Un Fundamento Bíblico para La Integración Fe y Aprendizaje
Un Fundamento Bíblico para La Integración Fe y Aprendizaje
Los adventistas del séptimo día creen que las Sagradas Escrituras son la Palabra de Dios-
inspirada, confiable y vigente (Asociación Ministerial, 1988). Aunque la educación cristiana no
aparece como una de las 27 doctrinas fundamentales, es visto históricamente por la Iglesia
Adventista del Séptimo Día (ASD) como ingrediente medular en el cumplimiento de su misión.
Esto puede evidenciarse por los escritos prolíficos sobre el tópico de educación por Elena G. de
White (e.g., White, 1923, 1943, 1952, 1968}, una fundadora denominacional, como también por
la extensión del sistema educativo ASD, en la actualidad uno de los sistemas educativos
religiosos más grandes, con más de cinco mil escuelas, colegios y universidades y con
aproximadamente un millón de estudiantes.
Un concepto central en la filosofía adventista de la educación es "la integración fe y
aprendizaje". Muchos educadores adventistas, de hecho, perciben esta idea como ingrediente
distintivo de la educación ASD, que debe ser nutrido de manera afirmativa y continua. Evidencia
de esta posición puede encontrarse en las frecuentes sesiones de los Seminarios Internacionales
Fe y Aprendizaje, auspiciados por el Instituto de Enseñanza Cristiana desde 1988. Monografías
desarrolladas en estas conferencias se han publicado en la serie erudita Christ in the Classroom
(Rasi, 1991-2003).
Dada la centralidad de la Sagrada Escritura en la teología adventista y la importancia de la
integración fe y aprendizaje en la filosofía y práctica educativa ASD, es razonable esperar que tal
concepto deba encontrar amplio apoyo en las Escrituras. Esta exposición busca examinar este
fundamento bíblico y proveer una razón de ser para la integración de fe y aprendizaje en la
educación cristiana. Debe entenderse, sin embargo, que esta presentación no pretende ser un
relato exhaustivo de todos los pasajes bíblicos relevantes a la educación adventista. Más bien,
busca poner en relieve pasajes bíblicos ejemplares que sirven como pilares a la integración fe y
aprendizaje y como punto de partida para la investigación y reflexión.
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recibido la mente de Cristo. El pasaje aclara que la diferencia se encuentra en la mente. Romanos
8, versículos 6 y 7, corrobora esta perspectiva. "Porque la intención [~pOVTJ~O. - la mente,
incluyendo los pensamientos y propósitos] de la carne es muerte, pero la intención del Espíritu es
vida y paz. Pues la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de
Dios, ni tampoco puede." Hay entonces dos clases de mentes, la mente carnal y la mente
espiritual. La orientación carnal corre en contra de Dios y su verdad. Es una mente secular-una
perspectiva temporal, mundo-céntrica y fragmentada (véase la Figura 1). En contraste, la mente
espiritual es una mente cual la de Cristo, en armonía con el plan de Dios para la vida y el
universo. Incorpora, entonces, una perspectiva eterna!, sobrenatural y holística.
Figura l. Las dos mentes (Romanos 8:6-7)
A menudo, los individuos parecen asumir que la mente es análoga a un traje de vestir-algo que
uno se pone o se quita dependiendo de la temporada o la situación (quizás la base para la
expresión comúnmente escuchada "Acabo de cambiarme la mente"). La mente cristiana, sin
embargo, requiere una cierta estabilidad, un compromiso de fe. El apóstol Santiago declara, "Y si
a alguno de vosotros le falta sabiduría, pídala a Dios ... y le será dada. Pero pida con fe, no
dudando nada [no oscilando, no tambaleando de manera indecisa). Porque el que duda es
semejante a una ola del mar movida por el viento y echada de un lado a otro. No piense tal
hombre que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inestable en todos sus
caminos" (1 :5-8).
