O. A. Residuos Urbanos MX-ALE
O. A. Residuos Urbanos MX-ALE
20/05/2025
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Índice
I. Introducción…………………………………………………………………3
II. Contenido……………………………………………………………………..4
III.
2.1 Residuos Sólidos Urbanos……………………..…….4
2.2 Descripción general de la función y su desempeño…4
2.3 Presupuesto y financiamiento…………………………………9
2.4 Mecanismos de control y rendición de cuentas………11
2.5 Beneficios cualitativos y cuantitativos del sistema
Alemán………………………………………………………………………..13
2.6 Justificación del modelo alemán como mejor
Práctica………………………………………………………………………..15
III. Conclusión ……………………………………………………………………16
IV. Bibliografía …………………………………………………………………18
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I. Introducción
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II. Contenido
2.1 Residuos Sólidos Urbanos
La gestión de residuos sólidos urbanos es una de las funciones gubernamentales más
importantes para garantizar la salud pública, la protección ambiental y la calidad de vida de
la población. Esta función implica una serie de procesos que van desde la recolección,
transporte, tratamiento, reciclaje y disposición final de los residuos generados en la vida
cotidiana.
Al referirnos a los residuos sólidos urbanos (RSU) hablamos de los desechos generados en
zonas urbanas como resultado de las actividades domésticas, comerciales, de servicios y, en
algunos casos, institucionales. Son los residuos que comúnmente se recogen en los hogares,
calles, parques, oficinas, escuelas, entre otros espacios urbanos. Algunos de los RSU son los
Residuos Orgánicos (Restos de comida, residuos de jardinería, cáscaras, etc.); los Residuos
Inorgánicos reciclables como el papel, cartón, plástico, vidrio, metales; los Inorgánicos no
reciclables (Papel higiénico, pañales, residuos sanitarios, algunos tipos de empaques.); y los
residuos peligrosos de origen doméstico como pilas, baterías, productos químicos,
medicamentos vencidos (aunque no se consideran RSU convencionales, muchas veces se
mezclan con ellos).
Por lo mismo al no gestionar de una manera adecuada los RSU, habría problemas que afectan
la calidad de vida de la población, tales como la contaminación del suelo, agua y aire,
problemas de salud pública, emisión de gases de efecto invernadero y la saturación de
rellenos sanitarios.
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Descentralización
Nivel de Gobierno Principales Responsabilidades
Federación Política nacional, regulación de residuos
peligrosos, normas oficiales (NOM),
vigilancia
Estados Coordinación regional, supervisión de
municipios, apoyo técnico y financiero
Municipios Recolección, transporte, tratamiento y
disposición final de residuos sólidos
urbanos
B) Alemania
La administración pública de este país ha desarrollado un sistema estructurado, con normas
claras, roles definidos y una infraestructura técnica de alto nivel. A nivel federal, el Ministerio
de Medio Ambiente establece las políticas generales, mientras que los estados federados
(Länder) y los municipios tienen competencias específicas para implementar estas políticas,
para poder garantizar así una combinación de coordinación nacional y ejecución local eficaz.
Alemania ha desarrollado un modelo altamente eficiente, estructurado y sostenible para la
gestión de residuos sólidos. El país basa su sistema en los principios de economía circular,
donde se prioriza la prevención, reutilización, reciclaje y aprovechamiento energético.
Alemania adoptó desde la década de 1990 este principio de economía circular, lo que cambió
la manera en que se concibe la gestión de residuos porque ya no se trata solo de recolectar y
desechar, sino de reincorporar materiales al ciclo productivo. En este modelo, el reciclaje,
compostaje y valorización energética son la norma, y el enterramiento de residuos es la última
opción.
El principio de economía circular en Alemania se basa en reducir al mínimo los residuos y
hacer un uso eficiente de los recursos a lo largo de todo el ciclo de vida de productos y
materiales. Este modelo económico ha sido adoptado como una estrategia para lograr
sostenibilidad ambiental y competitividad industrial. Este principio está fundamentado en
Alemania por la Ley de Economía Circular (Kreislaufwirtschaftsgesetz - KrWG), que es la
base legal principal, donde se promueve la prevención de residuos, la reutilización, el
reciclaje y otras formas de valorización antes de permitir la eliminación de residuos. Como
por ejemplo la Jerarquía de gestión de residuos (en orden de prioridad):
Prevención
Preparación para la reutilización
Reciclaje
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Otro tipo de valorización (como la energética)
Eliminación (como el vertido)
Responsabilidad ampliada del productor : Los fabricantes son responsables del ciclo
completo de vida de sus productos, incluyendo la recogida, reciclaje y disposición final.
