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Derecho Procesal Funcional 2006

El documento describe la teoría general del proceso y las disposiciones comunes a todo procedimiento según el derecho procesal chileno. Explica que la teoría general del proceso examina conceptos, instituciones y principios comunes a todas las ramas procesales, mientras que las disposiciones comunes se aplican a todo tipo de procedimientos civiles y penales. También resume las fuentes y estructura del Código de Procedimiento Civil chileno.

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Derecho Procesal Funcional 2006

El documento describe la teoría general del proceso y las disposiciones comunes a todo procedimiento según el derecho procesal chileno. Explica que la teoría general del proceso examina conceptos, instituciones y principios comunes a todas las ramas procesales, mientras que las disposiciones comunes se aplican a todo tipo de procedimientos civiles y penales. También resume las fuentes y estructura del Código de Procedimiento Civil chileno.

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DISPOSICIONES COMUNES A TODO PROCEDIMIENTO

Sistema procesal civil

Concepto
La teoría general del proceso, según el autor español, Niceto Alcalá Zamora, tiende
a brindar una visión inicial y sistemática de todo el panorama procesal.
Por su parte Calamandrei, en su obra "probe civile e probe penale", la compara con el
tronco de un árbol, el cual, a una determinada altura genera ramas que van en
aumento día a día.

Ramas procesales destacadas


Durante largo tiempo sólo existieron o sólo se hablaba, al menos, de dos ramas
procesales que se destacaban en esta ciencia:
- una relativa al derecho procesal civil
- otra relativa al derecho procesal penal
Sólo posteriormente han ido apareciendo nuevos derechos procesales, como por
ejemplo:
- el derecho procesal administrativo
- el derecho procesal económico
- el derecho procesal constitucional
- el derecho procesal laboral
- el derecho procesal tributario
- el derecho procesal militar, etc.

Campo de estudio
El tronco de ese árbol sería representativo de los conceptos, elementos y doctrinas
comunes a todas las ramas que componen el derecho procesal. Sólo después se
recogería lo específico a cada una de ellas. Ello trae aparejado el tema de la unidad
o diversidad del derecho procesal.

De esta suerte, a la teoría general del proceso le va a corresponder el examen de


conceptos, instituciones y principios comunes a todos o la mayoría al menos de las
ramas procesales. De modo que las instituciones propias a cada una de esas ramas
del derecho procesal quedan fuera del campo de la teoría general del proceso.
Así por ejemplo, a la teoría general del proceso le corresponde estudiar:
- La acción, pues es un concepto que funciona en todos los campos procesales.
- Las resoluciones judiciales.
En cambio:
- La formalización de la investigación y la acusación, se refieren exclusivamente al
derecho procesal penal.
- El embargo es propio del juicio ejecutivo.

1
El estudio de esta teoría general del proceso importa verificar un curso
esencialmente doctrinal, en tanto que los cursos ordinarios son eminentemente
institucionales, referidos con un especial enfoque hacia el derecho positivo de un
determinado país.

En la Teoría General del Proceso, el Derecho Positivo de un determinado país


implica tan sólo un punto de referencia al que debe aludirse con un carácter
ejemplificativo. En tanto que, a través de las nociones generales del curso, sólo se
pretende señalar algunos de los principios fundamentales de la teoría general del
proceso, pero haciendo siempre la debida y adecuada relación con nuestro
ordenamiento positivo.

Este semestre se centra principalmente en el estudio del libro I del Código de


Procedimiento Civil que lleva por epígrafe "Disposiciones Comunes a todo
Procedimiento". Libro fundamental que, por disposición del art. 52 del Código
Procesal Penal tiene aplicación en forma supletoria en la rama del proceso penal:
“Aplicación de normas comunes a todo procedimiento. Serán aplicables al
procedimiento penal, en cuanto no se opusieren a lo estatuido en este Código o en
leyes especiales, las normas comunes a todo procedimiento contempladas en el
Libro I del Código de Procedimiento Civil”.1

Fuentes del Código de Procedimiento Civil.

Antecedentes históricos.
Antes de la dictación del Código de Procedimiento Civil en 1902, regía en Chile la
legislación española: el Fuero Juzgo, el Fuero Real, las Siete Partidas, el
Ordenamiento de Alcalá, las Leyes de Toro, la Nueva Recopilación, la Novísima
Recopilación.
Con posterioridad a la independencia, se dictaron diversas y numerosas leyes de
procedimiento que tratan de reemplazar a las existentes en ese instante. Se
contienen en las diversas constituciones políticas, en el reglamento de
administración de justicia de 1824, en los decretos con fuerza de ley de 1838,
conocidos como leyes marianas debido a su autor, Mariano Egaña.
No obstante, esta proliferación de leyes procesales lleva a una confusión y engorro
en la aplicación e interpretación de las normas vigentes en un momento dado,
dificultando enormemente su estudio.
Desde 1840 se designan por parte del gobierno diversas comisiones para elaborar
un proyecto de Código de Procedimiento Civil, las que no fructificaron en su
empeño por codificar las leyes procesales.
Sólo el 28 de agosto de 1902 por la ley 1.552 se aprueba el proyecto de CPC, el que
empieza a regir desde el 1º de marzo de 1903.

1 El anterior Código de Procedimiento Penal contemplaba la misma referencia en su art. 43.

2
El texto original ha sufrido una serie de alteraciones a lo largo de sus 90 años de
vida. Desde la ley 3.390 de 15 de julio de 1918 que alteró la numeración original
del código; incluso hay títulos que se han derogado completamente, como el
relativo a quiebra, ello en virtud de la ley 4.548.

Estructura o sistemática.
El Código de Procedimiento Civil está estructurado en 4 libros, 925 artículos y un
título final. De estos 4 libros los más importantes son el I y el II; el primero, pues
sus disposiciones se aplican a todos los juicios cualquiera sea su naturaleza, y el
segundo, porque sus normas son supletorias de las contenidas en los libros III y IV
cuando éstos no reglamentan en forma particular alguna gestión, trámite o
actuación. Los libros son:

1. El libro I, que comprende de los arts. 1 al 252, lleva por epígrafe "Disposiciones
comunes a todo procedimiento".
2. El libro II, que se extiende de los arts. 253 al 433, lleva por epígrafe "Del juicio
ordinario".
3. El libro III, que va de los arts. 434 al 816, lleva por epígrafe "De los juicios
especiales".
4. El libro IV, que comprende los arts. 817 al 925, lleva por epígrafe "De los actos
judiciales no contenciosos".
Cada uno de estos libros se divide a su vez en títulos, y algunos de éstos en
párrafos.
Tanto en el libro I como en el III, se trata de algunos recursos; el de apelación en el
libro I y los de casación y revisión en el libro III. En opinión de algunos no
deberían estar tratados en esos libros, sino que debería existir un libro en forma
exclusiva para los recursos.
Especial referencia merece el libro II relativo al procedimiento ordinario de mayor
cuantía, ello porque el art. 3º CPC dispone que él es de aplicación general.
Además, este juicio ordinario de mayor cuantía tiene un carácter supletorio,
porque sus normas rigen para todos los procedimientos que no tengan normas
especiales, es el caso de la materia probatoria.
Existen también normas en el libro IV, título I, arts. 817 al 828 CPC que también
tienen un carácter general y, por ende, van a regir en forma supletoria a todos
aquellos asuntos judiciales no contenciosos particularmente reglados por el
legislador.

Campo de aplicación.
Considerando el tenor del art. 1º CPC, los arts. 38 y 76 CPR, y el art. 1º COT,
actualmente las disposiciones contenidas en el Código de Procedimiento Civil se
aplican a todas las contiendas civiles entre partes y a los actos judiciales no
contenciosos, cualquiera que sea la calidad de las partes o interesados que
intervienen en ellos y cuyo conocimiento corresponda a los tribunales de justicia.

3
Si bien los procedimientos penales se rigen por el CPP, el CPC no deja de tener
aplicación en tal materia, pues el art. 52 del CPP hace aplicable a los procesos
criminales las disposiciones comunes a todo procedimiento contenidas en el libro I
del CPC, en todo aquello que no se oponga al CPP.
De este art. 1º CPC se desprende que sus normas rigen:
o El procedimiento de las contiendas civiles entre partes.
o Los actos de jurisdicción no contenciosa cuyo conocimiento corresponda a
los tribunales de justicia.
Si las normas del código rigen únicamente el procedimiento de estos dos tipos de
negocios resulta, por exclusión, que sus disposiciones no se aplican a las siguientes
cuestiones judiciales:
o Aquellas contiendas o asuntos voluntarios expresamente excluidos por la
ley.
o A los juicios que se siguen ante los tribunales especiales, si hay una norma
particular que así lo disponga.
o A los asuntos que se refieren a la jurisdicción conservadora, disciplinaria y
económica.

El procedimiento
Según Alberto Echevarría el procedimiento es el conjunto de principios y
disposiciones que determinan la forma como los tribunales, conociendo de las
causas civiles, van a conocer, juzgar y hacer ejecutar lo juzgado; y como van a
intervenir en los asuntos judiciales no contenciosos.
La voz procedimiento deriva de la expresión latina "procedere". Etimológicamente,
procedimiento indica la idea de marcha a seguir, de avanzar, de esta manera
denota la idea de un camino a seguir, camino que, procesalmente hablando, está
constituido por una serie de actos jurídicos de carácter procesal que se desarrollan
gradual y sucesivamente en el tiempo y que se encuentran relacionados entre sí,
culminando con la dictación de la sentencia definitiva. Supone, por tanto, una
serie de actos en que el actor formula sus pretensiones, el demandado opone su
defensa, ambos ofrecen sus pruebas y el juez dicta sentencia decidiendo el asunto
debatido.

Es un organismo sin vida propia, que avanza en virtud de los actos de


procedimiento. Esta fuerza que lo mueve se llama, a decir de Hugo Alsina,
impulso procesal.

Ubicación en Chile de las leyes de procedimiento


Esencialmente se ubican en los Códigos de Procedimiento Civil y Código Procesal
Penal.
Amen de estos textos fundamentales existe otra normativa ajena a estos textos,
entre otros:
- Código de Justicia Militar.

4
- distintas leyes que regulan materias específicas, como sucede con las leyes sobre
alimentos para menores (ley 14.908) o mayores (ley 16.618); Ley sobre tribunales de
familia (Ley 19.968); o la ley 18.887 de 7 de febrero de 1984 sobre procedimiento
ante los juzgados de policía local.

Características del procedimiento en Chile


El proceso civil regulado en el Código de Procedimiento Civil responde
normalmente a los principios de:
- escrituración.
- publicidad.
- dispositivo de las partes.
- de aportación de parte.
- de preclusión y eventualidad.
- de inmediación en cuanto a las pruebas.
- de impulso de oficio ocasionalmente.
- de amplia libertad para la valoración probatoria por lo general.
- estar sujeto a una doble instancia o revisión generalmente.

El que sea escrito significa que predomina en él la escritura y que de todas las
actuaciones que se verifiquen en su desarrollo deben dejarse constancia escrita.
Hacen excepción el procedimiento de mínima cuantía (art. 704 CPC.) y el sumario
(art. 682 CPC.).

Clasificaciones del procedimiento


Este procedimiento contemplado en nuestra legislación procesal civil se clasifica
desde distintos puntos de vista.
1. Según sea la naturaleza sobre la cual versa
Se habla de:
- procedimiento civil.
- procedimiento penal.
2. Según su tramitación
Se distingue, de acuerdo a la clasificación que fluye del art. 2 CPC., entre:
- procedimiento ordinario o común.
- procedimiento extraordinario o especial.
3. Según su forma o ritualidad
El procedimiento es:
- oral o verbal, que es aquel en cuya tramitación predominan las actuaciones de
palabra o viva voz.
- escrito, aquellos en cuya tramitación hay un predominio de lo literal, de las
actuaciones escritas.
- también se habla de procedimiento mixto.
4. Según el fin que persiguen, según sea la acción interpuesta
Se distingue aquí:

5
- el procedimiento de conocimiento, el que a su vez puede ser de condena,
declarativo o constitutivo de un derecho.
- se habla de un procedimiento ejecutivo o de ejecución, cuya finalidad es obtener
el cumplimiento forzado o compulsivo de una determinada prestación u
obligación.
- y por último de procedimientos cautelares o precautorios.

Forma en que se aplican las disposiciones del Código de Procedimiento Civil


Se trata de definir por qué procedimiento contemplado en el Código de
Procedimiento Civil se va a regir una causa, cuál es el procedimiento que se le va
aplicar a esa causa en nuestro código de enjuiciamiento

En este caso hay que distinguir entre:

Asuntos contenciosos civiles


1. Si la acción que se trata de intentar tiene un procedimiento contemplado en el
libro III.
En este caso la causa va a quedar sometida a la siguiente normativa:
- se tramita conforme al procedimiento especial que trata el libro III.
- esas disposiciones del libro III "de los juicios especiales" se va a complementar
con las disposiciones del libro I.
- se le van a aplicar las del libro II referentes al procedimiento ordinario en la
medida en que las reglas del libro III más las del libro I fuesen insuficientes, ello
porque el libro II tiene un carácter supletorio en virtud del art. 3 CPC.
2. Si la causa no tiene un procedimiento contemplado en el libro III
- se aplica el procedimiento ordinario del libro II, que es de aplicación general en
razón de lo que dispone el art. 3 CPC.
- complementándose con las "disposiciones comunes a todo procedimiento" del
libro I.

Asuntos no contenciosos civiles


Nuestros tribunales también conocen de los actos judiciales no contenciosos.
Para saber como opera nuestro código de procedimiento civil respecto de ellos hay
que hacer un distingo, el que elude a si:
- ese acto judicial no contencioso está reglamentado en el libro IV.
- o si ese acto judicial no contencioso no lo está.
1. Si está reglamentado en el libro IV.
En el caso de estar reglamentado se le aplican:
- esa normativa especial del libro IV.
- complementándolas con el título I del libro IV, "disposiciones generales".
- y si aún así fuesen insuficientes se complementan con las del libro I,
"disposiciones comunes a todo procedimiento"

6
- y si aún subsistiera alguna laguna legal se recurren a las normas del libro II; "del
juicio ordinario".
2. Si no está reglamentado en el libro IV
En el caso de no estar particularmente reglado en libro IV se le aplican:
- las "disposiciones generales" del título I del libro IV.
- complementándose si fuese necesario con las "disposiciones comunes a todo
procedimiento" del libro I.
- y si aún así existiesen vacíos legales se acude al libro II, "del juicio ordinario".

&&&&&&&

Dentro de la Teoría General del Proceso, como conceptos fundamentales, se


encuentran los de jurisdicción, acción y proceso previamente analizados. Los dos
últimos cobran una relevancia fundamental en esta parte de la materia y, para
concretarlos en la realidad de las “Disposiciones comunes a todo procedimiento”,
nos detendremos en la acción en cuanto a la forma en que ésta se materializa y por
quiénes se materializa o ejerce, vale decir, las partes.

Medio a través del cual se ejercita la acción


Al hablar que la acción debe ejercitarse con las formalidades que señala la ley nos
estamos refiriendo a que ese ejercicio debe realizarse a través de un vehículo, de
una presentación que se hace al tribunal, mediante la demanda.
De la demanda se dan los siguientes conceptos:
o La demanda es el medio hábil para ejercer la acción. Generalmente en
nuestro sistema procesal esa demanda es escrita, aún cuando también puede
ser verbal en algún tipo de procedimiento, como ocurre en el procedimiento
sumario y en el de mínima cuantía.
o Desde el punto de vista jurídico estricto la demanda es el escrito en que el
actor expone sus pretensiones al tribunal iniciando así un litigio.
o La jurisprudencia la ha conceptualizado diciendo que es el medio legal para
hacer valer una acción; o también como el medio que tiene el demandante
para deducir una acción, siendo esta la forma de hacer valer el derecho que
se reclama.

Oportunidad para ejercitar la acción


No está señalada por la ley, de modo entonces que ella puede ejercitarse cuando el
actor lo estime conveniente.
Con todo, hay algunos casos en que la acción debe ejercitarse en una oportunidad
o término preciso de lo contrario se pierde, no puede hacerse valer con
posterioridad. También pueden producirse determinados efectos perjudiciales
contra el titular de ella.

Excepciones contempladas en el Código de Procedimiento Civil

7
Los más importantes son:
⇒ el caso previsto en el art. 21 CPC.
⇒ el caso de la jactancia (art. 269 CPC.).
⇒ el caso de las medidas prejudiciales precautorias señaladas en el art.
280 CPC.
⇒ las reservas de acción en el juicio ejecutivo (art. 474 CPC.)

Situación del art. 21 del CPC.


Cuando una acción corresponde a varias personas y sólo una la ejercita, de acuerdo
con este art. 21 CPC, el demandado tiene el derecho de pedir que la demanda sea
puesta en conocimiento de los demás titulares de la acción y que no la han
ejercitado.
Notificados de la solicitud del demandado, estos terceros titulares de la acción que
no han concurrido a entablarla, tienen el término de emplazamiento (tiempo que
tienen para presentar a defenderse, de 15 días) para adoptar alguna de las
siguientes actitudes:
- pueden adherirse a la demanda, en cuyo caso pasan a asumir el rol
procesal de demandante, aplicándose los arts. 12 y 13 CPC, que
genéricamente se refieren a la designación de un apoderado o
procurador común de las partes en juicio, es decir, deben actuar por
una sola cuerda.
- declarar que no se adhieren, esa declaración produce el efecto de
hacer caducar su derecho, ya no podrán demandar en el futuro.
- si nada dicen dentro de este término de emplazamiento, les va a
afectar el resultado del juicio sin nueva citación. Podrán comparecer
en cualquier estado del juicio, respetando lo obrado.

Caso de la jactancia (art. 269 CPC.)


Si bien está contenida en el libro II, hay que recordar que de acuerdo al art. 3º CPC
es de aplicación general.
Hay jactancia cuando una persona manifiesta corresponderle un derecho del cual
no está gozando, por ejemplo, al afirmar que se es dueño de un fundo que no es
propio, que no es del dominio de uno.
Si nos atenemos al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se
entiende por jactancia la alabanza propia, desordenada y presuntuosa.

A. Casos en que hay jactancia


Se entiende que hay jactancia en tres casos, según dispone el art. 270 CPC.
a) cuando la manifestación del jactancioso conste por escrito.
b) cuando esta manifestación se haya hecho de viva voz, delante de dos
personas hábiles para testificar en juicio civil.

8
c) cuando una persona que ha gestionado como parte en un proceso criminal
es titular a la vez de acciones civiles contra el acusado y no ejercita esas
acciones civiles.

B. Procedimiento del juicio de jactancia


La ley concede ciertas facultades a la víctima del jactancioso. De acuerdo a ellas, el
que está gozando realmente del derecho puede demandar de jactancia a la persona
que se dice titular de ese derecho.
Se le pide al tribunal que le fije un plazo de diez días para que deduzca su
demanda bajo apercibimiento de que, si no lo hace, no será oída después en su
derecho. Ese plazo de diez días puede ampliarse hasta por treinta días si hubiese
motivo fundado. Art.269.
Ahí recién se inicia el juicio de jactancia.
Esta demanda de jactancia se somete al procedimiento del juicio sumario. Art.271.
Las situaciones que se pueden producir cuando se da lugar a la demanda de
jactancia, cuando el tribunal declara que ha habido jactancia, son que el jactancioso
tiene el término de diez días para entablar la demanda. Pero puede ocurrir que el
jactancioso no entable la demanda dentro de este período.
Si el jactancioso entabla su demanda dentro del plazo que dispone, se inicia el
juicio correspondiente que se va a someter a las reglas que para el caso particular
sean aplicables. Podría ser un juicio ordinario, uno ejecutivo, uno sumario o una
acción posesoria, ello dependerá de la acción que se deduzca.
Si ese jactancioso no entabla la demanda y vence el plazo concedido sin que
cumpla lo ordenado, la parte interesada debe solicitar al tribunal que declare al
jactancioso incurso en el apercibimiento. Si se declara tal al jactancioso no puede
con posterioridad deducir su demanda (art. 269 CPC.).
Incurso significa que se hace efectivo el no oírla en una oportunidad posterior, si
no se presenta la demanda en la oportunidad que le señaló el tribunal.
Esta solicitud se tramita incidentalmente. En ese incidente se va a acreditar que el
jactancioso no interpuso su demanda dentro del término que le fijó el tribunal (art.
271 CPC.).
Esta acción prescribe en seis meses contados desde que tuvieron lugar los hechos
en que pueda fundarse. Art.272.
El caso de la jactancia constituye una excepción porque aquí hay una persona
constreñida a ejercitar una demanda a petición del tribunal dentro de un
determinado plazo.

Pluralidad de acciones
Lo normal, en lo que respecta al ejercicio de la acción, será que una persona sea
titular de una acción. No obstante, es posible que se presenten situaciones en que
exista una pluralidad de acciones.
A esta pluralidad de acciones se refiere el art. 17 CPC.

9
Con el objeto de disminuir los pleitos, conforme ello al principio de la economía
procesal, la ley permite la pluralidad de acciones, permite que se deduzcan
conjuntamente varias acciones.
Hay que hacer presente que en realidad este art.17 CPC se está en realidad
refiriendo a la pluralidad de pretensiones más que a la de acciones, ello porque la
acción es una sola. Pero hay que tener en cuenta que nuestro legislador procesal
civil es proclive a la teoría monista que concibe la acción como sinónimo de
pretensión.
La ley en este art.17 CPC no obliga a una persona a ejercitar todas las acciones, sino
que simplemente los faculta, quedando ello a criterio del titular.

Casos en que se pueden deducir varias acciones


Tratándose de acciones compatibles
Cuando todas las acciones sean compatibles entre sí, y además estén sujetas a un
mismo procedimiento, y sean todas ellas de la competencia de un mismo tribunal,
pueden deducirse conjuntamente en un mismo escrito.
Así por ejemplo:
- puede solicitarse la resolución de un contrato y además ejercitar la acción de
indemnización de perjuicios.
- igualmente puede solicitarse el cumplimiento de un contrato y además
solicitar la correspondiente indemnización de perjuicios.
- el art. 611 CPC. inc.2 permite en el caso de la terminación del arrendamiento
por falta de pago en la renta, que al mismo tiempo que se ejercita esa acción
pueda ejercitarse la acción de cobro de rentas insolutas, consumo de luz,
gas, energía eléctrica, agua potable, riego u otras prestaciones análogas que
se adeuden.