Observe que hay tres condiciones para recibir la sabiduría: compromiso, fe y petición. En
contraste, una persona de "doble ánimo", oscilando entre una perspectiva secular y una
espiritual, se encuentra en las garras de una mente dicotomizada y como consecuencia no puede
recibir ninguna cosa de Dios-mucho menos la mente de Cristo y su sabiduría. Cuando hay un
compromiso espiritual viviente con Dios, sin embargo, visto en singularidad de mente y
propósito ("Una cosa hago" Fil. 3:13), nace la oración de fe, que resulta en sabiduría, la dádiva
de Dios.
Este compromiso de fe, esta singularidad de mente yace en el corazón de la experiencia cristiana.
Cristo mismo declaró, "Todo reino dividido contra sí mismo está arruinado. Y ninguna ciudad o
casa dividida contra sí misma permanecerá ... . El que no está conmigo, contra mí está; y el que
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Formado en la lmaqen de
Conformad - Deformad
Reformad ~---~ Transformad
Formando la Familia de Dios
Como el apóstol Pablo aptamente lo resumió, ''Nosotros no hemos recibido el espíritu de este
mundo [una cosmovisión secular], sino el Espíritu que procede de Dios [una cosmovisión
cristiana], para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado gratuitamente" (1 Cor. 2: 12).
Fe. Cristo preguntó a sus discípulos, "Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la
tierra?" (Luc. 18:8). La fe no es devoción ciega ni creencia coja. De lo contrario, la fe es un
compromiso razonable, basado en evidencia sustantiva (Heb. 11: 1). El cristianismo, entonces, es
un asunto de actos y datos significativos, no simplemente vagas teorías o especulaciones
interesantes.
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Además, la fe no existe en forma aislada, en un vacío. Tiene que tener un objeto. Uno tiene que
tener fe en algo o alguien. ¿Qué tipo de fe entonces se requiere? (véase la Figura 4). El concepto
de primer orden en el paradigma de fe es la fe en Dios, basada en un entendimiento de Dios que
es a su vez tanto teológico (conociendo acerca de Dios) como relacional (conociendo a Dios
personalmente). Esta fe es complementada por una confianza en la revelación de Dios de su
verdad, su carácter y su plan. El tercer tipo de fe-a veces la más dificil de lograr-es la fe en
personas, en el potencial de otros y de uno mismo, por la gracia de Dios.
Aprendizaje. Aprender es cambiar. Es una
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transformación de corazón, mente y ser.
Representa un cambio en conocimiento,
habilidades, actitudes y/o valores. Cristo invitó a Fe
sus oyentes, "Venid a mí ... y aprended de mí" tJl En Dios-tanto teológica como
(Mat. 11:28, 29). ¿Qué tipo de aprendizaje es relacional
requerido? Primeramente, deberá haber un (]11 En la revelación divina-de su
cambio en la mente-aprendiendo a pensar verdad, carácter y plan
cristianamente. Esto es seguido por un cambio rJ1 En personas-el potencial de otros
de vida-aprendiendo a vivir por la fe. y de uno mismo, por la gracia de
Vida La vida es más que una mera existencia. Dios
Cristo declaró, "Yo he venido para que tengan Aprendizaje
vida, y para que la tengan en abundancia" (Jn.
10:1 0). La vida cristiana entonces va más allá óJ1 A pensar cristianamente-un
que simplemente darse abasto o sobrevivir; va cambio de mente
más allá que el yo. En su sentido más amplio, la tJl A vivir por la fe-un cambio de vida
vida se encuentra centrada en Dios, porque Dios Vida
es la Fuente de vida. Es el Sustentador de la tJ1 Eterna-una dádiva de Dios por
vida. Es el Enfoque final de la vida. "Y ésta es la
vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios
Cristo
verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado" tJl Productiva-transformando
(Jn. 17:3). ¿Qué tipo de vide es requerida? (1)
Una vida eterna, dádiva de Dios por medio de Cristo, (2) una vida productiva, que transforma el
conocimiento en la práctica, y (3) una vida significativa, llenoade amor hacia Dios y el prójimo.
Integración. Refiriéndose al vinculo matrimonial, Cristo declaró, "Así que ya no son más dos,
sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre" (Mat. 19:6). Este
sagrado convenio es análogo al concepto de integración. La integración de fe, aprendizaje y vida
es más que una entremezcla, un encuentro aleatorio. Es, más bien, una unión dinámica, una
fusión de fragmentos en una sola entidad viviente.
