Módulo 1
Lectura y escritura
en el nivel superior
Módulo 1
Lectura y
escritura en el
nivel superior
Autoridades
RECTORA
Prof. Marta Elena Pastrana
CONSEJO ASESOR
Prof. Gabriela Barrionuevo
Prof. Olga Dan
Prof. Nancy Mendoza
Prof. Marta Tejerina
▪ Diseño tapa y dibujos
Daniela Araceli Galván
▪ Redacción
Prof. Gabriela Barrionuevo
▪ Editores
Prof. Marta Pastrana
Prof. Sandra Vázquez
Este Dossier es una publicación del IES N°6017 para el Curso de Ingreso Obligatorio.
Se prohíbe su reproducción total o parcial.
Hola, ¿Cómo estás?
Vamos a aprender el oficio de ser estudiante del
nivel superior.
Sabías que, cuando comenzás estudios en el nivel
superior es necesario pensar en otras formas de
leer, comprender y escribir los textos que circulan
en este ámbito académico.
Por eso, durante tu vida académica tendrás la
necesidad de recurrir a diversas estrategias
lectoras y escritoras para comprender la
nueva información que te brindan los textos
que leerás.
Comenzamos a transitar este
nuevo mundo de la lectura y
escritura académica en el nivel
superior.
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MÓDULO 1 LECTURA Y ESCRITURA EN EL NIVEL
SUPERIOR
Introducción
Leer y escribir en ámbitos académicos
Aprender a comprender y expresarse en el ámbito académico es un proceso
que se desarrolla en forma progresiva, a medida que vamos cumpliendo nuevos
roles sociales y nos vamos enfrentando con nuevas necesidades
comunicativas. Este proceso implica una nueva alfabetización. Por lo que
comenzaremos nuestro módulo haciendo referencia al concepto de
“alfabetización académica”.
La alfabetización académica, según Paula Carlino (2003) señala "el
conjunto de nociones y estrategias necesarias para participar tanto en
la cultura discursiva de las disciplinas como en las actividades de
producción y análisis de textos requeridos para aprender en la
universidad (y en nivel superior)". El objetivo es que “los estudiantes
aprendan a exponer, argumentar, resumir, buscar información,
jerarquizarla, ponerla en relación, valorar razonamientos, debatir,
etcétera, según los modos típicos de hacerlo en cada materia”
(Carlino, 2013, p. 370). Dicho de otro modo, este tipo de
alfabetización tiene como objetivo, por un lado, formar a los
estudiantes para escribir y leer como lo hacen los especialistas y, por
otro, enseñar a leer y a escribir para apropiarse del conocimiento
producido por ellos.
Entonces, teniendo en cuenta el tamaño del desafío que nos espera en nuestra
carrera, en este módulo 1 comenzaremos a trabajar con estrategias de
comprensión y producción de textos escritos para ingresar a los estudios y la
cultura del nivel superior.
Leer el mundo para comprender
¿Cómo, cuándo y por qué leemos y escribimos?
Sin lugar a duda, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos,
estamos atravesados por diferentes prácticas lectoras y escritoras; a lo largo
de nuestro día, debemos leer y escribir en varias oportunidades. Como lo
muestran las siguientes imágenes:
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En otras palabras, tenemos que asignar sentido, interpretar y producir discursos
para significar e interactuar con todo lo que nos rodea. La lectura y la escritura
son prácticas sociales que nos atraviesan a lo largo de toda nuestra existencia,
porque de hecho vivimos en una sociedad letrada.
Es importante tener en cuenta que escribir y leer no son habilidades que se
aprenden de una vez y para siempre, sino que constantemente nos estamos
alfabetizando, aprendemos a leer y a escribir a lo largo de nuestra vida. En otras
palabras, se aprende a leer leyendo y se aprende a escribir, escribiendo porque
son procesos inacabados que se perfeccionan a lo largo de nuestra vida.
En este punto es importante reflexionar acerca de
qué hace la gente con respecto a la lectura y la
escritura, es más, los invitamos para que Uds.
mismos piensen cuántas veces en la vida cotidiana
utilizan la lectura y la escritura. Seguramente, se
sorprenderán porque a lo largo de todo el día en
forma permanente estamos realizando estas
prácticas: ¿Chatean? ¿Hacen la tarea? ¿Escriben
diferentes tipos de mensajes? ¿Escriben en
Facebook? ¿Leen revistas, diarios, libros? ¿Visitan
sitios web? ¿Buscan información para un trabajo
práctico? ¿Mandan mensajitos de textos?
¿Escriben y dejan una nota en la heladera? Cada
una de esas “prácticas” están atravesadas por la lectura y la escritura porque
vivimos en una sociedad donde “leer y escribir” son las formas de
comunicación y sociabilidad más importante. Vivimos en una sociedad
multicultural donde coexisten diferentes lenguajes o mejor dicho diferentes
culturas tales como la oral, la escrita, la audiovisual y la hipertextual.