Alemania aplica el principio de “Responsabilidad Extendida del Productor” (REP), que
obliga a las empresas a hacerse cargo del ciclo de vida completo de sus productos, incluyendo
el manejo de los residuos generados. Esto ha permitido establecer sistemas de recolección
selectiva como el famoso “sistema de contenedores” (amarillo, azul, verde, marrón), que
facilita la separación y reciclaje de residuos desde el hogar.
En cuanto a Innovación y tecnología, Alemania fomenta la eco-innovación, el ecodiseño, y
el desarrollo de tecnologías limpias. Se apoya en incentivos económicos, subvenciones e
investigación para transitar hacia un modelo de producción más circular.
También utiliza la Estrategia Nacional de Recursos que busca desacoplar el crecimiento
económico del consumo de recursos naturales mediante el uso eficiente de materiales y
energía. Por ejemplo, tiene sistemas de depósito y devolución de envases (Pfand), tiene una
amplia infraestructura de reciclaje y valorización energética y tiene una economía circular
industrial en sectores como el automotriz y la construcción.
Todas estas estrategias y la promoción de la prevención de residuos, se ve reflejada en el país
al ser este el líder en reciclaje en Europa, además tiene uno de los porcentajes más altos de
reciclaje de residuos municipales (superior al 65%) y este modelo apoya los objetivos
climáticos y la transición energética del país lo que hace que la calidad de vida de las personas
sea mejor.
Uno de los mayores logros del gobierno alemán ha sido la aplicación del sistema de
Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que mencionamos anteriormente, que
obliga a los fabricantes a financiar y organizar la recolección de los envases y otros productos
una vez desechados por los consumidores. Esto ha impulsado la creación de sistemas como
el “Punto Verde”, donde empresas pagan por cada envase que introducen al mercado,
financiando su reciclaje. Esta política se implemento desde principios de los años 90. Su
enfoque las empresas que fabrican o importan productos envasados deben pagar una tarifa
por cada tipo de envase que introducen en el mercado. Este pago se hace a una organización
autorizada (como Der Grüne Punkt – Duales System Deutschland GmbH), la cual se encarga
de recolectar, clasificar y reciclar los envases. A cambio, las empresas pueden colocar el
símbolo del Punto Verde en sus productos, indicando que han cumplido con su obligación
ambiental. Este sistema cubre envases domésticos, como botellas de plástico, latas, cartones
de leche, etc. Aunque comenzó con los envases, la REP en Alemania también se ha aplicado
a aparatos eléctricos y electrónicos, pilas y baterías, vehículos al final de su vida útil.
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En cuanto al financiamiento del reciclaje la REP traslada el costo del reciclaje desde los
gobiernos o los ciudadanos a los productores, incentivándolos a diseñar envases más
reciclables, reducir el volumen y peso de los envases, usar materiales sostenibles.
Esto ha retribuido a reducir significativamente la cantidad de residuos en vertederos y se ha
creado una industria eficiente alrededor de la gestión de residuos, generando empleos y
fomentando la innovación.
Aunque su sistema está descentralizado al igual que el de nuestro país, existe en Alemania el
modelo que combina la coordinación nacional con una aplicación descentralizada eficiente.
El Ministerio Federal del Medio Ambiente establece las directrices, mientras que los
gobiernos regionales (Länder) y locales gestionan la implementación. Cada municipio cuenta
con infraestructura para la recolección separada de residuos (orgánicos, plástico, vidrio,
papel, etc.), lo que permite un reciclaje eficaz. A través de leyes como la Ley de Economía
Circular (Kreislaufwirtschaftsgesetz), que garantiza una aplicación uniforme de políticas,
metas y sanciones. Además, se destinan mayores recursos públicos y privados a esta función.
El gobierno alemán también impulsa tecnologías modernas para el tratamiento de residuos y
realiza auditorías periódicas, generando datos confiables que son accesibles al público,
fomentando así la transparencia y la rendición de cuentas.
El sistema de "contenedores de colores" y centros de acopio especializados está bien
establecido, y los ciudadanos están obligados por ley a separar los residuos. La tecnología
empleada para el tratamiento de residuos es de punta, incluyendo plantas de compostaje,
recicladoras automáticas y plantas de valorización energética.
