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Chufin

La cueva de Chufín es un importante yacimiento paleolítico en Cantabria conocido desde tiempos antiguos. Contiene dos conjuntos de arte rupestre diferenciados, con figuras de animales realizadas con pocos trazos de forma magistral. A pesar de su ubicación remota, la cueva es accesible gracias a un guía local que acompaña a los visitantes y les explica la historia y cultura de la región.

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La cueva de Chufín es un importante yacimiento paleolítico en Cantabria conocido desde tiempos antiguos. Contiene dos conjuntos de arte rupestre diferenciados, con figuras de animales realizadas con pocos trazos de forma magistral. A pesar de su ubicación remota, la cueva es accesible gracias a un guía local que acompaña a los visitantes y les explica la historia y cultura de la región.

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CHUFÍN

el santuario rupest
Desde tiempos inmemoriales se conoce en el municipio de Rionansa una gruta cargada de leyen-
das. Es la llamada “cueva del moro Chufín”, uno de los yacimientos paleolíticos más singulares de
la región cantábrica, tanto por su contenido arqueológico como por su actual ubicación.

re de Rionansa
RAMÓN MONTES BARQUÍN*

L
legar a la cueva de Chufín no es sencillo, exi-
ge de una cierta capacidad de aventura, y al-
go de motivación e interés hacia la naturaleza
y la arqueología. Si bien hoy en día las comu-

RAMÓN MONTES
nicaciones han allanado mucho el camino, este san-
tuario rupestre, enclavado en la confluencia de los
ríos Nansa y Lamasón (en pleno embalse de La Pa-
lombera), sigue siendo uno de los destinos más
desconocidos de la arqueología regional y, más es-
En la página anterior, lago interior y pinturas en la cueva de Chufín. Sobre estas líneas,
pecíficamente, de las cavidades con arte rupestre
aspecto general del vestíbulo de la cavidad.
abiertas al público en Cantabria.
Chufín se encuentra en el pintoresco y bello
pueblo de Riclones, en la margen izquierda del Nan-
sa. Desde la carretera CA-181 se toma un desvío a
la derecha, justo antes de alcanzar la localidad de
Celis. Una vez en Riclones, es preciso preguntar por
Antonio Gómez, el guía. Acompañados por él, y per-
trechados de linternas, mucho buen humor y saber
popular (todo eso lo pone Antonio), da comienzo la
aventura...
Desde la casa del guía, y siguiendo un sende-
ro, que en su primer tramo es pista y poco después
un simple camino, se desciende hacia el antiguo
cauce del río Lamasón, junto a su confluencia con
el Nansa. Actualmente la morfología de los ríos es
Archivo Consejería de Cultura (PEDRO SAURA)

casi inapreciable, debido al embalse de La Palom-


bera que, en los años cuarenta, a punto estuvo de
hacer desaparecer la cueva, y que provocó la inun-
dación de sus galerías inferiores. A consecuencia
de ello, en la sala principal de la gruta se formó un
RAMÓN MONTES

profundo y bello lago interior.


Mención aparte merece el guía. Si ya la visita
a la cueva es una grata experiencia en sí misma,
la compañía y las explicaciones que Antonio dis-
pensa –antes, durante y después de la misma– no Los signos compuestos de líneas de puntos realizados con los dedos son los motivos más
le van a la zaga. Con él se descubre no solo una frecuentes.

, Enero-Marzo, 2006—15
RAMÓN MONTESArchivo “La Revista de Cantabria”)

parcela de nuestra mejor Prehistoria, sino también vierte en uno de los destinos culturales más sin-
el nombre de los árboles y plantas (con sus pro- Topografía de la cueva gulares de Cantabria. A muchos de los visitantes
piedades medicinales) del singular entorno, las le- con la situación les introducirá también en los secretos de las sin-
yendas de la cueva y de la comarca, las particula- de las figuras. gladuras fluviales: no en vano parte del acceso se
ridades del paisaje –y del paisanaje–, y, en defini- hace en bote de remos, aunque solo se trate de
tiva, todo aquello que rodea a Chufín y que lo con- unos 200 metros en línea recta.
RAMÓN MONTES

RAMÓN MONTES

Con muy pocos trazos cada animal queda definido de modo magistral.

16— , Enero-Marzo, 2006


Para visitarla
a cueva, gestionada por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria, está
L abierta al público durante todo el año, aunque los lunes y martes se encuentra cerrada por descanso
del guía.
Se realizan dos visitas diarias (a las diez de la mañana y a las cuatro de la tarde), y la duración de la mis-
ma es de unas 3 horas, incluyendo la aproximación a la gruta, el viaje en barca y el retorno. Dada la com-
plejidad del acceso no es aconsejable para niños menores de 8 años. Conviene llevar ropa cómoda y calza-
do apropiado, preferentemente botas.
Por motivos de conservación, el cupo diario se limita a 25 personas, y es imprescindible realizar previamente
una reserva, a través de cualquiera de estas opciones: correo electrónico (www.culturadecantabria.com); telé-
fono (central de reservas de las cuevas prehistóricas de Cantabria, 942 59 84 25); fax (942 59 83 05); o con-
tactando con el guía, Antonio Gómez Fraile, en el teléfono móvil 629 13 61 65.

