeng se sentó , Pei Yunshu encontró algunas excusas
para irse.

Pei Yunshu era considerado hasta el punto de evitar a quienes le desagradaban. Tal
consideració n sin duda sería satisfactoria para alguien que realmente lo detestaba.

Sin embargo, la expresió n del joven maestro Qingfeng parecía algo contemplativa.

Al ver esto, Hua Yue se rascó la cabeza, desconcertado. "¿No te disgusta la belleza de
Yunshu? Mira, para que te sientas có modo, la belleza de Yunshu no aparece cuando
estás cerca".

—Zorrito, no digas nada —Bai Lige negó con la cabeza con impotencia—. Como hoy
es el día libre, lleva a Yunshu y Zhuyou afuera. Que vean có mo está nuestra casa
después de estar aquí más de dos meses.

Los ojos de Hua Yue se iluminaron y corrió a buscar a Pei Yunshu.

Después de escuchar la sugerencia de Hua Yue, Pei Yunshu respondió honestamente:


"Zhuyou todavía está en la cama".

Hua Yue bromeó : "¿Es Lord Zhuyou tan vago?"

—Quizás esté hibernando —dijo Pei Yunshu riendo—. Déjalo dormir. Tú sácame a
pasear.

Hua Yue aceptó con entusiasmo, temiendo que Pei Yunshu se arrepintiera. Lo sacó de
la puerta. Acababa de pasar Añ o Nuevo y había poca gente afuera. Pei Yunshu y Hua
Yue caminaron por el suelo nevado, encontrándose solo con unas pocas personas.

Tras dar unos pasos, Pei Yunshu sintió de repente una maliciosa sensació n espiritual
que lo sondeaba. Era extremadamente siniestra, envolviéndolo por todas partes con
un aura oscura e inquietante.
Pei Yunshu frunció el ceñ o y, sin dudarlo, atrajo al despistado Hua Yue detrás de él,
usando su propio sentido espiritual para contrarrestar la fuerza.

En poco tiempo, dispersó por completo el sentido espiritual inquisitivo, disipándolo


en el aire.

Pei Yunshu se volvió hacia Hua Yue y le dijo: «Hua Yue, regresa y diles a Zhuyou y Bai
Lige que hay un aura demoníaca cerca. Pídeles que vengan conmigo».

Sacó varias grullas de papel de su bolsa. Una siguió a Hua Yue, y las demás guiaron el
camino de Pei Yunshu. Tras decir esto, sin esperar la reacció n de Hua Yue, Pei Yunshu
desapareció .

Hua Yue respiró hondo y regresó apresuradamente para informar al patriarca y al


Señ or Zhuyou.

El aura demoníaca incomodaba enormemente a Pei Yunshu. La sensació n de ser


espiado le calaba hondo. Esta criatura debía haber cometido muchas atrocidades.
Ante semejante presencia demoníaca, era necesario erradicarla.

Pei Yunshu lo persiguió , y el aura demoníaca huyó . Siguiéndola, llegó a un templo en


ruinas.

Sin dudarlo, rodeó el templo con una barrera y luego buscó la fuente del aura
demoníaca.

Pronto, la grulla de papel a su lado alzó el vuelo. Pei Yunshu se giró y vio llegar a
Zhuyou y a los demás, guiados por las grullas.

—Ya están aquí —dijo Pei Yunshu, frunciendo el ceñ o, desvaneciendo la barrera que
les permitía entrar—. ¿Sintieron algú n aura demoníaca en el camino?

Zhuyou dijo: "Ninguno".

"Qué extrañ o", dijo Pei Yunshu. "El sentido espiritual parecía lejos de ser benigno.
Cuando me atacó , pude percibir sus siniestras intenciones".
"Debería querer absorber tu cultivo", el rostro de Bai Lige se ensombreció . "Siempre
hay cosas que actú an tan imprudentemente como esta".

Pei Yunshu los acompañ ó , explorando el aura demoníaca que rodeaba el templo en
ruinas. «Qué coincidencia. Llevan dos meses viviendo aquí sin que ninguna criatura
demoníaca se presente en su puerta. Sin embargo, en mi segundo día aquí, me
encuentro con una criatura demoníaca que quiere absorberme en cuanto salgo».

Zhuyou preguntó con curiosidad: "¿Absorberte?"

Pei Yunshu estuvo a punto de asentir, pero de repente cambió de opinió n, pensando
en algo. Miró a Zhuyou con enojo, resopló y dijo: «No tienes permiso para hablar».

Zhuyou frunció el ceñ o y cerró la boca con disgusto.

No había problemas frente al templo en ruinas. El grupo entró , y Pei Yunshu, con
sentidos agudizados, sintió una pequeñ a sensació n espiritual sondeándolo en la
oscuridad. Sin piedad, agarró la sensació n espiritual, dándole un fuerte tiró n, seguido
de un grito desgarrador.

El papel talismán en la mano de Pei Yunshu estalló en llamas, iluminando el entorno.


Una extrañ a niebla negra se agitaba en su interior. Pei Yunshu frunció el ceñ o,
observando có mo la sensació n espiritual se desvanecía.

Su expresió n se volvió ligeramente fría. «Esta criatura demoníaca me tiene en la


mira. ¿A quién he ofendido?»

Cuando las llamas en su mano se extinguieron, Bai Lige dijo: "Primero arranca esto, si
de verdad te está apuntando, debería seguirte".

Pei Yunshu pensó instintivamente en el palacio imperial. ¿Sería porque había quitado
el anillo del sueñ o del emperador que la criatura quería vengarse de él?

***

En la residencia del General, dentro del saló n ancestral.


La estatua inmortal meticulosamente elaborada de repente se hizo añ icos y la niebla
negra que contenía se dispersó en el aire.

El general permanecía de pie con las manos a la espalda. El mayordomo, arrodillado


a su lado, temblaba: «Señ or, esto... esto...».

—Las habilidades del inmortal superan incluso el aura de dragó n del verdadero
Emperador Dragó n —el General aceptó el resultado con calma—. Después de que
bajes, que alguien esculpa otra estatua inmortal similar a la primera.

El mayordomo preguntó con cautela: “¿Debería usar el primer retrato de su estudio?”

El General respondió : «Usa el tercero. He encontrado algunas imperfecciones en los


anteriores».

El mayordomo: “Sí.”

Tomó un fragmento de la estatua destrozada, que representaba un par de ojos. El


General los contempló un rato y suspiró : «Aunque me esfuerce al máximo en
dibujarlos, y aunque el escultor que encontraste sea famoso, no podrán capturar ni
una fracció n de su atractivo».

El mayordomo se secó el sudor: «Señ or, tiene razó n. Aunque las habilidades del
pintor son excelentes y el artesano es hábil, no pueden capturar ni una milésima
parte del encanto del inmortal. Pero una vez que lo consigas, no tendrás que
preocuparte por perfeccionar tus habilidades artísticas a diario frente al inmortal».

El general se rió un par de veces antes de decir: "Tienes razó n".

Continuó : “Prepara una botella de vino de osmanto; voy al palacio a buscar su ayuda”.

El mayordomo hizo una reverencia: “Sí”.

***

Pei Yunshu y los demás registraron minuciosamente el templo en ruinas, capturando


algunas almas perdidas y fantasmas errantes que no encontraban el camino a casa.
Sin embargo, todo el templo estaba sorprendentemente limpio.
Regresaron a casa con las manos vacías, pero al regresar encontraron un bebé
colocado en una canasta en la puerta de su casa.

El bebé, envuelto en pañ ales, lloraba suavemente. En la nieve helada, no sabía cuánto
tiempo había permanecido allí. Débil y débil, parecía que iba a morir en cualquier
momento.

Pei Yunshu y los demás intercambiaron miradas y se acercaron rápidamente,


levantando con cuidado al bebé de la canasta.

La cara del bebé estaba pálida por el frío, con los labios morados. Todo su cuerpo
estaba helado, y una parte de su delicado brazo blanco se había desprendido del
envoltorio, congelado y sin vida.

Pei Yunshu protegió al bebé del viento y dijo con urgencia: "Rápido, entremos".

La persona a su lado parecía ansiosa, cerró la puerta y lo llevó a la habitació n. Los


braseros se apilaban uno a uno. Hua Yue fue rápidamente a buscar leche caliente y
desapareció por la puerta.

"Problemas, respiració n débil, me temo que es difícil sobrevivir", Bai Lige sostuvo la
pequeñ a mano del bebé. El bebé tenía los ojos entreabiertos, pero instintivamente
agarró la mano de Bai Lige. El rostro de Bai Lige mostró un rastro de tristeza: "Un
bebé tan pequeñ o, ¿podrá soportar el poder espiritual?"

Pei Yunshu sacudió la cabeza, le quitó al bebé la manta fría y férrea y lo colocó sobre
una manta suave y cálida.

Pero después de todo esto, no sabían qué hacer. Solo podían andar a tientas, tocando
la frente del bebé y humedeciéndole los labios y el cuerpo con agua tibia.

Bai Lige apretó el puñ o. "Es odioso. Con este tiempo, dejar a un bebé tan pequeñ o
fuera de nuestra puerta. Aunque sea un abandono, quien lo abandonó es
verdaderamente despreciable".

El bebé seguía llorando débilmente, tan roncamente que hacía que la gente se
sintiera extremadamente incó moda.
Por suerte, Hua Yue finalmente llegó . También trajo a un médico. Mientras este
diagnosticaba al bebé, Hua Yue calentó la leche prestada y le pidió a Pei Yunshu,
quien estaba a su lado, que lo alimentara.

Cuando el bebé probó la leche, su llanto cesó de repente. Abrió la boca de par en par
y agitó los brazos en el aire.

Só lo entonces la gente en la sala respiró aliviada, mostrando una leve sonrisa en sus
caras.

Después de que el médico terminó el examen detallado, dijo: «No dejes que se vuelva
a resfriar. Si esta noche tiene fiebre alta, hierve estas hierbas y hazle una papilla
espesa. Si eso no funciona, ven a buscarme cuanto antes».

Todos los que escuchaban asintieron. El doctor los miró con comprensió n y suspiró :
"¿Está este niñ o abandonado?".

—Debería serlo. Alguien probablemente vio que tu familia es adinerada. No podían


criar al niñ o ellos mismos, así que lo abandonaron en tu puerta —dijo el médico con
una sonrisa amarga—. Escucha el consejo del anciano. Aprovecha la situació n y
mú date rápido. Una vez que aceptes a un niñ o, cada vez que salgas, encontrarás bebés
abandonados frente a tu puerta.

Tras la salida del médico, Hua Yue cerró la puerta. Varias personas observaron a Pei
Yunshu alimentar al bebé, sin saber qué hacer.

Zhuyou miró a lo lejos durante un buen rato. Cuando el bebé tuvo fuerzas y agarró
con fuerza el borde del tazó n de Pei Yunshu y lo bajó , se acercó , se agachó , se paró
junto a la cama, estiró las yemas de los dedos y le dio un toquecito con cuidado en la
mejilla.

Era suave y extremadamente frágil, todavía tierno y rosado.

Después de comer lo suficiente y recuperar fuerzas, el bebé dejó de llorar. Abrió los
ojos de par en par, claros y transparentes, con un blanco y negro bien definidos. Al
ver la mano de Zhuyou moverse, extendió con alegría su manita para agarrar el dedo
de Zhuyou.
La mano era demasiado pequeñ a para sostener uno de los dedos de Zhuyou.

Zhuyou dejó que lo agarrara con la mirada perdida y luego miró a Pei Yunshu. Pei
Yunshu sonrió y preguntó : «Zhuyou, ¿qué se siente?».

“…” dijo Zhuyou, “Se ve delicioso”.

La sonrisa en el rostro de Pei Yunshu se congeló por un momento.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 86

Capítulo 86

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El bebé no se dio cuenta de que un malvado dragó n de la inundació n babeaba a su


lado. Sonrió , y con el aroma a leche, brotó una pequeñ a burbuja de baba.

Zhuyou sostuvo la manita del bebé, que se había cerrado en un pequeñ o puñ o. Este
puñ o era increíblemente pequeñ o, tan pequeñ o que cabía en un bocado. Zhuyou miró
de reojo al congelado Pei Yunshu. Al ver que seguía aturdido, Zhuyou abrió la boca
con la intenció n de llevarse el pequeñ o puñ o del bebé a la boca.

—Zhuyou —Pei Yunshu apretó los dientes—, suelta su mano.

Tras explicarle a Zhuyou que "no se debe comer a los bebés", Zhuyou, aunque no
intentó probar su pequeñ o puñ o, lo miró fijamente. A los ojos de Pei Yunshu, parecía
ansioso por hacer algo.

Pei Yunshu le entregó suavemente el cuenco y la cuchara a Hua Yue y luego sacó a
Zhuyou por la puerta, reprendiéndolo severamente.

Después de ser regañ ado, Zhuyou pensó en su propia apariencia cuando era niñ o hace
un mes y preguntó : "¿Me veo sabroso?"

Ahora, con su figura alta y rostro apuesto, su mirada profunda y profunda, era
realmente imponente. ¿Quién se atrevería a comérselo?

"¿Quieres que te coman?", preguntó Pei Yunshu. "¿Hervido o asado?"


"¿Quieres comerme?" preguntó Zhuyou.

Pei Yunshu dijo con impaciencia: "No como personas ni demonios".

La esposa estaba enojada.

Zhuyou pensó en có mo responder con el libro y recordó los rumores que había oído
en la calle hacía unos días. Tomó la mano de Pei Yunshu: «Yunshu, hay una montañ a
famosa en la orilla oeste con un pabelló n alto. Es muy famosa».

Parecía un poco indeciso, pero apretó con fuerza la mano de Pei Yunshu: "Quiero ir
allí contigo".

Pei Yunshu apartó la mano: "No voy".

Zhuyou frunció los labios y levantó la mano para besarla, mirándolo fijamente. Dijo
con cariñ o: «Esposa, esposo, Yunshu».

La expresió n de Pei Yunshu permaneció inalterada, pero su rostro se sonrojó


levemente. «Ahora que la familia tiene un bebé más, todos están desconcertados. Si
tú y yo nos vamos, no podrán con ello».

Zhuyou no se comprometió y esperó obstinadamente su consentimiento.

Pei Yunshu preguntó : "¿Por qué quieres ir a esa montañ a?"

Al escuchar esto, los ló bulos de las orejas de Zhuyou sorprendentemente se pusieron


rojos.

Pei Yunshu miró con asombro sus sonrojados ló bulos de las orejas, luego su
expresió n tranquila y volvió a mirar sus ló bulos de las orejas.

Zhuyou, este dragó n desvergonzado, ¿en realidad se sentía tímido?

¿Fueron sus ojos los que le jugaron una mala pasada o fue que el sol salió por el oeste
hoy?

Pei Yunshu se frotó los ojos, pero el enrojecimiento en los ló bulos de Zhuyou
persistía. Los observó fijamente un buen rato. Zhuyou giró la cabeza, intentando
taparse los oídos. Cuanto más lo hacía, más extrañ o le parecía a Pei Yunshu. Siguió a
Zhuyou y se agachó para observar su rostro.

Zhuyou no solo se sonrojó en los ló bulos de las orejas, sino que también tenía un
toque de brillo rosado en su rostro.

Pei Yunshu, incrédulo pero en broma, dijo: "Te estás sonrojando, Zhuyou".

Zhuyou dijo en voz baja: "No".

Dio otra vuelta de medio círculo, evitando la mirada de Pei Yunshu.

Pei Yunshu lo siguió , dando media vuelta. Fue bastante interesante. Se rió : «Estás
muy sonrojado, y tienes los ló bulos de las orejas completamente rojos. Nunca pensé
que tendrías esa mirada. ¿Será... que Zhuyou es realmente tímido?».

Zhuyou levantó levemente la cabeza después de que se burlaran de él, lo miró y


asintió en silencio.

Pei Yunshu se acercó , inclinándose aú n más, con una sonrisa llena de travesuras:
"Entonces, ¿por qué eres tímido?"

Zhuyou habló lentamente: "Tu cuello está suelto".

Pei Yunshu se quedó ató nito, mirando inconscientemente su cuello. Se dio cuenta de
que, mientras estaba acostado en la cama alimentando al bebé, se había aflojado la
ropa. Ahora, al agacharse, todo estaba expuesto, y Zhuyou había visto más de lo
debido.

Se puso de pie en un instante, rígido y torpe, su rostro cambiando de color.

Zhuyou dijo: "El color de las flores de durazno es más delicioso que el del bebé".

É l deliberadamente giró su rostro, y Pei Yunshu, que estaba intentando acercarse


nuevamente, lo hizo mirar por un tiempo suficiente.

El rostro de Pei Yunshu seguía cambiando, pero no podía pronunciar las palabras "no
mires a menos que te inviten" a Zhuyou.
Esto se debió a que Zhuyou ya se había abstenido de mirar y, en su lugar, fue Pei
Yunshu quien corrió incesantemente hacia los ojos de Zhuyou, como si
deliberadamente quisiera mostrarle algo.

“A los bebés no se les puede comer”, lo primero que dijo sorprendentemente fue esto:
“no se puede hablar de comer bebés”.

Zhuyou respondió : "No como bebés, sino flores de durazno. Después de comerlas, se
ven deliciosas y saben deliciosas, incluso mejores".

Pei Yunshu lo miró con los ojos entrecerrados. De repente, su figura brilló y, en un
abrir y cerrar de ojos, desapareció . Pero poco después, Pei Yunshu regresó , envuelto
en el viento. En sus manos, sostenía un ramo de flores de durazno. Una mano tiró del
cuello de Zhuyou, mientras que con la otra, sin contemplaciones, le metió un puñ ado
de flores de durazno en la boca. «Entonces come un poco más».

Después de que Zhuyou comiera hasta saciarse de flores de durazno, cuando sus
labios se tiñ eron del color del jugo de flor de durazno, Pei Yunshu regresó a la
habitació n muy animado. Los tres hombres corpulentos estaban reunidos alrededor
del bebé, quien, a su vez, les hacía muecas, riendo de vez en cuando, mostrándose
extremadamente educado y animado.

Al verlo entrar, el rostro del joven maestro Qingfeng se detuvo y lo miró varias veces
sin control. Susurró : «Voy a traer agua caliente».

Bai Lige y Hua Yue estaban recostados a un lado. "Este bebé está muy bien cuidado. A
simple vista, parece que tenga frío, hambre o sed".

Pei Yunshu se acercó , se sentó junto a ellos y continuó entreteniendo al bebé. Le


rascó suavemente la barbilla con el dedo, y el bebé, sin defensa alguna, mostró una
sonrisa desdentada.

"Tiene muchísima suerte", la mirada de Pei Yunshu se suavizó . "No ha perdido la vida
ni siquiera en el gélido desierto. Puede comer y beber, no le teme a los extrañ os y sin
duda logrará grandes cosas en el futuro".
El bebé arrulló un par de veces, extendiendo la mano y agarrando un mechó n del
cabello largo de Pei Yunshu, aparentemente haciendo eco de sus palabras.

Pei Yunshu rió entre dientes, sosteniendo la mano del bebé. "¿Entiendes lo que digo?"

La mano del bebé era suave como el algodó n, con un tacto exquisito al sostenerla.
Suave y delicada, parecía deliciosa.

Inconscientemente, Pei Yunshu pellizcó y jugó con la mano del bebé. Mirando a un
lado, se sintió un poco culpable mientras sostenía la mano del bebé y se la llevaba a
los labios, besándola varias veces.

Fragante y dulce, como un bollo blanco muy suave al vapor, también bastante
pequeñ o, como si pudiera tragarse de un bocado.

Los ojos de Pei Yunshu se iluminaron. Al abrir la boca, al principio solo quería
intentarlo, pero inesperadamente, se metió la mano del bebé en la boca.

Esto fue realmente milagroso. El puñ o del recién nacido ni siquiera era del tamañ o de
un bocado.

Pei Yunshu se maravilló con sus ojos, tomó la manita del bebé y de repente sintió dos
pares de miradas ardientes lanzadas desde un lado.

Pei Yunshu se puso completamente rígido y, tras un momento, fingió soltar


tranquilamente la mano del bebé. El bebé, creyendo que estaba jugando, rió
alegremente.

“Yunshu, tú …”

“Bella Yunshu tú …”

Pei Yunshu se aclaró la garganta, con las manos a la espalda, mirándolos. "¿Qué me
pasa?"

Bai Lige y Hua Yue miraron fijamente a Pei Yunshu. Justo cuando estaban a punto de
hablar, Pei Yunshu los interrumpió apresuradamente: «Zhuyou y yo salimos hoy. Nos
vamos ya. Cuida bien del niñ o».
Dicho esto, sin esperar respuesta, huyó .

Bai Lige y Hua Yue se miraron, y después de un rato, frunció el ceñ o, no muy seguro, y
preguntó : "¿Yunshu acaba de comerse el puñ o del bebé?"

Hua Yue asintió distraídamente.

Bai Lige: "¿De verdad es tan delicioso el bebé? Yunshu incluso siguió la mala
influencia de Zhuyou".

Hua Yue dijo: "Se ve suave y tierno, como un bollo al vapor".

Mientras hablaba, incluso empezó a salivar.

Al ver que nadie jugaba con él a su lado, el bebé giró la cabeza y, al ver su boca,
pareció que estaba a punto de llorar.

Presa del pánico, Hua Yue se adelantó apresuradamente. «Te estaba mintiendo, te
estaba mintiendo. Nadie quiere comerte. Todos somos monstruos buenos que no
comemos gente».

***

Sin comer personas ni comer demonios, Pei Yunshu escapó rápidamente, solo para
ver a Zhuyou parado afuera, aturdido.

Pei Yunshu agarró la muñ eca de Zhuyou y lo jaló hacia la puerta. "¿No íbamos a ver
una montañ a y un pabelló n? ¡Vamos!"

Zhuyou volvió a la realidad, con los ojos brillantes. Extendió la mano y agarró a Pei
Yunshu. "Te llevaré".

Aunque la montañ a a la que Zhuyou quería llevar a Pei Yunshu era empinada e
imponente, en comparació n con las montañ as y las aguas de la Secta Shanshui,
carecía de algo de grandeza y espíritu.

Un sentimiento de culpa surgió en el corazó n de Pei Yunshu. Solo tenía curiosidad y


no quería comerse al bebé. ¿Có mo iba a comerse a un bebé?
Debe haber sido influenciado por Zhuyou.

Después de convencerse, Pei Yunshu miró con curiosidad a su alrededor, queriendo


saber por qué Zhuyou valoraba tanto esta montañ a.

—Zhuyou —Pei Yunshu tiró de la mano de Zhuyou—, mira ese montó n de flores
florecientes.

—Hmm. —Zhuyou miró distraídamente las flores y caminó aú n más rápido.

El sendero de la montañ a había sido convertido en un sendero sinuoso y accidentado


por personas anteriores. Pei Yunshu, al observar el paso apresurado de Zhuyou, no
pudo comprenderlo. "Si estás ansioso por llegar a la cima, ¿por qué no vuelas?"

"No puedo volar", Zhuyou se giró para mirar a Pei Yunshu y dijo con seriedad: "Se
requiere sinceridad".

«Qué extrañ o», pensó Pei Yunshu. «¿Escalar una montañ a requiere sinceridad?».

Zhuyou aparentemente percibió su indiferencia, frunció el ceñ o y pidió : "También


necesitas sinceridad".

“¿Pero qué sinceridad necesito?”, preguntó Pei Yunshu.

Zhuyou lo miró y sus ló bulos se enrojecieron ligeramente. Pei Yunshu se miró las
orejas con incredulidad y luego a Zhuyou, inquisitivo: «Zhuyou, ¿me estás ocultando
algo?».

Zhuyou no respondió a eso, solo dijo: "Si sinceramente deseas en tu corazó n estar
con Zhuyou para siempre, eso es sinceridad".

Los ló bulos de las orejas de Pei Yunshu también se enrojecieron levemente. Incluso
la mano que Zhuyou sostenía se sentía incó moda, sudorosa y pegajosa. "¿Quién dijo
que quiero estar contigo para siempre?"

Retiró los dedos y arañ ó la palma de la mano de Zhuyou. Los ló bulos de las orejas de
Zhuyou también se enrojecieron. A pesar de haber tenido relaciones más íntimas, en
ese momento, parecían inusualmente incó modos.
"Tú ", la palma de Zhuyou estaba cálida, "Zhuyou quiere estar contigo para siempre".

"¿Cuánto tiempo es la eternidad?", susurró Pei Yunshu. "En el mundo de la


cultivació n, donde el tiempo no se mide, podrían ser cientos o miles de añ os, lo cual
es muchísimo tiempo".

Zhuyou dijo: “Cuanto más largo, mejor”.

Pei Yunshu no pudo evitar decir: "Pero durante tanto tiempo, ¿có mo puedes
garantizar que siempre estará conmigo?"

Zhuyou lo miró con seriedad, sus ojos negros, llenos de determinació n como estrellas
brillantes, lo miraron con ojos serios. "Solo quiero".

"Pero…"

Antes de que pudiera terminar la frase, Zhuyou se tapó la boca. Frunció el ceñ o,
mostrando dominio. "Sin peros".

Pei Yunshu se suavizó cuando Zhuyou lo besó y permaneció en silencio.

Zhuyou lo jaló y continuó ascendiendo. Tras unos pasos, Pei Yunshu se preguntó :
¿Có mo podía Zhuyou creer en esto?

¿Có mo podría funcionar esto? Si la sinceridad fuera efectiva, la mitad del mundo de
la cultivació n ya habría ascendido.

Pensó mucho en su mente pero al final oró en silencio.

Si realmente funciona…

Entonces que él y Zhuyou estén juntos para siempre.

***

Tras ascender a la cima, Pei Yunshu pensó que era el fin. Sin embargo, Zhuyou lo guió
por un camino sinuoso hasta llegar a un estanque celestial.
Rodeada de nubes etéreas, el agua del estanque era excepcionalmente clara y pura.
Junto al estanque se alzaba una estela con los tres caracteres "Estanque del Espíritu
Divino" escritos en ella.

Zhuyou jaló a Pei Yunshu para que se pusiera en cuclillas junto a la piscina,
observando atentamente el fondo de la piscina.

Pei Yunshu lo acompañ ó un rato, pero le empezaron a doler los ojos. Ningú n pez
pasaba nadando. Le preguntó a Zhuyou: "¿Qué hacemos aquí?".

Zhuyou frunció los labios, sin apartar la mirada del estanque. Después de un rato, su
expresió n se tornó cada vez más decepcionada. Bajó la mirada, como si lo hubieran
abandonado.

Pei Yunshu no pudo evitar preguntar cuando no pudo ver la expresió n en el rostro de
Zhuyou: "¿Qué te pasa?"

Zhuyou alzó la vista para mirarlo, y sus ojos negros estaban llenos de tristeza. "Dicen
que si una pareja enamorada viene a esta piscina, mientras se amen lo suficiente, el
agua cambiará".

Pei Yunshu se atragantó y tardó un momento en recuperarse. "¿Quiénes son?"

“Gente en la calle”, dijo Zhuyou, “gente en la casa de té”.

En ese momento se sintió abrumado por una sensació n de pérdida y respondió las
preguntas de Pei Yunshu sin ningú n ánimo.

Pei Yunshu apenas podía creer que Zhuyou realmente creyera en tales rumores. Con
solo echar un vistazo al «Estanque del Espíritu Divino» supo que no albergaba poder
espiritual. ¿Có mo podría un manantial como ese experimentar cambios?

Esto fue demasiado para Zhuyou, quien no entendía las costumbres del mundo.

Pei Yunshu pensó enojado.

Pero primero tenía que apaciguar a Zhuyou. Preguntó con timidez: "¿Qué cambiaría
si viniera una pareja de enamorados?".
Los ojos de Zhuyou perdieron gradualmente su brillo. "Las flores florecerían en el
agua".

Pei Yunshu asintió y movió los dedos hacia atrás. "Zhuyou, no pienses demasiado.
Quizás el agua de la piscina no tuvo tiempo de reaccionar todavía".

Zhuyou, todavía escéptico, volvió a mirar el agua.

En ese momento, el corazó n de Pei Yunshu se conmovió . La superficie del agua en


medio de la piscina se agitó de repente, y el agua cristalina se concentró en el centro.
Poco a poco, emergió una hermosa flor.

Sobre el agua, un flujo continuo brillaba, cristalino. Pei Yunshu fue el primero en
mostrar sorpresa: "¡Está floreciendo de verdad!".

Los ojos de Zhuyou brillaron y una breve sonrisa se dibujó en la comisura de sus
labios. Asintió en señ al de acuerdo.

Pei Yunshu no había visto esta escena. Cuando se dio la vuelta, Zhuyou ya había
borrado su sonrisa. Sus ojos también brillaron. "Floreció . Resulta que mi esposa me
ama muchísimo".

Pei Yunshu estaba desconcertado. "¿Qué?"

Zhuyou se levantó , jaló a Pei Yunshu y lo besó , sonriendo. "Te quiero mucho, Yunshu".

“Espera, yo—”

"Nos amamos mucho", dijo Zhuyou, "formemos un vínculo".

Después de decir esto, extendió su conciencia espiritual y, en el estado aturdido de


Pei Yunshu, Zhuyou lo indujo a formar un vínculo, un voto mutuo raro y pocas veces
utilizado.

El voto mutuo hizo que los pensamientos de las dos partes se conectaran,
permitiéndoles compartir la vida y la muerte, y si uno de ellos moría, el otro
tampoco podría sobrevivir.
Pero los beneficios fueron considerables. Tras formar el voto mutuo, pudieron
afrontar juntos la tribulació n, y los beneficios durante el cultivo dual fueron aú n
mayores.

Pero una vez hecho el voto, a menos que uno muriera, nunca podrían separarse.

Pei Yunshu fue llevado a formar tal vínculo con Zhuyou sin ninguna preparació n.

Mientras descendían de la montañ a, aú n no se había recuperado. Su rostro reflejaba


confusió n, y Zhuyou, de muy buen humor, le apretaba la mano con fuerza y avanzaba
a grandes zancadas.

Cuando Zhuyou lo trajo de regreso a la residencia, Zhuyou lo llevó a la cama y


todavía no había reaccionado.

Zhuyou nunca había estado tan alegre. Sus labios reflejaban una sonrisa, y en ese
momento, besaba el rostro de Pei Yunshu con una mirada juguetona. Sus manos
desabrocharon el cinturó n de Pei Yunshu y le quitaron la ropa pieza por pieza.

Cuando Pei Yunshu sintió el frío, recobró la consciencia de repente. Abrió los ojos de
par en par y rápidamente se cubrió con la colcha. Sonrojándose, lo regañ ó : «Zhuyou,
¿qué intentas hacer?».

Los ojos de Zhuyou se oscurecieron de repente. Bajó la colcha y Pei Yunshu la sujetó
con fuerza. Zhuyou dijo: «Para ver los efectos del cultivo dual tras formar un
vínculo».

Presionó hacia abajo, bajó la cortina de la cama y hundió la cabeza en el cuello de Pei
Yunshu, mordisqueando.

***

Pasaron cinco días con Pei Yunshu y Zhuyou en la habitació n. Finalmente, cuando Bai
Lige amenazó con una lanza de plata en la puerta, Zhuyou abrió la puerta.

Pei Yunshu seguía profundamente dormido en la cama. Su rostro mostraba un rubor


anormal. El olor de la habitació n, que se filtraba por las ventanas y puertas, insinuaba
lo que había sucedido.

Zhuyou bloqueó la puerta, frunciendo el ceñ o con desagrado. "¿Qué pasa?"

Bai Lige, al percibir el olor, también mostró una expresió n incó moda. Tras un rato,
expresó su preocupació n. "¿Podrá Yunshu soportarlo así?"

Bai Lige suspiró y aconsejó : «En este mundo, solo el buey muere de agotamiento, no
la tierra cultivada. No dejes que Yunshu se canse de ti».

La cara de Zhuyou se puso negra.

Como hombres, Bai Lige no se atrevió a provocarlo demasiado. Simplemente le


recordó con un consejo sincero: «No te olvides del viejo buey».

Los ojos de Zhuyou brillaron de complacencia. "Yunshu es increíble".

Bai Lige tosió dos veces y no pudo resistirse a decir: "¿Qué es tan asombroso?"

Zhuyou estaba a punto de hablar, pero al ver la expresió n de Bai Lige, se quedó
inexpresivo al instante. Se arremangó y cerró la puerta de golpe frente a él.

Como si cerrar la puerta no fuera suficiente, Zhuyou añ adió capas de barreras. Luego,
con expresió n gélida, regresó al lado de Pei Yunshu.

Pei Yunshu dormía profundamente, con el rostro aú n fatigado. Zhuyou estaba de pie
junto a la cama, observándolo. Mientras lo observaba, quedó completamente
cautivado.

***

Pei Yunshu durmió hasta la mañ ana siguiente. Al despertar, Zhuyou ya no estaba. Pei
Yunshu cerró los ojos para descansar un rato, luego se levantó y salió .

El sol brillaba con fuerza fuera de la puerta, y solo Hua Yue tomaba el sol con el bebé
en el patio. Pei Yunshu se acercó y preguntó : "¿Dó nde están?".

Dijeron que iban a la montañ a a cazar un tigre viejo para prepararte sopa de látigo de
tigre y cuidar tu cuerpo. Yunshu, has trabajado duro. ¿Có mo te sientes? ¿Te duele la
cintura? ¿Te duelen las piernas? Hua Yue puede darte un masaje si quieres.

El rostro de Pei Yunshu se ensombreció . "¿Cuidar tu cuerpo?"

Estas palabras fueron dichas con los dientes apretados.

Hua Yue se estremeció , sin atreverse a ofrecer más halagos, y asintió


obedientemente.

Pei Yunshu se burló , levantándose la manga para revelar sus muñ ecas cubiertas de
moretones. "Hua Yue, ¿sabes a qué montañ a fueron? Me gustaría ver qué clase de
tigre intentan provocar".

El bebé en brazos de Hua Yue miró con curiosidad a Pei Yunshu, extendiéndose hacia
él y emitiendo sonidos de balbuceo.

Hua Yue le entregó el bebé a Pei Yunshu a tiempo, sonriendo con torpeza. «Bella
Yunshu, cálmate. Acabas de despertar. No vale la pena subir a la montañ a a buscarlos.
¿Por qué no esperar a que regresen y darles una lecció n?»

La risa fría de Pei Yunshu persistió . "Tienes razó n".

Cuando estaba a punto de tomar al bebé de los brazos de Hua Yue, se oyó un ruido
afuera de la puerta. Pei Yunshu frunció el ceñ o y preguntó con severidad: "¿Quién
es?".

No había movimiento afuera. Pei Yunshu le pidió a Hua Yue que sujetara al bebé con
firmeza y se acercó a abrir la puerta. Al inspeccionar, no había nadie, solo un cuadro
enrollado en el suelo.

“¿Un cuadro?”

Pei Yunshu frunció el ceñ o, acercó el cuadro, cerró la puerta y regresó al patio con el
cuadro.

Hua Yue preguntó con curiosidad: "Bella Yunshu, ¿qué es esto?"


—No lo sé. —Pei Yunshu negó con la cabeza, desenrollando el cuadro. De repente, el
cuadro se desplegó , revelando el retrato de un hombre. Este hombre era elegante, con
una leve sonrisa en la comisura de los labios, ojos claros y una apariencia
excepcionalmente agradable.

Pei Yunshu sintió una sensació n de familiaridad, pero no pudo captarla antes de que
Hua Yue exclamara.

Pei Yunshu se giró para mirar a Hua Yue, y esta pareció asombrada. "Hermosa
Yunshu, ¿no es este un retrato tuyo?"

Pei Yunshu quedó ató nito.

Al instante siguiente, el cuadro que tenía detrás se retorció inesperadamente. En un


giro inesperado, ¡atrajo a Pei Yunshu hacia el cuadro!

Tras absorber a Pei Yunshu, la pintura se enrolló repentinamente y estuvo a punto de


volar por los aires. Hua Yue, alarmada, saltó apoyándose en un taburete y la atrapó
por poco.

Hua Yue bajó al bebé y, apretando los dientes, abrió la pintura. En el interior, la
persona seguía siendo Pei Yunshu, pero los detalles eran aú n más realistas y sus ojos
desprendían un brillo cautivador.

"Oh, no", los ojos de Hua Yue se llenaron de determinació n, "¿Qué clase de arte
demoníaco es este?"

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 87

Capítulo 87

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“Esta pintura obviamente no es una técnica demoníaca, sino un tesoro mágico”, la


expresió n de Bai Lige no era buena. Extendió la pintura desplegada sobre la mesa y
acarició el lienzo. “Puede atrapar instantáneamente a un cultivador de alma naciente,
y mucho menos a Yunshu, cuya conciencia espiritual supera con creces a la de un
alma naciente. Debe ser un tesoro mágico extremadamente raro”.

Hua Yue caminaba ansiosamente: “Antes de que absorbiera a Yunshu hacia la pintura,
no podía detectar ninguna fluctuació n de energía espiritual en esta pintura”.

El lienzo era suave y delicado, más parecido a la seda que a la seda, e incluso los
colores de Yunshu en la pintura eran extremadamente hermosos: labios rosados,
rostro empolvado y una cabellera distintiva y suelta. Aunque el lienzo parecía frágil,
era increíblemente flexible, resistiendo cualquier intento de romperlo fácilmente.

Zhuyou, inexpresivo, permanecía de pie junto a la mesa, contemplando la


representació n de Yunshu en la pintura. Su aura, baja y discreta, albergaba una
ferocidad difícil de contener.

Desde que el joven maestro Qingfeng vio esta pintura, había estado actuando de
forma extrañ a, absorto en sus pensamientos. Pero en ese momento, nadie le prestó
atenció n.

El plan actual era rescatar a Pei Yunshu, pero no había ninguna pista de có mo
hacerlo.
El ambiente en la sala se volvió cada vez más opresivo, con todos con expresiones
severas. Miraban fijamente el lienzo sobre la mesa con una mezcla de ira e
impotencia.

Tras quemarse una varilla de incienso, Zhuyou se movió repentinamente. Tomó tinta
y un pincel. Sin que nadie pudiera detenerlo, pintó un brazalete negro en la muñ eca
de Pei Yunshu, dentro del cuadro.

El brazalete, compuesto por una cabeza y una cola entrelazadas, recordaba


vagamente a una serpiente. Tras terminar la pintura, brilló , y Zhuyou dejó el pincel.
La pintura, recuperando su forma original, se elevó por los aires. Un instante después,
formó un vó rtice y, en un abrir y cerrar de ojos, absorbió a Zhuyou hacia el lienzo.

“Por ahora, el plan es rescatar a Yunshu. Pero no tenemos ni idea de có mo hacerlo”,


dijo Bai Lige. El ambiente en la sala se volvía cada vez más opresivo. Todos tenían
una expresió n severa, mirando fríamente el lienzo sobre la mesa con una mezcla de
ira e impotencia.

Tras quemarse una varilla de incienso, Zhuyou se movió de repente. Encontró un


pincel y, sin que nadie lo detuviera, dibujó un brazalete negro en la muñ eca de
Yunshu, dentro del cuadro.

El brazalete, con la cabeza y la cola formando una serpiente bastante reconocible,


emitió una tenue luz tras ser dibujado. Zhuyou dejó el pincel y la pintura,
recuperando su forma original, se elevó por los aires. Al instante siguiente, formó un
vó rtice que absorbió rápidamente a Zhuyou hacia el lienzo.

"¡Zhuyou!", gritó Bai Lige, intentando inconscientemente agarrar a Zhuyou. Sin


embargo, él también fue arrastrado hacia la pintura.

Las tazas de té sobre la mesa tintinearon cuando la pintura perdió peso


repentinamente y cayó sobre ella. En la pintura, el brazalete en la mano de Yunshu se
volvió más intrincado. Un par de ojos rojo sangre brillaron con una luz bestial. En las
yemas de los dedos de Yunshu, un zorro de pelo blanco se manifestó en el lienzo, con
su pelaje y ojos realistas, pero fríos y vívidos.
El rostro de Hua Yue palideció y corrió hacia la pintura, sujetándola con fuerza.
"Qingfeng, todos han sido absorbidos..."

Tres poderosos cultivadores habían desaparecido. Hua Yue tuvo que calmarse a pesar
del pánico. Aferrándose al lienzo, se sentó , aferrándolo con tanta fuerza que sus
dedos palidecieron.

"¿Qué demonios es esto?", preguntó Hua Yue, apretando los dientes, dejando entrever
sus ojos bestiales y sus afilados dientes. "¿Qué es esto?".

Sin mencionar que Yunshu había alcanzado la etapa Yuanying o que Baili Ge era un
ser demoníaco formidable, solo se concentró en Zhuyou: ¡Zhuyou inesperadamente
también se vio atraído por la pintura!

Si no lo vieran con sus propios ojos, ¿có mo sería esto posible?

¿Qué clase de tesoro mágico es éste y cuál es su propó sito?

El joven maestro Qingfeng, aparentemente distraído, habló de repente desde un


costado: "Esto se llama 'Pintura Divina de Otorgamiento'".

Hua Yue se sorprendió : "¿Pintura divina otorgada?"

Murmuró para sí varias veces, y de repente abrió mucho los ojos. Agarró la mesa y
miró al joven maestro Qingfeng con atenció n. "¿Có mo lo supiste?"

"Porque esto...", los labios del joven maestro Qingfeng estaban secos y pálidos.
Suspiró varias veces y luego miró directamente a Hua Yue. "Porque esto es un tesoro
de mi Secta del Brocado de Flores".

El rostro de Hua Yue cambió drásticamente. Sin dudarlo, salió corriendo con el
lienzo. En cuanto llegó a la puerta, una ráfaga de viento lo azotó . Sintió un dolor
repentino en la nuca y se hundió en la oscuridad.

"Lo siento..." la dolorosa voz del joven maestro Qingfeng fue lo ú ltimo que escuchó .

El joven maestro Qingfeng colocó a Hua Yue, inconsciente, en la cama y con cuidado
colocó al bebé que lloraba junto a ella. De pie junto a la cama, los observó un
momento. La alegría del día anterior aú n parecía vívida en sus ojos.

El joven maestro Qingfeng apretó el puñ o y, al cabo de un rato, se extrajo una gota de
sangre de la mano, dejando una mancha en la palma. Sacó una pastilla y le dio una
pequeñ a cantidad al bebé, quien poco a poco dejó de llorar y se durmió , con lágrimas
corriendo por su carita.

Después de darle la medicina restante a Hua Yue, el joven maestro Qingfeng tomó el
lienzo de las manos fuertemente apretadas de Hua Yue y susurró : "Lo siento".

En cuanto terminó de hablar, se giró con decisió n y se marchó . Tras salir de la


habitació n, también conjuró una capa de encantamiento sobre los dos que estaban
dentro.

Después de todo esto, el joven maestro Qingfeng voló con su espada.

Por un momento, casi se olvidó de que era el maestro del saló n de la Secta del
Brocado de Flores.

La Pintura Divina de Otorgamiento le recordó lo que debía hacer.

Debería devolver definitivamente este cuadro a la secta.

***

En la mansió n del General, el General estaba pintando en su estudio.

De repente, hubo un alboroto afuera. La tinta de la punta de su pincel goteó ,


arruinando la pintura en la que estaba trabajando. El General frunció el ceñ o
levemente. "¿Qué pasó afuera?"

El ruido afuera se hizo más fuerte. El General estaba a punto de salir a ver qué
sucedía cuando la puerta del estudio se abrió de golpe. Dos apuestos jó venes con
tú nicas taoístas entraron.

El General entrecerró los ojos. Dejó el pincel. "¿Quiénes son ustedes dos?"
El que tenía una sonrisa suave como el viento dijo: "General, ¿no visitó usted la Villa
de la Flor de Melocotó n hace poco?"

El general asintió levemente: «Sí. ¿Qué quieren ustedes dos?»

“No tengo nada que enseñ ar”, sonrió el hombre, “solo quiero preguntarle al General si
sabe dó nde está mi hermano menor ahora”.

Los ojos del general parpadearon.

Quienes encontraron la mansió n del General fueron, naturalmente, Yunjing y


Yuncheng. Yuncheng vio un cuadro sobre la mesa, se acercó con naturalidad y, tras
echar un vistazo, sonrió : «El General está pintando a mi hermano menor».

El hermano mayor miró hacia arriba y también se acercó para echar un vistazo a la
pintura sobre la mesa.

El cuadro era só lo un boceto, aú n no estaba completo, pero era evidente que el pincel
del artista era hábil, cada trazo seguro y hermoso.

La parte superior del cuerpo tenía un color tenue, y en la cara, se representaban un


par de ojos exquisitos: pestañ as largas, una expresió n sonriente y ligeramente
levantados en las esquinas.

La apariencia del hermano menor era exactamente la misma que antes.

El hermano mayor extendió la mano y acarició suavemente el rostro de la persona en


la pintura dos veces desde la distancia: "Segundo hermano menor, ven a ver si el
hermano menor Yunshu ha perdido peso".

Yuncheng dijo: "Hermano mayor, no vi dó nde bajó de peso. Sigo pensando que el
hermano menor debería estar muy activo".

Señ aló la comisura de los labios de Pei Yunshu: “Con una expresió n sonriente, ojos
llenos de afecto y una ligera curva en las comisuras de su boca, no parece que se haya
congelado y haya perdido todas sus emociones”.
El hermano mayor retiró la mano, suspiró y dijo: "De hecho, no parece ser tan
insensible como en la secta".

"El General aú n no ha terminado el cuadro", dijo Yuncheng con una sonrisa amable.
Miró al General, le hizo un gesto de invitació n con la mano y dijo: "Continú e, General.
Después de que termine el cuadro, podemos hablar".

Sabiendo que estos dos eran hermanos mayores del Maestro Inmortal, el General
mantuvo la calma. Asintió levemente a Yuncheng, luego tomó otro pincel, limpió la
tinta derramada y coloreó ligeramente los labios de la figura pintada con un rojo
tenue y suave.

La tinta roja se profundizó repetidamente, haciendo que los labios ligeramente


curvados fueran aú n más atractivos.

A medida que la tinta roja se extendía, el color de los labios se volvió como flores de
durazno, de un rojo intenso y encantador, lo que hizo que la gente quisiera probar el
sabor de los labios en la pintura.

Yunjing y Yuncheng observaron atentamente, esperando hasta que el General


terminara el ú ltimo golpe.

Al dejar el pincel, Yuncheng agitó la manga. El general fue golpeado contra la pared
de repente, y una sensació n sofocante le llegó al cuello. Fue elevado en el aire, sujeto
por el cuello contra la pared.

"¿Sabes dó nde está mi hermano menor?", preguntó Yuncheng cortésmente.

El General luchó por respirar varias veces. Sabiendo que no podría resistir, detuvo su
inú til resistencia. Su mirada era profunda y dijo con voz ronca: «El Maestro Inmortal
no me informó ».

Yuncheng se giró para mirar al hermano mayor.

El hermano mayor convocó una ráfaga de viento para secar la pintura y luego la
guardó en su bolsa. Miró al general y dijo con ligereza: «Hermano menor, no te
molestes con él».
"Me siento un poco infeliz", sonrió Yuncheng. "Un mortal, que solo se ha encontrado
con mi hermano menor unas cuantas veces, se atreve a tener malas intenciones hacia
él".

Apenas terminó de hablar, el viento cortante cayó sobre el General como flechas,
especialmente sobre la mano que acababa de pintar, herida y sangrando
profusamente.

Yuncheng finalmente contuvo una sonrisa. Miró al General con una mirada profunda,
y en sus ojos oscuros se reflejaba la indiferencia hacia alguien a quien no apreciaba.
"La gente valora la autoconciencia".

Un destello de intenció n asesina pasó por los ojos del General, y bajó la cabeza para
ocultarlo.

***

Un día después de que el joven maestro Qingfeng se fuera, Yunjing y Yuncheng


llegaron a la costa oeste con el retrato pintado.

Al llegar a la costa oeste, no necesitaron perder mucho esfuerzo buscando, ya que


solo un patio a lo largo de la costa oeste estaba protegido con una barrera.

Los dos entraron juntos al patio, empujaron la puerta y vieron a Hua Yue acostada en
la cama en un sueñ o profundo, junto con un bebé.

Los ojos de Yuncheng, originalmente llenos de sonrisas, se detuvieron de repente.


Miró fijamente a Hua Yue: "¡De verdad no está muerto!".

¡Su hermano menor estaba con él, así que sabía que no estaba muerto!

Los ojos de Yuncheng se llenaron de un aire helado y el hermano mayor llamó


suavemente: "Segundo hermano menor".

Yuncheng se recuperó , reprimiendo las complejas emociones que lo embargaban. Su


rostro estaba helado, y levantó la mano para tomarle el pulso a Hua Yue y darle una
pastilla. Al cabo de un momento, Hua Yue despertó poco a poco. En cuanto abrió los
ojos, oyó una voz que lo aterrorizó .

"¿Dó nde está Yunshu?"

Los ojos de Hua Yue se abrieron de repente. Siguiendo la voz, vio al hermano mayor
de Yunshu, quien lo había matado y capturado.

Con un fuerte “bang”, fue asustado y regresó directamente a su forma original.

Ahora, Yuncheng entrecerró los ojos, aparentemente reconociendo la verdadera


forma de Hua Yue.

Ya había matado a este zorro antes, y por eso su hermano menor se había disgustado.
Para remediarlo, pensó en capturar un zorro similar para que lo acompañ ara. Así que
regresó específicamente al mercado de demonios fantasmas y lo encontró no muy
lejos de donde lo mató .

El día que Yuncheng le presentó el zorro a su hermano menor, el hermano menor


incluso le sonrió .

Este zorro era verdaderamente importante en el corazó n de su hermano menor.

É l personalmente le había dado este zorro a su hermano menor.

A medida que la voz de Yuncheng se volvía más fría, su instinto asesino se


intensificaba. "¿Dó nde está el hermano menor Yunshu?"

—Han capturado a Yunshu —la voz de Hua Yue tembló , temblorosa e inestable—.
Fue absorbido por una pintura, y esa pintura fue robada por... un cultivador
demoníaco de la Secta del Brocado de Flores.

El hermano mayor y Yuncheng fruncieron el ceñ o.

Sabían qué tipo de secta era la Secta del Brocado de Flores. "Si no recuerdo mal, ese
tal Zouyu parece ser el maestro de la Secta del Brocado de Flores".

Yuncheng se giró para preguntarle al hermano mayor.


El hermano mayor asintió y frunció el ceñ o. "Tiene malas intenciones con el
hermano menor Yunshu".

"É l, él definitivamente dañ ará a Yunshu. Los grandes demonios de la Secta Brocado de
Flores son unos sinvergü enzas", dijo Hua Yue.

Yuncheng miró al zorro con una sonrisa que no era tal, y luego lo levantó , con la
intenció n de irse. "Hermano mayor, vámonos. Averigü emos por qué la Secta Brocado
de Flores está capturando discípulos de nuestra Secta Shanshui".

—Espera un momento —el Hermano Mayor detuvo a Yuncheng. Sacó con cuidado un
retrato de su manga y lo desdobló frente a Hua Yue—. ¿Se parece a este el cuadro que
absorbió a Yunshu?

Con su cuerda de salvamento a punto de estallar, Hua Yue, desesperado, miró el


retrato en la mano de Yuncheng. Al verlo, no pudo evitar quedarse paralizado.

“Exactamente el mismo”, murmuró , “el retrato es exactamente el mismo”.

“La gente de la Secta del Brocado de Flores tiene algo que ver con ese general”, el
hermano mayor tomó el retrato, reflexionó un momento y le dijo a su segundo
hermano menor: “Llévatelo, hermano menor”.

Yuncheng asintió , a punto de irse con el zorro en brazos. Sin embargo, Hua Yue señ aló
apresuradamente al bebé en la cama: "¡Llévatelo también!".

Hua Yue no podía dejar al bebé allí muriendo de hambre, así que en su prisa, solo
pudo asociar al bebé con Pei Yunshu: "¡Ese es el hijo de la Bella Yunshu!"

Con un fuerte estruendo, la mesa de madera de la habitació n se hizo añ icos con el


impacto de una sola palma.

Los rostros del hermano mayor y de Yuncheng nunca habían sido tan feos. La
expresió n de sus ojos se hundió de repente.

¿Un hijo de un hermano menor?

El hermano menor en realidad… tuvo un hijo.


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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 88

Capítulo 88

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Antes de que el hermano mayor saliera a buscar a Pei Yunshu, se había preparado
para lo peor.

Le había dicho a Yuncheng antes que tal vez el hermano menor no quería regresar, o
tal vez ya se había unido a otra secta.

Yuncheng mencionó la peor posibilidad: que Pei Yunshu los despreciara.

Como sabían que Pei Yunshu había perdido sus emociones cuando se cortó la cuerda
de las emociones, nunca pensaron que tendría a alguien a quien amar.

Ninguno de los dos esperaba que Pei Yunshu ya tuviera un hijo.

Yuncheng arrojó al zorro a un lado y caminó sin expresió n alguna hacia la cama,
mirando al bebé que dormía profundamente en ella.

El bebé era rubio y tierno, chupaba sus dedos dulcemente y sus mejillas se
sonrojaban mientras dormía.

La voz de Yuncheng, como un espíritu maligno que emergía del abismo, contenía una
malicia escalofriante que se filtraba por las grietas, entumeciendo el cuero cabelludo.
"¿Quién es su madre?"

“…” Hua Yue se mordió la lengua, con el sabor de la sangre en la boca, “Muerto,
muerto”.
"¿Muerto?", rió Yuncheng. Se giró para mirar a Hua Yue; la frialdad en sus ojos negros
lo penetraba. "¿Crees que lo creería?"

Hua Yue tembló de miedo.

Yuncheng lo miró fijamente por un momento con ojos que parecían mirar a un
muerto. A Hua Yue se le erizaron los pelos, sintiéndose como si una bestia salvaje lo
estuviera observando, a punto de perder la vida.

Al final, Yuncheng desvió la mirada.

Se agachó y levantó con cuidado al bebé de la cama. El hermano mayor cargó a Hua
Yue y ambos salieron de la habitació n rumbo a la mansió n del general.

Después de hacer algo mal una vez, Yuncheng no lo haría una segunda vez.

É l no los matará y los utilizará con cuidado.

***

El objetivo del joven maestro Qingfeng no era la mansió n del general, sino la Secta
del Brocado de Flores.

Tardó tres días en llegar a la Secta del Brocado de Flores. Al entrar, percibió un fuerte
olor a sangre.

Los discípulos que salieron del saló n de castigo y lo vieron se sorprendieron.


"Maestro del saló n".

El joven maestro Qingfeng miró la sala de castigos que tenía detrás. "¿Quién está
siendo castigado?"

—El maestro del saló n a cargo del reino secreto del sur —dijo el discípulo con cierto
disgusto—. Abandonó el reino secreto sin ó rdenes e intentó cambiar su nombre para
abandonar la secta. El maestro de la secta ha dejado que el veneno le haga efecto y ha
ordenado a la sala de castigos que le administre doscientos un tipos de tortura.
Los párpados del joven maestro Qingfeng temblaron. "Entiendo. ¿Dó nde está el
Maestro de Secta ahora?"

“En la sala de castigo, se fue con el Maestro del Saló n Zou hace un momento.”

El joven maestro Qingfeng asintió y dejó que el discípulo retrocediera, corriendo


hacia su residencia.

Hacía mucho tiempo que no regresaba, y había una fina capa de polvo en la
habitació n. Al joven maestro Qingfeng no le importó . Se sentó a la mesa, apretando
los puñ os, con las venas de la espalda hinchadas.

Al cabo de un rato, la puerta se abrió y entró una figura alta con una sonrisa ambigua.
«Maestro del Saló n Ling, ¿por fin ha decidido volver?»

"Zouyu", dijo el joven maestro Qingfeng, "sorprendentemente no moriste".

