0% encontró este documento útil (0 votos)
8 vistas71 páginas

Informe CChEN Sobre La Opción Nucleo Eléctrica en Chile

El informe del Grupo de Trabajo en Núcleo-Electricidad de Chile, formado en 2007, evalúa la viabilidad de la energía nuclear para la producción eléctrica en el país, analizando oportunidades, riesgos y desafíos. A través de un análisis independiente y consultas con expertos y la sociedad civil, se busca documentar la información relevante sin emitir un veredicto final sobre su conveniencia. Se enfatiza la necesidad de estudios adicionales para tomar decisiones informadas sobre la inclusión de la energía nuclear en la matriz energética chilena.

Cargado por

sofivits
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
8 vistas71 páginas

Informe CChEN Sobre La Opción Nucleo Eléctrica en Chile

El informe del Grupo de Trabajo en Núcleo-Electricidad de Chile, formado en 2007, evalúa la viabilidad de la energía nuclear para la producción eléctrica en el país, analizando oportunidades, riesgos y desafíos. A través de un análisis independiente y consultas con expertos y la sociedad civil, se busca documentar la información relevante sin emitir un veredicto final sobre su conveniencia. Se enfatiza la necesidad de estudios adicionales para tomar decisiones informadas sobre la inclusión de la energía nuclear en la matriz energética chilena.

Cargado por

sofivits
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 71

GRUPO DE TRABAJO EN NÚCLEO-ELECTRICIDAD

LA OPCIÓN NÚCLEO-ELÉCTRICA EN CHILE

INFORME
Septiembre 2007
Grupo de Trabajo en Núcleo-Electricidad

Integrantes
Ingrid Antonijević Hahn
Ricardo Baeza Rodríguez
Carolina Echeverría Moya
Claudio Gambardella Casanova
Pío Infante Montt
Alejandro Jadresić Marinović
Alejandro Jofré Cáceres
Andrés Stutzin Schottlander
Claudio Tenreiro Leiva

Presidente
Jorge Zanelli Iglesias

Secretario Ejecutivo
Cristián Martínez Silva

Asistente de Documentación y Edición


Gabriel Mora Pérez
PRESENTACIÓN

El 13 de marzo de este año, S. E. la Presidenta de la República, Dra. Michelle Bachelet


Jeria, oficializó la formación del Grupo de Trabajo en Núcleo-Electricidad mediante el
Decreto Nº 49 de 2007 del Ministerio de Minería. A este grupo, integrado por 10
profesionales de distintas especialidades, se le encomendó la misión de asesorar al
Gobierno “en la evaluación de los estudios tendientes a la identificación de
oportunidades, ventajas, desafíos y riesgos que involucraría el uso de la energía nuclear
para la producción de electricidad en nuestro país, dentro del marco de los tratados
internacionales que rigen la materia.” (Artículo 1º Decreto Nº 49 de 2007).

Al momento de su nombramiento, cada uno de los miembros del grupo manifestó no


tener vínculos de interés con sectores que pudiesen verse beneficiados o perjudicados
por la introducción de la opción nuclear, ni tener una opinión previamente formada sobre
la conveniencia o inconveniencia de ello. Aunque recibió el apoyo institucional del
Ministerio de Minería y de la Comisión Nacional de Energía, el grupo trabajó en forma
autónoma e independiente del Gobierno.

Este informe recoge la opinión consensuada que, honesta y lealmente, pudo formarse el
grupo a través del análisis libre e independiente de toda la información que tuvo a su
alcance. Para la elaboración de este documento, el grupo se basó en entrevistas con
representantes de distintos órganos de la administración del Estado relacionados con
energía, medio ambiente, energía nuclear, salud y radioprotección, relaciones
internacionales, defensa, incluido un encuentro con el Senado de la República. Se
realizaron reuniones con especialistas nacionales y extranjeros en energía nuclear,
planificación eléctrica, regulación, y con operadores de plantas de generación núcleo-
eléctrica (GNE).

Asimismo, se recogió la visión de la sociedad civil, el mundo empresarial, el académico


y de representantes de movimientos ambientalistas. Por último, se realizaron varias
visitas en que miembros del grupo se entrevistaron con personeros de distintos
gobiernos, encargados de la regulación y del seguimiento de la actividad núcleo-
eléctrica en el mundo.

Qué no pretende este informe

Este informe no pretende dar un veredicto final sobre la conveniencia de la opción de


GNE para Chile, sino más bien documentar la información que refleja el conocimiento
mundial sobre la GNE, así como revisar ciertos aspectos pertinentes de la realidad
chilena. No obstante, a partir de esta información es posible recomendar la adopción de
algunas medidas necesarias para avanzar en la discusión del problema, entre las que
se destaca una serie de estudios a realizar. Dichos estudios se refieren a aspectos
territoriales, ambientales, institucionales, normativos, económicos y sociales de nuestro
país.

La conclusión sobre la conveniencia o no de la opción núcleo-eléctrica debería ser el


resultado de un examen de los antecedentes que recaben los estudios que deben
realizarse en los próximos años. Corresponderá a la sociedad chilena en su momento
tomar la decisión.

Santiago, septiembre 2007


ÍNDICE

1 INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 1
2 EL MERCADO ELÉCTRICO Y LA NÚCLEO-ELECTRICIDAD....................................... 5
2.1 Consideraciones sobre el análisis económico ........................................................ 5
2.2 El sistema eléctrico chileno..................................................................................... 5
2.2.1 Características generales ............................................................................... 5
2.2.2 Tipo de mercado y papel del Estado .............................................................. 6
2.2.3 Oferta y demanda proyectadas ...................................................................... 7
2.3 Aspectos económicos de la núcleo-electricidad ................................................... 10
2.3.1 El mercado del combustible nuclear............................................................. 11
2.3.2 Efectos de la incorporación de la GNE en la matriz eléctrica. ...................... 11
3 TECNOLOGÍA DE REACTORES NUCLEARES .......................................................... 13
3.1 ¿Qué es la generación núcleo-eléctrica? ............................................................. 13
3.2 Reactores nucleares............................................................................................. 13
3.2.1 Reactores convencionales............................................................................ 13
3.2.2 Reactores evolutivos actualmente disponibles ............................................. 14
3.2.3 Reactores avanzados o innovativos ............................................................. 14
3.3 Combustible nuclear ............................................................................................. 15
3.4 Aspectos económicos........................................................................................... 16
3.5 Desechos nucleares ............................................................................................. 17
4 INCIDENTES Y ACCIDENTES NUCLEARES .............................................................. 19
4.1 Accidentes nucleares............................................................................................ 19
4.1.1 Three Mile Island (TMI)................................................................................. 19
4.1.2 Chernobyl ..................................................................................................... 20
4.1.3 Lecciones aprendidas................................................................................... 20
4.2 Incidentes nucleares............................................................................................. 21
4.2.1 Vandellos...................................................................................................... 21
4.2.2 Kashiwazaki Kariwa...................................................................................... 21
5 OPINIÓN PÚBLICA ...................................................................................................... 23
6 MEDIO AMBIENTE Y TERRITORIO ............................................................................ 25
6.1 Lo ambiental ......................................................................................................... 25
6.1.1 Riesgo de incidentes y accidentes y sus potenciales efectos ambientales. . 25
6.1.2 Calentamiento global .................................................................................... 25
6.1.3 Residuos nucleares ...................................................................................... 26
6.2 La núcleo-electricidad en un país sísmico ............................................................ 27
6.3 Impactos ambientales........................................................................................... 28
6.4 Lo territorial........................................................................................................... 30
7 EFECTOS DE LA GNE SOBRE LA SALUD HUMANA................................................. 33
7.1 Efectos de las radiaciones ionizantes sobre la salud............................................ 33
7.2 Efectos de la GNE sobre la salud humana en operación normal y en casos de
accidentes nucleares ........................................................................................................ 34
7.3 Respuesta de la autoridad ante una emergencia radiológica ............................... 35
8 DEFENSA NACIONAL: LA ENERGÍA COMO ELEMENTO ESTRATÉGICO .............. 37
8.1 Autonomía energética........................................................................................... 37
8.2 Correlación entre matriz energética y seguridad nacional .................................... 38
9 RECURSOS HUMANOS .............................................................................................. 41
10 PAPEL DEL ESTADO E INSTITUCIONALIDAD........................................................... 43
11 EXPERIENCIA INTERNACIONAL Y CONCLUSIONES............................................... 45
12 RECOMENDACIONES................................................................................................. 49
12.1 Recomendaciones generales ............................................................................... 49
12.2 Estudios ................................................................................................................ 49
AGRADECIMIENTOS

ANEXO: Decreto N° 49 de 2007, Ministerio de Minería.


1 INTRODUCCIÓN

La energía proveniente de fuentes tradicionales está mostrando signos crecientes de


agotamiento relativo. Las llamadas energías de origen fósil se han encarecido en forma
muy significativa y la mayoría de los expertos coincide en que los precios se
mantendrán en niveles muy superiores a los que sustentaron el desarrollo industrial de
los siglos XIX y XX.

Aunque el futuro es incierto por definición, no se requieren estudios muy acabados para
constatar que una parte significativa de países está creciendo de manera muy
acelerada y que la oferta de los insumos que sustentan ese crecimiento, dentro de los
cuales sobresale la energía, no ha podido seguir ese ritmo. Destacan especialmente
China e India por su impresionante tamaño demográfico, y porque su acelerado
crecimiento está generando una presión alcista en muchos de los llamados
commodities. Más aún, dado el rezago de las economías emergentes y el amplio
espacio que tienen para crecer, hace que sea relativamente sencillo predecir que la
escasez de estos productos esenciales se mantendrá.

Los sucesivos récords que está batiendo el precio del petróleo son el síntoma de este
agotamiento de la energía de base fósil y, a la vez, la causa del renacimiento del tema
energético como una preocupación mundial. Con fuerza creciente se instalan en el
debate de todo el orbe, tópicos como las energías renovables no convencionales
(ERNC), la eficiencia energética y también la energía nuclear. Ninguno de estos temas
es nuevo y de una u otra manera han estado presentes desde hace tiempo en la
preocupación de casi todos los países del mundo, con mayor claridad posiblemente
desde la primera crisis del petróleo en 1973. Sin embargo, asistimos a una
intensificación de la problemática energética y Chile no escapa a esta realidad. Por el
contrario, nuestro país atraviesa por una estrechez de oferta de energía eléctrica que ha
hecho más patente este debate.

El calentamiento global incorpora un elemento adicional en este contexto, el que se


agrega al agotamiento de los combustibles fósiles. En efecto, ya no es sólo la cantidad
de fuentes de energía, sino que también importa la calidad de las mismas. En este
sentido, el escenario del desafío energético suma una presión más a la escasez y el
alza de precios.

La evidencia empírica que surge de la simple observación de lo adoptado, sobre todo


por países más desarrollados, sugiere que nos aventuramos hacia un futuro pluri-
energético, donde la solución provendrá de fuentes diversas de energía, de
mejoramientos en las distintas tecnologías para su uso y aprovechamiento, y en una
aplicación más eficiente de la misma, consistente con la importancia vital que tiene este
insumo para las sociedades modernas.

Dentro de este panorama complejo y preocupante, ninguna opción razonable, capaz de


mitigar o revertir los problemas que nos incumben, puede ser descartada. Por otra
parte, la seriedad y urgencia de la situación exigen un escrupuloso análisis en que todos
los efectos -positivos y negativos- de cada opción, sean debidamente ponderados y
contrastados. En este análisis, la energía nuclear aparece como una alternativa a
considerar, cuyos costos y beneficios deben ser cuidadosamente analizados, a fin de
saber si el país debería incluirla entre las componentes de su matriz energética futura.

1
La experiencia internacional muestra que la energía nuclear correctamente manejada y
administrada es una forma confiable y eficiente de producción eléctrica abundante a un
costo competitivo y baja en emisiones de CO2. Sin embargo, es evidente también que
manejada inadecuadamente puede producir daños a la salud de quienes trabajan con
ella y ocasionar desastres ambientales considerables con grave riesgo para la población
general.

El punto crucial es que la núcleo-electricidad no es como cualquier otra forma de


generar electricidad, y tiene especificidades que la hacen distinta a las otras fuentes.
Entre otras peculiaridades establece compromisos a largo plazo que el país debe
asumir consciente y responsablemente, requiere de un papel del Estado distinto al
actual, y exige la aplicación de una tecnología compleja.

Los peligros objetivos de la energía nuclear se originan en el uso del combustible


nuclear, material altamente radiactivo, capaz de causar graves daños al medio ambiente
y a las personas en caso de ser directamente expuestas. Además de esto, el
combustible nuclear luego de ser utilizado en un reactor debe ser retirado y almacenado
en un lugar seguro, pues sigue siendo radiactivo por miles de años. Por último, el hecho
de que los reactores funcionen en torno a un punto crítico, significa que los parámetros
de funcionamiento normal, como temperatura, presión o flujos de vapor, tienen valores
cercanos al umbral en que se produciría una reacción en cadena explosiva. Esto hace
imprescindible una enorme robustez estructural del reactor, que permita garantizar un
control muy fino de esos parámetros, a pesar de las condiciones extremas en que se
opera durante largos períodos.

Estos tres tipos de problemas -la utilización de sustancias radiactivas, el manejo de los
desechos y la operación en régimen cercano al punto crítico-, representan desafíos
tecnológicos formidables por su complejidad y alto grado de exigencia.
Aparte de los desafíos tecnológicos y operativos, hay otros derivados de la posibilidad
de utilización del combustible nuclear con fines bélicos y terroristas. Esto tiene
implicancias para las relaciones internacionales, incluida la obligación del Estado de
Chile de cumplir un papel de garante que no existe en relación a otras actividades
industriales, con la posible excepción de la producción de armas.

Mientras para las ERNC la eficiencia energética y el desarrollo de tecnologías que


disminuyan las emisiones, es suficiente un enfoque tradicional de tipo sectorial o multi-
sectorial, la energía nuclear desafía a la sociedad en su conjunto. Subirse o no al “tren
nuclear” es una decisión que no le corresponde exclusivamente a un Ministerio, a una
autoridad sectorial o a un equipo económico, sino a la sociedad en su totalidad.
Tampoco la respuesta que se produzca debe plantearse sobre la base de su aceptación
o negación pura y simple. Debe entenderse que tanto la respuesta negativa como la
afirmativa se basan en supuestos y condiciones que marcan un derrotero de estudio y
revisión. Sólo así se garantiza que la decisión que se tome, cualquiera que esta sea,
considerará los costos involucrados y los compromisos que se adquieren como Estado.

Los cambios de era van siempre acompañados de crisis en todos los planos de la
sociedad y en la vida de las personas. En momentos de crisis, acciones minúsculas
suelen tener efectos gigantescos y por lo tanto las decisiones deben ser
cuidadosamente tomadas, a fin de evitar que el remedio agrave la condición del
paciente. Esto requiere evaluar racionalmente las virtudes y perjuicios potenciales de

2
cada acción para tener algún grado de confianza en las decisiones, y control sobre los
procesos involucrados.

Por otra parte, el calor de una crisis suele generar presiones que son malas consejeras
en la búsqueda de soluciones eficaces que, al ser miradas muchos años más tarde,
sigan pareciendo correctas. Sería al mismo tiempo una falacia, un error conceptual y,
posiblemente, la semilla de otra crisis tal vez peor dentro de algunos años, suponer que
la solución a nuestros problemas energéticos a corto plazo requiere la puesta en
marcha inmediata de un programa nuclear en Chile.

Por esta razón, nos encontramos en una situación afortunada, en que la evaluación de
la opción nuclear puede realizarse con el tiempo, la seriedad y la prudencia necesarios,
privilegiando el estudio acabado, sobre información basada en conocimiento y evitando
dejarse llevar por mitos o urgencias de corto plazo que en nada se condicen con los
tiempos que una decisión de esta envergadura exige.

3
4
2 EL MERCADO ELÉCTRICO Y LA NÚCLEO-ELECTRICIDAD

La energía es un elemento fundamental en la actividad económica, pues constituye un


insumo de todos los procesos productivos; un bien de consumo esencial de la
población, y un factor crítico para el desarrollo humano y la competitividad de las
empresas. Consecuentemente, el desarrollo futuro de un país y su inserción en la
economía mundial depende de que se cuente con adecuados suministros de energía.

2.1 Consideraciones sobre el análisis económico


Una condición básica de un análisis económico que involucre la núcleo-electricidad es
que debe hacerse a largo plazo, al menos 30-40 años. Esto necesariamente exige la
inclusión en el análisis de los cambios que pueden producirse en las tecnologías de
generación (particularmente aquellas que hoy conocemos como no convencionales), en
los costos relativos, en la demanda y en las reservas de las diferentes materias primas
para la producción de energía.

Un segundo requerimiento derivado del anterior es que, además del manejo de la


incertidumbre inherente a los factores antes mencionados, se debe agregar los
eventuales cambios climáticos que podrían ser significativos en esta escala de tiempo.
Por lo tanto, en el análisis económico se debe incluir un abanico de escenarios que
tomen en cuenta estas variabilidades, especialmente en un país cuya producción
hidroeléctrica es muy relevante.

