Sociedad del conocimiento
Manuel Castells
Los inicios del desarrollo teórico del concepto
“Sociedad de la información” se sitúan en la década
de 1960, como consecuencia de un proceso
económico en el cual los sectores de producción
agrícola e industrial perdieron su liderazgo en el
desarrollo económico.
En dicha década, el surgimiento acelerado de un
nuevo sector, llamado “sector servicios”, comenzó a
constituirse como el “tercer sector de la
producción”.
Como señala el sociólogo catalán Manuel Castells, ha
surgido una nueva era: la era de la información, en la
cual ha tenido gran auge el “sector servicios”, que
incluye actividades tan dispares y disímiles tales
como el transporte, la comunicación, las redes de
distribución comercial, el almacenamiento, las
finanzas y créditos, asesorías, publicidad, diseño de
software, informática y telemática, medios masivos
de comunicación, industrias del entretenimiento,
turismo, e incluso, venta informal.
Este cambio fue estudiado en el ámbito de la alta gerencia,
por Peter Drucker, pensador austriaco del mundo de la
empresa, quien destacó la importancia de la productividad
del conocimiento a partir de los procesos de sistematización
y organización de la información (Drucker, 1993: 57).
El conocimiento, decía Drucker, se ha convertido en una
nueva fuente de producción de la riqueza, cuya capacidad se
incrementaría progresivamente, lo cual le llevó a vaticinar
que a finales de los 70, el sector del conocimiento generaría
la mitad del producto interno bruto de la economía mundial
Desde la perspectiva de Drucker, estamos asistiendo a la
emergencia de una sociedad postcapitalista, en la que el
conocimiento ha adquirido gran preponderancia en
relación con los factores de productividad, tales como el
capital, la tierra y el trabajo de la era industrial.
De esta manera, las nuevas tecnologías de
información y comunicación, transforman
radicalmente las economías, los mercados y la
estructura de la industria, los productos y servicios,
los puestos de trabajo y los mercados laborales.
El impacto de las nuevas tecnologías se ha
extendido paulatinamente al conjunto de la
sociedad, la política, la educación, la
comunicación, el entretenimiento, y en general,
a la manera como las personas ven el mundo y
se perciben a sí mismas.
Sociedad del Conocimiento
El Informe Mundial de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO) del año 2005, titulado “Hacia las sociedades
del conocimiento” señala que las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación han creado las
condiciones para la aparición de sociedades del
conocimiento, ya que éstas se han convertido en un medio
al servicio de un fin más elevado y deseable, que consiste
en la posibilidad de alcanzar el desarrollo para todos, y
sobre todo para los países subdesarrollados (ONU, 2005).
Desde la perspectiva de la UNESCO, se
considera que el acceso a la educación, la
información y la libertad de expresión, son los
pilares de la sociedad del conocimiento.
Asimismo, la sociedad del conocimiento es un
concepto importante no sólo para el
crecimiento económico, sino también para
desarrollar todos los sectores de la sociedad
desde un punto de vista humano.
En este sentido, la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de
la Información, realizada en Ginebra en el año 2005,
declaró que “la sociedad del conocimiento debe
comprenderse no sólo como una sociedad que se quiere
comunicar de otra manera, sino que busca compartir un
saber. Desde esta perspectiva, se trata entonces de una
sociedad del saber compartido y del conocimiento, que
tiene en cuenta la pluralidad, la heterogeneidad y la
diversidad cultural de las sociedades” (Cumbre Mundial
sobre la Sociedad de la Información, Ginebra 2003 -
Túnez 2005).
La sociedad del conocimiento se caracteriza
por la importancia que adquiere la educación y
el acceso a las redes informacionales. Estos
dos factores se constituyen en el principal
recurso para formar ciudadanos competentes
en un mundo globalizado.
En este tipo de sociedad, el conocimiento se
convierte en un elemento fundamental de la
vida humana, pues todas las actividades
económicas, laborales, educativas, culturales y
comunicativas requieren de ciertas
competencias cognitivas y mentales.
Características principales:
Capacidad de innovación
Existencia de redes de comunicación
Manuel Castells señala que uno de los
principales rasgos de las sociedades del
conocimiento es precisamente la capacidad de
innovar.
A través de esta competencia se transforman
los procesos y surgen los cambios.
Castells identifica al interior de las empresas
dos clases de conocimiento, uno tácito que se
encuentra en los trabajadores como resultado
de su experiencia laboral, y otro explícito que
corresponde a la empresa y al conocimiento de
sus procesos formales de gestión.
