FUNDAMENTOS DE LA FAMILIA JL Alvarez SC
FUNDAMENTOS DE LA FAMILIA JL Alvarez SC
CONYUGALIDAD Y PARENTALIDAD
1
ESQUEMA GENERAL
• 1. El paradigma sistémico familiar: principios fundamentales
• 2. El sistema familiar, conceptos y pilares básicos: alianza y filiación
• 3. Estructura de la familia
• 4. Funciones de la familia
• 5. Dinámica del sistema familiar: postulados básicos
• 6. Parentalidad y conyugalidad: entrecruzamientos
• 7. Disfunciones relevantes del SF
• 8. El ciclo vital de la familia
• 9. Un modelo de diagnóstico relacional
• 10. La familia funcional
• 11. La familia trianguladora
• 12. La familia deprivadora
• 13. La familia multiproblemática
• 14. Abordaje sistémico: criterios básicos
• 15. Bibliografía
2
INTRODUCCIÓN
• Objetivo: analizar los fundamentos de la familia desde una
perspectiva relacional sistémica, fundamentos que tienen
como punto de referencia la conyugalidad y la parentalidad,
especialmente la intersección de estas dos realidades básicas
de la familia, teniendo presente los diversos modelos de
familia que se van abriendo camino entre nosotros.
• Bajo la rúbrica de Conyugalidad y Parentalidad, estudiaremos
aquellos aspectos de la conyugalidad que interfieren, y con
cierta frecuencia problematizan, la parentalidad, así como, de
modo recíproco, indagar aquellos aspectos de la parentalidad
que inciden inevitablemente en la conyugalidad.
• Veremos cómo se entrecruzan y retroalimentan las
relaciones dentro del sistema de pareja y en el seno del
sistema familiar creado por la pareja.
3
EL PARADIGMA SISTEMICO FAMILIAR
Principios básicos
4
1. La realidad es siempre sistémica
5
2. Propiedades de los sistemas humanos
9
6. La familia: crisol de la personalidad
• La familia no es un contexto relacional más entre otros
(entorno social, cultural, nacional, ecosistema, etc.), sino aquél
que moldea y perfila nuestro estilo de apego, nuestro
carácter y nuestra personalidad.
• Desde una perspectiva sistémica actualizada cabe definir la
personalidad como “la dimensión individual de la experiencia
relacional acumulada, en diálogo presente y pasado y
doblemente contextualizada biológica y culturalmente”
(Linares, 2012: 238).
• El patrón de crianza parental y el estilo de apego (infantil y
adulto), junto con el influjo ambiental y el temperamental,
son la base de la personalidad del individuo.
10
7. La familia: cuna de sacrificio y crueldad
Un profundo conocedor de la familia, James Framo, afirma
acerca de ésta:
“Sus sólidos y singulares efectos, arraigados en lazos de
sangre, no sólo han sido las influencias pasadas formadoras de
la personalidad, sino que ejercen poderosas fuerzas en nuestra
vida cotidiana y en nuestro destino futuro. La familia moldea el
carácter de los seres humanos de un modo que ninguna otra
fuerza social puede hacerlo. Los grupos de iguales, las
situaciones laborales las redes de amistades, la clase social, la
raza, el sexo, la nacionalidad y la religión sólo tienen efectos
superficiales comparados con los de la familia. Reservamos
para nuestra familia lo mejor y lo peor de nosotros mismos,
mostramos hacia estos íntimos nuestra mayor crueldad, y con
todo por ellos hacemos nuestros mayores sacrificios” (Framo,
1979, 1990 :17-18).
11
7. Insuficiencia del paradigma individual (I)
• El aporte de Freud supuso un cambio radical de paradigma
epistemológico y terapéutico en la historia de la psiquiatría y la
psicología:
1) al concebir y tratar al paciente como sujeto (sujeto activo e
interactivo) y no como un objeto (“orgánico” y/o mental)
básicamente pasivo.
2) al desvelar claves decisivas de la dinámica profunda del
psiquismo humano, en la que la tríada relacional madre-padre-hij@
constituye un hito determinante en el devenir psicosocial del niñ@.
3) al descubrir que los síntomas del paciente son expresión
(metáfora y somatización) de un malestar psicológico profundo que
hunde sus raíces en su historia temprana y en particular en la
relación triangular primaria: madre-padre-hij@.
4) al descubrir que los síntomas pueden aportar un beneficio
secundario al paciente.
12
7. Insuficiencia del paradigma individual (II)
• Sin embargo, Freud, hijo de su tiempo, no pudo ver
la importancia capital de la familia como un todo
sistémico (la familia es más que la tríada padre-
madre-hij@) ni a atisbar la necesidad de incluirla
en la terapia del llamado “paciente identificado”, a
fin de contrarrestar precisamente esa insuficiente,
distorsionada e interesada identificación familiar.
• Más aún, tanto Freud como el psicoanálisis
ortodoxo infravaloraron e incluso negaron no pocas
veces la objetividad y la repercusión emocional de
las experiencias traumáticas reales de l@s niñ@s,
creyéndolas producto de su fantasía intrapsíquica.
13
7. Insuficiencia del paradigma individual (II)
• Tampoco el modelo cognitivo-conductual o el
racional-emotivo han sido capaces de dar cabida
apropiada -epistemológica y terapéuticamente- al
sistema familiar como crisol estructural y funcional
del comportamiento y las emociones del individuo.
• Los individuos no solo somos un conjunto de
procesos biológicos, cognitivos y emocionales,
sino seres relacionales, crecidos, desarrollados e
impulsados de por vida por nuestra familia,
verdadero crisol y espejo de nuestros vínculos y
motivaciones más intimos.
14
8. Postulados del paradigma relacional sistémico (I)
• La perspectiva sistémico-relacional, de la que la terapia familiar
es su expresión terapéutica, postula que la vida psíquica de un
individuo no es exclusivamente un proceso interno, sino que se
desarrolla en interacción constante con su entorno, en
particular con sus figuras más significativas, su familia. El
individuo (niño, adolescente o adulto) no es un mero receptor
de estímulos que recibe pasivamente, es así mismo productor
de estímulos que impactan a quienes le rodean y les hace
modular sus respuestas. Y estas respuestas influyen a su vez en
sus reacciones.
• Toda persona es pues sujeto y objeto de la interacción familiar y
social. Más aún, el contexto familiar –y el social en general- es
de tal naturaleza (sistémico-relacional) que predispone e
impulsa el tipo de acciones que realiza el miembro de una
familia en su interacción con ésta.
15
8. Postulados del paradigma relacional sistémico (II)
• De ahí que, como señala Minuchin, el individuo que vive en el
seno de una familia “es un miembro de un sistema social al que
debe adaptarse. Sus acciones se encuentran regidas por las
características del sistema, y estas características incluyen los
efectos de sus propias acciones pasadas. El individuo responde a
los estreses que se producen en otros lugares del sistema, a los
que se adapta; y él puede contribuir de forma significativa al
estrés de otros miembros del sistema” (1974: 29-30).
• Considerar la familia como el sistema relacional primario más
decisivo, supone pues concebir la mente como una realidad
tanto como extracerebral como intracerebral y,
consiguientemente, abordar las posibles posibles disfunciones y
trastornos desde un enfoque distinto cuyos axiomas
terapéuticos fundamentales son los siguientes:
16
8. Postulados del paradigma relacional sistémico (III)
• a) Las modificaciones en la estructura familiar contribuyen a la
producción de cambios en la conducta y los procesos
psíquicos internos de cada uno de los miembros del sistema
familiar (Minuchin, Jackson, Haley,).
• b) La conducta del terapeuta es muy significativa en dichos
cambios, en tanto que el terapeuta forma junto con la familia
un nuevo sistema, el sistema terapéutico, desde el cual
contribuye a generar cambios significativos en cada uno de los
miembros del sistema familiar y a la adecuada
reestructuración del sistema (Minuchin).
• c) El trabajo terapéutico promueve una experiencia de
parentalidad simbólica a través del modelo y el vínculo que
ofrece el terapeuta, como coterapeuta del sistema (Whitaker
&Napier).