Además, deben considerarse las señales económicas que introduce la núcleo-


electricidad, dado que representa una perturbación de orden mayor en la matriz
energética del país y su influencia en las inversiones a futuro es entonces relevante.
Factores como barreras de entrada, incentivos y políticas explícitas con respecto a
energías renovables no convencionales deben ser incluidos en este análisis.

Así, un análisis económico detallado del mercado de la generación de electricidad debe


cubrir aspectos tales como la demanda; la oferta; la estructura y operación del mercado
eléctrico y sus actores; el papel del Estado; los requerimientos de estabilidad; así como
también los incentivos adecuados para motivar las inversiones oportunamente. En el
caso específico de la GNE deben considerarse, además, temas como los recursos
humanos; la investigación y desarrollo; la seguridad y el medio ambiente.

2.2 El sistema eléctrico chileno

2.2.1 Características generales


En Chile existen cuatro sistemas eléctricos. El Sistema Interconectado del Norte Grande
(SING), que cubre el territorio comprendido entre las ciudades de Arica y Antofagasta
con un 29,12% de la capacidad instalada nacional; el Sistema Interconectado Central
(SIC), que se extiende entre Taltal y Chiloé con un 70,09% de la capacidad instalada; el
Sistema de Aysén que atiende el consumo de la Región XI con un 0,27% de la
capacidad; y el Sistema de Magallanes, que abastece la Región XII con un 0,52% de la
capacidad instalada en el país.

El SING cuenta con una capacidad instalada de 3.602 megawatts (MW) a diciembre de
2006. El parque generador es eminentemente termoeléctrico, constituido en un 99,6%

5
por centrales térmicas a carbón, fuel, diesel y de ciclo combinado a gas natural. Las
unidades hidroeléctricas sólo representan un 0,4% de la capacidad instalada.

La capacidad instalada del SIC asciende a los 8.670MW a diciembre de 2006. El SIC es
el principal sistema eléctrico del país, entregando suministro eléctrico a más del 90% de
la población, y está constituido en un 55,2% por centrales hidráulicas de embalse y
pasada, y en un 44,8% por centrales térmicas a carbón, fuel, diesel y de ciclo
combinado a gas natural.

Aproximadamente, el 90% del consumo del SING está compuesto por grandes clientes,
mineros e industriales, tipificados en la normativa legal como clientes no sometidos a
regulación de precios. El resto del consumo, está concentrado en las empresas de
distribución que abastecen los clientes sometidos a regulación de precios. A diferencia
del SING, el SIC abastece un consumo destinado mayoritariamente a clientes regulados
(aproximadamente 60% del total).

El Sistema de Aysén atiende el consumo eléctrico de la XI Región. Su capacidad


instalada a diciembre del 2006 alcanza los 33MW, constituido en un 41,5% por
centrales termoeléctricas y 58,5% hidroeléctrico. Finalmente, El Sistema de Magallanes
está constituido por tres subsistemas eléctricos, el de Punta Arenas, el de Puerto
Natales y el de Porvenir. La capacidad instalada de estos sistemas, a diciembre del año
2006 es 65MW, siendo 100% térmica.

[MW]
Capacidad instalada

10.000

9.000 8.670

8.000

7.000

6.000

5.000

4.000 3.602

3.000

2.000
1.110
1.000
33 65
0
SING SIC AYSEN MAGALLANES AUTOPRODUCTORES

SING SIC AYSEN MAGALLANES AUTOPRODUCTORES

Fuente: Balance Nacional de Energía 2006, Comisión Nacional de Energía, 2007.

2.2.2 Tipo de mercado y papel del Estado


De acuerdo a la política económica vigente, nuestro país ha optado por permitir que sea
esencialmente el mercado el que asigne los recursos, vía precios, libre o
reguladamente, según el mercado del que se trate.

Desde el punto de vista funcional, el mercado eléctrico está compuesto por operadores
los cuales se agrupan en torno a tres actividades claramente diferenciadas: generación,
transmisión y distribución. Se trata de un mercado regulado con el objeto de garantizar
el suministro seguro de energía eléctrica a los consumidores domiciliarios e industriales.

6
El mercado eléctrico opera regulado por la Comisión Nacional de Energía (CNE), que
estima periódicamente un plan de obras indicativo -inversiones- que debe ir ajustando la
oferta a la demanda esperada en un horizonte de mediano plazo y calcula los precios
de nudo cada seis meses, a partir de los cuales se define un rango para los precios
regulados. Por otra parte, las regulaciones son fiscalizadas por la Superintendencia de
Electricidad y Combustibles (SEC). De esta forma, el Estado participa en este mercado
principalmente a través de estas dos instituciones.

En la normativa actual, un principio básico es que la generación, que si bien está


regulada en términos del despacho, es un negocio privado y por tanto la decisión de
inversión en una nueva planta de generación es tomada por el sector privado,
considerando los respectivos análisis de rentabilidad en un plazo determinado.

Otro principio básico en la regulación actual es que siempre están generando las
tecnologías con menor costo variable disponibles en cada período. En este tipo de
sistemas, el momento adecuado para invertir en una nueva planta de generación puede
verse alterado por un comportamiento estratégico del entrante que juegue a adelantar o
retrasar la inversión para influir en las decisiones de inversiones planificadas. Es decir,
una evaluación estándar de costo-beneficio no explica totalmente la inversión en un año
específico.

También en el sistema vigente se estipula que las transacciones de energía se


desarrollan en dos mercados. El mercado spot, donde el precio del kW-hora es a costo
marginal, es decir, al valor de la última central que entró a generar en el orden creciente
de costos. Esto se aplica a cada sistema definido por su capacidad conectiva
(transmisión), que en Chile son el SIC y el SING. Usualmente el menor costo de
generación es el hidráulico, le sigue el gas natural, que se prevé irá siendo reemplazado
en forma creciente por carbón, que es el tercer recurso, y posteriormente el diésel,
siendo estos tres últimos combustibles fósiles. El precio spot es función de la demanda,
en el período correspondiente y de las diferentes formas de generación disponibles en
la matriz en ese lapso.

El otro mercado es el de los contratos, en el cual el precio surge de las fuerzas del
mercado entre los concurrentes, actualmente y en el futuro, de acuerdo a la nueva ley
de licitaciones (Ley 20.018, conocida como Ley Corta II). Más en el largo plazo, los
precios serán afectados por el costo de desarrollo de las tecnologías más eficientes,
junto con las restricciones medioambientales.

2.2.3 Oferta y demanda proyectadas


En los últimos 20 años, el consumo global de energía en Chile se ha expandido a una
tasa anual en torno al 5,5%, levemente superior a la tasa de crecimiento de la
economía. En el mismo período, el aumento anual promedio del consumo de energía
eléctrica ha sido de un 7,5% aproximadamente. De acuerdo a estas tasas, el país ha
debido duplicar su capacidad de suministro eléctrico aproximadamente cada 10 años,
como se observa en el siguiente gráfico.

7
Evolución de la Generación Eléctrica por Fuente (1971 – 2004)

Carbón Petróleo Gas Nuclear Hidro Biomasa Geotérmica/Solar/Eólica

Fuente: Agencia Internacional de Energía (AIE)

Respecto de la oferta eléctrica futura, las estimaciones de la Comisión Nacional de


Energía indican que hacia el 2018, la capacidad instalada, actualmente de 13500MW,
se incrementaría en aproximadamente 10.000MW. La composición por tipo de fuente
muestra proyectos hidroeléctricos con capacidades acumuladas en torno a 1.100MW, la
generación térmica aportaría cerca de 8.500MW, la generación geotérmica instalaría
capacidad por cerca de 260MW y la generación eólica generaría aproximadamente
150MW adicionales.

El desglose por tipo de generador que se espera ingrese hacia el 2018 se muestra en la
siguiente tabla.

Tipo de Central Capacidad Número de


[MW] Proyectos
Carbón 4.269 16
Diesel 774 9
Eólica 148 6
Gas 3.370 9
Geotérmica 260 8
Hidroeléctrica 1.100 8
Total Capacidad 9.645 56
Fuente: Comisión Nacional de Energía

8
En un escenario conservador de crecimiento anual de un 4,6% en la demanda, los
requerimientos de energía eléctrica se deberían duplicar hacia el 2023 y triplicar hacia el
2032. Si se supone que se mantendrá la tasa de crecimiento histórico de 5,6%, dichos
plazos se reducen al 2021 y el 2028 respectivamente. En un escenario intermedio,
considerando una tasa de aumento anual del 5% de la demanda energética, el país
deberá duplicar su consumo hacia 2022 y triplicarlo hacia 2030.

Escenarios de Demanda Futuros


MW
SING + SIC
60.000

50.000

40.000

30.000

20.000

10.000

0
2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045

5,6% 4,6% años

Los requerimientos futuros podrán atenuarse si se incrementa la eficiencia en el uso de


la energía eléctrica. Por otra parte, la experiencia internacional1 indica que el consumo
unitario de energía tiende a disminuir a medida que un país se desarrolla. Sin embargo,
las carencias que aún se observan en el consumo energético de amplios segmentos de
la población y la necesidad que tenemos de seguir creciendo, hace irrealista suponer
que la demanda de energía no vaya a aumentar en forma sustantiva.

La satisfacción de las mayores necesidades se verá obstaculizada por las significativas


carencias que Chile manifiesta en fuentes energéticas de bajo costo. Cabe señalar que
en la actualidad sólo alrededor del 30% del consumo doméstico se satisface con
fuentes propias. En el caso del suministro eléctrico, dicha proporción fluctúa en torno al
50%, dependiendo de la pluviometría.

Es probable que en el mediano plazo el petróleo y sus derivados mantengan una


elevada participación en el consumo global, debido especialmente a su utilización en el
transporte y calefacción. Esto ocurriría incluso si se mantienen los altos precios actuales
o si se llegan a concretar iniciativas destinadas a desincentivar su uso, por ejemplo,
mediante restricciones cuantitativas o impuestos a la emisión de CO2.

El gas natural licuado importado en buques desde distintos puntos de origen, podría
constituir una alternativa interesante. No obstante, es probable que el alto costo relativo
de este combustible y su elevada demanda en la economía mundial, limite sus
aplicaciones en actividades muy intensivas en el uso de energía, como la generación
eléctrica.

1
World Energy Outlook 2006. International Energy Agency.

9
Por otra parte, en un escenario de creciente interconexión, los precios del gas natural
deberían tender a los niveles de los mercados internacionales, más elevados que a los
que tuvo acceso el país en el pasado.

El carbón importado es una fuente relativamente abundante que deberá seguir estando
disponible a los consumidores nacionales. Podrá ser complementado además a menor
escala por productores nacionales, especialmente si se reactiva la producción en
Magallanes. Es probable que siga teniendo ventajas de costos en la generación
eléctrica, pero no puede descartarse una dificultad creciente para ser utilizado, ya sea
porque se implementen iniciativas destinadas a restringir las emisiones de CO2, o se
haga más compleja la identificación de posibles localizaciones para plantas a carbón.

La hidroelectricidad debería seguir manteniendo su papel como principal fuente


doméstica de energía, especialmente si se concretan los importantes proyectos que
actualmente están en desarrollo. No obstante, su expansión se verá naturalmente
limitada una vez que se termine de aprovechar las fuentes con mayor potencial
energético, aquellas de menor costo o las más cercanas a los centros de consumo. Por
otra parte, en un horizonte de largo plazo, no pueden descartarse cambios climáticos
que afecten el aporte hidroeléctrico de las centrales existentes.

Las energías renovables no convencionales deberían jugar un papel de creciente


importancia en la matriz energética, especialmente si se mantienen los elevados precios
actuales de la energía o se implementan medidas destinadas a incentivarlas. No
obstante, a menos que se produzca una innovación significativa en tecnología y costos,
es poco probable que en el mediano plazo, aporten una fracción significativa de la
generación eléctrica nacional.

2.3 Aspectos económicos de la núcleo-electricidad


La evaluación de una inversión de este tipo debe considerar los costos directos e
indirectos de la GNE, incluyendo construcción, operación, desmantelamiento, seguros,
institucionalidad regulatoria e infraestructura requerida para su desarrollo. Dado que no
hay experiencia núcleo-eléctrica en Chile, es necesario recurrir a la experiencia
internacional.

Promediando datos de los países de la OECD, es posible comparar costos de inversión,


operación y mantenimiento, combustible y costo total a distintas tasas de descuento. El
siguiente gráfico muestra los costos comparativos y sus incidencias en el costo final de
la electricidad.

10
Fuente: Projected costs of generating electricity. International Energy Agency y Nuclear Energy Agency. 2005.

2.3.1 El mercado del combustible nuclear


El componente principal del combustible de un reactor es el uranio natural, metal
bastante abundante en la corteza terrestre, tanto como el estaño, el tungsteno o el
molibdeno, y más abundante que el cadmio, el mercurio y la plata. Las principales
reservas conocidas y comercialmente explotables llegan a unas 4.700 toneladas en el
mundo y se encuentran principalmente en Australia (24%), Kazakstán (17%) y Canadá
(9%). Chile también posee yacimientos de uranio que actualmente no se explotan.

La tasa actual de consumo mundial de uranio es del orden de 66.500ton/año, con lo que
se estima que las reservas conocidas alcanzarían para unos 70 años2. El uranio es una
fuente energética de bajo costo de reposición comparado con el estándar del petróleo.
El costo del combustible en la GNE incide alrededor de un 12% del costo final de la
energía3. Sin embargo, el aspecto más crítico del combustible nuclear no es la materia
prima, sino la tecnología involucrada.

Tanto el mercado del uranio como el del combustible son altamente controlados por las
grandes potencias. Los contratos de suministros no sólo son acuerdos entre el
fabricante y el explotador de un RNP, sino además son materia de acuerdos políticos
entre los países y están sometidos al escrutinio de la comunidad internacional.

2.3.2 Efectos de la incorporación de la GNE en la matriz eléctrica.


Bajo condiciones de eficiencia óptima, las centrales nucleares están diseñadas para
operar en forma permanente, por lo tanto, en caso de incorporar la núcleo-electricidad
sería necesario revisar el marco regulatorio actual para asegurar el despacho continuo
de estas centrales en base. La núcleo-electricidad compartiría con la hidroelectricidad el
segmento de energía de base de la matriz y podría reemplazar parte de la energía
eléctrica proveniente de combustibles fósiles. En una matriz eléctrica diversificada, la
núcleo-electricidad no compite con las ERNC, ni impacta, necesariamente, su
desarrollo.

Una característica específica de la GNE es que, según la recomendación del Organismo


Internacional de Energía Atómica (OIEA), cada reactor no puede tener una potencia
superior al 10% de la red a la que está conectado. Esto se debe a la necesidad de

2
http://www.world-nuclear.org/info/inf75.html
3
Projected costs of generating electricity. International Energy Agency y Nuclear Energy Agency. 2005

11
garantizar la estabilidad de la red frente a una suspensión del suministro al reactor. En
el caso de Chile, un RNP de 1.000MW no podría ser conectado hoy, a menos que se
interconectaran el SIC y el SING.

No obstante que el marco regulatorio vigente ha permitido ser eficiente en la generación


eléctrica, en que las decisiones de inversión son adoptadas por el sector privado en un
ambiente competitivo, la GNE podría introducir factores que alteren los principios sobre
los que descansa el modelo industrial eléctrico. Si bien el desarrollo de la núcleo-
electricidad en el modelo actual sería materializado por inversionistas privados, ello no
debe soslayar la necesidad de contar con normas que aseguren internalizar los
objetivos sociales (protección del medio ambiente, seguridad nacional, salud humana,
prevención del calentamiento global, etc.).

Por otra parte, en el ámbito de los seguros y garantías, se debe tener en cuenta que
inicialmente los riesgos de desarrollar un proyecto núcleo-eléctrico pueden ser
excesivos para un inversionista privado, dada la falta de experiencia en el país y los
eventuales costos políticos involucrados, especialmente durante la fase de construcción
e inicio de operación. Adicionalmente, es probable que se requiera la asignación de
fondos estatales para el desarrollo de capital humano especializado y el desarrollo de
proyectos de investigación pertinentes al tema núcleo-eléctrico.

Dado que los costos de una tecnología dependen de la escala de producción, en el


caso de optar por incorporar la energía nuclear de forma paulatina, el análisis de costos
relativos debe considerar escenarios suficientemente ricos para capturar toda la
variabilidad. Es decir, es posible por ejemplo que en algunos escenarios de precios de
combustibles fósiles altos junto con escenarios hidrológicos secos, la energía nuclear
pudiese ser rentable desde un comienzo, incluso para escalas pequeñas. Por supuesto
se debe considerar cuán probables son estos escenarios. Este punto es especialmente
relevante cuando se busca tener un sistema que satisfaga la demanda futura y que sea
robusto frente a las incertidumbres usuales.

El análisis de costos relativos entre las diferentes alternativas se torna más complejo
cuando se incorporan nuevas exigencias ambientales, en concordancia con acuerdos
firmados por Chile como el protocolo de Kyoto, entre otros. Así, por ejemplo, plantas de
generación de electricidad basadas en tecnologías que utilicen el carbón como
combustible podrían dejar de ser económicas de acuerdo a los nuevos estándares, al
incluir el costo de producción limpia.

