República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria
Ministerio del Poder Popular para el Proceso Social del Trabajo
Instituto Venezolano de los Seguros Sociales Dirección General de
Salud
Colegio Universitario de Rehabilitación “May Hamilton”
PNF Fisioterapia – Trayecto I - Medios físicos.
HIDROTERAPIA
Facilitador: Anggy Rojas
Alumnos:
#01 Paola Irazabal C.I: 24.749.645
#02 Gabriela Rivera C.I: 25.531.679
#14 Luis Alfredo Rojas C.I: 30.306.365
#13 Zoemyerly Zerpa C.I: 30.157.713
#19 María Fernanda Caraballo C.I:30.943.663
#16 Ashlyn Monzon C.I 30.750.965
Caracas, Noviembre 2024.
INTRODUCCIÓN
La hidroterapia, cuyo nombre proviene de las palabras griegas "hydro" (agua)
y "therapeia" (curación), se presenta como una práctica terapéutica que
utiliza el agua en sus diversas formas y temperaturas para tratar disfunciones
físicas y psicológicas. Desde tiempos antiguos, el agua ha sido reconocida
por sus propiedades curativas, y en la actualidad, la hidroterapia se ha
consolidado como una disciplina dentro de la rehabilitación y el bienestar.
Este documento explora los efectos fisiológicos y terapéuticos de la
hidroterapia, destacando su capacidad para promover la salud a través de
mecanismos como la flotabilidad, la presión hidrostática y la temperatura. La
hidroterapia no solo se limita a la mejora de condiciones
musculoesqueléticas, sino que también ofrece beneficios en áreas
cardiovasculares, respiratorias y psicológicas, convirtiéndola en una
herramienta integral para el tratamiento y la prevención de diversas
patologías. A través de una variedad de técnicas que van desde lavados
suaves hasta masajes subacuáticos, la hidroterapia se adapta a las
necesidades individuales del paciente, siempre bajo la supervisión de
profesionales capacitados.
HIDROTERAPIA
La hidroterapia, derivada de las palabras griegas hydro, que significa
«agua», y therapeia, que significa (curación), es la aplicación del agua, bien
de forma interna o externa, para el tratamiento de la disfunción física o
psicológica. La hidroterapia se puede aplicar externamente, bien por
inmersión de todo el cuerpo o de partes del mismo, o sin inmersión mediante
rociado o vertiendo agua sobre el cuerpo.
Los baños en agua se han considerado saludables desde el comienzo de los
tiempos y a lo largo de diversas culturas, desde Hipócrates en los siglos iv y
v a. C. Quien utilizó agua fría y caliente para tratar diversas patologías, a los
romanos al principio del siglo i de nuestra era, quienes construyeron baños
terapéuticos por todo su imperio, y a los japoneses, quienes han utilizado
baños rituales desde épocas ancestrales hasta la actualidad. El empleo
terapéutico del agua ganó especial popularidad en Europa a finales del siglo
xix, con el desarrollo de balnearios de salud en zonas de manantiales
naturales, como Baden-Baden y Bad Ragaz, y poco después en Estados
Unidos en zonas similares de manantiales naturales de agua caliente. En
aquel tiempo, la hidroterapia se utilizaba por sus efectos tanto sobre la mente
como sobre el cuerpo: se ha demostrado efectivamente que no existe ningún
remedio para la locura que sea comparable a los baños, debido a su acción
purificadora sobre la sangre. La transición de la hidroterapia desde un papel
preventivo y recreativo al curativo o rehabilitador para determinadas
enfermedades y sus secuelas tuvo lugar durante la epidemia de poliomielitis
de las décadas de 1940 y 1950, cuando la hermana Kenny incluyó
actividades en el agua como componente del tratamiento de los pacientes
durante la recuperación de la poliomielitis.
Ella demostró que las propiedades singulares del entorno acuático, como la
flotabilidad, la resistencia y el soporte, permitían a estos pacientes
debilitados realizar una amplia gama de actividades terapéuticas con mayor
facilidad y seguridad que lo que podían hacer sobre suelo seco. Aunque la
hidroterapia ha demostrado tener múltiples efectos y beneficios terapéuticos,
se utiliza en la actualidad principalmente como componente del tratamiento
de las heridas o para proporcionar un entorno reforzado para el ejercicio
terapéutico.