Es decir, cada una de esas prácticas de lectura y escritura están atravesadas
por diferentes situaciones de la vida cotidiana; forman parte del mundo en el
que nos toca vivir. La lectura y escritura no se circunscriben solamente al
ámbito de la escuela, es más, en la escuela sólo se trabaja una pequeña
porción de la multiplicidad de formas escritas que circulan en nuestro entorno.
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El proceso de lectura en sentido cognitivo y social: lectura
exploratoria
Definición de lectura
Si prestamos atención a la etimología, advertimos
que el verbo leer contiene varios significados. El
Diccionario de la Lengua Española (RAE, 2014)
señala que esta palabra proviene del verbo
latino legere que significa “recoger, escoger, tomar”.
A su vez, este verbo latino está emparentado con
otro griego λέγειν (légein) que podríamos traducir
como “decir, hablar, elegir, escoger, enumerar”. Por
lo dicho anteriormente, el término “leer” tiene una
carga semántica compleja, como también es
complejo el proceso de comprensión de textos
escritos.
La lectura es una actividad vinculada a la interpretación de textos de cualquier
tipo y naturaleza. La comprensión de textos escritos es un proceso que se da
en el tiempo y en fases interactuantes, sucesivas o superpuestas. A medida
que el lector va comprendiéndolos, elabora una representación mental de su
contenido. Esta puede traducirse en una segunda representación verbal oral o
escrita (resumen, síntesis, etc.) o gráfico-verbal (gráficos, diagramas, mapas,
etc.).
Entonces, la comprensión lectora es la competencia que desarrollamos en
relación con las buenas prácticas de lectura. ¿Y qué implica pensar la lectura
como una “competencia”? Una competencia es un “saber” de tipo discursivo,
enciclopédico, lingüístico, etc. y un “saber hacer”, una serie de procedimientos
que implican operaciones cognitivas relacionadas con los procesos mentales
que requieren un aprendizaje, es decir, no son automáticos y requieren de
reflexión consciente (Gómez de Erice y Zalba, 2003).
Como lectores, tenemos objetivos que nos llevan a leer y estos determinan el
modo de lectura (por qué leemos). Por ejemplo, leemos para vivir
funcionalmente en una cultura, siguiendo normas que regulan el
comportamiento social; pero, además, leemos para estar informados, para
entretenernos y, también, para aprender. Sin embargo, para aprender no basta
con leer.
En este sentido, leer es mucho más que aprender a decodificar, leer es mucho
más que “descifrar” el texto escrito y que ese aprendizaje no puede ser sólo un
contenido de los primeros los años de la educación primaria, sino que se trata
de un proceso progresivo de construcción de conocimientos, destrezas y
estrategias al cual debe darse atención a lo largo de toda la educación
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obligatoria, es más, a lo largo de toda nuestra educación. Leer, entonces, es un
proceso de construcción de sentidos.
El proceso de comprensión de textos escritos
Este módulo retomará el modelo estratégico de comprensión lectora propuesto
por Gómez de Erice y Zalba y plasmado en su libro Comprensión de textos. Un
modelo conceptual y procedimental (2003). Según las autoras, este proceso
implica tres fases de acercamiento al texto: lectura exploratoria, lectura
analítica y elaboración de trabajos de síntesis o representación de la
información.
PRIMERA FASE: LECTURA EXPLORATORIA
La lectura exploratoria constituye una primera aproximación al texto y se
compone de un conjunto de actividades que se realizan antes de la lectura en
profundidad o analítica.
Vamos a leer el siguiente texto y realizar las primeras actividades de lectura
exploratoria:
Aprender a leer y escribir en el ámbito académico
Luis Bernardo Peña Borrero (Fragmento)
El ingreso de un estudiante al nivel superior se asemeja al del inmigrante que llega por
primera vez a un país desconocido. Así como éste tiene que aprender la lengua y las
costumbres de sus habitantes para no seguir sintiéndose un extraño, así mismo, si quiere
ser parte de la comunidad académica, el estudiante tendrá que pasar por un proceso de
iniciación para aprender el idioma, los códigos, los rituales y las formas de hablar, de
leer y de escribir propias de esa comunidad. La capacidad para leer y escribir textos
académicos es una competencia clave que todo estudiante debe desarrollar, como una
condición para adelantar exitosamente sus estudios en la educación superior.
El lenguaje como condición para hacer y para aprender ciencia
El lenguaje no es un territorio reservado a la lingüística y a la literatura. También la
ciencia se hace en y a través del lenguaje y no podría existir sin él. Cada disciplina
científica inventa y desarrolla un lenguaje propio y unos modos característicos de
hablar, de escribir y de leer, que no son otra cosa que maneras diferentes de codificar el
conocimiento. Hacer ciencia no consiste sólo en observar, describir, comparar,
clasificar, analizar, plantear hipótesis, diseñar experimentos o teorizar; hacer ciencia
significa también escribir y leer; enseñar y aprender a través del lenguaje de la ciencia
(Lemke, 1997).
Hacer ciencia supone encontrar el lenguaje adecuado para escribir y leer de acuerdo con
las convenciones de cada una de las disciplinas del conocimiento. Lavoisier, el padre de
la química moderna, en su Tratado de Química General confiesa que, mientras trabajaba
en perfeccionar la nomenclatura de la química, comprendió que no pensamos más que
8
con el auxilio de las palabras; que las lenguas son verdaderos métodos analíticos; que el
álgebra más sencilla, más exacta y adecuada (…) (Lavoisier, A. L., 1789).
