El aprendizaje es un proceso que implica la adquisición, dosificación, apropiación, aplicación y socialización de información, donde cada etapa es crucial para un cambio duradero en la conducta. La información, considerada materia prima del conocimiento, debe ser procesada y aplicada para adquirir valor significativo y utilidad en la vida del individuo. La socialización del aprendizaje permite la confrontación y reestructuración del conocimiento, lo que lo convierte en un proceso cíclico y continuo.