17
9. Complementariedad de lo individual y lo sistémico
• Con todo, una importante observación epistemológica: la
dimensión relacional-sistémica que proponemos no anula ni
minusvalora la perspectiva individual tradicional, del mismo
modo que es importante subrayar que la dimensión puramente
individual resulta a todas luces insuficiente amputada de la
perspectiva relacional sistémica. Así, la dimensión relacional,
lejos de infravalorar la óptica individual, la enriquece y la
complementa significativamente (Linares, 2012).
• Dicho en otros términos, la circularidad –sería quizás más exacto
decir espiralidad bidireccional- y la reflexividad propias de la
perspectiva sistémica aportan sin duda una panorámica más rica
y completa a la linealidad –relativa, es cierto- de la óptica
individual, sin por ello dejar de reconocerle a ésta su valor
intrínseco, sobre todo a la tradición psicodinámica más solvente,
a la cual la dimensión relacional sistémica debe mucho sin duda.
18
Origen interdisciplinar del nuevo paradigma
• La nueva conceptualización de la familia como sistema supone, en
definitiva, un cambio de paradigma en la visión del ser humano y
del origen de un considerable número de disfunciones cognitivas,
emocionales y conductuales, así como de las potencialidades,
fortalezas y recursos para su resolución. Este nuevo paradigma no
surge ex novo, sino que ha sido producto de una labor teórica,
clínica e investigadora de diversos especialistas en diferentes
ramas del saber: psiquiatría, psico(pato)logía, antropología, teoría
de sistemas, biología, lingüística comunicacional, semiología, etc.,
• He aquí los grandes pioneros de la terapia familiar sistémica:
Nathan Ackerman, Georges Bateson, John Bell, Christian Midelfort,
Lyman Wynne, Murray Bowen, Carl Whitaker,, Milton Erikson, John
Weakland, William Fry, Don Jackson, Braulio Montalvo, Virginia
Satir, Margaret Singer, Jay Haley, Salvador Minuchin, Jules Riskin,
Paul Watzlavick, James Framo, Janet Beavin, Peggy Papp, etc.
19
La familia: conceptos y pilares
básicos
20
Diversidad de la morfología familiar
• Variedad creciente de familias o estructuras familiares en relación a la
morfología parental (número y género) y al origen biológico o
adoptivo de l@s hij@s: familias biparentales, monoparentales,
pluriparentales, adoptivas, reconstituidas, homoparentales,
lesboparentales, transexparentales, nucleares, de origen, extensas,
etc.
• Como señala Gérard Salem (1990: 13), “existe un polimorfismo
impresionante de la familia, catalogado por los etnólogos, los
sociólogos y los antropólogos, según sistemas de clasificación o
tipologías diferentes”, donde la tradición, la cultura y el contexto
político, económico y social juegan un papel innegable.
Históricamente se conocen diversos modelos de familia: patriarcal
(agnático), matriarcal, cognático, etc.
• ¿Qué tienen o deberían tener en común esas diversas modalidades
de familia?
21
Dos criterios universales: Alianza y Filiación
F I L I A C I Ó N
A L I A N Z A
23
La doble alianza
24
Filiación y parentalidad: dos caras de una misma
realidad
25
Filiación
• Filiación: Entendemos por filiación el vínculo afectivo
específico que se establece entre un hijo o hija y sus figuras
parentales. Los términos “hijo” e “hija” no tienen que
reflejar necesaria o exclusivamente los rasgos anatómico-
sexuales de la progenitura.
• Obviamente el vínculo filial puede ser y es de hecho muy
distinto en tipo e intensidad, según las circunstancias e
interacciones que se han sucedido entre cada uno de los
padres o la o las figuras adultas que asumen un rol parental y
cada uno de sus hij@s, biológicos, adoptados o acogidos.
• Valga el término “padres” como término genérico que alude
a ambas figuras parentales (“madre” y “padre”) que no
presupone necesariamente el sexo, el género ni el rol de
cada uno de los progenitores.
26
La parentalidad, base segura de apego
• El apego, como patrón de vinculación filioparental, es una
disposición innata y universal y que cobra forma primero
en un estilo de apego temprano y que va modulándose
paulatinamente a lo largo de la experiencia de
maduración e individuación a través de relaciones
interpersonales concretas de cuidado, apoyo, afecto,
intimidad, colaboración o disfrute.
• El apego temprano acaba transformándose en un estilo de
apego adulto que es el que cada uno de los miembros
aporta a la relación de pareja, la cual suele llegar a
conformar un apego de pareja determinado, en función
del tipo de apego adulto de sus componentes y del tipo
dominante de interacciones que se establezcan entre
ellos.
27
Parentalidad real y simbólica
• Parentalidad: Se entiende por parentalidad el vínculo
afectivo que une a los padres con sus hij@s, con la
responsabilidad inherente que conlleva, sean los
padres biológicos, de adopción o de acogida.
• La parentalidad es el cordón umbilical que asegura la
supervivencia emocional del niñ@ y su normal
desarrollo cognitivo, socioafectivo y de individuación.
• No es por casualidad que la terapia pueda, con razón,
ser considerada como “una experiencia de
parentalización simbólica, cuyo instrumento básico es
nuestro vínculo como coterapeutas” (Napier &
Whitaker, 1978, 2007: 101)
28
Carácter asimétrico de la parentalidad
• La relación parento-filial es una relación desigual “en la
que el dar y el recibir no pueden estar equilibrados”
(Linares, 2006). En efecto, son los padres quienes, salvo
en situaciones de desamparo, tienen la responsabilidad
del cuidado de sus hijos menores de edad, de la que se
deriva su autoridad sobre ellos.
• Padres e hijos están sin duda en un plano de igualdad
en cuanto a dignidad, pero las figuras parentales están
obligadas jurídica y moralmente a asegurar el bienestar
de los hijos, y estos a su vez deben aprender –
debidamente enseñados- a guardar a sus progenitores
o figuras parentales el debido respeto y cumplir las
normas elementales de convivencia familiar y social.
29
Parentalidad: norma, contención y afecto
• Una relación parentofilial sana viene definida no
solo por el esfuerzo responsable de los padres
por asegurar a sus hij@s las necesidades
materiales y afectivas, sino asimismo, y no en
menor medida, por la capacidad parental de
hacer cumplir las normas básicas de convivencia
familiar y social, mostrándose capaces de poner
límites (contención), nombre y valor a las
conductas impropias de sus hijos, al tiempo que
les ayudan a reconocer y verbalizar las emociones
y sentimientos que subyacen a dichas conductas.
30
La conyugalidad, base de la parentalidad
34
La pareja: un nuevo sistema de apego recíproco (I)
• La pareja ha de ser considerada en todo momento como
un sistema, con vocación de estabilidad y futuro,
constituido por dos personas con biografías
inevitablemente distintas, con sus particulares estilos de
apego labrados en sus familias de origen y que, consciente
o inconscientemente, toman a su compañero/a como una
nueva figura de apego que pueda sustituir, reforzar,
completar, transformar o modular de algún modo el propio
estilo vincular pro-parental.
• Cada compañero/a representa para el otro una base
segura de quien espera protección, cuidado, ayuda,
consuelo, afecto amoroso, relación afectivo-sexual, en un
contexto de proyecto de vida en común.
35
La pareja: un nuevo sistema de apego recíproco (II)
La relación de pareja debe ser vista como
fruto de la búsqueda innata y universal de un
vínculo de apego con una persona fuera de la
familia de origen que le permita madurar e
individuarse plenamente ejerciendo una
función de conyugalidad y, si así lo desean, de
parentalidad (paterna o materna), además de
las demás funciones sociales propias de un
adulto.
36
La elección de pareja (I)
• Es sabido que la conyugalidad hunde sus raíces en la elección
mutua de sus partenaires. A juicio de Linares (1996: 75-76), en
sintonía con diversos autores (Whitaker, Kubie, Dicks, Framo,
Willi, etc.) la elección de pareja se produce con un doble
baremo que se inspira simultáneamente –y en gran medida
inconscientemente- en el parecido y la diferencia.