Tratándose de acciones incompatibles


Es posible que también puedan deducirse varias acciones aún cuando sean
incompatibles, ello según el art. 17 inc.2 CPC.
Pueden promoverse en una misma demanda dos o más acciones incompatibles,
pero para que sean resueltas una como subsidiaria de la otra.
Por ejemplo, se solicita la nulidad de un contrato y, en subsidio, puede pedirse la
resolución de ese contrato o bien el cumplimiento. En estos dos últimos casos
puede ejercitarse la acción de indemnización de perjuicios.
Cuando se propone esta pluralidad de acciones incompatibles, el tribunal debe
pronunciarse primero sobre las acciones principales, y sólo en el caso de no
aceptarlas, entra a pronunciarse sobre las acciones subsidiarias en el mismo orden
en que ellas han sido formuladas.

LAS PARTES DEL PROCESO


1. Las partes
Hemos dicho que los elementos constitutivos del juicio son:

10
- existencia de una contienda.
- existencia de un tribunal que resuelva la contienda.
- y existencia de partes contendientes.

1.1. Concepto de parte


Según Chiovenda el término parte corresponde al sujeto que en nombre propio o
en cuyo nombre se pretende la actuación de una norma legal, y aquel en nombre
del cual se formula la pretensión.
Por su parte Jaime Guasp entiende por parte a quien pretende y frente a quien se
pretende, o más ampliamente quien reclama y frente a quien se reclama la
satisfacción de una pretensión.
Este concepto de parte es estrictamente de orden procesal.
La calidad de parte la da la titularidad activa o pasiva de una pretensión.

1.2. Clasificación
Las partes que normalmente intervienen en un juicio son:
⇒ el demandante.
⇒ el demandado.
Además de esas partes que reciben la denominación de principales o directas,
pueden intervenir otras personas que pueden tener un interés actual en el
resultado del juicio, reciben el nombre de partes indirectas o terceros.
Son terceros aquellas personas que, sin ser partes directas en el juicio,
intervienen en él por tener un interés actual en su resultado.

De allí que las partes se clasifiquen en:

1.2.1. Partes directas o principales


Bajo el apelativo de demandante y demandado se hace la designación más general
de las partes.
Sin embargo, estas partes se conocen con otros nombres, según sea la naturaleza
del juicio o recurso que puede interponerse, así:
- tratándose de un juicio ejecutivo se habla de ejecutante y ejecutado.
- pueden también denominarse apelante y apelado, según interponga o sufra
un recurso de apelación.
- en la casación el que intentó es el recurrente y el sujeto pasivo pasa a
llamarse recurrido.
- en el recurso de queja el que interpone el recurso es el quejoso.

1. Demandante
Demandante es la parte que pide el reconocimiento o la declaración de un derecho,
o bien, aquel que formula una pretensión respecto de otra parte.

2. Demandado

11
Nuestro legislador civil le denomina reo, expresión que técnicamente se reserva
para el proceso penal. Actualmente esta tendencia se halla bastante atenuada.
Esta es la parte contra quien se dirige la acción o se formula la pretensión, es aquel
contra quien se pide algo.

3. Observaciones generales
3.1. Una misma persona puede tener en un juicio la calidad de actora y
demandada, lo que acontece en caso de producirse la reconvención.
3.2. Debe tenerse en cuenta que el representante legal no es parte en el juicio
cuando actúa haciendo uso de la representación que reviste.
3.3. En esa situación, obra en nombre del respectivo incapaz. Él en sí no es parte, la
parte es su representado.
3.4. Tratándose de los actos judiciales no contenciosos, no se habla de parte puesto
que en dichos actos nadie pide nada en contra de otra persona pues no hay
controversia, litigio o juicio. De ahí que el solicitante o peticionario reciba el
nombre de interesado. Tampoco se habla de causa o litigio, sino que de
gestión.

1.2.2. Partes indirectas o terceros


Las partes indirectas o terceros pueden ser a su vez:
⇒ coadyuvantes.
⇒ excluyentes.
⇒ independientes.
Hay que dejar en claro que en un juicio intervienen otros terceros que no tienen un
interés en el resultado del pleito, son ajenos a la contienda y no son parte en ella.
Tales son los testigos y los peritos por ejemplo.

1.3. Pluralidad de partes litigantes


La relación procesal que se forma en todo juicio puede ser simple o múltiple.
- será simple cuando intervengan un demandante y un demandado.
- será múltiple cuando una parte o ambas están formadas por varios demandantes,
o por varios demandados, o por varios demandantes y demandados a la vez.
Cuando existe esta última situación se dice, se habla que hay pluralidad de partes.
Estas personas que litigan conjuntamente ya sea como demandante, ya sea como
demandado se llaman colitigantes o litis consortes.
La institución o figura procesal recibe el nombre de litis consorcio.
a) Si hay varios actores frente a un demandado se habla de litis consorcio
activa.
b) Si hay un actor frente a varios demandados se habla de una litis consorcio
pasiva.
c) Si hay varios actores frente a varios demandados estaremos en presencia de
una litis consorcio mixta.

12
1.3.1. Clasificaciones de la litis consorcio
Esta litis consorcio es posible clasificarla considerando diversos factores.

1. Atendiendo al momento en que se origina


Se habla de:
1.1. Litis consorcio inicial: es aquella que nace con la iniciación del juicio por
interponerse la demanda por muchos demandantes contra muchos demandados, o
por un actor contra varios demandados, o por muchos demandantes contra un
demandado.
Esta figura de litis consorcio inicial se contempla en el art.18 CPC.

1.2. Litis consorcio sucesiva: aquella que se forma posteriormente a la instauración


del proceso y a la notificación de la demanda.
Este es el caso en que en el curso del proceso se agregan otras partes a las
originarias del juicio. Por ejemplo si avienen al juicio terceros, como sería en
aquella ocasión en que una de las partes fallece y le suceden varios herederos;
también está la situación del art.21 CPC.

2. Atendiendo a las partes que intervienen


Esta litis consorcio puede ser:
2.1. Litis consorcio activa
Cuando hay una pluralidad de actores y un sólo demandado.
2.2. Litis consorcio pasiva
Cuando hay un sólo actor y una pluralidad de demandados.
2.3. Litis consorcio mixta
Cuando hay una pluralidad de actores y demandados.

3. Atendiendo a la obligatoriedad
Se distingue entre litis consortio:
3.1. Litis consorcio facultativa o voluntaria
Es facultativa o voluntaria cuando nace de la unión de varios colitigantes por su
propia voluntad, libre y espontánea.
Se contempla este tipo de litis consorcio en el art.18 CPC cuando expresa que en un
mismo juicio podrán intervenir como demandantes o demandados varias personas
siempre que se deduzca la misma acción, o acciones que emanen directa e
inmediatamente de un mismo hecho, o que se proceda conjuntamente por muchos
o contra muchos en los casos que autoriza la ley.
3.2. Litis consorcio obligatoria o necesaria
En cambio la litis consorcio es obligatoria o necesaria cuando la ley exige que las
partes actúen conjuntamente.
Así acontece en la situación prevista en el art.19 CPC en que aparece la necesidad
de esta litis consorcio necesaria u obligatoria cuando indica que, si son dos o más

13
las partes que entablen una demanda o gestión judicial y deducen las mismas
acciones, deberán obrar todas conjuntamente, constituyendo un sólo mandatario.
La misma regla se aplicará a los demandados cuando sean dos o más y opongan
idénticas excepciones o defensas.

1.3.2. Requisitos de la litis consorcio


Se encuentra establecido la pluralidad de partes o litis consorcio en al art.18 CPC.
Los requisitos para que tenga lugar esta litis consorcio son básicamente:
- pluralidad de partes.
- y unidad de procedimiento.
El requisito de la unidad de procedimiento tiene el carácter de esencial y surge del
propio concepto de lo que se entiende por litis consorcio.
No debe confundirse esta litis consorcio con la multiplicidad de procesos, pues si
se da esa multiplicidad de procesos se da la acumulación de autos o procesos, y no
la litis consorcio. Lo que distingue a la litis consorcio es la unidad de
procedimiento a que alude el art.18 CPC al hablar de en un mismo juicio.

1.3.3. Casos en que tiene lugar la pluralidad de partes o litis consorcio


1. Cuando se deduzca la misma acción
En un mismo juicio podrán intervenir como demandante o demandado varias
personas siempre que se deduzca la misma acción.
Por ejemplo, es el caso de varios comuneros que deducen una acción
reivindicatoria.
2. Cuando se deduzcan acciones que emanen directa e inmediatamente de un
mismo hecho
Pueden también intervenir como demandante o demandado según este art.18 CPC
siempre que se deduzcan acciones diversas que emanen directa e inmediatamente
de un mismo hecho.
Por ejemplo la acción de indemnización de daños ocasionados en un accidente a
varias personas, o cuando existan varias personas autoras del daño y una sola
víctima.
3. Cuando se procede conjuntamente por muchos o contra muchos en los casos que
autoriza la ley
También conforme a este art.18 CPC puede existir litis consorcio cuando se
procede conjuntamente por muchos o contra muchos en los casos que autoriza la
ley.
Por ejemplo, se procede por muchos cuando varios herederos del acreedor difunto
cobran la deuda por sus respectivas cuotas. Se procede contra muchos en el caso
del fisco que demanda a los deudores morosos en el cumplimiento de sus
obligaciones tributarias.
Debe tenerse en cuenta que esta litis consorcio del art.18 CPC tiene el carácter de
facultativa, puesto que utiliza el verbo poder y no el verbo deber.

14
1.3.4. Casos en que es obligatorio actuar conjuntamente mediante procurador
común
Hay si ciertos casos que contempla el propio legislador en que es necesario litigar
conjuntamente.
Es la situación que se contempla en el art.19 CPC en el cual debe no sólo obrar
conjuntamente, sino que además constituir un sólo procurador o mandatario
común.
Según esta disposición se requiere:
- que existan varios demandantes y demandados.
- que ellos obren conjuntamente.
- que constituyan un sólo proceso.
Cuando esos varios demandantes deducen una misma acción, o bien cuando se
trata de aquellos casos en que varios demandados oponen las mismas excepciones
o defensas, esta figura del art.19 CPC consistente en pluralidad de partes y la
obligación de designar un mandatario común, se conoce como litigar por una sola
cuerda.
Esta disposición tiene el carácter de obligatoria, ya que se indica que deberán obrar
todos conjuntamente.

1.3.5. Manera de designar procurador común


Debe ser nombrado por acuerdo de las partes a quienes va a representar, según
estatuye el art.12 CPC.
Ese nombramiento debe verificarse dentro de un término razonable que señala el
tribunal, es por ende un caso de plazo judicial.
Si por omisión de todas las partes o por falta de avenimiento entre ellas no se hace
el nombramiento dentro del término indicado en el art.12 CPC, este nombramiento
lo hará el tribunal que conozca de la causa, debiendo, en este caso, recaer en un
procurador del número o en una de las partes que haya concurrido.
La omisión en que pueda incurrir alguna o algunas de las partes respecto de este
nombramiento, no las libera, por el contrario, les va a afectar el nombramiento que
hayan hecho las restantes partes (art.13 CPC.).

1.3.6. Revocación del nombramiento de procurador común


Verificado el nombramiento de procurador común por las partes o por el tribunal
en subsidio, esa designación puede revocarse:
- por el acuerdo unánime de las partes.
- o bien por el tribunal a petición de alguna de esas partes, habiendo motivos que
lo justifiquen.
Los procedimientos a que de lugar la revocación se siguen en cuaderno separado y
no suspenden el curso de la causa.
Producirá sus efectos esa revocación sólo una vez que se haya constituido el nuevo
procurador (art.14 CPC.).

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1.3.7. Normas a que debe ceñirse el procurador común
El procurador común debe someterse a las instrucciones y a la voluntad de las
partes que representa, y si ellas no están de acuerdo puede actuar por sí solo y
como se lo aconseje la prudencia, pero teniendo siempre en mira la más fiel y
expedita ejecución del mandato (art.15 CPC.).
Si una de las partes que está representada por este procurador común no se
conforma con el procedimiento que él ha seguido, puede independiente o
separadamente hacer las alegaciones y rendir las pruebas que estime pertinente,
pero, sin que en esta actividad que va a desempeñar pueda entorpecer la marcha
del juicio, y debe usar los mismos plazos concedidos al procurador común.
En su obrar la parte que no está de acuerdo con el procurador común, puede
solicitar el otorgamiento de plazos o su ampliación, interponer recursos a que haya
lugar tanto respecto de las resoluciones que recaigan en las solicitudes que
presente, como sobre cualquier otra sentencia definitiva o interlocutoria (art.16
CPC.).

1.3.8. Excepciones a la constitución de procurador común


El principio consagrado en el art.19 tiene su excepción en el art.20 CPC. En efecto,
no están obligadas las partes a litigar conjuntamente y por un procurador común:
- si son distintas entre sí las acciones de los demandantes o las defensas de los
demandados. En esta situación cada uno de ellos puede obrar
separadamente en juicio (art.20 inc.1º CPC.).
- desde que aparezca haber incompatibilidad entre los intereses de las partes
que litigan conjuntamente (art.20 inc.2º CPC.).

1.4. Capacidad de las partes


Hay que distinguir tres situaciones:
⇒ capacidad para ser parte en juicio.
⇒ capacidad para comparecer en juicio, que se denomina capacidad
procesal.
⇒ capacidad para pedir en juicio, conocida también con el nombre de
ius postulandi o capacidad de postulación.

1.4.1. Capacidad para ser parte en juicio


Para ser parte como titular de una relación jurídica procesal basta tener la
capacidad de goce que reglamentan las leyes civiles.
Por capacidad de goce se entiende la aptitud legal para adquirir derechos.
Constituye esta capacidad de goce un elemento de la personalidad, por lo que
ninguna persona carece de ella, incluso la tiene aquel que está por nacer.
En el Código de Procedimiento Civil no hay regla alguna que señale la capacidad
para estar en juicio, para ser parte, de allí que se aplican las normas que sobre
capacidad se contienen en el Código Civil, en el Código de Comercio y, en general,
en todas las leyes sustantivas materiales.

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Por ende, pueden ser parte en juicio todas las personas, tanto naturales como
jurídicas. Al decir “todas”, se comprende no sólo a las que son plenamente
capaces, sino que también quedan incluidas las que son absolutamente y
relativamente incapaces.

1.4.2. Capacidad para comparecer en juicio o capacidad procesal.


Representación judicial.
Para ser parte basta ser titular de una pretensión fundada o infundada, aún cuando
ese titular no pueda ejercer directamente la acción correspondiente para hacer
valer su pretensión.
Para hacer valer la acción se requiere de una capacidad superior, se requiere otro
grado de capacidad que se llama capacidad procesal o legitimatio ad procesum.
Esta capacidad procesal es la aptitud legal que se requiere para comparecer ante
los tribunales de justicia, o para actuar en juicio por sí mismo.
Poseen esta capacidad para comparecer en juicio todas aquellas personas que,
según la ley sustantiva, son capaces de ejercitar derechos por sí mismos sin el
ministerio o autorización de otra, es decir, aquellas personas que tienen capacidad
de ejercicio. De allí que no van a tener capacidad procesal las personas del art.1447
CC.
Luego, son sinónimas la capacidad procesal y la capacidad de ejercicio que regulan
esas leyes sustantivas.
Esta capacidad procesal faculta sólo a los capaces de ejercicio para comparecer ante
los tribunales solicitando por sí o en representación de otro, la declaración o
actuación de un derecho.
La persona que carece de capacidad procesal debe suplir su incapacidad de
acuerdo a las normas materiales que están contenidas en el Código Civil, Código
de Comercio, o en la ley respectiva. Lo que implica que ellas deberán comparecer
ante los tribunales por intermedio de sus representantes o autorizados por ellos en
el caso de los relativamente incapaces, o a través de sus representantes legales en el
caso de los absolutamente incapaces.
Cuando estos incapaces actúan por intermedio de sus representantes se dice que
están representados, y esa representación recibe el nombre de representación
judicial, la que se va a regir por las normas del Código Civil.
En el caso que una persona que no tiene esta capacidad procesal inicie un litigio
asumiendo el rol de demandante, el demandado puede oponer la excepción de
carácter dilatoria consagrada en el art.303 Nº 2 CPC.
En cambio, si es el demandando el que carece de la capacidad procesal y no
obstante ello se le notifica la demanda y se sigue el juicio con todos sus trámites, la
sentencia que llegue a dictarse en él podrá ser impugnada:
- a través de un recurso de casación en la forma por falta de emplazamiento
legal (art.768 Nº 9 en relación con el art. 795 Nº 1 CPC.).
- podrá también ese demandado oponer una excepción dilatoria (art.303 Nº 6
CPC.).

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- promover un incidente de nulidad de todo lo obrado (art.83 CPC.).
- también puede el juez corregir de oficio estos vicios haciendo uso de la
facultad concedida por el art.84 CPC.

1.4.3. Capacidad para pedir en juicio o ius postulandi.


Representación procesal.
Para intervenir durante el proceso haciendo peticiones o solicitando diligencias se
requiere de una capacidad especial.
El fundamento de ello radica en que el desarrollo del conjunto complejo de actos
jurídicos que forman y estructuran el proceso, requiere de una capacidad especial,
técnica, típica del derecho procesal que se conoce con el nombre de derecho de
pedir en juicio o ius postulandi.
Esta capacidad especial está reglamentada sólo en las leyes procesales.
Este tipo de capacidad se otorga únicamente a determinadas personas o
profesiones, las que deben tener ciertos conocimientos jurídicos mínimos. Así por
ejemplo, la ley estima que poseen dichos conocimientos los estudiantes de derecho
actualmente inscritos en tercer año.
Mediante las peticiones que estas personas formulan se logra el desarrollo de la
relación jurídica procesal hasta llegar a la decisión de la cuestión controvertida.
Las personas que carecen del ius postulandi necesitan buscar el ministerio de ciertas
personas para actuar en el proceso so pena, si así no lo hiciesen, de declararse
inadmisible o improcedente sus peticiones.
Luego, suplen su incapacidad técnica con esta representación típica, especial
llamada representación procesal regulada en las leyes procesales.
Esta capacidad especial, al decir de un autor, es una institución jurídica por la cual
una persona mediante mandato o poder de otro, está facultado para ejercitar en
nombre e interés de ésta, ante la autoridad judicial y frente a terceros, los actos
necesarios para la constitución y desarrollo de la relación procesal.
El representante se llama procurador, y el representado poderdante, y la fuente de
la representación: poder o mandato judicial.
Gozan de esta capacidad de postulación, de pedir en juicio, las personas señaladas
en el art. 2º de la ley 18.120.

1.4.4. Diferencias entre la representación legal (judicial) y la procesal.


Entre la representación legal regulada en las leyes sustantivas, y la representación
procesal hay ciertas diferencias.
La representación legal, también llamada judicial porque en virtud de ella se
comparece en juicio:
- tiene por fin permitir la comparecencia en un juicio.
- sus normas están contenidas en el Código Civil, y en otras leyes de carácter
sustantiva.
- su fuente es la voluntad soberana de la ley.
En cambio la representación procesal que proviene del ius postulandi:

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- permite la actuación de ciertas personas en el proceso.
- se rige la representación procesal por las leyes procesales.
- su fuente es el acto convencional denominado mandato judicial.

2. Los terceros
En principio el juicio comprende solamente a los que intervienen en él como
demandante o como demandado, únicamente a ellos aprovecha o perjudica la
sentencia que se dicte en el litigio.
Empero, siendo las relaciones jurídicas complejas, es posible que una litis afecte
derechos de terceros, los que van a verse vinculados a un juicio en el que no han
intervenido, y de cuya sentencia no obstante puede derivarle un perjuicio.
Los terceros son personas distintas del actor y del demandado, esos terceros
comparecen al juicio una vez que éste se ha iniciado, y lo hacen por tener un
interés comprometido en él, un derecho comprometido y no meras expectativas.
En esta intervención el tercero puede adoptar posiciones armónicas o
contradictorias con las que sostienen las partes principales.

2.1. Concepto
En términos generales, son terceros las personas que, sin ser partes directas en el
juicio, intervienen en él una vez iniciado, por tener interés actual en su
resultado, sosteniendo posiciones armónicas, contradictorias o independientes
con las de los sujetos directos.
Esta intervención de terceros en un juicio se conoce con el nombre de tercería.
La tercería se define entonces, como la intervención de un tercero, que se presenta
a un juicio entablado por dos o más litigantes, ya sea coadyuvando al derecho de
alguno de ellos, ya sea deduciendo el suyo propio con exclusión de los otros o en
forma independiente a los mismos.

2.2. Admisibilidad de la intervención de terceros


La regla general es que en los diferentes juicios y procedimientos se admita la
intervención de terceros sin limitación alguna. Nuestro código permite esa
intervención y la reglamenta en el libro I, arts. 22 - 24 CPC.
No obstante esta regla general en cuanto a la admisibilidad de los terceros al juicio,
en determinados procedimientos se restringe la intervención de terceros. Así
sucede tratándose del juicio ejecutivo, en que de acuerdo con el art.518 CPC sólo se
permiten las tercerías:
- de dominio (de los bienes embargados).
- de posesión (de los bienes embargados).
- de prelación (derecho para ser pagado preferentemente).
- de pago (derecho para concurrir en el pago a falta de otros bienes).
Además el legislador en ciertos tipos de juicios no admite la intervención de
terceros, lo que es excepcionalísimo. Así acontece en el proceso:
- de realización de la prenda agraria.

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- de realización de la prenda industrial.
- y en la compra venta de cosas muebles a plazo.

2.3. Requisitos para la intervención de terceros


Para poder admitir la intervención de un tercero en un juicio cualquiera es
indispensable que se cumplan ciertos requisitos.

- Existencia de la calidad de tercero


Desde luego que el reclamante sea una parte indirecta, un tercero. No debe haber
figurado en la causa ni como demandante ni como demandado.

- Existencia de un juicio ya iniciado


Se requiere que el juicio se encuentre ya en tramitación.

- Existencia de un interés actual


Se precisa que la parte indirecta tenga un interés actual en su resultado, o sea, que
tenga un derecho comprometido y no meras expectativas, como sería el caso de un
derecho sujeto a condición.
Es así como el art. 23 CPC expresa que cualquiera que tenga interés actual en un
juicio puede intervenir en él.
Ese interés puede ser jurídico o puede ser de hecho.
El art. 23 inc.2º CPC es el encargado de especificar cuando existe un interés actual.

