Filosofía
3° Medio
Instituto San Sebastián - Yumbel
Profesor Mario Reyes Pérez
Julio 2023
¿PODEMOS ACCEDER A LA VERDAD?
El origen etimológico de la palabra verdad está en el latín veritas, que proviene a su vez del griego
alétheia, que significa «lo que es evidente, no oculto». Desde esta perspectiva, la verdad se puede
conocer, lo verdadero es. Según Karl Popper, la tarea central de la ciencia y la filosofía es la búsqueda
de la verdad. Sin embargo, hay perspectivas que indican que no se puede acceder a ella.
Podemos conocer la verdad
Entre las corrientes filosóficas que afirman que existe la verdad y que podemos conocerla, se reconocen posiciones diferentes. Por ejemplo, el
dogmatismo y el criticismo.
El dogmatismo es una corriente filosófica que confía en la capacidad de las facultades humanas para conocer, especialmente en la razón. Hay dos
modalidades: el dogmatismo ingenuo, que es la actitud de quien afirma que conocemos la realidad tal como es y que, de hecho, lo hacemos
cotidianamente; y el dogmatismo fanático, que no aporta razones ni argumentos, pero se protege ante toda posible crítica y afirma «su verdad»
frente a cualquier objeción o divergencia. Los fanatismos religiosos y políticos son ejemplos de este tipo de dogmatismo.
El criticismo es una posición intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo (ver Recurso 3). Afirma que es posible alcanzar la verdad, pero
considera necesario realizar una crítica (un discernimiento) de las posibilidades de alcanzarla. Hay dos tipos de criticismo:
El criticismo de Kant, que propone realizar una crítica de las facultades de conocimiento para averiguar cuáles son los límites del
conocimiento.
El criticismo del siglo XX, representado, entre otros, por el austriaco Karl Popper y el alemán Hans Albert. Su postura, denominada
racionalismo crítico, sostiene que no se puede alcanzar la verdad absoluta, aunque sí aproximarse a ella
Antes de que el astrónomo italiano Galileo Galilei demostrase en el siglo XVI que la
Tierra y los planetas giran alrededor del Sol, se creía que la Tierra ocupaba el centro
del universo. Este sería un ejemplo de aproximación a la verdad para el racionalismo
crítico.
La vía de la opinión y la vía de la verdad
Acerca del problema del acceso a la verdad, Parménides, filósofo presocrático, se refiere a la vía de la verdad como opuesta a la
doxa u opinión. Platón retomará esta idea para referirse al conocimiento del mundo sensible y al del mundo de las ideas.
Vía de la opinión
La opinión o doxa es una creencia que puede sostenerse más o menos motivadamente, pero que no ofrece pruebas ni garantías de
su validez (no está demostrada) y, por lo tanto, puede estar sometida a discusión y a duda. Para Platón, es el tipo de conocimiento
inseguro e incierto que corresponde al mundo sensible.
Vía de la verdad
Es el camino de la certeza que acompaña a la verdad, y posee las características del verdadero saber. Platón distinguirá entre la
episteme (el conocimiento científico) y la noesis (el conocimiento racional del mundo de las ideas en general), que se refieren al
mundo de las ideas.
Adaptado de Encyclopaedia Herder (2019)
La postura escéptica: no podemos acceder a la verdad
El escepticismo sostiene que la razón humana no puede alcanzar la verdad, pues en cualquier afirmación se pueden detectar aspectos dudosos o poco
fundamentados. Por ejemplo, en la frase «Sobre la mesa no hay nada», ¿qué se afirma verdaderamente?, ¿qué es lo que no hay sobre la mesa?, ¿era eso
lo que pretendía decir el emisor? Por eso, a los escépticos les parecía que lo más razonable era no tomar ningún partido en una disputa, haciendo lo que
ellos denominaron «suspensión del juicio». Pirrón de Elis, filósofo griego del siglo III-IV a. C., es considerado el primer escéptico. Sus ideas se
conservaron en la obra de Sexto Empírico, en la que se critica el dogmatismo de, por ejemplo, los seguidores de Aristóteles, quienes «creen haber
encontrado la verdad» sobre cosas no manifiestas.