Pero el lenguaje es, además, un instrumento indispensable para enseñar y aprender
ciencia. La mayor parte del conocimiento disciplinar existente se conserva y se
reproduce en miles de páginas de libros, revistas y publicaciones digitales a las que hoy
día tiene fácil acceso cualquier estudiante, gracias a la Internet. Para acceder a este
conocimiento y para construir uno propio, los estudiantes deben apropiarse
paulatinamente de las formas de hablar y escribir (…) sobre el objeto de aprendizaje en
cuestión, y hacerlo en la manera acostumbrada en esa parcela del saber; significa, por
tanto, apropiarse del discurso específico que se reconoce como propio de esa disciplina”
(Nussbaum, L., Tusón, A. 1996, p. 2).
Lectura y escritura en el nivel superior
La lectura y la escritura están presentes en todas las prácticas de la cultura académica:
los trabajos escritos, la investigación, los exámenes, las tesis de grado, los ensayos y las
publicaciones en las que se dan a conocer los resultados del trabajo investigativo. La
lectura es la llave que nos permite acceder al conocimiento y ser testigos del proceso
histórico a través del cual éste ha ido evolucionando y construyéndose; la contraseña
que nos permite ingresar a ese gran “disco duro externo” en el que está archivado el
conocimiento científico y entrar en comunicación con las ideas y las enseñanzas de los
que nos antecedieron.
Además, la lectura autónoma—la capacidad de dirigir su propio proceso de lectura—le
permite al estudiante encontrarse directamente con los autores y lo prepara para seguir
aprendiendo a lo largo de la vida de manera independiente.
Asimismo, la escritura ha demostrado ser una tecnología muy eficiente para preservar y
transmitir el conocimiento a través del tiempo y el espacio. Gracias a la escritura
podemos recorrer la compleja trama que ha tenido la historia del pensamiento,
reconstruirla y continuar produciendo nuevos conocimientos. Si Lavoisier, Newton,
Darwin, Nietzsche o Freud no se hubieran tomado el trabajo de dejar escritas sus ideas,
tan sólo tendríamos de ellos una memoria anecdótica.
Pero además de servir como herramienta de la memoria, la escritura es una poderosa
herramienta del pensamiento. La palabra escrita hace visible lo que estaba oculto en la
mente y nos obliga a pensar con más rigor que cuando hablamos. El sólo hecho de
poner las palabras en el papel o en la pantalla nos hace más reflexivos y nos obliga a
preguntarnos o a dudar de lo que decimos, a ordenar mejor las ideas, a buscar la palabra
justa, la expresión más precisa, el argumento más sólido. La escritura se convierte así en
un verdadero proceso de indagación y de descubrimiento.
La lectura y la escritura son dos realidades inseparables. No podemos hablar de una de
ellas sin referencia a la otra. La lectura alimenta y moviliza la escritura, que es la
respuesta del lector al texto. Escribimos a medida que leemos para reescribir las ideas
que nos parecen más importantes o para registrar aquéllas que la lectura suscita en
nosotros; leemos mientras escribimos para precisar más los conceptos, para acabar de
darle forma al texto, completarlo o “podarle” lo que le sobra.
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La lectura y la escritura en el nivel superior tienen características, condiciones y
exigencias propias, que las diferencian de las formas de leer y escribir a las que los
estudiantes estaban acostumbrados en el colegio o las que utilizan en los correos o los
chats en Internet. Aprender el lenguaje de la academia enfrenta al estudiante con una
serie de desafíos nuevos en este proceso de alfabetización académica.
Peña Borrero, Luis Bernardo (2010) Capítulo del libro “Leer y escribir en la
universidad”, Bogotá: Facultad de Psicología de la Pontificia Universidad, agosto
18.
Una vez leído el texto, tomemos una hoja y una lapicera, elaboremos el
siguiente cuadro, sigamos las indicaciones de la columna que
dice Actividades y completemos solamente la columna que dice Respuesta (es
importante que realices estas actividades anticipatorias al trabajo práctico):
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Después de haber realizado el análisis del texto según el cuadro anterior,
precisemos los conceptos teóricos que subyacen a esta fase de LECTURA
EXPLORATORIA.
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Es importante que comprendas que en la primera columna hemos seguido
ciertas estrategias lectoras que te permitirán ir de a poco comprendiendo un
texto.
Los pasos o estrategias lectoras son:
a. Lectura global: La lectura global supone el primer acercamiento al texto,
para observar su unidad y sentido general. Una sola lectura nunca es
suficiente.
b. Análisis de los elementos paratextuales: El paratexto se constituye por
todos aquellos aspectos que rodean al texto y contribuyen a
complementarlo, con la finalidad de facilitar su lectura. Los elementos
paratextuales pueden clasificarse en elementos verbales y no verbales
(diversidad de tipografías: negrita, cursivas, tamaños de letras) o
icónicos (ilustraciones de tapa e interiores, diseño de tapas, colores,
esquemas, fotografías, diagramación, etc.) y “convergen en la
producción de determinados efectos de sentido” (Pipkin y Reynoso,
2010, p. 109).