¿Qué es entonces la integración de fe, aprendizaje y vida? Es cuando creencias y valores
cristianos proveen la médula y el enfoque del empeño educativo, que a su vez busca relacionar el
cristianismo con la totalidad de la existencia y la cultura humanas.
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considerado por muchos Judíos como uno de los más sagrados en todo el Torah, identifica a Dios
como el enfoque del programa educativo (véase la Figura 5). Este énfasis se reitera a través de la
Escritura. "Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca provienen el conocimiento y el
entendimiento" (Prov. 2:6). "En él [Cristo mismo] están escondidos todos los tesoros de la
sabiduría y del conocimiento" (Col. 2:2-3). Dios, en esencia, es el currículo nuclear.
El versículo siguiente (Deut. 6:5) describe la dinámica y el alcance del currículo. "Y amarás a
Jehová tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas." En la educación
cristiana, el amor es el componente motivador cardinal. La verdad, de hecho, deberá siempre
expresarse en un contexto de amor (Ef. 4:15).
Además, la esfera de acción del programa Figura 5. El Cu"ículo Integrado (Deut. 6:4-9)
educativo deberá ser comprehensiva y holística.
• Enfoque: Dios (4)
Luego se identifican lafoente y el instrumento
• Dinámica: El amor (Sa)
curricular. "Estas palabras que yo te mando
• Alcance: Comprensiva y holistica (Sb)
estarán en tu corazón" (6). Las palabras de Dios
incluyen su Palabra escrita, las Sagradas • Fuente: La Palabra-Escrita, Ilustrada y
Escrituras (Apoc. 1: 1, 2); la Palabra ilustrada, Viviente (6a)
vista en las obras creadoras de Dios (Sal. 19:1 ); y • Instrumento: Maestro comprometido
la Palabra viviente, Jesucristo (Jn. 1:14). Estas (Gb)
Palabras divinas constituyen el gran factor • Proceso: Diligente y excelente,
unificador en la educación cristiana, el receptivo y activo (7a)
fundamento de su currículo. Traen una • Contexto: Momentos primos para el
. transformación de aprendizaje y de vida. Como
San Pablo escribió a Timoteo, "Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la
enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente capacitado para toda buena obra" (2 Tim. 3:16, 17).
Observe, sin embargo, que Deuteronomio estipula una condición: las Palabras deben
primeramente internalizarse en el instrumento, en la vida del maestro. Uno simplemente no
puede compartir lo que no tiene.
Deuteronomio 6:7 especifica el proceso y el contexto curricular. "Las repetirás a tus hijos y
hablarás de ellas sentado en casa o andando por el camino, cuando te acuestes y cuando te
levantes." La repetición sugiere que diligencia, esfuerzo, perseverancia y excelencia son
requeridos. Tal instrucción incorpora tanto receptividad como actividad ("sentado" y
"caminando"). Toma lugar tanto "en casa" (el aula de clase) como "por el camino" (las
experiencias de la vida real), enlazando así la teoría y la práctica. Además, identifica momentos
primos para el aprendizaje--"cuando te levantes" y "cuando te acuestes" (el comienzo y el fin
del día). Dado que la dimensión más importante de la vida es la relación con Dios, esto parece
sugerir que segmentos prístinos del día (incluyendo el día escolar) deben ser apartados para las
experiencias de adoración y devoción.
Finalmente, en los versículos 8 y 9, el pasaje se dirige a las dimensiones curriculares del
programa educativo. "Las atarás a tu mano como señal, y estarán como frontales entre tus ojos.
Las escribirás en los postes de tu casa y en las puertas de tus ciudades [o portones de tu patio]."
Observe que se especifican cuatro dimensiones. Las palabras de Dios deberán estar sobre la
mano, guiando las acciones y desarrollo fisico. Deberán estar ante los ojos, dirigiendo los
pensamientos y el crecimiento intelectual.