• La familia de origen está presente tanto en el parecido como en
la diferencia motivando una opción continuista que reproduzca
modelos y patrones conocidos, o bien una de ruptura que
busque incorporar aquello que falta.
• Nuestro autor añade una precisión de calado: “Es probable que
contraste y semejanza se persigan en la mayoría de las parejas,
dando lugar a elementos de complementariedad y de simetría en
diversas proporciones, y también lo es que tales fórmulas
subyazcan tanto a éxitos como a fracasos” (Ibídem).
37
La elección de pareja (II)
• Dos grandes terapeutas, Whitaker & Napier, resumen así
su posición:
“Nuestra concepción es que el matrimonio comienza
habitualmente con el sueño de que nuestro consorte puede
ser esa figura idealizada –padre o madre, terapeuta,
amante, amigo- que nos ayudará a colmar todas las
necesidades , apetitos e insatisfacciones que cada uno de
nostros lleva a la vida conyugal. En especial, esperamos
que nuestra pareja nos ayude a completar la difícil e
inconclusa tarea de crecer… Llevamos al matrimonio
excesivos anhelos y necesidades ” (1978, 2007: 126-7).
• A partir de los 25 años buscamos en nuestra pareja lo que
necesitamos (Stan Tatkin, Annette Kreuz)
38
La elección de pareja (III)
• Uno de los mejores conocedores de las motivaciones inconscientes
de la pareja, Henrick Dicks, profundiza más:
“El compañero atrae porque representa o promete un
redescubrimiento de un importante aspecto perdido de la propia
personalidad del sujeto, el cual, debido al condicionamiento
temprano [apego temprano cabría decir], había sido desechado
como un objeto al que agredir o negar. En los momentos del cortejo
o en la fase de noviazgo, la urgencia sexual biológica obscurece a
menudo esta fuente potencial de tensión en el futuro.
Posteriormente los propósitos y las intenciones conscientes son
invadidos por disposiciones hasta ahora latentes para volver a
representar un modelo intrapsíquico en el nuevo marco del
matrimonio, el cual se convierte en un grado variable en una
pantalla de proyección para las tensiones a resolver en el
individuo” (Dicks, 1967: 30-31; el corchete y subrayados son
nuestros).
39
La conyugalidad y sus dificultades
• H. Dicks (1967) plantea tres hipótesis predictivas de conflicto en
la pareja:
1. Cuando el partenaire es elegido porque se le idealiza como una
figura parental cariñosa y después no se verifica esa idealización.
2. Cuando el partenaire es elegido porque representa la imagen
opuesta de una figura parental frustrante y luego aquél /aquella
se revela ser similar a dicha figura parental.
3. Cuando el/la compañero/a se da cuenta de que su pareja
representa la parte repudiada o reprimida de sí misma. Las
cualidades que en su día le atrajeron son precisamente las que no
están reconocidas en su propio self, lo que generara que también
sean desacreditadas en el partenaire. (Resumidas por Crawley &
Grant, 2010: 25)
40
Conjugar complementariedad y simetría
• J.L. Linares apunta la probabilidad de que determinadas
proporciones inadecuadas de complementariedad y simetría
están en el origen de conflictos de pareja, al igual que en los
sistemas familiares propiamente dichos, donde la conyugalidad y
la parentalidad se entrecruzan necesariamente (1996: 75-76).
• Al igual que sucede en el sistema familiar, la pareja, concebida
como un (sub)sistema conyugal de un sistema familiar en
proyecto –se materialice o no, y adopte la forma que decidan sus
protagonistas-, se revela a sí misma como un sistema relacional
en el que sus miembros cada uno de ellos ha de conjugar
individualidad (identidad personal) y relación de pareja
(identidad relacional), así como su posible rol parental,
conscientes además de su filiación respecto de sus familias
respectivas de origen y política.
41
Estilos de pareja (Campo & Linares, 2002)
Funcional Trianguladora Deprivadora Caótica
Jerarquía Equilibrada Predominio Predominio Predominio
simétrico complementari simétrico
Deprivaciones Funcionalidad
Parentalidad +
Parentalidad -
t
Caotizaciones Triangulaciones
Conyugalidad -
Figura nº 1
44
ESTRUCTURA DE LA FAMILIA
Morfología y organización
45
MORFOLOGÍA DE LA FAMILIA
• No hay duda que la estructura familiar, entendida en primer
lugar como la composición o morfología de la familia (es decir,
qué miembros que la componen), se configura y se estructura en
estrecha relación histórica con el sistema de parentesco (sistema
de alianzas).
• Es asimismo evidente que la estructura familiar ha evolucionado
a lo lago de la historia y todo indica que no cesará de
evolucionar. Con todo, hay razones antropológicas fundadas para
pensar que la familia, más allá de la estructura y tipología que
adopte en un futuro, seguirá existiendo como instancia primaria
básica de procreación y/o nutrición relacional. En este sentido,
son particularmente significativas las reflexiones del reputado
filósofo francés Jacques Derrida respondiendo a una pregunta de
otra célebre filósofa, Élisabeth Roudinesco (2003, pp.46-47):
46
La familia: organización universal en evolución
Jacques Derrida: “Yo no diría que la familia es eterna. Lo
que es inalterable, lo que seguirá atravesando la Historia,
es que hay, o que haya, ‘algo que se llama familia’… una
transhistoricidad del lazo familiar… organizado en torno
de la procreación, del alumbramiento… en todas sus
formas… Esta persistencia de un orden, no produce
ninguna figura ‘a priori’ determinable de cualquier
modelo familiar… No sabemos a qué se parecerá su
modelo normativo, legal, dominante dentro de siglos o
milenios… Pero la experiencia efectiva, cada vez singular,
no se doblega; jamás se sometió a esa ‘organización’
estatutaria. ¡Eso también es el inconsciente. Con el ‘sin-
familia’! ”.
47
La Familia: etimología y realidad
• La palabra familia proviene del latín fámulus, y con pequeñas
variaciones fonéticas y gráficas ha sido asimismo tomada en
préstamo por una gran mayoría de las lenguas de las
comunidades y países que nos rodean.
• En latín fámulus hacía referencia al sirviente y/o al esclavo.
Corominas & Pacual lo definen como “conjunto de los esclavos
y criados de una persona” (1992). Posteriormente dicho
conjunto se extendió a la esposa y demás parientes que
habitaban en una misma casa y bajo a la autoridad del ‘pater
familias’.
• Afortunadamente ya nadie asocia a la palabra familia a su
semántica etimológica, aunque algunos plantean encontrar un
término más adecuado.
48
Familia nuclear y familia de origen
• Una distinción que tiene serias implicaciones en el desarrollo
y devenir familiares: la familia nuclear y la familia extensa. Se
entiende por familia nuclear aquella compuesta por los
padres y los hijos. La familia extensa se refiere al conjunto de
los abuelos, padres, hijos y demás parientes. Factores
diversos (socio-económicos, políticos, laborales,
educacionales y culturales) han privilegiado en las últimas
décadas la familia nuclear.
• La familia humana no se limita a los padres y los hijos (familia
nuclear), sino que, se extiende a las familias de origen de los
progenitores, configurando así la familia extensa. En rigor, los
seres humanos, a diferencia de los animales, son los únicos
que poseen una familia política como tal (Haley).
49
La organización familiar: nuevos retos
• Conviene no minusvalorar el fenómeno cada vez más
frecuente de familias nucleares rotas, monoparentalizadas,
desestructuradas e incluso caóticas.
• Paralelamente el número de familias adoptivas,
reconstituidas o monoparentales por libre decisión es
creciente. Todo ello plantea nuevos retos de vinculación,
adaptación y desarrollo familiar saludable.
• Más allá de la morfología familiar, la organización del
sistema familiar hace referencia a tres características de las
que depende la estructura y la función del sistema: 1)
adaptabilidad (flexible, rígida o caótica; ámbito cognitivo);
2) cohesión (equilibrada, aglutinada o desligada; ámbito
emocional); 3) jerarquía (coherente, incoherente o
invertida; ámbito pragmático).