Los procesos de innovación se multiplican cuando las
organizaciones son capaces de establecer puentes para
transferir el conocimiento tácito al explícito, el explícito al
tácito, el tácito al tácito, y el explícito al explícito.
Al hacerlo, no sólo se comunica y amplía la experiencia
del trabajador para aumentar el cuerpo formal del
conocimiento de la empresa, sino que también puede
incorporarse el conocimiento generado en el mundo
exterior de los hábitos tácitos de los trabajadores,
permitiéndose elaborar sus propios usos y mejorar los
procedimientos tipificados. (Castells, 2001: 187-188).
De acuerdo con esto se puede ver la
importancia de la fluidez en la comunicación
del conocimiento, pues sólo a través de ella se
desarrolla la capacidad de innovar.
Otro rasgo de la sociedad del conocimiento es
la existencia de las redes de comunicación, a
través de las cuales se intercambia información
desde cualquier parte del mundo.
Se puede acceder a bases de datos (revistas,
periódicos, libros), en un tiempo real y en un
espacio virtual.
La comunicación a través de los computadores
genera un vasto despliegue de comunidades
virtuales, que rompen las fronteras físicas y
permiten la interacción.
Las aplicaciones de la realidad virtual en los
distintos campos del conocimiento pueden
crear ambientes virtuales de aprendizaje.
La Educación en la Sociedad del
Conocimiento.
Los procesos educativos son una parte
constitutiva de las sociedades del
conocimiento. Pues la educación tiene la tarea
fundamental de habituar a los individuos a
seleccionar, a filtrar y a valorar la información,
de modo que se promuevan los procesos de
innovación.
La sociedad del conocimiento se fundamenta
en la educación de profesionales, de modo que
sean competentes en el manejo de la
infraestructura tecnológica y en la gestión del
conocimiento (Castells, 2001: 29-31).
En cuanto a lo tecnológico comprende el
manejo de tres áreas: la informática, las
telecomunicaciones y la transferencia y
procesamiento de datos e imágenes.
En cuanto a la gestión del conocimiento, se
busca desarrollar procesos educativos
tendientes a identificar, difundir y crear
conocimiento en las comunidades,
organizaciones, instituciones y empresas.
Aprender a potenciar el conocimiento que
existe en aras de conseguir los resultados
esperados.
La UNESCO señala que el elemento central de
las sociedades del conocimiento es la
“capacidad para identificar, producir, tratar,
transformar, difundir y utilizar la información
con vistas a crear y aplicar los conocimientos
necesarios para el desarrollo humano”
(UNESCO, 2005).
Esto significa que las sociedades del
conocimiento consideran a las nuevas
tecnologías de la comunicación y de la
información como un medio para desarrollar la
autonomía, la pluralidad y el respeto a los
derechos humanos.
Igualmente cobran importancia en este
contexto nuevos conceptos tales como las
“sociedades del aprendizaje”, y el “aprender
durante toda la vida”.
La “sociedad del aprendizaje” se refiere a un
nuevo tipo de sociedad en donde el
conocimiento se construye fuera de las
instituciones educativas, y no se limita a la
formación inicial.
Mientras que “el aprender durante toda la vida”,
señala que actualmente, las personas se ven
obligadas a desempeñarse en diferentes
actividades a lo largo de toda su vida, de modo
que se hace indispensable estudiar siempre
(UNESCO, 2005: 59).
Lo que indica que han quedado atrás los tiempos
en que se pensaba que la educación correspondía
a las etapas iniciales de la vida de un ser humano.
Por otra parte, Drucker observó en su noción
de sociedad del aprendizaje la importancia de
“aprender a aprender”, un concepto que puede
ser aplicado desde la perspectiva individual,
pero también desde el punto de vista
organizacional.
Las empresas e instituciones pueden
sistematizar y hacer seguimiento de sus
aciertos, de modo que pueden recuperar el
saber hacer como empresa con vistas a
aprender a aprender, profundizando el papel
del conocimiento y la importancia de la
formación académica y profesional.
En este proceso de construcción de las sociedades
del conocimiento, es importante señalar que uno
de los obstáculos más frecuentes para los países
en vías de desarrollo, como Colombia, es la
incapacidad de dominar la tecnología.
Esta falencia repercute de manera determinante en
la formación de sociedades del conocimiento, y se
ve reflejado en su desarrollo económico, político
y cultural.
A este respecto, la UNESCO señala que uno de
los grandes obstáculos que existen para
cumplir con los Objetivos de Desarrollo para el
Milenio, es la considerable inversión en
educación y formación que se requiere para la
construcción de una sociedad del conocimiento
(UNESCO, 2005).