III
MODELOS DE
ACCIÓN
MODELOS
ECLESIOLÓGICOS
La Iglesia, en cuanto
institución divina y
humana, es también
factor cultural.
Consecuentemente, la acción pastoral,
aunque traspasada por la gracia y por el
dinamismo del Espíritu Santo, no deja de
ser una acción humana, sujeta a las
contingencias de cualquier acción.
Al responder
pastoralmente
a los desafíos de su
contexto, inevitablemente,
va a configurar “modelos”
de acción que, a su vez,
tienen subyacentes
“modelos’ eclesiológicos.
La Iglesia, en su ya larga trayectoria
histórica, configuró diversos modelos
de acción pastoral, con sus respectivos
modos de pensar su acción.
1. La Pastoral
Voluntarista
Modelo de acción
Es el modelo de
acción del régimen de
Cristiandad. La acción
de la Iglesia y su modo
realización depende
de la voluntad del
clero.
A su vez, el clero no actúa concertado
entre si, pues no existe la conciencia
eclesial de Iglesia Local. Cada párroco es
prácticamente obispo en su parroquia.
La acción pastoral
se rige por el
pragmatismo del
párroco, según
su juicio o intuición.
Normalmente no se
va más allá de tareas
en torno a la sacramentalización y de la
ocasional asistencia a los pobres.
Cuando el clero no consigue realizar
todas sus tareas, pide la colaboración
de los laicos.
Las acciones son
aisladas, eventos,
sucesos, generalmente
ad intra, circunscritas
al ámbito religioso.
Como son eventos, se trata de una acción
atomizada, que no crea comunidad y ni
engendra proceso.
Hay un predominio de lo administrativo
sobre lo pastoral
Modelo eclesiológico
Hay, subyacente, una eclesiología
basada en un cristocentrismo
docetista (Y. Congar: jerarcología).
Cristo es la
Cabeza de la
Iglesia y los
bautizados sus
miembros. En la
Iglesia visible, el
clero hace la vez
del Cristo-cabeza
(alter Christus),
principio de toda
autoridad y poder.
En el modelo eclesiológico del régimen de
cristiandad hay, en la Iglesia, dos géneros
de cristianos:
el clero, polo activo,
a quién cabe toda
iniciativa y poder
de decisión y
los laicos, el polo
pasivo, a quién
cabe obedecer
dócilmente al clero.
El laico es aquel que “no es” clérigo
(el laico ‘no es’, identidad negativa).
Hay un eclesiocentrismo
– “fuera de la Iglesia no
hay salvación”.
Consecuentemente,
no hay ecumenismo, diálogo
inter-religioso y ni acciones
en colaboración con
otras instituciones.
La salvación, además de individual,
consiste en recibir los sacramentos
y practicar actos de piedad y de
caridad asistencial. La pastoral es de
sacramentalización, de conservación.
2. La Pastoral Colectiva
Modelo de acción
Es el modelo del régimen de
neo-cristiandad. La acción de
la Iglesia es llevada a cabo
por los movimientos y
asociaciones, pero de modo
independiente unos de otros.
Cada grupo forma un cuerpo (“una
iglesia”), en una especie de pastoral
corporativa: un “conjunto de pastorales”,
sin pastoral de conjunto.
La acción se circunscribe
en el ámbito nacional
y transnacional,
independiente de la Iglesia
Local, sea diocesana, sea
parroquial, con directrices
de acción exógenas a su
contexto.
Hay una acción invertebrada, sin un
objetivo común aglutinador o hilo
conductor que asegure una actuación
concertada.
Hay una diversidad que no engendra
unidad de criterios comunes de acción.
Como se trata de una pastoral de
reconquista, de cristianización,
la pastoral colectiva continúa ad
intra.
Se sale para fuera de la Iglesia,
para traer personas para dentro de
No se busca edificar el Reino de Dios,
sino implantar la Iglesia; una Iglesia
absorbedora y no servidora del Reino.
La acción no brota de las necesidades
locales, sino de directrices y normas
emanadas de afuera.
Modelo eclesiológico
La eclesiología es de la auto-comprensión
de la Iglesia como “Sociedad Perfecta”.
La sociedad civil se separó de la Iglesia
y está perdida; su salvación está en volver
a la Iglesia, la sociedad perfecta.