Zouyu se burló , con los brazos cruzados sobre el marco de la puerta. "No hables de
mí primero. ¿Qué hizo el Maestro del Saló n Ling con estos dos meses extra?"

Su voz, mezclada con el áspero sonido de sus dientes, parecía reprimir el


resentimiento en su corazó n con todas sus fuerzas, permitiendo só lo que la fiereza
rechinara en sus dientes.

El joven maestro Qingfeng dijo casualmente: "Pei Yunshu me atrapó , así que,
naturalmente, pasé estos dos meses con él".

Al pronunciar las tres palabras "Pei Yunshu", Zouyu se irguió de repente. La profunda
profundidad de sus ojos, que se habían hundido hasta el fondo, se avivó de repente.
Diversas emociones se mezclaron, y al final, rió suavemente, con una voz ronca y
llena de deseo. "¿Dó nde está? ¿Lo trajiste?"

El joven maestro Qingfeng notó su cambio y lo miró fijamente. "¿Aú n no te ha pasado


el efecto del polvo rojo?"

"Esa cosa solo puede durar medio mes", entró Zouyu con los ojos entrecerrados.
Miró al joven maestro Qingfeng como si estuviera mirando fijamente a un horno. "Te
atreviste a volver. Debes haber tenido éxito al traerlo de vuelta, ¿verdad, Maestro del
Saló n Ling?"

En el Pabelló n del Viento del Sur, Zouyu casi perdió la mitad de su vida ante Zhuyou,
y si sus subordinados no hubieran llegado a tiempo, Zouyu habría muerto en el
camino.

Después de despertar, lo que sintió no fue dolor ni debilidad, sino un amor loco por
Pei Yunshu.

Cada vez que pensaba en el látigo que Pei Yunshu usó contra él, tenía una reacció n.

Incluso ahora, después de que el efecto del polvo rojo había pasado, no podía evitar
sentirse inquieto cuando pensaba en Pei Yunshu.

El joven maestro Qingfeng frunció el ceñ o. "Si el efecto del polvo ha desaparecido,
será mejor que te recuperes".

"Estoy muy sobrio", entrecerró los ojos Zouyu, y pareció pensar en algo. De repente,
estalló en carcajadas: "Ese pequeñ o temperamento feroz, Maestro del Saló n Ling, te
envidio de verdad. Si fuera yo quien se llevara dos meses, ¿no sería genial?"

El joven maestro Qingfeng frunció aú n más el ceñ o. Cuando Zouyu terminó la frase,
sus cejas se relajaron, pero su rostro se volvió gélido.

“Zouyu, algunas palabras se pueden decir, y otras es mejor pensarlas antes de


decirlas”.

Zouyu se burló : "Maestro del Saló n Ling, ¿me va a decir que todas las personas
hermosas son alborotadora?"

—Bueno —miró juguetonamente al joven maestro Qingfeng—, lo olvidé.


Normalmente no soportas a las bellezas que traen desastres... No te gustan las
personas hermosas que podrían causar problemas, y probablemente no te agradaría
Pei Yunshu, ¿verdad?
Preguntó casualmente: "Después de dos meses, ¿el Maestro del Saló n Ling todavía
siente lo mismo?"

El joven maestro Qingfeng sintió un repentino dolor en el corazó n. Recordó la


expresió n de Pei Yunshu en la puerta aquel día, con la mitad del rostro desviado,
inexpresivo.

El joven maestro Qingfeng no supo có mo lo dijo: "A Pei Yunshu no le gusto".

La voz de Zouyu se volvió fría: "¿Le gusta mi belleza al Maestro del Saló n Ling?"

El joven maestro Qingfeng dijo: "¿Qué belleza? Zouyu, parece que no te han azotado
lo suficiente, o que alguien cercano a Pei Yunshu te ha golpeado".

Zouyu no dijo nada, solo miró fijamente al joven maestro Qingfeng por un rato.
Después de un momento, finalmente dijo: "Vamos, Maestro del Saló n Ling, el Maestro
de Secta lo llama".

***

En la oscura sala reinaba el silencio.

El joven maestro Qingfeng se arrodilló sobre una rodilla: "Soy un incompetente, por
favor, castígueme, Maestro de Secta".

El Maestro de Secta, sentado en lo alto, dijo: «No hablemos del castigo todavía. ¿Qué
trajiste?»

El joven maestro Qingfeng frunció los labios y sacó un pergamino de su manga.

En cuanto sacaron el pergamino, el Maestro de Secta sonrió : «Yuan Er me acaba de


decir que la Pintura Divina de Otorgamiento fue interceptada en el camino. Resulta
que terminó en tus manos después de todos estos giros y vueltas».

Bajó del asiento alto y se acercó al joven maestro Qingfeng: "¿Atrapado?"

Los dedos del joven maestro Qingfeng que sostenían el pergamino se volvieron
blancos. No había luz de vela en el saló n, pero su mano tenía venas mezcladas con
sangre, lo que la retenía hasta el punto de que casi sobresalía.

"Sí."

El Maestro de Secta tomó el pergamino de su mano, desató el hilo dorado y lo


desdobló . Las pinturas que contenía quedaron al descubierto.

Zouyu dio un paso adelante, mostrando cierto interés, pero cuando vio lo que estaba
pintado, sus ojos se llenaron de sorpresa.

"¿Es este Pei Yunshu?" El Maestro de Secta rió , "Escuché que el mayor originalmente
tenía la intenció n de usar el cuerpo del Emperador como una salida, pero destruyó
esa ruta para el mayor".

El Maestro de Secta hizo un gesto a un lado, y alguien trajo una mesa de palisandro
frente a él. El Maestro de Secta colocó el pergamino sobre la mesa y, con las manos
libres, contempló la pintura.

Zouyu tampoco pudo evitar dar unos pasos hacia adelante. El Maestro de Secta lo
miró : «Zouyu, ¿qué opinas de la apariencia de Pei Yunshu?».

Zouyu miró a la persona del cuadro; su mirada ardiente recorrió el cabello de Pei
Yunshu hasta la punta de sus dedos. Finalmente, lo miró a los ojos y, como si se
contuviera, dijo: «Me dan ganas de esconderlo en mi manga, sin mostrárselo a nadie».

El Maestro de Secta dijo: “Entonces debe ser bastante guapo”.

“Maestro de secta”, Zouyu extendió su mano, colocándola suavemente en la esquina


de los ojos de la persona en la pintura, “mire más de cerca”.

El Maestro de Secta realmente se inclinó . Incluso si no podía discernir la calidad de


la belleza, se sorprendió momentáneamente, "Sonrojándose".

"Sonrojada por el rabillo del ojo", sonrió Zouyu mientras miraba las comisuras de los
ojos de Pei Yunshu. "El color es muy claro. Si no prestas atenció n, no lo puedes ver".

Mientras hablaba, su mano se deslizó desde la comisura de los ojos hasta los labios.
El color de estos labios era particularmente intenso y brillante, como si acabaran de
comer azú car rojo, desprendiendo un rojo dulce y tenue.

Justo, dijo el Maestro de Secta: «Este color se ve bien. El pintor es muy hábil».

Zouyu arqueó una ceja. "¿No se supone que la Pintura Divina de Otorgamiento
absorbe a la gente? Pei Yunshu fue absorbido, y este color debería ser, naturalmente,
el color de sus labios".

Tocó suavemente los labios de la persona del cuadro, como si realmente tocara unos
labios suaves.

El Maestro de Secta no sentía atracció n por la belleza, por lo que el Joven Maestro
Qingfeng se atrevió a presentarle la Pintura Divina de Otorgamiento. El Maestro de
Secta solo observó esos dos rastros rojos, sin mostrar interés. Estaba a punto de
levantarse, pero de repente olió un toque de fragancia a flor de durazno.

El Maestro de Secta bajó su cuerpo nuevamente, su nariz se movió ligeramente,


siguiendo la fragancia de flor de durazno hasta los labios de Pei Yunshu.

En ese momento, estaba a só lo un dedo de esos labios.

El Maestro de Secta apartó la mirada de la fragancia de las flores de durazno y se


encontró con la mirada de la persona en la pintura.

Esos ojos eran extremadamente brillantes y claros, vivos y sonrientes, tan realistas
que ya no parecían una pintura.

El Maestro de Secta se quedó mirando un rato antes de enderezarse. Zouyu, a un lado,


dijo: «Maestro de Secta, ¿qué planea hacer con la persona de esta pintura?».

El Maestro de Secta le preguntó : “¿Lo quieres?”

El joven maestro Qingfeng se mordió los dientes.

La pierna arrodillada en el suelo le dolía y tenía las manos apretadas en las mangas,
casi capaz de oír el sonido entre sus dientes.

El sonido de querer comer carne humana.


Pero en su rostro, tenía que mantener una apariencia inexpresiva.

Al escuchar las palabras del maestro de secta, Zouyu no dudó en absoluto y


respondió de inmediato: "Lo quiero".

El maestro de secta enarcó una ceja y miró a Zouyu con más atenció n. Nunca lo
había visto tan ansioso. En lugar de asentir de inmediato, señ aló al zorro blanco que
Pei Yunshu tenía en la punta de los dedos en la pintura y preguntó : "¿Quién es este
zorro?".

El joven maestro Qingfeng bajó la cabeza y dijo: "Esa es la pequeñ a mascota de Pei
Yunshu".

El maestro de secta asintió e instruyó a las personas que lo rodeaban: "Informe a


Yuan Er que la Pintura Divina de Otorgamiento ahora está en mis manos".

Después de que los demás se retiraron, el joven maestro Qingfeng no pudo evitar
levantar la cabeza.

Cuando el Maestro de la Secta notó esto, preguntó : "¿Qué quieres saber?"

La nuez de Adán del joven maestro Qingfeng rodó y dijo: "Maestro de secta, ¿qué fue
a hacer Yuan Er?"

"Yuan Er fue a hacerle bromas a un mortal", dijo el Maestro de Secta. "Siempre le


gustan los hombres guapos. Esta vez, ¿parece que le ha puesto los ojos en un general
mortal?"

Se giró para preguntar a la gente que lo rodeaba.

La persona escondida en las sombras asintió : "Esta pintura fue dibujada por ese
general mortal".

El Maestro de Secta asintió y luego miró al Joven Maestro Qingfeng: "Tú también has
contribuido, Qingfeng. Di lo que quieras".

El joven maestro Qingfeng se llamaba Ling Qingfeng, y ese título lo usó precisamente
ese día mientras paseaba por las calles. No pretendía engañ ar a Pei Yunshu ni a los
demás.

El joven maestro Qingfeng quiso decir “no te atrevas”, pero sus labios se movieron
varias veces y no pudo decir una palabra.

El Maestro de Secta no lo obligó , solo miró la pintura sobre la mesa y preguntó


casualmente: “Has estado con esta persona durante más de dos meses, no deberías
tener pensamientos de traicionar a la secta, ¿verdad?”

El corazó n del joven maestro Qingfeng se apretó y respondió sin dudar: "El
subordinado no se atreve".

—Maestro de Secta, se preocupa demasiado —se burló Zouyu—. El Maestro del


Saló n Ling envió personalmente esta pintura. Pei Yunshu y los demás solo lo odiarán
a muerte.

El Maestro de la Secta se rió dos veces: "Levántate".

El joven maestro Qingfeng se puso de pie sin expresió n alguna.

El Maestro de Secta enrolló la pintura sobre la mesa, finalmente la ató con un hilo
fino y Zouyu no pudo evitar decir: "Maestro de Secta, ¿puede recompensarme con Pei
Yunshu?"

Como si no lo hubiera escuchado, el Maestro de Secta arrojó el pergamino a la


persona que estaba a su lado y le ordenó : "Cuélgalo en mi habitació n".

Tras dar la orden, miró a Zouyu y dijo tranquilamente: «Dijiste que Pei Yunshu es una
belleza, así que quiero ver dó nde reside su belleza. Cuando me canse de mirarlo,
hablaremos».

Zouyu apretó los puñ os al instante, con los ojos apagados y confusos, "Sí".

***

Para el Maestro de la Secta, una Pintura Divina de Otorgamiento, incluso si la


persona en la pintura tenía alguna relació n con el Emperador, no valía la pena
admirarla.
Tras resolver el asunto, el Maestro de Secta regresó a su habitació n. Al levantar la
vista, vio la Pintura Divina de la Otorgació n colgada prominentemente en la
habitació n.

Al acercarse, la examinó con atenció n durante un rato, pero no pudo ver qué hacía
especial la belleza de Pei Yunshu. Los ojos eran solo ojos, y los labios eran solo
labios. A sus ojos, apenas resultaba agradable.

Pero para él, “complacer” no parecía fácil.

El Maestro de la Secta desvió su mirada hacia las muñ ecas de la persona en la


pintura.

Se quedó mirando el brazalete negro con forma de serpiente y entrecerró los ojos
ligeramente.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 89

Capítulo 89

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Esta pulsera negra parece ser más que una pulsera normal.

El Maestro de Secta lo encontró interesante y se sumergió en la pintura de la Pintura


Divina de Otorgamiento hasta altas horas de la noche. Al día siguiente, el Maestro de
Secta llamó al Joven Maestro Qingfeng.

Cuando llegó el joven maestro Qingfeng, el maestro de secta estaba concentrado en


pintar la Pintura Divina de Otorgamiento con un pincel. El joven maestro Qingfeng la
miró rápidamente e hizo una reverencia ante la mesa: «Maestro de secta».

El Maestro de Secta hizo un sonido de reconocimiento y dijo casualmente:


"Levántate".

El joven maestro Qingfeng se levantó y miró la pintura.

El Maestro de Secta pintaba una mariposa colorida y hermosa en el cabello de Pei


Yunshu. La mariposa aleteaba, y los colores, aparentemente surgidos de la nada,
brillaban como un polvo tenue sobre el azul.

Después de terminar la mariposa, el Maestro de Secta la admiró por un rato y luego


tocó ligeramente la esquina del ojo de Pei Yunshu con el pincel.

El rojo pálido estaba cubierto por el polvo azul brillante, como si se hubiera
maquillado.
"¿Es hermoso?" El Maestro de Secta le preguntó al Joven Maestro Qingfeng.

El joven maestro Qingfeng, sin estar seguro de si el maestro de secta se refería a la


mariposa o al rabillo del ojo de Pei Yunshu que fue tocado casualmente, frunció los
labios y dijo: "El subordinado lo encuentra hermoso".

"¿De verdad?" El Maestro de Secta entrecerró los ojos, dejó el cepillo y alguien se
acercó para limpiarle las manos. Bajó la cabeza y observó la mariposa recién
añ adida. Dijo: "Esta mariposa parece combinarle mejor que el zorro y este
brazalete".

Los párpados del joven maestro Qingfeng temblaron y permaneció en silencio con la
cabeza gacha.

El Maestro de la Secta señ aló la Pintura Divina de Otorgamiento y dijo: “Ve”.

La Pintura Divina de Otorgamiento voló de la mesa y salió corriendo de la


habitació n, pero en un instante, regresó en silencio y permaneció quieta sobre la
mesa. Sin embargo, el joven maestro Qingfeng supo que la mariposa que la cubría
había cambiado.

“Esta herramienta mágica es realmente ú til”, dijo el Maestro de Secta, charlando


tranquilamente tras despedir a sus asistentes. “Antes, estaban apiladas en el almacén,
cubiertas de polvo. Pero usarla es un poco complicado; primero hay que dibujar
algo”.

“…” El joven maestro Qingfeng dijo: “Maestro de Secta, quizás quiera liberar a la
persona del cuadro. Quizás haya algú n lugar para volver a dibujarlo.”

"¿Liberarlo?"

El Maestro de Secta sonrió juguetonamente. Hizo una señ a al Joven Maestro Qingfeng,
quien se acercó , y entonces, su dedo rozó suavemente el brazalete negro en la
muñ eca de Pei Yunshu.

Más precisamente, señ aló el brazalete negro en la muñ eca de Pei Yunshu.
—Si liberan a esta cosa —dijo el Maestro de Secta con una sonrisa intrigante—, me
temo que ni siquiera yo podré dominarlo de nuevo. Para entonces, ambas partes
podrían sufrir. ¿Quieres que lo deje salir, enfrentándose a un enemigo tan formidable?

El joven maestro Qingfeng se arrodilló apresuradamente: "El subordinado habló


fuera de lugar".

"No esperaba que Yuan Er tuviera tanta perspicacia", dijo el Maestro de Secta. "Desde
mi punto de vista, que esta Pintura Divina de Otorgamiento haya logrado atrapar a
Pei Yunshu, un cultivador del Alma Naciente, ya es algo inusual. Al final, me
sorprendió un poco".

El Maestro de Secta dijo esto sin esperar la aprobació n del Joven Maestro Qingfeng.
El Joven Maestro Qingfeng tenía una fina capa de sudor en la frente, pero su mente
estaba sorprendentemente tranquila, escuchando atentamente cada palabra del
Maestro de Secta.

Finalmente, el Maestro de la Secta dijo: “Es una lástima que no los atrape por mucho
tiempo”.

El joven maestro Qingfeng, ató nito, levantó la vista. Sin embargo, el maestro de secta
también lo observaba con una expresió n impredecible en sus ojos.

"Ven aquí."

El joven maestro Qingfeng se puso de pie y se acercó al maestro de secta.

Acercándose, por indicació n del Maestro de Secta, el Joven Maestro Qingfeng


finalmente vio tres grietas en la Pintura Divina de Otorgamiento.

Uno estaba en el zorro blanco, otro en el brazalete negro y otro en Pei Yunshu.

Las tres grietas eran diminutas, del tamañ o de una uñ a, pero estaban en lugares
diferentes. Al observarlas desde lejos, parecía que estaban a punto de unirse.

Los tres habían encontrado una forma de atravesar la Pintura Divina de


Otorgamiento.
El joven maestro Qingfeng se sentía verdaderamente incompetente. Si bien no había
encontrado la manera de liberarlos de la pintura, ya habían comenzado a descifrarla.

Surgió un sentimiento complicado: que el héroe no tenía dó nde mostrar su destreza.

“Parece…” dijo el joven maestro Qingfeng, “Maestro de Secta, la Pintura Divina de


Otorgamiento podría ser demasiado forzada”.

“Es un poco forzado”, sonrió el Maestro de Secta, “Así que decidí liberar a una persona
primero”.

El joven maestro Qingfeng quedó ató nito por un momento y su mirada ya se había
vuelto hacia Pei Yunshu.

"Dijiste que era hermoso, Zouyu dijo que era hermoso", el tono del Maestro de Secta
añ adió un toque de curiosidad. "Lo miré hasta altas horas de la noche y aú n no pude
ver dó nde reside su belleza. Parece que tus ojos no funcionan bien, o hay algú n
problema con los míos".

El Maestro de Secta actuó segú n sus palabras. Dio una palmada, y dos figuras vestidas
de negro aparecieron repentinamente detrás de él. Estas dos personas tenían pupilas
inexpresivas, sin expresió n facial, y ahora estaban arrodilladas sobre una rodilla, con
voz ronca: "¿Qué ó rdenes tiene el Maestro?".

El Maestro de Secta les hizo una señ a, obligándolos a ponerse a su lado y señ aló a Pei
Yunshu en el cuadro. "Ustedes dos, díganme algo, ¿có mo es la apariencia de la
persona en este cuadro?"

Estos dos eran marionetas del Maestro de Secta, carentes de pensamientos


independientes, solo seguían sus ó rdenes. Si este les pedía que miraran, lo hacían sin
expresió n alguna.

"¿Có mo es?" preguntó el Maestro de Secta.

Las dos figuras de negro respondieron fríamente: “Como dijo el Maestro”.


El Maestro de Secta se rió entre dientes: "Incluso ustedes dos piensan que es
hermoso, entonces debe ser verdaderamente hermoso".

Su mirada volvió a posarse en el lienzo, con un brillo en los ojos. Levantó la mano
derecha, se hizo un corte en la punta del dedo izquierdo y la sangre goteó . Cada gota
cayó sobre la pintura de Pei Yunshu.

“¿Cuántos días ha estado atrapado dentro de la Pintura Divina de Otorgamiento?”

“Contando hoy, es el quinto día”.

El Maestro de la Secta asintió .

El joven maestro Qingfeng observaba atentamente las acciones del maestro de secta,
sin perderse ningú n movimiento. De repente, el maestro de secta dijo: «Si quieres
liberar a la persona de la Pintura Divina de Otorgamiento, necesitas la sangre del
dueñ o de la pintura para empaparlo».

Así es como funcionó .

"Qingfeng", dijo el Maestro de Secta, "si quieres salvarlos, tendrás que matarme y
usar mi sangre para salvarlos".

El joven maestro Qingfeng levantó la cabeza abruptamente, pero al momento


siguiente, sintió un dolor agudo en su mente.

Le goteaba sangre de los labios, pero su rostro permanecía sereno. «Un subordinado
jamás lo haría».

—Ve a la sala de castigos —dijo el Maestro de Secta—. Después del castigo, ve a


buscar el antídoto. Esta vez, te perdonaré la vida.

“Sí.” El joven maestro Qingfeng tragó la sangre de su garganta y salió de la habitació n.

El Maestro de Secta se pellizcó la yema del dedo, sin prestarle atenció n. Después de
que la Pintura Divina de Otorgamiento absorbiera la sangre que goteaba, esperó con
ansia la aparició n de la persona de la pintura.
Aquel que logre perturbar los planes de los mayores sin enojarlos no debería
decepcionar.

***

Pei Yunshu trabajaba con Zhuyou y Bai Lige para descifrar esta peculiar pintura
desde tres ángulos diferentes cuando, de repente, el mundo se estremeció y un mareo
lo invadió . Al recobrar el conocimiento, se encontró de pie sobre tierra firme.

Bajo sus pies había una superficie resistente, y cuando Pei Yunshu miró hacia arriba,
una mariposa azul descendió desde arriba, revoloteando frente a sus ojos.

Pei Yunshu ahuyentó a la mariposa con un gesto y observó rápidamente su entorno.


Luego fijó la mirada en la persona que estaba junto a un escritorio. "¿Fuiste tú quien
envió esta pintura?"

El Maestro de Secta no respondió , solo lo examinó con atenció n. Después, le dijo a Pei
Yunshu: «Ven, déjame verte bien».

Pei Yunshu vio la pintura sobre la mesa, que también incluía a Zhuyou y Bai Lige.
Olfateó suavemente, detectando un ligero aroma a sangre en el aire.

Sin pronunciar una palabra, Pei Yunshu sacó su Espada Qingyue y atacó al Maestro de
Secta.

El Maestro de Secta, acompañ ado por sirvientes que le limpiaban las manos de
sangre, vio el ataque. Se inclinó hacia un lado, esquivando el primer golpe, pero el
siguiente lo siguió de inmediato. El Maestro de Secta tuvo que tomar un pañ uelo del
sirviente y limpiarse la sangre él mismo.

Pei Yunshu, tras practicar rigurosamente la esgrima durante su prueba en el Reino


del Demonio del Corazó n, asestó golpes sin pensarlo conscientemente. Sus ataques
fluían con naturalidad, uno tras otro, rápidos e implacables.

El Maestro de Secta exclamó , golpeando la punta de la Espada Qingyue con la punta


del dedo, evitando por poco el golpe mortal. «Pareces diferente a la informació n que
recogí».
La mirada de Pei Yunshu permaneció lú cida, fija en el Maestro de Secta. Sabía que
esta persona era extraordinaria; por lo tanto, no se atrevió a bajar la guardia.

Mientras evitaba la espada de Pei Yunshu, el Maestro de Secta continuó observando,


mirando de vez en cuando por el rabillo del ojo de Pei Yunshu.

Allí, un destello dorado brillaba, cambiando con cada movimiento. La espada de Pei
Yunshu, que emitía un tenue resplandor azul, era afilada y fría. Sus ojos brillaban y se
concentraban, pero la tinta azul en la esquina le daba un toque de brillo.

Al Maestro de la Secta pareció agradarle el color azul.

"¿Te atreves a distraerte mientras luchas contra mi espada?", dijo Pei Yunshu con
frialdad.

Mientras las palabras caían, un dragó n de agua apareció detrás de él de la nada, su


enorme boca se abrió amenazadoramente mientras seguía el movimiento de la
espada.

Pei Yunshu, con su mano izquierda formando un sello, transformó las hojas
circundantes en cuchillas afiladas que se precipitaron hacia la habitació n con un
agudo silbido.

El Maestro de Secta suspiró . "Parece un poco problemático".

Dio una palmada y numerosos individuos ocultos en las sombras se sacrificaron.


Decenas de ellos rodearon la sala, bloqueando el paso de las hojas y al furioso dragó n
de agua.

Algunos intentaron atacar a Pei Yunshu, pero el Maestro de Secta los detuvo. Miró a
Pei Yunshu y dijo: «No lo molesten».

Pei Yunshu enfrentó la embestida de estas fuerzas sin pestañ ear. Se detuvo en la sala
y lentamente colocó su espada frente a él.

Una oleada de energía envolvió su espada, volviéndose cada vez más poderosa hasta
formar un vó rtice visible y distorsionado.
Los ojos de Pei Yunshu permanecieron fijos en el maestro de la secta, su brillo
aparentemente contenía una luz oculta, brillando intensamente en medio de la
energía de la espada que giraba.

Entre los subordinados que se encontraban a un lado, algunos ya habían cambiado


sus expresiones, listos para avanzar ante cualquier orden.

Sin embargo, el maestro de la secta todavía tenía una sonrisa, medio esperando ver la
magnitud del pró ximo ataque.

El impacto fue realmente sustancial.

La abrumadora energía espiritual recorrió la sala como una fuerza imponente,


hiriendo a muchos guardias con su impacto. Pei Yunshu, reuniendo fuerzas, avanzó
directamente hacia el maestro de secta.

Su cabello negro ondeaba bajo la influencia de la energía espiritual y de la espada. El


maestro de secta lo esquivó con facilidad, solo para ver el brillo triunfal en los ojos
de Pei Yunshu.

El maestro de la secta quedó ató nito por un momento, luego vio a Pei Yunshu tomar
rápidamente la pintura de la mesa y, tomando a todos por sorpresa, salir corriendo
de la habitació n.

"Intrigante", comentó el maestro de secta después de un rato.

—Ve tras él —dijo con interés—, pero no te acerques demasiado. Veamos qué puede
hacer.

“Y ten cuidado de no dañ ar la belleza”.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 90

Capítulo 90

<< Índice de contenidos >>

Pei Yunshu se escondió en las copas de los árboles, observando có mo la gente de


abajo corría a lo lejos bajo su mirada.

La barrera oculta entre las hojas revoloteando, Pei Yunshu esperó hasta que esas
personas hubieran desaparecido por completo antes de soltar el pergamino apoyado
contra el tronco del árbol.

La pintura mostraba un espacio vacío donde había estado parado. Pei Yunshu
examinó las tres grietas y se dio cuenta de que Zhuyou y Bai Lige podrían salir, pero
tardaría un tiempo.

Pei Yunshu olió sangre en la pintura, pero no vio ninguna gota. Si no recordaba mal, el
Maestro de la Secta del Brocado de Flores, a quien vio al salir, estaba limpiando la
sangre fresca.

¿Podría ser que usó su sangre para liberarlo?

Pei Yunshu reflexionó . Enrolló el cuadro y oyó pasos abajo. Al mirar hacia abajo, vio
a un grupo de personas vestidas con llamativos bordados de peonías.

"¡Apurarse!"

Informad a todos los maestros de saló n. El Maestro de Secta ordena no hacer dañ o a
nadie.
Pei Yunshu se frotó la frente, extendiendo cierta conciencia espiritual para seguirlos
en varias direcciones.

Desde que entró en la guarida de la Secta del Brocado de Flores, aunque sabía que el
joven maestro Qingfeng no era ese tipo de persona, Pei Yunshu no pudo evitar
sospechar que los condujo a los tres a la Secta del Brocado de Flores.

Zhuyou, Bai Lige y él estaban en la pintura, y solo Hua Yue y el joven maestro
Qingfeng estaban afuera. ¿Có mo no iba a sospechar?

Su consciencia espiritual transmitió informació n en medio del ruido. De repente, oyó


una voz que le resultó extremadamente familiar.

¿Quién dices que escapó ?

La expresió n de Pei Yunshu se volvió fría y agarró con fuerza la Espada Qingyue.

Era Zouyu.

Se escuchó otra voz: «Informe al Maestro del Saló n Zou, la persona es desconocida. El
Maestro de Secta ordenó que si ven a alguien sospechoso, no le hagan dañ o;
simplemente envíenlo al Maestro de Secta».

Zouyu: "Este Señ or lo sabe. Puedes irte."

Pei Yunshu saltó del árbol en silencio, siguiendo esta consciencia espiritual como una
ráfaga de viento. En un abrir y cerrar de ojos, llegó a un patio.

Pisó las ramas de la copa del árbol y miró hacia la habitació n entre las capas de
hojas.

El mensajero se marchaba, pero la consciencia espiritual de Pei Yunshu no se fue. En


cambio, permaneció en la habitació n de Zouyu.

Esa conciencia espiritual se convirtió en los ojos y oídos de Pei Yunshu,


convirtiéndose en su arma invisible.
Pei Yunshu quería matar a Zouyu. Había jurado matarlo desde el reino secreto del
Clan Zorro, y Zouyu no sabía nada al respecto.

Zouyu fruncía el ceñ o, mostrando una expresió n extrañ a mientras se distraía,


pensando en algo. Su expresió n se tornó sombría gradualmente, y su mano, que
sostenía la taza de porcelana, emitió un crujido insoportable.

Aprovechando este momento, la conciencia espiritual de Pei Yunshu se convirtió en


una espada invisible, cargando hacia Zouyu desde atrás.

Zouyu sintió de repente una sensació n de inquietud. Sintió un hormigueo en el cuero


cabelludo; una intuició n agudizada en innumerables crisis de vida o muerte lo hizo
rodar instintivamente hacia un lado.

Tras alejarse rodando, Zouyu miró hacia donde acababa de sentarse, solo para oír un
fuerte ruido. Una mesa de piedra con un hermoso diseñ o surgió de la nada.

El rostro de Zouyu se tornó extremadamente feo. Inmediatamente sacó un tesoro


mágico defensivo, observando los alrededores sin mostrar ningú n cambio. "¿Qué
pasa? ¿Qué superior quiere matarme? ¿Ni siquiera te atreves a dar la cara?"

La voz de Pei Yunshu vino desde atrás de él: "Soy yo quien quiere matarte".

Su voz era tan fría como el invierno, sin intenció n de ocultar la intenció n asesina.

Zouyu quedó ató nito, con una expresió n de sorpresa inconfundible. Se giró para
mirar, solo para ver a Pei Yunshu de pie detrás de él con una espada en alto.

La espada Qingyue en la mano de Pei Yunshu emitió un zumbido urgente, y la energía


espiritual se extendió por la habitació n como ondas de agua. Cada movimiento era
una amenaza para Zouyu.

—Pei Yunshu —Zouyu frunció el ceñ o y la tristeza en sus ojos se hizo más profunda
—. ¿Quieres matarme?

La mirada de Pei Yunshu era penetrante, fija en Zouyu. La intenció n asesina en sus
ojos ya no era disimulada, sino manifiesta. "¿No debería matarte?"
Tras decir esto, Pei Yunshu no quiso hablar más con él. Soltó una cuerda inmortal,
una cuerda roja larga y delgada que atacó agresivamente a Zouyu.

Zouyu esquivó la cuerda inmortal, pero no pudo escapar de la consciencia espiritual


de Pei Yunshu. Fue un poco más lento, firmemente atrapado y cayó torpemente al
suelo.

En el pasado, usó la cuerda inmortal para atar a Pei Yunshu. Ahora, la situació n se ha
revertido por completo.

Pei Yunshu se acercó con su espada, y el rostro de Zouyu mostró una fina capa de
sudor, pero sus labios se curvaron en una sonrisa.

"Resulta que fuiste tú quien escapó del maestro de secta", se puso en una posició n
más có moda, "para que quieras matarme así, esa es mi habilidad. Simplemente no
esperaba que tu cultivo se volviera tan profundo".

Levantó una ceja y dijo con una insinuació n: "¿Te acostaste con ese dragó n de la
inundació n?"

"¿Qué tal estuvo?" Zouyu abrió las piernas con indiferencia. "¿Se compara con mi
destreza?"

Las cejas de Pei Yunshu se fruncieron ferozmente.

La sonrisa de Zouyu se profundizó . Se lamió los labios y estaba a punto de decir algo
más cuando sus ojos se abrieron de repente, con la incredulidad apoderándose de su
rostro mientras bajaba la cabeza, mirando la espada que le había atravesado el pecho.

Pei Yunshu retiró la espada y sangre carmesí goteó de la hoja, formando un pequeñ o
charco en el suelo poco después.

Bajó la mirada hacia Zouyu y sus rasgos se relajaron gradualmente.

Zouyu parecía no haber esperado que Pei Yunshu actuara con tanta rapidez. Observó
la herida y luego levantó la cabeza para mirar a Pei Yunshu.
Sabía que Pei Yunshu quería matarlo, pero no esperaba que Pei Yunshu lo matara de
manera tan decisiva.

Zouyu pensó que Pei Yunshu lo torturaría lentamente.

La sangre le goteaba de la boca, y los ojos de Zouyu gradualmente mostraban el


ú ltimo rastro de locura. "¡Aunque muera, te arrastraré conmigo!"

El poder espiritual en la habitació n comenzó a surgir, y las cejas de Pei Yunshu se


enarcaron. Saltó hacia atrás y salió corriendo por la puerta, en direcció n a la
distancia.

La Espada Qingyue se agrandó tanto como pudo y voló hasta sus pies, llevándolo a
una velocidad sin precedentes.

Parecía que había pasado mucho tiempo, pero también parecía un instante. De
repente, un fuerte ruido resonó tras él. La energía espiritual, envuelta en una
intenció n asesina, se desató como una avalancha, arrasando con todo a su paso.

Incontables gritos se desvanecieron en un instante, y otra ronda de gritos siguió . La


velocidad de Pei Yunshu era extremadamente rápida; ni siquiera tuvo tiempo de
mirar atrás. Solo sabía avanzar, escapar rápidamente de esa zona.

Zouyu se autodestruyó .

La autodestrucció n de un cultivador en la etapa de alma naciente podría reducir un


área a escombros.

É l realmente quiere morir pero también arrastrar a Pei Yunshu a la muerte.

Sin saber cuánto tiempo voló , la conmoció n a sus espaldas se apaciguó gradualmente.
La Espada Qingyue giró en el aire, y Pei Yunshu, de pie sobre ella, observó la
devastació n que se extendía frente a él.

El polvo flotaba en el aire; donde hubo derrumbes, hubo muertes. Los gritos de
auxilio y las luchas desesperadas resonaban por todas partes. No murieron por el
movimiento de las rocas, sino por la energía espiritual explosiva, similar al afilado
cuchillo de Zouyu.

Pei Yunshu también respiró levemente. Se sentó con las piernas cruzadas sobre la
Espada Qingyue, creando una barrera para calmar su respiració n.

Sondeó el mar de la conciencia y se comunicó con la pequeñ a Alma Naciente: “No


esperaba que fueras tan pequeñ o, pero tu autodestrucció n es tan poderosa”.

La pequeñ a Alma Naciente se cubrió los ojos con las hojas, tapándose los oídos y
diciendo: «No tengo ningú n poder. No me autodestruyas».

"¿Por qué iba a autodestruirte?" Pei Yunshu encontró su Alma Naciente bastante
ridícula. "Deja de cubrirte con hojas."

El Alma Naciente soltó las hojas, intentando ahora tirar de las ramas del Á rbol de
Nieve de Abril sobre su cabeza. Tenía una apariencia infantil similar a la de Pei
Yunshu, haciendo pucheros: «Sé que en tu corazó n me llamas tonto. Lo sé».

Pei Yunshu sonrió y exhaló profundamente. Abriendo los ojos, tocó la Espada
Qingyue que tenía debajo. «De un solo golpe, Zouyu causó un gran revuelo. Su
maestro de secta no puede quedarse de brazos cruzados. Aprovechemos el caos y
tomemos prestada algo de su sangre».

La espada Qingyue se balanceó de izquierda a derecha, llevándolo lejos del área.

***

En el reino mortal, hay un dicho que dice que las desgracias nunca llegan solas. El
maestro de secta aú n no había recibido noticias del incidente de Zouyu, y alguien
vino a informar que Yuan Er había sido capturado.

El maestro de la secta tenía curiosidad: "¿Capturado por quién?"

—Dos cultivadores justos —informó el subordinado—. A juzgar por su vestimenta,


son discípulos de la Secta Shanshui.
“¿No es Pei Yunshu también un discípulo de la Secta Shanshui?” El maestro de secta
reflexionó y preguntó a los que lo rodeaban.

La voz de la marioneta, oculta en la oscuridad, no tenía emoció n: «Sí, maestro. Era


discípulo de la secta Shanshui, pero ya la abandonó ».

"Interesante", dijo el maestro de secta con un toque de diversió n. "Capturaron a Yuan


Er, ¿qué pretenden hacer? ¿Quizás todavía quieran intercambiar a Yuan Er por su
condiscípulo?"

El tono del maestro de la secta contenía una nota juguetona.

"No lo sé", informó el subordinado, "pero los dos están sosteniendo a Yuan Er y se
dirigen hacia la Secta del Brocado de Flores".

—Las pertenencias de un traidor —dijo el maestro de secta—. Cuando lleguen a la


secta, lleven a Yuan Er a la sala de castigo y ejecú tenlo. En cuanto a los dos
cultivadores justos, que los sigan.

"Comprendido."

Tras ocuparse del asunto de Yuan Er, el maestro de secta apenas se había sentado
cuando pareció presentir algo. Miró hacia el sur, entrecerrando los ojos.

La gente a su alrededor estaba perpleja y siguió su mirada hacia el sur, pero no


percibió nada. Al poco rato, un fuerte ruido vino repentinamente del sur.

Las crecientes fluctuaciones de energía espiritual comenzaron a fluir hacia ellos. El


maestro de secta negó con la cabeza y dijo: «Cosas inú tiles».

Levantó su mano limpia y pálida, golpeó ligeramente la mesa y envolvió el área con
una barrera. Cuando todo se calmó , llegó un informe: "¡Maestro, el Maestro de Saló n
Zou se autodestruyó !"

La sala quedó en silencio, todos contuvieron la respiració n, temerosos de tocar la ira


del maestro.
El maestro de secta levantó la vista para mirar al que informaba: “Puedes entrar, pero
¿por qué trajiste el sentido espiritual de otra persona contigo?”

Pei Yunshu quedó en shock afuera de la habitació n.

Sus labios estaban fuertemente apretados y su corazó n latía con fuerza.

Su cultivo se encontraba en la etapa del Alma Naciente, y su sentido espiritual era


mucho más avanzado que su cultivo. Calculó que, incluso en la etapa del
Establecimiento de la Fundació n, ya poseía la capacidad de separar una parte de su
sentido espiritual. Desde que abandonó el Reino Secreto del Dios Dragó n hasta ahora,
nadie había detectado su sentido espiritual.

Pei Yunshu no se atrevió a actuar imprudentemente. Trató esa hebra de sentido


espiritual como si fuera suya y la ocultó con aú n más cuidado.

Convertir lo real en ilusió n, convertir la ilusió n en nada.

Pei Yunshu intentó recordar la sensació n de la Prueba del Corazó n Demoníaco. Su


respiració n se volvió superficial, como si se hubiera fusionado con el aura natural
que lo rodeaba.

Los “ojos” vieron muchas cosas, los “oídos” oyeron muchas cosas.

Pei Yunshu vio al maestro de la Secta del Brocado de Flores sentado tras el
escritorio, con expresió n algo sorprendida. "¿Eh? De verdad que lo ocultó ".

Entre sus subordinados, hubo conmoció n. Alguien no pudo evitar preguntar:


«Maestro, ¿está atacando un enemigo poderoso?».

El maestro dijo: “De hecho, para ustedes es un enemigo poderoso”.

Pei Yunshu se preguntó có mo pudo lastimarlo.

Si el maestro de la Secta Brocado de Flores, que podía sentir los sentidos espirituales,
lo notó , entonces ¿cuál era el nivel de cultivo del maestro?
¿Por qué nunca había oído hablar de una figura así en la Secta del Brocado de Flores
antes?

Pei Yunshu no se atrevió a actuar imprudentemente. Su respiració n se hizo cada vez


más lenta, pues pretendía permanecer cerca del maestro de secta, esperando el
momento oportuno para derramar algo de sangre.

Tras tomar una decisió n, la cumplió . Tras el regreso del maestro de secta a su
habitació n, Pei Yunshu se sentó en un árbol alto fuera de la habitació n, esperando
pacientemente en la fría y ventosa noche.

El maestro de secta disfrutaba tranquilamente de la lectura en la cálida habitació n,


con una sonrisa en los labios. Parecía que el libro contenía algo divertido que lo
mantenía absorto en su intrigante contenido.

Al cabo de un momento, cuando la luna creciente se cernía sobre el cielo, alguien con
una caja cubierta con una tela negra llegó a la puerta del maestro de secta. Tras mirar
a su alrededor, dijo en voz baja: «Maestro de secta».

Pei Yunshu agudizó su atenció n. Parecía que tramaban algo que no debía ver. Se
concentró , con la esperanza de que, con suerte, pudiera usar esto como palanca para
amenazar al maestro de la Secta del Brocado de Flores.

Este movimiento fue probado y comprobado en los libros.

La persona dentro de la casa abrió la puerta para el grupo, y el sentido espiritual de


Pei Yunshu los siguió en silencio.

Manteniéndose cauteloso con el maestro de secta, no se atrevió a acercarse


demasiado. Hizo todo lo posible por ocultarse. Como era de esperar, el maestro de
secta no detectó su presencia, y solo preguntó al líder del grupo que entró : "¿Qué te
trae por aquí?".

El líder hizo una reverencia respetuosa: «Esto es algo que encontré en la cámara
secreta del Señ or Zou. No sabía có mo manejarlo, así que lo traje para informarle».

El maestro de la secta dijo: “Muéstramelo”.


La caja, cubierta de tela negra, fue llevada ante el maestro de secta. Extendió la mano
para abrirla, y Pei Yunshu contuvo la respiració n, mirándola fijamente.

Dentro de la caja había varias peonías de un colorido exquisito. Al verlas, Pei Yunshu
sintió de repente una sensació n de familiaridad. La caja y las flores le sonaban.

¿Dó nde los había visto antes?

El maestro de secta sacó una peonía. La peonía, del tamañ o de un rostro, tenía un
color increíblemente brillante. Mientras Pei Yunshu reflexionaba, el maestro de secta
sopló suavemente hacia la peonía.

La peonía voló repentinamente por los aires, girando continuamente hasta


transformarse en una figura vestida de gasa fina. Sus labios se curvaron hacia arriba,
sus ojos parecían impregnar la fragancia de las peonías, con comisuras rojas que
recordaban a flores en flor, desplegándose silenciosa y delicadamente ante la mirada
de todos.

La persona formada por la flor tenía un parecido sorprendente con Pei Yunshu.

Una expresió n sombría cruzó el rostro de Pei Yunshu. Contuvo sus emociones,
mirando la peonía, resistiendo el impulso de desenvainar la espada y atacar.

Recordó de qué se trataba. Zouyu también le había dado una caja similar, dentro de la
cual había un libro grueso con pinturas primaverales explícitas.

Ahora, se arrepintió de haber dejado que Zouyu muriera tan fácilmente.

El maestro de secta miró la peonía y no pudo evitar exclamar: "El ingenio de Zouyu
en este aspecto no tiene igual".

La persona que trajo el regalo miró fijamente la flor y dijo: "Maestro de Secta, ¿es
este realmente un rostro que solo puede ser creado por una peonía?"

Sin embargo, el maestro de secta negó con la cabeza: "Demasiado hermoso, la esencia
floral es demasiado fuerte, no es hermosa".
En sus palabras, la belleza de la peonía se transformó nuevamente en una flor y los
pétalos flotantes se esparcieron por el suelo.

“Es extraordinario”, dijo el maestro de secta. “No encuentro a Pei Yunshu hermoso,
pero puedo percibir la falta de belleza en la peonía”.

Su subordinado se aventuró a preguntar: "¿Có mo distingue el Maestro de Secta la


falta de belleza en la peonía?"

El maestro de secta respondió con indiferencia: "Naturalmente, usaré a Pei Yunshu


como estándar".

Tiró todas las peonías de la caja a un lado. Bajo la mirada de Pei Yunshu, el maestro
de secta sacó un libro de la caja.

Pei Yunshu sospechaba que este libro era, con toda probabilidad, otra representació n
eró tica con él como protagonista.

Matar a uno es evitar la humillació n, pero incluso con Zouyu muerto, todavía podrían
insultarlo.

Una leve intenció n de matar emanó de Pei Yunshu.

É l debe destruir esta cosa.

Cuando el maestro de la secta estaba a punto de abrir la primera página del libro, al
segundo siguiente, llamas rojas y amarillas se encendieron repentinamente desde el
libro que tenía en la mano.

Las llamas ardieron con furia, consumiendo rápidamente todo el libro. Sin embargo,
el maestro de secta mantuvo la calma. Con un giro, las llamas del libro se
desvanecieron, dejando casi la mitad de las páginas intactas.

“Cuanto más te resistes, más quiero ver qué hay dentro”, el maestro de secta hojeó
casualmente las páginas quemadas, “Tienes medio tiempo de libro para escapar”.

Pei Yunshu supo que lo habían descubierto. Apretó los dientes, pero tomó una
decisió n contraria a la esperada.
Mientras el maestro de secta bajaba la cabeza para leer, la inmensa conciencia
espiritual de Pei Yunshu se apoderó de él repentinamente. Tras infligir varias heridas,
se retiró bruscamente, con sangre en su interior. Incluso en su mente, Pei Yunshu
podía sentir el intenso latido de su corazó n.

“Escapa”, la Espada Qingyue se movió de repente.

Sin embargo, el maestro no lo persiguió .

Se concentró en la lectura de su libro, ignorando las heridas en su cuerpo.

Cuando la gente que perseguía a Pei Yunshu regresó con las manos vacías, se
arrodillaron y se disculparon: "Perdimos su rastro".

—Si me hubieras alcanzado, me habría parecido extrañ o —dijo el maestro, abriendo


las manos para que alguien se cambiara de ropa y mirando de reojo el libro que había
dejado sobre la mesa—. Zouyu sí que tiene talento artístico.

Lamentó : “Es una pena que esté muerto”.

El títere recordó el tiempo que le había dado por medio libro y había estado
persiguiendo a Pei Yunshu, pero regresó con las manos vacías media hora después.

En la cima de la Secta Brocado de Flores, dentro del territorio del maestro, Pei
Yunshu, un cultivador del Alma Naciente, había desaparecido sin dejar rastro.

Todas las personas que investigaron a Pei Yunshu fueron castigadas en la sala de
castigo.

El joven maestro Qingfeng, que ya había sufrido tormento en la sala de castigo, solo
ahora se enteró de que Pei Yunshu había escapado de la Pintura Divina de
Otorgamiento.

Al oír esta noticia, él también fue llevado ante el maestro.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 91

Capítulo 91

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El ataque de Pei Yunshu al Maestro de la Secta provocó que corriera más sangre de la
que había anticipado.

Tras librarse de quienes intentaron alcanzarlo, Pei Yunshu se refugió en una cabañ a
de madera aislada y deshabitada. Abrió el pergamino e intentó capturar un pequeñ o
saltamontes con él, luego derramó una gota de sangre sobre él.

Afortunadamente, tal como lo esperaba, el saltamontes ensangrentado salió volando


del pergamino. Pei Yunshu respiró aliviado y se atrevió a usar esa sangre para untar
los cuerpos de Zhuyou y Bai Lige.

“Zhuyou fue muy astuto esta vez, al saber transformarse en un brazalete”, dijo Pei
Yunshu con entusiasmo. “Pero Bai Li no es tan bueno. ¿Por qué entraste? Si entraste,
al menos encoge un poco. ¿Cuánta sangre necesito para sacarte, siendo un zorro
blanco tan grande?”

"Afortunadamente, soy bastante poderoso", tosió levemente Pei Yunshu,


"Inconscientemente, he desarrollado una piel gruesa como Zhuyou".

Consumió la sangre alegremente. Antes de que Bai Lige saliera, Zhuyou ya había
salido corriendo por la abertura que él había abierto. El brazalete negro se
transformó en humano y cubrió a Pei Yunshu en sus brazos.

Con sangre en las manos de Pei Yunshu, le dio una palmadita en la espalda a Zhuyou
con el dorso de la mano y murmuró : "Zhuyou, deja de ser tan pegajoso".
Zhuyou lo soltó y con calma le dijo: "Cuando no estoy cerca, te metes en problemas".

Pei Yunshu: “…”

Tras haber herido previamente al Maestro de la Secta del Brocado de Flores y haber
logrado evadir a quienes intentaban perseguirlo, Pei Yunshu se sentía algo orgulloso.
Sin embargo, ahora su ánimo se desanimó de nuevo. «Esta vez fue inesperado».

"Créeme", la voz de Pei Yunshu se hizo más baja, "me he vuelto bastante poderoso".

La incertidumbre en su tono era notable y Zhuyou podía escucharla claramente.

Pero antes de que Zhuyou pudiera decir más, un zorro blanco saltó del pergamino,
transformándose en un hombre atractivo en un instante.

"Ustedes dos me adelantaron", rió Bai Lige. "Creí que fui el más rápido en abrir esa
brecha".

Los dos, llenos de energía, parecían más animados que Pei Yunshu, quien había salido
primero. Pei Yunshu les pidió que se sentaran, preparó té espirituoso y sacó algunos
bocadillos. Tranquilamente, comenzó a relatar lo ocurrido tras entrar en el
pergamino.

Después de terminar de hablar, levantó la taza y tomó un sorbo de té verde, miró


hacia arriba solo para ver a Zhuyou y Bai Lige mirándolo fijamente.

Pei Yunshu se preguntó : "¿Qué me miras?"

"Yunshu, te aventuraste solo a través de la Secta del Brocado de Flores, y ahora,


¿có mo te sientes acerca de tu fuerza?", preguntó Bai Lige.

Pei Yunshu se sonrojó . En la cara, aú n le faltaba la piel gruesa, y dijo con modestia:
«Todo debería estar bien».

Bai Lige sintió que Pei Yunshu parecía diferente ahora.

Un cultivador en la etapa de alma naciente ya era considerado una figura poderosa en


el mundo del cultivo, pero Pei Yunshu siempre se mantuvo cerca de Zhuyou. Al
encontrarse con personas como Bai Lige o el joven maestro Qingfeng, quienes
poseían bases de cultivo profundas, y con quienes representaban un peligro y lo
frenaban, sus cultivos eran mucho más formidables que los de Pei Yunshu. Esto lo
hizo pensar que no era nada poderoso.

Pero ahora, tras aventurarse solo en la Secta del Brocado de Flores y matar al
provocador Zouyu, Pei Yunshu finalmente comprendió que su fuerza no era débil. No
solo no era débil, sino que parecía formidable.

Irradiaba una confianza y una serenidad que no tenía antes.

Un chorro de agua arrojó con fuerza al suelo a Bai Lige, quien miraba fijamente sin
pestañ ear. Zhuyou dijo fríamente: "¿Ya viste suficiente?".

Bai Lige se secó el agua de la cara. "Eres muy autoritario".

Tras terminar la conversació n y el té, Pei Yunshu guardó la Pintura Divina de


Otorgamiento y desenvainó su espada. Junto con los otros dos, volaron, preparándose
para abandonar la Secta del Brocado de Flores.

Sin embargo, cuando estaban a punto de abandonar la Secta Brocado de Flores, una
voz clara y resonante de repente resonó en toda la secta.

“Qingfeng, me has desafiado”.

Las tres personas en el aire se detuvieron abruptamente.

El orador poseía un poderoso sentido espiritual, y la frase, pronunciada con


naturalidad, resonó por toda la Secta Brocado de Flores, resonando en cualquier
lugar. «En quince minutos, ejecú tenlo frente al saló n».

"¿Ejecutar a Qingfeng?" Los huesos de Bai Lige crujieron, su rostro se ensombreció .


"Esto nos está atrayendo de vuelta a propó sito".

Pei Yunshu apretó los puñ os. Tras un instante, él y Bai Lige dieron la vuelta sin
dudarlo y regresaron por la misma ruta.
Zhuyou los siguió con indiferencia. En menos de un instante, encontraron la sala de
ejecuciones de la Secta Brocado de Flores.

El olor a sangre era extremadamente fuerte. Incluso a distancia, se percibía. El


maestro del saló n se encontraba frente a él, y cientos de discípulos de la Secta del
Brocado de Flores, vestidos de negro, se encontraban allí. Entre ellos, una docena o
más tenían auras extrañ as, que no eran ni demoníacas ni humanas.

Los tres encontraron un escondite. El dragó n de la inundació n, a pesar de no tener


intenció n de salvar al joven maestro Qingfeng, no pudo evitar sentir ansiedad al ver
esta escena.

Miró fijamente hacia abajo, sus uñ as se afilaron y alargaron. Pei Yunshu lo retuvo
rápidamente y le susurró : «No actú es imprudentemente».

Zhuyou asintió , conteniendo el deseo de correr y entablar una pelea.

Pei Yunshu bajó la mirada con atenció n, y el rostro pálido del joven maestro
Qingfeng se ocultaba en el centro. Tenía los labios agrietados, sudor frío le corría por
la cara y su ropa estaba manchada de sangre, mostrando un aspecto extremadamente
debilitado.

—Nos están esperando —dijo Pei Yunshu con desdén—. Son tan despiadados incluso
con su propia gente. De hecho, los cultivadores demoníacos son despiadados y
crueles.

"Han formado una formació n", reflexionó Bai Lige por un momento. "Qingfeng está
protegido en el centro de la formació n. No podemos salvarlo a menos que
eliminemos a todos".

Pei Yunshu y Zhuyou miraron a Bai Lige, ambos con expresiones de confusió n.

Bai Lige se rió entre dientes: "Parece que en esta batalla tendrás que seguir mis
ó rdenes".

***
El joven maestro Qingfeng se arrodilló en el suelo; las heridas en su cuerpo le
causaban un intenso dolor bajo el sol abrasador. Mantuvo la cabeza gacha, dejando
que un sudor frío le corriera por la mandíbula.

La perla venenosa que llevaba dentro aú n no había brotado. El maestro de la sala de


castigos estaba a su lado. Al oír su respiració n entrecortada, se giró para mirarlo y
dijo: «Qingfeng, he sido indulgente».

"Lo sé..." El joven maestro Qingfeng se esforzó por pronunciar estas tres palabras,
tragando el aire sangriento que le atravesaba la garganta. "Has envejecido."

El maestro de la sala de ejecució n se rió entre dientes: "La pró xima vez que caigas en
mis manos, te mostraré si realmente he envejecido".

El joven maestro Qingfeng levantó la vista con dificultad. Estaba rodeado de gente y
no tenía escapatoria.

¿Quieres que venga Pei Yunshu?

El joven maestro Qingfeng quería vivir, pero no quería que Pei Yunshu viniera.

En ese momento, el maestro de la sala de ejecució n dijo: “Han pasado la mitad de los
quince minutos”.

Utilizó el sentido espiritual para esta frase, y cada palabra parecía susurrar en los
oídos del joven maestro Qingfeng, siendo obvio quién era el oyente al que iba
dirigido.

"Hace tanto tiempo que no veo herido al Maestro de Secta", dijo el maestro de la sala
de ejecuciones con nostalgia. "Qingfeng, viendo el estado de ánimo del Maestro de
Secta, parece que no hay ira".

El joven maestro Qingfeng tosió varias veces, con tanta fuerza que le dolían los
ó rganos internos y le sangraba por las comisuras de los labios. No quería hablar con
él.
Cada seis latidos, el maestro de la sala de ejecució n anunciaba en voz alta una
sentencia. Esta era la sentencia de muerte del joven maestro Qingfeng, y también una
forma de obligar a los individuos ocultos a revelarse.

