El documento explora el papel del Espíritu Santo como alma de la Iglesia y su influencia en la misión de los apóstoles. Desde su concepción en María hasta su manifestación en Pentecostés, se enfatiza cómo el Espíritu Santo actúa en la creación de la comunidad cristiana y guía las acciones misioneras de los apóstoles. También se destaca la continuidad del Espíritu en la Iglesia actual como motor para la difusión del evangelio a todas las naciones.