El documento compara el tiempo con un banco, donde cada día se abonan 86,400 segundos que se pierden si no se usan de forma provechosa. Aconseja invertir el tiempo diario en salud, felicidad y éxito, ya que cada noche se eliminan los saldos no utilizados. También enfatiza el valor de cada unidad de tiempo a través de ejemplos como un estudiante que repitió curso, una madre con un bebé prematuro o un deportista que ganó una medalla de plata.