Después de instruir a Pei Yunshu y Zhuyou, Bai Lige estaba a punto de hacer un gesto
para acercarse, pero Pei Yunshu de repente extendió la mano y lo detuvo.

"No te muevas", presionó Pei Yunshu con fuerza, "Alguien viene".

Bai Lige se quedó ató nito. "¿Quién?"

Al instante siguiente, dos personas descendieron del cielo sobre espadas voladoras.
Ambas vestían tú nicas taoístas y rebosaban rectitud. En sus manos, sostenían a una
mujer encantadora. En cuanto la mujer aterrizó , preguntó a los presentes frente a la
sala de ejecució n: "¿Qué hacen? ¿Esperando para rescatarme?".

El maestro de la sala de ejecució n dijo en voz alta: "Yuan Er, ¿por qué regresaste a
esta hora, precisamente ahora?"

"¿Puedo controlarlo?" Yuan Er sonrió a los dos que estaban a su lado. "Hermanos,
esta es la Secta Brocado de Flores. A juzgar por la situació n, parece que algo grave
está sucediendo en la secta. ¿Por qué no vienen primero a mi casa?"

Los tres le dieron la espalda al grupo de Pei Yunshu, que se escondía. Pei Yunshu no
necesitó verles la cara. Al ver sus tú nicas daoístas, se quedó ató nito.

Eran discípulos de la secta Shanshui.

Esta figura de atrás era extremadamente familiar, sus hermanos mayores.

La respiració n de Pei Yunshu se volvió caó tica por un instante. Miró al frente sin
pestañ ear, queriendo saber por qué sus hermanos mayores habían venido a la Secta
del Brocado de Flores. ¿Habían venido por otra razó n o para perseguirlo?

Zhuyou apretó con más fuerza la mano de Pei Yunshu y le susurró cariñ osamente al
oído: "Aguanta la respiració n".

Pei Yunshu contuvo sus emociones.


El hermano mayor, blandiendo una espada y vistiendo atuendo taoísta, miró a su
alrededor entre la multitud y finalmente apartó la mirada, volviéndose hacia Yuan Er.
"¿Dó nde está?"

Yuan Er le sonrió condescendientemente y parpadeó : "Hermano, no te preocupes.


Déjame preguntarle a alguien primero. ¿Có mo se llama tu condiscípulo menor?"

Yuncheng sonrió como una brisa primaveral: "Mi hermano menor se llama Yunshu".

Yuan Er se aclaró la garganta y le preguntó al maestro de la sala de ejecució n: "¿Has


visto a alguien llamado Yunshu?"

—Oh, ¿no es este el Maestro del Saló n Ling? ¿Por qué te arrodillas junto a él? ¿Acabas
de recibir un castigo?

“El Maestro ordenó que lo ejecutaran”, sonrió con malicia el Maestro del Saló n de
Castigos, “El Maestro también dio la orden de que cuando regreses, también
enfrentarás la ejecució n”.

El rostro de Yuan Er palideció de repente y Yuncheng arqueó una ceja. Miró a su


alrededor y, con cortesía, preguntó al maestro de la sala de ejecuciones: «Soy
Yuncheng, discípulo de la Secta Shanshui. Rara vez visito la Secta del Brocado de
Flores. ¿Puedo preguntar si mi condiscípulo menor está aquí?».

"Tu compañ ero discípulo menor está en la Secta Brocado de Flores", dijo el maestro
de la sala de ejecució n, "Estamos esperando que tu compañ ero discípulo menor
venga con nosotros".

Yuncheng levantó los labios, miró al joven maestro Qingfeng y aparentemente sonrió :
"¿Confiar en él?"

Su tono era desdeñ oso, pero sus ojos estaban llenos de tristeza.

Al maestro de la sala de ejecuciones le gustaba que la gente justa mostrara esas


expresiones. Se rió entre dientes: «Te aconsejo que te vayas antes de enfadar al
Maestro de Secta. El Maestro de Secta ha dado ó rdenes, y esta persona, Pei Yunshu,
debe ser capturada y ofrecida al Maestro de Secta».
“Aunque encuentres este lugar, no podrás alejar a tu compañ ero discípulo menor de
nosotros”.

La voz del hermano mayor se volvió fría: "Jactancioso".

Desenvainó una espada sobre el cuello de Yuan Er y se abalanzó contra la multitud.


Yuncheng, al ver esto, sonrió con impotencia, y tras él apareció una densa formació n
de espadas delgadas. Se incorporó lentamente a la formació n.

Pei Yunshu frunció el ceñ o y, en un instante, tomó una decisió n decisiva: aprovechar
el caos para salvar al joven maestro Qingfeng y marcharse rápidamente. Estaba a
punto de mencionar este plan cuando vio que Zhuyou, de repente, se llenaba de
instinto asesino. Dejó escapar las palabras «Mataré a su maestro de secta» y
desapareció .

Las palabras pronunciadas por el maestro de la sala de ejecució n, sobre ofrecer a Pei
Yunshu al Maestro de la Secta, enfurecieron por completo a Zhuyou.

Pei Yunshu ni siquiera tuvo tiempo de decir una palabra. Solo pudo volverse hacia
Bai Lige y decirle: «Bai Li, aprovecha el caos para salvar a Qingfeng. Iré a buscar a
Zhuyou».

El rostro de Bai Lige era solemne. Asintió con seriedad, relajando sus mú sculos y
huesos. En un abrir y cerrar de ojos, recuperó su forma original y se lanzó a la
refriega.

Pei Yunshu lo siguió , guiado por el sentido espiritual de Zhuyou.

Cuando el Maestro de Secta y Zhuyou pelearon, no pensó que Zhuyou perdería.

Para cuando fuera a ayudar a Zhuyou, los dos trabajando juntos seguramente serían
capaces de matar al Maestro de la Secta.

Sosteniendo la espada Qingyue, su velocidad aumentó con un ligero golpe de pies. Sin
embargo, a mitad de camino, una luz blanca brilló repentinamente en el cielo, y una
figura aterrizó no muy lejos.
Esta persona vestía de blanco, con el cabello negro ondeando hacia atrás, con un
rostro hermoso pero una expresió n fría e inexpresiva. Levantó la vista hacia Pei
Yunshu, y sus ojos negros parecían devorar cualquier oscuridad, sin mostrar ninguna
ondulació n.

—Ya basta de aventuras —dijo el Gran Maestro lentamente—. Es hora de que


regreses.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 92

Capítulo 92

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Han pasado só lo unos meses y el aura en el cuerpo del gran maestro se ha vuelto aú n
más profunda.

Pei Yunshu miró atentamente al Venerable Wuwang, dio un paso atrás con cuidado y
cuando encontró la oportunidad, cambió de direcció n decisivamente, volando lejos
del Venerable Wuwang a la velocidad más rápida de su vida.

El gran maestro bajó la mirada y sus alas de mariposa, parecidas a plumas, temblaron
varias veces. Tras unas cuantas respiraciones, se transformó en luz blanca y apareció
de inmediato frente a Pei Yunshu.

—Ya has formado tu Alma Naciente —el gran maestro no miró a Pei Yunshu, sino al
árbol a su lado—. Tu consciencia divina está a punto de abrirse paso, ¡qué bien!

Pei Yunshu se detuvo. Decidió no perder el tiempo. Pensó que entraría en pánico y se
sentiría inquieto, pero se sentía tranquilo y sereno. «Si el venerable no lo ha olvidado,
ya debería haber abandonado la secta».

—He destrozado dos veces la placa de madera de mi discípulo —dijo Pei Yunshu—.
¿Acaso el gran maestro planea sellar mis recuerdos de nuevo y traerme de vuelta a la
secta, fingiendo que no pasó nada?

El rostro del gran maestro palideció por un momento.


A Pei Yunshu le pareció divertido; la apariencia del Venerable Wuwang parecía
indicar que las palabras de Pei Yunshu podrían herirlo.

Sin actuar, frente al gran maestro, fue como si le hubieran arrebatado las emociones.
"¿Qué más quiere hacer el gran maestro?"

Simplemente sellar sus recuerdos y cortar sus emociones, lo encontró


extremadamente repugnante.

A los ojos del Venerable Wuwang, parecía que Pei Yunshu era solo una marioneta con
la que jugar.

El venerable Wuwang dijo: "No te haré dañ o".

Pei Yunshu no pudo evitar reír sarcásticamente.

El Venerable Wuwang observó el árbol en silencio. Después de un rato, susurró : «Me


mentiste».

Pei Yunshu lo miró .

—Mi corte de emociones no te afectó —dijo el Venerable Wuwang—, pero extraje a


Yunwang para ti.

Un cultivador del Dao sin corazó n no usaría un método así para abrirse paso.

Este era un atajo. Si el Dao se rompía de verdad, durante la tribulació n y la ascensió n,


sería inaceptable para el Dao Celestial, tal como la experiencia previa del Venerable
Wuwang: su cuerpo físico cayó y su alma sufrió graves heridas.

El alma del venerable Wuwang no pudo soportar una segunda ascensió n fallida.

Pei Yunshu no entendía có mo el gran maestro sabía que sus emociones no habían
sido cercenadas, pero mantuvo la calma. «Sellaste mis recuerdos sin mi
consentimiento e intentaste cercenar mis emociones. Ahora, ¿te quejas de que no te
permití cercenar mis emociones voluntariamente, dejándote cometer un error a
cambio de nada?»
El venerable Wuwang cerró los ojos. «No quise decir eso».

Pei Yunshu dijo: "Pero te llevaste a Yunwang, lo que debería significar que no tienes
sentimientos por mí".

El Venerable Wuwang sonrió rápidamente, una sonrisa fugaz y pálida, con aspecto de
estar bastante avergonzado. Tras un instante, contuvo la sonrisa, retomando la fría y
afilada actitud de una espada afilada. Al mirar a Pei Yunshu, su mirada parecía
dirigida a un discípulo comú n. "Soy tu gran maestro, ¿có mo podría tener
pensamientos inapropiados sobre ti?"

Habló palabra por palabra, sin que quedara claro si se dirigía a Pei Yunshu o hablaba
consigo mismo.

Pei Yunshu dijo: "Jú ralo".

El venerable Wuwang quedó desconcertado.

Pei Yunshu levantó la Espada Qingyue, apuntando la punta hacia el cielo. «Jú ralo por
los cielos».

El Gran Maestro siguió la punta de su espada y miró hacia arriba. Arriba se extendía
el camino celestial, donde se alzaban nubes y niebla, experimentando innumerables
cambios en un abrir y cerrar de ojos, como si el mundo hubiera experimentado
profundas transformaciones.

Después de un rato, sintió los ojos secos de tanto mirar, pero no bajó la cabeza. "¿Qué
clase de juramento quieres que haga?"

—Jura que nunca te obsesionarás por mí, jura que nunca coartarás mi libertad, jura
que nunca te acercarás a mí —los ojos de Pei Yunshu se enrojecieron gradualmente,
cada palabra golpeando el corazó n del Venerable Wuwang como un trueno—. Si
violas este juramento, no tendrás descanso en la muerte.

Un sinfín de quejas invadieron su corazó n en ese momento, haciendo que sus ojos se
sintieran calientes y amargos. Pei Yunshu apretó los dientes y resistió esta repentina
oleada de emociones.
¿Por qué iba a llorar? ¿Solo porque lo acosaban? ¿De qué servía llorar por quien lo
acosaba? Además de cobardía, ¿qué más demostraba?

Con esos ojos rojos, Pei Yunshu miró fijamente al Venerable Wuwang, y el Venerable
Wuwang sintió un dolor fino y denso en su corazó n.

Extrañ o.

Este dolor no era severo, pero para el Venerable Wuwang, quien había alejado a
Yunwang, fue realmente bastante extrañ o.

¿Podría ser que no lo había dibujado completamente?

El caó tico campo de batalla frente al Saló n de Castigo estaba lejos de aquí, y Zhuyou
también estaba lejos de Pei Yunshu.

No había otro apoyo, pero tampoco otros enemigos.

Pei Yunshu bajó su espada, apuntando la punta hacia su gran maestro, y la mano que
sostenía la espada se movió hacia arriba, presionando contra sus pálidos labios.

“¿Te atreves a jurar?”

El venerable Wuwang lo miró , como si quisiera dar un paso adelante.

"No te acerques", dijo Pei Yunshu con severidad.

La figura renombrada del camino recto detuvo sus pasos.

—Aú n tengo una parte de mis recuerdos que sellaste y no he podido desbloquear —
dijo Pei Yunshu—, pero no importa. Zhuyou puede ayudarme a desbloquearlos. Solo
tienes que jurar.

El venerable Wuwang no tenía espada en la mano. Sin duda, era un distinguido


cultivador de espadas, pero Pei Yunshu rara vez lo veía usarla.

Apuntar con una espada a su antiguo gran maestro fue un acto de gran desafío. Pei
Yunshu sabía que no podría derrotar al Venerable Wuwang de ninguna manera. En
ese momento, se sentía tan tranquilo como un espectador.
El latido de su corazó n se fue apagando poco a poco, y las emociones turbulentas se
calmaron como la nieve derretida. La razó n le indicó lo que debía hacer, y lo hizo con
extrema serenidad.

Colocó la Espada Qingyue horizontalmente frente a su cuello. Su hermoso cuello se


reflejó en la hoja azul, y la espada permaneció tan inmó vil como cualquier otra, sin
atreverse a moverse en su mano.

La expresió n del venerable Wuwang cambió abruptamente.

No puedo vencerte. En lugar de que me confines, prefiero morir.

Tras un tiempo indeterminado, cuando la espada le dejó una profunda marca en el


cuello, el Venerable Wuwang finalmente habló . Su voz era ligera como el viento, sus
labios pálidos y su rostro inexpresivo. «Lo juro».

El venerable Wuwang, como un paciente terminal que pronuncia sus ú ltimas


palabras, extendió su mano hacia el camino celestial, hacia el demonio del corazó n, y
pronunció las palabras que Pei Yunshu acababa de mencionar.

Si albergo el más mínimo pensamiento inapropiado sobre ti, que las hormigas me
devoren el corazó n. Si rompo este juramento, que —el Venerable Wuwang frunció el
ceñ o— no encuentre descanso en la muerte.

Pei Yunshu escuchó atentamente cada palabra. Al establecerse el juramento, sintió de


repente una sensació n de extrema ligereza.

Fue como si la cuerda que lo ataba hubiera desaparecido de repente y él hubiera


obtenido su libertad.

Su respiració n se volvió superficial y alargada, y Pei Yunshu miró al Venerable


Wuwang con ojos cada vez más brillantes.

El rostro del Venerable Wuwang permaneció inalterado. Como había dicho, no


albergaba ningú n pensamiento inapropiado sobre Pei Yunshu. Si lo hiciera, le
causaría angustia e inquietud, lo cual no se reflejaba en su expresió n.
Entonces, realmente no le agradaba Pei Yunshu.

Pei Yunshu bajó la espada. Realizó el saludo del ú ltimo discípulo, doblando la cintura
en una línea esbelta, y su cabello negro le cayó por la espalda.

El venerable Wuwang lo miró y lo observó completar el saludo con un rostro


inexpresivo, tragándose la sangre en la garganta.

Tras finalizar el saludo, Pei Yunshu pasó junto al Venerable Wuwang. Este se quedó
inmó vil, y cuando Pei Yunshu desapareció , permaneció solo un buen rato.
Finalmente, arqueó la espalda con dolor y, envuelto en el olor a sangre, comenzó a
justificarse: «No fui yo».

En los recuerdos de Pei Yunshu de su vida pasada, el Venerable Wuwang no era él.

Yunwang tampoco era él.

En el largo viaje de la vida, solo hubo cultivo y espadas. Solo después de que su alma
transmigrara y reencarnara, comprendió el profundo significado de la palabra
«emoció n».

Tan pronto como apareció , se encontró con la aversió n y el alejamiento de la persona


en su corazó n.

Wuwang olvidó todo rápidamente y se encargó de estas cosas. Sin tiempo para
aprender a tratar a Pei Yunshu, cometió muchos errores.

Todas las emociones que le provocó la palabra “emoció n” resultaron ser sangrientas
y dolorosas.

***

Tal vez fue por su conexió n espiritual, o podría ser el efecto misterioso dentro de sus
corazones; Pei Yunshu, en un estado semiconsciente, siempre sabía dó nde estaba
Zhuyou.

Siguió la sensació n y antes de acercarse, escuchó un resonante rugido de dragó n.


Fue algo trascendental, verdaderamente magnífico.

Al escuchar este sonido, Pei Yunshu supo que Zhuyou estaba lleno de vida y energía.
La pesada piedra que lo oprimía el corazó n finalmente se levantó . Cuando vio a
Zhuyou y al maestro de la Secta del Brocado de Flores, ambos se enzarzaron en una
feroz batalla. Sus movimientos eran tan rápidos que dejaban imágenes residuales. Pei
Yunshu no podía ver sus movimientos con claridad, pero su intuició n le indicó que
Zhuyou tenía la ventaja.

El dragó n enfurecido, impulsado por la ira, despertó por completo su deseo posesivo
por Pei Yunshu. Cualquiera que albergara pensamientos sobre Pei Yunshu sería
destrozado por él.

En el cuerpo del Maestro de Secta, el olor a sangre ya se había impregnado.

Pei Yunshu no pudo intervenir, por lo que se sentó con las piernas cruzadas a un lado,
imitando la apariencia de Bai Lige y gritó en voz alta: "¡Zhuyou, bien hecho!"

Zhuyou se emocionó más y la intensidad de sus ataques contra el Maestro de Secta se


volvió aú n más feroz.

El Maestro de la Secta del Brocado de Flores suspiró y, en medio del caos, se giró
para mirar a Pei Yunshu con expresió n de impotencia. «Has estado disfrutando del
espectáculo, ¿verdad?»

Antes de que Pei Yunshu pudiera responder, Zhuyou se acercó a él, y su voz fría tenía
un dejo de hostilidad: "¿Quién te permitió vigilarlo?"

“No solo lo observé”, sonrió el Maestro de Secta mientras miraba las nuevas heridas
en su cuerpo, “sino que también pinté con su ojo”.

El aliento de Zhuyou era caliente, sus pupilas bestiales eran feroces y sus patrones
demoníacos exudaban una atmó sfera brutal.

Pei Yunshu frunció el ceñ o, "Zhuyou, te está mintiendo".


Al recuperar sus sentidos, los ataques de Zhuyou se volvieron más despiadados, con
una frialdad y una ira en sus ojos como dos cielos en conflicto.

Poco después, llegó la gente de la Secta Brocado de Flores. Pei Yunshu no intervino
en la batalla entre Zhuyou y el Maestro de Secta, ni permitió que nadie lo molestara.

Usó su poderosa consciencia espiritual para crear una barrera que mantenía a los
miembros de la Secta del Brocado de Flores fuera del círculo. A pesar de sus
expresiones de resentimiento, Pei Yunshu permaneció impasible.

La conmoció n se extendió gradualmente a la Sala de Ejecuciones.

La expresió n del Señ or de la Sala de Ejecuciones cambió y, cargando al Joven Maestro


Qingfeng, se dispuso a correr hacia el Maestro de Secta. Sin embargo, sintió un dolor
agudo en la muñ eca, y al instante siguiente, el Joven Maestro Qingfeng desapareció .

Resopló , incapaz de seguir, y se fue con su gente.

El joven maestro Qingfeng, con el apoyo de Bai Lige, ya se había retirado a un rincó n
apartado. Bai Lige lo apoyó contra la pared con preocupació n: «Qingfeng, ¿sigues
vivo?».

El joven maestro Qingfeng tosió sin cesar y dijo con voz ronca: "Mira si estoy
muerto".

—Aú n te ves algo animado —dijo Bai Lige riendo con indiferencia, sentándose a su
lado—. Qué bien. Nos ahorra a Yunshu y a mí la molestia de rescatar a alguien que
acabaría convertido en cadáver.

"No debiste haberme salvado", dijo con calma el joven maestro Qingfeng, "Yo fui
quien te guió a la Secta del Brocado de Flores".

Bai Lige levantó una ceja.

El joven maestro Qingfeng frunció los labios, temblando, mientras tomaba varias
pastillas y se las tragaba. "¿Qué hay de Pei Yunshu?"

***
Estos cultivadores demoníacos de la Secta Brocado de Flores corrían tan rápido que
Yunjing y Yuncheng rápidamente se dieron cuenta de que algo andaba mal.

Intercambiaron miradas y siguieron al grupo de cultivadores demoníacos. Al cabo de


un momento, vieron un círculo de personas bloqueado fuera del rango definido por la
consciencia espiritual.

Yuncheng miró las dos figuras que luchaban en el aire y sintió una repentina
aceleració n de los latidos de su corazó n.

Su delgada espada le abrió el camino, y todos los cultivadores demoníacos que no


cedieron ni maldijeron murieron bajo su espada. Los cuerpos se amontonaron por
detrás, formando un camino sangriento que llegaba hasta el límite de la consciencia
espiritual.

El corazó n de Yuncheng latía cada vez más rápido. Fijó su mirada oscura al frente, y
parecía haber un destello de fuego en sus ojos.

El Hermano Mayor lo siguió . Parecía anticipar algo. Sus pasos se mantuvieron firmes,
pero su mirada no pudo evitar desviarse hacia adelante.

Sentado con las piernas cruzadas detrás de la conciencia espiritual, Pei Yunshu
sostenía la espada Qingyue.

Su expresió n era tranquila, pero su conciencia espiritual era dominante, impidiendo


que nadie se acercara. Los cultivadores demoníacos de la Secta Brocado de Flores
fueron bloqueados por él, y al mismo tiempo, los cultivadores en la etapa del Alma
Naciente no pudieron hacerle frente.

Nadie podía pasarlo.

En cuanto lo vio, Yuncheng se detuvo en seco. É l y su hermano mayor fijaron la


mirada en Pei Yunshu, como peces que no habían tocado el agua en mucho tiempo,
tan sedientos que temían que todo fuera un sueñ o.

"Cuánto tiempo sin verte, pero parece que el Hermano Menor no ha cambiado",
Yuncheng ladeó ligeramente la cabeza, con la mirada fija en Pei Yunshu. Le dijo al
Hermano Mayor: "Así que el Hermano Menor también tiene un lado tan dominante".

—La intimidació n del sentido espiritual es más fuerte que nosotros dos —la
expresió n del Hermano Mayor se suavizó —. El Hermano Menor es formidable.

Ambos eran demasiado llamativos, y Pei Yunshu, como era de esperar, los notó . Al
observar al Hermano Mayor y a Yuncheng, ambos contuvieron la respiració n
involuntariamente, sonriendo levemente mientras esperaban la reacció n del Cuarto
Hermano Menor.

Sin embargo, Pei Yunshu parecía no reconocerlos en absoluto. Su mirada serena


recorrió al Hermano Mayor y a Yuncheng, como si no se diferenciaran de los
miembros de la facció n demoníaca de la Secta del Brocado de Flores que los
rodeaban.

La respiració n del Hermano Mayor y de Yuncheng de repente se volvió más pesada.

"¿Qué significa esto?" preguntó el Hermano Mayor, "¿No nos vio el Hermano Menor?"

Yuncheng permaneció en silencio, sus ojos oscuros y confusos.

Pei Yunshu sí los vio, pero ya había abandonado la secta. Además, le había dicho esas
palabras al fundador de la Secta Shanshui y este había aceptado tácitamente su
marcha.

No había necesidad de forzarse.

Algunos recuerdos no habían sido restaurados, pero el cuerpo no mentía.

Rechazo, miedo, odio, asco.

Como los trataba como familia, la sensibilidad se hizo más pronunciada.

É l no quería llevar estas cargas en su corazó n, así que los trató como extrañ os.

Pero el Hermano Mayor y Yuncheng no querían ser desconocidos para él. Avanzaron,
y bajo la presió n de su fuerza, los cultivadores demoníacos retrocedieron,
permitiéndoles plantarse frente a Pei Yunshu intactos.
Una barrera invisible de conciencia espiritual no pudo evitar que sus miradas se
posaran en Pei Yunshu.

—Hermano menor —dijo Yuncheng lentamente. Bajó la cabeza para mirar a Pei
Yunshu y extendió la mano para acariciarle el cabello. Pero a mitad de la oració n, se
detuvo antes de tocar la conciencia espiritual—. Hermano menor, el Maestro y los
hermanos mayores están muy preocupados por ti.

Pei Yunshu finalmente levantó la vista para mirarlos. Pero antes de que la sonrisa de
Yuncheng se intensificara, Pei Yunshu dijo: «Retrocedan tres zhang».

Bai Lige, encaramado en un árbol alto, chasqueaba la lengua sin parar. «Yunshu es
suave como el algodó n cuando nos enfrenta, pero al tratar con esta gente, se vuelve
tan frío que resulta incó modo verlo».

El joven maestro Qingfeng, que estaba reparando sus heridas internas, no se


sorprendió .

Desde el momento en que Pei Yunshu comenzó a evitarlo y a tratarlo con frialdad,
supo que cuando Pei Yunshu endureciera su corazó n, sería extremadamente duro.

La persona que exudaba una dulce fragancia cuando estaba borracha, cuando
realmente rechazaba a alguien, era imposible suavizar su actitud.

Los labios de Yuncheng se endurecieron: "Hermano menor, no bromees con los


hermanos mayores".

Sus ojos se volvieron fríos y la apariencia cálida y gentil se desvaneció .

Pei Yunshu frunció el ceñ o, se puso de pie y con ambas manos agarrando la
empuñ adura de la espada, insertó con fuerza la Espada Qingyue en el suelo.

La empuñ adura de la espada era de un negro azabache, contrastando con las manos
de Pei Yunshu, blancas como el jade. Sin embargo, con solo estas manos sujetando la
Espada Qingyue y presionándola, se escuchó un rugido atronador y sordo. Un anillo
de tierra, excluido por la percepció n espiritual, se derrumbó al instante, hundiendo el
suelo. Las grietas se extendieron como seda de arañ a, el polvo llenó el aire, y quienes
estaban lo suficientemente cerca cambiaron bruscamente de expresió n. Saltaron
hacia atrás, evitando la zona peligrosa y en constante hundimiento.

El suelo se hundió durante más de tres zhang de longitud.

Rodeando el sentido espiritual, se formó un abismo negro sin fondo, encerrando un


círculo que impedía el acercamiento. La tú nica de Pei Yunshu ondeaba al viento, y su
cabello negro ondeaba amenazadoramente tras él.

“Tres zhang”, dijo Pei Yunshu, “Nadie puede pisar esta zona”.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 93

Capítulo 93

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El movimiento de Pei Yunshu intimidó a todos.

La abrupta formació n de la depresió n abisal hizo que algunos intentaran asomarse. El


área, de más de tres zhang de longitud, estaba sumida en la oscuridad, y no se podía
discernir su profundidad.

En los alrededores ocurría lo mismo.

Los diversos maestros de saló n que clamaban por darle una lecció n a Pei Yunshu y
demostrar su sinceridad obligaron a sus subordinados a retirarse repetidamente. No
creían que los cultivadores rectos con tales medios les perdonaran la vida.

Sus rostros se volvieron feos y sus ojos estaban fijos en las manos de Pei Yunshu,
temerosos de que hiciera otro movimiento con esa espada.

Sus manos, esbeltas y hermosas, se posaron suavemente sobre la empuñ adura de la


espada. Un viento maligno rugió desde el profundo abismo, donde él se encontraba al
borde del mismo. Su mirada recorrió a los presentes uno por uno.

El Maestro del Saló n de Ejecuciones miró fijamente a Pei Yunshu y dijo


sarcásticamente a los dos discípulos de la Secta Shanshui: "¿No son ustedes sus
hermanos mayores?"

Sin embargo, las grietas bajo los pies de los dos discípulos eran incluso más largas
que las que había bajo los pies del Señ or de la Sala de Ejecuciones.
Yuncheng bajó la cabeza para mirarse los pies. Las diminutas piedras no resistieron
el viento y fueron arrastradas al abismo, desapareciendo.

Tras observar un rato, levantó la cabeza. No tenía expresió n alguna en el rostro, y sus
ojos negros miraban fijamente a Pei Yunshu. "Hermano menor, ¿quieres matarme?"

A su lado, el Hermano Mayor Mayor permanecía hombro con hombro. Sin embargo,
las grietas del suelo no se acercaban a sus pies, dejando una separació n invisible de
unos centímetros.

Había hecho todas las cosas malas, las había ocultado bien e incluso había engañ ado
al Cuarto Hermano Menor.

Esto hizo que Yuncheng se arrepintiera profundamente. Quería preguntar con


seriedad: «Cuarto Hermano Menor, ¿me estás matando porque maté a tu zorro? Ya
deberías haberlo recordado».

Pei Yunshu levantó la mirada, y esta pasó sobre el Hermano Mayor, aterrizando en
Yuncheng.

Esa mirada hizo que Yuncheng frunciera el ceñ o involuntariamente. Se mantuvo


erguido, con las manos a la espalda, con un aura tranquila y gentil. Incluso en la
situació n actual, seguía siendo elegante.

—De principio a fin, no has cambiado —dijo Pei Yunshu—. Incluso ahora, sigues
pensando que armo un escándalo por nada.

—Yuncheng, déjame preguntarte algo —su voz era tranquila—. ¿A qué te refieres con
ponerme el Gu Emocionalmente Atado? Y si se activa, ¿qué planeas hacer?

Yuncheng arqueó una ceja. Se rió a carcajadas: «Yunshu, ¿entiendes pero no te atreves
a entender, o de verdad no lo entiendes?».

“El niñ o gu está contigo, y la madre gu está conmigo”, sonrió con profundo
significado. “Cuanto más cerca estés de mí, más có modo estarás. Mientras no huyas ni
rompas la cadena que te he dado, ¿có mo podrán despertar al niñ o y a la madre gu?
¿Có mo puedo ser tan directo y castigarte directamente cuando me provocas?”
El Hermano Mayor ya fruncía el ceñ o y giró la cabeza para mirar a Yuncheng. Una
nube oscura se cernía sobre sus ojos. "Yuncheng, ¿qué más has hecho?"

Sin embargo, Yuncheng no se apartó . Siguió mirando fijamente a Pei Yunshu. «Me
preguntaste qué haría si se activara. En ese momento, ya estaba esperando en casa
del Doctor Fantasma. Yunshu, en aquellos días, me sentía extremadamente
intranquilo; desde el amanecer hasta la salida de la luna, mi corazó n siempre estaba
extremadamente ansioso. Pero cuando esperé en casa del Doctor Fantasma ese día,
esta ansiedad se convirtió poco a poco en anticipació n».

Miró profundamente: «Anticipé tu estallido. Con el niñ o y la madre gu, nos


convertiríamos en compañ eros Dao. Eso sería realmente satisfactorio».

En cuanto terminó de hablar, dos fuertes ráfagas de viento lo azotaron el pecho.


Yuncheng estaba preparado, y el arma mágica defensiva brilló , pero se hizo añ icos.

Estos dos ataques, uno fue de Zhuyou, quien había estado observando de cerca a Pei
Yunshu, y el otro fue de su cuarto hermano menor.

A Pei Yunshu le pareció iró nico. Al escuchar las palabras de Yuncheng, sintió genuina
repugnancia y asco. "¿Es por eso que me pusiste el Gu de la Emoció n Vinculada?"

“¿Es esta también tu razó n para matar a Hua Yue?”

Yuncheng sonrió con amargura: "Hermano menor, ese zorro aú n no ha muerto,


¿verdad? Aú n tengo la oportunidad de remediarlo".

En cuanto terminó de hablar, un zorro apareció en sus manos. Llevaba en brazos a un


bebé difícil de sostener. El bebé dormía profundamente y el zorro jadeaba con
dificultad. Al ver a Pei Yunshu, se le llenaron los ojos de lágrimas. "¡Yunshu, el bebé
ha muerto!"

Los pañ ales se deslizaron, dejando al descubierto el rostro del bebé, que estaba
pálido y claramente asfixiado.

Los ojos de Pei Yunshu se fijaron en el cielo, que ahora estaba cubierto de un polvo
amarillo indeleble.
También sintió que le costaba respirar. Pei Yunshu respiró hondo y, al volver a hablar,
su voz se transmitió a miles de kiló metros de distancia a través de su consciencia
espiritual.

“Yuncheng”, sacó la Espada Qingyue del suelo, “siempre has sido así”.

Pei Yunshu blandió su espada, y un viento de espada penetró profundamente a la


izquierda de Yuncheng. Al blandir de nuevo la Espada Qingyue, el viento de espada
cortó mechones de cabello de Yuncheng, cayendo justo a su lado derecho.

Los dos vientos de espada separaron a quienes estaban a su lado. Yuncheng agarró al
zorro y miró al bebé en sus brazos con rostro solemne.

El pecho del bebé ya no subía, pues había dejado de respirar. Aú n sentía algo de calor
en la piel, lo que indicaba que acababa de asfixiarse.

—Siempre piensas que armo un escándalo por nada —Pei Yunshu levantó la espada,
saltó fuera del alcance de su sentido espiritual, cruzó más de tres zhang y aterrizó
ante el viento de la espada—. Por un zorro y el Gu Atado a las Emociones, quise
abandonar la secta. Ahora, por un bebé comú n y corriente de una familia comú n, te
traigo la espada. —Pei Yunshu miró fijamente a Yuncheng—. Te considero familia,
pero tus pensamientos son tan sucios. ¿Sabes cuánto desprecio tus sentimientos?

Sus pensamientos ocultos, guardados en lo profundo de su corazó n, hicieron que Pei


Yunshu se sintiera repelido.

El rostro de Yuncheng se tornó feo. Sostuvo al zorro en su mano, y Hua Yue dejó
escapar un grito de dolor.

La palma de Pei Yunshu, llena de un gran poder espiritual, golpeó a Yuncheng.


Yuncheng cayó al suelo, y un fuerte estruendo siguió al polvo que se alzaba. Al
instante siguiente, la punta de la Espada Qingyue estaba en el cuello de Yuncheng.

El hermano mayor, intimidado por su intuició n, no pudo dar un paso. Susurró :


"¡Hermano menor Yunshu!".
Pei Yunshu cerró los ojos y, al abrirlos, las comisuras ya estaban rojas. Sin embargo,
sus ojos estaban excepcionalmente claros, sin rastro alguno de humedad. Aun así, el
peso del dolor y la tristeza era tan abrumador que hacía pensar a la gente que ya
había llorado.

Una parte del dolor provenía del bebé que no sabía nada, mientras que otra parte se
originó en la situació n actual, donde las espadas se enfrentaban entre sí.

"Crecí en la Secta Shanshui desde niñ o, pero no entendía el significado de las 'reglas
de fuerza' hasta ahora", Pei Yunshu bajó la mirada, mirando a Yun Cheng bajo su
espada. "Lo que pensaba y lo que veía siempre eran dos cosas distintas".

La muñ eca de Yuncheng le picó y Hua Yue, que sostenía al bebé, saltó
instantáneamente lejos de su agarre.

“En este vasto mundo, solo la Secta Shanshui puede controlar mi vida y mi muerte,
como si fuera una marioneta”, dijo Pei Yunshu. “Todos ustedes ignoraron mis deseos.
Dije que no, pero nadie escuchó mi negativa. Solo porque me aprecian, ¿significa que
no puedo ir en contra de sus deseos?”

Yuncheng yacía en el suelo, mirando fijamente a Pei Yunshu, con una expresió n de
satisfacció n entre las cejas. "Si el Hermano Menor quiere matar, adelante. Creo que si
el Hermano Menor me mata, no podrás olvidarme".

—¡Yuncheng! —dijo el hermano mayor con severidad desde un costado—. Deja de


decir tonterías.

Volvió a mirar a Pei Yunshu con un rastro de preocupació n en los ojos. Movió los
labios un par de veces, diciendo vacilante: «Hermano menor...».

—Hermano mayor, ¿sigues fingiendo? —Yuncheng rió —. Puede que el hermano


menor Yunshu no lo sepa. A pesar de la apariencia tranquila del hermano mayor, su
corazó n no es muy diferente al mío. Hermano menor Yunshu, ¿por qué no le
preguntas en privado qué te ha hecho?

Mientras hablaban, Pei Yunshu sintió un dolor sordo en la cabeza.


Los recuerdos sellados comenzaron a aflojarse, ¿qué quería lograr el Venerable
Wuwang?

No hubo tiempo para más pensamientos, las escenas pasaron ante sus ojos.

Yuncheng sintió que la espada contra su cuello temblaba de repente. Mostró una
mirada de sorpresa, inconscientemente queriendo detener a su hermano menor para
tomarle el pulso. "Hermano menor, ¿sientes algo?"

Pei Yunshu, con voz ronca, lo detuvo. «No te muevas».

El enrojecimiento en las comisuras de sus ojos y en sus labios se hizo más profundo.

Después de unas cuantas respiraciones, Pei Yunshu finalmente habló : "No te mataré".

Una dulzura apareció en los ojos de Yuncheng. "Hermano menor..."

—Yuncheng —Pei Yunshu giró la cabeza—, ¿de verdad encuentras alegría en mí?

Los ojos de Yuncheng reflejaban alegría y miraba fijamente a Pei Yunshu. A pesar de
ser un caballero elegante, parecía un poco nervioso, y decía cada palabra lentamente:
«Ni siquiera mi hermano mayor puede compararse con mis sentimientos por ti».

Pei Yunshu miró a Yuncheng y, por alguna razó n, una sonrisa sarcástica se dibujó en
la comisura de sus labios coloreados. "Entonces, hermano mayor, ¿tú también tienes
esas intenciones?"

El hermano mayor apretó los puñ os y habló con voz profunda: "Hermano menor, el
hermano mayor se ha excedido".

A Pei Yunshu le pareció extremadamente absurdo y se echó a reír. "¿Có mo puede ser
así?"

En su vida anterior, le hicieron cosas por el bien del Cuarto Hermano Menor. En esta
vida, cuando Pei Yunshu quiso distanciarse de ellos, afirmaron sentir un afecto
genuino por él. ¿Có mo podía ser así?
La respiració n de Pei Yunshu se volvió más intensa y su rostro se sonrojó . Sus ojos
estaban extremadamente oscuros, y sus labios y comisuras de los ojos estaban rojos
como si tuviera fiebre.

Pero Pei Yunshu nunca se sintió tan lú cido.

Sostuvo la Espada Qingyue con fuerza, y la espada tembló , como un tigre enojado
junto a su amo.

—Dijiste que matarte te haría inolvidable, y tenías razó n —dijo Pei Yunshu con una
sonrisa—. Gracias, Venerable Wuwang, por liberar mi consciencia espiritual en este
momento, permitiéndome saber qué hacer.

Yuncheng quedó ató nito, y entonces sintió un destello de luz blanca. Su alma fue
arrastrada a una ilusió n por Pei Yunshu, y su cuerpo físico cayó en un sueñ o
profundo, yaciendo tranquilamente en el suelo sucio.

El hermano mayor, al ver esto, no había hablado aú n y también cayó en la oscuridad.

Pei Yunshu se giró para mirar. El Maestro de Secta que luchó con Zhuyou también
desató su ira, destrozando montañ as y rocas. Estaba completamente rodeado por la
conciencia espiritual de Pei Yunshu.

Zhuyou se fortaleció a medida que luchaba. Pei Yunshu lo observaba y poco a poco se
distrajo.

La serpiente flor que vio durante la prueba del Demonio del Corazó n era la misma
serpiente flor que lo hizo llorar en la vida anterior.

Pei Yunshu no pudo evitar preguntarse si esta tonta serpiente era Zhuyou.

Este estú pido dragó n de la inundació n, ¿habría llegado al punto de casi transformarse
en un dragó n en la vida anterior?

Después de un tiempo de pensamientos aleatorios, las emociones complejas en su


corazó n se calmaron gradualmente y regresó al estado de estar tranquilo como el
agua en la prueba del Demonio del Corazó n.
Un cultivador demoníaco intentó atacarlo mientras estaba perdido en sus
pensamientos, pero Pei Yunshu movió ligeramente sus dedos y el cultivador salió
volando hacia atrás y luego cayó pesadamente al suelo.

—Zhuyou está a punto de ganar —dijo Pei Yunshu—. No lo molestes.

***

Hua Yue y el bebé en sus brazos fueron levantados por el viento y enviados a Bai Lige
en el árbol.

Miró fijamente a Pei Yunshu, tiró de la manga de Bai Lige y dijo: "Viejo antepasado,
¿cuándo se volvió tan poderosa la Bella Yunshu?"

"Se volvió extremadamente poderoso hace mucho tiempo. Es solo que nadie lo
sabía", suspiró Bai Lige y miró a los dos hermanos mayores de Pei Yunshu, atrapados
en la ilusió n. "Aunque Yunshu domine las ilusiones, me temo que estos dos no podrán
escapar de este reino secreto".

Hua Yue negó con la cabeza, señ alando a Yuncheng. «Viejo Ancestro, esta persona es
muy extrañ a. Es muy hábil en formaciones, ilusiones y cosas así. Cuando llevé a
Yunshu al reino secreto del Clan Zorro, logró romper la formació n frente a él en un
instante».

La expresió n de Bai Lige se tornó seria. "En ese caso, no está bien".

Estos hermanos y hermanas mayores de la secta eran como parientes para él. Pei
Yunshu también los consideraba parientes. No podía matarlos, pero no hacerlo
también les infundió audacia.

Bai Lige esperaba que Yunshu pudiera usar ilusiones para castigarlos completamente,
preferiblemente confundiéndolos para siempre, incluso si salían de la ilusió n, no se
atreverían a provocar a Yunshu nuevamente.

De esta manera, aquellas personas que lo codiciaban podrían desaparecer por


completo de las sombras.
***

Yuncheng abrió los ojos y se encontró de pie en el saló n principal del Pico Wuzhi.

El hermano menor recién llegado siguió al maestro al saló n, hizo una reverencia a los
tres hermanos mayores con una sonrisa y les ofreció un saludo. Yuncheng, sin poder
contenerse, sacó una flauta de jade de su manga y se la entregó al hermano menor.

Hoy, el hermano menor llegó de repente y no preparé nada bueno. Le daré una flauta
Qing.

Las palabras pronunciadas fueron naturales.

Entonces, es una ilusió n.

Yuncheng pensó en su corazó n.

Este es el método del Hermano Menor Yunshu, ¿no? El Hermano Menor Yunshu es el
mismo de antes. Aunque habla con frialdad e indiferencia, su corazó n es
extremadamente tierno.

Volvería a pasar por todo eso otra vez; ¿có mo podría detener sus sentimientos por su
hermano menor?

El hermano menor todavía era demasiado ingenuo.

En su corazó n, Yuncheng se rió entre dientes, pensando que después de pasar por
esto otra vez, sus sentimientos por el Cuarto Hermano Menor podrían crecer aú n
más profundos.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 94

Capítulo 94

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Los recuerdos que se creía que simplemente se revisaban resultaron estar


distorsionados desde el principio.

En esta ilusió n, Yuncheng era solo un espectador. Se vio practicando en el patio, y el


recién reclutado Hermano Menor se le pegaba, sonriendo como una flor. Después de
unos días, el Hermano Menor le dijo: «Segundo Hermano Mayor, desde que me uní a
la secta, no he visto al Cuarto Hermano Mayor».

"Deberíamos ir a verlo", se oyó decir Yuncheng con cariñ o, acariciando el cabello del
Hermano Menor. "Parece que el Segundo Hermano Mayor no ha visto al Cuarto
Hermano Mayor en mucho tiempo. Hoy te llevaré a conocerlo".

Cuando Yuncheng llevó al Hermano Menor al patio del Cuarto Hermano Mayor, lo
encontró con el rostro enrojecido, respirando aire caliente y regando las plantas
espirituales en el patio.

Yuncheng notó inmediatamente que se había resfriado, llevó a Pei Yunshu a la


habitació n, le tomó el pulso y le dio un medicamento.

Los ojos de Pei Yunshu brillaron. Aunque estaba enfermo, estaba de muy buen humor.
Le sonrió radiantemente a Yuncheng y dijo: "¡Hermano mayor!".

Yuncheng le pellizcó la mejilla y le preguntó con severidad: "¿Por qué no tomaste la


medicina?"
—No quiero. La medicina que me queda es extremadamente amarga. Prefiero
soportar la enfermedad que tragarme esas pastillas amargas —respondió Pei Yunshu.

"Tonterías", se rió Yuncheng.

Pei Yunshu sonrió , abrazándose a Yuncheng. "Hermano mayor, dame una medicina
que no tenga sabor amargo".

"Está bien", asintió Yuncheng.

Pensando en el hermano menor que Yuncheng había traído, se giró para llamarlo. Sin
embargo, notó que el hermano menor miraba fijamente a Pei Yunshu en sus brazos.

Yuncheng le dio una palmadita a Pei Yunshu en la cabeza. "Este es tu nuevo hermano
menor. Deberías haber oído hablar de él, ¿verdad?"

Pei Yunshu se levantó del abrazo de Yuncheng y caminó hacia el Hermano Menor.
"Hermanito Menor, soy tu Cuarto Hermano Mayor".

El hermano menor frunció los labios, revelando una sonrisa tímida.

A partir de ese día, el Hermano Menor lo visitó con más frecuencia.

Yuncheng lo guió en su cultivació n, le enseñ ó dó nde estaba más concentrada la


energía espiritual durante el día y, gradualmente, se volvieron más cercanos.

Después de unos días, cuando fueron a la montañ a trasera a recoger hierbas juntos,
oyeron risas cerca.

Al acercarse, encontraron al Cuarto Hermano Mayor en una cuerda entre dos árboles
verdes, y el Tercer Hermano Mayor estaba sirviendo como trabajador detrás de él.

—Tercer Hermano Mayor, esfuérzate más —rió Pei Yunshu con ganas, balanceándose
en la cuerda—. ¡Si no me complaces, le contaré al Maestro los secretos que le has
ocultado!

—¡No! —Intentó complacer rápidamente el Cuarto Hermano Mayor, suspirando


deliberadamente—. Es difícil criar a una persona y a una mujer a la vez.
Pei Yunshu lo fulminó con la mirada, y el Tercer Hermano Mayor ejerció más fuerza,
intentando empujarlo. "Mi querido hermano menor, debes guardarme el secreto. En
nuestra secta, tu persona favorita es el Maestro. ¿Có mo puedo competir siquiera por
el segundo lugar?"

Yuncheng escuchó esto y no pudo evitar reírse. "Después de viajar tantos añ os,
regresa y dice esas cosas".

Pei Yunshu pensó lo mismo que Yuncheng y repitió las palabras de Yuncheng al
tercer hermano mayor, agregando con un tono alargado: "Entre los hermanos
mayores, apenas puedes ocupar el cuarto lugar".

—Entonces, ¿no sigo estando por detrás del Hermano Menor? —El Tercer Hermano
Mayor sacó un abanico plegable y se abanicó —. Bien, creo que te conozco, tan
despiadado. Entre tus compañ eros discípulos, supongo que tu favorito es el Segundo
Hermano Mayor, ¿no?

De repente, Yuncheng sintió que “él mismo” apretaba el puñ o y su pecho comenzó a
latir más rápido.

Estaba esperando la respuesta del Cuarto Hermano Menor.

El cuarto hermano menor, balanceándose con la cuerda, siguió las palabras del tercer
hermano mayor y dijo: "El hermano mayor tiene razó n".

Una sensació n cálida se dibujó en el rostro de Yuncheng. Involuntariamente apretó el


puñ o contra los labios y se aclaró la garganta. Al pensar en la presencia de su
hermano menor, se sintió aú n más avergonzado. Quiso darse la vuelta y regresar con
él, pero vio la mirada en sus ojos.

Con ferocidad y celos, rebosando de una oscuridad maliciosa. Sin embargo, al


instante siguiente, el Hermano Menor sonrió levemente, con ojos burlones. "Segundo
Hermano Mayor, al Cuarto Hermano Mayor le gustas mucho".

El corazó n de Yuncheng, que no había explorado, se destrozó una vez más ante este
comentario. Negó con la cabeza con una sonrisa iró nica y, llevándose consigo a su
hermano menor, abandonó el lugar a toda prisa.
Después de eso, Yuncheng involuntariamente comenzó a prestar más atenció n al
Cuarto Hermano Menor.

Al Cuarto Hermano Menor le gustaba sonreír, era de carácter vivaz y siempre tenía
mucho de qué hablar con Yunman tras su regreso. Tenía una predilecció n especial
por las plantas y hierbas espirituales, y se deleitaba especialmente cuando florecían.
También disfrutaba del té, en particular del té de agua de manantial preparado con el
rocío de la mañ ana. Preparaba varias teteras por la mañ ana y seguía bebiendo hasta
la noche.

Yuncheng también notó que el Cuarto Hermano Menor parecía tener miedo al dolor.

El Maestro Espiritual Daoísta Ling Qing trataba al Hermano Menor de forma muy
diferente. El Hermano Menor tenía una personalidad agradable, y la mirada de
Yuncheng se posaba con frecuencia en el Cuarto Hermano Menor. El Hermano Menor
se dio cuenta de esto y buscó un lugar apartado para preguntarle: «Hermano Mayor
Yuncheng, ¿quieres ser compañ ero Dao del Cuarto Hermano Menor?».

Yuncheng permaneció en silencio un buen rato. Cuando el sol empezó a ponerse,


finalmente dijo: «No digas tonterías».

Rápidamente evitó al Hermano Menor, quien comentó desde atrás: "Segundo


Hermano Mayor, creo que el Cuarto Hermano Mayor también debe tener gusto por
ti".

Esa noche, a Yuncheng le resultó difícil concentrarse en su cultivo.

A partir de ese día, Yuncheng prestó aú n más atenció n al Cuarto Hermano Menor. Sin
embargo, pronto se dio cuenta de que, mientras estuviera presente, solo lo observaba
a él.

Ya sea frente al Maestro o frente a los otros hermanos mayores y menores, siempre
que el Hermano Menor estaba cerca, Pei Yunshu solo le prestaba atenció n a él.

El corazó n de Yuncheng se hundió poco a poco.


Poco después, el Hermano Menor conoció a discípulos de otras cumbres. Tras una
breve interacció n, Pei Yunshu expresó su deseo de bajar de la montañ a y
experimentar el mundo con ellos.

Cuando Pei Yunshu mencionó esto, el rostro del Hermano Menor palideció . Rechazó
fríamente la petició n de Pei Yunshu delante de todos, hablando con dureza. Yuncheng
desconocía la opinió n de los demás hermanos mayores, pero no quería que Pei
Yunshu abandonara el Pico Wuzhi. Decidió guardar silencio.

Ninguno de los hermanos mayores habló . Finalmente, Pei Yunshu, con los ojos rojos,
insistió : "¡Quiero ir!".

El Cuarto Hermano Menor se dio la vuelta y regresó a empacar, y Yuncheng vio que
el Hermano Menor lo miraba con una expresió n extrañ a y un rostro sombrío. Más
tarde, el Hermano Menor entró en la habitació n del maestro. Al salir, el maestro
encerró a Pei Yunshu.

Yuncheng, consciente de esto, sintió una satisfacció n secreta junto con su


preocupació n.

El Hermano Menor estaba confinado en el patio de Yuncheng, aislado y alejado de la


influencia de los demás. Esta era la mejor opció n.

Después de eso, aunque nunca se dijo explícitamente, los hermanos mayores y


menores parecieron seguir una regla tácita. Nadie tomó la iniciativa de acercarse al
Cuarto Hermano Menor, ni conversó con él.

Llevar una cara severa parecía hacer que los hermanos menores sintieran miedo, y
cuando tenían miedo, se volvían extremadamente obedientes.

Una noche después de esto, el Hermano Menor fue a buscarlo. Yuncheng estaba
bebiendo, y su tono, ya fuera jactancioso o quejoso, era difícil de discernir. Dijo: «El
Cuarto Hermano Mayor siempre me apoya. Por su forma de mirarme, parece que
quiere ser compañ ero del Dao».

Yuncheng no supo cuándo se fue el Hermano Menor esa noche, pero siguió bebiendo
hasta el amanecer. Al salir el sol por el este, proyectando un resplandor dorado sobre
la tierra, sus ojos estaban inyectados en sangre, llenos de frialdad. Entró en el patio
del Cuarto Hermano Menor.

En la ilusió n ligada a su cuerpo original, Yuncheng de repente sintió una mala


premonició n.

Esta inquietud se hizo más intensa a medida que se acercaba al patio del Hermano
Menor. Finalmente, su corazó n incluso se paró y el dolor en las sienes se volvió
insoportable.

Más tarde comprendió por qué había surgido ese sentimiento ominoso.

Recogió el tesoro mágico del vínculo vital de su hermano menor y miró a su


hermano menor, que estaba tratando de escapar paso a paso.

Los ojos del Hermano Menor brillaron con lágrimas, una mezcla de asombro y
miedo. Con un tono sollozante, suplicó : «Segundo Hermano Mayor, no provocaré más
al Hermano Menor. Me iré de la secta; por favor, perdó name, ¿de acuerdo?».

El cultivo sellado del Hermano Menor, vulnerable y lamentable, apareció ante él.

Yuncheng no pudo contenerse. Ni siquiera podía cerrar los ojos, ni fingir que se
engañ aba a sí mismo. Cada vez que la vaina caía sobre Pei Yunshu, Yuncheng sentía
cada gemido, cada grito de dolor y miedo.

Le abrió un agujero enorme en el corazó n.

El viento frío se le metió en los huesos, desde la raíz, y Yuncheng no se atrevió a


mirar a Pei Yunshu a los ojos. No soportaba ver lo que hacía.

Pero se vio obligado a observarlo todo. Lo observó poco a poco, lo sintió poco a
poco. La ilusió n parecía tan real; la sensació n de la vaina al golpear su pierna fue
inolvidable.

El Cuarto Hermano Menor lo había colocado en esta ilusió n por esta razó n.

El dolor de corazó n de Yuncheng llegó al punto de entumecimiento.


Escuchó los gritos roncos de Pei Yunshu en la ilusió n, recordando las preguntas que
le había hecho dos veces antes: "Hermano mayor, ¿por qué tuviste que romperme las
piernas?"

Entonces eso era lo que quería decir el Cuarto Hermano Menor.

***

No mucho después de que Yunjing y Yuncheng cayeran en la ilusió n, sus rostros


mostraban signos de dolor, cejas fruncidas y puñ os apretados.

Sin embargo, Pei Yunshu no les prestó atenció n. Esperó a que Zhuyou derrotara al
líder de la secta. Al verlo en ese estado, los cultivadores demoníacos de la Secta
Brocado de Flores maldijeron para sus adentros. Tras maldecir, comenzaron a pensar
en có mo sobrevivir.

Antes de que pudieran idear un plan, su invencible líder de secta cayó pesadamente
del cielo, y Zhuyou, en un ataque precipitado, atravesó el pecho del líder de la secta
con sus garras.

“…” Los cultivadores demoníacos de la Secta Brocado de Flores entraron en pánico.


“¡Maestro de Secta!”

Los ojos de Pei Yunshu se iluminaron. Voló al lado de Zhuyou y se inclinó para mirar
al maestro de secta. "Zhuyou, lo mataste".

Zhuyou, cubierto de un aura sangrienta y también herido, respiraba con dificultad. Al


ver acercarse a Pei Yunshu, se giró , lo agarró por los hombros y lo besó
profundamente. Sus garras sujetaron con fuerza la cintura de Pei Yunshu, arrugando
sin querer su ropa.

Tras darse cuenta de lo que sucedía, el rostro de Pei Yunshu se puso rojo y azul.
Presionó la cabeza de Zhuyou y levantó la rodilla para golpearle el abdomen.

—Más te vale portarte bien —Pei Yunshu apretó los dientes, con un odio que le daba
ganas de devorar un dragó n—. ¡Si hay una pró xima vez, te cocinaré y te comeré!
"¿Comer qué?" Zhuyou tenía las sienes hú medas de sudor y el aliento un poco seco.
"Comer mi raíz de dragó n..."