2.4. Clases de intervención de terceros


La intervención de un tercero en juicio puede ser como:

2.4.1. Terceros coadyuvantes


Se refiere a ellos el art.23 inc.1º CPC.

1. Concepto
Son terceros coadyuvantes las personas que, sin ser partes directas en el juicio,
intervienen en él una vez iniciado, por tener interés actual en su resultado,
sosteniendo posiciones armónicas y concordantes con las de una de las partes
directas.
Intervienen en un juicio con posterioridad a su inicio y se colocan en la misma
posición procesal que una de las partes directas, ya sea el demandante o el
demandado.
Obviamente apoyará al demandante o al demandado, a quien lo ligue un interés
común.
Su intervención estará destinada a apoyar la posición del que sostiene el derecho
que el también hace suyo, por eso es que la ley equipara a este tercero coadyuvante
con la parte misma a quien coadyuva.

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Este tipo de tercero constituye con la parte directa a la que apoya una sola
identidad, por ende tienen los mismos derechos que concede el art.16 CPC a cada
una de las partes representadas por un procurador común (art.23 inc.1º y 2º CPC.).

2. Alcances al art. 23 en sus inc.1º y 2º


- una vez que interviene el tercero, el juicio continua en el estado que se
encuentre al momento de la intervención, así lo expresa el art.23 inc.1º parte
final CPC.
- hace también notar esta disposición que estos terceros coadyuvantes pueden
intervenir en cualquier estado del juicio. Ello significa que el tercero puede
intervenir tanto en primera como en segunda instancia, e incluso ante la
Corte Suprema si esta está conociendo del asunto por vía de casación.
- punto discutido en cambio es si estos terceros coadyuvantes pueden apelar
o recurrir de casación respecto de una sentencia dictada en un juicio en que
no han intervenido sino hasta el momento de su dictación. Hay quienes
creen que la interposición de tales recursos es posible por este tercero
porque el juicio subsiste mientras no esté firme la sentencia definitiva
dictada en él. En cambio, hay otros que afirman que esa intervención no es
posible, ello porque el fallo dictado en esas condiciones no le causaría un
agravio, toda vez que esos terceros no han comparecido a la litis, luego no
pueden ser agraviados por el fallo. La jurisprudencia al respecto es también
contradictoria.
- estos terceros coadyuvantes una vez admitida su intervención deben obrar
conjuntamente con la parte a quien coadyuva y por ende, debe constituir un
sólo mandatario, un procurador común. Ese procurador común tendrá que
ser designado de común acuerdo o en su defecto por el tribunal.
- estos terceros coadyuvantes cuando intervienen en el juicio deben respetar
todo lo obrado con anterioridad.
- cuando el tercero coadyuvante interviene debe hacerlo mediante una
presentación escrita, esa presentación el tribunal debe proveerla conforme a
derecho, lo que significa darle una tramitación incidental, puesto que la
intervención del tercero es una cuestión accesoria al juicio. Que el tribunal
de una tramitación incidental a la presentación del tercero quiere decir que
debe oír a las partes directas. Estas partes directas formularán sus
observaciones u objeciones para estimar procedente o improcedente la
intervención del tercero. En esta tramitación incidental el tercero deberá
probar su interés para intervenir en el juicio.

2.4.2. Terceros excluyentes


1. Concepto
Son terceros excluyentes aquellos que concurren al juicio reclamando un derecho
propio e incompatible con el que pretenden las partes principales. Se le llama
también opositor.

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En el juicio ejecutivo este tipo de tercería está especialmente reglamentada en la
tercería de dominio, que es una forma especial de intervención de un tercero
excluyente.
La situación jurídica de este tercero es diferente a la de ambas partes ya que los
intereses que él invoca son contrarios a los de ambas partes directas.
Este tercero concurre al juicio con el fin de reclamar un derecho propio que se
contrapone al de las partes. Este tercero no se confunde como sucede en el
coadyuvante con ninguna de las dos partes en el pleito, acciona contra el
demandante y demandado de la primitiva relación procesal.
La intervención de este tipo de tercero la admite el legislador con el fin de evitar
dos juicios sucesivos contra el demandante y el demandado, es decir, se admite por
razones de economía procesal. Se evita además posibles sentencias contradictorias
sobre la misma materia.

2. Observaciones al art. 22
- Estos terceros excluyentes se regulan en el art.22 CPC.
- Al igual que en el caso anterior, esta norma del art.22 es susceptible de
ciertos comentarios, alcances u observaciones:
- cuando interviene este tercero se entiende que acepta todo lo obrado con
anterioridad a su presentación, y continúa el juicio contra las partes directas
en el estado en que se encuentre (art. 22 parte final CPC.).
- un segundo alcance alude al momento en que este tercero puede intervenir.
El código no señala expresamente el momento en que puede intervenir este
tercero, pero si de modo implícito porque el art. 22 CPC dice que "si durante
la secuela del juicio", lo que significa que el tercero puede intervenir en
cualquier estado del juicio, en primera o segunda instancia, antes de que
este firme la sentencia de término.
- la presentación que haga el tercero excluyente y por la cual solicita se le
admita en esa calidad, se va a tramitar en forma incidental.
- En ella va a tener que justificar el interés actual que invoca y calificar la
incompatibilidad de este derecho invocado con alguno de los derechos
alegados por las partes principales. Terminado el incidente y acreditado el
interés y la incompatibilidad, puede admitirse la intervención en el juicio de
ese tercero excluyente.
- en cuanto a la forma en que continua el juicio una vez que se admite la
solicitud del tercero surge un problema a raíz de que el art. 22 CPC se
remite al art. 16 CPC. Por esta remisión pareciera a primera vista que el
tercero excluyente debe obrar conjuntamente con alguna de las partes a
través de un procurador común. Pero, esta remisión debe entenderse en el
sentido que el tercero no puede obrar conjuntamente con ninguna de las
partes principales debido a que su interés es contrario e incompatible a los
de estos. Deberá obrar separadamente puesto que su interés es propio,
contrapuesto al de las partes principales. Dado lo anterior es que la

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referencia al art. 16 CPC debe entenderse hecha a aquella parte que señala
que "podrán separadamente hacer las alegaciones y rendir las pruebas que estimen
conducentes, pero sin entorpecer la marcha regular del juicio y usando de los
mismos plazos concedidos al procurador común", y no a aquélla parte de dicha
disposición que alude a que las partes deben estar representadas por un
procurador común.

3. Forma en que continúa el juicio


Aceptada la intervención del tercero excluyente en el juicio se presenta el problema
de como continúa tramitándose este litigio del tercero que advino.
Hay distintas opiniones a este respecto:
Algunos autores, como Darío Benavente, sostienen que admitido el tercero
excluyente se suspende el procedimiento, se paraliza la causa principal mientras
no se resuelva sobre el derecho del tercero.
Se tramita esta intervención en cuaderno separado, pero contenido en el mismo
expediente del juicio de las partes principales (hay una misma voluntad de ingreso
en lo relativo a la naturaleza administrativa).
Otros autores, entre ellos Fernando Alessandri y Alberto Skuel, señalan que lo
lógico es generalizar el procedimiento que el Código de Procedimiento Civil
establece para la tercería de dominio del juicio ejecutivo.
Para ellos debe iniciarse un nuevo juicio en que el tercero sería el demandante y las
partes directas del otro juicio obrarían como demandados, pero ambos juicios
tendrían que fallarse en una sola sentencia.
En esta segunda posibilidad hay dos expedientes, dos cuadernos diversos (uno del
juicio primitivo, y el otro el del tercero excluyente con las partes directas del juicio
primitivo). El juicio además no se suspende, pero ambos juicios terminarán con
una sola sentencia.
Esta segunda interpretación cuenta con el apoyo mayoritario de la jurisprudencia.
Deberá, por tanto, iniciarse un nuevo juicio entre el tercero y las partes directas
hasta que llegue la tercería al mismo estado de tramitación del juicio primitivo.
Lograda esa similitud en la tramitación continúan desarrollándose conjuntamente
para terminar con una sola sentencia.
En esta teoría la intervención del tercero se tramita conjuntamente, en el mismo
expediente de las partes directas, ellas van a ser las demandadas y el tercero será el
actor, y ambos juicios van a fallarse con una misma sentencia.
Se la crítica a esta tesis porque tendría únicamente aplicación cuando la acción que
ejercite el tercero se someta al mismo procedimiento que la acción que han
invocado las partes directas.

2.4.3. Terceros independientes


1. Concepto
Son terceros independientes los que sostienen un interés propio, independiente y
autónomo del de las partes directas.

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Así aparece en el art. 23 inc. final al expresar "si el interés invocado por el tercero es
independiente del que corresponde en el juicio a las dos partes, se observará lo
dispuesto en el artículo anterior".
Así por ejemplo, si en un juicio ejecutivo se embarga por el ejecutante (acreedor)
un inmueble de dominio del ejecutado (deudor) el que está arrendado a un tercero,
el arrendatario de ese inmueble (que es un tercero independiente) puede intervenir
en la ejecución para ejercer su derecho y lograr que se respete su arrendamiento.

2. Observaciones al art.23 inc. final


Los comentarios que merece este art.23 inc. final CPC son similares a los indicados
para los terceros excluyentes, ya que el tercero independiente al decir de Sergio
Rodríguez se encuentra en la misma situación procesal que el excluyente.
Surge un problema similar en cuanto a la forma de actuar del tercero
independiente, es decir, como va a proseguir el juicio una vez admitida su
intervención. El problema se genera porque el art.23 inc. final remite al art.22 CPC,
y este a su vez al art.16 CPC. Se soluciona este problema de la misma forma.

2.5. Intervención forzada de terceros


En teoría se distingue entre la intervención voluntaria de terceros y la forzada o
llamamiento de terceros al pleito. Jaime Guasp, en España, hace tal distinción.
La concurrencia voluntaria de terceros al pleito puede investir el carácter de
coadyuvante, excluyente o independiente.
En tanto que la forzada es el llamamiento de terceros al pleito en forma obligada,
ya sea a requisición del demandante o del demandado, cuando se quiere extender
a un tercero los efectos del juicio así como los de la cosa juzgada que produzca la
sentencia que se dicte en él.
Si buscamos en nuestro derecho una situación similar a la descrita, podríamos tal
vez dar como ejemplo de intervención forzada:
⇒ la jactancia.
⇒ la citación por evicción.
⇒ el caso del art. 21 CPC.
Pero en dos de ellos (jactancia y el caso del art. 21) la intervención que se realiza no
corresponde calificarla de intervención forzada de terceros, ya que en esos casos no
se está en presencia de tercerías, sino que se está en presencia de un llamamiento
que se hace a una persona para que concurra a un juicio en calidad de parte
directa. Luego, la intervención de esa persona no constituye una tercería
propiamente tal ya que desempeñara el papel de parte directa en la litis.

3. La comparecencia
3.1. Obligación de designar mandatario judicial
La representación procesal está regulada en la Ley Nº 18.120 de 18 de mayo de
1982, sin perjuicio de ello se encuentra también regulada por el art.4 CPC que abre
el libro I título II que lleva como epígrafe "De la comparecencia en juicio".

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No obstante que el legislador en este artículo habla de comparecer en juicio, en
realidad se está refiriendo al ius postulandi o capacidad para pedir en juicio, de
realizar personalmente actos de procedimiento.
Según este art.4 CPC "toda persona que deba comparecer en juicio a su propio
nombre o como representante legal de otra, deberá hacerlo en la forma que
determine la ley".
Y es la ley 18.120 la que determina esta forma. Este cuerpo legal tiene una norma
especial que establece que si no se tiene capacidad de pedir en juicio se debe actuar
ante los tribunales por medio de un procurador, representado por un mandatario
judicial que reúna los requisitos que exija la ley. Excepcionalmente nuestro
legislador permite la comparecencia personal, bastando poseer la capacidad
judicial para comparecer.

3.2. Personas que pueden ser mandatarios o procuradores judiciales


Pueden ser mandatarios o procurador judicial aquellas personas que según la ley
18.120 tienen ius postulandi. Es el art. 2º de la ley 18.120 el que se encarga de
indicarlos.

3.2.1. Abogado habilitado para el ejercicio de la profesión


Se entiende por tal, aquel que no está suspendido del ejercicio profesional, que no
ha sido objeto de esta medida disciplinaria.
Además debe estar al día en el pago de la patente profesional.
Esta última es una obligación contenida en la ley de municipalidades. Es una de
las fuentes para formar su presupuesto.
La patente profesional tiene un valor variable, se cancela en dos cuotas semestrales
(una que cubre el lapso enero-julio, y la otra julio-enero).
En los distintos tribunales, el secretario está en condiciones de requerir certificado
de que se está al día en el pago de la patente profesional.

3.2.2. Procurador del número


El procurador del número se consagra en el art. 394 COT. Son auxiliares de la
administración de justicia encargados de representar a las partes.

3.2.3. Postulantes que realizan su práctica profesional en la Corporación de


Asistencia Judicial
Esta es una corporación de derecho público encargada de velar para que puedan
tener representación ante los tribunales de justicia y defensa jurídica, las personas
que carecen de los medios necesarios para contratar abogado.
Se logra este fin a través de la práctica de los egresados de derecho.

3.2.4. Estudiantes de derecho de tercero a quinto año

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También tienen ius postulandi los estudiantes actualmente inscritos en tercer, cuarto
o quinto año de las escuelas de derecho de las facultades de ciencias jurídicas y
sociales de alguna de las universidades autorizadas.
Nada impide que las universidades cuyo régimen de estudios sea semestral se
acojan a ello.

3.2.5. Egresados de derecho


Los egresados de estas mismas facultades hasta tres años después de haber
rendido los exámenes correspondientes, gozan igualmente del ius postulandi.

3.3. Excepción de la obligación de designar mandatario judicial


Por excepción no se requiere esta representación a través de estas personas
señaladas, pudiéndose por ende actuar personalmente:
- cuando la ley exige la intervención personal de la parte. Ello sucede por
ejemplo cuando se solicita la confesión, o la intervención personal de la
parte en la conciliación (art.264 CPC.).
- tampoco se requiere la actuación de mandatario en aquellas comunas en que
el número de abogados en ejercicio sea inferior a cuatro, hecho que
determina la Corte de Apelaciones correspondiente (art. 2 inc. 9º ley 18.120).
- tampoco se precisa de mandatario judicial en los asuntos que conozcan
determinados tribunales señalados en el art.2 inc.11º ley 18.120.
- tampoco es necesario la intervención de mandatario judicial en la solicitud
de pedimento de minas que se solicita ante el tribunal, sin perjuicio de
cumplirse esta exigencia en los trámites posteriores a que estas actuaciones
den lugar (art.2 inc.10º ley 18.120).
- cuando el juez ha autorizado a la parte para que comparezca y actúe
personalmente atendida la naturaleza y cuantía del litigio, o las
circunstancias que se hicieren valer. Ello sin perjuicio de exigir la
intervención de abogado si la corrección del procedimiento así lo aconsejare
(art.2 inc.3º ley 18.120).
Debe tenerse en consideración que en aquellas ciudades en que rija la obligación
referida y no existan entidades públicas o privadas que presten asistencia jurídica o
judicial gratuita, las personas notoriamente menesterosas a juicio del tribunal,
serán representadas gratuitamente por el abogado de turno (art.2 inc. final ley
18.120).

3.4. Comparecencia ante las Cortes de Apelaciones y la Corte Suprema


Las disposiciones del art. 2 de la ley 18.120 se refieren al ius postulandi ante los
tribunales de primera instancia sean ellos ordinarios, arbitrales o especiales, así lo
dice el art.1º parte primera ley 18.120, pero no rigen tratándose de la
comparecencia ante las Cortes de Apelaciones y la Corte Suprema. Art.398 COT.
Ante las Cortes de Apelaciones, la Corte Marcial y la Corte Naval se puede
comparecer y litigar:

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- personalmente.
- representado por un abogado.
- o representado por un procurador del número.
Se supone que esta tramitación es más simple, por eso se da lugar a la
comparecencia personal, pero los alegatos deben hacerse a través de abogado. Si el
litigante está rebelde, no podrá comparecer personalmente.
Si este litigante ha sido declarado rebelde en la segunda instancia, sólo puede
comparecer y litigar en ella:
- a través de un abogado habilitado para el ejercicio de la profesión.
- o por medio de un procurador del número.
La ley en este caso le priva de la comparecencia personal.
En cuanto a la Corte Suprema, en ella sólo puede comparecerse:.
- a través de un abogado habilitado para el ejercicio de la profesión.
- o por medio de procurador del número.
Así aparece en el art.398 del COT.

3.5. Obligación de designar abogado patrocinante


Fuera de la representación por un procurador, el litigante tiene otra obligación
más, ésta consiste en designar un abogado patrocinante en su primera
presentación. Así lo establece el art.1 de la ley 18.120.
El art.1 inc.1º ley 18.120 establece que "la primera presentación de cada parte o
interesado en asuntos contenciosos o no contenciosos ante cualquier tribunal de la
república, sea ordinario, arbitral o especial, deberá ser patrocinada por un abogado
habilitado para el ejercicio de la profesión".
Las personas con ius postulandi pueden representar a las personas en juicio, pero
sólo una de ellas (abogado habilitado para el ejercicio de la profesión) puede
asumir el patrocinio de estas gestiones ante cualquier tribunal de la república.

4. El patrocinio
4.1. Concepto
Por patrocinio se entiende de acuerdo al art.528 COT el acto por el cual una
persona encomienda a un abogado la defensa de sus derechos en juicio.
La diferencia con el mandato radica en que se encomienda la defensa de los
derechos en juicio y no la representación.
El patrocinio es el contrato celebrado entre el cliente y el abogado, por medio del
cual aquel encomienda a éste la defensa de sus derechos en un juicio o asunto.
Al abogado le corresponde entonces la defensa y al procurador la representación.
Pero el abogado tiene facultades para desempeñar cualquiera de esas figuras de
manera excluyente o ambas simultáneamente.

4.2. Forma en que se entiende cumplida esta obligación

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Se entiende cumplida la obligación de designar abogado patrocinante según el
art.1 inc.2º de la ley 18.120 por el hecho de poner el abogado su firma, indicando
además su nombre, apellidos y domicilio.
El patrocinio sin embargo es un contrato consensual que se perfecciona por la mera
aceptación.
La norma citada establece cuando se entiende cumplida, pero para perfeccionarse
basta la sola aceptación.
Esta es la única situación procesal en que el legislador exige la firma.
Se requiere además consignar ambos apellidos, si se da cuenta de sólo uno se
incumple con esta obligación.
En la práctica, en un otrosí del primer escrito se deja constancia que se confiere
patrocinio a determinado abogado domiciliado en tal parte.
Si no se da cumplimiento a estos requisitos, esta presentación no puede ser
proveída y se tiene por no presentada para todos los efectos legales, las
resoluciones que se dicten sobre este punto no son susceptibles de recurso alguno.

4.3. Naturaleza jurídica del patrocinio


En algunas legislaciones se discute la naturaleza jurídica del patrocinio, es decir, de
que índole es este vínculo que une al cliente con el abogado.
En nuestro país no cabe traer a colación tal discusión pues el art. 528 COT señala
que este patrocinio es un mandato, y que se halla sujeto a las reglas que el Código
Civil establece para dicho tipo de contratos, salvo el art.529 COT, pues el mandato
de abogados no termina con la muerte del mandante.
Dentro de las diversas categorías de contratos es de orden consensual.

4.4. Forma de constituir el patrocinio


La ley procesal no reglamenta la forma de constituir el patrocinio, se remite a las
reglas que al respecto hay en el derecho civil para el mandato. Únicamente para
los efectos de constancia en autos y para el ejercicio de los derechos procesales en
relación a esta institución, se exige la obligación mencionada en el art.1 inc.2º de la
ley 18.120.
Esta exigencia de dejar constancia, no constituye el contrato de patrocinio, ni
siquiera constituye su aceptación, es un simple acto procesal que da a entender que
el abogado ha celebrado el contrato de patrocinio con su cliente, que lo ha aceptado
y que asume desde esa constancia la defensa de los derechos en juicio.
No hay en este art. 1º de la ley 18.120 declaración alguna de voluntad de los
contratantes en relación al vínculo jurídico que han celebrado.

4.5. Facultades de representación del patrocinante


La defensa, o sea el patrocinio, no origina ni significa por sí misma representación.
La misión del defensor, del patrocinante no es sustituir la persona del litigante o
interesado, sino tener la dirección superior del negocio judicial, esbozar las

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presentaciones, preparar las acciones y excepciones, adaptar o acomodar el
derecho al caso concreto que se disputa.
En definitiva y como dice Carnelutti el abogado patrocinante es el técnico del
derecho, a la par que el procurador o mandatario judicial es el técnico del proceso.
Según el art.1º inc.3º de la ley 18.120 el abogado patrocinante puede tomar
excepcionalmente la representación de su patrocinado en cualquiera de las
actuaciones, gestiones o trámites de las diversas instancias del juicio o asunto.
Frente a esta situación ese abogado patrocinante no inviste carácter de procurador,
pero podrá hacer las veces de tal en forma accidental y transitoria.

4.6. Extinción del patrocinio


El abogado conserva este patrocinio y su responsabilidad mientras en el proceso
no haya testimonio de la cesación de ese patrocinio.
El patrocinio puede terminar:

4.6.1. Por renuncia


Expira por renuncia del abogado patrocinante cuando este por su mera voluntad
termina el vínculo representativo.
Cuando el patrocinio termina por la renuncia del abogado patrocinante, éste debe
ponerla en conocimiento del patrocinado junto con el estado del negocio, y
conserva su responsabilidad hasta que haya transcurrido el término de
emplazamiento contado desde la notificación de la renuncia, a menos que se halla
designado con antelación otro patrocinante.

4.6.2. Por revocación


Va a terminar por revocación cuando el poderdante pone término al patrocinio
constituido por su sola manifestación de voluntad.
Esa revocación puede ser:
1. Revocación expresa
Será expresa cuando el mandante manifiesta de manera explícita su voluntad de
poner término al vínculo que lo liga con el patrocinante.
2. Revocación tácita
Tácita será la revocación cuando provenga de la ejecución de ciertos actos que
manifiestan de manera implícita la voluntad para terminar el patrocinio.

