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Teorias de Bioetica y Derechos Humanos

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UNIDAD IV

TEORÍAS BIOÉTICAS

INDICE
I. Ética y Bioética: repaso de su definición, relación y surgimiento
II. Relaciones entre la ética, la filosofía política y la bioética: el ejemplo de los
derechos humanos
III. Teorías bioéticas
III.1. Principalismo (Beauchamp y Childress)
III.2. Casuística (Toulmin- Jonson)
III.3. Teoría moral de Gert
III.4. Teorías de Justicia (Rawls-Daniels vs. Nozick- Engelhardt)
III.4. Teorías feministas- Ética del cuidado
III5. Bioética latinoamericana y ética comunitarista
III.6. Teoría de las capacidades y necesidades básicas- Sen- Doyal
IV. Cuadro sinóptico general
V- Derechos humanos
VI Links
VII. Anexo
VIII. Bibliografía
……………………………………………………………………………………

I. Ética y bioética: repasando su definición, relación y surgimiento


En la Unidad I definimos los conceptos de filosofía, ética, moral, bioética y
deontología, diferenciando los mismos. Seguidamente repasaremos algunos de estos
conceptos, precisando más otros y buscando establecer sus relaciones para su aplicación.
La ética, como disciplina filosófica, puede ser clasificada en descriptiva o
normativa. La ética descriptiva se vincula con las disciplinas como la antropología, la
sociología, la sicología, en tanto describe los fenómenos de la vida moral de diversos grupos.
La ética normativa, disciplina que nos interesa aquí, constituye un examen crítico de la
moral en tanto busca justificar el por qué de la validez de los juicios morales, los principios o
razones que justifican cuándo una acción es correcta. Por ejemplo, nosotros hemos

1
analizado la ética kantiana, la ética aristotélica y la ética utilitarista, las cuáles brindan
diferentes justificaciones sobre el fundamento de una acción correcta (por deber, acto
virtuoso, maximización de la felicidad). Por último, la metaética es justamente la disciplina
que se encontraba en auge en el momento de surgir la bioética. Si bien no nos interesa aquí,
es importante comprender el proceso histórico del surgimiento de estas disciplinas.

Ética
(gr. ethos,
ethos, lugar habitual de vida, uso, cará
carácter)
 Ética descriptiva o empí
empírica: describir los diversos
fenó
fen ó menos de la vida moral (historia, etnologí
etnología,
sicologí
sicología, sociologí
sociología)
* Ética (estudio teó
teórico) y moral (fenó
(fenómenos mismos)

 Ética normativa: examen crí


crítico de la moral,
fundamentació
fundamentación de las formas y ppios.
ppios. de acció
acción justa

 Metaé
Metaética: analizar crí
críticamente los elementos y
formas linguí
linguísticas de las proposiciones morales y
desarrollar mé
métodos de justificació
justificación

En las primeras décadas del siglo XX la ética, como disciplina teórica, se hallaba
en crisis debido al cuestionamiento sobre el valor cognoscitivo del discurso normativo a
partir del del surgimiento del positivismo lógico1, posición que defiende la neutralidad valorativa
en la ciencia.2 Por lo tanto, se reducía solamente a metaética, es decir al estudio lógico de los
enunciados morales. Es recién a fines de la década del 60 y principios del 70 que se produce

1 El positivismo lógico sostiene que un enunciado es cognitivamente significativo sólo si, o posee un método de

verificación empírica o es analítico. Sólo los enunciados de la ciencia empírica cumplen con el primer requisito, y sólo los
enunciados de la lógica y las matemáticas cumplen con el segundo. Los enunciados típicamente filosóficos no cumplen con
ninguno de los dos requisitos, así que la filosofía, como tal, debe pasar de ser un supuesto cuerpo de proposiciones a un
método de análisis lógico de los enunciados de la ciencia.

2 Sin la posibilidad de crear tesis sustantivas en el ámbito práctico, la ética se reducía entonces a metaética, es decir, al
estudio del lenguaje y de la lógica del razonamiento moral. Se centraba exclusivamente en el examen del significado y
sentido de los términos morales y la posibilidad de justificación de los juicios de valor.Véase MacIntyre, Historia de la ética,
Paidós, Bs As, 1998, p.240ss; W. Hudson, La filosofía moral contemporánea, Madrid, Alianza, 1974; Murguerza, J, La razón sin
esperanza, Taurus,1986

2
un nuevo giro temático y metodológico en la ética, pero esta vez el cambio nace a partir de la ética
aplicada –principalmente de la ética aplicada a la medicina o “bioética3”-.

Ética aplicada
 Aristóteles, : “no reflexionamos sobre
De acuerdo a Aristó
cuestiones éticas por mera curiosidad teó
teórica, sino
para poder actuar en consecuencia”
consecuencia”.
Por lo tanto, podrí
podríamos sostener que la ética contiene
un aspecto teó intención aplicada (no
teórico y una intenció
separació
separación entre ética teó
teórica y aplicada)

 Reflexió
Reflexión filosó
filosófica sobre cuestiones morales, la
praxis humana

 Diversidad de temas y mé
métodos (educació
(educación, medio
ambiente, salud, empresa, etc)
etc)

 Saber inter y transdisciplinario por excelencia

Estos problemas prácticos permitieron rescatar a la ética “teórica” de su letargo


metodológico y de su aislamiento temático; lo cual ha llevado ha sostener a Toulmin que la
“medicina” – o mejor dicho la “bioética”- ha salvado a la “ética” al posibilitar nuevos
desarrollos normativos, metodológicos, y al acercar la misma a los problemas prácticos.4

3. Véase Potter, V, Bioethics, Bridge to the Future, New Jersey, Prentice Hall, 1971
4 S. Toulmin, “How medicine save the life of ethics”, en Perspectives in Biology and Medicine, 25, 4,736-750, 1982.

3
Rasgos relevantes de ética
aplicada
 Interdisciplinaria (ética filosófica más praxis)
 No es puramente filosófica, científica o
práctica, sino una equilibrada conjunción de
todo eso
 Se nutre de teorías éticas y políticas para el
tratamiento de los complejos problemas
 En la actualidad, se caracteriza por fuertes
debates en la dirección de la investigación
(puristas vs. bioeticistas, entre otros)

Bioética es un concepto creado en 1971 por Van Rensselaer Potter, quien acuña
este neologismo al referirse al enfoque ético global del progreso científico y sus efectos a
largo plazo sobre todos los seres vivos y sobre el medio ambiente. En otras palabras, la
bioética surge como una disciplina independiente a la ética teórica, destinada a estudiar los
nuevos problemas éticos originados por la tecnología en la práctica clínica e investigación
biomédica. Usualmente la noción de bioética, ética de la vida, se emplea para hacer referencia
a los dilemas emergentes de la medicina, surgiendo paralelamente instituciones específicas
para su desarrollo en el país del norte, Estados Unidos, como The Hastings Center, en New
York, y el Kennedy Institute of Ethics, Georgetown Univeristy, Washington.

4
Bioética
 1971, Van Rensselaer Potter,
Potter, acuñ
acuña el
neologismo, bioé
bioética, referido a

“el enfoque ético global del progreso


cientí
científico y sus efectos a largo plazo sobre
todos los seres vivios y sobre el medio
ambiente”
ambiente”

Ahora bien, más allá de esta definición general de bioética y del reconocimiento de
los nuevos problemas que la tecnología ocasionó a la medicina, la bioética ha ido
evolucionando, o al menos estableciéndose diferentes perspectivas críticas, algunas más
enriquecedoras que otras, para abordar diferentes problemas éticos en salud y medio
ambiente, los cuáles no se reducen al acceso tecnológico.

GENETICA y JUSTICIA
• Redefinició
Redefinición de la medicina y
de sus fines?
fines?
. Mejoramiento gené
genético?
Enhancetico?
• Selecció
Selección de genes de futuros
niñ
niños?
os?
human
capacity?