Pei Yunshu se tapó la boca.

Después, Pei Yunshu examinó cuidadosamente el cadáver del maestro de secta,


confirmando su verdadera muerte. Se llevó a Zhuyou del lugar y saltó hacia donde se
escondía Bai Lige.

Al enterarse de la muerte del líder de la secta, la mitad de los cultivadores


demoníacos de la Secta Brocado de Flores se lamentaron, mientras que la otra mitad
ocultó su alegría. No se quedaron allí y se dispersaron rápidamente.

El joven maestro Qingfeng dijo: "Con el líder de la secta muerto, ya no necesitan


preocuparse por la píldora venenosa en sus cuerpos".

Pei Yunshu y los demás finalmente supieron que contenían una píldora venenosa. El
joven maestro Qingfeng sabía que esto no podía servir de excusa. Los llevó a la Secta
del Brocado de Flores para encontrar la manera de romper la maldició n. Sin
embargo, la razó n de la píldora venenosa no se debía solo a la maldició n, sino
también a que la Pintura Divina de Otorgamiento pertenecía al líder de la secta. Solo
él sabía có mo descifrarla.

Los trajo aquí con la esperanza de encontrar una manera de liberarlos.

Pero ahora que el maestro de secta había muerto, todo estaba resuelto. Decir estas
cosas solo sería humillante para él, y nadie lo creería. El joven maestro Qingfeng
susurró : «Puedes elegir có mo tratarme».

Cuando dijo esto, sus ojos miraron directamente a Pei Yunshu.

Fingiendo no saberlo, Pei Yunshu bajó la mirada. A su lado, Zhuyou jugueteaba con su
mano, haciendo que sus hermosos dedos se ruborizaran con un toque rosado.

Bai Lige dijo: "No hablemos de esto por ahora. Hua Yue todavía tiene al bebé en
brazos. Busca un lugar bonito aquí y entiérralo primero".
Los demás asintieron y fueron a buscar un lugar adecuado. Pei Yunshu y Zhuyou los
siguieron al final. Zhuyou, que desconocía qué estaba pasando, respiraba con
dificultad. Había jugado lo suficiente con la mano de Pei Yunshu y el color le agradó .
Decidió llevársela a la boca con cuidado.

Pei Yunshu volvió a la realidad, sacó la mano de la boca de Zhuyou y la limpió con su
ropa. "¿Por qué te comportas como un bebé ahora?"

Zhuyou pensó un momento. En ese momento, tras haber derrotado a un enemigo


poderoso, estaba emocionado. Dijo: «Soy un bebé. ¿Puedo tomar leche?».

Pei Yunshu recordó las palabras absurdas de Zhuyou y sintió una oleada de ira. Pero
Zhuyou se agachó de repente, lo agarró y se lo echó al hombro, dejando atrás a los
demás. Agarrando a Pei Yunshu, corrió en direcció n opuesta.

—Zhuyou —Pei Yunshu, furioso, le mordió el hombro—. ¡¿Qué haces?!

Zhuyou respondió : “La gente no puede revivir después de la muerte”.

Los ojos de Pei Yunshu se pusieron rojos, ya fuera de ira o de vergü enza. "¡Piérdete!"

—Yo también soy un bebé —Zhuyou bajó la cabeza, presionando sus labios contra los
de Pei Yunshu, pellizcando sus mejillas y obligándolo a abrir la boca—. Cuídame,
trátame bien.

¡Su sangre fluyó intensamente, haciéndolo lucir completamente diferente de lo


habitual.

Cuando Zhuyou se fue, unas hebras de plata brillaron con una luz deslumbrante.
Zhuyou bajó la cabeza, lo besó en los labios y, finalmente, cuando Pei Yunshu se portó
mal, levantó la mano y le dio unas palmaditas juguetonas en las nalgas. Con los ojos
enrojecidos, apretó a Pei Yunshu contra un árbol, desgarrando sus ropas, y
juguetonamente jugó el papel de un bebé, bebiendo agua hasta saciarse.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 95

Capítulo 95

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Los árboles se mecían, las hojas caían sobre la piel suave, rebotaban en las grandes
palmeras, convirtiendo la piel clara en un tono rosado.

Los movimientos de Zhuyou conllevaban una excitació n violenta, presionando a Pei


Yunshu contra él, el ritmo se hacía más rápido.

Las manos de Pei Yunshu ya estaban doloridas, queriendo soltarse, pero Zhuyou aú n
tiraba de ellas, el calor en las palmas se volvía cada vez más abrasador.

—Más rápido... —Pei Yunshu parpadeó con cansancio; le dolía la boca por el calor—.
Rápido...

Zhuyou, sintiéndose presionado, con los ojos enrojecidos, dijo: "Sé una buena esposa,
agárrate fuerte".

Después de tantas veces, las habilidades manuales de Pei Yunshu aú n eran bastante
inexpertas, y Zhuyou estaba en la misma situació n. Aferrarse a la mano de Pei
Yunshu, ya fuera con firmeza o suavidad, siempre era emocionante, pero siempre
parecía quedarse corto, incapaz de superar ese ú ltimo obstáculo.

Pei Yunshu lo agarró dos veces, con las palmas casi en carne viva, ansioso por ver
có mo estaba el bebé. Respiró hondo, se inclinó y le dio un beso a Zhuyou.

Cuando los tiernos labios se tocaron, cruzaron ese ú ltimo obstáculo.


La respiració n de Zhuyou todavía era pesada, sus ojos estaban rojos mientras miraba
a Pei Yunshu, sus marcas demoníacas en su rostro brillaban como patrones.

El sabor esta vez era intenso, y Pei Yunshu, con expresió n de conflicto, se secó la
cara, incó modo y con ganas de bañ arse. Zhuyou lo agarró para besarlo de nuevo, y su
piel mostró leves rastros de sangre.

Preocupado, Pei Yunshu apartó el pañ o que usaba para limpiarse la cara y extendió la
mano para tocar la frente de Zhuyou. "¿Qué pasa?"

La respiració n de Zhuyou era como un fuego ardiente, su voz ronca cuando


pronunció una palabra: "Caliente".

¿Podría ser que la batalla haya causado una perturbació n, haciendo hervir el poder
espiritual?

Pei Yunshu se tocó el abdomen, y Zhuyou no lo detuvo. Al explorar con su sentido


espiritual, vio el nú cleo demoníaco dorado que emitía colores ardientes, un
resplandor rojo radiante, y el calor inundó su sentido espiritual.

Pei Yunshu levantó a Zhuyou. Pensando que Zhuyou quería un lugar más apartado,
sus ojos se fijaron en la piel expuesta de Pei Yunshu.

Con un desgarro en su ropa, Zhuyou no pudo resistirse a extender la mano y rasgar la


tela, revelando un hombro blanco como la nieve.

Al llegar a su destino, Zhuyou estaba a punto de presionar a Pei Yunshu. "Duerme."

Pei Yunshu lo empujó rápidamente al lago y le arrojó todas las herramientas mágicas
y talismanes de hielo. El agua se congeló al instante, liberando un aire gélido que
ablandó a Zhuyou al instante.

Zhuyou: “…”

Pensó que era por la ardiente excitació n, pero ¿qué estaba pasando ahora?

Miró a Pei Yunshu confundido. Pei Yunshu exhaló , se secó el sudor de la cara y,
agradecido, dijo: "Justo a tiempo. ¿Ya te sientes mejor?".
Zhuyou permaneció en silencio por un momento antes de asentir.

Pei Yunshu se olió la mano y se puso rígido, agachándose para lavarse las manos y la
cara con el agua helada. Después de lavarse, su piel ya estaba enrojecida por el frío,
con un ligero enrojecimiento en la nariz, lo que le daba un aspecto lamentable.

Se sacudió la ropa, secándose el agua de las manos y suspiró : "Qué frío".

Zhuyou, sumergido en el agua, susurró : “Hace mucho frío”.

Pei Yunshu sonrió , quizás aliviado por dejar la secta y recuperar sus recuerdos. Su
sonrisa, ligera y alegre, lo hacía parecer extremadamente adorable. «Entonces
sumérgete un poco más. Tu nú cleo demoníaco ya está estimulado. Sal del agua
cuando se calme».

Zhuyou sumergió su cabeza en el agua, su cabello negro se extendió sobre la


superficie como hierba acuática, pareciendo aterrador como un fantasma de agua.

Mientras tanto, Bai Lige y los demás encontraron un lugar con buen Feng Shui, fuera
del territorio de la Secta Brocado de Flores, un área apartada rara vez visitada por
personas, perfecto para enterrar al bebé.

En cuanto a Yunjing y Yuncheng, se quedaron en su lugar. Cuando Pei Yunshu los


atrajo a la ilusió n, les hizo mantener la cordura y la consciencia, permitiéndoles
observar sus acciones. Experimentarían lo que Pei Yunshu había vivido.

Para los cultivadores, la creencia en la reencarnació n era comú n. La ilusió n parecía


tan real que podían perderse fácilmente, creyendo que era la realidad y pasando toda
la vida en ella.

¿Cuánto duraba la vida de un cultivador?

En la ilusió n, después de la muerte de Pei Yunshu, no sabía lo que experimentarían.

Pero al menos, tuvieron la oportunidad de experimentarlo de nuevo.

Tras recibir el mensaje de Pei Yunshu, Bai Lige y los demás enterraron al bebé y
fueron a buscarlo a él y a Zhuyou. Tras marcharse, el Venerable Wuwang apareció de
repente, observando la tumba, y el cuerpo aú n tierno del bebé salió volando del
suelo, flotando frente a él.

El Venerable Wuwang suspiró , llevó al bebé a un lado y encontró a Yunjing y


Yuncheng tendidos en el suelo. Al fin y al cabo, debían la vida, y les tocaba saldar esta
deuda kármica.

Al llegar al lugar, Wuwang vio que el cuerpo del difunto líder de la secta emitía una
niebla negra. Esta energía demoníaca negra, emocionada al ver al Venerable Wuwang,
se concentró y corrió hacia él.

El Venerable Wuwang esquivó estas brumas negras con un destello de su cuerpo,


pero olvidó que aú n había un bebé a su lado. La bruma negra entró sin querer en el
cuerpo del bebé, y este, aparentemente sin vida, abrió repentinamente los ojos, lleno
de incredulidad.

El venerable Wuwang levantó una barrera alrededor del bebé y dijo solemnemente:
«Energía demoníaca».

Era la misma energía demoníaca que lo había atraído a un sueñ o después de meditar,
al ser informado sobre la energía demoníaca en el lugar donde estaba Pei Yunshu.

Pensando en Pei Yunshu, el Venerable Wuwang sintió de repente un dolor agudo en el


pecho, casi desgarrador. Tragó saliva, mirando inexpresivamente a la criatura
demoníaca. Un breve escaneo reveló que esta energía demoníaca solo ocupaba una
pequeñ a parte del cuerpo del huésped.

—Quieres poseerme —dijo el Venerable Wuwang con indiferencia—. En ese caso, te


encontraré a fondo.

El bebé se burló , pero solo emitió unos llantos extremadamente débiles. Tras sellarlo,
el Venerable Wuwang observó a sus dos discípulos en el suelo; sus ojos reflejaban
emociones complejas. Agitando las mangas, los llevó de vuelta a la secta.

***
En la cima del Pico Wuzhi, el maestro espiritual taoísta Ling Qing miró a sus dos
discípulos, sin estar seguro de la expresió n que debía adoptar.

Con rostro severo y cejas fruncidas, sabía lo que había sucedido, pero no estaba
seguro de si debía estar enojado o decepcionado.

Los discípulos hermanos estaban en desacuerdo, y su cuarto discípulo había


cambiado tan drásticamente.

Ling Qing había usado su conciencia divina para entrar en la ilusió n y pudo sentir la
majestuosidad de la etapa de Divinidad Naciente.

Con emociones encontradas, todavía quería saber qué tipo de ilusió n había creado
Yunshu para sus dos hermanos mayores.

Haciéndose a un lado, el Venerable Wuwang vio los pensamientos de Ling Qing y dijo:
"Ling Qing, si entras, tu corazó n Dao puede volverse inestable".

Ling Qing suspiró : "¿Puedes quedarte a un lado y sacarlos?"

El Venerable Wuwang bajó la mirada. “No es posible”.

Pei Yunshu quería castigarlos, por lo que no pudo despertarlos.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing no entendía por qué su cuarto discípulo,
generalmente cercano, había llegado a ese punto. Muchas cosas le parecían confusas,
envueltas en una niebla.

La divisió n entre los discípulos se había profundizado incluso antes de que él pudiera
percibir sus quejas.

¿Cuándo empezó esto? ¿Fue después de subir a Yunwang a la montañ a?

El maestro espiritual daoísta Ling Qing se sintió derrotado, pero estaba decidido a no
rendirse. Asintió solemnemente: «Maestro, tendré más cuidado».

De repente, se oyeron pasos apresurados desde afuera. Yunman entró corriendo sin
tiempo para hacer una reverencia a su Gran Maestro y Maestro. Su rostro encantador
ahora reflejaba determinació n. «Maestro, estoy con usted».

El maestro espiritual taoísta Ling Qing lo regañ ó un par de veces, pero Yunman
insistió , y el maestro espiritual taoísta Ling Qing finalmente estuvo de acuerdo.

Todos querían saber qué pasaría dentro de la ilusió n creada por Pei Yunshu.

***

La pierna de Pei Yunshu estaba rota.

Fue roto por Yuncheng.

Al oír esta noticia, el corazó n de Yunjing se estremeció . Permaneció en el patio toda


la noche.

Al día siguiente, se quedó en silencio afuera de la ventana de Pei Yunshu, mirando la


pálida figura que yacía en la cama.

El cuerpo temblaba y el rostro carecía de vitalidad.

Yunjing se quedó allí por un largo tiempo, tratando de comprender lo que Yuncheng
estaba pensando.

Tras salir del patio de Pei Yunshu, fue a luchar contra Yuncheng. Luchó con fiereza, y
a mitad de camino, su hermano menor salió corriendo como un loco. Yunjing luchó
contra Yuncheng con todas sus fuerzas, con los ojos inyectados en sangre, como si
hubiera entrado en un estado demoníaco.

Su maestro encerró al hermano menor y los reprendió a ambos por romper las
reglas. Durante su cultivació n, Yunjing siempre recordaba a Pei Yunshu acostado en
la cama.

La preocupació n y la ira se entrelazaron, y la culpa y el remordimiento lo


abrumaron. Si tan solo hubiera sido más audaz, hubiera ignorado las reglas y se
hubiera llevado a su hermano menor. Quizás las cosas no habrían terminado así.
Durante el período de reclusió n, Yunjing pasaba todo el tiempo pensando en Pei
Yunshu. Se sentía afortunado de que aú n tuviera tiempo. Después de la reclusió n, se
iría con su hermano menor. Cualquiera que fuera su deseo, él lo cumpliría. Dedicaría
toda su vida a enmendar los errores cometidos, usando medicinas espirituales y
piedras para ayudarlo a recuperarse. Estaba dispuesto a soportar regañ os y palizas,
siempre y cuando su hermano menor estuviera dispuesto a permanecer a su lado.
Mientras su hermano menor estuviera con él, sentía que no tenía nada más que pedir.

A medida que transcurrían los días en tal contemplació n, el período de aislamiento


parecía terminar más rápido. Tras un tiempo indeterminado, un día, la puerta se
abrió .

Yunjing estaba rebosante de alegría, y una extrañ a sonrisa se dibujó en su rostro.


"Pensé que solo había pasado la mitad del tiempo. ¿Ya terminó el aislamiento?"

—En efecto, solo ha pasado la mitad del tiempo. —El joven sirviente que vino a
informar a Yunjing tenía una mirada triste. Parecía confundido, como si no supiera
có mo comunicarle la noticia.

De repente, un mal presentimiento se apoderó de Yunjing. La sonrisa en su rostro se


congeló mientras miraba fijamente al joven sirviente.

El joven sirviente abrió la boca, pero su voz se fue apagando poco a poco, como si
hablara desde lejos. «Hermano mayor, hermano mayor Yunshu... él...»

¿É l qué?

Yunjing solo vio có mo se movía la boca del joven sirviente, sin oír sus palabras.
Recuperó su sonrisa. "¿Qué le pasó al hermano menor Yunshu? ¿Se ha recuperado?
¿Lo liberó el Maestro?"

La mirada del joven sirviente cambió , la tristeza se intensificó , mezclándose con


compasió n. Miró a Yunjing y dijo: «Hermano mayor, será mejor que... te vayas
rápido».

“Hermano menor Yunshu… está muerto.”


Yunjing no supo có mo llegó al lado de Pei Yunshu. Cuando llegó , Yuncheng ya estaba
arrodillado junto a la cama, con la mirada perdida en Pei Yunshu.

La persona que yacía en la cama era delgada, con las mejillas mucho más pálidas. Su
mano, colocada fuera de la manta, parecía inerte, como una rama sin vitalidad.

Yunjing se acercó con paso vacilante y se arrodilló , buscando la mano de Pei Yunshu.
Se inclinó sobre la cama y llamó en voz baja: "¿Hermano menor Yunshu?".

El hermano menor Yunshu no abrió los ojos para mirarlos con resentimiento, ni
intentó apartarse. Se encogió de miedo, como si intentara evitarlos.

—Hermano menor, no te duermas. El hermano mayor se equivocó . Golpéame si


necesitas desahogarte. Yunjing enderezó la espalda y acercó su rostro a la mano de
Pei Yunshu. Al rozar las frías yemas de sus dedos, lágrimas incontrolables brotaron
de sus ojos.

En la palma pálida y azulada de Pei Yunshu, lloró incontrolablemente.

Cuando el Hermano Menor entró corriendo, se quedó paralizado en la puerta. Miró


con la mirada perdida la figura sin vida en la cama, aparentemente incapaz de
comprender qué estaba sucediendo y quién era la persona en la cama.

Cuando entró y vio claramente el rostro de Pei Yunshu, se inclinó , encorvó la espalda
y se abrazó fuertemente, como si soportara un dolor insoportable.

La voz del maestro espiritual daoísta Ling Qing resonó a la distancia con una
exclamació n de sorpresa: "¡Maestro!"

Todo esto pasó desapercibido para Yunjing.

Tras un tiempo indeterminado, unas manos le arrebataron a Pei Yunshu. Tenía el


mismo rostro que su hermano menor, excepto que tenía los ojos inyectados en sangre
y un ligero rojo apareció en el centro de sus cejas, lo que indicaba que había caído en
un estado demoníaco.
Yunjing, como si se hubiera vuelto loco, intentó abalanzarse sobre Pei Yunshu,
intentando arrebatarle la vida. Al final, él y sus compañ eros discípulos resultaron
gravemente heridos, indefensos, yacían en el suelo, observando có mo el poseído
Yunwang se llevaba a su hermano.

Después de la muerte de Pei Yunshu, Yunjing y Yuncheng, quienes fueron proyectados


al cuerpo principal, de repente recuperaron el control de sus cuerpos.

Sin embargo, estaban perdidos.

Tras recuperarse, su primer instinto fue suicidarse para acabar con la ilusió n. Pero,
por mucho que intentaran, no podían hacerlo.

La vida ú til de los cultivadores era larga, incluso si dejaban de cultivar, podían vivir
durante mucho tiempo.

Yunjing y Yuncheng pasaron cien añ os buscando a su Hermano Menor, quien fue


secuestrado por Yunwang. Escucharon que Yunwang ocultó al Cuarto Hermano
Menor y que este consumió muchas criaturas demoníacas, buscando la manera de
resucitarlo.

Pero cada vez que lo intentaban, Yun Wang los golpeaba severamente, dejándolos
gravemente heridos.

Al final, ya no pudieron encontrar a Yun Wang y Pei Yunshu.

Incapaz de morir, los recuerdos se convirtieron en un arma atormentadora. Peor que


los recuerdos era la larga y desesperanzada vida. Yunjing se ahogó en alcohol, pero
incluso borracho, no podía ver a su hermano.

Sin final, sin salida, un mundo sin su hermano menor.

…Sin su hermano menor.

***

Pei Yunshu miró fijamente el lago, arrojando rápidamente los artefactos con
atributos de hielo dondequiera que veía señ ales de hielo derritiéndose.
Sus pensamientos se extinguieron en ese instante. Cojeando, Zhuyou salió del agua, y
Pei Yunshu lo devolvió al agua con una patada.

—Quédate quieto —dijo Pei Yunshu—. Espera a que Bai Li venga a ver qué te ha
pasado.

Zhuyou nadó hasta la orilla, se agarró los pies y se quitó los zapatos y los calcetines.
El frío del agua hizo que a Pei Yunshu se le encogieran los dedos de los pies, y
preguntó : "¿Qué quieres hacer?".

Zhuyou miró su expresió n, sintió su curiosidad, se enderezó y presionó su pie debajo,


"Masaje".

Una sensació n ardiente, como de fuego, se extendió bajo el pie de Pei Yunshu. Pisó
dos veces, y la sensació n de fuego se expandió repentinamente.

Para no quedar expuesto en pú blico, Pei Yunshu quiso retraer el pie, pero Zhuyou lo
sujetó con fuerza. Lo presionó con fuerza, y el pie de Pei Yunshu se puso rojo. Justo
cuando alguien se acercaba, Pei Yunshu sonrió ampliamente, pateó con fuerza y
empujó con fuerza a Zhuyou al agua.

El lastimero grito de un dragó n resonó , sobresaltando a Bai Li y a los demás, que se


apresuraron a acercarse. Zhuyou forcejeaba en el agua helada, cubriéndose la parte
inferior con ambas manos, visiblemente dolorido.

"¿Qué pasa?", preguntó Bai Li con vacilació n. "¿Qué pasa?"

Con los calcetines puestos de nuevo, Pei Yunshu permaneció un rato junto al lago.
Mirando al dolorido Zhuyou, se agachó y le hizo señ as: «Ven aquí y déjame ver».

Zhuyou, aú n con dolor, nadó hacia él, mientras gotas de agua caían de su cuerpo.
Parecía miserable.

Pei Yunshu le dio unas palmaditas en la cabeza y lo consoló como a una mascota:
"Buen chico, no pasa nada".

Zhuyou: “Necesito un beso para mejorar”.


Pei Yunshu permaneció en silencio por un momento, evitando el tema principal:
"Hablemos de eso más tarde".

Su rostro seguía rojo hasta el cuello. Aunque Zhuyou había engrosado


involuntariamente el rostro de Pei Yunshu, aú n no había alcanzado la firmeza
necesaria para decir tales cosas en pú blico.

Zhuyou, bajo el agua, aprovechó para tocar a sus dos hermanos.

Sintiendo el dolor, pensó : «Esta noche, que mi Esposa los bese. Un beso suyo le inflará
las mejillas, y si se turnan para besar, vale la pena».

Incluso pensó en dejar que Lady Wife los pateara unas cuantas veces más.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 96

Capítulo 96

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Esa noche, el grupo se instaló en una posada en un pueblo remoto.

Mientras Zhuyou reflexionaba, su mirada se posó ocasionalmente en Pei Yunshu. Pei


Yunshu escuchaba las especulaciones de Bai Lige sobre el nú cleo demoníaco de
Zhuyou, asintiendo ocasionalmente para indicar su acuerdo.

El posadero preparó con entusiasmo la mejor habitació n e hizo subir agua caliente. A
la hora de descansar, Bai Lige acarició la cabeza de Pei Yunshu y bromeó : «Yunshu, te
preocupas mucho por Zhuyou. ¿Has considerado alguna vez a Ge? Ge no causa
problemas y no tiene defectos».

Pei Yunshu miró a Zhuyou, quien permanecía tranquilo en la superficie pero


albergaba una ira feroz en sus ojos.

Bai Lige lo notó y suspiró , retirando la mano. "Que descansen bien esta noche".

Zhuyou se levantó y siguió a Bai Lige. Pei Yunshu se sentó solo en la cama. Tras un
breve momento de reflexió n, oyó pasos fuera de la puerta. Al darse la vuelta, vio a
Zhuyou entrando a paso firme. Su rostro permaneció inmutable, y pareció un poco
desconcertado al notar la mirada de Pei Yunshu.

"A Baili le gusta bromear; no lo hizo con mala intenció n", explicó Pei Yunshu con
torpeza. "Yo tampoco tengo esa intenció n con él".

Zhuyou inclinó la cabeza y preguntó : "¿Qué intenció n?"


Pei Yunshu dudó un momento, pero luego habló con franqueza: «Le gusto, y me gusta,
pero es solo una simpatía. En el ámbito romántico, Baili podría ser mi antepasado».

Zhuyou se sintió un poco incó modo. Se acercó y susurró : "¿Cuántos añ os tienes?".

Pei Yunshu pensó un momento y dijo lentamente: "No lo recuerdo, pero


definitivamente no soy un adolescente ni alguien de veintitantos añ os".

La expresió n de Zhuyou se tornó sombría. Miró a Pei Yunshu varias veces, frunció el
ceñ o y se sentó pesadamente a la mesa, preguntándose cuántos añ os tendría ese añ o.
No lo recordaba, pero definitivamente tenía más de quinientos añ os.

Podría ser el antepasado de Pei Yunshu.

Sin percatarse de los pensamientos de Zhuyou, Pei Yunshu se acercó a la pantalla y


usó el agua caliente que le había proporcionado el camarero para refrescarse. Justo
cuando oyó que alguien subía las escaleras, se oyó una voz cordial.

—Este lugar tuyo está destartalado —dijo la alegre voz, aunque no agradable, con un
encanto que hacía difícil que te disgustara—. Oye, ¿de verdad no hay una habitació n
mejor? Puedo pagar más, y si les hablo con amabilidad, quizá me den una mejor.

—Joven Maestro Bian, gastar dinero no significa que deba hacerlo así. Hay muchas
buenas posadas afuera. ¿Por qué insistir en causar problemas aquí?

A Pei Yunshu la voz le resultó cada vez más familiar. Salió de la reja, abrió la puerta y
se asomó . Vio que alguien se acercaba y exclamó : "¿Bian Rong?".

Bian Rong, que estaba charlando con alguien, escuchó la voz de Pei Yunshu y caminó
hacia él con alegría. "Pei Yunshu, ¡me encontré contigo aquí!"

Pei Yunshu salió sonriendo. «Qué coincidencia».

Bian Rong, vestido de pú rpura, lucía excepcionalmente dominante. Al ver a un


conocido, se volvió más hablador y, tras intercambiar palabras amables, se sentaron
en el pequeñ o patio de la posada a charlar.
"Originalmente planeé encontrarte y hablar después del día que derrotaste a Wu Jiu",
dijo Bian Rong riendo entre dientes. "Ese día, nos dibujó a ambos tan feos en su
álbum, qué comportamiento tan mezquino. Seguro que desearía que no hubiera
hombres más guapos en el mundo que él".

Al pensar en esas palabras, Pei Yunshu no supo qué decir. «Nunca había visto una
pintura así».

Intercambiaron una mirada, ambos sintiendo una sensació n de renuencia a recordar


esos recuerdos.

"Pero no esperaba que desaparecieras después", continuó Bian Rong. "Cuando supe
que habías desaparecido, guié a la gente de la Secta Xuan Yi para que te encontrara.
Wu Jiu incluso te buscó durante mucho tiempo. En la segunda competencia, tenía una
ojera y el encuentro terminó en empate".

Pei Yunshu abrió la boca, y Bian Rong pareció saber lo que quería decir. Se llevó un
dedo a los labios y arqueó las cejas con arrogancia: «No me digas nada cortés.
Buscarte es asunto nuestro, no te preocupes».

Pei Yunshu sonrió , "Está bien".

Bian Rong le dio una palmadita en la espalda: "Eso está mejor".

Arriba, junto a la ventana, Zhuyou estaba de pie, mirándolos a ambos.

Su expresió n era indescifrable, pero la mano posada en la espalda de Pei Yunshu le


dolió el corazó n a Zhuyou. Se sentó en la cama, sintiendo una ira incontenible que
hizo que la taza de la habitació n se rompiera.

Las palabras que Bai Lige dijo antes no lo hicieron enojar tanto, pero ahora, se sentía
extremadamente incó modo.

Cuando Pei Yunshu subió , Zhuyou seguía de pie junto a la ventana. Pei Yunshu
preguntó : "¿Qué pasa?".
Su voz aú n tenía una sonrisa, como si acabara de tener una agradable conversació n
con el cultivador masculino.

Zhuyou permaneció en silencio, giró la cabeza para mirarlo, incapaz de desahogar su


ira. Se sentó al borde de la cama, con un profundo dolor en el corazó n.

Había aprendido una lecció n de Yuncheng, el segundo hermano mayor de Pei Yunshu:
nunca poner las manos sobre los amigos de Pei Yunshu.

Quería cortarle las manos a quien lo tocó , cortándolo todo. Sin embargo, por ahora
solo pudo contener su ira.

Un joven que no era tan guapo como él, só lo se había visto unas pocas veces, pero se
volvió muy íntimo de Pei Yunshu.

La primera vez que conoció a Pei Yunshu, independientemente de cuántas veces se


encontraron después, Pei Yunshu siempre lo miró con miedo en sus ojos.

Pei Yunshu estaba desconcertado por el comportamiento de Zhuyou. Lo miró y, tras


observarlo un rato, Zhuyou le dijo que fuera a lavarse. Mientras Pei Yunshu lavaba,
Zhuyou salió volando por la ventana y atrapó algunas langostas.

Después de que Pei Yunshu salió de la pantalla con el rostro hú medo, vio a Zhuyou
mirando las pocas langostas en la mesa con una expresió n sombría.

Las langostas estaban inmó viles y asustadas, con sus largas colas temblando. Cuando
Pei Yunshu se acercó y echó un vistazo, rió : "¿Quieres jugar con las langostas?".

Zhuyou le hizo un gesto para que se sentara, luego extendió la mano y juntó dos
langostas, diciendo: "Esta es una pareja casada".

Pei Yunshu, mientras se secaba el pelo, se detuvo y miró a Zhuyou con extrañ eza. Lo
siguió para observar las langostas en la mesa.

Zhuyou miró a la pareja de langostas, y las dos se acurrucaron tímidamente. Al verlas


con esa apariencia de pareja, Zhuyou asintió con satisfacció n. Luego extendió la
mano, tomó una langosta de la pareja y la colocó en el centro.
"Esta es la esposa", dijo Zhuyou.

Pei Yunshu: “…”

Con los ojos bien abiertos, intentó con todas sus fuerzas mostrar una expresió n de
interés.

Zhuyou rodeó a la langosta "esposa" con las demás langostas y luego alzó la vista,
mirando a Pei Yunshu con solemnidad. "Excepto su esposo, las demás langostas
tienen malos pensamientos sobre la esposa. Cuando se acercan a ella, tienen malas
intenciones".

Mientras hablaba, empujó a una de las langostas del círculo. La langosta se


estremeció y saltó hacia el centro, aterrizando en la espalda de la «esposa» en una
postura bastante indecente.

Zhuyou entrecerró los ojos, frunció los labios disimuladamente y luego miró a Pei
Yunshu: «Entonces, esta langosta debe saber que solo está segura al lado de su
esposo. Solo él la tratará bien; si alguien la conoce, la intimidará».

Pei Yunshu parpadeó lentamente: "Mmm".

Zhuyou agitó la mano, expulsando a esos bichitos por la ventana. Creyó que Pei
Yunshu había entendido lo que quería decir. Sintiéndose relajado física y
mentalmente, una sensació n de placer lo invadió .

Zhuyou se aflojó la ropa y señ aló : "Mira".

Pei Yunshu estaba bebiendo agua, siguiendo casualmente su dedo, y roció agua de un
solo trago.

El agua no le salpicó a Zhuyou. Mantuvo la calma, se quitó la prenda exterior, dejando


al descubierto un bulto considerable allí, y señ aló : "¿Ves?".

Pei Yunshu, con la intenció n de aguantarlo e ignorarlo, no pudo resistir más. "Yo
también tengo eso. ¿Qué estás presumiendo?"
Zhuyou se acercó , se agachó bruscamente, lo levantó y Pei Yunshu soltó un pequeñ o
grito. Inconscientemente, levantó la mano y la rodeó con su cuello. "¡Zhuyou, qué
haces!"

Zhuyou lo colocó en la cama, le quitó la prenda exterior, le abrió las piernas y le dijo:
"Mira las tuyas".

Sonrojado, Pei Yunshu quiso cerrar las piernas, pero la fuerza de Zhuyou era inmensa
y las sujetó con firmeza. Zhuyou miró esa parte y sonrió : «Pequeñ o».

De repente, la cara de Pei Yunshu pareció humear de ira. Miró a Zhuyou con enojo:
"No tengo ese comportamiento salvaje e indó mito tuyo, siempre en celo como una
fiera. ¡Soy normal!"

Zhuyou miró fijamente la parte ascendente, y el rostro de Pei Yunshu se volvió


azulado de nuevo. Se pellizcó el muslo con fuerza.

“Siseo…” Ningú n movimiento abajo, pero las lágrimas fueron expulsadas.

Pei Yunshu tenía la piel clara por todo el cuerpo, incluso en zonas que nunca había
usado, y se veía tierna y limpia. A pesar de haber estado en contacto con Zhuyou
varias veces, se mantuvo delicada.

Aprovechando la distracció n de Pei Yunshu, Zhuyou se bajó rápidamente los


pantalones. Su acció n fue demasiado rápida, y Pei Yunshu sintió una sensació n de frío
en las piernas. Su piel clara ya estaba expuesta.

Le dio una patada a Zhuyou y rodó sobre la cama, cubriéndose con la manta.

Zhuyou metió la mano en la manta, lo agarró del tobillo y lo jaló hasta el borde de la
cama. "¿Puede la manta protegerte?"

Poniéndose de pie, se quitó la ropa y la cosa vigorosa casi golpeó la cara de Pei
Yunshu.

Zhuyou lo miró con una expresió n más aterradora en sus ojos. «La manta no puede
protegerte. Solo un esposo puede protegerte».
Afuera, empezó a lloviznar en plena noche. Las gotas de lluvia caían entre las hojas,
enmascarando los sollozos. Pei Yunshu, en un estado lamentable, con lágrimas en el
rostro, se aferró a la almohada de seda y se encogió en su interior, diciendo: «No
quiero... no quiero...».

Zhuyou se sujetó la cintura, y la lluvia torrencial, acompañ ada del viento furioso,
hizo que las olas ondularan en la superficie del agua. El bote casi volcó varias veces.

Lloró hasta que se le hincharon los párpados y la boca, con la voz ronca, pero aú n
agradable. Zhuyou estaba entre angustiado y emocionado.

Clavó a Pei Yunshu, moviéndose ruidosamente, más fuerte que el sonido de la lluvia.
Su corazó n albergaba el vinagre de toda la noche, y aprovechó la oportunidad para
desahogarse, expresándolo todo en el cuerpo de Pei Yunshu, más dulce que la miel.

Pei Yunshu fue objeto de burlas por sus palabras desvergonzadas toda la noche, y
todo su cuerpo rezumaba un tono rosado. Su firmeza interior era delicada y limpia, a
pesar de la rudeza de Zhuyou. Sujetándolo, Zhuyou le preguntó quién era más grande.

Con un tono lloroso y alegre, Pei Yunshu respondió : "Tuyo, tuyo..."

"¿Y qué pasa con lo mío?" Zhuyou se detuvo.

Sintiendo picazó n y con los labios mordidos hasta doler, Pei Yunshu, avergonzado al
extremo, dijo: "¿Qué crees que es?"

Zhuyou lo atormentó : “Entonces, entre mis dos manos, ¿cuál es mejor?”

—No lo sé... —El hombre lastimero tenía la mirada nublada, y la fragancia llenó todo
el dosel de la cama, tiñ éndole los dedos de un aroma embriagador—. No lo sé.

Zhuyou pasó toda la noche haciéndole comprender cuál era más poderoso.

Los deseos ocultos y la arrogancia, que antes estaban bien ocultos, ahora se revelaron
ante Pei Yunshu. Esta noche, comprendió que las personas tienen innumerables
facetas, al igual que los demonios. Zhuyou, quien solía ocultar bien su verdadera
naturaleza, no pudo contenerse esta noche y se volvió imprudente y apasionado.
Nunca cambió ; sus deseos y codicia por Pei Yunshu estaban profundamente
arraigados. Como a Pei Yunshu no le gustaba, Zhuyou fingió ser otra persona. Pero al
final, Zhuyou seguía siendo Zhuyou, una bestia feroz acalorada por la pasió n que
corría por sus venas.

Pei Yunshu sintió como si lo pusieran en llamas, o más bien, en la punta del corazó n
de Zhuyou.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 97

Capítulo 97

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Temprano a la mañ ana siguiente, Bian Rong fue a buscar a Pei Yunshu y llamó a la
puerta. «Yunshu, ¿estás despierto?»

Se oían sonidos de movimiento dentro de la habitació n. Al cabo de un momento,


alguien abrió la puerta, revelando una figura alta. Con un rostro a la vez atractivo y
sobrenatural, había una expresió n de satisfacció n: "¿A quién buscan?"

"Estoy buscando al hermano Pei", Bian Rong se dirigió cortésmente al hombre,


"¿Compartes la habitació n con el hermano Pei?"

“Compartimos una cama”, Zhuyou entrecerró los ojos, enfatizando la palabra “cama”,
“Todavía está dormido”.

Cada palabra de este hombre cargaba una inmensa presió n. Cuando Bian Rong se
paró frente a él, sintió un instinto profundo que lo impulsaba a correr. A pesar de su
orgullo, Bian Rong dijo sabiamente: «Me voy hoy. No molestaré al hermano Pei en
este momento. Por favor, transmítele mis saludos, amigo mío».

Zhuyou asintió levemente: "Por supuesto".

Bian Rong le devolvió el saludo con un asentimiento. Solo después de que su figura
desapareciera por completo, Zhuyou bajó tranquilamente las escaleras, llevando un
tazó n de gachas y un huevo cocido a la habitació n y colocándolos sobre la mesa.
Una fragancia almizclada y fétida llenó la habitació n. A Zhuyou le pareció agradable,
con un toque de la fragancia de Pei Yunshu. Por lo tanto, dudó en abrir la ventana
para que circulara el aire.

Levantando la cortina de la cama, Zhuyou se apoyó ligeramente en ella. "Yunshu,


come algo".

Pei Yunshu respondió con dos "hmm", durmiendo plácidamente con la mitad de su
rostro al descubierto sobre la almohada de seda. Zhuyou apartó los mechones de
cabello cerca de su rostro, bajó la cabeza, aspiró la carne enrojecida de su mejilla y
emitió un fuerte "pop".

Sobresaltado por el ruido, Pei Yunshu apartó la cara de Zhuyou con la mano. "Dragó n
de inundació n maligno... ¡Aléjate!"

Zhuyou lo levantó directamente, y Pei Yunshu, alarmado por el repentino


levantamiento, despertó al instante. Abrió los ojos de par en par, con expresió n
desconcertada al encontrarse volando.

Las gachas de la posada eran espesas, y Zhuyou le daba una cucharada cada vez que
mordía. Cuando se había comido la mitad del tazó n, Pei Yunshu lo apartó con un tono
frío y solemne: «Estoy lleno».

Incluso después de saciarse, Zhuyou no lo soltó . Continuó comiendo las gachas


restantes, tragándolas bruscamente en varios tragos.

Tras terminar de comer, Zhuyou llevó a Pei Yunshu de vuelta a la cama, acariciándole
el cuello con la nariz. Manteniendo sus manos y pies obedientes, dijo «Yunshi».

Pei Yunshu respondió con un frío reconocimiento.

Tras llamarlo cuatro o cinco veces, Pei Yunshu ya no pudo mantener la frialdad. Se
giró , encaró a Zhuyou y le sujetó el rostro entre las manos. Empezó a predicar con
seriedad: «Dedicarse a tales actividades dañ a el cuerpo. Los cultivadores no deben
dejarse llevar por deseos excesivos».

Zhuyou frunció el ceñ o, preocupado. "Pero me pica".


Pei Yunshu parecía desconcertado: “Entonces no debes haber recitado sinceramente
el Mantra del Corazó n Limpio”.

“…” Zhuyou habló lentamente, “Contigo cerca, ¿por qué necesitaría recitar el Mantra
del Corazó n Limpio?”

Pei Yunshu negó con la cabeza a la antigua usanza. «Eres una bestia demoníaca.
Quizás podrías consentirte un poco. Soy un cultivador humano, y un simple... no
puedo compararme con las bestias demoníacas».

Zhuyou le dio una palmadita en las nalgas y dijo sucintamente: "Está bien, es
comparable".

Pei Yunshu apartó la mano y no pudo evitar mirar a Zhuyou con enojo. Se le subió
encima y estaba a punto de bajarse de la cama. "¡No puedo comunicarme contigo!"

Zhuyou lo siguió fuera de la cama, y por alguna razó n, parecía molesto. A pesar de
eso, seguía sosteniendo a Pei Yunshu en sus brazos, sujetándole las nalgas como si
acunara a un bebé. Le dio una palmada en el trasero. "No eres obediente. No puedo
caminar descalzo".

Pei Yunshu emitió un sonido ahogado y enterró su rostro sonrojado en el abrazo de


Zhuyou, luchando por articular una respuesta.

Después de que Zhuyou lo vistió segú n sus preferencias, finalmente colocaron a Pei
Yunshu en el suelo. Zhuyou salió de la habitació n.

Abajo, Hua Yue y los demás disfrutaban de un festín de pollo. Al oír el ruido, miraron
hacia arriba. Sus sonrisas se congelaron en sus rostros. "Yunshu, tú ..."

Pei Yunshu se cubrió el cuello instintivamente y su rostro se sonrojó al instante.


Miró a Zhuyou con furia antes de girar la cabeza, fingiendo calma. "Me picaron
insectos".

—No, no —la gente de abajo lo miraba aturdida, sin palabras—. Yunshu, hoy vas
vestido de forma muy llamativa...
Parecía exactamente un joven adinerado. El aura sobrenatural que lo había dominado
se desvaneció al instante.

Pei Yunshu quedó ató nito. Solo entonces levantó la mano para observarse. Vestía con
colores vibrantes, adornado con patrones de nubes ocultas y símbolos auspiciosos en
la tú nica. Los hilos plateados brillaban con sus movimientos, exudando un aire
natural de riqueza y elegancia.

Arqueó las cejas y Zhuyou lo empujó . "Así se ve bien".

"En efecto, se ve bien." Bai Lige examinó a Pei Yunshu de pies a cabeza y sacó un
brillante y translú cido colgante de jade de su manga. Se acercó y lo colgó de la
cintura de Pei Yunshu. Cuando el colgante rozó la hebilla dorada de su ropa, resonó
un agradable sonido. Bai Lige asintió con satisfacció n, dio un paso atrás y dijo:
"Yunshu, estos colores te favorecen aú n más que los lisos".

Pei Yunshu se sintió incó modo al ser examinado y se quedó paralizado. De repente, la
fría voz del joven maestro Qingfeng lo interrumpió : «La comida se está enfriando».

El aroma de los platos era tentador, mucho más delicioso que unas simples gachas.
Pei Yunshu siguió comiendo, y Zhuyou le transmitía constantemente mensajes:
«Evita la comida grasosa y picante, nada de carne, y opta por platos ligeros».

Fingiendo no escuchar, Pei Yunshu hábilmente fue a buscar los sabrosos platos, y
Zhuyou no pudo detenerlo, frunciendo el ceñ o profundamente.

Tras tres bocados, Zhuyou le agarró la mano, lo sentó en su regazo delante de todos y
mojó las lonchas de carne picante en agua. Mordió también y le ofreció la otra mitad
a Pei Yunshu.

Pei Yunshu giró la cara y dijo: "No quiero comer lo que tú has comido".

Zhuyou puso la carne en su boca, dejó los palillos, levantó la barbilla de Pei Yunshu y
lo alimentó boca a boca.

Después de dos rondas de esto, la figura sonrojada en sus brazos se comportó


obedientemente, comiendo los pedazos de comida mordidos.
Los comensales quedaron ató nitos. El esmero con el que Zhuyou cuidaba a Pei
Yunshu hacía que pareciera que lo trataba como a una delicada muñ eca de porcelana,
asegurándose de que no pasara frío ni calor.

—Zhuyou, ¿no tienes miedo de que Yunshu se sienta disgustado contigo?

Zhuyou le dio a Pei Yunshu un sorbo de té. Pei Yunshu abrió la boca obedientemente,
con una lengua roja escondida tras sus labios, provocando las almas de los demás con
un toque de misterio.

Incapaz de resistirse, Zhuyou apartó la deliciosa comida que Pei Yunshu observaba
con interés y se besó los labios, preguntando: "¿Está deliciosa?"

Los ojos de Pei Yunshu estaban nublados debido a las burlas.

Después de darle otro beso, Zhuyou volvió a alimentar a Pei Yunshu y comentó
casualmente: "Después de formar el voto mutuo, incluso si te arrepientes, no puedes
retractarte".

Tan pronto como las palabras cayeron, el repentino sonido de platos y palillos
rompiéndose hizo eco.

Las orejas de Pei Yunshu se pusieron rojas al instante, ahogadas por la saliva, "Tos,
tos, tos..."

¡¿Có mo pudo decirlo tan de repente?!

Hua Yue murmuró : “El voto mutuo… se acabó , se acabó , el voto mutuo”.

De este trío, solo Bai Lige permaneció relativamente tranquilo. El joven maestro
Qingfeng recogió en silencio los platos rotos y los palillos del suelo, susurrando:
«¡Felicidades!».

Zhuyou palmeó la espalda de Pei Yunshu y, por una vez, mostró una expresió n
agradable hacia el joven maestro Qingfeng, asintiendo con una sonrisa.

"Ahora que el pacto está formado", Bai Lige sonrió , caminó detrás de Zhuyou y le dio
una palmadita en el hombro como un buen hermano, "¿El rey Zhuyou tiene alguna
idea de casarse con Yunshu?"

Su palma aterrizó como una montañ a, y Zhuyou cargó con calma el impacto. Al oír la
palabra "matrimonio", sus ojos se iluminaron de repente y apretó con fuerza las
manos de Pei Yunshu, murmurando distraídamente: "¿Matrimonio?".

La expresió n de Bai Lige se ensombreció , y su alegre actitud no pudo ocultar un


atisbo de amenaza. "Zhuyou, no me digas que nunca consideraste casarte con
Yunshu".

Pei Yunshu se quedó ató nito ante la palabra "matrimonio". Aú n no se había


recuperado, mirando a Bai Lige confundido. "¿Matrimonio?"

Bai Lige suavizó su expresió n, acariciando suavemente el cabello negro de Pei


Yunshu. "Yunshu, ¿no quieres casarte con Zhuyou?"

“…” Pei Yunshu nunca había pensado en tal cosa.

La respiració n de Zhuyou se volvió más pesada y sus ojos se enrojecieron. Parecía


que estaba a punto de volverse loco. Asintió con firmeza, articulando cada palabra:
«Quiero casarme con mi esposa».

Pei Yunshu luchó por levantarse, pero la repentina declaració n lo abrumó . Se sentó
aturdido en el regazo de Zhuyou, preguntándose de qué hablaba.

¿Matrimonio? ¿Con quién?

Bai Lige, con las manos tras la espalda, reveló una sonrisa amorosa: "Zhuyou, baja
primero a Yunshu y pregú ntale si está dispuesto a casarse contigo".

Zhuyou tragó saliva con dificultad, se levantó y volvió a sentar a Pei Yunshu. En
cuclillas frente a él, lo miró con expectació n. «Yunshu, cásate conmigo».

Su corazó n latía con fuerza como si estuviera a punto de salírsele de la garganta. En


poco tiempo, sus manos ya sudaban. La mirada de Zhuyou era profunda y llena de
urgencia. A pesar de su aspecto severo, parecía incó modo, esperando con ansias el
asentimiento de Pei Yunshu.
El silencio se apoderó de todo, y Pei Yunshu se sintió como si estuviera en un
torbellino. Le zumbaban los oídos y se esforzaba por cerrar y abrir los ojos,
intentando ver la expresió n de Zhuyou en el remolino.

“Yunshu”, lleno de anticipació n y ronquera, “cásate conmigo”.

Só lo esta frase atravesó una miríada de obstáculos y niebla y llegó claramente a los
oídos de Pei Yunshu.

Invocando coraje de alguna parte, Pei Yunshu de repente respiró hondo, levantó el
rostro de Zhuyou con sus manos, acercándose firmemente, y luego plantó un beso
rotundo en su mejilla.

“¡Está bien, casémonos!”

Iba a formar una familia, convertirse en alguien con un hogar.

Una nueva familia, una familia querida, una familia que nunca se separaría.

***

Eligieron el lugar de la boda ese día, optando por la bulliciosa y pró spera regió n de
Jiangnan.

Viajando a lo largo del río, hicieron paradas como una familia normal, disfrutando el
recorrido llenos de alegría.

Al llegar a su destino, Hua Yue llevó a Pei Yunshu al mercado. «Yunshu, tenía ganas de
verte con vestido de novia. Seguro que a mí, el zorro, me encantará. Pero el señ or
Zhuyou es demasiado astuto y te ha engañ ado para que formes el voto mutuo. Al
final, tendrás que llevar vestido de novia para él».

"Nunca me he puesto uno. No sé si me quedará bien", el corazó n de Pei Yunshu latía


con fuerza durante el viaje. "Hua Yue, ¿de verdad podemos encontrar vestidos de
novia aquí?"

Hua Yue se palmeó el pecho con confianza: «Yunshu, hay un dicho entre los mortales:
'El dinero mueve montañ as'. ¡Tenemos dinero, y tú puedes tener el vestido de novia
que quieras!».

Pei Yunshu asintió con vacilació n, respiró hondo y se cubrió las manos temblorosas
con las mangas. "Entonces, vamos a echar un vistazo".

Con Hua Yue a su lado, Pei Yunshu miró a su alrededor. Los ojos de Hua Yue brillaron
y rió entre dientes, diciéndole algo en voz baja al oído: «Yunshu, ¿qué tal si le pides al
Señ or Zhuyou que se ponga un vestido de novia?».

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 98

Capítulo 98

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Cuando Hua Yue dijo esto, Pei Yunshu se sintió un poco conmovido.

Mantuvo una actitud tranquila: "Hua Yue, Zhuyou no usará atuendo de novia".

—¡Por qué deberías, Bella Yunshu! —Hua Yue no escatimó esfuerzos para causarle
problemas al Señ or Zhuyou—. Aunque tú , Bella Yunshu, sin duda te verás mucho
mejor vestida de novia que el Señ or Zhuyou, no puedes complacerlo en asuntos
matrimoniales. Siempre te has esforzado mucho por el Señ or Zhuyou, pero ¿no
puedes obligarlo a usar un vestido rojo solo para hacerlo sonreír?

Esto fue completamente por motivos egoístas. Hua Yue quería ver a Pei Yunshu con
un elegante atuendo de boda, y la idea de verlo con un traje de novio lo hacía babear
como un zorro.

Pei Yunshu no pudo evitar sonreír ante la grandiosidad de las palabras de Hua Yue.
Sus ojos brillaron con un destello de emoció n: "¿Sabes có mo hacer que Zhuyou use
un atuendo de novia?"

Hua Yue soltó : "¡Naturalmente, usando una trampa de belleza!"

La frente de Pei Yunshu se crispó ; de hecho, pensó , los métodos de un zorro siempre
involucran belleza.

—No, no —se negó rápidamente—. ¡Este método es como entrar en la guarida de un


tigre!
Para atrapar cachorros de tigre, hay que entrar en su guarida. El señ or Zhuyou adora
la belleza. Belleza Yunshu, confía en mí; este método sin duda funcionará.

En pocas palabras, la tienda estaba justo frente a ellos. Pei Yunshu y Hua Yue
susurraban. Ambos lucían una apariencia extraordinaria y vestían con lujo. El dueñ o
de la tienda acudió personalmente a recibirlos con una cálida sonrisa: «Caballeros,
¿necesitan algo?».

Hua Yue dijo: "Jefe, déjenos ver sus vestidos de novia".

El jefe los guió apresuradamente a recorrer el lugar. Hua Yue y Pei Yunshu
examinaron cada pieza. Estos vestidos bordados fueron confeccionados por docenas
de bordadores famosos durante varios meses. Cada uno era excepcionalmente
elegante. Pei Yunshu sintió que eran casi indistinguibles, incapaz de discernir cuál
era mejor.

Hua Yue ya estaba inmerso en la hermosa ropa, con su corazó n y sus ojos llenos de
rojo.

Desconcertado, una voz vino desde atrás: “Estas prendas pueden parecer similares,
pero necesitas probártelas para distinguir entre lo bueno y lo malo”.

El jefe sonrió : “Exactamente como dijo este señ or”.

Pei Yunshu se giró y vio a un joven cultivador, con el cabello ligeramente sudoroso.
Su respiració n era algo agitada, como si se estuviera calmando.

Se oyeron pasos ansiosos desde fuera de la tienda. Siguiéndolos, los subordinados de


Wu Jiu finalmente los alcanzaron. Se acercó con urgencia, diciendo: "¡Joven Maestro,
tenga cuidado!".

Wu Jiu, tras recuperar el aliento, miró a Pei Yunshu y luego a la ropa roja que tenía
delante. "¿Te vas a casar?"

Pei Yunshu preguntó : "¿Viniste aquí a buscarme?"


Ambos pronunciaron las mismas palabras simultáneamente, dejándose
momentáneamente aturdidos.

Wu Jiu, aú n con su brillante y hermoso traje, con las manos a la espalda, mostró
fugazmente una expresió n antinatural en su rostro. Gruñ ó levemente: «Me enteré por
Bian Rong de que te vio no muy lejos del territorio de la Secta Brocado de Flores.
Inesperadamente, viajan todos juntos al sur y me encontraste aquí».

Pei Yunshu sonrió : "Parece que estamos destinados a encontrarnos con el Joven
Maestro".

Recordó algo y rápidamente sacó un vestido extremadamente lujoso de su bolsa,


sosteniendo la prenda roja en sus manos. Pei Yunshu dijo con seriedad: «Daoísta Wu,
por favor, devuélveme esto. Este artículo es valioso y no puedo aceptarlo».

El rostro de Wu Jiu, que inicialmente sonreía levemente, se volvió frío de repente.


Frunció el ceñ o y dijo: «Lo que yo, Wu Jiu, doy, nunca lo recupero. Si no lo quieres,
tíralo».

Hua Yue revoloteó junto a Pei Yunshu como una mariposa, dando vueltas a su
alrededor. Levantó una esquina de la ropa y exclamó : "¡Yunshu, este atuendo es aú n
más hermoso que los que están colgados!".

—Inapropiado —Pei Yunshu permaneció impasible, sosteniendo la prenda con


terquedad—. Daoísta Wu, por favor, tó mela. Este objeto es valioso y no puedo
aceptarlo.

Wu Jiu estaba furioso, con el pecho agitado. Apretó los puñ os, apartó la mirada y
volvió a ver los vestidos de novia colgados en la pared. Sin poder contenerse,
preguntó una vez más: "¿De verdad te vas a casar con esto?".

Pei Yunshu asintió , y su expresió n se aclaró un poco. Un rubor juvenil,


deliberadamente sereno, apareció en su rostro. "Sí, me voy a casar".

Hua Yue miró a Wu Jiu unas cuantas veces más, se subió al brazo de Pei Yunshu y, de
manera encantadora, dijo: "Yunshu, revisa rápidamente la ropa conmigo".
La mirada de Wu Jiu se fijó repentinamente en Hua Yue. Tras un instante, frunció el
ceñ o y preguntó con rudeza: "¿Este demonio es hombre o mujer? ¿Por qué parece tan
asexual?".

Hua Yue gimió , fuertemente acurrucada en los brazos de Pei Yunshu, temblando en su
espalda, como si llorara muy afligido.

