TERÇO DOS HOMENS
HIMNO DEL ROSARIO DE LOS HOMBRES DE LA MADRE REINA
Ó Madre y Reina del Santo Rosario
Madre Admirable, Madre del Santuario,
El mundo sin fe en el dolor se consume,
Ayuda a este mundo con el Rosario de los Hombres.
En Tu Santuario, que es fuente y cuna,
Nació la misión de los Hombres del Rosario.
El primer hombre, un santo varón,
Como el bien amado, se llama João.
El Rosario es un regalo de Tu ternura
Las manos que te llevan son nuestras son duras.
El hombre rezando se convierte en niño,
¿Qué puede cambiar el destino del mundo?
El Rosario tiene cuentas y se medita,
Pero Tú, Madre, no cuentas nuestro pecado.
Convidas a todos, el Terço es del pueblo,
Solo quieres que el hombre sea un hombre nuevo. R:
Es tu escuela el Rosario, él es luz.
Nadie como Tú sabe más de Jesús.
El Santo Evangelio enseña de nuevo
Tu Tercio es la Biblia que Dios dio al pueblo.
En las Aves Marías que aquí repetimos,
Hablamos del amor que por Ti sentimos.
Con el Rosario en la mano en santas vigilias
Rezagamos unidos a nuestras familias.
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GUION PARA EL ROSARIO
1. Hacer una acogida a los presentes y a continuación
lectura de las intenciones del Rosario.
2.SALUDO DE APERTURA
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
3.ATO PENITENCIAL.
Sugerencias: Hermanos, hagamos un momento de silencio
para analizar nuestro pasado y cómo deberíamos actuar
no futuro diante de las personas que conviven con nosotros y de los
problemas que enfrentamos en el día a día. Si tenemos
alguna herida, ya sea de un familiar, de nuestros padres, de
nuestros hijos, de nuestra esposa, de alguna otra persona,
aproveitem este momento para pedir a Mãe Rainha para
interceder por nosotros, para que su Hijo nos perdone.
Dirigente: Señor, ten piedad de nosotros.
Todos: Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Todos: Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Todos: Señor, ten piedad de nosotros.
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Dirigente–Dios nuestro Padre, ten misericordia de
todos nosotros aquí presentes, perdona nuestros pecados y
nos conduzca a la vida eterna. Amén.
4.INVOCACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y
enciendan en ellos el fuego de Su Amor. Envíen Su
El espíritu y todo será creado y renovaréis la faz de la tierra.
Oremos: Ó Dios que instruiste los corazones de los
vuestras fieles, con la luz del Espíritu Santo, haced que
apreciemos rectamente todas las cosas según el
mismo Espíritu y disfrutemos de su consolación. Por
Cristo Señor Nuestro. Amén.
5.ACLAMACIÓN DEL EVANGELIO (elegir canticos)
conocidos).
6. LECTURA DEL EVANGELIO DEL DÍA
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7.ORACIÓN DE OFRECIMIENTO:
Divino Jesús, te ofrezco este rosario que voy a
rezar, contemplando los misterios de nuestra Redención.
Concédeme, por la intercesión de María, tu Madre
Santísima, a quien me dirijo, las gracias necesarias para
bien rezarlo para ganar las indulgencias de esta santa
devoción. (Se puede añadir lo que sigue, y también
intenciones particulares: También os ofrezco en
reparación a los Corazones de Jesús y María, en las intenciones
del Inmaculado Corazón de María, en las intenciones del Santo
Padre, por el Santo Padre y por toda la Iglesia, por la
santificación del clero y de las familias, por las vocaciones
sacerdotales, religiosas, misioneras y laicas, por la Paz en
mundo, pelo Brasil).
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8. CREDO Y EL PADRE NUESTRO
9.AVE-MARIAS
Dios te salve María, Hija de Dios Padre, y danos la gracia
do acolhimento espiritual.Ave-Maria...
Dios te salve María, madre de Dios Hijo, es dános a
gracia de la transformación interior. Ave-María...