50
Estructura como organización familiar
• Una familia no se reduce a los aspectos
biopsicodinámicos de sus miembros. La tríada madre-
padre-hij@ no constituye sin más una familia. Una
familia es un sistema relacional dotado de estructura,
entendida como el conjunto de disposiciones que
gobiernan las transacciones (diádicas, triádicas y/o
poliádicas) entre sus miembros.
• Las disposiciones se refieren a las fronteras, límites,
jerarquía, reglas, normas, etc. que rigen el
funcionamiento del sistema familiar.
• La realidad de la estructura corresponde a un orden
diferente que la realidad de los miembros individuales
(Minuchin, 1974, 2009: 131)
51
La organización familiar: fronteras y límites
• Toda estructura familiar debe ser capaz de establecer
fronteras y límites adecuados para preservar su identidad
ante el exterior y la autonomía de los subsistemas
familiares.
• Se trata de asegurar una efectiva e imprescindible
individuación de los padres respecto de sus progenitores
así como establecer líneas rojas claras, jerarquías y roles
idóneos, entre el subsistema parental (conyugal) y el
subsistema filial (fratría/seroría), con el objetivo de
preservar y garantizar la autoridad parental y la progresiva
individuación filial de l@s hij@s, evitando así dinámicas de
parentalización, triangulación disfuncional, inversión de
roles o asignación de roles irracionales.
52
Aglutinamiento vs desligamiento
• Estructuralmente hablando, las familias pueden ser
aglutinadas , desligadas o equilibradas (centradas).
• Como señaló Minuchin, todas las familias pueden ser
consideradas “como pertenecientes a un continuum
cuyos polos son los dos extremos de límites difusos, por
un lado, y de límites sumamente rígidos, por el otro”
(1974, 2009: 86). La mayoría de las familias entran dentro
de los valores de normalidad, y caben calificarse de
centradas o equilibradas.
• Las familias normales o centradas tiene límites claros y
flexibles.
• Las familias aglutinadas son aquellas con límites difusos.
• Las familias desligadas tienen límites muy rígidos.
53
FUNCIONES BÁSICAS DE LA
FAMILIA
54
Funciones básicas: A) nutricias
55
B) Funciones sociabilizantes
56
Importancia de las f. nutricias y sociabilizantes
57
La nutrición relacional
58
Condiciones para una parentalidad responsable
60
El amor indispensable para el desarrollo emocional
63
La dinámica familiar sistémica
Postulados básicos
64
1. La familia, un complejo sistema transaccional
65
2. La familia, crisol de las relaciones íntimas
66
3. La familia, matriz de la personalidad individual (I)
67
La familia, matriz de la personalidad individual (II)
• Conviene distinguir temperamento, carácter y personalidad.
• Personalidad: un patrón complejo de características
psicológicas, que se expresan de forma automática en casi
todas las áreas de la actividad psicológica (Millon, 2002: 2).
• Carácter: conjunto de características adquiridas durante
nuestro crecimiento; conlleva un cierto grado de
conformidad con las normas sociales (Millon). El carácter
aparece como el nivel de funcionamiento manifiesto y no
mórbido de la estructura -profunda- de la personalidad de un
individuo (J. Bergeret, 1974, 2005: 17)
• Temperamento: representa la base biológica de la
personalidad; no es pues el resultado de la socialización, sino
que depende de una disposición biológica básica.
68
La familia, matriz de la personalidad individual (III)
• El patrón de crianza parental y el estilo de apego
(infantil y adulto), junto con el influjo ambiental y
el temperamental, son la base de la personalidad
del individuo.
• El patrón de crianza es reflejo del estilo de apego.
• El patrón de crianza puede ser funcional
(autoritativo flexible o “democrático”) o
disfuncional (autoritario; permisivo; negligente)
• El estilo de apego puede asimismo ser funcional
(seguro) o disfuncional (ambivalente; resistente;
desorganizado)
69
4. La familia funcional: crisis, errores y aciertos
• La familia funcional es aquella que, a pesar de las
dificultades y de las inevitables crisis, es capaz de
afrontarlas, no sin sufrimiento, con esfuerzo,
responsabilidad, lucidez, flexibilidad, asegurando y
adaptando evolutivamente adecuados límites, fronteras,
roles, rituales, lealtades sanas, sentimientos compartidos y,
en definitiva, un estilo familiar propio funcional.
• No existe un modelo único de familia funcional. Cada
familia mínimamente responsable y con unas condiciones
socio-económicas y laborales mínimamente adecuadas es
capaz de construir y consolidar una unidad familiar
funcional, consciente y orgullosa de sí misma, más allá de
los sinsabores o circunstancias desfavorables e incluso
trágicas que puedan sobrevenirle.
70
5. La familia disfuncional y sus síntomas
• Sin embargo, no cabe ocultar que existe asimismo un número
significativo de familias disfuncionales. Estas expresan con
frecuencia diversos síntomas relacionales, generalmente
manifiestos en uno o varios miembros de la familia, que han
de ser interpretados en clave sistémica familiar, sin excluir
obviamente posibles claves concomitantes.
• Los síntomas aparecen a menudo como metáforas
relacionales. Los síntomas son reflejo –a modo de metáfora-
de una disfunción familiar significativa, de la que el portador
de dichos síntomas es a la vez víctima y retroalimentador.
• El paciente sintomático parece mostrarse, inconscientemente,
como el portavoz simbólico de la disfuncionalidad familiar.
71
6. Función de los síntomas (I)
• Los síntomas son respuestas adaptativas, mejor
dicho, necesarias a los sistemas relacionales
íntimos en los que una persona está implicada a lo
largo de toda su vida (Framo, 1978: 34).
• Los síntomas se desarrollan como modos de
adaptarse a situaciones intolerables.
• Los síntomas aparecen cuando el ciclo vital de
una familia o de otro grupo natural se disloca o
interrumpe. EL síntoma es una señal de que la
familia enfrenta dificultades para superar una
etapa del ciclo vital (Haley, 1973, 2012: 45-46).
72
6. Función de los síntomas (II)
• Los síntomas suponen de algún modo un beneficio
secundario para el PI y/o para el sistema familiar. Pueden,
p. ej., ayudar al PI a evitar deberes desagradables, provocar
simpatía, elevar el prestigio, evitar tomar una decisión
relativo a un dilema considerado como insoluble, etc.
• En términos terapéuticos es más importante descubrir la
función ( el “para qué”) que cumple un síntoma que
perdernos en su etiología precisa (el “por qué”).
• “Los síntomas se forman, se seleccionan, se fingen, se
intercambian y se eliminan en función de la naturaleza del
contexto de relación dentro del que están intimamente
incrustados” (Framo, 1978: 36).
73
6. Función de los síntomas (III)
75
8. Resistencias al cambio
• El sistema familiar opone resistencia a los esfuerzos
individuales por cambiar y prescribe los
comportamientos de sus miembros para adaptarlos a
las necesidades del sistema.
• Así, por ejemplo, cualquier miembro que quiera cambiar
su rol en la familia –rol establecido y alimentado
precisamente por la propia familia- descubrirá enseguida
la reacción de oposición de ésta para evitar por todos los
medios dicho cambio de rol. En este caso hablaríamos
de una reacción homeostática negativa por parte de la
familia, que busca un equilibrio negativo (morfostasis),
regulado por feedbacks negativos.
76
9. La confabulación inconsciente (I)
•“Siempre que dos o más personas mantienen una estrecha
relación están confabuladas para transmitirse funciones psíquicas
de una a otra” (Framo, 1982, 1990: 55)
•El análisis relacional y la clínica han mostrado que en toda relación
íntima (pareja y familia) cada una de las personas lleva consigo una
o varias funciones psíquicas de la otra y además en connivencia
con ésta. Todo ocurre como si se estableciera un compromiso
(confabulación, en palabras de Framo) implícito o inconsciente
según el cual cada miembro de dicha relación íntima asume una
tarea psíquica (afrontar una determinada emoción, incapacidad o
responsabilidad) que (el) otro miembro no puede o quiere asumir.