El subordinado de Wu Jiu a su lado mostró una pizca de vergü enza y susurró : "Joven
Maestro, ¿có mo puede decir eso?"

Wu Jiu apretó los dientes. Miró a la pareja abrazada —Yunshu y el demonio— y salió
de la tienda furioso. Pei Yunshu le lanzó rápidamente el vestido a su subordinado.
Tras recibirlo, el subordinado de Wu Jiu felicitó apresuradamente a Pei Yunshu por
sus cien añ os de felicidad y siguió a su amo fuera de la tienda.

El llanto de Hua Yue se convirtió gradualmente en risa. Pei Yunshu lo apartó , suspiró ,
se probó varios vestidos de novia uno por uno y finalmente eligió uno. Tras anotar
las medidas de Pei Yunshu, el dueñ o de la tienda estaba a punto de medir la talla de
Hua Yue. Pei Yunshu negó con la cabeza con una sonrisa: «É l no».

Hizo un gesto con las yemas de los dedos, evocando una figura alta. Pei Yunshu se
sintió un poco avergonzado. Se tocó la nariz y dijo en voz baja: «Jefe, ¿puede hacerle
un vestido de novia?».

El jefe se palmeó el pecho, aliviado, y miró a Pei Yunshu con recelo. Luego, intentó
observar la sombra de Zhuyou que apareció de la nada. Rápidamente les aseguró :
«Por supuesto, podemos cumplir cualquier deseo del inmortal. Sin duda, haremos
que estas ropas sean espléndidas, no inferiores a las que acaban de sostener».

Pei Yunshu estaba encantado: “Muchas gracias, jefe”.

“Me pregunto cuántos días tomará?”

El jefe se secó el sudor de la frente. "¡Inmortal, quédate tranquilo, lo haré lo antes


posible! ¡Tres días! Después de tres días, ven a recogerlo; seguro que satisfará al
Inmortal".
Pei Yunshu y Hua Yue agradecieron al jefe y salieron felices de la tienda. También
compraron muchas cosas en el mercado, hablaron sobre có mo conseguir la
aprobació n de Zhuyou y luego se dirigieron a la mansió n.

***

En la mansió n, había una fuente termal, y Zhuyou estaba descansando allí cuando de
repente oyó el sonido del agua. Al abrir los ojos, vio a Pei Yunshu, vestido con una
prenda holgada y un cinturó n ligeramente atado, probando el agua al borde de la
piscina.

Los ojos de Zhuyou se iluminaron y estaba a punto de nadar hacia Pei Yunshu.

La piscina termal era enorme, con una montañ a artificial en el centro. Pei Yunshu
parecía no darse cuenta de que Zhuyou también estaba allí. Se peinaba el pelo negro
hacia atrás, se metía de puntillas en el agua y metía las pantorrillas en las aguas
termales.

La piel blanca se tornó blanca y roja al tocar el agua. Pei Yunshu, recordando las
"Técnicas de Trampa de Belleza" de Hua Yue, levantó el agua con calma y la salpicó
sobre su ropa.

La ropa mojada se pegaba a su cuerpo, dejando al descubierto sus hermosas curvas.

Zhuyou, que observaba con entusiasmo desde la montañ a artificial, se apresuró a


acercarse justo después de que Pei Yunshu se sumergiera por completo en el agua.
Agarró su esbelta cintura y estaba a punto de besarle el rostro.

Pei Yunshu se resistió , presionándolo contra el borde de la fuente termal, e intentó


calmarlo. "No te muevas, déjame hacerlo".

Había una expresió n más profunda en los ojos de Zhuyou.

Pei Yunshu respiró hondo y besó suavemente los labios de Zhuyou. Tras unos besos
suaves, le mordió un par de veces. Zhuyou, obedientemente, abrió la boca y sus
lenguas se entrelazaron en una danza apasionada.
La respiració n de Zhuyou se volvió más pesada, pero permaneció inmó vil junto a la
piscina. Su mirada hizo que Pei Yunshu sintiera como si le hubieran rozado el cuerpo
con fuego. Pei Yunshu lo apretó y le preguntó : "¿Te gusta?".

Zhuyou dijo con voz ronca: "Me gusta, quiero más".

Extendió la mano y tocó el pecho de Pei Yunshu, amasándolo con destreza. Pei
Yunshu le apartó la mano de un manotazo y le advirtió que no se moviera. Después,
desató el cinturó n suelto y abrió su ropa. Se acercó a los labios de Zhuyou, casi
entregándoselo, pero dudó . Sonrojándose, dijo: "¿Quieres ponerte un vestido de
novia?".

La fragancia estaba justo frente a ellos. Zhuyou extendió la lengua, pero se detuvo un
instante. No escuchó lo que decía Pei Yunshu y asintió con entusiasmo: «Sí».

Pei Yunshu se lo metió en la boca. En cuanto tocó el calor, las piernas de Pei Yunshu
se le aflojaron. Zhuyou lo abrazó rápidamente, hundiendo su rostro y haciendo que le
ardiese el pecho.

Todo salió tan bien…

Después, Pei Yunshu, aturdido, adquirió una nueva comprensió n de las “Técnicas de la
Trampa de la Belleza”.

***

Tras despertar, Pei Yunshu, ignorando el dolor, abrió los ojos y agarró la ropa de
Zhuyou. Nervioso y con culpa, dijo: "¡No debes faltar a tu promesa!".

La ropa de Zhuyou estaba destrozada por él, y había un rastro de impotencia en su


rostro. Extendió la mano y la tomó de Pei Yunshu, pero dudó en quitársela. "No me
arrepentiré de mi palabra".

Pei Yunshu lo miró con recelo, y Zhuyou ladeó la cabeza con un toque de diversió n.
Dijo sin rodeos: «Solo un vestido de novia».
—… —explicó Pei Yunshu en voz baja—. Quiero verte usarlo. ¿Te enojarás si te
miento?

Zhuyou lo miró significativamente, reflexionó por un momento y luego dijo sin


rodeos: "Puedes mentirme unas cuantas veces más".

Só lo cuando Pei Yunshu tomó la iniciativa y se entusiasmó , Zhuyou comprendió lo


que era el placer extremo.

Pei Yunshu se sonrojó y soltó la mano que tiraba de la ropa de Zhuyou. Se retiró
lentamente y preguntó : "¿Crees que ayer me descontrolé demasiado?".

Iró nicamente, después de decidir casarse, comenzaron a surgir más preocupaciones.

Varias emociones desconocidas se acumularon en su corazó n, y todo tipo de asuntos


triviales y significativos lo carcomían.

Zhuyou no pudo ocultar una sonrisa en sus ojos. Bajó la cabeza con cariñ o, y Pei
Yunshu no pudo evitar cerrar los ojos. Con un suave temblor de párpados, un cálido
beso le llegó a los ojos: «Me gusta mucho».

Murmuró Zhuyou, besando todo el rostro de Pei Yunshu, "Como tú , como Yunshu,
como tú tanto".

Repitió estas palabras una y otra vez, y Pei Yunshu solo las oyó . El cariñ o de Zhuyou
por él ya no podía contenerse.

El sentimiento de ser querido y apreciado en su corazó n hizo que Pei Yunshu se


sintiera extremadamente feliz.

Abrazó el cuello de Zhuyou, confiando completamente en él y murmuró : "Yo


también".

De repente Zhuyou lo abrazó con fuerza.

Pei Yunshu sonrió , frotándose contra la ropa de Zhuyou, pero permaneció inmó vil
por un buen rato. Sintió curiosidad, bajó la cabeza y entonces se dio cuenta de que la
gran mano de Zhuyou que sujetaba su cintura temblaba.
Pei Yunshu lo dejó abrazarlo en silencio, observándolo así, sintiendo
inesperadamente una dulce sensació n de alegría creciendo en su corazó n.

"Esposa", la voz de Zhuyou era ronca y suplicante, "¿Y tú qué?"

La dulce sensació n en su corazó n se convirtió en un torrente de azú car. Pei Yunshu


rió tontamente: "¡Estoy inmensamente feliz contigo!".

Só lo cuando pronunció esas palabras, Pei Yunshu se dio cuenta de que sonaban a
coquetería.

Era casi como querer encontrar una grieta en el suelo y meterse en ella.

Miró a su alrededor, no encontró ni una grieta, así que tiró de la ropa de Zhuyou y se
arrastró hasta sus brazos.

Estaba tan có modo y seguro aquí que Pei Yunshu pensó : "Quedémonos aquí toda la
vida".

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 99

Capítulo 99

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Al saber que realmente se casaría con Pei Yunshu, Zhuyou se sintió inusualmente
inquieto. Se ausentaba todo el día, y cuando regresaba, solía ser cuando Pei Yunshu
estaba a punto de dormirse.

Pei Yunshu se guardó las preguntas para sí mismo, reconociendo que ya era un
hombre casado y que no debía preocuparse demasiado por todo. Sin embargo,
durante el día, se volvió cada vez más distraído. Después de un par de días, Bai Lige
también siguió a Zhuyou en secreto.

En tan solo unos días, el tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos. Cuando Pei Yunshu
recibió dos trajes rojos brillantes del jefe, llegó la hora de la boda.

Sin costumbres particulares que seguir, Pei Yunshu y Zhuyou decidieron evitarse el
día anterior. Como la mansió n estaba adornada con luces y adornos, y el carácter
"囍" (doble felicidad) estaba por todas partes, Pei Yunshu empezó a sentirse
nervioso.

Hua Yue lo acompañ ó a probarse el atuendo de boda, bromeando: "La novia de


mañ ana debe lucir aú n más espléndida que Yunshu".

Pei Yunshu miró su reflejo algo borroso en el espejo y se rió : "Deja que Zhuyou se
aplique un poco de rubor, para que pueda ser la novia más hermosa".

Afuera, el ambiente era animado y bullicioso, con artesanos invitados matando


pollos y pescado. El día de la boda, las puertas estaban abiertas de par en par, y
cualquiera que quisiera disfrutar de una buena comida solo tenía que decir unas
palabras amables para entrar.

Estas personas fueron ubicadas afuera, mientras que solo Bai Li Hua Yue y Qingfeng
pudieron ingresar al lugar de la boda.

Pei Yunshu lo calculó con claridad. Aunque cada uno brindara, solo serían tres tazas.
Con algunos trucos, podría manejarlo fácilmente y mantener la dignidad de un
esposo.

Sin embargo, el día de la boda, Pei Yunshu, mirando una habitació n llena de
monstruos extrañ os, se quedó completamente estupefacto.

Una casa llena de demonios y monstruos charlaba a viva voz, alzando sus copas,
comiendo con ganas y bromeando. Cuando Pei Yunshu hizo entrar a Zhuyou, sus
rostros se tornaron extrañ os, intentando no reír. En voz baja, dijeron: "¡Un pequeñ o
demonio del árbol ha capturado a nuestro rey!".

"¿Zhuyou es un rey demonio o una reina demonio?"

Pei Yunshu, con actitud tranquila, les hizo un gesto con la cabeza. El grupo de
demonios se puso de pie, alzó sus copas y los felicitó efusivamente a él y a Zhuyou.

“¡Te deseo cien añ os de felicidad!”

“¡Que sus corazones estén unidos por siempre!”

“¡Tengan muchos descendientes nobles!”

Pei Yunshu se esforzó por mantener una sonrisa amable. En su mar de consciencia, la
pequeñ a alma elemental naciente sostenía una hoja para cubrirse un ojo, y en su
frente había un patró n rojo que simbolizaba un juramento en forma de corazó n.
Preocupado, dijo: "¿Por qué estos monstruos parecen tan tontos?".

Pei Yunshu pensó : "¿Có mo puedes decir eso? Su estupidez no es algo que puedan
cambiar".
Detrás de estos monstruos estaban sus amigos. Pei Yunshu apretó con fuerza la mano
de Zhuyou, y Zhuyou correspondió abrazándola, envolviendo con sus largos dedos la
mano de Pei Yunshu. El aroma denso y pegajoso del vino y la fragancia de la boda
eran intensos y persistentes.

Pei Yunshu volvió la cabeza y se encontró con la mirada de Zhuyou.

Levantó el hermoso vestido de novia; su hermoso rostro no mostraba ninguna


discordancia a pesar de la delicadeza del vestido. Sus ojos negros se llenaron de
alegría, y asomaron cuernos de dragó n del tamañ o de la punta de un dedo, exudando
una atmó sfera de deleite.

Los labios, habitualmente pálidos, estaban pintados de un rojo humorístico con


rubor, y Pei Yunshu no pudo evitar reír al verlo. En sus ojos, Pei Yunshu también vio
su propia apariencia con una tú nica roja.

Reprimió la risa y dijo con seriedad: "Zhuyou, te trataré bien".

Alguien detrás de ellos se rió entre dientes y toda la sala estalló en carcajadas.

La fría mirada de Zhuyou recorrió a todos los que lo rodeaban, esperando a que nadie
se atreviera a reír antes de volverse hacia Pei Yunshu. Levantó la mano y lo besó en
los labios, diciendo: «Mi esposa me quiere».

La cara de Pei Yunshu se puso roja y susurró un recordatorio: "Zhuyou, me llamaste


con el título equivocado".

Zhuyou se adaptó rápidamente y parpadeó , diciendo: "Mi esposo se preocupa por


mí".

Bai Lige tosió un par de veces delante. Hoy, Hua Yue, vestida excepcionalmente
hermosa, los instó a que vinieran rápido a presentar sus respetos.

Pei Yunshu y Zhuyou parecían tranquilos a simple vista, pero quienes los conocían
bien comprendían que ambos estaban nerviosos, siguiendo las ó rdenes de Hua Yue y
haciendo todo lo que le ordenaba. Incluso el estado de ánimo inicialmente algo
melancó lico de Hua Yue se convirtió en una oportunidad para que Zhuyou
presumiera de sí mismo.

Después de la ceremonia, Zhuyou levantó horizontalmente a Pei Yunshu y, como una


figura elevada, intentó pasar entre la multitud hacia el dormitorio.

Bai Lige sonrió levemente y agitó la mano suavemente: "Deténganlo".

Más de una docena de demonios transformaron sus formas al instante, siguiendo las
ó rdenes del General Baili, y formaron una formació n. Con una sonrisa obsequiosa,
saludaron a Zhuyou: «Su Majestad, no es que no queramos que vaya a la cámara
nupcial ahora, pero el General Baili dijo que si no lo emborrachamos, ¡nos arrancará
una capa de piel!».

Zhuyou se burló : "¡Si no se mueven, les arrancaré la piel y la carne!"

Los demonios se miraron entre sí y, al final, sin otra opció n, miraron a Bai Lige. Con
rostro serio, Bai Lige dijo tonterías: «Zhuyou, hago esto por tu bien. Estar tan ansioso
rompe las reglas. Cuanto más feliz estés, más necesitas beber. Todos estamos aquí
para beber tu vino, así que si quieres irte, adelante, deja a Yunshu atrás, y Yunshu
puede beber con nosotros».

Pei Yunshu se esforzó por subirse a los hombros de Zhuyou. Llevaba el cabello
despeinado y miró a Bai Lige con seriedad: «Puedo beber».

Estaba preparado.

Zhuyou se giró y miró a Bai Lige inesperadamente. Finalmente, cedió ante la persona
que tenía en brazos, soltando suavemente a Pei Yunshu y abrazándolo a medias.
"Beberé, tú no tienes que hacerlo".

Pei Yunshu frunció el ceñ o. "¿Có mo es posible? Zhuyou, no me subestimes".

Zhuyou guardó silencio. ¿Podría alguien que podría emborracharse con un solo sorbo
de alcohol hablar en serio?
—Beban los dos —dijo Bailige con una sonrisa y le entregó dos copas, una en la
mano de Pei Yunshu y la otra en la de Zhuyou—. No hay necesidad de ser educado,
hay mucho vino bueno.

Pei Yunshu olió la bebida de la taza y la bebió de un trago. En secreto, se pasó el


alcohol a las yemas de los dedos, con los ojos brillantes y completamente despierto.

Zhuyou, quien lo observaba atentamente, también bebió un sorbo. Al instante


siguiente, este dragó n, resistente a mil copas, cerró repentinamente los ojos y se
desplomó en el suelo.

¡Zhuyou! Pei Yunshu lo atrapó rápidamente, lo abrazó y, al observarlo más de cerca,


no lo podía creer. Preguntó con incredulidad: "¿Estás borracho?".

Al ver caer a Zhuyou, los demonios dieron un suspiro de alivio. Bai Lige se secó el
sudor de la frente y le dijo con alegría a Pei Yunshu: «Yunshu, solo podemos ayudarte
hasta cierto punto. Este vino hará que Zhuyou duerma profundamente durante varios
días. Aprovecha esta oportunidad».

Pei Yunshu no entendió lo que quería decir. "¿Aprovechar qué oportunidad?"

Bai Lige dijo solemnemente, sin dejar de decir tonterías: «Naturalmente, aprovecha
la situació n para hacer lo que quieras. Puedes encargarte de él ahora».

A Pei Yunshu le costó un poco comprender el significado, y su rostro se sonrojó de


repente. Llevándose a Zhuyou, huyó a toda prisa, y en un abrir y cerrar de ojos,
estaban de vuelta en el dormitorio.

La risa a sus espaldas se fue apagando poco a poco. Pei Yunshu cerró la puerta con
fuerza y, con cierta preocupació n, colocó una barrera antes de acostar a Zhuyou en la
cama, ayudándolo a ponerse la ropa y los zapatos.

Las palabras de Bai Lige resonaron en su mente: "¿Quién se atreve a tocar a este
dragó n lujurioso? Bai Li solo está pensando demasiado".

Mientras limpiaba la cara y las manos de Zhuyou con una toalla, Pei Yunshu
murmuró para sí mismo: «No soy tan lujurioso. Dormir la noche de bodas en la
cámara nupcial es lo más có modo».

Después de cuidar de Zhuyou y luego de sí mismo, Pei Yunshu se metió en la cama, se


envolvió en la manta y cayó en un profundo sueñ o.

Todavía era de día, con las puertas y ventanas cerradas, y la barrera sellaba
herméticamente la habitació n. El silencio aburrió un poco a Pei Yunshu. Tras
quedarse con la mirada perdida un rato, buscó algo que aliviara su aburrimiento y
finalmente centró su atenció n en el cuerpo de Zhuyou.

Acercándose lentamente, Pei Yunshu presionó el pecho de Zhuyou, jugueteando con


sus pestañ as. Zhuyou, profundamente ebrio, no mostró ninguna reacció n.

Pei Yunshu, sintiéndose furtivo, miró a su alrededor y de repente levantó su cuerpo


para besar rápidamente los labios de Zhuyou.

El ridículo rubor del rostro de Zhuyou desapareció , y sus labios, finos y pálidos,
habían sido besados apasionadamente por Pei Yunshu muchas veces. Sin embargo,
esta vez, la sensació n era diferente, pues Zhuyou lo permitió sin resistencia.

Pei Yunshu se acercó , lamiendo los labios de Zhuyou como un gato lamiendo su
comida.

El alma naciente en su mar de consciencia comentó : "¡Ay, qué bueno que esté
dormido! Si supiera lo que haces, ¡no podrías levantarte de la cama!".

Pei Yunshu se sonrojó levemente, detuvo sus acciones y después de un rato, no pudo
resistirse a bajar la cabeza nuevamente, "Quiero besarte".

—Te ha corrompido por completo —dijo el infante elemental—. Al consentirlo así, se


volverá aú n más irrazonable. El libro decía que si consentías demasiado a la señ ora,
se volvería obstinada y exigiría muchas cosas. Al consentirlo así, se volverá más
excesivo contigo.

Pei Yunshu respondió con indiferencia varias veces, luego, tembloroso, se abrió los
labios y los dientes, explorando su interior. En el momento en que sus lenguas se
rozaron, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Pei Yunshu se retiró
apresuradamente y, al bajar la mirada sin darse cuenta, descubrió que Zhuyou sí
había respondido.

Aquella cosa prominente llamaba mucho la atenció n, erguida y erguida. Pei Yunshu,
aparentemente indiferente, la rozó deliberadamente varias veces. Su atenció n se
desvió de los labios de Zhuyou.

Al final, extendió la mano con cautela y lo tocó . Sorprendentemente, la cosa se hizo


un poco más grande y se movió amenazadoramente en su direcció n.

—Dragó n lujurioso —fingió Pei Yunshu disgustado—, sigues actuando así mientras
duermes.

—Pero viéndote en un estado tan lamentable, te consentiré solo esta vez —dijo Pei
Yunshu con severidad—, pero no dejaré que te malcríen hasta el extremo.

Extendió su mano, comenzando a practicar sus técnicas en Zhuyou.

***

El carácter "囍" y las linternas rojas llenaron todo el Espejo de Agua. Dentro del
reino secreto, el Venerable Wuwang solo abrió los ojos un instante antes de volver a
cerrarlos.

A su lado, un bebé con expresió n sombría se burló , y de su voz inmadura surgieron


palabras sorprendentemente maduras: «Tu amado ya está casado. ¿Sigues intentando
encontrar mis restos en el reino secreto?».

El venerable Wuwang respondió con indiferencia: “Só lo vine para erradicarte”.

El bebé lo miró con horror: «Tu amante ya se casó con otra, y aun así vas a matarme.
Es ridículo para el cultivador más justo. Ni siquiera te atreves a mirar de nuevo,
obligado a presenciar có mo Pei Yunshu forma una pareja Dao con otra persona».

El venerable Wuwang respiraba de manera uniforme, a diferencia de una persona


viva.
El bebé, al observar su determinació n, lo tentó de repente: «Originalmente pretendía
poseer tu cuerpo, y es comprensible que quieras matarme. Pero, sinceramente,
también he puesto mis ojos en ese cuerpo de dragó n. Si me dejas ir y me ayudas en
secreto, sin duda podré poseer el cuerpo de ese dragó n. Para entonces, ¿no será tuyo
Pei Yunshu?».

“La carne de este dragó n de inundació n es robusta, pero se ha convertido en un alma


de dragó n, lo cual es un gran problema”, las tentadoras implicaciones de sus palabras
se intensificaron. “Pero si te tenemos a ti, Venerable Wuwang, entonces ambos
trabajando juntos sin duda triunfaremos. Puedo manipular los sueñ os y, por supuesto,
puedo manipular otras cosas. Para mí, hacer que Pei Yunshu se enamore de ti no es
imposible”.

Los monstruos son monstruos, y cada palabra se dirigía a los deseos más profundos
del corazó n del Venerable Wuwang. «Venerable Wuwang, ese es Pei Yunshu».

Un aura de espada se deslizó por el cuello del bebé, y la voz del Venerable Wuwang
era tan fría como el hielo: "Cállate".

Su consciencia divina ya había encontrado los restos de este monstruo en el reino


secreto. El Venerable Wuwang se levantó , dispersó el espejo de agua formado por el
monstruo y se dirigió hacia el alma dispersa sin conmoverse.

Pei Yunshu…

Si encuentras alegría en ello, entonces déjalo ser.

Lo que quizás puedo hacer es asegurarme una retirada sin preocupaciones y no


volver a aparecer nunca más delante de ti.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 100

Capítulo 100

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Al segundo día, cuando Pei Yunshu apareció frente a todos con el espíritu renovado,
los demás no pudieron evitar burlarse de él: "Yunshu, ¿qué tal el sabor anoche?"

Pei Yunshu se sentó en su asiento, tomó un par de palillos de bambú y respondió


casualmente: "Así como así".

Hua Yue, con un toque de rubor en sus mejillas, lo miró y parecía estar pensando en
algo.

Si Yunshu pudo manejar al Señ or Zhuyou, seguramente podría manejar a un zorro.

Bai Lige, tan persistente como siempre, expresó su preocupació n: «Yunshu, no puedes
ser tan blando. El señ or Zhuyou es muy duro. Si no aprovechas ahora, puede que no
tengas otra oportunidad».

Pei Yunshu, sintiéndose culpable, casi enterró su cabeza en el cuenco: "Me he


aprovechado mucho".

Bai Lige levantó una ceja con sospecha. "¿En serio?"

—En serio —dijo Pei Yunshu—, Bai Li, come. Deja de hablar.

Bai Lige se rió y no lo molestó más. Después de comer, mencionó con indiferencia:
«Yunshu, Qingfeng, Hua Yue y yo nos vamos temporalmente».

Pei Yunshu se sorprendió : "¿A dó nde vas?"


Qingfeng bajó la cabeza, en silencio y evitando su pregunta.

“Ahora que estás casado, no podemos estar a tu lado todo el tiempo. Aunque te guste,
ese estú pido dragó n está a punto de perder la paciencia”, sonrió Bai Lige. “La Secta
del Brocado de Flores posee numerosos reinos secretos. Qingfeng, en agradecimiento
por salvarle la vida, quiere ayudarme a encontrar la manera de lidiar con las
criaturas demoníacas de estos reinos”.

Pei Yunshu asintió , sintiéndose un poco melancó lico: "Ya veo".

"Pero eso no significa que puedas tomártelo con calma", Bai Lige cambió de tema. "El
señ or Zhuyou prometió encontrarte los reinos más secretos. Cuando te hayas
divertido lo suficiente, ven a buscarnos. La mitad de esos reinos ya te pertenecen".

Pei Yunshu se sintió aliviado y sonrió : "Definitivamente iré a buscarte".

Zhuyou seguía dormido hoy, pero Bai Lige y los demás no quisieron esperar su
venganza al despertar. Después de cenar, se despidieron de Pei Yunshu.

Hua Yue, con lágrimas en los ojos en los brazos de Pei Yunshu, Bai Lige abrió los
brazos y le acarició suavemente la cabeza. Su mirada era tierna, como la de un
hermano mayor: «Yunshu, cuídate».

Pei Yunshu se sintió un poco emocionado y asintió solemnemente: "Tú también".

Bai Lige sonrió : "Quería abrazarte, pero temo que Zhuyou me corte. Yunshu, ¿qué tal
si me abrazas tú ?"

Sin dudarlo, Pei Yunshu lo abrazó .

La calidez de su abrazo hizo que Pei Yunshu se sintiera seguro. Parpadeó , con los ojos
hú medos, palmeó la espalda de Bai Lige y admiró sinceramente a este gran demonio
desde lo más profundo de su corazó n: «Bai Li, muchas gracias».

Bai Lige lo había ayudado mucho de principio a fin, y quizás las palabras "con
sentimientos y rectitud" estaban escritas para él. La sinceridad que mostró a sus
amigos le hizo comprender a Pei Yunshu que aú n existían personas así en el mundo.
Poder conocer y hacerse amigo de Bai Lige fue una fortuna indescriptible.

Bai Lige susurró : «No olvides venir a buscarnos con Zhuyou. Si te intimida, dímelo.
Aunque tenga que luchar a muerte con él, haré justicia por ti».

"Está bien", resopló Pei Yunshu, y cuando soltó a Bai Lige, tenía una expresió n
sonriente, "¿Se atrevería?"

Bai Lige se rió con ganas, tiró a Hua Yue unos pasos hacia atrás y dejó que Qingfeng
tuviera una buena conversació n con Pei Yunshu.

El joven maestro Qingfeng apretó los puñ os: «Te debo la vida. Puedes ordenarme lo
que sea».

Pei Yunshu preguntó directamente: "Qingfeng, ¿ese es tu verdadero nombre?"

El joven maestro Qingfeng mantuvo la cabeza gacha: «Nací sin nombre. El maestro de
secta me llamó Ling Qingfeng».

"Entonces, cuando nos conocimos, no era realmente una mentira", dijo Pei Yunshu,
"Al menos tu nombre es real".

El joven maestro Qingfeng habló con voz ronca: «Eres un ingenuo. Después de que te
traicioné, no confíes fácilmente en los demás».

“Pero también tengo un par de ojos perspicaces”, dijo Pei Yunshu con seriedad. “Ya no
soy tan fácil de engañ ar como antes. Qingfeng, aunque siga siendo tan fácil de
engañ ar, ¿se dejaría engañ ar fácilmente a Bai Li? Ya veo có mo te trata. Qingfeng, Bai
Li no cree que seas mala persona. El mundo no es blanco o negro. Si no dices nada, lo
entenderemos, pero no está claro. Ahora que estamos a punto de separarnos, ¿no
quieres decir algo?”

"..." El joven maestro Qingfeng suspiró , miró a Pei Yunshu y dijo: "Las palabras de un
cultivador demoníaco no se pueden tomar en serio. ¿Aú n me creerás?"

Pei Yunshu asintió .


El joven maestro Qingfeng pareció darse por vencido: "No quise hacerles dañ o".

Los que oyeron sus palabras abrieron los ojos, aparentemente sorprendidos por esta
declaració n.

El joven maestro Qingfeng se sentía incó modo, con ganas de salir volando de
inmediato, pero aú n controlaba sus piernas. Luchó , con el rostro ligeramente rojo, y
rugió : «Quiero estar con ustedes. Me gustan. ¿Es suficiente?».

Pei Yunshu tartamudeó : "A ti, te gusta..."

"También me gustan los demás", dijo el joven maestro Qingfeng de inmediato,


hablando rápido. "Me gustan esos dos zorros, me gusta la hierba bajo mis pies, me
gusta mi ropa. Me gustan tantas cosas. ¿Acaso no podría gustarme tú también?"

"Claro, claro", Pei Yunshu, aturdido por una frase, se sentía cada vez más mareado.
Murmuró : "Puedes gustarme".

El joven maestro Qingfeng frunció los labios y se retractó rápidamente. Se giró para
irse, pero miró hacia atrás después de un paso. «Si te intimida, divorciate. Como
esposa, ¿aú n puede traicionarte?».

"Oh", asintió Pei Yunshu sin comprender, sintiendo que parecía un poco indiferente,
por lo que agregó rápidamente: "No dejaré que me intimide".

El joven maestro Qingfeng bajó las cejas y la mirada, tarareó y se marchó . Al darse la
vuelta, esbozó una leve sonrisa.

El estú pido dragó n del diluvio, aprovechándose del momento favorable y la ventaja
geográfica, reclamó a Pei Yunshu como suyo.

Con suerte, podría proteger bien su tesoro. Aunque ya no hubiera gente, quienes lo
buscarían no serían pocos.

***

Tras despedir a sus amigos, la mansió n quedó mucho más tranquila. Pei Yunshu no
tenía nada interesante que hacer, así que fue a jugar con Zhuyou.
Lo atormentó tanto que no fue hasta el mediodía del día siguiente que Zhuyou abrió
los ojos. Agarró a Pei Yunshu, le quitó los pantalones y le dio una buena paliza.

No fue particularmente doloroso, pero sí sumamente vergonzoso. Yunshu resistió


con todas sus fuerzas y casi lloró de humillació n.

"¿Crees que no tengo ni idea?" Zhuyou levantó la mano y la golpeó suavemente,


diciendo con calma: "Parece que la señ ora disfruta mucho jugando conmigo".

En los ú ltimos días, Yunshu creía que Zhuyou se había quedado completamente
dormido y le daba pereza aliviar el fuego que lo ardía. Zhuyou siempre lo besaba y lo
tocaba, lo que lo ponía nervioso.

—Quiero encontrar a Bai Li —dijo Pei Yunshu con los ojos rojos—. Suéltame. No
quiero quedarme aquí.

Zhuyou se rió dos veces: "¡Demasiado tarde!"

Arrojó a Yunshu sobre la cama.

Tras una noche de pasió n, Pei Yunshu sintió que Zhuyou lo levantaba mientras
dormía. Se oía el viento y la luz de la luna fluctuaba. Yunshu se esforzó por abrir los
ojos y preguntó con voz ronca: "¿Qué pasa?".

"Nada, quédate tranquilo y duerme", Zhuyou ajustó la capa sobre el cuerpo de Pei
Yunshu, su tono tenía un dejo de culpa, "Te llevaré a un nuevo lugar".

Pei Yunshu respondió con un murmullo, incapaz de resistir la somnolencia que lo


envolvía. Apretó el rostro contra el pecho de Zhuyou y se sumió en un sueñ o
profundo.

***

Cuando Pei Yunshu se despertó , se encontró todavía siendo llevado por Zhuyou en el
aire.

Guardó silencio un momento, frotándose la frente con la mano. Una sensació n de


inquietud lo invadió , y al inclinarse sobre el hombro de Zhuyou para mirar atrás, se
quedó momentáneamente sin aliento.

—¡Zhuyou...!

Zhuyou lo abrazó más fuerte, tratando de complacerlo frotando su mejilla contra la


cara de Pei Yunshu, "Yunshu, corre primero, habla después".

Detrás de Zhuyou, una multitud de plataformas de loto los perseguía. Monjes con la
cabeza rapada estaban sentados en las plataformas, algunos con aspecto ansioso,
otros furioso.

¡Alto, criatura malvada! ¿Te atreves a robar el tesoro de nuestro Templo del Gran
Tesoro sin enfrentarnos directamente?

Amitabha, nuestro Buda es compasivo. Mientras los benefactores que están al frente
devuelvan el tesoro robado de nuestro templo, sin duda lo pasaremos por alto.

“Robando cosas y viniendo hacia nosotros, ¿no tienes miedo de enfadar a los
discípulos budistas de todo el mundo?”

Con las venas hinchadas en la frente de Pei Yunshu, apartó el rostro de Zhuyou e
invocó la Espada Qingyue. Zhuyou se paró hábilmente sobre la espada con Pei
Yunshu en sus brazos, diciendo: «Yunshu, corre rápido. Estos monjes son insaciables.
Intercambié la fina aguja que obtuve de mis escamas de dragó n, así que ¿por qué
debería devolverla?».

Su tono estaba lleno de ira, resentido porque las cosas que obtuvo con su propia
habilidad todavía estaban siendo desafiadas.

Las sienes de Pei Yunshu latían con fuerza. Deseaba poder hacer lo que Zhuyou había
hecho antes: bajarle los pantalones y darle una buena paliza. Sin embargo, con la
cintura dolorida y el cuerpo fatigado, ¿có mo podría escapar de la persecució n de
cientos de miles de cultivadores budistas? Además, Pei Yunshu no quería escapar.

La Espada Qingyue ascendió rápidamente al cielo y luego, de repente, giró hacia


abajo. Al verlos acercarse, los budistas se mantuvieron alerta, deteniendo sus
plataformas de loto y creando barreras protectoras.
Detenido cerca del grupo de cultivadores budistas, Pei Yunshu alzó la voz: "¿Acaso
cuentan las palabras de los mayores? Si devolvemos el tesoro de su templo, ¿de
verdad lo resolveremos todo?"

El monje líder tenía un porte afable y rasgos transparentes. Recitó un mantra budista
y dijo: «Los monjes no dicen falsedades; las palabras vinculan por naturaleza.
Mientras los dos benefactores devuelvan los tesoros de nuestro templo, no
seguiremos con el asunto».

Pei Yunshu dijo: «Confío en el maestro. En ese caso, por favor, acéptelo, maestro».

Una fina aguja que irradiaba la luz de Buda voló de la punta de su dedo. Los monjes
contuvieron la respiració n, con la mirada fija en la aguja. Una vez que el monje líder
la recibió y la examinó , asintiendo en señ al de aprobació n, dieron un suspiro de
alivio, solo para darse cuenta de que los dos habían desaparecido.

El sonido del aire rompiéndose se alejó rápidamente. Zhuyou, disgustado, dijo: «Mis
escamas de dragó n».

Pei Yunshu, incapaz de soportarlo, pellizcó la cintura de Zhuyou por detrás. "Zhuyou,
intercambiaste escamas de dragó n por una aguja de Buda, pero obviamente no
quisieron intercambiar contigo".

Zhuyou frunció el ceñ o. "Se atreven a mirar hacia abajo a mis escamas".

"Estás recurriendo a la fuerza", dijo Pei Yunshu, "No lo conviertas en un hábito".

El rostro de Zhuyou se oscureció , pero aú n así siguió a Pei Yunshu obedientemente,


asintiendo de mala gana.

Sin que nadie los persiguiera, Zhuyou le señ aló el camino a Pei Yunshu, quien
preguntó : "¿A dó nde vamos?"

“Antes de casarnos, ellos y yo marcamos una veta espiritual, construimos allí un


patio y vivimos allí sin decírselo a nadie”.
La ira que aú n le quedaba a Pei Yunshu se disipó , y no pudo evitar reír. Girándose,
sujetó las mejillas de Zhuyou con ambas manos y lo persuadió suavemente: «Zhuyou,
¿de verdad eres tan increíble?».

La tez de Zhuyou mejoró significativamente y asintió con reserva.

Aprovechando la oportunidad, Pei Yunshu le dio una breve charla, advirtiéndole que
tomar cosas sin permiso se considera robo. Incluso al intercambiar objetos, debe
hacerse con el consentimiento del propietario.

Zhuyou no asintió ni negó con la cabeza, luciendo algo disgustado.

Pei Yunshu recurrió al movimiento definitivo, acunando el rostro de Zhuyou y


persuadiéndolo tiernamente: "Esposo, sé obediente".

La palabra "marido" tuvo un efecto hipnó tico en Zhuyou. Parecía aturdido, como si le
hubieran dado una poció n de amor, asintiendo repetidamente y aceptando cualquier
cosa.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 101

Capítulo 101

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El territorio marcado por Zhuyou dejó a Pei Yunshu aturdido por un buen medio
momento después de su llegada, solo entonces comprendió el verdadero significado
de "Shangri-La".

Los rodeaban montañ as verdes y aguas cristalinas, y al alzar la vista, podían ver
montañ as nevadas con nubes blancas. Los pájaros cantaban, las mariposas danzaban,
y todo lo que miraban era pintoresco y encantador.

Zhuyou observó la expresió n de Pei Yunshu y levantó los labios juguetonamente: "¿Te
gusta?"

Sorprendido por sus palabras, Pei Yunshu asintió rápidamente: "Me gusta".

Zhuyou, rara vez humilde, dijo: "No hay necesidad de forzarte si no te gusta".

—¡Sin forzar nada, me encanta! —Emocionado, Pei Yunshu saltó sobre la espalda de
Zhuyou, con los ojos brillantes—. ¡Rápido, llévame a ver esa casa!

Zhuyou se aferró a sus piernas y, con expresió n de satisfacció n, llevó a Pei Yunshu
adentro.

El sinuoso camino a través de los serpenteantes intestinos de las ovejas, las flores
meciéndose con el viento a lo largo del camino y las capas de árboles que emitían
fragancias embriagantes creaban una escena pintoresca.
—Ah —el brazo de Pei Yunshu se tensó , sorprendido, al contemplar un bosque lejano
con un denso grupo de flores blancas—. ¿Es ese el Á rbol de Nieve de Abril?

La pequeñ a alma naciente en su mar de consciencia también exclamó suavemente.


Las hojas de su cuerpo temblaron, y el Á rbol de Nieve de Abril que lo cubría extendió
sus ramas con curiosidad. «Es un Á rbol de Nieve de Abril comú n y corriente, sin
consciencia espiritual».

Pei Yunshu, naturalmente, sabía que estos árboles eran bastante comunes, pero sintió
una sensació n de familiaridad e incluso quiso subir y frotarse contra ellos, rodando
entre los pétalos blancos como la nieve para tomar una buena siesta.

Sin querer, Zhuyou dejó salir sus pensamientos internos y lo empujó juguetonamente
sobre su espalda, diciendo significativamente: "No hay nadie aquí; podemos dormir
bajo los árboles tantas veces como queramos".

Imaginándome disfrutando con Pei Yunshu entre los pétalos de las flores, parecía
excepcionalmente hermoso.

Pei Yunshu todavía no entendía sus intenciones, abrazó emocionado a Zhuyou y dijo:
"Entonces está decidido".

Entre las flores, los árboles y el arroyo, había una casa pequeñ a y delicada. Con
enredaderas adheridas al exterior, Pei Yunshu se animó y saltó del lomo de Zhuyou,
corriendo hacia la casa.

La compostura anterior parecía haberse desvanecido. Al ver a Pei Yunshu así, Zhuyou
volvió a sentirse como alguien con la edad suficiente para ser su antepasado.

Siguió a Pei Yunshu sin cambiar de expresió n. Justo cuando llegaron a la entrada, Pei
Yunshu salió corriendo, emocionado y con el rostro enrojecido, y aterrizó
directamente en los brazos de Zhuyou.

"¡Qué hermoso!" Pei Yunshu bajó la cabeza de Zhuyou, le dio un beso y exclamó
felizmente: "Zhuyou, estoy muy feliz".
Zhuyou, satisfecho, sintió que volaba de alegría. Su rostro no se alteró al aceptar el
afecto de Pei Yunshu, simplemente mirándolo con sus profundos e insondables ojos
negros.

Sintiéndose extremadamente tierno, Pei Yunshu sostuvo nuevamente la cabeza de


Zhuyou y lo besó muchas veces.

En su idílico paraíso, tal como lo había imaginado Zhuyou, Pei Yunshu se entregó a él
entre los pétalos de las flores más de una vez. Con la atmó sfera sanadora del hermoso
paisaje y la persona amada a su lado, Pei Yunshu comenzó a sentirse cada vez más
tonto, consentido como un niñ o, y le encantaba esa sensació n.

La sonrisa en su rostro perduró un buen rato, y el contenido de la bolsa de


almacenamiento fue sacado poco a poco. La pequeñ a casa se estaba llenando, pero
solo había una cama.

A Zhuyou le gustó mucho el vino y las velas que consiguieron en el Reino del Dios
Dragó n. Tras pasar varios meses allí con Pei Yunshu, ambos volvieron en secreto al
Reino del Dios Dragó n, esta vez trayendo todo el vino que Bai Lige no había tomado.

Al salir del Reino del Dios Dragó n, se encontraron con el Dragó n Blanco. Este miró a
su alrededor con decepció n, sin ver al pequeñ o dragó n. Tuvo que preguntar con cara
seria: "¿Dó nde está el pequeñ o dragó n?".

Pei Yunshu guardó silencio. Zhuyou no le dio mucha importancia y estaba a punto de
hablar directamente. Sin embargo, Pei Yunshu se tapó la boca rápidamente,
sonriendo torpemente al Dragó n Blanco: «El pequeñ o dragó n está durmiendo en
casa».

La decepció n del Dragó n Blanco hizo que sus bigotes de dragó n se cayeran. Se hizo a
un lado para dejarlos regresar rápidamente, diciendo: «El brazalete que le di al
pequeñ o dragó n contiene el Reino del Dios Dragó n y el Templo del Dios Dragó n. Si
quieren venir, solo tienen que entrar en el brazalete. No hay necesidad de malgastar
su esfuerzo en entrar en el territorio del Dios Dragó n».
Pei Yunshu empezó a sentirse culpable, pero por fuera, intentó mantener la calma y
asintió . «Lo entendemos».

Después de dejar el Reino del Dios Dragó n, Pei Yunshu respiró hondo y Zhuyou le
tomó la mano, completamente despreocupado por lo que acababa de suceder.

—Zhuyou, ¿qué hay de esa pulsera? —preguntó Pei Yunshu.

La mano de Zhuyou se movió y un brazalete de plata apareció en su mano. Parecía


comú n, pero el poder que ocultaba era aú n más formidable.

—Necesitamos encontrar un huevo de dragó n rápidamente —repitió Pei Yunshu—.


¿Podría haber huevos de dragó n en el Templo del Dios Dragó n?

No pudo conseguir uno, y Zhuyou tampoco. Engañ ar al viejo Dragó n Blanco de esta
manera le hacía sentir culpable y vergonzoso.

Pero encontrar un huevo de dragó n de la nada era aú n más difícil que dar a luz.
Incluso si encontraran un huevo de dragó n sin eclosionar, ¿có mo podría el Dragó n
Blanco depositar todas sus esperanzas en Zhuyou?

Pei Yunshu caminaba en círculos, e incluso después de regresar a casa, continuó


haciéndolo. Finalmente, una chispa de inspiració n lo invadió : «Zhuyou, ¿qué era ese
huevo negro que me diste de comer?».

Zhuyou pareció desconcertado por un momento, luego, con incertidumbre, sacó


varios huevos negros. "¿Es esto?"

Los huevos negros estaban apilados a sus pies, colocados con crueldad sobre el frío
suelo. Pei Yunshu bajó la cabeza y tocó uno, asintiendo repetidamente: «Sí, es ese. ¿Es
un huevo de dragó n?».

Zhuyou miró los huevos, y los temblorosos huevos negros parecían querer rodar.
Antes de que pudieran empezar a rodar, Zhuyou tomó uno y le dio un mordisco,
saboreando su delicioso sabor.
La fragancia emanaba de la cáscara del huevo y Pei Yunshu no pudo evitar tragarla,
sintiéndose un poco tentado.

Los huevos negros restantes no se atrevieron a moverse. Si pudieran llorar, ya


habrían llorado un río.

—Este es el fruto de la flor de mostaza —Zhuyou le entregó uno voluntariamente,


animándolo a comer—. Las flores de mostaza dan fruto cada quinientos añ os. Las vi
cerca y recogí todos los frutos ese día.

—Así que estas son frutas. —La culpa disminuyó de repente. Pei Yunshu acunó el
huevo negro, oliendo su aroma. La Espada Qingyue, tras haberlo probado una vez,
ansiaba volver a intentarlo. Su punta apuntó gradualmente a la cáscara.

Incapaz de resistir la tentació n, Pei Yunshu permitió que la Espada Qingyue perforara
un agujero y él, junto con Zhuyou, devoraron sin piedad los temblorosos huevos
negros.

La cálida sensació n les recorrió la garganta y la embriagadora sensació n los invadió


de nuevo. Pei Yunshu y Zhuyou se entregaron a la comida durante cinco o seis días
seguidos. Cuando solo quedó un huevo negro, Pei Yunshu por fin logró controlar su
glotonería.

El ú ltimo huevo negro se convirtió en una piedra, y Pei Yunshu lo guardó


cuidadosamente en la bolsa. Chasqueando los labios, dijo: «Necesitamos encontrar
más flores de mostaza».

Zhuyou asintió solemnemente.

Tras este incidente, aú n necesitaban encontrar huevos de dragó n. Pei Yunshu no


quería que la raza de los dragones se extinguiera. En el futuro, ya sea una serpiente o
un pez saltando por la Puerta del Dragó n, ¿quién sabe si podrían recibir una herencia
tras transformarse en dragó n?

Segú n Pei Yunshu, entre quienes podían transformarse en dragó n en unos pocos
siglos, solo Zhuyou estaba cerca. Si la raza de los dragones se extinguiera, ¿quién sabe
cuánto tardaría la siguiente transformació n?
El Dragó n Blanco le dio todo a Zhuyou, transmitiéndole la herencia y refinando el
alma del dragó n. Aunque un poco terco, la causa y el efecto debían ser
recompensados.

Después de pensarlo, Pei Yunshu y Zhuyou entraron al Templo del Dios Dragó n.

En el Templo del Dios Dragó n, innumerables estatuas de dragones llenaban el lugar.


Cada una era majestuosa, como dragones vivientes. En cuanto entraron, la presió n le
dificultó la respiració n a Pei Yunshu. Zhuyou lo protegió a sus espaldas, y solo
después de distribuir su energía espiritual, Pei Yunshu sintió alivio.

En un abrir y cerrar de ojos, estaba empapado en sudor. Pei Yunshu se secó el sudor
de la frente y no pudo evitar admirarse: «En efecto, es el Templo del Dios Dragó n».

El lugar era vasto, sin luz natural, un espacio oscuro y vasto que parecía no tener fin.
Solo colosales estatuas de dragones se erguían como dragones alzándose.

Además de las estatuas de dragones, también había muchos huevos muertos apilados.

Había innumerables huevos de dragó n muertos, cada uno tan inerte como una piedra.
Sin examinarlos uno por uno, un destello de consciencia espiritual reveló que
ninguno de estos huevos de dragó n estaba vivo.

Aunque no era muy probable, aú n había cierta decepció n. Pei Yunshu suspiró , tomó
un huevo y dijo: «Qué lástima. ¿Por qué murieron tantos huevos?».

“Cuanto más fuerte es la raza, más difícil es tener descendencia”, dijo Zhuyou con
indiferencia, “La extinció n de la raza del dragó n no es accidental”.

Entre las bestias divinas, el Fénix y el Qilin habían desaparecido hacía tiempo,
dejando solo a los descendientes de la raza demoníaca con un rastro de su linaje.
Comparados con ellos, la raza del dragó n ya era afortunada.

La raza de dragones, nacida naturalmente y que no requería otros medios para


transformarse en dragones, se enfrentaba a la extinció n. Aunque el Dragó n Blanco
estaba impaciente, Zhuyou no tenía otra opció n.
Zhuyou no era un dragó n de pura sangre. Era simplemente una serpiente negra
transformada en dragó n.

Pei Yunshu se levantó , suspiró y dijo: "Dado que ese es el caso, no hay nada que
podamos hacer".

Los dos permanecieron en silencio frente a los imponentes huevos muertos. Los
complejos sentimientos de compasió n e impotencia al presenciar la extinció n de una
raza poderosa los invadieron, lo que les dificultó aceptarlo.

Después de un rato, Zhuyou tomó la mano de Pei Yunshu, y cuando estaban a punto
de abandonar el Templo del Dios Dragó n, un sonido muy sutil de repente resonó en el
espacio silencioso.

Pei Yunshu y Zhuyou se detuvieron juntos.

Todo se detuvo, el silencio invadió todo el Templo del Dios Dragó n. Tan silencioso,
que ni siquiera una respiració n podía levantar una mota de polvo.

"Hacer clic."

El débil sonido se escuchó de nuevo.

Pei Yunshu y Zhuyou actuaron con rapidez. Ambos se dieron la vuelta y volaron de
regreso, envueltos en energía espiritual, y en un instante, se sumergieron en la
aparentemente infranqueable pared de huevos muertos.

En un abrir y cerrar de ojos, el débil sonido se acercó . En un instante, Pei Yunshu y


Zhuyou vieron claramente qué lo producía.

Un huevo de dragó n tambaleándose, en el espacio separado por capas de huevos


muertos, chocó con otros huevos, produciendo el sonido.

Pei Yunshu casi contuvo la respiració n.

Extendió la mano tímidamente hacia el huevo, y el huevo de dragó n, pareciendo


sentir algo, de repente dejó de moverse, como si estuviera asustado.
Pei Yunshu también dejó de moverse; solo las yemas de sus dedos, de un blanco
prístino, apuntaban hacia él. Después de un rato, el huevo de dragó n se movió
tímidamente hacia la punta de su dedo y luego volvió a moverse.

Finalmente, rodó hasta las manos de Pei Yunshu, acurrucándose en la cálida palma.

—Zhuyou —dijo Pei Yunshu en voz baja, temeroso de asustar al huevo que tenía en la
mano—, es un huevo de dragó n.

Zhuyou extendió la mano hacia el huevo de dragó n, y este, asustado, se acurrucó en


los brazos de Pei Yunshu. Pei Yunshu lo abrazó con rapidez, y el huevo parecía
ansioso por enterrarse por completo en sus brazos.

Pei Yunshu examinó el huevo de dragó n con su consciencia espiritual.


Sorprendentemente, tras su paso, la tenue vitalidad del huevo se volvió aú n más
vigorosa.

Miró a Zhuyou con asombro.

Gracias a su prolongado entendimiento tácito, Zhuyou hizo lo mismo. Escaneó el


huevo de dragó n con su consciencia espiritual, y el huevo pareció consumir su
consciencia espiritual. Era como si su poder fuera un manantial sagrado capaz de
reavivar su vitalidad.

Este huevo de dragó n parecía… como si hubiera cobrado vida específicamente para
ellos.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 102

Capítulo 102

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El huevo de dragó n era solo del tamañ o de una palma, y la temperatura en la palma
de Pei Yunshu no era demasiado alta, pero en comparació n con él, la temperatura del
huevo de dragó n era relativamente baja, con un aura débil, como si pudiera
marchitarse en cualquier momento.

Esto puso nervioso y angustiado a Pei Yunshu. Tras traer el huevo de dragó n a casa,
no se separó de él ni un instante. Con ropa de cama nueva y pelo de animal, creó un
nido cálido y confortable para el huevo. Todos los días, él y Zhuyou usaban su propio
poder espiritual para alimentarlo.

El poder espiritual de Pei Yunshu contenía el poder curativo del Á rbol de Nieve de
Abril, mientras que el de Zhuyou contenía la energía dominante del dragó n.
Comparado con Zhuyou, el pequeñ o huevo de dragó n tenía una relació n más íntima
con Pei Yunshu.

Cuando Pei Yunshu lo alimentaba con poder espiritual, el pequeñ o huevo de dragó n
se mostraba especialmente vivaz, sacudiendo su cáscara y rodando sobre la suave
cama. De vez en cuando, cuando Pei Yunshu extendía la mano para estabilizarlo, se
frotaba contra sus dedos con cariñ o.

Siendo excesivamente apegado y frágil, Pei Yunshu lo mimaba, y el pequeñ o huevo de


dragó n se aferró a él. Así, cada vez que Zhuyou, sin expresió n alguna, venía a
alimentarlo con poder espiritual, este deseaba ser una piedra.
É l fingiría estar inmó vil, y si Zhuyou lo tocara, se acostaría obedientemente en la
cama sin ninguna resistencia.

Cada vez que Pei Yunshu veía esto, no podía evitar estallar en carcajadas.

El pequeñ o huevo de dragó n era inherentemente débil, tras haber permanecido en el


Templo del Dragó n durante un tiempo indeterminado. Quizás, si Pei Yunshu y Zhuyou
no hubieran infundido en él su consciencia espiritual ese día, y si esta no hubiera
contenido el poder del Á rbol de Nieve de Abril y la transformació n en dragó n, el
pequeñ o huevo de dragó n podría haber dormido para siempre sin dar señ ales de vida.

Para nutrir adecuadamente el pequeñ o huevo de dragó n, Zhuyou y Pei Yunshu


ocasionalmente fueron a explorar los reinos secretos y obtuvieron muchas cosas
buenas de Bai Lige y otros.

Sin embargo, Zhuyou se puso celoso de la excesiva preocupació n de Pei Yunshu por el
pequeñ o huevo de dragó n.

Una noche, Pei Yunshu despertó de un sueñ o con la intenció n de beber agua para
calmar su sed. Para su sorpresa, se encontró solo en la cama.

¿Dó nde estaba Zhuyou?

Pei Yunshu, envuelto en su ropa, salió en silencio. De un vistazo, vio algunos


movimientos leves en la habitació n donde estaba el pequeñ o huevo de dragó n.

Se acercó con cautela y, con la oreja pegada a la ventana, al momento siguiente


escuchó la voz de Zhuyou.

—Es mi esposa; recuérdalo —dijo Zhuyou en voz baja, y su mirada penetrante se


posó en el huevo de dragó n que fingía estar muerto—. Te quiere tanto solo por mí.
Será mejor que no te vuelvas arrogante por su favor.

Pei Yunshu: “…”

Frente al viento frío, Pei Yunshu observó a Zhuyou sermonear al pequeñ o huevo de
dragó n durante media hora. No era de extrañ ar que el pequeñ o huevo de dragó n
pareciera tan cansado ú ltimamente, apenas se movía durante el día y solo mostraba
algo de vitalidad cuando Pei Yunshu se acercaba.

Resultó que no podía dormir bien por la noche debido a los sermones de Zhuyou.

Antes de que Zhuyou saliera, Pei Yunshu regresó primero a la habitació n. Cuando
Zhuyou lo abrazó por detrás y se durmió , Pei Yunshu dudó un momento. Al final,
decidió dejarlo estar. Así, podría ayudar al pequeñ o huevo de dragó n a forjar una
relació n con Zhuyou.

Después de tomar esta decisió n, Pei Yunshu fingió no saber nada y todas las noches,
se despertaba en secreto y escuchaba a Zhuyou regañ ar al pequeñ o huevo de dragó n.

Las palabras siempre eran sombrías, como «Hoy le frotaste un poco más el dedo a
Yunshu» o «Te acurrucaste en los brazos de Yunshu, actuando como un consentido y
un tonto, deshonrando la dignidad de la raza dragó n. No permitas que vuelva a
suceder». Estas palabras eran advertencias, y poco a poco se volvieron explícitas.