DOS CONJUNTOS DIFERENCIADOS sus correrías por los reinos cristianos. Este Alí Ba-
La “cueva del moro Chufín” era conocida por bá del valle del Nansa inspiraba a la vez miedo y
los habitantes de la comarca desde tiempo inme- curiosidad, y no pocos se atrevieron a buscar su
morial. Una leyenda popular decía que fue utiliza- tesoro en la intrincada y laberíntica cavidad, aun-
da por un feroz moro, llamado Chufín, quien habría que con poco éxito, como suele ser habitual en es-
escondido en ella un fabuloso tesoro, producto de tos casos.
Las manifestaciones rupestres fueron descu-
biertas en 1972, cuando el lugareño Manuel de Cos
las dio a conocer. Casi de manera inmediata, un
equipo de arqueólogos –dirigido por Martín Alma-
gro, Federico Bernaldo de Quirós y la malograda
Victoria Cabrera (directora de las excavaciones de
la Cueva del Castillo, de Puente Viesgo)– realizó la
documentación de las pinturas y grabados, y las ex-
cavaciones del vestíbulo, que mostraron una ocu-
pación de hábitat datada en el período Solutrense,
con una antigüedad de 17.500 años.
Chufín presenta dos grandes conjuntos rupes-
tres bien diferenciados, tanto por su ubicación to-
La cueva se abre en pográfica como por las técnicas empleadas y su
un gran farallón cronología. En el abrigo del vestíbulo aparecen úni-
calizo situado sobre camente manifestaciones grabadas, todas ellas del
el río Lamasón. Para período Gravetiense (hace unos 25.000 años), que
acceder se suele constituyen los elementos más antiguos de la cavi-
emplear una sencilla dad. El panel central del abrigo –de apenas 2 me-
barca de remos (a la tros cuadrados– es el más espectacular, y presen-
izquierda de la foto). ta, magistralmente incisas, las representaciones de
un bisonte y varias ciervas, así como peces y sig-
nos. De entre la veintena de figuras identificables,
destacan las ciervas (el tema más frecuente), por
su sorprendente sencillez y naturalidad. En varios
casos las representaciones constan tan solo de tres
trazos grabados y, sin embargo, es claramente dis-
tinguible la forma del animal.
Podemos decir que este primer conjunto exte-
rior se trata de uno de los santuarios rupestres más
antiguos del Cantábrico, realizado en una época
en la que el arte de las cavernas era plasmado,
con preferencia, en áreas exteriores de las grutas,

, Enero-Marzo, 2006—17
Archivo Consejería de Cultura (PEDRO SAURA)

generalmente cerca de la zona de hábitat, y a la vis- producido formas inverosímiles); un lago interior que
ta de la sociedad que lo concibió como forma de ex- dota al espacio de un encanto especial; y, sobre to-
presión e iconografía de sus creencias religiosas. Detalle de una do, pinturas y grabados que nos hablan de una épo-
Ya en el interior de la gruta, y tras atravesar una de las representaciones ca en la que los santuarios paleolíticos se recogie-
galería ancha y baja, en la que aún son visibles las de cierva del panel central ron en el interior de las cavernas.
oseras que los osos de las cavernas excavaban pa- del vestíbulo. Este segundo conjunto, plasmado en el interior
ra hibernar cuando los grupos humanos no emplea- de la cavidad (en una zona ya completamente os-
ban la cavidad como refugio y/o santuario, se acce- cura), data de una fase contemporánea a las ocu-
de a la sala principal de la cueva. En ella encon- paciones del vestíbulo, es decir, del período Solu-
tramos formaciones geológicas de enorme belleza trense (17.500 años atrás). Representaciones de un
(no hay que perderse el techo, con una geoda gi- uro, un caballo y una venus; diversos signos a base
gante y cicatrices erosivas de origen hídrico que han de puntuaciones rojas en hilera realizadas con el

18— , Enero-Marzo, 2006


Archivo Consejería de Cultura (PEDRO SAURA)

dedo; trazos pareados y bastones, componen un que se llega (no sin cierto peligro) a través de una
espectacular aparato iconográfico, del que sobre- Rodeando una oquedad repisa de casi 4 metros de altura.
salen, por su vistosidad y tamaño, el panel central natural, que recuerda Finos grabados representando animales (bison-
y los signos de puntos del techo. vagamente a una vulva, tes y caballos, principalmente) y peculiares formas
Son precisamente las pinturas rojas, y en espe- los grandes signos de puntos en la roca (que Antonio se preocupa siempre de
cial los signos de puntos (uno de los cuales rodea parecen sugerir temas mostrar), completan una visita que, por la pequeña
una oquedad natural a modo de vulva), los ele- relacionados con aventura que supone el acceso, la belleza natural del
mentos más característicos –y enigmáticos– de la sexualidad y la paraje y de la gruta, y la espectacularidad de sus gra-
Chufín. Poco podemos decir en torno a su signifi- reproducción de los grupos bados y pinturas, no dejará indiferente a nadie. ■
cado, únicamente que fueron realizados con exqui- paleolíticos.
sito cuidado –en hiladas casi perfectas–, y que ocu- *Ramón Montes Barquín es doctor en Arqueología y
pan los techos altos de la sala de las pinturas, a los Prehistoria, y gestor cultural.

, Enero-Marzo, 2006—19

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