El estatus epiléptico es la urgencia neurológica más común en la infancia, con una mortalidad del 3-9% y secuelas en un tercio de los pacientes. El manejo del estatus epiléptico incluye la estabilización del paciente, la administración de benzodiacepinas y la evaluación de causas subyacentes. Se destaca la importancia de un tratamiento inmediato en los primeros minutos para prevenir complicaciones y mejorar la evolución clínica.