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Pero ¿qué de los postes y los portones? Es importante recordar que estas palabras fueron dichas a
los Israelitas que recientemente habían dejado Egipto para ir a la Tierra Prometida. En esa última
noche, rociaron la sangre de un cordero sobre los postes, los dinteles de sus puertas, como
evidencia de su compromiso de fe. En tiempos bíblicos, como en muchos lugares hoy, los
portones del patio eran considerados la avenida de contacto con el mundo más amplio. Mensajes,
de hecho, frecuentemente se colocaban en las puertas, sean del patio o de una ciudad, para
anunciar eventos importantes-una forma de comunicación, de testimonio. Los "postes" y las
"puertas" entonces sugieren que las palabras de Dios deberán guiar el desarrollo tanto espiritual
como social del alumno.
Estas cuatro dimensiones del currículo cristiano parecen ser de significado especial. Lucas 2:52,
por ejemplo, señala que Jesucristo se desarrolló en cuatro áreas-"en sabiduría, en estatura y en
gracia para con Dios y los hombres" (véase la Figura 6). Pero aún más importante es discernir
que la Palabra de Dios deberá servir como el fundamento para cada dimensión. En esencia, cada
aspecto del programa educativo cristiano debe ser Cristo-céntrico, Biblia-fundamentado,
alumno-relacionado y sociedad-aplicado.
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testimonio en Jacob y puso la ley en Israel. Mandó a nuestros padres que lo hicieran conocer a
sus hijos, para que lo supiese la generación venidera y sus hijos que nacieran, para que los que
surgiesen lo contaran a sus hijos, para que pusiesen en Dios su confianza." Este sentir encuentra
eco en otros pasajes, tales como Sal. 34:11, Isa. 38:19 y Ef. 6:4. Este último pasaje, por ejemplo,
ordena a los padres criar sus hijos "en la disciplina y la instrucción del Señor."
En los tiempos del Antiguo Testamento, el papel de los padres era suplementado por el de los
sacerdotes. "Porque los labios del sacerdote han de guardar el conocimiento, y de su boca han de
buscar la instrucción, pues él es un mensajero de Jehová de los Ejércitos" (Mal. 2:7). En el
período del Nuevo Testamento, la iglesia funcionó como la familia extendida de Dios y cada
líder en la comunidad de fe era considerado un maestro (Giles, 1989). Estos líderes incluyeron
apóstoles, profetas, obispos, ancianos y diáconos. Los ancianos, por ejemplo, eran mandados a
instruir por su ejemplo y debían cumplir su responsabilidad de "apacentad el rebaño de Dios que
está a vuestro cargo, cuidándolo no por la fuerza, sino de buena voluntad según Dios; no por
ganancias deshonestas, sino de corazón; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro
cargo, sino como ejemplos para el rebaño" (1 Pedro 5:1-3).
Había, sin embargo, individuos que eran especialmente comisionados para la obra de la
enseñanza. "Lo que oíste de parte mía mediante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles
que sean idóneos para enseñar también a otros" (2 Tim. 2:2). Pablo además observa que Dios
"mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, y a otros pastores y
maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo
de Cristo, hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios,
hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo"
(Ef. 4:11-13). Debe notarse que basado en el texto original, este pasaje se refiere a cuatro grupos
de personas (Hocking, 1978, p. 21 ), con la función de pastor y de maestro considerado como un
mismo don. Por consecuencia, los pastores deberán ver su rol como instructores de sus
congregaciones, mientras que los maestros deberán comprender su vocación como pastores de su
rebaño de alumnos. Observe que el ministerio de estos pastores-maestros resulta en un desarrollo
de fe, conocimiento y servicio-en esencia, una integración de fe, aprendizaje y vida.
En el paradigma bíblico, los maestros son solamente representantes del Gran Maestro. "Somos
embajadores en nombre de Cristo; y como Dios os exhorta por medio nuestro" (2 Cor. 5:20). Un
embajador, por supuesto, recibe autoridad, junto con la responsabilidad de presentar un cuadro
fidedigno y atrayente de quien él representa. "Si alguien habla, hable conforme a las palabras de
Dios. Si alguien presta servicio, sirva conforme al poder que Dios le da, para que en todas las
cosas Dios sea glorificado por medio de Jesucristo" (1 Pedro 4:11; también 2 Tim. 2: 15). En el
sentido sumo, entonces, Dios es el Maestro en la educación cristiana. Como el profeta Isaías
señaló, "Todos tus hijos serán enseñados por Jehová, y grande será la paz de tus hijos" (lsaías
54:13). El texto describe algo más que meramente aprender acerca de Dios. Más bien, los
alumnos deberán ser enseñados por Dios, por medio de sus instrumentos humanos.