PROPIEDADES FÍSICAS DEL AGUA
El agua tiene una serie de propiedades físicas singulares que hacen que se
ajuste perfectamente a diversas aplicaciones en rehabilitación. El agua es un
disolvente y puede aplicar presión hidrostática, resistencia y flotabilidad al
cuerpo. El agua también tiene un calor específico y una conductividad
térmica relativamente altos.
EFECTOS FISIOLÓGICOS
Los efectos fisiológicos del agua son el resultado de sus propiedades físicas,
como se ha descrito anteriormente. Los efectos fisiológicos del calentamiento
o el enfriamiento superficiales con agua fría o caliente son los mismos que
los del calentamiento y el enfriamiento con otros agentes superficiales, e
incluyen cambios hemodinámicos, neuromusculares o metabólicos y
modificación de la capacidad de extensión de las partes blandas.
Efectos Limpiadores
Desbridamiento: La presión del agua y la acción mecánica facilitan la
eliminación de tejidos necróticos, exudados y otros detritos de las
heridas.
Acción antimicrobiana: Los agentes limpiadores utilizados en la
hidroterapia pueden ayudar a reducir la carga bacteriana en la piel y
las heridas.
Efectos Osteomusculares
Alivio del dolor: La flotabilidad reduce la carga sobre las
articulaciones, disminuyendo el dolor y la inflamación.
Fortalecimiento muscular: La resistencia del agua permite realizar
ejercicios que fortalecen los músculos de forma más suave y efectiva.
Mejora de la movilidad: La flotabilidad facilita el movimiento y
aumenta el rango de movimiento articular.
Efectos sobre el hueso: La hidroterapia puede ayudar a mantener la
densidad ósea y prevenir la osteoporosis, especialmente cuando se
combinan ejercicios de carga.
Efectos Cardiovasculares
Mejora de la circulación: La presión hidrostática y los movimientos
en el agua favorecen el retorno venoso y linfático, reduciendo el
edema.
Aumento del gasto cardíaco: El ejercicio en el agua aumenta la
frecuencia cardíaca y el volumen latido, mejorando la función
cardiovascular.
Reducción de la presión arterial: La hidroterapia puede ayudar a
reducir la presión arterial en personas hipertensas.
Efectos Respiratorios
Trabajo respiratorio: La resistencia del agua al movimiento puede
aumentar el trabajo respiratorio, mejorando la capacidad pulmonar.
Beneficios en enfermedades respiratorias: La hidroterapia puede
ayudar a mejorar la función pulmonar en pacientes con enfermedades
como el asma y la EPOC.
Efectos Renales
Aumento de la diuresis: La inmersión en agua caliente favorece la
sudoración y la pérdida de líquidos, lo que estimula la diuresis.
Cambios en la excreción de electrolitos: La sudoración y la diuresis
pueden alterar los niveles de sodio y potasio en sangre.
Efectos Psicológicos
Relajación: La temperatura del agua y la flotabilidad inducen un
estado de relajación y reducen el estrés.
Mejora del estado de ánimo: La hidroterapia puede tener efectos
positivos en el estado de ánimo y reducir síntomas de depresión y
ansiedad.
Aumento de la autoestima: La sensación de logro y bienestar que se
obtiene al realizar ejercicios en el agua puede mejorar la autoestima.
EFECTOS TERAPEUTICOS
Alivio del dolor
Reducción de la inflamación: La presión hidrostática y el calor del agua
ayudan a disminuir la inflamación y el dolor articular.
Mejora de la circulación: La inmersión en agua estimula la circulación
sanguínea, lo que contribuye a reducir la inflamación y el dolor.
Mejora de la movilidad
Facilitación del movimiento: La flotabilidad reduce el peso corporal,
facilitando el movimiento y el ejercicio terapéutico.
Aumento de la fuerza muscular: La resistencia del agua permite realizar
ejercicios de fortalecimiento muscular de manera más suave y controlada.
Mayor rango de movimiento: La flotabilidad y el calor del agua ayudan a
aumentar el rango de movimiento articular.
Relajación y bienestar
Reducción del estrés: La hidroterapia induce un estado de relajación
profunda, reduciendo el estrés y la ansiedad.