4.6.2. Por fallecimiento del patrocinante


Termina por muerte del abogado patrocinante cuando éste deja de existir, ya que
también acaba la persona humana.
Si la cesación del patrocinio se debe al fallecimiento del abogado patrocinante, el
interesado debe designar otro en su reemplazo en la primera presentación que
hiciere, en la forma y bajo la sanción sino lo hiciere del art.1 inc.2º de la ley 18.120.

4.7. Excepciones a la obligación de nombrar patrocinio

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No obstante lo imperativo de la obligación contenida en el art. 1 de la ley 18.120 de
designar abogado patrocinante, es lo cierto que la misma ley cuida de señalar una
serie de situaciones excepcionales en que no se precisa la designación de abogado
patrocinante.
Así lo establece el art.2 incs. 9º, 10º y 11º de esta ley.

5. El mandato judicial
5.1. Definición y fuentes legales
El mandato judicial está regido por los art.6 y 7 CPC.; art. 395 COT y por algunas
disposiciones del Código Civil.
En general el mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno
o más negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera.
La persona que confiere el encargo se llama comitente o mandante; y la que lo
acepta, apoderado o procurador, y en general mandatario.
Si el mandato comprende uno o más negocios especialmente determinados se
llama especial. Si se da para todos los negocios del mandante es general (art. 2130
CC.).
El art. 395 COT define desde un punto de vista procesal este mandato judicial
expresando que es el acto por el cual una parte encomienda a un procurador la
representación de sus derechos en juicio.
Luego, el mandato judicial es un mandato especial, pues se refiere a negocios
judiciales.
A este mandato judicial se le aplican las reglas contenidas en el Código Civil, en
cuanto no aparezcan modificadas por el Código Orgánico de Tribunales, el Código
de Procedimiento Civil o por la ley 18.120.
A este mandato judicial se le llama también procuraduría o procuratela, y el
mandatario recibe el apelativo de procurador.

5.2. Diferencias entre el mandato civil y el judicial


Entre el mandato civil y el mandato judicial hay ciertas diferencias:

5.2.1. En cuanto a la forma como se constituyen


El mandato civil es consensual pues se perfecciona con el mero consentimiento de
los contratantes (art.2123 CC.).
El mandato judicial en cambio es solemne, su solemnidad consiste en que debe
constar necesariamente por escrito.

1. Formas en que se constituye el mandato judicial


Es el art. 6 CPC el que reglamenta la constitución del mandato judicial, de acuerdo
con esta disposición se puede establecer el mandato judicial a través de alguna de
las siguientes formas:
1.1. Por escritura pública otorgada ante notario

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La ley 19.477 en su art.86 restó competencia a los Oficiales de Registro Civil para el
otorgamiento de poderes judiciales en cualquier comuna.
1.2. Por medio de una carta extendida ante un juez de letras o ante un juez árbitro,
y subscrita por todos los otorgantes
El acta a que se alude en esta disposición viene a constituir en sí el título de
representación en virtud del cual podrá actuar el mandatario.
1.3. A través de una declaración escrita del mandante, autorizada por el secretario
del tribunal que esté conociendo de la causa. Esta última es la fórmula más
utilizada.

2. Otras formas de constituir mandato judicial


2.1. También puede constituirse un procurador común en la forma que dispone
este mismo código en sus art.12 y sgts. CPC.
2.2. Fuera del Código de Procedimiento Civil existe la forma señalada en el art.29
inc.2º de la ley 18.092 del 17 de enero de 1982 sobre letras de cambio, que expresa
que el endosatario en comisión de cobranza puede cobrar y percibir incluso
judicialmente, y tiene todas las atribuciones propias del mandatario judicial
comprendiéndose en estas aquellas que la ley señala como facultades especiales o
extraordinarias.

5.2.2. En cuanto a la libertad de las partes para elegir la persona del mandatario
En el mandato civil las partes tienen plena libertad para elegir el mandatario.
En cambio, en el mandato judicial las partes no tienen esta libertad en forma tan
absoluta. No la tienen porque esa designación debe necesariamente recaer en
alguna de aquellas personas mencionadas en el art. 2º de la ley 18.120, esto es, en
personas que posean el ius postulandi.

1. Forma en que se acredita tener el ius postulandi


Estas personas deben acreditar la calidad de tales.
- en el caso del abogado a través de su título profesional.
- el procurador del número lo hará mediante el decreto supremo dictado por
el presidente de la república en que consta su nombramiento.
- en el caso del mandatario designado por la Corporación de Asistencia
Judicial, esa calidad se acredita mediante certificado que expide la misma
corporación.
- los estudiantes y egresados de derecho lo hacen mediante la certificación
que expide la autoridad universitaria pertinente.

2. Calidad necesaria para obrar como delegado de un mandatario y diligenciar


exhortos
Estas mismas calidades se requieren para obrar como delegados de un mandatario,
incluso para gestionar o diligenciar cartas rogatorias o exhortos.

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3. Mandato con administración de bienes
Hay también dentro de la le
c) son generales en lo que se refiere a los actos que supone para el
representante, esos actos son ilimitados, no taxativos, son tantos cuantos
requieran las formalidades del negocio que se encomienda al mandatario,
sus únicos límites son las normas del respectivo procedimiento.

Facultades que confiere


El art. 7 inc.1º CPC se refiere a las facultades ordinarias. De acuerdo a esta norma
se autoriza al procurador para tomar parte en el juicio, del mismo modo que
podría hacerlo el poderdante, interviniendo en todos los trámites e incidentes del
juicio y en todas las cuestiones que por vía de reconvención se promuevan, hasta la
ejecución completa de la sentencia definitiva.
La representación vale para todo el juicio, hasta la terminación del asunto
mediante la ejecución completa de la sentencia definitiva, no sólo hasta su
dictación.

Delegación de las facultades ordinarias


Este mandato judicial en lo que respecta a sus facultades ordinarias puede
delegarse, y esa delegación obliga al mandante a menos que este halla negado esa
facultad de delegar.
Hay en este aspecto una diferencia entre el mandato civil y el judicial. Si bien en
ambos se acepta el principio de que el mandatario puede delegar su mandato, es lo
cierto que en el mandato civil el mandatario para efectuar tal actuación requiere
autorización de su poderdante. En cambio en el mandato judicial no se precisa
esta autorización, el mandato puede delegarse obligando con ello al mandante, con
la única limitante de no poder hacerlo si se le niega esa facultad.
Respecto de la delegación del mandato judicial hay que considerar que el delegado
no puede a su vez delegar el mandato, no hay delegado de delegado. Si así se
hiciere cabría sostener que el segundo delegado carece de representación.

Limitación de las facultades ordinarias


Otro comentario al art.7 inc.1º CPC es que las facultades ordinarias que se
comprenden en él no pueden limitarse, salvo la referida a la delegación del
mandato.
El mismo legislador se encarga de establecer que las cláusulas en que se nieguen o
en que se limiten las facultades ordinarias son nulas.

Extensión de las facultades ordinarias


Sobre este punto se pueden visualizar algunos problemas o cuestiones que es
posible que se susciten en un momento dado.

A. Ejecución de una sentencia

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En el caso que se deba seguir un nuevo juicio para ejecutar la sentencia definitiva
que se ha dictado por el tribunal ¿necesita el procurador un nuevo mandato para
continuar el nuevo juicio o bastan las facultades ordinarias ya conferidas?.
La jurisprudencia es vacilante a este respecto.
Como el mandato para el juicio se entiende conferido hasta la ejecución completa
de la sentencia definitiva, deberá entenderse comprendido el procedimiento de
apremio que sea necesario para exigir ese cumplimiento con o contra el mandatario
constituido, en la medida que ese cumplimiento se solicite dentro del mismo juicio
y en la forma que indica el art.233 inc.1º CPC.
En cambio la situación no es tan clara cuando el cumplimiento de la sentencia
requiere la iniciación de un nuevo juicio.
Alessandri y Cassarino estiman que el mandatario constituido tendría facultades
suficientes para iniciar ese nuevo juicio sin necesidad de un nuevo mandato.
En la práctica para evitar problemas por falta de personería se otorga un nuevo
mandato judicial.

B. Incidentes que se promuevan


Por otra parte, estas facultades ordinarias se extienden a todos los trámites e
incidentes que se susciten en el curso del juicio, así lo establece expresamente el art.
7 inc.1º CPC.
Esta expresión incidente que se usa por esta disposición debe tomarse en sentido
amplio como toda cuestión accesoria a un juicio que requiera un pronunciamiento
especial con o sin audiencia de las partes.
El mandatario constituido en la causa principal puede perfectamente intervenir en
lo que es accesorio a un juicio.
Así por ejemplo, en el caso de las gestiones preparatorias de la vía ejecutiva en que
el abogado o procurador constituido en ellas está habilitado para ejecutar la
demanda posterior en el caso que ella prospere.
Igual acontece en las tercerías que pueden generarse en el juicio ejecutivo, que
también pueden entenderse comprendidas en el mandato constituido en la
ejecución.

2. Facultades extraordinarias
Son aquellas que requieren de una mención expresa.
Estas facultades extraordinarias son aquellas que el poderdante confiere
expresamente al procurador para la realización de ciertos actos procesales de
carácter dispositivo.
Características
Tienen como características las siguientes:
a) son convencionales, su origen no es la voluntad de la ley sino la de las
partes contratantes quienes las consagran en forma expresa al momento de
otorgar el mandato. Por tal motivo pueden regularse en la forma que se

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desee por las partes, e incluso suprimirse sin que por ello se altere la
representación que se constituye.
b) son accidentales al poder, no le pertenecen ni esencial ni naturalmente. Para
su existencia se requiere de una cláusula especial.
c) son especiales, están enumeradas en el art.7 inc.2º CPC.
d) Hay quienes piensan que esta enumeración tiene un carácter taxativo.
Otros por el contrario estiman que no es así ya que hay ciertos actos no
comprendidos en esta enumeración y que requieren de una mención
especial, citan como ejemplo el caso de la conciliación y el de la novación.
e) son dispositivas, pues ellas en mayor o menor grado suponen el ejercicio de
actos de esta índole, con este tipo de facultades el representante puede
comprometer esencialmente los intereses de su representado.

Sentido del vocablo sin mención expresa


Se discute que significa el término sin mención expresa que usa el legislador.
Significa que estas facultades deben enunciarse una por una por el poderdante, o
por el contrario es suficiente una referencia de orden general a ellas.
Tanto la doctrina como la jurisprudencia han entendido que se cumple este
requisito cuando se utiliza por el poderdante la expresión genérica. Como por
ejempl, si el mandante señalara que otorga todas las facultades a que se refiere el
art. 7 inc.2º CPC.
Por el contrario si el mandante no quiere conferir todas o algunas de las facultades
especiales que se contemplan en la citada norma debe expresar que las excluye.

Enumeración de las facultades especiales


A. Facultad de desistirse en primera instancia de la acción deducida
En términos generales se puede decir que se desiste de la acción deducida quien
retira la demanda después que ella ha sido notificada al demandado.
Ese desistimiento importa un incidente especial que debe tramitarse según las
reglas que para tal fin da el código de procedimiento civil.
El fundamento de esta facultad especial se halla en que el legislador estima que si
el poderdante dio mandato para litigar, lo ha sido con el ánimo que este juicio
termine normalmente mediante la dictación de la sentencia que resuelva el litigio.
Si por el contrario el mandatario tuviere esta facultad en forma ordinaria, no se
vería el objeto de haberle conferido tal mandato.
Esta primera facultad extraordinaria presenta algunas observaciones o comentarios
que formularle:
- así por ejemplo, ¿puede el mandatario desistirse de la acción en segunda
instancia?.
Se podría, pero no porque lo establezca el art.7 inc.2º CPC., sino porque el art.148
CPC que reglamenta el incidente de desistimiento de la demanda, concede esta
facultad para hacerla valer en cualquier estado del juicio ante el tribunal que este
conociendo de él.

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Pero no podría hacerse ante el tribunal de casación puesto que esta no constituye
instancia.
- ¿es necesario que el procurador tenga facultad expresa para desistirse en segunda
instancia?.
Se ha concluido que el procurador para desistirse de la acción en segunda instancia
necesita mención expresa, ello porque el ejercicio de esta facultad importa
extralimitación absoluta del mandato, pues imposibilita para llevar a efecto el
negocio que el poderdante encomienda al procurador.
No obstante la redacción del art.7 inc.2º CPC ha permitido a algunos concluir lo
contrario, entre ellos Cassarino quien estima que no necesita mención expresa.

B. Aceptar la demanda contraria


La aceptación de la demanda tiene que ser expresa.
Esta facultad es inconciliable con la esencia misma del mandato.
En el art.313 CPC se reglamenta la aceptación de la demanda en el juicio ordinario.

C. Absolver posiciones
Se dice también en el art.7 inc.2º CPC que es facultad extraordinaria el absolver
posiciones.
Ésta consiste en llamar a confesar a un litigante sobre hechos personales del
mismo.
Esta facultad no impide que en un litigio pueda absolver posiciones el mandatario,
aún cuando carezca de esta facultad especial, sobre hechos personales del mismo.
Ello, porque esta facultad extraordinaria se refiere a confesar sobre hechos
personales del mandante y no del mandatario, ello según lo que prescribe el art.396
CPC.

D. Renunciar a los recursos o términos legales


No debe confundirse la renuncia de los recursos con el desistimiento de los
mismos.
Renunciar es la dejación o abandono del derecho que se tiene pero que aún no se
ha ejercitado.
Por el contrario, se desiste de un recurso el que manifiesta su voluntad de
abandonarlo después de interponerlo.
Si un mandatario no interpone un recurso o deja de usar un término legal para
hacer valer los derechos de su mandante, no por eso habrá existido una renuncia a
tales facultades, así lo dejó establecido la historia fidedigna del establecimiento de
esta disposición. La jurisprudencia se ha encargado de mantener este criterio.

E. Transigir
Es decir, celebrar transacción.
La transacción es un cuasicontrato contemplado en los art.2446 y 2448 CC, que se
encargan de repetir la norma del art.7 inc.2º CPC.

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Para que estemos frente a una transacción es menester que se den los siguientes
elementos de existencia:
- debe haber una determinada relación jurídica incierta.
- debe haber una intención de las partes de precaverla o de ponerle término,
reemplazándola por otra estable y cierta.
- debe haber concesiones recíprocas que se den entre los contratantes.

F. Comprometer
Requiere también mención expresa la facultad de comprometer, vale decir, la
facultad para someter la decisión de un negocio a la competencia de un juez
árbitro.

G. Otorgar a los árbitros facultad de arbitradores


Íntimamente ligada a la anterior está esta facultad de otorgar a los árbitros facultad
de arbitradores.
Se entiende dentro de ellos también comprendidos a los árbitros mixtos, ya que
estos tramitan como arbitradores.

H. Aprobar convenios
Se refiere al convenio específico regulado en la ley de quiebras.
Se entiende por convenio a todo acuerdo de voluntad entre el deudor y el conjunto
de acreedores, que verse sobre cualquier objeto lícito que se relacione con el pago
de la deuda y que produzca los efectos queridos por las partes, siempre que no
contraríe a las leyes, las buenas costumbres o el orden público.

I. Facultad de percibir
Se refiere a la facultad de recibir la suma a que ha sido condenada la parte
contraria.
Guarda armonía con lo prescrito en el art.1582 CC. El poder conferido por el
acreedor para demandar el juicio al deudor, no le faculta por sí solo para recibir el
pago de la deuda.

Excepción a la mención expresa de las facultades extraordinarias


Excepcionalmente no se requiere mencionar expresamente esta facultad en el caso
del art. 29 inc. 2º de la ley 18.092, que entiende que el endosatario en comisión de
cobranza tiene todas las facultades del mandatario judicial comprendidas las
extraordinarias.

5.3. Responsabilidad del procurador o mandatario judicial


El mandatario en juicio tiene la misma responsabilidad que todo mandatario.
Fuera de esta responsabilidad general, el legislador le atribuye una
responsabilidad especial de orden procesal establecida en el art.28 CPC.

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Según este texto, la ley presume que el mandante le da al mandatario los dineros
necesarios para hacer frente a los gastos que demanda la tramitación de un juicio.
En cambio, el mandatario civil no tiene esta responsabilidad.

5.4. Causales de término del mandato


El mandato judicial en principio termina por las mismas causales que el mandato
civil, las que se señalan en el art.2163 CC.
Esta enumeración de las causales que motivan la expiración del mandato civil no
es totalmente aplicable al mandato procesal. Hay ciertas modificaciones:
- el mandato judicial no termina por la muerte del mandante (art.396 y 529
COT.).
- las causales de expiración del mandato judicial no operan de pleno derecho,
el mandato y por ende el mandatario siguen invistiendo esa calidad en el
juicio, aún cuando con el mérito de la ley sustantiva halla dejado de serlo.
Va a mantener la calidad de mandatario judicial hasta el momento en que
en el proceso haya testimonio de haber expirado el mandato (art.10 inc.1º
COT.).
- si la expiración del mandato se debe a la renuncia del mandatario, este está
obligado a ponerla en conocimiento del mandante junto con el estado del
juicio. Art.10.
Se entiende vigente el mandato hasta que transcurre el término de emplazamiento
contado desde la notificación de la renuncia al mandante.
De ahí que deba dejarse constancia en el proceso de la renuncia, de la notificación
al mandante de la misma y del estado del juicio.

5.5. Paralelo entre mandato y patrocinio


El objeto del patrocinio es la defensa de los derechos de una parte en juicio. El
mandato judicial tiene en cambio por objeto la representación de intereses ante la
justicia, estándole a su titular prohibida la defensa en juicio.
El sujeto activo del patrocinio únicamente puede tener la calidad de abogado. En
tanto que el sujeto activo del mandato judicial puede tener cualquiera de las
calidades que se mencionan en el art.2 de la ley 18.120.
El patrocinio se constituye conforme a las normas del mandato civil y tiene
naturaleza consensual. El poder o mandato judicial se constituye principalmente
en alguna de las formas que indica el art.6 CPC, y también de aquellas otras
maneras que indican otras disposiciones referidas al nombramiento de procurador
común o endosatario en comisión de cobranza. Además es esencialmente solemne
pues debe constar por escrito.
Por las finalidades de uno y otro los rigen diferentes preceptos legales. La ley
18.120 rige para el patrocinio; y el Código Civil, el Código Orgánico de Tribunales
y el Código Civil para el mandato, por regla general.

5.6. Pluralidad de mandatarios en el mandato judicial

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Es una materia latamente discutida, incluso la jurisprudencia al respecto es
contradictoria y vacilante.
En el mandato civil y de acuerdo al art. 2126 CC puede haber uno o más
mandantes, y uno o más mandatarios. De allí que en el mandato civil se acepte el
mandato común, que existe cuando el encargo se hace conjuntamente a varias
personas que lo aceptan.
Tratándose del mandato judicial, parte de la doctrina y la jurisprudencia han
estimado que es improcedente. Una persona no puede conferir mandato a varias
personas para que lo representen. Se basa esta prohibición en la naturaleza misma
de los juicios.
La razón de no aceptarlo es la discrepancia en la actuación de varios mandatarios,
y considerando la naturaleza del juicio que requiere de una sola mano.
La jurisprudencia sí permite que las partes en un juicio puedan ser defendidas por
más de un abogado patrocinante, considerando que esta pluralidad de
patrocinantes no trae consigo los inconvenientes de los mandatarios comunes, y no
se opone a la economía procesal. El patrocinante sólo asume la defensa, nada más.

5.7. Agencia oficiosa procesal o comparecencia con fianza de rato


La misma ley se encarga de aceptar en ciertas condiciones la comparecencia en
juicio por medio de un agente oficioso.
La agencia oficiosa se regula en el art. 6 inc.3º y 4º CPC.
En estos casos se admite la comparecencia de una persona que obre en nombre de
otra sin poder. A esta persona se le llama gestor o agente oficioso.
El gestor o agente oficioso comparece sin mandato, no es mandatario, no es
representante legal. Por ello es que la persona por quien actúa no tiene la
obligación de aceptar las intervenciones de ese gestor o agente oficioso.
Esta comparecencia oficiosa se conoce con el nombre de comparecer con fianza de
rato.
Tiene su origen en el derecho romano en que era conocida como causio de rato et
grato. Incluso se le contempla en la tercera partida, título V, ley 21.
En este caso, ese gestor debe ofrecer una fianza o garantía llamada fianza de rato o
de ramificación porque va a garantizar que el interesado a cuyo nombre se
comparece va a ratificar lo que haga este agente oficioso o gestor.
En segundo lugar el tribunal debe calificar y apreciar las circunstancias del caso
como así la garantía que ofrece el gestor.
Si el tribunal acepta esa garantía, considerando fundadas las circunstancias que
sirven de base a esta presentación debe fijar un plazo dentro del cual el ausente
debe proceder a ratificar todo lo obrado a su nombre.
Este agente oficioso debe ser persona capaz de comparecer ante el respectivo
tribunal de acuerdo con la ley 18.120, en el evento de carecer el agente oficioso de
ius postulandi, deberá hacerse representar en la misma forma que esa ley establece
(art.6 inc. final CPC.).

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5.8. Representación judicial de las personas jurídicas
Es una condición esencial que toda persona jurídica cuente con un representante
legal.
Para determinar los diversos representantes legales de estas personas jurídicas hay
que analizar las leyes sustantivas que las reglamentan.
Pero el Código de Procedimiento Civil en relación con la representación legal de
las personas jurídicas y de los ausentes, contiene normas especiales.
Según el art.8 CPC son representantes legales de las personas jurídicas:
- en el caso de las sociedades civiles o comerciales el gerente o administrador de
ellas.
- y en el caso de las corporaciones o fundaciones con personalidad jurídica el
presidente de ellas.
Estos representantes tienen las facultades generales del mandato judicial que se
contemplan en el art. 7 inc.1º CPC (facultades ordinarias) no obstante cualquier
limitación que se establezca en los estatutos o actas constitutivas de la sociedad o
corporación.
Estos representantes por lo demás que tienen la capacidad procesal, deberán obrar
en juicio en los términos que establece la ley 18.120 si no poseen el ius postulandi.

5.9. Representación judicial de las personas ausentes


En cuanto a la representación de los ausentes la materia se regula en el art.11 CPC.
Ausente, para los fines procesales, es la persona que ha abandonado el territorio de
la República.
Para precisar los efectos del ausente en la comparecencia en juicio es menester
distinguir entre:

• Cuando hay motivo para temer que se ausente del país en breve tiempo
En este evento puede exigírsele a esa persona y en el carácter de medida
prejudicial, que constituya en el lugar donde va a entablarse el juicio un
apoderado que la represente y que responda por las costas y multas en que
eventualmente pueda ser condenada, todo ello bajo el apercibimiento si no lo hace
de nombrársele un curador de bienes (ver art.285 CPC.).