En efecto, el que dogmatiza establece como real el asunto sobre el que se dice que dogmatiza, mientras que el escéptico no establece sus expresiones como si fueran totalmente
reales; pues supone que del mismo modo que la expresión «todo es falso» dice que, junto con las otras cosas, también ella es falsa, e igualmente la expresión «nada es verdad»:
así también la expresión «ninguna cosa es más» dice que, junto con las otras cosas, tampoco ella es más y por eso se autolimita a sí misma junto con las demás cosas. […] Por lo
demás, si el dogmatismo establece como realmente existente aquello que da como dogma, mientras que el escéptico presenta sus expresiones de forma que implícitamente se
autolimitan, no se diga que el escéptico dogmatiza en la exposición de ellas. Y lo más importante: en la exposición de esas expresiones dice lo que a él le resulta evidente y
expone sin dogmatismos su sentir, sin asegurar nada sobre la realidad exterior. Empírico, S. Esbozos pirrónicos (siglo II)
Alicia/Alétheia
Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas es una novela de 1865 escrita por el matemático y lógico inglés
Lewis Carroll. La protagonista, Alicia, cuyo nombre proviene de alétheia, descubre un mundo extraño que funciona
según reglas muy diferentes a las del mundo que conoce. Luego de perseguir a un conejo blanco por el hueco de una
madriguera, Alicia cae por un pozo profundo durante un tiempo que le parece eterno.
O el pozo era en verdad profundo, o ella caía muy despacio, porque Alicia, mientras descendía, tuvo tiempo sobrado
para mirar a su alrededor y para preguntarse qué iba a suceder después. Primero, intentó mirar hacia abajo y ver a
dónde iría a parar, pero estaba todo demasiado oscuro para distinguir nada. Después miró hacia las paredes del pozo y
observó que estaban cubiertas de armarios y estantes para libros: aquí y allá vio mapas y cuadros, colgados de clavos.
Cogió, a su paso, un jarro de los estantes. Llevaba una etiqueta que decía: «MERMELADADE NARANJA», pero
vio, con desencanto, que estaba vacío. Carroll, L. Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas (1865)
¿CON QUE CRITERIOS SE EVALÚA LA
VERDAD?
Se llama criterio de verdad a aquella característica o
procedimiento por el cual podemos distinguir la
verdad de la falsedad y estar seguros del valor de un
enunciado. El criterio depende de la teoría de la
verdad que lo sostiene, es decir, de la explicación a
la pregunta sobre qué queremos decir con que algo
es verdadero.
La verdad es aquello claro y distinto a mi espíritu
Como revisaste en la Unidad 1 (página 26, Recurso 2), el método de René
Descartes para llegar a la verdad está enfocado exclusivamente en la razón, por lo que deja
de lado la idea de correspondencia de Aristóteles.
Sé con certeza que soy una cosa que piensa; pero ¿no sé también lo que se requiere para estar
cierto de algo? En ese mi primer conociesasegurarme de su verdad si fuese posible que una
cosa concebida tan clara y distintamente resultase falsa. Y por ello me parece poder
establecer desde ahora como regla general, que son verdaderas todas las cosas que
concebimos muy clara y distintamente.
Descartes, R. Discurso del método (1637)
Verdades necesarias y verdades contingentes
Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716), importante filósofo racionalista alemán, diferenció las verdades necesarias y contingentes,
considerando no solo la razón, sino también los hechos.
Nuestros razonamientos se fundan en dos grandes principios. Uno es el de contradicción, en virtud del cual juzgamos falso lo
que encierra contradicción, y verdadero lo que es opuesto a, o contradictorio con, lo falso. El otro es el de razón suficiente,
en virtud del cual consideramos que no puede hallarse ningún hecho verdadero o existente ni ninguna enunciación verdadera
sin que exista una razón suficiente para que sea así y no de otro modo, aun cuando esas razones nos puedan resultar, en la
mayoría de los casos, desconocidas. Hay dos clases de verdades: las de razón y las de hecho.
Las verdades de razón son necesarias y su opuesto es imposible; y las de hecho son contingentes y su opuesto es posible.
Cuando una verdad es necesaria, se puede hallar su razón por medio del análisis, resolviéndola en ideas y verdades más
simples hasta llegar a las primitivas. Es de este modo como, entre los matemáticos, los teoremas [...] son reducidos por
medio del análisis a las definiciones, axiomas y postulados. Leibniz, G. Monadología (1720)
Relaciones de ideas y cuestiones de hecho
Como revisaste en la Unidad 1 (páginas 30 y 31), David Hume estableció una distinción fundamental sobre la naturaleza del
conocimiento, diferenciando dos ámbitos:
Relaciones de ideas Cuestiones de hecho
Las cuestiones de hecho, a diferencia de las relaciones de ideas,
Son verdades autoevidentes o demostrables. Estas
aseveran o implican la existencia de las cosas sobre las que versan;
verdades pueden descubrirse solo mediante las
su evidencia es de distinta naturaleza. Por ejemplo, el sol saldrá
operaciones del pensamiento y no aseveran ni
mañana es una cuestión de hecho cuya evidencia es la experiencia:
implican la existencia de aquello sobre lo que tratan.
dado que el sol salió ayer y hoy, entonces puedo afirmar que saldrá
Un ejemplo es el teorema de Euclides.
mañana. Sin embargo, las cuestiones de hecho no son verdades por
definición, y es posible concebir su opuesto (el sol no saldrá
Teorema de Euclides referido al cateto: en mañana) sin caer en contradicción.
todo triángulo rectángulo, la medida de cada
cateto (b o a) al cuadrado es igual al producto Adaptado de Hume, D. Investigación sobre el conocimiento humano (1748)
de la medida de la hipotenusa (c) por la
medida de la proyección sobre ella (m o n).