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disciplina es finalmente verdad divina (Holmes, 1977), los alumnos deben ser guiados a vincular
la veracidad de cada tópico que estudian con la Fuente de esa verdad.
La integración de fe y aprendizaje también enfatiza la importancia de valores morales en la
formación del carácter. "¡Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno! ¿Qué requiere de ti
Jehová? Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Dios" (Miq.
6:8). Maestros, por ejemplo, deberán ayudar sus alumnos a "discernir entre lo santo y lo profano,
y entre lo impuro y lo puro" (Eze. 44:23). Esto se logra eficazmente por un proceso de formación
y maduración de valores que involucra análisis, reflexión y acción. El apóstol Pablo sefiala la
gran agenda, cargada de valores, para la educación cristiana: "En cuanto a lo demás, hermanos,
todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo
que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si hay algo que merece alabanza, en esto pensad. Lo
que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto haced." (Fil. 4:8-9).
Esta perspectiva de verdad divina y aprendizaje en tomo a valores se infiltra en cada materia y
disciplina. En las ciencias, por ejemplo, los alumnos deben ser animados para integrar las
palabras y las obras de Dios. La base para esta integración se encuentra en el hecho que la
Palabra Viviente formó el mundo natural (Jn. 1:1-4), que Dios apartó un día de descanso en el
cual deberá verse la naturaleza especialmente en un contexto espiritual (Ex. 20:8-11), que Cristo
derivó verdad espiritual de contextos y escenas naturales (e.g., Mat. 6:28-30; Marcos 4:30-32;
Lucas 12:6, 7), y que en el Mundo Venidero, los redimidos continuarán su estudio de las obras
creadoras de Dios (lsa. 11 :6-9).
Una orientación integradora y Biblio-céntrico en el área de lengua y literatura podría incorporar
el entendimiento que Dios es quien otorga el don de la expresión creativa (Gén. 2:19, 23).
Mientras que el pecado distorsiona el lenguaje (Gén. 11 :4-9), Dios toma la iniciativa para llenar
el vacío en la comunicación (Hechos 2:7-12), finalmente restaurando y reunificando el lenguaje
(Apoc. 7:9-1 0). Podrá también considerar el concepto del estudio de buena literatura como un
mandato cristiano (1 Tim. 4:13),junto con un reconocimiento de la existencia de literatura sin
valor o que es claramente perjudicial (1 Tim. 6:20). Además ayudará al alumno a reconocer que
existen criterios divinos para la literatura del cristiano (Fil. 4:8) y que la vida se ennoblece o
degrada con lo que leemos (2 Cor. 3: 18).
En las artes, una perspectiva integradora podrá guiar al alumno a desarrollar criterios cristianos
para evaluar interpretaciones musicales, junto con otras formas artísticas. Esto podrá incluir un
análisis de las siguientes consideraciones, entre otras:
ó11 ¿Se encuentra en armonía con los valores divinos? (Fil. 4:8)
óll ¿Dirige la atención hacia Dios o hacia el yo? (lsa. 14:12-14)
(j1l ¿Glorifica una conducta inmoral? (Ex. 32:15-19)
óll ¿Puede escucharse, ejecutarse, o cantarse para la gloria de Dios? (1 Cor. 10:32)
¡ji ¿Mezcla lo sagrado y lo común? (Lev. 10:1, 2)
ó11 ¿Su efecto resulta en un acercamiento a Dios? (Mat. 7:20)
Orientaciones bíblicas similares pueden desarrollarse en cualquier disciplina-tecnología,
historia, psicología, investigación, estudios sociales, artes manuales, para mencionar algunos.