En un escenario caracterizado por los crecientes requerimientos de energía; las


limitaciones en el aporte que pueden hacer las fuentes domésticas existentes; las
eventuales restricciones o mayores costos asociados a fuentes que emiten gases de
efecto invernadero; el mantenimiento de elevados precios internacionales y las
desventajas de costos que aún tienen las energías renovables no convencionales para
desplazar a las fuentes más tradicionales, la núcleo-electricidad surge como una opción
de abastecimiento energético para Chile que debe ser evaluada.

12
3 TECNOLOGÍA DE REACTORES NUCLEARES

3.1 ¿Qué es la generación núcleo-eléctrica?


La GNE es una tecnología que permite transformar la energía contenida en la materia
nuclear, por ejemplo mediante la ruptura (fisión) de núcleos atómicos, en energía
eléctrica. Un reactor donde esta transformación tiene lugar es, esencialmente, un
calentador de agua que produce vapor con el cual se puede mover una turbina. En el
núcleo del reactor, se encuentra el combustible sumergido en agua, la que sirve al
mismo tiempo para moderar la energía de los neutrones emitidos por la reacción en
cadena, y para transferir el calor a la turbina.

El generador eléctrico conectado a la turbina es de un tipo muy semejante al de una


central termoeléctrica a carbón, gas natural, o petróleo. Esta tecnología ha sido
desarrollada en los últimos 50 años, a partir del conocimiento de la física nuclear
desarrollada en la primera mitad del siglo XX. En principio, un reactor es una fuente de
calor industrial que puede ser utilizada en otros usos como la desalinización de agua o
la producción de hidrógeno.

3.2 Reactores nucleares


Más que mostrar un listado completo de nombres y características de reactores,
interesa describir las grandes tendencias que reflejan lo que está disponible ahora y lo
que se prevé estará disponible en los próximos 15 años. El desarrollo de la tecnología
núcleo-eléctrica distingue tres tipos de reactores de potencia:

• Reactores convencionales;
• Reactores evolutivos;
• Reactores nucleares avanzados o innovadores.

3.2.1 Reactores convencionales


La tecnología nuclear convencional se ha desarrollado en torno a modelos basados en
el uso de agua natural con uranio ligeramente enriquecido con un 2% a 3% del isótopo
235
U, que utilizan agua normal o liviana (LWR). También existen reactores que usan
uranio natural y agua pesada4 (HWR) como refrigerante y moderador.

La tecnología y economía han favorecido los diseños basados en el uso de agua liviana
y son los modelos dominantes más recomendados que actualmente se encuentran
disponibles de forma comercial. De entre los anteriores, los de agua liviana presurizada
(PWR) son los que acumulan la mayor cantidad de horas de operación, y esto se
traduce en una seguridad adicional que debe considerarse frente a modelos que si bien
pueden incorporar nuevas tecnologías, no cuentan con la experiencia que entregan
muchos años de operación. En segundo lugar se encuentran los reactores de agua en
ebullición (BWR).

Los 50 años de desarrollo de tecnología núcleo-eléctrica desembocan en los tres


modelos más difundidos actualmente: como ya se mencionó, los reactores de agua
presurizada liviana PWR, los de agua hirviendo de baja presión BWR y hasta cierto
4
Aquella en que el átomo de hidrógeno de la molécula de agua es reemplazado por un isótopo de deuterio o tritio.

13
punto los de agua pesada tipo CANDU. De las 434 unidades de generación en la
actualidad, 252 son del tipo PWR, 92 del tipo BWR, 34 del tipo CANDU. Además,
existen 15 de grafito y agua liviana tipo RBMK (como el de Chernobyl), y dos del tipo
Fast Breeders de metal líquido, LMFBR. Adicionalmente, hay sobre 100 reactores
nucleares PWR compactos utilizados en la propulsión naval. Lo anterior refleja una
tendencia hacia el PWR como modelo dominante.

Respecto de la experiencia en Latinoamérica, en Argentina hay dos reactores en


operación, Atucha I y Embalse, y un tercero en construcción (Atucha II). El reactor
Atucha I es del tipo PHWR de 375MW, mientras que Embalse es del tipo CANDU y
tiene una potencia de 648MW. Atucha II es del mismo tipo que el I, pero de 745MW y se
espera que entre en operación hacia el año 2010.

En Brasil existen dos reactores en Angra dos Reis, Angra I y II, de tipo PWR, que
entregan 657MW y 1.350MW, respectivamente. Un tercero en construcción, también de
1.350MW, se espera estará listo hacia el año 2013.

En México, hay dos reactores de tipo BWR de 690MW, Laguna Verde I y II en Veracruz,
cuya potencia está siendo aumentada en 400MW.

3.2.2 Reactores evolutivos actualmente disponibles


En Rusia, Ucrania, Armenia, Bulgaria, China, República Checa, Finlandia, Eslovaquia y
Hungría hay 49 unidades de diseño ruso VVER, de potencias entre 400 y 1.000MW
funcionando. Estos reactores son de tipo PWR y a los últimos diseños se les ha
incorporado sistemas de seguridad pasivos y alcanzan niveles de estándar
internacional. Se encuentran ya disponibles el VVER-1000 y el VVER-1200, que
compiten con el AP-1000 de Westinghouse (EEUU).

Corea del Sur desarrolló los KSNPP-1400, una versión modificada de los reactores de
tipo PWR desarrollados en EEUU, con una potencia nominal de 1.400MW, diseño
unificado que apunta a economía de escala (modelo único). Los costos de estas plantas
superan largamente los 2.000 MUSD.

Otros modelos menos utilizados son los del tipo Breeders, de agua liviana o LWBR,
basados en el torio como combustible (233U como material fisible), ampliando la
posibilidad de uso de combustible diferente al uranio (que se sustenta en el 235U como
material fisible).

Los principales fabricantes de reactores en el mundo son FRAMATOM (Francia),


Westinghouse-Toshiba (EEUU-Japón), GE-Mitsubishi (EEUU-Japón), Areva-Siemens-
Hitachi (Francia-Alemania-Japón), ROSATOM (Federación Rusa) y otros consorcios
que en realidad son asociaciones estratégicas de estos mismos actores.

3.2.3 Reactores avanzados o innovativos


La evolución en tecnología nuclear condujo a una nueva generación de reactores
nucleares de potencia y cuyo diseño incluye dos avances fundamentales: 1) la
incorporación de sistemas pasivos de seguridad que no dependan de controles activos;
y, 2) alcanzar el menor tamaño posible así como su modularidad.

14
En los PWR hay cuatro modelos desarrollados con potencias entre los 320 a 600
MW/unidad, el AP-600 en EEUU; PIUS y SIR en Europa, y SPWR en Japón.
Adicionalmente, están los modelos SMART de Corea del Sur con potencias entre 30 y
300 MW/unidad, y el CAREM en Argentina.

En Europa también se está desarrollando un modelo de reactor que usa como


combustible una mezcla de óxidos, el EPR, que permite reciclar el plutonio generado en
la fisión del uranio que se encuentra en el combustible gastado. Este modelo es una
evolución de un PWR de 1600MW de 60 años de vida útil con un incremento razonable
de eficiencia térmica.

Un desarrollo alternativo es el de los reactores refrigerados a gas (por ejemplo He), el


HTGR y su versión modular MHTGR, con potencias del orden de 550MW. En el mismo
ámbito están los reactores refrigerados por la técnica de metal líquido, ALMR, con gran
capacidad de extracción de calor y cuyos diseños apuntan a 600MW/unidad. Una
ventaja adicional de este tipo de reactor es la menor generación de desechos ricos en
actínidos.

El Forum Gen-IV, al alero del OIEA, ha escogido seis diseños conceptuales como los
más promisorios.

La respuesta de los operadores nucleares se ha centrado en la World Association of


Nuclear Operators (WANO) que ha velado por el incremento sostenido en las normas
de seguridad de operación, así como la vigilancia en el cumplimiento de los estándares
propios de la industria. De manera análoga, la formación del personal se ha
estandarizado mediante la World Nuclear University (WNU), ambos organismos bajo el
auspicio del OIEA. Esto a su vez ha ayudado a reducir los tiempos de licenciamiento
para operar las plantas, haciendo más fáciles también la regulación y fiscalización por
parte de los gobiernos.

Lo más probable es que hacia la década 2020-2030, estén difundidos en el mercado los
reactores avanzados de tercera generación, GEN III+. Estos serán cada vez más
seguros y contarán la mayor experiencia mundial tanto en su construcción como en
operación, contando con la más amplia red de apoyo técnico en cualquiera de sus fases
de vida, desde su concepción y hasta su desmantelamiento y cierre.

3.3 Combustible nuclear


El material fisionable que genera el calor en el reactor, comúnmente llamado
combustible nuclear, está hecho de uranio con distintas concentraciones
(enriquecimientos) del isótopo 235U. El uranio natural, compuesto mayoritariamente del
isótopo 238U contiene alrededor del 0,7% de 235U.

El mercado del combustible para plantas nucleares está dominado por los pocos países
que poseen la tecnología de enriquecimiento de uranio y la metalurgia necesaria para la
fabricación de los elementos combustibles. Los países capaces de enriquecer uranio
son: Argentina, China Estados Unidos, Francia, Holanda, Inglaterra, India, Japón,
Sudáfrica y Rusia. Todos ellos, con excepción de Holanda y Sudáfrica también fabrican
combustible. Otros países que fabrican combustible pero no enriquecen son Alemania,
Bélgica, Brasil, Canadá, Corea del Sur, España, India, Italia, México, Suecia y Taiwán.

15
La mayoría de los países que cuentan con energía nuclear aspiran a dominar el ciclo
completo del combustible, desde el enriquecimiento hasta el reproceso para extraer el
uranio y el plutonio, que forman alrededor del 93% del combustible quemado. Este
proceso de separación es permitido por la comunidad internacional sólo a algunos
países para reducir el riesgo de proliferación. El OIEA sugiere que sean los mismos
países proveedores del combustible original los que ofrezcan este servicio y que para la
etapa siguiente se consideren soluciones regionales.

Una característica particular del combustible nuclear, debida a su alta densidad


energética (gran potencial energético en poco volumen), es la de ofrecer una posibilidad
de almacenamiento relativamente fácil para suministrar energía por muchos años5. Una
consecuencia de esto es la posibilidad de almacenar el combustible nuclear requerido
por una planta para muchos años, algo impracticable en el caso de una planta de
carbón o petróleo.

3.4 Aspectos económicos


Según el informe de 2005 de la World Nuclear Association, a su vez basado en los
informes IEA/OECD-NEA (2005), MIT (2003), DGEMP (2003), Tarjanne & Luostarinen
(2003), The Royal Academy of Engineering UK (2004), University of Chicago (2004) y
CERI (2004), se observa que el costo de generación núcleo-eléctrica ha mejorado con
respecto a los combustibles fósiles en las últimas décadas. Uno de los factores de
mayor incertidumbre en el precio continúa siendo el costo del dinero, por cuanto se trata
de una inversión muy intensiva en capital y de retorno lento6.

Según dicho informe, y basándose en la experiencia en muchos países, “Los costos


marginales de la operación de plantas nucleares son bajos y los únicos que pueden
superarlos son las formas de generación que no necesitan combustibles, como la
hidroelectricidad o la eólica. En EEUU, los costos de producción promedio alcanzaban
a 1,72 centavos de dólar por kWh en 2003, siendo los más bajos de cualquier otra
tecnología de generación en el país. La tendencia ha sido fuertemente a la baja en
términos reales desde mediados de los '80”.
Con todo, la experiencia acumulada demuestra que las ventajas y desventajas son
diferentes para cada país. El factor determinante en la mayoría de los casos es la
competitividad de costos comparada con la de las formas alternativas de generación.
Las plantas nucleares tienen una estructura de costos muy altos de construcción, pero
relativamente bajos de operación.

La conclusión general señala que: “En la actualidad, la competitividad económica de la


energía nuclear puede ser claramente demostrada frente a las tecnologías alternativas
de generación eléctrica. Con el paso de los años, se ha incrementado la producción de
los reactores a través de aumentos en la capacidad y la optimización de los procesos.
Se espera que la operación segura de los reactores se establezca por muchos años,
siempre que sea respaldada por las inversiones que se requiera en mantenimiento y
modernización. Estas mejoras son ya rutinarias y están integradas en el diseño de las
plantas modernas”7.

5 3
El consumo de una planta nuclear de 1000MW en 1 año es aproximadamente 8 m de uranio, la cantidad necesaria
3
para alimentar una planta de carbón de igual potencia durante el mismo período es de 2.300.000 m .
6
World Nuclear Association, Report 2005. (www.world-nuclear.org)
7
World Nuclear Association, Ibid.

16
3.5 Desechos nucleares
La GNE implica necesariamente el manejo del denominado ciclo de combustible, desde
la extracción del uranio hasta su manejo al final de su vida útil. Durante todo este ciclo
se producen residuos radiotóxicos que contienen elementos radiactivos, los cuales
deben ser manejados correctamente a fin de evitar que generen un impacto, sea en la
salud humana, el medio ambiente o ambos.

En la actualidad no existe una solución que garantice la segregación a perpetuidad de


los desechos radiactivos y, por lo tanto, hasta cierto punto, hay una ambigüedad en el
costo que esta parte del proceso significa para la producción de energía mediante
reactores nucleares de potencia. Los organismos internacionales recomiendan, en
primer lugar, la separación por grado de peligrosidad basados en la actividad de los
mismos (alta-mediana-baja) así como la vida media8. Los desechos de elevada
actividad por lo general son de vida media corta, y no representan un peligro
significativo después de un período del orden de unas 10 vidas medias9, se almacenan
por algunos años. Por el contrario, los desechos de vidas medias de miles de años son
de baja radiactividad. Estos son reducidos de volumen e inmovilizados de manera
segura, hasta que se decida su destino final en algún depósito definitivo.

El combustible quemado es un material que presenta una alta actividad radiológica, y


hay diferentes aproximaciones en su manejo. Puede ser descartado como desecho,
depositándolo en sitios geológicos estables y profundos, o bien ser reprocesado.

En la actualidad, el problema de los desechos es abordado desde dos direcciones:


tratar de reducir la cantidad de desechos producidos y la eliminación de los mismos.
Ambas estrategias están en continuo desarrollo, impulsando nuevas tecnologías de
reactores que generen menor cantidad de desechos, como los de cuarta generación
(Gen-IV). Por otra parte, se están desarrollando prototipos de sistemas para la
eliminación (quema) de residuos nucleares por medio de la inducción de reacciones de
transmutación, proceso en que se produce más energía al tiempo que se queman los
desechos10. Se espera que esta tecnología esté disponible hacia la década del 2040,
aunque los costos implicados son todavía difíciles de estimar.

No obstante lo anterior, hay que considerar que una planta nuclear comienza a generar
desechos al cabo de 10 o 15 años de su puesta en marcha, y su volumen es muy bajo y
fácilmente manejable. Estos desechos pasan una primera etapa de “enfriamiento”
radiactivo en piscinas de agua en la misma planta, donde pueden permanecer por unos
10 a 20 años antes de ser destinados a un depósito definitivo. De esta manera, si Chile
comenzara a operar un reactor de potencia hacia 2020, sus desechos sólo empezarían
a ser procesados hacia 2040-2055. Para entonces es razonable suponer que existirán
mejores soluciones para manejar estos residuos.

8
Vida media es el tiempo que debe pasar para que la mitad de núcleos radiactivos de una muestra se desintegren
decayendo en núcleos más estables. La vida media de una sustancia es inversamente proporcional a la probabilidad de
desintegración de los núcleos y por lo tanto los elementos más radiactivos son en general los de vidas medias más
cortas. Por lo general, un núcleo decae en otro que a su vez decae. Estas cadenas de decaimientos involucran múltiples
isótopos de vidas medias muy diversas.
9
Al cabo de 10 vidas medias el número de núcleos que aún no se han desintegrado es una milésima parte de la
población original.
10
Esta es una alternativa en estudio y es necesario aclarar que no todos los residuos pueden ser tratados de esta
manera. Esto significa que la transmutación es, por ahora, una solución paliativa al problema y no definitiva.

17
Otro aspecto relacionado con la industria nuclear que no tiene paralelo en otras
industrias de generación eléctrica, es el de considerar desde su planificación el
desmantelamiento al final de la vida útil de las instalaciones (40-60 años). Esta
operación incluye la remoción del material combustible y las partes del reactor
expuestas a fuertes dosis de radiación que contienen material radiactivo; posteriormente
debe limpiarse químicamente todas las estructuras de sustancias potencialmente
radiactivas y finalmente puede considerarse también la demolición de los edificios.

Luego de 60 años de operación, el cierre y desmantelamiento de un reactor de


1.000MW, generaría 3.000m3 de combustible quemado y residuos de alta actividad,
1.000m3 de residuos de actividad intermedia, y unos 12.500m3 de escombros y
desechos de baja actividad. El costo de esta operación es de un 4% al 5% del costo
total de la planta, y es por lo general financiado por los operadores a través de una tasa
de cierre que debe pagarse a lo largo de la vida del reactor. En muchos países hay un
organismo central que se encarga de administrar el fondo de cierre.