Determinismo gené
genético?
tico? Enfoque especulativo o
prudencial?
prudencial? Alcances de la revolució
revolución gené
genética?
tica?
Quié
Quién accede a sus beneficios?
beneficios?

5
¿Puede la bioética reducirse a los problemas de la tecnología?

Cada año 330.000 chicos


menores de cinco años
mueren en América
Latina y el Caribe por
enfermedades que
Justicia en salud y pueden prevenirse y
genética: evitarse.

Prioridades?

II-. Ética, bioética y filosofía política


Para comenzar el análisis de las relaciones existentes entre la ética, la bioética y la
filosofía política, considero conveniente repasar los hechos históricos que reclamaron un
enfoque ético aplicado.
En primer lugar, en 1960 aparecen importantes movimientos de reivindicación de
derechos civiles5, los cuáles destacan la posición vulnerable de diversos grupos
(especialmente minorías étnicas, pero también mujeres, niños, pacientes con deficiencias
mentales), reivindicando los derechos de las personas en general y los derechos de los
pacientes en particular6. Un ejemplo de ello fue la revolución social que se manifestó en los
años 60 en Estados Unidos, a través de movimientos de derechos civiles, movimientos
feministas, movimientos de consumidores, entre otros. Estos movimientos pronto cobraron
un carácter global, extendiéndose a nuestros países –aún cuando con características y

5 En ese marco surge la doctrina del consentimiento informado, sobre la cuál nos detendremos más adelante
6 El “Juramento Hipocrático”, S. V a.C., fue redactado por un grupo de médicos bajo el liderazgo de Hipócrates. Como
otros códigos de conducta médicos tienen como objetivo guiar la toma de decisiones y obligaciones morales con respecto a
los pacientes.

6
problemas propios7-. Se conoció como la revolución cultural, la reivindicación de las
diferencias y el surgimiento de nuevos derechos de minorías.
Marcha de Mujeres por los derechos
reproductivos,
Córdoba, 2007

En segundo lugar, el avance tecnológico y científico que caracterizó las últimas décadas
del siglo XX ubicó a la ética en el centro de las discusiones mediáticas y públicas que surgen
-prioritaria pero no exclusivamente8- en el campo de la salud y la investigación biomédica.
Ejemplo de ello son el debate sobre los criterios sociales utilizados para determinar el acceso
a máquinas de diálisis ante la escasez de recursos (Comité de Seatle, década del 70); y los
problemas éticos de investigación con seres humanos. Sobre este último punto los casos
mas renombrados y divulgados de investigaciones en poblaciones vulnerables son los
siguientes: 1-el caso del Hospital Judío de Brooklyn, en donde se inyectó a un grupo de
pacientes células cancerígeneas sin sus consentimiento; 2-las investigaciones en negros con
sífilis en Tuskegee, Alabama, a los cuáles se negó el tratamiento, y por último, 3- las
investigaciones en enfermos mentales en New York, a los cuáles se inyectó el virus de la
hepatitis. Estos casos obligaron a la creación en 1974 de la Comisión Nacional de Protección de
Seres humanos en investigaciones biomédicas y del comportamiento y a la redacción de un código de
investigación, denomiando The Belmont Report -1979-. Posteriormente, en 1967, se sumaron
los problemas de investigación, los nuevos problemas creados por la tecnología en las UTIs:
la definición de muerte, el trasplante de órgano con donantes cadavéricos; la eutanasia (caso
Quinlan, 1976; Baby Doe, 1982 ), la fertilización in Vitro; el desarrollo de la genética, entre
otros. Todos ellos han ocupado y siguen ocupando la atención de la sociedad.

7 Por ejemplo, la situación de vulnerabilidad en investigaciones en seres humanos en países en desarrollo se encuentra
agravada por la e dependencia general de las instituciones y médicos que son contratados en los países en desarrollo para
realizar dichas investigaciones en beneficio de los mega laboratorios, sin tener en cuenta las necesidades endémicas de
investigación en salud y con el agravante de falta de control y transparencia del proceso de realización de las mismas por el
Estado. Véase al respecto de Ortúzar, M. G, Conflicto de intereses e investigaciones biomédicas, en Perspectivas Bioéticas
en las Américas……., De Ortúzar, M.G, Vulnerabilidad……..
8 La ética aplicada no se reduce a la medicina y la tecnología, también se extiende al medio ambiente, a la educación, a la

economía.

7
¿Quién accede a la fertilización artificial? ¿Es un derecho de todos?

FECUNDACIÓN IN VITRO:

En nuestros países, la repercusión de la nueva tecnología y los problemas de acceso


y distribución se vieron agravados por un cuadro general de crisis del sistema de salud a
partir de la exportación de políticas de reformas neoliberales9 (privatización, recorte del gasto
administrativo, descentralización y flexibilización) que terminaron fragmentando el sistema
de salud argentino a partir de su implementación en las décadas del 80 y 90.
Por último, y paradójicamente vinculado a éstos dos hitos históricos, se suma un
tercer elemento clave en las discusiones éticas actuales: el reconocimiento internacional de
nuevos derechos económicos y sociales, entre los cuáles se encuentra el derecho a la salud,
posterior a la segunda guerra mundial (OMS, 1948), y la justificación normativa y política
del mismo a través de nuevas teorías de justicia y concepciones de igualdad de
oportunidades.10 Este derecho es incorporado explícitamente en nuestra constitución

9Banco Mundial, Invertir en Salud, 1993.


10 Esto trajo como consecuencia indeseada el despertar de contra-movimientos filosóficos y políticos que negaron el
mismo derecho a la salud y combatieron las políticas de redistribución de recursos, sosteniendo exclusivamente el mercado
privado de salud bajo un Estado mínimo

8
argentina en 1994 (Constitución de la Nación Argentina, Santa Fé-Paraná, 1994), es decir en
el mismo momento en que la salud era privatizada.

III. Teorías y perspectivas bioéticas


Ahora bien, en lo que respecta a las nuevas metodologías y teorías sustantivas para el
tratamiento de los citados problemas éticos, encontramos una diversidad de enfoques
teóricos – algunos más desarrollados que otros- que se constituyen como claves para guiar la
praxis. Al parecer, los problemas de dirección del método (rivalidades y conflictos sobre
la dirección, hacia lo teórico o hacia lo práctico), crearon divisiones entre aquellos que se
inclinan por los temas especulativos y puramente teóricos, denominado filósofos “puristas”
(filósofos que no quieren ensuciarse las manos con problemas prácticos, prefiriendo teorías
ideales y experimentos hipotéticos); y, por otra parte, entre aquellos “expertos eticistas o
bioeticistas” -médicos y políticos- para los cuáles la teoría no conduce a la resolución de
problemas prácticos.

problemas de dirección del método

“ Teoricistas o puristas” “Principalistas” “Casuístas”


LINEAS DE BIOÉTICA O CAMPO DE GUERRA

TEORÍA MORAL - PRINCIPALISMO CASUISTICA


SISTEMÁTICA “GEORGETOWN
MANTRA”: •Jonsen and Toulmin,
* Gert, B, et al, * Beachaump and The abuse of casuistry. A
Morality and the new Childress, Principles history of moral
genetics, Boston, of Biomedical Ethics, reasoning, Berkeley,
Jones and Barlett, New York, Oxford California Press, 1988.
1996 University Press,1979.
-Teoría moral general -Principios mágicos: •Casos paradigmáticos.
y reglas públicas Autonomía, Taxonomía moral-
racionales Beneficencia, •Reglas y principios
Procedimientos de No maleficencia, secundarios
excepción Justicia •Experto bioeticista