• Cuando se trata de una persona que se ausento del país


Ya no estamos frente a una posibilidad, sino que ante un hecho cierto y concreto.
En este caso hay que distinguir dos situaciones:

1. Si dejó constituido mandatario en forma voluntaria


Nuevamente hay que hacer un distingo:
1.1. Si el mandatario está facultado para contestar demandas
Situación en la cual se notifica a ese mandatario y se sigue el juicio con él (art.11
CPC).
1.2. Si el mandatario no está facultado para contestar demandas

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En esta última posibilidad hay que hacer un subdistingo:
A. Si el ausente tiene domicilio conocido
Se le deberá notificar la demanda mediante un exhorto.
B. Si el ausente no tiene domicilio conocido
Debe asumir su representación el defensor de ausentes, también llamado defensor
público, de obras pías y de beneficencia.
2. Si el ausente no dejó constituido mandatario
En este caso también hay que distinguir entre:
2.1. Si se ignora el paradero del ausente
En dicho caso se puede solicitar el nombramiento de un curador de bienes de
acuerdo al art.473 COT y 845 CPC.
2.2. Si se conoce el paradero del ausente
En el caso que se sabe el paradero de este ausente debe notificársele la demanda
mediante el correspondiente exhorto.
De estas diversas formas el ausente puede comparecer en un juicio que se le sigue
dentro del territorio de la república.

5.10. Interrupción de la instancia


La instancia puede interrumpirse sea que se litigue personalmente o a través de un
representante legal.
Hay que distinguir dos situaciones:

Por fallecimiento de la parte que litiga personalmente


A este caso se refiere el art.5 CPC.
De acuerdo con los términos de esta norma, en el caso de fallecer la parte que obra
personalmente en el juicio, que obra por si misma, se producen dos efectos:
- la suspensión o paralización de pleno derecho, por el sólo ministerio de la ley, de
la tramitación del juicio en el día y hora exacta en que la parte murió, aún cuando
no lo sepa el juez ni la contraparte.
- debe pedirse que se notifique a los herederos de la parte fallecida la existencia y
estado del juicio. Estos deben comparecer a hacer uso de su derecho en un plazo
igual al de emplazamiento para contestar demandas que conceden los art.258 y 259
CPC.
Si esa parte está litigando a través de un procurador o mandatario judicial, su
muerte es irrelevante para los fines procesales, ello porque el mandato judicial no
se extingue por la muerte del mandante.
Todo lo que se obre con posterioridad al fallecimiento de la parte que litiga
personalmente es nulo.

Por término de la representación legal de una persona


Esta materia está regulada en el art.9 CPC.
Al tenor de esta norma puede interrumpirse la instancia por término de la
representación legal.

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El representante legal de otro deja de serlo tan pronto como suceden aquellos
hechos que en concepto de la ley sustantiva ponen término a la representación.
Caso típico es el del padre cuando el hijo llega a la mayoría de edad o se emancipa.
Con todo, y mirado desde el punto de vista del derecho procesal, esa situación de
la ley sustantiva no es suficiente, se precisa de algo más que el simple
cumplimiento de esos hechos para hacer cesar la representación legal. Se requiere:
- que en el expediente conste que la representación cesó.
- o bien que comparezca al juicio el representado.
Con esta exigencia extra que coloca la ley procesal se quiere impedir que el
representado quede en la indefensión después de haber cesado la representación.
En consecuencia a la luz de este art.9 CPC, la representación no cesa de inmediato
sino que va a continuar hasta que en el proceso conste una de las dos
circunstancias aludidas:
- que el representante comparezca al juicio ya sea personalmente o a través de un
mandatario.
- o bien que se halla notificado a ese representado la cesación de la representación
y el estado del juicio.
El representante está obligado a gestionar para que se practique esa notificación
dentro del plazo que el tribunal designe, bajo sanción de pagar una multa y de
abonar los perjuicios que resulten.
Cabe advertir que en este art.9 CPC no se comprende la situación del fallecimiento
del representante legal, ni hay tampoco disposición alguna que lo contemple.
De allí entonces que hay quienes piensan que podría aplicarse al art. 5 CPC si el
representante legal litigaba personalmente, puesto que si ese representante legal
litigaba a través de un procurador, su muerte no pone fin al mandato judicial y no
hay interrupción de la instancia en consecuencia.
El representante legal para poder litigar debe inscribir el título que acredite su
representación según lo dispone el art.6 inc.1º CPC, emanando sus facultades de la
naturaleza de su cargo. De manera tal que no podría tener sino aquellas
facultades que le atribuye la ley sustantiva.

LOS ACTOS JURÍDICOS PROCESALES

1. Concepto: Son actos jurídicos emanados de las partes, de los agentes de la


jurisdicción o de los terceros ligados al proceso, susceptibles de crear, modificar o
extinguir efectos procesales.

2. Elementos comunes:
2.1. Se trata de actos jurídicos, se circunscriben en el amplio campo de los actos
jurídicos.
2.2. Son actos jurídicos integrantes del proceso.
2.3. Tienen un limitado ámbito de agentes: sólo pueden verificarse por los
sujetos del proceso o por los terceros que en él participen.

42
2.4. Su propósito es definido: persiguen la sustanciación del proceso con el
objeto de activarlo, de ponerle término o de dotar al juzgador de la
información que requiere para emitir su decisión.
2.5. Se caracterizan además por estar concadenados con otros actos procesales,
de modo que unos son antecedentes indispensables de otros y la unión de
todos ellos da lugar al proceso, lo cual es muy importante para los efectos
de la nulidad procesal, puesto que la declaración de nulidad de un acto
conlleva la de los actos con él relacionados o que de él derivan.

Existen también hechos jurídicos que producen consecuencias dentro del proceso,
por ej. la muerte de uno de los litigantes, la destrucción involuntaria de una o más
piezas del proceso, se trata de hechos procesales, sin embargo, lo que caracteriza al
acto jurídico procesal es que se realiza con la intención de que produzca
consecuencias al interior del proceso.

3. Clasificación de los actos procesales


3.1. Desde el punto de vista de los actores:
- De las partes
- De los agentes de la jurisdicción
- De terceros.
Por agentes de la jurisdicción entendemos las personas que realizan en la práctica
la función jurisdiccional (juez, secretario, receptor, fiscal). Lo importante es recalcar
que los actos de las partes y de los terceros mayoritariamente son facultativos,
corresponden a cargas procesales, excepcionalmente son obligatorios. En cambio,
los actos de los agentes de la jurisdicción son debidos, es decir, obligatorios.

Couture hace una subdivisión en esta clasificación:

En actos del tribunal distingue:


- Actos de decisión: destinados a resolver el proceso, los incidentes o a
asegurar el impulso procesal.
- Actos de comunicación: destinados básicamente a notificar, poner en
conocimiento.
- Actos de documentación: destinados a representar mediante documentos
escritos los actos de las partes, del tribunal o de terceros.

En actos de las partes distingue:


- Actos de obtención: destinados a lograr la satisfacción de la pretensión
hecha valer en el proceso y que, a su vez, pueden ser de petición, de
afirmación y de prueba.
- Actos de disposición: Tienen por objeto crear, modificar o extinguir
situaciones procesales y se refieren al derecho material involucrado pej
allanamiento, desistimiento, transacción.

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En actos de terceros distingue:
- Actos de prueba por ej. Declaración de testigos.
- Actos de decisión, muy excepcionales por ej. Dictamen del jurado.
- Actos de cooperación por ej. el empleador a quien se solicita colaboración
para que el empleado cumpla con el pago de pensiones alimenticias
decretadas por el tribunal.

Clasificación actos procesales COUTURE

De decisión
De comunicación
Del tribunal De documentación

De petición
De afirmación
De obtención
De prueba
Actos procesales
Según agente De partes

Allanamiento
Dispositivos Desistimiento
Transacción

De prueba
De decisión
De terceros De cooperación

3.2. Desde el punto de vista del papel que le corresponde al acto dentro del
proceso:
- Actos de introducción procesal
- Actos de impulso y tramitación del proceso.
- Actos de comunicación procesal
- Actos de decisión del proceso.
- Actos de impugnación.

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- Actos de ejecución.

3.3. En cuanto a la exclusividad del agente:


- Actos de sujeto o agente exclusivo por ej. Demanda, reconvención, medidas
precautorias.
- Actos que no tiene esa calidad por ej. Impugnación, prueba.

4. Formación del expediente:


Nuestro Código confunde generalmente la idea de proceso con expediente (Título
V Libro I CPC).

Proceso, juicio y procedimiento


Las posibles vías de solución de un conflicto son tres, según señala Niceto Alcalá
Zamora: autotutela, autocomposición y heterocomposición
La heterocomposición lleva a precisar algunas ideas relativas al proceso, el juicio y
el procedimiento.
El proceso
Se entiende por tal, el instrumento destinado a satisfacer pretensiones procesales
del actor.
Se afirma que el proceso es un instrumento porque es el medio de que se vale la
función jurisdiccional del estado para desarrollar su actividad.
El contenido del proceso es el litigio, controversia, contienda o juicio.
El juicio.
El juicio presupone la existencia de una controversia que constituye el contenido
del proceso. A través del proceso se resuelve el litigio, se soluciona la controversia.
Concepto de juicio: El juicio se conceptualiza como la causa jurídica, actual, entre
partes, y sometida al conocimiento de un tribunal de justicia.

El procedimiento
La acción, pretensión y proceso, no son más que ideas abstractas que para poder
ser objeto del conocimiento de los tribunales necesitan concretarse en algo, siendo
este algo la demanda. Pero además es necesario contar con un determinado
procedimiento.

Así la cuestión controvertida en juicio se manifiesta y desenvuelve a través de una


serie compleja de actos que se denominan actos procesales o de procedimiento, en
que intervienen en forma activa las partes, y el tribunal por lo general en forma
pasiva.
Es el juicio el que se desenvuelve a través de actos procesales, los que van
encadenados unos a otros en un orden armónico señalado por la ley, siendo el acto
inicial del pleito la demanda y el acto procesal de término la sentencia.

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Es este conjunto de actos procesales mediante los cuales se desenvuelve la
contienda, sea que provengan del tribunal o de las partes, el que constituye el
procedimiento.
De ahí que puede definirse como la forma o modo en que se desarrolla la
controversia a través de los diversos trámites que la ley señala para cada caso
atendida la naturaleza de la acción deducida.
De este modo hay actos procesales destinados a oír a las partes, tanto al actor como
al demandado, y también al juez.
Acepciones del vocablo proceso
Pero a este vocablo proceso, que no debe confundirse con procedimiento, se le
suele dar diversas acepciones:
- se le suele emplear como sinónimo de juicio. Interpretación que no puede
aceptarse pues es errónea, ya que entre ambas nociones, según expone
Carnelutti, hay una relación de continente a contenido.
- como equivalente a expediente judicial, a los papeles y escritos que
consignan los actos judiciales de las partes y de los órganos de la autoridad.
Se refieren con esta idea a la materialidad del expediente.
Es en este último sentido que nuestro legislador procesal civil lo asimila en el art.29
CPC.

Exteriorización del proceso: el expediente


Es menester que la idea de proceso se materialice, se concrete.
Este proceso a través del cual se persigue la solución del conflicto es una relación
jurídica que importa, por lo tanto, derechos y obligaciones para las partes y para el
juez. Empero, ese proceso en cuanto es una relación jurídica, es un fenómeno
intemporal e inespacial, es un concepto, un objeto jurídico ideal construido por el
pensamiento de los juristas. En definitiva es una abstracción.
Esta abstracción es menester traerla a la realidad física, es necesario que pueda
visualizarse, materializarse.
Esta materialización se logra a través de los actos procesales, de los cuales debe
dejarse constancia material, y que están constituidos por los papeles escritos que
consignan los actos judiciales de las partes y de los órganos de la autoridad, así lo
señala el art.29 inc.1° CPC.
Estos actos procesales reflejan o representan el desenvolvimiento de las diversas
actividades procesales. Y este cuerpo de escritos materiales recibe el nombre de
autos, de causa o, más comúnmente, de expediente.
El expediente forma un conjunto unitario e innumerado de documentos, así lo
indica el art.34 CPC.

El Art. 29 debiera hablar de expediente. Este último se va conformando en orden


sistemático, en consecuencia se numerará cada pieza del expediente a través de la
foliación: se indica en la parte superior del expediente con números y letras lo que
corresponde, no se numeran los reversos, sólo los anversos.

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Los expedientes están confiados a la custodia del secretario del tribunal, por lo
tanto no pueden ser retirados del tribunal sin una previa resolución judicial (Art.
29 inc.2). Este hecho no atenta en lo absoluto contra la idea de publicidad pues
cualquier persona, aunque no sea parte, puede consultar los expedientes en la
Secretaría del tribunal.
Excepcionalmente se permite su salida por ej. cuando se solicita el informe de
ciertos funcionarios como el fiscal judicial o los defensores públicos (Art.. 37 inc.
1º).
Pueden ser retirados por los receptores para practicar las notificaciones y cuando
es necesario remitirlos a un tribunal distinto, ya sea el expediente completo, una
pieza o un cuaderno (Art..37 inc. final); la regla general en este caso es que el
trámite se cumpla enviando las copias o fotocopias respectivas certificadas por el
Secretario en cada foja. El costo corresponde al peticionario o al que interpuso el
recurso o motivó la petición. Excepcionalmente se remite el expediente original en
4 casos:
- Cuando exista imposibilidad de sacar fotocopias o copias en el lugar asiento
del tribunal.
- En casos urgentes.
- Cuando el tribunal lo ordene por resolución fundada.
- Cuando el expediente tenga más de 250 fojas.
Por último, los expedientes pueden ser retirados para ser enviados al Archivo
Judicial.

No pueden tampoco ser retiradas piezas del expediente. Excepcionalmente se


puede hacer por resolución judicial y se produce el desglose: se reemplaza la hoja
retirada por otra hoja con el mismo folio que indica qué documento se retiró y por
cuál resolución judicial. No hay interrupción en el detalle de numeración de las
fojas (Art.35).

Escritos:
Son presentaciones que bajo esta forma (escrituración) presentan las partes al
tribunal por conducto del Secretario (Art. 30). En la práctica se realiza a través de
funcionarios subalternos.
Todo escrito tiene un contenido común o general y uno particular. El común es el
encabezamiento a través de un breve enunciado que anticipa el contenido y que se
llama suma, es común la individualización del tribunal, del peticionario, el
contenido, la parte petitoria y la firma, pese a que la ley no exige esta última en
términos explícitos. En la suma se hace una diferenciación entre el contenido
principal y los accesorios (“En lo principal: demanda de indemnización de
perjuicios; en el otrosí: acompaña documentos”)
Hay presentaciones con requisitos propios por ej. demanda, apelación, medidas
precautorias, casación, querellas posesorias.

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Los escritos los recibe el personal de Secretaría, para lo cual entrega un recibo que
es una constancia (un cargo) que se imprime en una copia del escrito que el
presentador conserva. Hay ocasiones en que además del timbre se exige la firma y
la hora.
La ley impone al litigante la obligación de acompañar con su escrito tantas copias
como sean las partes a notificar (Art..31). Excepcionalmente, se autoriza a no
presentar copias (Art..31i2), a propósito de actos de mero trámite. Si el escrito se
presenta sin copias o si ésta no es fiel, el tribunal de oficio o a petición de parte
declarará que a la parte contraria no le corra plazo, aplicará una multa al infractor
y, además, lo apercibirá de tener por no presentado el escrito si no acompaña las
copias dentro de 3º día.
Aunque la ley no lo establece, en caso de que la notificación deba practicarse
personalmente no se deja copia en el tribunal pues ésta será entregada a la persona
al momento de la notificación.

5. ACTUACIONES JUDICIALES

Están reguladas en forma genérica a partir del Art. 59 del CPC pero también hay
actuaciones judiciales específicas como las notificaciones judiciales y las
resoluciones judiciales que tienen una regulación específica.
Tienen vinculación con el concepto doctrinario de acto jurídico procesal y con el
concepto material de expediente.
Son una especie de acto jurídico procesal, más o menos solemne, realizado por o
través del tribunal, por las partes, los terceros o los auxiliares de la jurisdicción,
de los cuales se deja constancia en el expediente y que deben ser autorizados por
un ministro de fe.

5.1. Requisitos de validez:

5.1.1. Deben practicarse en días y horas hábiles:


El Art. 59 establece que son días hábiles los no feriados, esto es, los que no son
domingos ni constituyen feriado legal o judicial (1º de Febrero a primer día hábil
de Marzo). Ello no incluye a los sábados que son días hábiles para la práctica de
actuaciones procesales.
De acuerdo a la misma norma son horas hábiles las que median entre las 8 y las 20
horas.
Excepcionalmente, en casos urgentes, pueden los tribunales habilitar días y horas
inhábiles de acuerdo a lo que establece el Art. 60. El inciso segundo establece lo
que debe considerarse como “casos urgentes”, los que están constituidos por las
actuaciones cuya dilación pueda:
- Causar grave perjuicio a los interesados.
- Causar grave perjuicio a la buena administración de justicia.
- Hace ilusoria una providencia judicial.

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En el tema de las horas hábiles existe una calificada excepción en lo relativo a los
escritos: éstos pueden ser presentados en el domicilio del Secretario del tribunal
hasta las 00 horas, por ello en el tribunal se deja constancia de cuál es el domicilio
del Secretario e incluso el del oficial 1º del tribunal.

Es importante tener presente que en materia penal la regla, de acuerdo al Código


Procesal Penal, es que: “Artículo 14. Días y horas hábiles. Todos los días y horas
serán hábiles para las actuaciones del procedimiento penal y no se suspenderán los
plazos por la interposición de días feriados.” Misma regla que existía en el art. 44
del anterior CdePP.

5.1.2. Debe dejarse constancia escrita de ella en el expediente:


Así lo establece el Art. 61, el cual especifica las menciones que dicha constancia
debe contener.
Este requisito está establecido con una evidente finalidad de garantía y certeza.
Además, está en relación con lo establecido en el Art. 29 en cuanto a la formación
del expediente “Se formará el proceso (expediente en este caso) con los escritos,
documentos y actuaciones que se presenten o se verifiquen en el juicio”.

5.1.3. Deben ser practicadas y autorizadas por el funcionario que determina la


ley:
La actuación debe ser realizada por el funcionario a quien la ley le haya
encomendado la tarea para cada caso específico.
También se exige un requisito de certificación por parte de un ministro de fe, así lo
establece el Art. 61 inciso final “La autorización del funcionario a quien
corresponda dar fe o certificado del acto es esencial para la validez de la
actuación”.

5.1.4. Deben realizarse ante o por orden del tribunal que conoce de la causa:
Está establecido en el Art. 70, norma que tiene relación con la competencia y
contribuye a hacer práctica la garantía constitucional establecida en el Art. 7º CPR,
aquí, por lo tanto, existiría una nulidad de Derecho Público. El Art. 70 también da
cumplimiento a una garantía establecida en el Art. 8º del Pacto de San José de
Costa Rica el cual establece que el enjuiciamiento lo llevará a cabo el tribunal
competente.
Las excepciones están contempladas en el mismo Art. 70:
Casos en que se encomiende expresamente por la ley a los secretarios u
otros ministro de fe (en este caso la ley hace sinónimas la expresiones juez y
tribunal).
Casos en que se permita al tribunal delegar sus funciones.
Casos en que la actuación haya de practicarse fuera del lugar en que se
sigue el juicio (exhortos).

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Existen requisitos especiales respecto de algunas actuaciones judiciales como por
ejemplo el juramento que deben prestar los testigos antes de rendir declaración o
los litigantes que deban absolver posiciones.

5.2. Forma en que se decretan las actuaciones judiciales:


Básicamente se decretan de tres formas, Mario Casarino agrega una cuarta
modalidad:
a) Con audiencia
b) Con citación
c) Con conocimiento
d) De plano (*)
Para hacer un paralelo entre las distintas formas de decretar las actuaciones
judiciales deben tenerse en cuenta dos criterios:
Si el tribunal se pronuncia o no sobre el fondo.
Cuándo se cumple o ejecuta la actuación.

a) Con audiencia:
Significa que el tribunal no se pronuncia sobre lo que se le pide sino que se limita
a escuchar previamente a la parte contraria (se le da la posibilidad de ser oída, de
acuerdo al principio de la bilateralidad de la audiencia, principio que se agota en la
posibilidad).
Para este efecto el tribunal confiere “traslado”, que es el modo práctico de otorgar a
la parte contraria la posibilidad de ser escuchada.
Se otorga un plazo fatal de tres días desde su notificación a la parte contraria para
que ésta exponga lo que estime pertinente y, con lo expuesto o en su silencio, el
tribunal resuelve, accediendo o denegando lo pedido.
La resolución del tribunal que decreta la realización de una actuación judicial con
audiencia genera un incidente (Art. 82 y ss.).
b) Con citación:
Cuando el tribunal decreta el cumplimiento de una actuación con citación significa
que accede a lo pedido pero esa resolución no puede cumplirse en tanto no
transcurran tres días desde que la parte contraria haya sido notificada.
La resolución del tribunal será “Como se pide, con citación”.
Puede suceder que en el plazo fatal de tres días desde su notificación, la parte
contraria se oponga a la práctica de la diligencia o formule observaciones, en este
caso se suspende la práctica de la diligencia y se genera un incidente. Una vez
resuelto éste y notificado a las partes, se cumple o no la diligencia dependiendo de
lo resuelto.
Con respecto a la citación, estamos en presencia de un elemento que constituye un
trámite esencial en los juicios, así, el Art. 795 que establece los trámites esenciales
en la primera instancia de los juicios establece en su Nº6 que constituye uno de
ellos “la citación para alguna diligencia de prueba”, es decir, cada vez que el juez
decreta una diligencia de prueba lo debe hacer con citación, en caso contrario

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estaría prescindiendo de un trámite esencial y su actuación sería anulada en virtud
de una casación en la forma, al haberse transgredido una norma que garantizaba la
bilateralidad de la audiencia.
Obviamente existe la posibilidad de que el tribunal niegue lugar a la petición que
debiera cumplirse con citación.
La materia está regulada en el Art. 69 inciso 1º.
c) Con conocimiento:
En este caso el tribunal accede a la petición pero lo resuelto no puede cumplirse
mientras no se haya otorgado conocimiento a la parte contraria mediante la
notificación de la resolución. Una vez que la parte contraria esté notificada,
inmediatamente se puede cumplir la actuación así decretada.
La resolución del tribunal es “Como se pide, con conocimiento” o regularmente sólo
“Como se pide”.
La materia está regulada en el Art. 69 inciso 2º.
d) De plano:
Esta modalidad no está contemplada en la ley. Son partidarios de esta forma de
decretar las actuaciones judiciales autores como Mario Casarino.
Consistiría en que el tribunal decreta el cumplimiento de la actuación de
inmediato, sin mayores formalidades ni espera de términos o notificaciones.
En opinión de la cátedra esta modalidad no aporta nada, en la práctica se confunde
con las actuaciones decretadas con conocimiento puesto que de acuerdo al Art. 38
del CPC las resoluciones judiciales sólo producen efecto una vez notificadas con
arreglo a la ley.