Entre los elementos paratextuales podemos distinguir:
* paratextos de autor (suponen la responsabilidad del autor). Incluye
nombre del autor, título y subtítulos, dedicatorias, notas, índices,
epígrafes, prefacios, bibliografía, referencias bibliográficas y dispositivos
visuales cuya función consiste en reforzar y complementar la
información verbal de los textos.
* paratextos editoriales (suponen la responsabilidad del editor). La
difusión, promoción y venta de los libros son responsabilidad del editor;
por lo tanto, son sus tareas tapa, comentario de contratapa, solapas,
sobrecubierta, faja. Al igual que el paratexto de autor, el del editor incluye
elementos gráficos y verbales. Las imágenes, dibujos, gráficos, tablas,
etc. desempeñan tanto funciones estéticas como de promoción de la
lectura.
c. Análisis del soporte textual: Se denomina soporte al material físico
usado para producir un texto. La escritura, en su largo recorrido desde
sus inicios, se ha visto plasmada en diferentes soportes: arcilla, seda,
papiro, pergamino, muros, piedras, metales, etc. Hoy en día, además del
papel, disponemos de soportes electrónicos (computadora CD, DVD,
etc.).
d. Análisis del contexto de producción: Cuando hablamos de contexto
de producción, nos referimos a la situación comunicativa en que se
produce un texto y que, como lectores críticos, debemos reconstruir. Es
decir, debemos responder a las preguntas ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿quién?,
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¿para qué? y ¿para quién? A continuación, explicaremos qué aspectos
abarca cada interrogante mencionado.
¿CUÁNDO? Se refiere tanto a la fecha en que se escribió el texto como a
aspectos sociales, culturales, económicos y políticos del momento
histórico de producción relacionados con el contenido del texto.
¿DÓNDE? Se refiere tanto al lugar geográfico de producción (Mendoza,
Madrid, Londres, etc.) como al soporte textual, es decir, donde el texto
aparece impreso (la página impresa o digital de un periódico, de una
revista, de un libro; un boletín; una página web; una pared, etc.).
¿QUIÉN? Se refiere al autor o productor, es decir, al que escribe el texto.
Como toda persona, tiene una determinada nacionalidad, lleva a cabo la
tarea de producción desde un rol social (funcionario, investigador,
periodista, alumno, etc.) y tiene valores, creencias y determinados
conocimientos del tema que desarrolla en su texto.
¿PARA QUÉ? Se refiere a la intención o propósito de escritura. Siempre
que escribimos, lo hacemos con una finalidad determinada (refutar,
analizar, contestar, pedir, contar algo, aconsejar, etc. A veces las
intenciones del escritor están abiertamente manifestadas en el texto,
pero otras hay que inferirlas. Darnos cuenta de los propósitos de
escritura no es un proceso sencillo ya que exige entender previamente
qué dice el texto. Una vez finalizada la lectura, el lector deberá volver
sobre este para determinar las intenciones de escritura.
¿PARA QUIÉN? El texto siempre está dirigido a alguien. El autor, cuando
escribe, tiene en cuenta un lector al que llamaremos lector modelo. Este
lector modelo reúne un conjunto de conocimientos u opiniones acerca
de un tema determinado. A partir de la lectura global del texto, el lector
debe ser capaz de caracterizar al lector modelo; es decir, de determinar
su edad, nivel y/o rol social, dominio de conocimientos o grado de
experiencia, etc.
e. Determinación del tipo de discurso o género discursivo:
Consideramos que los textos son discursos producidos por los usuarios
del lenguaje que realizan diversos actos sociales y participan de
distintos tipos de interacción social (Van Dijk, 2001). En otras palabras,
las interacciones lingüísticas se dan enmarcadas en diversos contextos
sociales y culturales. Los géneros discursivos pueden ser: literario,
publicitario, humorístico, académico, periodístico, administrativo,
jurídico, religioso, epistolar, científico, instruccional, mediático,
instrumental y político.
f. Determinación del subgénero discursivo o tipo de texto: La lengua se
realiza en forma de enunciados concretos, ya sea orales o escritos,
que “reflejan las condiciones específicas y el objeto de cada una de las
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esferas no solo por su contenido (temático) y por su estilo verbal, o sea
por la selección de los recursos léxicos, fraseológicos y gramaticales de
la lengua, sino, ante todo, por su composición o estructuración. Los tres
momentos mencionados —el contenido temático, el estilo y la
composición—están vinculados indisolublemente en la totalidad del
enunciado y se determinan, de un modo semejante, por la especificidad
de una esfera dada de comunicación.” (Bajtín, 2005, pp. 248-250). Así
encontramos una diversidad de subgéneros o tipos de textos.
g. Determinación de la modalidad discursiva: Como vimos
anteriormente, los géneros o tipos textuales nacen de las necesidades
propias de las distintas prácticas sociales, por lo que tienen normas y
convenciones en relación con su estructura y función. Así, la descripción,
la explicación, la argumentación y la narración se constituyen en formas
discursivas que se refieren a modalidades enunciativas universales
relacionadas con las circunstancias en las que el hombre emplea la
lengua en informes, ensayos, cuentos, biografías, etc.
h. Interacción entre la enciclopedia personal y la enciclopedia que exige
el texto: Este paso consiste en relacionar los propios conocimientos
(enciclopedia personal) con el contenido del texto (enciclopedia que
exige el texto). La enciclopedia personal se refiere al conjunto de
conocimientos que cada persona va adquiriendo a lo largo de su vida.