9
Como consecuencia de esta arbitraria separación entre teoría y praxis, existe una
multiplicidad de metodologías y un vacío normativo general en el momento de guiar la
praxis. Por una parte, los “puristas” sólo proponen teorías ideales que no contribuyen a
esclarecer los problemas prácticos por tratarse de enfoques hipotéticos, especulativos, no
aplicables a la realidad. Por otra parte, los denominados “bioeticistas” proponen, a modo de
soluciones mágicas, una batería de principios y/o casos paradigmáticos sin coherencia
alguna, debido, precisamente, a la ausencia de marco teórico sistemático y a la ausencia de
criterios para superar eventuales conflictos entre principios rivales en situaciones
controvertidas, la ética aplicada se halla en crisis. Pasemos a examinar brevemente cada una
de dichas teorías.
III.1. Principalismo
Es usual encontrar en la literatura bióetica11 la utilización de los ya clásicos cuatro
principios en el tratamiento de los problemas morales. Funcionan como guías orientadoras
para la resolución de casos conflictivos y para la derivación de reglas más específicas (como
la veracidad, la confidencialidad, la privacidad, etc). Seguidamente realizaremos una breve
descripción de los mismos:
1- Principio de beneficencia: expresa una obligación de ayudar a otro a llevar adelante sus propios
intereses mediante la prevención y eliminación de daños. También es importante balancear posibles
beneficios contra los daños o riesgos que involucra una acción . Requiere pasos positivos para ayudar
a otros- llamados deberes imperfectos o actos supererogatorios ya que suponen realizar acciones
positivas siguiendo ideales.. La beneficencia no es moralmente requerida como principio general
mientras que no dañar (no maleficencia) es moralmente obligatorio.
2-Principio de no maleficiencia: ha sido asociado a la medicina con la afirmación “ante todo no
dañar” ( primum non nocere), máxima de la tradición hipocrática. Hoy en día el derecho de los pacientes
autónomos (la veracidad, la confidencialidad, la privacidad, el consentimiento) y los derechos de
bienestar ( pretensiones de justicia) modifican la responsabilidad del médico al pasarse de un
“modelo de beneficencia”, en el cual la responsabilidad recaía sólo en el médico, a un “modelo
autónomo” en el cual las responsabilidades son compartidas con su paciente.
3-Principio de autonomía: en la tradición liberal occidental importa la libertad individual tanto para
la vida política como para el desarrollo personal. Se asocia con ideas de privacidad, voluntariedad,
libre elección. En pocas palabras, existe una obligación de respetar las capacidades para tomar
decisiones de las personas autónomas. Los autores toman a Kant por su reconocimiento del valor
incondicional de la persona y de su capacidad de autodeterminación. Sostienen que puede deducirse
un imperativo moral de adoptar actitudes de respeto hacia la persona. Sin embargo, los requisitos que
señalan para considerar a una acción autónoma (intención, conocimiento, ausencia de control
externo) son claramente insuficientes para dar cuenta de una noción kantiana de acción autónoma
(acción moral orientada al cumplimiento del deber por respeto a la ley). Tomando en consideración
los alcances del principio de respeto por la autonomía del paciente resulta adecuada la referencia de

11Un ejemplo de la aplicación del principalismo al tema del trasplante de órganos lo encontramos en el artículo de Jereiah

G. Turcotte, “Transplantation: a frontier for bioethics and bioscience”, UNOS , 1996, p.p.13-21.

10
Mill, quien da un sentido negativo al concepto de autonomía (no interferencia). Por la tanto, en la
descripción del principio de autonomía por Beauchamp y Childress se mezclan dos filosofías (Kant y
Mill) profundamente diferentes sin preocuparse por explicar cómo dos sistemas teóricos
heterogéneos pueden utilizarse para fundamentar un mismo principio o especificar qué aspectos
parciales del pensamiento de cada autor han utilizado.12
4-Principio de justicia: es en realidad muchos principios acerca de la distribución de cargos y
beneficios. Han sido utilizadas diversas teorías de justicia.En la atención médica existiría una
obligación de justicia en la misma obligación de beneficios y riesgos. Sin embargo el principio de la
justicia propuesto es un principio vacío debido a que no indica qué teoría seguir sino sólo dice que
deberías pensar en la justicia para hacer una distribución, sin aclarra cómo distribuir la atención de la
salud.
He aquí el momento de analizar su aplicación a la práctica médica.
Sociedad: Principio de justicia distributiva en un contexto de escasez.

PRINCIPIO DE NO MALEFICENCIA-
MÉDICO
m

Principio? Principio de autonomía y


RECEPTOR beneficencia
DONANTE VIVO

DONANTE VIVO DE ÓRGANOS: BENEFICENCIA, AUTONOMÍA, NO MALEFICENCIA O


JUSTICIA?

12Victoria Costa, “El concepto de autonomía en la ética médica: problemas fundamentales de aplicación”, en Perspectivas
Bioéticas de las Américas, FLACSO, año 1, número 2, segundo semestre de 1996.

11
Aparentemente el médico podría proceder a ablacionar a una persona sana por el
principio de autonomía del donante. El donante supuestamente puede consentir libremente
gracias a gozar de competencia plena. Su competencia le permitirá evaluar la información
sobre los riesgos y beneficios que le ocasionaría la donación. Claro está, como veremos más
adelante, el ejercicio de la autonomía, y su de por sí dificultosa operacionalización a través
del consentimiento informado, es en éste caso complejo debido a la presión emocional a la
que se encuentra sometido el donante.
Es preciso aclarar que en el caso del receptor no existiría una obligación moral de
beneficencia. La beneficencia de un donante hacia un receptor estaría justificada en un ideal,
en su deseo de salvar la vida del receptor, y precisamente por tratarse de un acto
supererogatorio no sería moralmente obligatorio para el donante. El médico debería actuar
prudentemente al analizar la situación del receptor y del dador. Si el mismo considera sólo el
principio de beneficiencia no podrá evaluar objetivamente los riesgos a los que se ve
sometido el dador. Si considera sólo el principio de no- maleficencia entonces decidirá no
proceder a realizar el trasplante con donante vivo para evitar causarle un daño al dador.
En el caso de donante vivo la aplicación del principalismo al mismo nos colocaría
frente a un dilema moral debido a que el médico debe cumplir ambas obligaciones al mismo
tiempo (beneficiar al receptor y no dañar al dador), lo cual no es posible. (Creemos
innecesario incluir en éste planteo el principio de justicia, como una problemática más del
caso vinculada a la escasez de órganos y a la distribución de los mismos, debido al grado de
complejidad y falta de claridad que ya hemos alcanzado con la sola aplicación de los otros
tres principios).
Consideramos que para lograr una mayor claridad conceptual y una justificación
moral, en los casos donde buscamos precisar la misma, necesitamos analizar de forma más
exhaustiva los rasgos moralmente relevantes del caso, con la finalidad de responder en qué
casos se puede justificar la donación de órganos - en donantes vivos- y bajo qué
circusntancias.

III. 2.Casuística
La casuística, como su nombre lo indica, propone analizar los casos específicos sin
realizar generalizaciones ni teorías sobre los principios. Estas propuestas se detienen
exclusivamente en los casos paradigmáticos, sin remitir a teoría alguna (Jonson y Toulmin), y

12
son usadas generalmente en comités de ética. Básicamente se toman como ideales o modelos
determinados casos para, en caso de repetirse situaciones similares, proceder como se
estableció que se procediera en el primer caso. Esta metodología se inspira también en un
sistema legal diferente al nuestro, razón por la cuál no será profundizada aquí. Su aporte
teórico es nulo.