En Alemania, el marco legal está consolidado por esta Ley de Economía Circular
(Kreislaufwirtschaftsgesetz), vigente desde 2012 y basada en legislación europea. Esta ley
establece la jerarquía de residuos que hablamos anteriormente y obliga a todos los actores
(productores, consumidores y autoridades) a participar activamente en la gestión de residuos.
Las normas se aplican de forma rigurosa a través de auditorías, inspecciones y sanciones
administrativas. El sistema legal está armonizado con la Unión Europea, lo que garantiza
altos estándares ambientales y actualización constante.
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2.3 Presupuesto y financiamiento
A) México
En cuanto al presupuesto, en nuestro país la inversión es limitada. Se estima que en México
se destina menos del 0.1% del Producto Interno Bruto (PIB) a la gestión de residuos. Esta
cifra refleja la baja prioridad que ha tenido históricamente esta función dentro del gasto
público. Además, existen pocos mecanismos de control y rendición de cuentas. Aunque la
LGPGIR contempla sanciones y supervisión, en la práctica su aplicación es poca, y la
ciudadanía tiene escasos canales para evaluar o exigir mejoras en el servicio.
Ya que la inversión pública en esta función es baja y muchas veces depende de programas
federales temporales. El Programa Nacional para la Prevención y Gestión Integral de los
Residuos (PNPGIR) plantea metas ambiciosas, pero no siempre se refleja en acciones
concretas o medibles. Como resultado, México sigue teniendo más de 1,600 tiraderos a cielo
abierto, y el país recicla apenas entre el 9% y 14% de sus residuos sólidos urbanos.
Por lo mismo que la gestión de residuos no ha sido una prioridad presupuestal. La mayor
parte del financiamiento proviene de los presupuestos municipales, que destinan un
porcentaje reducido (generalmente entre 5% y 10%) a servicios públicos, incluyendo la
recolección de residuos. La falta de recursos impide la modernización del parque vehicular,
la construcción de infraestructura adecuada o la contratación de personal capacitado.
También hay problemas de eficiencia en el gasto: contratos mal diseñados, concesiones sin
supervisión, corrupción y falta de evaluación de resultados. A nivel federal existen programas
de apoyo, pero no están integrados a una estrategia de largo plazo.
Como analizamos, el financiamiento de la gestión de residuos recae principalmente en los
gobiernos municipales. Según el Diagnóstico Básico para la Gestión Integral de los Residuos
2020 (SEMARNAT), el gasto promedio municipal en manejo de residuos representa entre el
5% y el 10% de su presupuesto total, dependiendo del tamaño del municipio. Sin embargo,
este monto no es suficiente para cubrir de forma adecuada los costos de operación,
mantenimiento, modernización y tratamiento final.
Nuestro país enfrenta problemas y desafíos en este aspecto presupuestal, tales como los
siguientes principales:
Sub financiamiento: Muchos municipios no cuentan con recursos suficientes ni para
garantizar la recolección diaria. Más del 70% del gasto se destina exclusivamente a la
recolección y transporte, dejando muy poco margen para invertir en reciclaje, separación en
origen o infraestructura moderna.
Falta de recuperación de costos: En la mayoría de los municipios, el servicio de recolección
de residuos es gratuito o simbólico para el ciudadano, lo cual dificulta la sostenibilidad
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financiera. No se aplican tarifas progresivas ni se vincula el pago al volumen de residuos
generados, como sucede en otros países.
B) Alemania
El modelo alemán destaca por su estructura financiera eficiente, estable y transparente,
basada en la corresponsabilidad entre gobierno, empresas y ciudadanos. El sistema de
financiamiento es mixto. Por un lado, los ciudadanos pagan una cuota por el servicio de
recolección y tratamiento, lo que garantiza ingresos constantes para los municipios. Por otro
lado, el modelo REP implica que las empresas financien parte del sistema a través de
contribuciones obligatorias.
El presupuesto está orientado a resultados, con indicadores claros de eficiencia, cobertura y
reciclaje. La transparencia presupuestal permite la rendición de cuentas y la participación
ciudadana. Además, el sector privado participa activamente en el procesamiento de residuos,
generando empleo y valor económico. El financiamiento de este país se divide en lo
siguiente:
Tarifas municipales diferenciadas: Los ciudadanos alemanes pagan una tarifa por el servicio
de gestión de residuos, cuyo monto varía según el tipo de residuos, la frecuencia de
recolección y el volumen generado. Este esquema incentiva la reducción en la fuente y la
separación correcta de los residuos.
