Este documento presenta varias lecciones bíblicas sobre la justicia propia versus la justicia de Cristo. Advierte sobre el peligro de la formalidad religiosa y enfatiza que la observancia de los mandamientos por sí sola no es suficiente, sino que se necesita la justicia que viene por la fe en Cristo. Finalmente, destaca que solo mediante la unión con Cristo es posible cumplir con los requerimientos de la ley de Dios.