77
9. La confabulación inconsciente (II)
• Como precisa Framo, “la confabulación puede
ser benigna: si tú estás asustado, yo me puedo
permitir ser valiente, si tú eres responsable, yo
me puedo permitir ser irresponsable; si tú te
enfrentas resueltamente a los problemas, yo
puedo evadirlos”. Pero el compromiso mutuo
“puede ser más grave e inconsciente: yo seré
tu yo malo y actuaré tus impulsos si tú no me
dejas nunca” (Framo, pp. 21-22, 55).
78
PARENTALIDAD Y CONYUGALIDAD
Entrecruzamientos
79
Conyugalidad +
Deprivaciones Funcionalidad
Parentalidad +
Parentalidad -
t
Caotizaciones Triangulaciones
Conyugalidad -
Figura nº 1
80
C+
Depresiones
P– P+
Neurosis Psicosis
C–
81
Parentalidad y conyugalidad: 5 axiomas (I)
87
Disfuncionalidades familiares relevantes (I)
90
Estilo autoritativo flexible
91
Estilo autoritario de crianza parental
92
Estilo permisivo de crianza parental
93
Estilo negligente de crianza parental
94
Fronteras y límites inadecuados: aglutinamiento .
• Las familias aglutinadas suelen poner unos límites entre los
miembros individuales difusos pero unas fronteras externas poco
permeables de modo que el sistema funciona en relativo
aislamiento de su entorno y con una organización jerárquica
rígida, incapacitando así a los hij@s a explorar e interactuar
adecuadamente con el resto de sistemas sociales. Ello puede
acarrear graves dificultades en su individuación. Esta dificultad se
debe a lo problemático que les resulta distanciarse y superar la
barrera que representan los límites externos (Linares, 1997: 29).
• Su exaltado sentido de pertenencia conlleva importante
abandono de la autonomía de los miembros familiares,
desalentando la exloración y el afrontamiento autónomo de los
problemas. En los niñ@s en particular el desarrollo cognitivo-
afectivo se ve inhibido (Minuchin, 1974, 2009: 87)
95
Fronteras y límites inadecuados : desligamiento
• Las familias desligadas establecen una distancia grande entre
sus miembros y unos límites poco definidos y excesivamente
permeables. El entorno extrafamiliar penetra fácilmente en el
sistema familiar, al igual que éste tiende a diluirse en él. El
proceso familiar como tal es pobre, pero puede enriquecerse
si se da una apertura a otras personas significativas
extrafamiliares. La jerarquía es caótica (Linares, 1997: 29).
• En estas familias la individuación puede parecer fácil, ya que
sus miembros no tienen obstáculos para distanciarse del
sistema familiar, a veces incluso son propulsados a ello; pero
la poca nutrición emocional que reciben puede hacer precaria
su autonomía, imposibilitando una independencia plena y
madura.
96
Roles funcionales vs. disfuncionales
• Rol familiar: conjunto de expectativas y normas que la
familia tiene con respecto a la posición y conducta de un
miembro suyo en una situación o contexto dados (Anabel
Carreras, EVNTF, 2011).
• Todo sistema familiar asigna roles a sus miembros. Los roles
familiares, al igual que las reglas y los mitos familiares, son
consustanciales al sistema familiar. Pueden ser funcionales
o disfuncionales.
• Rol familiar funcional es aquel que se adecúa a las
características personales (edad, género, capacidades…) del
miembro familiar, es reconocido por la familia, justificado
en su contexto, no es rígido ni invariable, y ayuda a quien se
le asigna a sentirse parte activa y reconocida en la familia.
97
Roles disfuncionales: parentalización (I)
• Rol familiar disfuncional es aquel que se no se adecúa a las
características personales del miembro familiar, es estereotipado, o
no reconocido por la familia, incongruente en su contexto, rígido
(puede llegar a ser invariable), y predispone al miembro asignado a
identificarse con dicho rol, con graves consecuencias para él/ella.
Ej.: oveja negra, chivo expiatorio, salvador(a), hij@
parentalizad@…
• Parentalización (o parentificación): consiste en la asignación a un
hij@ de un rol de responsable, de “padre” o “madre” con respecto
a sus propios padres o a otros miembros del sistema familiar.
Puede ser un fenómeno funcional o claramente disfuncional.
• La parentalización será funcional si es abierta, razonable, razonada
(metacomunicada), realizable y adaptada a la edad y posibilidades
reales del hijo/a.
98
Roles disfuncionales: parentalización (II)
• Hablamos de parentalización disfuncional cuando es
desproporcionada a la edad y posibilidades reales del hijo/a,
impuesta o secreta, no reconocida y sin posibilidad de
alternativa. Puede llegar a ser patógena.
• El “cautiverio de la asignación de rol”. Debemos a
Boszormenyi-Negy su conceptualización (1965): “La fantasía
inconsciente por medio de la cual los padres asignan sus
propios roles paternales a sus hijos puede dar lugar a
acciones extrañas e inadecuadas… puede(n) dar lugar a
exigencias de responsabilidad prematura a los hijos, los
cuales cumplen con los deseos de sus padres por medio del
desarrollo precoz” (citado por Framo: 43).
• Algunas veces se eligen dichos roles incluso antes de que
nazcan los hij@s (p. ej. “salvar el matrimonio”, cumplir
expectativas frustradas de uno de los p/madres).
99
Individuación obstaculizada
• Uno de los efectos perniciosos de la parentalización
disfuncional es la obstaculización del proceso de individuación,
también llamado de diferenciación.
• Individuación: proceso natural por el que el joven desarrolla
con normalidad sus funciones biológicas, cognitivas y
socioafectivas, así como sus capacidades relacionales.
• “La salud depende de la transición del individuo de la
dependencia a la independencia” (Winnicott, 1993:209)
• La auténtica indidividuación se hace en el seno de la familia,
no en contra de ella (Bowen).
• La obstaculización de la individuación siempre tiene
consecuencias graves en el devenir emocional y relacional de
quien la sufre, que se manifiesta con frecuencia mediante
diversos síntomas.
100
Conyugalidad +
Deprivaciones Funcionalidad
Parentalidad +
Parentalidad -
t
Caotizaciones Triangulaciones
Conyugalidad -
Figura nº 1
101
El maltrato psicológico: 1. Deprivación
• Se habla de deprivación cuando un hijo@ es excluido de la
atmósfera relacionalmente nutricia de la familia.
• Se trata de una de las tres grandes modalidades de
maltrato psicológico en la familia de origen, junto con la
triangulación y la caotización (Linares, 2012).
• La deprivación puede ser de muchos tipos, pero destacan
dos:
a) hipersociable o descalificadora: se asocian
hiperexigencia y descalificación, que pueden dar origen a
trastornos depresivos.
b) hiposociable o rechazante: se combinan hiperprotección
y rechazo, que pueden generar trastorno límite.
102
Triangulación funcional
• Se entiende por triangulación un fenómeno inherente a la
conyugalidad con responsabilidades parentales. La pareja
parental y su hij@ forman un triángulo que funciona como un
(sub)sistema específico, que la tradición psicodinámica y la
teoría del apego han estudiado desde su propia perspectiva.
• Una triangulación sana o funcional permite a la pareja abrir
su horizonte de amor e intimidad, ofreciendo a su hij@ una
relación de intimidad parentofilial que le nutre
emocionalmente y le ayuda a sociabilizarse adecuadamente y
a iniciar progresivamente su propio proceso de individuación.
• Más allá del sexo y/o género de los padres, la triangulación
saludable instaura una “ley paterna/materna” y un maternaje /
paternaje que fundamentan la ley en el amor y el cuidado,
impidiendo que el niñ@ pueda inconscientemente usurpar el
rol de cónyuge o se le atribuya un rol de cónyuge sustituto, o
sea utilizado como aliado en contra de uno de los padres. 103
El maltrato psicológico: 2 a. Triangulación
manipulatoria
• La triangulación se convierte en disfuncional o incluso
patógena cuando el hij@ se ve irresponsablemente implicado
(manipulado) en la resolución de un conflicto conyugal. En este
caso se habla de triangulación manipulatoria. Es harto
frecuente que ese hij@ sufra perturbaciones sintomáticas y
repita la misma pauta en su propia familia.