18
4 INCIDENTES Y ACCIDENTES NUCLEARES

En 1989, el OIEA en conjunto con la Agencia de Energía Nuclear de la OECD,


diseñaron la Escala Internacional de Eventos Nucleares (INES)11 como una manera de
estandarizar la comunicación al público de la gravedad de los eventos reportados en las
instalaciones nucleares. Esta escala distingue siete niveles: los de menor gravedad
(niveles inferiores 1, 2 y 3) son denominados “incidentes”, mientras que los niveles
superiores (4-7) se califican como “accidentes”. Eventos que no comprometen a la
seguridad se clasifican bajo 0 y se denominan “desviaciones” o bien “fuera de escala”.

Cada uno de los eventos nucleares que ocurren en los países miembros de Naciones
Unidas se reportan al OIEA, donde se analizan y se extraen lecciones que luego son
compartidas con la comunidad internacional. Esto ha contribuido sustancialmente a
mejorar la tecnología, dando lugar a reactores cada vez más seguros, así como a
mejorar las prácticas de operación, sistemas de evaluación y prevención de riesgos.

La posibilidad de ocurrencia de un accidente genera una sensación de inseguridad en la


población que no corresponde a un análisis objetivo de riesgo relativo, lo cual a su vez
afecta directamente el grado de aceptación de la tecnología nuclear. La existencia de
esta escala ayuda a comparar la seriedad de cada evento reportado, al establecer un
marco de comparación objetivo entre eventos.

4.1 Accidentes nucleares


Ejemplos de accidentes son los de Three Mile Island (EEUU, 1979; grado 5) y
Chernobyl (URSS, 1986; grado 7).

4.1.1 Three Mile Island (TMI)


El 28 de marzo de 1979, un reactor tipo PWR en la unidad 2 de la planta sufrió un
accidente en el sistema de remoción de calor. Durante una operación rutinaria de
limpieza de una línea de refrigeración, la información proveniente de dos válvulas y la
que contaba el operador eran contradictorias. Este hecho provocó una cadena de malas
maniobras por parte de los operadores por falta de información correcta, iniciándose la
fusión del núcleo. Después de 13 horas se pudo restablecer la refrigeración del núcleo,
a pesar de haberse producido un daño severo al núcleo del reactor.

La dosis de radiación liberada producto del accidente fue de entre 0,015 mSv y 0,83
mSv12, no se produjeron víctimas fatales y nadie recibió una dosis de radiación que
comprometiera la salud. Desde esta perspectiva, este accidente no revistió impacto
importante al medio ambiente, pues no aportó cantidades de elementos radiactivos al
medio capaces de alterar las condiciones naturales del entorno. Sin embargo, el
impacto en la percepción pública y el costo financiero fueron considerables.

11
The International Nuclear Event Scale (INES), IAEA, Vienna, 2001.
12
Como comparación, la radiación de fondo natural corresponde a una dosis en torno a 0,01 mSv por día, una
radiografía de tórax corresponde a 0,1mSv, y una angiografía cardíaca corresponde a dosis entre 6,7 y 13 mSv.

19
4.1.2 Chernobyl
El 26 de abril de 1986 se efectuó una maniobra en la unidad 4 de la planta de Chernobyl
con el objeto de probar el uso de una turbina auxiliar de generación eléctrica. Este
reactor, un RBMK que utiliza grafito como moderador, era de una tecnología
descontinuada cuyo diseño original estaba orientado a la producción de plutonio de uso
militar. Además, no contaba con un edificio contenedor adecuado y presentaba fallas de
diseño e inestabilidad al operar en baja potencia. Irónicamente, se suponía que la
turbina auxiliar reforzaría la seguridad del reactor.

Normalmente este reactor funcionaba a 3.200MW térmicos (MWt) y se le bajó al rango


de 700MWt, sin embargo por errores de operación junto con la desactivación intencional
de todas las medidas de seguridad, la remoción de barras de control y bloqueo de las
señales de corte, la potencia descendió bruscamente a 30MWt. En el intento de
restablecer la potencia a unos 200MWt, ésta aumentó a 100 veces la potencia máxima
de diseño en cuatro segundos y las oscilaciones siguientes elevaron a 500 veces esta
potencia. Esto causó una explosión del núcleo del reactor, expulsando grandes
cantidades de material radiactivo y causando un incendio de grandes proporciones.

Como resultado de la explosión inicial, dos trabajadores murieron. En los tres meses
siguientes a la explosión, esta cifra aumentó a 30 (entre bomberos y trabajadores de
limpieza de emergencia) debido al síndrome de irradiación aguda (SAR). Se produjeron,
además, unos 1.800 casos comprobados de cáncer de tiroides entre personas que al
momento del accidente eran menores de 14 años. No obstante, una evaluación
detallada de todos los efectos sobre la salud de la población expuesta es difícil de
establecer13.

Este accidente fue causado por un conjunto de malas decisiones y violaciones a normas
de seguridad, lo cual mostró la necesidad de contar con un control riguroso de los
operadores. Esto ocurrió en gran medida por tratarse de una instalación fuera del
control de los organismos internacionales.

4.1.3 Lecciones aprendidas


El accidente de TMI demostró la necesidad de contar con sistemas de información y
control redundantes. Además quedó de manifiesto la importancia de mejorar la calidad
de sus componentes y el nivel de entrenamiento de los operadores para responder ante
una emergencia.

El accidente de Chernobyl evidenció dramáticamente la obligación de respetar las


normas de seguridad y el peligro que encierra el secretismo en la operación de plantas
nucleares fuera del control del OIEA.

Estos accidentes mostraron la conveniencia de mejorar los sistemas de seguridad,


especialmente los que actúan independientemente de los operadores (de tipo pasivo), y
que permiten la refrigeración del núcleo a todo evento. Asimismo, se ha visto que es
necesario el relicenciamiento anual de operadores.

13
Para avanzar en el análisis de los efectos sanitarios, ambientales y socio-económicos, en 2003 se creó el Chernobyl
Forum, iniciativa del OIEA y el auspicio de una decena de organismos internacionales y los gobiernos de Bielorrusia,
Rusia y Ucrania.
Véase, www.iaea.org/ Publications/Booklets/Chernobyl/chernobyl.pdf

20
La experiencia acumulada también exhibe la necesidad de la realización permanente de
estudios de análisis de riesgo, incluyendo los análisis determinístico-probabilísticos.

4.2 Incidentes nucleares

4.2.1 Vandellos
Un ejemplo de incidente nuclear lo provee el de Vandellos (España, 1989; grado 3). En
ese caso se trataba de un reactor moderado por grafito y enfriado con dióxido de
carbono. El evento en cuestión en este caso no liberó material radiactivo ni permitió la
emisión de radiación desde el interior, pero un incendio produjo daño en los sistemas de
seguridad que comprometieron significativamente la operación segura del reactor.

4.2.2 Kashiwazaki Kariwa


El 16 de julio pasado se produjo un evento nuclear a raíz de un terremoto en el Oeste
de Japón, que obligó a detener la planta de Kashiwazaki Kariwa en la costa occidental
de ese país. Una misión del OIEA inspeccionó la planta y en su informe se establece
que a pesar de que el terremoto excedió significativamente el nivel de sismicidad
esperado según el diseño de la planta, ésta respondió de forma segura durante y
después del terremoto. En respuesta al sismo, la planta apagó los cuatro reactores en
actividad en ese momento y sólo se produjo una pequeña fuga de agua que estaba en
contacto con material radiactivo en la piscina de enfriamiento del combustible quemado.
El informe estima que la cantidad de líquido dispersado en el ambiente presentaría una
radiactividad muy por debajo del límite autorizado para la exposición al público en
condiciones normales de operación.

Existe otra lista de accidentes e incidentes nucleares asociados a instalaciones relativas


al ciclo del combustible, como el de Tokai-Mura, Japón, en 1999, con tres trabajadores
expuestos. El de Tomsk, Rusia, en 1994, produjo un número indeterminado de
trabajadores expuestos (alrededor de 160). En Tsuruga, Japón, en 1981 hubo alrededor
de 100 trabajadores irradiados al límite máximo permitido.

21
22
5 OPINIÓN PÚBLICA

El tema núcleo-eléctrico está instalándose con fuerza en el abanico de tópicos


relevantes de interés ciudadano en Chile. Su posicionamiento se explica principalmente
por la coyuntura energética que atraviesa el país y las proyecciones que se hacen, en el
contexto de las restricciones del gas desde Argentina y los impactos en el suministro y
en los precios.

En el último tiempo, distintos actores nacionales tales como parlamentarios, partidos


políticos, grupos ambientalistas y empresarios se han manifestado públicamente
respecto de la opción núcleo-eléctrica. Por otra parte, se han realizado seminarios
convocados por academias, colegios profesionales, centros de estudios asociados a
partidos políticos, cuyo eje central ha sido el tema energético, y que han incluido la
energía núcleo-eléctrica.

Si bien es cierto que la opinión pública siempre está influida por la percepción y la
subjetividad, esta situación es particularmente notoria en el caso de la energía nuclear.
La eventual implementación de un programa de GNE constituye un punto sensible para
la opinión pública, sensibilidad que deriva básicamente de los riesgos (objetivos y
subjetivos) que estas instalaciones implican para el medio ambiente y la salud de las
personas.

El temor acerca de los impactos de un accidente radiactivo y los potenciales efectos no


deseados por la disposición final de los residuos es real y merece ser considerado como
una variable relevante en el análisis. En el colectivo están las imágenes que asocian lo
nuclear a la bomba de Hiroshima y con el accidente de Chernobyl, como asimismo la
idea de que los residuos son un problema inmanejable y una “herencia negativa” para
las generaciones que vienen. Como se analizó al abordar el tema de los accidentes, el
riesgo asociado a la energía nuclear es real, por lo que la preocupación pública no
puede ser minimizada por su naturaleza poco informada o subjetiva.

La aceptación de riesgo nuclear representa un problema para la sociedad. En el campo


de la medicina nuclear este riesgo es aceptado, porque se compensa con los beneficios
estimados. Esto, sin embargo, rara vez sucede con la energía nuclear de potencia. Para
que la sociedad acepte la GNE se requiere de un esfuerzo permanente de
comunicación y transparencia (especialmente respecto de accidentes e incidentes), y de
una autoridad fiscalizadora de los operadores que sea fuerte e independiente14.

Para entender este fenómeno sociológico (la actitud hacia el riesgo y su dimensión
subjetiva) vale recordar que “el desagrado asociado con una pérdida es mayor que el
placer asociado a una ganancia de dimensión similar. Esto porque los individuos
tienden a sobreestimar las probabilidades muy bajas y subestimar las probabilidades
medianas y grandes. Lo normal es que las personas tiendan a sobreestimar la
probabilidad de ocurrencia de un desastre, la que es de hecho muy baja para el caso de
un reactor. Las ganancias y las pérdidas, tanto en términos relativos como absolutos,
son evaluadas de manera asimétrica”15.

14
Commissariat à l’énergie atomique, Nuclear energy of the future: what research for which objectives? A monograph of
the Nuclear Energy Directorate.
15
Franco Romerio, Nuclear energy, an option for sustainable development? University Center for the Study of Energy
Problems, CUEPE, University of Geneva (2005).

23
Confirma lo anterior el hecho de que el uso de combustibles fósiles, que también
produce riesgos serios al ecosistema y a la salud de la población por emisiones de CO2,
SO2, NOx, de partículas, incluso radiactivas, no genera sensación de riesgo ni provoca
rechazo ciudadano. Aún más, el carácter “limpio” de la energía nuclear de potencia no
parece motivar al público a preferir esta opción16.

Grupos ambientalistas han reaccionado frente a este debate, reafirmando su oposición


a la núcleo-electricidad, recalcando, entre otras cosas, la necesidad de considerar el
balance energético global y el ciclo completo de generación al momento de las
comparaciones entre formas de producción de electricidad. La disposición final de los
residuos y la relación entre energía nuclear de potencia y armamentismo son también
motivo de preocupación.

Desde el mundo empresarial, las opiniones han estado situadas en el problema de la


seguridad de suministro energético y su impacto en las actividades económicas,
particularmente en el SING.

Más allá de las mencionadas intervenciones de estos actores sociales, y de escasos y


puntuales estudios y sondeos de opinión, lo cierto es que en Chile existe escasa
información científicamente válida sobre la sensibilidad ciudadana o estudios de opinión
sistemáticos respecto del contexto energético nacional ya descrito o de la opción
nuclear para el país.

Considerando la importancia de la aceptación pública en una materia como ésta, lo cual


queda confirmado por el papel que le asigna el OIEA en el proceso de adopción de la
núcleo-electricidad, es fundamental disponer de información actualizada y válida sobre
la opinión ciudadana para el análisis integral del proceso y la toma de decisiones. Se
hace indispensable, por tanto, diseñar e implementar un sistema de seguimiento de
opinión pública en materia energética, y nuclear en particular.

Independiente de si el país opta por transitar el camino hacia la núcleo-electricidad, la


confianza en la decisión tomada y su aceptación pública sólo serán posibles si se actúa
de manera informada, con transparencia, con participación de expertos independientes
y abierto a opiniones diversas de la academia y de la sociedad civil.17

16
Franco Romerio, ibid.
17
Franco Romerio, ibid.

24
6 MEDIO AMBIENTE Y TERRITORIO

6.1 Lo ambiental
Los temas ambientales que aparecen como relevantes en relación con la núcleo-
electricidad son: los riesgos de incidentes y accidentes y sus potenciales efectos
ambientales (básicamente radiación ionizante y contaminación radiactiva), el
calentamiento global, el manejo de los residuos nucleares (transporte, disposición
transitoria y final), y los riesgos naturales (sísmico, volcánico, tsunami, derrumbes).

6.1.1 Riesgo de incidentes y accidentes y sus potenciales efectos ambientales


Ciertamente la mayor preocupación ambiental surge por la posibilidad de contaminación
por radiación ionizante, a raíz de un accidente en cualquiera de las fases del proceso
(enriquecimiento, transporte, uso, disposición final). En el caso de la núcleo-electricidad,
el componente del ambiente en riesgo es la población, lo que obliga a ser
especialmente rigurosos en el ámbito de la seguridad. Esto marca una diferencia con lo
que normalmente ocurre con mega-proyectos de generación eléctrica, donde la
preocupación se centra en componentes ambientales como el aire, la flora, la fauna o el
agua.

La experiencia internacional de más de 50 años de uso de la núcleo-electricidad


presenta un historial de muy baja tasa de accidentes en la industria, con un accidente
de radiación serio cada 50 años (Chernobyl)18, lo que representa una ocurrencia media
de aproximadamente un accidente grave por reactor cada 10.000 años. Por otra parte,
estudios de ciclo completo realizados en el Reino Unido entre 1972 y 199219 que
comparan los fallecimientos por accidentes (normalizada por TW/año de producción de
electricidad) entre algunas fuentes primarias de producción de energía (carbón, gas
natural, hidráulica y nuclear), muestran que la GNE exhibe el número más bajo (8) y la
industria eléctrica del carbón el más alto (342). Aún así, y como toda obra humana, la
núcleo-electricidad está sujeta a que alguna vez las cosas no salgan como estaban
planificadas, ya sea por negligencia, por acto de terceros (terrorismo) o por actos de la
naturaleza.

6.1.2 Calentamiento global


En el concierto internacional existe un amplio consenso respecto del carácter limpio de
la núcleo-electricidad en comparación con las formas dominantes de generación
(carbón, gas, petróleo)20. Esta característica no es irrelevante, toda vez que uno de los
impactos ambientales más significativos derivados de la generación eléctrica es la
producción de gases de efecto invernadero (GEI) y, consecuentemente, sobre procesos
tales como el calentamiento global de la atmósfera.

18
The future of nuclear power. MIT. 2003.
19
Ball, Roberts & Simpson, Research Report #20, Centre for Environmental & Risk Management, University of East
Anglia, 1994; Hirschberg et al, Paul Scherrer Institut, 1996; in: IAEA, Sustainable Development and Nuclear Power, 1997;
Severe Accidents in the Energy Sector, Paul Scherrer Institut, 2001).
20
Las dudas se levantan respecto de si la condición de proceso limpio se mantiene al considerar el ciclo completo de la
GNE, desde la minería del uranio hasta el desmantelamiento y disposición final de todos los componentes de la central.
Si bien existe literatura internacional de estudios comparados de impactos ambientales globales y locales por tipo de
formas de generación de electricidad, en Chile falta mucho por investigar. Dada la relevancia del tema, consideramos
necesario estudiar, desde una perspectiva de ciclo completo, las ventajas y desventajas de cada forma de generación,
como asimismo el rol de cada una en la configuración de una matriz sustentable económica y ambientalmente.

25
La creciente toma de conciencia del fenómeno de calentamiento global pone en realce y
da valor a la calidad ambiental de los procesos de generación de energía y de toda
actividad humana que ayude a reducir emisiones de GEI. Es razonable esperar que,
tanto la comunidad internacional como el mercado, aumenten las presiones para reducir
las emisiones de GEI o su captura y confinamiento21, estableciendo un escenario donde
no dará lo mismo cómo se genere la electricidad.

En este contexto, la núcleo-electricidad, la hidroelectricidad y las ERNC tienen ciertas


ventajas respecto del carbón y el petróleo, los grandes contribuyentes de CO2, y de
otros gases de efecto invernadero. La tabla siguiente muestra el análisis de ciclo
completo (LCA, Life Cycle Analysis, estándar ISO 14040) realizado por EDF (Energie de
France). El resultado (cuarta columna) se expresa en gramos de CO2 por kw-hora
eléctrico.