El pequeñ o huevo de dragó n, cansado de fingir ser una piedra, no soportó más. Bajo
la poderosa presió n de Zhuyou, se abalanzó con decisió n hacia él.

Antes de que Zhuyou pudiera esquivarlo, el pequeñ o huevo de dragó n cambió de


direcció n a mitad de camino, corriendo de manera imponente desde la cama, y en un
abrir y cerrar de ojos, se cayó de la cama.

Por suerte, Zhuyou lo atrapó , pero el pequeñ o huevo de dragó n, joven y lleno de
energía, no se desanimó por la caída. Retorciendo su cáscara, quiso escaparse de las
manos de Zhuyou.

El rostro de Zhuyou permaneció inalterado, pero una inexplicable mirada de


culpabilidad se dibujó en sus ojos. Inconscientemente miró a su alrededor, recordó
que Pei Yunshu aú n dormía, y solo entonces una expresió n de alivio se dibujó en su
rostro severo.

Pero al tratar con el pequeñ o huevo de dragó n, seguía siendo brusco. Lo arrojó sobre
la cama con una mano, amenazándolo con dureza: "¡No te muevas!".
Se instaló una barrera al lado de la cama, evitando que el pequeñ o huevo de dragó n
se cayera.

Inquieto, el pequeñ o huevo de dragó n saltaba sobre la cama, usando todas sus
fuerzas, pero no podía rodar debido a la barrera. Cuando agotó sus fuerzas y se
desplomó , Zhuyou abandonó la habitació n del pequeñ o huevo de dragó n satisfecho.

Pei Yunshu continuó observando durante varios días, sintiéndose cada vez más
complejo. A veces, incluso durante el día, miraba a Zhuyou con esos ojos, llenos de
complejidad.

Originalmente pensó que solo se volvió más torpe, pero inesperadamente, Zhuyou
también desarrolló un temperamento infantil, fingiendo frente a él y actuando aú n
peor en privado.

Zhuyou se sintió incó modo bajo su mirada. "Yunshu, ¿qué pasa?"

¿Podría ser que Yunshu se enteró de que él intimidaba a ese feo huevo de dragó n?

Pei Yunshu negó con la cabeza, suspiró de repente, se levantó , cruzó la mesa y se
agachó para acariciarle la cabeza a Zhuyou. "Nada."

Zhuyou bajó su mano, la colocó cerca de sus labios y le dio un beso suave, diciendo
con indiferencia: "¿Estás pensando en Hua Yue y los demás?"

Pei Yunshu se quedó ató nito y tosió torpemente varias veces. "No pasa nada".

Estos días, había estado tan ocupado que no había pensado en Bai Li y los demás.

Pensándolo ahora, se sentía extremadamente culpable. Sus amigos habían pasado por
tantos problemas en el reino secreto, y él no se había preocupado en absoluto por
ellos.

"No saben dó nde están ahora", se lamentó Pei Yunshu, "el método secreto para
transformar fantasmas en demonios. Espero que Bai Li y los demás encuentren un
buen método de cultivo".
“Lo harán”, Zhuyou caminó a su lado, extendió el brazo y lo abrazó , plantándole un
beso frío pero cariñ oso en la oreja, reconfortándolo, “Si ellos no pueden encontrarlo,
nosotros podemos”.

Su tono estaba lleno de confianza y arrogancia, ignorándolo todo, y Pei Yunshu no


pudo evitar reírse entre dientes. Volviendo la cara, dijo: «Tienes razó n, pero ahora lo
más importante es encontrar más líquido espiritual para el pequeñ o huevo de
dragó n».

El líquido espiritual era un fluido espeso y transparente, como gachas, extraído de


diversas plantas espirituales de alta calidad. Tenía un color verde esmeralda claro y
profundo, similar a la claridad de un lago. Pei Yunshu había mezclado todas las
plantas espirituales obtenidas anteriormente para formar un líquido espiritual,
formando un recipiente con forma de estanque. Cuando colocó el pequeñ o huevo de
dragó n en él, en menos de cinco días, el pequeñ o huevo absorbió por completo todo
el líquido espiritual.

Querer criar un dragó n es realmente agotador tanto en términos econó micos como
de esfuerzo.

Pero el efecto es bastante evidente. Tras absorber tanto líquido espiritual, el pequeñ o
huevo de dragó n ha crecido notablemente. Antes, un huevo de dragó n que se podía
sostener con una mano ahora requiere ambas. Por lo tanto, parece que la eclosió n
está al alcance de la mano.

Ese día, Pei Yunshu acompañ aba al pequeñ o huevo de dragó n en el líquido espiritual.
Con una toalla suave empapada en el líquido, limpió repetidamente toda la cáscara
del huevo. El huevo, obedientemente, se dejó limpiar. Tras limpiar la parte delantera,
incluso se esforzaba por darse la vuelta en el agua, lo que le permitió a Pei Yunshu
limpiarle la espalda.

"Bien", cada vez en ese momento, Pei Yunshu elogiaba con una sonrisa, "Nuestro
pequeñ o dragó n parece tan considerado incluso antes de nacer".

El pequeñ o huevo de dragó n ya había comprendido algunas palabras sencillas,


sabiendo lo que significaban elogios y admoniciones. Naturalmente, aprendió el lado
hermoso de Pei Yunshu, mientras que las palabras no tan agradables provenían de
Zhuyou, lo que hizo que el pequeñ o huevo de dragó n quisiera darle la espalda.

En cuanto sonó la voz de Zhuyou, el pequeñ o huevo de dragó n quiso chocar con él.
Por eso, el tiempo que pasaron juntos durante el día con Pei Yunshu lo hizo cada vez
más apegado.

Tras remojar el huevo de dragó n en líquido espiritual, Zhuyou también regresó . Le


entregó la bolsa llena de plantas espirituales a Pei Yunshu y sacó de su manga un
pollo asado envuelto en hojas de loto, junto con un poco de cecina que aú n
conservaba su calor.

Al sacar estas cosas, el fragante aroma a carne inundó la habitació n. Pei Yunshu
olfateó una y otra vez a Zhuyou y, de repente, sonrió : «Huelo un aroma dulce».

Zhuyou lo besó y silenciosamente sacó un pastel envuelto en papel de aceite de su


manga.

El rostro de Pei Yunshu estaba lleno de sonrisas. Tomó el pastel de la mano de


Zhuyou y lo colocó sobre la mesa. También sacó el huevo de dragó n, que estaba a
punto de caer al agua tras sumergirse en el líquido espiritual, y abrió el papel de
aceite para echar un vistazo. Bajó la cabeza y lo olió con sorpresa: «Estos son
pasteles dulces con aroma floral».

Zhuyou asintió y sacó un trozo de pastel de jade blanco, suave y pegajoso, y lo colocó
cerca de los labios de Pei Yunshu. "Se están vendiendo bien".

Pei Yunshu abrió la boca y le dio un mordisco, saboreándolo lentamente. "Sigo


pensando que los que compramos la ú ltima vez estaban mejor".

Zhuyou recordó , comió el pastel restante de la mano de Pei Yunshu y le entregó otro
a los labios.

Mientras se alimentaban mutuamente, el dulce aroma de los pasteles se mezclaba


con el tentador olor a carne. El pequeñ o huevo de dragó n, que esperaba a un lado, no
pudo contenerse. Rodó hacia los pasteles y quiso comer, pero su cuerpo redondo los
apartaba cada vez más.
Pei Yunshu estalló en carcajadas y Zhuyou, con una sonrisa en sus ojos, sostuvo el
pastel frente a él y lo giró antes de colocarlo en la boca de Pei Yunshu.

La repentina alegría contagió a Pei Yunshu. Tragó lentamente el pastel, fingiendo


insatisfacció n, y dijo: «Está delicioso, mucho mejor que el sabor del líquido
espiritual».

El pequeñ o huevo de dragó n, empapado en líquido espiritual, observaba y derramaba


lentamente agua sobre la mesa. Zhuyou, con mirada penetrante, lo notó y se burló :
"¿Es baba o se orinó en la mesa?".

El pequeñ o huevo de dragó n, provocado, desconocía el significado de esas palabras,


pero percibió la provocació n en las de Zhuyou. De repente, giró su cuerpo,
presentándole su trasero.

Pei Yunshu reprendió seriamente a Zhuyou: "¿Có mo puede el grande intimidar al


pequeñ o?"

Aunque dijo esto, desgarró la hoja de loto del pollo asado. El rico aroma se
intensificó al instante. Pei Yunshu cortó dos trozos de carne y los puso en la boca de
Zhuyou y en la suya, diciendo deliberadamente: «Esto sabe mejor que los pasteles».

El huevo de dragó n, de espaldas a ellos, era puro y no lo entendía todo. No podía


distinguir que Zhuyou acababa de provocarlo. Saltó de vuelta hacia Pei Yunshu,
frotándose contra sus dedos, deseando que también lo alimentara con un trozo de
carne.

Mientras masticaba la carne, Zhuyou observó el huevo de dragó n, que Pei Yunshu
acosaba sin saberlo. Mostró una sonrisa complacida.

De hecho, en el corazó n de Yunshu, él era el más importante.

Por el bien del rostro de Yunshu, y más importante aú n, por el rostro de este huevo
de dragó n que parecía tan tonto y no podía competir por el favor, de mala gana
permitió que se quedara allí.

Cuando salga del cascaró n lo tirará a la basura.


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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 103

Capítulo 103

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A medida que la primavera se convierte en invierno y las montañ as se cubren de


plata, el huevo de dragó n ha crecido hasta el tamañ o de una sandía grande.

Ha sido bien cuidado y su cáscara se ha vuelto más gruesa. Lleno de vitalidad,


buscaba incansablemente cosas nuevas e interesantes a diario, balanceándose de un
lado a otro.

Mientras tanto, Pei Yunshu y Zhuyou recibieron una señ al de socorro de Bai Lige y
Hua Yue.

Zhuyou construyó un paraíso para Pei Yunshu, llamado "Valle de Chunxiao". Aunque
Baili solo sabe que se encuentran en este lugar, desconoce su paradero exacto. Para
asegurar que puedan buscar ayuda en caso de peligro, Pei Yunshu ya les había
informado de la ubicació n.

Entonces, cuando la agotada señ al de socorro atravesó la barrera, incluso antes de


conocer su contenido, Pei Yunshu ya se estaba preparando para abandonar el valle
con Zhuyou.

El contenido de la señ al de socorro se redactó apresuradamente, indicando una


situació n muy crítica. El mensaje simplemente decía: «Ciudad Nanlin, barco Huage,
vengan pronto».

La ciudad de Nanlin es una ciudad importante en el reino mortal, y ciertamente hay


cultivadores que persisten en él. Pei Yunshu y Zhuyou no tardaron y decidieron
abandonar el valle ese mismo día, llevándose consigo el pequeñ o huevo de dragó n.

Por primera vez, trajeron el pequeñ o huevo de dragó n y lo colocaron sobre una
espada. Sostenido en los brazos de Pei Yunshu, mientras pasaban nubes blancas y
despejadas, a gran altura, las casas de abajo se hicieron cada vez más pequeñ as, hasta
que finalmente parecieron hormigas.

El pequeñ o huevo de dragó n se estiró del abrazo de Pei Yunshu, disfrutando de la


brisa. Casi se cae, lo que provocó que Pei Yunshu lo tocara suavemente y dijera: «No
te portes mal».

El pequeñ o huevo de dragó n se enterró juguetonamente en los brazos de Pei Yunshu,


y Pei Yunshu acarició suavemente la cáscara del huevo, diciéndole al disgustado
Zhuyou: "Ha crecido mucho ahora; probablemente esté a punto de eclosionar,
¿verdad?"

Zhuyou le quitó el huevo de dragó n, y el pequeñ o, reacio, hizo todo lo posible por
evitar la gran mano de Zhuyou, que se apartaba del abrazo de Pei Yunshu. El balanceo
incluso hizo que Pei Yunshu se tambaleara por un instante.

La expresió n de Zhuyou se volvió aú n más desagradable. Tomó el huevo de dragó n


con fuerza, sujetándolo firmemente. Con una actitud brusca y fría hacia él, dijo: «Lo
has agotado».

El pequeñ o huevo de dragó n dejó de balancearse y se alejó obedientemente de Pei


Yunshu.

Permitiéndole actuar, Pei Yunshu sonrió y dijo: "Solo esta pequeñ a cosa, ¿có mo
puede cansarme fácilmente?"

Zhuyou solo puede decir con sinceridad y un rostro inexpresivo: "Lo has estado
sosteniendo durante una hora hoy".

—De acuerdo —Pei Yunshu abrazó el cuello de Zhuyou, apoyando todo su cuerpo
sobre su espalda—. Siempre puedes oler mi aroma al sostener el pequeñ o huevo de
dragó n. Hoy quiero experimentarlo también. Tú lo sostienes, y quiero que me cargues
también.
Uno delante, otro detrás, debería ser cansador, pero la boca de Zhuyou mostró una
sonrisa.

Le dio unas palmaditas a Pei Yunshu y lo cargó firmemente como si lo estuviera


sosteniendo.

***

Un día después, frente a las puertas de la ciudad de Nanlin.

Pei Yunshu y Zhuyou estaban vestidos modestamente, mezclándose silenciosamente


con la gente comú n.

El cielo se oscurecía, con ráfagas de viento frío, y los pájaros volaban cerca del suelo.
Los agricultores ya estaban preocupados, diciendo: «Miren este tiempo; está a punto
de llover».

"No sé si podré volver a casa antes de que empiece a llover", expresa alguien
preocupado. "Mi hijo mayor sigue trabajando en Haikou. Si llueve, puede que solo
trabaje medio día hoy".

Pei Yunshu miró al cielo y, de repente, una gota de lluvia le cayó en la cara. Zhuyou
frunció el ceñ o, limpió la gota con la yema del dedo y la levantó . La gota que estaba a
punto de caer desapareció .

El cielo se oscureció , pero la lluvia aú n no había caído. Después de que Pei Yunshu y
Zhuyou encontraran rápidamente una posada y entraran, se oyó un rugido atronador
y de inmediato cayó una lluvia torrencial.

El dueñ o de la posada repartía cuencos de sopa de jengibre y toallas a los huéspedes.


Zhuyou aceptó la toalla, pero rechazó la sopa. Le entregó una a Pei Yunshu, quien
sonrió y le dio las gracias, tomando la toalla para secarse las gotas de lluvia que no le
habían tocado.

Como la señ al de socorro de Bai Lige era extraordinaria, no querían llamar la


atenció n. Planeaban fingir ser una pareja normal hasta encontrar a Bai Lige. Antes de
eso, no querían revelar su nivel de cultivació n.
Después de que el dueñ o les sirvió la sopa de jengibre, dudó un momento y trajo dos
tazones más, persuadiéndolos: «Invitados, mejor no se descuiden. Tomen un tazó n
para protegerse del frío».

En cuanto terminó de hablar, se oyó un fuerte estornudo a sus espaldas. Pei Yunshu se
giró y vio a un joven apuesto, lleno de nobleza, frotándose la nariz sin ninguna gracia.
Tenía la ropa empapada y el pelo goteaba, lo que le daba el aspecto de una rata
ahogada.

Un sirviente a su lado intentaba convencerlo de que tomara un sorbo de sopa de


jengibre, pero se negó en voz alta, con una expresió n de disgusto en la mirada.
"¡Aunque me beba un par de cubos de lágrimas del cielo, no beberé esto!"

El sirviente tenía una expresió n angustiada mientras continuaba persuadiéndolo.

Esta interacció n entre amo y sirviente le resultó divertida a Pei Yunshu, pero la
persona observada pareció percibir su mirada. Levantó la cabeza con impaciencia y
lo miró directamente.

El hombre se quedó ató nito, pero sus ojos se iluminaron al señ alar a Pei Yunshu y
exclamó en voz alta: "¡Este tampoco bebía! Se ve delgado y débil, incluso peor que
yo. Si él no bebe, ¿por qué debería beber yo?".

El delgado y débil Pei Yunshu, que disfrutaba de la escena, de repente se vio en el


centro de atenció n. Se señ aló a sí mismo y le preguntó a Zhuyou: "¿Se refiere a mí?".

Zhuyou asintió con sinceridad, sintiendo que no era suficiente. Añ adió : «Sí, se refiere
a ti».

El joven oyó esto y se acercó a Pei Yunshu. Mirando la sopa de jengibre intacta sobre
la mesa, adoptó la postura de un anciano y le dio un sermó n con tono significativo:
«Mírate el cuerpo. Te empapaste bajo la lluvia y aú n te niegas a beber sopa de
jengibre. ¿Y si te resfrías? Al final, serás tú quien sufrirá».

"¿Por qué no lo bebes rápido?" El hombre añ adió con severidad: "Sin mi cuerpo, no
intentes actuar tan salvajemente como yo".
Después de mirarlo fijamente por un rato, Pei Yunshu de repente sonrió y dijo:
"Claro".

Antes de que el hombre pudiera desconcertarse, Pei Yunshu se llevó la sopa de


jengibre a los labios, dio un sorbo y luego miró al joven maestro, diciendo con una
sonrisa: «Ya terminé la mía. Es hora de que tomes un tazó n».

El hombre se quedó ató nito, pero, incapaz de resistirse, regresó a su asiento. Tomó la
sopa de jengibre y bebió unos sorbos. El picante le subió del pecho a la cabeza, pero
eso no fue todo. Tras terminar el primer tazó n, descubrió que el tazó n aparentemente
vacío se llenaba poco a poco hasta llenarse.

Al ver al hombre beber dos tazones de sopa de jengibre, Pei Yunshu finalmente
deshizo el hechizo. Sin embargo, en cuanto lo hizo, el joven adinerado palideció ,
murmuró : «Sabe fatal», y se golpeó la cabeza contra la mesa, desmayándose.

“…” Pei Yunshu se dio la vuelta con sentimiento de culpa y le susurró a Zhuyou: “Creo
que tal vez fui demasiado lejos”.

“No hay problema”, Zhuyou giró la cara, “No le prestes atenció n”.

El sirviente que acompañ aba al joven adinerado parecía imperturbable ante la


situació n. Tras llamar al joven amo varias veces, este con calma ayudó a subir al
hombre junto con el posadero.

Pei Yunshu y Zhuyou siguieron al posadero de vuelta a su habitació n. Desataron el


huevo de dragó n, dejándolo rebotar en la cama. Ambos se acercaron a la cama,
observando la furiosa tormenta del exterior.

El huevo de dragó n, que no quería quedarse en la bolsa, fue envuelto por Pei Yunshu.
Mientras observaban la lluvia, el huevo de dragó n, que yacía en la cama, saltó y rodó
al lado de Pei Yunshu.

Pei Yunshu volvió a la realidad y recogió el pequeñ o huevo de dragó n. Mirando de


nuevo la cortina de lluvia, dijo: «Zhuyou, el ú nico lugar donde se puede colocar un
bote es un afluente del sur. Por suerte, hoy llueve a cántaros, y nuestras acciones no
serán fáciles de notar».
Zhuyou estiró los mú sculos y dijo: "Yo iré. Tú quédate aquí y vigílalo".

Pei Yunshu miró el pequeñ o huevo de dragó n que tenía en brazos y suspiró : «Ten
cuidado. Si algo sale mal, no actú es impulsivamente. Vuelve pronto para hablarlo
conmigo».

Zhuyou asintió , miró a Pei Yunshu con calidez en sus ojos, se inclinó para colocar un
beso en su frente y luego desapareció entre las capas de cortinas de lluvia.

El huevo de dragó n se movió ligeramente en direcció n a la ventana, como si tratara


de averiguar dó nde había ido Zhuyou.

"Sé bueno", Pei Yunshu dio un paso adelante, mientras la lluvia soplaba sobre ellos,
"¿No puedes soportar separarte de tu padre dragó n?"

El huevo de dragó n se movió nuevamente hacia la ventana.

“Date prisa y nace, pequeñ o”, Pei Yunshu lo tocó suavemente, “Una vez que nazcas,
podrás disfrutar de toda la deliciosa comida del mundo y viajar con tu papá y tu
padre dragó n”.

“Hay infinidad de cosas hermosas en el mundo. Tu papá siempre te las habla sin
parar”, la mano de Pei Yunshu sobre la cáscara del huevo era tierna y amorosa.
“Después de todo, él espera con ansias tu nacimiento para que puedas experimentarlo
todo por ti misma”.

En medio de la tormenta, las gotas de lluvia caían sobre la cáscara del huevo, pero el
pequeñ o huevo de dragó n se sentía increíblemente seguro y có modo, una comodidad
que nunca había experimentado en la oscuridad durante cien añ os.

Se frotó cariñ osamente contra los dedos de Pei Yunshu, aparentemente pensando que
todos estaban esperando su nacimiento.

***

Zhuyou regresó rápidamente, en tan solo dos cuartos de hora. Tras entrar volando
por la ventana y disipar el frío, se sentó junto a Pei Yunshu. Frunciendo el ceñ o, dijo:
«Hay muchos taoístas en el barco y en los alrededores».

—¿Ah, sí? —preguntó Pei Yunshu sorprendido—. ¿Son cultivadores de sectas o


cultivadores solitarios?

"Cultivadores solitarios", las cejas de Zhuyou revelaron un atisbo de disgusto. "Cada


uno apesta a sangre y se especializan en matar demonios. Están llenos de energía
demoníaca dirigida específicamente a los demonios".

La expresió n de Pei Yunshu también se volvió seria.

Dentro de las sectas de cultivadores, la relació n entre los cultivadores justos y los
demoníacos no era de enemistad absoluta. Sobre todo cuando no existía odio
kármico, ya fuera humano o demoníaco, nadie quería acumular animosidad
innecesaria. Incluso el Venerable Wuwang solo encarcelaba a esos poderosos
demonios en la Torre Selladora de Demonios.

Estos cultivadores, que se especializaban en matar demonios, eran en su mayoría


cultivadores solitarios que se dedicaban a tales actividades.

"¿Qué hay de Baili y Hua Yue? ¿Están en peligro?", se preguntó Pei Yunshu. "¿Cargan
de pecados graves?".

Zhuyou respondió : “Si hay una tribulació n celestial, un golpe sería fatal”.

Pei Yunshu frunció el ceñ o. "Sus pecados son tan graves. ¿Acaso matan demonios
indiscriminadamente, sin importar si son buenos o malos?"

Pei Yunshu creía que los cultivadores solitarios comunes no podrían dañ ar a
Qingfeng y Bai Lige. Sin embargo, ahora que estaban atrapados en el barco, podría
haber individuos poderosos entre ellos.

Zhuyou no les tenía miedo a esos cultivadores, pero sí eran problemáticos. Pei
Yunshu, naturalmente, tampoco les tenía miedo, pero la preocupació n provenía de
que Baili y los demás estaban en manos de esos cultivadores.
—No deberíamos alertar al enemigo. Necesitamos encontrar la manera de
camuflarnos en ese barco —murmuró Pei Yunshu.

Un golpe en la puerta interrumpió la conversació n. Pei Yunshu y Zhuyou


intercambiaron miradas, y él le entregó el huevo de dragó n a Zhuyou antes de
levantarse para abrir la puerta. Al cabo de un rato, Pei Yunshu regresó con una
sonrisa, sosteniendo dos lujosas tarjetas de invitació n.

“Tal como dije, necesitamos encontrar una manera, la solució n ha llegado a nuestra
puerta”, Pei Yunshu levantó las cejas con una sonrisa.

Gracias a que le dio al joven adinerado maestro una sopa de jengibre, que suprimió la
aparició n de un posible resfriado, sus síntomas se aliviaron. Agradecido por el
remedio, su asistente le entregó dos invitaciones para abordar el barco Hua Ge.

Parecía que cuando alguien te debe un favor, el favor llama a tu puerta.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 104

Capítulo 104

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Si solo estuvieran Pei Yunshu y Zhuyou, subir al barco sería conveniente.


Desafortunadamente, también tenían un pequeñ o huevo de dragó n extremadamente
pegajoso que temía los lugares oscuros y silenciosos, y no cabía en una bolsa de
almacenamiento.

Al final, Pei Yunshu, sin expresió n alguna, dejó que Zhuyou lo vistiera como una
mujer embarazada.

Era la primera vez que Pei Yunshu vestía ropa de mujer. Llevaba el cabello recogido,
con algunos mechones que le caían sobre las mejillas, lo que hacía imposible
distinguir su género, y parecía una mujer verdaderamente hermosa.

Aunque delgado, su vientre sobresalía sin parecer hinchado, portando un encanto


suave y hermoso.

Si su expresió n no fuera tan fría, sería aú n mejor.

La expresió n de Pei Yunshu no era muy agradable. Zhuyou lo consoló suavemente,


sujetándolo por la cintura mientras salían de la posada.

En comparació n con su estado de ánimo, el pequeñ o huevo de dragó n estaba


extremadamente alegre, aferrándose obedientemente a Pei Yunshu, casi quedándose
dormido con paz mental junto con los pasos de su padre.
Zhuyou apoyó a Pei Yunshu, y aunque Pei Yunshu tenía la intenció n de apartarlo, tuvo
que obedecer a regañ adientes, con cara seria. "Me cambiaré esta ropa en cuanto
estemos en el barco".

"Muy hermoso", dijo Zhuyou, "No hay necesidad de cambiar".

Pei Yunshu observó el huevo de dragó n, bien envuelto, y sin dudarlo, miró a Zhuyou
con descontento. "¿Por qué no te lo pones?"

—No le gusto —dijo Zhuyou con indiferencia—. Esposa, no le des tantas vueltas. Ya
casi lo logramos.

En la desembocadura del mar, un lujoso y exquisito barco estaba anclado. Había


muchos guardias a bordo con espadas, todos con aspecto serio. Zhuyou ayudó a Pei
Yunshu a subir al barco. Cuanto más se acercaban, más sentían una energía espiritual
que rodeaba todo el barco como un talismán de papel.

Pei Yunshu entrecerró los ojos al observar el costado del barco. Las tallas de madera
estaban cubiertas de talismanes de papel densamente agrupados, perfectamente
integrados en las tallas como una obra de arte.

Había guardias en el lugar de embarque. Zhuyou abrazó a Pei Yunshu y le entregó las
dos invitaciones. Después de revisarlas, los guardias también registraron sus
pertenencias, especialmente sus mangas y el interior de sus tú nicas,
presumiblemente para evitar que llevaran armas como dagas al embarcar.

En ese momento, Pei Yunshu se alegró de vestirse de mujer. De lo contrario, si los


guardias hubieran encontrado el huevo de dragó n, las cosas habrían sido
complicadas.

Después de asegurarse de que no llevaban nada sospechoso, los guardias les


permitieron subir a bordo, y una encantadora criada los abrió el camino.

A pesar del enorme tamañ o del barco, la cantidad de gente que entraba y salía era
muy pequeñ a. Todos iban elegantemente vestidos, y a primera vista, era evidente que
no había personas sencillas allí.
El sentido espiritual de Pei Yunshu se extendió lentamente como una red de pesca,
ocupando cada rincó n del barco. Su sentido espiritual era tan poderoso que casi
nadie podía percibirlo. Pronto, incluso antes de que la criada los acompañ ara a su
habitació n, Pei Yunshu percibió el paradero de Bai Li, Hua Yue y Qingfeng.

Frunció el ceñ o y transmitió mentalmente: «Bai Li y Hua Yue están juntos en un


lugar, Qingfeng en otro. Bai Li y Hua Yue tienen auras demoníacas débiles. Iré a
salvarlos. Tú ve a rescatar a Qingfeng».

Zhuyou le dio una palmadita en la mano y asintió suavemente.

Después de que la criada los condujera a su destino, Pei Yunshu le pidió que se
marchara. Al cabo de un rato, ambos, uno por cada lado, fueron a rescatar a sus
amigos atrapados en habitaciones secretas.

Pei Yunshu evitó a la gente y bajó un nivel. Justo cuando estaba a punto de bajar, se
topó con el joven adinerado que se había desmayado tras beber la sopa de jengibre el
día anterior.

El joven adinerado, al verlo, estaba a punto de irse, pero su mirada se posó en el


rostro de Pei Yunshu. Perplejo, dijo: «Vaya, esta señ ora me resulta muy familiar. ¿Te
he visto por ahí ú ltimamente?».

La expresió n del sirviente junto al joven adinerado era casi desmayada. Susurró :
«Joven amo, esa mujer está casada y embarazada. ¿Có mo puede... có mo puede?».

¿Cuándo aprendió su joven amo a coquetear con las mujeres?

El joven adinerado, aú n insatisfecho, frunció el ceñ o y mantuvo la mirada fija en Pei


Yunshu, observando su figura completa, con énfasis en su prominente vientre.
Desconcertado, dijo: «Digo la verdad, señ ora. ¿La he visto ú ltimamente?».

Pei Yunshu sonrió levemente, movió los labios un par de veces, y el joven adinerado
y su sirviente sintieron de repente una confusió n ante sus ojos. Cuando recobraron el
sentido, Pei Yunshu había desaparecido.
El joven rico meneó la cabeza, miró a su alrededor, se rascó la cabeza y se dijo: “Debo
haber bebido demasiado”.

Libre de los dos mortales, Pei Yunshu se ocultó y pronto llegó a la habitació n secreta.
Rompiendo el largo candado, en cuanto se abrió la puerta, se encontró con la mirada
atenta y feroz de Bai Li y Hua Yue.

Pei Yunshu cerró la puerta suavemente, revelando su presencia: "¿Qué pasa con
ustedes dos? ¿Por qué están encarcelados?"

Tan pronto como habló , Bai Li y Hua Yue lo miraron en estado de shock, señ alándolo
con dedos temblorosos, incapaces de pronunciar palabras coherentes: "Yunshu, tú , tú ,
tú —"

Pei Yunshu bajó la mirada y su rostro se ensombreció . Se quitó el vestido de mujer, se


dio la vuelta, sacó el huevo de dragó n y, de la bolsa, se puso un conjunto de ropa,
explicando: «No me malinterpreten. Acabo de envolverme con el huevo de dragó n».

—¡¿Huevo de dragó n?! —exclamó Hua Yue con incredulidad—. ¡¿Yunshu, pusiste un
huevo de dragó n?!

El rostro de Pei Yunshu se puso pálido de repente.

Al ver su reacció n, Bai Li y Hua Yue se dieron cuenta de su malentendido. Se


sintieron aliviados de no haber enfadado a Pei Yunshu, dándose palmaditas en el
pecho y respirando hondo: «Gracias a Dios, no es cierto. Casi nos morimos del susto».

Pei Yunshu suspiró y se acercó . "¿Có mo terminaste así?"

Hua Yue explicó : «Encontramos un manual de transformació n demoníaca. Funcionó


bien para el Ancestro después de cultivarse, pero antes de la transformació n, hubo un
período de debilidad. Queríamos encontrarte, pero inesperadamente, nos topamos
con unos locos en el camino que matan al instante cuando ven demonios. El Ancestro
no pudo usar el poder demoníaco, y Qingfeng fue asediada. Pensé en usar un plan de
belleza, pero al ver esas caras feas, hasta un zorro se asustaría».
Pei Yunshu exclamó : «Así que trajeron a Hua Yue por casualidad. Quizás deberías
agradecer tu belleza; esos locos no te mataron al verte».

Hua Yue fingió llorar: "Hermosa Yunshu, te has vuelto mala. Acabas de decir algo
sobre poner un huevo de dragó n, y ahora me estás intimidando".

Pei Yunshu le dio una palmadita en la cabeza con una sonrisa y luego le entregó el
huevo de dragó n: "Sosténlo".

Hua Yue tomó con curiosidad el huevo de dragó n. En brazos de un extrañ o,


permaneció rígido, con su extremo puntiagudo apuntando hacia Pei Yunshu, como si
estuviera listo para escapar del abrazo de Hua Yue en cualquier momento.

Pei Yunshu ayudó a Bai Li a levantarse. Con Bai Li apoyado en su brazo, mirando el
huevo de dragó n, Bai Li preguntó : "¿De dó nde sacaste esto?".

—Silencio —Pei Yunshu se llevó un dedo a los labios y curvó ligeramente los ojos—.
Considéralo mío y de Zhuyou.

Bai Li sonrió : "Está bien".

Bai Li estaba bastante débil, incluso le costaba caminar. Pei Yunshu lo colocó sobre la
Espada Qingyue, tomó al grupo y fue a buscar a Zhuyou. Zhuyou ya había rescatado a
Qingfeng. Comparado con los dos demonios, la situació n de Qingfeng era mucho
mejor. Fue tratado como un invitado de honor por aquellos cultivadores dispersos, y
después de unos días, se sentía ligeramente fatigado.

Cuando todos estuvieron reunidos, Zhuyou le pidió a Pei Yunshu que los sacara del
barco para esperar. Quería disciplinarlos él mismo.

Pei Yunshu asintió . Al irse con sus amigos, Bai Lige rió entre dientes y le recordó con
una sonrisa torcida: «Gran Rey, no los mates. Desactivar su cultivo y arrojarlos a la
guarida del demonio es la verdadera lecció n».

Zhuyou, apreciando su consejo, lo miró y dijo con voz profunda: "Pienso lo mismo".
Por suerte, Pei Yunshu ocultó a tiempo el huevo de dragó n entre sus ropas. Los miró
con severidad y, a regañ adientes, dijo: «Salgan rápido. Lo más importante ahora es
llevar a Bai Li al Valle de Chunxiao, donde estará a salvo».

Zhuyou asintió obedientemente: "Entiendo".

Pei Yunshu condujo al grupo fuera del barco. En apenas media taza de té, Zhuyou
también desembarcó y se unió a ellos. Aú n conservaba cierta hostilidad y un rastro
de sangre, pero el huevo de dragó n, tras observar a Zhuyou un momento, saltó a sus
brazos.

“Este pequeñ o dragó n tiene mucho coraje”, exclamó Hua Yue, “Mira su apariencia, no
solo no tiene miedo, sino que parece que le gusta”.

Zhuyou levantó una ceja, sosteniendo el huevo de dragó n y guiando a Pei Yunshu,
caminaron juntos camino a casa.

El viaje de ida y vuelta solo duró tres días. Al regresar, el líquido espiritual del huevo
de dragó n seguía limpio y puro. Pei Yunshu lo colocó de nuevo alrededor del huevo,
organizó el alojamiento para Bai Li y los demás, y luego se reunieron en la habitació n
de Bai Li.

El joven maestro Qingfeng estaba tomando el pulso de Bai Lige, y frunció aú n más el
ceñ o: "El aura demoníaca se está volviendo cada vez más escasa".

A Bai Lige no le importó . Sus ojos brillaban con la confianza de una persona fuerte:
«Aunque lo pierda, puedo recuperarlo en el futuro».

"¿No puedes ser un poco más serio?", se burló el joven maestro Qingfeng. "Esos
cultivadores casuales quieren robarte tus secretos. ¿Qué te hicieron?".

Hua Yue, por su parte, dudó y no pudo evitar decir: "Le dieron una pastilla al Gran
Ancestro, pero el Gran Ancestro no me deja decirlo".

"¿Una pastilla?" Pei Yunshu frunció el ceñ o, con varios pares de ojos fijos en Bai Lige.
Bai Lige sonrió con amargura, evitando sus miradas inquisitivas.
El joven maestro Qingfeng dijo: «Un General Demonio realmente formidable. Para no
causar problemas, te comiste voluntariamente una píldora venenosa sin decir
palabra».

"Qingfeng", admitió Bai Lige, sintiéndose acorralado, "Me equivoqué".

Pei Yunshu, sin admitir que lo encontró algo divertido, ayudó solemnemente al joven
maestro Qingfeng a un lado: "Habla, ¿qué pasa con esa píldora?".

Bai Lige suspiró : "¿Qué clase de veneno será? Solo una pequeñ a píldora que debilita
todo el cuerpo del demonio. Incluso si hubiera algo que realmente pudiera
amenazarme, esos cultivadores casuales no lo aceptarían".

"Yunshu", el joven maestro Qingfeng miró a Pei Yunshu, haciéndole pasar, "Hazlo tú ".

Pei Yunshu asintió , sentado a su lado. Con poder espiritual puro e inmaculado,
investigó el cuerpo de Bai Lige. El aura innata del Á rbol de Nieve de Abril era suave y
delicada, sin dañ ar los meridianos. Sin embargo, cuando Pei Yunshu infundió poder
espiritual en el cuerpo de Bai Lige, este emitió un leve gemido y su expresió n cambió
momentáneamente de dolor.

La expresió n de Pei Yunshu cambió de inmediato.

El estado interno de Bai Lige era como un desierto sin agua. El poder espiritual que
emanaba era como una gota de agua que caía en el desierto, despertando la sed de
todo el desierto. Esta sed era extremadamente dolorosa, y la ú nica manera de
convertir este desierto reseco en un lago era infundirle suficiente agua.

Pei Yunshu reprimió silenciosamente su poder espiritual y se volvió hacia Zhuyou:


«Hay que duplicar las plantas espirituales. Que Bai Li y el huevo de dragó n se
sumerjan juntos en el líquido espiritual».

Esa noche.

El huevo de dragó n jugueteaba en el estanque de fluido espiritual, y de repente, una


sombra se proyectó sobre él. El huevo de dragó n se detuvo, y Bai Lige entró en el
fluido espiritual con una sonrisa iró nica.
—Pequeñ o dragó n, lo siento —dijo con remordimiento—. A partir de hoy, tendré que
competir contigo por el fluido espiritual.

El huevo de dragó n:???

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 105

Capítulo 105

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Siendo sincero, a Bai Lige le resulta un poco incó modo competir por el líquido
espiritual con una cría de dragó n que aú n no ha eclosionado. A pesar de su
insensibilidad, se sentía un poco avergonzado.

Su forma de resolver la vergü enza era jugar constantemente con el huevo de dragó n.

En menos de dos días, había superado a Zhuyou y se convirtió en la persona más


aterradora a los ojos del huevo de dragó n.

Cada vez que el huevo de dragó n veía a Bai Lige, se arrastraba hacia los brazos del
padre dragó n, tratando de cubrir cada parte de su caparazó n, pero cuanto más tímido
actuaba, más fruncía el ceñ o Zhuyou y se lo arrojaba a Bai Lige para que jugara con
él.

Bai Lige disfrutaba del juego, y durante la absorció n diaria de fluido espiritual, ya no
sentía dolor. «El pequeñ o dragó n es divertidísimo. Yunshu, ¿puedes encontrarme
otro?»

Pei Yunshu, que estaba triturando plantas espirituales a un lado, dijo: "¿Tratas el
huevo de dragó n como una piedra comú n?"

Maestro por un día, padre para toda la vida. ¿Por qué no dejar que el pequeñ o dragó n
sea mi discípulo? Los ojos de Bai Lige brillaron y rió entre dientes: «Sería un maestro
extraordinario».
Hua Yue se quejó : "Gran Ancestro, eres demasiado astuto. Si no puedes ser la amante
de la Bella Yunshu, ¿planeas usar este método para que el pequeñ o señ or dragó n te
llame padre?"

"¿Pequeñ o Señ or Dragó n?" Pei Yunshu se rió entre dientes. "Hua Yue, ¿por qué lo
llamas así?"

Hua Yue, sintiéndose avergonzado, bajó la cabeza y le entregó las plantas espirituales
limpias a Pei Yunshu, diciendo: "La Bella Yunshu y el Señ or Zhuyou aú n no le han
dado un nombre al pequeñ o señ or dragó n, así que solo puedo llamarlo de esa
manera".

Pei Yunshu sonrió : "¿Por qué usar un título tan respetuoso? Si sale del cascaró n,
quizá tenga que llamarte tío".

Hua Yue parpadeó con sus ojos color flor de durazno, concentrándose sutilmente en
la medicina. "Pero Señ or Zhuyou..."

"¿Fue Zhuyou quien te dijo que lo llamaras así?" Pei Yunshu arqueó las cejas y le
arrojó fríamente las plantas espirituales a Qingfeng. "Tendré que preguntarle de
dó nde salen estas reglas tan sofisticadas".

Salió rápidamente de la farmacia, y Hua Yue rió disimuladamente dos veces.


Qingfeng, quien estaba a cargo del trabajo de Pei Yunshu, frunció los labios sin querer.

Al ver su interacció n, Bai Lige suspiró , extendió la mano para recoger el huevo de
dragó n que estaba lejos y dijo: «Pequeñ o dragó n, mira a estos dos. Parecen talentosos
y extraordinarios, pero albergan malas intenciones hacia tu padre dragó n. Desean que
tu padre dragó n tenga mala suerte todos los días, para provocarlo constantemente».

Qingfeng se rió entre dientes: "Claramente disfrutas de la desgracia. Ahora finges ser
una buena persona".

Las cejas de Bai Lige se crisparon y las comisuras de sus ojos no pudieron evitar
revelar una pequeñ a sonrisa: "¿Soy tan fácil de ver a través de mí cuando finjo
ahora?"
El pequeñ o huevo de dragó n, aú n aturdido, no percibió la presencia de su papá. Se
estremeció e intentó con todas sus fuerzas liberarse del fuerte agarre de la gran
mano que lo sujetaba.

"Pequeñ a cosita, sé obediente", aunque Bai Lige no podía usar poder demoníaco, la
fuerza de un hombre adulto sostenía firmemente el huevo de dragó n, "Quédate con
este general y sumérgete un rato".

Un montó n de plantas espirituales formó una pequeñ a montañ a, liberando


gradualmente un líquido espiritual cristalino y translú cido de color verde esmeralda.
Cada gota de este líquido espiritual era extremadamente valiosa. Al sumergirse en el
estanque, el hormigueo inicial causado por la intensa oleada de poder espiritual se
convirtió en una ligera picazó n, causada ú nicamente por el roce de las plumas contra
la piel.

El huevo de dragó n no pudo liberarse, y Bai Lige terminó sosteniéndolo con cierta
resignació n. Ahora lo mimaba como un horno, có modo en sus brazos. Mientras Bai
Lige lo sostenía, apoyó la barbilla en el huevo de dragó n, pensando seriamente: "¿Hay
alguna manera de que este huevo de dragó n sea realmente mío?"

Hua Yue, lavando las plantas espirituales hasta que le dolieron los brazos, oyó esto y
lo miró con desdén: «Gran Ancestro, antes no pudiste vencer al Señ or Zhuyou, y
ahora que tu energía demoníaca ha desaparecido, es aú n menos probable que lo
logres. Te aconsejo que no pienses en apoderarte del huevo de dragó n».

Bai Lige se burló : "¿Es así?"

Tras sus bromas, Pei Yunshu entró con Zhuyou. El rostro de Zhuyou estaba sereno, y
sus profundos ojos negros miraron a Hua Yue.

En la mente de Hua Yue, la feroz cabeza de dragó n del Reino Secreto del Dios Dragó n
brilló de repente, lo dejó sin aliento y el miedo reapareció . Bajó la cabeza y se ocultó
bajo los pies de Qingfeng.

Al percibir la presencia de Papá y el Padre Dragó n, el pequeñ o huevo de dragó n


comenzó a forcejear con fuerza de nuevo. Bai Lige no pudo contenerlo, pero si de
verdad se liberaba, si un poderoso demonio como Bai Lige no podía con una plántula
sin eclosionar... Bai Lige entrecerró los ojos, observando el huevo de dragó n varias
veces con aire peligroso.

Pei Yunshu recogió el huevo de dragó n que volaba hacia él y miró a Qingfeng:
"Qingfeng..."

Su voz se detuvo y sus agudos oídos captaron un pequeñ o sonido tipo “crack”.

Como papá lo sostenía y su atenció n no estaba puesta en él, el pequeñ o huevo de


dragó n quería llamar su atenció n con urgencia. Golpeó con fuerza la cáscara, y con su
urgencia, apareció una pequeñ a grieta del tamañ o de un pulgar.

Todos detuvieron sus movimientos al escuchar este sonido, su respiració n se volvió


extremadamente ligera.

Sin embargo, la cáscara era demasiado gruesa y resistente, y la semilla de dragó n,


incluso con todas sus fuerzas, no pudo abrir una grieta más grande. Una tenue luz se
filtraba por la grieta, pero una garra no podía extenderse.

Pei Yunshu contuvo la respiració n hasta ese momento, con la mente en blanco, y
exhaló en trance. Gritó suavemente: «Zhuyou...».

Zhuyou lo abrazó por detrás, sosteniéndolo junto con el pequeñ o huevo de dragó n en
sus brazos.

"¿Qué hacemos?", dijo Pei Yunshu confundido. "Al pequeñ o dragó n no le quedan
fuerzas".

El rostro de Zhuyou se ensombreció y apareció en el Reino Secreto del Dios Dragó n


dentro del brazalete de plata. Al instante, al salir, dijo con calma: «Solo podemos
esperar».

Pei Yunshu frunció el ceñ o y le susurró al pequeñ o dragó n dentro del huevo: "No te
preocupes, saldrás del cascaró n".
Desde ese día, Pei Yunshu confió el cuidado del huevo de dragó n a Qingfeng. É l y
Zhuyou salieron en busca de mejores plantas medicinales, regresando al valle de
Chunxiao cada tres o cinco días. La grieta en el huevo de dragó n, sumergido en el
fluido espiritual, se había agrandado cada vez más.

A medida que pasó el tiempo, cuando Bai Lige superó el período de debilidad
mencionado en el manual y cultivó nuevamente la energía demoníaca, el otoñ o se
convirtió gradualmente en invierno.

Envuelto en plata, el mundo estaba cubierto de nieve blanca. Dentro de la cálida


cabañ a, todos se reunieron alrededor de la mesa, calentándose con una bebida ligera
y platos calientes. El huevo de dragó n, con un agujero del tamañ o de tres dedos,
estaba envuelto en suave piel, y aú n luchaba por romper la cáscara.

El huevo de dragó n, criado durante cien añ os, eclosionaba con una lentitud
excepcional. Sin embargo, para Pei Yunshu y los demás, el paso del tiempo no
importaba mucho.

Esperaron pacientemente el nacimiento del pequeñ o dragó n.

El ambiente animado se escondía dentro de la casa, mientras que afuera, el viento


frío y los copos de nieve eran hermosos, como un sueñ o. Pei Yunshu tomó dos sorbos
de vino diluido en agua, con el rostro ligeramente enrojecido, pero la mente
despejada.

“Zhuyou, ¿necesitas transformarte una vez más?”

Zhuyou asintió suavemente: "Sí".

“Después de eso viene la transformació n en dragó n”, suspiró Bai Lige. “En ese
momento, con el vasto cielo y la tierra ilimitada, nada podrá detenerte”.

A los cultivadores no se les permite matar dragones, y Zhuyou verdaderamente no


tendría miedo de nada.

Al hablar de la transformació n de dragó n, Pei Yunshu sintió curiosidad: «Durante mi


experiencia en las Pruebas del Demonio del Corazó n, aprendí que tanto la
transformació n de dragó n como la de zorro requieren la ayuda de alguien llamado
'Feng Zheng'. ¿Es cierto?»

Bai Lige negó con la cabeza con una sonrisa. «Si así fuera, cultivar sería inú til.
Estaríamos sacrificando todo nuestro cultivo por una pequeñ a esperanza. No es
cierto».

Los ojos de Pei Yunshu se iluminaron: "¿Entonces no es verdad?"

Bai Lige y Hua Yue negaron con la cabeza: "No".

Pei Yunshu se giró para mirar a Zhuyou. Zhuyou entrecerró los ojos, mostrando su
arrogancia y determinació n. «Quiero transformarme en dragó n. ¿Quién podrá
detenerme?».

Una punzada de emoció n recorrió el corazó n de Pei Yunshu. Apartó la mirada


discretamente, levantó su copa de vino y la terminó de un trago.

Después de tanto tiempo, todavía hay ese tipo de sentimiento nervioso y


emocionante, es realmente vergonzoso.

Mientras bebía el vino, Pei Yunshu sintió cada vez más sed. Volvió a coger sus palillos
y, de repente, Zhuyou se inclinó y le dio un beso suave en la mejilla.

Pei Yunshu esquivó la mirada, pero Zhuyou lo abrazó , le quitó la copa de vino de la
mano y la arrojó a un lado, dispersando a los comensales. Caminaron de la habitació n
al dormitorio.

Las personas que se quedaron atrás se miraron entre sí y no pudieron evitar sacudir
la cabeza y reír.

Cuando la comida estaba a punto de terminar, Bai Lige de repente movió sus orejas y
miró hacia el huevo de dragó n.

Siguiéndolo, Qingfeng y Hua Yue miraron con asombro, mirando fijamente el huevo
de dragó n que se sacudía violentamente en el nido blando.
Las grietas, parecidas a telarañ as, se expandieron y extendieron lentamente. Al
instante siguiente, se oyó un crujido y el grueso y enorme huevo de dragó n se hizo
añ icos al instante.

El pequeñ o dragó n recién nacido, cubierto de un fluido pegajoso, se puso de pie


tambaleándose. Dio un paso, tropezó y cayó al suelo blando. Con un pequeñ o cuerno
de dragó n en la cabeza y tiernas garras de dragó n, se aferró a su cola. Sus pupilas
verticales doradas eran puras e inocentes mientras miraba confuso a los presentes en
la mesa.

—Ah —Bai Lige se levantó suavemente y caminó hacia el dragó n—. En realidad
nació .

El dragó n, sujetando su cola regordeta, percibió el aura aterradora que se acercaba y


giró apresuradamente la cabeza para correr. Sin embargo, justo cuando estaba
naciendo, tropezó y cayó al suelo, golpeándose la cara contra la superficie blanda.

Por suerte, abajo había un nido mullido, y el dragó n, cubierto de robustas escamas,
quiso levantarse rápidamente. Quería seguir el olor de papá y escapar de esa aura
aterradora.

Pero el “aura aterradora” la levantó .

Bai Lige sostuvo al pequeñ o dragó n en sus brazos, sin reservas, le sacó la cola de la
pata y lo examinó con atenció n. Jugando con interés, dijo: «Oh, resulta ser un dragó n
macho».

El pequeñ o dragó n empujó la gran cara de Bai Lige, emitiendo instintivamente un


rugido de bebé dragó n: "¡Rugido!"

La vocecita era débil y no parecía un rugido. Era más bien un gemido coqueto.

Qingfeng, a quien no le gustaban los niñ os, no pudo evitar acercarse a Bai Lige y
observar al pequeñ o dragó n. Bai Lige sostenía la cola del dragó n y la colocaba frente
a su boca. El dragó n, sin poder controlarse, le mordió la punta de la cola
repetidamente.
Bai Lige jugaba alegremente y Qingfeng dijo: "Deja de jugar con él; está a punto de
llorar por tu culpa".

Los lastimosos ojos dorados del dragó n hicieron que Qingfeng sintiera que Bai Lige
era un villano.

Bai Lige se rió dos veces, sacó la cola de la boca del dragó n nuevamente cuando
estaba a punto de llorar y se la volvió a meter en la boca cuando estaba a punto de
llorar.

Joven maestro Qingfeng: "..."

Cuando el pequeñ o dragó n eclosionó , Hua Yue corrió rápidamente a la puerta del
dormitorio de Pei Yunshu, gritando: "¡Bella Yunshu, bella Yunshu! ¡Ven rápido, el
pequeñ o dragó n ha eclosionado!"

La habitació n estaba en caos, y Pei Yunshu, ocupado tratando de levantarse de la


cama, fue sujetado por Zhuyou con una mano y arrojado hacia atrás sobre la cama
con la otra.

—¡Rápido, Zhuyou! —lo instó Pei Yunshu con ansiedad—. ¡El pequeñ o dragó n ha
nacido!

Los ojos de Zhuyou brillaron con una luz fría, fortaleciendo su determinació n de no
soltar a Pei Yunshu. Se quitó la ropa, hundió la cabeza y presionó .

Con el hermoso nombre de “Lo probaré primero a ver si tiene leche”.

Toda resistencia fue suprimida entre los labios.

A pesar de que el pequeñ o dragó n nació , quería hacerle entender quién era el dragó n
más importante en su corazó n.

Antes de Zhuyou, todo lo demás tuvo que quedar de lado.

Durante la animada y efusiva celebració n, a Pei Yunshu le pareció oír al pequeñ o


dragó n arañ ando la puerta de madera fuera de la habitació n y llorando. Luchó por
recuperar el sentido por un momento y entonces oyó que alguien preguntaba en voz
baja:

“Yunshu, quiero estar contigo para siempre.”

El beso hú medo cayó como una lluvia ligera, y el amor y el afecto escondidos en él
no necesitaban ser distinguidos, sino que podían entenderse claramente.

Los ojos de Pei Yunshu estaban ligeramente hú medos. Levantó las manos para sujetar
el cuello de Zhuyou, dejando que las emociones que llenaban su pecho lo llenaran por
completo.

Familia, amigo, amante.

Todo en un solo cuerpo, ¿qué más podría pedir?

É l pensó en su corazó n: Yo también quiero no separarme nunca de ti.

No importan las dificultades del mundo, contigo a mi lado, Pei Yunshu no teme a
nada.

En su vida anterior, se sentía solo y torturado, pero en esta vida, dulce como el
azú car, Pei Yunshu la miró desde lejos y sintió alegría en su corazó n. Entonces se
llevó el azú car a la boca, solo para darse cuenta de que la felicidad se reflejaba en
esto.

Zhuyou, estoy sinceramente complacido contigo.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 106

Capítulo 106 – Extra 1

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Durante la fuerte nevada de finales de otoñ o, el Venerable Wuwang regresó a la Secta


Shanshui.

Todos en la Secta Shanshui, de arriba abajo, esperaban con ansias el regreso de su


Gran Maestro. Había cierta curiosidad entre ellos sobre el propó sito de su reciente
viaje. El Venerable Wuwang llevaba varios meses ausente, y parecía haber pasado
todo ese tiempo cazando demonios, a juzgar por las cuentas de jade negras, densas y
demoníacas que entregó al líder de la secta para que las refinara.

En todo el mundo, solo su Gran Maestro podía capturar tantos demonios y refinarlos
en cuentas de jade que emitían un aura demoníaca, haciendo que los cultivadores
parecieran tan oscuros como un fluido espeso.

Los discípulos de la Secta Shanshui estaban orgullosos. Cuando el líder de la secta


comenzó a refinar las cuentas de jade, todos los discípulos disponibles se reunieron.
En el punto álgido del sol del mediodía, recitaron escrituras para ayudar al líder de la
secta a agilizar el refinamiento demoníaco.

Con un grito feroz y siniestro proveniente del interior de la cuenta de jade, la densa
aura demoníaca se disipó por completo. El líder de la secta, con expresió n seria,
despidió a la multitud con un gesto y suspiró . Luego, condujo a los discípulos de
vuelta a la cima.
En su apogeo, el hermano menor del líder de la secta, el maestro espiritual taoísta
Ling Qing, meditaba en una cueva. Cuando el líder regresó , el maestro espiritual
taoísta Ling Qing, con la mirada fija, lo miró y preguntó : "¿Ha vuelto el maestro?".

El líder de la secta se sentó y asintió . «El maestro cerró la puerta al regresar. Su


cultivo ya se ha recuperado a las primeras etapas de la superació n de la tribulació n.
Quizás dentro de cien añ os, la supere y ascienda de nuevo».

El maestro espiritual daoísta Ling Qing suspiró . En su corazó n, sabía que una vez
destruido el Corazó n Dao de su maestro, si realmente intentaba ascender... era
probable que cayera en ese punto.

Al oír su suspiro, el líder de la secta no pudo evitar regañ arlo: «Ling Qing, no has
podido concentrarte en la cultivació n estos ú ltimos días. ¿En qué estás pensando?».

El maestro espiritual daoísta Ling Qing permaneció en silencio por un momento y de


repente dijo: "Hermano mayor, ¿el discípulo prominente de tu secta es alguien a
quien criaste personalmente?"

El líder de la secta se acarició la barba, revelando una expresió n de amor y orgullo.