Los conocimientos previos de nuestra enciclopedia que deberemos
activar para comprender un texto dependerán del contenido de cada
texto y del relevamiento de marcas instruccionales, tales como nombres
propios de personas, de lugares, de obras, de películas, fechas,
acontecimientos históricos, políticos o sociales relevantes.
Ahora bien, cuando un texto nos demande un conocimiento que no
tengamos en nuestra enciclopedia, deberemos acudir a diversas fuentes
de información para buscarlo, tales como diccionarios, libros
especializados, etc. Esta información que buscamos fuera del texto que
estamos leyendo nos permitirá interactuar más efectivamente con este y
comprender mejor su sentido.
i. Postulación del tema: Postular el tema nos facilita la organización y
jerarquización de la información del texto que se está procesando y
consiste en la primera respuesta global a la pregunta: ¿de qué trata el
texto?
j. Reconocimiento del tipo de título: No siempre el título de un texto nos
explicita el tema. Los autores pueden elegir un título que sintetice el
tema de su escrito, o bien uno que no adelante el contenido de la obra.
Por esta razón, podemos mencionar distintos tipos de títulos. Existen los
que condensan parcial o totalmente el contenido central del texto (“título
síntesis”); los que plantean un interrogante (“título enigma”) y los que
atraen la atención del lector sin mencionar la temática (“título gancho”).
Este último deja la temática librada a la imaginación sin ninguna pista,
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aunque generalmente presentan una expresión para atraer la atención.
Es por esto que podemos inferir que la única forma de determinar la
relación tema-título es profundizar la comprensión.
Ahora sí, teniendo en cuenta las estrategias desarrolladas podemos completar
en el cuadro la columna que dice ¿Para qué crees que sirve esta actividad? Te
invitamos a completar el cuadro en tu hoja.
El proceso de lectura en sentido cognitivo y social: lectura
analítica y representación de la información
SEGUNDA FASE: LECTURA ANALÍTICA
Luego de haber realizado una primera exploración del texto, activado la
enciclopedia y postulado el tema, podemos comenzar a trabajar en forma más
minuciosa y analítica a partir de una lectura profunda. En esta segunda fase de
lectura vamos haciendo operaciones mentales que nos ayudan a construir una
representación mental del sentido del texto.
En esta segunda fase de análisis realizaremos los siguientes pasos:
a.Clarificación del sentido de las palabras: No
siempre comprendemos el significado de todas las
palabras que integran un texto. El éxito en la
comprensión se cifra, en buena medida, en conocer
el léxico que lo conforma. Para comprender el
sentido de las palabras desconocidas, es necesario
recurrir a nuestros saberes previos acerca de la
conformación de las palabras de nuestra lengua y
del sentido que tienen en una determinada situación
comunicativa. Para esto, adquieren importancia
el cotexto (las ideas que rodean aquellos términos
que no conocemos, llamado también contexto
lingüístico) y el contexto situacional (el discurso
social en que se inserta el texto y las condiciones de
producción). Presentamos dos ejemplos de
estrategias útiles para inferir el significado de algunas palabras desconocidas:
* Recurrir al cotexto y contexto de producción: esta operación implica
determinar el sentido de las palabras según su ubicación en el contexto de
producción o en el conjunto de elementos lingüísticos que las rodean.
* Reconocer la formación de las palabras: en español, conocer el significado de
prefijos, sufijos y bases grecolatinas (etimología) nos ayuda a aproximarnos al
sentido de las palabras desconocidas.
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b. Determinación del eje temático articulador: El eje temático articulador es
considerado como el hilo conductor o idea organizadora del texto. En esta fase,
entonces, nos dedicamos a analizar el contenido textual propiamente dicho.
Para ello, debemos realizar cuatro pasos fundamentales, a saber: conformación
y segmentación de los bloques informativos, reconocimiento de las relaciones
lógicas y de significado, jerarquización de las ideas y formulación del tópico.
* Conformación y segmentación de los bloques informativos: Los textos están
compuestos por párrafos, es decir, por segmentos textuales que reconocemos
con facilidad, ya que los enunciados que lo conforman comienzan con
mayúscula y terminan con punto y aparte. Por lo general, esta segmentación en
párrafos se corresponde con una segmentación en bloques temáticos. La
función del bloque temático es desarrollar un aspecto del eje temático del
texto. Cabe destacar que no siempre hay una correspondencia exacta entre un
bloque temático y un párrafo, ya que podemos encontrar un bloque conformado
varios párrafos, o bien, un párrafo que contiene más de un bloque informativo.