Contribución relativa de varias fuentes de generación eléctrica a la producción de


GEI

Sistema Operación Ciclo de vida Total (g/kWhe)


restante
Carbón 600 MW 892 111 1.003
Fuel 839 149 988
Gas (combustión a turbina) 844 68 912
Diésel 726 159 895
Bombeo Hidráulico 127 5 132
Fotovoltaica/Solar 0 97 97
Hidroélectrica 0 5 5
Nuclear 0 5 5
Eólica 0 3 3
Fuente: Nuclear energy of the future: what research for which objectives? Commissariat à l’énergie
atomique.

Como se puede observar, no es totalmente correcto afirmar que la energía nuclear,


hidráulica o eólica no producen GEI, porque la construcción de plantas para usar este
tipo de fuente primaria de energía requiere de, por ejemplo, concreto y acero, cuya
producción genera GEI. No obstante lo anterior, su contribución respecto de las fuentes
primarias fósiles es verdaderamente marginal.

6.1.3 Residuos nucleares


Uno de los aspectos más relevantes del proceso de generación de núcleo-electricidad
está referido al manejo de los residuos radiactivos, el que debe cautelar condiciones
adecuadas para la disposición transitoria y final de material nuclear o contaminado
(combustible usado, plantas desmanteladas, ropa y elementos contaminados, agua de
lavado). Esto es particularmente sensible en el caso de los residuos de alta radiación.
Es un hecho que el manejo de residuos nucleares de este tipo a perpetuidad es un
problema no resuelto por la industria nuclear a nivel mundial.

De acuerdo a la más reciente tecnología en materia de disposición intermedia y final de

21
Tecnología no económicamente viable en la actualidad.

26
residuos nucleares22, sería posible asegurar, con un horizonte de tiempo de hasta
10.000 años, que los residuos no entrarán en contacto con el medio ambiente y por lo
tanto no contaminarán. La discusión técnica y ética continúa respecto de si 10.000 años
son suficiente garantía para un potencial de contaminación de millones de años. La
puesta en práctica de soluciones tecnológicas, como la disposición geológica a
perpetuidad, está aún pendiente, y debe terminar de convencer a la comunidad
científica internacional de los beneficios del manejo de estos residuos, en contraste con
los riesgos asociados. Con todo, sigue siendo una realidad que la principal
preocupación en torno a los residuos nucleares es su manejo previo a su secuestro en
formaciones geológicas23.

Si bien en el caso de Chile un eventual manejo de residuos nucleares aparece como


una preocupación del futuro lejano, es una materia que debe ser evaluada y prevista
ahora. Al igual que en el caso de los sitios para emplazamiento de instalaciones
nucleares de potencia, el Estado debe evaluar si el país está en condiciones, o puede
llegar a estarlo, para hacerse cargo con el rigor que los estándares internacionales
imponen para el manejo y la disposición de residuos nucleares. Una posibilidad de
evitar el problema del manejo de los residuos en Chile la ofrece la iniciativa Global
Nuclear Energy Partnership (GNET), impulsada por USA, China, Francia, Japón y Rusia
y que ha sido firmada además por una decena de otros países. Según este acuerdo
internacional las potencias proveedoras de combustible se encargarían del retiro del
combustible quemado desde los países usuarios para su posterior reproceso y/o su
disposición final en repositorios definitivos. De esta manera se resolvería para países
como el nuestro el problema del manejo de residuos y se limita la posibilidad de
proliferación nuclear.

Finalmente, en lo que se refiere al transporte de residuos nucleares, no hay registro a


nivel mundial de accidentes con resultado de radiación ionizante, lo que no exime de la
obligación de respetar la normativa que garantiza el transporte seguro de estos
residuos.

6.2 La núcleo-electricidad en un país sísmico


Cuando se aborda el tema de la núcleo-electricidad en Chile, una interrogante surge
inevitablemente: ¿Será recomendable instalar en Chile un reactor nuclear de potencia
(RNP) con los antecedentes de ser uno de los países más sísmicos del planeta? O
puesto de otra manera: ¿Podría una planta nuclear resistir un terremoto de gran
intensidad?

Según expertos nacionales, el factor sísmico debe ser integrado en el análisis teniendo
en consideración que:

z Chile es el país que libera mayor cantidad de energía por sismos a nivel
mundial, con más del 40% de la energía sísmica en el último siglo. Si a lo
anterior se agrega la cantidad e intensidad de sismos que ocurren
permanentemente en el país, se puede concluir que Chile es el país más símico
del planeta.
z No es posible determinar científicamente que existan ciclos sísmicos o
periodicidad de eventos. De lo que sí hay certeza es de que el territorio nacional

22
Por ejemplo los estándares del depósito en Yucca Mountain, Montana, EEUU.
23
The future of nuclear power. MIT (2003).

27
será afectado por terremotos en el futuro.
z La información sismológica disponible a nivel científico respecto del territorio
nacional es insuficiente y se requiere ampliar la cobertura de la red sismológica
nacional.
z A pesar del buen nivel de los expertos nacionales, las capacidades científicas y
técnicas también son insuficientes.
z Sin embargo, la falta de información sobre riesgo sísmico no debiera ser
obstáculo, toda vez que la determinación del riesgo sísmico para instalar un
RNP debe hacerse a nivel de sitio potencial, para lo cual existen en Chile la
tecnología y la capacidad profesional. Es a partir de estos resultados a nivel de
sitio que se diseña la solución de ingeniería.
z La tecnología e ingeniería antisísmica en Chile pueden garantizar niveles
aceptables de seguridad para un reactor nuclear de potencia. En otras palabras,
es razonable suponer que el riesgo sísmico puede ser controlado con soluciones
tecnológicas actualmente disponibles. No obstante lo anterior, la experiencia
internacional muestra que es imprescindible, antes de decidir la localización de
un reactor nuclear de potencia, disponer de estudios detallados de geología y de
mecánica de suelos en relación con la sismicidad del sitio.
z Hay regiones del mundo en que frecuentemente se producen terremotos, incluso
más destructivos que en Chile, y aún así tienen plantas nucleares. Por ejemplo,
en California, Estados Unidos, donde se registran aceleraciones superficiales
horizontales mayores que las observadas en Chile. En ese Estado existen dos
plantas con dos reactores nucleares cada una, en operación desde hace 25
años. En consecuencia, la norma de resistencia a aceleraciones de las obras
civiles en Chile no necesitaría exceder a la norma de California.
z Finalmente, los sismos, en tanto riesgo natural, deben ser considerados en
conjunto con otros riesgos naturales, tales como tsunamis, volcanismo y
remoción en masa.

6.3 Impactos ambientales


Si excluimos el impacto térmico global y los riesgos para la salud de la población ante
un accidente nuclear, los impactos ambientales de la construcción, operación y
desmantelamiento de un RNP se acotan considerablemente, concentrándose en
aquellos efectos esperables sobre los demás componentes ambientales en los
diferentes niveles territoriales. En este escenario, cabe preguntarse cuáles son los
impactos ambientales que genera una planta núcleo-eléctrica.

Los impactos ambientales asociados a la construcción, operación y desmantelamiento


de una planta núcleo-eléctrica se manifiestan en tres niveles: impactos a nivel de sitio
(emplazamiento de la planta), a nivel de área de influencia regional, y a nivel planetario
o global, que ya fueron comentados.

Los impactos a nivel de sitio dependen fuertemente de las características del lugar de
emplazamiento, particularmente de la vulnerabilidad de los componentes ambientales y
su condición basal. La gran mayoría de los impactos al sitio se generan en la fase de
construcción de la planta y no difieren mayormente de cualquier otro proyecto industrial
de esta envergadura. Normalmente estos impactos son mitigables, transitorios y de baja
significancia en relación a la envergadura del proyecto.

Durante la operación de una planta núcleo-eléctrica, los impactos más relevantes son
por contaminación termal local, tanto del aire (emisiones) como del agua (refrigeración).

28
La experiencia indica que, localizadas en el lugar adecuado y operadas correctamente,
las instalaciones nucleares de potencia generan impactos ambientales menores a nivel
de sitio y su entorno inmediato.

La contaminación térmica local de cuerpos de agua es uno de los impactos esperables


en un RNP, ya que se requiere de grandes volúmenes de agua para enfriamiento. En
una planta tipo de 1.000 MW, la operación calienta en 10º C aproximadamente
28,3m3/s. Esta contaminación térmica afecta los ecosistemas acuáticos, modificándolos
de manera significativa, pero focalizada. Los efectos se harán sentir en los hábitos de
alimentación y reproducción de organismos, niveles de oxígeno presente, tasas de
descomposición, etc. Tanto al entrar en operación la planta como al cierre, se produce
un cambio drástico y repentino de temperatura del cuerpo receptor, lo que afecta
principalmente a la fauna acuática local. Sin perjuicio de lo anterior, hay que señalar que
estos impactos por contaminación termal local, acotados en su extensión, son
conocidos en tanto existen experiencias muy variadas estudiadas a nivel mundial.

El área de influencia regional normalmente recibe impactos en los ámbitos social y


económico. Desde esta perspectiva territorial, la instalación de un reactor nuclear de
potencia puede generar impactos relevantes en la economía, en el sistema urbano, en
la funcionalidad del territorio y hasta en la imagen regional. Con una adecuada
planificación y gestión territorial, estos impactos debieran ser mayoritariamente
positivos.

En lo que se refiere a los impactos potenciales del desmantelamiento de un reactor


nuclear de potencia, estos son aún un punto de preocupación. Siendo consecuentes
con el enfoque de ciclo completo, y en una perspectiva de largo plazo, debe darse una
atención especial a los impactos propios del cierre y desmantelamiento de una
instalación nuclear, materia sobre la cual existe amplia experiencia internacional y con
éxito.

En total, se han cerrado de manera definitiva por fin de su vida útil 107 reactores. En los
últimos 12 años, se han cerrado 32 reactores en el mundo24. Basados en esta
experiencia, la Comisión Europea ha estimado que el desmantelamiento de una planta
tipo o promedio se generan aproximadamente 10.000 m3 de material radiactivo, siendo
la mayor parte de este material concreto y escombros que contienen muy baja
radiactividad25.

De lo que no cabe duda es que tanto la adopción como la exclusión de la núcleo-


electricidad provocan impactos ambientales. Si el país opta por incorporar la GNE en su
matriz energética, ciertos impactos se derivarán de la construcción y operación de las
centrales. Si se opta por lo contrario, excluyendo la opción nuclear, otras formas de
generación de electricidad deberán emplearse, las que a su vez impactan el ambiente a
su manera.

En este contexto, y como un antecedente relevante en el análisis de la opción núcleo-


eléctrica, es necesario estudiar los impactos ambientales que ocasiona la opción
nuclear, conocer los impactos ambientales que provocan las otras alternativas de

24
Los Mitos de la Energía Nuclear. www.greenpeace.org
25
Commissariat à l’énergie atomique, op.cit.

29
generación y confrontar sus ventajas y desventajas de manera objetiva e informada26.

6.4 Lo territorial
En el análisis de la opción nuclear, los aspectos territoriales que merecen especial
atención son la aptitud geográfica (definición del dónde para la instalación de un RNP)
y los impactos territoriales estructurales, cruzados ambos por un contexto institucional y
legal que es tema en sí mismo.

Una de las primeras interrogantes que surge en el ámbito de lo territorial es si existen


condiciones geográficas en Chile para instalar un RNP y dónde. En una primera
aproximación, es razonable señalar que la diversidad geográfica del país, su extenso
litoral y la existencia de grandes territorios con muy baja densidad de población
aparecen como condiciones favorables para el emplazamiento de un RNP, al tiempo
que las características sísmicas del territorio y el riesgo de tsunamis son claramente
limitantes serias, pero no insalvables.

Para llegar a responder adecuadamente esta interrogante se requiere al menos conocer


a nivel nacional los lugares que aparecen como aptos para la instalación de un RNP. En
Chile existen las capacidades profesionales y científicas para responder la interrogante
del dónde, como también hay experiencias mundiales que pueden ser estudiadas. El
OIEA tiene procedimientos establecidos y otorga apoyo en materia de localización de
plantas núcleo-eléctricas.

Por otra parte, se requiere disponer de instrumentos legales y de una institucionalidad


sobre ordenamiento territorial acorde con lo delicado del tema: En materia de
localización de inversiones en Chile, rigen las decisiones del emprendedor
(generalmente un privado), debiendo éste cumplir con la legislación sectorial aplicable.
En el actual escenario institucional y legal, el Estado no tiene mayor injerencia en la
decisión respecto del “dónde”27, y sólo puede velar que se cumpla con la normativa
sectorial vigente.

Una de las herramientas para responder adecuadamente a la interrogante debieran ser


los Planes de Ordenamiento Territorial, diseñados a nivel de comuna o provincia. Sin
embargo, estos instrumentos de planificación territorial tienen sólo carácter indicativo, y
no obligan legalmente. En síntesis, el escenario institucional y legal en lo territorial no es
propicio para tomar decisiones acertadas en materia de localización de infraestructura
compleja.

En este contexto, no resulta exagerado señalar que la institucionalidad ambiental y


territorial requiere de profundas adecuaciones para abordar científica y técnicamente la
tarea de normar y fiscalizar en el tema de la localización y operación de un eventual
reactor nuclear de potencia. En una materia tan relevante y sensible como la instalación
de un reactor nuclear de potencia, se requiere de un rol más decisivo del Estado en la
definición de la localización.

Sin perjuicio de las capacidades científicas y técnicas existentes en el país y de los


posibles apoyos externos con que se contará, hay ciertas áreas de conocimiento que
26
El análisis debe abarcar los tres niveles; de sitio, de área de influencia directa y global. Debe definirse en cada caso
(tipo de fuente), el ciclo de generación de impactos (inicio y término). Debe compararse proyectos de generación de
tamaño similar (capacidad instalada).
27
Con excepción del ámbito urbano, regulado por PRC.

30
requieren de mayor desarrollo para aportar significativamente en decisiones de este
nivel, no sólo en el caso de la núcleo-electricidad, sino que de todos los mega-proyectos
estratégicos, tanto productivos como de infraestructura.

Finalmente, es necesario conocer los impactos territoriales estructurales que se derivan


de la instalación de un RNP. Tal como ocurre con cualquier mega-proyecto industrial, la
construcción, operación y desmantelamiento de un RNP conlleva acciones y procesos
que, por su magnitud y naturaleza, necesariamente generan cambios relevantes en el
territorio donde se emplace. Los impactos, tanto positivos como negativos, dependerán,
entre otros factores, de las especificidades naturales del lugar, de la infraestructura
preexistente, de los procesos económicos imperantes, de la institucionalidad vigente y
de las sensibilidades e intereses de sus habitantes.

31
32
7 EFECTOS DE LA GNE SOBRE LA SALUD HUMANA

La GNE, y en general toda actividad que involucre uso y manipulación de material


radiactivo, importa un riesgo potencial para la salud humana. Para entender el alcance
de estos riesgos, es conveniente distinguir entre la operación normal de un reactor y las
situaciones de accidentes nucleares.

7.1 Efectos de las radiaciones ionizantes sobre la salud


Se ha establecido que, en lo que respecta a la salud humana, los tipos más importantes
de radiaciones son las ionizantes. Si una radiación ionizante penetra en un tejido vivo,
los iones producidos pueden afectar a los procesos biológicos normales. Por
consiguiente, el contacto con cualquiera de los tipos habituales de radiación ionizante
(α, β, γ, rayos X y neutrones) puede tener repercusiones sobre la salud. Se sabe
también que el efecto depende del tipo y radiación y la dosis. Por ejemplo, la radiación γ
sólo provoca lesiones en puntos concretos, de forma que el tejido puede soportarlo
razonablemente bien e incluso reparar las lesiones causadas. Por el contrario, una
partícula α, pesada y relativamente grande, provoca grandes daños en un área pequeña
y es más perjudicial para el tejido vivo. En términos generales, dosis menores que
0,1Sv28 no generan ninguna respuesta clínica. Por otra parte, una dosis de 4Sv
corresponde a la dosis letal media (dosis por la cual el 50% de los individuos irradiados
muere).

Desde una perspectiva operacional, también es posible distinguir los efectos de la


radiación entre determinísticos y estocásticos (o probabilísticos). Los efectos
determinísticos son aquellos en que la severidad depende de la dosis recibida y para los
cuales existe un umbral definido, como por ejemplo, las cataratas inducidas por
radiación. Por otra parte, los efectos estocásticos son aquellos que ocurren al azar,
generalmente sin un umbral de dosis conocido y cuya probabilidad es proporcional a la
dosis y su severidad es independiente de ésta. Las alteraciones genéticas y el
desarrollo de cánceres constituyen los efectos estocásticos más importantes de las
radiaciones.

Dentro de los efectos determinísticos más relevantes está el síndrome de irradiación


aguda, que corresponde a una combinación de síndromes clínicos (principalmente
hematopoyético, respiratorio, gastrointestinal y neurovascular), que ocurren
escaladamente desde horas a semanas luego de una exposición a radiaciones
ionizantes. Este síndrome corresponde a la situación más grave y se registra en
accidentes mayores. A modo de ilustración, en el accidente nuclear de Chernobyl, en
1986, 237 personas fueron hospitalizadas con el diagnóstico de sobreexposición (>0.1
Gy29). De estos, 134 desarrollaron RSA (57%) y 28 pacientes de este último grupo
fallecieron30.