LOS PLAZOS

1. Concepto: El concepto del Código Civil no es aplicable al ámbito procesal; el


concepto en este caso es el de lapso de tiempo fijado por la ley, el juez o la
voluntad de las partes para la práctica de una actuación judicial, el ejercicio de
un derecho o el cumplimiento de una carga procesal.

2. Elementos:
2.1. Extensión temporal
2.2. Fuente: ley, resolución judicial, voluntad de las partes.
2.3. Propósito: verificar una actuación, ejercer un derecho, cumplir una carga.

En doctrina se distingue entre término y plazo. Se entiende por término el lapso de


tiempo que concluye en un día y hora determinada. En cambio, el plazo no es más
que la extensión de días, horas, meses. La distinción no tiene aplicación en Chile, el
Código utiliza ambos términos indistintamente.

3. Clasificación de los plazos


3.1. Individuales – Comunes

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3.2. Continuos – Discontinuos
3.3. Fatales o perentorios - No fatales o no perentorios.
3.4. Legales - Judiciales - Convencionales
3.5. Prorrogables - Improrrogables.
3.6. Plazo de horas- de días- de meses- de años.

3.1. Individuales-Comunes:
El primero es aquel que comienza a correr para cada parte desde el día de su
notificación. Es la regla general en el sistema chileno. Todos los plazos son
individuales a menos que una norma expresa les otorgue la condición de comunes.
Son comunes aquellos que corren conjuntamente para todas las partes a la vez
desde que se ha notificado a la última de ellas por ej. Art. 260 CPC establece
expresamente que este es el plazo que rige para los efectos de contestar la
demanda.; Art. 327 CPC, establece que todo término probatorio es común para las
partes, es decir, los 20 días del término probatorio se comienzan a contar desde que
se notifica a la última de las partes la resolución que recibe la causa a prueba.
3.2. Continuos-discontinuos:
Los primeros se llaman también plazos de días corridos y son aquellos que no se
interrumpen por la interposición de días feriados, es el régimen de los plazos del
CC. En cambio, los discontinuos o de días hábiles son aquellos que se interrumpen
por la presencia de días feriados. La situación del CPC es que son discontinuos
todos los plazos de días, en cambio, son continuos todos los restantes.
El Art. 152 CPC referido al abandono del procedimiento es un plazo de meses, por
lo tanto, es continuo.
Esta regla está dada en el Art. 66 CPC. En el CC la regla está en el Art. 50 de dicho
cuerpo legal.
3.3. Fatales o perentorios- no fatales o no perentorios:
A esta clasificación se refiere el CC y el CPC. En nuestro ámbito la materia está
reglamentada en el Art. 64 del CPC: un plazo es fatal cuando su transcurso
extingue irrevocablemente la posibilidad de ejercer un derecho o la facultad para
ejecutar un acto, sin necesidad de que se dicte resolución alguna que así lo declare.
Según el CC, los plazos fatales se reconocen porque el legislador utiliza la
expresión “en” o “dentro de”, o sea, cuando se usan estas expresiones puede
ejecutarse o ejercerse el derecho hasta la medianoche del día que termina el plazo
(Art. 49 CC)
Este era el criterio del CPC antes de la reforma, (Ley Nº 18.882 del año 1989)
después de ella se entiende que todos los plazos establecidos en el CPC son fatales.
Excepción: no son perentorios los plazos establecidos para la actuación de
gestiones propias del tribunal. Por ej. El juez tiene un plazo de 60 días para dictar
sentencia definitiva en el juicio ordinario, ese plazo no es fatal.
En la medida que el CPC eliminó esta referencia “dentro de” o “en” parece haber
definido el plazo fatal exclusivamente en función de su expiración.

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En el Art. 64 no se define plazo fatal “...En consecuencia, la posibilidad de ejercer un
derecho o la oportunidad para ejecutar el acto se extingue al vencimiento del plazo...”. Ese
sentido gramatical de las expresiones utilizadas anteriormente determinan la
fatalidad del plazo. Las expresiones anteriores dejaban a un lado las actuaciones
realizadas con anterioridad a que empezara a correr el plazo. En la filosofía del CC
parece ser extemporáneo lo ejecutado antes y después.
Los restantes plazos siguen la misma regla del CC, por ejemplo el COT, los únicos
fatales son los del CPC; para ver si un plazo del COT es o no fatal hay que ver si se
utiliza la expresión “dentro de” o “en”.
El CPC con la reforma que determina que todos los plazos son fatales nos puso al
día con el Dº Comparado lo que naturalmente implica mucho mayores exigencias
para los abogados, sin embargo, ha resultado ser una buena regla. La fatalidad de
los plazos va en estrecha relación con lo que es el principio procesal de la
preclusión.
El plazo no fatal se caracteriza porque su solo vencimiento no extingue por sí solo
la posibilidad de ejercer el derecho o ejecutar el acto sino que es necesario que se
acuse rebeldía y ésta sea declarada por el tribunal (Arts. 78 y ss.)
3.4. Legales - Convencionales -Judiciales:
En un sistema como el chileno, con un procedimiento establecido detalladamente
por la ley, es lógico que la regla general es que todos los plazos sean legales,
consecuencia de nuestro sistema de legalidad en la forma. Son excepcionales los
plazos de carácter convencional o judicial.
En el ámbito de los plazos judiciales es carácter distintivo el que el juez no tenga
absoluta libertad en su establecimiento, lo común es que la ley le fije parámetros.
Un caso concreto está en el Art. 90 inc. 3, a propósito de la prueba en materia de
incidentes, si la prueba se rinde fuera del lugar donde se sigue el juicio, el juez
podrá ampliar el plazo de prueba que es de 8 días, pero nunca por un periodo
superior a 30 días; muy excepcionalmente encontramos un plazo judicial
enteramente libre por ej. Art. 302 inc. 2º CPC, se refiere a las medidas precautorias,
permite al juez ampliar el plazo de notificación (5 días) sin límites “El tribunal
podrá ampliar este plazo por motivos fundados”.
Los plazos convencionales son los más escasos. Es prácticamente nulo el derecho
de las partes a fijar plazos libremente en el procedimiento, siempre deben ceñirse a
pautas previas p. ej. en cualquier estado del juicio las partes pueden suspender el
procedimiento pero sólo hasta 90 días. En estos plazos se puede hacer una sub-
clasificación:
- Convencionales propiamente tales: fruto del acuerdo de las partes.
- Unilaterales : Por ejemplo el plazo para rendir prueba en el juicio ordinario
es de 20 días y el artículo 328 dice que las partes por acuerdo unánime
podrán reducirlo, pero en el juicio ejecutivo el plazo para rendirla es de 10
días el que puede ampliarse en 10 días más a petición del acreedor, Art. 468
CPC o sea es una decisión unilateral, no hay convención ni acuerdo.
3.5. Prorrogables - improrrogables:

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De acuerdo al CPC son prorrogables los términos judiciales; para que pueda operar
la prórroga es necesario que se cumplan las condiciones que establece el Art.67
CPC:
- La prórroga debe pedirse antes del vencimiento del plazo.
- Debe alegarse justa causa, la cual será apreciada prudencialmente por el
tribunal.
Sin embargo esta norma tiene algunas excepciones por ej. la contemplada en el Art.
302: en casos muy calificados el tribunal puede permitir que una medida
precautoria se practique antes de notificarse, aquí hay un plazo legal que puede ser
ampliado por el tribunal, es decir, no sólo los plazos judiciales pueden ser
ampliados.
3.6. Plazos de horas- de días- de meses- de años:
La regla general dentro de nuestro sistema procesal está constituida por los plazos
de días.
Plazos de horas encontramos excepcionalmente por ejemplo en materia penal en
que existe un plazo de 24 horas contados desde la detención de un imputado para
el control de la misma.
Un ejemplo de plazos de días está en el plazo de 6 meses contados desde la última
resolución recaída en alguna gestión útil para dar curso progresivo a los autos para
solicitar el abandono del procedimiento (Art. 152 CPC).
Un ejemplo de plazos de años está constituido por el plazo de un año para solicitar
el cumplimiento incidental del fallo contado desde que la ejecución se ha hecho
exigible (Art. 233 CPC).

El hecho de que todos los plazos en el CPC sean fatales, es una clara demostración
del propósito que ampara el Código de no dilatar los procesos, es un afán de
celeridad.
Si vence un plazo en el proceso, el tribunal de oficio o a petición de parte resolverá
lo que convenga para la continuación del proceso, y la ley agrega “sin necesidad de
certificado previo”(Art. 64), lo cual se aplica también a los plazos judiciales (art. 78
“... sin certificado previo del secretario”)

Este afán de tener plazos sin dilaciones reconoce algunas excepciones:


Se autoriza expresamente a las partes para suspender el procedimiento en
cualquier estado del juicio, por un término que no puede exceder de 90 días. Este
derecho sólo puede ejercerse por una vez en primera instancia y una vez en caso
de que el expediente esté en la Corte Suprema sometido al conocimiento de
recursos de casación o de queja (Art. 64 inc.2º).
Esta regla de la suspensión tiene una aplicación importante a propósito del
término de prueba (Art. 339): el término de prueba no se suspende en caso alguno
a menos que todos las partes lo pidan, que exista acuerdo unánime, esta norma es
muy antigua.

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Todo esto lleva al problema de si en nuestro Derecho Procesal Civil prima el
principio dispositivo o no, si se concluye que sí, se debe reconocer que en todo caso
reconoce varias limitaciones.
En definitiva el tema de los plazos nos lleva a los principios dispositivos o
inquisitivos.
Si a pesar de todas las normas se provoca inactividad de las partes, si cesan en la
prosecución del juicio por más de seis meses contados desde la fecha de la última
resolución judicial recaída en alguna gestión útil para dar curso progresivo a los
autos, la parte demandada tiene el derecho de solicitar que se declare abandonado
el procedimiento (Arts. 152 y ss.)

Cuando un litigante deja transcurrir el transcurso de un plazo sin verificar la


conducta que debía rendir durante él, se coloca en una situación de rebeldía (arts.
78 y ss.). Vencido un plazo judicial o uno legal, el efecto que se produce en la
prosecución del juicio es el mismo. La diferencia radica en que al ser los plazos del
CPC fatales el transcurso del tiempo extingue el derecho para ejecutar el acto. En
cambio, en el plazo judicial el acto puede realizarse aun cuando haya expirado el
plazo si el acto no se ha tenido por evacuado en rebeldía, o sea, este acto podrá
ejecutarse hasta el momento de que el juez de oficio o a petición de parte de por
evacuada la actuación en rebeldía

Esta declaración de la rebeldía es distinta en la primera y en la segunda instancia:


- En primera instancia: la rebeldía alcanza únicamente al trámite de que se
trata, de modo que la parte queda en rebeldía sólo respecto de este trámite y
puede seguir cumpliendo con los demás.
- En la segunda instancia: existe una regla especial establecida en el Art. 202
inc. 1º que se refiere al apelado (si el apelante no comparece en un plazo
muy breve que es de 5 días se da por terminado el procedimiento): Si el
apelado no acude a proseguir el recurso se sigue todo éste en su rebeldía y
las resoluciones producen efecto por el solo ministerio de la ley sin ser
necesario que se le notifiquen constituyendo una excepción al Art. 38
(resoluciones judiciales sólo producen efecto una vez notificadas). Aquí
entonces radica la diferencia entre la amplitud de los efectos que se
producen en la segunda instancia, instancia en la cual son mucho más
generales.
La rebeldía es claramente una sanción y en cuanto tal supone a lo menos una
acción u omisión imputable, reprochable. En el evento de que la acción u omisión
no pueda reprocharse, imputarse, no puede sancionarse con la rebeldía.

El Código ha tenido esta materia en consideración y ha previsto la posibilidad de


omisiones no imputables estableciendo dos situaciones sobre el particular:

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1) La primera referida a trámites especiales y está tratada en el Art. 79 que
establece que el litigante podrá pedir que se anule lo actuado a sus espaldas, en su
rebeldía probando que estuvo imposibilitado de actuar por fuerza mayor, en
consecuencia no se aplica la sanción o si se aplicó se deja sin efecto, pero para que
esto no de lugar a abusos se establece que sólo puede reclamarse dentro de los 3
días siguientes a la fecha en que haya cesado el impedimento.

2) La segunda situación está contemplada en el Art. 80, para entender esta


situación hay que hacer un paréntesis: todas las resoluciones se notifican pero hay
algunas que son más importantes que otras por ej. la resolución recaída en la 1ª
gestión, dada su importancia, la ley rodea esta notificación de una serie de
solemnidades: que sea personal, en caso de no ser posible, que se haga de una
forma sustitutiva de la personal (Art. 44), la que debe cumplir con una serie de
requisitos que deben acreditarse para que pueda proceder, además se amplían los
lugares hábiles para practicar la notificación personal en persona con la finalidad
de obtener la certeza que otorga este tipo de notificación. La notificación incluye
copia íntegra de la resolución y de la solicitud en que haya recaído.

El Art. 80 discurre sobre la posibilidad de que todo el juicio se haya seguido en


rebeldía, es decir, no sólo un acto sino la totalidad del proceso. Entonces, este
demandado que no ha participado en el juicio tiene el derecho de pedir la nulidad
de todo lo obrado a sus espaldas cuando no se le hizo llegar a sus manos las copias
antes mencionadas ni ninguna otra resolución recaída en alguna actuación del
juicio. El fundamento consistirá en probar que no se le entregaron esas copias o
que ellas no son exactas en su parte sustancial.

También para el ejercicio del derecho hay una limitación: puede hacerse valer sólo
dentro del plazo de 5 días desde que el demandado tuvo conocimiento personal
del juicio.

El Art. 80 contempla la situación denominada “nulidad por falta de


emplazamiento”, el emplazamiento consiste en el llamamiento con plazo hecho
por el juez citando a alguna persona para que comparezca en un proceso o
instancia a manifestar su defensa o a cumplir con lo que se mandare (Couture), en
el fondo es el llamamiento hecho a alguien para que comparezca a defenderse en
juicio. Es un trámite complejo que en la primera instancia de los juicios está
constituido por:
- Notificación válida de la demanda.
- Transcurso del plazo para contestar la demanda.
Cuando esto ocurre se entiende que la persona está emplazada. Para el legislador
se trata de un trámite tan importante que el legislador justamente lo hace
encabezar la lista de los trámites esenciales (Art. 795 Nº1).

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Lo que el Art. 80 sanciona es la falta de emplazamiento puesto que la notificación
no se hizo adecuadamente, ya sea porque no se entregaron las copias que la ley
establece o porque éstas no eran correctas en lo sustancial. Esta norma constituye
una modalidad adicional de proteger el emplazamiento.

LAS RESOLUCIONES JUDICIALES

1. Concepto: Son las actuaciones judiciales que para la sustanciación y decisión del
proceso dicta el tribunal.
De modo que apuntan a dos finalidades muy claras:
⇒ las que tienen por objeto hacer avanzar el procedimiento
⇒ las que tiene por objeto decidir el conflicto

2. Clasificación
2. 1. Dictadas por tribunales chilenos- dictadas por tribunales extranjeros:
Esta clasificación es importante para determinar la forma en que se cumple la
resolución, la de un tribunal extranjero para poder cumplirse requiere de
aprobación de la Corte Suprema.
Para determinar que tribunal va a hacer cumplir la resolución, le corresponde al
tribunal que le hubiere correspondido conocer del asunto si se hubiere tramitado
en Chile.
Existe un problema de contenido y de procedimiento, comenzamos a aplicar el
principio “locus regit actum”, la forma de los actos se rige por la ley del lugar donde
se verifica.
2.2. Atendiendo a la naturaleza del negocio:
2.2.1 Dictadas en materia contenciosa- dictadas en materias voluntarias
2.2.2. Dictadas en materia civil- dictadas en materia penal.
Hay cuerpos procedimentales que determinan distintos requisitos, hay distintos
modos de impugnarlas y también de cumplirlas. Básicamente las penales se
cumplen a través de un órgano administrativo del Estado que es Gendarmería de
Chile.
2.3. Atendiendo a la procedencia recurso de apelación: Resoluciones dictadas en
primera, segunda y única instancia.
2.4. Atendiendo al tribunal que las dicta: Dictadas por tribunales ordinarios-
arbitrales- especiales.
Esta clasificación tiene importancia para determinar el contenido de la resolución:
de tribunales ordinarios artículo 170 CPC, de tribunales de árbitro arbitradores,
artículo 640 del CPC; de tribunales especiales, muchas veces por sus propias reglas.
También tiene importancia para determinar la ejecución:
Ordinarios: por las reglas generales.
Arbitrales: Artículo 635.
Especiales: por sus propias reglas o en subsidio, por las ordinarias.

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2.5. Atendiendo a la posibilidad de ejecución, de ser cumplida: resoluciones
firmes o ejecutoriadas- resoluciones que causan ejecutoria- resoluciones no
incluidas en ninguna de estas categorías.
Firmes: aquellas que por no proceder recursos en su contra pueden
cumplirse forzadamente.
Que causan ejecutoria: aquellas que pueden cumplirse no obstante existir
recursos pendientes en su contra.
Aquellas que por tener pendientes recursos en su contra y no causar
ejecutoria no pueden cumplirse.
Resoluciones firmes o ejecutoriadas: La regla general es que para que una
resolución se pueda cumplir debe estar firme y ejecutoriada, sólo de modo
excepcional una resolución que no está ejecutoriada puede cumplirse. Las que
causan ejecutoria son las menos, muy excepcionales.
Sólo causan ejecutoria aquellas que tienen esta condición prevista en un texto de la
ley, pues lo general es que en tanto una resolución no tenga su debate concluido
totalmente no se puede cumplir.
El Código se encarga de señalar muy precisamente cuando una resolución está
firme o ejecutoriada en el artículo 174 CPC.
Esta diferenciación es muy importante porque determina sus efectos, siendo el más
importante el cumplimiento forzoso de la obligación.
Resoluciones que causan ejecutoria: son excepcionales por el riesgo que conlleva
pero en aras de políticas jurídicas, el legislador sacrifica el concepto seguridad
jurídica en beneficio de la celeridad, de una pronta decisión, por ej una resolución
que ordena pagar alimentos, ella se cumple de inmediato, sin importar que existan
o no recursos en su contra, la resolución que otorga la libertad a una persona, hay
otros casos en que no es tan claro por ej. resoluciones que se dictan en el juicio
ejecutivo por ej, la que ordena el remate de una propiedad, esto tiene su razón de
ser en que el juicio ejecutivo descansa sobre un título ejecutivo el cual tiene mucha
fuerza.
El ejemplo más común es el de las resoluciones que son apelables en el solo efecto
devolutivo, o sea el tribunal inferior sigue con competencia para seguir conociendo
del asunto pese a haberse interpuesto recurso ante un tribunal superior. El artículo
194 señala que son apelables en el sólo efecto devolutivo Nº2 “los autos, decretos y
sentencias interlocutorias”, sólo queda fuera la sentencia definitiva. Podríamos decir
que en el juicio todas las resoluciones causan ejecutoria puesto que sólo es
apelables en ambos efectos la sentencia definitiva.
Resoluciones que no están ejecutoriadas ni causan ejecutoria: lo normal es que
sean todas las resoluciones que no alcanzan el carácter de firme. Esta es la regla
general de las que no se pueden cumplir.
2.6. Atendiendo a su naturaleza
Sentencia definitiva: la que pone fin a la instancia, resolviendo la cuestión o
asunto que ha sido objeto del juicio.

58
O sea la sentencia definitiva reúne dos condiciones: 1º pone fin a la instancia pero
no es la única, pero no es la única, hay otras que también lo hacen por ej. la que
declara abandonado el procedimiento, la que declara desierto el recurso de
apelación, la que declara la nulidad de todo lo obrado. La 2ª condición es que
resuelva la cuestión o asunto que ha sido objeto del juicio, sólo concurriendo los
dos requisitos es una sentencia definitiva.
Sentencia interlocutoria: hay dos categorías
a) La que falla un incidente estableciendo derechos permanentes en favor de
las partes.
b) Las que resuelven sobre un trámite que debe servir de base al
pronunciamiento de una sentencia definitiva o interlocutoria.
Se cita como ejemplo clásico, la resolución que recibe la causa a prueba, en el
ámbito penal, la acusación.
La resolución que recae en un incidente no comprendida en el inciso anterior, es
decir, que no establece derechos permanentes en favor de las partes es un auto.
Hay ciertas sentencias interlocutorias que no están contempladas en el artículo 158:
son las que oponen fin al juicio o hacen imposible su continuación, en contra de
ellas procede el recurso de casación en el fondo (artículo 767).
Otra categorías de interlocutorias son las dictadas en la segunda instancia sin
previo emplazamiento o sin previo señalamiento del día para la vista de la causa.
Éstas son importantes porque en contra de ellas procede el recurso de casación en
la forma (artículo 769).
El tema de determinar si hay o no derechos permanentes en favor de las partes no
es tan simple, puede una misma materia dar origen a una sentencia interlocutoria o
a un auto, hay que atender al contenido, el ejemplo más claro es el del abandono
del procedimiento.
Por eso en cuanto a la apelación de por ej. una sentencia que declara abandonado
el procedimiento hay que atender a su contenido, la interlocutoria es apelable pero
no lo es la que establece derechos permanentes en favor de las partes.
Autos: en Derecho Comparado no existe diferenciación entre autos e
interlocutorias, nuestro régimen lo contempla por remontarse a un muy antiguo
sistema español. Es la resolución que recae en un incidente pero que no establece
derechos permanentes en favor de las partes.
Decretos, providencias o proveídos: las que sin fallar sobre incidentes o sobre
cuestiones que deban servir de base al pronunciamiento de una sentencia
definitiva e interlocutoria, tiene sólo por objeto arreglar o determinar la
sustanciación del juicio.
Son enteramente equiparables a las providencias de mera sustanciación a que se
refiere el artículo 70 inciso 3º del COT (tiene por objeto dar curso progresivo a los
autos sin decidir ni prejuzgar ninguna cuestión debatida entre partes. Ejemplo
clásico de ellas es la que recae sobre la demanda, la que decreta el traslado, la que
decreta el “cúmplase”.