Mejora del sueño: La relajación muscular y la disminución del estrés
favorecen un sueño más reparador..
TÉCNICA DE APLICACIÓN DE LA HIDROTERAPIA
La hidroterapia ofrece una variedad de técnicas que aprovechan las
propiedades del agua para tratar diversas afecciones. Estas técnicas se
pueden clasificar según la presencia o ausencia de presión y el medio
utilizado.
Técnicas sin Presión
Estas técnicas se caracterizan por la aplicación suave del agua, sin la
utilización de chorros a alta presión.
Lavados: Aplicación de agua sobre la piel con el objetivo de limpiar y
refrescar.
Afusiones: Derrame de agua sobre el cuerpo, generalmente a una
temperatura determinada, con fines terapéuticos.
Envolturas: Aplicación de sábanas o toallas empapadas en agua
caliente o fría sobre el cuerpo para producir efectos locales de calor o
frío.
Compresas: Aplicación de paños húmedos y calientes o fríos sobre
zonas específicas del cuerpo.
Fomentos y baños: Inmersión parcial o total del cuerpo en agua a
una temperatura determinada.
Técnicas con Presión
Estas técnicas utilizan chorros de agua a diferentes presiones para producir
efectos mecánicos y terapéuticos.
Duchas: Aplicación de agua a través de una roseta con diferentes
tipos de chorros (lluvia, masaje, nebulización).
Chorros: Aplicación de un chorro de agua dirigido a una zona
específica del cuerpo, con diferentes presiones y temperaturas.
Baños de remolinos: El agua se agita mediante un sistema de
turbinas, creando un efecto masajeante sobre todo el cuerpo.
Masaje subacuático: Se realiza un masaje manual bajo el agua,
combinando la presión del agua con las maniobras del terapeuta.
Tratamiento en Piscina
Estas técnicas se llevan a cabo en piscinas terapéuticas especialmente
diseñadas para la rehabilitación y el ejercicio terapéutico.
Tanques: Piscinas pequeñas y profundas utilizadas para tratamientos
individualizados.
Piscinas terapéuticas: Piscinas de mayor tamaño con diferentes
profundidades, equipadas con sistemas de corrientes y chorros.
Piscinas de marcha: Piscinas con agua a nivel de la cintura,
utilizadas para ejercicios de marcha y fortalecimiento.
Piscinas de natación: Piscinas convencionales utilizadas para
ejercicios de natación y flotación.
INDICACIONES
Deben estar fundamentadas en el diagnóstico y en una indicación médica
basada en los objetivos terapéuticos. De esta forma el uso del agua está
determinado:
Por sus efectos vasodilatadores y de aumento de flujo sanguíneo
cutáneo.
Por su efecto antiespasmódico y relajante muscular.
Disminuir la rigidez articular.
Como medio de calentamiento para favorecer el ejercicio.
En el desbridamiento y tratamiento de heridas y quemaduras.
En enfermedad articular degenerativa. Como analgésico,
antiinflamatorio y reducir contracturas, lumbalgias, lumbociatalgias,
sinovitis inflamatoria subagudas, epicondilitis, bursitis, tenosinovitis,
etc.
Tras traumatismo o cirugía para solución del edema.
PRECAUCIONES
Condiciones Médicas Subyacentes:
Enfermedades cardíacas: Personas con enfermedades cardíacas,
hipertensión o problemas circulatorios deben ser evaluadas cuidadosamente
antes de someterse a hidroterapia, ya que los cambios de presión arterial
pueden ser perjudiciales.
Infecciones cutáneas: La presencia de heridas abiertas o infecciones
cutáneas puede contraindicar la hidroterapia, ya que el agua puede facilitar la
propagación de bacterias.
Embarazo: Durante el embarazo, la hidroterapia debe realizarse bajo estricta
supervisión médica, ya que los cambios hormonales y fisiológicos pueden
afectar la respuesta al tratamiento.
Enfermedades respiratorias: Personas con enfermedades respiratorias
crónicas pueden experimentar dificultades para respirar en el agua, por lo
que se requiere una evaluación individualizada.