Responsabilidad extendida del productor (REP): Una parte del sistema se financia con
aportaciones obligatorias de las empresas, especialmente las que comercializan envases y
embalajes. Estas contribuciones se canalizan a los sistemas duales, como el Duales System
Deutschland (DSD), encargado de la recolección selectiva y reciclaje.
Inversión en tecnología y eficiencia: Gracias al flujo estable de recursos, los municipios y
empresas alemanas han podido invertir en plantas de reciclaje automatizadas, incineradoras
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con recuperación de energía y centros de compostaje. Esta infraestructura genera valor
económico adicional y reduce los costos a largo plazo.
Planeación y monitoreo del gasto: El presupuesto para residuos es parte de una estrategia
nacional y regional de economía circular. Los municipios deben presentar reportes periódicos
de eficiencia y cumplimiento, y los datos son accesibles al público. Esto fomenta la rendición
de cuentas y el control del gasto.
Participación del sector privado y retorno económico: El sistema alemán permite que
empresas especializadas compitan para operar infraestructuras o procesos específicos bajo
esquemas de concesión, licitación o colaboración público-privada. Muchas de estas
actividades generan utilidades que se reinvierten en el sistema.
Financiamiento
Aspecto México Alemania
Fuente principal de Presupuesto municipal Tarifa ciudadana + REP +
financiamiento general inversión pública/privada
Inversión en infraestructura Limitada y con Alta, con tecnología
mantenimiento deficiente avanzada y mantenimiento
regular
Participación empresarial Baja y con regulación pero Alta, regulada y
escasa aplicación complementaria al sistema
público
A) México
Los mecanismos de control legal y técnico son limitados. La PROFEPA tiene facultades para
supervisar el cumplimiento ambiental, pero su cobertura es reducida y sus capacidades
técnicas están rebasadas. Muchos municipios ni siquiera cuentan con registros actualizados
sobre la cantidad y tipo de residuos generados.
La falta de transparencia es un problema grave: no hay acceso público a los datos de gestión
de residuos, ni mecanismos efectivos de rendición de cuentas. Las auditorías son escasas y
los indicadores de desempeño no están estandarizados.
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Existe marcos legales e institucionales como La Ley General para la Prevención y Gestión
Integral de los Residuos (LGPGIR) que otorga facultades de vigilancia a la PROFEPA y a
las autoridades ambientales estatales y municipales. No obstante, estas competencias están
limitadas principalmente al ámbito de los residuos peligrosos o industriales. En el caso de los
residuos sólidos urbanos, la vigilancia recae en los municipios, muchos de los cuales carecen
de áreas técnicas específicas para esta tarea.
Sólo una fracción de los municipios lleva registros confiables sobre los volúmenes y tipos de
residuos generados, recolectados o reciclados. El Diagnóstico Básico de Residuos 2020
(SEMARNAT) indica que más del 40% de los municipios no cuenta con datos actualizados,
aunque son datos de hace 5 años son los mas confiables en estos aspectos.
En cuanto las auditorías públicas realizadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF)
han detectado irregularidades en el uso de recursos destinados a residuos, pero sus
recomendaciones pocas veces derivan en sanciones efectivas.
B) Alemania
La ciudadanía tiene un papel importante gracias a una fuerte cultura ambiental promovida
desde las escuelas, los medios de comunicación y campañas gubernamentales. La separación
en origen es obligatoria y vigilada. Además, el sistema de reciclaje incluye incentivos, como
la devolución de depósitos (Pfand) por envases retornables, lo que ha generado altas tasas de
recuperación.
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En Alemania, existen sistemas de monitoreo y evaluación robustos. Los operadores de
residuos deben reportar periódicamente datos sobre cantidades recolectadas, recicladas,
incineradas o dispuestas. Estos datos se integran en informes estadísticos nacionales y
europeos.
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Educación ambiental desde la infancia.
Desde la perspectiva cualitativa, el sistema alemán se caracteriza por tener una fuerte cultura
ambiental en la ciudadanía. Desde la educación básica se enseña a los niños la importancia
del reciclaje y la separación de residuos. Esto genera una participación activa y consciente
de la población, en contraste con nuestro país, donde la educación ambiental es aún poca y
la participación ciudadana en el reciclaje es baja.