III.3. Teoría moral de Gert


La teoría moral de Bernard Gert constituye una reacción contra el principalismo.
Estos principios son caracterizados por los autores como puntos de reflexión abstractos o
normas morales semejantes a esqueletos que han de ser interpretados de acuerdo a los
contextos específicos. Por otra parte, los mismos no presentan prescripciones absolutas sino
tienen una validez prima facie, es decir que son obligatorios a menos que entren en conflicto
entre sí. En éstos casos habría que realizar un balance entre las exigencias de cada uno,
dando lugar a una especificación posterior de las obligaciones que se derivan de los casos
particulares. Los cuatro principios ofrecerían en su conjunto un marco en torno al cual
tendría lugar la deliberación, la emisión y la justificación de los juicios morales particulares.
Como los autores sostienen que ninguno de los principios posee prioridad con respecto a los
demás, se niegan a ofrecer un ranking o un orden lexicográfico de los mismos.13 En cada uno
de ellos se presuponen más de una tradición moral. Esta concepción, denominada por
Culver y Gert como“Georgetown mantra o Principalismo”, ha sido criticada por los citados
autores por las siguientes razones: definiciones contradictorias de justicia, ambigüedad en el
concepto de autonomía (Kant-autonomía y dignidad-; Mill- no interferencia-); el principio de
beneficencia, no es moralmente obligatorio hacer beneficencia, es un ideal, no un principio
general obligatorio.
De acuerdo con Bernard Gert, se necesita una teoría moral consistente y unificada,
que facilite la resolución de problemas prácticos. Los filósofos pueden ayudar a resolver
estos problemas explicitando los argumentos de las distintas posiciones y tratando de
mostrar cuáles son adecuados y cuáles no. o obstante, si revisamos la bibliografía sobre
bioética observaremos como generalidad la carencia de una teoría moral unificada para la
resolución de problemas. La gran mayoría de los trabajos se caracterizan por ser antologías,

13Para la crítica al principalismo véase K. Danner Clouser and Bernard Gert, “A critique of principlism”, en The Journal of

Medicine and Philosophy 15: 219-236,1990.

13
las cuales son de poca utilidad para la solución de los urgentes problemas éticos que se
plantean en medicina. Bernard Gert sostiene que negar la naturaleza sistemática de la
moralidad es negar que la ética sea una disciplina académica. Negar al mismo tiempo
que existe un conocimiento sistemático de la moralidad es negar toda base racional para
nuestros juicios morales. Los problemas morales no pueden ser discutidos adecuadamente
como si estuvieran aislados o como si su solución no tuviera implicancias para otros
problemas morales.
Una teoría moral adecuada explica y justifica la moralidad, señalando diferentes
categorías de acciones (racionales, irracionales, buenas, malas) y mostrando cómo la
moralidad se relaciona con la sociedad, las instituciones y las prácticas sociales. La teoría
ofrecida por Gert se estructura en función de las siguientes reglas morales:-No mates, -No
engañes,-No causes dolor, -Mantén tu promesa,-No provoques discapacidad,-No hagas
trampa, No prives de libertad,-Obedece la ley,-No prives de placer,-Cumple con tus
obligaciones. Estas reglas prohíben las acciones que causan daño. Los ideales morales, por
su parte, se refieren a acciones que previenen el daño o promueven el bien. En algunas
situaciones podemos tener razones que nos permitan romper las reglas y para ello el autor
propone un procedimiento de justificación.

III.4. Teorías de Justicia


En los últimos 25 años los temas predominantes en filosofía política han virado
desde temas de soberanía, poder, naturaleza de la ley –entre otros- a temas de ideales de
justicia, libertad, y comunidad. Éstos últimos se centran en la justificación de las obligaciones
de las instituciones públicas, es decir en la explicación sobre la responsabilidad social, situada
dentro de una estructura moral más amplia que nuestras responsabilidades privadas, a las
cuáles debe darle sentido. Y he aquí el punto de necesaria intersección, convergencia y
consenso, si se quiere, entre filosofía moral y filosofía política. En esta línea surge la Teoría
de Justicia de John Rawls.
 TEORIAS DE JUSTICIA (Teoría Ideal)
• Rawls, J, Theory of Justice , Cambridge , Harvard University Press, 1971
-Medidas positivas de compensación de las desventajas productos de la lotería
natural y social

14
 TEORÍAS DE JUSTICIA EN SALUD
* Daniels, N, Justice and justification, Cambridge University Press, 1996
-Justificación del derecho a la salud por su impacto en la igualdad de oportunidades
(normalidad natural)
El grado de justicia de una sociedad dependerá de la distribución de derechos y libertades, deberes y
cargas, posiciones sociales y cargos, que hagan las instituciones políticas y sociales en una sociedad democrática,
con escasez moderadai. Esto es, la justicia exige que todos los bienes primariosii se distribuyan de
modo igual a menos que una distribución desigual resulte ventajosa para los menos
favorecidos. El sistema de prioridades para la distribución de esos bienes estaría dado por el
orden lexicográfico de sus principios.iiiDe esta manera, Rawls no sólo prohíbe
"formalmente" las barreras discriminatorias a la igualdad de acceso a trabajos y posiciones
(consideraciones relativas a sexo, edad, clase social, raza, entre otras), sino que también
propone medidas redistributivas para corregir los efectos negativos en las oportunidades
derivados de prácticas sociales injustas (por ejemplo, requiriendo medidas institucionales
preventivas y compensatorias en la educación pública para minimizar los efectos de clase y
raza).iv.vRawls presupone que todas las personas son ciudadanos activos, es decir que
funcionan plenamente a lo largo de la vida, eliminando por hipótesis – por razones de
simplicidad de su teoría ideal- a las personas enfermas o discapacitadas, quienes no pueden
convertir los bienes en capacidades de la misma manera que las personas sanas pueden hacerlo.vi Por ello, su
discípulo Daniels, reconoce la importancia de formular los problemas de discapacidades y
desarrollo de las capacidades en la esfera de la justicia, postulando la necesidad de justificar el
derecho de acceso igualitario a la atención de la salud. La atención de la salud constituye, de
acuerdo al citado autor, una responsabilidad social porque su no acceso impactaría
directamente en el rango de oportunidades de los individuos en una sociedad democrática.
Las instituciones de salud son instituciones básicas que contribuyen a la igualdad de
oportunidades. El principio de igualdad de oportunidades de la teoría rawlsiana sería
redefinido por Daniels y extendido a salud
Rawls se ha convertido en una referencia ineludible, tanto para sus críticos como
para sus seguidores. A partir de él se elaboraron teorías cosmopolitas, es decir aquellas
teorías de justicia que defienden el derecho de cada individuo, por ser ser humano, de
acceder a los bienes básicos universales.

15
La principal teoría opositora es la teoría de Nozick- Engelhardt, quién considera que
la distribución de recursos por parte del Estado para política sociales es inadmisible en tanto
esos recursos son propiedad privada, entendiendo a la propiedad como valor absoluto. Por
lo tanto, para esta posición no existiría ningún derecho, sólo beneficencia.
La teoría de Rawls ha sido criticada también por su abstracción, desde posturas
comunitaristas y feministas, como analizaré seguidamente.

III.4. Críticas desde el feminismo


En primer lugar, destacaré la crítica del feminismo, por desenmascarar una serie de
conceptos enraizados en visiones patriarcales autoritarias y sexistas y presentados como
neutrales. Recordemos que de acuerdo a Rawls los participantes en la posición original son
“padres de familia”. Esta perspectiva fue resaltada por Pateman14, denunciando la falta de
reconocimiento de las necesidades específicas de las mujeres en esta abstracción ideal.
Ciertamente Daniels repite ese parámetro al no poder justificar, directamente, bajo su
“neutral” criterio biológico de salud- enfermedad, los derechos reproductivos de las mujeres
(anticoncepción, control del embarazo, maternidad, crianza, y el derecho al aborto) como
una necesidad objetiva de atención de la salud a ser considerada. Si bien Daniels no niega
tales derechos, su justificación es indirecta.15 (Sobre el tema feminismo y enfermería véase el
apunte adjunto a la unidad).

“El bajo costo es fundamental para las personas que


vivimos con VIH”

Patricia Pérez es una de las fundadoras de la


Comunidad Internacional de Mujeres con VIH Sida
y tiene una posición muy clara respecto del tema
patentes versus costo, aunque señala que también
hay que pensar en la calidad de los productos.
:
La Comunidad Internacional de Mujeres con VIH Sida (ICW) es una organización
de carácter mundial con un historial de lucha contra esa enfermedad de más de
veinte años. Patricia Pérez es una de las fundadoras de esta organización y forma
parte de la Junta Directiva Mundial. La ICW tiene bases en 57 países del mundo y

14Pateman, op. cit.


