Derecho Romano
El derecho romano es la influencia más importante para el actual derecho europeo continental.
No obstante, hablar del derecho romano es hablar de un fenómeno que se desarrolló durante
aproximadamente 1000 años.
¿Qué parte o etapa del derecho romano es la que ha perdurado hasta nuestros días?
Se distinguen tres grandes épocas en la evolución del Derecho Romano, cada una de ellas con
características muy distintas:
I. Época Arcaica (450 a.C. – 130 a.C.)
II. Época Clásica (130 a.C. – 224 d.C.)
III. Época Postclásica (224 d.C.– 565 d. C.)
Adicionalmente, cada una de estas etapas está enmarcada en un régimen político distinto. Mientras la
Época Arcaica es de la República romana, la Época Clásica marca el fin de la República y el
surgimiento del Imperio Romano. La Época Postclásica es netamente imperial, aunque con
características distintas a la clásica (el Imperio se dividió en dos).
Por último, las distintas
etapas del derecho romano
y su organización política
también sufrieron grandes
modificaciones en virtud de
la expansión romana.
Roma comenzó siendo una
pequeña ciudad, y aplicaba
su derecho a los ciudadanos
romanos, pero ¿qué ocurrió
cuando su territorio se
expandió por todo el Mare
Nostrum?
Roma conoció tres estatutos o categorías (que no son territoriales ni étnicas, sino netamente
jurídicas), cuya adscripción varió con el tiempo y representa el núcleo del estudio de la recepción
del derecho romano:
1. Ciudadanos romanos (cives): tienen derechos políticos y la plenitud de los derechos civiles
(propiedad, matrimonio, etc.);
2. Latinos (latini): categoría intermedia entre los ciudadanos romanos y los extranjeros. Tienen
algunos derechos civiles y políticos circunscritos a su ciudad;
3. Peregrinos o extranjeros (peregrini, antiguamente hostes): pueden optar a algunos derechos,
pero en general se rigen por el Ius Gentium.
Considerando especialmente las etapas de desarrollo jurídico y las categorías de personas,
revisemos las distintas grandes etapas del derecho romano y sus principales características.
Época Arcaica
La Época Arcaica se desarrolla entre el año 450 a.C. (Ley de las XII Tablas) y el 130 a.C. (Lex
Aebutia).
La Ley de las XII Tablas es el primer documento legislativo propiamente tal de Roma. Con
anterioridad a esta lex el derecho se basaba en los mores maiorum (costumbre).
Este derecho arcaico era muy ritualista, y aunque en esta etapa aparecen los primeros juristas (o
iurisprudentes) el cultivo del derecho estaba en manos de los pontífices (o pontifex).
La Lex Aebutia, en tanto, puso fin al sistema de las acciones de la ley (legis actiones) contemplado
en la misma Ley de las XII Tablas, marcando el comienzo de la jurisdicción oficial del pretor.
¿Qué significa un derecho arcaico y ritualista?
Ya dijimos que en la antigüedad los sistemas jurídicos estaban indiferenciados de la religión (esto
mucho antes del cristianismo). Significa por una parte que las autoridades religiosas eran además las
encargadas de aplicar e interpretar las normas jurídicas, como era el caso de los pontifex en el
derecho romano.
Y, por otra parte, las instituciones jurídicas tenían un componente simbólico y solemne muy
importante, a diferencia de la mayoría de las instituciones jurídicas modernas que prescinden de
dichos elementos. Revisaremos dos de éstas.
El Matrimonio cum manu
La conventio in manum da origen al matrimonio y tiene el efecto de dejar a la mujer como alieni
iuris. La mujer ingresa a la familia del marido “en el lugar de una hija” (in loco filiae), perdiendo los
derechos hereditarios respecto de su familia de origen.
Este acto era muy solemne y se realizaba por la confarreatio: en presencia del pontifex maximus
(sumo sacerdote del colegio de pontífices), el Flamen Dialis (sacerdote de Júpiter) y diez testigos, el
novio y la novia compartían un pan, con lo que se sellaba el matrimonio.