Temperatura del Agua:
Temperatura excesiva:Una temperatura del agua demasiado alta puede
causar mareos, deshidratación o incluso un golpe de calor.
Temperatura demasiado baja: El agua fría puede provocar calambres
musculares y dificultad para respirar en personas sensibles.
Higiene:
Contaminación del agua: La falta de higiene en las instalaciones puede
provocar infecciones. Es esencial mantener el agua limpia y desinfectada.
Equipo:
Mantenimiento inadecuado: El equipo utilizado en la hidroterapia debe
estar en perfectas condiciones para evitar lesiones.
Supervisión:
Falta de profesionales cualificados: Es fundamental que la hidroterapia sea
realizada por profesionales de la salud capacitados, como fisioterapeutas o
médicos especializados.
CONTRAINDICACIONES
Procesos infecciosos o inflamatorios agudos.
Insuficiencia coronaria, hipertensiones no controladas.
Insuficiencias orgánicas descompensadas, ejemplo: diabetes mellitus.
Mal estado general en enfermos terminales. Insuficiencia
circulatoria de retorno y varices (esta es relativa).
Procesos reumáticos en fase aguda.
MÉTODOS CON PRESIÓN
Chorros
En los chorros, el agua es proyectada a presión variable sobre la superficie
corporal, mediante un dispositivo tubular adecuado. En los chorros, además
del efecto propio de su temperatura de aplicación, actúa el efecto de
percusión o masaje.
La percusión producida por las gotas de agua a presión sobre la piel es una
fuente de estimulación mecánica de los receptores cutáneos que, actuando
de una manera refleja, van a producir los efectos propios del masaje más o
menos profundo: roce o drenaje longitudinal, masaje transversal, presiones
alternas o vibraciones. Estos efectos, se pueden resumir en: relajación
muscular, liberación de adherencias, analgesia, sedación, drenaje venoso y
linfático, aumento del flujo sanguíneo.
Se clasifican según varios criterios:
1. Forma en que se produce la proyección del agua sobre el
cuerpo: ducha en lluvia, en abanico, en círculo, en columna o
chorro libre, etc.
2. Zona del organismo sobre la que se aplica: ducha general,
parcial, torácica, abdominal, vertebral, de brazos, de piernas,
aplicada a cavidades: nasal, faríngea, gingival, rectal.
3. Temperatura: fría o fresca (entre 10 y 25 °C), caliente o muy
caliente (38-43 °C), tibia, indiferente, alternante o de contraste,
o escocesa (38-40 y 20-25 °C).
4. Presión: que oscila desde la afusión (ducha sin presión) hasta
la ducha filiforme, a una presión de 6-12 atm.
5. Duchas especiales: ducha-masaje de Vichy, ducha
subacuática.
Aunque duchas y chorros se nombran indistintamente para referirse a la
aplicación de agua a presión sobre la superficie corporal, en general, se
admite que la diferencia básica entre ducha y chorro es que en la ducha se
interpone un pomo agujereado, por el que sale el agua dividida en gotas más
o menos gruesas; el chorro del agua sale directamente de la manguera, sin
interposición de ningún tipo de alcachofa, excepto una embocadura.
Que la diferencia básica entre ducha y chorro es que en la ducha se
interpone un pomo agujereado, por el que sale el agua dividida en gotas más
o menos gruesas; el chorro del agua sale directamente de la manguera, sin
interposición de ningún tipo de alcachofa, excepto una embocadura.
Al combinar temperatura, forma, presión, duración y zona corporal sobre la
que se aplica la ducha, se obtiene una variedad de duchas y chorros, que se
escogen según las necesidades de cada caso en particular. Los efectos de
las duchas vienen dados por la temperatura, duración, superficie corporal y
presión a la que se apliquen. Cuanto mayor es la presión y la temperatura
más se aleja de la indiferente, mayor estímulo mecánico, o térmico, según el
caso, se produce.
Chorro subacuático. En el chorro subacuático, el paciente o bañista,
sumergido en una bañera de agua caliente, recibe la acción de un chorro de
agua a presión sobre determinada zona corporal. La temperatura del chorro
puede ser caliente o fría, aunque frecuentemente es 1 o 2 °C más caliente
que el agua del baño; la presión del agua es variable, entre 1 y 4 atm. El
masaje que se realiza con el chorro puede ser local o general, y manual o
automático.