• La triangulación disfuncional es una de las tres grandes
modalidades de maltrato psicológico en la familia de origen,
junto con la deprivación y la caotización (Linares, 1996, 2012).
• La triangulación llega a ser perversa (Haley) cuando un
miembro de una generación (G) triangula a otro miembro de
otra generación (G’) en una coalición contra un miembro de su
propia generación (G), negando dicha coalición.
• Las triangulaciones disfuncionales puede ser, además de
manipulatorias, complementarias (caso de abusos sexuales) y
104
desconfirmadoras .
El maltrato psicológico: 2 b. Triangulación
desconfirmadora
• Se entiende por desconfirmación aquella pauta comunicacional
donde la descalificación de un cónyuge a otro o a uno de los
hijos es de tal calibre que se llega a negar su identidad.
• En el contexto conyugal o parental la descalificación se refiere
al hecho de desacreditar reiteradamente a su compañer@ o a
uno de los hij@s negando su capacidad para desempeñar
determinadas funciones conyugales o parentales o, en el caso
del hijo, negándole su valía y su capacidad (escolar, artística),
frecuentemente con agravios comparativos respecto de otro
herman@.
• La descalificación se convierte en desconfirmación cuando la
agresión emocional es tal que se le niega su propia identidad
como persona y como miembro de pleno derecho de la pareja o
de la familia.
105
El maltrato psicológico: 3. Caotización
• Se entiende por caotización el someter a los hij@s a
una condiciones de nutrición relacional altamente
carenciales de partida, si bien esa misma pobreza
puede estimular recursos compensatorios tanto
dentro como fuera de la familia (Linares, 1996, 2012).
• La caotización es el resultado de la combinación de
una conyugalidad disarmónica y una parentalidad
primariamente deteriorada.
• La caotización es una de las tres grandes modalidades
de maltrato psicológico en la familia de origen, junto
con la deprivación y la triangulación (Linares, 1996,
2012).
106
CICLO VITAL DE LA FAMILIA
Evolución en el tiempo
107
Ciclo vital de la familia (I)
• Todo diagnóstico relacional y abordaje terapéutico
sistémico ha de tener siempre en cuenta el factor
tiempo, representado en el cuadro de Linares con
una línea oblicua acompañada de la letra t. El
factor tiempo hace referencia a las vicisitudes
propias de las distintas etapas vitales por las que
pasa la familia, tanto desde la óptica conyugal
como filioparental.
• Se entiende por ciclo vital de la familia el conjunto
de etapas inherentes al crecimiento y desarrollo
individual y social de las familias y los miembros
que las constituyen
108
Ciclo vital familiar (II)
• La gestación y el nacimiento, la niñez o infancia, la adolescencia,
la juventud madura, la madurez o adultez tardía, la vejez y la
muerte son muestra del carácter cíclico de la vida humana.
• Asimismo la pareja conoce diversas etapas: noviazgo,
consolidación, convivencia conyugal, proyecto parental, crianza,
maduración y crisis, nido vacío, vejez y muerte.
• Todos los humanos y todas las familias pasan a lo largo de su
desarrollo por diversos ciclos en relación directa con su
evolución biológica, psíquica y social. Autores y clínicos de
reconocido prestigio como Freud, Piaget, E. Erikson, etc. han
propuesto distintas caracterizaciones y periodizaciones de la
desarrollo psicosocial individual, en función de su propia
perspectiva teórico-clínica.
109
Ciclo vital de la familia (III)
• La familia, considerada como sistema relacional
primario, tiene asimismo un ciclo vital propio en el
que se entretejen y entrecruzan los ciclos vitales
propios de cada uno de sus miembros y
subsistemas.
• Como señala Jay Haley, “Una familia es un grupo en
marcha. Los individuos del grupo están sujetos a
influencias externas cambiantes. Una familia, es un
grupo con una historia y un futuro compartido y con
etapas de desarrollo tanto como pautas habituales
entre sus miembros” (Haley, 1973, 2012: 63 ).
110
Ciclo vital familiar (IV)
111
Ciclo vital de la familia (V)
• Cabe afirmar que, como señala Vicky Rangel (EVNTF,
2014: 7-8): “Las familias comparten momentos
comunes a lo largo de su evolución, pero al mismo
tiempo, las etapas del ciclo vital son cualitativamente
diferentes entre sí, dándose constelaciones
emocionales y relacionales distintas en cada una de
ellas. Evolucionar a una nueva etapa exige siempre
una verdadera transformación del sistema familiar;
implica un replanteamiento del contrato relacional
básico, donde se redefinen las relaciones”.
• Haley, tras la estela de Milton Erickson, distingue seis
etapas en el ciclo vital familiar:
112
Ciclo vital de la familia: etapas
• Formación de una nueva pareja: El periodo de galanteo. Incluye
el noviazgo y la primera etapa del matrimonio.
• El matrimonio y sus consecuencias. Corresponde al periodo de
formación y mantenimiento de la pareja.
• El nacimiento de los hijos y el trato con ellos. Corresponde al
periodo en el que nacen los hijos e inicia la parentalidad. Es la
etapa de crianza, en la que además del primer hijo, puede haber
lugar al nacimiento de los hermanos.
• Familia con hijos adolescentes. En esta nueva etapa, los hijos
inician el proceso de desvinculación de su familia.
• El destete de los padres. Es la etapa en que los hijos logran su
autonomía personal y profesional y abandonan el núcleo familiar
• Retiro de la vida activa o vejez. En esta etapa los hijos ya tienen
su propia familia nuclear y los padres pasan a ser abuelos.
113
MODELO DE DIAGNOSTICO
RELACIONAL
114
Un modelo fecundo de diagnóstico relacional (I)
115
Conyugalidad +
Deprivaciones Funcionalidad
Parentalidad +
Parentalidad -
t
Caotizaciones Triangulaciones
Conyugalidad -
Figura nº 1
116
Diagnóstico sistémico: metáforas-guía:
117
Una visión relacional de los trastornos psicológicos
118
Diagnóstico sistémico: t. adictivos y psicosomáticos
119
Un modelo fecundo de diagnóstico relacional (II)
123
Organización familiar funcional
• Cuadrante derecho superior (C.A. / P.C.): representa la
normalidad o funcionalidad familiar, fruto de una
conyugalidad armoniosa y una parentalidad primariamente
conservada, lo que no excluye posibles e inevitables carencias
y ciertas dosis de sufrimiento, aunque, como señala Linares,
“sus proporciones no deben impedir un bienestar y un grado
de funcionalidad razonables” (1996: 115).
• La Parentalidad primariamente conservada en el contexto de
una conyugalidad razonablemente armónica promueve una
triangulación funcional respecto de sus hijos y
consiguientemente les sitúa en la vía de una organización de
personalidad sana y resiliente capaz de afrontar con realismo
tanto los logros como los fracasos y crisis inevitables del
devenir vital.
124
Organización familiar trianguladora
• Cuadrante derecho inferior (C.D. / P.C.): muestra
el espectro que abarca una parentalidad
conservada pero sujeta a triangulaciones
disfuncionales con los hijos para compensar
una conyugalidad disarmónica, lo que puede
derivar en trastornos neuróticos o en trastornos
psicóticos (o límites); los primeros suelen tener
por origen una triangulación manipulatoria
mientras que los segundos suelen ser fruto de
una triangulación desconfirmadora.
125
Organización familiar deprivadora
3) Cuadrante izquierdo superior (C.A. / P.D.): cubre el
espectro de una paternidad deteriorada –que genera
deprivación emocional- en contraste con una
conyugalidad armónica, lo que acarrea una
disfuncionalidad patológica que puede derivar en
trastorno bordeline o en depresión mayor. En el
trastorno bordeline las funciones parentales
socializantes están deterioradas y en la depresión
mayor son las funciones nutricias las que no han sido
adecuadamente atendidas. Cabría hablar, con J.L.