El matrimonio arcaico siempre fue cum manu. En la época posclásica se permitió el matrimonio sine
manu, y este terminó por ser la regla general.
Mancipatio
Es el modo de adquirir el dominio de las res mancipi, esto es, inmuebles situados en Italia, esclavos y
animales de carga. Es un acto extremadamente solemne. Se realiza ante 5 ciudadanos romanos como
testigos y un libripens o pesador, que lleva consigo una libra. Al pronunciar la fórmula que veremos a
continuación, le entrega una cantidad de cobre al libripens para que éste la pese.
El comprador (mancipio accipiens) toma la cosa (supongamos, un esclavo) y pronuncia la siguiente
fórmula:
“Hunc ego hominem ex iure Quiritium meum esse aio isque mihi emptus esto aere aeneaque
libra”, que significa: “Yo afirmo que este esclavo es mío según el derecho de los Quirites, y lo tomo
con este cobre y esta balanza de bronce”.
La Ley de las XII Tablas
La célebre Ley de las XII Tablas se remonta al año 450 a.C., aunque
muy poco de su contenido ha llegado a la actualidad (desaparecieron
con las invasiones galas del 390 a.C.).
Su finalidad esencial fue establecer un derecho común a patricios y
plebeyos (aequatio iuris), el cual, al estar publicado y ser conocido
por todos, además superaba el misterio de los mores maiorum (el
derecho consuetudinario arcaico) y su aplicación por los pontifex.
No obstante su importancia, su contenido era muy escueto. La Lex
era sólo una pequeñísima parte del Ius, el cual fue desarrollado por
los pontifex, y luego por los juristas, las piezas fundamentales del
derecho romano.
Jurisprudencia y Ius Civile
Los juristas (iurisprudentes) desarrollaron el derecho a partir de las XII Tablas. Esta es la
importantísima creación jurisprudencial del derecho romano, que representa su característica
esencial.
Los juristas eran particulares que tenían mucho conocimiento de derecho, y creaban las soluciones
jurídicas a través de los responsa o responsum: respuestas a consultas de particulares, iudex y
magistrados. Este derecho creado por los juristas a partir de las escuetas XII tablas (u otras fuentes
similares) es el llamado –hasta el día de hoy- Ius Civile (Derecho Civil).
Cuando las opiniones de los juristas eran uniformes respecto de un punto, durante un período de
tiempo más o menos prolongado, se hablaba de ius receptum o ius constitutum. Pero también ocurría
a veces que las opiniones divergían considerablemente. En este caso se hablaba de ius controversum.
Tanto la República como el Imperio Romano
incluyen las tres formas perfectas de gobierno
según Aristóteles: el Cónsul representa la
Monarquía, el Senado representa la Aristocracia,
y los Tribunos representan la Res Publica.
Puede también considerarse el origen de los
parlamentos o congresos bicamerales, como el
chileno. Una parte del congreso está conformada
por los “notables”, personas de mayor edad que
tienen mayor experiencia política (son
“senescentes”, de ahí la palabra Senado), y la otra
está conformada por todas las personas que han
concitado el apoyo del pueblo, sin importar su
edad.
De allí la fórmula “SPQR”: Senatus Populusque
Romanus (“El Senado y el Pueblo Romano”).
Época Clásica
La Época Clásica se desarrolla entre el año 130 a.C. (Lex Aebutia) y el 224 d.C. (muerte de
Ulpiano). Marca el tránsito de la República al Imperio Romano.
El nacimiento del Imperio Romano se produce el año 27 a. C. cuando se le otorga el título de
princeps y el imperium proconsulare a Octavio, llamado desde entonces Augusto.
Es la “época dorada” del derecho romano en manos de sus principales creadores: los juristas. Pero
además surgen las fuentes formales más importantes para el período postclásico: las Constituciones
imperiales y los edictos pretorianos.
Uno de los mayores aportes del derecho romano clásico fue la creación y perfeccionamiento del
derecho de las obligaciones.