Asimismo, el sistema alemán cuenta con una infraestructura moderna y eficaz que permite el
procesamiento de residuos con alta eficiencia. Los ciudadanos confían en el sistema y tienen
incentivos claros para colaborar. Además, la rendición de cuentas es sólida: se publican
informes, se establecen metas verificables y se corrigen fallas a través de mecanismos
técnicos y legales. En México, por el contrario, existe una percepción generalizada de que el
reciclaje “no sirve”, ya que muchas veces los residuos separados por los ciudadanos terminan
mezclándose nuevamente durante la recolección. Esta desconfianza, combinada con la falta
de infraestructura y una cultura de residuos lineal, limita el impacto de los esfuerzos
existentes.
Desde la perspectiva cuantitativa, es más notable desde un punto de vista numérico, por
ejemplo:
La Tasa de reciclaje: Alemania recicla más del 67% de sus residuos urbanos, siendo uno de
los países líderes en Europa. En México, esta cifra oscila entre el 9% y el 14%, dependiendo
del estado.
Generación de residuos: En Alemania se generan aproximadamente 630 kg de residuos por
persona al año, mientras que en México se generan cerca de 1.2 kg por persona al día, lo que
equivale a 438 kg al año. Aunque la generación es similar, Alemania aprovecha mejor sus
residuos.
Disposición final: Más del 95% de los residuos en Alemania son tratados adecuadamente
(reciclaje, compostaje o aprovechamiento energético). En México, una gran parte aún
termina en tiraderos a cielo abierto (más de 1,600 registrados por SEMARNAT), lo que
contribuye a la contaminación del suelo, agua y aire.
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2.6. Justificación del modelo alemán como mejor práctica
A) Estructura legal robusta y actualizada
Alemania cuenta con una ley de economía circular que obliga a prevenir residuos, y
promueve activamente la reutilización y reciclaje antes que la disposición. Esta ley está
acompañada de normativas técnicas actualizadas, sanciones claras y una coordinación eficaz
entre niveles de gobierno. En cambio, la LGPGIR mexicana ha quedado rezagada, y no está
alineada con una estrategia nacional de economía circular. La descentralización ha generado
desigualdad y falta de control.
B)Cultura ambiental y participación ciudadana
En Alemania, existe una fuerte conciencia ecológica. Separar los residuos es una práctica
cotidiana, respaldada por campañas educativas, reglamentos y un sentido de responsabilidad
colectiva. La ciudadanía confía en el sistema y participa activamente. En México, la
separación en origen es poco común. La falta de educación ambiental, un sistema ineficaz de
recolección diferenciada y escasa transparencia han generado apatía y desconfianza en el
sistema.
C) Resultados medibles y sostenibles
Alemania recicla más del 67% de sus residuos urbanos y casi el 100% recibe un tratamiento
adecuado. Menos del 5% va a rellenos sanitarios. Además, el sistema genera energía, empleo
y subproductos reutilizables. México apenas recicla entre el 9% y el 14%, y una parte
significativa de sus residuos termina en tiraderos a cielo abierto. La informalidad y el rezago
técnico dificultan alcanzar indicadores sustentables.
D) Supervisión y rendición de cuentas
Alemania cuenta con sistemas de monitoreo digitalizados, auditorías frecuentes y datos
abiertos. La rendición de cuentas es parte del proceso de gestión. En nuestro país hay pocas
bases de datos confiables, y los informes son escasos o poco accesibles.
E) Incentivos económicos y responsabilidad empresarial
El modelo de responsabilidad extendida del productor en Alemania ha logrado que las
empresas internalicen el costo de los residuos que generan, creando una cadena de valor que
fomenta el ecodiseño y la reducción en la fuente. En México, este principio es nuevo y apenas
comienza a implementarse y no es obligatorio en muchos sectores. Las empresas rara vez
asumen responsabilidades ambientales más allá de lo mínimo legal.
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III. Conclusión
Concluimos que, la gestión de residuos sólidos urbanos representa uno de los mayores retos
ambientales, sociales e institucionales para los gobiernos en todo el mundo. Este análisis
comparativo entre México y Alemania concluye que , si bien ambos países enfrentan
problemáticas comunes derivadas del crecimiento urbano, el consumo masivo y la
generación constante de desechos, sus respuestas institucionales y resultados han sido
diferentes.
El modelo alemán ha logrado consolidarse como un referente internacional en el manejo
integral de residuos gracias a una combinación de factores: un marco normativo actualizado,
mecanismos de fiscalización robustos, financiamiento suficiente, participación ciudadana
activa, tecnología avanzada, y sobre todo, una visión de largo plazo sustentada en la
economía circular. Este sistema permite no solo reducir de manera sustancial los volúmenes
de residuos enviados a disposición final, sino también recuperar materiales valiosos, generar
energía y fomentar la responsabilidad compartida entre gobierno, empresas y ciudadanos.
