El documento discute el rol de la ley en el camino de la fe. Explica que la ley actúa como guía para señalarnos a Cristo y someternos a la voluntad de Dios. Aunque la ley no puede salvar, Cristo cumplió sus demandas a través de su vida y muerte. Al permitir que Dios escriba la ley en nuestros corazones, podemos vivir relacionalmente bajo su voluntad.