* Reconocimiento de las relaciones lógicas y de significado: Las ideas que
conforman un texto están vinculadas por diversos elementos lingüísticos que
expresan relaciones lógicas y de significado. Estos elementos conectan las
palabras, los enunciados y los bloques de información. Las relaciones lógico-
semánticas pueden indicar causa-consecuencia, comparación, oposición,
secuenciación cronológica, etc. y se explicitan en el texto a través de marcas
lingüísticas también llamados “Marcadores discursivos y conectores”.
* Jerarquización de las ideas: Jerarquizar las ideas o establecer su orden de
importancia supone discriminar la información nuclear (la más importante
según nuestro propósito de lectura) de la periférica (la menos importante).
Recordemos que solo puede jerarquizarse la información luego de un análisis
en profundidad del sentido global del texto. No debemos confundir una
actividad manual (subrayar, escribir al margen, etc.) con una operación mental
compleja como es la jerarquización de las ideas.
* Formulación del tópico: Formular el tópico textual implica establecer cómo es
el tratamiento particular de un tema en un determinado texto. Conviene
diferenciar tema (general) de tópico (particular), ya que, aunque, diversos textos
aborden un mismo tema, cada uno de ellos lo recorta y desarrolla desde una
perspectiva diferente.
Estructuradores de la información
Los marcadores discursivos: son marcas lingüísticas que indican los cambios
que se producen en el tema o asunto que desarrolla un texto. Podemos
clasificarlos en comentadores, ordenadores, reformuladores y digresores.
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Ahora analicemos el texto brindado con anterioridad teniendo en cuenta los
pasos mencionados, seguimos trabajando en una hoja y con una lapicera.
Pasos Actividad Respuesta
El lenguaje no es un territorio reservado a la
lingüística y a la literatura. También la ciencia
se hace en y a través del lenguaje y no podría
existir sin él. Cada disciplina científica inventa y
desarrolla un lenguaje propio y unos modos
característicos de hablar, de escribir y de leer,
que no son otra cosa que maneras diferentes de
codificar el conocimiento.
Clarificación del
sentido de las
Establecer cuál de las acepciones corresponde
palabras
con la definición de lenguaje:
1-Capacidad del ser humano de expresar su
pensamiento por medio de un sistema de signos.
2- Manera particular de hablar un grupo de
personas en determinada situación.
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3-Capacidad de muchos seres vivos de
comunicarse con sus semejantes mediante
señales.
Ahora, volvamos a texto general y numeremos los párrafos, identifiquemos la
idea central de cada uno en una sola frase y comentar a través de qué
categorías procedimentales se expresa ese contenido.
Las categorías procedimentales pueden ser: definición, ejemplificación,
comparación, explicación, clasificación, descripción, causa-consecuencia,
reformulación, enumeración, cita de autoridad y secuencia cronológica. Lo
hacemos en una hoja y con una lapicera.
Párrafo Idea central Categorías Procedimentales
1
2
3
4
5
6
7
8
9
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Vamos a explicar en qué consiste cada una de las categorías procedimentales
que se encuentran frecuentemente en cualquier texto del ámbito académico,
sobre todo los textos expositivos-explicativos. Las categorías procedimentales
del texto expositivo son las que se detallan a continuación (Cubo de Severino,
2005):
1) Descripción: consiste en asociar rasgos o propiedades de un elemento o
tópico para caracterizarlos. Las marcas lingüísticas son verbos presentativos
conjugados en presente del Modo Indicativo como: ser, estar, haber, tener,
caracterizarse, formar, ubicar, consistir, constituir, representar.
2) Definición: se considera un tipo especial de descripción. Consiste en
delimitar el significado de un concepto exponiendo en forma clara a qué clase
pertenece, cuáles son sus atributos y, por lo tanto, qué se entiende por él.
Algunas marcas lingüísticas de las definiciones son la utilización de verbos
como designar, ser, llamar, consistir, entre otros.
3) Clasificación: consiste en presentar taxonomías compuestas por categorías
de elementos con características comunes para organizar la realidad dentro de
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ellas.
4) Ejemplificación: consiste en la particularización de un concepto, fenómeno o
afirmación general por medio de datos o hechos específicos, con el fin de
aclararlo o ampliarlo. Las marcas lingüísticas son: por ejemplo, como, así, es el
caso de…, entre otros.
5) Causa/consecuencia: establece una relación de dependencia entre dos
hechos, fenómenos o ideas: un antecedente o causa y un consecuente o
consecuencia. Las marcas lingüísticas son: por lo tanto, por lo siguiente, así
que, debido a, por esta razón, dado que, entonces, por ello.
6) Comparación: es un procedimiento textual que implica la confrontación de
dos o más elementos o entidades de igual naturaleza para identificar
semejanzas y/o diferencias. Las marcas lingüísticas características son: como,
igual que, asimismo, por el contrario, en cambio, por otra parte, a diferencia de…
7) Explicación: es la exposición amplia, desarrollada o detallada de un
determinado tema, con el objeto de aclararlo o justificarlo.
8) Reformulación: consiste en parafrasear o decir de otro modo el contenido
dicho, por medio de expresiones lingüísticas diferentes. Sus marcas
lingüísticas son: es decir, dicho de otro modo, o sea.
