El documento aborda el rol y las cualidades del anciano de iglesia desde una perspectiva bíblica y de espíritu de profecía, enfatizando la importancia del liderazgo espiritual y el cumplimiento del encargo de Jesús a Pedro de apacentar sus ovejas. Se destacan las características necesarias para un anciano, incluyendo ser sobrio, amoroso y conocedor de la doctrina, así como su deber de guiar y proteger a la congregación. La obra del anciano se considera sagrada, requiriendo una íntima comunión con Cristo para su efectividad.