Una secta destructiva es un grupo que ejerce control mental sobre sus miembros para implantar una personalidad gregaria y aislarlos de sus familias y la sociedad. La secta de Jonestown, liderada por Jim Jones, obligó a más de 900 personas, incluidos niños, a vivir en condiciones miserables en Guyana y finalmente ordenó un suicidio masivo en 1978, matando a 912 personas mezclando cianuro en bebidas.