La misión de la Iglesia
se trata de recristianizar
la sociedad, ahora desde
abajo para arriba, por la
acción capilar de los
laicos.
Los laicos son
convocados y
delegados como
extensión del brazo
del clero (laicos
“mandatados”,
que van en nombre
del clero).
Hay una acción ad extra, pero con
la finalidad de reconquistar lo que
se perdió ad intra (misión centrípeta).
Tornar lo profano nuevamente sagrado.
3. La Pastoral orgánica
y de conjunto
Modelo de acción
La pastoral orgánica y
de conjunto nace cuando
se descubre la dimensión
diocesana de la pastoral.
Ella supera tanto el
parroquialismo del modelo
de cristiandad como el universalismo
del modelo de neocristiandad.
La Iglesia se descentra de si misma,
superando el eclesiocentismo.
Hay una presencia
en el mundo,
en espíritu de
diálogo y servicio,
a través del surgimiento
de la “pastoral social”,
sustentada por la planificación técnica.
La prioridad de los planes de pastoral
de conjunto es la reforma de la institución
y de la organización eclesial.
Lo pastoral predomina
sobre lo administrativo
y lo jurídico,
con la creación de
los secretariados
diocesanos de
pastoral, consejos,
asambleas y
equipos de
coordinación.
Sin embargo, al poner gran énfasis
en lo “orgánico” y en el “conjunto”,
lo institucional acaba prevaleciendo
sobre lo pastoral.
Modelo eclesiológico
La principal novedad de la eclesiología
del Vaticano II es el rescate de la Iglesia
Local: no hay Iglesia no anterior y ni
exterior a las Iglesias Locales.
La segunda es la superación del binomio clero-
laicos por el binomio comunidad-ministerios,
sustentada por la eclesiología “Pueblo de Dios”.
Tercero, hay la superación del
eclesiocentrismo, por la toma de
conciencia de que el mundo es
constitutivo de la Iglesia.
No es el mundo que está en la Iglesia, es la
Iglesia que está en el mundo y existe para
la salvación del mundo.
El ser humano y la creación es el camino
de la Iglesia, mediación de salvación del
mundo, de la humanidad.
Sin embargo, por un
lado, el acento en lo
“orgánico” y en el
“conjunto” llevó a
una cierta
burocratización de
la acción,
multiplicando
reuniones.
Por otro, la
valorización de la
Iglesia Local, de
la diocesaneidad,
a veces, se cayó
4. La Pastoral de Comunión
y Participación
Modelo de acción
Se busca hacer de las pequeñas
comunidades el sujeto de la planeación
y de la acción pastoral, en la óptica de
la opción preferencial por los pobres.
Se trata de acciones de
carácter transformador
y profético, en estrecha
relación con los movimientos
sociales y populares.
Se introduce en los procesos de planeación,
metodologías del trabajo popular y se busca
conjugar en saber científico con el saber
popular.
Sin perder de vista
la dimensión
diocesana de la
pastoral, se alargan
los horizontes de
acción.
Se busca articular
las acciones locales
con los ámbitos
nacional e
internacional.
Al valorizarse y
hacer de las
comunidades
eclesiales unidades
de planeación, se
construyó un
modelo de pastoral
que se busca
engendrar procesos.
Al priorizar el carisma en relación a la
institución, se privilegia la acción en
relación a las estructuras y la
organización.
Modelo eclesiológico
Es el modelo de Medellín y Puebla, en
la perspectiva de la “recepción creativa”
del Vaticano II, que re-sitúa a los
cristianos en la Iglesia y en el mundo.
Surgen las CEBs
como eclesiogénesis,
la Iglesia como
comunidad de pequeñas
comunidades, insertas
proféticamente en la
Iglesia Local y en la
sociedad.
En el seno de una Iglesia toda ella
ministerial, surgen nuevos ministerios,
especialmente ad extra, de servicio
al mundo, en perspectiva profética.
La inserción en el “mundo” se da desde
el mundo de los excluidos, buscando
incluirlos en un mundo en donde quepan
todos.
Se pone en evidencia
la corresponsabilidad
eclesial de todos los
bautizados, incluyendo
el clero, de donde
deriva el principio de
derecho de la
participación de todos
en las decisiones
relativas à pastoral.
Hay conciencia y decisión por la
superación del personalismo en la
pastoral, a través de la rotatividad de los
cargos de coordinación, asegurando los
ministerios como servicio a la comunidad.