La arquitectura del siglo XIX se caracterizó por la recuperación de estilos históricos como el neorrománico y el neogótico, así como por la incorporación de nuevos materiales como el hierro. También surgieron nuevos estilos como el Modernismo que se inspiró en la naturaleza, y la Escuela de Chicago que construyó los primeros rascacielos de acero y cristal. Los principales centros del Modernismo fueron Bruselas, París, Viena y Barcelona, donde arquitectos como Horta, Guimard, Wagner y G