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• Nicodemo, un gobernante de los judíos vino a Jesús de noche y le dijo: "Rabí, sabemos
que has venido de Dios como maestro ...." (Jn. 3:1-2)
• Entonces Jesús les dijo: "Dejad a los niños y no les impidáis venir a mí, porque de los
tales es el reino de los cielos." (Mat. 19:14)
• Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas, les interpretaba en todas las Escrituras
lo que decían de él .... Y se decían el uno al otro: "¿No ardía nuestro corazón en nosotros
cuando nos hablaba en el camino y nos abría las Escrituras?" (Luc. 24:27, 32)
En la iglesia apostólica, Felipe, uno de los siete diáconos, fue guiado por el Espíritu a
involucrarse directamente en una situación enseñanza-aprendizaje. "Y Felipe corriendo le
alcanzó y le oyó que leía el profeta Isaías. Entonces le dijo: "¿Acaso entiendes lo que lees?" Y él
le dijo: "¿Pues cómo podré yo, a menos que alguien me guíe?" Y rogó a Felipe que subiese y se
sentase junto a él. ... Entonces Felipe abrió su boca, y comenzando desde esta Escritura, le
anunció el evangelio de Jesús" (Hechos 8:30-31, 35).
Timoteo, un colaborador con el apóstol Pablo, recibió como niño instrucción basada en la
Escritura de parte de su madre Eunice y su abuela Loida (2 Tim. 1:5; 3: 15). La Iglesia después
reconoció en él el don de la enseñanza y lo comisionó para este ministerio. San Pablo hace
referencia a este evento singular, "Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, en la exhortación y
en la enseñanza. No descuides el don que está en ti, que te ha sido dado por medio de profecía,
con la imposición de las manos del concilio de ancianos" (1 Tim 4:13, 14).
En forma similar, Tito, un converso de entre los Gentiles que supervisaba la iglesia en la isla de
Creta, fue asignado para enseñar a varios grupos de individuos, de acuerdo con sus necesidades y
responsabilidades distintas (Tito 2:1-10, 15). A estos grupos, que incluían, hombres y mujeres
maduros, jóvenes y señoritas, y aún esclavos, debía ser dada una educación biblio-céntrica y
orientada hacia los valores cristianos.
Finalmente, todo creyente cristiano recibe el llamado para enseñar las palabras de Dios, en
cualquier contexto que se encuentran. "Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden
todas las cosas que os he mandado. Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin
del mundo." (Mat. 28:19-20). Es quizás significativo que la frase "haced discípulos" se refiere al
proceso enseñanza-aprendizaje y es en el Griego el único imperativo de este pasaje,
constituyendo así el enfoque de la comisión evangélica.
Conclusión
El concepto de la integración de fe y aprendizaje en la educación cristiana parece ser
bíblicamente defendible. Las Escrituras presentan evidencia de la importancia de recibir la mente
de Cristo; el alcance de la vida y el aprendizaje cristiano; como también las interrelaciones de fe,
aprendizaje y vida Además, la Biblia delinea los parámetros de un programa educativo integral,
describe el rol de los instrumentos divinos y humanos en el proceso educativo y provee
perspectivas espirituales tanto para contenido como para método. Finalmente, la Palabra de Dios
presenta una constelación de ejemplos de la vida real que ilustran la integración de fe y
aprendizaje en la práctica.
Por medio de la integración fe y aprendizaje, la educación cristiana se mantiene distintiva-en el
mundo, pero no del mundo (Jn. 17:15, 16). Capacita al alumno para crecer "en la gracia y en el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (2 Pedro 3: 18). Tal educación representa
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Obras Citadas
Giles, K. (1989). Pattems ofministry among thefirst Christians. Melbourne, Australia: Collins Dove.
Hocking, D. L. (1978). The theological basis for the philosophy ofChristian school education. In Kienel, P. A.
(Ed.). The philosophy o/Christian school education. Whittier, CA: Association ofChristian Schools
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Ministerial Association. (1988). Seventh-dayAdventists believe... Hagerstown, MD: Review and Herald.
Pazmiflo, R. W. (1997). Foundational issues in Christian education. (2ad ed.). Grand Rapids, MI: Baker Books.
Rasi, H. M. (compiler). (1991-2003). Christ in the classroom: Adventist approaches to the integration offaith and
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White, E. G. (1968). Counsels on Education. Mountain View, CA: Pacific Press.
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