15Si nos remontamos a las fuentes; Carol Guilligan manifestó cómo la teoría sicológica moral de Kohlberg que fundamenta
la tradición del imperativo categórico universal kantiano excluye, en sus supuestos, los sentimientos y la experiencia moral
particularista de las mujeres. Dicha autora desarrolla en el campo de la salud una ética del cuidado, que parte de considerar
los sentimientos y la relaciones afectivas, solidarias y de empatía que entablan las mujeres en el cuidado de la salud del otro.

16
más de ocho mil mujeres positivas la conforman. Por su labor, Pérez fue propuesta
para el Premio Nobel de la Paz de este año.

III.5. Comunitarismo y bioética latinoamericana


En segundo lugar, la crítica comunitarista se centra en la crítica del “yo vacío” o
imposibilidad del “sujeto desencarnado” rawlsiano. Para los comunitaristas carece de sentido
hablar de un hombre libre, igual y racional sin condicionamientos históricos. De acuerdo con
Taylor16, todo ser humano sólo se define desde una tradición y unos valores encarnados en la
comunidad que no pueden ser desconocidos y que, por el contrario, deben ser reconocidos
explícitamente para una plena valoración de la persona. Asimismo, resulta imposible, a su
criterio, formular una concepción de justicia que escape a los valores morales y culturales de una comunidad,
los cuáles determinarán también el sentido de las políticas públicas. El bien públicamente compartido es una
idea sustantiva de buena vida. Walzer17 sostiene que cada comunidad posee un patrón de bienes
sociales específicos, propios a su tradición e identidad. Considerar que existen bienes
universales equivale a imponer en forma hegemónica su concepción particular sobre los
bienes que consideran valiosos, contradiciendo los propios postulados del liberalismo. En
síntesis, critican la supuesta neutralidad liberal, su sujeto libre e igual, su universalismo, y el
perfeccionismo oculto en la supuesta concepción de justicia rawlsiana por considerar que los
fenómenos culturales no pueden ser traducidos18, siendo inconmensurables.
Bioética latinoamericana
En tercer lugar, y en concordancia con la posición reseñada anteriormente, la bioética
social, representada por Berlinguer19, y la bioética latinoamericana liderada por Garrafa,20 critican las
aplicaciones de principios de justicia que responden a prioridades impuestas desde la
sociedad norteamericana, caracterizada por el privilegio del enfoque tecnológico por sobre el
enfoque social, y por la imposición de una visión imperialista que se presenta como neutral y
universal. La salud no depende únicamente de los progresos de la investigación científica y la
tecnología, sino también de factores sicosociales. En nuestras realidades, los problemas
generados por la pobreza, la marginación social, la violencia familiar, el impacto ambiental, el
alcoholismo, la drogradicción, depresiones, entre otros tantos factores cotidianos, nos
señalan que las prioridades en salud no pueden reducirse a prioridades tecnológicas,

16 Taylor, Op. cit


17 Walzer, op cit
18 Aún en el pluralismo consideran que dicha concepción es presa de un individualismo
19 Berlinguer, op. cit
20 Garrafa, op. cit

17
restringidas a repartir gastos en instituciones sanitarias, sino a una visión más integral de
necesidades sicosociales humanas.
Marxismo analítico: Van Parijs
Finalmente, los enfoques marxistas analíticos21 han ampliado las concepciones de libertad
o igualdad más allá de conceptos abstractos y formales analizados anteriormente (Rawls;
Nozick). Van Parijs, por ejemplo, desarrolla un interesante concepto de libertad real, el cual
radica en la preocupación por crear nuevas opciones y medio. Es decir no se trata sólo del concepto de
libertad formal.22. La libertad real exige los medios necesarios para poder ejercer ese derecho23, y no sólo el
derecho de realizar todo lo que uno pudiera querer hacer. Una sociedad cuyos miembros son
realmente libres es, para Van Parijs, una sociedad en que existe una estructura de derechos
bien definida; que cada persona es propietaria de sí mismo, y que en esta estructura cada
persona tiene la mayor oportunidad posible para hacer cualquier cosa que pudiera querer hacer. Una
concepción como ésta, preocupada por otorgar a los individuos el máximo de opciones reales (y
no meramente formales), demandaría la finalización de las relaciones de dominación y
explotación, conjuntamente con el otorgamiento de los medios para que el individuo, los
grupos o poblaciones ejerzan la libertad real en el momento de consentir, elegir. Por
ejemplo, si aplicamos dicha concepción a investigaciones en seres humanos en nuestro
países, podríamos sostener que el respeto a las creencias y valores de las poblaciones que
intervienen en la investigación debe estar acompañado por el real ejercicio de la libertad en las
condiciones de investigación, o en otras palabras, se debería garantizar a dichas poblaciones
vulnerables no sólo el reconocimiento formal de sus derechos colectivos de autodeterminación
(consentimiento comunitario) en normativas y declaraciones internacionales24, sino
promover reales bases para que no se produzcan relaciones asimétricas y de vulnerabilidad, y para que los
beneficios de estas aplicaciones, los cuales deberían centrarse en las necesidades de estas poblaciones, fueran

21 Sobre el Marxismo analítico véaase R. Gargarella, Marxismo analítico y teoría de la justicia”, en Las teorías de justicia
después de Ralws, Barcelona, Paidós, 1999,p.p.999-123.
22 Decimos que vivimos en una sociedad libre cuando en esa sociedad, y en virtud de sus arreglos institucionales, no existen

relaciones entre sus miembros que estén signadas por una situación de dominación. Frente a la posición de Pettit, sin
embargo, conviene poner el énfasis en que se trata de relaciones no dominadas para no perder de vista que lo que aquí está
en cuestión es cómo queremos tratarnos unos a otros, qué tipo de relaciones queremos que se den entre los ciudadanos de
una sociedad libre, a saber: relaciones entre iguales, en las que nadie se encuentre subordinado a otro, en las que nadie se
vea rebajado o humillado, sino que todos puedan mirarse mutuamente a los ojos, porque todos saben que nadie tiene el
poder de avasallar al otro en sus derechos. Philip Pettit Republicanismo. Una teoría sobre la libertad y el gobierno, 1997; Elgarte, J,
Los límites de la no-dominación como definición de la libertad y como justificación de la renta básica, tesina de
Licenciatura,UNLP:
23 . Van Parijs (1996), op. cit, cap. 1. Una concepción como ésta, preocupada por otorgar a los individuos el máximo de

opciones reales (y no meramente formales).


24 Dlecaración de UNESCO 2005, HUGO 2000y ss, CIOMS;

18
gozados por toda la comunidad. En la actualidad, la mayoría de las investigaciones en seres
humanos responden a las prioridades, necesidades e intereses de los países desarrollados – o,
mejor dicho, intereses de grupos ricos en dichos países (brecha 10/90)-.25
Otro ejemplo pertinente sobre la importancia de conjugar la libertad real y el
reconocimiento cultural, es el caso de la violencia, depresión, marginalidad, y pobreza en
mujeres. Si analizamos la correlación positiva que existen entre la feminización de la pobreza
como una injusticia estructural económica, y la injusticia de tipo cultural o simbólica que
sufren las mujeres, encontraremos razones para superar la falsa dicotomía presentada por
los paradigmas referidos anteriormente (distribucionismo vs. reconocimiento cultural) bajo
este mismo esquema de libertad real. El mismo Van Parijs propone la renta básica26, un
ingreso básico universal para satisfacer las necesidades, el cual le permitirá a cada ciudadano
gozar la independencia económica requerida para no depender del favor de otro, y terminar
con la dominación. Al respecto, Elgarte27 presenta un análisis muy interesante sobre las
ventajas y desventajas de la misma en las mujeres, al cual remito por falta de espacio. En el
tema de salud, este análisis aún no se ha aplicado a salud, aún cuando queda clare que al
brindar oportunidades de elección en las mujeres, reforzar su autoestima, y garantizar
cuidados de calidad en niños y ancianos, el sistema maximizaría no sólo las oportunidades de
las mujeres de ejercer su libertad real, sino también la protección de su salud integral,
evitando posibles situaciones de explotaciones, abusos, violencias y maltratos sicológicos,
entre otras.