En la actualidad, existe en el mercado gran cantidad y variedad de bañeras
de hidromasaje, con chorros subacuáticos incorporados en las paredes de la
bañera, orientados sobre las distintas zonas corporales (especialmente
articulaciones periféricas y columna); estos permiten programar, de acuerdo
a las necesidades terapéuticas individuales de cada paciente, la presión,
duración y secuencia de los distintos chorros. Así, se puede obtener desde
hidromasajes de una articulación o de un miembro determinado, hasta un
hidromasaje completo, en el que puede programarse que incida durante más
tiempo en la columna cervical, por ejemplo, o un masaje centrípeto de
miembros inferiores, cuando el objetivo sea el drenaje circulatorio de
miembros inferiores
Indicaciones
1. Dolor musculoesquelético: Ayudan en el manejo del dolor crónico, como
en pacientes con fibromialgia, artritis o esguinces.
2. Contracturas musculares y espasmos: La presión del agua caliente
relaja los músculos tensos, aliviando las contracturas.
3. Lesiones deportivas: Promueve la recuperación de esguinces, desgarros
musculares o contusiones.
4. Problemas de circulación: Mejora la circulación venosa y linfática,
recomendado para edemas, insuficiencia venosa y varices.
5. Recuperación postquirúrgica: Ayuda a reducir la inflamación y mejorar
la movilidad en pacientes que han sido operados de rodilla, cadera o
columna.
6. Estrés y ansiedad: La hidroterapia con chorros subacuáticos promueve la
relajación profunda, útil en casos de estrés y fatiga.
Contraindicaciones
1. Infecciones de la piel o heridas abiertas: El agua puede empeorar
infecciones cutáneas o abrir las heridas.
2. Fiebre o infecciones sistémicas: Se debe evitar en caso de infecciones
activas para no empeorar la condición.
3. Insuficiencia cardíaca o hipertensión no controlada: La presión y
temperatura del agua pueden sobrecargar el sistema cardiovascular.
4. Trombosis venosa profunda: Aumenta el riesgo de que un coágulo se
desprenda.
5. Problemas respiratorios severos: La humedad y temperatura pueden
afectar negativamente la respiración en pacientes con asma o EPOC grave.
6. Diabetes no controlada: Especialmente si se utilizan altas temperaturas,
podría influir en los niveles de glucosa en sangre.
7. Hipotensión: El agua caliente puede dilatar los vasos y causar mareos o
desmayos en personas con baja presión arterial.
Es importante que un fisioterapeuta realice una valoración individual para
determinar la pertinencia del tratamiento en cada caso, asegurando que no
haya riesgos para el paciente.
CONCLUSIÓN
La hidroterapia se erige como una opción valiosa dentro del arsenal
terapéutico contemporáneo, gracias a su amplia gama de aplicaciones y
beneficios. Sus efectos positivos sobre el organismo se manifiestan en
múltiples niveles, desde la mejora de la movilidad y el alivio del dolor, hasta
la reducción del estrés y la mejora del estado de ánimo. A medida que la
ciencia continúa investigando y validando los mecanismos detrás de la
terapia acuática, es fundamental que los profesionales de la salud integren la
hidroterapia en sus prácticas, considerando las indicaciones y
contraindicaciones pertinentes. La personalización del tratamiento, basada
en un diagnóstico médico adecuado, garantiza que los pacientes obtengan el
máximo beneficio de esta técnica. Así, la hidroterapia no solo actúa como un
medio de curación, sino que también fomenta una mayor calidad de vida,
promoviendo el bienestar físico y emocional de quienes la reciben. Con su
rica historia y su creciente aceptación en el ámbito médico, la hidroterapia se
posiciona como una opción prometedora para el tratamiento de diversas
condiciones, reafirmando el valor del agua como fuente de salud y
renovación.
BIBLIOGRAFÍA
Agentes Físicos en Rehabilitación, Práctica basada en la evidencia, Quinta
Edición, Michelle H. Cameron, 2019.
Agentes Físicos, Editorial Ciencias médicas, Dr. Ariel Capote Cabrera, Dra.
Yamile Margarita López Pérez y Tania Bravo Acosta, 2009.