Contexto filosófico en el cual surge el protestantismo
El contexto filosófico en la cual surge el protestantismo es el humanismo, y esta filosofía
esta centrada en el hombre y no en Dios.
Se puede decir que esta filosofía comienza cuando llegan a Occidente los libros griegos y
latinos y surge una devoción por lo antiguo, pero esto llega al extremo; por cierto, sin
criterio ni saber demasiado lo que es cada cosa, y se ataca a la Escolástica y comienza a
sentirse aversión por la teología.
El humanismo se enlaza con la nueva religiosidad, con la conciencia de que es menester
una reforma; y pronto se convertirá en la Reforma luterana. Se aborda el problema con el
incipiente racionalismo, con ese nuevo uso de la razón aplicada al hombre y a la naturaleza.
El interés por la naturaleza trasciende de su propia esfera. Ya no se contenta el hombre con
volverse ahincadamente a lo natural; trata de imponer este carácter a todas las cosas. No
solo habrá una ciencia natural, sino un derecho natural, una religión natural, una moral
natural, un naturalismo humano. La filosofía renacentista o humanista hace que surja la
religión natural, ¿Qué quiere decir «religión natural»? Es lo que queda de la religión
después de quitarle todo lo sobrenatural: revelación, dogma, historia, etc. La religión
natural es lo que el hombre siente por su propia naturaleza, un Dios, no como el Dios
personal del dogma cristiano, sino una idea de Dios. El derecho natural, la moral natural,
son los que competen al hombre por solo ser hombre. Se trata de algo fuera de la historia y
fuera de la gracia.
Tenemos que distinguir en la filosofía renacentista dos aspectos diferentes: uno de ellos es
la masa del pensamiento del siglo XV y el XVI, que se presenta con los caracteres típicos
del «Renacimiento»; es decir, oposición a la Edad Media y restauración —renacimiento—
de la antigüedad; el otro es la corriente, tal vez menos visible, pero más profunda, que
continúa la auténtica filosofía medieval y alcanza su madurez plena en Descartes. Aquí no
hay ruptura, naturalmente, sino el llevar a sus consecuencias últimas la interna dialéctica de
los problemas filosóficos medievales.
El Renacimiento alemán tiene gran importancia. Presenta un carácter distinto del de los
demás países, y tiene tal vez más fecundidad filosófica. En lugar del predominio del
humanismo, con su tendencia marcadamente literaria, el pensamiento alemán de fines del
siglo XV y del XVI está en estrecha conexión con la mística especulativa. Susón, Tauler,
Ángel Silesio, el autor de la Teología alemana, todos proceden de la mística especulativa de
Eckehart; los místicos protestantes se enlazan también con esta tradición.
Más interés tiene el pensamiento religioso y místico. Ante todo, claro es, la teología de los
reformadores, sobre todo de Lutero, y en menor grado de Zwinglio; con la Reforma se
enlaza el humanismo alemán de Melanchthori y Reuchlin, por una parte, y por otra, la
mística protestante.