«Yunhui fue criado por mí. Cuando aú n no estaba en la etapa de fundació n, me lo puso
muy difícil. Este niñ o es muy duro, se atreve a todo. Recuerdo una vez que tiré la
calabaza de caramelo que le sobró . Al despertar, intentó quemarme la barba a
escondidas. ¡Qué niñ o tan rebelde!»

El maestro espiritual daoísta Ling Qing parecía perdido en sus recuerdos, y una
sonrisa se dibujó en su rostro. «Cuando subí a Yunshu a la montañ a por primera vez,
era extremadamente travieso. Pero frente a mí, era obediente, siempre sonriendo.
Todos en el Pico Wuzhi lo apreciaban».

El líder de la secta comprendió : "Ling Qing, ¿estás pensando en Yunshu?"

El maestro espiritual taoísta Ling Qing mostró una sonrisa amarga, cuyo significado
era incomprensible para el líder de la secta, pero se sentía extremadamente pesado.
Se levantó , caminó hacia la entrada de la cueva y algunos copos de nieve que caían
con el viento lo golpearon.
Cuando cubrió su cabello, parecía como si una capa blanca lo hubiera cubierto.

El maestro espiritual daoísta Ling Qing, con un talento excepcional, emprendió el


camino de la cultivació n a una edad muy temprana. Su apariencia se mantuvo firme
en su mejor momento; solo sus ojos reflejaban una edad avanzada. Ahora, su espalda
estaba ligeramente encorvada, y en un instante, pareció haber envejecido varias
décadas.

"Hermano mayor, no lo entiendes", la mirada del maestro espiritual daoísta Ling Qing
era fría como el hielo, y su profunda frialdad e ironía lo apuñ alaron profundamente.
"Considerándome una persona despierta en el reino mortal, todo lo que hice fue
justificable y recto. Pero al final, fui yo quien hizo una gran broma".

Debido a la obsesió n por ayudar al Gran Maestro a ascender con éxito, abandonó por
completo la relació n maestro-discípulo con sus discípulos.

“Mi discípulo probablemente me odia hasta el extremo”.

A medida que los copos de nieve caían más grandes, el líder de la secta caminó hacia
el lado del maestro espiritual taoísta Ling Qing, incapaz de resistir la pregunta: "Ling
Qing, ¿qué está pasando?"

La voz del maestro espiritual daoísta Ling Qing parecía provenir de lejos. «Regañ é a
Yunshu, tildándolo de lobo conspirador. Lo acusé de excesivos deseos personales y de
descuidar los lazos familiares. Este niñ o, que tanto confiaba en mí, fue destrozado
por mí».

El maestro espiritual daoísta Ling Qing recordó la expresió n del rostro de Yunshu
cuando lo regañ ó en la ilusió n. Vaciló un instante, cerró los ojos con fuerza y se
sumió en el silencio.

Habían pasado más de veinte añ os, y la copa de jade tenía algunas grietas. ¿Su
indiferencia hacia Yunshu no era diferente a la de esa copa de jade?

Los tesoros que dio fueron el pago a Yunshu por lo que él llamó un "lobo intrigante".

Yunshu nunca lo olvidó , pero lo trató con indiferencia.


Causa y efecto, retribució n.

***

Un joven que llevaba vino al Pico Wuzhi tenía la cara cubierta de sudor. Al llegar a la
entrada del patio, gritó con fuerza: «Hermano mayor, el vino está aquí».

No se oyó ningú n ruido al otro lado de la puerta. El chico, que no se sorprendió , se


levantó . Se secó el sudor de la frente y se fue.

Fue extrañ o. Como varios hermanos mayores durmieron inexplicablemente durante


tres meses en el Pico Wuzhi, se volvieron locos y ruidosos, insistiendo en ir a buscar
a Yunshu, quien ya había abandonado la secta. Después de que el maestro espiritual
daoísta Ling Qing los confinó en el patio de Yunshu, estos hermanos mayores se
quedaron en silencio. Pasaron los días bebiendo y ahogando sus penas, y ya no
insistieron en ir a buscar a Yunshu.

Aunque la puerta del patio estaba abierta, los hermanos mayores tampoco mostraron
intenció n de salir.

Esta extrañ a escena era ciertamente peculiar a los ojos de los demás. Pero Yunman
sabía que solo podían quedarse allí para calmarse.

Naturalmente, no presentarse ante Yunshu, su hermano menor, era una forma de


expiació n. Cuando el primer y el segundo hermano mayor, que acababan de despertar
de la ilusió n, quisieron correr a buscar a Pei Yunshu, Yunman los detuvo.
Simplemente dijo con los ojos rojos: "¿Quieren repetir lo que sucedió en la ilusió n?".

Los hermanos mayores primero y segundo se calmaron.

Luego el Gran Maestro y el Maestro los confinaron dentro de la puerta.

La obsesió n del primer y segundo hermano mayor por Pei Yunshu les había calado
hondo. Pasaron cientos de añ os en la ilusió n, donde no existía Pei Yunshu, solo
remordimiento y odio infinitos. El largo tiempo se convirtió en una especie de
tormento, y la ilusió n en otra especie de jaula con un significado diferente. El largo y
opresivo período era suficiente para volver loco a cualquiera.
Habían pasado solo veinte añ os, y Yunman no podía soportarlo. Le rogó al Maestro
que lo sacara de la ilusió n.

Cuando regresó a la realidad, Yunman permaneció sentado durante más de un mes.

El primer y el segundo hermano mayor habían estado atrapados en el reino secreto


durante cientos de añ os. Comparado con los dos hermanos mayores, Yunman ya tenía
mucha suerte. Finalmente comprendió por qué Pei Yunshu, su hermano menor, se
había comportado de diversas maneras.

El hermano menor quería dejarlos por los errores que cometieron. La palabra
«arrepentimiento» podía atormentar a alguien hasta la muerte.

Yunman salió del patio, trayendo el vino y el agua que le había entregado el pequeñ o
sirviente. De pie junto a la puerta, contempló los picos distantes y continuos,
pensando involuntariamente en có mo el hermano menor Yun Shu había logrado
sobrevivir esos días.

É l puede salir, pero el hermano menor Yun Shu ni siquiera puede salir de una casa
pequeñ a.

Yunman reflexionó durante un largo rato, sacudió la cabeza con una sonrisa amarga y
regresó al patio con pasos pesados.

***

“La noticia del matrimonio de Pei Yunshu” se difundió desde la Secta Yuanling y
rápidamente llegó a la Secta Shanshui.

Los discípulos que conocían a Pei Yunshu sentían mucha curiosidad. Quienes no lo
sabían simplemente lo ignoraron. Sin embargo, cuando la noticia llegó al Pico Wuzhi,
el hermano mayor y el segundo hermano mayor, muy ebrios, guardaron silencio
durante un largo rato. Abandonaron sus botellas de vino y se encontraron con el
Venerable Wuwang.

Después de rogar durante mucho tiempo fuera de la cueva cerrada del Venerable
Wuwang, finalmente se les permitió entrar.
La voz, ronca por añ os de estar sumergida en alcohol, el Hermano Mayor miró
directamente al Gran Maestro, "Gran Maestro, el Hermano Menor Yunshu se va a
casar".

Sus labios estaban secos, su rostro cansado, carecía del vigor anterior. "Gran maestro,
no sabemos dó nde está el hermano menor ahora, solo... solo queremos ver có mo se
ve ahora".

El segundo hermano mayor permaneció en silencio, pero cuando escuchó estas


palabras, sus ojos oscuros y sin vida se volvieron hacia el Venerable Wuwang.

El Venerable Wuwang no abrió los ojos y su postura permaneció inalterada.


Simplemente agitó la manga, y un espejo de agua flotó en el aire.

Era una imagen que los demonios le mostraron al Venerable Wuwang el día del
matrimonio de Pei Yunshu.

Con una sonrisa alegre, Pei Yunshu vestía una tú nica roja y parecía estar a punto de
estallar de risa. Su rostro estaba sonrojado y sus rasgos eran vívidos.

Fue una aparició n muy feliz.

Los ojos del segundo hermano mayor giraron alrededor, mirando fijamente el reflejo
de Pei Yunshu en el espejo de agua.

Este era su hermano menor, quien aú n no había muerto. La dulzura que no había
aparecido en mucho tiempo se dibujó en las cejas y los ojos del segundo hermano
mayor. De repente, unas ondas se reflejaron en sus ojos al observar la sonrisa en los
labios de Pei Yunshu.

Esa sonrisa era real. Cientos de añ os después, aú n podía ver la alegría de su hermano
menor.

El segundo hermano mayor bajó la mirada, con un sentimiento de amargura en el


corazó n. Hizo una pausa, sacó un trozo de gasa de piel de serpiente de su bolsa y lo
colocó cuidadosamente frente al Gran Maestro: «Esto también es algo del Hermano
Menor Yunshu».
Tras colocarse esta prenda, el segundo hermano mayor echó un ú ltimo vistazo al
espejo de agua. Sus ojos reflejaban la alegría de Pei Yunshu. De los ojos de Pei Yunshu
a las yemas de sus dedos, finalmente se dio la vuelta y se marchó en silencio.

Yuncheng, el orgullo de los cielos, había lastimado a una persona durante toda su
vida. En sus infinitos recuerdos, ya no se atrevía a acercarse.

Afortunadamente, en esta vida, el hermano menor Yunshu poseía una profunda


cultivació n. Si no podía resistirse, ¿lo obligaría a usar su cultivació n?

Por supuesto que lo haría.

Fuera de la cueva se había acumulado una gruesa capa de nieve en el suelo.

Respirar el aire frío hacía que la gente se luciese.

Yuncheng miró el cielo oscuro. El hermano mayor caminó lentamente hacia él y se


quedó quieto.

Los dos guardaron silencio un rato. De repente, el Hermano Mayor habló con voz
ronca: «Tengo muchas ganas de matarte».

Yuncheng se rió de buena gana: “Entonces ven y mátame”.

El hermano mayor se quedó en silencio por un momento y suspiró : "Quiero matarte


así, pero el hermano menor Yunshu no tiene intenció n de matarte".

La sonrisa de Yuncheng se endureció de repente. Aplanó la sonrisa y se alejó sin decir


palabra.

“Las cosas que no se pueden obtener, prefiero destruirlas antes que dárselas a otros”,
murmuró el Hermano Mayor para sí mismo, “Pero nadie está dispuesto a destruirlo
de nuevo”.

“Hermano menor, toda nuestra secta te ha causado mucho dañ o”.

Vete y no vuelvas.

No nos des a nosotros, los locos, la oportunidad de hacerte dañ o otra vez.
***

La nieve del invierno cayó durante cinco días enteros, hasta que lo cubrió todo con
una capa plateada, y luego se detuvo, como si todavía no estuviera satisfecha.

La habitació n estaba cálida, y Pei Yunshu se recostó en el silló n reclinable, echando


una siesta. El pequeñ o cachorro de dragó n yacía sobre su cintura, durmiendo
profundamente, babeando.

La luz del fuego se reflejó en ellos. Cuando la puerta crujió , Zhuyou bloqueó el viento
y la lluvia del exterior, se calentó las manos junto a la estufa, se agachó para recoger
al pequeñ o dragó n y a Yunshu, y los colocó en la cama caliente.

Cubriéndolos con una manta, sin importar si el pequeñ o dragó n en la cintura de


Yunshu se sentiría sofocante o no, Zhuyou hizo una pausa. Su expresió n era impasible
mientras miraba hacia atrás por encima del hombro.

Salió , salió de la ilusió n y la formació n, y vio un trozo de gasa de piel de serpiente


colgando de una rama fuera del Valle de Chunxiao, cubierto de nieve ondeante.

Zhuyou levantó la mano para recoger la gasa, y había un trozo de papel dentro. Tomó
la nota y la desdobló . La caligrafía nítida decía cuatro palabras: Cuídalo.

Zhuyou se burló , quemando la nota y la gasa juntas. Su mirada reflejaba desdén.

Pei Yunshu podía tener todas las gasas que quisiera. Esta no tenía nada de especial.

¿Necesita que le digan que lo cuide?

Solo un grupo de fracasados.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 107

Capítulo 107 – Extra 2

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El pequeñ o dragó n está cerca del fuego, le gusta, y todo el dragó n tiene un color
deslumbrante como el fuego. Comparado con el agua, que solo ha tocado unas pocas
veces desde que nació , le tiene un poco de miedo.

Bajo el sol abrasador, con el canto de las cigarras y los pájaros, Zhuyou estaba de pie
junto al agua con una expresió n solemne, mirando fríamente al pequeñ o cachorro de
dragó n llorando mientras abrazaba las piernas de Pei Yunshu.

Como dragó n, el Gran Maestro del río que puede manipular las nubes y la lluvia, ¿en
realidad le teme al agua?

¡Realmente una gran broma!

Pei Yunshu no sabía có mo consolar al pequeñ o dragó n. Este le había quitado los
pantalones de los calcetines, dejando al descubierto una pequeñ a porció n de piel
clara y tersa.

El pequeñ o cachorro de dragó n aú n no hablaba con claridad; sus garras sujetaban


firmemente a Pei Yunshu. Con sus grandes ojos dorados llenos de lágrimas, dijo:
«Papá... papá...».

Con un aroma lechoso, es la leche de un tigre feroz capturado especialmente por Bai
Lige.
Pei Yunshu se siente extremadamente angustiado por esta pequeñ a y delicada
criatura, pero un dragó n no puede nadar, lo cual es realmente…

—Ah Zai —Pei Yunshu se agachó impotente, intentando razonar con el pequeñ o
cachorro—. Todos los dragones saben nadar.

Por mucho que lo persuadiera, el pequeñ o dragó n no quería soltarlo. El rostro de


Zhuyou se volvió frío y, de repente, lo agarró , mirándolo fijamente a los ojos dorados.
"¿Te gusta tu papá?"

Aunque el pequeñ o cachorro de dragó n le tenía miedo a Zhuyou, asintió rápidamente


cuando se trató de su padre: "¡Me gusta!"

"Pero además de ti, muchos otros como tu papá", la expresió n de Zhuyou se vuelve
inusualmente severa, sus ojos se entrecerran, la crueldad en sus ojos negros es
evidente, "Si no eres fuerte, otros te quitarán a tu papá".

Asustado, el pequeñ o cachorro de dragó n mira a su padre dragó n.

Zhuyou considera a Pei Yunshu un tesoro inalcanzable, un tesoro que guarda en su


corazó n. Permitir que el pequeñ o dragó n fuera malcriado repetidamente ya era una
medida para salvar las apariencias del Dragó n Blanco y del clan de dragones
superviviente.

Al ver la expresió n de sorpresa y pánico en el rostro del pequeñ o cachorro de dragó n,


Zhuyou sonrió amenazadoramente: "Eres tan débil, ¿puedes proteger a tu papá?"

A los ojos del pequeñ o cachorro de dragó n, la apariencia actual de Zhuyou es como la
del malvado Bai Lige adulto que lo describió : un monstruo enorme que devoraba
cachorros de dragó n. Sus ojos estaban al borde de las lágrimas, pero apretó los
dientes y se contuvo. ¡Quería proteger a su padre y no dejar que nadie se lo llevara!

Sollozando, el pequeñ o cachorro de dragó n se escapó de las manos de Zhuyou. Sin


que Zhuyou dijera nada, saltó valientemente al arroyo.

"¡Ten cuidado!" Pei Yunshu solo pudo pronunciar estas dos palabras, ató nito,
mientras observaba có mo el pequeñ o cachorro de dragó n forcejeaba en el agua
turbulenta. ¿Qué le dijo Zhuyou a Ah Zai para que saltara al agua solo?

El pequeñ o cachorro de dragó n es pequeñ o, y a ojos de Pei Yunshu y Zhuyou, un


pequeñ o arroyo podría arrastrarlo fácilmente. Sin embargo, con la determinació n de
fortalecerse y proteger a su padre, el pequeñ o cachorro de dragó n nadó con valentía
hacia aguas más profundas.

Después de una hora entera, el agua del arroyo de repente formó varios pilares,
levantando al pequeñ o cachorro de dragó n "a volar".

Agotado pero con los ojos brillantes, manipuló el agua para acercarse a su padre,
diciendo orgulloso: “¡Papá!”.

La mirada de Pei Yunshu se suavizó al instante. Abrazó al pequeñ o cachorro de


dragó n. «¡Buen cachorro!»

El pequeñ o cachorro de dragó n, agarrando la cola del dragó n, le dio un mordisco y


miró a Pei Yunshu felizmente, luego se durmió , exhausto.

Pei Yunshu miró a Zhuyou, quien observaba al pequeñ o cachorro de dragó n en sus
brazos con una expresió n sombría. Pei Yunshu rió entre dientes, y Zhuyou, saliendo
de sus pensamientos, miró el rostro sonriente de Pei Yunshu y sonrió también.

Sus ojos brillaban aú n más, fijos en Pei Yunshu, sin poder apartarlos. Por suerte, Pei
Yunshu ya se había acostumbrado a su mirada y podía ignorarla con calma. Soltó con
suavidad la punta de la cola que el pequeñ o dragó n había estado mordisqueando. La
deslumbrante punta, como un rubí, relucía con saliva brillante. Pei Yunshu la secó
con un pañ uelo y luego aflojó las garras curvas del pequeñ o dragó n, retirando la
arena escondida entre los dedos.

"¿Qué le dijiste?" Después de encargarse del pequeñ o dragó n, Pei Yunshu no pudo
evitar preguntar con curiosidad.

Zhuyou negó con la cabeza y cambió de tema: "¿Lo enviarás al reino secreto del Dios
Dragó n en unos días?"
"Aunque lo envíes, Ah Zai armará un escándalo, y el Dragó n Blanco terminará
enviándolo de vuelta", suspiró Pei Yunshu, "Todos los días mencionas enviarlo lejos
tres o cuatro veces, pero no he visto cuánto te desagrada Ah Zai".

Zhuyou pensó un momento, luego se inclinó y le susurró algo al oído. Las orejas de
Pei Yunshu se pusieron rojas al instante, y lo miró con timidez y enojo: «Cada día...
¿aú n no te alcanza?».

Zhuyou frunció el ceñ o con angustia, sus profundos ojos negros tenían un significado
directo, haciendo que la persona que estaba mirando se sonrojara profundamente,
"Esposa, ¿crees que soy suficiente?"

La ú ltima vez que se dieron un capricho duró cuarenta y dos días completos. Pei
Yunshu descansó tres días y aú n tuvo que cuidar del encogido Zhuyou. Esos cuarenta
y cinco días fueron realmente absurdos, sin distinció n entre el día y la noche. Ahora,
con la alegría diaria, Pei Yunshu sentía que era suficiente. De vez en cuando, el
pequeñ o dragó n que armaba alboroto también lo complacía en secreto, salvándolo de
la tumultuosa relació n con Zhuyou.

Si alguien dijera que no lo disfrutó , no sería del todo cierto. Al contrario, era
simplemente porque era demasiado placentero. A Pei Yunshu no le gustaban
demasiado sus propios deseos, así que su conflicto era aú n mayor. Por un lado, temía
que si Zhuyou se dejaba llevar, se sumergiría por completo en el deseo. Por otro lado,
estaba realmente exhausto, sudando profusamente, y luego tenía que limpiarse, lo
cual era bastante problemático.

Pei Yunshu aú n recordaba el incidente del ámbar gris. Creía firmemente en lo que
decía el dueñ o de la tienda de incienso. A menudo, un simple beso de Zhuyou le
provocaba fiebre y una agitació n secreta. Atribuía todos estos cambios a Zhuyou.

Debe ser que la saliva de este colorido dragó n tenía propiedades afrodisíacas, lo que
permitía que Pei Yunshu se excitara fácilmente con él.

Cuanto más lo pensaba, más inapropiados se volvían sus pensamientos. Pei Yunshu se
recuperó rápidamente y tosió : «Ayer, Baili me preguntó por qué no le puse nombre a
Ah Zai».
Zhuyou finalmente se puso serio. Frunció el ceñ o y miró al pequeñ o dragó n que
dormía dulcemente. "En cuanto le pongas un nombre, te enredarás completamente
con él".

Pei Yunshu se rió entre dientes: "¿No quieres que me involucre más en enredos?"

Zhuyou asintió con seriedad.

Los cultivadores siempre se resisten a enredarse demasiado. Si ascienden, deben


romper con todas sus relaciones y karma mundanos. Los dragones pueden vivir
muchísimo tiempo, y la intenció n de Zhuyou era simplemente evitar que el pequeñ o
dragó n arrastrara a Pei Yunshu.

Pei Yunshu lo persiguió , preguntándole: «En los ú ltimos mil añ os, nunca he sabido de
ningú n cultivador que haya ascendido con éxito. El que más cerca estuvo de la
ascensió n fue el Venerable Wuwang. Tuvo que separarse de las emociones y el amor.
Si yo ascendiera, Zhuyou, ¿qué pasaría si tuviera que olvidarme de ti?».

Durante la prueba del Demonio del Corazó n, tras la ascensió n, existía un mundo
blanco puro. Pei Yunshu había perdido el interés en alcanzar la cima del cultivo hacía
tiempo.

Cultivar lo suficiente para protegerse a sí mismo y a sus seres queridos era todo lo
que deseaba. La inmortalidad no era su meta; tener tiempo suficiente para envejecer
con sus seres queridos en el reino mortal le bastaba. Con tantos paisajes hermosos y
comida deliciosa en el reino mortal, rodeado de buenos amigos y seres queridos, ¿por
qué perseguir la ascensió n?

Llenando su corazó n de emociones, la energía espiritual a su alrededor se agitó


repentinamente sin ningú n viento. Zhuyou frunció el ceñ o y rápidamente tomó al
pequeñ o dragó n del abrazo de Pei Yunshu, mientras este entraba en un estado
misterioso.

Poco después, Bai Lige y los demás llegaron. Observaron có mo Pei Yunshu
comprendía la situació n, mientras lo vigilaban.

Zhuyou, sin embargo, miró fijamente a Pei Yunshu, sintiéndose incó modo.
Siguió pensando en lo que Pei Yunshu había dicho antes y de repente se encontró a sí
mismo sin querer que Pei Yunshu ascendiera.

Incluso si fue solo algo mencionado casualmente por Pei Yunshu, Zhuyou no se
atrevió a apostar por la posibilidad de que Pei Yunshu lo abandonara debido al
egoísmo y la codicia.

Mientras el viento giraba alrededor de Pei Yunshu, cuando la luz dorada se dispersó
por el suelo y se acercó el anochecer, Pei Yunshu finalmente se despertó .

Sintiendo una claridad sin precedentes, pareció haber comprendido algo. Con una
mirada, Pei Yunshu comprendió que había alcanzado la iluminació n.

Con esta iluminació n, el cultivo reprimido se desbordó . En un abrir y cerrar de ojos,


el cultivo de Pei Yunshu avanzó hasta la etapa intermedia de la Divinidad Naciente.

Por primera vez, un avance se sintió tan refrescante y reconfortante. Pei Yunshu se
giró con una sonrisa, encontrando la mirada ansiosa de Zhuyou.

Naturalmente, comprendiendo lo que Zhuyou tenía en mente, Pei Yunshu dio un paso
adelante y tocó la cabeza de dragó n de Zhuyou para consolarlo: "Si la ascensió n
realmente requiere cortar las emociones y el amor, y no puedo estar contigo,
entonces preferiría no convertirme en un inmortal".

Zhuyou lo abrazó en silencio.

Pei Yunshu hizo una señ al a la gente que lo rodeaba con la mirada. Los amigos que lo
comprendieron sonrieron en silencio y se marcharon. Cuando todos se fueron, Pei
Yunshu apartó a Zhuyou, sujetándole la cara. «Yo también estaba preocupado. Sentía
lo mismo que tú ahora. Me preocupaba que, después de convertirte en dragó n, te
liberaras del mundo y volaras a un lugar donde no pudiera alcanzarte».

"No, no lo haré", las cejas de Zhuyou se fruncieron con fuerza, "No haré eso".

Pei Yunshu sonrió , mirándolo con ojos claros. Se acercó y besó la cabeza de dragó n,
la nariz y los labios ligeramente coloreados de Zhuyou. "Confía en ti mismo, no me
dejarás, y también confía en que yo no te dejaré".
Estas palabras sinceras hicieron que la respiració n de Zhuyou se volviera
repentinamente pesada.

Pei Yunshu, todavía sonriendo, besó deliberadamente a Zhuyou en los labios e incluso
sacó la lengua para lamerlos rápidamente.

El beso hú medo y cálido calmó por completo a Zhuyou.

Los dos se abrazaron en silencio bajo la luz de la luna, hasta que sus corazones se
sincronizaron. Zhuyou entonces levantó la cabeza, sujetó la barbilla de Pei Yunshu y
dijo con voz ronca: «Abre la boca».

Pei Yunshu separó obedientemente sus labios, permitiendo que la gran lengua de
Zhuyou explorara.

Los labios y los dientes chocaron y las respiraciones se volvieron calientes.

Tras un árbol gigante, no muy lejos, Bai Lige sostenía al pequeñ o dragó n,
observándolo con deleite. La boca del pequeñ o dragó n estaba cubierta por la mano
de Bai Lige, y sus pequeñ as garras se extendían hacia su padre; sus pupilas verticales
doradas brillaban con una capa de agua.

—Shh —susurró Bai Lige, llevándose un dedo a los labios—. Tienes que comportarte.
Si no, te llevaré de vuelta y ni siquiera verás a tu padre.

El pequeñ o dragó n se frotó los ojos con impotencia y cedió ante la tiranía de Bai
Lige.

Al verlo obediente, Bai Lige lo soltó . El pequeñ o dragó n, ahora curioso, yacía en sus
brazos, imitando a Bai Lige, bajando la voz y preguntando vagamente: «Tío Bai Li,
¿papá le está comiendo la boca a papá? Papá está sufriendo».

Bai Lige se aclaró la garganta, dándose cuenta de que traer a un niñ o a presenciar
semejante escena no era apropiado. Se dio la vuelta y se fue con el pequeñ o dragó n,
diciendo con indiferencia: «Es porque a tu papá le duele la boca. Tu papá dragó n lo
está curando».
El pequeñ o dragó n continuó preguntando, sin claridad: "¿Por qué le duele la boca a
papá?"

Es como romper una olla para llegar al fondo. Bai Lige sintió que le iba a doler la
cabeza. Como las palabras del pequeñ o dragó n no eran claras, Bai Lige fingió no
haber oído bien: "¿Qué? ¿Qué dijo Ah Zai?".

El pequeñ o dragó n insistió y volvió a preguntar.

Bai Lige lo miró disculpándose: "Las palabras de Ah Zai no son muy claras, no
entendí lo que quisiste decir".

El pequeñ o dragó n yacía lánguidamente sobre su hombro, aferrándose a su ropa sin


hablar.

Al regresar a la habitació n, Bai Lige lo dejó en el suelo, pensando que todo había
terminado. Sin embargo, inesperadamente, el pequeñ o dragó n trotó hacia el joven
maestro Qingfeng, lo agarró de la ropa y preguntó con dificultad: "¿Por qué le duele
la boca a papá?".

El joven maestro Qingfeng dejó su taza de té, lo miró , frunció el ceñ o y reflexionó un
rato, luego comprendió el significado: "¿A tu papá le duele la boca?"

Los ojos del pequeñ o dragó n se iluminaron de repente. Asintió con fuerza y señ aló a
Bai Lige: «El Padre Dragó n le está comiendo la boca a papá».

El joven maestro Qingfeng entrecerró los ojos y se giró para mirar a Bai Lige, quien
respondió con una apariencia inocente y refinada.

Qingfeng extendió la mano para recoger al pequeñ o dragó n, sorprendentemente


usando un tono gentil: "¿Viste a tu papá dragó n comiéndose la boca de tu papá?"

Esta frase, cuando fue pronunciada, hizo que el joven maestro Qingfeng se sonrojara
incontrolablemente.

El pequeñ o dragó n asintió con seriedad, temeroso de que el joven maestro Qingfeng
no le creyera. Incluso señ aló a Bai Lige y dijo: "¡Mi tío también lo vio!".
Joven maestro Qingfeng: "Je".

Bai Lige se frotó la nariz y mostró una sonrisa iró nica: "Realmente he corrompido al
niñ o".

Se sentó junto a Qingfeng, mirando a su alrededor. "Oh, ¿dó nde está Hua Yue?"

"Fue al burdel", dijo el joven maestro Qingfeng, poniendo al pequeñ o dragó n en su


regazo, con una voz inusualmente suave. "Segú n él, hay un concurso de cortesanas
allí, y todo tipo de bellezas se están reuniendo en la ciudad. También se disfrazó de
mujer para unirse a la diversió n".

"¿Belleza?" Bai Lige entrecerró los ojos, mostrando un atisbo de interés. "Este zorro,
¿por qué no me hablaron de algo tan bueno?"

"¿Aú n quieres ver una belleza?" El joven gran maestro Qingfeng lo miró con desdén.
"Ahora estás tan débil que ni siquiera puedes vencerme. Quédate aquí con Yunshu".

Bai Lige negó con la cabeza, sonriendo con profundo significado. «Conquistar a una
belleza no debería depender de la fuerza. Todo se reduce a la habilidad». Se dio una
palmadita en el muslo, insinuando algo. «Todo se reduce a la técnica».

“¿Qué técnicas?”

Alguien empujó la puerta, y Pei Yunshu lo oyó por casualidad. Curioso, alzó la voz.
«Baili, ¿has aprendido algú n truco nuevo?»

Bai Lige se ahogó con la saliva, pero ignoró su tos. Se levantó al instante y le dio la
bienvenida a Pei Yunshu. "Yunshu, no pienses demasiado. No he dicho nada".

Pei Yunshu, desconfiado, lo miró . "¿Has vuelto a hacer algo mal?"

Bai Lige no pudo ocultar su remordimiento ante su padre y el Padre Dragó n. Se


disculpó y salió corriendo a toda prisa.

El joven gran maestro Qingfeng se burló dos veces, soltó al pequeñ o dragó n de sus
brazos y le dijo a Pei Yunshu: «Iré a traerlo de vuelta. Después de atraparlo, trátalo
como es debido para que no se atreva a actuar así en el futuro».
Perplejo, Pei Yunshu los vio a ambos irse y luego bajó la cabeza para preguntarle al
pequeñ o cachorro de dragó n: "Ah Zai, ¿sucedió algo entre el tío Baili y el tío
Qingfeng?"

El pequeñ o cachorro de dragó n, todavía mareado por haber sido transferido de los
brazos de una persona a otra, só lo recordó preguntar: "¿A papá todavía le duele la
boca?"

Pei Yunshu se sonrojó y luego su rostro se puso pálido.

Sus labios estaban hinchados, luciendo un hermoso rojo brillante. Ante la mirada
curiosa y preocupada del pequeñ o dragó n, se quedó paralizado.

En ese momento, Zhuyou sonrió con satisfacció n. "Cuando a tu papá le duele la boca,
solo el Padre Dragó n puede curarla".

El pequeñ o cachorro de dragó n volvió a chuparse la cola, reflexionó un momento y


preguntó : "¿Mejora después de comer?"

Zhuyou miró al pequeñ o cachorro de dragó n: "Así es".

—Zhuyou —Pei Yunshu sintió que la cabeza le iba a estallar—. Cállate.

Zhuyou cerró la boca obedientemente, pero por su expresió n, estaba claro que no
creía que hubiera nada malo en ello.

Ya fuera Bai Li o Zhuyou, ambos poseían la naturaleza de un demonio. Al final, solo


les causó un dolor de cabeza a Pei Yunshu y al joven maestro Qingfeng. ¿Podría el
niñ o verlo? ¿Podría el niñ o enterarse? ¿Y si el niñ o aprende de ellos?

Pei Yunshu no quería que el pequeñ o dragó n adoptara tan rápidamente el


comportamiento desvergonzado de su padre dragó n.

Después de que el joven maestro Qingfeng trajera de vuelta a Bai Lige, Pei Yunshu le
dio una buena lecció n. También empezó a considerar la posibilidad de encontrar un
maestro para el pequeñ o cachorro de dragó n. En ese momento, Hua Yue, quien se
había escabullido, los invitó a presenciar el ú ltimo día del Concurso de Doncellas de
las Flores en la ciudad. Resultó ser una oportunidad para encontrar un tutor para el
pequeñ o cachorro de dragó n, así que Pei Yunshu aceptó de inmediato.

***

En la ciudad, todos vestían como delicadas flores. Pei Yunshu y su grupo caminaban
entre ellos, sintiéndose como si estuvieran en una ciudad de flores.

En sus brazos, Pei Yunshu sostenía a un niñ o delicadamente tallado como jade. El
niñ o regordete parecía una tierna raíz de loto.

El pequeñ o cachorro de dragó n, tras transformarse, tenía solo dos o tres añ os. Era la
época más adorable para un niñ o. Sus cuernos y patrones de dragó n aú n no se habían
retraído, así que Pei Yunshu tuvo que usar una ilusió n para disimular sus rasgos
demoníacos antes de atreverse a traerlo a la ciudad.

A un lado, Zhuyou dijo: "¿Lo sostengo?"

El pequeñ o cachorro de dragó n comprendió y se aferró a la ropa de Pei Yunshu,


enterrando su cabeza en los brazos de Pei Yunshu para evitar la mano extendida de
Zhuyou.

—Déjame hacerlo —dijo Pei Yunshu con sinceridad—. Ah Zai es más ligero que una
pluma para mí.

Para un cultivador de la divinidad naciente en etapa avanzada, cargar una montañ a


era como cargar una pluma. Y ni hablar de este pequeñ o niñ o.

El pequeñ o cachorro de dragó n, al saber que papá podía sostenerlo, se sintió aliviado.
Asomó la cabeza y miró a su alrededor con curiosidad. De repente, vio a otro niñ o de
su misma edad. Emocionado, agarró la mano de papá y le habló con urgencia,
escupiendo saliva: "¡Ah Zai!".

¡Hubo otro Ah Zai*!


*niñ o
Pei Yunshu se giró y vio a otro niñ o guiado por sus padres a lo lejos. Sonrió y
preguntó : "¿Ah Zai quiere hacer amigos?".

Las piernas regordetas del pequeñ o dragó n pateaban con entusiasmo. Miró al otro
niñ o que estaba detrás de él, pero justo en ese momento, sus padres lo pellizcaron
con fuerza.

El pequeñ o cachorro de dragó n se estremeció mientras los miraba fijamente.

Pei Yunshu se sintió extrañ o y preguntó en voz baja: "¿Qué pasa?"

El pequeñ o cachorro de dragó n señ aló hacia atrás y dijo inocentemente: "Golpearon
a Ah Zai".

Todos en el grupo oyeron esto y miraron hacia atrás.

Los cuatro, junto con el pequeñ o dragó n, lucían una apariencia extraordinaria y
vestían ropas lujosas. Quienes los observaban temblaban y los saludaban con
sonrisas halagadoras. "¿Qué querían decir estos caballeros?"

Los padres del otro niñ o tenían rostros comunes, piel áspera y una estatura delgada y
robusta. Vestían ropas de cáñ amo comunes, y aunque el niñ o que sostenían también
vestía ropas comunes, tenía finas cicatrices en el cuello donde rozaban las ropas de
cáñ amo.

Después de unas cuantas miradas, Bai Lige le susurró a Pei Yunshu: "Estos deben ser
dos secuestradores".

La mirada de Pei Yunshu se volvió fría. Con voz suave, le indicó al niñ o que llevaba en
brazos que se acercara. «Niñ o, ven aquí».

Los esperanzados ojos negros del niñ o brillaron. Miró con cautela al hombre y a la
mujer a su lado. Al verlos inexplicablemente quedarse rígidos, se armó de valor para
soltarse de sus manos y corrió directo a los brazos de Pei Yunshu.

La fragancia era embriagadora, y la calidez del abrazo hizo que la niñ a rompiera a
llorar. Agarrar la mano de Pei Yunshu fue como aferrarse a la ú ltima gota que
colmaba el vaso para sobrevivir.

Al oír el llanto del niñ o, los dos secuestradores, que se habían quedado paralizados,
finalmente se recuperaron. Miraron a Pei Yunshu con recelo y luego fulminaron con
la mirada al niñ o que había huido, conscientes de que estas personas poseían
habilidades extraordinarias y no se atrevían a ofenderlos. Sin decir palabra,
intentaron darse la vuelta y huir.

Pei Yunshu ordenó : "Para".

Los dos secuestradores se detuvieron involuntariamente. Uno de ellos,


repentinamente, sintió debilidad en las piernas y orinó en el lugar.

La gente que observaba la conmoció n estaba alborotada, señ alando y chismorreando,


mostrando tanto desdén como deseo de emoció n.

Bai Lige abrazó al niñ o que lloraba, compró dos bollos a un vendedor cercano y les
dio uno a cada niñ o. Miró a Pei Yunshu y dijo: «Yunshu, ¿qué hacemos?».

—Naturalmente, lo denunciamos a las autoridades —respondió Pei Yunshu con


expresió n de desconcierto—. Has vivido en el mundo mortal durante muchos añ os,
¿no lo sabes?

Como se menciona en el libro, este asunto debía ser abordado por las autoridades.
Sin embargo, antes de enviar a los niñ os ante los funcionarios, Pei Yunshu preguntó a
quienes lo rodeaban y observaban la conmoció n: "¿Qué hay de las autoridades
locales?".

Después de recibir respuestas que indicaban integridad y justicia de los funcionarios


locales, Pei Yunshu envió a los dos secuestradores, junto con los niñ os, a las
autoridades.

El niñ o secuestrado había dejado de llorar, solo miraba con los ojos abiertos y
recordaba profundamente quién lo había salvado. Después, hizo una reverencia
respetuosa ante Pei Yunshu y los demás, revelando su extraordinario pasado.
De hecho, la ira de los funcionarios dio lugar a un impactante caso de tráfico infantil
que conmocionó a toda la regió n de Jiangnan. La razó n por la que los funcionarios se
atrevieron a investigar con audacia fue la identidad del niñ o secuestrado.

De hecho, el niñ o era el hijo legítimo de un príncipe en misió n en Jiangnan.

Se trata de un miembro de la familia imperial, con el respaldo de toda la familia real,


por lo que los funcionarios fueron aú n más generosos en sus acciones.

Ante la ira del funcionario, se reveló un impactante caso de trata de menores, que
involucraba al hijo de una familia real. Las autoridades, con el apoyo de toda la
familia imperial, tomaron medidas enérgicas.

Sin embargo, estos asuntos ya no tenían nada que ver con Pei Yunshu y los demás.
Tras entregar a las personas a las autoridades, fueron a buscar a Hua Yue. Hua Yue,
con su carácter juguetó n, incluso había participado en una selecció n de cortesanas
travesti. Por suerte, se aburrió a mitad de la prueba y abandonó el burdel en silencio,
volviendo a su forma original para unirse a Pei Yunshu y los demás y presenciar la
selecció n final.

El pequeñ o dragó n se cansó temprano y se durmió en brazos de Pei Yunshu. Zhuyou


se lo quitó y se lo entregó a Bai Lige. Luego, se fue con Pei Yunshu.

Con el niñ o en brazos, Bai Lige no pudo evitar llorar y reír. "Zhuyou es realmente
despiadado. Me entregó a Ah Zai, y ahora no tengo tiempo para disfrutar de la
compañ ía de mujeres hermosas".

El joven maestro Qingfeng extendió la mano con impaciencia. "Dámelo".

Bai Lige esquivó su mano. "Qingfeng es inesperadamente comprensivo, pero aun así
es un no. Este pequeñ o dragó n es travieso. Si te patea, puede que no puedas
aguantarlo".

El joven maestro Qingfeng no insistió , solo lo miró fijamente. "Te cuidaré. No pienses
en hacerle cosas sucias".
Bai Lige miró a su alrededor y vio a Hua Yue jugando y coqueteando con una
hermosa mujer. Suspiró : «Después de vivir tanto tiempo, al final, no puedo vencer a
mi propio nieto zorro».

Aunque lo dijo, sus ojos brillaban con una intensidad excepcional. De repente, el niñ o
en sus brazos se movió , Bai Lige bajó la cabeza y vio al pequeñ o dragó n chupándose
los dedos, babeando.

Los ojos de Bai Lige se suavizaron, bajó la cabeza y besó tiernamente la parte
superior de la cabeza del pequeñ o dragó n.

Una dulce fragancia llenó el aire, increíblemente suave.

Después de un momento de vacilació n, Bai Lige de repente mordió la suave mejilla


del pequeñ o dragó n.

“Sabroso”, murmuró pensativo, “No me extrañ a que Yunshu le robara un mordisco al


puñ o del niñ o ese día”.

En la mejilla del pequeñ o dragó n apareció una clara marca de diente, pero el niñ o
seguía durmiendo profundamente, completamente inconsciente de lo que había
sucedido.

El ojo del joven maestro Qingfeng se crispó y giró la cara, fingiendo no ver.

¿Fue porque no podía disfrutar de esas bellezas y en lugar de eso intimidó a un niñ o?

… Bueno, vamos a fingir que no lo vimos.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 108

Capítulo 108 – Extra 3

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A papá le gusta llamarme "Ah Zai", y Padre Dragó n me puso un nombre: Pei Yan.
Aunque ya tengo siete añ os, todavía me gusta el nombre "Ah Zai", pero no puedo
mostrarlo, por si Padre Dragó n me rompe la pata de dragó n.

Sí, aunque estudio y leo en el reino mortal, con una inteligencia excepcional que
supera su comprensió n, no solo soy guapo y atractivo, sino que también tengo
talento tanto para la literatura como para las artes marciales. Estos mortales me
adoran, elogiándome como un "genio excepcional entre miles". Sin embargo, no
tienen idea de que la diferencia entre ellos y yo es mucho menor que la de uno entre
mil.

Nunca sabrán que, de hecho —

Soy un dragó n.

— “Los registros misceláneos del dragó n más fuerte del cielo y la tierra”

***

Pei Yunshu estaba sentado en la casa de té con una expresió n desconcertada,


escuchando al tutor frente a él hablar sin parar.

“Joven Maestro Pei, Pei Yan tiene un talento natural para aprender. Comprende las
cosas con rapidez, mientras que otros necesitan leerlas cinco o seis veces para
memorizarlas. No solo las memoriza a la perfecció n con una sola lectura, sino que
también aporta sus propias ideas”, dijo el tutor con entusiasmo, con el rostro
enrojecido. “Joven Maestro Pei, aunque aú n es joven, un niñ o tan talentoso y virtuoso
necesita una guía adecuada desde pequeñ o”.

El tutor hizo una pausa, sintiéndose un poco incó modo, y se acarició la barba antes
de continuar: "Joven Maestro Pei, pero Pei Yan... su temperamento parece... algo
inusual".

“Esa arrogancia y excesiva confianza en sí mismo serán, sin duda, una desventaja en
el ámbito oficial”.

Pei Yunshu entendió cada frase individualmente, pero al unirlas, se confundió .


Soportándola, escuchó un rato, cada vez más perplejo. El tutor elogió a Pequeñ o
Dragó n como si fuera el ser más excepcional, y luego se quejó con Pei Yunshu de lo
atormentador que era el temperamento de Pei Yan. Todos los compañ eros de la sala
de estudio parecían haberse ofendido por Pei Yan.

¿Era éste realmente su obediente Ah Zai?

Pei Yunshu tenía serias dudas.

Al ver su expresió n escéptica, el tutor lo invitó a visitar la escuela privada. Pei


Yunshu asintió con entusiasmo y lo siguió . Durante el camino, el tutor mostró una
expresió n de angustia, expresando sus quejas sin cesar a Pei Yunshu. No parecía una
farsa.

Pei Yunshu quedó aú n más confundido.

Al llegar a la escuela privada, era hora de que los alumnos practicaran la escritura de
caracteres grandes. No había profesor en la sala, y estos niñ os, aú n en edad adulta,
eran difíciles de controlar.

Siguiendo al tutor, Pei Yunshu intentó ocultar su presencia, apoyado en la ventana.


Desde un rincó n, observaba a los estudiantes en la sala.

El Pequeñ o Dragó n se sentó en el centro, y su apariencia ahora tenía un toque del


aura fría y sobrenatural de la raza dragó n. Solo con su aura, podía reprimir
fácilmente a diversas bestias y a estos niñ os aú n pequeñ os.

Pero con sus mejillas regordetas y sus ojos tiernos, se veía tan lindo. Pei Yunshu
pensó : «Es tan fácil llevarse bien con su Ah Zai, ¿có mo podría ofender a sus
compañ eros?».

Justo cuando estaba seguro de esta idea, alguien se levantó y se acercó a la mesa del
Pequeñ o Dragó n. Agarró la mesa de Pei Yan con ambas manos y dijo enojado: «Pei
Yan, deja de fingir. ¿Fuiste tú quien me hizo tropezar anoche?».

Pei Yan lo miró con desdén, frunciendo los labios con sarcasmo. A pesar de su corta
edad, parecía extremadamente arrogante: «Las piernas de este joven amo son
extremadamente valiosas. ¿Te has tropezado? Me parece repugnante que me ensucies
las piernas».

"¡Tú !" El furioso intentó golpear a Pei Yan, pero Pei Yan lo bloqueó sin esfuerzo con
un cepillo. Pei Yan se levantó de su asiento, le dio una patada y lo hizo arrodillarse
pesadamente en el suelo.

Se oyeron algunas exclamaciones, y el rostro del arrodillado se retorció de dolor. Sus


ojos se enrojecieron involuntariamente. Pei Yan se agachó , tomó un pincel y lo
apuntó al rostro del arrodillado, provocándole con un «Llora».

"¡Estás intimidando a la gente!" El niñ o en el suelo sollozó , llorando de dolor. "¡Voy a


decirle a la maestra!"

"¿Decírselo al maestro? Si te atreves a decírselo, me atrevo a actuar. Arrodíllate


ahora o disfruta del privilegio de verte bien cuando llores", Pei Yan arqueó una ceja,
sonriendo con un toque de arrogancia en su delicado y pequeñ o rostro. "Yo
personalmente levanté el pie y te di una patada. Deberías considerarlo un honor".

El joven lloró aú n más desconsoladamente, a pesar de ser notablemente mayor que


Pei Yan. Sin embargo, frente a Pei Yan, parecía un rató n frente a una serpiente.

Pei Yan arrugó sus pequeñ as cejas con angustia. "Deja de llorar".
El joven lloró aú n más fuerte, con el rostro sucio y feo. Pei Yan, disgustado, apartó la
mirada, se dio unas palmaditas en la tú nica, se levantó y apartó el cepillo. «Basta,
levántate. ¿Alguien te acosó anoche? Discú lpate ahora y, en el futuro, te apoyaré.
Nadie se atreverá a acosarte de nuevo».

Después de decir esto, y con el niñ o todavía llorando, la voz de Pei Yan de repente se
volvió fría e impaciente: "Dije que dejes de llorar".

El joven se asustó y contuvo las lágrimas, mirándolo con terror.

La mirada de Pei Yan recorrió el estudio, señ alando a alguien: "Ven aquí".

La persona que señ aló tenía una apariencia distinguida. Sorprendido, abrió la boca y
luego frunció los labios. Se acercó susurrando: "¿Qué pasa, hermanito Pei?".

"¿Por qué lo hiciste tropezar?", preguntó Pei Yan. "Un tonto, ¿para qué molestarse
con él?"

El apuesto joven respondió : “É l siempre te está causando problemas”.

Los ojos de Pei Yan se curvaron, revelando una expresió n infantil e inocente: «Sé que
soy sumamente encantador, pero ni tú ni él me llaman la atenció n. En lugar de
molestarlo, ¿por qué no escribes algunos poemas alabando mi belleza? Me haría
feliz».

El joven sonrió y asintió : “Claro”.

El maestro apartó a Pei Yunshu de la ventana. Aturdido, preguntó : "¿Esa persona era
realmente mi Ah Zai?".

El maestro lo miró de forma extrañ a y le preguntó : "¿No es siempre así Pei Yan en
casa?"

Pei Yunshu no pudo oír sus palabras en ese momento. Se quedó aturdido un rato. Era
difícil creer que el chico diabó lico que vio antes fuera el mismo que se aferraba a él
con lágrimas en los ojos esa mañ ana.
El maestro al ver su apariencia le dio una palmadita simpática en el brazo, dejándolo
solo para que se calmara.

Después de un rato, Pei Yunshu recuperó el sentido a regañ adientes. Caminó hacia la
puerta del estudio y llamó con calma: «Pei Yan».

Pei Yan, que escribía cabizbajo, tembló , y la tinta manchó un carácter. Levantó la
vista disimuladamente, vio a Pei Yunshu, y sus ojos se iluminaron de inmediato, para
luego mostrar una mirada de culpabilidad.

Se levantó , casi corriendo, y se arrojó a los brazos de Pei Yunshu. Su rostro, lleno de
admiració n y alegría en sus ojos, sonaba dulce como un caramelo: "¡Papá!".

Pei Yunshu se ablandó por un momento, pero enseguida se puso rígido. Saludó con la
cabeza a los estudiantes en el estudio, se llevó a Pei Yan con él y se marchó .

En un instante, Pei Yan se encontró de nuevo en el valle de Chunxiao.

Con una expresió n de lástima en el rostro, las mejillas regordetas de Pei Yan se
apretaron. Se transformó en un pequeñ o dragó n bebé, agarrado a la ropa de su padre,
con la cola entre los brazos y parpadeando con sus ojos dorados. "¡Papá vino hoy a
recoger a Ah Zai!"

Ignorando su intento de complacerlo, Pei Yunshu lo llevó a la habitació n y le


preguntó : "¿Quién te enseñ ó esa mirada?"

Parecía como si estuviera pidiendo que le dieran una paliza.

Si Pei Yunshu no fuera su padre, se habría apresurado a darle una buena paliza.

¿Se hace llamar joven maestro? ¿A quién engañ a con tanta arrogancia?

¿Quién corrompió al cachorro de dragó n?

La gente del Valle de Chunxiao llegó una tras otra, y se encontraron con la mirada
furiosa y desconfiada de Pei Yunshu. Bai Lige se rascó la nariz y se acercó a
preguntarle a un confundido Zhuyou: "¿Qué pasó ?".
Zhuyou lo miró con indiferencia y dijo: "No lo sé".

Si ni siquiera Zhuyou lo sabe, debe ser un asunto importante.

Una vez que todos en la sala se sentaron obedientemente, Pei Yunshu resopló con
desdén. Para su sorpresa, todos temblaron, especialmente el pequeñ o dragó n, quien
se agarró la cola con nerviosismo y comenzó a mordisquearla.

Era un hábito que desarrolló desde niñ o: cada vez que se sentía nervioso o asustado,
se mordisqueaba la cola. Las escamas de la punta de la cola solían ablandarse.

“Padre…” murmuró ansioso.

Pei Yunshu se calmó . "Habla. ¿Quién te enseñ ó esto?"

Una habitació n llena de gente: Papá no puede ser provocado, Padre Dragó n no puede
ser provocado, el tío Qingfeng lo trata bien y no quiere provocar, el tío Hua Yue se ve
hermoso y no quiere provocar...

Bai Lige, que observaba la escena con expresió n tranquila, arqueó una ceja. "¿Qué?"

De repente, el pequeñ o dragó n rompió a llorar y corrió a las piernas de Pei Yunshu.
"Padre, no es culpa del tío Bai Li. Es solo que sentí curiosidad y lo seguí a ese lugar
extrañ o".

A Pei Yunshu le palpitaban las sienes. Forzó una sonrisa amable. "¿Qué lugar tan
extrañ o?"

"Un lugar lleno de hermanas hermosas", dijo el pequeñ o dragó n con hipo. "Allí la
gente se hace llamar 'señ oras'. Me pareció divertido, así que fui a ver qué hacía el tío
Bai Li allí".

El pequeñ o dragó n decía la verdad: «Pero esas hermanas no son tan hermosas como
el tío Hua Yue. Son bastante raras. Quería encontrar al tío Bai Li, pero se rieron de mí
por ser demasiado joven».

Luego añ adió con orgullo: «Allí la gente me elogiaba por mi belleza y me decía que
jugara con ellos cuando fuera mayor. Ah Zai pensaba que era increíblemente guapo».
Un dragó n testarudo y poderoso, el más hermoso y adorable del mundo. Así se
describía.

Con estas palabras, las miradas desdeñ osas de todos se centraron en Bai Lige.

La expresió n de Bai Lige se congeló . "¿Cuándo empezaste a seguirme? No me había


dado cuenta".

—Hmph —dijo el pequeñ o dragó n—. Con mi extraordinario cultivo, ¿có mo podría un
viejo zorro como tú darse cuenta?

Hua Yue les cubrió el rostro, sollozando. "¡Ay, qué pequeñ o tan lindo y amable ha
sido corrompido por el viejo antepasado!"

Los ojos de Bai Lige se crisparon y de repente se puso serio. Le dio una reprimenda
severa al pequeñ o dragó n: «No debes ir a esos lugares. Sé aproximadamente cuándo
me seguiste, pero aquella vez tuve que rescatar a un zorro en apuros. Aú n eres joven;
escú chame, ¿de acuerdo?».

Al final, no pudo evitar suavizar su tono.

Pei Yunshu se sintió paralizado por la ira. Se giró y se abrazó a Zhuyou, murmurando:
«Me siento molesto».

Zhuyou lo abrazó , y sus agudos ojos que podían matar miraron fijamente al pequeñ o
dragó n y a Bai Lige.

El Pequeñ o Dragó n no pudo resistirse y le dio otro mordisco a su cola. No pudo


evitar decir: «Ah Zai no dijo nada malo. En la escuela privada, esa gente no es tan
poderosa ni tan guapa como el pequeñ o dragó n. Ah Zai siempre tenía que lidiar con
sus excusas para acercarse. Ah Zai estaba cansado».

Suspiró como si estuviera profundamente agobiado.

Zhuyou abrazó a Pei Yunshu y le dejó el asunto al joven maestro Qingfeng. "Asegú rate
de que no vuelva a molestar a su padre la pró xima vez".
El joven maestro Qingfeng asintió . A Pei Yan no le importaba su castigo; le
preocupaba más la atmó sfera entre su padre y su padre Dragó n.

Esta vez realmente enfureció a papá…

En sus ojos dorados brilló un destello de agua, y el cachorro de dragó n sollozó ,


reconociendo su error.

***

Pei Yunshu saltó de los brazos de Zhuyou tras ser sacado y caminó rápidamente
hacia la habitació n del pequeñ o dragó n. Ocultó su presencia sigilosamente, con la
intenció n de averiguar qué había escrito el pequeñ o dragó n en esos registros.

—Quizás se guarde algunos pensamientos y sentimientos —dijo Pei Yunshu con


seriedad—. Quiero saber qué piensa el pequeñ o dragó n.

A medida que los niñ os crecen, aprenden a mostrar diferentes caras afuera y frente a
sus padres.

¿Có mo se pudo permitir esto?

Zhuyou lo acompañ ó en la bú squeda tras él. Al cabo de un rato, Pei Yunshu encontró
un libro titulado "Registros Misceláneos del Dragó n Más Fuerte del Cielo y la Tierra".

Pei Yunshu: “…”

Zhuyou: “…”

Los dos se miraron en silencio por un rato después de ver el título, luego abrieron
una página.

***

Hoy, el pequeñ o dragó n ha crecido un centímetro más. A este paso, sin duda se
convertirá en un apuesto hombre de dos metros y medio en el futuro. Sin embargo, si
eso fuera todo, sería demasiado superficial. El pequeñ o dragó n sabe que juzgar a las
personas no se trata solo de mirar la superficie, sino también los huesos. Dada su
belleza, tanto la piel como los huesos deberían estar perfectamente bien.

Hoy, otra persona de la escuela intentó acercarse al pequeñ o dragó n. El pequeñ o


dragó n está extremadamente impaciente con estos mortales; quieren sostenerlo en
sus manos, sin saber que ya es el dragó n del tamañ o de la palma de su padre. No
deberían pensar en arrebatárselo.