Respecto de los efectos estocásticos, el más significativo es la participación de la


radiación ionizante en el desarrollo de procesos cancerígenos, en particular cáncer de
tiroides (por efecto sobre genes supresores) y leucemias (efecto sobre oncogenes).

28
El sievert (Sv) es una unidad para dosis de radiación absorbida por la materia orgánica. Un Sv equivale a 1 Joule/kg de
radiación absorbida.
29
El gray (Gy) es una unidad que mide la dosis absorbida de radiaciones ionizantes por un determinado material.
30
IAEA, Acute Radiation Syndrome, clinical picture, diagnosis and treatment, Module XI.

33
Diversas investigaciones sobre los mecanismos que pueden explicar una relación
causa-efecto entre radiaciones ionizantes y cáncer han permitido establecer la
necesidad de considerar, por un lado, la cantidad y la calidad de la dosis recibida, y por
otro lado, el tipo de tejido afectado junto a su capacidad de recuperación.
Particularmente relevante es el papel de la radiación de bajo LET31 (radiaciones con una
baja densidad de ionizaciones por unidad de trayecto, tales como radiación X, β, γ y
partículas α) que puede actuar como iniciadora y promotora débil de procesos
oncogénicos. El debate sobre los efectos de las radiaciones ionizantes, en particular
aquellas de bajo LET y bajas dosis32, dista mucho de estar resuelto, ya que la
investigación no ha podido establecer los mecanismos, ni los límites de dosis a partir de
los cuales se desencadenan, dado el elevado número de factores que intervienen en el
desarrollo de un proceso cancerígeno.

7.2 Efectos de la GNE sobre la salud humana en operación normal y en casos de


accidentes nucleares
Bajo los estándares internacionales de seguridad actualmente definidos, en los
procesos de instalación, puesta en marcha, operación, manejo de los residuos
radiactivos y desmantelamiento de una planta nuclear no se producen emisiones
ionizantes constitutivas de riesgo para la salud humana. En efecto, al interior de una
planta nuclear, los niveles registrados son equivalentes a la exposición a la radiación
natural. Al respecto, debe recordarse que la radiación proveniente de rayos cósmicos
que recibe una persona en promedio al año es del orden de 0,35 mSv. Por otra parte,
un pasajero de un avión comercial recibe aproximadamente 0,05 mSv en un viaje
transatlántico.

Las radiaciones ionizantes también están asociadas a formas de generación eléctrica


no nucleares. Plantas generadoras a carbón, gas, petróleo y geotermales levantan
material radiactivo de la corteza terrestre a la superficie. Según una estimación de la
Environmental Protection Agency de E.E.U.U., una persona viviendo a 80 km o menos
de una central a carbón recibe en promedio una dosis de 0,3 μSv, mientras que alguien
dentro de ese radio de una planta nuclear recibe menos de un tercio de esa dosis.
Ambas dosis son menos que la que recibe un norteamericano medio por radiografías, y
menos de una 10 milésima parte de la que recibe por radiación natural de fondo. Para
tener una idea, la dosis de radiación dentro de un radio de 80 km de un reactor es
comparable con la que resulta de tener un detector doméstico de humo33.

Sin embargo, todos los procesos relacionados a la GNE están sujetos a eventos no
deseados de magnitud e impactos variables para la salud humana. Estos eventos
caracterizados y dimensionados según la escala INES establecida por el OIEA se
discutieron en la sección 4.1.

En un accidente mayor (grado 7) como fue el de Chernobyl, la emisión de material


puede generar efectos agudos sobre la salud, afectar un área extensa y con
consecuencias ambientales de largo plazo. Un incidente serio (grado 4) como el
ocurrido en Vandellos, España, en 1989, por lo general no requiere adoptar medidas
fuera del sitio de la planta, pero puede afectar severamente la salud del personal de la
planta.

31
LET (linear energy transfer), permite definir la cantidad de energía depositada por unidad de trayecto.
32
Se considera dosis bajas a exposiciones entre 0 y 100 mGy o a exposiciones menores de 0,1 mGy/min
33
Véase, http://www.iaea.org/blog/Infolog/?page_id=47

34
7.3 Respuesta de la autoridad ante una emergencia radiológica
En Chile existe actualmente uso de fuentes radiactivas que pueden generar un evento
que afecte la salud de la población. Las posibles fuentes son los reactores de
investigación, equipos médicos y de la industria. Institucionalmente, la respuesta ante
un evento de este tipo es de responsabilidad compartida entre la Comisión Chilena de
Energía Nuclear y la Autoridad Sanitaria dependiente del Ministerio de Salud. Existe
consenso entre los especialistas de que la capacidad actual de respuesta es limitada e
insuficiente, particularmente debido a debilidades de los sistemas de fiscalización y de
alerta temprana, como asimismo de regulación.

35
36
8 DEFENSA NACIONAL: LA ENERGÍA COMO ELEMENTO ESTRATÉGICO

La energía es un bien que incide directamente sobre el desarrollo. A su vez, el


desarrollo de un país constituye un factor fundamental de la seguridad nacional, en
tanto aporta estabilidad, cohesión social, y una mejor o peor posición estratégica.
Luego, es posible afirmar que la energía es un producto estratégico, en tanto constituye
un recurso cuya escasez compromete el cumplimiento de los objetivos que se derivan
del interés nacional.

Desde luego, sabemos que la falta de energía no sólo compromete e incluso impide el
desarrollo, sino que afecta también en buena medida la vida de la población.
Adicionalmente, la escasez implica precios más altos y, por lo tanto, una menor
competitividad de los productos dentro del mercado globalizado al cual Chile ha abierto,
sin reservas, su economía.

Desde este punto de vista, no cabe duda que la energía ha de ser clasificada como
recurso estratégico, vale decir, como un bien cuya disponibilidad compromete todo, sino
el máximo, esfuerzo nacional.

Por otra parte, la forma de enfrentar el problema energético, establece la dependencia,


la interdependencia y la relación entre Estados y la seguridad de mantener niveles de
desarrollo económico y social en crecimiento.

El tema energético, hoy más claramente que ayer, está determinando en gran medida el
orden internacional. La relación país productor, país exportador, país importador está
marcando el poder de cada Estado y, como consecuencia, las relaciones inter Estados.

En este contexto, la dependencia de un país de un tipo de energía y por lo tanto la


dependencia de un país productor u otro, puede constituir un factor de vulnerabilidad.

Frente a la dependencia y sin ser país productor se abren dos posibilidades básicas:

1.- La relación de interdependencia;


2.- Las de cooperación;

En conclusión, la energía es un tema de seguridad nacional, y su impacto en los grados


fortaleza o vulnerabilidad debe ser evaluado de acuerdo a los niveles de autonomía y
dependencia que se deriven de la matriz energética.

8.1 Autonomía energética


Se entiende por autonomía energética la diversificación, con significativos porcentajes
posibles de generación propia, y relaciones de interdependencia y/o cooperación -y no
de dependencia- entre los Estados.

A la luz de las experiencias internacionales, es posible plantear que existe una


correlación entre niveles de generación propia, autonomía y grado de seguridad
nacional.

Respecto de la diversificación, para los Estados importadores de energía, la


diversificación de las fuentes generadoras constituye un objetivo esencial, ya no tan

37
sólo por sus efectos en el desarrollo, sino porque el disminuir la vulnerabilidad de la
dependencia ha pasado a ser también un objetivo de seguridad.

Por su parte, los países exportadores de recursos energéticos tienen la oportunidad de


establecer e influir en las relaciones de cooperación e integración regionales y fomentar
su propio desarrollo y estabilidad.

Lo usual es entonces producir energía con insumos propios para satisfacer parte de la
demanda nacional y recurrir al producto importado para satisfacer el resto. La
proporción de uno y otro componente variará dependiendo de una serie de factores,
tales como la disponibilidad de recursos hídricos, de hidrocarburos, las políticas
nacionales que estimulen la generación eléctrica mediante fuentes no tradicionales
(eólica, solar, mareomotriz, etc.), el aislamiento de ciertas regiones, la disponibilidad
energética de países vecinos, y por cierto, los costos de producción y distribución, por
citar los de mayor incidencia.

8.2 Correlación entre matriz energética y seguridad nacional


Existe una relación entre la matriz energética de Chile y la política de defensa, cuyo
principal objetivo es la seguridad nacional. Nuestro país ha definido una política de
defensa que supera los aspectos militares. Consistentemente nuestra política de
defensa también se basa en una de cooperación internacional, fundamentalmente en el
plano vecinal, a fin de crear un clima de distensión y confianza, que permita acceder a
relaciones menos condicionadas por la agenda histórica y más centradas en construir
un futuro estable. En este punto es clave cómo Chile construya su matriz energética
futura, pues esto marcará las relaciones presentes y futuras con otros países.

La incorporación de las variables económicas y energéticas han complejizado el


concepto de seguridad, y es así como Buzan34, utiliza el concepto de “seguridad
compleja” y la define como aquella que se da dentro de un grupo de Estados en que sus
mayores preocupaciones y percepciones de seguridad se encuentran tan
interrelacionados que sus problemas de seguridad nacional no pueden razonablemente
ser analizados o resueltos en forma independiente.

Desde este punto de vista, cabe reconocer que la energía nuclear es parte de la
diversificación energética, otorga mayor autonomía y posibilidades de alianzas y
colaboración energéticas en la región.

Es en la ecuación entre energía y poder donde la inclusión de la energía nuclear en la


matriz energética de un país, adquiere ribetes diferenciadores de aquellos que no la
tienen. Chile, junto a los Estados de América Latina y el Caribe, comparte “una visión
común acerca de la utilización de la energía nuclear. De acuerdo a esta línea, la Región
y nuestro país han sostenido que los Tratados de No Proliferación Nuclear (TNP), el
Tratado de Tlatelolco y el de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (CTBT),
constituyen la red jurídica esencial en que debe basarse el accionar de todos los
Estados con vocación pacífica. Por ello hemos asumido un compromiso, no sólo en la
obligación de respetar estos instrumentos, sino también en la promoción de los mismos

34
B. Buzan, Security: A New Framework for Analysis, Rienner Publishers Inc., USA, 1998.

38
como herramientas necesarias que favorecen un escenario internacional más seguro y
predecible”. 35

Una de las principales amenazas a la seguridad y la estabilidad mundial, la constituye el


hecho de que grupos terroristas puedan acceder a instalaciones nucleares, material
nuclear o fuentes radiactivas para utilizarlas contra terceros.

Esta amenaza mundial implica un reto para todos los países, obligándolos a adoptar
especiales medidas de seguridad para evitar que sus instalaciones y material
radioactivo puedan ser alcanzados por personas no controladas. La preocupación
mundial en este contexto se manifiesta a través de las organizaciones internacionales.

Es en este sentido que la ONU acordó en septiembre de 2005 el Convenio Internacional


para la Supresión de los Actos de Terrorismo Nuclear y por su parte el OIEA emitió en
septiembre de 2006 la Resolución GC(50)/RES/11 sobre Medidas de Protección Contra
el Terrorismo Nuclear, incrementando las distintas labores de fiscalización de las
instalaciones y del ciclo de combustible nuclear.

35
Energía Nuclear y Política Internacional. Documento elaborado por la Dirección de Energía, Ciencia y Tecnología e
Innovación del Ministerio de Relaciones Exteriores para el Grupo de Trabajo en Núcleo-Electricidad.

39
40
9 RECURSOS HUMANOS

La cantidad de RRHH que demanda la tecnología nuclear es muy variada y la base


queda garantizada por el mantenimiento de las disciplinas de la ingeniería, física,
ciencias de materiales y otras en las universidades. Asimismo, se requiere de
instituciones capaces de formar técnicos de diversas especialidades de apoyo, con
estándares de calidad y rigor superior, familiarizados con las demandas tecnológicas de
la industria nuclear.

En torno a una planta de generación núcleo-eléctrica se emplea alrededor de un


centenar de profesionales en tareas que van desde la operación, mantenimiento y
reparación regulares, al análisis de riesgos y la resolución de problemas. Además de
ellos, hay un número mucho mayor de técnicos y personal administrativo y de servicios.
Por otra parte, debe haber un número no despreciable de profesionales en los servicios
de salud y en los organismos de regulación del Estado capaces de entender, colaborar
y fiscalizar la operación regular y estar preparados para el manejo de emergencias.

Si se demostrara que un programa nuclear de potencia en Chile es pertinente, una


recomendación prudente sería establecer un programa de formación de recursos
humanos para cubrir las distintas especialidades en asuntos nucleares. La
especialización puede obtenerse mediante un esquema asociativo, hoy en desarrollo en
la comunidad internacional bajo el auspicio de la World Nuclear University.

Las aplicaciones y derivaciones de la tecnología nuclear podrían ser incorporadas al


país a través de programas académicos de postítulo en energía nuclear o por
migraciones generadas por la demanda del mercado, según las evoluciones
tecnológicas mundiales.

En caso de contar con un programa para la GNE, sería muy conveniente que el país
contara con al menos un centro de investigación y desarrollo de recursos energéticos en
general, que abarque todas las formas de energía, incluyendo las convencionales, las
renovables y la nuclear, en una mirada de largo plazo. En países como Suecia, España
y Corea, estos centros son el soporte del regulador y de las necesidades que se
desprenden de la operación y mantenimiento de una central nuclear. Esto es
independiente de la condición de importador de tecnología y del soporte que otorga el
fabricante.

Como se comentó en la discusión sobre accidentes nucleares, la principal causa de


preocupación sería el factor humano involucrado en ellos. En la mayoría de los casos la
experiencia internacional indica que la falta de rigor en los procedimientos es la fuente
más importante de riesgos. La disciplina que requiere la operación de plantas nucleares
es una exigencia para todo el personal involucrado directa e indirectamente con su
explotación. Por esto es necesario establecer estándares de seguridad y rigor
permanentes y extendidos incluso más allá de las plantas mismas. Este requisito indica
la conveniencia de contar con una cultura de la seguridad instalada en la sociedad más
allá de quienes trabajan directamente la energía nuclear.

De forma independiente de la adopción de la GNE en Chile, es importante para el país


la implementación de la cultura de la seguridad, en general, como columna rectora del
desempeño de labores profesionales de todo ámbito.

41
42
10 PAPEL DEL ESTADO E INSTITUCIONALIDAD

Tal como se ha visto en los capítulos precedentes y como se constata en numerosos


ejemplos internacionales, la GNE es una industria singular y distinta de las demás
industrias de generación eléctrica. Esta afirmación se sustenta principalmente en que:

ƒ depende críticamente de la percepción y aceptación social;


ƒ las decisiones comprometen al Estado a plazos mayores a cien años;
ƒ está sujeta a estrictas regulaciones y tratados internacionales;
ƒ es particularmente intensiva en costos de capital de alto riesgo.

Estas características determinan que la decisión de incorporar la GNE al sistema de


generación desafíe los modelos de organización industrial del sector eléctrico
imperantes en el mundo. Chile no constituye una excepción, y el modelo vigente desde
hace 25 años muy probablemente necesitará ser ajustado o modificado para incorporar
la GNE. El análisis que sigue mostrará que el actual esquema caracterizado por la
neutralidad tecnológica del Estado, el proceso de toma de decisión descentralizado y el
papel estatal indicativo no es compatible con la GNE.

Estructura del modelo financiero y de costos. El sistema de precios vigente tiene


dificultades para reconocer e internalizar la totalidad de los costos que conlleva la GNE,
como por ejemplo, los que están asociados al tratamiento de los desechos que deja la
operación de reactores nucleares. De igual manera, los mecanismos tradicionales
conocidos para asegurar cumplimientos u obligaciones legales a las empresas
generadoras, como seguros y garantías, no son idóneos para hacerse cargo de plazos
tan prolongados como los que supone la GNE y los cuantiosos montos de inversión que
requiere este tipo de tecnología. Por la naturaleza de la GNE, que debe considerar el
ciclo completo del reactor, incluyendo su fase de desmantelamiento, el operador debiera
dar garantías que cumplirá con estas obligaciones, garantías que en el sistema vigente
no están consideradas.

Acceso a contratos regulados compatibles con los ciclos inversión de la GNE. Los
contratos de abastecimiento de clientes regulados tienen una duración máxima de 15
años de acuerdo a la ley, tiempo suficiente para rentar un proyecto térmico, pero
insuficiente para rentar un proyecto de GNE. Esto llevaría a los operadores de reactores
nucleares a iniciar el servicio bajo la incertidumbre respecto de la colocación de su
producción para clientes regulados luego de vencidos esos 15 años..

Reconocimiento de los aspectos estratégicos y de relaciones internacionales. La


decisión de incorporar la GNE involucra aspectos estratégicos relacionados con los
países proveedores de tecnología y de suministro de combustible, de manera similar
como ocurre en decisiones respecto a la adquisición de material de defensa de un país.
En consecuencia, la selección de la tecnología nuclear debe evaluarse en el contexto
de las relaciones internacionales y de los objetivos permanentes que el país tiene en
política exterior.