Por otra parte, nuestro país aún enfrenta retos estructurales que limitan el desempeño de la
función gubernamental en este ámbito. Entre ellos destacan la fragmentación institucional,
la limitada capacidad técnica y financiera de los municipios, , la escasa aplicación de la
responsabilidad extendida del productor, y la débil rendición de cuentas. A esto se suma una
cultura ciudadana pobre en términos de separación de residuos, reciclaje y exigencia de
transparencia gubernamental.
Si bien replicar el modelo alemán en México sería lo mejor en términos conceptuales, existen
obstáculos estructurales, políticos, culturales y económicos que impiden su aplicación
directa.
Como la Desigualdad institucional entre municipios, por la heterogeneidad entre municipios
mexicanos hablando de términos de capacidades administrativas, recursos financieros y
tamaño poblacional, dificulta la implementación uniforme de políticas nacionales. A
diferencia de Alemania, donde los municipios cuentan con recursos propios y autonomía
técnica, en México muchos ayuntamientos operan en condiciones de inestabilidad. También
el financiamiento destinado a la gestión de residuos en México es bajo. No existen
mecanismos estructurados para garantizar recursos recurrentes ni un esquema robusto de
tarifas o contribuciones ciudadanas, como sucede en Alemania. Y sin este soporte financiero,
resulta difícil construir infraestructura adecuada o profesionalizar al personal. Un aspecto
muy importante que considero un poco fuera de la gestión gubernamental es la cultura cívica
y ambiental débil de nuestro país, ya que la conciencia ciudadana sobre la separación de
residuos y la importancia del reciclaje es de suma importancia para que haya esa colaboración
entre ciudadanos- gobierno en aspectos como el reciclaje de residuos. En Alemania, ha
habido décadas de campañas educativas, cumplimiento normativo y servicios eficientes han
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creado una cultura sólida de participación ciudadana, lo que facilita la colaboración entre
usuarios y autoridades.
La ausencia de monitoreo y evaluación de desempeño, ya que sin estos datos confiables,
transparentes y auditables sobre la cantidad y tratamiento de residuos, no es posible tomar
decisiones informadas ni ajustar políticas públicas. Alemania basa sus políticas en
estadísticas detalladas y sistemas digitalizados de seguimiento.
La corrupción e impunidad, un problema que afecta muchos aspectos gubernamentales en
México, en este tema no es la excepción, ya que la falta de sanciones efectivas y la corrupción
en algunos contratos de servicios públicos, concesiones o compras gubernamentales también
obstaculizan una gestión eficiente. Esto genera desconfianza social y frena el avance hacia
un sistema moderno y sustentable.
A pesar de estos obstáculos, México sí podría dirigirse hacia un modelo más eficiente y
sustentable inspirado en las buenas prácticas alemanas, siempre que se adapten a su
realidad institucional y social.
A nivel federal se podría reformar la LGPGIR para incluir REP obligatoria y metas de
reciclaje, así como incrementar e incentivar la educación ambiental en todos los niveles
escolares fomentar campañas permanentes y construir ciudadanía ambiental.. También
establecer un sistema nacional de indicadores de gestión de residuos. Así como fortalecer las
capacidades técnicas y financieras de los municipios y viendo el reciclaje como una inversión
a mediano plazo.
Fomentar la participación del sector privado puede ser un aspecto importante en el aspecto
financiero y en la innovación tecnológica.
Adoptar buenas prácticas internacionales como las de Alemania podría mejorar
significativamente el manejo de residuos en México y avanzar hacia una economía circular
más justa y sostenible.
Para finalizar, Alemania representa una guía viable de lo que puede lograrse con una buena
planificación estratégica y compromiso social. México, aunque enfrenta obstáculos
importantes, tiene también una ventana de oportunidad para reformar su sistema de gestión
de residuos, mejorar su desempeño gubernamental y avanzar hacia un modelo más justo,
eficiente con base en los principios de sostenibilidad y economía circular.
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IV. Bibliografía
Oceana México. (2023). Análisis del presupuesto para el sector ambiental 2018–2024.
Oceana. https://mx.oceana.org/wp-content/uploads/sites/17/2023/11/Analisis-del-
presupuesto-para-el-sector-ambiental-2024.pdf
Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. (2023). Ley General para la Prevención
y Gestión Integral de los Residuos. Diario Oficial de la Federación.
https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGPGIR.pdf
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