25 Véase de Ortúzar, M. G, “Conflicto de intereses en investigaciones biomédicas”, Perspectivas bioéticas en las Américas,
FLACSO, 2007
26 Renta básica: ingreso mínimo universal Si yo necesito desesperadamente la ayuda de otro o de otros (...) entonces estaré

en una posición en la que difícilmente me quejaré de interferencias arbitrarias y aun mezquinas por parte de esa gente,
hundiéndome a mí mismo en la clásica posición del suplicante dominado. De aquí que la preocupación por erradicar la
dominación pueda llevarnos a justificar el establecimiento de una renta básica suficiente para satisfacer las necesidades
básicas: ella otorgaría a cada ciudadano la independencia económica requerida para no depender del favor de otro, al menos
en las cuestiones más básicas.
27 Elgarte, Julieta, “Good for women? Advantages and risks of a basic income from a gender perspective”, Paper presented

at the XI Bien Congress, University of Cape Town, Nov 2006. Publicado como Documento de trabajo de la Cátedra Hoover.

19
MUJERES MALTRATARAS: RASGOS:

1. Malestar, incomodidad.
2. Tristeza.
3. Vergüenza.
4. Retraimiento, repliegue sobre sí misma.
5. Reticencia al intercambio de opiniones, de experiencias, por ejm. en la entrevista.
6. Tendencia a desvalorizarse y culpabilizarse.
7. Somatizaciones diversas: depresión, insomnio, consumo exagerado de
medicamentos, alcoholismo, problemas digestivos, problemas sexuales, etc…
8. Actitud temerosa.
9. Indecisión.
10. Agresividad desproporcionada hacia los profesionales que le preguntan.
11. Reacciones de huida.
12. Prisa.
13. Aislamiento, deberán afrontar la soledad, pocas mujeres han sido preparadas para
vivir ellas mismas, solo se van funcionando ligadas a un hombre.

La mujer maltratada que sale del círculo de la violencia tendrá que recuperar todas las pérdidas
emocionales, psicológicas y físicas inherentes a la vivencia de la violencia.

Sólo el 5% de los malos tratos familiares son denunciados, es decir sólo se denuncia el maltrato cuando es brutal o muy reiterado. Existen

III.6. Teoría de las capacidades y necesidades básicas- Sen- Doyal


En la misma línea de defensa de la libertad positiva, y como propuesta alternativa de
justicia específica para sociedades pobres, se destaca la concepción de Amartya Sen, considerar que no se
trata sólo de distribuir igualitariamente recursos; lo que interesa medir son las diferencias
en el desarrollo de las capacidades individuales, ya que ellas permiten conocer las
oportunidades que tienen las personas. Ej. para compensar la discapacidad de una persona
en silla de rueda, no se trata sólo de brindarle mayores recursos que las personas con
capacidad de movilidad, sino de integrar a dicha persona en la sociedad a través de rampas y
medios de transporten que permitan su movilidad en forma independiente. Su concepción de
justicia se centra en el grado de desarrollo de las capacidades individuales conectadas con las oportunidades
reales que tiene las personas para llevar adelante sus proyectos. El problema en Sen radica en la falta
de especificación de cuáles son las capacidades relevantes y básicas para el desarrollo y
ejercicio pleno de la libertad, y cuáles son las capacidades no básicas.28 Por lo tanto, su teoría
no nos permite derivar prioridades para orientar políticas de salud debido a su
indeterminación. El enfoque de las capacidades no pretende ofrecer una teoría completa de

28De acuerdo con Daniels, si determinamos que algunas capacidades son más importantes que otras, nuestra elección de
capacidades respondería a una determinada concepción de buena vida, o caería en consideraciones perfeccionistas,
desafiando las mismas bases del liberalismo, es decir, el respeto al pluralismo en las concepciones de vida. No obstante, es
posible construir un índex de capacidades para el ciudadano que no dependa de una concepción de buena vida y que apele a
un criterio objetivo de well being.

20
29
justicia social, es sólo una descripción de derechos sociales mínimos: Una vida
desprovista de estas necesidades no sería una vida acorde a la dignidad humana, por ello
dicho enfoque es similar al enfoque de los derechos humanos, de acuerdo a la autora.
Si partimos de un redefinido concepto de necesidades, el cuál no se reduciría al
punto de vista biológico, y consideramos que una persona tiene una necesidad básica de un
cierto bien cuando no podemos concebir un estado futuro en el cual la persona no sufriría
un daño serio al carecer de tal bien, entonces el criterio de prioridad estaría implícito en la
misma definición de enfermedad y no sería otro que “evadir un daño serio o riesgo de daño serio“.
El concepto citado constituye, en mi opinión, el criterio de mínimos básicos sociales que propongo
a partir de esta concepción integral de necesidades y capacidades básicas.30 El daño serio
constituye un obstáculo importante para la participación social y la libre elección del plan de
vida, afectando intereses objetivos, es decir aquellos que están más allá de las convicciones
individuales, porque son condiciones de posibilidad del desarrollo de las mismas. Otro
aspecto a destacar, en comparación con la concepción natural de necesidades, es la
incorporación en la lista de necesidades sicológicas y sociales (seguridad en la niñez, grupos
primarios contenedores, auto-respeto, seguridad física y económica, control reproductivo,
libertad de expresión y capacidad crítica). Por ejemplo, un ambiente de trabajo sano no
constituye exclusivamente un ambiente no contaminado y seguro, sino que el trabajo sano es
aquel que incide positivamente en la autoestima y la salud mental, suponiendo el
reconocimiento mutuo, la interacción y la solidaridad entre los trabajadores.

29
la lista de capacidades humanas básicas se resumiría en los siguientes puntos: 1- vida (poder vivir hasta el término de una
vida normal con calidad); 2- salud física (poder mantener una buena salud, incluida la salud reproductiva, el lugar, la
alimentación); 3. integridad física (poder moverse libremente…); 4. Sentidos, imaginación y pensamiento; 5. Emociones
(relaciones afectivas); 6. Razón práctica (concepción de bien)7. Afiliación (reconocimiento, preocupación por los otros,
empatía, autorespeto, no discriminación); 8. Otras especies (protección del entorno); 9-Juego; 10. Control del propio
entorno (participación política; material: disponer de propiedades en un plano de igualdad con los demás, poder trabajar,
etc).
30 En mi opinión, es precisamente su intento de evadir toda definición normativa lo que llevó a Daniels a defender su

definición biológica de salud y necesidades.