Definiciones financieras respecto de los costos asociados al desarrollo


institucional. El Estado, para declarar disponible la GNE, debe desarrollar un conjunto
de actividades e inversiones previas de elevado costo, como por ejemplo,
infraestructura e institucionalidad. Además, debe suscribir convenios internacionales

43
que pueden llegar a comprometer su responsabilidad pecuniaria. De manera análoga, la
capacitación básica e indispensable exigida por acuerdos internacionales en materia de
recursos humanos, que incluye, entre otros, la instalación de un sistema de salud
adecuado a la demanda impuesta por la operación de la GNE, requiere participación y
financiamiento estatal importante.

Como se desprende de este análisis, incorporar la GNE debe ser una decisión
estratégica y de Estado, lo que exige a la autoridad un papel activo tanto en el proceso
de evaluación, como en la decisión, en la selección de las opciones técnicas, en el
diseño del marco regulatorio global, en la adopción de las regulaciones internacionales
y en la fiscalización de ambos niveles de regulación.

44
11 EXPERIENCIA INTERNACIONAL Y CONCLUSIONES

Experiencia Internacional

De la experiencia internacional en medio siglo de generación núcleo-eléctrica se


desprende un conjunto de datos relevantes, indicados a continuación, que es necesario
considerar al momento de evaluar la opción núcleo-eléctrica en el contexto nacional.

1 La tecnología nuclear disponible es diversa tanto en tipos de reactores como en


proveedores, y está en permanente evolución. Actualmente predominan dos
tipos de reactores y tres o cuatro proveedores principales en el mundo. Existe un
consenso relativo respecto de la uniformidad de modelos y procesos, con
diseños más sencillos y seguros, y costos de producción reducidos.
Paralelamente, la formación del personal se ha estandarizado bajo el auspicio
del OIEA, lo que ha acortado los tiempos de licenciamiento para operar las
plantas, facilitando también la regulación y fiscalización por parte de los
gobiernos.
2 En condiciones normales de operación, un reactor nuclear de potencia no
genera efectos adversos para la salud de quienes trabajan en una planta ni de
quienes viven en su entorno. La industria nuclear exhibe un grado de seguridad
mejor que el de otras formas de generación eléctrica.
3 La tecnología nuclear ha alcanzado niveles de seguridad que la hacen confiable,
pero exige preocupación, disciplina y rigor permanentes. Si no existen estas
condiciones, el riesgo de accidentes con consecuencias graves es
inaceptablemente alto.
4 La núcleo-electricidad es una opción considerablemente más compleja y
delicada que las demás formas de generación eléctrica, entre otras cosas, por
los riesgos potenciales para la población y el medio ambiente, por sus
requerimientos tecnológicos y culturales, y porque genera compromisos a largo
plazo para los países.
5 La experiencia del OIEA indica que, a partir de la decisión de llevar adelante un
programa de generación núcleo-eléctrica, un país requiere entre 10 y 15 años
para su realización. Además, se recomienda que la potencia de un reactor
nuclear no supere el 10% de la potencia instalada de la red a la cual está
conectado.
6 Se observa que la energía nuclear puede ser comercialmente competitiva con
los combustibles fósiles a los precios actuales, aunque el costo de una planta
nuclear es más sensible a las tasas de interés.
7 De acuerdo a la más reciente tecnología en materia de disposición intermedia y
final de residuos nucleares, es posible asegurar razonablemente, con un
horizonte de tiempo de hasta 10.000 años, que los residuos no entrarán en
contacto con el medio ambiente y por lo tanto no contaminarán.
8 El temor acerca de los impactos de un accidente radiactivo y los potenciales
efectos no deseados por la disposición final de los residuos es real, y merece ser
considerado como una variable relevante en el análisis.

45
9 La generación núcleo-eléctrica requiere de un sistema de respuesta sanitario
ante eventuales accidentes nucleares, con capacidades de contención,
tratamiento y seguimiento.
10 Tanto la adopción como la exclusión de la núcleo-electricidad dan lugar a
impactos ambientales. Si el país decide incorporar la núcleo-electricidad en su
matriz energética, ciertos impactos ambientales se derivarán de esta decisión,
los que serían mínimos en condiciones de operación normal, pero que podrían
llegar a ser muy severos en caso de accidentes. Si se opta por excluir la núcleo-
electricidad, otras formas de generación deberán desarrollarse, las que a su vez
impactarán al medio ambiente a su manera, en muchos casos con resultados
ambientales negativos de largo plazo.
11 Los accidentes en la industria nuclear ocurren predominantemente por errores
humanos, por lo que el mayor esfuerzo en seguridad operativa debe centrarse
en la capacitación y certificación periódica del personal.
12 La instalación de la opción núcleo-eléctrica requiere de una cultura de la
seguridad difundida en la sociedad, más allá de quienes trabajen directamente
en reactores nucleares de potencia.
13 La núcleo-electricidad permite desarrollar capacidades tecnológicas fuera del
ámbito mismo de la tecnología nuclear.
14 La generación núcleo-eléctrica ofrece una oportunidad interesante de
cooperación e integración regional no sólo en el plano económico, sino también
en ciencia y tecnología.

Conclusiones del Grupo de Trabajo en Núcleo-Electricidad

1 El examen de todos los antecedentes de que dispuso este grupo de trabajo no


permite descartar la energía nuclear como una opción energética futura para el
país.

2 Ante el complejo escenario energético nacional y mundial, es necesario


posicionar la seguridad de suministro eléctrico como un objetivo estratégico
nacional para alcanzar niveles superiores de desarrollo. En el caso de Chile,
este objetivo requiere de una mayor autonomía en el abastecimiento energético,
lo que se logra a través de la diversificación, donde jugarían un papel relevante
las ERNC, la energía nuclear y la eficiencia energética.

3 La decisión de incorporar la generación núcleo-eléctrica es estratégica en lo


técnico, en lo político y en lo geopolítico. Esto exige del Estado un papel activo y
distinto al mantenido hasta hoy, tanto en el proceso de evaluación como en la
selección de las opciones técnicas posibles y en el diseño del marco regulatorio
global.

4 El ordenamiento jurídico de la institucionalidad chilena en asuntos nucleares no


es el adecuado para las necesidades actuales, ni menos para la generación
núcleo-eléctrica. El hecho de que un mismo organismo promueva, opere

46
instalaciones, regule y fiscalice actividades relacionadas con el uso de la energía
nuclear es incompatible con la práctica y las exigencias internacionales.

5 El escenario institucional y legal sobre ordenamiento territorial en Chile no es


propicio para tomar decisiones acertadas en materia de localización de
infraestructura compleja, como es el caso de un reactor nuclear de potencia.
6 La capacidad actual de respuesta del Estado ante una emergencia radiológica
debe mejorar sustancialmente, independientemente si se opta o no por la
generación núcleo-eléctrica.
7 Si se adoptara la núcleo-electricidad, sería necesario apoyar fuertemente la
formación de recursos humanos en tecnología nuclear, aprovechando la
capacidad instalada en Chile y la cooperación internacional.
8 La instalación de la opción núcleo-eléctrica requiere de una cultura de la
seguridad difundida en la sociedad, más allá de quienes trabajen directamente
en reactores nucleares de potencia.
9 A pesar de la sismicidad, condición inherente del territorio nacional que
justificadamente genera preocupación en la opinión pública, es posible concluir
que la tecnología e ingeniería antisísmicas disponibles en Chile pueden
garantizar niveles aceptables de seguridad para instalar reactores nucleares de
potencia. Sin embargo, para minimizar los riesgos ante eventos sísmicos de gran
magnitud, es necesario contar con la información de fallas sismológicas y
estudios de mecánica de suelos a nivel de sitio.
10 Si el país eventualmente opta por la núcleo-electricidad, la necesaria aceptación
pública sólo será posible si se informa a la población con transparencia, si se
trabaja con expertos independientes y con disposición a considerar opiniones
diversas de la sociedad civil.
11 Los desafíos energéticos que enfrenta el país hacen imprescindible potenciar en
forma significativa la investigación y desarrollo sobre energía,
independientemente de si se opta o no por la núcleo-electricidad. En este
sentido, sería conveniente contar con centros de investigación capaces de
evaluar el potencial de generación en el país, así como impulsar el desarrollo de
todas las opciones tecnológicas posibles.
12 La fórmula que Chile adopte para enfrentar el desafío energético de mediano y
largo plazo no puede ignorar el contexto internacional en relación con otros
problemas, tales como el calentamiento global, la evolución tecnológica, la
demanda creciente de energía e incluso, el terrorismo.

47
48
12 RECOMENDACIONES

De las conclusiones antes mencionadas se desprende un número de recomendaciones


generales y estudios específicos a realizarse en los próximos dos años.

12.1 Recomendaciones generales

1 Mantener el enfoque multidisciplinario en el estudio de la opción nuclear y situar


el análisis en el contexto de los desafíos energéticos generales del país.

2 Estudiar la matriz eléctrica en conjunto con las necesidades globales de energía


para evaluar el probable uso de los diferentes recursos.

3 Realizar un conjunto de estudios orientados a proveer de información relevante


para el proceso de toma de decisiones respecto del futuro de la matriz eléctrica
de Chile.

4 Constituir un equipo técnico-ejecutivo que se encargue de definir los términos de


referencia de los estudios respecto de la núcleo-electricidad; contratar las
contrapartes técnicas y administrar el presupuesto disponible para ello.

5 Diseñar y encargar estudios específicos que definan las instituciones que deben
ser modificadas y/o creadas en el caso de que se opte por la incorporación de la
núcleo-electricidad.

6 Informar y educar sobre el significado de la energía nuclear y sus implicancias,


con transparencia y participación de expertos independientes, en un proceso
abierto a opiniones diversas de la sociedad civil.

7 A fin de impulsar un desarrollo diversificado y robusto de la matriz energética,


con horizontes de largo plazo, sería conveniente incentivar el establecimiento de
institutos o centros de investigación y desarrollo tecnológico en todas las formas
de energía; así como su uso racional y eficiente, creando innovación propia y
promoviendo la aplicación de tecnologías en forma estratégica.

8 Fortalecer y/o establecer redes nacionales de información sísmica, hídrica,


meteorológica y oceanográfica, que sirvan de base para la toma de decisiones
respecto de la matriz energética.

12.2 Estudios

Para efectos prácticos, los estudios recomendados a continuación se agrupan de


acuerdo a las áreas más relevantes que inicialmente deben abordarse. En términos
generales, estos estudios apuntan a definir la viabilidad institucional, técnica y
económica de la GNE; y a dimensionar los requerimientos y el impacto global de la
incorporación de ésta.

49
1. Del ámbito institucional:

a) Estudio de la estructura jurídica e institucional existente que rige las


actividades relativas a los usos de la energía nuclear tales como su
regulación técnica, económica, sanitaria, ambiental e internacional.

b) Evaluación social de la inversión pública en regulación, normativa y otros


costos públicos asociados a la eventual incorporación de la GNE.

c) Estudios conducentes a diseñar y evaluar la implementación del organismo


regulador y fiscalizador de la energía nuclear en Chile.

d) Diseño y evaluación de costos de la adecuación de la institucionalidad


pública necesaria en los escenarios alternativos sin y con GNE.
Determinación del momento en que deberían introducirse los cambios para,
eventualmente, compatibilizar el actual esquema organizativo de generación
eléctrica con la GNE.

2. Del ámbito económico:

a) Estudio de la demanda por electricidad a 30 años, incorporando los posibles


efectos de programas de eficiencia energética, desagregados
geográficamente y por sector de actividad. Incluir las necesidades de los
usuarios tanto domiciliarios como industriales, segmentando adecuadamente
el mercado en los usos de la electricidad y en lo geográfico para permitir la
incorporación de innovaciones tecnológicas e institucionales adecuadas a la
realidad del país que les permitan tener energía segura a costos razonables.

b) Análisis de la oferta, la estructura y el funcionamiento del mercado eléctrico,


sus actores y productores.

c) Estudio de los costos relativos de las diferentes tecnologías para producir


electricidad y su dinámica en los próximos 20-30 años. En particular, se
deberán estimar los costos de distintas tecnologías núcleo-eléctricas y
tamaños de planta, considerando el ciclo de vida completo de los proyectos.
Evolución/escenarios de la matriz eléctrica en Chile.

d) Estudio para evaluar la competitividad económica de la energía nuclear


respecto de otras fuentes de generación y determinar su impacto en otros
ámbitos, incluyendo el ambiental y el estratégico (diversificación de matriz
energética).

e) Análisis de las coberturas/seguros financieros necesarios en un escenario de


adopción de la núcleo-electricidad.

50
3. Del ámbito ambiental y territorial:

a) Estudio y estimación del potencial de todas las formas de generación


eléctrica del país.

b) Análisis comparado de impactos ambientales por formas de generación de


electricidad considerando el ciclo completo.

c) Estudio sobre los instrumentos legales y de la institucionalidad ambiental;


sobre ordenamiento territorial y su compatibilidad con la generación núcleo-
eléctrica.

d) Estudio sismológico que complete con un nivel de detalle adecuado la


información disponible.

e) Estudios generales a nivel nacional para identificar los espacios/territorios


potencialmente adecuados para la instalación de reactores nucleares de
potencia.

f) Estudios relativos a los impactos territoriales estructurales y su costo que se


derivan de la instalación de un reactor nuclear de potencia.

4. Del ámbito de la opinión pública:

a) Diseño y ejecución de sistemas de consulta y evaluación de la opinión


pública.

b) Diseño y ejecución de un programa de información y educación ciudadana


acerca de la GNE.

5. Del ámbito de la salud:

a) Estudio del marco jurídico y regulatorio de salud (incluyendo las


responsabilidades público y privadas) respecto de los incidentes, accidentes
y emergencias derivadas de la operación de una planta, transporte y manejo
de combustible y desechos radioactivos.

b) Estudio para definir los organismos responsables y la infraestructura


necesaria para responder a las emergencias derivadas de la operación de
una planta, transporte y manejo de combustible y desechos radioactivos.

6. Del ámbito de los recursos humanos:

a) Estudio que permita identificar los recursos humanos necesarios para el


desarrollo, operación y mantención de un programa nuclear y de
emergencias radiológicas y nucleares para GNE y cuantificar los costos de
formación de éstos.

51
52
AGRADECIMIENTOS

Nuestro trabajo contó con el apoyo de las siguientes instituciones: Ministerio de Minería,
Comisión Nacional de Energía, Comisión Chilena de Energía Nuclear, Subsecretaría de
Marina, Dirección de Energía, Ciencia y Tecnología e Innovación del Ministerio de
Relaciones Exteriores, Embajada de Chile en Austria, Embajada de Chile en España,
Embajada de Chile en Japón, Embajada de Japón en Chile, Universidad Adolfo Ibáñez,
Universidad de Chile, Universidad de Talca, el Centro de Modelamiento Matemático de
la Universidad de Chile y Centro de Estudios Científicos CECS. Este Grupo reconoce el
permanente respaldo de los Ministros de Minería, Srta. Karen Poniachik, y de Energía,
Sr. Marcelo Tokman. Se agradece además en forma especial la colaboración del Dr.
Álvaro Covarrubias por su apoyo en la revisión de aspectos específicos de este informe.

A continuación se presenta la lista de personas con las que el Grupo de Trabajo en


Núcleo-Electricidad, o parte de sus integrantes, se ha reunido en cumplimiento de su
tarea. Agradecemos, a cada uno de ellos, su colaboración y gentil disposición para
nuestro Grupo. El contenido del informe es sólo de responsabilidad de los integrantes
del Grupo y no compromete de manera alguna a estas personas.