9) Problema/Solución: consiste en organizar la información en el texto
estableciendo una relación de dependencia entre dos hechos. Uno de los
hechos es el problema y el otro se propone como su resolución. La solución
redefine el problema y proporciona un nuevo punto de vista desde el cual deja
de existir el conflicto planteado.
10) Secuencia cronológica: esta estrategia es frecuente en textos de contenido
histórico en los que se presentan los hechos ordenados intentando respetar el
orden cronológico en el que sucedieron en la realidad. Las marcas lingüísticas
características son los conectores temporales como: después, luego,
momentos antes, tiempo después, mientras tanto, o referencias temporales
precisas como siglos, años o días precisos.
11) Cita de autoridad: es una estrategia propia del texto expositivo - explicativo
para hacer una referencia al discurso de expertos sobre el tema. Por lo general,
se reconocen por la introducción por medio de verbos pertenecientes a la
esfera de decir (afirmar, sostener, definir) y por la mención del autor de la cita,
el año de la publicación de la que se extrajo y, en el caso de las citas directas,
de la página de la fuente consultada.
El escritor de un texto del nivel superior construye su texto haciendo uso
de estas categorías procedimentales, es decir, de procedimientos textuales
apropiados para desarrollar el tema y hacerlo comprensible al lector. De
acuerdo con Castro y Castillo (2005, p. 77) estas categorías “facilitan que el
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lector construya el sentido global del texto a partir de las ideas parciales que
lo conforman”. Las categorías procedimentales establecen distintos tipos de
relaciones entre la información presentada. La tarea del lector es ir
descubriendo qué relaciones van imbricando los distintos segmentos textuales.
TERCERA FASE: REPRESENTACIÓN DE LA INFORMACIÓN
Como hemos visto en este módulo, cuando leemos una fuente bibliográfica
ponemos en juego habilidades cognitivas y lingüísticas; es decir, no solamente
estamos adquiriendo conocimiento, sino que, además, estamos desarrollando
habilidades de lectura y escritura. Partimos de una lectura global y exploratoria;
luego realizamos una lectura analítica y, finalmente, construimos una
representación de la información de ese texto leído. Esta última fase de lectura
condensa la información más importante o nuclear del texto de referencia, que
es reelaborado sintéticamente, reorganizando la información nuclear de su
contenido.
Según van Dijk y Kinstch (1983) podemos emplear tres estrategias cognitivas
fundamentales para para resumir o condensar la información esencial de un
texto:
Supresión: implica dos estrategias complementarias: la selección y la omisión.
La información no relevante (ejemplos, digresiones, reformulaciones,
suposiciones, etc.) no contribuye a la construcción del tópico o tema del texto,
por ello, se elimina a la hora de realizar un resumen.
Generalización: consiste en la sustitución de una serie de conceptos de la
misma clase por uno más general, que define el conjunto abarcado. Exige un
proceso de abstracción; por ejemplo, las palabras silla, mesa, escritorio y
estantería pueden ser sustituidas por el hiperónimo “muebles”, en algunos
casos.
Construcción o reformulación: consiste en la integración de la información
seleccionada para producir un nuevo texto coherente que tenga cohesión y
coherencia.
En el Módulo 3 nos detendremos con detalle en cada una de las maneras de
representar y graficar la información mediante técnicas de estudio.
Escribir para comprender mejor
Función social de la escritura
Tal como venimos revisando a lo largo de la clase, la escritura es un hecho
social que nos permite integrarnos en el mundo letrado. A lo largo de nuestro
día, convivimos con diferentes mensajes escritos. Si les preguntamos, qué
escribieron durante el día de ayer, inmediatamente advierten que han escrito
mucho más de lo que suponen: seguro que hicieron una lista para hacer
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compras, dejaron un mensaje en la heladera, agendaron un evento importante y
ni que hablar si enviaron mensajes de texto, tuvieron que responder correos,
preparar trabajos para el Instituto y conectarse con los amigos en el Facebook.
Es decir, nuestras acciones más cotidianas nos ponen en relación con la
escritura porque precisamente vivimos en un mundo letrado.
Pero ¿Qué es la escritura? Modelos de escritura
La primera cuestión que aparece en esta reflexión es pensar que el lenguaje
escrito es una comunicación diferida que se diferencia de la oralidad por su
inmediatez.
Cada vez estamos más de acuerdo en que la escritura no es un lenguaje
espontáneo, sino que requiere un trabajo intelectual muy importante que nos
permite reconsiderar cada uno de los temas que escribimos. Sostiene Paula
Carlino, quienes escriben profesionalmente manifiestan que componer un texto
incide en el desarrollo de su pensamiento, es decir que la escritura tiene una
función epistémica, la escritura tiene la posibilidad de ser una forma de
estructuración del pensamiento y es un sistema semiótico; es decir un sistema
de significación que nos permite construir discursos en un momento
determinado, adecuado a un lector previsto en una situación determinada.
Como crítica a los modelos que proponen procesos lineales de escritura surgen
dos modelos en los años 80 que permiten analizar los procesos de escritura,
estos pertenecen a un enfoque cognitivo de la escritura.
