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PULSIÓN
Del instinto a la pulsión
La pulsión es uno de los conceptos fundamentales del
psicoanálisis.
Para el hablante-ser, el hombre, aún las funciones
básicas que conservan su vida, tales como alimentarse,
abrigarse, descansar, han perdido su carácter instintivo y
se anudan a su modo de habitar el mundo.
El instinto de saciar el hambre está perdido abriendo paso
a deseos o intereses que le aportan su más allá.
Recorrido por el concepto de pulsión
Encontramos en la obra de Freud el concepto de “Trieb”.
1900
Escribe "Tres ensayos para una teoría sexual"y allí menciona a la pulsión
1905 sexual y a la libido como expresión de la pulsión sexual.
En el texto “Acciones obsesivasy prácticas religiosas" aparece la
expresión: mociones pulsionales. La pulsión es caracterizada como fuerza
1907
constante a diferencia del estímulo intermitente.
En el texto “Pulsiones y sus destinos” conceptualiza la pulsión, sus
componentes y los destinos de la pulsión (Represión, Transformación en
1915 lo contrario, Vuelta hacia la propia persona, Sublimación)
En su obra "Más allá del principio del placer“ (1920), a partir del concepto
de “Compulsión de repetición” introduce su hipótesis de sobre la “pulsión
1920
de muerte”.
Recorrido por el concepto de pulsión
En “El Malestar en la cultura” Freud desarrolla los conceptos de
1930 pulsiones agresivas y destructivas.
Freud ubica una paradoja en el superyó, que cuanto más se lo obedece, más feroz se vuelve
y si bien es el heredero del complejo de Edipo, es decir, producto de estar en la cultura,
que como tal impide la satisfacción, a la vez participa de la pulsión agresiva, dejando un
resto imposible de reprimir.
En el capítulo VII afirma: “El efecto que la renuncia de lo pusional ejerce sobre la
conciencia moral se produce entonces, del siguiente modo: cada fragmento de agresión de
cuya satisfacción nos abstenemos es asumido por el superyó y acrecienta su agresión
contra el yo”
Freud destaca que esta pulsión agresiva permanece en la intimidad de cada sujeto a través
del superyó, cuya ferocidad es evidente en particular en las psicosis, donde la voz del
superyó se hace audible.
Pulsión en Freud
Para trabajar el concepto de pulsión en Freud, se utilizará
como referencia el artículo "Pulsiones y destinos de
pulsión” de 1915
Allí, Freud se refiere a la pulsión como el elemento más
importante y oscuro de la investigación psicológica,
definiéndola como un concepto fronterizo entre lo
anímico y lo somático.
La define como un representante psíquico de los
estímulos que provienen del interior del cuerpo
y alcanzan el psiquismo.
En uno de los primeros usos del término, Freud hace
referencia al representante psíquico de fuerzas somáticas.
Componentes de la pulsión: Fuente, empuje, meta y objeto de la pulsión
Empuje: La fuerza constante (Drang). No descansa, no tiene
ni día ni noche, ni primavera, ni otoño, ni alza, ni baja.
Fuente (Quelle):
Lugares del cuerpo donde inicia y donde termina el recorrido
pulsional. Freud denomina a esta áreas como zonas erógenas.
Objeto (Objekt): El lo más variable al inicio de la vida, no
está predeterminado. Luego se produce una “elección”, una
“fijación”.
El objeto está perdido (experiencia de satisfacción primaria),
por lo cual no hay un objeto que colme, que produzca una
“satisfacción plena”.
Meta (Ziel): Es la satisfacción. Se logra en el recorrido
pulsional (Sale de la fuente y vuelve a la fuente). La
satisfacción no siempre es placentera. Es importante
Lacan: GOCE diferenciar placer de satisfacción. Existen satisfacciones
(Satisfacción inconsciente que se producen en situaciones de dolor,
paradójica) displacer y sufrimiento.
El recorrido pulsión según Lacan
Lacan:
GOCE (Satisfacción paradójica) (Seminario XI);
PLUS DE GOZAR (Seminario XVII)
Freud distinguirá las pulsiones:
Oral, anal, y fálica
Y Lacan agregará:
La pulsión invocante cuyo objeto es la
voz y la pulsión escópica, cuyo objeto
es la mirada.
Para Lacan, la pulsión recorre un
circuito, un montaje partiendo de la
zona erógena, rodea el objeto, que él
denomina objeto a, un objeto
intangible, y retorna al punto de
partida, produciendo su satisfacción
en el recorrido mismo.
Destinos de la pulsión
A. Represión
B. Transformación en lo contrario
C. Vuelta hacia la propia
persona
D. Sublimación
EROS Y THÁNATOS
¿Por qué la guerra? (1932-1933)
Einstein le formula a Freud los siguientes interrogantes:
¿Hay algún camino para evitar a
la humanidad los estragos de la guerra?
¿Cómo es posible que un pequeño grupo someta al servicio de
sus ambiciones, la voluntad de la mayoría?
¿Cómo se despiertan en los hombres tan salvaje entusiasmo,
hasta llevarlo a sacrificar su vida?
¿Es posible controlar la evolución del hombre como para
ponerlo a salvo del odio y la destrucción?
Estos interrogantes conservan su vigencia, en un
mundo que despliega su violencia
en variadas formas:
Terrorismo, hambre, desocupación,
fundamentalismos diversos,
analfabetismo, marginación, sistemas de salud deficientes,
etc.
La respuesta de Freud en la carta a Einstein:
Los conflictos de intereses de los hombres
se zanjan en principio mediante la violencia
y se referirá a la horda primitiva en la cual era la fuerza
física la que decidía los conflictos; luego será la fuerza de las armas, siendo el
triunfo la muerte o el sometimiento del contrincante.
Freud dirá que el régimen se modificó, llevando la violencia al derecho,
Es el poder de la comunidad el que establecerá leyes para
legitimar la ejecución de actos de violencia acordes a ellas. “En la
admisión de tal comunidad de intereses se establecen entre los
miembros de un grupo de hombres unidos, cierta ligazones de
sentimientos comunitarios en que estriba su genuina fortaleza”.
Se doblega la violencia porque se transfiere el poder a una unidad mayor
cohesionada por ligazones de sentimientos entre sus miembros.
Freud afirma que estas leyes, escritas por los dominadores,
conceden pocos derechos a los sometidos y que la violencia
se manifestará en pequeñas luchas internas o en grandes
guerras e interroga: ¿Cómo saber reconocer la locura de la
norma?
Sostiene también que son dos cosas las que mantienen
unida a una comunidad: La compulsión de la violencia y las
ligazones de sentimientos, identificaciones, entre sus
miembros.
Las pulsiones eróticas (Eros), y la pulsión de agresión o destrucción (Thánatos), estarían
presentes en el hombre y en los fenómenos de la vida en la que actúan conectadas.
Referencias bibliográficas:
• Sotelo, I. (2020). Psicopatología y psicoanálisis. JCE Ediciones
• Freud, S. (1992). Pulsiones y sus destinos (J.L. Etcheverry, Trad.). En Obras completas
(Vol. XIV). Amorrortu Editores. (Obra original publicada en 1915)