Marcela Acuña, Ecosistemas


Renato Agurto, Presidente de la Comisión de Energía del Instituto de Ingenieros de
Chile
Ladan Amirazizi, Agregada Comercial, Embajada de Canadá en Chile
Rudolf Araneda, Gerente General Gas Atacama
Walter Araya, Coronel, Ejército de Chile
José Ramón Armada Ramiro, Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, España
Julio Barceló, Consejero del Consejo de Seguridad Nuclear de España
Sergio Barrientos, Núcleo Milenio Centro Internacional de Investigación de Terremotos
Montessus de Ballore, Universidad de Chile.
Sergio Bitar, Presidente del Partido por la Democracia
Pascal Brancart, Grupo Suez, Director Electroandina
Jaime Campos, Núcleo Milenio Centro Internacional de Investigación de Terremotos
Montessus de Ballore, Universidad de Chile.
Carlos Cantero, Senador de la República
Daniel Carvallo, Embajador de Chile en Japón
Rodrigo Castillo, Director Ejecutivo Empresas Eléctricas A.G.
Felipe Cerón, Gerente General AES Gener
Armando Cisternas, Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile
Juan Antonio Coloma, Senador de la República
Álvaro Covarrubias, Consultor internacional y ex funcionario del Banco Mundial sobre
proyectos energéticos
Patricia Chotzen, Superintendenta de Electricidad y Combustibles
Alfredo de los Reyes, Relaciones Internacionales del Consejo de Seguridad Nuclear
de España
Nils Díaz, Ex Director de la US Nuclear Regulatory Commission
Fernando Dougnac, Presidente de la Fiscalía del Medio Ambiente
Camilo Escalona, Senador de la República
Sylvain Fabi, Consejero Comercial, Embajada de Canadá en Chile
Ian Facer, Organismo Internacional de Energía Atómica, Viena
Luis Frangini, Fiscal de la Comisión Chilena de Energía Nuclear

53
Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Presidente del Senado de la República
Jaime Gazmuri, Senador de la República
Jane Gerardo-Abaya, Organismo Internacional de Energía Atómica, Viena
José Luis González Gómez, Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, España
Raimundo González, Ex Embajador de Chile en Viena.
Álvaro Guzmán, General de Brigada, Ejército de Chile
Rodrigo Guzmán, Director (S) de la Comisión Nacional del Medio Ambiente
Tetsuo Hashimoto, Director of the Organization for Earthquake Research Promotion,
Ministry of Education, Culture, Sports, Science and Technology, Japón
Juan M. Heiremans, Embajador. Ministerio de Relaciones Exteriores
Matsuo Hiroki, Director, International Nuclear and Fusion Energy Affairs Division,
Research and Development Bureau, Ministry of Education, Culture, Sports, Science and
Technology, Japón
Keijiro Hirose, Manager, Transport Headquarters, Overseas Reprocessing Committee,
Japón
Kazunori Imamura, Manager, Transport Headquarters, Overseas Reprocessing
Committee, Japón
Junichi Ishihara, Executive Officer, Station Manager, Hamaoka Nuclear Power Station,
Chubu Electric Power Co., Inc., Japón
Roberto Hojman, Presidente de la Comisión Chilena de Energía Nuclear
Antonio Horvath, Senador de la República
Rodrigo Iglesias, Secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía
Philippe Jamet, Organismo Internacional de Energía Atómica, Viena
Philip Jennings, Viceministro Adjunto Subrogante, Dirección Energía, Ministerio
Recursos Naturales de Canadá
Norbert Kalisch, Embajador de Canadá en Chile
Noburu Kataoka, Manager, Nuclear Fuel Section 2, Nuclear Fuel Cycle Department,
Sojitz Corporation, Japón
Edgar Kausel, Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile
Kenji Kimura, Director International Nuclear Energy Affairs, Agency for Natural
Resources and Energy, Ministry of Economy, Trade and Industry, Japón
Hiroshi Koge, Manager, Transport Headquarters, Overseas Reprocessing Committee,
Japón
Takashi Komatsu, Deputy General Manager, Transport Headquarters, Overseas
Reprocessing Committee, Japón
Yasuyoshi Komizo, Director of International Nuclear Energy Cooperation Division;
Disarmament, Non-Proliferation and Science Department; Ministry of Foreign Affairs,
Japón
Masaomi Koyama, Deputy Director International Nuclear Energy Affairs, Agency for
Natural Resources and Energy, Ministry of Economy, Trade and Industry, Japón
Takahiro Kunieda, Manager, Transport Headquarters, Overseas Reprocessing
Committee, Japón
José Manuel Fernández-Labastida, Consejo Superior de Investigación y Ciencia,
España
Jean-Frédéric Lafaille, Consejero Oficina del Ministro de Recursos Naturales de
Canadá
Sara Larraín, Directora Ejecutiva Programa Chile Sustentable
Luis Lederman, Organismo Internacional de Energía Atómica, Viena
Juan Pablo Letelier, Senador de la República
Flavia Liberona, Directora Ejecutiva Fundación Terram

54
Mauricio Lichtemberg, Jefe del Departamento de Seguridad Nuclear Radiológica de la
Comisión Chilena de Energía Nuclear.
Isabel Lincolao, Presidenta de Renace
Hernán Lira, Ingeniero, Comisión Nacional de Energía
Gabriel Lobo, Consejero, Comisión Chilena de Energía Nuclear
Julia López de la Higuera, Consejo de Seguridad Nuclear de España
Gary Lunn, Ministro de Recursos Naturales de Canadá
Francisco Mac-Kay, Teniente 1°, Armada de Chile
Carmen Martínez-Ten, Presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear de España
Rafael Mateo, Gerente General Endesa Chile
Shinzaburo Matsuda, Executive Officer for ITER Promotion, Japan Atomic Energy
Agency, Japón
Rosa Moreno, Programa Chile Sustentable.
Pedro Muñoz, Senador de la República
Rosamel Muñoz, Jefe de Difusión y Extensión de la Comisión Chilena de Energía
Nuclear
Shoichi Nagayoshi, Deputy Director of International Nuclear Energy Cooperation
Division; Disarmament, Non-Proliferation and Science Department; Ministry of Foreign
Affairs, Japón
Yasuteru Nishihiro, Secretary General, Transport Headquarters, Overseas
Reprocessing Committee, Japón
Carlos Novoa, Capitán de Navío, Armada de Chile
Ricardo Núñez, Senador de la República
Juan Pablo Orrego, Ecosistemas
Kazuhiko Osada, International Nuclear Energy Cooperation Division; Disarmament,
Non-Proliferation and Science Department; Ministry of Foreign Affairs, Japón
Hiroshi Ota, Adviser, The Federation of Electric Power Companies, Japón
Luciano Parodi, Ministerio de Relaciones Exteriores
Bruno Philippi, Presidente de la Sociedad de Fomento Fabril
Jorge Pizarro, Senador de la República
Osvaldo Puccio, Embajador de Chile en España
Sofía Rebolledo, Núcleo Milenio Centro Internacional de Investigación de Terremotos
Montessus de Ballore, Universidad de Chile.
Gabriel Rodríguez, Embajador. Ministerio de Relaciones Exteriores
Hans Holger Rögner, Organismo Internacional de Energía Atómica, Viena
Manuel Romero, Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y
Tecnológicas, España
Jorge Rosenblut, Presidente de Chilectra
Juan Antonio Rubio, Director del Centro de Investigaciones Energéticas,
Medioambientales y Tecnológicas, España
Hosaín Sabag, Senador de la República
Rodolfo Saragoni, División Estructuras-Construcción-Geotecnia, Departamento de
Ingeniería Civil, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile
Mauricio Sarrazin, División Estructuras-Construcción-Geotecnia, Departamento de
Ingeniería Civil, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile
Arturo Silva, Comandante de Aviación, Fuerza Aérea de Chile
Milenko Skoknic, Embajador de Chile en Viena
Yuri Sokolov, Organismo Internacional de Energía Atómica, Viena
Tatsuhiko Takatsuka, General Manager, Transport Headquarters, Overseas
Reprocessing Committee, Japón
Hiroshi Tani, Adviser, The Federation of Electric Power Companies, Japón

55
Hernán Tinoco, Ingeniero. Departamento de Integridad Estructural y Mecánica de
Fluídos, Forsmark, Suecia
Carlos Urenda, Gerente de Asuntos Corporativos de Colbún
Guillermo Vásquez, Senador de la República
Julio Vergara, Profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Integrante del
Consejo Directivo de la Comisión Chilena de Energía Nuclear
José Antonio Viera-Gallo, Ministro Secretario General de la Presidencia
Rosa de Vidania, Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y
Tecnológicas, España
Rodolfo Von Bennewitz, Presidente de la Comisión de Energía del Colegio de
Ingenieros de Chile
Takao Wakunaga, General Manager, Generation Department, Hamaoka Nuclear Power
Station, Chubu Electric Power Co., Inc., Japón
Hans Willumsen, Comisión Nacional del Medio Ambiente
Luis Winter, Embajador. Ministerio de Relaciones Exteriores
Masahiro Yagi, Director International Affairs Office, Nuclear and Industrial Safety
Agency, Japón
Pablo Zuloaga, Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, España

56
Bibliografía

1. Considerations to Launch a Nuclear Power Programme. International Atomic


Energy Agency (IAEA), 2007.

2. Milestones in the Development of a National Nuclear Power Infrastructure. IAEA,


Draft 3.0, 2007.

3. World Energy Outlook 2006. International Energy Agency.

4. Projected costs of generating electricity. International Energy Agency y Nuclear


Energy Agency. 2005

5. Report 2005. World Nuclear Association.

6. The International Nuclear Event Scale (INES), IAEA, 2001.

7. Chernobyl’s Legacy: Health, Environmental and Socio-economic Impacts and


Recommendations to the Governments of Belarus, the Russian Federation and
Ukraine. The Chernobyl Forum: 2003–2005, Second revised version.
http://www.iaea.org/Publications/Booklets/Chernobyl/chernobyl.pdf

8. Security: A New Framework for Analysis, Barry Buzan, Rienner Publishers Inc.,
USA,1998.

9. Energía Nuclear y Política Internacional. Documento elaborado por la Dirección


de Energía, Ciencia y Tecnología e Innovación del Ministerio de Relaciones
Exteriores para el Grupo de Trabajo en Núcleo-Electricidad.

10. Health Effects of a Exposure to Low Levels of Ionizing Radiations. National


Academy Press, Washington, DC, 1998.

11. The Future of Nuclear Power. MIT, 2003.

12. Stern Review on the Economics of Climate Change, Nicholas Stern, 2006.
http://www.hm-
treasury.gov.uk/independent_reviews/stern_review_economics_climate_change/
stern_review_report.cfm

13. Nuclear energy of the future: what research for which objectives?. Commissariat
à l’énergie atomique. A monograph of the Nuclear Energy Directorate.

14. Los Mitos de la Energía Nuclear. www.greenpeace.org

15. Desarrollo Nuclear y su Repercusión en la Política Internacional de Chile. Sergio


Contardo Flores, Revista Política y Estrategia, Academia Nacional de Estudios
Políticos y Estratégicos, N° 80, enero de 2000.

16. Estudio de Costos para Centrales Núcleo Eléctricas, Fase 1 Informe Final. 1997.
CNE.

57
17. Nuclear power issues and choices. Report of the Nuclear Energy Policy Study
Group. Ford Foundation. 1977.

18. Nuclear Power, How competitive down the line?, Fatih Birol. IAEA Bulletin 48/2,
Marzo 2007.

19. Nuclear energy, an option for sustainable development?. Franco Romerio.


University Center for the Study of Energy Problems, CUEPE, University of
Geneva.

20. Energía: Hacia Fuentes Sostenibles y Estables en el Largo Plazo. Seminario


Libertad y Desarrollo - Expansiva, Septiembre 2006.

21. El Futuro de la Energía Nuclear ¿Agonía o Reanimación? Contribución a la


Mesa de Diálogo sobre la Evolución de la Energía Nuclear en España Madrid 3
de Mayo de 2006. Marcel Coderch i Collell. Asociació per l’Estudi dels Recursos
Energètics (AEREN).

22. The Costs of Generating Electricity. The Royal Academy of Engineering, 2004.

23. Fourth Assessment Report Climate Change 2007: Climate Change Impacts,
Adaptation and Vulnerability. Working Group II Contribution to the
Intergovernmental Panel on Climate Change.

24. Environmental Aspects of Nuclear Power, Geoffrey G. Eichholz, Ann Arbor


Science, 1977, ISBN 0-250-40138-X.

25. Environmental Radioactivity from Natural, Industrial, and Military Sources, 3rd
Edition, Merril Eisenbud, 1987, Academic Press, Inc., ISBN 0-12-235153-3.

26. Nuclear Power and Its Environmental Effects. Samuel Glasstone and Walter H.
Jordan, American Nuclear Society, 1980, ISBN 0-89448-024-3.

27. US Department of Energy Report Emissions of Greenhouse Gases in the United


States 1987-1994.

28. US Department of Energy Report Integrated Data Base Report -- 1996: U.S.
Spent Nuclear Fuel and Radioactive Waste Inventories, Projections, and
Characteristics.

29. US Department of Energy Center for Environmental Management Publication


List.

30. Sexto Plan General de Residuos Radioactivos, Junio 2006. Ministerio de


Industria, Turismo y Comercio, de España.

31. Resumen anual 2005. Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales


y Tecnológicas. Ministerio de Educación y Ciencia, España.

58
ANEXO
Decreto 49
Ministerio de Minería
13 de Marzo, 2007

59
60
Identificación Norma: DTO-49
Fecha Publicación: 19.07.2007
Fecha Promulgación: 13.03.2007
Organismo: MINISTERIO DE MINERIA

CREA GRUPO DE TRABAJO EN NUCLEOELECTRICIDAD

Núm. 49.- Santiago, 13 de marzo de 2007.- Vistos: Lo dispuesto en el artículo 32


N°6 de la Constitución Política de la República; en la Ley N° 19.880, de 2003, de Bases
de los Procedimientos Administrativos que rigen los Actos de los Órganos de la
Administración del Estado; en el decreto supremo N°19, de 22 de enero de 2001, del
Ministerio Secretaría General de la Presidencia; en la resolución N°520, de 1996, de la
Contraloría General de la República y sus modificaciones posteriores; en uso de las
facultades que me confiere la ley, y,

Considerando:

1.- El creciente debate mundial en torno al uso de las distintas energías


asociadas al consumo humano y el efecto sobre el planeta, y la necesidad de
diversificar la matriz energética del país;
2.- La preocupación prioritaria del Gobierno por el desarrollo armónico de la
actividad productiva, para el logro de mejores y más estables condiciones de calidad de
vida para la población;
3.- La necesidad de que en el futuro el país pueda decidir informada y
fundadamente si optar o no por la núcleo-electricidad;
4.- La necesidad de implementar una política de seguridad energética de largo
plazo, coherente con los cambios estructurales de nuestra economía y en línea con los
tratados internacionales que rigen la materia; y
5.- La importancia que para un país tienen el buen uso de sus recursos
energéticos y su capacidad tecnológica;

Decreto:

Artículo 1º.- Créase un "Grupo de Trabajo en Núcleo-Electricidad", en adelante


el Grupo de Trabajo, cuya función principal será la de asesorar al Ministerio de Minería
en la evaluación de los estudios tendientes a la identificación de oportunidades,
ventajas, desafíos y riesgos que involucraría el uso de la energía nuclear para la
producción de electricidad en nuestro país, dentro del marco de los tratados
internacionales que rigen la materia.

Artículo 2º.- Será función específica del Grupo de Trabajo asesorar al Ministerio
de Minería en las siguientes materias:

a) Evaluación de las dificultades y desafíos que implicaría la opción nuclear para


la generación de electricidad en Chile de manera de asegurar la salud y seguridad de
las personas y del medio ambiente;

61
b) En el análisis de la situación energética a largo plazo de Chile evaluando el
eventual uso y desarrollo de la energía nuclear para la producción de electricidad en
Chile;
c) En la identificación de medidas e instrumentos que serían necesarios para el
eventual desarrollo de una capacidad nacional en energía nuclear;
d) En la identificación de necesidades educativas, de recursos humanos e
institucionales para desarrollar dicha capacidad tecnológica;
e) En el análisis de las propuestas que sobre las temáticas anteriores surjan en
el contexto internacional relativo al desarrollo de la núcleo-electricidad, de las agencias,
consejos y otras instancias de la institucionalidad científica, así como en aquellas
materias que el Gobierno solicite.
Artículo 3º.- El Grupo de Trabajo estará presidido por don Jorge Zanelli Iglesias
y estará además integrado por las siguientes personas:

1. Ingrid Antonijevic Hahn.


2. Ricardo Baeza Rodríguez.
3. Carolina Echeverría Moya.
4. Claudio Gambardella Casanova.
5. Pío Infante Montt.
6. Alejandro Jadresic Marinovic.
7. Alejandro Jofré Cáceres.
8. Andrés Stutzin Schottlander.
9. Claudio Tenreiro Leiva.

Artículo 4º.- El Grupo de Trabajo contará con un Secretario Ejecutivo designado


por la Comisión Nacional de Energía, quien colaborará con el Presidente del Grupo de
Trabajo para el mejor ejercicio de sus actividades y desempeñará las demás funciones
que éste le encomiende, durante el período de vigencia del Grupo de Trabajo. Si éste
excede en su funcionamiento del año presupuestario, se prorrogará el respectivo
convenio que se haya suscrito con el mencionado Secretario Ejecutivo.

Artículo 5º.- La Comisión Nacional de Energía prestará el apoyo técnico y


administrativo que sea necesario para el funcionamiento del Grupo de Trabajo.

Artículo 6º.- Los miembros del Grupo de Trabajo desempeñarán sus funciones
ad-honorem. Sin embargo, los gastos que irrogue el Grupo de Trabajo por concepto de
estudios, viajes, jornadas de trabajo que incluyan alimentación y/o alojamiento,
equipamiento computacional y otros que sirvan al correcto desempeño del Grupo, así
como los honorarios del Secretario Ejecutivo, los cuales podrán ascender hasta la suma
máxima de doce millones de pesos al año, supeditados a las correspondientes
disponibilidades presupuestarias, serán solventados por el Ministerio de Minería.

Artículo 7º.- El Grupo de Trabajo establecerá las condiciones para desempeñar


sus funciones y fijará los plazos para cumplir con su cometido.

Artículo 8º.- Las autoridades y directivas de los órganos de la Administración del


Estado deberán prestar al Grupo de Trabajo, dentro del ámbito de sus respectivas
competencias, toda la colaboración que ésta les solicite.

62
Anótese, tómese razón, comuníquese y publíquese.- MICHELLE BACHELET
JERIA, Presidenta de la República.- Karen Poniachik P., Ministra de Minería.
Lo que transcribo a usted para su conocimiento.- Saluda atentamente a usted,
Marisol Aravena Puelma, Subsecretaria de Minería.

63

También podría gustarte