Para Kant, el conocimiento trascendental corresponde a las verdades o juicios a priori, aquellos
que están antes de la experiencia y que, por lo tanto, se relacionan con nuestro entendimiento, con la
posibilidad del conocimiento.
Llamo trascendental todo conocimiento que se ocupa, no tanto de los objetos, como de
nuestro modo de conocerlos, en cuanto que tal modo ha de ser posible a priori. […] Esas
reglas del entendimiento no son solo verdaderas a priori, sino que constituyen incluso la
fuente de toda verdad, es decir, de la concordancia de nuestro conocimiento con objetos,
ya que contienen en sí el fundamento de la posibilidad de la experiencia, considerada esta
como conjunto de todo conocimiento en el que se nos puedan dar objetos.
Kant, I. Crítica de la razón pura (1787)
Muchas verdades, una sola verdad
Susan Haack (1945), filósofa británica, reflexiona a partir de la confusión que generan los dos usos de la palabra «verdad»,
como sustantivo (la verdad) y como adjetivo para referirse a las cosas que son verdaderas (juicio verdadero).
Existe una verdad, una veracidad o un concepto de verdad. Pero hay muchas verdades, es decir, muchas y varias
proposiciones, etc., verdaderas. La verdad no depende de lo que nosotros creemos o aceptamos, no es relativa a la cultura, a
la comunidad, a una teoría o a un individuo; y no es una cuestión gradual, ni una conglomeración de propiedades que
pueden estar total o parcialmente satisfechas.
Sin embargo, algunas verdades son tales en virtud de algo que nosotros hacemos; otras en virtud de lo que creemos; y
algunas verdades solo tienen sentido relativizadas a un tiempo, a un lugar o a una cultura. Por otra parte, algunas
proposiciones verdaderas son en algún grado vagas, otras son más precisas; algunas son, en una u otra forma, parciales y
otras más completas. La verdad, en pocas palabras, es simple; las verdades, en cambio, no lo son.
Haack, S. Toda la verdad y nada más que la verdad (2012)
La verdad: el consenso
Karl-Otto Apel (1922-2017) y Jürgen Habermas (1929) sostienen que la búsqueda de la verdad es una tarea cooperativa.
El mejor procedimiento para alcanzar la verdad es participar en un diálogo argumentativo, en el cual los interlocutores se
respeten y estén dispuestos a demostrar sus afirmaciones mediante argumentos y toda clase de pruebas. Pero, sobre todo,
deben estar dispuestos a dejarse convencer por los mejores argumentos, renunciando a las opiniones e intereses
personales. La verdad se entiende, entonces, como un acuerdo o consenso.
El que habla debe elegir una proposición comprensible, para que el que habla y el que escucha puedan entenderse el uno al otro; el
que habla debe tener la intención de comunicar un contenido proposicional verdadero, para que el que escucha pueda compartir su
saber, el que habla debe querer exteriorizar las propias intenciones de modo verdadero, para que el que escucha pueda creer (tener
confianza) en aquello que dice; el que habla debe finalmente buscar la expresión justa en la consideración de normas y valores
vigentes, para que el que escucha la pueda aceptar de modo que ambos, el que habla y el que escucha, puedan ponerse de acuerdo en
orden a un fundamento normativo reconocido. El fin de una comunicación es la provocación de un estar de acuerdo que termina en la
comunión intersubjetiva de la comprensión recíproca, del saber participado y de la confianza recíproca. El estar de acuerdo reposa
sobre la base del reconocimiento de las respectivas pretensiones de validez: comprensibilidad, verdad, sinceridad y justicia en relación
con normas y valores. Habermas, J. What is Universal Pragmatics? (1976)
No hay criterio de verdad general
Karl Popper planteó que la correspondencia de un enunciado con la realidad no implica un criterio general
de verdad. El lenguaje expresa verdades, pero no es en sí un criterio para encontrar la verdad.
Un enunciado es verdadero si, y solo si, corresponde a los hechos. […] esta noción de verdad es objetiva y
absolutista, aunque no sea absolutista en el sentido de permitirnos hablar con «absoluta certeza o
seguridad», pues no nos suministra un criterio de verdad. Solo indica que existe una correspondencia por
medio del lenguaje [...]. Así, aunque la idea de verdad sea absolutista, no podemos pretender alcanzar una
certeza absoluta: somos buscadores de la verdad, pero no sus poseedores.
Popper, K. Conocimiento objetivo (1974)