Linares, de triangulación imposible, como reflejo de
la deprivación emocional que la sustenta.
126
Organización familiar caótica
128
La familia funcional (I)
133
LA FAMILIA DISFUNCIONAL
TRIANGULADORA
134
La familia en triangulación disfuncional (I)
Los mensajes de fondo que destilan dichas alianzas son del tipo: “Yo sí
que te quiero”, “Yo te puedo dar mucho más”, “No le hagas caso, es
conmigo con quien saldrás ganando”, que implican “Mamá/papá no
te quiere como yo”, “Papá/mamá no te da todo lo que yo te doy”,
“Soy yo quien detenta la autoridad, no papá/mamá”. Como señala
Linares (1996:79), estos mensajes y actitudes constituyen “una
información desconcertante que el niño no sabe cómo elaborar y que
le genera una angustia básica que constituye uno de los ingredientes
de la experiencia neurótica” (los subrayados son nuestros). No hay
duda, empero, que en estos casos los padres suelen garantizar las
funciones nutricias, pero sus problemas conyugales les llevan a
deteriorar las funciones sociabilizantes, con el riesgo de arrastrar a
algún hij@ a una triangulación manipulatoria que pueda llegar a
neurotizarl@. Para más detalles y ejemplos clínicos véase Linares
(1996: 79-84)
137
La familia en triangulación disfuncional (IV)
139
LA FAMILIA DISFRUNCIONAL
DEPRIVADORA
140
La deprivación: triangulación imposible
142
La familia multiproblemática: una realidad creciente
• Debemos a S. Minuchin y colaboradores una experiencia socio-
terapéutica pionera en ghettos multirraciales, productos de la
sociedad post-industrial, gracias a la cual se tomó conciencia de una
realidad hasta entonces prácticamente ignorada o minusvalorada y,
sobre todo, nunca abordada como tal en términos de intervención
socio-terapéutica: la familia multiproblemática (FMP).
• La denominación familia multiproblemática primero del ámbito del
trabajo social (Scott, 1959) y más tarde del psiquiátrico (Mazer,
1972).
• Las FMP han sido calificadas, según los autores, como aisladas
(Powel & Monahan, 1969), sub-organizadas (Aponte, 1976),
asociales (Voiland, 1962), desorganizadas (Minuchin y col.).
• L. Cancrini, M. Coletti , J.L. Linares y cols. abordan ofrecen una
excelente monografía sobre el abordaje sistémico de la FMP en los
servicios sociales (Coletti & Linares, 1997).
143
Características de la FMP (I)
• Minuchin y col. (1967), subrayan el carácter desorganizado de estas familias
dadas:
a) las graves carencias comunicacionales, que se traducen en un intercambio
muy limitado de las informaciones entre los miembros y “una experiencia
cognitiva y emotiva tendencialmente indiferenciada para cada individuo”
(Cancrini…, p.49)
b) la prevalencia de los canales analógicos sobre los digitales.
c) la prioridad dada a los aspectos relacionales por encima de los
comunicativos.
d) el caos comunicativo, lo cual es indicio de desorden relacional y
desorganización estructural y que a su vez contribuye a reforzarlo.
145
Características de la FMP (III)
4. Instauración de una relación crónica de dependencia de la
familia respecto de los servicios sociales, lo que en términos
sistémicos favorece un equilibrio (homeostasis) interno, si bien
este equilibrio no deja de ser precario y será probablemente
objeto de nuevos vaivenes.
5. Desarrollo de algunas modalidades características no usuales de
comportamientos sintomáticos en los pacientes identificados en
este tipo de proceso, del que un ejemplo clásico puede ser el de
las toxicomanías de tipo D (sociopáticas) señaladas por Cancrini.
6. Así, los trastornos neuróticos son raros y los trastornos
psicóticos se muestran bloqueados o complicados por dificultades
del desarrollo cognitivo. De ahí que sean frecuentes y graves los
trastornos de adaptación escolar. Asimismo son frecuentes las
conductas delictivas, las toxicomanías y el alcoholismo.
146
Caraterísticas de las FMP (IV)
Desde la perspectiva de la parentalidad y la conyugalidad Linares
(1996) apunta tres rasgos descriptivos:
• A) Familias donde aglutinamiento y desligamiento representan,
según el momento y la óptica, dos caras de la misma realidad.
• B) Familias en las que la parentalidad y conyugalidad están muy
deterioradas, y que no están definidas tanto por la presencia de
uno o varios síntomas precisos, sino sobre todo por “un estilo de
hacer y relacionarse”, unido casi indefectiblemente a una variada
serie de problemas y dificultades sociales y relacionales.
• C) Familias asimismo con grandes dificultades para compartir
emociones y que no suelen hacer una demanda explícita de
psicoterapia, si no son ya refractarios a esta, al menos en su
formato tradicional.
• Veamos un ejemplo significativo
147
LA FAMILIA DE MIGUEL (I)
• María y Javier se conocieron hace veinte años. María había sido
adoptada de muy niña, manifestando un apego inseguro ambivalente.
Cuando tenía veintidós años María conoció a Javier, quien acababa de
dejar a su pareja, con la que había tenido seis años antes un hijo varón,
Juan. María y Javier decidieron vivir juntos y pronto ella quedó
embarazada de un niño, a quien al nacer llamarían Miguel.
• Javier (el padre), de temperamento inestable, provenía de una familia
muy modesta y algo desestructurada. Siendo todavía muy joven empezó
a trabajar en la mar, donde el frío y la costumbre alentaban el consumo
inmoderado de alcohol. Pocos años después se inició en el consumo de
drogas y acabó siendo adicto, lo que le llevó a ir perdiendo los trabajos
que iba teniendo y a desresponsabilizarse de su familia.
• La vida conyugal y parental fue deteriorándose paulatina y gravemente y,
cuando Miguel había ya cumplido 13 años, María y Javier decidieron
separarse, siendo Javier quien abandonó el domicilio familiar y desde
entonces solo ha tenido contactos esporádicos con su hijo Miguel, lo
mismo que en su día hiciera con su primer hijo, Juan.
148
LA FAMILIA DE MIGUEL (II)
• María (la madre), por su parte, mostró desde niña problemas
emocionales que con los años y la dura experiencia de su
fracaso matrimonial la convirtieron en una mujer muy
dependiente a nivel emocional y limitada para determinadas
habilidades sociales y relacionales, lo que la ha llevado a tener
una vida laboral muy precaria y a hacerse dependiente de
diversos servicios sociales. Con un estilo de apego inseguro
ambivalente y un estilo parental a caballo entre la
minimización y la permisividad, María se ha responsabilizado
de su hijo hasta que, hace unos años, solicitó a los servicios
sociales que se hicieran cargo de él habida cuenta sus
dificultades personales y las prolongadas y reiteradas
conductas disruptivas del entonces menor.
149
LA FAMILIA DE MIGUEL (III)
• Miguel (el hijo), de apego ambivalente y temperamento muy
impulsivo, fue testigo desde muy chico de las desavenencias de sus
padres y también, con los años, de la drogodependencia de su
padre. Cuando sus padres estaban a punto de separarse comenzó a
manifestar conductas disruptivas que iban en aumento, tanto en
frecuencia como gravedad: consumo de tóxicos, hurtos, peleas,
violencia filio-maternal. Miguel siempre ha referido que dichos
comportamientos estaban relacionados con el malestar intolerable
que le producían las riñas de sus padres y su posterior y definitiva
separación. Miguel fue tutelado por varias entidades y tras diversos
avatares sucumbió a la amenaza a la identidad, en el sentido
definido por Philippe Jeammet (2002: 59-91), a la hora de
enfrentarse a su inserción social. Miguel presenta actualmente
serias dificultades de inserción laboral y un perfil disocial, perfil que
asume como seña de identidad, en el fondo un falso self, en el
sentido dado por Winnicot (1965,1993 :78-83)
150
El falso self
• Winnicott acuñó el término falso self (medio de no ser uno
mismo) para denominar una distorsión de la personalidad
que consiste en desarrollar desde la infancia una existencia
ilusoria con el fin de proteger, por medio de una
organización defensiva, al verdadero self; el falso self posee
una naturaleza defensiva; su función consiste en ocultar y
proteger al verdadero self, cualquiera que sea éste.