Una obligación (obligatio) es una relación jurídica entre dos partes, acreedora (creditor) y deudora
(debitor), en virtud de la cual el acreedor puede exigir del deudor el cumplimiento de una prestación
(deuda, debitum).
Desde la perspectiva del sujeto pasivo (el obligado), hablamos propiamente de obligación. Desde la
perspectiva del sujeto activo hablamos de derecho personal o crédito: la posibilidad de exigir
judicialmente a otra persona el cumplimiento de la obligación. Obligación y derecho personal son dos
caras de la misma moneda.
Se diferencian de los derechos reales, que implican un vínculo entre una persona y una cosa (res).
Además el derecho romano clásico (y luego el postclásico) perfeccionó el denominado sistema de fuentes de
las obligaciones, uno de los grandes legados del derecho romano, y particularmente de Gayo, en una teoría
que luego fue modificada por Justiniano.
El sistema Gayano-Justinianeo considera cuatro fuentes de las obligaciones (esto es, hechos jurídicos de los
cuales nacen las obligaciones):
-Contratos
-Cuasicontratos
-Delitos
-Cuasidelitos
Actualmente se añade además como quinta fuente de las obligaciones, la Ley.
Características del Derecho Romano Clásico
1. Como ya se ha mencionado, es un derecho de juristas. La creación del derecho en Roma Clásica
es jurisprudencial, no emanada de la autoridad pública. Las leyes (Lex) en general tenían otras
finalidades, no la de crear derecho civil;
2. Íntimamente relacionado con lo anterior, es un derecho casusista. Los juristas daban respuesta
(responsa) a particulares o magistrados a partir de un caso concreto, a diferencia del
razonamiento jurídico de la actualidad, que comienza de lo general a lo particular (lógica
deóntica formal sistemática). El derecho jurisprudencial tenía un análisis tópico (en palabras de
Viehweg, un problemdenken frente a un systemdenken);
3. Por último, todo lo anterior se refiere estrictamente al derecho privado (ius civile), el gran legado
del derecho romano. El derecho público romano, que naturalmente venía dado por la autoridad
pública, tenía características muy distintas a las actuales, y por ello su estudio no es
especialmente relevante.
Ciudadanía en la época clásica
En la Época Clásica encontramos dos hitos de la máxima importancia en relación con la ciudadanía
romana:
1. El Edicto de latinidad de Vespasiano (74 d. C.): concedió la latinidad a todos los habitantes de la
provincia de Hispania (donde luego llegarían los visigodos);
2. La Constitutio Antoniniana del Emperador Caracalla (212 d. C.): ésta fue mucho más allá y
concedió la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del imperio. La finalidad de este
Edicto fue la de incorporar a todos los habitantes del Imperio al pago de impuestos, para costear
las costosas campañas contra los bárbaros.
Edicto de Caracalla
El Edicto de Caracalla tuvo varios efectos en la historia del derecho romano, que además
coincidieron con el efecto de su declive:
1. El derecho romano comenzó a mezclarse con los derechos propios de las provincias,
generalmente arcaicos; esto llevaría al origen del “derecho romano vulgar”.
2. Como ya no se hacía necesaria la migración desde el territorio rural al urbano, comienza a
producirse el fenómeno opuesto: la creación de latifundios. Esto sería el germen del feudalismo
que dio origen a la Edad Media;
3. El poder jurídico en las provincias fue absorbido por los gobernadores, lo que acabó con el
sistema judicial descentralizado. Se generalizó la llamada cognitio extraordinem, que
monopolizó el proceso judicial en funcionarios oficiales. Esto dio origen a la Época Postclásica.
Vulgarización del Derecho Romano
Como ya se mencionó, la llamada vulgarización del derecho romano se produjo con la expansión de
éste por todas las provincias y el contacto que se produjo con los derechos de pueblos bárbaros, en
circunstancias que ya estaban ocurriendo las invasiones.
Adicionalmente, la vulgarización o decadencia del derecho romano comenzó con la desaparición del
jurista (experto en derecho) y su reemplazo por el funcionario público imperial. Por esto es que el fin
de la Época Clásica coincide con la muerte de Ulpiano, el último gran jurista.