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Importancia de la clasificación del artículo 158 del CPC
a) Se determina la procedencia de los recursos según la naturaleza de la
resolución:
Definitiva e interlocutoria: Apelación
Definitiva: casación en la forma y en el fondo
Interlocutoria: A veces, casación
Autos y decretos nunca son impugnables por casación pero a veces lo son
por apelación. Siempre procede reposición, el que nunca procede en las
definitivas y muy excepcionalmente en las interlocutorias.
b) En cuanto a las notificaciones: la regla general es que las definitivas e
interlocutorias se notifiquen personalmente o por cédula, en cambio, autos y
decretos se notifican por el estado diario, hay excepciones obviamente.
c) En cuanto a los requisitos: son muy distintos para las diferentes categorías

3. Requisitos de las resoluciones judiciales


3.1. Requisitos comunes a toda resolución
3.2. Requisitos comunes a la primera resolución que se dicta
3.3. Requisitos específicos de cada categoría de resolución

3.1. Requisitos comunes a toda resolución judicial


3.1.1. Debe tener escrito en letras la fecha y el lugar en que se expide
3.1.2. Debe contener estampada la firma del juez que la dicta y del funcionario
que autoriza. Excepcionalmente puede haber un número menor de firmas,
por ejemplo, en los tribunales colegiados, los decretos los forma un solo
ministro; en lo Juzgados de Letras algunos proveídos pueden ser dictados
por los secretarios y autoriza el oficial primero del tribunal; en los tribunales
colegiados puede omitirse la firma de alguno de los ministros que haya
dictado la resolución si se encontrare imposibilitado, bastando que se
exprese esta circunstancia.
3.2. Requisitos comunes a la primera resolución que se dicta:
Estos requisitos no están establecidos en la ley sino que han sido establecidos por
la práctica: se asigna a la causa un rol y se determina su cuantía.
3.3. Requisitos específicos de cada categoría de resolución
3.3.1. Requisitos de la sentencia definitiva:
Están establecidos en el artículo 170 del Código de Procedimiento Civil y en el auto
acordado de la Corte Suprema de 1972 sobre forma de la sentencia.
Importante es tener claro que toda sentencia definitiva consta de tres partes: Parte
expositiva, parte considerativa y parte resolutiva.
3.3.1.1.Parte Expositiva:
A los requisitos de la parte expositiva se refieren los números 1, 2 y 3 del artículo
170 del CPC y los números 1, 2, 3 y 4 del AA
Individualización de las partes

60
Enunciación breve de las peticiones, acciones y excepciones deducidas por
demandante y demandado respectivamente y sus fundamentos.
La indicación de si se recibió o no la causa a prueba
La indicación de si las partes fueron o no citadas para oír sentencia.
Estos dos últimos requisitos son trámites esenciales del juicio así
establecidos en el artículo 795 Nº 3 y 7.
Es importante la individualización de las partes de la causa por el efecto relativo de
las sentencias, establecido en el artículo 3° del Código Civil.
3.3.1.2. Parte Considerativa:
La parte considerativa no tiene un tratamiento adecuado en Chile porque el
fundamento de las sentencias está establecido sólo en rango legal y no en rango
constitucional como en otras legislaciones. Es en la parte considerativa en que el
perdedor encontraría los fundamentos para impugnar la resolución, es por lo
tanto, una garantía fundamental, un derecho del que no se puede prescindir. Las
motivaciones son la razón de ser de la publicidad, son exigencia ineludible del
Estado de Derecho pues éste descansa en el control recíproco de los poderes y
sobretodo en el principio de soberanía popular.
Lo más importante de la parte resolutiva es el acatamiento al Estado de Derecho,
detrás de ello hay una salvaguarda contra la arbitrariedad judicial.
La parte considerativa es la manera como la jurisdicción da sus razones, lo cual es
fundamentalmente importante para el perdedor.
Nº 5 Consideraciones de hecho, distinguiendo los que han sido reconocidos
por las partes y aquellos en que ha versado discusión (hechos
controvertidos).
Nº 6 En cuanto a la procedencia de la prueba, si hubo o no discusión, si era o
no procedente por ejemplo, la prueba de testigos. Si no hubo discusión
acerca de la procedencia de la prueba, debe establecerse qué hechos se
dieron por probados con indicación de los fundamentos que permiten
acreditarlos, esto significa que el juez hace la ponderación de la prueba.
Debe dejarse constancia de los hechos probados en el expediente y por qué
los considera probados, los fundamentos que tiene para considerarlos así.
La prueba en el juicio sólo recae sobre los hechos controvertidos, por eso el
juez debe distinguir entre hechos aceptados y controvertidos.
Nº 7 Si sí hubo discusión acerca de la procedencia legal de la prueba, el juez
debe dejar constancia de las razones que tuvo para aceptar o rechazar la
prueba rendida.
Nº 8 Una vez establecidos los hechos, el juez hará las consideraciones de
derecho aplicables al caso.
Nº 9 la enunciación de las leyes o en su defecto de los principios de equidad
en los cuales se fundamenta.
Nº 10 Se le pide al juez que siga un orden lógico en el establecimiento de las
consideraciones, siguiendo preferentemente las normas dadas al respecto
para los tribunales colegiados (artículo 83 COT).

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En la determinación de sus consideraciones la sentencia puede incurrir en vicios y
para determinar los vicios que puede cometer, es bueno recordar que considerar es
meditar, reflexionar detenidamente sobre un punto determinado. Al formular las
consideraciones el juez pondera, analiza la prueba.
El primer vicio que puede tener la apreciación de la prueba es la falta de
consideraciones, esto ocurre cuando el juez deja de ponderar alguna prueba, la
omite. También faltan consideraciones cuando ellas son contradictorias entre sí, se
anulan. Se entiende como contradictorias aquellas que no pueden coetáneamente
coexistir.
Un tercer caso es que las consideraciones sean equivocadas, vagas, torpes.

El efecto de estos vicios de falta de consideraciones es que permite anular la


sentencia y esto es así por un juego muy simple de disposiciones: artículo 170 N°4
con artículo 768 N°5 del CPC, el artículo 768 establece como una causal de casación
en la forma la circunstancia de que la sentencia se haya pronunciado con omisión
de cualquiera de los requisitos que la ley señala.

La parte considerativa es importante porque aquí es donde el juez establece los


hechos y éstos son inamovibles para el tribunal de casación.
Excepcionalmente el tribunal de casación puede incursionar en el establecimiento
de los hechos, esto ocurre cuando se denuncias como infringidas las leyes
reguladoras de la prueba.
Se infringen estas leyes cuando:
se altera el onus probandi
se rechazan medios de prueba que la ley admite
se admite un medio de prueba que la ley rechaza
se desconoce el valor probatorio que la ley asigna a un medio.
3.3.1.3. Parte resolutiva o decisoria:
Artículo 170 Nº 6, número 11 del AA.
Debe comprender la decisión del asunto controvertido, le ley determina qué debe
comprenderse en él: el fallo de todas las acciones y excepciones que se han hecho
valer, deberá el juez indicar precisamente cuáles acoge y cuáles rechaza, sólo por
excepción se puede omitir del fallo alguna excepción o acción: aquellas que sean
incompatibles con las acogidas.

El material para la decisión del asunto controvertido, las acciones y excepciones se


encuentran en los escritos fundamentales de la discusión. Esta idea en doctrina se
llama congruencia de la sentencia: el juez debe fallar todo pero no puede fallar más
de lo que se ha hecho valer, debe ser congruente la sentencia con el contenido del
juicio. Artículo 160 “...conforme al mérito del proceso...”

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La decisión del asunto controvertido comprende el fallo de todas las acciones y
excepciones debatidas en la instancia, por excepción se admite la posibilidad de
omitir fallo sobre las cuestiones incompatibles.
La decisión del asunto controvertido en segunda instancia tiene que comprender
todo lo debatidos y fallado en primera instancia. Esta regla reconoce algunas
excepciones:
1.- Puede el tribunal pronunciarse sobre una cuestión debatida y no fallada en
primera instancia, aquellas que el tribunal de 1ª omitiera por estimarlas
incompatibles.
2.- Puede pronunciarse sobre cuestiones ni debatidas ni falladas en segunda
instancia, puede hacer las declaraciones que la ley permite hacer a los jueces de
oficio.
La segunda categoría son aquellas excepciones que la ley autoriza oponer en
segunda instancia, son las excepciones anómalas que pueden oponerse hasta antes
de la vista de la causa:
- prescripción
- cosa juzgada
- transacción
- pago efectivamente de la deuda cuando se funda en antecedentes
escritos
3.- En el juicio sumario (artículo 692) a petición de parte puede el tribunal
pronunciarse sobre cuestiones debatidas y no falladas en 1ª instancia.

¿ Qué ocurre cuando el juez infringe esta norma? Ha incurrido en una causal de
casación en la forma, cuando el juez omite no se está sometiendo al artículo 170 y el
artículo 768 Nº 5 establece que es una causal de casación en la forma el no
conformarse con el artículo 170, su sentencia contiene una infracción a esta norma.
El artículo 776 autoriza a los tribunales superiores para proceder de oficio
anulando la sentencia cuando detecten un vicio de casación en la forma.
Sin embargo, el tribunal tiene aún una alternativa adicional: si descubre esta
omisión puede pedirle ordenarle al inferior que complete el fallo. La tendencia es
que el mismo tribunal que encuentra el vicio es quien lo corrige, esta es la solución
que encontró la ley para solucionar dificultades que se deducían al sistema
anterior, así se evita el reenvío, estas son situaciones de excepción en todo caso. La
regla general es que se devuelva el expediente con lo anulado. La nueva sentencia
que dicta la Corte se llama “sentencia de reemplazo”.
Otro vicio que puede contener la sentencia es el de presentar decisiones
contradictorias, éstas son aquellas que no pueden simultáneamente cumplirse. Este
vicio es tan importante que la ley lo ha elevado por sí solo a la causal de casación
en la forma (artículo 768 Nº7)

Sentencia definitivas de segunda instancia


Hay tres categorías:

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1. Confirmatorias
2. Modificatorias
3. Revocatorias

Confirmatoria: aquella que mantiene lo resuelto por el tribunal de primera


instancia y para saber sus requisitos hay que saber si la sentencia de 1ª cumple o no
con los requisitos del Art. 170.
Si la sentencia de 1ª instancia cumple con los requisitos del artículo 170 la
confirmatoria sólo deberá tener los requisitos comunes a toda sentencia o
resolución y la declaración que se confirma la de 1ª.
Si no reúne todos los requisitos, contendrá los que faltaban y la declaración de que
confirma la sentencia.
Lo importante es tener presente que el tribunal de 2ª instancia está haciendo suyas
las consideraciones del tribunal de 1ª.
Modificatoria: mantiene básicamente lo resuelto pero lo introduce algunas
modificaciones. Mantiene íntegramente la parte expositiva y sustituirá algunas
consideraciones, no todas y luego agregará la parte resolutiva que corresponda.
Revocatoria: Aquélla que acoge el recurso de apelación, revoca lo resuelto por el
tribunal de 1ª instancia, revoca la decisión y la reemplaza por la posición contraria
a la señalada en el fallo de 1ª instancia.

3.3.2. Requisitos de las Sentencias interlocutorias:


Sus requisitos están establecidos en el art. 171; debe tener los requisitos comunes a
toda resolución, debe tener la decisión del asunto controvertido y en cuanto a la
naturaleza del negocio lo permita, tendrá consideraciones de hecho o de derecho y
cita leyes o principios de equidad. En síntesis, el artículo 171 se remite al art. 170 Nº
4 y 5. En estas sentencias estas exigencias son relativas, según la naturaleza del
negocio pero es infaltable la decisión del asunto.

3.3.3. Requisitos de los Autos:


Idéntica regla que las interlocutorias.

3.3.4. Requisitos de Decretos:


La ley no indica los requisitos. Se entiende que debe cumplir con los requisitos
comunes a toda resolución y luego la orden que el decreto contiene: traslado, como
se pide, etc.

4. Efectos de las resoluciones judiciales


Las resoluciones judiciales producen, en principio, dos efectos principales:
4.1. Cosa Juzgada
4.2. Desasimiento del Tribunal

4.2. Desasimiento del Tribunal:

64
Es el efecto que producen las sentencias definitivas e interlocutorias , conforme
al cual, una vez notificada una de estas resoluciones a una de las partes, ya no
puede ser modificada por el tribunal que la dictó.
La resolución es fruto, es obra del juez, pero llega un momento es que esta
resolución se le va de las manos y esto ocurre cuando es notificada a una de las
partes, o sea, en tanto esto no ocurra el juez puede introducir las modificaciones
que quiera.
En los autos y decretos no se produce este efecto pues es la propia la que autoriza
al tribunal que la dictó para que pueda cambiar su contenido o dejarla sin efecto a
través del recurso de reposición.
El artículo 181 CPC señala que si se hacen valer nuevos antecedentes al juez se
puede pedir la reposición del auto o decreto en cualquier momento. Si no se hacen
valer nuevos antecedentes igualmente se puede pedir su reposición en el plazo de
5 días contados desde la fecha de la notificación.
El efecto del desasimiento del tribunal que opera respecto de las sentencias
definitivas e interlocutorias apunta a la certeza y la seguridad jurídica, no obstante,
reconoce algunas excepciones.

4.2.1.Excepciones al desasimiento del tribunal:


a) Solicitud de Aclaración, rectificación o enmienda (Artículo 182 CPC)
b) Recurso de Reposición

a) Solicitud de Aclaración, Rectificación o Enmienda:


Esta solicitud tiene por objeto aclarar puntos oscuros o dudosos, rectificar errores
de copia, de referencia o de cálculos numéricos, salvar omisiones.
No se trata de un recurso en sentido técnico procesal, pues no es un medio de
impugnación de resoluciones judiciales, se trata de una solicitud. Para que una
parte esté legitimada para interponer un recurso es necesario un requisito previo y
ello es que esté agraviada con la resolución que se impugna. Esta solicitud, en
cambio, puede ser interpuesta por cualquiera de las partes pues sus objetivos no
implican la necesidad de un agravio.
Aunque la ley no lo dice, todas estas conductas tienen una limitación dada por la
regla anterior, la prohibitiva. El propósito de la solicitud es lograr que la resolución
sea más comprensible, que se pueda ejecutar, cumplir. En lo medular, lo resuelto
no puede ser modificado.
Las partes no tienen plazo para interponer esta solicitud, así se desprende del
artículo 184 que establece que esta rectificación, aclaración o enmienda también
puede hacerse de oficio por el por el tribunal pero ello dentro de los cinco días
desde la primera notificación de la sentencia, o sea, es una aclaración, rectificación
o enmienda más restringida que la que hacen las partes.
b) Recurso de Reposición:

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Se trata del recurso propio de los autos y decretos, modalidad en que no
constituiría una excepción al principio del desasimiento del tribunal, sin embargo,
se contemplan algunas excepciones en que este recurso puede ser interpuesto en
contra de sentencias interlocutorias y es en este último caso en que constituye una
excepción al desasimiento pues el juez puede modificar una de estas resoluciones
una vez que ha sido notificada a una de las partes.
Los casos son más bien excepcionales y son los siguientes:
⇒ Resolución que recibe la causa a prueba: se trata de una sentencia
interlocutoria (pese a que se denomine “auto de prueba”) que sin
embargo es susceptible de reposición en el plazo de 3 días con el
objeto de que se agreguen o eliminen o modifiquen puntos de prueba
(artículo 319 del CPC).
⇒ Recurso de reposición que procede en contra de la resolución que
declara desierto o prescrito un recurso de apelación (artículo 201 del
CPC). El recurso de apelación debe interponerse en un plazo
determinado y debe cumplir con ciertos requisitos (fundamentos de
hecho y derecho, peticiones concretas), si no cumple con estos
requisitos de forma será declarado inadmisible y en contra de la
resolución que así lo declara procede la reposición. Por otra parte, el
apelante tiene la carga procesal de seguir el recurso una vez que la
causa ha ingresado al tribunal de segunda instancia, debe hacerse
parte en el recurso. Si no cumple en el plazo determinado con esta
carga procesal, el recurso de apelación se declara prescrito y la
resolución que así lo declara es susceptible de reposición.
⇒ Recurso de reposición en contra de la sentencia que declara prescrito
el recurso de apelación (artículo 211 CPC). En Chile, el impulso
procesal corresponde a las partes, por lo tanto la inactividad por
parte de éstas implica una sanción. Una vez concedido el recurso de
apelación, si las partes no hacen gestión alguna para que el recurso
quede en estado de fallarse y han transcurrido más de tres meses
desde que se concedió, es posible solicitar que se declare prescrito (el
plazo es de un mes tratándose de apelaciones de sentencias
interlocutorias, autos o decretos). El recurso de reposición en contra
de esta resolución y de acuerdo al artículo 212 CPC debe fundarse en
un error de hecho.
Estas excepciones al desasimiento tienen la peculiaridad de que se trata de
reposiciones que proceden en contra de interlocutorias y que pueden interponerse
en el plazo de 3 días siendo el plazo normal el de 5 días.

LAS NOTIFICACIONES JUDICIALES


1. Regulación: están reguladas en el título VI del Libro I del CPC (arts. 30 y ss.).
Como se trata de una especie de actuaciones judiciales se rigen supletoriamente
por las normas establecidas en el título VII, relativo a las actuaciones judiciales.

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2. Concepto: son una especie de actuación judicial que tiene por objeto poner en
conocimiento de las partes una resolución judicial.
En una más forma más completa y, siguiendo al Prof. Mosquera, se definen como
una actuación judicial, efectuada en la forma establecida por la ley, que tiene por
finalidad dar eficacia a las resoluciones judiciales y comunicar éstas a las partes o
terceros.
Esto, en virtud de lo que dispone el artículo 38 CPC.
Las definiciones generalmente se refieren a resoluciones judiciales pero también
puede tratarse excepcionalmente de otro acto jurídico procesal.
Pese a que por definición se trata de actos de conocimiento, hay algunas especies
de notificación que son fictas, es decir, que no necesariamente otorgan el
conocimiento sino que sólo dan la posibilidad de éste.
En general, se trata de un acto procesal del tribunal o de sus auxiliares pero
también hay algunas especies que no son propias de ellos: tácita.

Características:
1.- Permiten que las resoluciones judiciales produzcan efectos. Art. 38 CPC.
Excepciones:
• Medidas precautorias que pueden decretarse y llevarse a cabo sin previa
notificación (302 i 2º CPC). En todo caso, por tratarse de una situación
excepcional se establece que la medida debe en todo caso estar notificada
dentro del plazo de 5 días lo que de no ocurrir hace caducar la medida
(302 i 2.
• Resolución que declara desierto el recurso de apelación (201) y las que se
dicten en segunda instancia respecto del apelado rebelde.
• Resolución que ordena despachar o denegar el mandamiento de
ejecución y embargo produce efecto sin audiencia ni notificación del
ejecutado aun cuando éste haya comparecido en el juicio.
• En el caso del abandono de procedimiento, en este caso el plazo se
cuenta desde la última resolución judicial y no desde la notificación de
ésta. (152)
• Resolución declaratoria de la quiebra, produce sus efectos en relación al
fallido sin necesidad de que le sea notificada (orden general de cautela
en relación al patrimonio del fallido)

2.- Las notificaciones judiciales permiten que se pueda concretar en el proceso el


ppio. de la contradicción o bilateralidad de la audiencia, pues al poner en
conocimiento de las partes el contenido de las resoluciones judiciales se les da la
posibilidad de ser oídas, de ejercer sus derechos.

3.- No requieren aceptación por parte del notificado, (39), ratifica el hecho de
tratarse de un acto jco, procesal de carácter unilateral. Tampoco requiere se deje

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constancia de alguna declaración del notificado, excepcionalmente puede
requerirse alguna declaración del notificado en las dos hipótesis que establece el
Art. 57
- cuando la resolución ordene la declaración
- Cuando la resolución por su naturaleza requiera tal declaración pej. La
designación de perito (417 i 2º).
En materia penal, en cambio, la regla es distinta pues es más común que deban
recogerse declaraciones del notificado, así el Art. 366 i 1º del CPP establece que
tratándose de la resolución que niega lugar a la libertad provisional, el reo debe
apelar en el momento de su notificación.
Tratándose de la sentencia penal de primera instancia la ley establece que ella debe
leerse al reo, se le dirá que tiene derecho a apelar y se deja testimonio de si apeló o
se reservó el recurso para deducirlo posteriormente.

4.- En general, requieren la intervención de un ministro de fe (receptor, secretario u


oficial 1º), esto, salvo las notificaciones tácitas y fictas o tácita especial.

5.- En general, es una actuación solemne, salvo tb. las dos formas ya citadas. En
todo caso, las solemnidades se han ido restringiendo con sucesivas reformas, más
bien se han ido restringiendo las motivos para impetrar la nulidad de la
notificación.

6.- Se caracterizan porque la forma más perfecta de notificación sustituye a la


menos perfecta.

7.- Tratándose específicamente de las notificaciones que notifican sentencias


definitivas e interlocutorias, ellas producen el importante efecto del desasimiento
del tribunal (182), consiste en que una vez notificada a las partes una de estas
resoluciones el tribunal que las dictó no puede modificarlas o alterarlas en modo
alguno.

Clasificación:

1.- Con respecto a la finalidad u objeto distinguimos:


- Simples notificaciones o notificación propiamente tal: acto procesal que se
limita a poner en conocimiento de las partes o de un tercero la dictación de una
resolución judicial, dejando entregada a su decisión la reacción correspondiente,
pej. Notificación de la sentencia definitiva.
- Notificación emplazamiento: es una notificación seguida de una orden
expresa o tácita para realizar cierto y determinado acto procesal, conlleva el
otorgamiento de un plazo para que el notificado pueda hacer valer sus derechos,
pej. La notificación de la demanda, lleva implícita la orden de asumir una
determinada reacción que en todo caso será de libre elección del notificado.