Sin embargo, su fascinació n por el pequeñ o dragó n tiene sentido, pues no hay nadie
en el mundo que haya nacido con la belleza de un dragó n, solo el pequeñ o dragó n. Ni
siquiera el rudo padre dragó n es comparable.

De verdad, no hay manera. Como soy un dragó n, a veces tengo que aceptar a
regañ adientes la piedad filial de estos mortales.

De lo contrario, si se preocupan por el castigo divino, sería problemático.

— “Los registros misceláneos del dragó n más fuerte del cielo y la tierra”

***

Zhuyou se burló : "Je".

Un libro entero del pequeñ o dragó n alabándose a sí mismo; incluso Pei Yunshu no
pudo soportar mirarlo.

Los dos se miraron y salieron de la habitació n en silencio, fingiendo que no habían


visto nada.

Sin embargo, Pei Yunshu decidió que el dragó n blanco debía guiar al pequeñ o dragó n.
La confianza es buena, pero demasiada no.

Deja que el dragó n blanco le enseñ e lo que significa ser el “dragó n más fuerte”.

Tras discutirlo con Zhuyou, Pei Yunshu llevó a cabo el plan de inmediato. Esa noche,
Pei Yan fue enviado al Reino Secreto del Dios Dragó n.
A pesar de los llantos y las rabietas de Pei Yan, Pei Yunshu no le permitió salir. El
lastimoso dragó n de siete añ os solo pudo permanecer obedientemente junto al
Dragó n Blanco, entrenando sus habilidades junto con las almas de dragó n por todo el
Valle del Dragó n.

Mientras se embarcaba en su viaje para convertirse en el "dragó n más fuerte" dentro


del Reino Secreto del Dios Dragó n, Zhuyou también experimentó su caída final.

***

Dos añ os después, Pei Yan abrió por la fuerza una grieta espacial y salió sin ayuda del
Reino Secreto del Dios Dragó n.

En su corazó n, el pequeñ o dragó n se llenó de alegría y añ oranza por su papá y su


padre dragó n. Veloz como el viento, gritó : "¡Papá!".

Este llamado cesó abruptamente cuando abrió la puerta.

Un bebé de piel clara yacía en los brazos de su padre, y su padre miraba al bebé con
amor y una sonrisa, mostrando una expresió n cálida y tierna.

A Pei Yan se le heló el corazó n y sintió como si hubiera caído en un abismo helado.
Sus ojos se enrojecieron y preguntó : «Papá, ¿qué es esto?».

Pei Yunshu no esperaba que saliera de repente; un destello de pánico cruzó su rostro.
A los ojos de Pei Yan, este pánico era evidencia de que su padre tenía otro hijo a sus
espaldas.

Incapaz de contener las lágrimas, a Pei Yan se le nublaron los ojos. Sintió que estaba
a punto de ser abandonado.

El dragó n más hermoso y poderoso del mundo, su padre ya no quería sostenerlo en la


palma de su mano.

El agua de todo el Valle de Chunxiao se vio afectada, arremolinándose


frenéticamente. Pei Yunshu, sin palabras, miró a Pei Yan con ojos complejos. Señ aló al
bebé en su regazo, que lo observaba sin pestañ ear, y dijo: «Este es tu padre dragó n».
El flujo de agua se detuvo y Pei Yan quedó ató nito.

Se secó rápidamente los ojos, mirando con incredulidad al bebé sin emociones.
"¿¡Padre dragó n!?"

El corazó n del joven y frágil fue golpeado, dejando a Pei Yan sintiéndose mareado.

Pei Yunshu le hizo un gesto para que se acercara y se regodeó : "¿Por qué no le dices
algo a tu padre dragó n?"

Pei Yan decidió creer en las palabras de su padre y tartamudeó : «Padre dragó n, padre
dragó n, hola…».

El bebé lo miró , pronunció un “Ah” con calma, luego volvió a centrar su atenció n en
mirar fijamente a Pei Yunshu.

Pei Yan: “…”

¡Realmente respondió de verdad!

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 109

Capítulo 109 – Extra 4

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Pei Yunshu es freelance y se dedica principalmente a escribir artículos, y su trabajo


secundario es la fotografía paisajística. Le encantan los paisajes hermosos y lleva una
vida tranquila y relajada. Nunca imaginó que en esta vida participaría en un reality
show romántico llamado "Sweet Love in Progress", con seis invitados aficionados.

Temprano por la mañ ana, justo después de terminar su rutina matutina, el equipo del
programa llegó para entregarle una tarjeta de misió n. La sonrisa de Pei Yunshu
pareció un tanto forzada al aceptarla cortésmente, y la cámara casi le dio en los ojos.
El camaró grafo, eufó rico, exclamó : "¡No importa có mo filmemos, se ve increíble!
Director, declaro solemnemente que el invitado aficionado más atractivo
visualmente está aquí!"

El director no pudo ocultar su emoció n y, dirigiéndose a Pei Yunshu, se entusiasmó


aú n más: "Yunshu, ¿puedo hacerte tres preguntas primero? No te preocupes,
¡adelante, come!".

Pei Yunshu, sintiéndose incó modo frente a la cámara, respondió : "...Claro, adelante".

El equipo del programa preguntó : «El plan original era tener tres hombres y tres
mujeres entre los invitados aficionados, pero debido a un incidente inesperado, ahora
son cuatro hombres y dos mujeres. Esto significa que podrías tener un compañ ero
masculino. ¿Tienes algo que decir al respecto?»

Pei Yunshu pensó : "Este programa es realmente poco confiable".


Su expresió n incó moda divirtió a las trabajadoras; todas, tapándose la boca,
estallaron en carcajadas. Pei Yunshu se encogió de hombros con impotencia: «Bueno,
déjenme aclararlo con el pú blico... Ah, por cierto, ¿soy la primera en echar suertes?».

Tras recibir la confirmació n del equipo de producció n, Pei Yunshu arqueó una ceja y
rió con buen humor: "Así que tengo muchas posibilidades de no encontrar un
compañ ero masculino de la misma profesió n. Claro, si lo encuentro, déjenme aclarar
de antemano: soy heterosexual".

Con confianza, Pei Yunshu colocó la caja de dibujo sobre la mesa, metió la mano, sacó
un trozo de papel blanco y lo abrió . En el papel, solo había una exquisita imagen de
una rosa vibrante.

"Sin embargo, un papel con una rosa debe ser de una chica", murmuró Pei Yunshu
para sí mismo. Este comentario quedó claramente grabado, y las expresiones de la
tripulació n se tornaron algo sutiles. "¿Es para recordarme que traiga una rosa?",
añ adió .

El equipo del programa preguntó : "¿Alguna vez has estado en una relació n antes?"

Sonrojándose ligeramente, Pei Yunshu respondió : "No".

Los ojos del director se iluminaron, y casi imaginando có mo la expresió n de Pei


Yunshu atraería mucha atenció n, hizo un sonido lascivo, lo que llevó a Yunshu a
moverse rápidamente al estudio de grabació n y dijo: "Yunshu, también necesitas
grabar algunas imágenes detrás de escena antes de que el programa salga al aire".

"De acuerdo", asintió Pei Yunshu, levantándose para cambiarse de ropa. Al salir, un
miembro de la tripulació n le entregó un diente de leó n de plástico, y Pei Yunshu,
escuchando la explicació n, se guardó la flor falsa en el bolsillo y dijo: "¿Así que mi
nombre en clave es Diente de Leó n?".

El tripulante asintió , sonriendo: «Las flores también se asignan al azar. ¿Sigues seguro
de que la otra persona es una chica?»

Pei Yunshu, extrañ amente confiado, dijo: "Sigo pensando que es una niñ a".
De camino al estudio de grabació n, la cámara casi nunca se apagaba. Pei Yunshu,
vestido con un elegante atuendo de camisa clara y pantalones beige, lucía alto y
guapo, y su abrigo le daba un toque de elegancia. Incluso el fotó grafo, que tenía más
de treinta añ os y una barba abundante, no pudo evitar sentir pena por el desperdicio
de que Pei Yunshu no hubiera tenido citas antes.

El invernadero estaba a solo 20 minutos a pie de la casa de Pei Yunshu. Cuando llegó ,
había gente grabando entre bastidores antes de la transmisió n. Lo invitaron a esperar
en el sofá hasta que terminaran.

Dentro del invernadero de grabació n:

El hermano menor del director ejecutivo, enviado aquí por la compañ ía de


entretenimiento que invirtió en el programa, estaba sentado frente a una cortina
negra con un rostro inexplicablemente atractivo y expresió n sombría. Su voz
profunda, llena de hostilidad e impaciencia, reprimió un gruñ ido: «Pregunta rápido».

El personal que lo entrevistó derramó lágrimas por su presencia atmosférica.

El "Presidente Zhu", un miembro del personal, conteniendo las lágrimas y forzando


una sonrisa formal por el bono, preguntó : "¿Por qué eligió participar en nuestro
programa?"

Zhuyou, con una sonrisa fría en sus labios, respondió en voz baja: "¿No lo sabes?"

La voz del personal se hizo más baja: “Siguiente pregunta: ¿crees que podrás
encontrar el amor con éxito en el programa?”

—Imposible —respondió Zhuyou sin dudarlo, con una actitud severa y despiadada.
Parecía tener plena confianza en lo que decía—. No me enamoraré de nadie.

El personal, sin saber có mo continuar, le entregó torpemente una nota:


“Considerando que usted es el ú ltimo en registrarse, todos los demás lotes ya han
sido sorteados, quedando solo este”.

Zhuyou frunció los labios con impaciencia, tomó la tarjeta y la miró con indiferencia.
Tenía impreso un diente de leó n.
En ese momento, el personal le entregó una rosa falsa y le dijo: “Te deseo una
agradable grabació n”.

Al final, todo terminó .

Zhuyou recogió la flor sin mostrar ninguna emoció n y salió del lugar. Al ver un
contenedor de basura cerca, arrojó la tarjeta sin dudarlo, se subió a él y caminó hacia
la salida.

Mientras esperaba afuera, Pei Yunshu siguió al personal al interior. Muchos detalles
del invernadero de grabació n le resultaban desconocidos, y miró a su alrededor con
gran interés, asintiendo de vez en cuando para recordarlos, con la esperanza de que
le sirvieran de material ú til para futuros escritos.

Sumido en sus pensamientos, chocó accidentalmente con alguien que salía. Sintió un
escozor en la nariz al chocar con sus lagrimales. Cubriéndose la nariz, Pei Yunshu se
levantó con dificultad y se disculpó con voz apagada: «Señ or, lo siento».

La persona con la que chocó permaneció inmó vil, como un muro que le impedía el
paso. Pei Yunshu levantó la vista y se encontró con la mirada sombría de Zhuyou.

Zhuyou miró a la persona frente a él; su respiració n se volvió cada vez más pesada.
Su mirada pasó de las cejas y los ojos a los ojos enrojecidos y los finos dedos que
cubrían la nariz. Sintió como si algo le hubiera golpeado con fuerza en el pecho.

"¿Señ or?" Pei Yunshu sollozó , recuperándose lentamente, y preguntó preocupado:


"¿Le lastimé cuando chocamos?"

—No, estoy bien —dijo Zhuyou con frialdad, y nadie notó su incomodidad—. Digo
que siento haberte causado dolor.

El latido de su pecho se aceleró , lo que hizo que Zhuyou sospechara que algo andaba
mal. Sin embargo, no tenía tiempo para preocuparse por sí mismo. Extendió la mano,
con la intenció n de revisar la nariz de la persona frente a él, pero temía que tocarla le
causara más dolor.
Esta lucha interna hizo que su expresió n se viera aú n más indiferente. Pei Yunshu
retrocedió un paso y, con una rápida mirada de sus ojos llorosos, se disculpó de
nuevo: «Te compensaré».

Parecía como si hubiera enojado directamente a alguien al chocar con él.

Zhuyou negó con la cabeza rápidamente: "¿Có mo te llamas?"

Pei Yunshu lo miró sorprendido y dijo honestamente: "Mi nombre es Pei Yunshu".

Pei Yunshu.

La mirada de Zhuyou lo recorrió . De repente, sus ojos se detuvieron en el diente de


leó n en el bolsillo exterior del abrigo de Pei Yunshu. Levantó los labios: "¿Dulce amor
en progreso?"

Pei Yunshu se pellizcó el cachemir de la manga, un poco avergonzado, y asintió .

Zhuyou se hizo a un lado, hizo una señ al al personal y continuaron caminando.


Zhuyou los siguió . Cuando la tenue figura desapareció , se dio la vuelta. Caminando
rápido, llegó al contenedor de basura. Sin dudarlo, comenzó a rebuscar entre la
basura.

Los espectadores cercanos: “¡…Qué demonios!”

Por suerte, la rosa y la tarjeta estaban justo encima de la basura. Zhuyou los recogió ,
los observó un momento y los guardó con solemnidad.

***

El primer episodio de “Dulce Amor en Progreso” requirió que los participantes se


mudaran a la dulce casa proporcionada por el programa, seguidos por dos invitados
que necesitaban completar una tarea comú n.

Cuando Pei Yunshu llegó a la Casa Dulce con su equipaje, era mediodía. Tocó el
timbre y, en pocos segundos, la puerta se abrió . Un hombre alto, con delantal, salió y
extendió la mano para levantar la maleta de Pei Yunshu.
Gratamente sorprendido, Pei Yunshu dijo: "No hace falta, no hace falta. Puedo
encargarme yo solo. ¿Es usted miembro del personal?".

El hombre alto y apuesto, al oír estas palabras, se giró y miró a Pei Yunshu con una
expresió n misteriosa. Sacó una rosa del bolsillo con naturalidad y la hizo girar con
elegancia entre los dedos. «Soy Rose».

Pei Yunshu se quedó paralizado. Después de un rato, logró forzar una sonrisa: «Hola».

¡De hecho, atrajo a un invitado masculino! QAQ

Secándose la cara, Pei Yunshu dijo con valentía: "¿Estás cocinando? Huelo algo
delicioso".

Zhuyou respondió con un sonido y lo condujo a la cocina. Cuanto más se acercaban,


más intenso se volvía el aroma. Incapaz de resistirse, Pei Yunshu respiró hondo,
observando las cámaras por todas partes. Rápidamente estabilizó su expresió n.

Zhuyou, con un suéter negro de cuello alto, seguía cortando verduras. Pei Yunshu lo
observaba disimuladamente. Quizás fuera una ilusió n, pero sentía que este caballero
parecía un modelo listo para una sesió n de fotos, con su figura perfecta
perfectamente perfilada por la ropa, desprendiendo un encanto invisible. Dicho sin
rodeos, era bastante coqueto.

"¿Te gusta la comida picante?", preguntó Zhuyou de repente.

Pei Yunshu recuperó el sentido. "Eh, sí. ¿Puedo ayudar en algo?"

Zhuyou miró sus manos y aparentemente dijo distraídamente: "Con manos tan
hermosas, es mejor no tocar estas cosas".

La cara de Pei Yunshu se puso roja como un "peng". Le ardían las yemas de los dedos
y, incó modo, las escondió en las mangas. "No."

La mirada de Zhuyou recorrió su rostro. Entonces, como sin querer, arqueó


ligeramente la comisura de sus labios.
Después de un rato, Pei Yunshu terminó de explorar los alrededores. Se sintió
descortés al dejar a Zhuyou solo en la cocina. De pie, incó modo, en la puerta,
preguntó : "¿De verdad no puedo ayudar en nada?".

Zhuyou reflexionó un momento. "No exactamente. Aú n no he desayunado. Hay pan en


la mesa. ¿Puedes darme de comer?"

—Oh —Pei Yunshu corrió alegremente a la mesa, agarró un poco de pan y se acercó a
Zhuyou. Le ofreció el pan y lo alimentó obedientemente—. ¿Quieres mermelada
también?

La cocina estaba limpia y luminosa, con la luz del sol entrando por las ventanas,
creando una atmó sfera llena de una dulce fragancia.

Durante la postproducció n, corazones rosados se apilaron alrededor de las dos


esbeltas figuras, acompañ ados por la banda sonora de “Starting Love from Now”,
creando instantáneamente una dulce atmó sfera romántica que hizo que los
espectadores perros solteros se llenaran de lágrimas.

¡Qué miradas! ¿Por qué combinan tan bien? WSL

Yo cocino y tú me alimentas. No diré mucho más. Solo quería preguntar, presidente


Zhu, ¿siguen vigentes las palabras que dijiste antes de la transmisió n?

Jaja, ¿no es esto una bofetada? El presidente Zhu, quien juró solemnemente que nunca
se enamoraría de nadie, probablemente no se esperaba esto, ¿verdad?

¿No dicen esas pequeñ as estrellas de Tianyu Entertainment que es difícil acercarse al
pequeñ o presidente Zhu? ¿De verdad este perro intrigante quiere acercarse al guapo
Yunshu? ¿Será que mis ojos me están engañ ando?

[Avance rápido, avance rápido, avance rápido... ¡Solo estoy aquí por este par! Quizás
termine lamiendo mi pantalla por estas caras.]

[Bueno, todos conocemos la profesió n del pequeñ o presidente Zhu: el príncipe de


Tianyu Entertainment. En cuanto a Yunshu, acaban de presentarlo como escritor y
fotó grafo. ¿Quién es este escritor y fotó grafo? (:з」∠)]
[No me importa nada de eso. Oye, oye, estoy aquí por las imágenes tras bambalinas.
El presidente Zhu parece tener interés genuino. Quiero ver si el hombre recto como
el acero, Pei Yunshu, también tendrá sentimientos genuinos.]

Pei Yunshu metió el ú ltimo bocado de pan en la boca de Zhuyou. Zhuyou rodó la
lengua, saboreando brevemente las yemas de los dedos de Pei Yunshu.

“¡!”

Pei Yunshu retiró rápidamente la mano, como si se hubiera quemado. Zhuyou lo miró
desconcertado: "¿Qué pasa?"

—Nada —Pei Yunshu forzó un tono despreocupado, intentando olvidar la extrañ a


sensació n en las yemas de sus dedos—. ¿Quieres comer más?

Zhuyou asintió generosamente y señ aló una lonchera cercana. "Olvidé decírtelo.
Traje el desayuno. Pensé que si no habías comido, podrías llenarte el estó mago
primero".

Pei Yunshu se apresuró a acercarse y vio dumplings, bollos y dumplings fritos, cada
uno con algunos trozos aú n calientes. Sorprendentemente, eran todos los productos
que le gustaban para desayunar.

Tomó un dumpling de sopa y le dio un mordisco. Luego, tomó un dumpling al vapor y


se lo ofreció a Zhuyou. "¡Mmm, qué rico!"

"Esto es de la Tienda de Desayunos Fu Ji", dijo Zhuyou mientras veía có mo se


iluminaban los ojos de Pei Yunshu. Una alegría desconocida lo invadió . "¿Te gusta?"

Pei Yunshu asintió repetidamente, cogiendo otro dumpling al vapor y llevándoselo a


la boca. "Me gusta, pero me da pereza". Sonrió con sinceridad. "Me da pereza salir".

Si no fuera por tomar fotografías, Pei Yunshu podría quedarse en casa durante mucho
tiempo, siendo un silencioso robot procesador de textos.

Zhuyou dejó el cuchillo, se secó las manos con una toalla y dijo: «Después de
terminar la tarea por la tarde, puedo llevarte a una cocina privada conocida para que
disfrutes de una comida deliciosa. ¿Te interesa?».

"¡Por supuesto!"

Cuando la cena estaba casi lista, Pei Yunshu estaba ocupado con tazones, palillos y
arroz. Zhuyou se apoyó en la encimera, medio girando la cara para observarlo.

Se había quitado la ropa de abrigo, y la ropa clara no ocultaba su hermosa figura. De


vez en cuando, al inclinarse, sus glú teos redondeados formaban una curva perfecta.

La curva de su cintura era extremadamente delicada. Zhuyou, observándolo, no pudo


evitar encogerse de hombros, con la mirada fija en él.

Volteó la cabeza hacia atrás y pensó en la sensació n de sostenerlo en sus brazos,


pensando que necesitaba ganar un poco más de peso.

Habiendo sido virgen por más de veinte añ os, se sintió impulsivo por primera vez,
con todo tipo de pensamientos llenando su mente.

Zhuyou se rindió sin ninguna resistencia, levantando directamente ambas manos


para aceptar la caída.

La grabació n de "Sweet Love in Progress" duró un mes entero. En este mes, debe
traer la belleza de vuelta a casa.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 110

Capítulo 110 – Extra 5

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La comida de Zhuyou resultó inesperadamente deliciosa. Pei Yunshu, con


movimientos elegantes pero rápidos, satisfecho, se recostó en la silla después de
comer, conteniendo un eructo.

Cada sutil movimiento suyo resultaba encantador a los ojos de Zhuyou. Para evitar
que Pei Yunshu lo notara, solo podía observar disimuladamente, sintiéndose un poco
pervertido.

Pero después de regañ arse a sí mismo, se sintió aú n más emocionado.

El equipo de producció n entregó una tarjeta de misió n. Zhuyou la tomó y leyó en voz
alta: «Lleva a tu pareja a la calle comercial Full Ten para una cita inolvidable al
mediodía».

Pei Yunshu se sintió un poco incó modo; nunca había tenido una cita con un hombre.

Zhuyou se levantó , se puso el abrigo, se acercó a Pei Yunshu y le dijo: "¿Vamos?".

Al levantar a Pei Yunshu de la silla, cada célula de su cuerpo se llenó de reticencia,


como un ser sin huesos. "¿No sería más conveniente ir por la tarde?"

Zhuyou parecía saberlo: "Nunca has estado en una relació n, ¿eh?"

Pei Yunshu: “…” ¿Qué tipo de tono era ese?

"He estado en uno", fingió Pei Yunshu con indiferencia, "¿Por qué no habría estado?"
"Oh", Zhuyou lo miró y lo jaló hacia el pasillo, "¿Besaste a alguien?"

Pei Yunshu: “Por supuesto.”

Tan pronto como terminó de hablar, Zhuyou lo empujó repentinamente contra la


pared.

Con la espalda contra la pared, una sensació n de frío a través de la camisa le provocó
escalofríos en la espalda. "¿Qué haces?"

La cámara que los enfocaba desde el zapatero giró su lente, brillando como ojos
hambrientos.

Zhuyou se inclinó y dijo: "Tú has besado a otros, pero yo no. Solo quería preguntarte
có mo te sientes, señ or".

Pei Yunshu lo apartó , frunciendo el ceñ o. "Mantén la distancia. Te lo diré".

Zhuyou lo miró fijamente, luego retrocedió y se sentó en el zapatero. Bloqueó las


cámaras del pasillo y, con las piernas colgando con naturalidad, parecía controlar el
espacio, mientras que Pei Yunshu parecía su presa.

Pei Yunshu lo miró disimuladamente y luego dio un pequeñ o paso hacia la izquierda.
Al no ver ninguna reacció n en Zhuyou, dio un gran paso con decisió n y se arrebujó en
su abrigo.

Llevar la cazadora parecía otorgarle un aura inexplicable. Pei Yunshu se aclaró la


garganta. Aunque era guionista de tramas románticas, el romanticismo siempre había
sido criticado por los fans. Sin embargo, describir un beso era solo una sensació n,
nada difícil. «La sensació n de besar... el roce de los labios es solo una sensació n. Nada
especial, bastante comú n».

Zhuyou levantó las cejas sorprendido: "¿No sientes ninguna descarga eléctrica?"

Pei Yunshu se quejó : "¿Có mo es posible que sienta una descarga eléctrica? Es solo
contacto de carne con carne. Las descripciones en las novelas son científicamente
inexactas".
[???]

¿Qué dijiste? ¿Repítelo? ¿Lo oigo bien? ¿Un escritor que marca el camino en la crítica
de novelas?

[Presidente Zhu, por mucho que bloquee las cámaras, el equipo de producció n no
dejará pasar esta escena. ¿Por qué me pongo rojo al escuchar su conversació n sobre
los besos?]

La dignidad de un hombre obliga a Yunshu a mentir. Mira al pequeñ o Zhu, su cara se


está poniendo verde.

Zhuyou reflexionó un momento y dijo: "¿Qué pasa si realmente hay una sensació n de
descarga eléctrica?"

Pei Yunshu negó con la cabeza firmemente: "No lo creo".

"¿Tal vez?"

“No hay tal vez.”

Zhuyou se bajó del zapatero, aprovechó su altura y miró a Pei Yunshu. "¿Quieres
apostar?"

Pei Yunshu creyó preguntar sobre las sensaciones de las parejas al besarse, aunque
parecía un poco infantil, la sensació n de victoria y derrota lo animó . Levantó la
barbilla sin dudarlo: «Claro».

Su contacto visual parecía tener el crepitar de un relámpago. Tras cambiarse de


zapatos, salieron, uno tras otro, rumbo a la calle comercial Full Ten.

La calle estaba llena de gente. Los puestos de comida y los vendedores de globos
pasaban uno tras otro. Pei Yunshu y Zhuyou eran seguidos por muchos empleados y
fotó grafos. Los curiosos los miraban con curiosidad, lo que incomodó enormemente
a los protagonistas de esta "cita".

Siguieron la rutina: vieron una película, cenaron y disfrutaron del espectáculo


nocturno. No hubo tiempo para confirmar la apuesta anterior, decepcionando al
pú blico que la esperaba con ansias. Cuando también terminó el espectáculo
nocturno, la paciencia de Zhuyou se agotó . Le susurró algo al oído a Pei Yunshu, quien
asintió con indiferencia.

El personal intentó acercarse para grabar la conversació n, pero en cuanto dieron un


paso al frente, Zhuyou agarró la muñ eca de Pei Yunshu, le torció el cuerpo y echó a
correr. En un instante, las dos figuras desaparecieron de la cámara.

Personal: "…"

¡Ah, ah, ah! ¿Olvidaste lo que estaba escrito en el contrato?

¡No puedes dejar las cámaras!

***

Zhuyou jaló a Pei Yunshu para que corriera sin aliento. Cuando se detuvieron, tenía la
cara cubierta de sudor. Apoyó las rodillas y no pudo evitar reír: «Presidente Zhu,
¿está abusando de su poder?».

Zhuyou, también un poco sin aliento, se quitó el abrigo y se lo echó al brazo. Echó la
cabeza hacia atrás para respirar el aire fresco de la noche otoñ al. "Te invito a una cita
nocturna".

Pei Yunshu se rió entre dientes, "Jaja".

Zhuyou sonrió , volvió a tomarle la muñ eca y caminó hacia el parque, mirando la hora
con el reloj. "A esta hora, hay muchas parejas en el parque para una cita nocturna.
Vamos a confirmarlo".

Pei Yunshu, guiado por Zhuyou, no notó nada inusual. Se conocían mejor y su actitud
se había vuelto más abierta: «Lo sugeriste, pregunta tú ».

Zhuyou: “Uno para cada uno.”

—Tengo la cara delgada —dijo Pei Yunshu, dando unos pasos para ponerse frente a
Zhuyou. De frente, se pellizcó la cara. Al soltarla, la zona pellizcada se enrojeció al
instante, tan tentadora que parecía que le daría un mordisco—. Tengo la piel delgada
y me daría vergü enza.

Zhuyou mintió con cara de pó quer: "El mío también".

Pei Yunshu lo miró con recelo. Zhuyou permaneció inexpresivo, dejándolo observar.
Su rostro no se sonrojó y sus pasos eran firmes. No parecía avergonzado. Claramente,
solo decía tonterías.

En medio de su distracció n y perdido en sus pensamientos, Pei Yunshu sintió de


repente que algo le hacía tropezar. Su cuerpo perdió el equilibrio al instante, y justo
cuando estaba a punto de caer hacia atrás, una gran palma alrededor de su cintura se
tensó bruscamente. Al instante siguiente, fue atraído firmemente a los brazos de
Zhuyou.

“…” Pei Yunshu se tapó la nariz por segunda vez, con lágrimas en los ojos, y miró a
Zhuyou.

Zhuyou, sintiéndose culpable, dijo: "Seré más amable la pró xima vez".

"No se trata de ser más amable", Pei Yunshu golpeó con fuerza el pecho de Zhuyou
con una mano, quejándose como un alma compasiva, "Es demasiado difícil aquí".

Zhuyou presionó silenciosamente toda su cara contra el pecho de Pei Yunshu y


reprendió en voz baja: "No digas tonterías".

La voz apagada de Pei Yunshu salió de su abrazo: "¿Dije algo malo?"

De hecho, dijo algo que casi provocó una reacció n.

Con su ardor interior calmándose poco a poco, Zhuyou apoyó la barbilla en el cabello
negro de Pei Yunshu. Permaneció en silencio y lo condujo a un asiento bajo los
árboles.

El dolor en la nariz de Pei Yunshu desapareció lentamente, revelando una expresió n


animada.
Zhuyou se agachó frente a él, extendiendo la mano para inspeccionarle la nariz. Dijo
con seriedad: «No te hagas dañ o».

Parecía serio, y la luz de la luna proyectaba sutiles sombras sobre él a través del
balanceo de las hojas. Pei Yunshu, al observar esta escena, sintió un anhelo en las
manos: el anhelo de capturar este momento, característico de un fotó grafo.

"¿Puedes ser mi modelo?" Al pedir un favor, la voz se vuelve increíblemente suave.


"Nunca he hecho retratos y quiero fotografiar un set contigo".

Zhuyou lo miró , con los ojos iluminados por la luna, como si brillara con una luz
intensa. "¿Por qué?"

—Simplemente… de repente sentí una picazó n —dijo Pei Yunshu vagamente—.


¿Serás mi modelo?

Zhuyou bajó la mano, como si reflexionara. Después de un rato, preguntó : "¿Qué gano
yo con esto?".

Pei Yunshu se rascó la cabeza, desconcertado. «Las modelos de otros pagan a los
fotó grafos».

“Pero no soy modelo”, dijo Zhuyou, “só lo acepto invitaciones, no las extiendo”.

Pei Yunshu: “…”

Pei Yunshu: “Entonces dime, ¿cuánto quieres?”

Un tanto avergonzado, la picazó n desapareció .

Zhuyou percibió su motivo oculto y bromeó : "Hemos estado caminando durante


tanto tiempo y no hemos visto una sola pareja".

Pei Yunshu exclamó : “Ah, cierto”.

—¿Qué tal esto? —Zhuyou bajó la voz—. Sin fotó grafos ni espectadores, solo
nosotros dos. Contribuyamos a la ciencia y a la apuesta.

Pei Yunshu abrió los ojos con sorpresa y lo miró .


Zhuyou mantuvo la calma. "Solo estamos explorando la sensació n de besar. No he
tenido ninguna relació n. Si alguna vez tengo una, sería vergonzoso si no supiera
besar".

Pei Yunshu, que era igualmente inexperto, se sintió un poco perseguido.

Zhuyou continuó : “Y ambos somos hombres, ¿no te gustan los hombres?”

Pei Yunshu negó con la cabeza vigorosamente, sintiendo que se le iba a caer la
cabeza. Por un instante, la frialdad se filtró en las comisuras de la sonrisa de Zhu You.
Su mirada seguía seduciendo al hombre heterosexual: «Si quieres besar a una chica,
debe ser un sentimiento mutuo; si no, es un pícaro. ¿Pero cuándo encontrarás a
alguien a quien besar? Si hay una sensació n electrizante o no, tengo mucha
curiosidad».

"Yo también tengo curiosidad..." Pei Yunshu siempre sentía que algo no cuadraba,
pero lo que decía Zhuyou tenía sentido. Murmuró : "Entonces, besarse entre personas
del mismo sexo es solo una apuesta comú n y corriente".

Zhuyou lo admiró y asintió afirmativamente: "Bien dicho".

Con una sonrisa decidida, Pei Yunshu dijo: "Está bien..."

De repente levantó la cara para acercarse al rostro de Zhuyou, pero cuando estaba a
un puñ o de distancia, el aliento del otro roció sus labios y dudó .

Sin darle tiempo a retroceder, la mano de Zhuyou se movió detrás de él, presionando
con fuerza la cabeza de Pei Yunshu, juntando sus labios.

Un calor intenso le inundó los labios y le recorrió todo el cuerpo como un fuego
abrasador. Pei Yunshu, despreocupado, cerró los ojos, tratando de discernir si sentía
una descarga eléctrica. Sin embargo, como había dicho, no se trataba de una
sensació n abrumadora como la que se describe en las novelas.

A punto de alejarse, una lengua cálida y poderosa abrió sus labios, girando como un
pirata, capturando su lengua en una danza apasionada.
En el momento de contacto íntimo, una sensació n de hormigueo paralizó su mente
entre los labios y la lengua.

El beso tempestuoso y la deglució n, luchando por todo lo que podía tomar,


entumecieron la lengua de Pei Yunshu. Sentía como si toda su boca no le
perteneciera; cada parte había sido marcada por Zhuyou.

Este fue un beso profundo…

De hecho había tenido un beso apasionado con un hombre.

Tras un breve momento de sobriedad, Pei Yunshu recibió un mordisco en el labio


como advertencia. Abrió los ojos y miró a Zhuyou con resentimiento. La luz de la
luna se había desvanecido de los ojos de Zhuyou, dejando solo el deseo y la noche
entrelazados en un vó rtice seductor.

Pei Yunshu se hundió en este vó rtice, succionado por los labios hinchados por el
otro.

No fue hasta que se oyó un sonido involuntario que Pei Yunshu se despertó de
repente. Empujó con fuerza a Zhuyou, quien lo había inmovilizado contra la silla,
cubriéndose los labios con sorpresa e ira.

Zhuyou retrocedió unos pasos tras el empujó n. Se quedó de pie, vacilante, se limpió
los labios, divertido pero insatisfecho.

Pei Yunshu bajó la cabeza y se dio cuenta de que el cuello de su camisa estaba
desabrochado en algú n momento, dejando al descubierto su cuello. No habría sido
para tanto, pero debido al beso anterior, la presencia de Zhuyou emanaba una
sensació n de amenaza invasiva que lo hacía sentir inseguro.

Se levantó distraídamente y de repente Zhuyou dijo: "Estás despierto".

Só lo entonces Pei Yunshu se dio cuenta de que su rostro estaba pálido, pero fingió no
verlo.

Zhuyou dijo lentamente: "Al igual que yo, no te ves mal".


Pei Yunshu: “…Eh.”

"Si quieres golpearme, no me defenderé", dijo Zhuyou con una sonrisa lenta. "Si me
preguntas si fue intencional..." Miró de arriba abajo la expresió n de disgusto de Pei
Yunshu. "Puedo decirte sin rodeos: sí, fue intencional".

"Jugué contigo intencionalmente, te llevé lejos intencionalmente, te traje aquí


intencionalmente", continuó Zhuyou, "usé palabras intencionalmente para jugar con
tu mente, intencionalmente te dificulté girar la cabeza".

No me queda otra, he sido muy caballeroso. Quise besarte la primera vez que nos
vimos y me contuve hasta ahora. Ya he agotado todas mis fuerzas.

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Toda la secta está actuando de manera extraña Capítulo 111

Capítulo 111 – Extra 6

<< Índice de contenidos >

Ming Hua es una estudiante de diseñ o de tercer añ o que ú ltimamente ha estado


ocupada con propuestas de proyectos y asuntos de fin de curso, y lleva mucho
tiempo sin ver ningú n programa de variedades. Un día, al volver a la residencia, su
compañ era de cuarto la arrastró hasta la cama. Seis personas se reunieron alrededor
de la computadora, viendo algo juntas.

Ming Hua se resistió unas cuantas veces sin éxito y tuvo que sentarse allí,
preguntando de mala gana: "¿Qué programa es este?"

"Es un programa de variedades sobre amor. Soy fan de la pareja ZhuYun que está
aquí", dijo su compañ era de piso emocionada, desempacando bocadillos y
recomendando con pasió n: "Tienen una química increíble y son muy guapos".

Ming Hua guardó silencio, comprendiendo en su corazó n que estos espectáculos de


amor eran falsos, guionados, y que las burbujas rosas que se promocionaban al final
solo buscaban dinero. ¿Dó nde estaba la verdadera emoció n? Todo era engañ oso.

Ella no quería mirar, pero no quería ofender a su compañ era de cuarto, se sentía
bastante aburrida.

Por fin comenzó el espectáculo.

Al principio, Ming Hua se mostró indiferente, pero cuando vio la incó moda cita entre
Pei Yunshu y Zhuyou, no pudo evitar reír: "Oh, Dios mío, ¿es este el estilo de dos
hombres en una cita?"
Empezó a mirar con entusiasmo. Más tarde, cuando vio a Zhuyou sacando a Pei
Yunshu del marco, exclamó con asombro junto con su compañ era de cuarto: "¡¿Se
escaparon?!".

El sonido del caos del personal provenía de la pantalla: "¡Rápido, rápido, rápido! La
gente de la calle sur nos alcanza, la gente de la calle norte llega rápidamente a la
intersecció n y la bloquea. ¡Dios mío, todos a toda velocidad!".

Basándose en sus siete u ocho añ os de experiencia viendo programas de variedades,


Ming Hua sabía que este tipo de caos definitivamente no era una puesta en escena.

En otras palabras, ¡estos dos realmente no sabían a dó nde habían huido!

A su compañ era de piso se le cayeron los bocadillos de las manos. "¡Dios mío!
¿Podremos ver a mi pareja ZhuYun en el pró ximo episodio? ¿Cuánto tiempo ha
pasado en este episodio?"

"No estoy seguro de si los puedo encontrar", Ming Hua miró nerviosamente la
pantalla. "Esta es la primera vez que veo invitados tan voluntariosos".

Al cabo de un rato, la pantalla de la computadora se apagó de repente. Ming Hua y


sus compañ eras de cuarto pensaron que se había quedado sin batería, pero al
segundo siguiente, aparecieron en la pantalla unos grandes y orgullosos caracteres
blancos.

-[Equipo del Programa: Aunque te escapaste, los micró fonos en ti siguen funcionando
fielmente.]

La respiració n de Ming Hua se tensó y luego escuchó un sonido apresurado de pasos


y respiració n rápida proveniente de la pantalla oscura del programa.

Se escuchó una voz alegre y burlona: “Presidente Zhu, ¿está abusando de su poder?”

Los compañ eros de habitació n inmediatamente apretaron su agarre en la mano de


Ming Hua.

El diálogo que siguió hizo que todas las chicas en la sala se sonrojaran por completo.
Los sonidos de besos acompañ ados de sonidos de agua y suaves zumbidos, los
comentarios desenfrenados de Zhuyou hicieron que Ming Hua no pudiera evitar
gritar.

¡Ah, este par de hombres con aspecto de perro en realidad huyeron y se besaron!

¡Ah, Zhuyou, qué estás diciendo? ¡Actú as descaradamente como un gamberro!

¿Có mo que quieres besar a alguien en tu primer encuentro? ¡Madre mía! ¡Me revienta
el corazó n, me arde la cara y solo puedo gritar!

Ming Hua y sus compañ eras de piso reprodujeron esta parte del audio varias veces,
ávidas de ver las reacciones en línea. En internet, los gritos ya habían comenzado.

¡Comida de lanzamiento oficial! ¡Comida de lanzamiento oficial!

[El temperamento del presidente Zhu es tan feroz, ¿no es este un autobú s de jardín de
infantes?]

[Aturdidos, solo el sonido cuenta como valentía, sabiendo que se besaron pero sin
ver la escena, ¿cuánta pérdida nos causó el equipo de producció n? ¿Quién nos
compensará? ¡Equipo de producció n, salgan!]

En la lista de tendencias, las diez bú squedas principales ya estaban ocupadas por


#ZhuyunCoupleKissesInSecret#,
#EscapedTheCameraButNotTheProductionTeam'sChase#, #LittlePresidentZhu: I've
been a knightman enough#, #LoveAtFirstSight,SecondSightWantingToGoToBed#,
#ThisIsNotTheBusToKindergarten# y otros temas candentes.

Mientras tanto, Pei Yunshu y Zhuyou, que estaban en medio de la filmació n, no se


dieron cuenta en absoluto de los micró fonos que tenían colocados, ni esperaban una
escena así en la transmisió n.

***

Las interacciones entre los dos chicos guapos del programa fueron bastante
intrigantes.
Pei Yunshu siempre se había mostrado amable y caballeroso. Sin embargo, ese día,
seguía evitando a Zhuyou, y Zhuyou se le pegaba como si no lo hubiera visto,
presionando descaradamente a Pei Yunshu.

Al entregarle frutas a Pei Yunshu, Zhuyou le rascaba suavemente la palma con las
yemas de los dedos. Sentados juntos a ver la televisió n, se acercaba lentamente, con
la mano extendida apoyada en el cojín del sofá detrás de Pei Yunshu, como si quisiera
abrazarlo.

Pei Yunshu se había topado con bastantes perseguidores, pero ninguno tan audaz y
descarado como Zhuyou. Al trabajar de noche, sus manos tecleando se llenaban de
frustració n. Incluso le puso a un personaje secundario que solo sobrevivió un
capítulo el nombre de "Zhuyou".

La simulació n de vida en el juego Sweet Home simulaba la vida de un matrimonio.


Solo había una habitació n y una cama. Al principio, Pei Yunshu pensó que estaba
bien, ya que ambos eran hombres y una cama grande podría acomodarlos. Sin
embargo, después de lo ocurrido esa noche, ahora sentía dolor de cabeza al mirar la
cama.

Al final sacó un colchó n de repuesto y decidió dormir en el suelo.

Después de ducharse, Zhuyou salió con el cuerpo empapado. Al ver a Pei Yunshu con
dificultades para ordenar el colchó n, tomó la iniciativa y le dijo: "Dú chate primero".

Pei Yunshu, al principio tan cauteloso como un erizo, se sintió como un globo
reventado cuando Zhuyou dijo esto. Asintió distraídamente y entró al bañ o.

Zhuyou bajó la cabeza, mirando el colchó n y entrecerrando los ojos. Luego, con
indiferencia, lo recogió , lo tiró a un lado y se sentó al pie de la cama. Miró fijamente
la puerta del bañ o.

No podía ver nada, ni siquiera una sombra, pero Zhuyou estaba cada vez más
fascinado. Hasta que la puerta se abrió y Pei Yunshu apareció ante sus ojos.

La persona que acababa de ducharse vestía de forma más ajustada, lo que, a ojos de
Zhuyou, le añ adía un toque más tentador de lo habitual. Su mirada directa, casi
temerosa, hizo que Pei Yunshu lo mirara rápidamente.

Caminando hacia la cama, miró a Zhuyou y preguntó con voz apagada: "¿Dó nde está
mi cama?"

Zhuyou suspiró : "El equipo de producció n dijo que no podemos usar el piso".

Parecía normal y algo satisfecho. Pei Yunshu se lo tomó en serio, frunció los labios y
miró a la cámara, con los ojos llenos de ira ante la injusticia percibida, como si
fueran có mplices.

Personal: "…"

Ah, ellos fueron los que cargaron con la culpa otra vez.

Zhuyou le hizo un gesto a Pei Yunshu: "Ven aquí, te secaré el cabello".

Pei Yunshu se acercó lentamente, y Zhuyou jugueteó suavemente con su cabello,


mientras el aire cálido se filtraba entre sus mechones. Su mano presionaba y
masajeaba de vez en cuando, creando una sensació n sumamente reconfortante.

Pei Yunshu dejó escapar un pequeñ o bostezo. Cuando Zhuyou se detuvo, trajo una
manta, se metió en la cama y se cubrió con las mantas.

Zhuyou apagó la luz, cubrió la cámara con ropa, impidiendo así cualquier vista.
También se acostó en la cama.

El suave colchó n tembló un instante, haciendo que Pei Yunshu rebotara. Pei Yunshu
se despertó de repente, somnoliento, mirando a la otra persona en la cama con una
sorpresa ató nita.

"¿Sigues sin dormir?" Una voz baja sonó junto a su oído, acompañ ada de una pizca de
ternura que la noche no pudo ocultar del todo. "Si no cierras los ojos pronto, te
besaré".

Pei Yunshu: “…Soy heterosexual.”

"¿De verdad?" La otra persona asintió con indiferencia: "Yo también".


Pei Yunshu puso los ojos en blanco con elegancia en la oscuridad de la noche.
"¿Entonces por qué me besas?"

"Solo quiero besarte", dijo Zhuyou. "¿Qué tal un beso de buenas noches? ¿No te
incomodó cuando te besé antes?"

“Eso no es…”, admitió Pei Yunshu honestamente, “Fue bastante có modo”.

Sentía como si todo su cuerpo hubiera recibido una descarga eléctrica. Ahora, al
recordarlo, se dio cuenta de que estaba algo insatisfecho.

Los ojos oscuros de Zhuyou se iluminaron de repente. Reprimió su emoció n y dijo


lentamente: "¿Qué tal otro beso ahora?".

El dormitorio quedó en silencio.

El corazó n cálido y emocionado de Zhuyou se fue calmando poco a poco. Justo


cuando estaba a punto de suspirar, se oyeron crujidos. Pei Yunshu emergió de su
manta con el pecho ligeramente elevado. Pei Yunshu susurró : «No te muevas, déjame
intentarlo».

Zhuyou dijo con voz ronca: "Está bien".

Pei Yunshu, sin saber qué le pasó , se conmovió ante la sugerencia de Zhuyou. Tras un
momento de reflexió n, se dio cuenta de que, de principio a fin, no había sentido
ningú n tipo de asco ni resistencia al beso de Zhuyou.

¿Era realmente heterosexual?

Con ambas manos a ambos lados de la cabeza de Zhuyou, Pei Yunshu dudó ,
observando su rostro borroso. Cuando Zhuyou estaba a punto de impacientarse, sus
suaves labios temblaron y, vacilantes, se posaron en la comisura de su boca.

Zhuyou no se movió , temiendo asustar a Pei Yunshu.

En un instante, Pei Yunshu levantó la cabeza y, con la mirada baja, se lamió los labios.
Al darse cuenta de lo que había hecho, se sonrojó , se dio la vuelta y se acurrucó en su
propia manta, levantándola para cubrirse la cabeza.
Oh Dios…

Todo su cuerpo estaba tenso, y cuanto más pensaba en ello, más incó modo y
avergonzado se sentía. ¿Qué había hecho?

Esa noche, Zhuyou no causó problemas. Sorprendentemente, Pei Yunshu,


somnoliento, no se durmió hasta las dos o tres de la madrugada. Sintiendo que solo
había dormido unas horas, el equipo lo sacó de la manta y le dijo que era hora de
trabajar.

El rostro inexpresivo de Pei Yunshu fue empujado dentro del coche. Zhuyou se sentó
a su lado, sosteniendo un dumpling al vapor tras otro, dándole de comer. Pei Yunshu,
como una máquina de comer sin emociones, comió mecánicamente, y después de
saciarse, miró a Zhuyou con la mirada perdida: "¿Adó nde vamos?".

—Lo sabrás cuando lleguemos —dijo Zhuyou abrazándolo, persuadiéndolo con


indiferencia—. Echa una siesta primero. Te despertaré cuando lleguemos. No hay
cámara en el coche; nadie puede vernos.

“Mm…” Pei Yunshu cerró los ojos y, en solo unos minutos, su respiració n se volvió
constante y larga.

Al observarlo, Zhuyou, incapaz de resistirse, sacó su teléfono y tomó una foto


giratoria de la cabeza de Pei Yunshu, publicándola en línea.

@TianyuEntertainment_ZhuYou: Lindo. [Imagen.jpg]

En apenas unos segundos, su hermano comentó a continuació n: [¿Solo una toma con
efecto? El equipo me dijo que te estabas enamorando. ¿Tan tacañ o eres con un
amante enamorado? Al menos déjame verle la cara.]

Zhuyou respondió : [Je]

Zhuyou dejó el teléfono, ignorando los comentarios que pedían una foto frontal.
Pensando en cuánta gente vería el rostro de Pei Yunshu después de la emisió n del
programa, miró al fotó grafo sentado en el asiento del copiloto con expresió n sombría.
El fotó grafo tembló e instantáneamente cerró la tapa del lente de la cámara,
sonriéndole obsequiosamente a Zhuyou.

Al llegar al lugar, Zhuyou contempló las imponentes montañ as y el cielo oscuro por
la ventana, comprendiendo por fin lo que el equipo había planeado. Sin embargo,
comparado con escalar montañ as para ver el amanecer, el sueñ o de Pei Yunshu era
más importante.

Hizo un gesto hacia afuera, pidiéndole al conductor que condujera a un lugar


espacioso, luego sostuvo a Pei Yunshu en sus brazos, listo para ver el amanecer de
esa manera.

El cielo se tiñ ó gradualmente de un suave tono dorado a medida que el brillante y


apacible sol se alzaba en el horizonte. Pei Yunshu se despertó con la suave voz de
Zhuyou y, al abrir los ojos, vio un deslumbrante conjunto de luces a su alrededor.

El sol, tiñ endo la mitad del cielo de rojo y dorado, parecía una yema brillante. Pei
Yunshu, envuelto en una manta y abrazado por Zhuyou, miraba con la mirada
perdida, sintiendo el calor del coche sin rastro de frío.

El amanecer se transformó en una magnífica pintura de colores. Si bien Pei Yunshu


había fotografiado muchos amaneceres y atardeceres, esta experiencia fue
completamente diferente.

Sintiéndose có modo hasta el punto de sentirse deshuesado y lleno después de una


comida satisfactoria, se acurrucó en el abrazo de Zhuyou, encontrando calor dentro
del auto.

No pudo evitar frotarse contra el pecho de Zhuyou, quejándose suavemente: "No seas
tan bueno conmigo, ¿de acuerdo?"

Zhuyou le besó la oreja y murmuró : "No puedo evitar ser bueno contigo".

Pei Yunshu no pudo evitar levantar las comisuras de sus labios, pensando que tener
un novio no estaba nada mal.
Justo cuando tuvo este pensamiento, Zhuyou confesó con valentía: "¿Puedo ser tu
novio?"

Pei Yunshu mantuvo la calma un momento. "¿Te perdiste alguna frase?"

Zhuyou apretó los labios con nerviosismo, sin palabras. Tras un momento, rió entre
dientes, volteó a la persona en sus brazos, giró su cuerpo, acunó el suave rostro de
Pei Yunshu y dijo con sinceridad: «Quiero ser tu novio. Te amo».

Pei Yunshu jadeó : "Solo nos hemos visto unas pocas veces, ¿y dices que me amas?"

La sonrisa de Zhuyou era algo desesperada. "Amor a primera vista".

Sabía que decir eso podría sonar exagerado, pero ese sentimiento que tuvo al conocer
a Pei Yunshu por primera vez, le dijo directamente a Zhuyou que se enamoró .

Fue extrañ o, pero Zhuyou se sumergió voluntariamente en esta emoció n.

"¿Y tú ?" Zhuyou frotó la mejilla de Pei Yunshu. "¿Te gusto?"

—Es muy extrañ o —dijo Pei Yunshu en voz baja—, pero me alegro cuando me besas.

La sensació n familiar y al mismo tiempo desconocida de sentirse acariciado en la


palma de la mano.

Los dos en el auto naturalmente se entregaron a un beso, y las cámaras de afuera


grabaron la escena desde todos los ángulos.

El director estaba encantado. «Por fin tenemos una pareja en nuestro programa. A
ver quién se atreve a decir que esta vez es una farsa».

El editor de subtítulos estaba cerca, sin poder dejar de reír.

"Luego, no necesitan hacer esas tareas de emparejamiento", bromeó el director. "En


realidad, estamos gastando nuestro presupuesto para que viajen por todo el mundo,
jugando mientras nos tiran comida para perros. El pequeñ o Zhuyou sí que sabe có mo
evitar perder".
La gente a su alrededor estalló en carcajadas. "Director, ¿podemos acompañ ar
también a Yunshu y al pequeñ o Zhuyou en sus vuelos? Usted puede encargarse de los
tres grupos de invitados".

"No soy el ú nico director aquí", dijo el director dándose una palmada en el muslo,
frustrado. "Bueno, pero no dejes que se besen demasiado. Si se besan demasiado, ¡no
será apto para menores!"

La gente alrededor sacudía los hombros, sus caras estaban rojas por contener la risa.

***

Tres días después, el director no pudo esperar más. Aprovechando la llegada del
primer episodio de "Sweet Love in Progress", el sitio web oficial publicó una foto y
un comunicado.

@SweetLoveInProgress: No pude resistirme a disfrutar de este plato de comida para


perros. El funcionario no puede comer solo y necesita compartirlo con todos. ¡Les
deseo al reconocido escritor de Green River Network, Pei Yunshu, y al director
ejecutivo de Tianyu Entertainment, Little Zhuyou, cien añ os de felicidad! [Image.jpg]

La imagen mostraba a dos personas besándose dentro de un coche separados por una
ventana.

La dorada luz del sol se derramaba sobre sus rostros, dándole a la imagen una
sensació n extremadamente cálida. Era tan hermosa que podría usarse como
salvapantallas.

Los fanáticos explotaron.

Incluso los transeú ntes quedaron impactados.

Todos sabían que esto era real; Pei Yunshu y Zhuyou estaban realmente juntos.

Entre la gran cantidad de reality shows románticos, son la ú nica pareja que se junta
fuera del programa.
En el mundo digital, fue como si me hubiera caído una bomba en las profundidades.
Quienes no habían visto este episodio corrieron a ver el primero. Después de verlo,
se hicieron fans voluntariamente, inundando la comunidad con fan art, fanfiction y
videos.

Nada vuelve más locos a los fanáticos que los eventos de la vida real.

No mucho después, Zhuyou retuiteó esta publicació n de Weibo y mencionó a


@PeiYunshu: "Nos están instando a casarnos".

Quienes los observaban de cerca contenían la respiració n, pellizcándose los dedos


nerviosamente. Los fans bombardearon a Pei Yunshu con menciones: "¡Ah, ah, ah,
cásate con él!". "¡Guau, guau, guau, por favor, por favor, di que sí rápido!". "¿Es una
propuesta de matrimonio? ¿Es una propuesta de matrimonio?".

Después de un largo rato y en medio de los constantes llamados de sus fans, tres
horas después, Pei Yunshu publicó una foto.

La foto mostraba dos manos delgadas colocadas juntas, cada una con un anillo de
plata.

El tono de Pei Yunshu era informal: "El matrimonio es demasiado rápido;


comprometámonos primero. @ZhuyouWhoOnlyLovesYunshu".

Alguien comentó : "¿El compromiso también es rápido?"

Pero había más gente bromeando, burlándose del frenesí de los fans, mofándose de la
popularidad del programa y bromeando sobre el cursi nombre de usuario de Little
Zhuyou.

Pero Pei Yunshu y Zhuyou, quienes fueron objeto de burlas, ya habían regresado a
casa desde la tienda de anillos.

Pei Yunshu dejó una nota en la página de la novela: Comprometidos y de luna de


miel. Nos vemos el mes que viene.
Luego, nervioso, no se atrevió a mirar los comentarios y simplemente apagó la
computadora.

Zhuyou observaba la ubicació n que indicaba el programa y, de repente, esbozó una


sonrisa tonta. Pei Yunshu, a su lado, se giró para mirarlo y no pudo evitar sonreír
también.

Oh, esta vez los dos realmente recibieron una bofetada en la cara.

Pero por suerte, debe ser el destino. Se encontraron inesperadamente.

Pei Yunshu siempre tuvo la sensació n de conocer a Zhuyou desde hacía mucho
tiempo.

El lenguaje del diente de leó n espera un reencuentro, y el de la rosa es el amor.


Quizás el cielo pensó que estaban destinados, usando un método tan romántico para
permitirles encontrarse.

Después del reencuentro, el amor nunca se detiene.

¡Otra novela terminada! Gracias a todos los lectores que nos acompañaron en este viaje
y apoyaron mis traducciones. ¡Significa mucho para mí! <3 Si disfrutaste de las
traducciones y de la novela, por favor, asegúrate de darle una buena calificación y
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otras increíbles novelas que se están traduciendo en este sitio ! :))

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