El jurista tenía auctoritas, pero el derecho imperial sólo tenía potestas.
Vulgarización del Derecho Romano
Las principales características de esta vulgarización son dos:
1. La confusión de conceptos que están claramente diferenciados en el derecho clásico, como la
confusión entre propiedad y posesión, entre dare y tradere o entre título y modo de adquirir el
dominio, por mencionar algunos ejemplos;
2. La reducción del contenido normativo en resúmenes, epítomes y breviarios. Ante la necesidad de
exponer todo el derecho, debía resumírselo, y eso contribuyó a la confusión conceptual.
Época Postclásica
Finalmente, la Época Postclásica se desarrolla entre el año 224 d.C. (muerte de Ulpiano) y el 565 d. C.
(dictación del Corpus Iuris Civilis). Este período tiene al menos cuatro hitos importantísimos:
1. La división del Imperio Romano, el año 285 d.C. (algunos señalan que la división definitiva se produjo en
realidad con la fundación de Constantinopla en el 330 d.C., e incluso otros indican la muerte de Teodosio
en el 395 d.C., que legó cada mitad del Imperio a cada uno de sus hijos);
2. El Edicto de Milán (313 d.C.) de Constantino, que acabó con las persecuciones a los cristianos;
3. La caída del Imperio Romano de Occidente (476 d.C.);
4. La dictación del Corpus Iuris Civilis.
El Corpus Iuris Civilis
El Corpus Iuris Civilis (565 d.C.) es el documento jurídico que condensa todo el derecho romano de
la época clásica y postclásica. Está compuesto por los siguientes textos:
-Códex: compilación de todas las Constituciones Imperiales desde Adriano.
-Digesto: compilación de la obra jurisprudencial de 39 juristas. *Esta es la parte más importante y la
que recién sería descubierta en Occidente por Irnerio en el siglo XII.
-Novellae constitutiones: las Constituciones Imperiales dictadas por el mismo Justiniano con
posterioridad al Codex.
-Institutas: tratado de derecho destinado a los estudiantes.
Contenido del Digesto o Pandectas
Como ya se ha mencionado, casi la totalidad del derecho romano que ha llegado hasta nuestros días
es derecho privado (esto es, ius civile). El Digesto contiene marginalmente otras materias de derecho
procesal, e incluso de derecho penal, que en aquella época aún no estaba radicalmente diferenciado
del derecho privado.
El Digesto se divide en 50 libros, los que se distribuyen en siete partes.
Contenido del Digesto o Pandectas
Primera parte, Prota: trata de principios jurídicos generales;
Segunda parte, Pars de iudiciis: trata de las acciones, la propiedad y los derechos reales;
Tercera parte, Pars de rebus: créditos, contratos y buena fe;
Cuarta parte, Umbilicus: derecho hipotecario, medios de prueba y normas sobre derecho de familia;
Contenido del Digesto o Pandectas
Quinta parte, Libri singularis: Derecho sucesorio;
Sexta parte, sin nombre: Posesión;
Séptima parte, sin nombre: Derecho penal y normas interpretativas.
Como veremos más adelante, aunque el Corpus Iuris Civilis no representa en absoluto el punto
cúlmine de la perfección del derecho romano (la creación jurisprudencial), sí es el texto más
importante por haber recogido los aspectos más importantes del derecho romano en sentido estático,
luego de su síntesis por siglos.
Es, también, la fuente cuyo contenido ha perdurado hasta nuestros días a través del proceso histórico
jurídico más importante de la modernidad: la Codificación.
No obstante, recordemos también que el
Corpus Iuris Civilis es propio de
Bizancio, posterior a la división e incluso
a la caída del Imperio Romano de
Occidente.
En la parte occidental se produciría,
como veremos, una mezcla del derecho
romano vulgar con el derecho germánico.
El Corpus Iuris Civilis sólo sería derecho
vigente en Oriente, hasta que resurgiría
en Occidente con el nacimiento de las
Universidades…