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Emplazamiento es el llamamiento con plazo hecho por el juez, citando a alguna
persona para que comparezca en un proceso o instancia a manifestar su defensa o a
cumplir con lo que se mandare.
- Notificación requerimiento: va implícita la orden de realizar un
determinado acto, pej. El mandamiento de ejecución y embargo, donde el ministro
de fe debe requerir al deudor para que pague y de no hacerlo se traba embargo; lo
mismo en los juicios especiales del ctto. de arrendamiento.
- Notificación citación: llamamiento que se hace a una parte o un tercero para
que dentro de un plazo determinado comparezca al tribunal con un determinado
objeto, bajo apercibimiento de incurrir en las sanciones que la ley establece para
cada caso, pej. Citación a testigos, absolución de posiciones.

2.- Con respecto a la forma de la notificación, distinguimos:


- Notificación personal
- Notificación personal subsidiaria o personal no en persona.
- Notificación por cédula.
- Notificación por avisos.
- Notificación por el estado diario.
- Notificación tácita.
- Notificación tácita especial, ficta o por el solo ministerio de la ley. (55 i 2º).

1.- Notificación personal propiamente tal o en persona.


Es la forma más perfecta de notificación, se encuentra regulada en los artículos 40 a
43 CPC. Consiste en entregar a la persona a quien se debe notificar, en forma
personal, es decir, frente a frente, copia íntegra de la resolución y de la solicitud en
que haya recaído, cuando sea escrita. (40).
La Jurisprudencia ha declarado que se requiere además copia íntegra de todas las
resoluciones anteriores, así como los datos necesarios para la individualización de
la causa (rol, expediente, juzgado).

Requisitos de esta notificación:

En primer lugar debe cumplir con los requisitos aplicables a toda actuación
judicial, por lo tanto debe realizarse en días y horas hábiles.
En cuanto a los días, después de la reforma de 1995, todos los días son hábiles
cuando la notificación se practique en un lugar de libre acceso al público, en la
morada, el lugar donde pernocta el notificado, donde ejerce ordinariamente su
industria, profesión o empleo en cualquier recinto privado donde se encuentre el
notificado y se permita acceso al receptor (40 i 1º y 2º).
En la actualidad entonces, no cabe la habilitación de día.
Cabe hacer presente que tratándose de notificaciones practicadas en días inhábiles,
el plazo comienza a correr desde la 0 horas del día hábil inmediatamente siguiente.

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Si la notificación se realiza en el oficio del secretario o en la casa que sirva de
despacho al tribunal, la ley no establece excepción por lo tanto sigue regla general
del Art. 59 en cuanto a días hábiles, vale decir, no feriados.

En cuanto a las horas hábiles, luego de la modificación de la L. 19.382 del año 1995
se distinguen 3 situaciones distintas en materia de horas hábiles para practicar este
tipo de notificación:
- Lugares de libre acceso al público: se podrá efectuar la notificación a
cualquier hora, procurando causar la menor molestia al notificado. La restricción
es que en los juicios ejecutivos el requerimiento de pago no puede efectuarse en
público..
- Morada o lugar donde pernocta el notificado, donde ejerce habitualmente
su industria, profesión o empleo o recinto privado donde se encuentre y al que se
permita el acceso del receptor: hora hábil en este caso es entre las 6 y las 22 horas
sin perjuicio de la posibilidad de solicitar la habilitación de hora de acuerdo al Art.
60.
- Oficio del secretario, casa que sirve de despacho al tribunal u oficio del
ministro de fe: no hay regla especial por lo que se sigue la regla general del 59:
entre las 8 y las 20 horas.

Es importante tener presente que en materia penal no existen días ni horas


inhábiles (Art. 14 CPP).

Como segundo requisito común a las actuaciones judiciales, la notificación


comparte el hecho de que también de ella debe dejarse constancia escrita en el
expediente.
La certificación debe señalar la fecha, hora y lugar en que se practicó y el medio en
que el ministro de fe comprobó la identidad del notificado. Si éste se rehúsa a
firmar se deja constancia de tal circunstancia.

Como tercer requisito y propio ya de las notificaciones, ésta debe ser realizada en
lugar hábil. En el tema del lugar hábil también ha existido ampliación en las
últimas modificaciones al Código y actualmente son lugares hábiles para practicar
este tipo de notificación:
- Lugares y recintos de libre acceso al público: la notificación debe realizarse
procurando causar la menor molestia al notificado, en todo caso, si se causare ésta
no invalida la validez de la notificación sino que da lugar a la aplicación de
medidas disciplinarias en contra del receptor. Situación especial del requerimiento
de pago en los juicios ejecutivos.
- Morada del notificado, donde vive.
- Lugar donde pernocta.
- Lugar donde ordinariamente ejerce su industria, profesión o empleo. No
rige para los jueces.

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- Cualquier recinto privado en que se encuentre el notificado y al que se
permita el acceso al ministro de fe.
- Oficio del secretario.
- Casa que sirve de despacho al tribunal.
- Oficina del ministro de fe que practica la notificación.

Como cuarto requisito, debe practicarse por funcionario competente. Funcionario


competente son los siguientes:
- Secretario del tribunal, sólo en su oficio.
- Oficial 1º del tribunal, sólo en su oficio en caso de que el Secretario haya
delegado esta función, bajo su responsabilidad (58 i 1º).
- Receptor judicial, que puede ser propiamente tal, receptor ad-hoc o
institucional.
- Notario público u oficial del RC de la localidad, en aquellos lugares en que
no exista receptor judicial.

Resoluciones que deben notificarse personalmente:

1) En primer lugar, por ser la forma más perfecta de notificación, es supletoria de


todas las demás por lo tanto cualquier resolución puede notificarse de esta forma
47 i 2º “Podrá además usarse en todo caso”.

2) Debe notificarse personalmente la primera resolución recaída en toda gestión


judicial. Gestión judicial implica asuntos contenciosos y no contenciosos sin
embargo tratándose de estos últimos, lo normal es que no se practique de esta
forma ya que quien gestiona una causa voluntaria realiza una gestión posterior que
implica una notificación tácita.
La resolución recaída en la 1ª gestión judicial no es sólo la resolución que provee la
demanda pues el proceso puede haberse iniciado por una medida prejudicial.
Además esta forma de notificación sólo se refiere al demandado en la causa, al
demandante la resolución recaída en la 1ª gestión jud. se le notifica por el estado
diario.

3) Cuando la ley dispone que se notifique personalmente para la validez de ciertos


actos pej. Cesión de créditos nominativos. (47 i 1º)

4) Cuando el tribunal lo ordene expresamente. (47 i 1º)

5) La resolución que da lugar al cumplimiento de una sentencia en contra de un


tercero dentro del procedimiento incidental (233 i 2º)

6) la notificación que se haga a terceros que no sean parte del juicio o a quienes no
hayan de afectar sus resultados, personal o por cédula (56)

71
7) en caso de que el proceso hubiera estado paralizado por más de seis meses, la 1ª
resolución que se dicte deberá ser notificada personalmente o por cédula.

2.-Notificación personal subsidiaria: está regulada en el Art. 44 del CPC, produce


los mismos efectos de la personal en persona pero es un poco más vulnerable por
la vía de la nulidad procesal, y no se produce un enfrentamiento entre notificante y
notificado.
Como siempre se verifica fuera del recinto del tribunal sólo puede practicarla el
receptor (Notario Público u oficial del RC en los lugar en que no exista receptor o
un empleado del tribunal designado como receptor ad hoc para la sola práctica de
la diligencia).
Consiste en la entrega que hace el receptor de los mismos antecedentes que en el
caso de la notificación personal: copia de la resolución y de la solicitud en que haya
recaído (copia de las demás solicitudes y resoluciones y de los datos necesarios
para la individualización de la causa según la Jurisprudencia), pero la diferencia es
que esta entrega no se hace en forma personal al notificado.

Procedimiento:
a) El receptor busca en dos días distintos a la persona del notificado y no lo
encuentra pero acredita que ese es el domicilio del notificado y que éste se
encuentra en el lugar del juicio (ciudad donde tiene asiento el tribunal).
b) El receptor certifica en el expediente las circunstancias anteriores, es decir,
que ha buscado en dos días distintos al notificado sin encontrarlo pero ha podido
constatar que ese es su domicilio y que se encuentra en el lugar del juicio. Se
estampan búsquedas. En ciertos casos como juicios posesorios y de arrendamiento
sólo basta que se acredite que es el domicilio del notificado.
c) Con el mérito del certificado del receptor, la parte interesada solicita al
tribunal que ordene practicar la notificación personal subsidiaria. El tribunal
examina el certificado y accede a la petición. Es necesaria una resolución del
tribunal ordenando la notificación.
d) El receptor concurre al domicilio del notificado o al lugar donde este ejerce
su industria... y entrega las copias a que se refiere el Art. 40 a cualquier persona
adulta que se encuentre en el domicilio y de no ser esto posible fija un aviso en la
puerta que da noticia de la demanda, con especificación exacta de las partes,
materia de la causa, juez que conoce y resoluciones que se notifican.
e) El receptor debe enviar un aviso al notificado mediante carta certificada por
correo en el plazo de dos días contados desde la notificación o al momento de que
abran las oficinas de correo en el caso de que la notificación se haya practicado en
domingo o festivo, ello para asegurarse de la notificación.
f) Una vez practicada la diligencia el receptor debe levantar un acta con las
menciones a que se refiere el Art. 45, o sea las mismas que tratándose de la
notificación personal en persona, individualizando a la persona que recibió las

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copias. Además debe expresarse el hecho del envió de la cc, la fecha, oficina de
correo donde se envió y el número de comprobante (Art.47).
g) Una vez hecho este certificado debe devolver el expediente al tribunal en un
plazo máximo de dos días desde practicada la diligencia.

Hubo una modificación muy importante con la L. 19.382 del año 1995 en lo que
respecta al requisito para practicar esta notificación pues antes se requería que se
acreditara las mismas dos circunstancias que en la actualidad, éstas son:
- que la persona a notificar se encontraba en el lugar del juicio y
- que ese era su domicilio...
Pero estas circunstancias debían acreditarse por medio de la información sumaria
de testigos. Actualmente ello se acredita sólo con el certificado del ministro de fe,
ello para facilitar las notificaciones y con ello además se logró eliminar en esta
materia la actuación de los jureros profesionales, según se dejó constancia en actas
de la comisión.

En cuanto al lugar hábil para practicar esta notificación, éstos son la morada o el
lugar donde el notificado ejerce su industria... Antes de la modificación, la
expresión morada se entendía en dos sentidos: un sentido amplio se refería sólo al
lugar donde la persona vive; un sentido amplio se refiere además al lugar donde la
persona ejerce su industria, profesión o empleo. La jurisprudencia siempre
entendió que el término debía interpretarse ampliamente. Con posterioridad a la
modificación, es la ley la que establece que incluye el lugar donde se ejerce la
industria...
Además se establece que si la morada o el lugar donde el notificado ejerce... se
encuentre en un edificio o en el lugar donde no se permite el acceso al receptor, el
aviso y las copias se entregan al portero o encargado del edificio o recinto y se deja
testimonio de tal circunstancia en el proceso.

Con respecto al aviso que debe enviar el receptor por cc a la persona del notificado,
la ley establece que la omisión en su envío no invalida la notificación pero hace
responsable al receptor por los perjuicios que se originen y el tribunal puede
aplicarle sanciones disciplinarias.

Se plantea el problema de si esta notificación puede practicarse en día inhábil sin


previo decreto judicial, podría concluirse que no puesto que las actuaciones
judiciales sólo pueden realizarse en días y horas hábiles y la excepción sólo rige
para la notificación personal en persona, sin embargo, esta conclusión se ve
debilitada por lo que establece el art. 44 “si la notificación se realiza en día
inhábil...”, es un tema opinable sobre el cual la Jurisprudencia no se ha
pronunciado.

3.- Notificación por cédula: está regulada en el Art. 48.

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Consiste en la entrega que hace el receptor a la persona a notificar de una copia
íntegra de la resolución más los datos necesarios para su acertada inteligencia.
En cuanto a los datos... por ellos entendemos los antecedentes razonables para que
el notificado pueda entender de lo que se trata (rol de la causa, tipo de
procedimiento, , nombre de las partes, tribunal ante el que se sigue la causa).

Requisitos:

Los requisitos comunes a las actuaciones judiciales: realizarse en días y horas


hábiles, a este respecto no rigen las modificaciones que respecto de la notificación
personal, debe dejarse constancia de ella en el proceso y el acta debe ser autorizada
y firmada por un ministro de fe.

Como requisitos propios de la notificación por cédula:


a.- debe efectuarse en lugar hábil: domicilio del notificado. Para estos efectos cada
litigante tiene como carga procesal fijar un domicilio dentro del radio jurisdiccional
del tribunal y este domicilio se va a entender subsistente mientras el litigante no
haga una nueva declaración aunque de hecho lo cambie. De no cumplir con esta
carga se sigue una sanción bastante drástica y es que todas las notificaciones que
deban practicarse por cédula se le notificarán por el estado diario. Esta sanción
opera sin necesidad de petición de parte ni de declaración judicial (a. 53).
Se discute si esta sanción es también aplicable al litigante rebelde, la postura
mayoritaria estima que no, puesto que la ley habla de la primera gestión judicial,
supone que se haya apersonado en el juicio. Sin embargo, otra postura establece
que si se aplica al litigante que se ha apersonado en el juicio con mayor razón al
rebelde puesto que su pasividad no puede implicar un entorpecimiento de la
causa, esta es la postura minoritaria.
Si se ha designado apoderado en la causa, la notificación por cédula debe hacerse
a éste.

b.- el funcionario competente para realizar esta notificación únicamente es el


receptor.

c.- se practica entregando en el domicilio del notificado copia íntegra...Con


posterioridad a la diligencia de deja constancia de ella en el expediente con
expresión del día y lugar y una individualización de la persona a quien se ha hecho
la entrega.

Resoluciones que deben notificarse por cédula

1) La sentencia definitiva: la ley habla en general de manera que podría


pensarse que toda sentencia definitiva debe ser notificada de esta forma, sin

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embargo, no es así, en primer lugar porque la norma sólo es aplicable en materia
civil y en procedimientos especiales que no tengan regla particular y sólo respecto
de tribunales unipersonales, porque respecto de las CA o CS la sentencia definitiva
se notifica por el estado diario ya sea de 1ª, 2ª o única instancia. Por el contrario, las
sentencias definitivas de 1ª o única instancia deben ser notificadas por cédula
cuando son dictadas por tribunales unipersonales.
2) La resolución que recibe la causa a prueba, el “auto de prueba” que
técnicamente es una interlocutoria de segunda clase y que dictan en la causa
principal (La resolución que recibe la causa a prueba en los incidentes se notifica
por el estado) los tribunales unipersonales, no se aplica en autos de prueba en
tribunales colegiados en los que basta la notificación por el estado diario.
3) La resolución que ordena la comparecencia personal de las partes (por ej.
para exhibir un documento).
4) La resolución que se dicta en un proceso en el que durante más de 6 meses
no se ha dictado ninguna resolución (personal o por cédula).
5) Las resoluciones dirigidas a terceros que no sean parte del juicio o a quienes
no afecten resultados (personal o por cédula).
6) Cuando el tribunal lo ordene expresamente aunque la ley no lo disponga.

Tratándose de la notificación por cédula no es necesario que el receptor mande


aviso alguno por carta certificada, a diferencia de lo que ocurre en la notificación
sustitutiva de la personal.

4.-Notificación por el estado diario:


Esta forma está regulada en los artículos 50 y 51 del CPC. Se caracteriza por ser una
ficción legal ya que no implica en necesario conocimiento de la resolución que se
notifica, ni siquiera se puede llegar a afirmar que se llegue a su conocimiento. En
las tres formas anteriores, la parte toma conocimiento directo del contenido de la
resolución pues ésta forma parte íntegra de la notificación, en este caso, la
notificación sólo implica el aviso de que se ha dictado una o más resoluciones y en
el interesado necesita ver el expediente para saber de qué se trata.
Consiste, entonces, en la inclusión de la noticia de haberse dictado una resolución
en un determinado proceso, dentro de un estado que debe contener las menciones
que la ley establece, el que debe formarse y fijarse diariamente en la Secretaría del
tribunal y permanecer allí 3 días hábiles.
Debe contener por los menos las menciones siguientes:
- Individualización del tribunal del cual emana el estado diario.
- Apellido de los litigantes como aparece en la carátula.
- Número de rol de la respectiva causa, expresado en letras y números.
- Número de las resoluciones que se notifican por el estado diario.
- Firma y sello de Secretario.

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Debe dejarse testimonio en los autos de las notificaciones practicadas en esta
forma, sin embargo, los errores u omisiones en el expediente no anulan la
notificación pero pueden ser sancionados a petición de parte.
El único funcionario competente para practicar este tipo de notificación es el
Secretario del Tribunal, quien puede delegar esta facultad en el oficial 1º quien
confeccionará el estado bajo la responsabilidad del 1º. No hay otro ministro de fe
facultado para practicar esta notificación (Art. 380 Nº2 COT, Art. 58 CPC)
El estado, con las menciones antes referidas debe formarse diariamente en la
Secretaría del tribunal y mantenerse en un lugar visible por tres días hábiles, se
mantiene cubierto con vidrios o de otra forma que impida alteraciones.
En cuanto al aviso por carta certificada en la actualidad ello no es necesario (L
18.705).

Resoluciones que deben notificarse por el estado diario:

1) Es la regla general en la legislación chilena, todas las resoluciones se


notifican por el estado diario.
2) Toda resolución que deba notificarse por cédula o personalmente respecto
de la parte que no cumplió con la carga de fijar un domicilio dentro del radio
jurisdiccional del tribunal (53 ).
3) La resolución que recae en la 1ª presentación se notifica por el estado diario
al actor.(40)
4) La resolución que recibe la causa a prueba en los incidentes. (323).

5.- Notificación por Avisos


Está regulada en el Art. 54.
Es sustitutiva de la personal y la por cédula. Opera cuando se trata de:
- Personas cuya individualidad o residencia sea difícil de determinar.
- Personas que por su número dificulten considerablemente la práctica
de la diligencia.
“Individualización sea difícil de determinar...”, esta norma es criticable puesto que
la notificación tiene por objeto crear la relación procesal, lo que resulta difícil de
determinar con personas que son difíciles de individualizar, así que estas normas
debe interpretarse en relación a gestiones no contenciosas donde sí cabe la
posibilidad pej. Citación a confeccionar inventario de una persona fallecida.
Excepcionalmente puede operar en actuaciones contenciosas pej la declaratoria de
quiebra, se notifica a todo acreedor del fallido.
En cuanto a residencia...., se refiere pej a que la persona con quien se quiere litigar
desaparezca, se intenta evitar fraudes.
La Jurisprudencia ha declarado que esta forma no es eficaz si el notificado está en
el extranjero, o sea, no es una notificación ficta sino que supone una real
posibilidad de conocimiento.

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Procedimiento:
La parte la solicita invocando alguna de las circunstancias que la hacen procedente.
Para que el tribunal pueda decretarla debe proceder con conocimiento de causa y
además debe escuchar al MP, como éste no existe en 1ª instancia el tribunal sólo
procede con conocimiento de causa. Éste último consiste en que se suministren al
tribunal la concurrencia de los requisitos que autorizan esta forma de notificación.
El tribunal debe enviar oficios a distintas instituciones: Correos, Aduanas, Policía
Internacional, Registro Civil, PICH, etc.

Cómo se verifica:
El tribunal dispone que se haga la notificación conteniendo los mismos datos que
la notificación personal, si ella resultare muy dispendiosa se puede hacer un
extracto que confecciona el Secretario del tribunal, luego el tribunal determina el
Nº de veces que han de hacerse las publicaciones (no menos de 3) y el diario o
periódico en que hayan de tener lugar. La notificación se hará en el diario del lugar
donde se sigue la causa o en el de la cabecera de provincia o capital de región a
falta de los primeros.
La notificación de la primera gestión deberá publicarse una vez en el DO de los
días 1º o 15 o al día siguiente hábil.
Aunque la ley no lo dice expresamente, por lógica se entiende practicada la
notificación cuando se publica el último aviso, a partir de éste se entiende
efectuado el emplazamiento.

6.- Notificación Tácita:


Está regulada en el art. 55 inciso 1º.
Se basa en los principios de economía procesal, probidad y, principalmente, el de
la trascendencia.
Opera en el caso de que exista una notificación defectuosa o ante la falta de toda
notificación.
Se trata de que la ley le da valor de notificación a un acto de la parte que en sí
misma no constituye notificación pero que, por el acto realizado la supone.
Consiste en que la parte a quien afecta la resolución hace cualquier gestión en el
juicio que supone conocimiento de la resolución y que no sea precisamente
reclamar la falta o lo defectuoso de la resolución.
Se produce al momento de realizar la gestión respectiva.
Es sustitutiva de cualquier otra forma de notificación.

7.- Notificación legal


Está regulada en el art. 55 inciso 2º.
Al código le interesa la celeridad en los juicios y evitar actuaciones fraudulentas,
por lo tanto no se ampara a litigantes que sólo quieren demorar los juicios.
Esta forma es una modificación del año 1988, anteriormente si se declaraba la
nulidad de una notificación se debía realizar nuevamente la diligencia, en cambio,

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en la actualidad la notificación se entiende practicada por el solo ministerio de la
ley por la circunstancia de notificar la resolución que declara la nulidad.
Si la nulidad es rechazada, queda firme la notificación que se impugnaba.
Si la petición de nulidad es acogida, opera esta forma de notificación y se
distinguen dos situaciones:
Si la dicta el tribunal de 1ª instancia: la notificación, se entiende practicada una vez
notificada la resolución que declara la nulidad de la notificación.
Si la dicta el tribunal de 2ª instancia, la diligencia se entiende practicada una vez
que se ha notificado el cúmplase.
Para el Prof. Maturana no es tácita porque la parte realizó una gestión tendiente a
reclamar por la falta o irregularidad de la notificación, lo que constituye uno de los
requisitos negativos de la tácita.

8.- Notificaciones Especiales:


Pej. En juicios arbitrales las partes unánimemente pueden acordar otra forma de
notificación.
Pej. En juicios de menores, las notificaciones se hacen personalmente por el
Secretario o por cc y pueden practicarse por asistentes judiciales, carabineros,
PICH.

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