21
Modelos distributivos propuestos
 Modelo de normalidad natural natural
(Daniels)

Vs.
 Modelo de igualdad de capacidades (Sen/
Sen/
Nussbaum)

IV. Cuadro sinóptico general

DANIELS
Teorías de
justicia en
salud

Principalistas NOZICK
Casuistas Engelhardt
Vs. Justicia
Teoría moral neoliberal
de Gert
RAWLS
Teoría de
Justicia en
una sociedad
liberal
Amartya Sen Cosmopolitas
Van Parijs Derechos
Propuestas humanos
alternativas universales-
para pobres Pogge
Comunitarista
Feministas
Bioética
Latinoamerica
na

22
- Derechos humanos
La teoría de los derechos humanos, expresados en Tratados Internacionales, en
nuestra Constitución Nacional y en leyes específicas31; derechos entre los cuáles se encuentra
el derecho a la salud32; se fundamentan moralmente en el reconocimiento de la dignidad de la
persona humana.33 Este concepto nos remite a la concepción kantiana34 según la cual
considerar al hombre como simple medio es negarle la posibilidad de consentir en tanto
sujeto moral autónomo. Exige reconocer al hombre como un fin en sí mismo, porque las
personas tienen dignidad y no precio. A partir de este concepto moral se derivan los
siguientes derechos fundamentales de la persona: la vida, la integridad física, la salud, la
libertad de pensamiento y culto, la libertad sexual, entre otros. La doctrina de los derechos
personalísimos permite también derivar, como lógico corolario del derecho a la vida, el derecho
a la salud35, aún cuando el mismo fuera considerado formalmente.36
Vinculado con el concepto de dignidad, el derecho a la privacidad se fundamenta
también en la concepción de autodeterminación de la persona; aún cuando, como señalaré
más adelante, podemos encontrar una segunda definición patrimonialista de privacidad- En
nuestro país la privacidad comprende la protección de aspectos tales como el poder estar a
solas sin interferencias y la no divulgación de datos que puedan afectar o desprestigiar a la
persona. La protección legal de la privacidad está expresada en Trat. De Derechos Humanos
que con jerarquía constitucional se encuentras vigentes en nuestra legislación (Declaración
Americana de los Derechos del Hombre, arts. C, IX y X, Decl. Universal de los Derechos
Humanos, art. 12; Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Aer. 14 -1. 17-1. 17-2,

31 Constitución Nacional, reforma 1994– art. 75, inc. 22 -, Trat. Internacionales de Derechos Humanos, Los derechos

humanos constituyen un producto histórico y evolutivo de nuestra civilización, ilustrados en las distintas generaciones. La
primer generación comprende los derechos civiles y políticos que expresan a la libertad negativa.La segunda generación
comprende los derechos económico- sociales y culturales, entre los cuales cabe mencionar el derecho al trabajo y a las
condiciones dignas y equitativas de labor, a la seguridad social, a la vivienda digna, entre otros. La tercera generación de
derechos comprende los siguientes derechos: al desarrollo, a un ambiente sano y equilibrado, a la defensa del patrimonio cultural de la
humanidad, del consumidor, a la autodeterminación de los pueblos, a la paz, entre otros.
32 Organización Mundial de la Salud, 1948. Dicho documento dice: “Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el

mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los
miembros de la familia humana...” (el subrayado es mío).
33 Véase Nino, Carlos Santiago, Ética y Derechos Humanos. Un ensayo de fundamentación, Paidós Studio Básica. Buenos Aires

1984; Bidart Campos, Germán, Teoría General de los Derecho Humanos, Astrea, Buenos Aires 1991.
34 Kant, I, Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres, Madrid, Espasa Calpe, 1995, p. 84
35 Entre la copiosa jurisprudencia que se puede consultar puede tenerse en cuenta el caso “Saguir y Dib, Claudia G. S/

autorización” CSJ 6-11-80. Fallos 302-1284. Asimismo, puede verse el fallo “Hospital Británico de Buenos Aires c. Estado
Nacional (Ministerio de Salud y Acción Social), CS, marzo 13-2001 (50.750); S/N c/ Omint S.A y Servicios CS marzo 13 de
2001. (50.751).
36 Asimismo la legislación pena los delitos contra la vida, integridad física y salud pública. Delitos contra la vida (art. 79 a

88) y lesiones (art. 89 a 94); delitos contra la seguridad pública y en particular delitos contra la salud pública (art 200 a 298).

23
Convención Americana sobre Derechos Humanos, art. 11-2 y 11-3, Convención sobre los
Derechos del Niño, art. 16 , 40 , 2b, VIII.)37
Asimismo, el derecho a la igualdad de trato, derecho formal de igualdad, se deduce de la
misma concepción de dignidad de la persona en tanto sujeto de derechos. Esta concepción
no permite la discriminación de las personas, eliminando las barreras formales pero no
garantizando la efectiva igualdad de oportunidades.38
Por ello, dependiendo de cómo definamos este concepto de autonomía de la
persona moral, podemos defender una concepción fuerte o sólo una mera concepción
formal de derecho de salud, privacidad e igualdad de oportunidades - El mismo concepto de
‘dignidad’ kantiano constituye un concepto formal. Esta definición resulta insuficiente si
queremos garantizar la efectiva igualdad de oportunidades. La dignidad requiere ciertas
condiciones39, un mínimo bienestar material y satisfacción de necesidades que permita el
desarrollo de capacidades básicas. En tal sentido, si queremos defender la igualdad de
oportunidades, debemos postular un concepto de autonomía crítica como ideal normativo y
garantizar las condiciones de aplicabilidad de los instrumentos ético- legales para la
regulación de la información sensible en salud, como lo es el consentimiento informado y las
condiciones de bienestar que el mismo supone.
El consentimiento informado comprende los tres aspectos derivados de la
consideración de la autonomía de la persona: el derecho a la autodeterminación, la
privacidad, y el reconocimiento a la igualdad de oportunidades. En este sentido, el
consentimiento informado no constituye un mero requisito burocrático para la expresión de
la voluntad, sino la aceptación de una concepción moral de las personas como sujetos

37 Véase Macias, op cit,


38 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, ; Declaración Universal de Derechos Humanos; Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, art. 2, 3, 4, 7; Pacto internacional de Derechos Civiles y
Políticos, Convención Internacional sobre Eliminación de todas las formas de discriminación racial, Convención Americana
sobre Derechos Humanos, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,
Convención contra la tortura y otros tratados o penas crueles, inhumanos o degradantes, Convención del Derecho del
Niño.
39 Estas condiciones remiten a la satisfacción integral de necesidades básicas. Al respecto, desde el punto de vista legal, el

artículo 14 bis de la C.N. reza: “...El Estado otorgará los beneficios de la Seguridad Social, que tendrá carácter de integral e
irrenunciable. En especial, la ley establecerá: el seguro social obligatorio, que estará a cargo de entidades nacionales y
provinciales con autonomía financiera y económica, administradas por los interesados con participación del Estado, sin que
pueda existir superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; la protección integral de la familia; la defensa del
bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a la vivienda digna.” Véase Durante, Alfredo. “Orden
socioeconómico y Derecho Constitucional”, en “La Constitución real. Enfoques multidisciplinarios, La Ley, Buenos Aires, 2002,p.
12

24
capaces de crear su propio plan de vida, elaborar proyectos y metas que lo expresen.40 Esta
concepción requiere ser fundamentada en un ideal fuerte de autonomía, exigiendo
condiciones de justicia y no sólo la mera igualdad formal.
Aplicando este tema a enfermería, si el código de enfermería de 1953 marcaba a
través de sus postulados una imagen vocacional, podemos afirmar que el código del 1973
visualiza claramente una imagen más autónoma y profesional. En 1984 la Federación
Panamericana de Profesionales de Enfermería (FEPPEN) elabora y publica el Código de Ética al que
actualmente nuestra Federación Argentina de Enfermería adhiere, conjuntamente, al del
C.I.E. El código del FEPPEN, no deja de ser una respuesta a todo el movimiento jurídico y
social que suscitó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Este documento
impulsó, positivamente, la definición ética en situaciones nuevas y cambiantes del amplio
mundo moral profesional y sanitario que no eran contemplados en los anteriores códigos:

• Derecho a la objeción de conciencia,


• Práctica del consentimiento informado y/o rechazo de tratamiento
• Protección, orientación y deberes con la familia, la comunidad y el ecosistema, etc.

En el año 2000, el C.I.E. efectúa una revisión actualizada, reafirmando en el preámbulo


el respeto por los derechos humanos, incluido el derecho a la vida, a la dignidad y a ser tratado con respeto.
Todo código tiene significado como documento vivo si se aplica a las realidades de la enfermería y de la
atención de salud en una sociedad cambiante.