Dios te Salve María, Esposa del Espíritu Santo y
Sagrario de la Santísima Trinidad, danos la gracia de la
fecundidad apostólica. Ave María...
10.JACULATORIAS
Ó mi Jesús, perdónanos y líbranos del fuego del
inferno; llevad las almas todas al cielo y socorred
principalmente las que más necesiten.
Madre, Reina y Vendedora Tres Veces Admirable de
Schoenstatt, ruega por nosotros, y bendice a las familias del
mundo entero.
Ave María, Virgen Poderosa, Inmaculada Concepción,
Reina de las Victorias, que sus Lágrimas de
Sangre destruyan las fuerzas del infierno. ¡Que así sea!
Glorioso san José, ayúdanos.
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11. Misterios del Rosario: MISTERIOS GLORIOSOS
1º MISTÉRIO: LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO
(Mt 28, 1–15; Mc 16, 1–18; Lc 24, 1–49; Jo 20).
Contemplamos el triunfo del Redentor sobre la muerte y sobre
los tormentos, resucitando al tercer día, inmortal y
impasible.
2º MISTÉRIO: ASCENSIÓN ADMIRABLE DE JESÚS AL
CIELO (Mc 16, 1 –19; Lc 24, 44 –53; At 1, 1 –11).
Contemplemos la Ascensión de Jesús al cielo, teniendo
pasó cuarenta días en la tierra después de su Resurrección,
en la presencia de su bendita Madre y de los Apóstoles.
3º MISTERIO: LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO (Hechos 2,1-
41). Contemplamos la venida del Espíritu Santo sobre los
Apóstoles, reunidos con María Santísima en el Cenáculo,
en Jerusalén.
4º MISTERIO: LA ASUNCIÓN DE NTRA. SRA. A
CÉU. Contemplemos a Virgen Santísima elevada al cielo
en cuerpo y alma, después de haber asistido a la Iglesia naciente,
durante algunos años.
5º MISTÉRIO: CORONACIÓN DE NUESTRA SEÑORA EN
CIELO (Ap. 12,1). Contemplemos la glorificación de Nuestra
Señora en el cielo, siendo coronada por su Hijo, en la
presencia de toda la corte celeste, como Reina de todos los
santos y ángeles.
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12. AGRADECIMIENTO DEL ROSARIO
Infinitas gracias Te damos, Soberana Reina, por los
beneficios que todos los días recibimos de Vuestras manos
liberais. Dignai-Vos agora e para sempre tomar-nos
debajo de vuestro poderoso amparo y para más vos
obligar, Los saludamos con una Salve Reina.
13.SALVE REINA
Salve Reina, madre de misericordia, vida, dulzura y
esperanza nuestra, ¡salve! A Vosotros bradamos los
degredados filhos de Eva. A Vós suspiramos,
gemendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea, pues!
abogada nuestra, esos Vuestros ojos misericordiosos
a nosotros volved, y después de este destierro mostradnos
Jesús, bendito fruto de vuestro vientre, oh clemente, oh
piedosa, ó dulce y siempre Virgen María. Ruega por nosotros
Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de
promesas de Cristo.
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14.CONCLUSIÓN
Hoy os ofrezco, María, todas las obras de este día. En el
vuestras manos, pongo mi gozo, mis trabajos y
el reposo, mis deseos y pensamientos, los
mis oraciones y sentimientos. Todo lo que me traiga el
día, te lo entregaré a ti, oh María!
Ó Señora mía, ó mi Madre, yo me ofrezco todo a
vos, y, en prueba de mi devoción hacia vosotros,
te consagro, en este día y para siempre, mis ojos,
mis oídos, mi boca, mi corazón y
integramente todo mi ser; y porque así soy todo
vosso, ó incomparável Madre, guardadme y defendedme
como cosa y propiedad vuestra.
Acordaos de que os pertenezco, tierna Madre, Señora
Nuestra. ¡Ah! Guárdame y defiéndeme como cosa
propia vuestra.