• Este concepto se puede asimismo entender en un sentido
amplio y no necesariamente patológico. De hecho el propio
Winnicott afirmó en una conferencia de 1964, publicada
póstumamente, que “de un modo u otro o en cierto grado
todos estamos divididos en un self verdadero y un self
falso” (1986, 1993:78).
151
Criterios de intervención con las FMP (I)
• Ante todo conviene tener presente este criterio básico propuesto por
Cancrini y cols. (1997): la especificidad de los contextos es siempre crucial en
la elección de las técnicas de intervención.
• Otro criterio fundamental es enfocar la intervención de manera que no
genere mayor dependencia de los servicios sociales, imposibilitando así
rescatar las potencialidades y capacidades de los miembros del sistema y de
éste en su conjunto. Como señala Javier Ortega (EVNTF), “cuando se modera
la tendencia sustitutoria y se transforma en potenciadora de los recursos y
capacidades del sistema, la intervención puede llevar coronado un modesto
–o a veces no tan modesto- éxito”.
• En esta línea, como apunta Javier Ortega, se trata de recuperar y revalorizar
las distintas jerarquías naturales de la familia, sin caer en la tentación de
sustituirlas.
• La delimitación del sistema sobre el cual centrar la intervención terapéutica
ha de determinarse en el curso de la terapia “mediante un libre
razonamiento de los hechos” (Cancrini y col., 1997: 67). El criterio de base ha
de ser tomar en consideración los vínculos de facto.
• Para las convocatorias se pueden plantear encuentros con diversas
combinaciones de sus miembros: familia al completo, pareja, subsistemas,
individuales, en red.
152
Criterios de intervención con FMP (II)
• Evaluación: establecer una hipótesis en función de los elementos
relacionales detectados en la narrativa de cada uno de los miembros
del sistema.
• Pronóstico. Realista y basado en la ideología familiar y el contexto
de vida de sus miembros.
• Intervención: Ligada a la evolución del pronóstico y al trabajo de
coordinación y unificación de los diferentes servicios de ayuda
implicados con la familia.
• Técnicas de intervención: Estas vendrán definidas por un análisis
previo de la especificidad del contexto y de la demanda, lo que
ayudará a la delimitación del sistema de intervención.
• Todo ello requiere una exquisita coordinación y respeto mutuo
entre los diversos profesionales, procurando siempre no sustituir a
la familia si no es imprescindible.
• En base a este análisis, para las convocatorias se pueden plantear
encuentros con diversas combinaciones de sus miembros: familia al
completo, pareja, subsistemas, individuales, en red.
153
ABORDAJE SISTÉMICO
CRITERIOS BÁSICOS
154
Un abordaje sistémico responsable (I)
He aquí, a modo de concisa conclusión y apertura, algunos de los
criterios básicos de un abordaje sistémico de la familia y sus
miembros.
• No olvidar nunca que todo individuo es miembro de una familia de
origen y extensa, con su historia y vicisitudes. Conocer a un individuo o
a una pareja exige explorar su sistema familiar.
• Las dificultades y aun muchas de las disfunciones de un individuo o de
una familia son inherentes a su desarrollo hacia la individuación, la
madurez y el afrontamiento de crisis y pérdidas. No se deben nunca
estigmatizar, tampoco patologizar sin fundamento, pero con
frecuencia suponen una voz de alarma que hay que abordar.
• Las disfunciones y los síntomas han de leerse –también- como
metáforas relacionales, teniendo presente la historia familiar y
personal de nutrición relacional, la estructura, funciones y dinámicas
familiares, posible maltrato psicológico (por deprivación, triangulación
o caotización), posibles traumas pasados o recientes, etc.
155
Un abordaje sistémico responsable (II)
• El equipo socio-terapéutico debe ser capaz de empatizar de
verdad con el individuo y con la familia, tratando de ponerse en
su piel (mental, emocional y pragmática).
• Reformular el síntoma y el “problema” identificado por la familia
y a veces por el propio paciente identificado.
• Tratar de promover modificaciones en la estructura y dinámica
familiar que estimulen cambios en la conducta y los procesos
psíquicos internos de cada uno de los miembros del sistema
familiar.
• Activar y guiar una danza terapéutica en varios sentidos
bidireccionales: individuo-sistema, acomodación-confrontación,
internalización-externalización, síntoma-relación.
• Trabajar de modo que se brinde una experiencia de parentalidad
simbólica a través del modelo y el vínculo que ofrece el/la
terapeuta, como coterapeuta del sistema.
156
157
Conyugalidad +
Organización Organización
deprivada funcional
Parentalidad +
t
Parentalidad -
Estrategias vinculadoras
Organización Organización
caótica triangulada
Estrategias vinculadoras Estrategias destrianguladoras
Conyugalidad -
Conyugalidad +
DEPRIVACIONES
Mitologías descalificadoras
Estrategias recalificadoras Mitologías
funcionales
Mitologías rechazantes
Parentalidad +
t
Parentalidad -
Estrategias de aceptación
CAOTIZACIONES TRIANGULACIONES
Mitologías negligentes Mitologías manipuladoras
Estrategias de aceptación Estrategias negociadoras
Conyugalidad -
BIBLIOGRAFÍA
160
BIBLIOGRAFÍA (I)
• A.A.V.V. (2011, 2018). Formación en terapia familiar e intervenciones
sistémicas. Curso Básico. Bilbao: EVNTF
• Alvarez, J.L., Apego y psicoterapia sistémica de pareja. Un reto integrador
(2016), Bilbao: EVNTF (en vías de publicación en formato libro).
• Campo, C. & Linares, J. L. (2002). Sobrevivir a la pareja. Barcelona: Planeta.
• Cancrini, L. & La Rosa, C. (1996). La caja de Pandora, Manual de psiquiatría
y psicopatología, Barcelona: Paidós.
• Cancrini, L., De Gregorio, F. & Nocesiro, S., “Las familias
multiproblemáticas”, in Coletti & Linares (1997, pp. 45-82).
• Coletti, M. & Linares, J.L. (Comp.) (1997): La intervención sistémica en los
servicios sociales ante la familia multiproblemática. Barcelona: Paidós.
• Dicks, H. V. (1967, 19692). Marital Tensions. Clinical Studies towards a
Psychological Theory of Interaction. London: Routledge & Kegan Paul.
• Haley, J. (1973, 2012). Terapia no convencional. Las técnicas psiquiátricas
de Milton H. Erickson, Buenos Aires-Madrid: Amorrortu.
161
BIBLIOGRAFÍA (I)
• Framo, J. (1982, 1990), Exploraciones en terapia familiar y matrimonial, Bilbao:
DDB.
• Linares, J.L. (1996). Identidad y narrativa. La terapia familiar en la práctica clínica,
Barcelona: Paidós.
• Linares, J.L. (2002 b). Del abuso y otros desmanes. El maltrato familiar, entre la
terapia y el control, Barcelona: Paidós.
• Linares, J.L. (2012). Terapia familiar ultramoderna, Barcelona: Herder.
• Linares, J.L. & Campo, C. (2000, 2016). Tras la honorable fachada. Los trastornos
depresivos desde una perspectiva relacional, Barcelona: Paidós.
• Minuchin, S. (1974, 2009). Familias y terapia familiar, Barcelona: Gedisa.
• Napier & Whitaker (1978, 2007). El crisol de la familia, Buenos Aires: Amorrortu.
• Salem, G. (1988, 1990). Abordaje terapéutico de la familia, Barcelona: Masson.
• Willi, J. (1978, 2002). La pareja humana: relación y conflicto. Madrid: Morata.
• Winnicot, D. W. (1986, 1993). El hogar, nuestro punto de partida, Barcelona:
Paidós.
162