VI. Enlaces-Links

• Artículo sobre bioética en la Organización Panamericana de la Salud


• Institut Borja de Bioética
• Centro de Documentación de Bioética
• Observatorio de Bioética y Derecho
• Sociedad Internacional de Bioética
• Seminario Internacional de Bioetica
• Asociación Catalana de Bioética
• Sección de Bioética de la UNESCO

VII. Anexo

40 Costa M. V., “El concepto de autonomía en la ética médica: problemas de fundamentación y aplicación”, en Perspectivas

bioéticas en las Américas, FLACSO, Nro 2, 1996, p.96

25
Prohibiciones judiciales de abortos legales
Roberto Gargarella — Mónica Roa — — — —

30/09/07

Una resolución judicial, en primera instancia, negó a una joven discapacitada mental residente en
Paraná (República Argentina), que había sido violada y estaba embarazada, el derecho a abortar de
acuerdo a lo establecido por el Código Penal argentino)

El derecho tiene como misión servir a la igual libertad y dignidad de las personas. Los
jueces, dentro de ese contexto, cargan con una responsabilidad extraordinaria: la Justicia
es la rama del poder que ha sido preparada para reaccionar cuando todos los demás
motores y controles (políticos) han fallado. A la Justicia le corresponde aparecer y actuar
como última valla de defensa de los derechos de los más desprotegidos. Los jueces
están libres de presiones electorales: ellos no son nombrados ni pueden ser removidos
por mayorías de ningún tipo. Ellos son la garantía de que se va a asegurar la libertad y
dignidad de todas las personas, bajo cualquier contexto. Sin embargo, contra lo que
debería esperarse, la Argentina viene siendo escenario de una situación curiosa: como
en otras áreas del derecho (la relacionada con la protesta social por ejemplo), y en vez
de liderar la lucha por la protección de derechos, los jueces se han puesto a la cabeza de
un movimiento hostil a sus básicos deberes de justicia.

¿Cuáles han sido los argumentos utilizados por estos jueces en contra del aborto
legalmente reconocido en la Argentina (según el art. 86 del Código Penal, cuando la vida
de la madre está en riesgo o por violación de una mujer “demente” o “idiota”)? En
ocasiones, los jueces han señalado que impidieron el aborto legal como una
“consecuencia inevitable de sus creencias religiosas y formación católica”. En estos
casos, donde el juez tiene una clara imposibilidad de administrar justicia sin que sus
creencias personales contradigan lo ordenado por la ley, la recusación, remoción o
investigación disciplinaria del juez parece la salida que corresponde: los jueces están
para resguardar la Constitución y no sus creencias personales.

Algunos jueces han argumentado que el aborto es siempre inconstitucional, por


vulnerar el derecho a la vida del no nacido, derecho que tiene una jerarquía especial
sobre los demás derechos constitucionales y que debe respetarse de manera absoluta y
sin excepciones. Defender esta posición requiere demostrar que otros derechos que
podrían considerarse relevantes dentro del debate, como el derecho a la igualdad, a la
dignidad y a la integridad de la mujer, no deben ser siquiera considerados, o si lo son, no
presentan una fuerza suficiente como para desvirtuar la protección total y absoluta de la
vida del no nacido, incluso por encima de la vida de la mujer en embarazo. Sin embargo,
no existe ninguna sentencia de constitucionalidad en el mundo que haya admitido la
penalización total del aborto, entre otras razones porque abogar por la prevalencia
absoluta del derecho a la vida implicaría eliminar figuras como la legítima defensa o el
estado de necesidad, que todos aceptamos sin problemas.

Finalmente, contra los jueces que han pretendido apoyar su decisión en el derecho
internacional de los derechos humanos, debe señalarse que demuestran un
desconocimiento total de la manera en que este derecho se ha interpretado vis-à-vis
otros derechos en materia de aborto. Todos los organismos y autoridades de derechos
humanos, sin excepción, han establecido en diferentes tipos de pronunciamientos que el
derecho a un aborto en circunstancias extremas se basa en el reconocimiento de la
titularidad de la mujer de derechos humanos clásicos como la vida, la salud, la igualdad y

26
no discriminación, la libertad, la integridad personal y el estar libre de violencia, entre
otros (i.e., ver la decisión del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas en
2005, contra el Estado peruano, que no garantizó el aborto de un feto anencefálico; o la
reciente decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra el Estado polaco,
en el 2006, por no haberle garantizado el aborto a una mujer que perdió la visión por
causa del embarazo).

Los y las jueces tienen la obligación moral de hacer un examen de conciencia y


determinar de buena fe cuál es la manera en que en adelante van a administrar justicia
para este grupo de mujeres a las que la sociedad no ha sabido proteger.

Mónica Roa es directora de Programas de Women’s Link Worldwide. Roberto Gargarella es profesor de
Derecho Constitucional en la Universidad de Buenos Aires.

Página 12, 24 sptiembre 2007

VIII. Bibliografía
Véase la bibliografía indicada en la Unidad- (Art. Andorno)

i Circunstancias de la justicia: la cooperación social es posible en un contexto de escasez moderada – natural y social-, es
decir en un contexto de relativa igualdad, lo cual permitiría garantizar un acuerdo de beneficio mutuo en una sociedad
productiva.
ii Los bienes sociales primarios a distribuir son necesidades que los ciudadanos, como personas libres e iguales, requieren

para el desarrollo de sus planes racionales de vida Son definidos como las condiciones sociales de fondo y los medios
omnivaletes necesarios para perseguir y promover racionalmente concepciones particulares de bien. La lista completa es:
libertades básicas, liberta de movimiento y de elección de ocupación, poderes y prerrogativas respecto de cargos y
posiciones de responsabilidad, renta y riqueza, y bases sociales del autorespeto.
iii Véase Rawls, op. cit,p.p.302-303
iv En rasgos generales, Rawls propone imaginarnos un mecanismo, denominado “posición original y velo de la ignorancia”,

a través del cuál ignoramos la información particular que viciaría el acuerdo y la imparcialidad. Los contrayentes derivarían
los dos principios básicos que regularan la estructura de la sociedad, sus derechos y deberes. El primer principio de la
libertad define el ordenamiento constitucional (derechos civiles y políticos). El segundo principio de la igualdad defina la
distribución específica del ingreso, riqueza y posibilidad de posiciones (igualdad de acceso a cargos y oportunidades),
especificando, a través del subprincipio de la diferencia, que la desigualdad sólo es permitida si beneficia al peor situado.
Ambos principios tienen un orden lexicográfico, señalando así el sistema de prioridades.
v En un régimen de libertades formales, pero con una situación de extrema pobreza, los pobres no son libres, en muchos

términos que resultan obvios a causa de la pobreza. Si se quiere que el cómputo de bienes sociales primarios refleje una
noción plausible de necesidades humanas, entonces Rawls no podrá negar el papel fundamental que las necesidades sociales
y económicas básicas desempeñan sin duda alguna en la vida humana. Pero la insistencia en el predominio de los derechos y
libertades –civiles y políticos- básicos constituye precisamente tal negativa” Pogge, T, Realizing Rawls, Ithaca, Cornell
University Press, 1989,p.133. Esto ha llevado a algunos autores, como Doyal y Gough, ha proponer un solo principio de
justicia dividio en tres componentes: derecho a saisfacción de necesidades báscias; distribución desigualitaria para
satisfacción óptima; limitaciones legales a las desigualdes sociales. Doyal et al, op. cit, p.p.138 yss.
vi El problema se sitúa en el uso incompleto de los bienes primarios, ya que excluye los bienes primarios naturales (salud,

inteligencia, aptitudes naturales etc) del proceso de compensación. Si una persona discapacitada recibe el mismo paquete de
bienes sociales que una persona no dismunída, no tendrá las mismas oportunidades de desarrollar su plan de vida por la
carga extra en costes de medicina y transporte. Esta crítica, realizada por Sen- véase más adelante-,es precisamente la que
intenta superar Daniels a través de su teoría de justicia en salud.

27

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