Modelo 1 Etapas de escritura
El modelo cognitivo de Linda Flower y John Hayes fue creado en 1980, es un
proceso cognitivo de escritura y modelo descriptivo. Con este modelo se puede
observar el proceso de escritura de un sujeto y saber cuáles son los
procedimientos que utiliza. Las etapas de la escritura son:
1.La planificación: Consiste en la generación y organización de las ideas. El
escritor se forma previamente un esquema mental con los objetivos en base al
conocimiento de aquello que quiere escribir. Este proceso involucra actividades
como:
1-analizar los elementos de la situación comunicativa: quiénes leerán el texto,
para qué, dónde circulará, qué se sabe del tema, qué no se sabe, qué se quiere
lograr con el texto.
2- representarse mentalmente el texto teniendo en cuenta qué tipo de texto es,
cuál será su estructura, qué información irá en cada parte, cómo comenzará,
terminará, etc.
3- construir un plan de acción para escribir el texto: buscar información, anotar
ideas que surjan, armar un gráfico o esquema, etc.
2.Redacción o textualización: El proceso de producción es donde el escritor
propiamente traduce sus ideas al papel, es donde las ideas de transportan al
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papel. Aquí el escritor debe desarrollar la escritura, clasificar y revisar el
significado de lo que se escribe, por lo que muchas veces el escritor puede
volver al proceso de planificación. Son necesarios los conocimientos de la
lengua y su normativa.
3.Revisión: En este proceso el escritor revisa lo escrito para darle forma al
texto y reformularlo si es necesario. Durante este proceso también se puede
volver a la planificación en caso de ser necesario. Dentro de este proceso,
además, encontramos los subprocesos de examen y corrección, en donde el
texto es examinado exhaustivamente por el escritor para encontrar los errores,
tanto de redacción, coherencia, ortografía, etc. y es corregido para que sea más
claro.
Durante todo este proceso de escritura el escritor debe ir monitoreando su
avance. Los procesos no se dan en forma separada sino todos a la vez.
Modelo 2 Decir y transformar el conocimiento
Dos autores Bereiter y Scardamalia plantean dos procesos escritores diferentes
al modelo anterior:
• Decir el conocimiento: el autor elabora su texto a partir de la
reproducción más o menos literal de los datos que recupera de la
memoria que elabora mentalmente, según el contexto de escritura. O
sea que el escritor reproduce el conocimiento.
• Transformar el conocimiento: el autor toma conciencia de las
diferencias que surgen entre sus ideas recuperadas y los requerimientos
discursivos del contexto concreto en el que escribe. El escritor elabora
su propio texto.
Estos modelos nos sirven para entender que hay varias formas de escribir
según el modelo que uno como escritor desee seguir.
Cuando uno intenta escribir debe tener en cuenta el procesamiento cognitivo
del individuo (qué sabe, qué conoce), los recursos textuales con los que cuenta
(formatos de diversos textos) y los factores contextuales de escritura (a quién
escribe, para qué, por qué, cómo).
Para realizar la escritura de un texto, es necesario tener en cuenta los
subprocesos de planificar, redactar o textualizar y revisar. Algunas preguntas
que pueden ayudarnos cuando queremos comenzar a escribir:
PLANIFICACIÓN
1.¿Cuál es el propósito principal del texto?
2. ¿Qué características debe tener este texto?
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3.¿Qué características tiene el lector a quien se dirige el escrito?
4. ¿Qué saben sobre el tema? ¿Qué deben averiguar?
5. ¿Qué información debe contener el texto? ¿Qué información no es necesario
presentar?
6. Podemos realizar un esquema con los contenidos y palabras clave que
tendrá el texto.
REDACCIÓN O TEXTUALIZACIÓN
7. Postulamos el tema de su texto. Este será el título principal. Cada uno de los
subtemas de los que trate el texto corresponderá a un párrafo de este. Luego
comenzamos a redactar o escribir el texto.
REVISIÓN
8. Revisamos el texto. Evalamos en forma completa y profunda los distintos
aspectos textuales. Una manera de evaluarlo es tener en cuenta la siguiente
rúbrica:
Aspecto por Puntaje máximo
Pregunta para revisar Modificaciones
evaluar por ítem 2p.
¿El texto cumple con
el propósito?
¿Es adecuado en
Adecuación
relación con la
consigna de
escritura?
¿El texto expositivo
desarrolla las
Estructura del
categorías
texto
canónicas propias de
este tipo de texto?
¿El texto tiene lógica
y el tema está
desarrollado en
forma progresiva?
Coherencia y
¿Hay un uso variado
cohesión
y correcto de
conectores,
marcadores
discursivos, etc.?
¿La ortografía es
Corrección
correcta según la
gramatical
normativa gramatical
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vigente?
¿El uso gramatical es
correcto?
¿El formato, diseño,
dibujo de la letra,
Presentación
etc.
son correctos?
(Grilla realizada a partir de las propiedades textuales que enuncia Daniel Cassany
en sus obras Describir el escribir y Enseñar lengua.)
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